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El teatro en Nayarit: hacia una nueva forma de organización sustentada en el

análisis y la legalidad.

“No es solo de lo que hacemos que somos responsables, sino también de lo que no
hacemos”

Molière

La historia nos ha mostrado que si bien el teatro es fundamental para el desarrollo


Ideal del ser humano también es un tema difícil y en ocasiones fastidioso para
aquellos que dirigen las riendas de la cultura y el arte en las Instituciones, es por
esto que siempre ha sido una estira y afloja entre los artistas dedicados a esta
disciplina y quienes tienen la posibilidad de apoyarla. Para Nayarit no hay una gran
diferencia, con la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021 de este
nuevo gobierno se lanzan líneas de acción que deberían fomentar el desarrollo,
creación y proyección de los distintos colectivos independientes e institucionales,
más encontramos, que sólo una hoja está dedicada al fomento de la cultura en
general y de las líneas propuestas muy pocas son en las que es posible incidir como
artistas escénicos dedicados al teatro y por otra parte no se han elaborado los
lineamientos que nos permitirían acceder de una manera correcta a los proyectos
que manejan los encargados de ejecutarlas, por lo tanto, si bien se mencionan
acciones que podrían fortalecer al teatro en la entidad no hay un camino claro del
cómo elaborar proyectos para ser parte de estas líneas de acción.

Los colectivos habíamos trabajado hasta hace unos meses de manera


independiente, sin hacer equipo, lo que claramente nos había debilitado porque
cada uno luchaba desde su trinchera y sin apoyo de los otros. Al unirnos y con base
en el análisis del desarrollo del teatro en los últimos años, nos dimos cuenta que no
habíamos realizado un estudio del marco normativo de los procedimientos
administrativos del gobierno estatal, por lo tanto, continuábamos sin conocer a fondo
la manera en que podíamos ser beneficiados. Los principios rectores hablan de una
serie de beneficios que deben llegar al pueblo y a los artistas, pero no se toman en
cuenta al momento de legislar en cuanto a la aplicación de los recursos estatales y
federales que se destinan para proyectos de teatro. Este análisis que hemos
realizado a últimas fechas nos ha mostrado como la unión, la investigación, el
conocimiento y la reflexión, nos fortalece y le da sustento a nuestras justas
demandas y si bien estamos en el inicio de esta nueva etapa, el compromiso es
recuperar el tiempo que hemos perdido por la falta de interés en cuestionar,
investigar y analizar sobre la política cultural “Que es tan antigua como el primer
espectáculo de teatro para el que fue necesario obtener un autorización previa,
contratar actores o cobrar la entrada. Tan antigua como Grecia, más antigua que el
imperio romano, cuna de Mecenas, promotor del arte y de la cultura” y que los
gobiernos hoy día han olvidado, y es nuestra responsabilidad como individuos y
como artistas el manifestar nuestros desacuerdos pero también el proponer con
bases sólidas la solución a los problemas que nos aquejan y sobre todo el defender
nuestros derechos y la necesidad de que esta práctica de investigación y
elaboración consiente de una política cultural, resurja.

Ahora bien, hay una falta de interés e información sobre los colectivos teatrales con
que cuenta el Estado lo que hace que el Consejo Estatal Para la Cultura y las Artes
de Nayarit no cuente con vías que le permitan lanzar convocatorias transparentes
y sustentadas en la legalidad lo cual genera por consecuencia que muchos de los
colectivos no encuentren en este espacio una manera de proyección de sus trabajos
escénicos, así mismo, no se generan proyectos para el desarrollo del teatro
emanados del estado con recursos propios y quienes estamos interesados en incidir
en la organización no somos llamados a ser parte de la elaboración de
convocatorias con sustento en nuestra propia realidad, como muestra tenemos el
Festival Cultural Amado Nervo, considerado el evento más importante de nuestro
estado y el cual ofrece dentro de sus convocatorias a los artistas nayaritas pocas
oportunidades y con pagos mínimos, como si fuesen los artistas de fuera quienes
merecen el trato de primera clase y los locales seguimos siendo plato de segunda
mesa si bien nos va e incluso generalmente no somos parte del banquete, ya que
las convocatorias y las vías para acceder a dichas oportunidades no son claras, no
se realizan con lineamientos que vengan a fortalecer y a desarrollar lo ya existente,
como la practica cultural, entendida esta como “toda actividad de producción y
recepción cultural: Escribir, componer, pintar y bailar son, prácticas culturales tanto
como asistir al teatro, al cine, a conciertos, etcétera.” Misma práctica que permite
seguir formando públicos o bien fortalece y motiva a los que ya han vivido
experiencias artísticas, convirtiendo esto en hábitos culturales, todo esto con
espectáculos de calidad y que respondan a las necesidades planteadas por estos
públicos, necesidades que dicho sea de paso tampoco conocemos por la falta de
investigación a fondo al elaborar la política en materia de arte y cultura. Año con
año vivimos quienes estamos interesados en participar en este y otros eventos, con
la zozobra de:

¿Cuáles serán ahora los lineamientos que se le ocurrirán al organizador en turno


del festival?

¿Cuántos espacios se abrirán a los artistas locales?

¿Mi espectáculo será del agrado de los organizadores?

¿En qué momento saldrá la convocatoria?

Estas y otras preguntas nos hacemos constantemente y como nunca hay una
evaluación con la cual podamos proponer trabajos que vayan en favor del desarrollo
y nos clarifique el camino para el año siguiente pues seguimos a ciegas y esperando
por quien vendrá a decir “Tu si, tu no”

Lo cierto es que no hemos logrado un verdadero cambio en esta área que el


gobierno en turno y quienes están en los cargos manejan a su antojo, básicamente
porque no hay un marco jurídico que pueda regular y administrar los recursos
estatales y federales destinados para estos rubros, ni en el municipio, ni en el
Estado, pero hoy día existe un latente interés de la comunidad por conocer e incidir
en el desarrollo del teatro y la formulación de la política cultural, que son temas que
nos ha mantenido interesados y por los cuales seguiremos trabajando en un ámbito
de cooperación y convergencia, sin esto somos un ente prácticamente invisible que
intenta seguir sobreviviendo.

Para los teatreros nayaritas es interesante ver como la mayor parte de los estados
han logrado hacerse de diversas formas para profesionalizar su quehacer artístico,
este es otro punto por el cual hemos luchado en Nayarit y también es consecuencia
de la débil forma en la que lo hemos hecho, las exigencias no tienen una base y un
sustento lógico y fuerte para exigir acciones a quienes son los encargados de
gestionar estos proyectos educativos, quienes logran sustentar su formación lo
consiguen saliendo a buscar la forma de llenar esos vacíos que le permitirán
fortalecerse, mejorar su práctica y de esta manera ampliar sus competencias
artísticas.

Ahora bien, todo esto se traduce en un gran logro, porque el darnos cuenta de todas
estas carencias nos ha permitido avanzar en nuestra propia organización interna al
crear TELON (Teatreros Libres y Organizados de Nayarit) lo que nos ha posibilitado
el hacer un análisis más a fondo acerca de la situación del teatro en el Estado y unir
fuerzas en la toma de decisiones importantes para el beneficio colectivo logrando
una mejor interrelación, solidaridad y comunicación. Uno de los logros de la
colectividad es que la Compañía de Teatro del Estado abra espacios para los
creadores de Nayarit, con propuestas que permitan el tránsito de actores de
diversas compañías en sus puestas en escena.

Para finalizar, cabe destacar que Nayarit se va consolidando como un Estado con
excelente presencia a nivel nacional gracias a los colectivos independientes que
buscan otras fuentes de proyección y que cada vez van tomando más fuerza que
los grupos Institucionales, que dicho sea de paso tampoco cuentan con una política
cultural dentro de sus Instituciones.
Bibliografía

Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021, Edo. De Nayarit, México. Pág. 145

Teixeira, C. (2000) Diccionario crítico de política cultural: cultura e imaginario (María


Noemí Alfaro et al, trad.). Guadalajara, Jalisco, México: Conaculta, Iteso, Secretaría
de Cultura del Gobierno de Jalisco. Pág. 11 y 408

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