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DERECHO
DE LAS
SOCIEDADES
COMERCIALES
COMENTARIO AL TEXTO ORDENADO
DE LA LEY 19.550 - REFORMADA POR LA LEY 22.903 -
SEGUN DECRETO 841/84
DOCTRINA - JURISPRUDENCIA
DERECHO COMPARADO
JOINT VENTURES
SOCIEDADES EXTRANJERAS
NOMINATIVIDAD DE ACCIONES
ASEGURADORAS DE RIESGOS DEL TRABAJO
SOCIEDADES DE GARANTÍA RECÍPROCA
ABELEDO - PERROT
SOLAPA UNO (TAPA)
ABELEDO - PERROT
"Especializarse es una garantía"
SOLAPA DOS (CONTRATAPA)
ABELEDO - PERROT
"Especializarse es una garantía"
PROLOGO
Hemos interpretado que una séptima edición requería de nuestra parte el esfuerzo de actualizar la
obra en su conjunto, porque dada la adhesión manifestada por los lectores nos comprometía en esta
tarea.
Por ello esta edición contiene una total actualización:
- hemos incluido el tema de la "sociedad de un solo socio", tema candente que no podíamos omitir;
- hemos reformulado y ampliado considerablemente el capítulo XI sobre sociedades extranjeras;
- hemos ampliado el punto 237 sobre acciones, incorporando la referencia a las "acciones de
participación" reglamentadas por la Comisión Nacional de Valores;
- hemos incorporado en el capítulo XVIII, como punto 296 bis el tema de las "Obligaciones
negociables", reguladas por la ley 23.576 con las reformas de la ley 23.962;
- hemos incorporado en el capítulo XX sobre agrupaciones de sociedades, a la figura jurídica del
joint venture;
- hemos eliminado el capítulo XXI sobre nominatividad de las acciones y hemos incorporado en su
lugar el tema de la ''sociedad civil”;
- hemos reformulado y ampliado el capítulo XXIII, donde analizamos varios regímenes legales que
regulan sociedades especiales, como las entidades financieras, las compañías de seguro, las
sociedades de ahorro para fines determinados, las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones, las Sociedades Calificadoras de Riesgos y las Sociedades que hacen oferta pública de
sus títulos valores.
Todo ello amén de algunas incorporaciones menores o correcciones sobre el texto anterior.
Esperamos de esta forma transmitir a nuestros lectores la vigencia de nuestro permanente
compromiso de mejorar la obra y mantenerla adecuada a nuestra realidad nacional.
Hemos mantenido la numeración de los distintos puntos que componen cada capítulo, a fin de no
alterar un elemento que puede resultar referencial y por ello de utilidad, habiendo individualizado las
incorporaciones repitiendo el último número seguido de bis. De esta forma podrán distinguirse
claramente aquellos puntos nuevos de los anteriores. En el capítulo íntegramente sustituido hemos
utilizado los mismos números de modo de no alterar la numeración en los capítulos siguientes.
Estas palabras tienen por finalidad explicarle al lector que en esta actualización hemos
incorporados un capítulo referido a la "nominatividad" que resulta consecuencia de la sanción de la ley
24.587.
También hemos tenido presente las modificaciones introducidas por la ley 24.435 que modifica el
artículo 194 de la ley.
Además, al final de cada capítulo hemos incorporado jurisprudencia actualizada y doctrina no
citada anteriormente, donde pueden ampliarse los temas estudiados.
De todas maneras hemos procurado seguir fieles a la idea de que la obra es un "manual" para
estudiantes y de ningún modo una obra para profesionales.
Desde un punto de vista general y moderno podemos definir a la sociedad comercial como la
cobertura jurídica de la empresa, o la forma jurídica de que ésta se reviste. Por empresa entendemos
toda organización de capital, trabajo y tecnología destinada a la producción de bienes y servicios, esto
es, una "unidad de producción económica".
Esa unidad de producción económica puede ser propiedad "individual", de un solo individuo, de
una persona física. Pero en la medida que la empresa crezca y se amplíe económicamente, va a
requerir la participación y colaboración de otros individuos, que arrimen capitales, técnicas de
producción, de dirección y de control empresario.
Para esa empresa en expansión, el derecho nos suministra el "medio técnico" (de técnica jurídica)
adecuado, que es la sociedad comercial.
De esta forma se realiza el postulado constitucional de la libertad de asociarse con fines útiles y
de trabajar y ejercer toda industria lícita que consagra nuestro artículo 14 de la Constitución Nacional.
Desde el punto de vista del ordenamiento positivo nacional la sociedad comercial es una
persona ideal, jurídica, privada, dotada por la ley de capacidad para adquirir derechos y
contraer obligaciones, que no requiere autorización especial del Estado para funcionar, sino
sólo su inscripción en el registro.
El artículo 30 de nuestro Código Civil expresa que "son personas todos los entes
susceptibles de adquirir derechos, o contraer obligaciones". A su vez, el artículo 31 de ese
mismo código nos dice que las personas son de una existencia ideal o de una existencia visible
y que la capacidad o incapacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones nace de las
leyes. Lo que pone en evidencia que "personas" es para nuestro derecho un concepto jurídico,
se refiera tanto a las Personas ideales como a las visibles; esto es, al ser humano. El hombre es,
para nuestro derecho positivo, "una persona jurídica". Los artículos 32 y 33 del Código Civil
nos van a conducir al concepto de "personas ideales" y de "personas jurídicas". Todos los entes
susceptibles de adquirir derechos o contraer obligaciones que no son personas de existencia
visible, son personas de existencia ideal o personas jurídicas, expresa el artículo 32. Y el 33
hace la clasificación de las personas jurídicas.
De modo que "personas jurídicas" es también un concepto jurídico, aplicable a determinados
"entes" a los que el derecho convierte en "centro" de imputación de derechos y obligaciones.
De forma tal que podemos resumir lo expuesto diciendo que para la actuación "individual" del
hombre el derecho nos provee la noción o el concepto de "persona física" o "visible", y para la
actuación asociativa de dos o más seres humanos, el derecho nos provee la noción de "personas
jurídicas"; pero sólo pueden adquirir los derechos o contraer las obligaciones que la ley regula cuando,
cumpliendo los requisitos que la ley establece, ésta les reconozca la capacidad suficiente para ello.
Es decir que “capacidad” es un atributo de la ley que ésta da o niega, según pautas de validez
general.
Todo esto viene a reafirmar el concepto anteriormente expuesto de que la sociedad comercial es
un "medio técnico" puesto por el derecho para facilitar la actuación asociada de dos o más seres
humanos, dotando a ese ente de una determinada capacidad para convertirse en centro de imputación
diferenciado de derechos y obligaciones.
Nuestro derecho reconoce a determinados entes privados personalidad jurídica, "aunque
no requieran autorización expresa del Estado para funcionar", según reza la parte final del
artículo 33 del Código Civil, reformado por la ley 17.711 (expresado en el sentido de
autorización especial). Porque tal autorización que la confiere siempre el Estado, puede ser
"general", por medio de una ley. Y, como vamos a analizar más adelante, la Ley de Sociedades
Comerciales (ley de facto 19.550)1 ha consagrado para todos los "tipos" de sociedades
comerciales una autorización "general" sustituyendo el criterio de que es necesaria una
autorización estatal especial, específica, y reemplazando tal requisito por el de "inscripción en
un registro".
Las sociedades comerciales están dotadas por la ley del atributo de la personalidad
jurídica y de una determinada capacidad (nunca ésta es genérica) para adquirir derechos
y contraer obligaciones. El grado o quantum de esa "capacidad" va a ser determinada por
el "objeto social" según el sistema de nuestra ley.
De este modo, este "medio técnico", creación del derecho, va a ser puesto a
disposición de los seres humanos para su actuación asociada, libre y lícita, haciendo
realidad el postulado constitucional.
De allí que los seres humanos que actúan colaborando entre sí, en la actividad
económica, dentro de una empresa, obtienen del derecho este instrumento, que resulta
1
En lo sucesivo utilizaremos las siglas L. 19.950 o L. S.
útil y apropiado para su actuación y desenvolvimiento dentro de la comunidad. Y tal
"instrumento" o medio técnico es ofrecido en varios “modelos", llamados "tipos sociales",
de modo de adoptar aquél que ese grupo de individuos considere el más apto y
apropiado para la mejor realización de los fines que persiguen.
Resumiendo entonces, podemos definir la sociedad comercial como el medio
técnico creado por el derecho y puesto a disposición de los seres humanos para su
actuación asociada como empresa económica 2.
Destacamos en este concepto la noción de "empresa económica" si bien nuestra ley
admite el carácter comercial de una sociedad aunque no tenga por objeto una actividad
económica, pero ello será siempre una excepción. La regla será que la sociedad
comercial sea la envoltura jurídica de una empresa económica. Destacando esta noción
de "empresa" no se hace necesario señalar la de "organización", porque la empresa la
presupone. Los seres humanos se asocian para actuar "organizadamente", esto es bajo
una común dirección y para la realización de "un común objeto", aunque en su interior
cada uno de ellos persiga fines distintos.
2. EVOLUCION HISTORICA
2
CHAMPAUD, Claude, define la sociedad como una "técnica de organización jurídica de la empresa".
3
ARANGIO RUIZ, Vincenzo, Instituciones de Derecho Romano, Depalma, 1973 pág. 389.
4
CARAMÉS FERRO señala la actuación de la “societatis vectigalium” que constituyeron los publicanos para
servir de intermediarias entre el Estado y los contribuyentes de impuestos, que no eran sino una variedad de la
“unius negotiationis” (CARAMÉS FERRO, José M., Curso de Derecho Romano, 9ª Edición, págs. 325 y sigs.).
5
Ver BRUNETTI, Antonio, Tratado del Derecho de las Sociedades, T. 1, Uthea, Buenos Aires, 1960, pág. 783,
nro. 1.
capital, cuya evolución histórica y desarrollo acompaña la evolución y el desarrollo
económico del capitalismo. Y tales "instrumentos" van a ser otorgados por el príncipe en
forma particular, en cada caso concreto, en un comienzo, hasta que llegará el momento
histórico, ya avanzada la Edad Moderna, en que las leyes generales y "códigos" van a
establecer regulaciones para todos los individuos que quieran actuar en forma asociada.
Será el Código de Comercio francés de 1807 el primero en consagrar una
regulación general de la actividad comercial y prever allí el régimen jurídicos de las
sociedades comerciales.
Siguiendo los criterios del Código de Comercio francés, los países de Europa
continental y de América Latina, admiten la existencia de la sociedad colectiva, de la en
comandita simple, de la en comandita por acciones y de la sociedad anónima. La
sociedad de responsabilidad limitada fue introducida con posterioridad por las leyes de
Alemania, Bélgica, Bulgaria, Checoslovaquia, España, Francia y en los países de América
Latina.
La sociedad de capital e industria es reglamentada en algunas legislaciones, como
en nuestro país, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero es totalmente desconocida en Europa6.
En los países del common law la clasificación de los tipos de sociedades es muy
distinta. Por comenzar cabe recordar que en el derecho angloamericano no existe la
noción de sociedad. Allí existen las partnerships y las companies. Las primeras serían un
equivalente de nuestras sociedades personales, muy similares a nuestras sociedades
colectivas. La ilimited partnership es la sociedad en comandita simple. Estas sociedades
no son corporations, y no son, en consecuencia, personas jurídicas, aunque se les
reconoce un cierto status jurídico. Las companies son sociedades incorporadas,
pertenecen al género de las corporations. La corporation es una "persona moral" formada
por diversos miembros a la que el derecho le reconoce una personalidad colectiva
independiente de la de sus integrantes. La corporation se crea por voluntad del Estado, y
puede revestir la forma de una autorización del rey, de una ley especial del Parlamento o
de una ley general (general act of Parliament). Una de estas leyes es la Companie Act de
1948 que reglamenta las companies mediante la inscripción en un registro.
Las companies son equivalentes a nuestras sociedades anónimas. A partir de los
siglos XVII y XVIII se formaron compañías importantes que adoptaron la forma de joint
stock company, esto es, sociedades cuyo capital estaba representado por partes
transmisibles (share, que equivale a "parte", o "acciones", en el derecho societario), y
que fueron incorporadas, es decir, convertidas en corporations por concesión de la
Corona o ley del Parlamento 7.
6
DE SOLA CAÑIZARES, Felipe, en "Comentarios y notas del traductor", a la obra de BRUNETTI ya citada,
págs. 112 y sigs., nro. 4.
7
Idem anterior.
La importancia de una adecuada regulación en orden a la protección de los
múltiples intereses en juego aparece como un requerimiento insoslayable para el jurista.
5. SOCIEDAD Y ASOCIACION
La distinción neta en nuestro derecho, como en casi todo el derecho latino, entre
sociedad y asociación está dado por la finalidad que persiguen los seres humanos que las
forman 8. Quienes constituyen una asociación no persiguen finalidades económicas, sino
de tipo político, cultural, de investigación científica, de recreo, de religión, etcétera. En
cambio, quienes constituyen una sociedad persiguen una finalidad económica, un "fin de
lucro" como se dice comúnmente. Por lucro no debe entenderse solamente una ventaja
"pecuniaria" o "ganancia en dinero" exclusivamente, sino en el sentido más amplio,
comprensivo de cualquier ventaja económica para el socio.
Tanto una como otra presupone la existencia de dos o más personas físicas y una
"organización". Se dice comúnmente que la asociación es el género y la sociedad una
"especie" dentro de él.
Esta diferenciación desaparece con la adopción del principio de "tipicidad" en
materia societaria, puesto que se admite que una asociación, sin finalidad económica,
será sociedad comercial por el sólo hecho de adoptar uno de los "tipos sociales" reglados
en la ley 19.550. De modo que una asociación donde sus integrantes persiguieran fines
científicos podría ser una sociedad comercial si adoptara la forma de una sociedad
"colectiva", o de "responsabilidad limitada". Este criterio ha sido expresamente
enfatizado por la ley en su artículo 3º, al decir: "Las asociaciones, cualquiera fuere su
objeto, que adopten la forma de sociedad bajo algunos de los tipos previstos, quedan
sujetas a sus disposiciones"
La distinción entre sociedad civil y comercial ha sido recogida por todas las
legislaciones que sobre la base del modelo francés consagraron una legislación
diferenciada y codificada separadamente.
Excepto Italia, casi todos los países latinos tienen un Código Civil y un Código de
Comercio. Han diferenciado netamente ambas ramas del derecho, sus normas, sus
institutos y sus jurisdicciones.
La diferencia no existe en las legislaciones angloamericanas. En Suiza y en Italia se
ha legislado en forma uniforme, lo mismo que en Holanda9.
La diferenciación de materias parte de la distinción entre actos civiles y "actos de
comercio" y en la caracterización del ''comerciante''.
En nuestro Código Civil, la sociedad civil ha sido definida en el artículo 1648, que
dice: "Habrá sociedad, cuando dos o más personas se hubiesen mutuamente obligado,
cada una con una prestación, con el fin de obtener alguna utilidad apreciable en dinero,
que dividirán entre sí, del empleo que hicieren de lo que cada uno hubiere aportado".
Se requiere, como elementos necesarios para su existencia:
- dos o más personas;
- aportes, que pueden consistir en obligaciones de dar y de hacer;
- una finalidad de lucro o de ventaja económica, "apreciable en dinero";
- la división de las utilidades y las pérdidas;
- un "fondo común", formado por la reunión de esos aportes;
- una organización plasmada en una administración común y una representación.
La diferencia estaba dada en los "actos" que componían "la actividad" de la sociedad.
En la sociedad civil los actos son "no comerciables", actos no comprendidos en el artículo
8º del Código de Comercio.
En cambio, en el Código de Comercio, la sociedad comercial era la que tenía por
objeto la realización de "actos de comercio"
Esta distinción ha sido dejada de lado por la ley 19.550, que al adoptar el "principio"
de "tipicidad" borra esas diferencias, sustituyéndola exclusivamente por "la forma"
jurídica que adopte una u otra. Cuando una sociedad civil adopte como forma jurídica
algunos de los "tipos sociales" previstos en la ley 19.550, será sociedad comercial, con
independencia de los actos y la actividad que realice.
De este modo, como lo ha señalado Halperin, la legislación ha avanzado, así,
decididamente, hacia la unificación del régimen jurídico de las relaciones económicas de
8
Coincidimos con COLOMBRES, Gervasio, Curso de Derecho Societario, Parte General, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1972, pág. 25, quien sostiene que la sociedad no tiene finalidad, sino "objeto", ya que la idea de
fin, de destino, es exclusiva del ser humano.
9
DE SOLA CAÑIZARES, Felipe, en "Comentarios y notas" a la obra de BRUNETTI, ya citada, T. 1, pág. 61,
nro. 5.
derecho privado10.
En igual sentido, señalamos, se ha avanzado en materia concursal, donde la ley
22.913, de reformas a la ley 19.551, ha eliminado las diferencias entre concursos
"comerciales" y concursos "civiles".
7. SOCIEDAD Y EMPRESA
10
HALPERIN, Isaac, Curso de Derecho Comercial. Parte General Vol. 1, Depalma, Buenos Aires, 1972, pág.
287, nro. 1.
11
MOSSA, citado por BRUNETTI, op. cit, T. 1, págs. 67 y sigs. Para MESSINEO, "Empresa es
desenvolvimiento profesional de una actividad económica organizada, para un determinado fin" (Manual de
Derecho Civil y Comercial, T. II, Ejea, Buenos Aires, 1971, pág. 215, nro. 15).
7) no tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ideas políticas, religiosas,
de nacionalidad, región o raza, ni imponen condiciones de admisión vinculadas a
ellas;
8) fomentan la educación cooperativa;
9) prevén la integración cooperativa;
10) prestan servicios a sus asociados y no asociados;
11) limitan la responsabilidad de los asociados al monto de las cuotas sociales
suscriptas; y
12) establecen la irrepartibilidad de las reservas sociales y el destino desinteresado del
sobrante patrimonial en casos de liquidación.
Son sujetos de derecho dotados de personalidad y patrimonio propio para la
realización de sus altos fines.
Pueden desempeñar las más diversas actividades económicas: hay cooperativas de
consumo, de viviendas, de transportes, de servicios públicos (para la provisión a los
usuarios de agua, luz eléctrica, de servicio telefónico, alumbrado público, etc.); de
crédito; de trabajo; etcétera. Pueden integrarse formando entidades de segundo grado y
de tercer grado: asociaciones de cooperativas, federaciones y confederaciones de
cooperativas.
Tienen una estructura organizativa similar a la sociedad anónima: 1) un órgano
deliberativo, la asamblea, que toma las decisiones fundamentales; 2) un órgano de
administración, el consejo de administración, que es colegiado; y 3) un órgano de
fiscalización, la sindicatura, que es unipersonal. A esta estructura cabe agregar: 4) la
auditoria externa obligatoria, a cargo de un contador público, que colabora con la función
del síndico (para quien no se exige idoneidad profesional); y 5) la fiscalización estatal
permanente a cargo de Instituto Nacional de Acción Cooperativa (INAC).
Todos los órganos sociales deben, obligatoriamente, ser integrados por asociados.
CAPÍTULO II
LA NATURALEZA JURIDICA DE LA SOCIEDAD COMERCIAL
9. LA TEORIA CLASICA "CONTRACTUAL"
Para la doctrina clásica la "sociedad" era uno más entre los varios contratos del
derecho privado. Era un contrato bilateral y conmutativo generador de derechos y
obligaciones, si bien se señalaba, por ciertos autores, la existencia de "algunas
modalidades peculiares”1.
En nuestros códigos Civil y Comercial se le regula como un contrato, siguiendo la
tradición francesa.
Autores como Siburu2, advirtieron que al lado del contrato debía tenerse presente el
concepto de "persona". Para los socios es un contrato, decía, para los terceros la
sociedad es una persona, con derechos y obligaciones distintos a los de los socios.
10. LAS DOCTRINAS DEL ACTO SOCIAL CONSTITUTIVO, DEL ACTO COLECTIVO
Y DEL ACTO COMPLEJO
1
COLOMBRES, op. cit., pág. 13.
2
SIBURU, Juan B., Comentarios al Código de Comercio Argentino, T. IV, Buenos Aires, 1908, pág. 216.
3
COLOMBRES, Gervasio R., op. cit., pág. 15.
4
BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 124, nota 2.
de la formación y actuación de la sociedad mediante deliberación también mayoritaria,
no unánime 5.
Brunetti acepta que en los acuerdos colegiados es donde mejor se patentiza la falla
de la tesis del contrato plurilateral y donde obtiene fuerza la tesis del acto colectivo6.
Halperin, al analizar la teoría de Messineo, destaca que ella ha sido expuesta con
particular referencia a la constitución sucesiva de la sociedad anónima, señalando que el
autor italiano hace resaltar que mientras en el contrato las voluntades se entrecruzan, en
el acto colectivo son paralelas; en el contrato las declaraciones se cambian entre los
contratantes, en cambio en el acto colectivo no son recepticias; el resultado del acto
colectivo es una voluntad colectiva que es la suma de los participantes; en el contrato no
hay suma, sino síntesis; en el contrato nacen efectos diferentes para las dos partes; en
el acto colectivo los efectos son idénticos y comunes para todos los participantes; en el
acto colectivo no hay consentimiento y se resuelve por mayoría 7.
Messineo expresa que la causa del acto colectivo es diversa de la del contrato,
porque en el acto colectivo las partes se ponen de acuerdo sobre un resultado a
conseguir en común mediante una declaración de voluntad unitaria hecha con miras al
exterior, mientras que, en lo interno, no hay más que una comunicación de declaraciones
de voluntad de igual contenido, tendientes a un común efecto jurídico, en el que cada
uno de los declarantes participa pro quota8.
5
MESSINEO, Francesco, Manual de Derecho Civil y Comercial, T. IV, Ejea, Buenos Aires, 1971, pág. 437, nro.
133, nro. 5.
6
BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 143, nro. 40.
7
HALPERIN, Curso..., pág. 215, nro. 8.
8
MESSINEO, citado por BRUNETTI, T. 1, pág. 127, nro. 32.
9
COLOMBRES, op. cit., pág. 17.
10
G.C. DE ROIMISER, Mónica, El Interés Social en la Sociedad Anónima, Depalma, Buenos Aires, 1979, págs.
15 y sigs.
a una institución, es decir a un organismo que tiene en miras un interés intermedio entre
el de los individuos y el del Estado.
La Dra. Mónica G. C. de Roimiser, que ha realizado un profundo estudio de estas
teorías, nos señala que si bien esta doctrina es de origen francés, encontró adeptos en
Alemania, después de la primera guerra, entre autores no satisfechos de las doctrinas
"transpersonalistas" germanas.
En materia de sociedades anónimas esta teoría exige la tutela del bien común y
defiende el principio de autoridad, pero, al mismo tiempo, respetando la individualidad de
los accionistas, sin sacrificarlos y reconociendo la significativa importancia de ellos.
La doctrina institucionalista ha recibido el apoyo de la más moderna doctrina
francesa contemporánea y es la que ha recogido la ley francesa de 1966 y sigue la ley
brasileña de 1976.
11
ROIMISER, op. cit., págs. 4 y sigs.
12
BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 132, nro. 35 y nota 22.
13
BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 124, nro. 30.
Ascarelli expresa que "la sociedad constituye el ejemplo característico y tradicional
del contrato plurilateral, ya que participan en él varias partes que adquieren como
consecuencia del mismo, obligaciones y derechos de la misma idéntica naturaleza
jurídica. Dentro de la sociedad ningún socio se encuentra frente a otro socio, sino frente
a todos los demás, y, por ello, se puede hablar propiamente de pluralidad, a diferencia
de lo que ocurre en el contrato de permuta" 14.
El intercambio de obligaciones de los socios, en la sociedad, tiene por causa-fin la
voluntad de unión, la aspiración común de reparto de ganancias, la organización
colectiva de las fuerzas patrimoniales particulares, "el fin de dividir el beneficio que podrá
derivarse del ejercicio de la sociedad", "la cooperación para la consecución del fin
común", por lo que "cada socio se obliga a la aportación y a la colaboración, a condición
de que los demás se obliguen a las mismas prestaciones” 15.
La regulación de la sociedad como contrato plurilateral determina los efectos
propios de éstos, a saber:
a) No es aplicable a la sociedad la excepción de incumplimiento: no cabe que un socio
oponga la exceptio non adimpleti contractus, ante el incumplimiento de otro socio en
su aportación prometida. La obligación del socio es para "con la sociedad" y no para
con cada uno de los demás socios.
b) No es aplicable la resolución por incumplimiento: aquí no cabe la aplicación de las
reglas legales que consagran la resolución del contrato por incumplimiento de una de
las partes (arts. 1204 del Cód. Civ. y 216 del Cód. Com.), esto es el "pacto comisorio
tácito", porque el vínculo entre el socio y la sociedad afectado por tal incumplimiento
no impide, sin embargo, la realización de las demás relaciones vinculantes entre los
otros socios y la sociedad, de modo que la sociedad podrá constituirse y funcionar
normalmente a pesar de que uno de los vínculos socio-sociedad no se haya
cumplido. Todo esto con la excepción que la prestación comprometida por el socio
incumplidor sea "esencial" para la constitución de la sociedad, en cuyo caso tal
incumplimiento puede generar la resolución del contrato plurilateral. Pero será un
caso excepcional. En los demás casos se aplicará el "instituto" de la exclusión del
socio, que analizaremos al considerar los artículos 91, 92 y 93 de la ley 19.550.
c) Régimen de la nulidad y anulabilidad: otra característica peculiar del contrato
plurilateral es que el vicio que afecte el vínculo de uno de los socios con la sociedad
no importará la nulidad o anulabilidad del contrato. Aquí también cabe expresar la
excepción de que la participación de "ese' socio sea esencial para la constitución de
la sociedad.
d) Imposibilidad sobreviniente de realizar la prestación: al igual que en los casos
anteriores, la imposibilidad sobreviniente para una de las partes de cumplir la
prestación a su cargo, no afecta el contrato plurilateral. Salvo, como excepción,
cuando dicha prestación fuera considerada esencial. En el contrato de sociedad
corresponderá la "exclusión" del socio que no pueda cumplir el aporte comprometido,
pero no la disolución de la sociedad misma 16.
Como lo señala con agudeza Felipe de Solá Cañizares en sus "Comentarios y notas
del traductor" a la obra de Brunetti, esta teoría del contrato "plurilateral" es aplicable al
"acto constitutivo" de las sociedades de personas pero resulta inaplicable al "acto
constitutivo" de la sociedad por acciones17.
Brunetti mismo admite que esta doctrina no puede explicar satisfactoriamente el
régimen de las "decisiones colegiadas" en materia societaria, donde aparece nítido el
acto colectivo. El acuerdo colegial, destaca este autor, está en antítesis con la estructura
del contrato. Se funda éste sobre la voluntad colectiva, que no es la voluntad de los
socios sino del ente, expresada normalmente por la mayoría de los participantes. "El
concepto de acuerdo de mayoría contrasta con el consentimiento contractual. El
consentimiento es, por definición, un fenómeno de unanimidad y de solidaridad, algo que
no se forma por fracciones:
Sin unanimidad el contrato no se perfecciona, mientras que para el acuerdo colegial
basta la mayoría de los participantes18.
Allí es donde debe entrar a jugar el concepto de "persona jurídica", que como
expresión "unitaria" puede explicar satisfactoriamente el régimen de las decisiones
colegiadas 19.
Esta distinción entre "acto constitutivo" y "persona jurídica" es la que ha servido de
base al Dr. Colombres para fundamentar su adhesión a esa doctrina 20. Así, nos dice este
autor que "La fijación de la naturaleza jurídica de la sociedad exige distinguir dos
aspectos, que aun cuando se conjuguen en un único esquema normativo, requieren un
análisis separado. Ellos son, por un lado, el negocio constitutivo, y por el otro, el sujeto
de derecho que aquél determina y regula".
14
ASCARELLI, Tulio, cit. por BRUNETTI, op. cit., pág. 124, nro. 30.
15
DALMARTELLO, cit. por BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 129, nro. 33.
16
BRUNETTI, op. cit., T. 1, págs. 135 y sigs., nro. 37.
17
DE SOLÁ CAÑIZARES, Felipe, en BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 148.
18
BRUNETTI, op. cit, T. 1, pág. 143, nro. 40.
19
BRUNETTI, op. cit., T. 1., pág. 144, nro. 40.
20
COLOMBRES, op. cit., pág. 23.
Otro tema que requiere un replanteo, señala la doctora Roimiser 21, es el del "interés
social" en la formulación de esta doctrina. La concepción de la doctrina italiana en el
sentido que "por interés social debe interpretarse el interés común de los socios" puede
constituir una pauta válida para la solución de los conflictos que se suscitan en el ámbito
interno de las sociedades por interés y aun en la sociedad anónima tradicional, pero
resulta absolutamente inoperante cuando se trata de aplicarla a la sociedad por acciones
que recurre al ahorro público. Agrega esta autora que resulta una falacia atribuirle a la
sociedad un interés distinto del de los socios que la integran. Sostiene que "la sociedad
no es titular de ningún interés social; los socios lo son y ellos son dispares y, a veces,
irreconciliables". Concluye su razonamiento, expresando: Pero la sociedad tiene un
objeto, y en la búsqueda de armonización o equilibrio de los distintos intereses sociales
de los socios, es la funcionalidad del objeto social el elemento concreto que determinará
los límites de unos y otros. El objeto social fijado en el contrato es el que delimitará la
actividad de la sociedad y la competencia de los órganos societarios. Ese será el punto de
referencia para saber silo actuado por la mayoría política tiene o carece de legitimidad22.
Lo expuesto exhibe con elocuencia las limitaciones de esta doctrina del "contrato
plurilateral de organización", que a lo sumo puede resultar una explicación satisfactoria
para "el acto constitutivo" de las sociedades personales o de interés; pero que no explica
la naturaleza del acto constitutivo en las sociedades de capital ni tampoco el
funcionamiento de la sociedad ya constituida.
En cuanto a la naturaleza jurídica del acto constitutivo, nuestra ley 19.550 se afilia a
la doctrina del contrato plurilateral de organización, y en cuanto al sujeto de derecho que
ese acto crea, se enrola en la tesis de la “realidad jurídica”.
Halperin señala que la doctrina del contrato plurilateral de organización está
expresamente receptada por nuestra ley no sólo en su artículo 1º, sino también al
regular sobre el régimen de nulidad y en el de la exclusión por inejecución 24.
21
ROIMISER, op. cit., pág. 52.
22
ROIMISER, op. cit., pág. 58.
23
ROIMISER, op. cit., pág. 50, nro. 7.
24
HALPERIN, op. cit., pág. 213, nro. 4.
CAPÍTULO III
LA PERSONALIDAD JURIDICA DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
16. LA REGULACION DEL TEMA EN EL CODIGO CIVIL
a) Concepto de persona
b) Clasificación
Vimos que las sociedades comerciales son "personas jurídicas privadas" a las que la ley les
reconoce "personalidad jurídica" para ser titulares de derechos y para "ejercer" esos derechos y
contraer obligaciones, constituyendo un ente diferenciado de los socios que las integran. Tienen su
propio capital y patrimonio, distinto del patrimonio de cada uno de los socios y del de todos los socios
en conjunto. Tienen nombre y domicilio. Pueden estar en juicio y pueden resultar, responsables de
daños y perjuicios causados a terceros, tanto por la acción de sus representantes como por la acción de
sus empleados.
Como ente colectivo que son, integrados por personas físicas (los socios), se ha sostenido que esa
personalidad es una mera "ficción" legal. Otros autores, en cambio, sostienen que se trata de una
"realidad", de un medio técnico que el legislador reconoce como centro de imputación diferenciada de
derechos y obligaciones.
De todos modos, para su actuación requiere de la acción de personas físicas que expresen la
voluntad social y actúen por la sociedad. Estas personas físicas son los "órganos" sociales a los que la
ley reconoce y otorga poder para obligar a la sociedad y actuar por ella.
En el Derecho Romano se aplicó con todo rigor a las sociedades la regla que no existe
persona jurídica sin autorización legislativa, y como ellas se constituían sin intervención alguna
del Estado, carecían de personalidad propia. Por excepción la personalidad jurídica fue
reconocida a algunas sociedades vinculadas a los intereses públicos, como la de los publicanos
o las que tuvieran por objeto la explotación de minas de oro y plata o salinas1.
El artículo 2º de la L.S. señala expresamente esta calidad de sujeto de derecho, "con el alcance
fijado en esta ley".
De esta forma nuestra legislación recoge una posición constante de nuestra doctrina y
jurisprudencia desde antiguo, con fundamento en el reconocimiento por la ley civil y comercial de un
patrimonio propio, indiferente a las deudas de los socios, y sólo sometido a la agresión de los
acreedores sociales.
De modo que la admisión de la "personalidad jurídica" presupone que la sociedad "persona
jurídica" es un ente distinto de la persona de los socios, que vive una vida propia, que tiene sus
propios "créditos" y sus propias "deudas", sus propias relaciones jurídicas sustanciales y
también sus propias "responsabilidades".
Halperin2 ha expresado que en nuestro derecho la sociedad resulta no sólo una regulación
del derecho constitucional de asociarse con fines útiles y una forma de ejercer libremente
actividad económica, sino que constituye una realidad jurídica, esto es, ni una ficción de la ley,
ni una realidad física. Realidad jurídica que la ley reconoce como medio técnico para que toda
grupo de individuos pueda realizar el fin licito que se propone.
De todos modos cabe señalar que se trata de un "atributo" que el legislador reconoce o no a
determinados entes. Brunetti3 expresa al respecto, con acierto, que la personalidad es forma
jurídica su atribución es pura creación legislativa, del mismo modo, añade, que lo es la
personalidad de los sujetos individuales. Este concepto "unitario" de la personalidad es el
sostenido por Kelsen4 en su teoría pura del derecho, cuando advirtiendo sobre los errores de la
concepción tradicional nos expresa que "la persona física designa el conjunto de normas que
regulan la conducta de un solo y mismo individuo" y que "la persona llamada 'moral' o jurídica'
designa solamente la unidad de un conjunto de normas, a saber, un orden jurídico que regula la
conducta de una pluralidad de individuos". La noción "persona" es una elaboración del derecho
y expresa o designa un "haz" o un "soporte" de los deberes, de las responsabilidades y de los
derechos subjetivos que resultan de esas normas. En tal sentido la persona física es un "centro"
de un orden jurídico parcial compuesto de normas aplicables a la conducta de un solo y mismo
individuo, y la persona "colectiva" o persona "jurídica" es también un orden jurídico parcial
(como los estatutos de una asociación) y a veces la de un orden jurídico total, que comprende el
conjunto de los órdenes jurídicos parciales y es denominado habitualmente con el nombre de
1
CARAMES FERRO, Curso de Derecho Romano, 9º Edición, Perrot, pág. 333.
2
HALPER1N, Curso..., pág. 272, nro. 3.
Estado.
Varias teorías han tratado de explicar la naturaleza de la personalidad jurídica. Savigny expresó
su teoría de la "ficción", partiendo del presupuesto que la capacidad jurídica coincide con el concepto
del hombre en particular y expresando que esa capacidad puede ser extendida a sujetos artificiales
creados por la ley por simple ficción. Tales sujetos se llaman "personas jurídicas", esto es, persona que
existe para un objeto jurídico. De esta forma "persona jurídica" se contrapone a persona natural7.
Otros autores han sostenido la teoría del "patrimonio fin", partiendo no de los participantes, sino
del patrimonio común, un patrimonio de destino sin sujeto, que no pertenece a nadie, pero que existe
para algo y que la ordenación jurídica reconoce como un segundo tipo de patrimonio al lado del
patrimonio personal. Las responsabilidades del ente constituyen, en consecuencia, una responsabilidad
del patrimonio8.
c) Teoría de la personalidad real de la asociación o teoría de la realidad
Su exponente principal es Gierke, quien sostiene que la personalidad del grupo reside en la capacidad
reconocida al mismo por el orden jurídico, que admite a ese grupo como un ser, sujeto de derechos y de
obligaciones, distinto de las personas que lo integran9.
Ferrara, entre otros, ha sostenido que el concepto de persona no coincide con el de hombre, sino con el de
sujeto de derecho, por lo que no excluye la existencia de otros sujetos de derecho que no sean hombres; además,
sostiene que todas las personas jurídicas públicas y privadas son realidades'0.
En verdad, esta teoría nos explica un hecho de la realidad cual es que la personalidad es una
emanación del orden jurídico, un atributo de éste, pero de ninguna manera nos suministra una
explicación "ontológica".
BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 216, nro. 59; DEL VECCHIO, Giorgio, Filosofía del Derecho', 9' ed. española, Bosch,
Barcelona, 1%9, pág. 404.
8 BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 217, nro. 59.
¿Qué significa que la sociedad comercial tiene personalidad jurídica? ¿qué alcance tiene esa
personalidad?, ¿qué consecuencias produce?
Hemos dicho, siguiendo. a Kelsen, que la "persona jurídica", física o ideal, es un "centro de
imputación" de derechos y obligaciones, que el derecho reconoce.
En materia de sociedades comerciales, el reconocimiento por la ley de "personalidad jurídica"
significa reconocerle el carácter de "centro de imputación diferenciada" de derechos y obligaciones. Es
decir centro de referencia de normas distinto de los individuos que la integran.
Es la ley que atribuye esa calidad y le fija sus límites. Y ello lo expresa con meridiana claridad
nuestro Código Civil en su artículo 31, cuando en su parte final expresa: "...su capacidad (la
11 RADBRUCH, Gustavo, Filosofía del Derecho, 4" Edición, Madrid, 1959, pág. 173.
u
Radbruch, op. d¿, págs. 171 y sigs., nro. 17.
de las personas) o incapacidad nace de esa facultad que en las casos dados, les conceden o niegan las
leyes".
La ley les reconoce ese carácter de "centro de imputación" de normas a los fines de su
institución, como dice el artículo 35 del Código Civil. Existen para concretar "su fin jurídico", esto es
su "finalidad" en el sentido de objeto. La capacidad que la ley les atribuye está referida a esa finalidad y
limitada a lograr ese objeto.
Es precisamente ese "objeto" el que revela la finalidad de la creación del ente colectivo, y de
allí que el anterior artículo 33 del Código Civil expresara que las personas jurídicas sobre las cuales el
código legislaba eran aquéllas creadas con un objeto conveniente al pueblo, esto es al bien común 13. En
orden al bienestar general la ley reconoce a esos entes su calidad de "centro diferenciado de
imputación de normas".
De allí que el "objeto" de la asociación debe ser lícito y útil al bien común sin perjuicio de los
fines particulares de los individuos que la integren, que pueden ser egoístas y subalternos. De otra
forma no será reconocida por la ley y dotada de la facultad de ser centro de referencia de derechos y
obligaciones.
La atribución de personalidad jurídica a las sociedades comerciales efectuado en el artículo 33
del Código Civil produce las siguientes consecuencias:
a) implica el reconocimiento de la condición de sujeto de derechos y obligaciones, esto es
"centro de imputación de normas", pero centro de imputación diferenciado, distinto de los individuos
que integran ese ente colectivo y diferente también de los demás sujetos colectivos que la ley
reconozca;
b) reconocimiento de "un patrimonio propio de ese sujeto", diferente al patrimonio de los
individuos que lo integran y de los demás sujetos colectivos. Esta consecuencia es de la mayor
importancia, porque importa, a su vez, como derivación, que los acreedores sociales tienen preferencia
sobre el patrimonio colectivo, evitando la "agresión" a ese patrimonio por los acreedores particulares
de los individuos que integran la sociedad;
13 La Suprema Corte de la provincia de Salta ha señalado en recordado fallo que el bien común "es el de la
colectividad, el bien público general, no el de los componentes de la asociación, pues el Estado no concede la personalidad
para amparar intereses exclusivamente egoístas"; L.L., t. 67, pág. 328, citado por
SALAS, Acdeel, Código Civil Anotado, T. 1, Depalma, 1975, pág. 28, nro. 1.
c) tienen derecho a un nombre que las identifique y las diferencie de los demás entes
colectivos;
d) tienen domicilio propio;
e) posibilidades de actuar en juicio, como actora y como demandada;
f) tienen responsabilidad civil y penal propia;
g) requieren una organización, es decir una determinación sobre los órganos que han de
gobernar, administrar y controlar su actuación.
Las legislaciones no son uniformes en cuanto al alcance de la ''capacidad'' que adquiere la
persona jurídica ''sociedad'', pues mientras las legislaciones angloamericanas adoptaron el principio de
la capacidad limitada al "objeto social" (especialmente la legislación inglesa); las europeas por lo
general han adoptado el criterio de la capacidad amplia. Este tema se vincula con la doctrina del ultra
vires que analizamos más adelante, al considerar el artículo 1º de la ley.
En nuestra ley no caben dudas de que la "capacidad" de la sociedad está limitada por el objeto
social.
Al respecto, cabe recordar el comentado fallo del juez de Primera Instancia Dr. Richards, en
autos "Nieto Rivera, Eduardo y otros c/Termofer S.C.A.", donde respecto de este tema se dijo:
Existen situaciones especiales que merecen consideración porque la ley no puede ignorarlas ni
disciplinarias jurídicamente de modo específico.
a) Sociedades irregulares
Para nuestra ley son aquellas sociedades de hecho con objeto comercial y las de los tipos
autorizados no constituidas regularmente (art. 21, L.S.). En su oportunidad las analizaremos
detenidamente. Digamos ahora con relación al tema de la personalidad jurídica, que la ley les reconoce
una capacidad precaria y limitada. Precaria porque su existencia está expuesta a desaparecer en cualquier
momento y a pedido de cualquier socio, salvo que los demás resuelvan su regularización. Esa
precariedad disminuyó con la reforma a la Ley de Sociedades comerciales efectuada por la ley de
facto 22.903, al facilitarse su regularización. Y es limitada porque la ley no reconoce el principio del
patrimonio propio y diferente al de los socios sino en forma parcial e insuficiente, ya que no lo admite para
los bienes registrables, que, como es sabido, son los más importantes: inmuebles, automotores, patentes,
marcas, barcos, aeronaves, etcétera (art. 26, L.S.). Pero ello no significa, a nuestro entender,
reconocimiento de "personalidad jurídica".
Porque la personalidad, tal como la hemos expuesto no puede ser "completa" ni "precaria";
"limitada" ni "ilimitada"; "mucha o poca".
Simplemente existe o no existe: existe si se han cumplido los requisitos generales fijados en la
ley para que el Estado autorice a ese ente a ser centro de imputación diferenciado de derechos, y
obligaciones, lo que en el caso de los sociedades comerciales se completa con la inscripción en el
Registro Público de Comercio (art. 7Q, L.S.). A partir de ese momento, cuando el ente colectivo ha cumplido
los requisitos fijados en la ley general, queda dotado del atributo de la "personalidad jurídica". Así el artículo
45 del Código Civil expresa que: Comienza la existencia de las corporaciones, asociaciones, establecimientos,
etcétera, con el carácter de personas jurídicas, desde el día en que fuesen autorizadas por la ley o por el gobierno,
con aprobación de sus estatutos.:.
En materia de sociedades comerciales la ley no exige una autorización "específica" sino que
ha otorgado una autorización "genérica" supeditada al 'cumplimiento de ciertos requisitos. Tal materia
es la regulada por la Ley de Sociedades comerciales. Desde el momento que la autoridad pública inscriba el
contrato social existirá reconocimiento de la calidad de sujeto de derecho, de personalidad jurídica.
Mientras no se cumplan tales exigencias impuestas por la ley, no existirá reconocimiento de la
"personalidad jurídica
Lo que ocurre es que la ley regula ciertas situaciones especiales, como el caso de estas
sociedades irregulares, en forma específica, abasteciendo de soluciones a situaciones concretas, por
ello es distinta la regulación de la "sociedad de hecho", a la de tipo autorizado no constituida
regularmente, y la de la sociedad anónima en formación. Por más que aparezcan englobadas en un
rótulo común.
Sólo por comodidad de lenguaje puede hablarse de personalidad jurídica "precaria" o
"limitada". Messineo3 expresa que se trata de situaciones que van más allá de la ley praeter legem,
porque se desarrollan en disconformidad con la ley y dan lugar a casos particulares no previstos en
ella, pero que no podrían considerarse ilegales, como si fueran contra la ley.
A estos entes mal llamados "sociedades" la ley no les reconoce calidad de "sujetos" de
derecho; se crean en miras a realizar una o más operaciones determinadas y transitorias; carecen de
duración, no están sujetas a requisitos de forma y no se inscriben.
No tienen órganos, sino que actúan mediante la representación de un gestor que es quien asume
derechos y obligaciones frente a terceros.
No tienen capacidad, no pueden actuar en juicio, demandar ni ser demandadas. Carecen de
patrimonio y de nombre.
No tienen ninguno de los atributos de la personalidad y, por consiguiente, no son personas
jurídicas.
c) Sociedades en liquidación
d) Sociedad en formación
Desde la declaración de voluntad común que tiene lugar en el "acto constitutivo" o desde la
suscripción del contrato plurilateral de organización para los socios, hasta su reconocimiento por el
Estado de su existencia como "persona jurídica", transcurre un tiempo, y deben realizarse durante el
mismo una serie de actos y trámites de "publicidad" que la ley prescribe como obligatorios.
En el intervalo de tiempo entre la "formalización del contrato" y la "inscripción" en el
Registro Público de Comercio, la sociedad comercial "en formación" no es una persona jurídica, no es
sujeto de derecho. Pero ese ente, ya nacido, necesita "actuar", realizar actos, gestiones y trámites para
obtener ese reconocimiento legal. De allí que la ley deba regular especialmente esta etapa "constitutiva
Durante esa etapa la sociedad se encuentra en situación de una "sociedad irregular", porque
bien podría ocurrir que nunca obtenga su inscripción. Por ello la ley va a regular de modo particular
esa situación, pero ello no implica reconocimiento de personalidad jurídica. Simplemente significa
consagrar normas especiales para regular una situación particular. Esto explica las reglas tan
específicas de los artículos 182 y 183 L.S. referentes a las sociedades anónimas en formación,
totalmente diferenciadas de las establecidas en los artículos 21 a 26.
La sociedad en formación no tiene personalidad jurídica, simplemente existen normas
específicas que van a reglar las relaciones jurídicas creadas para la actuación durante ese período de
ciertos individuos (los que actúan para cumplir los requisitos de publicidad e inscripción, promotores,
directores y fundadores). Tienen, podría decirse, una cierta "capacidad" para poder cumplir la etapa de
3
MESSINEO, Francisco, op. cit, T. II, pág. 6, nro. 4.
constitución. Pero todavía no aparece ninguno de los rasgos o elementos que exhiben la existencia de
personalidad jurídica.
En tal sentido, se ha resuelto:
La responsabilidad de los fundadores de la sociedad anónima por todos los actos que se celebren hasta la
constitución definitiva de la sociedad no es
subsidiaria, sino principal; el tercero que contrata tiene acción indistintamente contra los fundadores o la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 10-VI-74; "Fustinoni c/ Alonso y otro", J.A., 1974, t. 24, sec. nac., nro. 23.666.
Aunque los estatutos de la sociedad anónima hayan sido aprobados, si no se ha efectuado la inscripción en el Registro
Público de Comercio, los socios fundadores y los administradores mantienen la obligación personal, ilimitada y solidaria,
propia de los que contraten a nombre de sociedades no constituidas o que no funcionen según las disposiciones del caso.
Sup. Corte Buenos Aires, 2-xI-71, "Barrado y otros c/ Sor Mil 5. A.", J.A., 1972, t. 14, pág. 533.
En reiterados fallos los jueces del common law desestimaron la personalidad jurídica de las
sociedades, aplicando directamente a los socios los efectos de las normas legales que éstos habían
pretendido eludir.
Resulta difícil resumir en una fórmula teórica los diversos supuestos en que los tribunales han
hecho uso de tal solución. Colombres, a quien seguimos en este tema, citando a Gowre nos suministra
un catálogo de casos4:
"1. En razón de superiores exigencias nacionales o de intereses públicos frente a una incorporation
organizada para fines lícitos.
"2. Cuando el objeto de la incorporation, o el uso consiguiente de la forma corporativa, funciona en
contraste a una expresa política gubernativa, sea del poder central, del legislativo o administrativo
(por ejemplo: "el antitrust").
"3. Cuando el objeto de la incorporation o el uso subsiguiente de la forma corporativa están
directamente dirigidos a perpetrar un fraude.
"4. En el caso de que la responsabilidad limitada lesione la equidad.
"5. Cuando la desestimación sea necesaria para impedir una injusticia en relación a todos los
accionistas, o hacia el único accionista, o a un tercero, pero sin culpa de los accionistas o del
único accionista.
"6. Cuando el disregard sea preciso para evitar la opresión interna de algunos accionistas.
"7. Cuando la desestimación de la personalidad fuere necesaria para retener o declinar la jurisdicción
en una controversia o para aplicar la doctrina de la cosa juzgada".
Partiendo de un análisis empírico del derecho norteamericano, Serick expresa la siguiente
fórmula general: "la solución del problema relativo a cuándo puede prescindirse del rasgo esencial de
la persona jurídica, que es la separación radical entre la sociedad y los socios, depende de que la
persona jurídica actúe sin apartarse de los fines en atención a los cuales el derecho la ha creado"5.
Siendo la sociedad un "medio técnico" que el derecho suministra a los seres humanos para actuar
asociativamente y la "personalidad jurídica" un atributo conferido por la ley teniendo en miras un
interés general, cada vez que los individuos que recurren a la forma jurídica societaria lo hagan
apartándose de esos fines que tuvo presente el legislador, la imputación de los derechos y obligaciones
no se hará ya a la sociedad sino directamente a los socios, desestimándose o prescindiendo de la
"personalidad jurídica".
El juez puede, en tales supuestos, "romper el velo" de esa personalidad jurídica y "penetrar" en la
realidad, atribuyendo a los seres humanos que actuaban detrás de ese velo, o encubiertos por él,
directamente, las responsabilidades emergentes de ciertas conductas antijurídicas.
En esto reside la esencia de esta doctrina, en la posibilidad de efectuar una "directa imputación"
de las responsabilidades por actos antijurídicos a los socios, eludiendo la esfera social de imputación
de segundo grado.
En directa relación con este tema, el artículo 54 L.S. en su nueva formulación (ley 22.903) ha
previsto expresamente la inoponibilidad de la personalidad de la sociedad en los siguientes casos:
1) cuando la actuación de la sociedad encubra la obtención de fines extrasocietarios;
2) cuando la sociedad constituye un recurso, un medio para violar la ley, el orden público o la buena
fe; y
3) cuando sea un medio para frustrar derechos de terceros.
En tales casos, los actos y consiguientes responsabilidades de la sociedad se imputarán
directamente a las personas que hicieron posible tal actuación ilegítima, quienes responderán en forma
solidaria e ilimitada por los perjuicios causados.
Esta norma tiene sus antecedentes en decisiones jurisprudenciales, siendo los fallos más notables
4
COLOMBRES, op. cit., págs. 41 y sigs.
5
Idem anterior
los dictados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los casos "Parke Davis" y "Swift-
Deltec", en el año 1973, donde el máximo tribunal judicial dejó sentada la siguiente doctrina:
3. Para resolver en justicia los graves conflictos que plantean en la vida moderna las empresas
multinacionales es menester atender a la realidad económica por sobre las formas jurídicas
aparentes.
4. El excesivo apego al tradicionalismo jurídico, que atiende más a las formas que a la
sustancia, constituye uno de los más serios obstáculos al éxito de
5. Las formas jurídicas que la ley argentina prevé para actividades lícitas y conforme a su
derecho objetivo no pueden legitimar políticas económicas y financieras contrarias a las
necesidades de la sociedad argentina.
9. Si bien lo atinente al régimen de las costas es, como principio, materia ajena al recurso
extraordinario, tal doctrina reconoce excepción en los casos en que media arbitrariedad.
Encuadra en la hipótesis de excepción, la sentencia que impone las costas por su orden en un
incidente sobre verificación de créditos, si del expediente resulta que los acreedores que
pretendían la verificación fueron totalmente vencidos y medió conducta connivente de su parte.
Nro. 22.199, Corte Suprema, 4-IX-73, "Compañía Swift de la Plata SA. Frigorífica (conf. hoy 5.
quiebra)", JA. serie contemporánea, t. 19, págs. 575 y sigs.
A pesar de su aparente autonomía jurídica, la sociedad local se encuentra sin lugar a dudas en
relación orgánica de dependencia con la sociedad foránea por su incorporación financiera a la
sociedad dominante. Esa relación de subordinación no suprime la personalidad jurídica de la
sociedad dependiente, pero tampoco anula su capacidad jurídica tributaria. Califica una
innegable falta de independencia real, con evidentes implicancias en la falta de libertad de
elección respecto a los procedimientos contratados y aun a la real utilidad que los mismos
puedan reportar, así como a la necesidad de haberlos contratado.
Nro. 22.128, C.S].N., 31-VII-1973, "Parke Davis y Cía.; de Argentina (Soc. Anón.)", JA., serie
contemporánea, t. 19, pág. 418.
1. JUR!SPRUDENCIA
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos
de un mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
La sociedad anónima como sujeto de derecho es una persona distinta a la de sus accionistas o
persona jurídica que adquiera su paquete accionario (arts. 2º, 38, 57, 163 y concs., ley 19.550).
S.C.BA., 3-VIII-1993, "B., E. c. F. de B., D. 5.", DJ., 1993-2-744; DJ.B.A., 145-5259.
Uno de los efectos de la personalidad jurídica reconocida a las sociedades es la separación patrimonial de estos
sujetos de derecho respecto de sus integrantes, principio legal que debe respetarse en tanto no se violen reglas
superiores del ordenamiento jurídico, que hagan aplicable el criterio de funcionalidad sustentado en el artículo 2º de la ley
19.550.
Cám. Nac. Trab., Sala V, 23-V-1994, "Fuentes, Julio C. c. Todovino SA. y otro", L.L., Repertorio 1994, pág. 2018.
La persona jurídica, como dispositivo técnico o como fenómeno nacido de necesidades prácticas tendientes a obtener
determinados resultados en el mundo de los negocios, no es en sí misma pecaminosa ni puede merecer una
desaprobación ilimitada. Por el contrario, su intervención en el encauzamiento de la actividad económica puede resultar
un factor más positivo que negativo, toda vez que a través de ella puede posibilitar una agrupación
de esfuerzos que de otro modo no se lograrla, amén de evitarse la esterilización empresaria edificada con
desvelo a raíz de su dependencia a las vicisitudes propias de la persona física.
Del voto del doctor Juan Carlos Morandi, en la tercería de dominio en autos "Empresa
Bartolomé Mitre SA. c. Martínez, Alberto D. y otro", E.D., t. 90, pág. 295; L.L., 1979-D, pág. 265
(párrafo citado por Jorge N. Williams en su voto en la causa "Carabasa, Isidoro e. Canale SA. y otra",
L.L., 1983-B, págs. 401 y 402).
a) Sociedades irregulares
Si bien la calidad de sujeto de derecho, que la ley 19.550 le otorga a las sociedades irregulares o de hecho no es plena
y reconoce limitaciones, la sanción de dicha ley dejó atrás la discusión acerca del reconocimiento de la personalidad jurídica de
las sociedades irregulares o de hecho originada de la interpretación del artículo 2% del Código de Comercio. El carácter de
sociedades de hecho les priva de ciertos beneficios que tienen las sociedades regulares, pero ello no incide como factor negativo
decisivo al reconocimiento de la personalidad jurídica.
Cám. Civ., Com. y Trab. Bell Ville, 27-XII-1995, "Altamirano, María G. c. Vázquez finos. S.RL. y otros", L.L.,
19%C, pág. 642.
b) Sociedades accidentales
Antes de la vigencia de la ley 22.903, y pese a no hallarse legislados los contratos de colaboración empresaria, en la
práctica se concertaban los contratos llamados "de consorcio" con un objeto similar. Y, una de las fórmulas para salvar el
escollo derivado de la prohibición estatuida por el artículo 30, ley 19.550, era el de atribuir a tales consorcios el carácter de
sociedades accidentales. Dentro de esta tesitura tal tipo de sociedades no son sujetos de derecho, pero los terceros adquieren
derechos y asumen obligaciones sólo respecto del socio gestor, salvo que éste haga conocer los nombres de los demás socios
con su consentimiento, quedando en este supuesto obligados ilimitada y solidariamente hacia los terceros. (En el caso concreto,
existió una unión transitoria de empresas,
en el que se concertó un mutuo con un denominado "consorcio" por los intervinientes en la negociación).
Cám. Nac. Com., 16-XI-1992, "Banco Latinoamericano SA. (en liquidación por el B.C.RA.) e. consorcio
Arras SA. s/cobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara comercial
Las sociedades en participación no son más que manifestaciones "larvadas" de relaciones societarias, que no se
ajustan al concepto, la tipicidad y la regularidad que consagran los artículos 1º y 2º, L.S.
Pueden constituirse con dos o más personas para acometer algún negocio determinado, pero sin trascender en su
ejecución la existencia de una firma o razón social particularmente referida a tal sociedad, o por una o varias sociedades, o entre
éstas y otra u otras personas que actúen con la firma social de alguna de estas sociedades, pero sin firma social que caracterice u
ostente la participación aludida.
Cám. Nac. Com., Sala B, 1-VIII-1991, Ficha nro. 13.000, "Rivero, Rubén e. García, José s/sum.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara comercial
e) Sociedades en liquidación
Si resulta probado que la empleadora era una sociedad registral y no se denunció en la causa la
existencia de un fraude laboral tal que torne aplicable la teoría de la penetración de la
personalidad jurídica, no es procedente la condena a la persona física que se hubiese
desempeñado como representante legal o convencional del ente ideal.
Cám. Nac. Trab., Sala V, 23-V-1994, "Fuentes, Julio C.C. Todovino SA. y otro", D.T., 1994-B-
2142; L.L., Repertorio LIV-1994, pág. 2018.
Cám. 1ª Civ. y Com., Bahía Blanca, Sala 1, 21-X-1993, "M., D. H. en M., V., Sucesión", D. J.,
1994-1-348; L.L., Repertorio LIV-1994, págs. 2026/7.
Juzg. Nac. Com. Nro. 9, Capital, firme, 31-V-1990, "Migliozzi, Julio A. c. Volkswagen
Argentina SA. y otros", LL., 1991A254; Di., 19911 629; E.D., 140-683.
1. No existe disposición legal que autorice la atribución automática a la controlante de los actos
realizados por la controlada; pues la sociedad es un sujeto de derecho, con entidad jurídica
diversa y distinta de los socios que la integran. Va de suyo, que tal principio admite excepciones
en los supuestos que la forma societaria se haya utilizado para violentar derechos de terceros, o
para la consecución de fines extrasocietarios, o cuando constituya un recurso para violar la ley,
el orden público o la buena fe. En tales supuestos cabe acudir a la doctrina del disregard of legal
entity que de alguna manera recoge la reforma de la ley de sociedades en el artículo 54, 2da.
parte.
Cám. Nac. Com., Sala B, 13-VI-1991, "NoeI, Carlos e. NoeI y Cía. SA. s/sum.", L.L., 1992-C,
pág. 420; E. D., 145-702.
Cám. Nac. Com., Sala A, 22-11-1991, "Apalategui, Alberto M. c. D'Angelo Roberto, suc.", L.L.,
16-VII-1992.
Cám. Nac. Com., Sala B, 06-XII-1982, "De Carabassa, Isidoro c/ Canale S.A. y otra", L.L., 1983-
B, págs. 353 y sigs.
Quiebra. Extensión. Actuación en interés personal. Actos concretos. Prueba. Sociedad de un solo
socio - Hipoteca para garantizar deudas de la sociedad. Depósito de fondos propios por el presidente
2. A los efectos previstos por el artículo 165 de la ley 19.551, debe rendirse una convincente
prueba sobre capítulos tan dificultosos como lo son los concernientes a la demostración de la
mera apariencia de la actuación de una sociedad que ha encubierto la actividad de una persona -
sea o no socia - en su propio interés; la disposición de bienes sociales por ésta y el fraude
consumado en perjuicio de los acreedores de la sociedad.
3. No configura la situación prevista en el artículo 165 de la ley 19.551 el mero hecho de que el
presidente de la sociedad anónima posea la casi totalidad de sus acciones, aun en el caso de
tratarse de una sociedad de propiedad de un solo socio.
Cám. Nac. Com., Sala C, 29-IV-1985, "Luconi SA., Alberto", L.L., 1985-C, pág. 482.
2. DOCTRINA
Sobre los temas objeto de este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos de doctrina:
- Bomhard, Roland, "Evolución de la personalidad jurídica y la oponibilidad de la personalidad
jurídica en el derecho societario consorcial alemán", revista Estudios de Derecho Comercial (San
Isidro), nro. 9, 1993.
- Fargosi, Horacio P., "Apostillas en torno de la capacidad de las personas jurídicas", R.D.C.O.,
1977, pág. 733.
- "Notas sobre la inoponibilidad de la personalidad jurídica", E.D., 15-XI-1985.
- "Notas sobre sociedades y personalidad jurídica", L.L., 1988-E, pág. 7%.
- Fernández Duque, Carlos A., "Viejos y nuevos problemas de la personalidad jurídica", R.D.C. O.,
1969, pág. 725.
- López Mesa, Marcelo J., "El abuso de la personalidad societaria y la doctrina de la desestimación.
(El presente de una institución veinte años después de su apogeo)", L.L., 17-111-1995.
- Moeremans, Daniel E., "Extensión de la responsabilidad de los socios en las sociedades de capital
en virtud del disregard of the legal entity,"', R.D.C.O., año 22, 1989, pág. 713.
- Otaegui, Julio C., "Acto social constitutivo y persona societaria. Esquema de su naturaleza",
R.D.C.O., 1975, pág. 365.
- Zannoni, Eduardo A., "La normativa societaria ante los actos fraudulentos de la sociedad.
Replanteo de la teoría del disregard (con acotaciones sobre la aplicación jurisprudencial en
la República Argentina)", R.D.C.O., 1978, pág. 1599.
CAPÍTULO IV
CONCEPTO Y ELEMENTOS DE LA SOCIEDAD COMERCIAL
23. ELEMENTOS
Del concepto legal referido surgen los elementos explícitos requeridos para que exista una
sociedad comercial. Pero la ley presupone otros elementos implícitos, sin los cuales ella no existiría.
Son elementos implícitos:
a) El consentimiento de las partes intervinientes en el contrato plurilateral de organización; y
b) la affectio societatis, que es un elemento esencial para que exista la sociedad comercial.
Son elementos explícitos:
a) la pluralidad de personas;
b) la organización;
c) el tipo social;
d) el fondo común;
e) el fin común; y
f) la participación en los beneficios y en las pérdidas.
A su vez, el elemento organización presupone: un nombre, domicilio, objeto y duración; además
de significar la ordenación de los distintos órganos que cumplirán las funciones de gobierno,
administración y control del ente, estableciendo las reglas que regirán su funcionamiento y la
preservación de los derechos de las personas participantes.
24. EL CONSENTIMIENTO
Es un elemento esencial para la existencia de un contrato plurilateral de organización válido.
Debe ser expresado con discernimiento, intención y libertad. Es la manifestación de voluntad de la
persona (física o jurídica) de constituir una sociedad comercial.
Por ello la ausencia de vicios en el consentimiento es condición de validez del contrato, si bien
cabe advertir desde ya que dada la particular naturaleza de este contrato plurilateral esos vicios no
surten los efectos que producen en los contratos bilaterales. En principio, ellos no afectan la
subsistencia del contrato plurilateral, sino el vínculo del contratante, cuyo consentimiento estaba
viciado, con la sociedad. Este principio admite como excepción que la participación del afectado fuera
esencial para la sociedad, sea en mérito a su aporte al fondo social o por su persona en sí misma.
El tema de la capacidad necesaria para constituir sociedad lo analizamos en el Capítulo VI, y en
cuanto a los vicios del consentimiento y sus efectos invalidantes lo estudiamos en el Capítulo V.
En materia societaria este elemento implícito adquiere algunas particularidades, especialmente
respecto de la constitución de las grandes sociedades anónimas que recurren al "ahorro público".
Dichas sociedades se constituyen por medio de un procedimiento especial, donde los promotores
redactan un "programa de fundación" que someten a la aprobación de la autoridad de control (que en
el país, por disposición de la ley 22.169, es la Comisión Nacional de Valores). Una vez aprobado ese
programa e inscripto en el Registro Público de Comercio, comienza la "suscripción" de acciones por
parte del "agente" colocador que debe ser un "banco", que actúa a su vez como representante de los
suscriptores. Finalizado el plazo de suscripción, cuando se hayan colocado las acciones emitidas, se
reunirá la asamblea "constitutiva" (arts. 168 y sigs., L.S.).
Como dice Garrigues: "El procedimiento de la fundación sucesiva supone la existencia de un gran
número de futuros socios y la consiguiente imposibilidad de reunirlos en un solo acto para la
prestación simultánea del consentimiento o en múltiples actos bilaterales para el intercambio de los
consentimientos. Para evitar tales dificultades se ofrece el sistema de dirigir las distintas declaraciones
de voluntad a una o varias personas que figuran como órganos de concentración y que son las que
formularon la propuesta contenida en el llamado 'programa de fundación'".
La ausencia de este elemento por vicios de dolo o error, invalidarán el vinculo del socio con la
sociedad, pero no a ésta. La naturaleza "plurilateral" del contrato exhibe una vez más sus
peculiaridades y la diferencia con el contrato "bilateral".
Como lo destaca Brunetti: "Nulidad y anulabilidad actúan sobre la relación particular, no se
comunican al entero negocio y, por consiguiente, a los otros socios sobre los que el vicio no ha
actuado"2.
De todos modos, puede resultar un vicio invalidante de la sociedad en casos excepcionales, como
la sociedad de dos socios o aquélla donde el aporte de ese socio incapaz resulte esencial, según la regla
del artículo 16 de la ley 19.550.
Nuestra ley prevé dos situaciones donde el "consentimiento" está ausente y de donde emerge la
llamada "sociedad obligatoria". Son los casos de incorporación del heredero del socio, prevista en los
artículos 90 y 155 de la ley, y los supuestos de indivisión hereditaria de la ley 14.394, regulados en el
artículo 28 de la ley societaria.
1
Curso de Derecho mercantil, T. II, pág. 29.
2 Op cit., T. 1, pág. 252.
a) la incorporación del heredero del socio
a) Concepto
Hemos visto que en el Derecho Romano la sociedad estuvo integrada por parientes
consanguíneos: la societas omnium bonorum derivada del antiguo consortium familiar, donde
permanecían los filiifamilias a la muerte del pater. Después se permitió el ingreso a esa sociedad de
extraños a la familia, pero ligados a ella por vínculos de amistad o de trabajo. De todos modos la
sociedad continuó fundada en el "afecto" derivado no ya de lazos de consanguinidad, sino de amistad.
De allí deriva la exigencia de ese particular elemento en el contrato de sociedad.
En el Derecho Romano la “affectio societatis” o “animus contrahendae societatis” consistía en la
voluntad de los contrayentes de unirse con el propósito o intención de constituir sociedad y de
dispensarse recíprocamente el trato de socios. Si esa voluntad faltaba, había simplemente comunidad
de bienes o indivisión, pero no sociedad. Era también consecuencia del carácter de contrato intuitu
personae de la sociedad3.
La doctrina tradicional consideró a éste un elemento indispensable de la sociedad, si bien sin
ponerse de acuerdo en cuanto al concepto de la affectio societatis. Así para Castillo4, es la intención de
formar sociedad; para Salvat es la voluntad o propósito de cooperación en los negocios sociales
aceptando deliberadamente la participación en las utilidades y en las pérdidas. Para Fargosi6, no es la
voluntad o intención de asociarse sino la voluntad de cada socio de adecuar su conducta y sus intereses
personales, egoístas y no coincidentes, a las necesidades de la sociedad para que ella pueda cumplir su
objeto, y a través de ella, que se mantenga durante la vida de la sociedad una situación de igualdad y
equivalencia entre los socios, de modo que cada uno de ellos, y todos en conjunto, observen una
conducta que tienda a que prevalezca el interés común.
Por su parte, autores como Arauz Castex 7 niegan la condición de elemento en el contrato de
sociedad. "El pensamiento de que ella consiste en la voluntad de formar sociedad está ya abandonado
con sobrada razón por la doctrina, porque si eso fuera, se confundiría con el consentimiento necesario
no sólo para formar sociedad sino para celebrar cualquier contrato".
Zavala Rodríguez, siguiendo a Hamel, sostiene la necesidad de la presencia de este elemento,
expresando que la voluntad de unión es el primer elemento esencial de la causa del contrato de
sociedad. Cada uno de los contratantes no considera en adelante a su cocontratante como un
adversario contra el cual debe luchar para realizar una ganancia. Por el contrario, se ha firmado un
contrato de alianza, ofensivo y defensivo, para luchar contra los terceros, y cada uno de los
contratantes, habiendo precisado las bases de esta alianza, considera, después de esto, a su asociado
como un compañero de lucha, como a un camarada de combate8.
3
CARAMÉS FERRO, op. cit., pág. 320.
4
Ver ZAVALA Rodríguez, Código de Comercio y Leyes Complementarias Comentadas y Concordadas, Depalma, 1964,
págs. 291 y sigs., nro. 556.
5
ldem.
6
ldem.
7
ldem.
Colombres 9 expresa que la affectio societatis no es un elemento del contrato plurilateral de sociedad y
que a pesar de los múltiples esfuerzos de la doctrina y de la jurisprudencia predominante entre nosotros,
considera que resultan inhábiles tanto las concepciones subjetivas como las objetivas elaboradas para
fundamentar la existencia de este elemento.
Halperin10 sostiene que el contrato plurilateral de sociedad exige tres elementos específicos, además de
los elementos generales: a) la affectio societatis; b) participación en las ganancias y en las pérdidas; c) y aporte
de cada socio para la formación del capital social. La affectio societatis es para dicho autor la voluntad de
colaboración activa, jurídicamente igualitaria e interesada. Colaboración activa, concretada no sólo en los
aportes de cada uno de los socios, sino también por su actuación en la administración y gobierno de los intereses
sociales; esta colaboración exige la conducta leal del socio traducida no sólo en el respeto del interés social
(deber de abstenerse de decidir u obrar contra ese interés), sino también el de sacrificar el interés propio o ajeno;
jurídicamente igualitaria, porque los socios deben encontrarse en su actuación en un mismo plano jurídico, sin
subordinación de los unos a los otros; e interesada, porque ello resulta del fin, que es obtener beneficios a
distribuir.
Halperin señala también que ese elemento varía en la acentuación de sus rasgos fundamentales según el
tipo de sociedad. Y ello resulta indudable, agregamos nosotros, porque no es lo mismo este elemento en una
sociedad intuitu personae, donde el factor personal adquiere una importancia relevante, al que puede revestir en
el caso de una sociedad anónima, especial8jdem.
9 COLOMBRES, Curso..., pág. 56.
10
HALPERIN, Curto..., págs. 242, 243.
mente el caso de la gran sociedad anónima (la sociedad anónima abierta del artículo 299 L.S.).
Es evidente que dentro del concepto legal de sociedad comercial dado por nuestra L.S. no aparece este
elemento, al menos como requisito "objetivo". Pero no hay dudas de que él existe y está implícito en las
sociedades personales y aun en las pequeñas sociedades de capitales familiares (S.R.L. de familia o cerradas;
sociedad en comandita por acciones, que generalmente son sociedades de familia y en la sociedad anónima
familiar), donde generalmente son consocios parientes, amigos, colegas, etcétera. Coincidimos en que la affectio
societatis es la voluntad de colaboración activa, que expresa Halperin.
Para que exista affectio societatis no basta con el aporte de capital para repartir beneficios, sino que es indispensable la participación
en las pérdidas. La participación en las pérdidas da a los contratantes una recíproca compensación, los coloca en pie de igualdad y unifica el
objeto y fin perseguido, que es lo que constituye la affectio societatis.
Fallo de la Cámara Nacional en lo Comercial, Sala B, J.A., 1966, t. II, pág. 610.
La affectio societatis consiste en la voluntad de cada socio de adecuar su conducta y sus intereses personales, egoístas y no
coincidentes, a las necesidades de la sociedad, para que pueda ella cumplir su objeto, lo que por cierto no está reñido con la posibilidad de que
existan discordias o discusiones acaloradas entre los socios, fracasos de asambleas o reuniones, marcha irregular de la sociedad, poca o ninguna
evolución comercial, mociones para liquidar la sociedad, concurrencia por apoderado a las asambleas, diversidad de criterio sobre la valoración
de la labor o eficacia del gerente, etcétera.
No debe confundirse la affectio Societatis con relaciones cordiales y amistosas entre los integrantes de una sociedad, ya que este tipo
de relación puede faltar sin que por ello desaparezca la affectio societatis, relación de naturaleza diferente vinculada a la existencia de una
voluntad común de los socios para la consecución del fin social y constituida más bien por la disposición anímica de colaboración de todos los
socios en todo lo que haga al objeto de la sociedad.
La affectio societatis es un elemento esencial del contrato de sociedad y su inexistencia es causal suficiente de disolución de la
sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala D, 22-X-1974, EDICIÓN, t. 61, pág. 494; J.A., 1975, t. 27, sección nacional, nro. 24.511.
Carece de la denominada affectio societatis, no obstante la facultad de administrar propia del sacio de la sociedad de hecho, la
sociedad en que uno de los socios ha abdicado en toda participación en la conducción del negocio, escamoteado sistemáticamente de tal manera
la colaboración activa que la constituye como uno de los elementos específicos.
Cám. Nac. Com., Sala B, 3-1X4976, E.D., t. 70, pág. 253.
La colaboración activa e igualitaria de los componentes de una sociedad, lo que significa la carencia de relación de dependencia,
para obtener finalmente un beneficio a dividir entre ambos contratantes, que es la intención que los ha guiado para formar una sociedad, se
denomina affectio societatis.
Supremo Tribunal Chubut, Sala 1,19-111-1973, E.D., t. 60, pág. 173.
Es un elemento esencial para que nazca la sociedad y para que ella subsista. De modo que se
requiere la participación de dos o más personas en el acto constitutivo y durante la vida de la sociedad,
ya que al desaparecer tal situación se produce una causal de disolución (art. 94, inc. 8º, L.S.).
Este elemento esencial distingue la sociedad de la empresa, ya que ésta puede ser "pluripersonal"
o "unipersonal".
Como nuestra ley recoge el principio de "conservación de la empresa", si la sociedad queda
reducida a una persona se prevé un plazo de tres meses para que se incorpore otro socio y de ese modo
se evita la disolución, pero ello debe interpretarse como una excepción al requisito de la subsistencia
de la pluralidad de socios como condición de vida de la sociedad.
Se discute hoy en el derecho comparado y nacional sobre la admisión de la sociedad de "un solo
socio", sea persona física o jurídica.
La doctrina "tradicional" rechaza esta idea con el argumento de que en tal caso no se puede hablar
de "sociedad", porque dicho concepto presupone la existencia de más de una persona.
Pero después del desarrollo económico ocurrido en el mundo con posterioridad a la Segunda
Guerra Mundial, la aparición de los "grupos y conglomerados", en el que las subsidiarias "totalmente
controladas" concentraban la mayor parte de la actividad económica (tanto en la producción como en
el intercambio, y tanto de bienes como de servicios), plantearse la nulidad de esas sociedades por la
inexistencia de dos o más personas es, como decía Le Pera, "plantearse la nulidad del mundo", "lo que
podía ser muy valioso como actitud individual pero desaconsejable como actitud legislativa que, al
condenar los cauces por los que circula la abrumadora realidad, está condenando a la norma a un
destino de ineficacia que hiere irreparablemente el valor de la ley como instrumento de regulación
social"'1.
En tal sentido, la Ley de Unificación de la legislación civil y comercial, 24.032, vetada por el
Poder Ejecutivo nacional, admitió la existencia de sociedades de un solo socio, específicamente la
posibilidad de una sociedad de responsabilidad limitada y anónima de un socio.
En la S.R.L. se exigía que el socio único fuera una persona física; en la S.A. el socio único podía
ser una persona física o jurídica.
El Proyecto de reformas a la Ley de Sociedades comerciales elaborado por la comisión designada
por resolución nro. 465/91 del Ministerio de Justicia, integrada por los Dres. Edgardo Marcelo Alberti,
Miguel Angel Araya, Horacio P. Fargosi, Sergio Le Pera, Héctor Mairal, Ana Isabel Piaggi y Efraín
Hugo Richard, admite la sociedad de responsabilidad limitada de un solo socio y la anónima de un
accionista.
Nosotros admitimos la posibilidad de la sociedad de un solo socio fundado en la necesidad de
posibilitar al empresario individual la utilización de una forma jurídica que le permita separar su
patrimonio "personal" del patrimonio social de la empresa.
Por otra parte, nos parece mucho más lógico que la ley regule un hecho de la realidad cotidiana, a
que fuerce a las personas físicas a transitar caminos de simulación. Porque no otra cosa que sociedades
"simuladas" son aquellas donde el verdadero dueño tiene el noventa y nueve por ciento del capital y el
socio de "paja" el uno por ciento.
27. ORGANIZACION
a) El nombre
Esta organización necesita "identificarse" como persona jurídica titular de derechos, obligaciones
y responsabilidades. La sociedad tiene un nombre que es de su propiedad y que sirve para
diferenciarla.
La ley nos habla de "razón social" y de "denominación". La razón social es el nombre social que
se forma incorporando el nombre de uno o más socios y exhibe la existencia de una responsabilidad
subsidiaria, solidaria e ilimitada. Por ello es propia de las sociedades personales o mixtas donde se da
esa responsabilidad subsidiaria.
La denominación implica la utilización de un nombre de fantasía, que puede incluir el nombre de
alguna persona física, socia o no socia. No exhibe la existencia de responsabilidad subsidiaria y es
propia de las sociedades de capital donde los socios no contraen tal responsabilidad.
Las sociedades personales pueden por la ley optar entre utilizar una razón social o denominación,
opción que también consagra para las sociedades en comandita por acciones, por su carácter mixto,
con socios con responsabilidad subsidiaria (los comanditados).
Las sociedades con responsabilidad limitada (anónimas y de responsabilidad limitada) sólo
pueden utilizar denominación, pero la ley les permite incluir el nombre de una o más personas físicas,
que en el caso de la anónima no necesariamente deben ser socios pero que sí deben serlo en la
sociedad de responsabilidad limitada.
Interpretando las normas de la L.S. nuestra jurisprudencia ha expresado:
El sistema implantado por la ley 19.550 es nuevo en el sentido de que el concepto de razón social fue modificado y no aparece con
los caracteres de la legislación derogada.
Cám. Nac. Com., Sala A, 20-XII-1977, E.D., t. 77, pág. 187,
Las sociedades por parte de interés tienen opción legal para elegir entre la adopción de un nombre, que podrá asumir dos variantes:
razón social y denominación. Curiosamente la ley ha dado esa oportunidad selectiva a las comandita por acciones.
Cám. Nac. Com., Sala A, 20-XII-l977, E.D., t. 77, pág. 187.
La razón social es el nombre social que incorporando el nombre de uno o más socios está mentando una responsabilidad <deuda)
subsidiaria, ilimitada y solidaria. Por ello, las sociedades en que la responsabilidad (deuda) de los socios se encuentra limitada, no tiene razón
social a pesar del equívoco a que introdujo el derogado artículo 2º de la ley 11.645.
Cám. Nac. Com., Sala A, 20-XII-1977, E.D., t. 77, pág. 187.
La razón social que es optativa para las sociedades de personas y las sociedades en comandita por acciones implica vincular en la
responsabilidad a los sujetos físicos, a los que tal forma de nombre alude. Si, en cambio, adopta para esas sociedades el "sistema" de la
denominación, podrá incluirse o no un nombre de persona de existencia visible, y el resultado será indiferente en cuanto a la responsabilidad.
Para las sociedades anónimas, el régimen se aparta más, y estamos en plena denominación (art. 164), pero tanto para las sociedades anónimas
como para las de responsabilidad limitada, la ley autoriza incluir nombres de personas de existencia visible. En ambas, nótese también, la ley
usa prolijamente la palabra "denominación" y no otra.
Cám. Nac. Com., Sala A, 20-XII-1977, F.D., t. 77, pág. 188.
La ley ha querido -a pesar del silencio de la Exposición de Motivos sobre este punto- establecer,
sin duda, que para las sociedades anónimas y las sociedades de responsabilidad limitada, el
único sistema posible es el de la denominación (Se incluyan o no nombres de personas de
existencia visible en ella). Además, resulta claro que tal sistema no implica ninguna relación de
responsabilidad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 20-XlI-1977, E.D., t. 77, pág. 188.
El nombre de la sociedad se integra en todos los casos con las palabras que identifican el "tipo social"
elegido para actuar.
La circunstancia de que una sociedad que se pretende registrar tenga un objeto distinto a otra ya registrada con el mismo nombre no
justifica que éste sea admitido, porque como ese objeto no tiene exteriorización pública, no servirá como elemento distintivo.
Juzgado en lo Comercial de Registro, &V-1975, "Casa Medina S.R.L.".
La oposición deducida sobre la base de la identidad de un nombre no importa el ejercicio de una acción fundada en la ley 3975, sino
que pone en HALPER1N, Curso..., pág. 265, nro. 69.
actuación las atribuciones del Juez de Registro, en orden a lo establecido por los artículos 6º y 167 de la ley 19.550.
Cám. Nac. Com., Sala C, 19-X-1977, "Constructora Cariló, Sociedad Anónima
Si bien la Ley de Sociedades no ha reiterado explícitamente el principio de la inconfundibilidad de las denominaciones o nombres de
las sociedades, tal como lo hacía el artículo 300 del Código de Comercio, el mismo debe considerarse implícito por ser uno de los inherentes a
la materia, o inclusive por haberse plasmado - siquiera a través de una aplicación concreta - en el régimen de sociedades, al exigirse que la
razón social exprese indudablemente la identidad de la sociedad (art. 126, ley 19.550).
Cám. Nac. Com., Sala C, 19-X-1977, "Constructora Cariló, Sociedad Anónima".
En los supuestos de oposición a la inscripción de una sociedad en el Registro Público de Comercio fundada en tener la sociedad
oponente la misma denominación social, deberá tenerse en cuenta a los efectos de su acogimiento, más que a los intereses particulares del
peticionante y el opositor al registro, al interés del tráfico y de los terceros en general que Se encontrarían ineficientemente protegidos si, hasta
tanto se dilucide el mejor derecho al nombre, el Registro procediera a la inscripción de la sociedad y, consecuentemente, la habilitase para
actuar bajo tal denominación, a sabiendas de la existencia de otra que actúa bajo el mismo nombre.
Cám. Nac. Com., Sala C, 19-X-1977, "Constructora Cariló S.A."13.
b) Domicilio
La L.S. (ley 19.550) determinaba en el artículo 11, inciso 2º) la obligación de mencionar en el
instrumento constitutivo de la sociedad "el domicilio" de ella. La doctrina enseñaba que el "domicilio social"
correspondía a la jurisdicción en la cual se constituía la sociedad y cuya autoridad judicial competente autorizaba
a inscribirla en el Registro Público de Comercio. En cambio, sede social era el lugar preciso, de determinada
ciudad o población, en donde funciona la administración y gobierno de la sociedad' 4.
Este concepto, o mejor dicho, esta distinción, no era pacífica, ya que se había interpretado
anteriormente el artículo 291, inciso 2º) del Código de Comercio, en el sentido que el domicilio era el asiento
físico del negocio donde se llevará la contabilidad legal de la sociedad y que implicaba la indicación precisa de
su sede social, calle, número y localidad, pueblo o ciudad.
13 NISSEN, Ricardo A., Ley de Sociedades Comerciales (su análisis a través de la jurisprudencia), Universitas, 1978, pág. 33.
14 HALPERIN, Curso..., pág. 262, nro. 66.
En el caso "Quilpe", se sentó la siguiente doctrina:
FI contrato de sociedad debe consignar el domicilio con determinación de calle y número, sin perjuicio de facultarse a los
administradores a cambiarlos dentro de la jurisdicción, sin modificación de los estatutos y cumpliendo sólo los demás recaudos legales.
Cám. Nac. Com., Sala B, 7-V-75, "Quilpe, Sociedad Anónima", J. A., 1975, t. 28, Sección nac. 24.620; L.L., 1975, t. C, pág. 291,
con nota de Horacio P. Fargosí; E. D., t. 63, pág. 139.
La Inspección General de Personas Jurídicas (hoy Inspección General de Justicia), autoridad a cargo del
Registro Público de Comercio en la Capital Federal, había resuelto reiteradamente que "en cumplimiento del
artículo 11, inciso 2º de la ley 19.550 los contratos o estatutos de sociedades deberán establecer con precisión: -
territorio, ciudad, calle, número, piso, oficina o departamento - la ubicación de su sede social".
La ley de facto 22.903 , de reformas a la L.S., recogió "la solución propiciada por la jurisprudencia en el
sentido de interpretar el concepto de domicilio como referido a la jurisdicción en la que se constituye la
sociedad; de este modo se posibilita que sólo tal dato conste en el contrato social..."15, consagrando tal
posibilidad y permitiendo que la dirección de su sede se inscriba por separado, habiendo modificado el artículo
11, inciso 2º, introduciendo un párrafo en tal sentido. Por ello el cambio de dirección o sede social no requerirá
una modificación del contrato social - dando una solución práctica a los problemas que una interpretación rígida
como la de la autoridad a cargo del Registro Público de Comercio de la Capital Federal planteaba -.
c) Duración
La organización presupone una cierta estabilidad, una subsistencia en el tiempo. La sociedad requiere
por ello que se establezca una duración determinada de tiempo. La ley no fija ni mínimo ni máximo, sino que se
determine ella. De esa forma se crea algo perdurable que tendrá continuidad y su predeterminación confiere
seguridad a los socios y a los terceros que contraten con la sociedad.
d) Objeto: remisión
16
ZALDÍVAR, Enrique y otros, Cuadernos de Derecho Societario, T 1, pág. 26, nro. 1.1.
17 HALPERIN, Curso..., pág. 303, nro. 1.
18 LE PERA, Sergio, Joint Venture y Sociedad, Apéndice III, "Principio y dogma en la Ley de Sociedades Comerciales", pág. 253.
liberal, que prohíbe la interpretación analógica de los tipos delictivos. Ese principio es extraño al
derecho privado, que cuando quiere presentar una serie cerrada de figuras definidas legalmente recurre a la
técnica del numerus clausus. Que mientras en otras legislaciones los distintos tipos de sociedades son "tipos
especiales" respecto de un régimen legal genérico de las relaciones asociativas (una "simple sociedad" como en
el derecho italiano, o la partnership en el derecho del Common Law), que absorbe y regula de manera no
persecutoria todos aquellos negocios y relaciones que no alcancen a ser uno de los "tipos especiales" contenidos
en la ley, en nuestra ley societaria los "tipos" no son especiales respecto de uno genérico, sino "islotes de
legalidad en un universo de ilicitud y precariedad". Con el agravante, respecto de igual principio del derecho
penal, que mientras los tipos criminales son pedazos no contiguos de ilicitud en la legalidad circundante ("todo
lo que no está prohibido está permitido"), los tipos societarios son pedazos de permisión en el mundo de lo
prohibido ("todo lo que no está permitido está prohibido").
En definitiva, creemos que la tipicidad significa la implementación legal de diversas formas de
organización societaria que se imponen obligatoriamente a quienes quieren utilizar este instrumento jurídico. A
los interesados la ley les deja una opción entre algunos de los tipos reglamentados, reglándolo imperativamente y
no consintiendo a la autonomía privada crear tipos o formas de organización con otras características 19
Este requisito general, establecido en el artículo 1º L.S., admite una sola excepción que es la prevista en
el artículo 119 para la sociedad extranjera constituida bajo un tipo desconocido en nuestra ley. La ley admite su
actuación en el país y la somete, en cuanto a los requisitos de control y funcionamiento, a las del "tipo social"
legal de máximo rigor'0.
21
HAI.PFR!N, Curto..., pág. 246, nro. 29; ZAI.DÍvAR, Op. (it., pág. 74, nro.
5.2.2.
Todo ello con las limitaciones referidas a cada tipo social, como ya señalamos supra.
Debe determinarse en cada caso el valor del aporte, pues ello es necesario para fijar el capital
social, establecer la participación de cada socio en la sociedad y, por ende, la medida de sus derechos en cuanto a
las utllidades y reparto final y en cuanto a su voto para lograr las mayorías en las deliberaciones sociales.
El fondo común de la sociedad es un elemento esencial y constituye una propiedad de ella,
afectado a las obligaciones contraídas; con independencia del patrimonio individual de cada uno de los
socios y que no puede ser agredido por los acreedores particulares de éstos.
Este fondo común que responde a los terceros que contratan con la sociedad es preservado por
la ley, en el sentido que él no puede ser disminuido arbitrariamente por los socios, sino en la forma
prevista por la ley, con conocimiento y participación de los acreedores sociales, con las formalidades
establecidas y la publicidad necesaria. Esto es lo que se denomina la intangibilidad del capital social. Diversas
normas consagran y preservan esa intangibilidad: las que prescriben las formas a cumplir para su aumento y
reducción; las que consagran la obligación de los socios respect3 del aporte social comprometido; las que
impiden a la sociedad adquirir sus propias acciones; las que prohíben las participaciones recíprocas en el capital
entre sociedades; las que consagran límites a esas participaciones; las que prohíben a la sociedad controlada
participar en el capital de la controlante, etcétera.
30. EL FIN COMUN
La doctrina italiana al considerar este tema lo analiza bajo el concepto de "causa", en el sentido de
causa-fin: esto es, el interés que las partes intervinientes en el acto constitutivo de la sociedad tratan de obtener o
realizar. Brunetti expresa que la causa está contenida, por lo tanto, "en el ejercicio en común de una actividad
económica para dividir las utilidades", en la comunión de fin calificada22.
a) Concepto
Está constituido por los actos o categorías de actos que en virtud del contrato constitutivo
p64rá realizar la sociedad, para lograr el fin común al que aspiran los socios.
No debe confundirse objeto con actividad, expresa Halperin27. El objeto está determinado por la
categoría de actos para cuyo ejercicio se constituyó la sociedad; la actividad, en cambio, es el ejercicio efectivo
de actos que realiza la sociedad en funcionamiento.
"El objeto de la sociedad debe ser preciso y determinado para posibilitar que Se conozcan con certeza las diversas
actividades que puede abarcar la empresa mercantil... ese objeto no es preciso y determinado si no queda actividad cemercial o
industrial que no Se encuentre comprendida en su ámbito"... "La indeterminación del objeto social permite razonablemente
suponer que la sociedad sólo operará en algunos de los rubros comprendidos, dejando los demás para eventuales cambios de
objeto, que se realizarán sin cumplir con los recaudos y formalidades exigidos por la ley, y ello es precisamente lo que
corresponde evitar".
Cám. Nac. de Apel. en lo Comercial, Sala B, 2-X-74, JA., 1975, t. 26, sec. nac. nro. 24.240; L.L., 1975, t. A, pág. 415;
EDICIÓN, t. 60, pág. 229.
c) Requisitos
Remisión: este tema lo analizamos dentro del Capítulo V, punto 52, a), b) y c).
Siguiendo a Colombres diremos que esta doctrina puede caracterizarse diciendo que "la
actividad indicada en el acto constitutivo representa un límite, no sólo al poder de los administradores,
sino también a la misma capacidad de la sociedad, determinando como consecuencia que los actos
extraños al objeto social son insanablemente nulos, aun cuando el cumplimiento de los mismos haya
sido decidido por el acuerdo unánime de los socios” 28
Lo esencial de esa doctrina, nos explica el autor citado, consiste en sostener que de la atribución de una
"personalidad jurídica" no deriva una imputabilidad diferenciada general, sino, por el contrario y en razón de la
específica naturaleza que ella inviste como "persona jurídica", una imputabilidad propia y circunscripta a la
actividad para la que ella ha sido contituida, y para la que, precisamente, le ha reconocido el ordenamiento
jurídico una específica titularidad de derechos y obligaciones.
Ya la antigua legislación inglesa previó que el acto constitutivo debía contener, entre sus
constancias esenciales, la descripción del objeto social; y la capacidad de la sociedad quedaba circunscripta al
cumplimiento del objeto social. Si bien esta concepción se ha debilitado al admitirse que al par de la descripción
28
COLOMBRES, op. cit., págs. 105y sigs.
del objeto social se permitiera incluir en los estatutos una fórmula que faculta a las sociedades
a realizar otros actos inciden-tales tendientes a su cumplimiento.
Esa doctrina es ajena al derecho continental europeo, donde se ha admitido pacíficamente el
principio de la capacidad general de las sociedades y la descripción del objeto social, sólo ha tenido el valor
de circunscribir el poder de representación de los administradores. Las operaciones que exceden ese
límite son ineficaces, pero pueden ser subsanables mediante la ratificación de la asamblea.
La jurisprudencia y doctrina norteamericana varió la concepción inglesa original y la doctrina
del ultra vires fue perdiendo la duplicidad de significado y de acto exhorbitante, sea del objeto social,
sea de la facultad del órgano social, y quedó restringida a este último alcance.
Sostiene Colombres que nuestra ley adopta en el artículo 58, sin duda, la concepción amplia de
la doctrina del ultra vires, conceptualizada como un doble límite, tanto para la sociedad como para el
órgano de administración y representación. El objeto social determina ese límite y aquellos actos
notoriamente ajenos al objeto social serán inoponibles a la sociedad.
Es decir que el objeto social marca no sólo un límite para el órgano de administración, que no
puede exhorbitar, sino también un límite a la "capacidad" de la sociedad que no puede rea¡izar todos los
actos y negocios, sino aquéllos comprendidos en su objeto.
Esta doctrina tenía recepción en la legislación nacional en los artículos 35 y 36 del Código
Civil, y en los artículos 337, 338 y 317 del Código de Comercio.
Como bien señala Halperin29 la tendencia contemporánea está en abandonar esta limitación en
amparo de los terceros, de la celeridad y seguridad de los negocios y en protección de los accionistas
presentes y futuros.
Sostiene este autor que el artículo 58 atenúa el rigor de la doctrina del ultra vires al hacer
referencia a actos que no sean notoriamente extraños al objeto social, por lo que el exceso debe
29 Ver HALPERIN, Sociedades Anó,iimas, págs. 425 y sigs., y la nota nro. 134 con cita de la jurisprudencia nacional
anterior a la sanción de la Ley de Sociedades comerciales.
resultar clara e indubitablemente del objeto enunciado en el estatuto.
Estimamos que, de todos modos, la Ley de Sociedades comerciales ha adoptado tal criterio,
sumamente peligroso para la evolución normal de los negocios, para su celeridad y seguridad y
contrario a la prevalencia de la buena fe comercial30.
Art. 2°. - Sujeto de derecho. La sociedad es un sujeto de derecho con el alcance fijado en esta ley.
La sociedad cómercial es una persona jurídica privada, con el alcance que hemos expuesto en el
Capítulo III, punto 19.
Art. 3° - Las asociaciones, cualquiera fuere su objeto, que adopten la forma de sociedad bajo algunos de los tipos previstos, quedan
sujetas a sus disposiciones.
Las asociaciones civiles, religiosas, de bien público, etcétera, cualquiera sea su objeto, que adopten la
forma de sociedad comercial en algunos de los "tipos" legales previstos, quedarán sometidas al régimen de la
Ley de Sociedades comerciales.
Esta norma no es sino una aplicación concreta del principio de "tipicidad" que ha adoptado nuestra ley.
Esto prueba acabadamente que la ley ha adoptado el criterio de la "forma" y no ya el del
"objeto comercial" como elemento diferenciador, avanzando así decididamente hacia la unificación
del régimen de las relaciones económicas de derecho privado3t.
30 Otaegui, Julio C., Administración Societaria, Abaco, Bs. As., 1979, pág.
80, sostiene que el objeto social no limita la capacidad del derecho de la sociedad
respecto de los actos jurídicos que ésta puede realizar, ya que el objeto indica actividades y no actos.
31 HALPERIN, Curso..., pág. 287, nro 1.
NOTAS A LA OCTAVA EDICION
1. JUR!SPRUDENCM
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
Es inadmisible la ejecución forzada de un convenio de "promesa de sociedad" porque ello es incompatible con el affectio
societatis requerido al momento de la constitución social, en tanto se trata de un débito de hacer de naturaleza intl4ito persone
cuyo incumplimiento sólo puede generar daños y perjuicios (de la sentencia de primera instancia).
Cám. Nac. Com., Sala C, 24-IX-1993, "Rozenblum, Horacio c. Falak, Mario V.", L.L., 1994-E, págs. 483/4.
La affectio societatis no debe ser confundida con la necesidad que exista entre los socios una relación cordial y
amistosa, la que puede faltar sin que por ello desaparezca la voluntad de colaborar en la consecución del fin social.
Cám. Nac. Com., Sala E, 27-XII-1991, Ficha nro. 13.779, "Pagliai, Aníbal e. Fernández Lacour, César s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
27. ORGANIZACION
a) El nombre
1. El nombre de una sociedad, no es solamente un atributo de la personalidad sino que debe ser considerado
como un bien inmaterial susceptible de valoración pecuniaria sobre el que se ejerce un derecho de propiedad en el sentido del
artículo 17 de la Constitución Nacional, del cual no puede privársele arbitrariamente, ni ser utilizado por otra sociedad sin
conculcar además, el principio de inconfundibilidad, pues por el solo motivo de ser el nombre el elemento que individualiza a la
persona jurídica que el ente societario importa, la ley le confiere el derecho a la tutela de su propia personalidad.
2. La libertad en la elección del nombre aparece restringida por el llamado principio de "novedad", que
veda la adopción de una denominación ya utilizada por otra sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 24-VIII-1990, Inspección General de Justicia, "Chanel París SA.",
L.L., 1991-A, pág. 127.
b) Domicilio
Notificación
1. El domicilio en el cual se cursó la citación para reconocer firmas prevista por el artículo 525, Código Procesal,
y la intimación de pago
- individualizado como legal - coincide con el social inscripto en la Inspección General de Justicia. En
consecuencia, son válidas y vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en la sede inscripta (art. 11, inc. 2º,
L.S.).
2. Es inaceptable la alegación de que los emplazamientos a la sociedad se cursaron a un domicilio falso, pues resulta
irrelevante que se hubieren iniciado trámites tendientes a obtener la inscripción de un nuevo domicilio social, ya que por no
haber sido concluidos carecen de oponibilidad ante terceros. Más aún cuando no se denunció ningún domicilio real al cual
debieran haberse cursado las notificaciones.
Cám. Nac. Com., Sala E, 27-111-1992, "Dar SA. en liq. por Banco Central c. Darom SA. y otro", L.L., 28-VIII-1992.
De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 11 de la ley 19.550, inciso 2º, armonizado con lo preceptuado por el inciso
3º del artículo 90 del Código Civil, el domicilio legal de la sociedad hace presumir que es allí donde se domicilia la persona
jurídica, sin admitir prueba en contrario. Consecuentemente, ese es el domicilio donde debe ser citada a todos los efectos, por
los que se tendrán por válidas y vinculantes para la sociedad todas las notificaciones efectuadas en esa sede.
Cám. Nac. Trab., Sala 1, 16-11-1990, "Sánchez, Lidia 1. c. Corman SA. y otros", L.L., 28-VIII-1992.
1. Desde que el domicilio constituido es el domicilio procesal o ad litenz, fijado a los efectos del proceso, no
corresponde asimilarlo al
domicilio social inscripto, sin que ello importe desconocer los efectos que el artículo 11, inciso 2º de la ley
19550 asigna a las comunicaciones que en él se cursen.
2. Si bien no es admisible la pretensión de notificar a la sociedad
en el domicilio social inscripto con la calificación de constituido, ello no importa restar validez a
las notificaciones que pudieran efectivizarse en el domicilio inscripto en el registro pertinente.
Cám. Nac. Com., Sala E, 16-VIII-1988, "Muñoz, Miguel c. Sociedad Minera Pirquitas Pichetti y
Compañía, SA. y otros", E.D., 15-IX-1989.
1. El
artículo 11, inciso 2' de la ley 19.550 moclificado por la ley
22.903, establece que se tendrán por validas y 'vinculantes para la sociedad todas las
notificaciones efectuadas en la sede inscripta. En consecuencia, la dirección de la sede es el domicilio
legal de la persona de existencia ideal en el sentido del artículo 90 del Codigo Civil.
2. Es admisible conferir al domicilio legal el carácter de constituido procesal para viabilizar
sin futuros inconvenientes la notificación para lo cual, entre todas las otras, aquél fue constituido.
Cám. Nac. Com., Sala A, 22-11-1989, "Maguse, SA. sipedido de quiebra por Amarilla de Albo,
Susana y otro", E.D., 15-IX-1989.
La sociedad fue constituida según uno de los tipos previstos por la ley 19.550, y debidamente inscripta,
la circunstancia de no haberse registrado una supuesta cesión de cuotas no tiene entidad para menoscabar la naturaleza
del ente, constituyéndola en una sociedad irregular; eventualmente, tendrá efectos respecto a la responsabilidad de sus
componentes respecto del incumplimiento de tal recaudo. Del dictamen del fiscal de Cámara 66.873.
Cám. Nac. Com., Sala A, 17-IX-1992, "Exchange Turismo de Oscar Juan Martínez y Germán
Darío Coronel Soc. de Hecho siPedido de quiebra por Arends Bernt", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara
Comercial
La inscripción ante el registro público del acto societario por el cual se legitiman los aportes efectuados
por los socios que derivan en un supuesto de capital, no obsta a la eficacia de los derechos y obligaciones
contraídas por las partes, y por ende, cabe considerarla una exigencia formal no esencial, que es susceptible de ser
cumplida con posterioridad al plazo fijado para tales efectos.
Cám. Nac. Fed. Cont.-Adm., Sala IV, 18-VI-1992, "Finatlantic SA.", L.L., Repertorio LIII-1993, pág. 1627.
Aportes. Reintegro
Las sumas pagadas por el acreedor, destinadas a solventar el valor de los bienes prometidos en aporte de una
futura sociedad, una vez resuelto el contrato, constituye una típica deuda de valor y en consecuencia el reintegro debe
efectuarse según el poder adquisitivo que aquella tenía al tiempo de la entrega al deudor.
Cám. Nac. Com., Sala D, 12-111-1990, Ficha nro. 7869, "Stellino, Pedro c. Venturini, Guerrino s/sum.", Repertorio
de Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
1. El álea que caracteriza a toda empresa comercial, trae aparejada la necesidad de que quienes han contribuido a
formar el fondo social queden expuestos, ante un eventual quebranto del ente, a perder el valor de lo que al mismo han
aportado. Por ello la obligación de soportar las pérdidas que pudieren originarse como consecuencia de la actividad social. Ha
sido elevada por la ley al rango de requisito esencial del contrato de sociedad, y por ello también la pretensión de recuperar los
aportes sin una previa valoración de la situación patrimonial de la sociedad, no encuentra amparo en ninguna norma legal.
2. De ahí que la posibilidad de obtener el reembolso de lo aportado sólo puede ser admitida frente a una norma
expresa que lo autorice, como ocurre en el caso de exclusión de un socio o cuando se ejercita el derecho de receso.
Cám. Nac. Com., Sala E, 24-V-1990, Ficha nro. 8519, "López Fernández, Adolfo c. Vivero S.R.L. s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
1. La prueba del aporte a una sociedad puede no ser sencilla, pero indudablemente lo es menos cuando se trata de un
aporte no habitual en los usos comerciales.
2. Cuando se trata de trabajo personal, la prueba de haberlo dado como aporte a una sociedad - una suerte de
sociedad de hecho de capital e industria - parece particularmente dificultosa, porque la dación de trabajo no es inequívocamente
indicativo de un aporte, desde que puede ser dado también a título de relación de trabajo o empleo, o bien a título de locación de
servicios, la prestación - trabajo - es en sí misma idéntica, pero puede ser dada por causa y con efectos bien diferentes.
Cám. Nac. Com., Sala D, 19-VI-1990, Ficha nro. 9282, "Bodrone, Héctor c. Verdier, Adolfo s/ord.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
El compromiso de aporte de capital a una sociedad, es - aun luego de efectivizado- una suerte de negocio
jurídico ad referendum, en el sentido de que la voluntad de los sujetos intervinientes en el acto requiere ser integrada por otra
declaración de voluntad emanada de los órganos societarios destinados a formar la voluntad de la sociedad, sin la
cual no existe obligación emergente del contrato conforme a las preceptivas de los artículos 1161 y concordantes del
Código Civil. A resultas de ello, es exacto también lo afirmado por el juez, que a falta de ratificación de la sociedad
exteriorizada a través de las formalidades legales exigidas (la cual debe incluir necesariamente la decisión de aumentar el
capital social>, el acto por el que se constituye e integra un aporte respecto de una sociedad que tiene la totalidad del capital
suscripto e integrado, ca-
rece de causa y por tanto, de virtualidad eficiente, no siendo susceptible de producir sus efectos
propios.
Cám. Nac. Com., Sala A, 5-VlI-1994, "Angelen Szabo, Marta Elena c. Szyszkowski, Elba H. y otros simodificación
de contrato y rendición de cuentas", E.D., 7-Vl-1995.
En el sistema societario argentino aporte es equivalente a obligación de aportar, por 10 que ningun obstáculo
existe para que se consignen en el contrato los aportes de crédito y de acciones a perfeccionarse en su forma
de cumplimiento con posterioridad a la firma del acto constitutivo (de la sentencia de primera
instancia).
Cám. Nac. Com., Sala C, 24-IX-1993, "Rozenblum, Horacio c.
Falak, Mario V.", L.L., 1994-E, págs. 483/4.
El actor se encuentra muy lejos de haber rendido una prueba con tal alcance. En primer lugar, no existe el
mentado principio de prueba por escrito. Pero aun con prescindencia de tal elemento no se ha aportado prueba de la
existencia de los elementos específicos de todo contrato de sociedad: los aportes efectuados por cada uno de los socios para la
formación del capital social, participación en los beneficios y soportación de las pérdidas y affectio societatis.
Cám. Nac. Com., Sala A, 13-X-1989, "Taverna de Antuña, Rosa, M. A. c. Antuña, Celestino V.", L.L., 1991-A, pág.
356.
Corresponde distinguir entre el derecho a participar en las utilidades, caracterizado como eventual, abstracto
o genérico durante el transcurso de toda la duración de la actividad societaria; y el derecho concreto a un dividendo, que puede
desdoblarse en un derecho periódico a la participación en las íitilidades de los ejercicios y un derecho al dividendo ya aprobado.
Trib. Arbitraje Gral. de la Bolsa de Comercio, 6-11-1996, "Televisoras Provinciales SA.", L.L., 24-VI-1996, pág. 13,
fallo 94.410, DJ.,
1996-1-1273.
32. EL OBJETO SOCIAL
La sociedad anónima como sujeto de derecho es una persona distinta a la de sus accionistas o persona
jurídica que adquiera su paquete accionario (arts. 2º, 38, 57, 163 y concs., ley 19.550, Adiq, XLIV-B, 1319).
S.C.BA., 3-VIII-1993, "B., E. c. F. de B., D. 5.", Di., 1993-2-744; D.J.B.A., 145-5259.
2 DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Aramouni, Alberto, "Empresa individual de responsabilidad limitada", R.D.C.O., 1990-B, pág. 459.
Chiesa, Juan José, "En torno a la unificación de homonimia de nombres societarios", E.D., 24-III-1995.
Halperin, Isaac, "El concepto de sociedad en el proyecto de Ley de Sociedades Comerciales", R.D.C.O., 1969, pág.
265.
Malagarriga, Juan, "En torno al concepto de sociedad comercial en el proyecto dc Ley de Sociedades
Comerciales", R.D.C.O., 1969, pág. 561.
Moeremans, Daniel E., "Recepción de la sociedad unipersonal de responsabilidad limitada en el Proyecto de
Unificación Civil y Comer-
cial en la Argentina. Protección de los acreedores", R.D. C. O., 1990-
A, pág. 169.
Moeremans, Daniel - Monso, Cásar - Torrego, Eduardo - Veiga, Juan
Carlos, "Las relaciones externas en la S.R.L. unipersonal", R.D.C.O., 1990-B, pág. 575.
Nissen, Ricardo Augusto, "Nuevamente sobre el artículo 39 del Código de Comercio (oposición a la registración
de actos societarios)",
L.L., 21-VI-1989.
Otaegui, Julio, "Tendencias
reformistas del régimen societario, su pro y su contra", F.D., Temas de
Derecho Societario, VI Congreso de
Derecho Societario, Mar del Plata, noviembre de 1995.
CAPÍTULO V
CONSTITUCION DE LA SOCIEDAD
A) ACTO CONSTITUTIVO
Hemos visto que la sociedad comércial requiere una "organización", esto es una ordenación de
su gobierno, dirección y ejecución de las actividades sociales. Debe preverse quiénes tendrán a su cargo las
decisiones (órgano deliberativo), la administración y representación de la sociedad frente a los terceros (órgano
de administración y representación) y quién tendrá a su cargo la fiscalización interna de la sociedad (órgano de control).
Esa organización se debe establecer en el contrato social o estatuto societario. Este contrato es el
previsto en el artículo 4º L.S., que debe ser hecho por escrito, sea por instrumento público o privado.
Esta disposición se debe entender con un agregado implícito: y de acuerdo al tipo social de que se trate,
porque para las sociedades por acciones la ley exige obligatoriamente su
constitución por instrumento público (arts. 165 y 316, L.S.).
Instrumentos públicos son los enunciados taxativamente en el artículo 979 del Código Civil y
aquéllos a los que una ley especial confiere tal carácter1. Instrumentos privados son aquéllos
1 Artículo979 del Codigo Civil: “Son instrumentos pablicos respecto de los actos jundicos:
1º Las escrituras públicas hechas por escribanos públicos en sus libros de protocolo, o por otros funcionarios con las
mismas atribuciones, y las copias de esos libros sacadas en la forma que prescribe la ley;
que, firmados por las partes intervinientes, tienen como finalidad hacer constar un acto jurídico2 (art. 1012, Cód. Civ.).
La forma contractual referida no es libre, sino impuesta por
del co
la ley que inclusive va a determinar el conténido ntrato; y se
completa con la publicidad (publicaciones e inscripción). Las formas establecidas juegan un papel de
garantla de los terceros3 pero también son un requisito de la eiiistencia de la sociedad
como persona juridica. Adviértase que en nuestro régimen legal las sociedades comerciales adquieren el
atributo de la personalidad jurídica en virtud de una autorización general previo cumplimiento de los requisitos
que la ley específica establece. De
2º Cualquier otro instrumento que extendieren los escribanos o funcionarios públicos en la forma que las leyes
hubieren determinado;
30 Los asientos en los libros de los corredores, en los casos y en la forma que determine el Código de Comercio;
40 Las actas judiciales, hechas en los expedientes por 105 respectivos escribanos, y firmadas por las partes, en los casos y en
las formas que determinen las leyes de procedimientos; y las copias que de esas actas se sacasen por orden del juez ante quien pasaron;
50 Las letras aceptadas por el gobierno o sus delegados, los billetes o cualquier título de crédito emitido por el tesoro público, las
cuentas sacadas de los libros fiscales, autorizadas por el encargado de llevarlas;
60 Las letras de particulares, dadas en pago de derechos de aduana con expresión o con la anotación correspondiente de que
pertenecen al tesoro público
70 Las inscripciones de la deuda pública, tanto nacionales como provinciales;
80 Las acciones de las compañías autorizadas especialmente, emitidas en conformidad a sus estatutos;
9' Los billetes, libretas, y toda cédula emitida por los bancos, autorizados para tales emisiones;
10 Los asientos de los matrimonios en los libros parroquiales, o en los registros municipales, y las copias sacadas de esos libros o
registros".
La enumeración hecha en esta norma es limitativa, en el sentido de que no hay otros instrumentos públicos que los allí
enumerados, salvo que alguna ley especial les atribuya ese carácter (ver SAIAS, Acdeel, Código Civil Anotado, T. 1, Depalma, 1975, pág. 485,
nro. 1). LLAMBIAs, Jorge Joaquín, sostiene que la enumeración es meramente ejemplificativa, por lo que cualquier documento que responda
a la noción de instrumento público debe ser reputado tal: Tratado de Denecho Civil, Parte General, T. II, 9' Edición, Perrot, pág.
439, nro. 1657.
2 Ver SAlas, op. cit., T. 1, pág. 500, artículo 1012, nro. 1.
3 HALPERIN, Curso..., pág. 279, nro. 1.
modo que el cumplimento de los requisitos de constitución y publicidad posibilitan la
inscripción en el Registro Público de Comercio y allí queda reconocida oat7ibuida esta personalidad.
Más que de un requisito de la "regularidad" de la sociedad, como expresa el artículo 7Q L.S.,
por el sistema adoptado estamos en presencia de lo que Brunetti señala como condición de e;uls'tencia4.
Las modificaciones contractuales también se deben efectuar por escrito. Halperin5 sostiene que las
modificaciones contractuales en la sociedad anónima se pueden hacer por instrumento privado, ya que la
exigencia del artículo 165 se limita a la constitución de la sociedad, que de esta forma la ley se apartó
de la regla del artículo 1184, inciso 10 del Código Civil. En materia de modificaciones contractuales
impera la libertad de formas.
En tal sentido es de recordar el fallo recaído en autos "Co metarsa, Construcciones
Metalúrgicas Argentinas S.A.":
1. La certificación que expidan los escribanos acerca de la finalidad de la copia de las actas de asamblea, teniendo a
la vista los libros rubricados es un instrumento público. Lo es también la certificación de la autenticidad de las firmas que la
abonan, sea porque han pasado ante el notario, o bien porque quien la estampa ratifica su firma en presencia de aquél,
corroborándolo en el libro de conocimiento (cfr. artículo 12, incs. al, b] e u, ley 12.990); por tanto, el instrumento que condensa
la copia del acta, así como la escritura que la transcribe a requerimiento del mandatario designado al efecto por los
asambleístas, tienen - en cuanto al valor intrínseco de los hechos relatados - el mismo alcance: en uno y otro caso, el escribano
no podría declarar como pasados ante silos actos y decisiones que se han consignado en el libro de actas de la sociedad.
2. Atento que el acta asamblearia pasada ante escribano a requerimiento de los socios designados y la copia privada
cuyas firmas y texto están certificadas por ese oficial público, tienen la misma fuerza probatoria, las partes pueden hacer
libremente el uso de la opción que asigna el artículo 40, ley 19.550 y que, por ser específicamente mercantil, tiene prioridad.
Art. 11. - El instrumento de constitución debe contener, sin perjuicio de lo establecido para ciertos tipos de sociedad:
1º El nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y número de documento de identidad de los
socios;
2° La razón social o la denominación, y el domicilio de la sociedad.
Si en el contrato constare solamente el domicilio, la dirección de la sede deberá inscnbirse mediante petición por
separado suscripta por el órgano de administración. Se tendrán por válidas y vinculantes para la sociedad todas las
notificaciones efectuadas en la sede inscripta;
3° La designación de su objeto, que debe ser preciso y determinado;
4° El capital social, que deberá ser expresado en moneda argentina, y la mención del aporte de cada socio;
5° El plazo de duración, que debe ser determinado;
6° La organización de la administración, de su fiscalización, y de las reuniones de socios;
7° Las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas. En caso de silencio, será en proporción de los aportes. Si se prevé
sólo la forma de distribución de utilidades, se aplicará para soportar las pérdidas y viceversa;
8°, Las cláusulas necesarias para que puedan establecerse con precisión los derechos y obligaciones de los socios
entre sí y respecto de terceros;
9° Las cláusulas atinentes al funcionamiento, disolución y liquidación de la sociedad.
La ley 22.903 modificó el inciso 2º), agregando el párrafo que permite que la dirección de su
sede pueda ser inscripta por separado, solucionando así el problema que se creaba con las
modificaciones o cambios de domicilio dentro de una misma jurisdicción. Ahora será suficiente
indicar la ciudad, localidad o pueblo donde tendrá la sede la sociedad, sin necesidad de precisar la
dirección (calle y número, piso, oficina, etc.).
Respecto a los requisitos restantes, decimos:
Inciso 1°): respecto de este inciso cabe decir que la autoridad de registro exige se haga constar
la fecha de nacimiento de cada uno de los socios.
Inciso 2°): la diferencia entre "razón social" y "denominación" la hemos explicado en el Capítulo
IV, punto 27. a). En cuanto a la modificación que introdujo la ley 22.903 sobre domicilio y sede social
remitimos al referido Capítulo IV, punto 27. b).
Inciso 3°): al respecto remitimos a lo expuesto en el Capítulo IV, punto 32.
Inciso 4°): en la sociedad anónima la ley autoriza (art. 188) que el estatuto puede prever el
aumento del capital social hasta el quíntuplo, sin requerirse nueva conformidad administrativa, pero
sin perjuicio de ello la resolución asamblearia deberá publicarse e inscribirse. Pero no constituye una
modificación contractual que se deba hacer por instrumento público o privado.
Inciso 5°): es una exigencia fundada en el principio de la seguridad jurídica, como garantía de
quienes contratan con la sociedad. Por ello la ley de facto 22.903 modificó el artículo 62, exigiendo
que todas las sociedades deben hacer constar en sus balances de ejercicio lafecha en que se cumple el plazo de
duración
Inciso 6º): el contrato debe prever el funcionamiento de los órganos sociales: oportunidad de
reunión, quórum, forma de deliberación, votaciones, mayorías, etcétera. Salvo excepciones que
analizaremos en cada caso concreto, la ley establece normas supletorias de la voluntad de las partes en
esta materia.
Inciso 7°): con relación a este inciso se debe tener presente lo dispuesto en el artículo 13 L.S y
lo que expondremos sobre sociedad leonina (puntos 37 y 50).
Incisos 8°) y 9°): al analizar el funcionamiento de los distintos tipos sociales comentaremos las
diversas situaciones que la ley regula. Dada su importancia dedicamos un capítulo especial a considerar la
situación del "accionista" de la sociedad anónima (Cap. XVIII).
37. ESTIPULACIONES NULAS (Art. 13)
Art. 13. - Son nulas las estipulaciones siguientes:
1' Que alguno o algunos de los socios reciban todos los beneficios o se les excluya de ellos, o que sean liberados de contribuir
a las pérdidas;
2' Que al socio o socios capitalistas se les restituyan los aportes con un premio designado o con sus frutos, o con una cantidad
adicional, haya o no ganancias;
30 Que aseguren al socio su capital o las ganancias eventuales;
40 Que la totalidad de las ganancias y aun de las prestaciones a la sociedad, pertenezcan al socio o socios sobrevivientes;
50 Que permitan la determinación de un precio para la adquisición de la parte de un socio por otro, que Se aparte notablemente de su
valor real al tiempo de hacerla efectiva.
Los casos previstos en los incisos 1º), 2º) y 3º) configttran supuestos de sociedad leonina. El caso
referido en 1) es similar al previsto en el artículo 1652 del Código Civil. Como señala Halperin7 la
doctrina ha extendido la sanción de nulidad a todos los supuestos en que la participación en las
utilidades o la contribución a las pérdidas sea irrisoria, de tal manera que resulte un verdadero fraude a
la ley, que signifique una expoliación del socio. Zavala Rodríguez8 expresa que la proporción en que
se participa en las ganancias o en los quebrantos no debe guardar necesariamente relación con la cuantía del
aporte, pero esa libertad no tolera las sociedades leoninas que siempre están condenadas.
La garantía de una utilidad determinada (incs. 2° y 3°) es nula, aunque dicha garantía fuera
prestada por un tercero ajeno a la sociedad, porque vendría a modificar la propia naturaleza
9
de la sociedad comercial, que siempre implica un riesgo
Halperin plantea el problema del seguro de esa garantía, es decir la posibilidad y validez de un
contrato de seguro que garantizara ese lucro. Sostiene la nulidad del seguro aunque la prima (precio del seguro)
fuera pagado por un tercero o por un socio. Pero admite la posibilidad de que el socio asegure su propio riesgo en la
sociedad10.
a) En oportunidad de su constitución:
1. Nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio, número de documento de identidad de los socios.
La ley exige la publicación. de un aviso que debe contener un extracto del contrato social, exclusivamente para las
sociedades de capital: sociedades de responsabilidad limitada, anónimas y en comandita por acciones.
De modo que las sociedades personales, colectiva, de capital e industria y en comandita simple no
tienen obligación de publicidad.
Tal publicidad es condición sine qua non para que se pueda aplicar la "limitación" de la responsabUidad de
los socios.
Esta publicidad debe ser previa a la inscripción del contrato en el Registro Público de Comercio y se debe
acreditar al solicitar la inscripción. Debe efectuarse una sola publicación en el Boletín Oficial.
También esas sociedades deben publicar las modificaciones al contrato social, en igual forma y por igual tiempo.
La falta de publicidad o su realización incompleta o defectuosa hará inoponible la "limitación" de la
responsabilidad de los socios frente a los terceros e impedirá su inscripción en el Registro Público de Comercio, ya
que esa autoridad debe comprobar el cumplimiento de todos los requisitos legales, debiendo ordenar, en su caso, el
cumplimiento de las formalidades omitidas (art. 6º, L.S.)11.
11
En tal sentido dejamos expuesta nuestra opinión, resultado de un nuevo análisis de la cuestión.
39. INSCRIPCION EN EL REGISTRO PUBLICO DE COMERCIO
(Art. 5Q)
Art. 5º. - El contrato constitutivo o modificatorio Se inscribirá en el Registro Público de Comercio del domicilio
social, en el término y condiciones de los artículos 36 y 39 del Código de Comercio. La insccipción Se hará previa ratificación
de los otorgantes ante el juez que la disponga, excepto cuando Se extienda por instrumento público, o las firmas sean autenticadas
por escribano público u otro funcionario competente.
Reglamento.
Si el contrato constitutivo previese un reglamento, éste Se inscribirá con idénticos recaudos.
Las mismas inscripciones Se efectuarán en el Registro Público de Comercio correspondiente a la sucursal.
Art. 12. - Modificaciones no incriptas: ineficacia para la sociedad y los terceros. Las modificaciones no inscriptas
regularmente obligan a los socios otorgantes. Son inoponibles a los terceros, no obstante, estos pueden alegarlas contra la
sociedad y los socios, salvo en las sociedades por acciones y en las sociedades de responsabilidad limitada.
Es itnportante detenerse en el análisis del contenido de este artículo de la ley, para advertir el
alcance de las facultades del juez de Registro o de la autoridad administrativa que tiene a su cargo el
Registro.
La regla dice que esa autoridad debe comprobar el cumplimiento de todos los requisitos legales y
jiscales. De modo que tiene amplias facultades para examinar la legalidad del contrato que va a
inscribir, si bien la ley prevé supuestos excepcionales de inscripción irregular, como los referidos en
los artículos 17, 18 y
20, L.S.
Refiriéndose a las funciones a cargo del Registro Público de Comercio y criticando una
resolución judicial, decía Halperin con anterioridad a la sanción de la ley 19.550: "Este contralor de la
legalidad es una de las funciones capitales que debe cumplir el Registro no sólo por la exigencia legal
apuntada, sino como medio eficaz para la ejecución de las tareas que le incumben y para llenar las
necesidades del comercio, que no puede dedicar sus esfuerzos - abogados y tiempo - en el contralor de
esa legalidad cada vez que debe contratar con sociedades, factores de comercio, etcétera. Dejar librado
ese contralor de legalidad a lo que se decida en los litigios que pueden suscitarse, es haber perdido de
vista la esencia misma de la institución del Registro Público de Comercio, justamente en una época en
que la tendencia de la legislación extranjera y la aspiración de nuestra doctrina es ampliar ese
contralor de legalidad sobre el modelo de la ley alemana, para obtener la corrección de los vicios de
los actos inscriptos y hacer que la inscripción ponga al acto a cubierto de cierta especie de
impugnación"15.
De todos modos, nuestra Ley de Sociedades comerciales no consagró el criterio de la ley
alemana de 1937 que propugnaba Halperin en el artículo citado, ya que la inscripción. no
HALPERIN, "El Registro Público de Comercio y el contralor de la legalidad", en L.L., t. 59, pág. 713.
tiene efectos saneatorios16. Lamentablemente, porque ello obliga a quien contrata con una
sociedad a realizar el estudio de su contrato social para poder advertir si a pesar de su inscripción
registral subsisten vicios que puedan determinar su nulidad.
De todos modos, ciertos fallos han sostenido la facultad del juzgado de Registro de ejercer un
control sobre los actos que se inscriben, lo que consideramos correcto.
Ese registro está a cargo de la Inspección General de Justicia, según lo dispuesto en el artículo
4º, inciso d] de la ley 22.315.
Asimismo está a cargo de la Inspección el Registro Nacional de Sociedades Extranjeras (art.
4º, inc. e], ley 22.315).
16 Cfr. HALPERIN, Curso..., pág. 282, nro. 9; Exposición de Motivos de la ley 19.550, Sección II, punto 1.
44. PUBLICIDAD DE LAS INSCRIPCIONES REGISTRALES (Art. 9º)
Art. 9'. - Legajo. En los registros, ordenada la inscripción, se formará un legajo para cada sociedad, con los
duplicados de las diversas tomas de razón y demás documentación relativa a la misma, cuya consulta será pública.
Las inscripciones registrales cumplen una finalidad de publicidad y de garantía para los
terceros que contratan con la sociedad. Por ello es obligación de la autoridad que tiene a su cargo el
Registro Público de Comercio llevar un legajo por cada sociedad para que pueda ser consultado por
cualquier interesado.
Art. 15. - Procedimiento: norrnaa general. Cuando en la ley se dispone o autoriza la promoción de acción judicial ésta
se sustanciará por procedimiento sumario, salvo que se indique otro.
B) NULIDAD DE LA SOCIEDAD
Vimos que en el derecho común la nulidad importa el aniquilamiento de los efectos propios del
acto y vuelve las cosas al estado en que se encontraba anteriormente. En materia societaria se produce
una modificación de tales efectos, ya que no se produce ese efecto de la retroactividad. Por aquello
que decía Ripert3 de que "la nulidad está vinculada no solamente con las reglas de validez del contrato,
sino también con las reglas de la publicidad y por otra parte no produce la destrucción completa de los
efectos del pasado. Ello es así debido a que el contrato da nacimiento a una persona jurídica. Esta
persona no puede existir si ella no se encontró legalmente constituida. Ella ha tenido una vida irregular
que no podrá ser totalmente suprimida".
Además el régimen de las nulidades de las sociedades tiene características especiales en razón de
la particular naturaleza del acto constitutivo, en cuanto éste es contrato plurilateral de organización,
conforme ya lo hemos visto. Ese contrato plurilateral determina que los vicios que puedan afectar al
vinculo de un socio con la sociedad no produce la invalidez del acto constitutivo, lo que ya analizamos
al tratar el tema de la naturaleza del acto constitutivo (Cap. II, punto 13). Sin perjuicio de destacar
casos de excepción: como la sociedad de dos socios; o cuando tratándose de sociedades personales, la
participación del socio afectado fuere "esencial".
Nuestra Ley de Sociedades comerciales que recepta la doctrina del "contrato plurilateral de
organización" ha tenido particularmente en cuenta estas situaciones.
Otro elemento diferenciador es la aplicación, en materia societaria, del principio de subsistencia o
continuidad de la empresa, por lo que rige la regla que en caso de dudas sobre la existencia o validez o
no de la sociedad deberá estarse por su existencia y validez. De allí también que la ley otorga plazos
para subsanar defectos que podrían determinar la disolución de la sociedad cuando ésta queda
reducida a un socio, por ejemplo.
1
LLAMBIAS, Jorge Joaquín, Tratado de Derecho Civil Parte General, T. II, págs. 565 y sigs.
2
Idem anterior.
3
RIPERT, citado por MÉNDEZ SARMIENTO, Emilio A., "De las nulidades en el Derecho Societario", en JA.,
año 1977, T. IV, pág. 679; donde este autor efectúa un profundo estudio del tema.
49. VICIOS DEL VINCULO DEL SOCIO CON LA SOCIEDAD (Art. 16)
Como vemos aquí la L.S. enfatiza la conclusión derivada del carácter de contrato plurilateral de la
sociedad. Por ello el vicio que afecte la vinculación de un socio con la sociedad no produce, en
principio, la nulidad o anulación o resolución del acto constitutivo.
Ese principio general admite una excepción: cuando la participación de ese socio deba
considerarse esencial. Y a continuación la norma nos suministra dos ejemplos:
1) caso de sociedad de dos socios, donde la existencia de un vicio invalidante hará anulable el
contrato; y
2) cuando tratándose de sociedad de más de dos socios, si el vicio afecta la voluntad de socios a los
que pertenezca la mayoría del capital, en cuyo caso la sociedad será también anulable. En igual
situación se deberá considerar el supuesto del socio que aporta un derecho, por ejemplo una
concesión o una licencia, cuya explotación constituye el objeto de la sociedad.
La nulidad del vínculo del socio puede resultar de su incapacidad, o de la existencia de un vicio
en el consentimiento.
Respecto a su capacidad, ya nos referiremos más adelante, en el capítulo siguiente, respecto del
caso de los menores, cónyuges y sociedades, y su aptitud para poder integrar sociedades.
En cuanto a los vicios del consentimiento, digamos en principio que siendo una de las
características del contrato de sociedad el de ser un contrato consensual, se requiere que el
consentimiento, para ser válido, debe haberse expresado con discernimiento, intención y voluntad. Si
carece de algunos de estos elementos, el consentimiento se encontrará viciado. Tales vicios pueden ser
el error, dolo, violencia, intimidación, simulación o lesión.
El error para producir la nulidad del acto debe ser esencial y versar: 1) sobre la naturaleza del
acto (art. 924, Cód. Civ.; Méndez Sarmiento cita el ejemplo de alguien que cree constituir una
sociedad de responsabilidad limitada y, en cambio, se trata de una sociedad colectiva); 2) sobre el
objeto de la sociedad (art. 927, Cód. Civ.); 3) sobre la causa principal del acto jurídico (art. 926, Cód.
Civ.); 4) sobre las cualidades sustanciales de la cosa (art. 926, Cód. Civ.); y 5) sobre la persona con la
que se contrata (art. 925, Cód. Civ.), es el caso del error sobre la persona del socio.
El dolo que puede definirse como lo hace el artículo 931 del Código Civil: "...es toda aserción
de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se
emplee con ese fin"
Para que el dolo pueda ser causa de anulación del acto debe ser: 1) grave; 2) determinante del
consentimiento prestado por la víctima; 3) debe ocasionar un daño importante; 4) no debe ser
recíproco.
La violencia consiste en el empleo de una fuerza irresistible contra el agente (art. 926, Cód.
Civ.) o cuando existe intimidación, inspirando por injustas amenazas un temor fundado de sufrir un
mal inminente y grave en su persona, libertad, honra o bienes, del agente o de su cónyuge,
descendientes, o ascendientes, legítimos o ilegítimos (art. 937, Cód. Civ.).
Hay simulación cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o
cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras o fechas que no son verdaderas o cuando por él
se constituyen o transmiten derechos' a personas interpuestas, que no son aquéllas a quienes en
realidad se constituyen o transmiten (art. 955, Cód. Civ.).
La simulación puede ser lícita o ilícita; es lícita cuando no es reprobada por la ley, cuando a
nadie perjudica ni tiene un fin ilícito (art. 957, Cód. Civ.).
En materia societaria nos encontramos ante supuestos de simulación en los casos de "socios
aparentes" y de "socios ocultos". Las reglas las vamos a analizar más adelante, siendo diversas
conforme los distintos "tipos de sociedad". También habrá simulación si el contrato de sociedad
disfraza un acto jurídico de distinta naturaleza, como puede ser, por ejemplo, un contrato de trabajo.
También se debe analizar el supuesto de la existencia de lesión, o sea cuando una parte
explotando la necesidad, ligereza o inexperiencia de otra obtuviera por medio de ella una ventaja
patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación (art. 954, Cód. Civ.).
El efecto es la anulación o el reajuste equitativo de las prestaciones, a opción del damnificado,
pero la anulación se excluye si se ofrece el reajuste al contestar la demanda.
Ya vimos que el objeto debía ser lícito y tal conclusión fue recogida ya por el Derecho Romano.
Nuestro Código Civil lo recoge en los artículos 953 y 1655 en materia de sociedades civiles.
En la L.S. recepta este principio el artículo 18.
Si bien será muy raro que se constituya una sociedad con objeto ilícito, es decir donde los socios
dejen expresa constancia que eligen como "actividad económica concreta" de la sociedad una
actividad ilícita, y que será más raro aún que tal sociedad pueda ser inscripta, debemos analizar tal
supuesto.
Tales serían los casos de una sociedad dedicada a la producción, elaboración, comercialización o
tráfico de estupefacientes; a la explotación del contrabando; a la explotación de la trata de blancas,
etcétera.
El artículo 18 dice que en tales supuestos la sociedad es nula de nulidad absoluta. Esto significa
que el juez se limitará a constatar la existencia de una causal de nulidad de derecho, que ella no es
susceptible de confirmación y está fundada en razones de "orden público". Que cualquiera puede
peticionar esa nulidad y que la acción es imprescriptible, conforme lo hemos analizado anteriormente.
Los socios carecen de acción para demandar a terceros y a los demás socios, o al administrador,
para alegar la existencia de la sociedad y tampoco pueden reclamar la restitución de los aportes, la
división de ganancias o la contribución en las pérdidas.
Los terceros de buena fe pueden alegar la existencia de la sociedad contra los socios. Los terceros
de mala fe, es decir aquéllos que conocían la existencia de la ilicitud, no pueden, en cambio, demandar
a los socios ni a la sociedad.
Declarada la nulidad por el juez, se procederá a su liquidación por la persona que designe el
mismo juez.
En el supuesto que el activo social no sea suficiente para hacer frente al pasivo social, los socios,
los administradores y quienes hayan actuado como tales son responsables solidaria e ilimitadamente
por las deudas sociales y por los daños y perjuicios causados.
Si existiere un remanente en las operaciones de liquidación, el mismo pasará al patrimonio
estatal, ya que los socios carecen de derecho a ese remanente.
Méndez Sarmiento, en el artículo que hemos referido, plantea una interesante hipótesis: la
posibilidad de que el objeto sea ilícito por causa sobreviniente, como fue el caso de la "ley seca" en los
Estados Unidos de América, que afectó a sociedades que se dedicaban a la fabricación y expendio de
bebidas alcohólicas.
En tal supuesto el citado autor sostiene que se debe aplicar el principio de subsistencia y
conservación de la empresa, y otorgarse a la sociedad un plazo de tres meses para modificar el objeto.
C) SOCIEDADES IRREGULARES
23 TONÓN, Antonio, "La evolución de la sociedad irregular en el Derecho argentino", R.D,C.O., 1983, págs. 97y sigs.
do, cuyas disposiciones, al decir de Zavala Rodnguez24, eran a veces incomprensibles,
contradictorias o absurdas.
Ello obligó a la doctrina nacional a construir una interpretación de esas normas que paliara sus
defectos. Sobre la base de la doctrina italiana, nuestros autores llegaron a la conclusión que la
sociedad que no había sido inscripta en el Registro Público de Comercio, o que estaba afectada por
algún vicio de forma, era una sociedad irregular que gozaba de personalidad jurídica. Personalidad
precaria, porque estaba expuesta a que cualquiera de los socios, en cualquier momento, pidiera su
disolución . La jurisprudencia nacional se había adelantado a esa construcción doctrinaria admitiendo
en varios casos una independencia entre la sociedad y los socios, entre el patrimonio de aquélla y la de
éstos. Zavala Rodríguez, al sostener la existencia de esa personalidad, hace referencia a esa evolución
jurisprudencial en cita a dos trabajos de Halperin donde éste había defendido con anterioridad esa
tesis26. Decía Zavala Rodríguez que "si bien es cierto que el artículo 296 autoriza a cualquiera de sus
miembros a dar por terminada la sociedad en cualquier momento, eso no quita que darante su actuación
la actividad y los negocios hayan correspondido a una entidad diversa a la de sus componentes, con patrimonio,
organización y voluntad independiente de la de los socios”27
El artículo 296 del Código de Comercio consagraba la "nulidad" de la sociedad irregular para
el futuro, pero la doctrina nacional mayoritaria sostuvo que no se trataba de una "nulidad" sino de la
disolución de la sociedad. Zavala Rodríguez citando a Halperin expresa que la nulidad de la sociedad
no haría sino perjudicar a los acreedores sociales y permitiría, por vía indirecta, a los socios alegar la
nulidad de la sociedad, en violación de otras reglas del código (arts. 41, 296 y 297)28.
La doctrina y jurisprudencia mayoritaria admitieron también que la disolución se producía
desde el momento en que el socio había manifestado su voluntad de poner término a la so-
24 Comerrio Comentado, T.
ZAVALA RODRÍGUEZ, Carlos J., Cód¡go de 1,
Depalma, 1964, pág. 313, nro. 582. 25
TONÓN, artículo citado, págs. 102-103.
26
ZAVALA RODRÍGUEZ, op. cit., T. 1, pág. 314, nro. 584.
27
1de'm anterior.
28ZAVAIA RODRÍGUEZ, op. cit., T. 1, pág. 316, nro. 586.
ciedad, con independencia de la fecha de interposición de la demanda y de la sentencia
Otra consecuencia era que mientras no se produjera la disolución, ni la sociedad ni los socios,
en sus relaciones recíprocas, podían alegar la existencia de la misma, lo que significaba, entre otras
graves consecuencias, que la sociedad no podía exigir a los socios la integración de los aportes y que
ellos no podían exigir a ésta su parte en las utilidades.
Otra consecuencia, de extrema gravedad, era que todos los socios asumían una responsabilidad
ilimitada y solidaria, y, además, principal, sin beneficio de excusión, por las obligaciones sociales30.
Como agudamente destaca Tonón, las dos fuentes del código y de la doctrina nacional - la ley
francesa y la italiana -habían sido totalmente modificadas en este aspecto, cuando se sanciona nuestra
Ley de Sociedades comerciales en 1972. La ley italiana fue modificada en 1942 y la francesa en 1966.
Una breve referencia a esas reformas exhibirá con elocuencia que nuestra ley las ignoró por
completo y siguió aferrada a nuestra doctrina y jurisprudencia.
a) El Código Civil italiano, al regular la sociedad colectiva (art. 2297) y la en comandita simple
(art. 2317), señala los efectos de esas sociedades cuando carecen de registro: en el primer caso prescribe
que las relaciones de los socios con los terceros se regirán por los principios de la "sociedad simple", y
presume que cada socio puede actuar en representación de la sociedad obligando a ella. Los pactos de
limitación de responsabilidad no son oponibles a los terceros. En cuanto al artículo 2317, que regula la
en comandita simple sin registro, la remite a la aplicación de las reglas precedentes, pero dejando a
salvo la limitación de responsabilidad de los socios comanditarios, excepto que hubieran participado
en las operaciones sociales.
Para advertir las diferencias con nuestro régimen legal tengamos presente que en el código
italiano sólo tienen personalidad jurídica las sociedades de capital (anónima, en comandita
30
TONÓN, artículo cit., pág. 103.
por acciones y de responsabilidad limitada). No así las sociedades personales (colectiva y en
comandita simple). En cuanto a la sociedad simple, es el primer escalón en la escala societaria, casi una
sociedad civil, pero con importantes particularidades: v. gr. la admisión de los pactos de limitación de
responsabilidad de los socios cuando el pacto se lleva a conocimiento de los terceros que operan con la
sociedad (art. 2267).
Pero esa regulación no le priva a esas sociedades "irregulares" de independencia patrimonial con
relación a los patrimonios individaales de los socios, con la importante consecuencia que los acreedores
sociales tienen un derecho preferente sobre ese patrimonio sociaL, con relación a los acreedores particulares de
cada socio31. Además, en los otros aspectos tanto la sociedad colectiva irregular como la en comandita
simple irregular, quedan sometidas a las reglas de sus respectivos tipos regulares, de modo que son
sociedades estables y que no podrán ser disueltas por la voluntad de los socios en cualquier momento,
sino en base a causales de disolución legales o previstas en el contrato.
b) La ley francesa de 1966 introdujo una reforma aún más profunda que la italiana. En este
régimen sólo cabe hablar de dos tipos de sociedades: las matriculadas y las no matriculadas. Las primeras
tienen personalidad jurídica y las segundas no. Mientras la sociedad no está matriculada carece de
personalidad, de patrimonio propio, inclusive de acreedores. Los terceros no pueden demandar a la sociedad sino
que deben hacerlo directamente contra aquéllos que actuaron en nombre de la sociedad o contra quienes
otorgaron mandato para hacerlo32.
c) La ley 19. 550 no adoptó ninguna de esas posiciones y se limitó a sistematizar las enseñanzas
de la doctrina y jurisprudencia nacional. Así se estructura una sociedad de peligrosas connotaciones.
1) La ley, siguiendo La doctrina nacional mayoritaria, unifica a las sociedades de hecho, sin
contrato escrito, de actividad comercial, y a las de tipo autorizada "no regularmente constituidas", es decir a las
comúnmente llamadas "irregulares";
TONÓN, artículo cit., págs. 107 y 108. Citando a Roger Houin destaca Tonón que "la sociedad no matriculada no es una nada
32
jurídica ni una socie(¿ de fa¡t: es un contrato que produce todos sus efectos en las relaciones entre los asociados" (art. cit., nota nro. 29).
2) la sociedad tiene personalidad jurídica, pero ella es precaria y su existencia está
expuesta al pedido de disolución de cualquier socio en cualquier momento;
3) la existencia de la sociedad puede ser probada por cualquier medio de prueba;
4) los socios y quienes contrataron en nombre de la sociedad asumen una
responsabilidad directa, Ilimitada y solidaria por las operaciones sociales;
5) la sociedad puede ejercer los derechos emergentes de los contratos celebrados;
6) la sociedad es representada por cualquier socio;
7) ni la sociedad ni los socios pueden invocar entre sí ni respecto de terceros, derechos o
defensas nacidos del contrato social, lo que impide a la sociedad reclamar los aportes comprometidos
por los socios y a éstos beneficios derivados de la actividad social. Consagra de esta forma la regla de
la inoponibilidad de la sociedad a terceros y en las relaciones entre los socios;
8) las relaciones entre los acreedores sociales y los acreedores particulares de los socios se juzgan
como si se tratáse de una sociedad regular, aun en caso de quiebra, excepto respecto de los bienes cuyo dominio
requiere registración.
Es muy importante destacar, dentro de este esquemático repaso del régimen de la ley 19.550,
una circunstancia: en las relaciones con los terceros la sociedad es representado por cualquiera de /05 socios y
qu( da obligado por cualquier operación que ellos contraten a su nombre, aunque sean notoriamente extranas al
objeto social33.
Si bien la ley consagra el derecho preferente de los acreedores sociales sobre el patrimonio de la
sociedad irregular, ello no es así en el caso de bienes registrables y respecto de los bienes comprometidos en
aporte por los socios.
Un tema que suscitó polémica en la doctrina fue el de la posibilidad de la regularización o saneamiento
de la sociedad irregular, habiendo sostenido algunos autores la posición afirmativa y propiciado en tal sentido la
reforma
34 ALEGRiA, Héctor, "Necesidad de legislar posibilitando el saneamiento de la irregularidad societaria", J.A., 1978, t. 1, pág. 671;
también en Primer Congreso de Derecho Societario, La Cumbre, Córdoba, Depalma, 1979, págs.
55. LA REFORMA DE LA LEY 22.903
561 y sigs.; en igual posición CÁMARA, Héctor; SCt't'i, Ignacio; RICHARD, Rugo; PALMERO, Carlos Juan y otros, op. cit., págs.
473 y sigs.
35 NISSEN, Ricardo Augusto, Sociedades Irregulares y de Jjecho, Hammurabi, 1985, pág. 120.
56. REGIMEN LEGAL VIGENTE
La ley no define a las sociedades "de hecho"; y silo hace respecto de las "irregulares". Según
el artículo 21 son tales "las sociedades de los tipos autorizados que no se constituyan regularmente".
Comúnmente se ha definido a la sociedad "de hecho" como aquella que no tiene contrato
escrito, pero tal conceptualización no surge expresamente de la ley. La ley sólo dice que quedan
sujetas a las disposiciones de esta sección (Secc. IV, arts. 21 a 26) "las sociedades de hecho con un objeto
comercial".
Esta precisión la estimamos importante a efectos de interpretar algunas situaciones de aparente
"vacío" legal que podrían presentarse, como el planteado por Farina (Sociedades Comerciales, T. 1, pág.
141, nro. 26), respecto de un contrato asociativo, con sólo dos o tres cláusulas, en las cuales los socios
han previsto la identificación del ente y sus integrantes, así como de los aportes efectuados y el
régimen de distribución de utilidades y pérdidas.
El autor citado opina que no se trata de una sociedad de hecho porque tiene contrato escrito;
que no es irregular porque no se ajusta a ningún "tipo" de la ley societaria, por lo que concluye que
estamos en presencia de una sociedad "atípica". Solución que no comparte Nissen36.
Coincidimos con esa solución, porque estimamos que el campo de las sociedades "de hecho"
no se limita a aquéllas que no tienen contrato escrito, sino que su espectro es mucho más amplio y
comprende las sociedades "de tipo" no autorizado, esto es cualquier situación, donde exista una reunión de
dos o más personas, que realizan aportes o se comprometen a efectuarlos, para la obtención de
beneficios que dividirán entre sí, mediante la realización de actos de comercio.
Sociedades "irregulares", en cambio, son aquéllas constituidas por escrito, de acuerdo con las
reglas del artículo 11 de la ley, según uno de los "tipos sociales" autorizados, pero que no se ha
inscripto.
36 Op. cit., pág. 16, para quien se trata de una sociedad "de hecho".
b) Diferencias
Lo que sí resulta evidente es que no son dos "especies" iguales de sociedades, sino que aluden
a situaciones distintas.
La ley les aplica un tratamiento único, pero las diferencias entre ellas resultan evidentes.
Mientras la sociedad "irregular" es comercial por el "tipo" elegido y donde sólo luce la
ausencia del requisito de la "inscripción" en el Registro Público de Comercio, la sociedad "de hecho"
para quedar incluida en las normas de la ley societaria debe tener por objeto la realización de "actos de
comercio".
Además surge otra diferencia notable, en la generalidad de los casos, en materia probatoria.
Mientras que en la sociedad "irregular" estamos en presencia de una sociedad con contrato escrito y
quizás solemne, en la "de hecho" estaremos en presencia de situaciones donde puede faltar el elemento
escrito y está en duda, precisamente, la existencia misma de una sociedad entre las partes.
2) Continuación con los herederos de la empresa explotado por el causante, de los artículos 51
y53 de la ley 14.394
Sea el caso de imposición de la indivisión a los herederos por un plazo no mayor de diez años
de un establecimiento industrial, comercial, agrícola, minero, o de cualquier otra índole que constituya
una unidad económica; o el supuesto en que el cónyuge supérstite que hubiera adquirido o formado, en
todo o en parte, ese establecimiento, se oponga a la división del bien. A estos supuestos se refiere el
artículo 28 de la ley 19.550, que establece que cuando existan herederos menores de edad, éstos
deberán ser socios con responsabilidad limitada y que el con-trato respectivo deberá ser aprobado por
el juez de la sucesión.
De todos modos, coincidimos con Nissen (op. cit, pág. 19) que alude al supuesto de que los
interesados no constituyan una sociedad regular, sino que decidan continuar la explotación común, "de
hecho".
Ante la posibilidad de que se presenten confusiones respecto de estas especies de sociedades, Nissen
analiza este tema
y señala las que, a su juicio, son las diferencias más notables entre ambas.
La confusión podría sobrevenir porque en ambos casos no se cumplen las formalidades para la
constitución de una sociedad y porque los socios tienen el derecho de exigir rendición de cuentas al
administrador.
Sostiene Nissen que las diferencias son "claras y tajantes", y a continuación menciona cinco
diferencias, que nos merecen alguna observación.
La primera diferencia que menciona predica el carácter de "tipo social" legislado por la ley
19.550, respecto de la sociedad accidental o en participación, a diferencia de las no constituidas
regularmente que no son un tipo social.
Nos parece desafortunada la diferenciación señalada y la conceptualización de la sociedad
accidental como un "tipo social". La misma ley 19.550 se encarga de aclarar que no se trata de un
sujeto de derecho y que carece de denominación y de patrimonio, elementos esenciales al concepto de
"sociedad" que nos da la ley 19.550, de modo que mal podría ser un "tipo". Es una "situación" regulada
en la ley, como lo es el de estas sociedades que ahora consideramos. En esto hay otra semejanza y no
una diíerenciación.
Tampoco nos parece aceptable la diferencia referida al objeto, en cuanto las sociedades
accidentales o en participación tendrían por objeto la realización de una o más operaciones
determinadas y transitorias. Porque tales operaciones pueden tener - y lo tienen a menudo - una
duración en el tiempo mucho mayor que la de una sociedad no constituida regularmente.
Respecto de la "personalidad jurídica" que tienen las sociedades no constituidas regularmente
y de la que carece la sociedad accidental o en participación, como diferenciación resulta muy sutil,
dado el carácter de "precaria" y "limitada" de la personalidad reconocida a las primeras.
Nos parece clara la diferencia referida al "patrimonio", si bien ella no aparece "ostensible" en
la actuación de la sociedad en participación, que presupone la existencia de un "fondo común" al que
aportan los participes.
f) Sociedades incluidas
Art. 21.- Las sociedades de hecho con un objeto comercial y las sociedades de los tipos autorizados que no se
constituyan regularmente, quedan sujetas a las disposiciones de esta sección.
Tanto las denominadas "sociedades de hecho" (sin contrato escrito), con objeto comercial,
como todas aquéllas que teniendo contrato escrito no se han constituido regularmente (irregulares),
quedan comprendidas en este régimen legal.
La aclaración respecto a las sociedades de hecho tiene plena validez en atención a que bien
puede tratarse de sociedades civiles de hecho (arts. 1662, 1663, 1664, 1665 y concs., Cód. Civ.). De
modo que para que estén incluidas en estas reglas legales deberá tratarse de sociedades de hecho con
un objeto comercial, esto es una sociedad que tiene por objeto realizar alguno de los actos de comercio
referidos en el artículo 8º del Código de Comercio.
Hemos citado en el punto anterior diversos casos de sociedades de hecho y de sociedades
irregulares.
Art. 22. - La regularización se produce por la adopción de uno de los tipos previstos en esta Ley. No se disuelve la sociedad
irregular o de hecho, continuando la sociedad regularizada en los derechos y obligaciones de aquélla; tampoco se modifica la responsabilidad
anterior de los socios.
Cualquiera de los socios podrá requerir la regularización comunicándolo a todos los socios en forma fehaciente. La resolución se
adoptará por mayoría de socios, debiendo otorgarse el pertinente instrumento, cumplirse las formalidades del tipo y solicitarse la inscripción
registral dentro de los sesenta (60) días de recibida la última comunicación. No lograda la mayoría o no solicitada en término la inscripción,
cualquier socio puede provocar la disolución desde la fecha de la resolución social denegatoria o desde el vencimiento del plazo, sin que los
demás consocios puedan requerir nuevamente la regularización.
Disolución.
Cualquiera de los socios de la sociedad no constituida regularmente puede exigir la disolución. Esta se producirá a la fecha en que el
socio notifique fehacientemente tal decisión a todos los consocios, salvo que la mayoría de éstos resuelva regularizaría dentro del décimo día y,
con cumplimiento de las formalidades correspondientes al tipo, se solicite su inseripción dentro de los sesenta (60) días, computándose ambos
plazos desde la última notificación.
g) Regularización
Esta norma fue introducida por la reforma de la ley 22.903, que modificó sustancialmente el
artículo 22 de la L.S., recogiendo la opinión de la doctrina nacional admitiendo la posibilidad de
regularizar la sociedad.
La reforma en tal sentido es positiva, si bien en su contra cabe señalar que no profundizó
algunos aspectos, por lo que subsisten agudos problemas y situaciones de gran peligrosidad en el
régimen actual de estas sociedades irregulares.
Cabe distinguir en esta regla legal varios aspectos.
1) Forma de regularización
Se produce por la adopción de uno de los tipos sociales previstos en la L.S. De modo que la
sociedad irregular deberá adoptar la forma de sociedad colectiva, de capital e industria, en comandita
simple, de responsabilidad limitada, anónima o en comandita por acciones; con contrato social
debidamente inscripto en el Registro Público de Comercio.
3) Forma de peticionarla
Debe comunicarla a todos los demás socios en forma fehaciente, esto es, utilizando algún
medio que permita su prueba indubitable: por actuacion notarial; por citación y notificación judicial; por
telegrama colacionado; por "carta documento"; o por notificación personal a cada socio, firmada por éste.
4) Resolución de regularización.
Se necesita el voto favorable de la mayoría de los socios. No del capital que tengan en la
sociedad irregular ni del que hayan comprometido, sino que el voto es personal y se computa por
persona y no por capital38.
6) Improcedencia de la regularización
Pero la sociedad no se regularizará y cualquier socio podrá pedir su disolución, en cualquier
momento, si:
- no se logró la mayoría necesaria;
- si no se solicitó en término la inscripción;
- si el pedido de inscripción fue rechazado.
Producida alguna de estas tres situaciones, ningún otro socio podrá pedir nuevamente la
regularización.
h) Disolución
Cualquiera de los socios puede pedir la disolución, principio que, como ya vimos, era el
básico en la ley 19.550.
La reforma de la ley 22.903 consagra una variante de gran importancia, cual es que aun
mediando el pedido de disolución los demás socios tienen la posibilidad de regularizar la sociedad.
Para ello deben:
- uno de los socios podrá pedir su regularización efectuando la comunicación pertinente a los
demás socios, por medio fehaciente;
- dentro de los diez días siguientes a la última notificación, los socios reunidos, por mayoría de
personas, deben aprobar la regularización de la sociedad;
- deben instrumentar el contrato social y solicitar la mscripción en el registro dentro de los
sesenta días corridos siguientes a la última notificación.
Esta alternativa de regularización es realmente importante porque permitirá a los socios que
puedan resultar "sorprendi
dos" por un pedido de disolución de la sociedad, regularizar rápidamente la misma. Lógicamente
que el plazo de diez días aparece como sensiblemente breve, en un país con las enormes distancias y
las grandes dificultades en las comunicaciones.
Romero señala una serie de errores en que ha incurrido la reforma (José Ignacio Romero, "Las
sociedades irregulares y la reforma de la ley 22.903", RDCO, 1984, págs. 109 y sigs.). Sintetizando sus
observaciones, diremos:
1) El nuevo artículo 22, cuando dice que "la regularización se produce por la adopción de uno de
los tipos previstos en esta ley", introduce una grave confusión de conceptos entre "tipicidad" y "regularidad". La
"tipicidad" es un requisito de existencia de la sociedad comercial, ya que sin tipo social no hay sociedad,
de acuerdo con la regla del artículo 1º de la ley. La "regularidad" parte de la existencia de una sociedad
típica y legalmente constituida, e implica el cumplimiento de las reglas
Cfr. NISSEN, op. cit., pág. 138; y ROMERO, op. cit. En contra NAZAR Es-
PECHE, Comentarios a las Reformas a la Ley de Sociedades Comerciales, Ley 22.903. Análisis Panorámico de la
Refonna y sus Antecedentes, Depalma, 1984,
pág. 9.
sobre "publicidad" que impone la ley. Las sociedades "irregulares" son las que no han
cumplido con tales requisitos de publicidad, pero existen y, en consecuencia, han adoptadó ya algún
"tipo social". Esta diferencia conceptual, que en la ley es perfecta-mente clara, aparece confundida por
la reforma, según Romero.
2) Se debió tratar por separado la regularización de las sociedades "de hecho" de las
"irregulares", ya que su régimen es diferente, como también tiene un régimen distinto la sociedad
anónima en formación. Sostiene Romero que "Para las sociedades de hecho debió adoptarse el criterio de la
'transformación' y para las irregulares el simple cumplimiento de las formalidades de publtcidiad omitidas".
3) Al reformarse sólo el artículo 22 de la ley y mantenerse sin modificaciones el artículo 23, se
presentarán serias dificultades, ya que esta última regla consagra la "inoponibilidad" de la sociedad
entre los socios y frente a terceros. Romero se pregunta, ¿cómo interpretar esa regia ante el socio que
requiera a los demás socios de una sociedad de hecho o irregular, su regularización? Porque quien
reclame la regularización lo hará invocando una relación cóntractual previa.
4) El reclamo de regularización será fuente de problemas y mayores dificultades en las
sociedades de hecho, donde la misma calidad de socio puede estar en discusión. En este aspecto Romero plantea
una serie de interrogantes que exhiben lo difícil de compatibilizar la reforma del artículo 22 con la solución de los
graves problemas que plantean las sociedades de hecho: ¿cómo se acredita la calidad de socio?; ¿cómo se
asegura que no se somete compulsivamente a regularización a quien no fue socio?; ¿cómo se aprueban los
aportes comunes, su entidad, distribución y condiciones?, etcétera.
5) En cuanto al mismo procedimiento de regularización caben también serios interrogantes:
¿cómo deliberan los socios?; ¿cómo se asegura que serán citados todos los socios y que no se omite a alguien
deliberadamente o se incluya, también deliberadamente, a quien no es socio?
El nuevo artículo 22 establece que la resolución de regularización será tomada por mayoría de socios,
prescindiendo de los aportes de capital, lo que también puede aparejar serios inconvenientes si se excluyera, por
ejemplo, al socio de mayor aporte.
En cuanto al socio que se retira se plantea el problema de cómo determinar la cuota de
liquidación del socio que votó en contra de la regularización.
Finalmente, sostiene Romero, que el párrafo que alude a la "disolución" ha sido redactado
como sugiriendo que tal posibilidad ha quedado reservada exclusivamente a las sociedades irregulares,
por lo que las sociedades de hecho no podrían ser disueltas.
6) Algunas de las preocupaciones de Romero las comparte Nissen en el estudio que hemos
citado.
7) Por su parte, Miguel Schiffer, en trabajo presentado al Congreso de Derecho Comercial
celebrado en Buenos Aires, en octubre de 1984, ha propuesto la conveniencia de incluir a las
sociedades en comandita por acciones, que no subsanaron la omisión del nombre de los socios comanditarios en
el término del artículo 370 de la ley 19.550 (actualmente artículo 387), dentro del procedimiento regularizador
establecido en el artículo 22
40
que comentamos
Art. 23. - Responsabilidad de los socios y quienes contratan por la sociedad. Los socios y quienes contrataron en nombre de la
sociedad quedarán solidariamente obligados por las operaciones sociales, sin poder invocar el beneficio del artículo 56 ni las limitaciones que se
funden en el contrato social.
Acción contra terceros y entre socios.
La sociedad ni los socios podrán invocar respecto de cualquier tercero ni entre sí derechos o defensas nacidos del contrato social,
pero la sociedad podrá ejercer los derechos emergentes de tos contratos celebrados.
La norma consagra una responsabilidad directa y principal de quienes actúen en nombre de la sociedad y
de todos los socios por las operaciones sociales. Responden con todo su patrimonio individual, en forma
ilimitada y solidaria. Con el agravante de que cualquiera de los socios representa a la sociedad frente a terceros y
de que puede tratarse de contratos u operaciones notoriamente extraños al objeto social, sin que la sociedad ni
ninguno de los demás socios pueda oponerle al tercero el contrato social como limitante de esa obligación. Esto
es realmente peli40 Citado por NISSEN, op. cit., pág. 139.
groso y no ha sido advertido por el legislador de la ley 22.903 porque ello hubiera forzado una
reforma más amplia41.
A lo dicho cabe agregar que, además, el administrador social puede ser un tercero no socio. Un
empleado de la sociedad que actúe por cuenta de ésta, gerente, o bien un apoderado con poder
especial. Todas esas personas cargarán también con el estigrna de una responsabilidad directa,
principal, Ilimitada y solidaria. Ello como consecuencia de que la norma incluye expresamente a
"quienes contrataron en nombre de la sociedad".
La norma contiene en su segunda parte una durísima prohibición, cual es la de que ni la
sociedad ni los socios podrán invocar respecto de cualquier tercero, ni entre sí, derechos o defensas
nacidos del contrato social.
Prohibición y dureza que exhibe el claro contenido "sancionatorio" de esta regulación, que no tiene
mucho sentido ni refleja la realidad. Porque cabe preguntarse, ¿a quién se pretende defender con esta
prohibición?, ¿a quien contrató con la sociedad, que lo mismo debe responder frente a ella?
Porque, cabe decirlo finalmente, la última parte del segundo párrafo de esta norma que comentamos
deja a salvo la responsabilidad de los terceros que contrataron con la sociedad irregular, que no podrán
prevalerse de esta situación.
1) Representación de la sociedad
Art. 24. - En las relaciones con los terceros, cualquiera de los socios re-presenta a la sociedad.
Esta regla es también clásica en la sociedad irregular, porque al no existir pacto o no poderse hacer
valer el existente, como vimos al considerar el artículo 23, se admite que cualquiera de los socios pueda
representar a la sociedad.
m) Prueba de la sociedad
Art. 25. - La existencia de la sociedad puede acreditarse por cualquiermedio de prueba.
El artículo 296 del Código de Comercio admitía ya la prueba testimonial y todos los demás
medios de prueba aceptados en
Art. 26. - Las relaciones entre los acreedores sociales y los acreedores particulares de los socios, inclusive en caso de quiebra, se
juzgarán como si se tratare de una sociedad regular, excepto respecto de los bienes cuyo dominio requiere registración.
Esta regla si bien contribuyó a solucionar gran parte de uno de los problemas más críticos que
plantean las sociedades irreguIares y su deficiente tratamiento legislativo, deja aún situaciones sin
resolver correctamente.
En efecto, como dijimos antes, uno de los problemas más importantes es la situación en que
quedan los acreedores sociales ante la posibilidad de que los acreedores particulares de los
42
Código..., T. 1, pág. 325.
socios puedan agredir los bienes sociales y reclamar sus acreencias sobre el patrimonio de la
sociedad irregular.
La regla del artículo 26 deja subsistente el problema respecto de los bienes más importantes
que son todos los registrabIes: inmuebles; minas; barcos; aviones; automotores; patentes; marcas; nombres;
etcétera. Todos estos bienes requieren para su transmisión, de su inscripción en un registro. Sobre
todos esos bienes los acreedores sociales no tendrán preferencia respecto de los particulares de cada
socio.
Tampoco lo tienen en cuanto a las deudas por aportes de los socios, aportes por transmisión
que requieren inscripción, aportes en trámite de transferencia y otras situaciones que puedan darse,
referidas a los aportes debidos por el socio, por cuanto la sociedad ni los demás socios podrán oponer
al tercero embargante de esos bienes la existencia de la sociedad, según la regla del artículo 23,
segundo párrafo.
NOTASAIAOCTAVAEDICION
1. JURISPRUDENCIA
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
Toda vez que la percepción por uno de los socios de una suma fija mensual, implica la
exención de aquél de soportar las pérdidas (art. 13, inc. 1º, L.S.), siendo la soportación de éstas requisito
esencial de todo contrato de sociedad mercantil, es que la declaración de nulidad de dicha cláusula,
contraria al espfritu societario, solicitada por el socio afectado, es procedente, razón por la cual éste
conserva el interés en la declaración de nulidad.
Cám. Nac. Com., Sala B, 22-IV-1992, Ficha nro. 154.4%, "Atencio, María c. Porcille, Oscar s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
Las sociedades irregulares son aquellas en las que el contrato social suscripto por los socios, si
bien ajustado a lo dispuesto por el artículo 11 de la ley 19.550, adolece de vicios de forma por la omisión de la
registración prevista en el artículo 7Q de la citada ley o, en otros términos, por la existencia de un vicio en la textura
publicitaria que la ley ha
estructurado para garantía de terceros.
Cám. Civ. y Com., Azul, 6V-1992, "Estancia Derpa y otro", L.L., 1993-A, pág. 115; DJ., 1993-1-788;
L.L., RepertorioLI 11-1993, pág. 1644.
El Registro Público de Comercio ejerce una función de vigilancia y control de legalidad que lo faculta para rechazar
la inscripción de un contrato de sociedad, aunque no haya oposición si no llena los recaudos legales y no determina con
precisión los derechos y obligaciones de los socios entre sí (Cám. Ap., Mar del Plata, 25-VIII-1960, D.J.B.A., 61-225 D.L.L., t.
II, 1()()6, sum. 8). Al respecto se ha sostenido que el poder de policía a cargo del estado moderno obliga a éste a rechazar la
inscripción en el Registro Público de Comercio de aquellos actos jurídicos que no se conforman con la legislación imperante, en
salvaguardia del buen crédito y en protección del interés de los terceros y de los propios interesados (Cám. Civ. y Com., La
Plata, en pleno, 8-XI-1%0; L.L., 101-393, etc.) (véase a mayor abundamiento doctrina y jurisprudencia citada en Fernández
Madrid, Código de Comercio Comentado, T. 1, pág. 75).
Cám. Ap. Civ. y Com., Circ. II Rio Negro, Se. nro. 360/93, 4-VIII-1993, "Cifo S.R.L. s/insc. cesión cuotas",
Jurisprudencia Condensada de ¡a Cámara de Apelaciones JI-A, Circunscripción Judicial, Provincia de Río Negro, pág. 36.
Cabe señalar que la actividad del Juzgado del Registro no se limita a verificar el mero cumplimiento extrínseco o
formal de los requisitos de constitución, sino que debe penetrar lo sustancial (Verón, S.A. de Famiha, T. 1, pág. 580), y por ello
deberá ejercer el control de legalidad que le ordena el artículo 6º, L.S., merituando sobre el cumplimiento del aporte que resulta
de la esencia de toda sociedad, tal lo prevee el artículo 1º
ibidem. Sin que ello irnporte hacer méri(o sobre las razones de oportunidad o de éxito
económico, debe verificar que el capital suscripto reúna la mínima razonabilidad con relación al objeto
social proyectado. Y en el marco de este control se comparte la apreciación del a quo, que ha juzgado
la insuficiencia del capital convenido.
Cám. Ap. Civ. y Com., Circ. II, Río Negro, Se. 27/93, 22-11-1993, "Konar S.R.L. s/inscripción
contrato", Jurisprudencia Condensada de la Cámara de Apelaciones II-A, Circunscripción Judicial,
Provincia de Río
Negro, pág. 36.
Es por ello que la denominación societaria ha sido considerada un instituto de policía comercial
destinado a proteger al público en general, contando la I.GI. con facultades suficientes para observar y
denegar, incluso de oficio, inscripciones que puedan inducir al público en general a confusión, como
es el caso de sociedades homónimas.
Cám. Nac. Com., 24-VIII-1990, Inspección General de Justicia:
"Chanel París SA.", L.L., 1991-A, págs. 127a130.
Régimen de nulidad. Objeto ilícito. Liquidación. Hecho ilícito anterior a la sanción de la ley
19.550. Aplicabilidad del artículo 18, L.S.
Del dictamen del fiscal de Cámara:
Aun cuando los hechos ilícitos realizados por una sociedad hubiesen ocurrido con anterioridad a la
sanción de la ley 19.550, que establece que realizado el activo y cancelado el pasivo social el remanente se
destinará al fomento de la educación, parece indudable, que los integrantes de las sociedades ilícitas no pueden
participar de los fondos obtenidos por la liquidación, se trata de un principio general recibido por los artículos 1659 y
1660 del Código Civil. Ello así, el artículo 18, L.S., en cuanto vino tan sólo a reglamentar el destino de esos importes, resulta
de inmediata aplicación el supuesto, sin que este criterio amporte asignar a la norma un efecto retroactivo.
Cám. Nac. Com., Sala A, 27-IV-1990, "Inspección General de Justicia Solicitud de
intervención de las sociedades Fernícola Radioeléctrica y otras y su liquidación", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
a) Concepto legal
Las sociedades irregulares son aquellas en las que el contrato social suscripto por los socios, si bien ajustado a
lo dispuesto por el artículo
11 de la ley 19.550, adolece de vicios de forma por la omisión de la registración prevista en el artículo 7º de la
citada ley o, en otros térininos, por la existencia de un vicio en la textura publicitaria que la ley ha estructurado para garantía de
terceros.
Cáin. Civ. y Com., Azul, 6-V-1992, "Estancia Derpa y otro", L.L., 1993-A, págs. 114-115; DJ.,
1993-1-788.
b) Diferencias
Es posible, si extremamos nuestro rigor interpretativo, que extstan diferencias entre sociedad
de hecho y sociedad irregular, como que en el primer caso extste comunidad de intereses económicos
gestados sin la vertebración de un contrato escrito previo: una sociedad si se quiere emanada del
"modo que en común se actúa", vale decir, una situación donde el contrato se infiere de la manera de
actuar, y no un modo de actuar derivado - y explicado - de un contrato expreso previo, como ocurre en
el segundo.
Sin embargo, y aun cuando recurriendo a tales sutilezas podría sostenerse que la sociedad de
hecho se prueba a través precisamente "de hechos", yla sociedad irregular acreditando "el contrato" sin
importar
que no sea contrato inscripto, el legislador no formula esta especial diferenciación, lo que supone que frente a la
imposibilidad, manifestada y probada de procurar el ejemplar, la parte pueda valerse de toda evidencia para
acreditar la existencia del ente con el fin de pedir su disolución y liquidación (art. 25, L.S., ya citado).
La veda que establece la ley, entonces, no alcanza a las partes sino
cuando pretendiesen extraer de la prueba del contrato los elementos
para exigir su perpetuación o exigir un cumplimiento marginado de la publicidad que garantiza el especial
control que la ley impone sobre las sociedades. Cuando por el contrario de lo que se trata "es de
ponerle
fin", la facilitación de su prueba por los mismos socios coadyuva a cumplir el propio fin de la ley, que es propiciar, o
su regularización - en el flamante régimen, artículo 22 - o su disolución a pedido de cualquiera de los socios y sin
condicionamientos (art. 22, 2a parte, ley citada).
Cáin. la. Civ. y Com., Bahía Blanca, Sala 1, 25-VII-1991, "Bouquez, Alfredo R. c. Vitali, Aldo O.", L.L., 1991-E,
pág. 538.
d) Sociedad en coman dita por acciones. Generalidades. Contrato social. Requisitos. Incumplimiento
Si una sociedad en comandita por acciones no regularizó su situación en los términos del artículo 370, L.S., vencido
el plazo fijado en ella, sólo cabe considerarla como una sociedad irregular porque no subsanado el vicio del que adolecía (no
individualización de los socios comanditarios) la sociedad será nula de nulidad absoluta, operando ésta como causa de
disolución, sin perjuicio de que los socios continuen la actividad
comercial como integrantes de una sociedad irregular cuyo capital será el de la sociedad en
comandita por acciones nula.
Cám. Nac. Com., Sala B, 5-IV-1994, "Vaks de Goldadier, Fanny c.
Goldadíer de Pleszowski, Delia s/ord.", ReNliolio de Jurispn¿dencia de la Cámara ComerciaL
g) Regularización
h) Disolución
1. En las sociedades irregulares no tiene aplicación la resolución parcial, esta solución ha sido
consagrada por la ley de sociedades, a mérito del carácter intuitu personae de la sociedad; como sanción a la violación
de los requisitos de forma de la constitución y como el medio de hacer efectiva la determinación de la parte
social del socio saliente.
2. Muerto uno de los socios, la sociedad irregular, al no poder resolverse parcialmente, queda disuelta ministerio
legis, entrando en liquidación.
3. Los actores no como socios sino como herederos del socio fallecido han podido reclamar la disolución de la
sociedad irregular, con el propósito de poder obtener mediante liquidación y partición la porción que su causante
poseía en la sociedad.
4. Los herederos del socio fallecido carecían de la posibilidad de solicitar judicialmente la parte social del
causante, sin provocar la disolución, dada la naturaleza de la sociedad que integraba, ya que ello hubiera importado
tanto como ejercer el derecho a la resolución parcial (arts. 3270, Cód. Civ., y 22, ley 19.550).
S.C.BA., 21-VI-1994, "Busilli de Villaloho, Adela R. y otros c.
Reggiardo, Ramón y otros", L.L., nº 4, may(>1995.
1. El socio de hecho puede pedir la disolución social, produciéndose la misma cuando notifique
fehacientemente su decisión a los demás.
2. La denuncia penal por estafa efectuada por un socio contra otro expresa su voluntad
disociativa, que debe concretarse en la fecha en que el denunciado es notificado de la audiencia para
prestar declaración indagatoria.
3. Una vez disuelta la sociedad debe liquidarse, lo que sigrúfica la detención de las actividades
ordinarias, la conclusión de los negocios pendientes, el pago de las deudas, el cobro de los créditos, la división
social.
4. El liquidador de una sociedad puede ser alguno de los socios o un tercero en caso de
discrepancia, quien tiene funciones predeterminadas legalmente.
5. La etapa liquidatoria no se confunde con la rendición de cuentas a que está obligado el
admi¡ústrador por todo el tiempo de su gestión.
6. La rendición de cuentas no debe servir sólo a la parte que la exige, sino también al juez para
dictar con justicia su fallo.
7. Si el juez, sin desvirtuar los hechos alegados por las partes, califica la relación contractual
como sociedad, ello no importa no sustituirse a la actividad de los litigantes ni violar el principio de congruencia;
implica sólo el ejercicio funcional de adecuar la normativa aplicable a la trama fáctica presentada por aquéllos.
Cám. Ap. Civ. y Com., Juiíiit, 22-111-1989, "Di Doménico, Miguel A. c. Callone, Ricardo O.", L.L.,
1989-D, págs. SM y 535.
En esas circunstancias, no cabe otra conclusión que la sentada en el decisorio de primera instancta,
puesto que por expresa disposición legal en ese tipo de sociedades de existencia precaria, cualquiera de los socios puede exigir
su disolución con sólo comunicar en forma fehaciente su decisión a sus consocios sin necesidad de invocar causa alguna (art.
22, ley 19.550). P3r lo demás, el hecho de que exista instrumento escrito no priva a la sociedad no inscripta de su carácter
irregular (art. 7Q, ley cit.), motivo por el cual el régimen aplicable no puede ser otro que el estatuido en la Sección
IV del Capítulo ¡ de la Ley de Sociedades Comerciales. En ese sentido cabe agregar que la aducida regulación
convencional que, según el quejoso, consagra el contrato respecto de la disolución, resulta inequívocamente
inaplicable en tanto que en una sociedad irregular no es lícito que los socios entre si invoquen derechos o defensas
emergentes de las estipulaciones del contrato social (art. 23, ley cit.).
Cám. Nac. Com., Sala C, 15-111-1988, "Spak de Fink, Rosa B. c. Naftilsan, Ricardo H.", L.L., 1989-D, pág. 72.
1. La sociedad de hecho, carece de la solidez propia de un contrato efectuado en la forma que demanda la ley,
ya que cualquier socio puede darle fin sin incurrir en responsabilidades.
La precariedad de la personalidad jurídica que este tipo de sociedad detenta, viene dada por su debilidad
constitucional y la consecuente posibilidad de cualquiera de sus miembros de reclamar la disolución aunque no se haya
cumplido el plazo previsto o el objeto para el cual se concertó.
2. La sociedad de hecho se encuentra permanentemente amena-
zada por el pedido de disolución que los socios pueden ejercitar cuando les parezca oportuno.
Cám. Nac. Com., Sala C, 6-III-1990, "Estraviz, Roberto c. Pousa, Héctor 5/5um.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
La norma emergente del artículo 23 de la ley 19.550 opera salvo convención expresa de los interesados contratantes
quienes, en el marco del artículo 1197 del Código Civil, pueden convenir formas diversas de responsabilizarse. Por
tanto, es perfectamente lícito que en el título ejecutado el acreedor acepte limitar la responsabilidad de un deudor - en principio
solidario por la totalidad de la deuda- al porcentaje que le corresponde en la sociedad de hecho ejecutada; sin que ello importe
adentrarse en el terreno vedado por el artículo 544, inciso 4º del Código Procesal, en tanto dicha limitación surge de la
literalidad del papel y no indaga sobre los aspectos causales antecedentes de su emisión. R.C.
Cám. Nac. Com., Sala A, 30-XII-1993, "Guevara Lynch, Angélica c. Temperley, Ernesto Jorge y otros
s/ejecutivo”.D., 9-11-1995.
La demanda fue promovida contra la sociedad de hecho Luis Villada y Luis Cardozo, integrada por los
nombrados. La condena fue dictada en tales términos, por lo que - más allá de la responsabilidad que impone el artículo
23 de la Ley de Sociedades al integrante de la sociedad de hecho- aquélla afecta primordialmente al ente y no a
las personas físicas que lo componen (art. 26, ley 19.551).
No procede, en consecuencia, suspender la tramitación del presente, sin perjuicio de las medidas que corresponda
adoptar en caso de intentarse la ejecución de un eventual pronunciamiento favorable, contra el integrante de la sociedad que se
encuentra concursado.
Cám. Nac. Com., Sala E, 4-II-1988, "Saccani, Pedro O. c. Villada, Luis y otro", L.L., 1989-D, pág. 282.
1) Representación (art. 24)
Si bien es cierto que el socio de una sociedad de hecho que concluye negociaciones en tal carácter no actúa
como mandatario de sus consocios, no lo es menos que en tales casos se desempeña como representante del ente societario que
integra con personalidad - si bien precaria - diferente de la que poseen los miembros que lo componen.
Cualquiera de los socios, al representar a la sociedad, y atento a la responsabilidad que la ley consagra, actúa no en
sentido orgánico sino por cuenta e interés ajeno.
Cám. Nac. Com., Sala C, 6-111-1990, "Estraviz, Roberto c. Pousa, Héctor s/sum Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
1. Deben imputarse a una sociedad de hecho todas las obligacio, nes asumidas por cualquiera de sus socios
cuando los actos no sean notoriamente extraños al objeto social.
2. En una sociedad de hecho el objeto social se determina por las actividades desarrolladas por ella, ya que el
objeto no está determinado en el acto fundacional y no puede ser conocido por terceros por su falta de inscripción en el Registro
Público de Comercio.
3. No es extraña al objeto social la suscripción de papeles o efectos de comercio, en tanto tal actividad hace al
desenvolvimiento comercial y las sociedades son comerciales por su forma (art. 1º, ley 19.550).
4. Se presume que un pagaré fue suscripto en representación de una sociedad de hecho si tiene la firma de un
socio y un sello de aquélla. Incumbe a quien alega lo contrario la carga de la prueba.
"Emilio Sampol SA.C.1.F.l. c. Cancela Hermanos Soc. de Hecho slcobro ejecutivo", expte. 8658, 23-X-1990, Revista
de Jurisprudencia Provincial, nº 3, marzo-1993, Rubinzal-Culzoni.
El artículo 299 del Código de Comercio conserva todo su vigor intelectual como expresión de una praesuniptio
ho,ninis. encerrada actualmente en los mucho más sintéticos términos del artículo 25 de la Ley de Sociedades Mercantiles.
Cám. Nac. Com., Sala D, 4-VII-1990, "Illan, Ricardo c. J. y O. Russo Propiedades (Soc. de Hecho) s/ord.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
El actor se encuentra muy lejos de haber rendido una prueba con tal alcance. En primer lugar, no existe el mentado
principio de prueba por escrito. Pero aun con prescindencia de tal elemento no se ha apor
tado prueba de la existencia de los elementos específicos de todo contrato de sociedad: los aportes efectuados
por cada uno de los socios para la formación del capital social, participación en los heneficios y soporta. ción de
las pérdidas y affectio sociefatis.
Tampoco se ha aportado prueba de los actos concretos que como pautas orientadoras y a título
meramente enunciativo suministra el derogado artículo 298 del Código de Comercio, que explicitaba que "se
presume que existe o ha existido sociedad siempre que alguien ejercite actos propios de sociedad y que regularmente
no hay costumbre de practicar sin que la misma exista". Es indudable que los ejemplos que da la norma citada como prueba
presuncional de la existencia del ente societario, tienen aún plena aplicación y validez a los casos que se someten
a decisión judicial (Radresa, Emilio, Sociedad de Hecho, pág. 27).
Llama la atención que no se hubiera aportado prueba inequívoca de situaciones fácticas que importen gestión de
negocios en común ante terceros, verbigracia facturas y remitos extendidos a nombre de la sociedad o por ésta, publicidad de la
operatoria llevada a cabo, cuentas corrientes bancarias a la orden recíproca o conjunta de amhos socios, recibos de
pago, correspondencia, operaciones bancarias para obtener recursos financieros, titularidad conjunta de la habilitación
municipal del depósito de mercaderías, etcétera. En tal sentido resulta inadmisible que no pudiera adjuntarse ningún
respaldo documental, especialmente cuando es dable presumir que una realización societaria que se prolonga en
el tiempo por un lapso de siete años aproximadamente, se exterioriza frente a terceros y deja rastros documentales y contables,
que debieron ser de conocimiento de las actoras en tanto éstas afirmaron haber colaborado en las tareas contables de la
sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 13-X-1989, "Taverna de Antuña, Rosa, M. A. c. Antuña, Celestino V.", L. L., 1991-A, págs.
356 y 357.
1. La rigurosidad en la apreciación de la prueba de la existencia de la sociedad de hecho, que debe ser lo más
completa posible y resultar concluyente, debe entenderse en el sentido de ser estrictamente fiel a las probanzas aportadas, pero
no en el de exigir mayor cantidad dc elementos de juicio o más intensidad en su fuerza probatoria que las que reclama cada
situación, según su naturaleza y circunstancias.
2. Si bien el artículo 25 de la Ley de Sociedades establece como principio general la viabilidad de todo
tipo de pruebas para demostrar la sociedad de hecho, alegar su existencia implica la necesidad de comprobar que hubo
contrato, lo que torna aplicable lo previsto en el artículo 209 del Código de Comercio en cuanto a la exigibilidad de principio de
prueba por escrito cuando el convenio excede del valor allí establecido.
3. Si bien no puede atribuirse a la fotocopia de un contrato carácter de instrumento privado, ni de principio de
prueba por escrito del contrato que reproduce, por no cumplir las condiciones exigidas por los artículos 1192 del Código Civil y
209 del Código de Comercio, tampoco cabe descartar tal documento si en el escrito de inicio y en el memorial
se hizo especial mención de su contenido, como un elemento de juicio esencial para dirimir
adecuadamente la litis.
Cam. Nac. Com., Sala A' 27-V1II-1992; "Barrientos, Benicio A.
Petta, Nidia E.", L.L., 1994-B, págs. 592/93.
1. Cuando es un tercero quien demanda el cumplimiento de la prestación que le es debida por parte de la
sociedad irregular o de hecho, debe tenderse a atenuar el rigor probatorio que es dable exigir a
quien no ha sido parte integrante de la sociedad demandada. Así, por ejemplo, se ha
considerado que el tercero, extraño a la relación societaria que invoca la existencia del ente, puede
prevalerse de cualquier medio de prueba, sin estar subordinado a la existencia de un principio de prueba
por escrito.
2. La mayor amplitud que tienen los terceros contratantes con la sociedad irregular o de hecho para demostrar
su existencia, no obsta a su limitación en lo que atañe al rigor de la valoración de los hechos y cir
cunstancias probatorias. La prueba del contrato debe ser no sólo convincente e idónea, sino inequívoca
y concluyente.
3. La exigencia e aportar una inequívoca prueba de la existencia de la sociedad irregular o de
hecho debe apreciarse con distinto rigor, según quien sea el interesado en acreditar la misma, puesto que, por
definición, el tercero que demanda a una sociedad respecto de la cual es extraño, no está en las mismas condiciones de munirse
de los elementos necesarios para acreditar su existencia que quien se mueve en el ámbito interno de las relaciones
sociales. Respecto de aquél cobra mayor plenitud el principio de la amplitud probatoria, que sin variantes pasó
del régimen del Código de Comercio al artículo 25 de la ley 19.550.
4. Resulta insuficiente la negativa del socio del ente irregular de negar su calidad de tal, pues si se parte de la
base de que se presume que existe o ha existido sociedad cuando alguien ejercita actos propios de sociedad y que
regularmente no hay costumbre de practicarlos sin que la sociedad exista, el codemandado a quien le invocan el
carácter de socio debe aportar, al menos, algún elemento que desvirtúe la presunción que, con su propia actitud
frente a terceros, había contribuido a formar.
Cám. Nac. Com., Sala C, 4-V-1990, "Frigorífico de Aves Soychú SA. c. Granja del Carmen, Sociedad
de hecho", L.L., 1992-D, págs. 54/55.
Aunque una sociedad de hecho pueda ser acreditada por todos los medios de prueba (art. 25, L.S.) ello
no implica que, en concreto, cualquier probanza sea idónea para dar por acreditada esa situación, ya que en cada
caso se impone analizar los elementos aportados a fin de apreciar si de su conjunto, surge un serio poder de
convicción que autorice a admitir la existencia de la sociedad de hecho que se alega.
Cám. Nac. Com., Sala E, 19-IV-1990, "Sessa, Paolo Augusto c. Organización Toto Inmobiliaria y
otro s/ordinario", Repertorio de Jurisprudecia de la Cámara Comercial
1. Aun siendo correcto que la artículo 25, L.S., brinda amplias posibilidades probatorias, no pueden
perderse de vista que la circunstancia de que la existencia de la sociedad de hecho pueda ser acreditada por cualquier
medio de prueba, no implica que, en concreto, cualquier prueba sea idónea para dar por probada esta
situación, ya que en cada caso se impone analizar las probanzas aportadas a fin de apreciar si de su
conjunto surge un serio poder de convicción que autorice a admitir la existencia de la sociedad de hecho que se alega.
2. Que la existencia de la sociedad pueda ser demostrada por cualquier medio de prueba no implica
amplitud en el criterio de apreciación de la misma. Lo expuesto encuentra fundamento racional en las gravosas
consecuencias que pueden derivar de su reconocimiento respecto de una relación determinada.
3. Si no se probó que haya habido aportes para formar el fondo común, ni exteriorización de un ente, no cabe tener
por justificada la existencia de la sociedad de hecho.
Cám. Nac. Com., Sala B, 30-IV-1990, "Ponti, Hugo c. López, Leandro s/sum.", ReNrtorio de Jurisprudencia de la
Cámara Comercial
La apertura y posterior utilización de una cuenta corriente bancaria a la orden recíproca puede constituir un
indicio de sociedad entre los cuentacorrentista, pero no lo suficientemente inequívoco.
Cám. Nac. Com., Sala D, 19-VI- 1990, "Bodrone, Hédor c. Verdier, Adolfo s/ord.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial
Promovida que fue una demanda por reembolso de un seguro de caución con su actualización
monetaria e intereses contra una sociedad irregular y sus socios gerentes, cabe destacar que deviene improcedente
excluir a estos últimos de la condena pronunciada. Ello, pues siendo restringida la personalidad que se atribuye a este
tipo social, el socio no puede resistir una ejecución directa que lo afecte, sosteniendo haber contratado por cuenta
de la sociedad, toda vez que tal personalidad no puede ser invocada por quien omitió las reglas de
inscripeión, lo que determina que tal calidad sea inoponible a terceros.
Cám. Nac. Com., 30-IV-1993, "General de Fianzas y Garantías SA. Cía. de Seguros c. Corralón de
Los Tilos de Sucesión Aníbal Delia s/ord.", L.L., Repertorio LIII-1993, pág. 1643.
Aunque exista una sociedad de hecho, tratándose de bienes regis trables, por lo dispuesto en el
artículo 26 de la ley 19.550, ha declarado la Suprema Corte que las adquisiciones en estos supuestos deben enten
derse como de propiedad de quien figure registrado en el dominio
(S.C.B.A., Ac. 31.584, 16-11-1982, DJJ., 124-325).
Cám. Ap. Civ. y Com., San Isidro, Sala II, 29-IV-1994, "Compagnoni c. Vázquez", causa
61.866, Revista de Jurisprudencia Provincial nº 2, febrero-1995, Rubinzal-Culzoni.
2. DOCTR!NA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Etchebarne Bullrich, Conrado, "Sociedades de hecho (la fotocopia ruede ser un elemento de prueba)", L.L., 24-
V-1994.
Etcheverry, Raúl A., "Empresa y objeto social", R.D.C.O., 1982, pág. 781.
- "Evolución del régimen legal de las sociedades no constituidas regularmente", R.D.C.O., nros.
119/120, diciembre-1987, págs. 751/55.
Fargosi, Alejandro E., "Sociedades de objeto prohibido y actividad prohibida", R.D.C.O., 1979, pág. 9.
Fargosi, Horacio P., "Sobre la naturaleza del acto constitutivo de las sociedades", R.D.C.O., 1968, pág.
249.
Kabas de Martorelí, María E. - Martorelí, Ernesto E., "El régimen de responsabilidad del artículo 23 de
la ley 19.550 no implica negar la personalidad que poseen las sociedades de hecho", L.L., 31-VIII-1989.
Manóvil, Rafael M., "Actos que exceden el objeto social en el derecho argentino", R.D.C.O., 1978, pág.
1041.
Otaegui, Julio C., "Acto social constitutivo", R.D.C.O., 1972, pág. 771.
Salerno, Marcelo Urbano, "La invalidez societaria ante la realidad económica", R.D. C. O., 1988, pág. 749.
Wathelet, José María, "Naturaleza del acto constitutivo", en Estudios sobre Societardes Comerciales en
Homenaje a Carlos J. Zavala Rodríguez, Astrea, 1973, pág. 145.
CAPÍTULO VI
DE LOS SOCIOS
A) EL ESTADO DE SOC
57. CONCEPTO
a) Principio general
b) Sociedades personales
En las sociedades personales la calidad de socio se puede adquirir por adquisición de la parte
social, con posterioridad al acto constitutivo.
c) Sociedades de capital
a) Principio general
El principio general vigente en nuestra materia es la libertad de transmisión de la calidad de
socio, pero su regulación difiere en las sociedades personales y en las de capital.
Vimos ya que el status de socio comprende todo el haz de derechos, deberes, funciones y
responsabilidades referidos al socio como tal, en sus relaciones con la sociedad y entre los socios.
La transmisión de la calidad de socio importa también la transmisión de ese haz de relaciones
jurídicas que le incumben.
En tal sentido, se ha resuelto:
b) Sociedades personales
En estas sociedades, según vimos, la parte de interés de un socio es transmisible por herencia si el
contrato social lo admite. En tal supuesto ese pacto es obligatorio para los herederos del socio fallecido sin
necesidad de nuevo contrato, pudiendo ellos sólo peticionar la transformación de su parte en comanditaria. (art.
90, L.S.).
Pero señalemos también que la parte de interés del socio se puede transmitir a otro socio, o a un
tercero, con acuerdo unánime de los demás socios o con la mayoría que el contrato social determine (art. 131,
L.S.).
c) Sociedades de capital
a) Concepto de capacidad
c) Situaciones especiales
Sin perjuicio de estas normas generales, la ley regula ciertas situaciones especiales de un
modo particular:
1) Los emancipados, son, en cierta medida, equiparados a los mayores de edad, pero, sin
embargo, subsisten para ellos ciertas limitaciones. La emancipación puede lograrse:
- por matnmonio: los menores que contrajeren matrimonio con autorización de sus
padres; y
- por habilitación de edad, a menores con 18 años de edad cumplidos. Puede habilitarlos
quien ejerza la patria potestad y por escritura pública que se inscribe en el Registro de Estado Civil y
de la Capacidad de las Personas. Si el menor se encuentra bajo tutela puede habilitarlo el juez a pedido
del tutor o del propio menor.
Los emancipados no adquieren una capacidad plena, ya que no pueden realizar ciertos actos,
sin autorización judicial, como ser:
- aprobar cuentas de sus tutores y darle finiquito;
- hacer donación de bienes que hubiesen recibido a título gratuito; y
- afianzar obligaciones.
Tienen la administración y disposición de sus bienes, pero no pueden disponer de los bienes
adquiridos a título gratuito, salvo autorización judicial o del otro cónyuge, si fuere mayor de edad.
2) Los menores con 18 años cumplidos, pueden celebrar contrato de trabajo en actividad
honesta y pueden administrar y disponer libremente de los bienes que adquieran con el producto de su
trabajo y estar en juicio civil o penal por acciones relativas a la relación laboral.
3) Los menores con 18 años cumplidos que hubieren obtenido título habilitante para el ejercicio de
utia profesión, pueden administrar y disponer de los bienes adquiridos con el ejercicio de su profesión y
pueden estar en juicio civil o penal por causas referidas a esa actividad.
4) Los menores con 18 años cumplidos, autorizados para ejercer el comercio, con inscripción en
el Registro Público de Comercio. Serán reputados mayores para todos los actos y obligaciones
comerciales (art. 11, Cód. Com.).
5) El hijo mayor de 18 años, asociado al comercio del padre, será reputado mayor autorizado
para todos los efectos legales en las negociaciones mercantiles de la sociedad (art. 12, Cód. Com.).
Tienen incapacidod de derecho, es decir que no pueden ser "titulares" de derechos ni pueden
contraer obligaciones en materia comercial:
1) las corporaciones religiosas;
2) los clérigos de cualquier orden;
3) los magistrados civiles y los jueces en el territorio donde ejercen su autoridad y
jurisdicción con título permanente (art. 22, Cód. Com.).
4) los interdictos;
5) los quebrados que no hayan sido rehabilitados (art. 24, Cód. Com.); y
6) los penados, condenados a más de tres años de prisión (art. 12, Cód. Pen.).
a) Principio general
Para constituir sociedad se requiere tener capacidad para ejercer el comercio, y es hábil para
ello quien según las leyes comunes tiene la libre administración de sus bienes (art. 9Q, Cód. Com.).
En igual situación se encuentra el menor de edad, con 18 años cumplidos, autorizado para
ejercer el comercio e inscripto en el Registro Público de Comercio (arts. 10 y 11, Cód. Com.).
b) Menores de edad
Estos actúan por intermedio de sus representantes necesarios que son los padres o tutores. Se
discute si éstos pueden constituir sociedad por los menores o si pueden asociarse a una sociedad ya
constituida. Zavala Rodríguez3 sostiene que el menor de edad con 18 años cumplidos puede constituir
cualquier clase (tipo) de sociedad; Halperin4 distingue según el tipo social
d) Menores emancipados
El menor emancipado carece de capacidad para disponer de los bienes adquiridos a título
gratuito; pudiendo administrar y disponer de aquellos adquiridos con su trabajo. En tal situa
ción estimamos que carece de capacidad plena y, en consecuencia, coincidimos con Brunetti5
en el sentido que pueden constituir sociedad donde no asuman responsabilidad solidaria.
Art. 27. - Los esposos pueden integr'ar entre si sociedades por acciones y de responsabilidad limitada.
Cuando uno de los cónyuges adquiera por cualquier título la calidad de socio del otro en sociedades de distinto tipo, la sociedad
deberá transformarse en el plazo de seis (6) meses o cualquiera de los esposos deberá ceder su parte a otro socio o a un tercero en el mismo
plazo.
En la Exposición de Motivos de la ley 19.550 los autores dicen con respecto al artículo 27 que
soluciona, sólo para el ám
bito mercantil, el problema de las sociedades entre esposos. Que "no escapa a la Comisión lo
delicado del problema y de la solución adoptada. Prescindiendo de si la normativa de la sociedad
conyugal en el Código Civil importa o no una prohibición de que los esposos constituyan sociedad
comercial, la Comisión consideró incompatible la existencia de dos regímenes económicos entre
esposos cuando uno de ellos era el resultante de la constitución de sociedades mercantiles de tipo
personalista (arts. 125, 134 y 144), en las que la responsabilidad de los socias luce llimitada y
solidaria, situación ésta que sólo se da en la-sociedad civil si así se hubiere pactado (art. 1747, Cód.
Civ.). Por razona,miento inverso se consideró que en las sociedades con responsabilidad limitada no
mediaban los inconvejuentes antes señalados, y que además, en ellas, la estructuración de los órganos
disminuye la posible incidencia de factores que puedan alterar el normal desarroHo de las relaciones
matrimoniales..."7.
La norma admite que los esposos puedan integrar entre sí, y lógicamente que también con
terceros, sociedades por acciones y de responsabilidad limitada. Queda eliminada toda posibilidad de
que los esposos integren una sociedad personal, aunque no adquieran responsabilidad solidaria, como
sería el caso de la sociedad en comandita simple y en calidad de socios comanditarios - lógicamente
que en sociedad con terceros, pues alguien debe asumir calidad de sociosolidario-.
Pero queda por dilucidar un supuesto, que es el de la sociedad en comandita por acciones. Esta
sociedad, se dice comúnmente, es sociedad por acciones. Entendemos que esa afirmación es errónea:
esa sociedad es mixta, parte de interés y parte por acciones. Es sociedad por acciones en la parte del
socio o de los socios comanditarios. Con esta aclaración quedan aventadas las dudas respecto de silos
espos9s pueden integrar esa sociedad: sólo pueden integrar tal sociedad como socios Comanditarios8.
Eduardo A. Zannoni9, en un interesante estudio sobre este tema, nos expresa que bien puede
ocurrir que alguno de los socios no estuviere de acuerdo con la transformación. No sería posible
argumentar que los socios están "obligados" a aceptar la transformación, porque ello afectaría el
consentimiento (art.
131, L.S.).
Quedaría la posibilidad de ceder a uno de los esposos, y aquí vemos que rige la misma regla,
que requiere acuerdo de los demás socios (art. 131, L.S. de las sociedades colectivas, aplicable a las en
comandita simple), con lo que la oposición de un socio haría fracasar también esta posibilidad.
De no obtenerse acuerdo, la sociedad será fulminada con la sanción de nulidad del artículo 29,
L.S., y deberá liquidarse.
9 ZANNONI, Eduardo A., El regimen legal de sociedades comerciales entre cónyuges: insuficiencia y contradicciones (ants. 27
y 29, primer párr., decreto-ley 19.550, Buenos Aires, 1976).
Zannoni critica esta norma porque contradice el sistema general de nulidades consagrado en el
artículo 16 L.S. y el principio de conservación de la empresa, recogido en varias disposiciones de la
ley (y reforzado con la reforma de la ley 22.903). En efecto, recordemos que el artículo 16, L.S.,
aplicando el concepto de que la sociedad es un contrato piuñIateral, establece que los vicios que sólo
afecten el vínculo del socio no conllevan la nulidad de la sociedad, salvo que la participación o aporte
de ese socio se considere esencial para la subsistencia de ella. Aquí, suponiendo la existencia de una
sociedad colectiva o en comandita simple con varios socios, si se da la situación sobreviniente que los
esposos lleguen a ser socios de tal sociedad, y no hubiere acuerdo para la transformación o cesión de
su parte social por uno de los esposos, vencido el plazo de seis meses, la sociedad se reputará nula, de
nulidad absoluta, es decir inconfirmable por las partes e Imprescriptible y además podrá ser resuelta a
pedido de cualquier socio o de un tercero o por declaración de oficio del juez. Y, en consecuencia, la
sociedad deberá ser liquidada. Esto contradice, indudablemente, el principio del artículo 16 y además
el de conservación de la empresa. No hay dudas del acierto de esta crítica y de la falta de atención del
legislador de la reforma que no advirtió la necesidad de corregir tal contradicción.
Lo lógico sería imponer la resolución parcial por exclusión del socio incapaz, es decir el
esposo incorporado con posterioridad a la sociedad, y aplicar el régimen del artíéúlo 16 de que el vicio
o incapacidad afecta solamente a ese socio y producir su exclusión (art. 91, segundo párr., L.S.). Pero
no anular la sociedad y liquidarla.
Si existiere posibilidad de colisión de intereses entre el representante legal y el menor, se designará un tutor ad hoc
para la celebración del contrato y para el contralor de la administración de la sociedad si fuere ejercida por aquél.
Los artículos 51 y 53 de la ley 14.394 contemplan el supuesto de indivisión forzosa de
establecimientos comerciales, industriales, agrícolas, ganaderos, mineros o cualquier otro que
constituya una unidad económica, sea impuesta por el causante
- artículo 51- o por el cónyuge supérstite - artículo 53-. Cuando en tales supuestos, herederos
menores de edad deban integrar sociedades comerciales, éstos deberán ser socios con responsabilidad
limitada, y el contrato constitutivo deberá ser aprobado por el juez de la sucesión.
Pero si estamos en el supuesto de sociedades personales, una sociedad colectiva, por ejemplo,
la sociedad deberá transformarse. Como la transformación requiere el acuerdo unánime de los socios,
la falta de tal acuerdo haría aplicable el artículo 29, segundo párrafo. Pero la ley no sanciona con la
nulidad a la sociedad.
Art. 29. - Sanción. Es nula la sociedad que viole el artículo 27. Se liquidará de acuerdo con la sección XIII.
La infracción del artículo 28, sin perjuicio de la transformación de la sociedad en una de tipo autorizado, hace
solidaria e ilimitadamente responsables al representante del menor y a los consocios mayores de edad, por los daños y
perjuicios que sufra el menor.
Art. 30. - Sociedades por acciones: incapacidad. laas sociedades anónimas y en comandita por acciones sólo pueden
formar parte de sociedades por acciones.
Las sociedades comerciales pueden ser socias de otras sociedades. La norma referida ha
establecido una incapacidad para las sociedades por acciones (es decir la anónima y la en comandita
por acciones, que aquí necesariamente debe tomarse como una unidad). Estas sociedades no pueden
formar parte de sociedades de interés (colectivas, en comandha simple y de capital e industria) ni de
responsabilidad limitada. Pero las demás sociedades no tienen establecida ninguna limitación, de
modo que pueden integrar cualquier tipo de sociedad.
La ley 19.550 dispuso en el artículo 369, inciso h) que las sociedades anónimas y en
comandita por acciones que formaran parte de sociedad que no fuera por acciones, debían enajenar sus
cuotas o partes de interés en el plazo de diez años a contar desde la vigencia de la ley. Recordemos
que la ley entró en vigencia a los ciento ochenta días de su publicación y que fue publicada el 25 de
abril de 1972. De modo que ya ha vencido con exceso ese plazo para regularizar tal situación. La
norma agregaba que en caso contrario, "quedarán sujetas al régimen de las sociedades no constituidas
regularmente".
Las sociedades que se encuentren en infracción a lo dispuesto en el artículo 30, están actuando
cómo sociedades irregulares, sujetas al régimen de los artículos 21 a 26 L.S.
Halperin10 expresa que el artículo 30 citado excluye la posibilidad que una sociedad anónima
participe en sociedad de otro tipo, para impedir que por esta vía escape al control estatal organizado
por el artículo 299 de la ley o los administradores expongan a la sociedad al riesgo de la quiebra si
integra una sociedad por interés.
Otros autores se oponen argumentando que una sociedad con responsabilidad limitada no
podría formar parte de otra con responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios. A tal argumento
Brunetti11 contesta que él descansa sobre la confusión entre responsabilidad limitada de los socios y
responsabilidad ilimitada de la sociedad. "En las anónimas, los socios responden limitadamente, o
mejor, no responden de los débitos sociales, mientras que la sociedad, como persona jurídica,
responde ilimitadamente de sus propios débitos con todo el patrimonio. No existe, por lo tanto, ningún
obstáculo para que ésta pueda asu
Art. M. - Socio aparente. El que prestare su nombre como socio no será reputado como tal respecto de los
verdaderos socios, tenga o no parte en las ganancias de la sociedad; pero con relación a terceros, será considerado con las
obligaciones y responsabilidades de un socio, salvo su acción contra los socios para ser indemnizado de lo que pagare.
Socio oculto.
La responsabilidad del socio oculto es ilimitada y solidaria en la forma estabíccida en el artículo 125.
Socio aparente es el que presta su nombre para "aparecer" como socio en el contrato social,
pero que en la realidad no es tal (es decir, que los demás socios saben que no tiene esa calidad). Este
socio "aparente" es considerado tal frente a los terceros que contratan con la sociedad, con las
obligaciones y responsabilidades de un socio, conforme el tipo social. Y tal conclusión de la regia
legal es consecuencia de la seguridad jurídica que debe preservarse y del cumplimiento del requisito
de "publicidad" que deben cumplir las sociedades comerciales (arts. 5º, 7º y 10º, L.S.). Ello no obsta a
que en las relaciones intersocietarias, los demás socios estén obligados a reembolsar al socio aparente
lo que este pagare.
Socio oculto es aquel que frente a los terceros esconde o niega su condición de tal y no figura
en el contrato social. La ley lo sanciona con la responsabilidad ilimitada y solidaria, cualquiera sea el
tipo social de la sociedad comercial de que se trate.
La jurisprudencia ha resuelto al respecto:
Tiene el carácter de socio oculto el socio cuyo nombre es negado al Registro Público de Comercio, de modo que la
sociedad aparece formada sólo por los otros socios, o bien en el instrumento inserito en ese registro es reemplazado por un
testaferro.
El socio oculto tiene derecho a regularizar su situación haciendo pública su calidad de miembro de la sociedad.
Cap. Federal, Cám. Nac. Com., Sala B, 22-VIII-1%9, "Darebnicek de Westen c. Soto Falcón y otro", J.A., 1970, t. 5,
pág. 69.
67. SOCIO DEL SOCIO (Art. 35)
Art. 35.'- Cualquier socio puede dar participación a terceros en lo que le corresponde en ese carácter. Los partícipes
carecerán de la calidad de socio y de toda acción social; y se les aplicarán las reglas sobre sociedades accidentales o en
participación.
El socio de una sociedad comercial puede darle participación a otra persona en lo que le
corresponde en ese carácter. Es decir, puede, a su vez, tener uno o más socios de él' asociados en su
parte social. Estos terceros no son considerados socios de la sociedad y carecen de todo derecho frente
a ella y de toda acción social.
En cuanto a las relaciones de esos terceros con el socio de la sociedad, con el cual comparten
tal calidad, sus relaciones se rigen por las normas que regulan la mal llamada sociedad accidental o en
participación.
C) DE LOS SÓCIOS EN SUS RELACIONES
CONLA SOCIEDAD
Art. 36. - Co mienso del derecho y obligaciones. Los derechos y obligaci(» nes de los socios empiezan desde la fecha
fijada en el contrato de sociedad.
Actos anteriores.
Sin perjuicio de ello responden también de los actos realizados, en nombre o por cuenta de la sociedad, por quienes
hayan tenido hasta entonces su representación y administración, de acuerdo con lo que se dispone para cada tipo de sociedad.
Los socios tienen plena libertad para convenir el momento en que han de éomenzar sus
derechos y obligaciones.
De todos modos, los socios responden por los actos y operaciones contratadas en nombre y
por cuenta de la sociedad, frente a terceros, por quienes hayan ejercido su representación, de acuerdo
con lo que la ley dispone para cada tipo social.
Mientras la sociedad no esté inscripta en el Registro Público de Comercio, actúa como
sociedad irregular y se le aplican los artículos 21 a 26 L.S. Pero ese régimen es diferente, por
ejemplo, para las anónimas, a las que se les aplican los artículos 182y 183 LS.
Los socios deben cumplir con los aportes comprometidos en los plazos pactados en el contrato
social. La mora en su cumplimiento hace responsable al socio del pago de daños e intereses.
Si en el contrato social se ha fijado plazo para efectuar el aporte, su vencimiento es
automático, por el mero transcurso del tiempo, sin requerirse intimación judicial o extrajudicial
alguna, aplicándose en consecuencia la regia del artículo 509 del Código Civil.
Si el contrato no fija plazo para realizar el aporte, éste se debe desde la inscripción de la
sociedad en el Registro Público de Comercio.
La sociedad podrá optar entre exigir el cumplimiento del aporte al socio moroso o excluirlo
por incumplimiento de sus obligaciones (art. 91, L.S.).
En las sociedades por acciones el contrato social puede prever la venta de las acciones
suscriptas en mora en su integración. La venta se hará en remate público, por un agente de bolsa si se
tratara de acciones cotizables. Asimismo podrá pactarse la caducidad de los derechos del suscriptor
moroso, o bien optar por exigir el cumplimiento del contrato de suscripción.
Art. 38. - Bienes aportables. Los aportes pueden consistir en obligaciones de dar o de hacer, salvo para los tipos de
sociedad en los que se exige que consistan en obligaciones de dar.
Forma del aporte.
El cumplimiento del aporte deberá ajustarse a los requisitos dispuestos por las leyes de acuerdo a la distinta naturaleza
de los bienes.
Inseripción preventiva.
Cuando para la transferencia del aporte se requiera la inscripción en un registro, ésta se hará preventivamente a
nombre de la sociedad en formación.
Respecto de los bienes que pueden ser objeto de aporte en una sociedad comercial, remitimos
a lo expuesto en el Capítulo IV, punto 29.
• Los aportes pueden consistir en obligaciones de dar y en obligaciones de hacer. Las
obligaciones de dar son aquéllas que tienen por objeto la entrega de una cosa mueble o inmueble, con
el fin de constituir sobre ella algún derecho real, o de transferir solamente el uso o la tenencia o de
restituirla a su dueño (art. 574, Cód. Civ.), comprende las obligaciones de dar cosas ciertas,
perfectamente determinadás; inciertas, a determinar; de dar cantidades de cosas, determinables por su
número, peso o medida; y de dar sumas de dinero.
Las obligaciones de hacer son aquéllas que consisten en la prestación de algún serviéio (art,.
625, Cód. Civ.).
En las sociedades de interés el aporte puede consistir en obligaciones de dar o de hacer. En las
sociedades de capital los aportes deben consistir en obligaciones de dar, con exclusión de las de hacer.
Pero aun dentro de las obligaciones de dar, se exige que el aporte sea de un bien determinado,
susceptible de ser ejecutado y rematado en subasta pública, que se transfiera en propiedad a la
sociedad. No puede consistir en la transferencia del tiso o goce del bien.
En cuanto a la forma de cumplir el aporte, ella dependerá de la distinta naturaleza del bien
aportado.
Cuando se trate de bienes registrables que se transheren a la sociedad (inmuebles, barcos,
aeronaves, automotores, patentes, marcas, etc.) su inscripción se hará preventivamente a nombre de la
sociedad en formación.
La transmisión del crédito debe hacerse conforme a la naturaleza del mismo. Si el crédito es
endosable, se transmite por en
Los títulos válores o títulos de crédito son aportables: pagarés, letras de cambio, acciones,
debentures, certificados de depósitos a plazo fijo, warrants, bonex y'otros títulos públicos, etcétera.
La norma distingue respecto de su valuación si se trata de títulos cotizables o no. Y dentro de
los cotizables, si en los últimos tres meses ha cotizado o no.
e) Aporte de un fondo de comercio (art. 44)
Art. 44. - Fondo de comercio. Tratándose de aporte de un fondo de comercio, se practicará inventario y valuación,
cumpliéndose con las disposiciones legales que rijan su transferencia.
Pueden aportarse bienes embargados, prendados, hipotecados, etcétera. Lo que la ley exige es
que el gravamen sea denunciado en el acto constitutivo y que el valor del gravamen sea deducido del
valor del bien, como garantía de la realidad del capital social.
Art. 49.- Pérdida del aporte de uso o goce. Si el aporte es de uso o goce, salvo pacto en contrario, el socio soportará la
pérdida total o parcial cuando no fuere imputable a la sociedad o a alguno de los otros socios. Disuelta la sociedad, puede exigir
su restitución en el estado en que se hallare.
Los bienes pueden ser aportados en propiedad, uso o goce. Si nada se dice, se presume que se
han aportado en propiedad. Ya dijimos que los aportes de uso o goce sólo son autorizados en las
sociedades de interés. En las sociedades de capital se admiten como prestaciones accesorias, cuya
naturaleza, entidad y caracteres analizaremos más adelante.
La diferencia entre la naturaleza de estos aportes es fundamental, pues en lugar de una
relación de "intercambio" que se da en la transferencia en propiedad, en el caso de transferencia del
"uso" o "goce" de un bien se da una relación. de duración14.
Si se trata de derechos derivados de contratos, debe distinguirse la transferencia del derecho en
propiedad a la sociedad
14
Cfr. BRUNETTI, op. cit., T. 1, pág. 302, nro. 115.
de la transferencia de uso o goce; y para ello será necesario conocer la naturaleza del bien o
derecho objeto del contrato, si el mismo es susceptible de dominio o no, o si el contratante adquiere
sólo un derecho de uso o goce. Situaciones especiales pueden plantear dudas. El derecho a una
concesión o al "uso exclusivo" de una licencia sobre un invento industrial son derechos de mucho
valor, y a veces resultan esenciales y determinantes de la constitución de una sociedad comercial. Si
ese derecho se transfiere en propiedad a Za sociedad - aunque sea un bien inmaterial- podrá ser objeto
de aporte en cualquier tipo social. Pero si lo que se transfiere es sólo el "uso" o "goce" de tal Ucencia o
del derecho de concesión, entonces habrá que tener en cuenta.el Úpo social, y podrá ser objeto de
aporte en las sociedades de interés y como prestaciones accesorias en las de capital.
Cuando el aporte es de uso o goce, y estamos en presencia de una relación de duración, como
dijimos supra, ese aporte dehe durar lo que dura la sociedad. Disuelta la sociedad, el socio aportante
de tal derecho puede exigir la testitución del bien en el estado en 4ué se encuentre y, salvo pacto en
contrario, debe soportar su pérdida totál o parcial.
El Código Civil italiano en el artículo 2254 regula. sobre el aporte del goce de un bien y
prescribe que la garantla para el goce se regula por las normas sobre el arrendamiento. En nuestro
derecho se aplican las reglas sobre la evicción que veremos seguidamente.
Art. 47. - Evicción: reemplazo del bien aportado. El socio responsable de la evioción podrá evitar la exclusión si
reemplaza el bien cuando fuere sustituible por otro de igual especie y calidad, sin perjuicio de su obligación de indemnizar los
daños ocasionados.
Art. 48. - Evicción: usufructo. Si el aporte del socio fuere el usufructo del bien, en caso de evicción se aplicará el
artículo 46.
Art. 50.- Prestaciones acoeeorias. Requintos. Puede pactarse que los s cios efectúen prestaciones acoeeonas.
Estas prestaciones no integran el capital, y:
10 Tienen que resultar del contrato; se precisará su contenido, duración, modalidad, retribución y sanciones en caso
de incumplimiento;
Si no resultaren del contrato se consideraráa obligaciones de terceros;
2' Deben ser claramente diferenciadas de los aportes;
30 No pueden ser en dinero;
40 Sólo pueden modificarse de acuerdo con lo convenido o, en su defecto, con la conformidad de los obligados y de
la mayoría requerida para la reforma del contrato.
Cuando sean conexas a cuotas de sociedades de responsabilidad limitada, su transmisión requiere la conformidad de
la mayoría necesaria para la modificación del contrato, salvo pacto en contrario; y si fueran conexas a acciones, éstas deberán
ser nominativas y se requerirá la conformidad del directorio.
Este artículo de la ley 19.550 fue tomado del artículo 2345 del Código Civil italiano ubicado
en la sección de las aportaciones del capítulo sobre sociedades por acciones. La ley 22.903 modificó
su último párrafo, parcialmente.
En nuestra ley están previstas para todos los tipos sociales, no obstante serán de utilidad en
cuanto a los tipos de sociedades de capital, y a fin de permitir las contribuciones de servicios
personales y los derivados del uso o goce de bienes, que no son susceptibles de aporte.
Halperin16 destaca su utilidad para las sociedades de productores. Nosotros señalamos su
conveniencia y utilidad en las sociedades de capital integradas por profesionales (médicos, abogados,
contadores, etc.).
Como no son aportes, esas prestaciones deben ser retribuidas por la sociedad y su retribución
fijarse en el contrato social.
Si no se hubieren pactado en el contrato social se considerarán obligaciones de terceros.
Art. 52. - Impugnación de la valuación. El socio afectado por la valuación puede impugnarla fundadamente en instancia única,
dentro del quinto día hábil de notificado y el juez de la inseripción la resolverá con audiencia de los peritos intervinientes.
Art. 53. - Sociedades por acciones. En las sociedades por acciones la valuación, que deberá ser aprobada por la autoridad de
contralor, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 169, se hará:
1º Por el valor de plaza, cuando se tratare de bienes con valor corriente;
2' Por valuación pericial, cuando a juicio de la autoridad de contralor no pueda ser reemplazada por informes de reparticiones
estatales o Bancos oficiales.
Se admitirán los aportes cuando se efectúen por un valor inferior a la valuación, pero se exigirá la integración de la
diferencia cuando fuere superior. El aportante tendrá derecho de solicitar reducción del aporte al valor resultante de la valuación
siempre que socios que representen tres cuartos (3/4) del capital, no computado el del interesado, acepten esa reducción.
a) Principio general
Se exige que el contrato social indique los antecedentes justificativos de la valuación, salvo
que se optare por el procedimiento señalado en el punto a] 3).
a) Principio general
El socio responde a la sociedad por los daños que ésta su-fra como consecuencia de su dolo o
culpa. Esta regia no es sino la consagración de un principio general del derecho y en razón del carácter
de "persona jurídica" que tiene la sociedad, diferente de la persona de cada socio (arts. 511, 512 y
sigs., Cód. Civ. y artículo 413, Cód. Com.).
b) Compensación
El socio no puede alegar compensación con el lucro o beneficio que su actuación haya
producido a la sociedad.
Exclusiones.
Salvo pacto en contrario, el contralor individual de los socios no puede ser ejercido en las sociedades de responsabilidad
limitada incluidas en el segundo párrafo del artículo 158.
Tampoco corresponde a los socios de sociedades por acciones, salvo el supuesto del último párrafo del artículo 284.
El Código de Comercio contenía una regla mucho más amplia: "En ninguna sociedad se puede
negar a los socios el derecho de examinar los libros, correspondencia y demá's documentos que
comprueben el estado de la administración social" (art. 284).
Esa regla no efectuaba discriminaciones entre los distintos tipos sociales, pero la
jurisprudencia había declarado su inaplicabilidad en el caso de las sociedades anónimas, salvo el libro
de registro de accionistas previsto en el artículo 329 de dicho código.
Zavala Rodríguez17 defendía su aplicación e interpretación amplia, sin restricciones por el tipo
social, sosteniendo que tal restricción no se ajustaba al texto de la ley y, además, "porque sanciona una
injusticia y se presta a abusos contra el mero accionista que no interviene ni conoce la marcha de la
sociedad, pero que tiene derecho a ser protegido en sus intereses". Y agregaba:
"Debe terminar el absolutismo de los directores y de las mayo
17RODRÍGUEZ, Código..., T. 1, pág. 303, nro. 568.
rías y mientras llegue la reforma que proteja mejor a las minorías, debemos interpretar sin
cortapisas el artículo 284...".
Lamentablemente, la reforma llegó pero la protección a las minorías no fue la necesaria.
El artículo 55 L.S. consagra como principio general el derecho del socio de examinar los
libros y papeles sociales, y a so-licitar a los administradores los informes que el socio juzgue
pertinentes.
Pero este derecho no puede ser ejercido por el socio si existe sindicatura o consejo de
vigilancia, salvo pacto expreso en contrario, previsto en el contrato o estatuto social.
El control individual debe ser sustituido en las sociedades de responsabilidad limitada del
artículo 299 y sociedades anónimas que tienen órgano de fiscalización privada, por dicho órgano.
Respecto del derecho de los accionistas en la sociedad anónima, remitimos al CAPÍTULO XVII.
Este derecho de información del socio que consagra el artículo 55 L.S. es fundamental para
que éste conozca el estado de los negocios sociales y su ejercicio debe ser resguardado y protegido
adecuadamente. La ley en otras disposiciones va a ampliar o completar este derecho: por ejemplo en
materia de balances y documentos sociales, obligando a poner copias de los mismos a disposición de
los socios (art. 67, L.S.).
Este deber es una obligación fundamental del socio, consecuencia de la particular naturaleza
de la sociedad, basado en la conj'ianza y buena fe que deben primar en las relaciones intersocios y de
éstos con la sociedad.
La ley no establece de modo específico esta obligación, pero ella surge de varias
disposiciones:
a) del artículo 133 que prohibe al socio realizar actos en competencia con la sociedad;
b) del artículo 248 L.S. que prohibe al accionista votar cuando tiene un interés contrario al
social.
Brunetti18 señala este deber como obligación de "fidelidad" y de "colaboración" que debe
prestar el socio para la realización del objeto social.
18
BRUNETTI, Op. Cit, T. ¡, págs. 310y3i1, nro. 121.
77. DEBER DE SOPORTAR LAS PERDIDAS
En las sociedades donde el socio asume una responsabilidad ilimitada, está obligado a
contribuir y participar en las pérdidas. Esa participación hace sentir sus efectos, sobre todo después de
la disolución de la sociedad. Señala Brunetti19 al respecto que durante su vida las sociedádes de
personas capean la situación pasiva con las aportaciones inicialmente realizadas o mediante convenios
posteriores entre socios y sociedad, pero llegada la liquidación de la sociedad el socio está obligado a
contribuir cuando los fondos sociales resulten insuficientes (art. 106, L.S.).
Cuando el socio es responsable en forma solidaria e ilimitada por las operaciones sociales
(sociedad colectiva, socio capitalista en la sociedad de capital e industria y socio comanditado en las
sociedades en comandita simple o por acciones), tiene el beneficio de excusión, es decir el derecho de
que previamente a responder con sus bienes sea agotado el patrimonio social.
Se trata de un beneficio que debe ser alegado por el socio perseguido en sus bienes20, pero en
ciertas situaciones se exime al acreedor social de la previa ejecución de los bienes sociales:
por ejemplo en caso de quiebra de la sociedad o convocatoria de acreedores; y en general
cuando la sociedad es insolvente. Basta la demostración de la insuficiencia del patrimonio social para
que el beneficio de excusión caiga.
Art. 57. - Partes de interés. Los acreedores del socio no pueden hacer vender la parte de interés; sólo pueden
cobrarse sobre las utilidades y la cuota de liquidación. La sociedad no puede ser prorrogada si no se satisface al acreedor
particular embargante.
Cuotas y acciones.
En las sociedades de responsabilidad limitada y por acciones se pueden hacer vender las cuotas o acciones de
propiedad del deudor, con sujeción a las modalidades estipuladas.
El patrimonio social no puede ser agredido por los acreedores particulares de los socios. Pero
la parte del socio en la sociedad (sea parte de interés, cuota o acción) integra su patrimonio individual.
Aquí la ley regula la situación que se presenta ante la acción judicial de ese acreedor particular, que
embarga y pretende rematar la parte social de su deudor.
La ley distingue según se trate departes de interés, de cuotas o acciones. En el primer caso
(que se presenta en las sociedades colectivas, de capital e industria, en las en comandita simple y en la
parte del socio comanditado en la comandita por acciones) esos acreedores particulares no pueden
exigir la venta de la parte del socio, y sólo tienen derecho a cobrarse sobre las utilidades anuales y
sobre el remanente que le corresponda al socio en caso de liquidación. Pero embargada la parte de
interés, la sociedad no podrá prorrogarse ni reactivarse (art. 95, L.S.) mientras no se pague a los
acreedores embargantes.
En cambio, la cuota del socio en la Sociedad de Responsabilidad Limitada o las acciones del
socio de la anónima o del comanditario en la sociedad en comandita por acciones, pueden ser
embargadas y rematadas en pública subasta. Si se trata de
acciones que cotizan en mercado de valores o bolsas, pueden venderse por intermedio de
éstos.
El interés, desde un punto de vista jurídico, indica la reíación existente entre un sujeto y una
entidad idónea, desde el punto de vista valorativo, para satisfacer una necesidad21.
La doctrina italiana hace referencia a la causa del contrato de sociedad, en el sentido de que
ella afecta a la necesidad eco-nómica que el contrato se propone satisfacer y por ello, su fin. La causa
del acto, dice Carnelutti, citado por Brunetti, es el interés que el agente trata de realizar con el acto
mismo22. La causa está contenida "en el ejercicio común de una actividad económica pam divIdir las
utilidades”23.
Desde principios del siglo se discute acerca del interés social, es decir sobre la existencia y
naturaleza de un "interés" distinto al de los socios, atribuido a la sociedad como "persona juridica"
diferente de aquéllos.
Diversas teorías han tratado de explicar ese "interés social" partiendo de concepciones
diferentes respecto del papel que juegan las sociedades comerciales dentro de una nación. La distinta
concepción que se tenga respecto de la trascendencia de las sociedades comerciales determina una
diferente posición sobre el concepto de "interés social", en el sentido de si se trata de un interés
diferente, especial, o es la suma del interés de los socios.
El socio aspira obtener a través de la sociedad comercial un beneficio individual, el mayor
lucro posible y lícito, derivado de su aporte y colaboración social.
Pero es indudable que ese interés es distinto según el tipo social de que se trate, siendo
diferente el caso de las sociedades
Ya adelantamos que las distintas teorías que tratan de definir el concepto de "interés social"
parten de una diferente concepción del papel de la sociedad comercial y fundamentalmente de la
anónima en la sociedad contemporánea.
Mientras las teorías transpersonalistas y la doctrina institucionalista de origen francés buscan
independizar el interés social del interés "común" de los socios, la doctrina italiana y parte de la
nacional identifican interés social con interés común de los socios.
Expresa la Dra. Roimiser que las doctrinas transpersonalistas incorporan como componentes
del interés social los intereses públicos, subordinando y relativizando los intereses individuales de los
accionistas. La tesis institucionalista francesa, en cambio, se limita a atribuir a la sociedad un interés
social diferente y superior a los intereses de los socios, cuyos derechos sociales revisten significativa
importancia24. Destaca en su estudio la posición de la ley brasileña, que ha adoptado la doctrina
institucionalista y que atribuye a la sociedad una fi'nción social, destacando que el interés social
incluye el interés de quienes trabajan en la sociedad, el de la comunidad en general y el interés
nacional.
Según la Dra. Roimiser la sociedad no es titular de ningún interés social; los socios lo son y
ellos son dispares y, a veces, irreconciliables. "Es el objeto social en sentido concreto fUado en el acto
constitutivo, o sucesivamente modificado, el que delimitará la actividad de la sociedad, así como la
competencia de los órga"25
nos societarios
1. JUR¡SPRUDENCM
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos
de un mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
C) Sociedades de capital
La calidad de socio se acredita - en principio con la exhibición de las acciones, sus certificados o
resguardos bancarios y si bien cuando el documento se pierde o se destruye la ley ha previsto un régimen de cancelación en
los artículos 746 al 765 del Código de Comercio. La inobservancia de este especial procedimiento (por ejemplo, las acciones
depositadas en la sociedad emisora se encuentran retenidas indebidamente), no obsta a que el accionante puede demostrar tal
calidad por otros medios.
Cám. Nac. Com., Sala A, 28-XII-1990, "Cristiani, Norma Nen c. Cristiani SA.I.C. e 1. y otros sinulidad de asamblea,
restitución de acciones, cancelación de suscripciones y remoción del directorio", R.D. CO., año 23, 1990, pág. 789.
1. Las calificaciones de suscriptor y de accionista son diferenciables, de modo que se puede no tener la primera
calidad y adquirir luego la segunda.
2. La calidad de no suscriptor al tiempo de una anotación en el libro de emisión de acciones no impide la obtención
ulterior de la calidad de accionista.
3. "Suscriptor" es el sujeto que hizo el aporte a la sociedad emisora y también - si se quiere, por extensión - quien
recibió la acción como dividendo, o quien recibió nuevos títulos por la conversión de los anLeriores. El concepto de
"accionista" es más genérico, pues comprende no sólo al suscriptor que posea la acción, sino también a quien recibió el título
por otra causa (venta, cesión, donación, o lo que fuera) de un suscriptor o de un accionista anterior.
4. Los caracteres de suscriptor y de accionista coinciden en el suscriptor que conserva la acción en su patrimonio;
pero si el suscriptor enajena su acción, deja de ser accionista, a la inversa, quien no fue sus-
criptor deviene accionista cuando adquiere una acción; en esa hipótesis, el no figuraría en el registro de acciones pero
sí - cuando acude a una asamblea- en el libro de depósito de acciones y asistencia a asambleas.
Cám. Nac. Com., 22-V-1991, "Fuentes de Durán, Delia c. Durán SA. s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la
Cámara Comercial.
Si bien la calidad de socio se acredita -en principio- con la cxliibición de las acciones, sus certificados o resguardos
bancarios pudiendo acudirse en caso de que los documentos se pierdan o se destruyan al régimen de la cancelación, la
inobservancia de este procedimiento no obsta a que el accionante pueda demostrar tal calidad por otros medios.
Cám. Nac. Com., Sala A, 29-XI-1991, "Illescas, Hilda c. Grimaldi de Illescas, Josefina s/ord.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
c) Sociedades de capital
En materia de restricciones a la transmisión de acciones de sociedades anónimas pueden diferenciarse las que derivan
de la ley, de convenciones y del estatuto. Pueden a su vez clasificarse estas últimas en cláusulas de tanteo, cláusulas que
imponen determinadas calidades para ser socio y las denominadas cláusulas de agrado o di gradimento. La validez de estas
últimas cláusulas en el derecho argentino aparece expresamente reconocida en la normativa del artículo 214, párrafo Y de la ley
19.550, reformada por lo establecido en el artículo 50 it' fli'e de esa misma ley. Estas son restricciones naturales en toda
sociedad de componentes, útiles también para vincular la titularidad de las acciones con la titularidad de los contratos de
explotación de unidades. (Del fallo de primera instancia).
Cám. Nac. Com., Sala E, 6-XI-1991, "García, Isolino c. Transportes del Tejar", L.L., 1994-E, pág. 103.
De conformidad con el artículo 214 de la Ley de Sociedades, tratándose de acciones nominativas -tipo de acciones
con rasgos próximos al carácter i,'tuiti personae - el estatuto puede prever cláusulas que limiten su transmisibilidad, pues éstas
tienden a resguardar, cuando no a impedir, el ingreso a la sociedad de personas o grupos de personas que no respondan a los
mismos intereses, para de tal modo mantener la cohesión del grupo, la hegemonía de la conducción y evitar perturbaciones en la
marcha de la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala E, 27-X-1993, "El Chañar SA.", L. L., 1994-D, pág. 275; DJ., 1994-2-88; E.D., 157-424; L.L.,
Repertorio LIV-1994, pág. 2027.
En las sociedades de responsabilidad limitada - en caso de muerte de un socio - el principio es que los herederos se
incorporan a la sociedad si nada se dice, pareciendo razonable sostener la independencia del régimen entre el específicamente
societario y el sucesorio, pero el contrato social puede disciplinar la cuestión en dos sentidos diametralmente opuestos: o
tornando obligatoria la incorporación pero dejando a salvo la prohibición de las limitaciones absolutas a la transmisibilidad
mediante el régimen de inoponibilidades establecidas en el artículo 155, apartado Y, L.S.; o facultando el derecho de receso en
los términos de análogos pactos (art. 89, L.S.) es decir, reglando la posibilidad de que los sucesores del socio cedan sus interés
recibido hereditatis causa.
Cám. Civ. y Com., Bahía Blanca, 24-XI-1992, "Zoilo, Osvaldo c. Zoilo Hnos. S.R.L.", L.L.,
1993-D, pág. 412; L.L., Repertorio LIII-1993, págs. 1639/40.
Las sociedades vinculadas tienen total independencia patrimonial por lo que es regla que en materia de extensión de
quiebra existe separación de masas y la excepción es la masa única.
Sin embargo aún partiendo del concepto de que el control es el poder efectivo de dirección para asegurar la constancia
y duración del conjunto económico, ello no es suficiente para atribuir la unidad patrimonial de las sociedades, en consecuencia
la quiebra de una de ellas no es extensiva a la otra.
Cám. Nac. Com., Sala A, 30-XII- 1993, "Exportadora Marly SA.", Periódico Económico Tributario, 17-1-1995.
La condición de socio oculto se asigna cuando alguien en forma no ostensible, porque no aparece en el contrato social
ni en el acto de su registro, ha intervenido en la creación del ente como socio o se ha incorporado después en tal carácter y tiene
interés social, participando de los resultados de la empresa. Estas característicás, que tipifican la figura a la que se refiere el
apartado Y del artículo 34 de la Ley de Sociedades, la diferencian netamente de la que contempla el párrafo 1º de la norma, el
que caracteriza al socio aparente o prestanombre y que precisamente se manifiesta como una simple apariencia ante terceros,
pero sin revestir en la realidad la calidad de socio.
La ausencia de su nombre en el contrato social y en los respectivos registros contables de la empresa, es el medio por
excelencia para el ocultamiento del socio que no quiere ostentar su verdadero carácter en forma pública; es inherente a su
condición que el socio oculto no se exte
riorice y permanezca aparentemente ajeno a la composición de la sociedad y a sus
negociaciones.
Cáfil. la., Civ. y Com., Bahía Blanca, Sala II, 18-V-1993, "Industria Metalúrgica Surmet",
LLB.A., 1994-555; L.L., Repertorio LIV-1994, pág. 2019.
Las sumas pagadas por el acreedor, destinadas a solventar el valor de los bienes prometidos en
aporte de una futura sociedad, una vez resuelto el contrato, constituye una típica deuda de valor y en
consecuencia el reintegro debe efectuarse segun el poder adquisitivo que aquella tenía al tiempo de la
entrega al deudor.
Cám. Nac. Com., Sala D, 12-111-1990, "Stellino, Pedro c. Venturmi, Guerrino s/sum.",
ReNitorio de furspn¿dencia de la Cámara Comercial
1. El álea que caracteriza a toda empresa comercial, trae aparejada la necesidad de que quienes han
contribuido a formar el fondo social queden expuestos, ante un eventual quebranto del ente, a perder el
valor de lo que al mismo han aportado. Por ello la obligación de soportar las pérdidas que pudieren
originarse como consecuencia de la actividad social, ha sido elevada por la ley al rango de requisito
esencial del contrato de sociedad, y por ello también la pretensión de recuperar los aportes sin una
previa valoración de la situación patrimonial de la sociedad, no encuentra amparo en ninguna norma legal.
2. De ahí que la posibilidad de obtener el reembolso de lo aportado sólo puede ser admitida
frente a una norma expresa que lo autorice, como ocurre en el caso de exclusión de un socio o cuando se ejercita el
derecho de receso.
Cám. Nac. Com., Sala E, 24-V-1990, Ficha nro. 8519, "López Fernández, Adolfo e. Vivero S.R.L. s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
El socio de una sociedad de responsabilidad limitada que sin detentar la calidad de gerente, ejerció
una función equivalente por mandato otorgado por la sociedad, y que en ejercicio de ella constituyó una sociedad anónima con
idéntico objeto, detentando en ésta la calidad de presidente, se encuentra incurso en las previsiones del artículo 54, L.S.,
debiendo incorporar a la sociedad de responsabilidad limitada los beneficios obtenidos por la actividad de competencia y pagar
los daños derivados de ésta.
Cám. Nac. Com., Sala D, 24-IX-1992, "Birentzwaig, Alberto e. Amato, Alberto", Repertorio de Jurisprudencia
de la Cámara Comercial.
Es que los derechos individuales de los socios son indisponibles por la mayoría, y no pueden ser modificados por el
estatuto o la asamblea, por más que este principio deba ceder en el supuesto del consentimiento del socio (cfr. Halperin, Isaac,
op. cit, págs. 345/346), hipótesis que no es la del caso. De lo que sigue lógicamente que la decisión tomada no mereció crítica
ya que el planteo no pasa de constituir un mero disenso.
Además (según lo sostenido por De Gregorio, "Los balances", pág. 89, citado por Verón, Sociedades Comerciales, T.
1, Astrea, 1982, pág. 685), las formalidades previstas en el artículo 67, párrafo 1º de la Ley de Sociedades, han sido establecidas
por la ley no sólo en protección del accionista, sino para que la discusión en la asamblea general sea lo más sincera e ilustrada
posible, y este fin no se alcanza - según lo entiende el legislador - cuando se violan dichas formalidades, pues un solo accionista
que hubiera tenido oportunidad de examinar el balance y el informe de los síndicos, habría podido, exponiendo sus dudas en la
asamblea y provocando una discusión más amplia, determinar una resolución distinta.
En síntesis, el plazo establecido por la ley para poner a disposición de los socios la documentación necesaria para la
aprobación de los
balances, no apunta sólo a la protección del socio sino también a mantener la coherencia del sistema de la ley de
sociedades en cuanto rige la vida de entes que para su dirección se manejan por el régimen de mayo-rías, lo que implica la
necesaria deliberación, la información resulta esencial, debe ser sincera y amplia (en tal sentido: Halperin, Isaac, op. cit., pág.
350), a fin de alcanzar un nivel de conocimiento adecuado que permita decidir acerca de 1Q5 puntos a exaaninar de
modo conjunto, enriqueciéndose con las reflexiones efectuadas por cada uno de los socios.
Caní. Nac. Com., Sala B, 29-XI-1994, "Mourin López, José Luis c. Editorial Molina SA. y otros s/sum.", E.D.,
30-V-1995.
En materia societaria la lealtad recíproca entre los accionistas o socios es un deber exigible, porque de otra manera
desaparece la perspectiva de convivencia dentro de la sociedad y ésta se convertiría simplemente en un haz de derechos
individuales en permanente conmutación egoísta. Ese deber de "consideración" está impuesto por el artículo 1198 del Código
Civil, en cuanto prescribe que las cláusulas implícitas de todo contrato son las especificadas en los deberes de buena fe y en el
verosímil entendimiento de las cosas. Uno de esos deberes es la "consideración" con el otro contratante, consideración tanto
más imperativa cuando, como sucede en este caso, el "otro" es un socio.
Cám. Nac. Com., Sala D, 23-XII-1981, "Sichel, Gerardo F. c. Massuh, SA.", L.L., 1983-B, pág. 493.
1. A los fines de determinar la existencia de conflicto de intereses en el voto a emitir por los accionistas en la
asamblea, la noción de interés social puede interpretarse como el interés objetivo común a los
socios conforme al fin social. Tal noción hace al cumplimiento de las finalidades del contrato de realización
existente entre los socios, por lo
cual, cuando deba adoptarse una resolución imputable a la organización, es razonable que el socio
deba supeditar su interés al interés general y, por tanto, deberá abstenerse de votar favorablemente la aprobación de
un compromiso de fusión el accionista - o su representante - que en la operación tenga por cuenta propia o ajena un interés
contrario al de
la sociedad, siendo nulo el voto emitido
en conflicto de intereses.
2. El alcance y sentido del conflicto de intereses en materia societaria lleva a descartar el elemento
psicológico para determinar su existencia, así como también la asimilación de la prohibición dispuesta para el mandatario en
conflicto de intereses con su mandante, debiendo igualmente desestimarse la aplicación lisa y llana de la teoría del abuso del
derecho conforme al artículo 1071 del Código Civil.
3. En los grupos de sociedades, el interés desempeña el mismo papel que en el derecho societario.
De ahí que, en los casos de conflicto de intereses a los fines del voto en la asamblea, el juez no deba
elegir entre el interés egoísta de una mayoría y de una minoría, entre el interés social y el interés de otros grupos
mayoritarios o minoritarios en la sociedad, sino que debe hacerlo entre un interés interno - el interés social - y un
interés externo el interés del grupo de sociedades del que aquélla forma parte.
Cám. Nac. Com., Sala B, 6-XII-1982, "De Carabassa, Isidoro c. Canale SA. y otra", L.L., 1983-B, págs. 353 a 439.
Los directores de una sociedad anónima han obrado en oposición al interés social al quebrantar el deber de
lealtad debido a la sociedad, cuando usando la información adquirida en el desempeño de sus cargos y la invalorable
colaboración de los ex-dependientes - que también tuvieron acceso a informaciones confidenciales de uso interno-, se lanzan a
competir con ella a fin de obtener ganancias impropias, con lo cual le ocasionan un innegable perjuicio, que los hace pasibles de
la acción social de responsabilidad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 31-X-1991, Ficha nro. 13.488, "Burmar SA. c. Marincovich, Rodolfo Carlos y otro
s/cobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
III. Que con respecto a lo afirmado a fs. 27 vta., en el sentido que "si el interés societario debe predominar sobre el
individual del accionista", cabe apuntar que no es lícito identificar "interés social" con "interés de la mayoría", pues ambos
pueden no coincidir. Y, en todo caso, esto se verá al final del pleito.
IV. Que en lo atinente a los eventuales perjuicios de la sociedad, cabe apuntar que nada obsta que el capital que
se necesite sea adelan
tado por sus socios como aporte a cuenta de una futura emisión y que, por otro lado, se
prestará lá pertinente contracautela.
Cáin. Ap. Civ. y Com., Rosario, Sala ¡II, 5-V-1978, "Boglione, A. c.
Santa Clara, SA.", L. L., 1980-C, págs. 318y319.
2. DOCTIUNA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
La representación se refiere a la actuación externa y las atribuciones del directorio, órgano colegiado, a la
adrninistración interna.
Capital Federal, Cám. Nac. Com., Sala C, 11-IX-1970, "Editorial Confort, Sociedad de Responsabilidad Limitada c.
Chyc. Sociedad Anónima", JA., 1971, t. 10, pág. 573, sum. 314.
BRUNETTI, idem.
3
KELSEN, Teo"'a Pum de¡ Der"cho, Eudeba, Buenos Aires, 1973, pág. 130.
presan la capacidad de ejercicio de los derechos de la personalidad jurídica8
Las sociedades personales, cuyo número de socios generalmente es reducido, no requieren de
una estructuración legal específica del órgano, o al menos no requieren una organización complicada.
Cualquiera de los socios puede administrar y representar a la sociedad colectiva, por ejemplo, y ello
exhibe la ordenación de un órgano en forma simple o lo que se ha llamado "auto-organicismo". Pero
es en las sociedades de capital donde la ley debe precisar con mayor esmero toda una reglamentación
sobre el funcionamiento y competencia del órgano.
Esta teoría del órgano no es de recepción pacífica en la doctrina contemporánea, como señala
Otaegui9. Se ha señalado que la imputación de los actos del órgano a la persona jurídica se puede
explicar mediante la institución de la representación y que la atribución a ella de los hechos ilícitos de
sus representantes legales resulta inexplicable a través de esta doctrina, ya que la realización de un
hecho ilícito excede la competencia del órgano.
2. La inscripción requerida por el artículo 60 de la ley 19.550 es meramente declarativa, ya que la designación o cesación de
administradores tiene efectos,
como tal, desde la decisión asamblearia, y no desde el acto de inscripción, y que por ello sólo cumple una función de forma de
publicidad.
Cám. Nac. Com., Sala B, 25-VIII-1977, "Financiera Baires 5. A. c. Kuperman, Juan C." (idem, id., 26-IX-1977, "Koch,
H. yCía. c. Gil Páez, Oscar”; (id., id., 15-XI-1977, "Talleres Metalúrgicos Haedo c. Voltaje 5. A.".
3. La inoponibilidad de la nueva designación de adininistradores no inscripta (art. 60, ley 19.550) se refiere a los terceros
que han contratado con los administradores que han cesado en sus funciones, sin que tal cesación o la nueva designación se hayan hecho
públicas mediante la correspondiente registración y publicación.
Cám. Nac. Com., Sala B, 25-VIII-1977, "Financiera Baires S.A. c. Kuperman, Juan C."; (idem. id., 26-IX-1977, "Koch,
H. y Cfa., 5. A. c. Gil Páez, Oscar”); (id., id., 15-XI-1977, "Talleres Metalúrgicos Haedo 5. A. c. Voltaje S.A.")
87. RENUNCIA
Los administradores y representantes sociales pueden re-nunciar a sus funciones, aunque sean socios,
en cualquier momento, salvo pacto expreso en contrario. Pero de todos modos son responsables ante la sociedad por
los perjuicios que pudiera causarle una renuncia dolosa o intempestiva.
El ejercicio de las funciones es indelegable. Sin perjuicio de ellos los administradores pueden
otorgar poderes especiales a terceros para la realización de determinados actos o contratos (poderes
especiales). Asimismo pueden delegar en empleados la realización de funciones ejecutivas de la
administración, pero siempre bajo su responsabilidad.
89. IMPUTACION A LA SOCIEDAD DE SUS ACTOS (Art. 58)
Art. 58. - Representación: régimen. El administrador o el representante que de acuerdo con el contrato o por disposición de la
ley tenga la representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social.
Este régimen se aplica aun en infracción de la organización plural, si se tratare de obligaciones contraídas mediante títulos
valores, por contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos mediante formularios,
91. RESPONSABILIDAD
La violación de estas obligaciones hace responsables a los administradores y representantes,
en forma ilimitada y solidaria, por los daños y perjuicios que los actos irregulares o las omisiones
ocasionen a la sociedad o a terceros.
Son los socios, mediante la "reunión de socios" o "las asambleas" quienes juzgarán la
actuación de sus administradores y representantes, pudiendo resolver la "revocación" de sus
mandatos o cese en sus funciones y la promoción de acciones civiles o penales, en su caso.
Sin perjuicio de esas acciones de responsabilidad "de la sociedad" contra los administradores y
representantes, está también la acciÓn "individual" que cada socio puede promover en tales casos.
Los terceros perjudicados también pueden accionar directamente contra el administrador
social.
En tal sentido, nuestra jurisprudencia tiene resuelto:
Si los libros de comercio se llevaban con considerable atraso durante la vigencia del contrato social, el socio puede ejercer
contra los administradores las acciones legales que le competen (art. 15, ley 11.645, y arts. 55, 59, 157, 276 a 279, ley 19.550), pero no
demandar por rendición de cuentas, pues aquéllos están obligados a la confección de balances que hacen las veces de una periódica
rendición de cuentas.
Si bien resulta improcedente la acción por rendición de cuentas durante la vigencia del contrato social, no queda indefenso de
ninguna manera el socio que se hubiera retirado de la administración, dejando al restante consocio a cargo de aquélla, por cuanto siempre
tiene a su alcance las acciones de responsabilidad contra el socio que no cumplió con sus obligaciones de administrador (art. 15,
ley 11.645, y arts. 55, 59, 157, 276 a 279, ley 19.550), así también como las del derecho penal que pudieran eventualmente
corresponder.
Cám. Nac. Com., Sala A, 30-XIl-l976, "Armenta, Roberto c. Pasquariello, Italino".
a) Concepto
En principio, los problemas entre los socios deben ser resueltos dentro de la misma sociedad,
con la intervención de sus respectivos órganos".
Según el tipo de sociedad de que se trate, el socio disc?nforme debe requerir la actuación de
todos los demás socios (caso de las sociedades personales o de interés o sociedad de responsabilidad
limitada común); o bien del síndico en las sociedades por acciones y de responsabilidad limitada
especial.,
Después de agotada esa vía, recién se considera legítimo que el socio recurra a la vía judicial a
plantear sus problemas o quejas contra la sociedad o sus órganos.
Cuando el socio o un grupo de socios cuestiona al órgano de administración de la sociedad
(gerencia o directorio), también debe, primero, agotar la vía societaria, recurriendo a la
11 Este principio básico es uniforme para nuestra doctrina naciónal: PERROTA, Salvador R., Intervención Judicial en
las Sociedades Comerciales, Abeledo-Perrot, 1965; FARGOSI, Horacio P., Suspensión de Admistradores de Sociedades Comerciales,
Abeledo Perrot; Couso, Juan Carlos, Intervención y Administración Judicial de Sociedades, Plus Ultra, 1983.
reunión de socios, al síndico y, finalmente, a la asamblea. Si no logra ser escuchado, entonces
le queda abierta la vía para ocurrir judicialmente pidiendo la remoción de los administradores
sociales. Es allí cuando puede plantear, como medida "cautelar", precaucional o precautoria, de tutela
inmediata de sus derechos y, especialmente, de protección de la subsistencia de la sociedad, el pedido
de intervención judicial.
La intervención judicial es, entonces, un instituto procesal que tiende, fundamentalmente, a la
protección de la sociedad misma, de su subsistencia y al regular funcionamiento de sus órganos. Sólo
subsidiaria o complementariamente es un medio de protección de los derechos del socio.
Es una medida esencialmente transitoria y revocable, que debe ser dejada sin efecto cuando
desaparezcan las causas que le dieron origen o bien cuando el juez resuelva en definitiva sobre el
pedido de remoción.
Criterio restrictivo.
El juez aprociará la procedencia de la intervención con criterio restrictivo.
Para que la petición de intervención pueda ser acogida por el juez, la ley exige que el socio
acredite los siguientes hechos y circunstancias:
1) su calidad de socio, la que emanará del contrato social, de la posesión de títulos
representativos de acciones o de otra documentación que obre en su poder. En caso que el peticionante
no disponga de medios en su poder para probar su calidad de socio, podrá recurrir a la vía de las
"medidas preliminares" que autorizan las leyes procesales como "exhibición de libros", etcétera;
2) que agotó la vta societaria, recurriendo previamente a los órganos sociales pertinentes o a la
vía prevista por el contrato social;
3) que ha promovido la acción de remoción de los administradores, que es la vía judicial
apta para hacer procedente esta medida cautelar, que puede haberse pedido previamente o promoverse
juntamente con el pedido de intervención. Es decir que la intervención en sí misma no constituye el
centro de la acción judicial, sino que es sólo un aspecto dentro del juicio de re-moción de los
administradores; y, fundamentalmente, deberá probar:
4) la existencia de peligro y su grave&L(L Es decir peligro para la subsistencia de la
sociedad por existir hechos o circunstancias que la agreden y que hacen suponer que, de continuar,
repetirse o no ser impedidos, producirán como consecuencia la destrucción de la sociedad. La prueba
de este peligro y de su gravedad debe surgir de los elementos que acompañe el peticionante o de los
qué emanen de la actividad jurisdiccional del juez.
Todas estas circunstancias deben ser analizadas por el juez, quien debe, por exigencia legal,
apreciar la procedencia de la intervención con un criterio restrictivo.
En realidad se trata de diferentes "grados" de intervención, desde un simple veedor que “ve” por el juez
la situación existente en la sociedad, que analizará la documentación y realizará un informe; hasta el interventor
administrador que sustituye a los administradores sociales en sus derechos y obligaciones, pasando por un co-
administrador, es decir un delegado del juez que va a participar, juntamente con los administradores sociales
ysin destituirlos, de la administración futura de la sociedad.
Estos son los tres "grados" de intervención, y su misión será especificamente determinada por el juez,
que deberá señalarle sus atribuciones y deberes.
e) Duraclón de la Intervención
La intervención judicial debe ser dispuesta con una duración determinada. No puede ser sine die. El juez
debe fijar su término atento las circunstancias que rodean el caso y el tiempo probable que requerirá la
recomposición de los órganos sociales o la finalización del trámite judicial de remoción de los administradores.
El plazo de duración sólo podrá ser prorrogado mediante información sumaria de su necesidad. La ley no lo
expresa, pero es indudable que también puede ser dispuesta por el juez esa prórroga en atención a los informes
que produzca el interventor designado, u otras circunstancias que la justifiquen.
f) Facultades y deberes del interventor
En principio, el interventor no puede tener mayores facultades que las propias de los administradores
sociales segun el contrato respectivo, o las que señala la ley, en su caso.
De todos modos, para evitar inconvenientes, la ley obliga al juez a que fije o determine con precisión la
"misión" del interventor y las facultades con que cuenta. Señalará también las obligaciones que debe cumplir,
especialmente en cuanto a la información que deberá reunir y hacer llegar al juez.
g) Aspectos procesales (arts. 116y 117)
Art. 116. - Contracautela. El peticionante deberá prestar la contracautela que se fije, de acuerdo con las
circunstancias del caso, los perjuicios que la medida pueda causar a la sociedad ylas costas causidicas.
Art. 117. - Apelación. La resolución que dispone la intervención es apelable al solo efecto deyoluth,o.
La ley regula también aspectos eminentemente procesales como la "contracautela", esto es la garantía
que el juez debe exigir a quien solicite esta medida de intervención judicial. Esa garantía se fijará teniendo
presente los daños y perjuicios que la medida puede causar a la sociedad y también las costas judiciales (gastos y
honorarios) que irrogará este trámite.
La resolución judicial que ordena la intervención es apelable por la sociedad, pero el recurso no
suspende la ejecutoriedad de la medida dispuesta. Esto es lo que significa "al solo efecto devolutivo".
h) Criterios jurisprudenciales
No puede justificar la designación de administrador y aun de interventor de la sociedad anónima la intención de
obtener a través del mismo, antecedentes que hicieran al derecho de fondo que se supone vulnerado y con ello arrimar pruebas
que pudieran justificar aquél.
Capital Federal, Cám. Nac. Com., Sala A, 20-VII-1972, "Ducant y otros c. Transportes Saavedra, 5. A.", J.A.,1972, t.
16, pág. 284.
Razón de más para no admitir interferencia en la sociedad anónima, o, en su caso, designar interventor o
administrador mientras no haya sido considerada la cuestión por la asamblea debidamente convocada y constituida, la da el
artículo 353, Cód. Com., que autoriza a protestar contra las resoluciones de la asamblea, tornadas en oposición de las
disposiciones de la ley y de los estatutos, pudiéndose requerir del juez la suspensión de su ejecución y declaración de nulidad.
Capital Federal, Cám. Nac. Com., Sala A, 20-VII-1972, "Ducant y otros c. Transportes Saavedra Sociedad Anónima",
JA., 1972, t. 16, pág. 284.
La disconformidad de los socios singulares con la conducción de los negocios de la sociedad anónima, o la comisión
de presuntas irregularidades, deben llevarse a la deliberación de la asamblea y requerir de ella el pronunciamiento
correspondiente, sin que el temor o la presunción de que la mayoria aprobase la conducta objetada excuse la utilización de esa
instancia necesaria, que no cierra la via de la oportuna impugnación jurisdiccional de la decisión asamblearia.
Buenos Aires, Cám. 1º Bahia Blanca, 26-V-1970, "Fernández é Hijos, Sociedad Anónima", JA., 1970, t. 8, pág. 579.
Es procedente la intervención judicial de una sociedad anónima si en el pleito se discute la titularidad de un alto
porcentaje de acciones, el derecho del actor es veroslmil y quienes con las mencionadas acciones detentan actualmente el
control de la sociedad han convocado asambleas para decidir la disolución anticipada de la sociedad - decisión esta suspendida
judicialmente - y tomar resoluciones que hacen a su gobierno, ya que si bien la procedencia de dicha medida debe interpretarse
restrictivamente, las características del caso autorizan a apartarse de ese criterio, pues de lo contrario la administración podria
quedar sujeta, durante la sustanciación del pleito, al control de una minoría.
Capital Federal, Cam. Nac. Com., Sala B, 18111-1974, "Schiepe c. Cáceres, Cowan y otros", JA., 1973, t. 23, sec.
nac., nro. 23.254.
La jurisprudencia uniformemente establece restricciones para intervenir sociedades anónimas, puesto que las
cuestiones suscitadas de resultas de invocadas irregularidades deben ser sometidas a la decisión de sus órganos naturales
- asamblea - conforme a lo previsto en la ley y los estatutos.
Buenos Aires, Cám. 1' Civil y Comercial, San Martin, 14-VIII-1973, "Osle Suc.", JA., 1974, t. 21, pág. 580.
La intervención judicial de las sociedades sólo procede cuando ¡a situación anormal de las mismas impide el ejercicio
de los derechos de los interesados, de acuerdo con el contrato social, los estatutos o la ley, cuando habiéndose agotado todos los
procedimientos y recursos establecidos por tales decisiones, el funcic» namiento de la sociedad subsiste en su estado de
irregularidad. De lo contrario, la acción pública de la justicia habría sustituido enteramente la acción privada de esas
instituciones, transformándolas en sociedades oficiales y creando un sistema manifiestamente de oposición al que ha
reglamentado la legislación sobre la ma-teria.
La intervención judicial exige invocar causa legitima y no basta el pleito encaminado a la separación definitiva del
administrador social, se requiere como condición sine qua non que su conducta sea de tal naturaleza que la integridad del
patrimonio social se halle expuesto a serio peligro si no se obra con rapidez. Las simples divergencias entre los socios no
justifican la remoción del administrador y la designación del interventor si no hay peligro en la demora. Es que la remoción
anticipada del administrador no es sino adelantarse a una hipotética exclusión definitiva y supone motivo grave y urgente
necesidad.
San Juan, Cám. 1' Civil y Comercial y Minería San Juan, 15-X-1973, "Yanzon c. José Yanzon, Sociedad Anónima",
JA., Reseñas, 1974.
1. JUR!SPRUDENCM
En este capítulo incorporamos loS siguientes fallos que es-timamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
La administración de la sociedad importa la deliberación de la decisión del órgano de ella y pertenece a su esfera
interna. Por el contrario, la representación se refiere a su vinculación con terceros e importa determinar si el acto realizado por
el representante societario es imputable a la sociedad, es decir, se refiere a su esfera externa.
Cám. Nac. Civ., Sala D, 20-XI-1995, "Visión S.A. e. L. de F., E.", L.L., 24-VI-1996, pág. 7, fallo 96.408, con nota de
Jose María Curá.
La representación se refiere a la actuación externa y las atribuciones del directorio, órgano colegiado y a la
administración interna.
Cám. Nac. Com., Sala C, 11-IX-1970, "Editorial Confort, Sociedad de Responsabilidad Limitada c. Chyc. Sociedad
Anónima", J.A., 1971, t. 10, sum. 314, pág. 573.
Conforme la adopción de la teoría organicista por la ley de sociedades, los administradores no son mandatarios sino
funcionarios de la sociedad, ergo no son terceros los que actúan sino la sociedad misma y lo hacen con arreglo a las atribuciones
conferidas en el acto constitutivo.
La distinción precisa y absoluta entre la persona jurídica y sus miembros (art. 39, Cód. Civ. y artículo 2º, L.S.),
determina que la actuación de la persona jurídica compromete su propia responsabilidad y no la de los seres humanos, que con
sus actos configuran la actividad de aquélla.
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea S.A. s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
86. INSCRIPCION DE LA DESIGNACION Y CESACION (Art. 60)
1. Quien pretende hacer valer un poder revocado por asamblea extraordinaria, no puede ampararse en
las deficiencias formales de la convocatoria y celebración de aquella, si no ha mediado acción judicial de
impugnación contra su validez por parte de los interesados conforme al artículo 251, ley 19.550 - modil. por ley
22.093-, en tiempo oportuno y consiguiente decisión jurisdiccional en tal sentido.
2. No es razonable que el mandatario cuyos poderes han sido revocados por una porción relevante del
caudal social a través de una asamblea no impugnada por socio alguno, esgrima esa representación para obrar en
nombre de la persona ideal y contra quienes deben decidir la subsistencia del vínculo, pues se opone a ello elementales
principios de rectitud y fidelidad inherentes al mandato.
3. Por ineficaces que resulten los actos asamblearios no es razonable entender que el mandatario al que le han sido
revocados los pode-res, pueda esgrimir la representación societaria para obrar en nombre de la persona ideal y contra aquellos
que deben decidir la subsistencia del vínculo.
Cám. Nac. Com., Sala C, 29-IV-1991, "Beraja, Salomón y otra c. Beraja, David y otros", L.L., Repertorio L¡-1991,
pág. 1617.
1. La designación o cesación de administradores tiene efecto como tal desde el acto de decisión y no desde su
inscripción, dado el carácter - en principio - declarativo de esta última.
2. La inscripción produce una "apariencia engañosa" susceptible de inducir al tercero de buena fe a contratar con
aquel que, según las constancias registrales, está habilitado para representar a la sociedad.
La ley 0pta en el caso por proteger al contratante de buena le que tomó los recaudos necesarios para asegurarse de la
vigencia y la apariencia legal del mandato debiendo la sociedad soportar - a todo evento -las consecuencias derivadas de la
elección de representantes, máxime cuando ni siquiera ha sido inscripto el cese en el cargo del supuesto representante social.
3. No deben perderse de vista los imperativos de la seguridad jurídica y el interés de los terceros de buena fe, como
son los acreedores, a quienes no puede exigirse un constante examen sobre los antecedentes relativos a la forma de elegirse las
autoridades de una sociedad anónima.
Cám. Nac. Com., Sala C, 27-11-1990, "Balbi de Cevallos, ¡da c. Salaberry, Horacio s/sum.", R.D.C.O., año 23,
1990, pág. 776.
La registración prescripta por el artículo 60 de la ley 19i50 es de carácter declarativo por lo que el
directorio reviste tal carácter y se ex-presa a través de su presidente con prescindencia de la citada registración,
sin perjuicio desde luego de las consecuencias que la omistón de la inscripción pueda producir respecto de
terceros perjudicados que la invoquen conforme con lo dispuesto por los artículos 12 y 60 de la ley 19950.
Cám. Nac. Com., Sala A, 3-VIII-1977, “Trabajadores Transportistas Asociados c. Quinteros, José".
La inscripción requerida por el artículo 60 de la ley 19.550 es meramente declarativa, ya que la designación
o cesación de administradores tiene efecto como tal, desde la decisión asamblearia, y no, desde el acto de
inscripción que sólo cumple una función de publicidad.
Cám. Nac. Com., Sala B, 17-111-1981, "Banco Río de la Plata, SA. c. Canto SA., Hilario L. y otro", L. L., 1981-C,
pág. 161.
87. RENUNCIA
No hay responsabilidad del director de una sociedad derivada de su renuncia, aun cuando ella haya sido intempestiva,
dejando a la misma sin el concurso de sus funciones como miembro del órgano de administración, en tanto no afectó el
mantenimiento del quórum, no impidiendo el normal funcionamiento del directorio.
En razón de la naturaleza del vínculo que une al director con la 59-ciedad, éste puede renunciar en cualquier momento
a su cargo y sin invocación de justa causa, como contrapartida del derecho de revocación ad nutum por la asamblea ordinaria
de accionistas, conforme lo prescribe el artículo 256, L.S.
Cám. Nac. Com., 31-X-1991, Ficha nro. 13.489, "Burmar SA. c. Marincovich Rodolfo Carlos y otro
s/cobro de pesos Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
1. Los derechos del portador de un pagaré no resultan enervados si recibió el título con una firma auténtica, emanada
de persona idónea,
para obligar a la entidad demandada, aun cuando se alegne infracción a la representación plural, dado que quien crea
una apariencia se hace prisionero de ella.
Corresponde excluir la oponibilidad a terceros de las reglas estatutarias de representación, cuando la conducta del
accionado ha sido apta para crear una apariencia en la atribución de las facultades invocadas por el suscriptor del título, aun en
infracción a lo dispuesto por los estatutos.
2. De conformidad con el artículo 58 de la ley 19.550, que sienta un principio general aplicable a las asociaciones
por extensión, la falta de firma del tesorero en el documento librado con la firma del presidente de la asociación, aun
cuando fuera necesaria según los estatutos, no resulta oponible a la actora ejecutante de un pagaré ni afecta a la habilidad del
título (de la sentencia de primera instancia).
3. La firma del pagaré acompañada del sello con el cargo desempeñado en la sociedad y el nombre social consignado
en el espacio destinado al nombre del librador, importan conlemplatio domine que descarta la imputación personal (de la
sentencia de primera instancia).
Cám. Nac. Com., Sala A, 27-X-1993, "Flores, Sergio c. Mutual de Obreros y Empleados del Estado", L.L., 1994-E,
pág. 422, con nota de Osvaldo Solan Costa, E.D., 157-647.
El gerente general de una sociedad anónima, atento su calidad de factor (art. 146, Cód. Com.), poseyendo
representación suficiente para todos los actos del giro ordinario de su administrada (en el caso contratación de un servicio de
transporte) se encuentra habilitado para el otorgamiento de un reconocimiento de deuda y el establecimiento de una cláusula
penal, ya que la prevención del incremento de lo debido resulta un acto propio de la administración ordinaria.
Cám. Nac. Com., 21-XII-1990, "Rius SA. c. El Peregrino SA. s/sum.", L.L., 25-11-1992.
La transgresión de la representación plural no puede perjudicar a terceros dentro de los límites impuestos por el
artículo 58, L.S., también aplicable al ámbito procesal, salvo situaciones de excepción.
Cám. Nac. Com., 23-VIII-1990, "Sniafa SA.l.C. c. Canning Textil S.CA. s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la
Cámara Comercial
1. La firma o nombre social mediante el cual se establece la asunción de la obligación por la sociedad, debe
presentarse con tal claridad, que indique la actuación de un ente colectivo y no la de una o varias personas de existencia visible.
2. Si las limitaciones de facultades para obligarse cambiariamente surgieran del contrato social o de los
estatutos, la transgresión a aquélla será inoponible por parte de la sociedad a los terceros.
Este régimen se aplica aun en infracción a la organización plural si de títulos valores se trata, siempre y
cuando los actos no sean extraños al objeto social o que el tercero (uviera conocimiento efectivo de que el acto
se celebra en tales condiciones.
3. La carga de la prueba del conocimiento por el tercero de la transgresión señalada, reposa en cabeza
de la sociedad.
Cám. Nac. Com., 7-V-1990, "Tampoil SA. c. Uder de Alimentos SA. s/ejec.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Reconocida la facultad otorgada al mandatario para librar cheques contra la cuenta de su principal - y en
su nombre-, tal actuación es imputable a la sociedad mandante aun en infracción al régimen del apoderamiento.
Cám. Nac. Com., 10-X-1990, "La Farola Norte S.R.L. siconcurso s/inc. de revisión del crédito de Gandulfo, Jorge",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
1. La circunstancia de que el firmante de los tíÉulos en base a los cuales se pide la quiebra a una asociación
civil, habría cesado en el cargo a la fecha de suscribirlos, no exonera a la entidad de las consecuencias del
libramiento, si tales antecedentes no fueron conocidos por el acreedor al recibir los títulos de crédito.
2. La entidad deudora debe responder por los actos obrados por su ex-mandatario luego de la extinción
del vínculo - circunstancia desconocida por el acreedor-, máxime silos títulos cartáceos aparecen rodeados de un
conjunto de signos exteriores que les confieren una apariencia de regularidad, sellos, etcétera, incluso la ftrma
del tesorero, que aut(> rizan prima facie a excluir la eventual mala fe del beneficiario.
Cárn. Nac. Com., 19-X-1990, "Club Deportivo Español (Asoc. Civil) s/pedido de quiebra por Vera, 1.",
ReNflorio de Jurisprudencia de ja Cámara Comercial.
1. La suscripción del empleado de una sociedad de un documento con membrete de esta última, crea una
situación que puede generar válidamente la apariencia jurídica de que dicho empleado era persona autorizada
para obligar al ente.
2. En el ámbito societario se ha interpretado el artículo 58 de la ley 19.550 en favor de los terceros de buena fe
utilizandose la doctrina de la apariencia jurídica; en virtud de la cual se acepta como válido el acto de un dependiente,
aún luego de negado como autorizado por parte del principal.
3. La negativa genérica formulada en el responde referente a la documentación acompañada por la
actora está desprovista de significación a los efectos del artículo 356, inciso 1º, CPCCN.
Cám. Nac. Com., Sala C, 22-11-1991, "Giacardi, Lucía M. e. Veveloyanis Propiedades S.R.L.", E.D.,
12-111-1992.
1. Un gerente general de sociedad anónima debe ser visto en derecho como el factor del Código de Comercio,
y por lo tanto con representación suficiente para todos los actos del giro ordinario.
2. Un representante con habilitación para concertar los negocios del giro ordinario de una sociedad, carece de ella
para establecer un pacto punitorio complementario, porque esto puede exceder lo corriente en el tráfico de la representada; pero
si el presunto representante debe ser juzgado como factor, esta persona está facultada para concertar una cláusula penal, en
tanto no haya sido invocado y probado que el compromiso de pagar más, en el supuesto de pagarse tarde,
constituya una convención francamente exorbitante y ajena a toda práctica. Una cláusula penal que prevea solamente el
incremento de lo debido es propia de la administración ordinaria.
Cám. Nac. Com., Sala D, 21-XII-1990, "Rius SA. c. El Peregrino SA.", L.L., 25-11-92, "IDEM Ecomad
Construcciones Portuarias SA.", L.L., 29-XI-1991.
Representación plural
1. El artículo 58, L.S., admite la idoneidad en favor de terceros de los instrumentos vinculantes
suscriptos por el representante legal de la sociedad aún cuando en ellos este último infrinja la necesidad de una
representación plural prevista en los estatutos; pero tal principio cede cuando el tercero conoce, al
tiempo de contratar, que el sujeto actuante carece de facultades representativas.
2. Quien concertó un acto sabiendo que el mismo estaba viciado por violar la normativa sobre representación
social de la aparente obligada principal, no puede invocar su personal infracción para obtener un beneficio; pues
la ineficacia del falsus pmcura'or protege a la entidad mal representada, pero el exceso no es invocable por la
persona individual que lo cometió.
Cám. Nac. Com., Sala D, 6-VíII-1991, "Banco de Crédito Rural Argentino SA. (en liq. B.C.RA.) c.
Estrella de Mar SA.", E.D., 12-111-1991.
En el caso de director único, puede ser asimilada la firma del director suplente a la del vicepresidente,
en el sentido de serle aplicable la jurisprudencia que señala que el último tiene idénticas facultades que el
presidente y las puede ejercer indistintamente con éste.
Cám. Nac. Com., Sala B, 30-VlI-1990, "Lumiere Propaganda Soc. de hecho c. Chenay SA.", R.D.C.O.,
año 23, 1990-B, pág. 794.
Si los cheques en ejecución fueron suscritos por el vicepresidente de la sociedad (quien la representa,
según su estatuto, en caso de ausencia o impedimento del presidente), cabe presumir que alguno de los dos
hechos se configuraron, sin que parezca posible, frente a terceros, admitir prueba en contrario.
Cám. Nac. Com., Sala A, 25-X-1988, "Lagares, Rodolfo Rugo y otro c. Domingo Ilvento SA.I.C.I.FA.
slejecutivo", R.D.C.O., año 22, 1989, pág. 238.
1. En el caso de los cheques la firma de las personas físicas autorizadas por la persona jurídica al
efectuar la solicitud y suscribir el contrato de cuenta corriente bancaria y el pacto de cheque obliga a la persona
jurídica.
2. La constancia del nombre de la persona jurídica en el anverso del cheque, a la izquierda de la firma,
constituye suficiente "antefirma" y un modo de imputar la responsabilidad a un sujeto distinto del firmante, lo
que excluye la responsabilidad del suscriptor material.
3. La suspensión de la prescripeión prevista en el artículo 3986 del Código Civil, es de aplicación
también en materia comercial.
4. La carta documento remitida a quien resultaba ser el presidente de la sociedad anónima y suscriptor
del cheque que se ejecuta, no
obstante ser un sujeto de derecho distinto no puede escindirse del carácter de representante legal de la
sociedad comercial libradora, deviene apta para suspender la prescripción que se encontraba corriendo en
relación a su representada.
Cám. la., Civ. y Com., Mar del Plata, Sala II, 20-IX-1994, "Vizcay, Jorge A. c. Osmapa SA. y/u otra",
L.L, Buenos Aires, diciembre de 1994, pág. 945.
El patrón de apreciación de conducta que brinda el artículo 59 de la Ley de Sociedades (Adia, XLIV-B,
1310): "diligencia del buen hombre de negocios", impone la previsión de acontecimientos que no resultan
absolutamente desacostumbrados en el ámbito de la actividad de la que se trata según la experiencia común.
Cám. Nac. Com., Sala D, 9-Ix-1995, "Estancias Procreo Vacunos SA. c. Lenzi, Carlos y otros", L.L.,
12-IV-1996.
Los directores de una sociedad anónima han obrado en oposición al interés social al quebrantar el deber
de lealtad debido a la sociedad, cuando usando la információn adquirida en el desempeño de sus cargos y la
invalorable colaboración de los ex-dependientes - que también tuvieron acceso a informaciones confidenciales
de uso interno-, se lanzan a competir con ella a fin de obtener ganancias impropias, con lo cual le ocasionan un
innegable perjuicio, que los hace pasibles de la acción social de responsabilidad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 31-X-1991, Ficha nro. 13.488, "Burmar SA. c. Marincovich Rodolfo Carlos y
otro sicobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
91. RESPONSABILIDAD
Acreditado el comportamiento doloso de los directores de una sociedad anónima, éstos responden por
los daños materiales que sean consecuencia inmediata y necesaria del incumplimiento de la obligación, y
también por aquellos que sean consecuencia mediata del mismo (arts. 520 y 521, Cód. Civ.), entendiéndose por
"consecuencia mediata" aquellas que resultan de la conexión del incumplimiento con un aconteimiento distinto y
que han podido preverse (arts. 901 y 904, Cód. Civ.). Deben concurrir un factor subjetivo, el de su previsión o el
de su previsibilidad; y otro objetivo, el de su conexión con un acontecimiento distinto.
Cám. Nac. Com., Sala A, 31-X-1991, Ficha nro. 13.489, "Burmar SA. c. Marincovich, Rodolfo Carlos y
otro sicobro de pesos", ReNitorio de Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
La responsabilidad de los directores de las sociedades sólo cabe cuando exista una relación de dominio
sobre la causa del resultado, por lo que si en una empresa el dominlo material sobre las cosas se da
escalonadamente, cada co-titular de la custodia será responsable según la parte de dominio que mantenga sobre
ella.
Cám. Fed., San Martín, 26-VIII-1992, "Contaminación Río Reconquista", L.L., 1993-E, pág. 338; DJ.,
1993-1-195; E. D., 150-388.
La intervención judicial de las sociedades sólo procede cuando la situación anormal de las mismas
impide el ejercicio de los derechos de los interesados, de acuerdo con el contrato social, los estatutos o la ley,
cuando habiéndose agotado todos los procedimientos y recursos establecidos por tales decisiones, el funcionamiento de la
sociedad subsiste en su estado de irregularidad. De lo contrario, la acción pública de la justicia habría sustituido enteramente la
acción privada de esas instituciones,
transformándolas en sociedades oficiales y creando un sistema manifiestamente de oposición al que ha
reglamentado la legisiación sobre la materia.
La intervención judicial exige invocar causa legítima y no basta el pleito encaminado a la separación
defmitiva del administrador social' se requiere como condición sine qua non que su conducta sea de tal
naturaleza que la integridad del patrimonio social se halle expuesto a serio peligro si no se obra con rapidei Las
simples divergencias entre los socios no justifican la remoción del administrador y la designación del interventor
si no hay peligro en la demora. Es que la remoción anticipada del administrador no es sino adelantarse a una
hipotética exclusión defanitiva y supone motivo grave y urgente necesidad.
Cám. 1' Civ. y Com. y Minería San Juan' '5-X-1973, "Yanzon e.
José Yanzon' Sociedad Anóniina", JA., Reseñas, 1974.
1. La medida cautelar de intervención judicial que regulan los artículos 113 y siguientes de la ley 19.550 y
222 y siguientes del Código Procesal, en principio, no resulta procedente respecto de sociedades no constituidas
regularmente.
2. Si no se ha promovido la acción de remoción del administrador de la sociedad irregular, la
intervención judicial prevista en los artículos 113 de la ley 19.550 y 222 del Código Procesal carece de respaldo
instrumental que la justifique.
Cám. Nac. Com., Sala C, 28-XI-1994, "Russo, Alfredo c. Alvarez, Sergio", L.L., 27-VI-1995.
1. Acreditado por los accionistas que representan el 2% del capital social el incumplimiento de la
sindicatura en su deber legal de informar, deben ellos encontrar en el órgano jurisdiccional una decisión sobre la
exigibilidad de tal debeT.
2. El incumplimiento por parte de la sindicatura de su deber de informar implica un peligro grave para
la sociedad, por lo que habiéndose acreditado la calidad de socios, promovida la acción de remoción
correspondiente, y encontrándose agotados los recursos societarios, corresponde ácceder a una medida cautelar, de
conformidad con lo establecido por el artículo 115, L.S., y con el criterio restrictivo con que cabe apreciar la procedencia de
este tipo de medidas.
Cám. Nac. Com., Sala A, 28-XI-1990, "Lucioni Natalio Francisco y otros clOniria SA. s/sum.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Nombramiento de un veedor
Encontrándose en litigio la titularidad de cierta cantidad de acciones - en el caso, el 50% de las acciones emitidas por
una sociedad - procede hacer lugar al pedido de suspensión del derecho a voto de ellas y designación de un veedor, solicitado
por el tenedor de las acciones que aun no figura como socio registrado a fin de que se lo mantenga informado sobre el
desarrollo de la actividad de la sociedad.
Disidencia parcial del doctor Cuartero:
Atento el carácter restrictivo con que debe apreciarse la procedencia de medidas de la especie de que aquí se trata (art.
114, L.S., in fine) resulta improcedente la intervención solicitada aun cuando se trate de una mera veeduría, bastando disponer
la suspensión del derecho de voto respecto de las acciones en litigio.
Cám. Nac. Com., 3-XI-1993, Ficha nro. 17.590, "Mackinlay, Carlos c. D.H.L. Internacional SA. s/sum. 5/ifle. de
apelación", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Nombramiento de un co-director
La intervención judicial de una sociedad requiere que el perjuicio que se invoque a esos fines sea de
naturaleza tal que exista un verdadero peligro en la demora en su designación, relativo al interés social, debiendo, por otro
lado, tenerse presente que la procedencia de dicha cautela
deberá ser apreciada con criterio restrictivo, tanto más si se trata de una sociedad anónima, cuya
complejidad estructural exige que las vicisitudes que puedan comprometer dicho interés deban resolverse en las
issstancias internas. Por ende, en el sub indice, si bien Pri'ia facie se ha juggado como violatoria de lo dispuesto
en el artículo 273 de la Ley de Sociedades la actividad que estaría desarrollando un director, ante la falta de
datos concretos que permitan evaluar el eventual daño que tales actos en competencia habrían irrogado a la
sociedad, no será procedente acceder a la intervención solicitada, sino que se dispondrá el nombramiento de un
co-director, sin desplazar al directorio vigente, quien deberá informar al Tribunal de grado sobre los hechos
denunciados por el requlrente en forma quincenal y por el espacio de cuatro meses.
Cám. Nac. Com., Sala A, 8-111-1995, "Pérez Cotapos Larrain, Julio c. Hinz, Pablo y otros simed.
precaut. s/inc. de apel.", E.D., 25-111-1996.
1. A fin de declarar la nulidad de la asamblea debe acreditarse una verdadera situación de riesgo que
imponga la necesidad de tal intervención del Estado en los negocios de los particulares.
2. Al ser la intervención judicial una medida cautelar societaria de excepción debe aplicarse con
criterio restrictivo, debiendo el órgano judddiccional tratar con prudencia todo lo que importe interferencia
societaria.
3. Designado un interventor veedor puede peticionarse la transformación de esa medida si
concurren, durante el desarrollo del juicio, elementos que así lo aconsejen.
Cán'. Nac. Com., Sala B, 11-IX-1995, "Arcondo, Ignacio G. c. Tambos del Comahue S.A.", L.L., 2-V-
1996.
2 DOCTR¡NA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Colombres, Gervasio R., "Extensión de las facultades del órgano de administración", R.D.C.O., 1977,
pág. 625.
Falcón, Enrique M., "Intervención y administración provisoria judicial", R.D.C.O., 1971, pág. 715.
Gaibisso, César A. - Mariscotti, Raúl E. P. P., "Consideraciones sobre la intervención judicial en las
sociedades comerciales", L.L., 11-11-1993.
Halperin, Isaac, "En torno de la intervención judicial de la sociedad anónima", R.D.C.O., 1974, pág.
351.
Zaldívar, Enrique, "El sistema de administración social, la intervención judicial y el principio de
conservación de la empresa", R.D. C. O., 1979, pág. 63.
Zannoni, Eduardo A., "Intervención judicial de sociedades solicitada por terceros", R.D. CO., 1982, pág.
751.
CAPÍTULO VIII
DE LA DOCUMENTACION Y LA CONTABILIDAD
La Ley de Sociedades comerciales permite el empleo de libros tradicionales o de "medios mecánicos" o de otro
tipo (computación, por ejemplo), en reemplazo de aquéllos o como complemento de los libros. Deberá solicitarse
la respectiva autorización a la autoridad de control o al Registro Público de Comercio, acompañando una
descripción del sistema a utilizar y dictamen técnico o antecedentes de su utilización. La autorización debe
transcribirse en el libro de Inventarios y Balances.
Nuestra legislación, como es ya principio universal en la materia, exige el sistema de "partida doble".
La contabilización de las operaciones debe permitir su individualización, así como la determinación de
sus correspondientes cuentas deudoras y acreedoras.
La contabilidad debe respaldarse en la "documentación", que debe conservar el comerciante y que será
la prueba de la regularidad y corrección de sus asientos contables.
La legislación ha previsto la agilización de las registraciones en el libro Diario, permitiendo asientos globales
mensuales, y autorizando que por medios mecánicos auxiliares se puedan efectuar los asientos diarios y
singulares1.
1 Cabe señalar el peligro potencial de una autorización generíca de utilización de medios teenicos sofisticados en
reemplazo de los tradicionales sistemas de registraciones contables; lo que se acrecienta con la posibilidad de asientos globales.
97. OBLIGACIONES DE LAS SOCIEDADES (Art. 62)
Art. 62. - Aplicación. Las sociedades deberán hacer constar en sus balances de ejercicio la fecha en que se cumple el
plazo de duración. En la medida aplicable según el tipo, darán cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 67, prímer párrafo.
Las sociedades de responsabilidad Innitada cuyo capital alcance el importe fijado por el artículo 299, inciso 2') y las
sociedades por acciones deberán presentar los estados contables anuales regulados por los artículos 63 a 65 y cumplir el artículo
66.
Sin perjuicio de ello, las sociedades controlantes de acuerdo al artículo 33, inciso lc>), deberán presentar como
información complementaria, estados contables anuales consolidados, confeccionados con arreglo a los principios de
contabilidad generalmente aceptados y a las normas que establezca la autoridad de contralor.
Principio general.
Cuando los montos involucrados sean de insignificancia relativa a los efectos de una apropiada interpretación, serán
incluidos en rubros de conceptos di-versos. Con el mismo criterio si eldstiesen partidas no enunciadas espedficamente, pero de
significación relativa, deberán mostrarse por separado.
La Comisión Nacional de Valores, otras autoridades de contralor y las bolsas, podrán exigir a las sociedades incluidas
en el artículo 299, la presentación de un estado de origen y aplicación de fondos por el ejercicio terminado, y otros documentos
de análisis de los estados contables. Entiéndese por fondos el activo corriente, menos el pasivo corriente.
Ajuste.
Los estados contables correspondientes a ejercicios completos o períodos intermedios dentro de un mismo ejercicio,
deberán confeccionarse en moneda constante.
El artículo 62 de la ley 19.550, modificado por la ley 22.903, prescribe que las sociedades deben hacer
constar en sus balances anuales la fecha en que se cumple el plazo de duración de ellas.
Las sociedades deben dejar copias de sus balances en la sede social y de los demás documentos
contables anuales, a disposición de los socios.
Como norma general, para todos los documentos contables, este artículo 62 preceptúa que cuando los
montos involucrados sean insignificantes, pueden ser incluidos en partidas o
Por ello deberá exigirse en todos los casos que el sistema adoptado permita la individualización de las operaciones
y la de las correspondientes cuentas deudoras y acreedoras, como la debida réserva de la documentación que respalda dichos
asientos contables.
rubros distintos y, con igual criterio, si existen partidas no de-terminadas específicamente pero de
significativa importancia, deberán enunciarse por separado. De este modo se pretende otorgar la máxima
claridad y transparencia a la información que se debe suministrar a los socios y terceros que contraten con la
sociedad.
Las sociedades de responsabildad limitada especiales (las de mayor capital, sujetas al control estatal) y
tas sociedades por acciones tienen obligación de presentar a sus socios estados contables anuales que consten de:
balance, estado de resultados (cuenta de ganancias y pérdidas del ejercicio), las notas complementarias y cuadros
anexos al balance y confeccionar una Memoria, en lós términos y con el contenido referido en el artículo 66.
La ley 22.903 incluyó la obligación de las sociedades controlantes del artículo 33, inciso lº, de
presentar, como información complementaria, estados contables anuales consolidados que serán confeccionados
conforme las normas que dicte la autoridad de control y las prácticas y principios generalmente aceptados. Este
balance consolidado no debe ser sometido a la aprobación de la asamblea, sino que és una información
complementaria para los socios 2.
La norma autoriza a la Comisión Nacional de Valores, bol-sas de comercio y autoridades de control, a
exigir a las sociedades incluidas en el artículo 299 una mayor información.
Los estados contables deben ser ajustados por la inflación, de modo de exhibir en su confección una
moneda constante.
2 NAzAR ESPECHE, en la obra citada, destaca la importancia de esta reforma y su necesidad ha sido puesta de relieve en reiteradas
oportunidades con espocial referencia a las relaciones transnacionales; op. cit, pág. 20. Cabe señalar que el Consejo Profesional de Ciencias
Económicas de la Capital Federal ha prescripto por resolución C. 135/84 las normas que se consideran como "príncipiós de contabilidad
generalmente aceptados", a efectos de la confección de los balances "consolidados" que deben elaborar las sociedades contrelantes.
1'> En el activo:
a) El dinero en efectivo en caja y Bancos, otros valores caracterizados por similares principios de liquidez, certeza y
efectividad, y la moneda extranjera;
b) Los créditos provenientes de las actividades sociales.
Por separado se indicarán los créditos con sociedades controlantes, controladas o vinculadas, los que sean litigiosos, y cualquier otro
crédito.
Cuando corresponda, se deslucrán las previsiones por créditos de dudoso cobro y por descuentos y
bonificaciones;
c) Las bienes de cambio, agrupados de acuerdo con las actividades de la sociedad. Se indicarán
separadamente las eristencias de materias primas, prcductos en prOcesO de elaboración y terminados, mercaderías de reventa o
los rubros requeridos por la naturaleza de la actividad social;
d) Las inversiones en títulos de la deuda pública, en acciones y en debentures, con distinción de los que sean cotizados en
bolsa, las efectuadas en se ciedades controlantes, controladas o 'vinculadas, otras participaciones y cualquier otra inversión ajena a la
explotación de la sociedad.
Cuando corresponda, se deducirá la previsión para quebrantos o desvalorizaciones;
e) Los bienes de uso, con indicación de sus amortizaciones acumuladas;
f) Los bienes inmateriales, por su costo, con indicación de sus amortizaciones acumuladas;
g) Los gastos y cargas que se devenguen en futuros ejercicios o se afecten a éstos, deduciendo en este último caso las
amortizaciones acumuladas que correspondan;
h) Todo otro rubro que por su naturaleza corresponda ser incluido como activo.
20 En el pasivo:
1. a) Las deudas, indicándose separadamente las comerciales, las bancarias, las financieras, las existentes con sociedades
controlantes, controladas o vinculadas, los debentures emitidos por la sociedad, los dividendos a pagar y las deudas a organismos de previsión
social y de recaudación fiscal.
Asimismo se mostrarán otros pasivos devengados que correspondan calcular;
b) Las previsiones por eventualidades que se consideren susceptibles de concretarse en obligaciones de la sociedad;
•) Todo otro rubro que por su naturaleza represente un pasIvo Icacia ter-ceros;
d) Las rentas percibidas por adelantado y los ingresos cuya realización corresponda a futuros ejercicios;
II. a) El capital social, con distinción, en su caso, de las acciones ordinarias y de otras clases y los supuestos del artículo
220;
b) Las reservas legales, contractuales o estatutarías voluntarias y las provenientes de revaluaciones y de primas de emisión;
c) Las utilidades de ejercicios anteriores y en su caso, para deducir, las pérdidas;
d) Todo otro rubro que por su naturaleza corresponda ser incluido en las cuentas de capital, reservas y resultados.
30 Los bienes en depósito, los avales y garantías, documentos descontados y toda otra cuenta de orden.
40 De la presentación en general:
a) La información deberá agruparse de modo que sea posible distinguir y totalizar el activo corriente del activo no
corriente, y el pasivo corriente del Pasivo no corriente. Se entiende por corriente todo activo o pasivo cuyo vencirniento o
realización, se producirá dentro de los doce (12> meses a partir de la fecha del balance general, salvo que las circunstancias
aconsejen otra base para tal distinción;
b) Los derechos y obligaciones deberán mostrarse indicándose si son dccumentados, con garantía real u otras;
c> El activo y el pasivo en moneda extranjera, deberán mostrarse por se parado en los rubros que correspondan;
d) No podrán compensarse las distintas partidas entre sí.
El balance se compone de dos grandes rubros: el activo y el pasivo. En el activo figuran todos los bienes
y todos los derechos de que es titular la sociedad. Asimismo todas las erogaciones que haya realizado y que son
aprovechadas en ejercicios futuros (por ejemplo todos los gastos y honorarios que demanda la constitución y
organización de la sociedad, que constituyen una erogación que va a ser aprovechada durante todo el tiempo de
su actuación).
El pasivo refleja todo lo que la sociedad adeuda, a terceros y a los propios socios. Por eso el "patrimonio
neto", que es la diferencia entre el activo y el pasivo, forma parte integrante del pastvo.
El activo de una empresa es siempre igual a su pasivo más el patrimonio neto.
La ley en el artículo 63 separa el "pasivo" hacia terceros, del patrimonio neto.
A su vez, tanto el activo como el pasivo deben dividirse según se trate de bienes, derechos o créditos a
realizar dentro del plazo de doce meses de la fecha del balance general o posteriormente, y de deudas exigibles
dentro de ese mismo plazo o posteriormente, en activo corriente y activo no corriente y pasivo corriente y pasivo
no corriente.
Esta divtsion tiene por fundamento poner en evidencia el estado de "liquidez" que tiene una empresa,
contraponiendo los activos de inmediata realización contra las deudas y compromí
sos de inmediato pago. El plazo de doce meses coincide así con el vencimiento del ejercicio comercial
de la sociedad.
En el activo corriente se incluirán entonces todos los créditos y bienes que la sociedad realizará
(cobrará, percibirá, hará efectivo) y convertirá en dinero durante el ejercicio económico siguiente, con los que
hará frente a todas las obligaciones de la sociedad que vencerán en el curso del próximo ejercicio.
Los bienes y créditos a realizar con posterioridad a los doce meses irán a formar parte del "activo no
corriente" y similar discriminación se realizará en el pasivo.
El balance es el reflejo de la situación patrimonial de una empresa. De lo que tiene (activo) y de lo que
debe (pasivo), a un momento determinado. Es como una fotografía tomada sobre la empresa en un momento
dado, y debe reflejar con veracidad, seriedad y precisión los datos contables que permitan efectuar un análisis
objetivo de la situación patrimonial.
La Ley de Sociedades comerciales busca con estas reglas obtener esos fines.
El artículo 63 prescribe las normas que deberán observarse en la confección de los balances,
consagrando reglas de cumplimiento obligatorio para dar veracidad y objetividad a este documento contable tan
importante.
a) El activo
b) El pasivo
c) Cuentas de orden
Finalmente, sin formar parte del activo ni del pasivo, se encuentran otras partidas contables que
representan bienes que la sociedad tiene pero que a la vez debe, esto es bienes ajenos; y
bienes o derechos de la sociedad pero que tiene otro. Por ejempío, bienes recibidos en depósito o en
prenda común, están en poder de la sociedad (son activo) pero no son de la sociedad sino de terceros (son
pasivo). Documentos descontados por la sociedad (son o representan acreencias de la empresa - activo -pero han
sido "descontados" en un banco, y ello implica que la sociedad ha endosado y es por lo tanto deudora de tales
documentos - es pasivo-).
Siendo el balance un fiel reflejo de la realidad económica de la empresa, estas partidas deben,
necesariamente, figurar en el activo y en el pasivo al mismo tiempo, por ello se llaman "cuentas de orden".
Este documento, también llamado "Cuenta de ganancias y pérdidas" del ejercicio, sintetiza los dineros
ingresados a la sociedad (por precio de las ventas realizadas; por comisiones; por intereses); y los egresos
transferidos por la sociedad a terceros (los pagos por compras, gastos generales, sueldos, comisiones, intereses,
etc.). Este documento, que es un complemento de la información que brinda el balance general, tiene la virtud de
discriminar e identificar los rubros por los cuales se han producido "ingresos" de fondos a la sociedad y aquéllos
que han determinado "egresos", permitiendo saber en qué sectores de la empresa se han generado ganancias y en
cuáles se han operado pérdidas. Por ello al lado de una partida de ingresos (ventas por ejemplo) debe consignarse
el costo de las mercaderías o productos vendidos, para conocer y reflejar el resultado de ese rubro.
a) Los ingresos deben constar agrupados por tipo de actividad, diferenciándolos, porque bien pueden ser
consecuencia de la actividad normal (venta de mercaderías en la actividad comercial) o bien obedecer a otra
causa (el alquiler de locales de los cuales es propietario la sociedad; la venta de bienes no destinados
normalmente a la venta; etc.).
b) En cuanto a los egresos, deberán comprender los gastos ordinarios de administración, de
comercialización, de financiación y otros, debiendo indicarse especialmente:
1) las retribuciones de los directores, administradores y síndicos;
2) otros honorarios y retribuciones de servicios;
3) los sueldos y jornales y sus contribuciones sociales respectivas (aportes sindicales, aportes a obras
sociales, aportes sobre aguinaldos ylos aportes jubilatorios patronales);
4) gastos de estudios e investigaciones;
5) regalías y honorartos por servicios tecnicos y otros conceptos similares;
6) los gastos de publicidad y propaganda;
7) los impuestos, tasas y contribuciones, indicando por separado el tributo, las multas, los intereses,
recargos y reajustes;
8) los intereses pagados o devengados. Es decir que deben indicarse no solamente los que haya pagado
en el ejercicio la sociedad, sino también los que han vencido en el curso del ejercicio y no hayan sido pagados,
sea porque son pagaderos a mayor plazo o por otras razones. Se debe indicar por separado los que provienen de
deudas comerciales (a proveedores), de las bancarias y otras deudas financieras. Asimismo se debe separar los
que corresponden a sociedades, controlantes, controladas y vinculadas; y
9) las amortizaciones y previsiones. Ya vimos anteriorménte el concepto de "previsión". Veremos ahora
qué son las "amortizaciones". Se define la "amortización" como la pérdida de valor que sufre un bien de uso por
cualquier causa, sea la duración física del mismo, su duración económica o bien la duración según la
contabilidad. La finalidad de las amortizaciones es repartir los gastos relacionados con la adquisición de esos
bienes de uso en los años en que se usan los mismos. Como los bienes con el uso pierden valor, las
amortizaciones expresan contable-mente la reducción del valor de esos bienes con la finalidad de reflejar la
exactitud del balance. También son un medio de constituir una reserva para reponer esos bienes.
El artículo 64 L.S. expresa que si algunos de estos rubros no se incluyera en forma total o parcial por
formar parte del costo de los bienes de cambio o de los bienes de uso u otro rubros del activo, deberá exponerse como
información del directorio o de los administradores en la "Memoria".
c) Las ganancias extraordinarias y los gastos también extraordinarios habidos en el ejercicio, se deben
consignar separadamente en el Estado de Resultados, como lo habíamos señalado anteriormente.
d) Deberán consignarse, asimismo, los ajustes por ganancias y gastos de ejercicios anteriores,
esto es los montos por "desvalorización monetaria" que corresponden a esos rubros.
Se exige especialmente que este documento muestre por separado las ganancias o pérdidas provenientes
de operaciones ordinarias y aquéllas derivadas de operaciones extraordinarias de la sociedad, determinándose la
ganancia o pérdida neta del ejercicio, a la que se debe adicionar o restar las derivadas de los ejercicios anteriores.
También se exige que no se compensen las distintas partidas entre sí, a efectos de no quitar claridad y
transparencia a este documento, y no privar de datos a los socios y terceros que les sirvan para formarse un
certero juicio sobre la situación económica, el desenvolvimiento y el futuro de la empresa de que se trate.
Este documento debe complementarse con el estado de evolución del patrimonio neto, donde debe
informarse las causas de los cambios producidos durante el ejercicio en cada uno de los rubros que integran el
patrimonio neto (capital suscripto, reservas, y utilidades o pérdidas de ejercicios anteriores). Esta información es
exigida por la ley 22.903, que modificó así el párrafo final del artículo 64 de la ley 19.550, que prescribía, en
cambio, que la información del Estado de Resultados se complementara con el "estado de resultados
acumulados", siguiendo de este modo el criterio adoptado por la Comisión Nacional de Valores, respecto de las
exigencias establecidas en las normas técnicas de presentación de estados contables.
La ley prescribe con carácter obligatorio una información por separado y descriptiva de ciertos aspectos
operativos o contractuales de la sociedad, de modo de completar la información resultante del balance y del
cuadro de resultados y para el caso que la misma no haya sido incluida en "notas" adjuntas a esos documentos o
no surjan de los mismos en forma específica.
Discrimina entre "notas complementarias" y "cuadros anexos
a) Notas, referentes a los siguientes aspectos:
1) bienes de disponibilidad restringida, explicándose brevemente la restricción existente. Puede
trátarse de embargos u otras medidas cautelares trabadas judicialnaente sobre bienes de la sociedad, por ejemplo,
o restricciones pactadas contractual-mente o derivadas de situaciones provocadas por hechos o circunstancias
imprevisibles (indisponibilidad de retirar fondos del exterior, en razón de alguna medida oficial dispuesta en otro
país, por ejemplo; etc.);
2) activos gravados con hipoteca, prendas u otro derecho real, como pueden ser preanotaciones
hipotecarias o anticresis, explicando en cada caso a qué operaciones u obligaciones son accesorias;
3) valuación de los bienes de cambio: se debe explicar el criterio que se ha utilizado para su
valuación, con expresa indicación del método seguido para la determinación de los valores de costo u otros que
se hayan aplicado;
4) revaluación o devaluación de activos: indicar el procedimiento seguido en cada caso debiendo
explicarse el efecto que ello ha producido sobre los resultados del ejercicio;
5) procedimientos o técnicas contables: se deben explicar los cambios en las t&nicas o
procedimientos de confección de los estados contables, con relación al ejercicio anterior, señalando los efectos
que ello ha producido sobre los resultados del ejercicio;
6) acontecimientos u operaciones posteriores al balance que puedan modificar significativamente
la situación financiera de la
sociedad. Puede tratarse del caso de una sentencia definitiva que resuelve un problema judicial sobre
bienes, créditos o deudas que tenía pendiente la sociedad,' la sanción de una disposición legal que otorga
facilidades para pagar ciertas deudas (fis-cales, previsionales o bancarias), por ejemplo. Tal fue el caso de la
sanción de la ley 22.510 que permitió refinanciar hasta un 40 o 50 % de las deudas bancarias existentes, hasta en
siete años de plazo, con dos años de gracia. Si la empresa ha computado en su "pasivo corriente" deudas que
vencían en el curso del próximo ejercicio y esas deudas resultan financiadas, se va a alterar, lógicamente, la
situación financiera de la empresa que ahora tendrá más alivio derivada de una mayor liquidez ante la no
exigibilidad de obligaciones de inminente vencimiento;
7) operaciones con s¿ciedades controlantes, controladas o vinculadas, explicando el resultado de
ellas, separadamente por sociedad;
8) distribución de ganancias: al respecto debe explicarse la existencia de restricciones contractuales que
impidan o limiten su distribución. Expresamos que esas restricciones también deberán informarse si provienen de
decisiones de la autoridad de control a la que está sometida la sociedad (caso del Banco Central de la República
Argentina, para las entidades financieras del sistema institucionalizado y de conformidad con lo prescripto en el
artículo 34 de la ley 21.526 reformada por la ley 24.144; o silo dispone la Comisión Nacional de Valores para las
empresas sometidas a su control), o bien podrían derivar de una resolución judicial. De modo que la norma del artículo 65 en
este aspecto es insuficiente y debe interpretarse en el sentido descripto que es el que mejor se compadece con la "finalidad"
esclarecedora de la regla legal;
9) garantias otorgadas a favor de terceros, documentos des-contados y otras contingencias o
responsabilidades eventuales que puede haber asumido la sociedad, acompañadas de una breve explicación cuando sea
necesario. Aquí la ley prevé el supuesto de fianzas y avales otorgados por la sociedad a favor de terceros, esto es "garantías
personales" que comprometen a la empresa, ya que las "garantías reales" quedan comprendidas en el punto b) de este
artículo. Los documentos "descontados" son aquellos títulos de crédito (letras de cambio o pagarés) recibidos de
clientes de la empresa que ésta ha transferido a un banco u otra entidad financiera, a cambio de un anticipo de
fondos que
es igual al monto total de esos títulos deducido el importe de los intereses por el tiempo que falta para su
vencimiento;
10) contratos celebmdos con 'os directores que requieren aprobación de la asamblea, conforme el
artículo 271 de la ley. Este párrafo fue incluido, al igual que el que se referirá en el punto 11) siguiente, por la
ley 22.903. Aquí se hace referencia a aquellos contratos celebrados por los directores de sociedades anónimas
con la sociedad en condiciones "diversas" de las comunes con clientes de la sociedad o terceros, o cuando el
director no comunicó la celebración de ese contrato al directorio y síndico; y para su validez se requiere entonces
de una asamblea extraordinaria que lo apruebe. La ley habla de "directores" y hace referencia expresa al artículo
271, norma que es aplicable también a los administradores de la sociedad en comandita por acciones conforme lo
prescripto en el artículo 316 y a los gerentes de las sociedades de responsabilidad limitada en atención a lo que
dispone el artículo 157;
11) monto no integrado del capital social, distinguiendo lo que corresponda a acciones ordinarias o
preferidas y, en su caso, si son acciones que hubieran sido adquiridas por la sociedad, conforme el artículo 220.
Esta nota complementaria permitirá, sobre todo a los terceros, tener una correcta información sobre la realidad
del capital de la sociedad. En verdad esta exigencia debería requerirse junto con la información sobre el patrimonio
neto, donde debería precisarse al lado del capital suscripto (que es el que los socios se comprometieron a integrar) el
realmente integrado por los socios. Esto contribuiría a aportar mayor claridad a la información.
12) La Inspección General de Justicia, por resolución 2/84 estableció que también por "nota a los estados
contables" se dejará constancia, en forma resumida, del mecanismo de ajuste aplicado y de los criterios de valuación
utilizados, para cumplir la norma que exige la confección de los estados contables en "moneda constante" (art. 62, párr.
final, L.S.).
Dicha resolución determina que las sociedades que deben elevar sus estados contables a la Inspección,
deben cumplir con tal requisito. Especialmente incluye a las sociedades por acciones nacionales y las sociedades
constituidas en el extranjero que hagan en el país ejercicio habitual de su objeto social, establezcan sucursal, asiento o cualquier
tipo de representación permanente. Excluye expresamente a las entidades financieras com
prendidas en la ley 21.526 y a las aseguradoras, regidas por ley
20.091.
La mencionada resolución dispone que también las sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital
alcance el importe fijado por el artículo 299; inciso 2° de la L.S. deben remitir sus estados contables
confeccionados en moneda constante.
b) Cuadros anexos: además de las notas complementarias referidas precedentemente, el artículo 65
requiere la confección de "cuadros" con. información numérica, es decir en montos de din&o, referida a los
bienes que mtegran el activo:
1) de los bienes de uso, esto es los inmuebles, muebles y útiles, instalaciones, maquinarias y rodados,
separados por cuentas principales, discriminando sus valores al comienzo del ejercicio, los aumentos.y
disminuciones durante el ejercicio y el saldo al cierre del mismo. De esta forma será fácil advertir las compras y
ventas que hubieran existido en las distintas cuentas que integran este rubro tan importante desde el punto de
vista patrimonial de la sociedad. De igual forma deberán informarse las amortizaciones y depreciaciones sobre esos
bienes, con indicación de las alícuotas o porcentajes utilizados. Además se debe informar en nota al pie del cuadro, el
destino contable dado a lOS aumentos o disminuciones de las amortizaciones y depreciaciones registradas, esto es,
señalar el rubro del balance o cuadro de resultados donde ello se ve reflejado;
2) los bienes inmateriales y sus amortizaciones, con igual información que la referida en el punto
anterior;
3) de inversiones en títulos valores y participaciones en otras sociedades: en este cuadro se debe
discriminar la denominación del emisor del título (puede ser el Estado Nacional por ejemplo si fueran títulos
públicos - bonex -, letras de tesorería, etc.), característica de los títulos, valor nominal, valor de costo, valor de
libros, valor de cotización, actividad principal de la sociedad emisora y capital. En el caso de "participación" en
otras sociedades se deberá indicar la denominación de la sociedad en la que se participa, tipos de acciones,
cuotas o partes de interés, en su caso, valor de la participación, indicando valor nominal, de costo, de libros y de
cotización, en su caso. Actividad principal y capital de la o las sociedades en las que se tiene participación. Cuando la
participación fuere del 50 % o más del capital de la sociedad vinculada se debe acompañar los estados contables de ésta, esto es
el balance y cuadro de resultados. Si la participa
ción no llega a ese porcentaje pero es superior al 5 % debe informarse (no acompañarse documento
alguno) sobre el resultado del ejercicio y el patrimonio neto de la sociedad en la que se tiene participación, o en
la que se ha invertido capital.
Si se trata de otras inversiones deberá suministrarse también información similar a la referida
anteriormente;
4) de previsiones y reservas, también con indicación del monto de los saldos al comienzo, los aumentos
y disminuciones y el saldo al cierre del ejercicio. De modo que si se han utilizado esas "previsiones" o "reservas"
los socios y terceros puedan conocer en qué fueron utilizadas. Para ello al pie del cuadro debe indicarse el
destino contable dado a esos aumentos o disminuciones y la razón a que obedecen las disminuciones, esto es, en
qué fueron utilizadas;
5) el costo de las mercaderias o productos vendidos, discriminando las existencias en bienes de
cambio al comienzo del ejercicio, las compras o el costo de producción y las existencias al final del ejercicio.
Cuando se trata de una sociedad de "servicios" deberá informarse sobre el costo de la prestación de los mismos;
6) el activo y pasivo en moneda extranlera, debiendo mdicarse el tipo de moneda, cambio vigente,
el monto resultante en moneda argentina, el importe contabilizado y la diferencia, si existiere, precisando el
tratamiento contable dado a tal diferencia.
Es un documento donde los administradores informan a los socios sobre la situación de la sociedad, en
su conjunto y en las distintas actividades que desarrolla, las dificultades habidas durante el ejercicio
(inconvenientes en la provisión de materia prima o de stocks, huelgas, otras situaciones de conflicto con el
- personal), sobre los éxitos obtenidos (resultado de investigaciones o de la aplicación de nueva
tecnología) y sobre el futuro (perspectiyas en el corto y mediano plazo, en razón de nuevas inversiones o de la
aplicación de nuevos procedimientos de fabricación, de contratación de tecnología) y otros aspectos que sirvan
para ilustrar a los socios sobre la situación presente y futura de la empresa. Especialmente este documento
deberá contener una explicación aclaratoria sobre los siguientes tópicos:
1) las razones por variaciones significativas que se hubieran producido en las partidas del activo y
pasivo, comparadas con el ejercicio anterior;
2) gastos y ganancias extraordinarias;
3) razones para la constitución de reservas;
4) pago de dividendos o distribución que no sea en efectivo;
5) estimación sobre las futuras operaciones de la sociedad;
6) relaciones con las sociedades controlantes, controladas y vinculadas, variaciones en las
participaciones; créditos y deudas;
7) información sobre los rubros y montos correspondientes a los conceptos expresados en el
artículo 64, 1, b) cuando los mismos tío han sido éxpuestos en el Estado de Resultados. En este sentido la Memoria
viene a complementar la información no contenida en el otro documento.
102. OBLIGACION DE LOS ADMINISTRADORES SOCIALES
(Art. 67)
Art. 67. - Copias: depósito. En la sede social deben quedar copias del balance, del estado de resultados del ejercicio y del estado
de evolución del Patrlmonio neto, y de notas, informaciones complementarias y cuadros anexos, a disposición de los socios o
accionistas, con no menos de quince (15) días de anticipación a su consideración por eflos. Cuando corresponda, también se
mantendrán a su disposición copias de la memoria del directorio o de los administradores y del informe de los síndicos.
Dentro de los quince (15) días de su aprobación, las sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital alcance el importe
fijado por el artículo 299, inciso 20, deben remitir al Registro Público de Comercio un (1> ejemplar de cada uno de esos
documentos. Cuando se trate de una sociedad por acciones, se remitirá un (1) ejemplar a la autoridad de contralor y, en su caso, del
balance consolidado.
Los administradores sociales tienen la obligación de poner a disposición de los socios, con debida
antelación, estos documentos contables que hemos analizado en los puntos anteriores. De esa forma los socios
podrán estudiarlos, analizarlos, requerir explicaciones adicionales, solicitar exhibición de libros y documentos
(directamente o por intermedio del síndico, en su caso), de modo de poder formarse una idea cabal sobre ellos
antes de la reunión o asamblea donde serán considerados.
a) Infonnación a los socios: los administradores sociales deben dejar en la sede social, por lo menos
quince días antes de la asamblea respectiva, copias del balance, estado de resultados y notas y cuadros anexos,
memoria e informes del síndico (cuando lo hubiere, por el tipo de sociedad y capital o actividad), a disposición
de los socios.
Esta exigencia no obsta a que el respectivo contrato social amplíe la misma, estableciendo por ejemplo,
que tales documentos deberán ser remitidos a los socios a sus domicilios.
b) Infonnación a las autondades de control: tanto las sociedades de responsabilidad limitada que
por su capital estén comprendidas en el artículo 299 de la ley, como las sociedades por acciones, deben remitir
un ejemplar de cada uno de los documentos contables referidos, a la autoridad de cQntrDl. Las sociedades
controlantes y controladas deben, además, remitir un ejemplar del balance consolidado. Este punto b) fue
modificado por la ley 22.903. La reforma distingue la información de la sociedad de responsabilidad limitada
que será suministrada al
Registro Público de Comercio; de las sociedades por acciones que informan a la autoridad de control.
En la Capital Federal como el Registro está a cargo de la Inspección General de Justicia, es a éste organismo a
quien se deben remitir los ejemplares referidos, en ambos casos.
Art. 68. - Dividendos. Los dividendos no pueden ser aprobados ni distribuidos a los socios, sino por ganancias realizadas y
liquidas resultantes de un balance confeccionado de acuerdo con la ley y el estatuto y aprobado por el órgano social competente,
sarvo en el caso previsto en el artículo 224, segundo párrafo.
Las ganancias distribuidas en violación a esta regla son repetibles, con exoepción del supuesto previsto en el artículo
225.
Art. 71. - Ganancias: pérdidas anteriores. Las ganancias no pueden distri-buirse hasta tanto no se cubran las pérdidas
de ejercicios anteriores.
Cuando los administradores, directores o sindicos sean remunerados por un porcentaje de ganancias, la asamblea
podra disponer en cada caso su pago aun cuando no se cubran pérdidas anteriores.
La ley 22.903 mantiene casi íntegramente el texto de la ley 19.550, que consagra un principio fundamental en materia
societaria: los dividendos no pueden ser aprobados ni menos aún dtstribuidas si no son consecuencia de ganancias realizadas y
ILquidas que resulten de balances confeccionados de acuerde a las normas legales y estatutarias y aprobados por la asamblea o
reunión de socios, y mientras no se cubran las pérdidas de 4ercicios anteriores.
Una excepción a este principio lo constituyen los "anticipos de dividendos" que pueden hacerse en los casos de
sociedades comprendidas en el artículo 299 y que analizaremos al considerar el artículo 224.
Los dividendos distribuidos en violación a lo expresado serán repetibles, salvo aquéllos percibidos de buena fe.
Las ganancias no pueden distribuirse hasta tanto no se cubran las pérdidas de los ejercicios anteriores. Esta
disposición del artículo 71 complementa la del artículo 68 sobre dividendos.
Cuando los administradores, directores o síndicos sean remunerados con un porcentaje de las ganancias, la asamblea
podrá disponer, en cada caso, su pago aun cuando no se cubran pérdidas anteriores. Esta norma del segundo párrafo del artículo
71 viene a echar por tierra toda la construcción de los artículos 68 y 71, primer párrafo, permitiendo que esos mismos
administrado-
res y directores o el "grupo accionario" que controla la mayoría en las asambleas, pueda vuinerar un
principio esencial en materia societaria: no pueden repartirse ganancias mientras no se hayan conjugado las
pérdidas de los ejercicios anteriores.
Es lamentable que la reforma de la ley 22.903 haya omitido corregir este grave error de la ley.
La ley sanciona con la nulidad cualquier pacto por el que uno o más socios se comprometieran a aprobar
o impugnar el balance y demás documentos contables en la asamblea ordinaria.
El derecho del socio a votar libremente, en la asamblea ordinaria, es irrenunciable.
Art. 72. - Responsabilidad de administradores y síndicos. La aprobación de los estados contables no implica la de la gestión de los
directores, administradores, gerentes, miembros del consejo de vígilancia o síndicos, hayan o no votado en la respectiva decisión, ni
importa la liberación de responsabilidades.
Li ley 22.903 reformó el artículo 241 de la ley 19.550, permitiendo a los administradores, directores y
gerentes generales,
miembros de consejos de vigilancia y síndicos, votar -cuando sean accionistas- en las asambleas, sobre
la aprobación de los estados contables. Por ello, sin alterar el contenido del artículo 72, reformuló el mismo,
precisando que la aprobación de esos estados contables no implica la aprobación de la gestión de ellos, ni los
libera de responsabilidad, no interesando que hayan votado o se hayan abstenido de hacerlo en la asamblea
respectiva.
Esto quiere decir que la aprobación de lo actuado por esos administradores o fiscalizadores sociales
debe hacerse por consideración específica en la asamblea respectiva y decisión también específica sobre esa
materia. Sólo así habrá liberación de responsabilidad.
De las deliberaciones de los órganos colegiados de la sociedad, sean de administración (como una
gerencia colegiada o directorio plural) o de fiscalización (consejo de vigilancia o sindicatura plural, caso del
artículo 299) o de gobierno (reuniones de socios o asambleas), deberá levantarse acta. Para ello se exige que se
lleve un libro de actas especial, con todas las formalidades de los libros de comercio: rubricación, por fechas
sucesivas y sin raspaduras o enmiendas no salvadas.
l,as actas de las reuniones de directorios (y aunque no lo diga la ley, también las de gerencias
colegiadas, consejos de vigilancia o sindicatura plural) deben ser firmadas por todos los asistentes.
Las actas de las reuniones de socios en sociedades que no sean por acciones también deben ser firmadas
por todos los asistentes. En cambio en las asambleas de las sociedades por acciones se exige sólo la firma del
presidente y de los socios designados por la asamblea para ello, en el acta que deberá ser confeccionada y
firmada dentro de los cinco días posteriores a la reunión.
NOTAS A LA OCTAVA EDICION
1. JURISPRUDENCIA
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
1. Para determinar si corresponde que participen en la distribu ción de dividendos quienes revistieron la calidad de
accionistas durante el ejercicio o quienes gocen de la tenencia de las acciones al momento de la distribución efectiva, inclinarse por el
carácter declarativo o constitutivc' que debe atribuirse a la resolución asamblearia que dispone el pago de los dividendos conduce a
una misma conclusión. En efecto, si se la considera declarativa, debe reconocerse su eficacia retroactiva a la época en que
cerró el ejercicio, razón por la cual corresponde reconocer derecho al dividendo a las acciones ya emitidas a dicho cierre, quedando excluidas
las correspondientes a un aumento de capital cuya emisión fue realizada
con posterioridad al cierre del ejercicio. Si, en
cambio, se le atribuye carácter constitutivo sólo quedan alcanzadas las acciones emitidas, suscriptas e integradas
a la fecha en que cerró el ejercicio.
2. No existe incompatibilidad ni contradicción en atribuir carácter sustitutivo a la decisión asamblearia que genera
el derecho de crédito de las acciones sobre las utilidades del ejercicio, en la medida de los dividendos aprobados y al mismo tiempo
circunscribir ese derecho a las acciones que fueron alícuotas del capital social respecto del cual se produjeron las utilidades en el
ejercicio.
3. La regla de reparto de dividendos debe necesariamente referirse a las utilidades del ejercicio, cualquiera sea la
fecha en la cual sean declarados o puestos al pago después de la clausura del ejercicio social. No es óbice para ello la
circunstancia de que en el resultado se refleje la incidencia de anteriores ejercicios, sea por pérdidas que deben absorberse, sea
por utilidades no distribuidas que pueden ser incluidas en los dividendos a pagar.
4. Si no existe regla estatutaria que disponga lo contrario, la asamblea puede decidir la participación en los dividendos de quienes
suscriban acciones futuras. Tal decisión debe resultar clara e inequívoca.
5. Si el estatuto dispone que las acciones adquieren el derecho al dividendo en proporción a las respectivas
integraciones, resulta obvio que queda excluido de participar el capital no suscripto que, por ende, no contribuyó
a generar utilidades hasta el cierre del ejercicio.
6. La determinación de la participación en los dividendos a que tienen derecho las acciones emitidas antes del
cierre pero después de iniciado el ejercicio respecto del cual se dispone el pago, dado que en nuestro derecho no existe solución
normativa especifica, es materia abierta al ámbito contractual. De tal modo, puede ser regulada en los estatutos o, en
su defecto, por resolución de la asamblea, pues el tema de la participación en los beneficios constituye la esencia
del contrato de sociedad y es precisamente aquel donde la libertad es mas amplia.
7. Si el estatuto de la sociedad contempla la proporcionalidad entre el pago de las utilidades y la integración de las
acciones, pero nada dice respecto del derecho que se les reconoce teniendo en cuenta el lapso del ejercicio que ha
transcurrido hasta que comenzó la integración o hasta que se cumplieron las sucesivas integraciones, dicha
omisión debe ser interpretada en el sentido de la irrelevancia del factor temporal para la atribución de los dividendos. En
efecto, si el estatuto consideró la reducción proporcional a que debían sujetarse las acciones parcialmente integradas, pero no
incluyó una segunda reducción en atención a la proporción del ejercicio transcurrido hasta que se produjo la integración, cobra
su íntegro vigor el principio de la igualdad de las acciones que corresponden a la misma clase.
8. Si bien la reducción en la participación en los dividendos en proporción al paso del ejercicio que ha transcurrido
hasta que comenzó la integración es lícita, pues no hay razón para que capitales usados diferentemente devenguen iguales
beneficios tal disparidad de trato debe estar incorporada al régimen societario mediante consulta del estatuto. Por tanto, a falta
de pacto expreso en ese sentido, se aplicará el principio de igual participación.
9. No tiene basamento jurídico reducir la participación de ciertas acciones por el solo hecho de haberse incorporado a
la sociedad ya comenzado el ejercicio social, a menos que se admita paralelamente que, de cerrarse con pérdidas el balance, la
participación en las pérdidas también será menor, lo que conceptualmente es inaceptable y contable-mente impracticable.
10. La venta de las acciones después del cierre del ejercicio en relación al cual se distribuyen dividendos, o bien la
venta posterior a la asamblea que declaró el dividendo, no altera la regla que reconoce el derecho a quien está legitimado como
accionista por la posesión del título o la inscripción pertinente en el caso de acciones nominativas o escriturales, pues el
adquirente ingresa en los derechos inherentes a la
participación accionaria, incluso sus accesorios, en el estado en que se encuentran al tiempo de su
compra.
Trib. Arbitraje Gral. de la Bolsa de Comercio, 06-II-1996, "Televisoras Provinciales SA.", L.L., 24-VI-1996,
pág. 13, fallo 94.410; D.J., 1996-1-1273.
2. DOCTR!NA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Cura, José María, "¿Rendición de cuentas o presentación de estados contables?", L.L., 28-VII-1995.
García Tejera, Norberto J., "Libros especiales y actas de sociedades anónimas. Cuestiones generales", E.D.,
158-1089.
Santillán, Jorge Mario, "Alggnas consideraciones acerca del reparto de utilidades ficticias", en Estudios de
Sociedades Comerciales en Homenaje a Cados J. Zavala Rodri'guez, Astrea, 1973, pág. 131.
CAPÍTULO IX
TRANSFORMACION, FUSION Y ESCISION
A) DE LA TRANSFORM4CJON
La ley 22.903 modificó también la regulación de los requisitos necesarios a cumplir para el trámite de transformación.
Se requiere:
1) acuerdo unánime de los socios o las mayorías estatutarias previstas;
2) confección de un balance especial que debe haber sido cerrado a no más de un mes de la fecha en
que se tome la resolución social de transformación; debiendo estar a disposición de
todos lOS socios por lo menos quince días antes de la reunión o asamblea que considere la
transformación. Para la aprobación de este balance se exige la misma mayoría que para aprobar el
balance general. Se ha eliminado el requisito de poner ese balance a disposición de los acreedores,
como preveía la ley 19.550, en razón de que la modificación del tipo social no los perjudica;
3) instrumentación de la transformación, concurriendo los representantes sociales de la
sociedad transformada y de los nuevos representantes. Debe dejarse constancia de los socios
recedentes que se retiran de la sociedad y del capital que representan. Deben cumplirse las
formalidades que correspondan de acuerdo al nuevo tipo social adoptado: por ejemplo si una sociedad
colectiva se transforma en anónima, deberá celebrarse el acto por escritura pública;
4) publicación por un día en el Boletín Oficial o el diario respectivo de publicaciones
legales correspondientes a la sede social y sus sucursales. El plazo de publicación se redujo a un solo
día en vez de los tres que preveía la ley 19.550. Esa publicación deberá contener:
- fecha de la resolución social que dispuso la transformació n;
- fecha del instrumento de transformación, a que hace referencia el punto 3);
- la razón social o denominación social anterior y la nueva. Se exige que la nueva
denominación o razón social no deje dudas de la identidad con la sociedad transformada, requisito o
previsión no contemplado en la ley 19.550;
- los socios que se retiran de la sociedad y de los que se incomoran y el capital que
representan;
- determinar las modificaciones del contrato social, en cuanto al capital, duración,
objeto social, organización de la administración y otras reglas.
5) inscnpción de la transformación, acompañando el instrumento (punto 3) y el balance
(punto 2), en el Registro Público de Comercio y en los registros que correspondan conforme el tipo de
la sociedad. También se deberá inscribir la transformación en el Registro de la Propiedad Inmueble y
del Automotor, si hubiera bienes inmuebles o automotores o gravámenes de los que deba tomarse
razón. Todas estas inscripciones las ordenará el juez o la autoridad administrativa a cargo del Registro
Público de Comercio. La transformación no tiene efectos frente
a terceros mientras no se inscriba, siguiendo el criterio general establecido en los artículos 5Q,
7Q y 12, L.S.
a) Concepto
El derecho de receso es el derecho del socio a retirarse de la sociedad y obtener el reembolso
de su parte de capital.
La ley prevé el derecho de los socios disconformes con la transformación a retirarse de la
sociedad.
Lógicamente que ello será procedente cuando no se requiere unanimidad para el cambio de
tipo social.
1) los socios que votaron en contra de la transformación. Esto elimina a los que votaron a
favor y también a los que se abstuvieron; y
2) los socios ausentes, que no concurrieron a la reunión social o asamblea donde se
resolvió la transformación de la sociedad.
La ley 19.550 concedía el derecho de receso a los socios disidentes y a los ausentes. Disidente
es el que se opone a algo, de modo que la expresión sería equivalente a "socios que votaron en contra",
porque el que se abstiene, nada dice, luego no se opone. Pero, de todos modos, la expresión es, con la
reforma, muy clara y sin margen para las dudas.
En principio rige el plazo que se hubiera fijado en el contrato o estatuto social. Si nada se hubiera
previsto allí,'el plazo será de quince dlas corridos, contados desde la fecha de la reunión o asamblea que
resolvió la transformación.
El artículo 245 L.S. sobre el receso en las sociedades anónimas, aplicable a las sociedades en
comandita por acciones (art. 316), fija para los ausentes un plazo de quince días contados a partir de las
publicaciones que deben efectuarse; pero los accionistas que votaron en contra tienen sólo un plazo de cinco
días.
Vimos ya que el artículo 77, inciso 2º) exige la confección de un balance especial como
requisito de la transformación. Es en base a este balance que se deberá liquidar la parte del socio
recedente.
Se discute la naturaleza recepticia o no del receso, en el sentido de que el mismo sólo surte
efectos desde el momento en que la sociedad toma conocimiento de la voluntad de receder
•1
del socio
Art. 79. - La transformación no afecta las preferencias de los socios, salvo pacto en contrario.
Este artículo, modificado por la reforma (ley 22.903), mantiene en su redacción el párrafo primero
de la ley 19.550 y suprime el segundo párrafo, que remitía a la aplicación del artículo 245 L.S.
Supresión justificada por cuanto la forma de reembolso de su parte al socio recedeñte se rige por la
norma del artículo 78, ya referido.
1
Ver el comentario al artículo 245, L.S. en el Capítulo XVII, nro. 283. Ver además: DASSO, Ariel A., "El derecho de receso, su
naturaleza y forma de ejercicio", L.L., 9-IX-1982, págs. 1 a 4; en contra SCUTI, Ignacio A. (h.), "La ley 22.903 y el receso en las sociedades
anónimas", R.D.C. O., 1983, pág. 810.
Los socios que permanecen en la sociedad mantienen su derecho de preferencia sobre las partes
de los recedentes, salvo pacto en contrario existente en el contrato social o estatuto. Es decir que los
socios que continúan tienen preferencia para adquirir la parte social del recedente, sea su parte de
interés, cuotas o acciones.
La resolución de transformación puede ser dejada sin efecto por los mismos socios, mientras no haya
sido inscripta, determ;nó la ley 22.903. La ley 19.550 autorizaba la rescisión siempre que no hubiera perjuicios
para los socios y los terceros y no hubiera mediado la publicación referida en el artículo 77.
De todos modos, si hubiera mediado publicación, habrá que hacer una nueva publicación comunicando
la rescisión.
La rescisión requiere la misma mayoría que la votación de la transformación.
B) DE LA FUSION
Efectos.
La nueva sociedad o la incorporante adquiere la titularidad de los derechos y obligaciones de las sociedades disueltas produciéndose
la transferencia total de sus respectivos patrimonios al inscribirse en el Registro Público de Comercio el acuerdo definitivo de fusión y el
contrato o estatuto de la nueva sociedad o el aumento de capital que hubiere tenido que efectuar la incorporante.
La fusión implica "unión" de dos o más sociedades. La fu-Sión puede ser "pura" o "por absorción".
En la fusión pura dos o más sociedades se unen para constituir una nueva. Por ello se disuelven, pero
no se liquidan. Por ejemplo las sociedades A y B se fusionan y dan nacimiento a la sociedad C, donde C = A +
B.
En la ft¿sión por absorción una sociedad incorpora y absorbe a otra u otras sociedades, que también
se disuelven (las incorpo
radas) sin liquidarse. Este es el procedimiento clásico de crecimiento empresarial, de "concentración",
por el cual una empresa crece absorbiendo a las más pequeñas de su ramo o actividad.
La nueva sociedad resultante de la fusión pura o "propia" asume la totalidad de los derechos y
obligaciones de las sociedades fusionadas.
En la fusión por absorción, la sociedad "incorporante" asume esos derechos y obligaciones.
La ley 22.903 aclaró en la refórma al artículo 82 que la transferencia de los respectivo patrimonios se
producirá al mscribirse en el Registro Público de Comercio el acuerdo definitivo de fusión y el nuevo contrato
social o el aumento del capital de la incorporante.
Resoluciones sociales.
2º La aprobación del compromiso previo de fusión y de los balances especiales por las sociedades participantes en la fusión, con los
requisitos necesarios para la modificación del contrato social o estatuto.
A tal efecto deben quedar copias en las respectivas sedes sociales del compromiso previo y del informe del síndico en su caso, a
disposición de los socios o accionistas con no menos de quince (15) días de anticipación a su consideración;
Publicidad.
3º La publicación por tres (3) días de un aviso en el diario de publicaciones legales de la jurisdicción de cada sociedad y en uno de
los diarios de mayor circulación general en la República, que deberá contener:
a) la razón social o denominación, la sede social y los datos de la inscripción en el Registro Público de Comercio de cada una de las
sociedades;
b) el capital de la nueva sociedad o el importe del aumento del capital social de la sociedad incorporante;
c) la valuación del activo y del pasivo de las sociedades fusionantes, con indicación de la fecha a que se refiere;
d) la razón social o denominación, el tipo y el domicilio acordado para la sociedad a constituirse;
e) las fechas del compromiso previo de fusión y de las resoluciones sociales que lo aprobaron.
Acreedores: Oposición.
Dentro de los quince (15) días desde la última publicación del aviso, los acreedores de fecha anterior pueden oponerse a la fusión.
Las oposiciones no impiden la prosecución de las operaciones de fusión pero el acuerdo definitivo no podrá otorgarse hasta veinte
(20) días después del vencimiento del plazo antes indicado, a fin de que los oponentes que no fueren desinteresados o debidamente garantizados
por los fusionantes puedan obtener embargo judicial;
Acuerdo definitivo de fusión.
4º El acuerdo definitivo de fusión, otorgado por los representantes de las sociedades una vez cumplidos los requisitos anteriores, que
contendrá:
a) las resoluciones sociales aprobatorias de la fusión;
b) la nómina de los socios que ejerzan el derecho de receso y capital que representen en cada sociedad;
c) la nómina de los acreedores que habiéndose opuesto hubieren sido garantizados y de los que hubieren obtenido embargo judicial;
en ambos casos constará la causa o título, el monto del crédito y las medidas cautelares dispuestas, y una lista de los acreedores desinteresados
con un informe sucinto de su incidencia en los balances a que se refiere el inciso 1º, apartado b);
d) la agregación de los balances especiales y de un balance consolidado de las sociedades que se fusionan
Inscripción registral.
5º La inscripción del acuerdo definitivo de fusión en el Registro Público de Comercio.
Cuando las sociedades que se disuelven por la fusión estén inscriptas en distintas jurisdicciones deberá acreditarse que en ellas se ha
dado cumplimiento al artículo 98.
La ley 22.903 introdujo una profunda reforma en este tema, precisando con mayor claridad ciertos
aspectos como el momento inicial de la fusión, estableciendo la regla que esos balances deben cerrar en igual
fecha, confeccionarse sobre bases homogéneas y adoptar iguales criterios de evaluación; prevé específica-
mente el proyecto de contrato de la nueva sociedad o las reformas a introducir al contrato social de la
incorporante, etcétera2.
La ley trata con minuciosidad y precisión de reglar las distintas etapas por las que transitará la fusión,
trámite largo y engorroso, no exento de dificultades; pero a poco que analicemos el artículo 83 advertiremos que
ya el llamado "compromiso previo de fusión" presupone la existencia de un acuerdo anterior entre las sociedades
fusionantes. En efecto, ya en ese momento las partes han realizado los balances especiales necesarios para cuya
confección ha debido existir acuerdo previo. De modo que en la realidad de los hechos las etapas no serían cinco
como las des-cribe esa norma, sino seis; y el llamado "compromiso previo" sería posterior al acuerdo base sobre
el que se iniciaron las conversaciones.
2 La doctrina nacional ya había advertido la necesidad de llenar los vacíos que dejaba la ley: ver VERGARA del
CARRIL, Angel, "Propuestas de interpretación sobre algunas variantes del proceso de fusión", La Información, nro 628, t.
XLV, alio LIII, abril de 1982, pág. 885.
b) Compromiso previo ae fusión: que debe ser suscripto por los representantes de las sociedades
que se fusionarán. Este documento debe contener:
1) una exposición sobre los motivos y finalidades de la fusión, expuestos con la mayor claridad,
para la debida ilustración de los socios de las sociedades fusionantes;
2) los balances especiales a que nos referimos anteriormente al analizar el "acuerdo base". Este
balance debe ser firmado por los administradores sociales (la ley 22.903 habla de balances "preparados" por los
administradores, cuando en realidad no interesa quiénes los han preparado sino quiénes los suscriben como
responsables) con informes de los síndicos, en su caso. Estos balances deben haber sido cerrados en igual fecha
y no anterior a los tres meses de la firma del "compromiso";
3) la relación de cambio de las participaciones sociales, cuotas o acciones. Esta es una
incorporación que hizo la ley 22.903 y tiene, indudablemente, enorme importancia. Pues no podrá haber fusión
si las partes no se ponen de acuerdo respecto de la "paridad" de cambio que aplicarán a sus participaciones
sociales. Indudablemente que la exigencia sobre homogeneización de criterios para la confección de los
balances, la determinación de una misma fecha de cierre y la adopción de iguales pautas de valuación facilitarán
la solución de este problema;
4) el proyecto de contrato social de la nueva sociedad (en caso de fusión propia) o las reformas a
introducir en el contrato de la sociedad incorporante (en caso de fusión por absorción); y
5) las limitaciones que las partes convengan respecto de las administraciones de los negocios
sociales y las garantías que estipulen para darse mutuas seguridades respecto de una actividad normal en las
respectivas sociedades hasta la terminación del trámite de fusión con su respectiva inscripción. Aquí puede
pactarse la actuación de "veedores" o "auditorías externas" designadas de común acuerdo, etcétera.
c) Consideración y aprobación por los órganos societarios dei compromiso previo de fusión: el
compromiso previo es firmado por los representantes sociales. Pero tal compromiso y los balances especiales
confeccionados por los órganos de administración deben ser aprobados por las asambleas o reuniones de socios,
según el tipo de sociedad de que se trate.
Por ello, quince días antes de la reunión de la asamblea social, deben ponerse a disposición de los socios
en las respectivas sedes sociales, copias de ese compromiso previo que contiene los respectivos balances, y
también copias de los informes de los síndicos, en su caso.
Las asambleas deben aprobar el "compromiso previo con los requisitos de quórum y mayorías que
determinen sus respectivos contratos sociales para las modificaciones a los mismos.
d) Publicidad: la norma exige la publicación de un aviso con contenido preciso, que deberá efectuarse
en el Boletín qflcial de la jurisdicción de cada sociedad y en un diario de mayor circulación en el país, por un
plazo de tres días.
El contenido minuciosamente referido cubre adecuadamente la información necesaria para la protección
de los derechos de terceros.
Esta publicación que ordena la ley tiene por finalidad garantizar el debido ejercicio de sus derechos a
los acreedores sociales. La ley 22.903 eliminó el criterio sustentado en la ley 19.550 de aplicación del régimen
de transferencias de fondos de comercio de la ley 11.867 para el trámite de fusión. Receptando las críticas a la
anterior normativa, ahora se establece un régimen propio de publicidad.
Oposición de los acreedores sociales: en el régimen de la ley 19.550 la oposición de los acreedores
impedía la fusión, salvo que fueran desinteresados o se les ofrecieran y constituyeran garantías adecuadas, y en
caso de discrepancias respecto de las garantías resolvía el juez.
La ley 22.903 sentó el principio de que la oposición de los acreedores no impide la fusión, aunque no
hayan sido desinteresados ni garantizados. Sólo cabe darles un plazo de veinte días para que obtengan embargo
judicial sobre bienes de sus respectivas deudoras. De esta forma no se interrumpe la prosecución de los trámites
de la fusión y no se afectan tampoco los derechos de los acreedores sociales.
La oposición deben formularla los acreedores dentro de los quince días desde la última publicación del
aviso referido anteriormente.
e) Acuerdo definitivo de fitsión: terminadas las publicaciones, se celebrará el "acuerdo definitivo" que
será suscripto por los representantes sociales y que deberá contener:
1) una transcripción de las resoluciones de las asambleas sociales que aprobaron la fusión;
2) nómina de los socios que ejer'zan el derecho de receso y capital que representan en cada
sociedad. Ya veremos que en caso de fusión, cualquiera sea la forma, los socios de las sociedades que se
disuelven tienen derecho a retirarse de la sociedad;
3) situación de los acreedores sociales, con indicación de los que hubieran sido desinteresados, de
los que hubieran sido garantizados y de los que hayan trabado embargos. En el caso de acreedores
desinteresados (a los que se les ha pagado sus acreencias) deberá señalarse la incidencia de esos pagos en los
balances respectivos; y en el caso de acreedores garantizados y embargantes, se detallará el título o causa del
crédito, su monto y las medidas cautelares trabadas (y aunque lo omite la ley 22.903, también deberán indicarse
las garantías constituidas); y
4) deben agregarse los balances especiales y un "balance consolidado" de las sociedades que se
fusionan. Este balance "consolidado" es una exigencia de la reforma de la ley y recoge una experiencia práctica.
El reflejará la realidad económica de la nueva sociedad resultante de la fusión, o bien la situación de la sociedad
incorporante luego de la absorción.
La ley 22.903 reguló con mayor precisión este tópico, sentando en principio la regia que habrá que
respetar lo convenido entre las partes. En defecto de pacto expreso, desde el acuerdo definitivo la administración
y representación de las sociedades fusionantes disueltas estará a cargo de los administradores de la nueva
sociedad (sociedad fusionaria) o de la incorporante (en caso de fusión por absorción), con suspensión en sus
funciones de quienes las administraban, con excepción del caso de ejercitar la acción de rescisión, que luego
analizaremos.
118. DERECHO DE LOS SOCIOS DE LAS SOCIEDADES DISUELTAS (Art. 85)
Art. 85.- Receso. Preferencias. En cuanto a receso y preferencias se aplica lo dispuesto por los artículos 78y 79.
Los socios de las sociedades que se disuelven (no los accionistas de la sociedad incorporante, según el
artículo 245) pueden ejercer el derecho de "receso", aplicándose lo dispuesto al respecto en el artículo 78. A su
vez los socios conservan las "preferencias" que tuvieren, aplicándose el artículo 79 ya considerado.
Mientras no se haya celebrado el "acuerdo definitivo de fusión" las sociedades fusionantes pueden dejar
sin efecto su decisión de fusionarse.
Al respecto, la ley 22.903, modificando la ley 19.550, distingue dos momentos u oportunidades en que
puede revocarse tal decisión:
a) el compromiso puede ser dejado sin efecto por cualquiera de las partes si no se han obtenido todas las
resoluciones sociales aprobatorias en el término de tres meses; en este caso sin condiciones; y
b) mientras no se haya celebrado el acuerdo definitivo, se pueden dejar sin efecto - revoca rse - las
decisiones asamblearias aprobatorias del compromiso previo, con iguales requisitos de quórum y mayorías que
las exigidas para la toma de la decisión aprobatoria de la fusión, pero siempre que no cause perjuicios a las
sociedades, los socios y los terceros. Existiendo perjuicios no podrá revocarse ya la decisión asamblearia, de
modo que la fusión seguirá su trámite, sin perjuicio, y para el caso de exigir justa causa, del derecho a demandar
la rescisión, que analizaremos seguidamente.
Mientras el acuerdo definitivo no haya sido inscripto, cual-quiera de las sociedades fusionantes puede,
existiendo justos motivos, demandar la rescición del acuerdo de fusión. La reforma de la ley 22.903 toma el acto
de la inscripción del acuerdo de fusión como el momento límite para promover la demanda de rescisión,
modificando el criterio anterior que lo establecía en el del otorgamiento del acuerdo definitivo.
La demanda respectiva se deberá interponer ante la jurisdicción que corresponda al lugar donde se
celebró el acuerdo definitivo.
C) DE LA ESCISION
La ley 19.550 admitía dos supuestos de escisión y la ley 22.903 incorporó el caso de la escisión-
división. Por ello, precisando, dice ahora el artículo 88 reformado que habrá escisión cuando:
a) una sociedad destina parte de su patrimonio para fusionarse con otra u otras sociedades
existentes, o para participar con ellas en la creación de una nueva sociedad;
b) una sociedad destina parte de su patrimonio para constituir una sociedad nueva o más de una,
también sin disolverse; y
c) una sociedad se disuelve sin liquidarse, para constituir, con la totalidad de su patrimonio, dos o
más sociedades nuevas (escisión-división). La incorporación de esta forma de escisión constituyó una
innovación sustancial de la reforma.
122. REQUISITOS
La reforma de la Ley de Sociedades comerciales precisó los requisitos que se deben cumplir para
la regularidad de la escisión, mejorando las simples remisiones que efectuaba la ley 19.550.
Se requiere:
a) resolución social -por reunión o asamblea, según el tipo social-, que apruebe la escisión; el
contrato social de la o las nuevas sociedades; la reforma del contrato social de la escindente, en su
caso; y del balance especial practicado a ese efecto; con las exigencias de quórum y mayorías
necesarias para la modificación del contrato social en el caso de fusión;
b) el balance esNcial de escisión, que no será anterior a tres meses de la resolución social respectiva;
c) la atribución de las partes sociales o acciones de la sociedad escisionaria (la nueva) a los socios o
accionistas de la escindente, en proporción a su participación en esta última;
d) la publicación de un aviso, por tres días, en el diario de publicaciones legales correspondienté a la
jurisdicción de la sociedad escindente y, además, en uno de los de mayor circulación general en la
República. Esta exigencia adicional establecida en la ley 22.903 es igual a la preceptuada para el
caso de fusión, ya analizada.
Esta publicidad tiene por objeto proteger los derechos de los acreedores sociales, que tienen
también el derecho de oposición, igual que en el caso de fusión. También tienen el derecho de
embargar bienes si no fueran desinteresados ni garantizados en sus créditos;
e) constitución de la sociedad escisionaria y modificación del contrato social de la escindente:
vencidos los plazos correspondientes al ejercicio del derecho de receder que tienen los socios y el
plazo para que los acreedores sociales expresen su oposición y puedan trabar embargo, en su
caso, se procederá a la suscripción del contrato social de la nueva sociedad y a modificar el
contrato de la sociedad escindente, con las formalidades que correspondan conforme al tipo social
de cada una;
f) inscripción de los contratos sociales: los contratos de la sociedad escindente y escisionaria, se
deben inscribir en el Registro Público de Comercio que corresponda a la jurisdicción del
domicilio social de cada una.
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
1. JURISPRUDENCIA
A) DE LA TRANSFORMACION
108. CONCEPTO
En tal sentido, cabe rechaaar la acción de nulidad interpuesta por el socio de un Club de Campo contra la
decisión asamblearia por la cual se modificó el estatuto de dicha entidad transformándola de sociedad anónima en asociación
civil sin fines de lucro, ya que tal modificación no produjo ningún cambio sustancial en relación al status originariamente
asumido por el pretensor; habida cuenta de que la adopción del mencionado tipo societario mercantil encubrió, desde el inicio,
una configuración de carácter asociacional no societario, tal como resulta de la declaración del objeto estatutario, relativo al
fomento del deporte, que excluye toda obtención de posibles utilidades. Consecuentemente, la decisión asamblearia impugnada
es lícita, en tanto implica una mera continuidad del plexo involucrado en la causa contractual; pues, el vínculo plurilateral que
se ha configurado debe ser ubicado, en virtud de la aludida realidad subyacente, dentro del ámbito de las asociaciones.
Cám. Nac. Com., Sala B, 2-V-1995, "Arce, Hugo c. Los Lagartos Country Club sinulidad de asamblea", E.D., 14-
Vll-1995.
1. A partir de la vigencia de la ley 22.903 el derecho del socio recedente es un derecho pleno, perfecto y adquirido,
aunque sujeto a una modalidad, a una condición resolutoria, dada por la revocación por parte de la asamblea de la decisión que
dio causa y justificó el ejercicio del receso, revocación que resuelve o hace caducar ese derecho de receder.
2. El receso, aunque es un acto unilateral del accionista, está sujeto a un régimen similar al de los actos
condicionales. El recedente ab ilzitio es titular de un derecho subjetivo, aunque éste se halla condicionado a que dentro del
término legal no se produzca la revocación de la
decisión que le dio origen: si vence el término para que surja el acto extintivo y éste no se produce, el receso se reputa
perfecto desde el momento de la notificación.
3. Como consecuencia del ejercicio del derecho de receso, una vez notificada la sociedad, el accionista queda
separado de la misma y se convierte frente a ésta en un tercero titular de un derecho creditorio al reembolso, por parte de la
sociedad, del valor de sus acciones.
4. El derecho de receso es la atribución acordada por la ley a los accionistas disconformes con determinadas
resoluciones asamblearias, para retirarse de la sociedad mediante su manifestación unilateral de voluntad, con
reembolso del valor de sus acciones.
5 Comunicada a la sociedad la voluntad de receder por parte de un socio, éste pierde inmediatamente su calidad de
tal, y adquiere por esa sola circunstancia la condición de tercero ajeno a la sociedad y acreedor de ella por el valor de reembolso
de las acciones, sin perjuicio de la condición resolutoria mencionada. El derecho de receso es, por tanto, una acción individual
que otorga la ley al accionista en defensa de sus intereses particulares.
Cám. Nac. Com., Sala D, 8-V-1992, "Tacchi, Carlos c. Peters Hnos.", L.L., 1994-A, págs. 384 y sigs.
El artículo 245 in fine de la ley 19.550 san ciona de nulidad toda de-cisión societaria que dificulte el ejercicio o
excluya el derecho a receder del accionista. Lo preceptuado por el artículo 188 del mismo cuerpo legal debe interpretarse en
concordancia con ello.
Partiendo de esa premisa, debe tenerse en cuenta que la actual redacción del mentado artículo 245 concluye con las
anteriores divergencias doctrinarias en torno a la facultad de recurrir al receso por parte del accionista ante un aumento del
capital societario. La comisión redactora de la reforma introducida por la ley 22.903 explicita en la Exposición de Motivos la
intención de agotar la polémica doctrinaria y la inseguridad jurídica existente en la materia (cap. II, sec. V, apart. 16).
No puede -entonces- caber duda que es requisito para el qercicío de ese derecho que una asamblea extraordinaria haya
decidido el aumento del capital social y que debe recurrirse a una aplicación armónica de las normas legales para un mejor
ensamble de lo dispuesto por los artículos 188 y 245. Consecuentemente, la validez de la facultad reconocida por el citado
artículo 188 debe ser interpretada a la luz de las particularidades de cada caso, tal como lo sostiene el a qi¿o en la sentencia
impugnada. En efecto, la sociedad demandada utilizó y agotó la facultad prevista por el artículo 188, pues su asamblea
extraordinaria del 28 de noviembre de 1985 reformó la cláusula 4ta. del estatuto aumentando el capital social, pero
manteniendo la facultad de elevarlo hasta el quíntuplo por decisión de su asamblea. Este mecanismo intentado por la mayoría
de los accionistas de Mandataria Rural SA. conlíeva, en la especial situación en examen, que se soslayen aquellas vías que
aseguran
los derechos del accionista disidente porque se cercenaría su facultad de receder ante una reforma estatutaria que no
contó con la aprobación unánime de todos aquellos que tenían derecho a participar de la formación de la voluntad societaria.
Esta postura me lleva a reiterar que la interpretación y alcances de la posibilidad de aumentar hasta un quíntuplo el
capital social que establece el artículo 188 de la ley de la materia debe hacerse en concordancia con el ya mentado artículo 245
que en su última parte sanciona de nulidad a toda decisión societaria que excluya el derecho de receso de los accionistas
disconformes o agrave las condiciones de su ejercicio.
Con respecto a ese derecho se puede decir que la ley lo caracteri7a, y con esa finalidad lo mantiene, como un remedio
contra el poder ilimitado de las asambleas sociales y que constituye un instituto de suma importancia para el accionista,
irrenunciable anticipadamente salvo que la modificación esté prevista en el acto constitutivo, insusceptible de ser desconocido
por los estatutos ni por decisión asamblearia.
Más adelante, invocando el caso "Rutimor SA. c. Establecimientos Textiles Ituzaingó SA." (Cám. Nac. Com., Sala A'
23-XII-1971, L.L., 153-403), la accionada manifiesta que su contrario debió ejercer el receso ante la decisión asamblearia en
lugar de impugnarla, insistiendo en la improcedencia de la nulidad pretendida.
Ese razonamiento desatiende dos circunstancias que, a mi entender, son de importancia. En primer término, la
normativa vigente al tiempo de sentenciarse el caso citado (art. 354, Cód. Com.) era distinta de la actual y, en segundo lugar,
que el derecho a receder que le asiste al socio, así como la posibilidad de impugnar las resoluciones del órgano de gobierno
social son dos alternativas cuya elección queda en cabeza del accionista. Así el socio puede reclamar la invalidez de lo decidido
u optar por su retiro de la sociedad, pero no está obligado a esto último, siendo ajeno a la cuestión el debate que pretende
incorporar la apelante sobre si le asiste o no al actor el derecho de receso en esa oportunidad.
Cám. Nac. Com., Sala C, 14-VI-1991, "Guelar, Juan c. Mandataria Rural SA.", L.L., 1991-E, pág 485 (del voto del
doctor Di Tella).
1. El derecho de receso está consagrado por el artículo 245 de la L.S. (t.o. 1984, Adía, XLIV-B, 1310). Cuando las
condiciones que dieron lugar a la formación del contrato de sociedad son modificadas sustancialmente, el socio tiene derecho a
separarse de la misma.
2. El accionista de una sociedad anónima puede requerir la extinción de la relación jurídica contenida en la acción,
ante la modificación de la causa relevante, no consentida, renunciando a su calidad de socio.
3. El derecho de receso es una garantía para el accionista, ya que él puede ejercer este derecho y no verse obligado a
soportar obligaciones que desconozca o que considere injustas.
4. El derecho de receso es uno de los derechos individuales del accionista, inderogable e irrenunciable por cláusula
inserta en el contrato
social, en razón de que la función social que cumple es la de tutelar el interés del socio frente a las
decisiones de la mayoría.
5. El derecho de receso es una institución de orden público. La ley fulmina con la nulidad a toda
disposición que excluya el derecho de receso o agrave las condiciones de su ejercicio.
6. Decidida la modificación relevante por la asamblea, la ley reconoce al accionista el derecho de receso, pero
establece un plazo breve dentro del cual debe ejercerlo. Una vez practicado este último, el acci<> nista deja de ser
tal, pierde su calidad de socio y se transforma respecto de la sociedad en un simple acreedor de la misma.
7. La declaración que realiza el accionista al ejercer el derecho de receso es unilateral, recepticia y
vinculante, la cual no requiere aceptación, ya que vale por sí sola, bastando su "exteriorización" ante la
resolución emanada de la asamblea.
Cám. Nac. Com., Sala B, 24-VIII-1992, "Tchomlekdjoglou, Elena y otra c. Stemos SA.", L.L., L, 1992-E, pág.
2386; L.L., Repertorio, 1992, pág. 1699.
Uno de los efectos del derecho de receso es el extinguir la calidad de socio de quien ejercitó ese derecho.
S.C.BA., 2-IV-1991, "Córdova, Héctor M. c. Banco Crédito Provincial", D.J.B.A., 142-1520.
El valor de reembolso de las acciones recedidas debe calcularse de acuerdo con el balance correspondiente al ejercicio
social inmediatamente anterior a la asamblea cuya resolución ordenó el receso. El mencionado estado contable es el que mejor
refleja la situación patrimonial de la sociedad al momento de ejercer el derecho y se adecua a lo dispuesto por la normativa
legal en materia de sociedades comerciales, que establece que las acciones se reembolsarán por el valor resultante del último
balance realizado o que deba realizarse en cumplimiento de normas legales o reglamentarias (cfr. artículo 245, ley 19.550,
Adía, XLI V-B, 1319).
Si la sociedad ofreció el pago y los socios recedentes se negaron injustificadamente a percibirlo, se configura el
supuesto de mora accipiendi; consiguientemente, no necesita la deudora acudir al pago por consignación judicial.
Cám. Nac. Com., Sala C, 4-VI-1993, "Frías Silva, Ernesto D. y otra c. Ibatín SA.", L.L., L, 1993-E, pág. 2201; L.L.,
Repertorio, 1993, pág. 1628.
1. Para la determinación del valor de reembolso de sus acciones, el accionista recedente debe aceptar el último
balance común que realizó o debió realizar la sociedad, aun cuando contenga defectos, sin poder pretender la confección de un
balance especial. Como excepción, el accionista puede impugnar ese balance y obtener su rectificación cuando, además de otras
hipótesis, exista irracionalidad o arbitrariedad manifiestas de las constancias del estado contable y enriquecimiento sin causa
de un tercero como consecuencia de algún negocio o acto reflejado en el balance.
2. Si por consecuencia del balance, o de los actos que refleja, se produjese un detrimento patrimonial en la
sociedad, lo que incidiría negativamente en los derechos creditorios del socio recedente, y un correlativo enriquecimiento sin
causa de un tercero, la pretensión de la sociedad de estar a ese balance para determinar el valor de reembolso de las acciones
alcanzadas por el derecho de receso constituiría un fraude, pues la sociedad estaría abusando de su derecho de estar a ese
balance y desnaturalizando y contrariando el sentido y la finalidad que ha tenido la ley.
3. Debe ser rectificado el balance que refleja operaciones que enriquecieron sin causa a terceras sociedades con el
consiguiente perjuicio de la sociedad demandada y del socio separado de ella mediante el ejercicio del derecho de receso.
Cám. Nac. Com., Sala D, 8-V-1992, "Tacchi, Carlós e. Peters Hnos.", L.L., 1994-A, págs. 384 y sigs.
A los efectos de determinar el valor de reembolso de las acciones en caso de receso, debe estarse al resultante del
balance correspondiente al ejercicio en que el receso se produjo, debidamente actualizado desde la fecha de cierre de dicho
ejercicio hasta el 31-111-1991 con más un interés del 6% anual desde la fecha en que ejerció el derecho de receso, y a partir del
1-IV-1991 se reponteciará dicha suma según la tasa pasiva promedio mensual que publica el B.C.RA.
Cám. Nac. Com., 18-111-1992, "Nougués de Benvenuto, María e. Ibatin SA.E. s/sum.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
B) DE L4 FUSION
116. REQUISITOS
1. La operación de fusión exige un período previo a fin de determinar los elementos y las
modalidades según las cuales se llevará a cabo. Las tratativas y estudios preparatorios pueden llegar a concretarse en lo
que se han denominado los "protocolos de ftisión", que no se encuentran previstos en la ley y que sólo la práctica determinará
su concreción entre las partes.
2. El compromiso o "proyecto" de fusión cuya celebración prevé la ley 19.550, participa del mismo carácter
contractual de la fusión propiamente dicha, aun cuando no llegue a concretarse en el acuerdo definitivo de fusión, y no obliga a
las sociedades a la concertación de este último. Es así que se lo ha calificado como un "antecontrato" o como un "contrato
preparatorio" o "preliminar" 'concluido por las sociedades que tienen intención de fusionarse y celebrado por
intermedio de su órganos representativos.
3. Es necesario no confundir el acuerdo definitivo de fusión, es decir, la operación ya realizada, con el
compromiso de fusión que la proyectó. Inventado y perfeccionado por la práctica, el compromiso de fusión es una
convención cuya importancia debe ser puesta de relieve desde el punto de vista teórico, pues significa pasar del estado de
preparación de la operación al de realización.
4. El compromiso de fusión es un verdadero contrato celebrado entre los controlantes de las sociedades
a fusionarse, verdaderos promotores de la operación, y no obliga a las sociedades pero sí a los órganos de la
administración. En efecto, siendo las sociedades personas de existencia ideal, sólo resultan obligadas por la deliberación que
ratifica el compromiso de fusión, pero desde la firma de este último los controlantes se obligan a su ratificación usando de su
dominio.
5. El compromiso de fusión es el acto fundamental de la misma, ya que en él se especifican sus condiciones y
efectos, se fija la fecha en que tomarán los activos y las modalidades del canje de acciones, se resuelven los problemas
producidos por la liquidación y se tratan de resolver los que se derivan de la desaparición de una de las sociedades y la
integración de ésta a la absorbente.
6. Si bien nuestro derecho contiene algunos de los elementos que deben integrar el compromiso de fusión,
como ser su otorgamiento por los representantes de las sociedades y la exigencia de un balance a la fecha del compromiso,
cabe establecer que dicho compromiso debe - en general - contener las siguientes indicaciones: 1) los motivos, finalidades
y condiciones de la fusión; 2) las fechas según las cuales deben fijarse las cuentas de las sociedades interesadas a los
efectos de establecer las condiciones de la operación; 3) la desiguación y valuación del activo y del pasivo a los efectos de la
transmisión de la sociedad absorbida; 4) la relación de canje de los derechos sociales; 5) el monto previsto de la prima de
fusión; y 6) la indicación de los métodos de valuación utilizados.
7. En lo relativo a las fechas en las cuales deben ser fijadas las cuentas de las sociedades interesadas en fusionarse, es
preciso tener presente que la vida de las sociedades subsiste, sin solución de continuidad, y que su patrimonio cambia
diariamente, por lo cual, teniendo en cuenta que el proceso de fusión exige un cierto plazo, las condiciones de la operación
deben determinarse en una fecha prefijada a los efectos de establecer la situación patrimonial de las sociedades. Tal
fecha debe ser la misma para todas las sociedades y, si fueran distintas, sólo resultarían válidas bajo la condición de que puedan
resultar comparables entre sí; por ello se suele insertar la llamada "cláusula de retroactividad", que generalmente toma en cuenta
la fecha del balance.
8. La designación y valuación del activo es un elemento fundamental del compromiso de fusión, ya que como la
operación consiste en una transmisión del patrimonio de la sociedad o sociedades que desaparecen a la sociedad que subsiste, es
necesario precisar la importancia y el valor de aquello que se transmite dada la relación de cambio de los derechos sociales a
tenerse en cuenta. Así, para evitar los inconvenientes que puedan producirse en la utilización de distintos procedimientos a tal
efecto, lo más conveniente es que la sociedad absorbente tome a su cargo todo el pasivo de la sociedad absorbida, existente a la
fecha previamente indicada, y aun aquellos elementos que no habían sido incluidos en el compromiso de fusión, ya sea por
olvido o por ignorarse su existencia. En contrapartida se le transmitirá todo el activo, aun el no comprendido en el compromiso,
a la sociedad absorbente.
9. La relación de canje de los derechos sociales constituye la base financiera sobre la cual será realizada la operación
de fusión y su determinación debe efectuarse cuidadosamente en el compromiso de fusión, a fin de que los socios de la sociedad
o sociedades que desaparezcan encuentren en el seno de la sociedad absorbente, a la cual son transmitidos, derechos sociales
potencialmente equivalentes a los que ellos pierden.
10. Para calcular y fijar la relación de canje de los derechos sociales en el proceso de fusión por absorción,
corresponde valorar el "peso" de las respectivas sociedades. El valor del activo neto transmitido no es el único elemento a tener
en cuenta para el cálculo de la relación de cambio, aun cuando su importancia no debe ser subestimada, pues permite corregir
un resultado que podría ser erróneo si se establece por ejemplo teniendo en cuenta el movimiento de las acciones cotizadas en
bolsa; por ello, es conveniente tomar en consideración otros elementos. El valor de liquidación del activo y del pasivo de la
sociedad absorbida es uno de aquellos que tiende a corregir el valor venal atribuido a los bienes
transmitidos, pero también es necesario considerar el valor económico y las perspectivas futuras de la empresa, sin
olvidar las incidencias fiscales de la operación.
11. La relación de cambios de los derechos sociales, si se fija en el compromiso de fusión, es definitiva, ya que las
valuaciones allí efectuadas resultan válidas en razón de que la operación tiene en cuenta el resultado de los balances de fusión y
carecen de efecto las modificaciones sobrevinientes.
12. El monto de la prima de fusión, en caso de existir, debe mdicarse en el compromiso de fusión y calcularse sobre
la base de la fecha en que fueron cerradas las cuentas de ambas sociedades.
13. El compromiso de fusión debe comprender una declaración o exposición de los métodos de
valuación utilizados, y precisar los motivos que llevaron a la relación de cambio de los derechos sociales.
14. El compromiso de fusión es acordado por el órgano de administración de cada una de las
sociedades que participan en la fusión y es necesario que sea firmado, en nombre de cada sociedad, por su
representante legal o por un mandatario especial; y, ya que se trata de un contrato, por consiguiente debe ser
escrito.
15. Firínado el compromiso de fusión, éste obliga a quienes lo suscribieron - los representantes legales
de las sociedades a convocar a la asamblea de accionistas a fin de someterle la aprobación del mismo, incurriendo en
responsabilidad personal si resulta un perjuicio para las sociedades o para cada una de ellas.
16. El compromiso de fusión no les confiere a las sociedades el derecho a exigir el cumplimiento,
ni de reclamar daños y perjuicios en caso de falta de ejecución, pudiendo aun establecerse una cláusula que disponga la
caducidad de pleno derecho del compromiso si las asambleas no se reúnen dentro de una fecha predeterminada o si las mismas
no se pronuncian al respecto.
17. El compromiso de fusión debe ser sometido a la decisión de los socios o accionistas en forma obligatoria. Tal
intervención se explica porque la fusión produce, sea la disolución de la sociedad absorbida, sea el aumento de capital de la
sociedad absorbente, y la decisión debe tomarse - tal como lo señala la norma - con los requisitos y mayorías necesarias para
resolver la reforma del contrato social salvo lo dispuesto en el artículo 244. En las sociedades por acciones es competencia de la
asamblea general extraordinaria (art. 235, inc. 4º, ley cit.).
18. La fusión es un contrato y en caso de fusión de sociedades anónimas que tengan administradores comunes, no se
aplica el régimen legal previsto para las convenciones entre la sociedad y los administrado-res sociales - oposición de intereses-,
ya que, como la operación sólo puede ser decidida por la asamblea general extraordinaria, ello ya constituye una garantía
suficiente al respecto.
Cám. Nac. Com., Sala E, 6-XII-1982, “De Carabassa, Isidoro c. Canale SA. y otra", L.L., 1983-E, págs. 401 y 402.
1. La publicidad del compromiso de fusión se produce en forma conjunta con la de los balances de fusión y
consolidado - los que deben depositarse en la sede social en la forma y en el plazo que determina el artículo 67 de la ley 19.550-
por la publicidad de la asamblea extraordinaria en la cual serán considerados. Para la sociedad absorbente, sólo procede una
nueva publicidad posterior a la asamblea si en ésta se aprobó, además, la modificación del contrato social como consecuencia
de la fusión - aumento de capital-; ello así por exigencia propia y exclusiva de la reforma de los estatutos (art. 10, ley cit.),
publicación que queda limitada -por ende- a la reforma referida a dicho aumento. Esto último no resulta de aplicación a la
sociedad absorbida, en tanto ella queda disuelta - sin liquidarse - por la fusión, disolución que debe publicarse e
inscribirse conforme lo exige el artículo 98 de la ley 19.550.
2. En los balances de situación patrimonial - carácter que revisten los balances de fusión, distintos de los balances de
ejercicio- influye la forma de valuar los bienes del activo, y tal valuación no puede realizarse sobre la base de los criterios
utilizados en los balances de ejercicio de cada una de las sociedades fusionadas, por cuanto éstas deben confeccionar dichos
balances de fusión sobre pautas uniformes.
3. Los balances de fusión deben realizarse no sólo sobre la base de pautas uniformes sino también con valores reales
-tal como ocurre en los balances de situación patrimonial-, pues de lo contrario los acreedores no podrían ejercer con
fundamento adecuado su derecho de oposición. No obstante ello, como la fusión suele representar la salvación de una empresa
en peligro, en las valuaciones que antes debían inspirarse en las condiciones criticas de la empresa puede seguir ahora un
criterio más optimista.
4. Los balances de fusión no pueden identificarse con los llamados balances de liquidación, porque las ideas que
informan a uno y otro son por entero distintas. En el de liquidación, se trata de realizar unos elementos del patrimonio para
entregar a los socios el activo neto después de satisfacer las deudas y, por lo tanto, debe aproximarse a su valor de venta. Por el
contrario, el balance de fusión - que coincide con el de liquidación en cuanto a la supresión de ciertas partidas- se proyecta
sobre una explotación en marcha, si bien bajo otra titularidad en la que se integra económica y jurídicamente. Por esta razón - y
desde un plano teórico- la valoración del activo en el balance de fusión debe ser mayor que en el de liquidación, porque en
aquél contribuirán valores que integran el llamado "aviamento de la empresa", así como también la venta separada de los
elementos patrimoniales de la sociedad supone un menor valor que la transmisión global de un organismo industrial en pleno
funcionamiento.
5. Los balances de fusión no representan un dato imprescindible y absoluto para la fijación del tipo de canje de
acciones en la fusión, aparte del escaso interés práctico que ofrece la cuestión por los subterfugios a que se prestaría la
redacción de estos balances si se exigiera
rigurosamente una adecuación exacta entre las cifras según balance y tipo de canje de las acciones.
6. La importancia de los balances de fusión se encuentra en la circunstancia de que la deliberación amblearia acerca
de la fusión es susceptible de impugnación cuando dicho balance no refleja la efectiva situación patrimonial de la sociedad. En
esta hipótesis, los socios sufren un perjuicio por la determinación equivocada de la relación de canje en base a la cual se fija su
participación en la sociedad incorporante. Igualmente, procede la impugnación cuando se presenta un balance verdadero pero se
fija una relación de cambio equivocada.
7. Tratándose de una fusión por absorción, una vez curnplidos los requisitos previstos en los incisos 1º y 22 del
artículo 83 de la ley 19.550 y transcurridos los plazos establecidos por la ley 11.867 y, en su caso, el término del
artículo 245 de la ley de sociedades, se debe celebrar por los representantes legales de las sociedades fusionantes
el acuerdo definitivo de fusión, de cuyo contenido da cuenta el inciso 32 del citado artículo 83.
8. La ley 19.550 no determina la forma del acuerdo definitivo de fusión, por lo cual ha podido sostenerse que puede
otorgarse por instrumento público o privado. Sin embargo, la resolución I.G.PI. 5/74, en su artículo 22, exigía que el acuerdo
definitivo de fusión se hiciera en la escritura en que se instrumenta el acto de fusión.
9. Aprobado el compromiso de fusión, vencido el plazo para ejercer el derecho de receso si procediere (art. 245, ley
19.550) y para formular las oposiciones de la ley 11.867, se formaliza el acuerdo definitivo de fusión siempre y cuando no
haya revocación o rescisión (arts. 87 y 88, ley cit.), el que debe contener: a) las resoluciones aprobatorias de las sociedades
interesadas en la operación; b) la nómina de socios recedentes y capital global que representan; c) nómina de los acreedores que
hayan formulado oposición; d) las bases de la ejecución del acuerdo con cumplimiento de las normas de disolución de la
sociedad absorbida y la especificación clara y concreta de las participaciones sociales que corresponden a los socios de la
sociedad que se disuelve y sus características; y e) la agregación de los balances especiales previstos en el artículo 83, inciso 1º
de la ley 19.550 y del balance consolidado de las sociedades fusionantes.
10. El compromiso definitivo de fusión no exige publicación y, por tanto, la acción del artículo 251 de la ley 19.550
debe deducirse dentro del plazo de seis meses de la asamblea que aprobó la fusión.
11. En los balances de situación patrimonial -carácter que revisten los balances de fusión, distintos de los balances de
ejercicio- influye la forma de valuar los bienes del activo, y tal valuación no puede realizarse sobre la base de los criterios
utilizados en los balances de ejercicio de cada una de las sociedades fusionadas, por cuanto éstas deben confeccionar dichos
balances de fusión sobre pautas uniformes.
12. Los balances de fusión deben realizarse no sólo sobre la base de pautas uniformes sino también con valores reales
- tal como ocurre en los balances dt situación patrimonial-, pues de lo contrario los
acreedores no podrían ejercer con fundamento adecuado su derecho de oposición. No obstante ello, como la fusión
suele representar la salvación de una empresa en peligro, en las valuaciones que antes debían inspirarse en las condiciones
críticas de la empresa puede seguir ahora un criterio más optimista.
13. Suscripto el acuerdo definitivo de fusión, el último requisito a cumplir es su inscripción según lo determina el
artículo 83, inciso 42 de la ley 19.550, la que debe efectuarse - por la remisión que se efectúa - de acuerdo con el artículo 77,
inciso 52 de la ley citada. No obstante ello, no es aplicable - en función de lo que dispone ese inc. 52 - el inciso 32 de la misma
norma para sostener que previamente a la inscripeión debe publicarse el acuerdo definitivo de fusión, ya que el régimen de
publicidad de ese inciso es propio y exclusivo para la transformación de sociedades, mientras que la fusión tiene un régimen de
publicidad propio (la publicidad previa a la asamblea que aprueba el compromiso de fusión y, con posterioridad, las
publicaciones de la ley 11.867).
Cám. Nac. Com., Sala B, 6-XII-1982, "De Carabassa, Isidoro c. Canale SA. y otra", L.L., 1983-B, págs. 401 y 40Z
2. DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Anaya, Jaime L., "La transformación de sociedades en la ley 19.550", R.D.C.O., 1978, pág. 421.
Casero Mejías, Manuel, "Transformación de SA. en S.R.L.", en Estudios sobre la Sociedad Anónima,
varios autores, Civitas, Madrid,
1991.
Escuti, Ignacio A. (h.), "Transformación de la sociedad comercial. Algunos aspectos", R.D.C.O., 1977, pág. 53.
Gardeazábal del Río, Javier - Martínez Fernández, Tomás A., "Problemática que plantea la fusión y el
aumento de capital en la sociedad anónima", en Estudios sobre la Sociedad Anónima' varios autores, Civitas,
Madrid, 1991.
Malagarriga, Juan Carlos, "Transformación de sociedades", en Estudios de Sociedades Comerciales en
Homenaje a Carlos J. Zavala Rodríguez, Astrea, 1973, pág. 33.
Otaegui, Julio C., "Consideraciones sobre el derecho de receso", R.D.C.O., 1981, pág. 75.
Roimiser, Mónica G. C. de, "La fusión de sociedades: el fenómeno económico y el instituto jurídico", R.D.C.O.,
1975, pág. 49.
CAPÍTULO X
RESOLUCION PARCIAL, DISOLUCION Y LIQUIDACION
A) DE LA RESOLUCION PARCIAL DE LA SOCIEDAD
124. CONCEPTO
La sociedad es, como vimos, un contrato "plurilateral", que regula múltiples relaciones entre las
partes (de los socios entre sí; de los socios para con la sociedad y de la sociedad para con los socios) y
en esos contratos, las causas de nulidad, de anulabilidad y de resolución que afectan a uno solo de los
contratantes, no producen efecto frente a los demás.
De allí entonces que causales de resolución del contrato de sociedad como la muerte de un socio,
su receso y la exclusión del socio, no afectan a la totalidad, sino a la relación parcial de ese socio con
la sociedad, y no son, por lo tanto, causales de disolución de la sociedad toda.
Esas circunstancias referidas al socio en particular producen la resolución parcial de la sociedad,
esto es la extinción del vínculo que une o liga a ese socio con la sociedad, sin disolver la sociedad
misma ni afectar el vínculo de la sociedad con los demás socios.
Nuestra ley trata de la "resolución parcial" juntamente con la "disolución" de la sociedad, cuando
en realidad son dos institutos que deben ser tratados separadamente, como señala con todo acierto
Ignacio A. Escuti (h).
"La resolución parcial es el instituto jurídico que deja sin efecto para el futuro el contrato social
respecto de un socio; esto es, extingue los derechos y obligaciones del socio en lo referente a la
actividad futura de la sociedad, que subsiste como sujeto de derecho, en razón de que el contrato social
conserva plena vigencia en lo atinente a los demás soctos"1.
Las denominaciones a este instituto no son siempre coincidentes. Así en el derecho italiano se
habla de "disolución parcial o unilateral"; en nuestro derecho se han propuesto otras denominaciones
como "resolución parcial"; "rescisión parcial", 2etcetera.
La Ley de Sociedades comerciales consagra la regla que los socios tienen plena libertad para
establecer contractualmente causales de resolución parcial y de disolución que no estén previstas en
ella.
La doctrina señala como causales de resolución parcial:
- la muerte del socio;
- el receso del socio, esto es el derecho de desvincularse de la sociedad cuando se han producido
modificaciones sustanciales como la transformación, fusión, escisión, cambio de objeto, etcétera;
y
- la exclusión del socio, esto es su separación de la sociedad por causas que justifiquen tal sanción,
como es la comisión de actos violatorios de los estatutos sociales o el incumplimiento grave de
sus obligaciones. Se admite en algunas legislaciones (por ejemplo la italiana) la exclusión "de
hecho" de un socio. Nuestra ley sólo admite la "exclusión de derecho" y dispuesta por sentencia
judicial. Los socios no pueden en nuestro país, separar a un socio, ni siquiera estando todos los
demás de acuerdo con ello. Aunque se hayan verificado una causal de exclusión expresamente
pactada en el contrato social, siempre deben demandar en sede judicial la exclusión. Es decir que
para la exclusión del socio se requiere la existencia de 'justa causa" o la situación
contractualmente prevista como tal. Se asimilan otras situaciones como la incapacidad e
inhabilitación sobrevinientes, la quiebra o el concurso civil. También el caso de mora en la
integración de los aportes; evicción de bienes aportados y la realización de actividades en
competencia.
1 Fsctrn (h), Ignacio A., Receso, Exclusión y Muene del Socio, Depalma,
1978, pág. 43.
2 Escuil, op. cit., pág. 42, nota 30, con citas de Mr.SSTNEO, Cot.ONIBRES y FARINA.
La sociedad no queda disuelta -total o parcialrnente- sino por sentencia -arts. 1º y 207, Cód.
Com., y 1799, Cód. Civil,.- y el socio cuya exclúsión se pretende no quedará separado hasta
tanto recaiga decisión judicial que así lo disponga.
Buenos Aires, Suprema Corte, Buenos Aires, 10-IV-1970, "Gutiérrez c.Aguila Negra Sociedad
Col. y otros", J.A., 1970, t. 8, pág. 593.
En las sociedades colectivas, en comandita simple y de capital e industria, la muerte de un socio produce
la resolución parcial del contrato social.
En las sociedades colectivas y en comandita simple se puede pactar que la sociedad continuará con los
herederos. Ese pacto es obligatorio para ellos, pero, sin embargo, pueden condicionar su incorporación a la
transformación de su parte en comanditaria.
Ya veremos que en el caso de ser dos los socios, la muerte de uno de ellos es causal de disolución de la
sociedad.
127. EXCLUSION DE SOCIOS (Art. 91)
Art. 91. - Cualquier socio en las sociedades mencionadas en el artículo anterior, en las de responsabilidad limitada y los
comanditados de las en coman-dita por acciones, puede ser excluido si mediare justa causa. Es nulo el pacto en contrarie.
Justa causa.
Habrá justa causa cuando el socio incurra en grave incumplimiento de sus obligaciones. También existirá en los
supuestos de incapacidad, inhabilitación, declaración en quiebra o concurso civil, salvo en las sociedades de responsabilidad
limitada.
Acción de exclusión.
Si la exclusión la decide la sociedad, la acción será ejercida por su representante o por quien los restantes socios designen si la
exclusión se refiere a los administradores. En ambos supuestos puede disponerse judicialmente la suspensión provisoria de los derechos del
socio cuya exclusión se persigue.
Si la exclusión es ejercida individualmente por uno de los socios, se sustanciará con citación de todos los socios.
La acción judicial de exclusión la debe ejercer la sociedad por medio de su representante social o por
quien designen los socios si se excluyera a los administradores. En ambos casos el juez podrá disponer la
"suspensión provisoria" de los derechos del socio cuya exclusión se demanda, como medida precautoria.
Pero también puede ser ejercida esta acción por un socio, individualmente. En tal caso el juicio
tramitará con citación de todos los demás socios.
La acción se extingue si no es ejercida en el término de noventa días desde que fue conocida la causa
que justifica la exclusión.
Art. 93. - Exclusión en sociedad de dos socios. En las sociedades de dos socios procede la exclusión de uno de ellos cuando
hubiere justa causa, con los efectos del artículo 92; el socio inocente asume el activo y pasivo sociales, sin perjuicio de la aplicación del artículo
94, inciso 8°.
b) Sociedad de más de dos socios. En este supuesto, la exclusión del socio produce los siguientes
efectos:
1) el excluido tiene derecho a percibir el valor de su parte. Para ello será necesario confeccionar
un balance de situación patrimonial, donde corresponderá incluir el “Valor llave" del negocio, ya que dicho valor
integra el activo y de otro modo los demás socios se beneficiarían con la parte proporcional de dicho valor
correspondiente al socio excluido.
La jurisprudencia nacional en numerosos fallos ha reiterado este criterio, destacando la necesidad de
reintegrar al socio excluido el valor real, proporcional, que le corresponde en la sociedad.
Resuelto parcialmente el contrato social por retiro de un socio, debe Iiquidarse su cuota sobre la base de la situación patrimonial de
la sociedad al día de la resolución, y esto exige la previa confección de un inventario y balance extraordinario que, en ciertos aspectos, es
distinto del ordinario practicado al fin de cada ejercicio, porque debe dar el valor real de la empresa y servir así para fijar la cuota en cuestión.
Para fijar el valor de la cuota del socio que se retira son decisivos no los valores inscriptos en los libros para fines fiscales o para el
cálculo de ganancias, ni tampoco el resultado - casi siempre más reducido - de la liquidación, sino el verdadero valor, esto es, el valor que
tendria la sociedad en caso de una enajenación total lo más ventajosa posible.
El hecho de que el socio haya sido excluido de la participación en el valor llave no significa que renuncie a la actualización
de los valores de los bienes sociales, en ocasión de retirarse de la sociedad, pues se trata de dos rubros distintos y la exclusión de uno no trae
aparejada la del otro.
La referencia al valor llave en el contrato social no implica una superposlción con el revalúo de los bienes físicos de la
sociedad, pues el revalúo es la determinación del valor real de esos bienes, con prescindencia de aquellos otros factores inmateriales.
Capital Federal, Cám. Nac. Com., Sala A, 24-V1-1970, "Casa Shaw S.R.L. c. Armandí", J.A., 1970, t. 8, pág. 304.
Por disolución parcial el derecho a la cuota-parte se transforma en un crédito contra la sociedad que se concreta con la
valuación de lo que corresponde al socio en el haber social y los restantes socios se enriquecerian con el aprovecha-miento del valor de la
cuota correspondiente al socio egresado, si se considerara ese valor al momento del retiro de éste. Por consiguiente sólo habrá
correspon
dencia de valores si se determinan los mismos no a la fecha del egreso del socio, sino de la efectiva liquidación monetaria de
acuerdo con el estado patrimonial de la sociedad al momento de aquel egreso.
Si la cuota social continúa integrando el capital social después de la disolución parcial, con beneficio para todos los socios, debe
actualizarse el crédito del socio egresado, como resarcimiento del perjuicio constituido por el mayor valor que la depreciación monetaria asigna
a los bienes sociales de uso, según es de público conocimiento, y por tanto, previsible para el deudor que con su incumplimiento origina ese
perjuicio, el cual debe ser reparado integralmente.
Capital Federal, Cám. Nac. Com., Sala A, l1-V-1970, "Ramos y otras c. Azevedo y Cía. SCA.", JA., 1970, t. 8, pág. 53.
2) respecto de las operaciones pendientes el socio excluido participa en los beneficios y soporta las pérdidas,
proporcionalmente a lo convenido en el contrato social o de acuerdo a su participación;
3) la sociedad puede retener la parte del socio excluido, hasta que finalicen las operaciones
sociales que estén en curso de ejecución, al momento de la exclusión;
4) cuando el socio excluido ha efectuado aportes de uso o goce de un bien tiene derecho a exigir la
entrega del bien respectivo, salvo que el mismo fuera indispensable para el funcionamtento de la sociedad y se le pague ese
aporte en dinero; y
5) la responsabilidad del excluido frente a los terceros subsiste hasta que se inscriba en el Registro Público
de Comercio la modificación del contrato.
B) DE LA DISOLUCION DE LA SOCIEDAD
130. CONCEPTO
La disolución no es el fin, la extinción, de la sociedad, sino que señala el principio de su etapa final.
Marca el momento en que se ha herido de muerte a la sociedad, pero ésta todavía vive y sobrevivirá un período
más o menos largo aún, que es la etapa de "liquidación".
Dice Cámara3 que la disolución es el acto que detiene la existencia normal del comerciante colectivo; el
momento en que
3 CÁMAkA, Héctor, Disolució,' y Liquidación de Sociedades Merrantiles, Tea, Buenos Aires, 1959, pág. 206, nro. 97.
pierde la aptitud que le confirieron los socios al crearla. Y citando a Garrigues y Urja, expresa: "es el
acto jurídico., que previa la verificación de alguna de las causales previstas en la ley o en los estatutos, abre el
proceso liquidatorio conducente a la etttinción de la sociedad como contrato y como petsona jurí:iica" Y agrega
que la disolución no implica el fin de la sociedad ni extinción de las relaciones jurídicas, aunque libera a los
socios de la obligación de contribuir con la cooperación personal y económica a su objeto. "Ulteriormente
pervive la organización social al solo efecto de la liquidación, satisfaciendo a sus acreedores y repartiendo el
saldo patrimonial entre los sodos...'; "La disolución quita a la sociedad su dinamismo, transformando su actividad
de producción en actividad de liquidación; ésta adquiere un nuevo ritmo, no aspirando a obtener ganancias para
distribuirlas entre los socios, sino comenzando una fi¿nción introvertida de autoexamen y realización del fondo
social"4.
Solá Cañizares en su conocida obra nos advierte que "la extinción de la sociedad es un fenómeno jurídico complejo,
porque no se trata exclusivamente de relaciones contractuales entre los socios, sino, además, de una trama de vínculos jurídicos
con terceros que merecen ser protegidos". Y destaca que la extinción de la sociedad no puede ser realizada instantáneamente,
sino que requiere de un proceso, donde se da en primer término la existencia de un determinado "estado" jurídico legal o
contractual, que es la causa de disolución, que continúa con la etapa de liquidación por la cual se extinguen las
relaciones con terceros y que finaliza con la división del haber social entre los socios, lo que representa
la última etapa y, por lo tanto, la extinción definitiva de la sociedad5.
Destacamos la palabra "estado" que utiliza el autor español, porque no es la doctrina más aceptada.
Hemos señalado que para nosotros la disolución no es un estado que se prolonga en el tiempo, sino que "es un momento",
"un instante", en la vida de la sociedad, en el cual ella no se extingue, sino que muda su objeto e inicia una nueva etapa
tendiente a extinguir las relaciones con los terceros, primero, para después proceder a la división del haber social entre los
socios.
Cámara nos informa de antecedentes históricos en las legislaciones babilónica, griega y romana y de las
nuevas concepciones vigentes ya a mediados de este siglo en el derecho comparado. Ya entonces tenían recepción los
principios de: a) continuidad de la empresa; b) la revocabilidad de la disolución; c) una mayor liberalidad en el
régimen de prórroga de la sociedad y d) la subsistencia de la sociedad unipersonal 7, principios que ha receptado
nuestra ley societaria 19.550 y fueron reafirmados por la reforma de la ley 22.903, como lo dijimos anteriormente.
Gran influencia sobre estos aspectos ha tenido la teoría de la "institución" que hemos analizado y el
reconocimiento del interés público y del interés de terceros en este tema de la disolución y liquidacion8.
Ya el Código Civil italiano de 1942 en su regulación de la disolución de la sociedad (Sección IV, arts. 2272 y sigs.)
recoge los principios de prórroga tácita de la sociedad (art. 2273) y subsistencia de la sociedad por falta de la pluralidad de
socios (art. 2272, inc. 4º).
Destaca Zaldívar11 que las normas de la ley en materia de disolución presentan los siguientes
caracteres:
a) son de orden público, de modo que los socios no pueden dejarlas sin efecto o alterar sus
consecuencias, sea en el acto constitutivo o posteriormente en otro documento, y ello con fundamento
tanto en el interés de los socios como en el de los terceros acreedores, lo que no impide que los socios puedan
incluir otras causales de disolución en el contrato social, de acuerdo con lo previsto en el artículo 89, L.S.;
b) la enunciación es tasativa -y no ejemplificativa -' ya que no puede pretenderse la disolución
compulsiva por hechos o actos análogos a los indicados en el artículo 94;
Los socios pueden, voluntariamente, anticipar la disolución de la sociedad, adelantando el momento previsto
en el contrato social. Esto no es sino consecuencia de la aplicación del princi pio
general de la autonomía de la
voluntad (art. 1197, Cód. Civ.). El límite de esta autonomía es el no encubrimiento bajo esta causal de una causal distinta,
lo que contradiría el principio de orden público antes referido.
La decisión debe ser tomada en reunión especial o asamblea extraordinaria y con el quorum y mayorías
necesarias. Las sociedades de interés requieren unanimidad, y las por acciones y la sociedad de responsabilidad
limitada especial, la mayoría del artículo 244, cuarto párrafo.
No se requiere que los socios indiquen o expresen la causa de la disolución anticipada, pero seguramente ella surgirá
de las constancias de las deliberaciones que conducen a la decisión y es conveniente que ello ocurra, especialmente a fin de
evitar impugnaciones. En efecto, tal decisión, como cualquier otra, puede ser impugnada por los socios o accionistas.
Como hemos visto al examinar el artículo 11 de la ley, en su inciso 5º, el instrumento de constitución de la
sociedad debe contener "el plazo de duración, que debe ser determinado". La determinación precisa de ese plazo es
un requisito insoslayable en nuestra ley, que no admite una sociedad con plazo indeterminado o sometido a
algún plazo resolutorio que necesariamente acaecerá pero cuya fecha resulta incierta. Esta exigencia tiene
fundamento en la necesidad de otorgar seguridad jurídica a las relaciones de la sociedad con terceros y entre los
socios.
De allí que se haya dispuesto en el artículo 62, primer párrafo, que las sociedades deberán hacer constar en
sus balances de ejercicio la fecha en que se cumple el plazo de duración. De esta forma tanto socios como
terceros tendrán conocimiento de la fecha de vencimiento de la sociedad, de modo que no se sorprenda a terceros
de buena fe que contraten con ella.
Hasta la sanción de la ley 22.903 esta causal funcionaba como motivo ipso iure de disolución12, pero
con la reforma introducida al artículo 95 ya ello no es así, pues se admite la continuación de la actuación con
posterioridad a su vencimiento, adoptándose el principio de "reactivación" de la sociedad, mediante el
procedimiento de "reconducción".
Se trata, obviamente, de una condición resolutoria que las partes han previsto en el contrato y a la cual han
supeditado su existencia, como puede ser el caso de una sociedad constituida para explotar una concesión pública
o privada, o administrar un servicio público, que durará mientras subsista dicha concesión o se brinde el servicio.
La condición no debe ser imposible ni contraria a las buenas costumbres o prohibida por las leyes, de acuerdo a
la regia del artículo 530 del Código Civil.
Decimos que se trata de una condición resolutoria y no de un plazo, porque aquí no existe la certeza del
cumplimiento de la condición, lo que sí existe en el plazo. La condición resolutoria puede no cumplirse
jamás. Esta es la diferencia sustancial con la causal anterior.
La norma tiene su antecedente en el artículo 1764 del Código Civil, sobre disolución de la
sociedad civil, que establece esta causal, con el agregado "aunque no estén concluidos los negocios que
tuvo por objeto". La Ley de Sociedades comerciales no recoge el párrafo señalado, y Zaldívar opina que debe
interpretarse como implícito, atento el sistema de disolución adoptado, ya que la operatividad de las causales se
produce, como regla general, con independencia del estado de los negocios sociales.
El inciso 4º del artículo 94 lo analizaremos dividido en dos partes. En esta primera consideraremos la
disolución por la consecución del objeto para el cual se formó la sociedad. Dijimos en las anteriores
ediciones que esta parte implicaba una desnaturalización de la sociedad, que debe tener una duración
determinada y una actividad permanente.
Zaldívar13 expresa que para que se opere esta hipótesis es preciso que el logro del objeto -o la
imposibilidad de conseguirlo - sean absolutos, totales y definitivos y posteriores a la formación de la sociedad
Verón14 diferencia dos clases de actividades sociales: 1) las susceptibles de realización
indefinida (desde el punto de vista temporal), donde resulta improbable que la sociedad paralice su
actividad en un momento determinado de modo que pueda operar la consecución del objeto como
causal de disolución; y 2) las susceptibles de tener un fin, o sea aquellas actividades transitorias cuya
finiquitación comprende un período de tiempo, determinable o no con antelación. Si ese tiempo es determinable
tendremos la causal de disolucion por expiración del término por el cual se la había constituido; y si no
es determinable, cuando parece de aplicación la causal de disolución que examinamos, la realidad
negocial nos señala que tal operatoria mercantil es propia de las sociedades accidentales o en participación
y no de una sociedad regular cuya nota característica es su perdurabilidad.
En efecto, no concebimos un supuesto donde pueda supeditarse la duración de la sociedad o la
consecusión de un objeto determinado, salvo que éste sea transitorio o cuya terminación tendrá un cierto periodo de
tiempo, como puede ser la ejecución
13
Op. cii., T. III, V. 4º, pág. 265. 14 Op. cit., T. 2, págs. 211 y 212.
de una obra determinada. Pero resulta que en tal supuesto o similares - estaríamos ante una
sociedad accidental que tiene por objeto la realización de una o más opoeraciones determinadas y
transitorias (art. 361).
De todos modos deben ser los socios en reunión especial o en asamblea extraordinaria, los que declaren
que el objeto social se ha cumplido y que, en consecuencia, la sociedad se disuelve. O bien declararlo el juez
interviniente a pedido de uno de los socios, si no hubiera mediado acuerdo en la disolución.
Respecto a esta segunda parte del inciso 4º del artículo 94, corresponde aclarar que la imposibilidad de
lograr el objeto social puede derivar de una causa natural o de una causa legal. Constituye una causa natural, el
agotamiento de una cantera o de una mina cuya explotación constituye el objeto social. Y es una causa
legal la prohibición de una ley sobreviniente que prohíbe una determinada actividad o la limita a un
determinado tipo social o dispone la expropiación de la cantera o mina del ejemplo anterior.
La causa ha de ser posterior a la constitución de la sociedad, pues como dice la norma, ha de
ser sobreviniente a ella. De otro modo, como observa Zaldívar15, si la imposibilidad sobreviniente
existía al momento de la constitución de la sociedad, ella sería una causa de nulidad absoluta de la
sociedad, lo que haría aplicable el régimen del artículo 19 de la ley.
Para que esta causal traiga aparejada la disolución de la sociedad, ella ha de ser total y
definitiva.
Respecto de la discordia entre los socios como hecho configurativo de esta causal, cabe decir que la
jurisprudencia nacional la admite cuando ella es de tal relevancia que impide el cumplimiento del objeto
social16.
Asimismo, se ha declarado que la inactividad de la sociedad como causa de disolución de la misma debe
encuadrarse en esta causal 17
Esta causal requiere también de la verificación y resolución de una reunión o asamblea de
socios que declare la imposibilidad
11
Op. cii., T. III, V. 4º, pág. 265.
16 Ver las obras de V¡RÓN, pág. 216, y de ZAI.DIVAR, pág. 265.
17
E. D., 1.80, pág. 588.
sobreviniente de lograr el objeto social. Por ello coincidimos con Verón que expresa que esta
causal no opera ipso jure, e inclusive que los socios pueden remontar la disolución resolviendo cambiar el objeto
de la sociedad'8.
El capital social constituye un elemento esencial para que exista una sociedad comercial (arts. 1º y 11,
inc. 4º), de modo que su pérdida implica la falta o ausencia del tal elemento esencial. Exhibe también la
imposibílidad futura de la sociedad de lograr el objeto propuesto.
De todos modos ella no constituye una causal que opere en forma automática, porque el
capital perdido puede ser reintegrado por los socios o éstos pueden resolver su aumento, como lo
prevé el artículo 96.
En materia de sociedades anónimas el Código de Comercio contemplaba en el artículo 369 la
disolución de la sociedad por pérdida del 75 % del capital social, causa que operaba ipso iure según
dicho texto legal.
Ello produjo un permanente movimiento doctrinario tendiente a morigerar las consecuencias de la
rigidez de dicho sistema. En tal sentido, Odriozola, en recordado estudio, sostuvo que la pérdida del capital
social aludía al "capital suscripto" de la sociedad y que ella debía computarse del siguiente modo:
1) antes de efectuar el cálculo de la pérdida debe revalonzarse el patrimonio social;
2) se computará únicamente el pasivo hacia terceros, con exclusión del pasivo nominal;
3) la pérdida, determinada de acuerdo con las indicaciones precedentes, deberá ser absorbida en
primer término por el fondo de reserva legal, por los fondos de revalúo legales y por los demás fondos de
reserva, y recién después de agotados todos
19
ellos se proyectará su remanente sobre el capital suscripto
La actual ley no dice cómo se computa dicna pérdida ni a partir de qué momento se debe establecer su
acaecimiento. Precisamente con referencia al régimen del artículo 369 citado, la
CARBONE y URIEN, ComNndio de Sociedades Anónimas, T. II, pág. 964, citado por ODRIOzOLA, nota 6, pág. 20.
20
Esta causal de liquidación estaba prevista como tal en el artículo 422, inciso 4º del Código de
Comercio, para las sociedades en general, y en el artículo 370, inciso 2º, para las sociedades anónimas.
Cámara, comentando estas normas, considera la posición de la doctrina extranjera y nacional
sobre la admisión de la quiebra como causal de disolución, expresando que la doctrina francesa más
reputada sostiene que la insolvencia judicialmente declarada no arrastra a la disolución inmediata de la sociedad
y que tal postura es compartida por Una en España y ha sido recogida por la ley de sociedades
anónimas de ese país. La doctrina
italiana, en cambio, no es pacífica, citando a Vivante como opuesto a que la quiebra traiga
aparejada la disolución: "si la quiebra que puede derivarse de una simple suspensión de pagos, viniera a parar en
una inevitable disolución, se obtendría un efecto desproporcionado con la causa, con grave perjuicio para el
ejercicio del crédito y de la industria, confiado en la mayor parte a las empresas sociales" 22
Analizando la Ley de Quiebras anterior (ley 11.719) sostenía el profesor cordobés que la quiebra no producía ¡a
disolución de la sociedad 23
Zaldívar sostiene que la disolución de la sociedad por su quiebra es impuesta por la ley en tutela de los intereses
generales, que la sentencia declarativa de quiebra importa para la sociedad fallida el desapoderamiento de sus bienes, la
administración pasa al síndico, siendo ineficaces los actos que realicen anteriores administradores de la sociedad 24
Cámara, analizando los efectos de la quiebra sobre la sociedad comercial, realiza un repaso de la posición de
la doctrina y legislación comparada, destacando opiniones como las de
22 CÁMARA, op. cit., págs. 239 y 240, nro. 111 y cita nro 45 al pie de la pág. 240.
23 Op. cit., pág. 241.
Como vimos en el número 115 la fusión puede ser de dos tipos: a) pura, cuando dos o más sociedades se
disuelven sin liquidarse para constituir una nueva; b) por absorción, cuando una sociedad incorpora a otra u
otras que se disuelven sin liquidarse. En el primer caso se disuelven todas las sociedades preexistentes y en el segundo
supuesto se disuelven las sociedades absorbi25 CÁMARA, Héctor, FI Concurso Prevenuvo y la Quiebm, V. III, págs.
1982y sigs., nro. 127.6.1 y págs. 2001 y 2002, nro. 127.6.3.1.
das o incorporadas. En todos los casos, la disolución no va seguida de la liquidación.
Ni el Código Civil ni el de Comercio contemplaban esta situación como causal explícita de disolución. Cámara había
sostenido que en tal situación la sociedad se disolvía, porque la pluralidad constituía condición natural e
inexcusable en toda
- - 26
companla
Zaldívar expresa que con la inclusión expresa de esta causal de disolución la ley ha clarificado la
situación en beneficio de la seguridad jurídica y, además, ha permitido que la entidad subsane la' falta de socios en el plazo
de noventa días. Con esto evita que ella quede irremisiblemente disuelta al producirse el evento que muchas veces
será totalmente imprevisible. Agrega este autor que esta causal de disolución está sometida a una condición
suspensiva que es el transcurso del plazo indicado sin que se incorporen nuevos socios. Es decir, que el patrimonio social
se mantendrá diferenciado del que pertenece a título personal al socio único y sólo después de los tres meses
quedará confundido al naberse operado la disolución27.
La norma que comentamos hace aplicación del principio de conservación de la empresa, receptado en el
Código italiano y en las legislaciones más modernas.
La norma agrega que durante ese plazo de tres meses
- que es plazo máximo, de modo que puede ser menor-, el socio único será responsable ilimitada y
solidariamente por las obligaciones contraídas. Obviamente, la ley hace referencia a los actos y operaciones
realizadas por el socio único durante el
tiempo en que actuó solo.
La discusión de la posibilidad o no de la existencia de la sociedad de un solo socio se reavivó en el país con motivo de
la consideración parlamentaria del Proyecto de Unificación de la legislación civil y comercial, luego convertido en ley
por el Congreso Nacional y finalmente vetada íntegramente por el Poder Ejecutivo, que preveía la Sociedad de
Responsabilidad Limitada
26
Disolución y Liquidación de Sociedades Mencan files, pág. 255, nro. 119. 27 Op. cit., págs. 276 y 277.
y la Sociedad Anónima unipersonal, recogiendo así una solución que se acepta en la legislación más moderna.
Esta causal de disolución es aplicable a aquellas sociedades por acciones que hemos denominado
"abiertas" reguladas en el artículo 299, que hayan sido autorizadas a realizar oferta pública de sus títulos
valores por la Comisión Nacional de Valores de conformidad con el régimen establecido en la ley 17.811 y
que coticen sus acciones en los mercados de valores.
M respecto corresponde tener presente que de acuerdo al régimen legal vigente en materia de mercado de
capitales, las sociedades por acciones pueden solicitar ante la Comisión Nacional de Valores la autorización para
hacer oferta pública de los títulos valores que emitan (acciones, debentures, obligaciones negociables, comercial
papers o títulos de deuda de corto plazo). Obtenida esa autorización deben solicitar a una Bolsa que tenga
adherido un Mercado de Valores, autorización para "cotizar" en ese mercado dichos títulos. De modo que
se requiere una doble autorización: 1) para hacer oferta pública; y 2) para cotizar en un mercado de valores los títulos.
De aHí que la norma que comentamos se refiera a esas dos "cancelaciones", es decir el retiro de la autorización
para hacer oferta pública y el retiro de la autorización para cotizar títulos.
La cancelación por la Comisión Nacional de Valores de la
autorización para hacer oferta pública impuesta por sanción
28
firme como también la cancelación de la autorización para cotizar acciones y otros títulos valores
impuesta por la Bolsa a la que pertenezca el Mercado de Valores donde cotiza sus títulos, producirán la
disolución de la sociedad si la asamblea de la misma no resuelve la continuación dentro de los sesenta
días.
De modo que se trata de una causal de disolución sometida a una condición suspensiva, cual es que la
sociedad por medio de la asamblea no resuelva su continuación. Se requiere que la decisión se tome en asamblea
extraordinaria, por mayoría de votos sin tomar en consideración el voto plural, de acuerdo a lo pre28 Ver Normas de
la Comisión Nacional de Valores según texto ordenado
Existen sectores económicos con "barreras de entrada", es decir, donde se ha limitado el ejercicio de
una determinada actividad a ciertas personas previamente autorizadas. Tal es el caso de la actividad
bancaria, la aseguradora, la radiodifusión y televisión, etcétera.
En tales supuestos un órgano estatal es el encargado de conferir tal autorización. La revocación de esa
autorización implica dejar a las sociedades autorizadas y cuyo objeto social es, precisamente, ejercer tal
actividad, en situación de no poder cumplir el objeto social para el que fueron constituidas.
La ley 19.550 no previó esta causal de disolución, porque seguramente sus autores pensaron que
ella estaba incluida en la regla del inciso 40, segunda parte (imposibilidad sobreviniente
de lograr el objeto social), porque se trata realmente de un típico caso de imposibilidad sobreviniente.
No obstante, la ley 22.903 de reformas a la ley 19.550 la incluyó como causal específica, mediante la
incorporación de un inciso décimo al artículo 94, quizás como un medio de aportar mayor seguridad a los
terceros, si bien su Exposición de Motivos no alude a eHo.
Debe tratarse de una resolución firme del organismo competente (Banco Central de la República
Argentina en el caso de entidades financieras; de la Superintendencia de Seguros de la
Además de las enunciadas en el artículo 94, existen otras causales de disolución contenidas en otras
normas de la ley.
Ya vimos al considerar en el número 125, el artículo 89, L.S., que los socios pueden pactar en el
contrato social otras causales de disolución, además de las previstas en el artículo 94, L.S.
Como vemos la sociedad puede ser prorrogada en su duración. Para ello se requiere acuerdo unánime de
los socios en los casos de sociedades personales. En las sociedades por acciones y de responsabilidad limitada
se requiere acuerdo de las mayorías especiales previstas para cada tipo social.
La prórroga debe resolverse y la inscripción solicitarse antes del vencimiento del plazo de duración de
la sociedad.
Ahora la ley prevé la "reconducción" de la sociedad (modificación introducida por la ley 22.903), esto es, la
posibilidad de
continuar actuando, siempre que cumpla los requisitos de la prórroga y mientras no se haya inscnpto el
nombramiento del liquidador y sin perjuicio de las responsabilidades que la ley impone a los
administradores sociales.
Si el nombramiento del liquidador se hubiera inscripto, se requerirá para la reconducción la
"unanimidad" de todos los socios, cualquiera sea el tipo social.
La doctrina ha denominado a esto "'eactivación" de la sociedad31.
31 En tal sentido ver ZALDÍVAR, quien nos dice que este instituto permite que una sociedad disuelta recupere su plenitud
jurídica: Cuaden'os de Derecho Societario, T. IV, pág. 317. En igual sentido CÁMARA, Héctor, en Disolución y Liquidación de
Sociedades Comerciales, 2ª Edición, TEA, 1959, pág. 355 y sigs., nro. 171.
136. INSCRIPCION DE LA DISOLUCION (Art. 98)
Art. 98.- Eficacia respecto de terceros. La disolución de la sociedad, se encuentre o no constituida regularmente, sólo
surte efecto respecto de terceros desde su inscripción registral, previa publicación en su caso.
La disolución de la sociedad comercial regular o irregular sólo surte efectos respecto de terceros, desde su
inscripción en el Registro Público de Comercio, previa publicación en el caso de las sociedades por acciones y
de responsabilidad limitada.
Art. 99. - Administradores: facultades y deberes. Los administradores, con posterioridad al vencimiento del plazo de
duración de la sociedad o al acuerdo de. disolución o a la declaración de haberse comprobado alguna de las causales de
disolución, sólo pueden atender los asuntos urgentes y deben adoptar las medidas necesarias para iniciar la liquidación.
Responsabilidad.
Cualquier operación ajena a esos fines los hace responsables ilimitada y solidariamente respecto a los terceros y los sócios, sin
perjuicio de la responsabilidad de éstos.
Producida una causal de disolución de la sociedad, los administradores deben limitarse a atender los asuntos
urgentes y adoptar las medidas necesarias para que se inicie la "liquidación" de la sociedad.
Cualquier operación ajena a esos fines hace responsables a los administradores en forma ilimitada
y solidaria, tanto respecto de terceros corno de los socios y sin perjuicio de las propias responsabilidades que
puedan corresponderles a estos últimos.
Art. 100.- En caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución se estará en favor de la subsistencia de la
sociedad.
La ley nos suministra un criterio para aplicar cada vez que surjan dudas sobre la existencia o
no de una causal de disolución:
habrá que estar siempre por la subsistencia de la sociedad. Aplica así, una vez más, el principio de
"conservación de la empresa".
Al respecto nuestra jurisprudencia tiene resuelto casos concretos donde ha efectuado aplicación de este
principio de conservación de la empresa.
C) DE LA LIQUIDA ClON
140. CONCEPTO
La liquidación es la última etapa en la vida de una sociedad. Producida una causal de disolución la
sociedad no muere, no termina en ese momento, sino que continúa viviendo a efectos de poder realizar
todo su activo y pagar su pasivo y distribuir el saldo final, silo hubiera, entre los socios.
Por ello, en esta etapa final, la sociedad conserva su
"personalidad" y se va a regir por las reglas legales correspondientes a su tipo social.
Art. 101. - Personalidad. Normas aplicables. La sociedad en liquidación conserva su personalidad a ese efecto, y se rige por las
normas correspondientes a su tipo en cuanto sean compatibles.
Sentado estos principios digamos también que la ley le concede a la sociedad esta "personalidad" y esta
"prolongación de vida" al sólo efecto ae cumplir los actos necesarios para realizar, el objeto propio de la
liquidación: esto es todos los actos de venta de los bienes del activo y cobro de los créditos; y los actos tendientes
a cumplir con sus obligaciones (pago a los acreedores sociales); para, finalmente, distribuir el remanente entre
los socios conforme los pactos contractuales.
Inscripción.
El nombramiento del liquidador debe inseribirse en el Registro Público de Comercio.
Remoción.
Los liquidadores pueden ser removidos por las mismas mayorías requeridas para designarlos. Cualquier socio, o el síndico en su
caso, puede demandar la remoción judicial por justa causa.
La liquidación está a cargo del "liquidador" o "liquidadores" designados por los soctos.
Generalmente la liquidación está a cargo de los mismos administradores sociales, salvo casos especiales
o estipulación en contrario, y su designación surge del mismo contrato social.
Si el contrato social no ha previsto nada al respecto, el liquidador o liquidadores serán designados por
mayoría de votos de los socios, dentro de los treinta días desde que la sociedad
haya entrado en liquidación. Si no lo designasen o silos designados no desempeñaran el cargo, cualquier
socio puede pedir al juez el nombramiento de liquidador, o su nueva elección.
Art. 105. - Los liquidadores ejercen la representación de la sociedad. Están facultados para celebrar todos los actos necesarios para la
realización del activo y cancelación del pasivo.
Actuación.
Actuarán empleando la razón social o denominación de la sociedad con el aditamento "en liquidación". Su omisión les hará ilimitada
y solidariamente responsables por los daños y perjuicios.
Incumplimiento: Sanción.
El incumplimiento de esta obligación es causal de remoción y les hace perder el derecho de remuneración, así como les
responsabiliza por los daños y perjuicios ocasionados.
Art. 104.- Inlormación periódica. Los liquidadores deberán informar a los socios, por lo menos trimestralmente, sobre el estado de la
liquidación; en las sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital alcance el importe fijado por
el artículo 299, inciso 2'>, y en las sociedades por acciones, el informe se suministrará a la sindicatura.
Balance.
Si la liquidación se prolongare, se confeccionarán además balances anuales.
Art. 108. - Obligaciones y responsabilidades. Las obligaciones y la responsabilidad de los liquidadores se rigen por las disposiciones
establecidas para los administradores, en todo cuanto no esté dispuesto en esta sección.
Las obligaciones y responsabilidades del liquidador se rigen por las disposiciones establecidas para los
administradores sociales, en todo lo demás.
Deben confeccionar un inventario y balance dentro de los 30 días de asumido el cargo y ponerlo a
disposición de los socios. Además deben producir una información periódica, por lo menos trimestralmente.
Si la liquidación se prolonga, deberán confeccionarse balances anuales. Estas obligaciones no pueden
soslayarse.
Publicidad y efectos.
El acuerdo de distribución parcial se publicará en la misma forma y con los mismos efectos que el acuerdo de reducción de capital.
Ocurre muchas veces que la sociedad tiene activos de diversa liquidez, pues mientras unos son
fácilmente convertibles en dinero, otros (inmuebles, instalaciones, etc.) son de más difícil realización. Si con los
primeros ha podido cancelar el pasivo o éste se encuentra suficientemente garantizado, los socios pueden pedir la
partición parcial y la distribución proporcional de lo que a cada uno le corresponde como "remanente". Esa
solicitud
la pueden hacer accionistas que representen la décima parte del capital social en las sociedades por
acciones y cualquier socio en las demás sociedades.
La petición debe formularse al liquidador y si éste se negare, la incidencia será resuelta judicialmente.
El acuerdo de distribución parcial se debe publicar.
Pagado el pasivo social, los liquidadores deben elaborar un balance final y preparar un proyecto de
distribución.
Aprobado el proyecto de distribución, se reembolsará la parte de capital de cada socio y se distribuirá el
excedente en proporción a la participación de cada uno en las ganancias, salvo disposición en contrario del
contrato social.
149.COMUNICACION A LOS SOCIOS DEL BALANCE FINAL YPLAN DE
DISTRIBUCION (Art. 110)
Art. 110. - Comuniciación del balance y plan de partición. El balance final y el proyecto de distribución suscriptos por los
liquidadores serán comunicados a los socios, quienes podrán impugnarlos en el término de quince (15) días. En su caso la acción judicial
correspondiente se promoverá en el término de los sesenta (60) días siguientes. Se acumularán todas las impugnaciones en una causa única.
En las sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital alcance el importe fijado por el artículo 299, inciso 2º), y en las
sociedades por acciones, el balance final y el proyecto de distribución suscriptos también por los síndicos, serán sometidos a la aprobación de la
asamblea. Los socios o accionistas disidentes o ausentes, podrán impugnar judicialmente estas operaciones en el término fijado en el párrafo
anterior computado desde la aprobación por la asamblea.
El balance final y el proyecto de distribución deben ser comunicados a cada uno de los socios y estos
tienen derecho a impugnarlos. Si no hay acuerdo, el socio impugnante podrá demandar judicialmente dentro de
los sesenta días siguientes, de-
biendo acumularse todas las impugnaciones que hubiera en un solo juicio.
En el caso de sociedades de responsabilidad limitada cuyo capital alcance el fijado en el artículo 299 y
en las sociedades por acciones, esos documentos deberán ser firmados por los síndicos y deben ser considerados
por la asamblea. Los socios disidentes y los ausentes, podrán impugnar judicialmente esas operaciones dentro de
los sesenta días contados desde la fecha de la asamblea que las hubiera aprobado.
El balance final y el proyecto de distribución aprobados deben ser presentados al Registro Público de
Comercio para ser incomorados al legajo de la sociedad.
Recién entonces corresponderá ejecutar la distribución, en la forma referida en el artículo 109.
Los importes no reclamados por socios dentro de los noventa días de esa presentación, deberán ser
depositados en un banco oficial a disposición de los titulares. El derecho a su cobro prescribe a los tres años,
vencidos los cuales serán atribuidos a la autoridad escolar de la jurisdicción que corresponda.
Terminadas las operaciones de liquidación, los liquidado-res deben proceder a cancelar la inscripción
del contrato social en el Registro Público de Comercio.
Los papeles y libros de la sociedad serán conservados por la persona que designen los socios y a falta de
acuerdo entre éstos, ello será resuelto por el juez o la autoridad administrativa que tiene a su cargo el Registro
Público de Comercio.
1. JURISPRUDENCM
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
Por disolución parcial el derecho a la cuota-parte se transforma en un crédito contra la sociedad que se concreta con la valuación de
lo que corresponde al socio en el haber social y los restantes socios se enriquecerían con el aprovechamiento del valor de la cuota
correspondiente al socio egresado, si se considerara ese valor al momento del retiro de éste. Por consiguiente sólo habrá correspondencia de
valores si se determinan los mismos no a la fecha del egreso del socio, sino de la efectiva liquidación monetaria de acuerdo con el estado
patrimonial de la sociedad al momento de aquel egreso.
Si la cuota social continúa integrando el capital social después de la disolución parcial, con beneficio para todos los socios, debe
actualizarse el crédito del socio egresado, como resarcimiento del perjuicio constituido por el mayor valor que la depreciación monetaria asigna
a los bienes sociales de uso, según es de público conocimiento, y por tanto, prevl
sible para el deudor que con su incumplimiento origina ese perjuicio, el cual debe ser reparado integralmente.
Cám. Nac. Com., Sala A, 11-V-1970, "Ramos y otras c. Azevedo y Cía. S.C.A.", J.A., 1970, t. 8, pág. 53.
Siendo que el capital social es un elemento esencial para la existen-cia y subsistencia de la sociedad, el
retiro voluntario del socio fuera del supuesto establecido por el artículo 89, LS., implicaría una disminución de ese capital
que podría llegar a imposibilitar la consecución del objeto para el cual se formó, con prescindencia de la voluntad de
los restantes socios, por lo que es inadmisible acceder a una solicitud de tal naturaleza.
Cám. Nac. Com., Sala A, 31-VlI-1991, Ficha nro. 12.590, "Assumma, Demetrio c. Crivier S.R.L.
5/5UflI.", ReNitorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
La inclusión en el contrato social de un pacto que acuerda a los herederos del socio fallecido la opción de
incorporarse a la sociedad o ejercer el derecho de receso, pero no determina el plazo para hacerlo, está indicando que
los socios sobrevivientes tienen en sus manos el mecanismo de la intimación, instando en el plazo prudencial que fijen
una toma de decisión expresa, que despeje el estado de indefinición que entorpece la continuidad societaria.
Ante la muerte de uno de los socios, el silencio de los herederos debe interpretarse como que han optado
por la resolución parcial del contrato social, quedando en manos de la sociedad la comunicación para que ejerzan
sus derechos económicos - reclamación de la cuota liquidatoria - y eventualmente la consignación de su importe.
En todos los casos en que la ley confiere espacio a la autonomía de la voluntad -en el caso de autonomía
societaria de acuerdo con la economía del contrato social - la regla de la autonomaticidad sucesoria (art. 3410, Cód.
Civ.) cede.
Cám. la. Civ. y Com. Bahía Blanca, Sala 1, 24-XI-1992, "Zoilo, Osvaldo P. y otra c. Zoilo Hnos S.R.L.
yotros", L.L., 1993-D, pág .412.
En nuestro derecho positivo, la exclusión de un socio no es una decisión que pueda ser adoptada por los
consocios que forman mayoría, en tanto comporta una modificación sustancial de los términos del contrato. La
existencia de la justa causa de exclusión que eventualmente
pudiera alegarse debe ser comprobada judicialmente y es al juez de comercio a quien compete declararla.
La sociedad no queda disuelta - total o parcialmente - sino por sentencia - arts. 1º y 207, Cód. Com., y
1799, Cód. Civ. - y el socio cuya exclusión se pretende no quedará separado hasta tanto recaiga decisión judicial
que así lo disponga.
S.C.BA., 10-IV-1970, "Gutiérrez c. Aguila Negra Sociedad Col. y otros", J.A., 1970, t. 8, pág. 593.
Resuelto parcialmente el contrato social por retiro de un socio, debe liquidarse su cuota sobre la base de
la situación patrimonial de la sociedad al día de la resolución, y esto exige la previa confección de un inventario
y balance extraordinario que, en ciertos aspectos, es distinto del ordinario practicado al fm de cada ejercicio,
porque debe dar el valor real de la empresa y servir así para fijar la cuota en cuestión.
Para fijar el valor de la cuota del socio que se retira son decisivos no los valores inscriptos en los libros
para fines fiscales o para el cálculo de ganancias, ni tampoco el resultado - casi siempre más reducido - de la
liquidación, sino el verdadero valor, esto es, el valor que tendría la sociedad en caso de una enajenación total lo
más ventajosa posible.
El hecho de que el socio haya sido excluido de la participación en el valor llave no significa que
renuncie a la actualización de los valores de los bienes sociales, en ocasión de retirarse de la sociedad, pues se
trata de dos rubros distintos y la exclusión de uno no trae aparejada la del otro.
La referencia al valor llave en el contrato social no implica una superposición con el revalúo de los
bienes físicos de la sociedad, pues el revalúo es la determinación del valor real de esos bienes, con prescindencia
de aquellos otros factores inmateriales.
Cám. Nac. Com., Sala A, 24-VI-1970, "Casa Shaw S.R.L. c. Armandi", J.A., 1970, t. 8, pág. 304.
A los efectos de determinar el valor de reembolso de las acciones en caso de receso, debe estarse al
resultante del balance correspondiente al ejercicio en que el receso se produjo, debidamente actualizado desde la
fecha de cierre de dicho ejercicio hasta el 31-111-1991 con más un tnterés del 6% anual desde la fecha en que
ejerció el derecho de receso, y a partir del 1-IV-1991 se reponteciará dicha suma según la tasa pasiva promedio
mensual que publica el B.C.RA.
Cám. Nac. Com., Sala B, 18-111-1992, Ficha nro. 14.181, "Nougués de Benvenuto, María c. Ibatin
SA.E. s/sum.", ReNflorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
131. CAUSALES DE D¡SOLUCION (Art. 94)
Si bien el mero vencimiento del plazo produce la disolución de la sociedad (art. 94, inc. 2?, L.S.), ello
no siguifica que se transforme en una sociedad de hecho, ello sólo podría ocurrir cuando se continue con los
negocios de la sociedad en lugar de procederse a su liquidación.
Cám. Nac. Com., Sala A, 9-v'I¡-1991, Ficha nro. 12.445, "Krenz, Domingo c. Banco de la Ciudad de
Buenos Aires s/ord.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Siendo la quiebra tan sólo una causal de disolución de la sociedad (art. 94, inc. 6º, L.S.) no produce su
extinción, ésta conserva su personalidad y estructura orgánica y continúa rigténdose por las normas
correspondientes a su tipo (art. 101, LS.), por lo que no procede que la convocatoria a asamblea la haga el juez
de la quiebra, sino que debe ser realizada de conformidad con los mecaiismos previstos en la ley de la materia.
Cám. Nac. Com., Sala E, 19-X¡-1991, Ficha nro. 13.462, "Banco Oddone SA. siquiebra", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Aun dándose las causales de disolúción que enuncia el artículo 94, LS., no cabe negarle a los
administradores representación para estar en juicio, ello en virtud de la facultad expresamente conferida por el
artículo 99, LS., de continuar con los asuntos urgentes.
Cám. Nac. Com., Sala A, 30-V-1991, Ficha nro. 12.209, "Producciones Internacionales SA. c. La
Buenos Aires Cía. de Seguros SA. s/ord.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Teniendo en cuenta que una vez ingresada la sociedad al estado de liquidación cesa el directorio y la
administración y representación queda a cargo de quien o quienes hayan sido designados liquidadores (arts. 105
y 108, L.S.), no se encuentra habilitado para ejercer las acciones de responsabilidad otorgadas por los artículos
279 y 277 de la Ley de Sociedades quien no ha acreditado carácter de socio o liquidador, ni ha probado la
existencia de daño personal susceptible de ser reparado.
Cám. Nac. Com., Sala E, 29-VII-1994, "Embom, Lidia E. y otro c. Benchoan, Moisés", L.L., 7-111-
1995.
Dado que no existe disposición legal alguna que imponga a uno de los socios, contra su voluntad,
la obligación de quedarse con alguno de los bienes que componen el acervo societario, la
extemporaneidad en proceder a la venta de las instalaciones que conforman el fondo de comercio de la
sociedad, sólo puede circunscribir el daño sufrido por el actor a la imposibilidad de disponer en tiempo
oportuno de la suma resultante de esa venta; daño que sólo es compensable mediante la condena al
pago de los intereses pertinentes.
Cám. Nac. Com., Sala A, 5-VTI-1994, "Jaunzaraz, Miguel A. c. Sales, Silvia E.",
L.L., 1994-E, pág. 337.
Los derechos patrimoniales que se derivan del status de socio se limitan en algún aspecto, a reconocerle
la facultad de participar en las utilidades y de percibir la cuota que pudiera eventualmente corresponderle en la
liquidación de la sociedad. Aun en esta última hipótesis el derecho a la cuota ideal que sobre el patrimonio social
corresponde' al socio sólo puede concretarse luego de que se haya cancelado el pasivo del ente. Sólo entonces
puede admitirse la distribución del remanente entre los miembros (art. 109, L.S.), lo cual muestra una vez más
que el patrimonio de la sociedad no puede ser confundido con el de los socios.
Cám. Nac. Com., Sala E, 24-V-1990, Ficha nro. 8519, "López Fernández, Adolfo c. Vivero S.R.L.
s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
Aun cuando los hechos iltcitos realizados por una sociedad hubiesen ocurrido con anterioridad a la
sanción de la ley 19.550, que establece que realizado el activo y cancelado el pasivo social el remanente se
destinará al fomento de la educacion, parece indudable, que los integrantes de las sociedades ilícitas no pueden
participar de los fondos obtenidos por la liquidación, se trata de un principio general recibido por los artículos
1659 y 1660 del Código Civil. Ello así, el artículo 18, L.S., en cuanto vino tan sólo a reglamentar el destino de
esos importes, resulta de inmediata aplicación el supuesto, sin que este criterio importe asignar a la norma un
efecto retroactivo.
Cám. Nac. Com., Sala A, 27-IV-1990, "Inspección General de Justicia. Solicitud de intervención de las
sociedades Fernícola Radioeléctrica y otras y su liquidación", del dictamen del fiscal de Cámara, Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
2 DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Cáceres, Gonzalo E., "La inactividad como causal de disolución de las sociedades", E.D., t. 80.
Escuti, Ignacio A. (h.), "Resolución parcial del contrato social", R.D.C.O., 1975, pág. 453.
Miguel, Jorge, "La extinción de los contratos y la llamada resolución parcial del contrato de sociedad",
R.D.C.O., 1985, pág. 493.
Moglia Claps, Guillermo A. - Trevisán, J. C., "Sobre la exclusión incausada basada en la voluntad
contractual de una mayoría social"
R.D.C.O., 1985, pág. 295.
Quintana Ferreyra, Francisco - Richard, Efraín H., "La conservación de la empresa en las leyes de
Sociedades 19.550 y de Concursos" R.D.C.O., 1978, pág. 1373.
CAPÍTULO XI
DE LA SOCIEDAD CONSTITUIDA EN EL EXTRANJERO
A) NACIONALIDAD DE LAS SOCIEDADES
152. CONCEPTO
Nacionalidad es el término que designa, hasta por antonomasia, al sujeto que pertenece a la
entidad politica nación; y en tal sentido expresa la idea de un VínCUlo jurídico que une a los miembros de
un Estado, según el concepto que nos suministra Bielsa1. De modo que nacionalidad expresa el vínculo
de un individuo con su nación de origen. En tal sentido, el concepto nacionalidad presupone una
vinculación "política" entre súbdito y Estado2.
Tal concepto parte del presupuesto clásico de que el único destinatarie del derech, es el
hombre y que las asociaciones y sociedades son meras "ficciones" legales, o creaciones jurídicas.
Planteadas las cosas desde un punto de vista exclusiva-mente "normativo", si admitimos que la
persona física es una noción o un concepto jurídico, al igual que la persona jurídica, no hay
inconveniente ontólógico ni teleológico alguno en que la noción de "nacionalidad" pueda ser atribuida
por la ley a las personas", sean fisicas o jurídicas. Será, en tal caso, un recurso técnico de la ley para el
cumplimiento de determinados fmes3.
Si aceptamos la concepción "ius naturalista" del derecho, el concepto de nacionalidad es un
concepto político aplicable a los seres humanos. Ergo, las sociedades comerciales, como cualquiér otra
persona jurídica, no pueden tener nacionalidad.
1 BIELSA, Rafád, I»,,'cho constitucional, 3a. cd., Depairna, 1959, pág. 200.
2
Cfr. HALPERIN, C£uYO...., págs. 295y sigs.
3
Cfr. COLOMBRES, op. dL, pág. 130.
Le Pera señala que no sólo está en discusión la propuesta de atribuir nacionalidad a las
personas jurídicas, sino inclusive la atribución de nacionalidad a las personas físicas. Y a continuación
nos exhibe los dos grandes sistemas de atribución de nacionalidad vigentes en el mundo: a) el del ¡us
soli, o lugar de nacimiento, aplicado por Inglaterra, los Estados Unidos de América y los países
latinoamericanos; y b) el principio del jus sanguinis,
o de nacionalidad de los progenitores, aplicado por los países europeos. Sin mencionar
otros modos de atribución de nacionalidad como la residencia durante cierto tiempo, la adopción,
etcétera. En realidad, advierte el distinguido autor citado, no se trata sino de resolver cuestiones
absolutamente técnicas, como "la imputación normativa de ciertas consecuencias a ciertos
antecedentes”4.
Le Pera resalta que fueron motivos políticos los que indujeron a sostener esta tesis de la
nacionalidad de las sociedades, específicamente referida a las sociedades por acciones, CO1?lO
condición para su protección diplomática. Y también fue política la tesis negatoria de nacionalidad,
conocida en el país como doctrina Irigoyen, y en el exterior como doctrina argentina o latinoamericana
(op. cit., pág. 184). E inclusive, la doctrina francesa en la materia fue inspirada también por motivos
políticos, al pretender contrarrestar los efectos de la doctrina inglesa de la incolporation y aplicar la ley
francesa a sociedades constituidas en Inglaterra pero que realizaban en Francia su actividad principal5.
Le Pera6 resume en cuatro sistemas los distintos criterios aplicados para atribuir nacionalidad a
las sociedades.
4
Cuestiones de Derecho Comercial Moderno, Astrea, 1979, págs. 181 y 182.
5 Op. cit., pág. 187.
6 Op. cit., págs. 185 y sigs.
Este sistema, muy difundido en Europa en el siglo pasado y todavía vigente, sostiene que la
nacionalidad de la sociedad es la que los socios le atribuyen en el acto constitutivo.
Se fundamenta en que las partes pueden elegir la ley internacional que rige el contrato
respectivo, en tanto no se vulneren principios de "orden jurídico" de otros países.
Es la tesis que recoge el Código Bustamante.
b) El sistema de la "incorporation"
Es el sistema aplicado en el Reino Unido y en los Estados Unidos, según el cual el lugar en
que una sociedad se ha constituido es lo que determina su nacionalidad. Se ha observado que siendo
esos países los que en materia de ley personal aplican el criterio de la ley del domicilio, resultaba
paradójico que en materia societaria adoptaran el criterio del lugar de constitución, en vez del lugar de
la sede. A esta observación, comenta Le Pera, los autores ingleses replican explicando que el lugar de
constitución es a las personas jundicas lo que el "domicilio de origen" es a las personas fisicas (op. cit.,
pág. 187).
A mediados del siglo pasado, se advirtió en Francia que numerosas sociedades cuyos
integrantes no eran súbditos británicos ni tenían mayor vinculación económica con ese país,
constituían sociedades en el Reino Unido a fin de prevalerse de ciertas prerrogativas que les otorgaba
dicha localización. La reacción en Francia no fue la de negar nacionalidad a la sociedad ni la
posibilidad de su protección diplomática, como hiciera Irigoyen en el país, sino que se aceptaron
ambas cosas, con la novedad de que la nacionalidad quedaba fijada no en función del lugar de
constitución, sino en función de la "sede social" o siège.
Nos informa Le Pera que la gran dificultad de este sistema ha sido la vaguedad del concepto
de "sede social" o siège. Que en un principio se aplicó como criterio definitorio el del "centro
principal de explotación", como determinante de la siege, con el cual se cubría el fenómeno descripto
de sociedades constituidas en Inglaterra pero que realizaban su actuación en Francia. Pero
Con motivo de las guerras de 1914-1918 y 1939-1945, diversos países aplicaron la teoría del
"control económico" de la sociedad a fin de determinar su condición de "propiedad amiga" o
"enemiga". Se consideraba "enemiga" según la nacionalidad de los individuos que tenían el efectivo
control de los negocios de la sociedad.
Le Pera refiere que en 1916, en Inglaterra, en el caso "Continental Tyre Co. v. Daimler", la
Cámara de los Lores resolvió que una sociedad debía considerarse "enemiga" si estaba bajo la
influencia dominante de una persona física o jurídica que a su vez debía ser calificada como enemiga.
En la Segunda Guerra Mundial esta teoría adquirió una difusión universal para los fines de la
legislación especial para tiempos de guerra.
Pero ocurrió que terminada la Segunda Guerra Mundial la doctrina no cayó en desuso, sino
que por el contrario adquirió una difusión creciente, para ciertos fines o propósitos específicos, como
el otorgamiento de concesiones de servicios públicos; la orientación del crédito; cierta discriminación
para la adquisición de algunos derechos, o su ejercicio; etcétera (Le Pera, op. cit, pág. 191).
Para esta doctrina, analizado el tema desde el punto de vista de la "empresa", lo que interesaba
no era saber quiénes eran los tenedores de sus acciones, sino fundamentalmente a quiénes respondían
esos tenedores, esto es, qué grupo accionario era el que realmente gobernaba, el que imponía su
voluntad, de dónde emanaban las "directivas" a la empresa, de donde provenían sus "recursos", o su
"asistencia técnica", es decir, en última instancia, quién "controlaba" a la empresa, quién tenía el poder
de imponerle la dirección política empresaria a seguir.
Esta tesis del "control" del poder económico-jurídico de la empresa, aparecía como la única
que podía resolver con acierto los problemas sobre la dirección de la política económica de los países
en vías de desarrollo; y era, precisamente, la tesis que habían aplicado las grandes potencias cuando,
fundadas en razones de "seguridad", tuvieron que utilizar un criterio discriminatorio.
Fue también, como vemos, una doctrina "política".
Como decía Le Pera, este tema se analiza fundamentalmente para imputar normativamente
ciertas consecuencias a ciertos antecedentes. Entre esas consecuencias a imputar, dicho autor señala
las siguientes: el reconocimiento de la sociedad constituida en el extranjero; la habilitación a la
sociedad para
en el extranjero
Tal reconocimiento es sin perjuicio de que todo Estado puede aplicar las disposiciones de su
legislación nacional que considere imperativas, si la sociedad tiene su siege real en dicho país.
c) la ley aplicable
Como tercera consecuencia a estudiar es el tema de la lex societatis, es decir qué ley aplicamos
para regir las "relaciones internas" entre los socios, las relaciones con terceros, y los distintos aspectos
del funcionamiento de la sociedad, que comprende, a su vez, temas tan variados como la formación
del capital, contribución de aportes, derechós y deberes de los socios, quiénes son los órganos, cómo
se designan, cómo actúan, qué facultades tienen y responsabilidades asumen, etcétera.
De gran interés práctico resulta el tema cuando se lo vincula a la determinación de la ley que
ha de regir una transferencia accionaria, por ejemplo. Igualmente el caso de "robo o pérdida" o de
"incautación", "expropiación" o "confiscación" de acciones y otros bienes de sociedades que menciona
Le Pera, en su meduloso estudio.
Precisamente a este tema de la "protección diplomática" se vincula el episodio que dió motivo
a la formulación de la "doctrina Irigoyen" a la que nos referiremos más adelante.
En tal sentido, por ejemplo, tanto Inglaterra como Estados Unidos de América sostuvieron que
el EsLado está habilitado para actuar por cualquier sociedad constituida bajo sus leyes y que es asunto
discrecional de ese Estado detemzir si existe en el caso un interés nacional suficiente que justifique su
intervención.
La teoría del "interés nacional suficiente" fue reemplazado en su momento por la tesis "del
control", como elemento determinante de ese interés. Habiéndose sostenido que "aun cuando el lugar
de control no se encontraba en Gran Bretaha o sus territorios de ultramar corresponde el amparo si la
mayoría de sus directores son súbditos y residentes británicos o si, en todo caso, el número de
directores británicos (aunque no residon en el Reino Unido o sus dominios) superan a los directores de
otra nacionalidad ylos directores nacionales del lugar en que se encuentra la sede del control no
superan el veinticinco por ciento del total del directorio”10
Por su parte, cuando Francia invocó su derecho a prestar protección diplomática lo hizo sobre
la base de que la "sede" de la sociedad estaba en su territorio.
El citado autor menciona el caso de la sociedad "Barcelona Traction, Light and Power
Company Ltd.", decidido por la Corte Internacional de Justicia en 1970. Se trataba de una sociedad
constituida en Canadá en 1911, que tenía quince subsidiarias, tres en ese país y doce en España. El
ochenta y ocho por ciento del capital pertenecía a súbditos belgas o sociedades belgas. La sociedad
había emitido debentures en libras esterlinas, a cuyo pago atendía con remesas de las subsidiarias
españolas. Durante la guerra civil en España, se suspendieron los pagos y finalmente en 1948 un
tribunal español le declaró la quiebra. Esto generó reclamaciones diplomáticas de Canadá, Inglaterra,
Estados Unidos y Bélgica, quienes alegaron la ilegitimidad de la declaración de quiebra y posterior
desapoderamiento de la sociedad. Los tres primeros países abandonaron el caso por falta de interés
nacional suficiente y sólo Bélgica lo continuó ante la Corte Internacional.
El caso se resolvió recién en 1970, rechazando la Corte las pretensiones belgas, fi¿ndado en
que no existia ninguna regla con-
10 LE PERA, op. cit., pág. 203.
suetudinaria, aceptado por la comunidad de los Estados, es decir ninguna regla del derecho
internacional púbilco que legitimara esa reclamación. Es decir que la Corte realizó una 'interpretación
restrictiva "del derecho a protección diplomática.
Refiere Le Pera que el razonamiento del voto mayoritario fue que "la regla del derecho
internacional público autoriza a hacer la reclamación al Estado del cual la sociedad es nacional. Que
tradicionalmente ello corresponde al Estado bajo cuya legislación la sociedad fue constituida y en
cuyo territorio tiene oficinas registradas. Que algunos Estados exigen ciertos requisitos adicionales,
como, por ejemplo, que la siege esté en su territorio, o que el control corresponda a sus súbditos, o que
pertenezca a éstos una parte importante del capital. Pero que nrnguno de estos requisitos tiene
aceptación universal".
Que los fallos arbitrales citados por la reclamante como ciertos acuerdos entre países eran
"reglas especiales", pero no una norma consuetudinaria universal11.
Como podrá deducirse, este fallo tuvo una enorme trascendencia y fue objeto de profundas
críticas en los países exportadores de capital, especialmente en Estados Unidos de América.
Y esto exhibe la íntima conexión de este problema de la "nacionalidad" de las sociedades con
el tema de la "inversión extranjera".
Esto llevó a buscar soluciones distintas como las que procura la Foreign Assistance Act
norteamericana, de acuerdo con la cual Estados Unidos asegura a ciertas empresas que se proponen
realizar inversiones en el exterior, contra expropiaciones, intransferibilidad de fondos y pérdidas
causadas por tumultos o guerras internas. Estos seguros van precedidos por un convenio que realiza
EE.UU. con el país que recibe la inversión, por el cual, en caso de producirse el evento y tener EE.UU.
que pagar indemnizaciones, se subroga en los derechos del damnificado contra el país receptor de la
inversión. De este modo, la reclamación no tendrá ya base en el derecho internacional público, sino en
la "regla especial" nacida del tratado entre EE.UU. y el otro país.
Este procedimiento se ha generalizado y hoy los países que aspiran a obtener inversiones
extranjeras proceden a suscribir tratados de inversiones con los países exportadores de capital,
como base previa a la radicación de inversiones por parte de inversores privados, sean
personas físicas o sociedades.
a) La doctrina "Irigoyen"
12 Texto completo en FARINA, Juan M., Sociedades Comerciales, 4a. edición, Zeus, Rosario, 1973, pág. 16, nota 21.
b) La legislación nacional
da, referido a qué ley debe aplicársele en cuanto a su existencia, capacidad y forma (lex
societatis).
Este es un problema específico del derecho internacional privado y al que las legislaciones y la
doctrina le dan solución diversa.
Esta evolución que hemos descripto requiere la aclaración de las diferencias sustanciales
existentes entre los conceptos de "sucursal" y de "filial", especialmente ante la confusión en que
incurren algunas regulaciones que denominan impropiamente "filiales" a las sucursales.
La sucursal es una "dependencia", un "desprendimiento" de la sociedad matriz extranjera, con
capacidad para realizar actos comerciales, pero que carece de "personalidad jurídica", ya que no es un
centro diferenciado de imputación de derechos y obligaciones. Por el contrario, sus actos son
imputados a la sociedad matriz.
La "filial" en cambi'o es una sociedad "jurídicamente diferente" de la matriz extranjera, con
personalidad jurídica propia, es decir que constituye un "centro diferenciado de imputación de
derechos, obligaciones y responsabilidades".
Como dice Boggiano, "...esa carencia de personalidad jundica de la sucursal es el elemento
negativo que la distingue de la filiaL La sucursal no tiene personalidad juridica alguna. Por tanto la
sucursal es la misma sociedad constituida en el extranjero que '4erce habitualmente los actos
comprendidos en su objeto social' en el pak... esta estructura jurídica tiene una significación orga
14 Boggiano, Antonio, De""'cho Internacional Pnvado, T. II, 3a. Edición, Abeledo-Perrot, pág. 5.
16
A diferencia de la "sucursal", la 'filial" es una sociedad juridicamente diferente de la sociedad
matriz, sin perjuicio de las relaciones de "control" o "dominación" que exista entre ellas, o de las
relaciones de "grupo" con otras filiales y la matriz. "Es decir el seguimiento de directivas
programáticas del grupo o de la matriz; no aniquila la existencia del interéspropio de lafilial"17.
Es mediante ese procedimiento que se han expandido las grandes corporaciones
multinacionales.
Actos aislados.
Se halla habilitada para realizar en el país actos aislados y estar en juicio.
Ejercicio habitual.
Para el ejercicio habitual de actos comprendidos en su objeto social, establecer sucursal, asiento o cualquier otra especie de
representación permanente, debe:
1º Acreditar la existencia de la sociedad con arreglo a las leyes de su país;
16
LE PERA, op. cit., págs. 168 a 180.
17
B()GGIANO, op. cit, T. II, pág. 7.
20 Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e inscr'ipción exigidas por esta ley para las sociedades que se
constituyan en la República;
30 Justificar la decisión de crear dicha representación y designar la persona a cuyo cargo ella estará.
Si se tratare de una sucursal se determinará además el capital que se le asigne cuando corresponda por leyes especiales.
La regla sentada por la ley argentina es que "la sociedad constituido en el extranjero se rige en
cuanto a su existencia y forma por las leyes del lugar de constitución"
El artículo 118 alude a que la ley del lugar de constitución rige la forma y la existencia, y esto
plantea el problema del ámbito
de validez material. Nada se dice respecto del ámbito sustancial de validez del acto constitutivo
ni a la capacidad de la sociedad.
Boggiano recurre a las normas del Tmtado de Derecho Comercial Terrestre Internacional de
Montevideo de 1940, y nos enseña que la capacidad de las sociedades comerciales extranjeras para
realizar "actos aislados" en el país, se rige por el derecho de su sede en el exterior; mientras que la
caaatcidadpara ejercer en el pais el comercio habitual, establecer representación, agencia o sucursal,
se rige por el derecho argentino para las operaciones vinculadas con el centro de explotación local.
"Empero una sociedad no puede ser constituida sin ajustarla formal y sustancialmente a los
requerimientos del país en que se perfecciona la constitución mediante la registración.
Consiguientemente, es necesario cumpllr con los recaudos de tal lugar para adquirir personalidad... la
duda radica en saber si, cumplida la ley del país de constitución, se ha de entender que los requisitos
de fondo del acto constitutivo y la capacidad de la sociedad deben regirse, además, por otra ley
aplicable.
"En nuestro artículo 118, si la "existencia" social se rige por el derecho del lugar de
constitución, todo el acto constitutivo en sus aspectos formales y sustanciales tiene que sujetarse a la
ley de la existencia. Por tanto, el objeto de la sociedad también, como requisito de fondo del acto. Pero
el objeto social es la medida de la capacidad societaria, por lo que ésta debe gobernarse por el mismo
derecho que aquél. Y de allí se sigue, por vía de una interpretación intrasistemática de la norma del
artículo 118, que la forma y contenido del acto constitutivo, la existencia y la capacidad societaria se
rigen por el derecho del pais de constitucion
Dice Boggiano que la ley del lugar de constitución rige la forma del acto constitutivo de la
sociedac4 la prueba en contra de ese acto, sea entre los socios, o de los terceros contra el acto. Y rige
también los efectos del incumplimiento de las formas que ella impone. Asimismo que esa ley rige el
"contrato internacional de suscripción de acciones"21
En el concepto de 'forma" queda comprendido también el problema de la publicidad e
inscriNión.
En cambio, Le Pera sostiene que cuando nuestra ley se refiere a "forma", quiere decir
"funcionamiento" o "relaciones internas" de la sociedad. Porque la expresión no puede referirse a las
"formalidades" que se deben cumplir para su constitución, dado que previamente se señaló que en
cuanto a su existencia (y
no sólo a las formalidades de constitución) se rigen ellas en un todo por la ley del lugar de
constitución, y las formalidades de constitución son generalmente consideradas por los distintos
órdenes jurídicos nacionales, como condición para la existencia de la sociedad 22
Las sociedades constituidas en el extranjero están habilitadas para realizar en el país "actos
aislados" atinentes a su objeto social y estar en juicio, como actora o demandada.
¿Qué debemos entender por "actos aislados"? Cabe recordar que esta expresión era usada ya
en el artículo 285 del Código de Comercio, haciendo referencia a "actos de comercio", mientras que en
el artículo 118 se agrega "aislados" y se sup rime la referencia a "de comercio", lo que Le Pera estima
plausible.
¿Comprende esto la facultad de adquirir bienes, en particular inmuebles? se pregunta el citado
autor, agregando que para el caso de que se acepte una respuesta afirmativa, es razonable suponer que
la explotación de un fundo rural ya no constituye
Para ejecutar en el país actos con habitualidad, establecer sucursal, o cualquier especie de
representación permanente, la sociedad foránea debe cumplir los requisitos referidos en el artículo
118.
Como primera conclusión cabe señalar que este tercer párrafo del artículo 118 alude a dos
situaciones diferentes:
1) el ejercicio habitual en el país de actos comprendidos en el objeto social de la sociedad
constituida en el exterior; y
2) la instalación en el país de sucursal, agencia u otro tipo de representación permanente.
Expresa Le Pera que esta segunda previsión no parece totalmente complementaria de la
anterior por lo menos en cuanto no cubre el ejercicio habitual de actos no comprendidos en el objeto
social, y para cuya realización no se establezca una representación permanente. Y para evitar tal
"laguna", si la cuestión se planteara debiera resolvérsela mediante una interpretación amplia de la
expresión "comprendido en el objeto social"24.
En cualquiera de estas dos situaciones, la sociedad foránea deberá cumplir los siguientes
requisitos:
1) acreditar la existencia de la sociedad con arreglo a las reglas de su país;
2) fijar un domicilio en el país, y cumplir los requisitos de publicación e inscripción exigidos
para las sociedades locales; y
3) justificar la decisión de crear una representación y de-signar la persona que estará a cargo
de ella.
Art. 119.- Tipo desconocido. El artículo 118 se aplicará a la sociedad constituida en otro Estado bajo un tipo desconocido
por las leyes de la República. Corresponde al juez de la inserioción detenrntnar las formalidades a cumplir en cada caso, con sujeción al criterio
del máximo rigor previsto en la presente ley.
La norma prevé el caso de una sociedad lícita en el país donde ha sido constituida, pero cuyo
"tipo" social no es conocido en la República.
En el caso de actuación en el país de una sociedad de "tipo social" no previsto en nuestra ley,
se aplicarán los principios contenidos en el artículo 118 analizados anteriormente.
El juez o autoridad de inscripción determinará en cada caso, qué formalidades deberá cumplir
para su actuación en el país, debiendo aplicar las máxlmas exigencias previstas en nuestra ley para
ello. Es decir que en este supuesto se le exigirá cumplir los requisitos de las sociedades por acciones,
que es el "tipo social" cuya inscripción es más exigente.
El artículo 120 de la ley societaria expresa que "Es obligatorio para dicha sociedad llevar en la
República contabilidad separada y someterse al contralor que cor"espon"ia al tipo de sociedad".
Le Pera advierte sobre la expresión "dicha sociedad" que nosotros hemos subrayado, que
indudablemente es errónea y confusa, porque no puede referirse a la sociedad a que alude el artículo
anterior (119), es decir a la "sociedad de tipo desconocido". Y si se refiere a la sociedad del artículo
118, cabría la pregunta ¿si es a la del segundo párrafo (la que realiza "actos aislados") o a la del tercer
párrafo (la que efectúa "ejercicio habitual"), o si alude a las "sucursales", agencias o representaciones?
El mencionado autor interpreta que la referencia es a la sociedad constituida en el extranjero
que realiza en el país ejercicio habitual o mantiene sucursal o representación permanente.
También destaca Le Pera que la norma no sólo exige "llevar contabilidad", que sería lo menos
importante, sino que, además, requiere que la sociedad constituida en el extranjero se someta al control
que corresponda al tipo de sociedad, lo que es sumamente grave25.
Nosotros creemos que estamos en presencia de un grave error de redacción y que la norma se
debe interpretar en el sentido c£e' que es la sucursa¿ agencia o representación permanente en el pais la
que debe someterse al control correspondiente, pero de ningún modo la "sociedad" constituida en el
extranjero.
Como conclusión, decimos que para el ejercicio habitual del comercio en el país y para la
radicación de sucursal, agencia o representación permanente, la sociedad constituida en el extranjero
deberá llevar una contabilidad separada por las operaciones que efectúe en territorio nacional y,
además, someterse al control de la Inspección General de Justicia (en la Capital Federal) o de la
autoridad que corresponda en las provincias.
a) Finalidad de la norma
En el caso de producirse un litigio nuestra ley determina expresamente a qué personas hay que
notificar el emplazamiento o citación a juicio, distinguiendo según se trate de sociedad constituida en
el extranjero que realiza actos aislados o que tiene instalada sucursal u otro tipo de representación
permanente.
Debe advertirse que la expresión 'juicio" comprende también los sometidos a decisión de
árbitros o tribunales arbitrales.
De esta forma se evita que haya que realizar costosos trámites para notificar el emplazamiento
a juicio a la sociedad en su domicilio en el exterior.
a) La regla legal
Respecto del tema reglado en el artículo 123 de la ley 19.550, cabe analizar si el concepto de
"constituir" sociedad en el país debe ser interpretado en forma restrictiva o amplia y, en este último caso,
con qué amplitud.
La doctrina interpretó esta norma en el sentido de que ella no se refería solamente al "acto
fundacional" sino que comprendía la participación de la sociedad extranjerá en una sociedad nativa ya
en funcionamiento.
28 HALPERIN, 1., Curso de Derecho Comercial Depalma, 6a. Edición, pág. 300.
"Notas sobre el alcance e interpretación del artículo 123 de la ley 19.550", en L.L., 1977-C-594.
puestas por la Comisión en la norma, según resulta de la Exposición de Motivos...". Mtes dice
nuestro distinguido amigo que
"no es posible ni razonable que la adquisición de una sola acción, o de un conjunto no
significativo de acciones, dé lugar a la aplicación de esta regla"31
A partir de la ley 19.550 la jurisprudencia se orientó en este sentido, sosteniendo primero en el
caso "Parker Hannifin Argentina S.A.I. y C.", del 14 de diciembre de 1976, que:
"Si bien el artículo 123 exige la inscnpción de la sociedad extranjera en caso de que procedo a
constituir sociedad en el pais, tal expresión debe entenderse con criterio amplio y quedo compren,aido
en la norma no sólo el participar en el acto defimdoción, sino también la posterior adquisición de
participación"32.
En el caso "A., G. Mc Kee Argentina S.A.", de fecha 21 de marzo de 1978, insistió en la
misma doctrina, con un agregado referido a la distinción entre participación en sociedades personales
o por interés, y en cuotas, de las sociedades anónimas. Se dijo en ese fallo de la Sala C, de la Cámara
Nacional en lo Comercial:
"Todo participación societaria de una sociedad constituida en el extranjero de tipos por parte
de interés o cuotas, sea jundocional o no, impone siempre el cumplimiento de los requisitos del artículo
123 de la Ley de Sociedades. Mas, tratándose de sociedad anónima, ello sólo es necesario cuando la
sociedad constituida en el extranjero concurre a la fundación o cuando posteriormente adquiere
acciones que le otorgan el control de derecho o simplemente de hecho, como asimismo en los supuestos
en que, sin adquirir tal posición, particL4>a activamente con sus acciones en el ejercicio de los
derechos de consecución, doto revelador de que no es una fugaz u ocasional accionista"
Y posteriormente, en el caso "Huyck Mati S.A.", reafirmando esta doctrina, la misma Sala C
de la Cámara Nacional en lo Comercial expresaba:
32 R.D. CO., 1977, pág. 723, con comentario de la Dra. Mónica G. C. de Rol misser.
"...La limitación del cumplimiento de los requisitos prescriptos en el artículo 123 de la ley
19.550 al solo supuesto de una constitución fundacional, dejaría con frecuencia sin aplicación a la
norma en otros casos donde media la misma razón legal; pero además, tal interpretación permitiría
eludir fácilmente, en la práctica, lo establecido por el artículo 124. Bastaría soslayar la etapa
fundacional de una sociedad y recurrir a la llamada 'compra' de sociedades ya constituidas e, inclusive,
a veces, constituidas con la sola finalidad de ser puestas en venta. El 'precio' a pagar por estas
sociedades sería, al mismo tiempo, el precio pagado por sustraerse a la aplicación de una norma en la
que está comprometido el interés público.
"...Las razones invocadas para fundar el artículo 123 de la ley 19.550, valen tanto para los
supuestos en que las sociedades constituidas en el extranjero concurren a crear una nueva sociedad
como cuando se hacen socias por la adquisición de partes, cuotas o acciones de sociedades en
fitncionamiento. Se excluye de su ámbito a las adquisiciones circunstanciales de acciones, como pueden
ser las inversiones a breve término de sobrantes financieros, pues es evidente que tal tipo de
operaciones no puede involucrarse en el concepto de c6nstitución de sociedades ni razonablemente
puede reclamar la aplicación del artículo 123".
Es de la mayor importancia la doctrina sentada en el caso
de "Hierro Patagónico de Sierra Grande S.A.", donde la Sala A
de la Cámara Comercial, después de citar la doctrina que hemos
referido, dijo el 13 de febrero de 1980:
"...Igualmente como también lo dijo la Sala C del tribunal en el fallo ya citado de 'A.G.Mc
Kee Argentina S.A.' (L.L., 1978-B-342), en el caso de sociedades anónimas el cumplimiento estricto de
los requisitos del artículo 123 de la Ley de Sociedades es necesario cuando la sociedad constituida en
el extranjero concurre a la jundación o posteriormente adquiere acciones que le otorgan el control de
derecho o simplemente con sus acciones en el ejercicio de los derechos de conducción, doto revelador
de que no es una jugaz u ocasional accionista" "En el caso de este expediente (sociedad anónima con
participación estatal mayoritaria), la posibilidad de conducir" a la sociedad por parte de la accionista
extranjera es jurídicamente inexistente (art. 308, ley 19.550, y argumentación precedente). Por lo
expuesto y oído el fiscal de Cámara, se revoca la resolución de fojas 13/16 en cuanto exige que se
acredite
la inscripción de la accionista Windmarck & Platzer en los términos del artículo 123 de la ley
19.550" 33.
En este caso es de gran importancia sen alar que el fiscal de Cámara Dr. Di lorio había sostenido
una posición contraria al tribunal, argumentando:
"...Las circunstancias apuntadas en el recurso para justificar un tratamiento distinto en este caso,
consistente en la naturaleza de la sociedad recurrente, es decir, sociedad anónima con participación
estatal mayoritaria, y la pequeña proporción accionaria de la que es titular la sociedad extranjera, no
resultan relevantes a dicho efecto, toda vez que la ley no distingue y por lo tanto el intérprete no se
encuentra habilitado para apartarse de la solución legal..."34.
Sí l05Lo que no advertía el señor fiacal de Cámara y por suerte miembros del tribunal, es que la norma
legal nada dice de
las "adquisiciones de acciones o "participaciones posteriores al acto fundacional" y que toda esta
doctrina ha sido creación de los intérpretes, que para ello si se sintieron autorizados a "distinguir" donde
la ley no distinguía.
c) Nuestra interpretación
33 Fallo citado por BoGGIANo, op. di., T. II, págs. 111 y 112.
las sociedades cuyas acciones adquieren, por más de un cierto porcentaje que siempre es
mínimo. Es decir son transferencias realizadas exclusivamente con 'fines de inversión". En tales casos y
en otros similares, no se debe aplicar la norma que comentamos.
Art. 124. - Sociedad con dornicilio o principal objeto en la República. La sociedad constituida en el extranjero que tenga su
sede en la República o su principal objeto esté destinado a cumplirse en la misma, será considerada como sociedad local a los efectos del
cumplimiento de las formalidades de constitución o de su reforma y contralor de funcionarniento.
El artículo 124 de la ley 19.550 prescribe que la sociedad c'ue hemos analizado en el punto anterior será
considerada como sociedad local a los efectos del cumplimiento de las formalidades de su constitución o
reforma y en cuanto a su sometimiento a la autoridad de control societario.
La norma ha receptado el criterio permanente de nuestra doctrina sobre la "sede social" como lugar
que determina la ley aplicable en materia de formalidades para la constitución y funclQnamiento.
Aslmismo, el criterio del lugar donde debe cumplirse "su principal objeto", completa el anterior y
evitará el "fraude fiscal, o falsos problemas de doble imposición, o la elusión del control estatal"
Le Pera plantea varios problemas referidos a la interpretación de esta norma. En primer lugar
advierte que la expresión será considerada como "sociedad local", es sólo una figura de lenguaje que
alude a "sociedad nacional". Es decir que se aplicará la ley nacional a los efectos de las "formalidades de
constitución" y de "su reforma". Que formalidades de constitución son una condición de la constitución y
existencia de la sociedad, bajo cualquier legislación que se tome en cuenta. Tratándose de sociedades
"constituidas en el extranjero" - a las que se refiere el artículo 124-, se sabe de antemano que cumplieron con las
formalidades del lugar de constitución y no con las nacionales. Y termina este razonamiento
señalando: "Lo que de este modo se regula no es un problema de ley aplicable, sino un problema de '-
econocimiento' En rigor, la consecuencia es que se niega con ello la 'existencia' como tal de las
sociedades a que el artículo se refiere” 37
Pero esta conclusión, no se compadece, según el citado autor, con la última parte del artículo que
comentamos, que prescribe que se aplicará la ley nacional a los efectos del "contra
35
Op. cit, págs. 222 y 223.
36HALpERIN, Ciuso..., pág. 2%, nro. 2.
"En igual sentido se ha pronunciado la jurisprudencia de nuestro tribunal (Cámara Comercial, Sala D, in
re 'Fevre Luis Julio c. Worlwide Corp. Ltd. y otros', del 20-IX-79)".
Como lo expresaba el profesor Halperin39, las disposiciones de los artículos 118 y siguientes son de
orden público: "es el límite local del orden público al principio de la extraterritorialidad ejecutado mediante el
poder de policla del Estado", lo que evitará la actuación de sociedades "en fraude a la ley argentina",
impidiendo el ejercicio habitual de la actividad empresaria de entes que no se ajusten a nuestras
disposiciones sobre inscripción, responsabilidad, contabilidad, control societario, jurisdicción,
etcétera.
mismo que su organizaci6n adquiere un carácter internacional, sin perjuicio de mantener su carácter de
nacional en cuanto a la dirección, al patrimonio y a la estructura administrativa.
La actuación de estas grandes empresas en otros paises es fuente de importantes inversiones directas, en
equipos, maquinarias, instalaciones y capital de explotación. También fuente de transmisión de tecnología, de
conocimientos empresarios, de técnicas, etcétera.
Pero también genera graves problemas, vinculados a los
objetivos de seguridad militar o defensa nacional de los países receptores, de protección de las empresas
nacionales, de la "pureza" del mercado, de una leal competencia, de estabilidad económica, en suma, que se ven
afectados cuando la multinacional incursiona y domina empresas vinculadas a la fabricación de material
de guerra, o de la defensa, o cuando actúa en sectores "claves" de la economía nacional, como puede ser la
referida a la "investigación nuclear", etcétera.
Roberto Christensen, que ha realizado una profunda investigación sobre este tema y un completo
análisis de los problemas que plantea la empresa multinacional, citando al profesor Perímutter, nos señala la
distinción que dicho autor realiza entre empresas internacionales etnocéntricas y empresas
internacionales policéntricas. Las primeras, centralizadas en el país de origen con establecimientos
rigurosamente subordinados a la empresa madre, donde la "central" impone su opinión a las empresas
locales y confía los puestos de dirección a individuos de la misma nacionalidad o cultura que los que
dirigen la matriz. Es generalmente el "modelo" de la multinacional "norteamericana
En la empresa internacional policéntrica, las empresas locales tienen mayor independencia, las
posiciones dominantes son ocupadas por individuos del país donde la empresa se encuentra establecida,
trata de identificarse, en cierto modo, al interés 1..ocal. Generalmente recurren a este segundo tipo las empresas
multinacionales europeas.
El proceso de "concentración empresaria" llevado a cabo fundamentalmente en Estados Unidos de
América y Europa, a través de fusiones, absorciones, cartels, trusts, holdings, etcétera, ha permitido el
crecimiento gigantesco de grandes corporaciones multinacionales que "son las que realizan la mayor parte de las
inversiones extranjeras directas y las que acumulan la mayor cantidad de bienes y servicios en el tráfico
internacional, y que
trascendiendo los límites nacionales crean drámaticos y urgentes problemas a los gobiernos de los
diferentes países en los que
"40
actúan...
40 CHRISTENSEN, Roberto, Empresa Multinacional y Estado-Nación, Tonuosa Convivencia, Depalma, 2a. Edición, págs.
29y sigs.
1. LEY24.409
Sanción: 30-XI-1994
Promulgación: 20-XII-1994
Publicación: B. O., 28-XII-1994
Art. 1º. - Apruébase la convención sobre reconocimiento de la personeria jurídica de las sociedades,
asociaciones y fundaciones extranjeras, adoptada el 1º de junio de 1956 por la conferencia de La Haya de
derecho internacional privado, organización intergubernamental de carácter permanente a la que
pertenece la República Argentina. La foto-copia autenticada del texto orginal traducido al idioma español que
consta de catorce (14) artículos forma parte de la presente ley.
Resuelven concluir una convención a este efecto y convienen las siguientes disposiciones:
Artículo 10
La personería jurídica adquirida por una sociedad, una asociación o una fundación, en virtud de
la legislación del Estado contratanÉe en el que han sido cumplidas las formalidades de registro o de publicidad y
en el que se encuentra su sede estatutaria, será reconocida de pleno derecho en los otros países contratantes,
siempre que implique, además de la capacidad para promover acción judicial, por lo menos la capacidad
de poseer bienes y de concluir contratos y otros actos jurídicos.
La personerla jurídica adquirida sin las formalidades de registro o de publicidad, será reconocida de
pleno derecho, bajo las mismas condiciones, si la sociedad, la asociación o la fundación hubiera sido constituida
de conformidad con la legislación que la rige.
Artículo 2'
La personeria jurídica adquirida conforme a las disposiciones del artículo 1º, podrá no ser reconocida en
otro Estado contratante cuya legislación tome en consideración la sede real, si esa sede es considerada como
encontrándose en su territorio.
La personería podrá no ser reconocida en otro Estado contratante cuya legislación tome en
consideración la sede real, si esa sede es considerada allí como encontrándose en un Estado cuya legislación la
toma igualmente en consideración.
La sociedad, la asociación o fundación será considerada como teniendo su sede real en el lugar en
que haya establecido su administración central.
Las disposiciones de los apartados 1º y 2º no serán aplicables si la sociedad, la asociación o la
fundación traslada, dentro de un plazo razonable, su sede real a un Estado que concede la personería
sin tener en cuenta a esa sede.
Artículo 3'
La continuidad de la personería será reconocida en todos los Estados contratantes, en caso de traslado
de la sede estatutaria de uno a otro Estado contratante, si esa personeria es reconocida en ambos Estados
interesados.
Las disposiciones de los apartados 1º y 2º del artículo 2º no serán aplicables si la sociedad, la asociación
o la fundación traslada su sede estatutaria al Estado de sede real dentro de un plazo razonable.
Artículo 4º
La fusión entre sociedades, asociaciones o fundaciones, que hayan adquirido la personería en el mismo
Estado contratante, que se produzca en ese Estado, será reconocida en los otros Estados contratantes.
La fusión de una sociedad, una asociación o una fundación que haya obtenido la personería en uno de
los Estados contratantes, con una sociedad, una asociación o una fundación que haya obtenido la personer;d- en
otro Estado contratante, será reconocida en todos los Estados contratantes en caso de que ésta sea reconocida en
los Estados interesados.
Artículo 50
Artículo 60
Las sociedades, las asociaciones y las fundaciones a las que la ley que las rige no concede la personería,
tendrán, en el territorio de los otros Estados contratantes, la situación jurídica que les reconoce esta ley,
especialmente en lo que se refiere a la capacidad para promover acción judicial y la relación con los acreedores.
Estas no podrán pretender tener un tratamiento jurídico más favorable en los otros Estados contratantes,
aun cuando reúnan todas las condiciones que garantizan en esos Estados el beneficio de la personería.
Sin embargo, les podrán ser denegados los derechos que la legislación de esos Estados no concede a las
sociedades, a las asociaciones y a ld5 fundaciones de tipo equivalente.
Estos Estados podrán también reglamentar el alcance de la capacidad de poseer bienes en su territorio.
Artículo 70
En cada uno de los Estados contratantes, la aplicación de las disposiciones de la presente convención
podrá ser rechazada por motivos de orden público.
Artículo 9'
Al firmar o ratificar la presente convención, o al adherir a la misma, cada Estado contratante podrá
reservarse el derecho de limitar el alcance de su aplicación, tal como resulta del artículo 1º.
El Estado que haya hecho uso del derecho previsto en el apartado precedente, no podrá pretender la
aplicación de la presente convención por parte de los otros Estados contratantes a las categorías que él haya
excluido.
Artículo 10
La presente convención queda abierta a la firma de los Estados representados ante la séptima sesión
de la conferencia de La Haya sobre derecho internacional privado.
Esta será ratificada y los instrumentos de ratificación serán depositados ante el Ministerio de Relaciones
Exteriores de los Países Bajos.
Se labrará un acta de todos los depósitos de instrumentos de ratificación y una copia de la misma,
certificada conforme, será enviada por vía diplomática a cada uno de los Estados signatarios.
Artículo 11
La presente convención entrará en vigencia sesenta días después del depósito del quinto instrumento de
ratificación previsto en el artículo 10, apartado Y.
Para cada Estado signatario que ratifique posteriormente la convención, ésta entrará en
vigencia sesenta días después de la fecha del Jeposito de su instrumento de ratificación.
Artículo 12
La presente convención se aplicará de pleno derecho a los territorios metropolitanos de los Estados
contratantes.
un Estado contratante deseara su puesta en vigencia en todos los otros territorios, o en alguno de los
otros territorios en los que él garantiza las relaciones internacionales, deberá notificar su intención a este efecto
mediante un acta que será depositada en el Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos. Este último
enviará por vía diplomática una copia certificada conforme, a cada uno de los Estados contra-
tantes. La presente convención entrará en vigencia para esos territorios sesenta días después de la fecha
del depósito del acta de notificación indicada precedentemente.
Queda entendido que la notificación prevista en el apartado 2º del presente artículo sólo podrá tener
efecto con posterioridad a la entrada en vigencia de la presente convención, en virtud de su artículo 11, apartado
1º.
Artículo 13
Todo Estado no representado ante la séptima sesión de la conferencia de La Haya sobre derecho
internacional privado, podrá adherir a la presente convención.
Los instrumentos de adhesión serán depositados ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de los
Países Bajos.
Este enviará por vía diplomática una copia certificada conforme a cada uno de los Estados contratantes.
La adhesión sólo tendrá efecto en las relaciones entre el Estado adherente ylos Estados que no presenten
objeción, durante los seis meses subsiguientes a esta comunicación.
Queda entendido que el depósito del acta de adhesión sólo podrá hacerse después de la entrada en
vigencia de la presente convención, en virtud del artículo 11, apartado 1º.
Artículo 14
La presente convención tendrá vigencia por un período de cinco años a partir de la fecha indicada
en el artículo 11, apartado 1º de la presente convención. Este periodo comenzará a correr a partir de esa fecha,
aun para los Estados que lo hayan ratificado o que hayan adherido al mismo con posterioridad.
La convención será renovada tácitamente cada cinco años, salvo denuncia.
La denuncia deberá ser notificada, por lo menos seis meses antes de la expiración del período, al
Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos, el que lo comunicará a todos los otros Estados
contratantes.
La denuncia podrá limitarse a los territorios o algunos de los territorios indicados en una
notificación hecha en virtud del artículo 12, apartado 2'.
La denuncia sólo tendrá efecto para el Estado que la haya notificado. La convención seguirá en
vigencia para los otros Estados contratantes.
En fe de lo cual, los abajo firmantes, debidamente autorizados por
sus respectivos Gobiernos, firmaron la presente convención.
Hecho en La Haya el 1º de junio de 1956, en un solo ejemplar que será depositado en los archivos del
Gobierno de los Paises Bajos y del cual una copia certificada conforme será enviada a cada uno de los Esta-dos
representados ante la séptima sesión de la conferencia de La Haya sobre derecho internacional privado.
(28-X-1981, Anales de Legislación Argentin<1, L.L., nº 1, 1995).
2. JUR¡SPRUDENCM
En este capítulo incorporamos el siguiente fallo que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
Traslado de la demanda contra una sociedad extranjera. Apoderado judicial. Nulidad de la notificación.
A los efectos de determinar los alcances del artículo 122, L.S., debe entenderse que dicha norma
requiere cuanto menos, que se trate de una efectiva delegación local de la sociedad extranjera, con representantes
habilitados para atender negocios sociales y vincular con sus actos a la mencionada entidad. Tales características
no se dan en el apoderado judicial designado, toda vez que si bien atiende los asuntos litigiosos que la sociedad
le encomienda, no está enterado del giro general de los ncgocios de su mandante y por ende desconoce los
extremos necesarios para proveer a una adecuada defensa de intereses que no le habían sido confiados hasta el
emplazamiento, por lo que corresponde hacer lugar a la nulidad de la notificación del traslado de la demanda, en
la persona del apoderado judicial de la sociedad extranjera.
Cám. Nac. Com., Sala D, 7-11-1990, "Contacta SA. c. Club Sol del Este SA. s/ord.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
3. DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este CAPÍTULO, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Alconada Aramburú, Carlos R., "El régimen legal de las sociedades extranjeras en su realidad
económica", R.D.C.O., 1976, pág. 133.
Nuestra ley ha seguido la distinción de las sociedades fundada en la forma de representación del
capital, entre sociedades de interés (parte de interés), sociedades por cuota y sociedades por acciones.
Sociedades de interés son la colectiva, de capital e industria y en comandita simple.
Sociedades por cuota, la sociedad de responsabilidad limitada.
Sociedades por acciones, la sociedad anónima, la sociedad anónima con mayoría estatal, la
sociedad de economía mixta y la sociedad en comandita por acciones (aunque tiene una categoría de socios
solidarios).
Las llamadas "sociedades en participación" son asimilables a las sociedades de interés, aunque sin
personalidad jurídica.
Las sociedades cooperativas, regidas por la ley 20.337, no son sociedades comerciales, ni civiles, ni
asociaciones. Son "entes" distintos, totalmente diferenciados de las anteriores, como lo vimos al analizarías
someramente en el capítulo 1, punto 8.
En cuanto a la regulación de las sociedades y a la extensión de las normas de una sociedad a otra,
diremos que nuestra ley prevé como sociedades de "tipo puro" a la sociedad colectiva y a la anónima. La de
responsabilidad limitada es, en principio, también un "tipo puro", si bien la L.S. admite la S.R.L. "especial" a la
que le aplica normas de la SA. "Sociedades de tipo mixto" son la de capital e industria, en comandita simple y por
acciones.
B) LA SOCIEDAD COLECTIVA
170. CONCEPTO
La Ley de Sociedades comerciales no nos da el concepto de la sociedad colectiva, sino que nos
suministra los elementos caracterizantes de la misma. El Código de Comercio, en cambio, definía esta sociedad'.
La responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria que contraen los socios por las obligaciones
sociales, constituye una característica fundamental que distingue este tipo social de los demás,
regulados en nuestra legislación. Señalamos también que es la nota diferencial consagrada en las
legislaciones extranjeras.
Brunetti nos da la siguiente definición: "es aquella sociedod de personas que ejerce una
actividad comercial bajo una razón socia¡, en la que todos los socios son responsables ilimitada y
solidariamente por las obligaciones de la sociedod"2.
A esta definición del doctrinario italiano cabría apuntar que en nuestro derecho no es
necesario que la sociedad realice una actividad comercial, ya que basta la adopción del "tipo social"
para que la sociedad sea comercial, con independencia de su actividad (arts. 1º y 3º)3.
Tuvo su origen en las sociedades familiares italianas de la Edad Media, a las que luego
ingresarían otras personas allegadas, pasándose así del vínculo de sangre, al vínculo afectivo, a lo que luego los
doctrinarios llamarían affectio societatis4.
De ese origen histórico derivan sus características de una sociedad casi familiar, que vincula a los
socios no sólo económicamente sino afectivamente, en un quehacer común. Su carácter personal le da las
condiciones de rapidez en las decisiones y de fácil adaptabilidad a las cambiantes situaciones del mercado.
Es el instrumento jurídico ideal propio de la pequeña empresa de familia.
Art. 125. - Caracterización. Los socios contraen responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria, por las obligaciones sociales.
El pacto en contrario no es oponible a terceros.
una vez ejecutado el patrimonio social, los acreedores sociales pueden ejecutar el patrimonio
individual o personal de cada socio o de todos los socios5. Es 'ilimitada", porque los socios responden
con "todo" su patrimonio sin posibilidades de limitación. Y es "solitlariá" porque cada socio
responderá por el "total" adeudado y no "pro cuota".
Como natural consecuencia de lo expuesto, la quiebra de la sociedad importa la quiebra de los
socios.
Modilicación.
Cuando se modifique la razón social, se aclarará esta circunstancia en su empleo de tal manera que resulte indubitable la identidad
de la sociedad.
Sanción.
La violación de este artículo hará al firmante responsable solidariamente con la sociedad por las obligaciones así contraídas.
La denominación6 social se debe integrar con las palabras "sociedad colectiva" o su abreviatura.
En caso de actuar bajo una razón social, todos los socios pueden figurar en ella. Si no figurasen
todos, se agregará la palabra "y compañía" o su abreviatura.
De modificarse la razón social se deberá aclarar esta circunstancia, al usarse la nueva razón social, de
modo que resulte indudable la identidad de la sociedad.
La norma citada contiene un párrafo final referido a la sanción por la violación de estas reglas que
aplica la pena al firmante de hacerlo responsable solidariamente con la sociedad para las operaciones así
contratadas.
6 La "denominación" se refiere al uso de un nombre "de fantasía". "Los cedros", Sociedad colectiva, por ejemplo. Razón social hace
referencia al uso del nombre de algún socio "Juan Garcia y Cía. Soc. Col.", por ejemplo.
Administración conjunta.
Si se ha estipulado que nada puede hacer el uno sin el otro, ninguno puede obrar individualmente, aun en el caso de que el
coadministrador se hallare en la imposibilidad de actuar, sin peijuicio de la aplicación del artículo 58.
7
Respecto del derecho del receso, ver punto 182.
Resoluciones.
Las demás resoluciones sociales se adoptarán por mayoría.
La regla legal aclara que el concepto de "mayoría" alude a "mayoría de capital", aclaración
necesaria porque tratándose de una sociedad "personal", podría pensarse que se refiere a "ma-yoría de
personas", es decir de "socios" que voten en un determinado sentido. Mayoría "absoluta" significa
mitad más uno del capital, es decir el cincuenta cero uno por ciento (50,01%).
Sanción.
La violación de esta prohibición autoriza la exclusión del socio, la incorporación de lOS beneficios obtenidos y el
resarcimiento de los daños.
La regla legal sanciona el comportamiento desleal del socio que realiza actos en competencia
con la sociedad, pero autoriza a los demás socios a consentir tal actuación. La norma no exige el
consentimiento "previo" de modo que el mismo podrá ser otorgado por los demás socios, con
posterioridad al acto u operación en competencia.
La violación de esta obligación por el socio desleal se sanciona con la exclusión como facultad
que podrán ejercer los demás socios. Además, se incorporarán a la sociedad los beneficios obtenidos
por el socio desleal, sin perjuicio de su responsabilidad por los daños causados a la sociedad.
El artículo 30 L.S. prescribe que las sociedades anónimas y en comandita por acciones sólo
pueden formar parte de sociedades por acciones. De modo que para las demás sociedades no hay
ninguna limitación, por lo que cabe sostener que la sociedad colectiva puede formar parte de cualquier
otra sociedad comercial.
Inclusive puede formar parte de una sociedad cooperativa, de conformidad con lo prescripto
en el artículo 17 de la ley 20.337.
En cuanto a la participación en otra sociedad comercial, deberá tenerse presente las
limitaciones y prohibiciones establecidas en los artículos 31 y 32 L.S. que consideraremos en el
Capítulo XX.
Vimos ya que una de las características de este tipo social es que la responsabilidad de los
socios es "subsidiaria", con el alcance que el acreedor de la sociedad debe ejecutar a la sociedad y
recién después podrá ejecutar el patrimonio personal de los socios. La importancia del tema y las
diversas situaciones que se pueden presentar, nos compele a esta ampliación.
El artículo 56 L.S. exige la existencia de una "sentencia" contra la sociedad y haber ejecutado
su patrimonio, para recién, posteriormente, viabilizar la acción contra los socios. Este trámite previo es
insoslayable, de modo que el acreedor social no puede demandar directamente a los socios
personalmente, ni aun probando que la sociedad no tiene bienes libres.
La cuestión que se plantea es la siguiente: obtenida la sentencia contra la sociedad y ejecutado
el patrimonio social, ¿tiene el acreedor que iniciar un nuevo juicio contra los socios para hacer efectiva
su responsabilidad, o puede hacerlo dentro del mismo juicio? El artículo 56, en principio, nos daría la
solución planteada en segundo término, esto es que no hace falta iniciar o promover un nuevo juicio,
ya que la sentencia pronunciada contra la sociedad tiene fuerza de cosa juzgada contra los socios. Pero
frente a esta conclusión producto de un análisis literal de aquella norma, cabe preguntarse si esa
solución es viable cuando se quiere ejecutar la sentencia contra socios que no han sido partes en el
juicio, que no han intervenido. Entendemos que la garantía constitucional de defensa en juicio
consagrada en el artículo 18 de nuestra Carta Magna, puede verse vulnerada e, inclusive, podría
prestarse a actos de connivencia entre acreedores y administradores sociales, especialmente si éstos no
fueran socios. Creemos por tanto que la solución es la citación al socio como tercero interesado en el
resultado del pleito, que prevé el
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (art. 94), a fin de evitar el planteamiento de
cuestiones constitucionales.
Por ello, es indudable el derecho del socio de la colectiva a intervenir en todo pleito contra la
sociedad, aunque no sea administrador ni representante social, puesto que tiene un interés legítimo en
el resultado del juicio, como consecuencia de la responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria que
la ley ha con-sagrado.
Denominación.
La denominación social se integra con las palabras "sociedad en coman-dita simple" o su abreviatura.
Si actúa bajo una razón social, ésta se formará exclusivamente con el nombre o nombres de los comanditados, y de
acuerdo con el artículo 126.
M igual que como se ha previsto respecto de todos los distintos "tipos sociales" la ley
prescribe al regular esta sociedad
que la denominación se integrará con el agregado "sociedad en comandita simple" o su
abreviatura, y aquí, dada la limitación de responsabilidad para una de las categorías de socios, tal
exigencia adquiere particular importancia.
Esta distinta responsabilidad en las dos categorías de socios determina también que
únicamente los socios "comanditados" puedan figurar en la razón social, ya que ellos asumen
responsabilidad ilimitada.
La norma del artículo 134 L.S. no prevé sanción por la transgresión a sus disposiciones, sino
que ella se establece en el artículo 136, segunda parte. Es decir que en caso de incluirse en la razón
social el nombre de algún socio comanditario, éste asumirá una responsabilidad solidaria con la
sociedad por las obligaciones sociáles que se contraigan.
Art. 135. - Aportes del comanditario. El capital comanditario se integra solamente con el aporte de obligaciones de
dar.
Al considerar el régimen de los aportes sociales, vimos que los mismos podían consistir en
"obligaciones de dar y obligaciones de hacer" con limitaciones particulares establecidas por la ley, al
regular algunos tipos sociales.
Aquí, la ley consagra una de esas limitaciones, al prescribir que el aporte de los socios
comanditarios debe consistir en "obligaciones de dar" y esto se compadece con la naturaleza de la
sociedad y la limitación de responsabilidad dispuesta en favor de esta categoría de socios.
Nada dice la ley respecto del aporte de los socios "comanditados" de modo que resulta
admisible que éstos realicen aportes de "uso" o "goce" de bienes9.
La diferenciación entre las categorías de socios obligará también a especificar en el contrato
social el capital que corresponde a los socios comanditados y el que corresponde a los comanditarios.
9 Cfr. FARINA, Juan M., Estudio de Sociedades Comerciales, Zeus, Rosario, 1974, pág 176, nro. 246
187. ADMINISTRACION Y REPRESENTACION (Art. 136)
Art. 136. - La administración y representación de la sociedad es ejercida por los socios comanditados o terceros que
Se desiguen, y se aplicarán las normas sobre administración de las sociedades colectivas.
Sanción.
La violación de este artículo y del artículo 134, segando y tercer párrafos, hará responsable solidariamente al farmante
con la sociedad por las obligaciones así contraídas.
Las resoluciones sociales se adoptan por mayoría absoluta de capital. Los socios
"comanditarios" tienen voto cuando se considera el balance y resultados del ejercicio y para la
designación del administrador (cuando éste no estuviere designado en el contrato social o hubiera
renunciado o hubiera sido removido).
Como la ley no establece limites a la participación del socio o socios comanditarios, bien
puede ocurrir que éste o éstos tengan la mayoría del capital, por lo que podrían designar al admi
nistrador social, posibilidad no reprobada por el artículo 136 y
que crea el peligro de que se pueda violar la prohibición que
consagra el artículo 137.
Brunetti1? nos señala con particular interés que este "tipo social" puede ser muy útil para
sanear una empresa cuya marcha sea deficiente o presente dificultades. Tanto en el caso de un
empresario individual como en el caso de una sociedad colectiva, podrán asociarse con acreedores a
quienes se les confiera la categoría de socios "comanditarios" de modo de limitar su responsabilidad.
Tales soluciones se podrán ofrecer y ser de utilidad en caso de "concurso", plenamente admisibles en
nuestra ley concursal (ley 24.522).
Este tipo social encierra el riesgo de que pueda ser utilizado como un medio para defraudar, si
el socio colectivo con responsabilidad ilimitada resultara insolvente y el patrimonio de la sociedad
fuera irrelevante.
De allí que la "solvencia" de este tipo de sociedades estará dado primeramente por su
patrimonio social y, en forma subsidiaria, por el patrimonio del socio colectivo. Y quien contrata con
sociedades de este tipo debe indagar previamente esos aspectos, como acto de diligencia normal.
Respecto de este tipo social tampoco la L.S. nos da un concepto, sino sus características. Se
trata de una sociedad comercial no difundida en la legislación comparada, prevista únicamente en
Latinoamérica (Uruguay, Brasil, Chile y Argentina). En nuestro país ya la regulaba el Código de
Comercio de 1862.
Coincidimos con autores que sostienen que su denominación no es correcta, ya que debió
denominársela "sociedad de
Existen dos categorías de socios: los socios capitalistas que responden por las obligaciones
sociales en forma subsidiaria, ilimitada y solidariamente; y lOS socios que aportan exclusivamente su
trabajo que limitan su respon8abilidad hasta la concurrencia de las ganancias no percibidas.
De modo que los socios capitalistas están en la misma situación que los socios de la sociedad
colectiva, en tanto que los socios industriales limitan su responsabilidad a los resultados de los
negocios sociales y sólo comprometen utilidades que no se hubieran distribuido.
Como consecuencia de lo expuesto, la quiebra de la sociedad producirá la quiebra sólo de los
socios "capitalistas", que asumen responsabilidad subsidiaria.
El contrato social debe establecer la parte que le corresponderá al socio industrial en los
beneficios. Si callara al respecto, el artículo 144 L.S. consagra el derecho del socio trabajador a
solicitar su fijación judicial.
Las decisiones de la sociedad se tomarán por mayoría absoluta de capital: pero si se tratara de
la modificación del contrato social, se requiere unanimidad; salvo pacto expreso en contrario previsto
en el contrato. Estas reglas de la sociedad en comandita simple son aplicables a este tipo social. Dada
la particular naturaleza de este tipo social, donde el socio "industrial" no aporta bienes "cuantificables"
en dinero, la ley consagra una presunción legal que es aplicable en tanto los socios no hayan
estipulado otra cosa en el contrato social.
La regla legal supletoria de la voluntad de las partes, establece que a los efectos de las
votaciones, al socio industrial se le debe fijar un capital y para ello el artículo 145 L.S. prescribe que al
socio industrial le corresponderá como capital el del capitalista con menor aporte. Es decir que si el
capital fuera integrado por tres socios capitalistas, con aportes del: socio A, un 25%; socio B, un 45% y
socio C, un 30%; en las votaciones, al socio industrial se le deberá adjudicar un capital del 25% que es
el menor que corresponde a los socios capitalistas.
En cambio, si fueran solamente dos socios, uno capitalista y otro industrial, en las votaciones
tendrá cada uno igual peso, ya que al socio industrial le adjudicaremos un capital del 100% igual que
al socio solidario.
La ley no prevé el caso de que sean varios los socios industriales. Supongamos el caso de una
sociedad donde haya tres socios capitalistas, con aportes como los del ejemplo anterior y cinco socios
industriales. ¿Cómo se aplica la regla del artículo 145? ¿A cada socio industrial se le conferirá un
derecho de voto equivalente al 25% del capital? o ¿ese porcentaje es para toda la categoría de socios
industriales?
Reiteramos que la regla del artículo 145 es supletoria de lo que las partes establezcan en el contrato
social y que es in:ítulable que los socios pueden apartarse de ella y convenir otra cosa. Pero si nada han
previsto en el acto constitutivo, entonces se aplica esa regla y la interpretación más lógica será que si
fueran más de uno los socios industriales, a cada uno de ellos le corresponderá en las votaciones un
capital équivalente al del socio capitalítsta con menor aporte. -
Esto evitará que uno o vanos socios capitalistas disimulen una relación laboral con sus
empleados bajo la forma de una sociedad de este tipo. Varios socios industriales tendrían, casi
seguramente, la mayoría. También porque de alguna manera tal interpretación establece un criterio de
justicia ausente de la norma, que posibilita a un socio capitalista que hará todo el anorte, advertido del
contenido de esa regla del artículo 145, buscar un socio "de paja" al que adjudique el 5% o menos del
capital social. Con lo que el socio o socios industriales casi carecerían de peso en las votaciones para
decidir sobre la conducción de la sociedad.
Este tema se conecta con el de las "relaciones de trabajo disimuladas bajo forma de sociedad"
que luego analizaremos con las limitaciones propias de este trabajo.
Para la transferencia de la parte social del socio capitalista o de uno de los socios capitalistas,
se requerirá la unanimidad
de todos los socios (de ambas categorías), conforme la regla del artículo 131 L.S., salvo que el
contrato social previera otra solución. El contrato podría, por ejemplo, requerir la unanimidad
únicamente de los socios capitalistas; o bien una mayoría determinada.
Distinta es la situación de los socios industriales, respecto a la posibilidad de poder transferir
su "condición de socio". Dado que estamos en presencia de una sociedad donde el elemento "personal"
es decisivo, la regla tiene que ser también la de exigir la "unanimidad" de todos los socios, de ambas
categorías, salvo pacto expreso en contrario.
En su calidad de "socio" tiene los mismos derechos que los que corresponden a los socios de
la sociedad colectiva, ya que la ley no le impone limitaciones, como al socio "comanditario". Puede
intervenir en la administración, si así lo prevé el contrato social; puede votar en las reuniones sociales
para la adopción de las decisiones; lógicamente también tiene derecho de opinar sobre todas las
cuestiones sociales; tiene derecho de pedir informes al administrador; derecho a verificar los libros y
documentos sociales; derecho a peticionar la intervención judicial; a solicitar judicialmente la
exclusión del socio capitalista; y sólo puede ser excluido de la sociedad si media 'justa causa" y es
necesaria su conformidad para la modificación del contrato socialu.
A su vez, tiene las obligaciones comunes a todo socio, en cuanto a cumplir con el aporte
prometido, en este caso su trabajo; actuar con lealtad; no realizar negocios en competencia con la
sociedad; etcétera.
La imposibilidad de cumplir con su trabajo, en caso de ser uno el socio industrial, producirá la
disolución de la sociedad, si no fuera posible la incorporación de un nuevo socio industrial. Si la
imposibilidad fuera temporaria, los socios pueden ponerse de acuerdo en contratar a un empleado que
realice el trabajo del socio industrial.
En caso de negativa del socio industrial a cumplir su aporte, eHo sería causal de exclusión,
con daños y perjuicios. Si
El Código Civil prevé en varias disposiciones esta sociedad de capital e industria (arts. 1705,
1708, 1709, 1779, 1780 y 1781).
Indudablemente que la distinción pasa ahora por el "tipo social" adoptado, esto es por la
"forma" y no por la "actividad", porque podrá ser civil o comercial, como criterio general aplicable,
aun a las asociaciones, como vimos al considerar el artículo 3º, L.S.
Pero el problema se plantea aquí porque bien podría constituirse una sociedad civil de capital e
industria. El criterio distintivo estará, no obstante, en las "formas". Si se cumplen los recaudos de la
Ley de Sociedades comerciales, con contrato social inscripto en el Registro Público de Comercio y
con las constancias contractuales referidas en el artículo 11, estaremos en presencia de una sociedad
comercial.
E) DELA SOCIEDAD ACCIDENTAL
O EN PARTICIPA ClON
204. CONCEPTO
13
Exposición de Motivos, ley de facto 19.550, Sección IX, págs. 1 y 2.
disuelve. Esta sociedad no necesita ser oculta o "en participación"14.
Concluyendo su análisis, sostiene Farina que "dentro de la ley 19.550 no son sinónimas sino
que se trata de dos figuras interdependientes en el sentido de que una sociedad accidental sólo puede
ser en participación, y toda sociedad en participación debe ser, necesariamente, accidental".
Brunetti analiza las asociaciones en partici]pación expresando que no poseen un fondo común y
no constttuyen una "empresa" propiamente dicha. Que lo que se crea entre las partes es una relación de
común interés económico. Las expresiones, agrega, "sociedad interna" y "sociedad secreta", no pueden
ser admitidas en sentido figurado, porque "si la ley no concibe una sociedad inoperante externamente,
tampoco, sin visible contradicción, podrá concebirla en las relaciones internas"15.
Halperin sostiene que se trata de una sociedad "meramente interna" carente de personalidad
jurídica y de patrimonio autónomo16.
Felipe de Solá Cañizares en la obra de Brunetti, nos expresa que el contrato de participación no
se considera en todos los países ni por todos los autores como una sociedad. Y nos señala que, por
ejemplo, en Francia, la cuestión se decidió finalmente por el legislador (reforma de 1921), en el
sentido que es una sociedad; en Alemania se la califica de sociedad si bien una parte de la doctrina
sostiene la posición contraria. Refiriéndose a Argentina expresa que la ley la califica de contrato de
sociedad y la jurisprudencia y la doctrina lo han considerado tradicionalmente como una sociedad.
Señala, sí, la oposición de Garo"17.
Creemos con De Solá Cañizares que decir que es una sociedad pero sui géneris o "anómala"
como dicen los autores de nuestra ley; o "interna" como dice Halperin o decir que no es una sociedad,
pero regularía como tal, no tiene importancia práctica.
De todos modos, dentro de nuestro régimen normativo, no es una sociedad comercial, porque le
faltan elementos esenciales para considerarla tal, de conformidad con la precisa definición
17 SOLÁ CAÑIZAREs, Felipe de, en "Comentarios y notas del traductor", en la obra de BRUNETTI, T. 1, págs. 63 y 64.
dada en el artículo 1º, L.S., y los requisitos de Publicidad e mscripción que establecen los
artículos 5º, 7º y 12º. 18
Además, coincidimos con Brunetti, en el sentido de que hablar de "sociedad interna" o
"sociedad secreta" (u "oculta", agregamos) es una contradicción. No se puede sostener que es una
sociedad, pero que es anómala. Digamos más bien, que es un contrato bilatem4 asociativo,que no da
origen a una sociedad comercial, sino a una asociación, que será comercial o civil, según sea su objeto,
como lo expresa Anaya, con quien coincidimos
18 Cfr. ANAYA, Jaime Luis, "Las sociedades accidentales o en participación en la ley 19.550", en Estudios de
Sociedades Comerciales en hon'enaje a
Cadas f Zavala Rodnguez, T. 1, Astrea, pág. 28.
19
ANAYA, op. cit., pág. 18.
c) No es sujeto de derecho, pues no tiene patrimonio y actúa a nombre y bajo la responsabilidad
del socio "gestor
d) Carece de denominación social, pues permanece "oculta" a los terceros que contratan con
el gestor y bajo responsabilidad de éste. La denominación social o "nombre" de la sociedad es un
elemento "esencial" del contrato de sociedad, de conformidad con lo prescripto en el artículo 11,
inciso 1º.
e) No está sujeta a requisitos de fonna, de modo que no se exige la forma escrita, ni
certificación o autenticación de firmas, ni instrumento público. Puede tratarse de un convenio verbal o
escrito sin autenticar las firmas. Su existencia se prueba por las normas que regulan la prueba de los
contratos, lo que de alguna manera, corrobora nuestra posición.
f) No se inscribe en el Registro Público de Comercio, ni en ningún otro. Esto en razón de que
se trata de una "sociedad oculta" a los terceros.
g) Posee dos categorias de socios, el socio "gestor" y los socios "partícipes" (la ley los
llama "socios no gestores").
h) No tiene patrimonio social ya que si bien los socios se obligan a hacer aportes ellos se hacen a
nombre del socio gestor, no de la sociedad, que, como vimos, no tiene personalidad jurídica.
206. OBJETO
El artículo 361 establece que "su objeto" es la realización de una o más operaciones
determinadas y transitorias. El contrato debe expresar la operación o las operaciones precisas a
realizar, lo que diferencia este contrato de la "sociedad comercial" que en su objeto social enunciará
"la actividad" a la que se dedicará la sociedad, que debe ser preciso y determinado (art. 11, inc. 3º).
Aquí no se enunciará una "actividad" determinada, sino una "operación" o un negocio'
determinado. O más de uno, pero siempre que sean precisos y determinados.
Farina sostiene que esas operaciones no pueden eludir el carácter de "transitoria" de la
sociedad, acudiendo a su acepción común, equivalente a "efímero", por lo que, dice, no podrá tratarse
de operaciones que demanden gran duración en el tiempo, como sería, la construcción de un edificio.
De modo que debe tratarse de operaciones a realizar en un tiempo breve20.
208. ADMINISTRACION
La administración de esta asociación está a cargo del socio "gestor", que puede ser uno o más.
El es el representante y el que contrata con terceros, pero a diferencia de los demás representantes
sociales no actúa en nombre y representación de una sociedad, sino que lo hace en nombre propio,
asumiendo las obligaciones. Por eso su responsabilidad es ilimitada. Si los gestores son más de uno,
son responsables solidariamente.
Pero eso no significa que en el contrato los demás socios no puedan prever un mecanismo de
control de la actuación del socio gestor o que se obligue a éste a dar cuenta periódicamente de su
gestión.
Con acierto señala Otaegui que la administración de esta sociedad no puede estar a cargo de
un "tercero", ya que la ley habla de "socio gestor" y ésta es una característica de esta asociación.
Además dicho socio gestor debe tener capacidad suficiente para efectuar los contratos y operaciones
necesarios para cumplir el objeto de su constitución.
Logicamente que la tarea del socio gestor debe ser remunerada y ella será fijada en el contrato,
o posteriormente por los demás socios.
En cuanto a la renuncia y remoción del socio gestor requieren justa causa, porque su actuación
es un elemento "esencial" del contrato.
Finalmente, coincidimos otra vez con Otaegui cuando expresa que la actuación del
administrador de esta "sociedad" no se debe juzgar como la del administrador de la sociedad colectiva,
y aplicársele las reglas del mandato, sino que se debe apreciar que el gestor actúa a nombre propio y
por cuenta ajena, como el comisionista, por lo que deben aplicársele las reglas de la comisión23.
Sin perjuicio de ello, el gestor tiene las obligaciones de lealtad y diligencia que impone el
artículo 59, L.S.
Art. 364. - Contralor de la administración. Si el contrato no determina el contralor de la administración por los socios, se
aplicarán las normas establecidas para los socios comanditarios.
Rendición de cuentas.
En cualquier caso, el socio tiene derecho a la rendición de cuentas de la gestión.
De modo que los socios partícipes o no gestores, podrán examinar los libros y documentos,
contratos e instrumentos que suscriba el gestor. Pueden solicitar información, dar opinión y consejo y
vigilar la administración de conformidad con lo prescripto en el artículo 138 L.S. Los socios no
gestores tienen siempre derecho a la rendición de cuentas del gestor.
Socios no gestores.
El socio que no actúe con los terceros no tiene acción contra éstos.
212. DISOLUCION
El artículo 90, L.S., expresa que en las "sociedades" en participación la muerte de un socio
resuelve parcialmente el contrato, sin efectuar distinción en cuanto a la "categoría" de socios. Como lo
señala Anaya24 citando a Garrigues, la muerte del gestor produce la disolución, indiscutiblemente. Pero
parece distinta la solución en el caso de la muerte de alguno de los asociados. La doctrina extranjera
coincide en señalar que la muerte del asociado o socio no gestor no produce la disolución de la
sociedad.
El artículo 91 otorga el derecho a cualquiera de los socios de esta asociación a peticionar la
exclusión de otro si mediara
Liquidación.
La liquidación se hará por el socio gestor, quien debe rendir cuentas de sus resultados a los socios no gestores.
1. fURISPRUDENCIA
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos
de un mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
E) SOCIEDAD ACCIDENTAL O EN PAR TICIPA ClON
Las sociedades en participación no son más que manifestaciones "larvadas" de relaciones societarias, que no se
ajustan al concepto, la tipicidad y la regularidad que consagran los artículos 1º y 2º, L.S.
Pueden constituirse con dos o más personas para acometer algún negocio determinado, pero sin trascender en su
ejecución la existencia de una firma o razón social particularmente referida a tal sociedad, o por una o varias sociedades, o entre
éstas y otra u otras personas que actúen con la firma social de alguna de estas sociedades, pero sin firma social que caracterice u
ostente la participación aludida.
Cám. Nac. Com., Sala E, 1-VIII-1991, Ficha nro. 13.000, "Rivero, Ruben c. García, José s/sum.", Repertorio
de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Características. Transitoriedad
1. Se denomina sociedad accidental o en participación no sólo a la que constituyen dos o más personas para acometer
algún negocio de-
terminado, pero sin trascender en la ejecución del negocio la existencia de una firma o razón
soal particularmente referida a tal sociedad; sino también a la constituida entre una o varias
sociedades, o entre éstas, y otra u otra spersonas que actúan con la firma social de alguna de esas
sociedades, pero sin firma social que caracterice u ostente la participación aludida.
La titularidad estará en cabeza de una sola persona (individuo o sociedad) que es la que
interviene, bajo su propio nombre, en la negociación que es el objeto de la partipación.
El hecho que la participación deba versar sobre una o más operaciones determinadas y
transitorias, no quita que el proceso pueda, en volumen, en espacio y en tiempo, ser más importante
que cualquiera de los procesos de una sociedad o de una empresa de otro tipo.
2. El concepto de transitoriedad es clásico y resulta poco menos que indeterminable en la
inteligencia jurídica del mismo. Si la participación no versa sobre un negocio que se perpetúa en otros
negocios poco importará que el negocio sea complejo o complejísimo, lo que se quiere es que sea la
solución inmediata en orden al común proceso de los negocios. La apreciación de esta circunstancia,
en la imposibilidad de prefijar reglas para concretarla debe quedar librada al arbitrio prudente de los
jueces.
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea
SA. s/sum Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
Caracterización
El contrato celebrado con el objeto de construir un edificio que sería afectado al régimen de propiedad horizontal,
adjudicándose entre los suscriptores departamentos y locales, por el que uno de ello asume el carácter de gestor en tanto los
otros efectuarían aportes que aquel recaudará y administrará a fin de llevar a cabo el objeto propuesto, es un contrato plurilateral
que si bien da nacimiento a un ente de particulares
características, crea entre sus integrantes vínculos de naturaleza societaria - en el caso
sociedad accidental o en participación -.
Cám. Nac. Com., Sala C, 30-X-1990, "Guida, Alfredo e. Rojas, Angel s/ord.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial
1. Más allá del carácter de sociedad o no que pueda asignársele, partiendo del contenido de la relación base
subyacente, se denomina sociedad en participación no sólo a la que constituyen dos o más personas para acometer algún
negocio determinado, pero sin trascender en la ejecución del negocio la existencia de una firma o razón social particularmente
referida a tal sociedad; sino también a la constituida entre una o
varias sociedades, o entre éstas, y otra u otras personas que actúen con la firma social de
alguna de esas sociedades; pero sin firma social que caracterice o detente la participación aludida.
2. La titularidad estará en cabeza de una sola persona (individuo o sociedad) que es la que
interviene, bajo su propio nombre, en la negociación que es el objeto de la partipación.
El hecho que la participación deba versar sobre una o más operaciones determinadas y
transitorias, no quita que el proceso pueda, en volumen, en espacio y en tiempo, ser más importante
que cualquiera de los procesos de una sociedad o de una empresa de otro tipo.
3. El criterio de transitoriedad es clásico y resulta poco menos que indeterminable en la
inteligencia jurídica. Pero es indudable que lo que se quiere destacar con ello, es que la participación
no versa sobre un negocio que se perpetúa en otros negocios; peco importará que el negocio sea
complejo o complejísimo, lo que se quiere es que sea la solución inmediata en orden al común proceso
de los negocios. La apreciación de esta circunstancia, en la imposibilidad de prefijar reglas para
concretarla debe quedar librada al arbitrio prudente de los jueces.
Cám. Nac. Com., Sala B, 17-IV-1990, "Pascona, Catalina c. Mentasti, Roracio s/sum.",
ReNitorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
206. OBJETO
1. La economía con que se perfila la sociedad accidental o en participación en la normativa, deja un amplio margen a
la autonomía de la voluntad (art. 3%, Cód. Com.) y contribuye a consolidar la falsa ima:
gen que acerca de su sencillez predica la informalidad de su acto constitutivo (art. 397, Cód. Com.), aunque se trata de
una impresión que se desvanece no bien se comienza a indagar la estructura del negocio y la complejidad de las relaciones a la
que da origen.
2. Al igual que las otras figuras societarias - en la ley vigente -ésta nace de un contrato aunque su constitución no se
encuentra necesariamente sometida a condiciones de fondo, comunes a las demás. Tal carencia de formalidad, facilita
considerablemente su constitución, mas no afecta su regularidad. Es decir, se constituye tan sólo mediante el acuerdo de
voluntades de los partícipes, y conforme lo dispone el artículo 361, L.S., no está sometida a los requisitos de forma; si ello es
así para su constitución, también lo será para su modificación, a cuyo respecto no rige el artículo 4º, L.S.
(En el caso, la modificación del objeto social acaeció, o bien se definió ante la original imprecisión, maguer
no hubiera quedado tal extremo expresamente plasmado mediante escritura pública, como aconte
ciera en oportunidad de la concreción de la relación negocial original y aunque la
moclilicación tuviera expresión escritural).
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea
SA. 5/5UflI.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
208. ADMINISTRACION
En la sociedad accidental o en participación, contrariamente a lo que ocurre con las restantes, la administración
corresponde siempre al socio gestor, quien permanece en sus funciones hasta la conclusión del objeto de la sociedad, no
procediendo la remoción ad-nutuin; ni tampoco la renuncia del gestor, tales situaciones importarían en la práctica el in
cumplimiento del contrato y la imposibilidad de su continuación; en definitiva el fin de la
participación.
Cána. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea SA.
s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
212. DISOLUCION
Reqilisitos
Los socios ocultos poseen derecho a reclamar rendición de cuentas al gestor en cualquier
momento, sin embargo, tal derecho no puede ser ejercido indiscriminadamente, sino sólo bajo ciertas
condiciones: el pedido no podrá entorpecer el normal desenvolvimiento de la sociedad; los gastos que
demande dicha tarea serán a cargo de quien la peticione y los
saldos no serán ejecutables.
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "1. Vázquez Iglesias c. Basterrechea SA.
s/5UIfl.", ReN'iorio de Junspn¿dencia de la Cámam ComerciaL
1. Toda vez que el régimen de resolución por causa de incumplimiento para los contratos
societarios - en el caso de resolución parcial -es distinto que el adoptado para los de prestaciones recíprocas, el socio gestor
en una sociedad accidental o en participación no puede en caso de incumplimiento parcial de sus
cocontratantes que no efectuaron la totalidad de los aportes comprometidos, pretender perfeccionar mediante la
consignación judicial de lo que habían aportado oportunamente, la exclusión de los socios
incumplidores, que habría concretado extrajudicialmente mediante el procedimiento previsto por el artículo
216, Código de Comercio, coincidente con el artículo 1204, Código Civil.
2. Sin perjuicio del tenor literal de una cláusula del convenio vinculante que establece la posibilidad de disolver
parcialmente el ente por incumplimiento de los aportes, tal cláusula debe conciliarse con los principios contenidos en la ley de
sociedades, debiendo efectuarse la exclusión de los socios de conformidad con lo previsto por el artículo 91, L.S.
Cám. Nac. Com., Sala C, 30-X-1990, "Guida, Alfredo c. Rojas, Angel s/ord.", Repertorio de Jurisprudencia de
la Cámara Comercial
213. LIQUIDACION (Art. 366)
1. La rendición de cuentas fmal, es decir, la que prescribe el artículo 366, L.S., como
modo de liquidación, se efectuará en un momento en el que puedan determinarse los resultados de la
gestión. Así, si la gestión concluyó arrojando saldo a favor de los integrantes, el mismo, salvo pacto
diverso, se distribuirá en la medida de los aportes efectuados
por cada uno. En caso contrario, es decir, cuando la cuenta arrojase pérdidas, se concluirá
mediante la percepción por parte de la gestora del reintegro de las pérdidas en la medida que en cada caso
corresponda.
Es por tal circunstancia que si el resultado de la rendición de
cuentas fmal arrojase ganancias, conforme la consecuencia natural que dimana del saldo
positivo de la rendición de cuentas - cual es la ejecutabilidad, artículo 655, CPCCN -, el asociado tendrá
derecho a su percepción, aun coactiva.
2. Cuando de saldo de cuentas parciales se trate, ello no será así en la sociedad
accidental o en participación, por sus peculiaridades, hasta el momento en que su objeto se encuentre
finiquitado, o la sociedad sea liquidada, o se trate de un supuesto de excepción, no podrá ejecutarse el saldo que
eventualmente arroje la rendición parcial, pues de lo contrario ello podría dificultar o impedir el normal desenvolvimiento del
objeto fijado.
(En el caso la mayoría decidió: el cumplimiento del objeto social resultará de las propias cuentas a rendir por el socio
gestor, circunstancia por la cual el carácter parcial o definitivo de la rendición resultará de ésta y, consecuentemente, el
derecho del socio accionante a ejecutar los saldos, oportunidad en que también se determinará la carga de los gastos de esa
rendición).
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea SA. s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
En las sociedades accidentales o en participación, el legislador se ha ocupado de dos cuestiones diversas: rendición de
cuentas final - artículo 366, L.S. - como modo de proceder a la liquidación y rendición parcial
- artículo 364, ap. Y, L.S. - a fin de extremar el derecho de información, es decir, la facultad complementaria de
aquellas que le son reconocidas por la primera parte de dicho artículo, en orden a la posibilidad de ejercer actos de examen,
inspección, vigilancia, verificación, opinión o consejo, atribuciones perfectamente compatibles con las que surgen del artículo
55, L.S.
Las mencionadas disposiciones si bien son todas concordantes, pueden ser sobreabundantes
mas nunca incompatibles.
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea
SA. s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
Uqilidación
Si el objeto societario se encuentra cumplido, puesto que el edificio cuya construcción se ha terminado, y
siendo la esencia de la sociedad accidental la transitoriedad, el ente entra en estado de liquidación,
como consecuencia de haberse producido la causal de disolución contemplada por el artículo 94, apartado 4º, LS. Esto es, la
consecución del objeto social, resultando extemporánea, en consecuencia, la invocación de una causal de resolución parcial.
Cám. Nac. Com., Sala C, 30-X-1990, "Guida, Alfredo e. Rojas, Angel s/ord.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
2. DOCTR!NA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se puede consultar el siguiente trabajo:
Anaya, Jaime Luis, "Las sociedades accidentales o en participación en la ley 19.550", en Estudios
de Sociedades Comerciales en Homenaje a Carlos J. Zavala Rodriguer> Astrea, 1973, pág. 15.
CAPÍTULO XIII
DE LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
215. ANTECEDENTES
Este tipo social acogido en nuestra legislación por la ley 11.645 de 1932 tiene sus
antecedentes en la legislación alemana donde fue implantada en 1892 y en Inglaterra, a partir de 1907.
Viene a llenar una sentida necesidad y a ocupar el amplio espacio que queda entre las
sociedades colectivas, con responsabilidad subsidiaria, personal ilimitada y solidaria de los socios, y la
anónima, cuyo funcionamiento es de por sí más complicado y oneroso.
Estas sociedades limitan la responsabilidad personal del socio y permiten una administración,
control y gobierno más sencillo, de intervención directa de los socios. Estas características fueron
mejoradas por la ley 22.903 de reformas a la ley 19.550.
La ley 19.550 previó una sociedad de responsabilidad limitada "especial", que se regía por
normas diferentes: la sociedad de responsabilidad limitada de veinte o más socios (hasta cincuenta).
La reforma (ley 22.903) modificó ese criterio puramente numérico, para fijar uno mucho más técnico,
cual es el del capital de la sociedad. Si la sociedad de responsabilidad limitada tiene un capital igual o
mayor que el fijado en el artículo 299, inciso 2º, quedará sometida a reglas especiales, similares a las
de la sociedad anónima "abierta" en cuanto a la fiscalización y a las asambleas.
De esta forma se mantiene para esta sociedad la existencia de dos "subtipos", la sociedad de
responsabilidad limitada "común" con sus propias normas y la sociedad de responsabilidad limitada
"especial" con normas similares a las de la sociedad anónima abierta, en los aspectos referidos.
A su vez cabe recordar que dentro de la sociedad de responsabilidad limitada que llamamos
"común", la ley 19.550 dis
tinguía entre sociedades de hasta cinco socios y de más de cinco socios, en cuanto al régimen de
mayorías, exigiendo unanimidad para las resoluciones a adoptar en el primer caso.
La reforma modificó el artículo 160 fijando una regia uniforme para todos los casos, por lo
que ha desaparecido ese "subtipo" que algunos autores señalaban1.
Art. 147. - Denominación. La denominación social puede incluir el nombre de uno o más socios y debe contener la indicación
"sociedad de responsabilidad limitada", su abreviatura o la sigla S.R.L.
Omisión: sanción.
Su omisión hará responsable ilimitada y s'olidariamente al gerente por los actos que celebre en esas condiciones.
Art. 149.- Suscripción íntegra. El capital debe suscribirse íntegramente en el acto de constitución de la sociedad.
1 ZALDÍVAR, Enrique y otros, Cuadernos de Derecho Societario, Macchi, Buenos Aires, 1973, T. 1, pág. 42.
Aportes en dinero.
Los aportes en dinero deben integrarse en un veinticinco por ciento (25%), como mínimo y completarse en un plazo de dos (2) anos.
Su cumplimiento se acreditará al tiempo de ordenarse la inscripción en el Registro Público de Comercio, con el comprobante de su depósito en
un banco oficial.
Aportes en especie.
Los aportes en especie deben integrarse totalmente y su valor se justificará conforme al artículo 51. Si los socios optan por realizar
valuación por pericia judicial, cesa la responsabilidad por la valuación que les impone el artículo 150.
El capital social se divide en "cuotas" de igual valor, de diez pesos o múltiplo de diez, no
representables en títulos negociables.
El capital se debe suscribir íntegramente al constituirse la sociedad. Los aportes en dinero se
deben integrar en un veinticinco por ciento (25%) como mínimo en ese acto y completarse en un plazo
no mayor de dos años. Aquí la ley 22.903 innovó y adoptó el criterio ya vigente para las sociedades
anónimas. La ley 19.550 requería una integración del cincuenta por ciento (50%) de los aportes en
dinero.
Los aportes en especie se deben integrar totalmente y su valor se justificará en la forma
referida en el artículo 51, a saber:
Los aportes se pueden valuar en el contrato social, indicando los antecedentes que justifiquen
el valor asignado.
También se pueden valuar según los precios de plaza o por peritos en trámite judicial ante el
juez o autoridad de Registro. Esta última forma es la única que impedirá su impugnación en caso de
quiebra de la sociedad.
En cuanto a los aportes en dinero, una importante modificación que introdujo la ley 22.903 fue permitir
que la integración de esos aportes se justifique al tiempo de ordenarse la inscripción, evitando así la inútil
inmovilización de fondos.
Art. 150. - Garantía por los aportes. Los socios garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración de los aportes.
Pacto en contrario.
Vimos ya que los socios limitan su responsabllidad al capital que suscriben (es decir, el que se
han comprometido a "integrar").
Sin perjuicio de ello, los socios garantizan en forma ilimitada y solidaria, frente a los terceros, la
integración de los capitales comprometidos por todos los socios.
También los socios garantizan frente a terceros por la sobrevaluación de los aportes en especie,
por el plazo de cinco años, salvo que hubieren optado por la valuación judicial (art. 149, infine).
La ley 22.903 modificó en el artículo 150 el régimen de la garantía frente a terceros en caso de
"cesión o transferencia de cuotas" sociales. Los autores de la reforma señalan que ahora los terceros
cuentan con la garantía de los socios por la integración de los aportes y por sobrevaluación de las
aportaciones no dinerarias. Pero si media una cesión o transferencia de la cuota, en esa garantía
ingresa el nuevo socio y se mantiene la del cedente, aunque éste sólo por las obligaciones contraídas
hasta la inscripción registral de la cesión o transferencia. Una regla particular merece el caso del socio
que cede su cuota o cuotas y no había completado su integración. Aquí subsiste su obligación, sin
distinción entre la exigibilidad por terceros o por la sociedad, salvo que ésta no puede demandarla sino
después de haber interpelado al cesionario moroso.
El pacto en contrario que elimine estas garantías carece de todo valor respecto de terceros.
La garantía que consagra esta norma es un elemento diferenciador, fundamental, respecto de la
responsabilidad de los accionistas de la anónima.
En la anónima, cada accionista responde únicamente por la parte no integrada del capital que ha
suscripto, pero no responde por las deudas de los demás accionistas.
Y esta diferencia sustancial tiene su explicación y justificación en la idea de que mientras la
sociedad de responsabilidad limitada mantiene rasgos de la sociedad de personas, ello se descarta en la
anónima.
Este aspecto debe ser particularmente mentado cuando se requiere asesoramiento respecto del
tipo social más conveniente para una empresa. Se debe tener presente que si los socios integran el total
de sus aportes en dinero al constituir la sociedad, es decir cuando no haya ninguna posibilidad de
aplicar este régimen de garantía, podrá preferirse la sociedad de responsabilidad limitada sobre la
anónima cerrada. De otra forma, es decir si hay deudas por aportes en dinero o se aportan bienes, es
preferible la sociedad anónima.
Art. 152. - Cesión de cuotas. Las cuotas son libremente transmisibles, salvo disposición contraria del contrato.
La transmisión de la cuota tiene efecto frente a la sociedad desde que el cedente o el adquirente entreguen a la
gerencia un ejemplar o copia del título de la cesión o transferencia, con autenticación de las firmas si obra en instrumento
privado.
La sociedad o el socio sólo podrán excluir por justa causa al socio así incorporado, procediendo con arreglo a lo
dispuesto por el artículo 91, sin que en este caso sea de aplicación la salvedad que establece su párrafo segando. La transmisión
de las cuotas es oponible a los terceros desde su inscripción en el Registro Público de Comercio, la que puede ser requerida por
la sociedad; también podrán peticionaría el cedente o el adquirente exhibiendo el título de la transferencia y constancia
fehaciente de su comunicación a la gerencia.
Art. 153. - Limitaciones a la transmisibilidad de las cuotas. El contrato de sociedad puede limitar la transmisibilidad
de las cuotas, pero no prohibiría.
Son lícitas las cláusulas que requieran la conformidad mayoritaria o unánime de los socios o que confieran un derecho
de preferencia a los socios o a la sociedad si ésta adquiere las cuotas con utilidades o reservas disponibles o reduce su capital.
Para la validez de estas cláusulas el contrato debe establecer los procedimientos a que se sujetará el otorgamiento de
la conformidad o el ejercicio de la opción de compra, pero el plazo para notificar la decisión al socio que se propone ceder no
podrá exceder de treinta (30) días desde que éste comunicó a la gerencia el nombre del interesado y el precio. A su vencimiento
se tendrá por acordada la conformidad y por no ejercitada la preferencia.
Ejecución forzada.
En la ejecución forzada de cuotas limitadas en su transmisibilidad, la resolución que disponga la subasta será
notificada a la sociedad con no menos de quince (15) días de anticipación a la fecha del remate. Si en dicho lapso el acreedor, el
deudor y la sociedad no llegan a un acuerdo sobre la venta de la cuota, se realizará su subasta. Pero el juez no la adjudicará si
dentro de los diez (10) días la sociedad presenta un adquirente o ella o los socios ejercitan la opción de compra por el mismo
precio, depositando su importe.
Art. 154. - Acciones judiciales. Cuando al tiempo de ejercitar el derecho de preferencia los socios o la sociedad impugnan
el precio de las cuotas, deberán ezpresar el que consideren ajustado a la realidad. En este caso, salvo que el con-
trato prevea otras reglas para la solución del diferendo, la determinación del precio resultará de una pericia judicial;
pero los impugnantes no estarán obligados a pagar uno mayor que el de la cesión propuesta, ni el cedente a cobrar uno menor
que el ofrecido por los que ejercitaron la opción. Las costas del procedí-miento estarán a cargo de la parte que pretendió el
precio más distante del fijado por la tasación judicial.
Denegada la confonmidad para la cesión de cuotas que tienen limitada su transmisibilidad, el que se propone ceder
podrá ocurrir ante el juez quien, con audiencia de la sociedad, autorizará la cesión si no existe justa causa de oposición. Esta
declaración judicial importará también la caducidad del derecho de preferencia de la sociedad y de los socios que se opusieron
resecto de la cuota de este cedente.
b) Cesión de cuotas: la transmisión se puede hacer por instrumento público o privado. En este
último caso se deberán autenticar las firmas por escribano público. La transmisión tendrá efecto frente
a la sociedad desde que cualquiera de las partes (cedente o adquirente) entregue un ejemplar del
contrato de transferencia a la gerencia; y es oponible a terceros desde su inscripción registral, que
puede ser requerida tanto por las partes como por la sociedad.
f) Incorporación de los herederos: si para el caso de muerte de uno de los socios el contrato social
prevé la incorporación de sus herederos, tal pacto será obligatorio para éstos y para los socios. Su
incorporación se hará efectiva cuando el heredero o los herederos acrediten debidamente su condición.
Desde el fallecimiento del socio y hasta ese momento de la incorporación, la representación estará a
cargo del administrador de la sucesión.
Pero los herederos podrán transferir sus cuotas dentro del plazo de tres meses de su
incorporación resultando inoponibles las limitaciones que pudiera establecer el contrato social, sin
perjuicio que la sociedad o los socios puedan adquirir esas cuotas en iguales condiciones.
En este supuesto el trámite debe ser el siguiente:
- los herederos deben comunicar al gerente de la sociedad su decisión de vender las cuotas,
nombre del adquirente y precio de venta;
- la gerencia debe comunicarlo de inmediato a los socios, en forma fehaciente (esto es por un
medio que pueda acreditarse debidamente);
- los socios deben contestar ejerciendo su derecho de preferencia de inmediato;
- el plazo total en este trámite, contado desde que el heredero notificó al gerente de la
sociedad, no podrá exceder de quince días.
Art. 156. - Copropiedad. Cuando exista copropiedad de cuota social se aplicará el artículo 209.
Derechos reales y medidas precautorias.
La constitución y cancelación de usufructo, prenda, embargo u otras medídas precautorias sobre cuotas, se inscribirán
en el Registro Público de Comercio. Se aplicará lo dispuesto en los artículos 218y 219.
Esta disposición legal nos remite a la aplicación, para el caso de copropiedad de una cuota
social, del artículo 209 dentro de la sección que regula a las sociedades anónimas.
El artículo 209 consagra la regla que las acciones son indivisibles y que en caso de
copropiedad de una acción, se aplicarán las reglas del condominio. La sociedad podrá exigir la
unificación de la representación para ejercer los derechos y cumplir las obligaciones sociales.
De modo que transplantando esas reglas a la sociedad de responsabilidad limitada, diremos
que en caso de "copropiedad" de cuotas, se aplicarán las reglas del "condominio" (arts. 2673 al 2755
del Cód. Civ.), y que, para el ejercicio de derechos y cumplimiento de las obligaciones sociales, la
sociedad podrá exigirles a los condóminos que unifiquen la representación.
Sobre una cuota social se puede constituir un derecho real de usufructo o de prenda. El
usufructo es, según el artículo 2807 del Código Civil, el derecho real de usar y gozar de una cosa
(mueble o inmueble), cuya propiedad pertenece a otro, con tal que no se altere su sustancia. Las cuotas
sociales son partes representativas del capital de una sociedad de responsabilidad limitada y, al igual
que las acciones de sociedades anónimas, se deben considerar bienes muebles. Sobre ellas puede, en
consecuencia, constituirse un derecho de usufructo.
En cuanto a la prenda común, para distinguirla de la "con registro", es el derecho real de
garantía que se constituye sobre un bien mueble o sobre un crédito, que se entrega al acreedor en
garantía del pago de una deuda (art. 3204, Cód. Civ.). Sobre
las cuotas sociales se puede constituir también, un derecho real de prenda.
Esta norma de la ley expresa que la constitución y cancelación de estos derechos reales y de
embargos u otras medidas precautorias sobre cuotas sociales, se debe inscribir en el Registro Público
de Comercio; y agregó que se aplicarán los artículos 218 y 219, también de la Sección de las
Sociedades Anónimas.
El artículo 218 se refiere al usufructo de acciones, aplicable también al usufructo de cuotas.
Las reglas son que el usufructuario (que es aquel a cuyo favor está constituido el derecho real de
usufructo) tiene derecho a percibir las ganancias obtenidas durante el usufructo. El dividendo será
percibido por el tenedor de las cuotas en el momento del pago y si hubiera varios usufructuarios
sucesivos lo percibirán en proporción a la duración de sus derechos.
En cuanto a los demás derechos que se derivan de la calidad de socio inclusive el derecho al
remanente final resultante de la liquidación, corresponden al nudo propietario, salvo pacto en contrario
y con excepción del usufructo legal constituido por la ley en los bienes de los hijos menores a favor de
sus padres (art. 2816, Cód. Civ.).
Cuando las cuotas sociales no estuvieran totalmente integradas, el usufructuario, para
conservar sus derechos, debe completar el pago de lo que falta, con facultad de repetir esos pagos del
nudo propietario.
En los casos de prenda o de embargo, los derechos corresponden al propietario de la cuota
social. El acreedor prendario o el embargante, en su caso, están obligados a facilitar el ejercicio de los
derechos del socio quien soportará los gastos que correspondan.
Art. 157. - Gerencia. designación. La administración y representación de la sociedad corresponde a uno o más gerentes, socios o
no, designados por tiempo determinado o indeterminado en el contrato constitutivo o posterior-mente. Podrá elegirse suplentes para casos de
vacancia.
Gerencia plural.
Si la gerencia es plural, el contrato podrá establecer las funciones que a cada gerente compete en la administración o imponer la
administración conjunta
o colegiada. En caso de silencio se entiende que pueden realizar indistintamente cualquier acto de administración.
Derechos y obligaciones.
Los gerentes tienen los mismos derechos, obligaciones, prohibiciones e in-compatibilidades que los directores de la
sociedad anónima. No pueden participar, por cuenta propia o ajena, en actos que importen competir con la sociedad, salvo autorización expresa
y unánime de los socios.
Responsabilidad.
Los gerentes serán responsables indívidual o solidariamente, según la organización de la gerencia y la reglamentación de su
funcionamiento establecidas por el contrato. Si una pluralidad de gerentes participaron en los mismos hechos generadores de
responsabilidad, el juez puede lijar la parte que a cada uno corresponde en la reparación de los perjuicios, atendiendo a su actuación
personal. Son de aplicación las disposiciones relativas a la responsabilidad de los directores cuando la gerencia fuere colegiada.
Revocabilidad.
No puede limitarse la revocabilidad, excepto cuando la designación fuere condición expresa de la constitución de la sociedad.
En este caso se aplicará el artículo 129, segunda parte, ylos socios disconformes tendrán derecho del receso.
a) Criterio de la refoma
b) Designación
La administración y representación corresponden en esta sociedad a uno o más gerentes, socios o no,
designados por
tiempo determinado o indeterminado, en el contrato social o posteriormente. La reforma prevé
la designación de gerentes suplentes para que actúen en caso de vacancia.
c) Gerencia plural
En este supuesto el contrato puede establecer diversas funciones para cada gerente o bien
consagrar una administración conjunta o colegiada. En caso de que el contrato nada disponga sobre el
particular, se entenderá que la administración es indistinta y que cualquiera de los gerentes puede
realizar actos de administración y representar a la sociedad.
d) Derechos y obligaciones
Los gerentes tienen los mismos derechos, obligaciones, prohibiciones e incompatibilidades que
los directores de sociedades anónimas. Lo subrayado es un agregado de la ley 22.903, que dispone que
los gerentes no pueden realizar por cuenta propia o ajena, actos en competencia con la sociedad, salvo
autorización expresa y unánime de los socios.
e) Responsabilidad
Este párrafo del artículo 157 fue también una incorporación de la ley 22.903. Prescribe que los gerentes
son responsables, en forma personal y solidaria, según sea la gerencia unipersonal o plural, y según la
reglamentación de las funciones establecidas en el contrato social. Si varios gerentes participaron de
un mismo acto generador de responsabilidad para la determinación de la misma se podrá tener en
cuenta la actuación personal que a cada uno le cupo en ese acto. En realidad aquí la reforma se quedó
a medio camino, pues debió consagrar la regla que Corresponde fijar la responsabilidad en relación a
la actuación personal de cada uno, como criterio obligatorio para el juez y no meramente facultativo
(la norma dice que el juez "puede" fijar...).
Finalmente establece que cuando la gerencia fuera colegiada, serán de aplicación las normas relativas a
la responsabilidad de los directores.
1) Revocabilidad
En este tema no se ha innovado manteniéndose la regla que el contrato social no puede limitar
la revocabilidad del nombramiento de gerentes, excepto cuando la designación fuera la condición expresa
de la constitución de la sociedad. En este supuesto sólo podrá ser removido el gerente existiendo "justa
causa" y mediante acción judicial. En tal supuesto, los socios disconformes con la remoción tienen
derecho de receso. De esta forma la ley ha zanjado el conflicto que podría suscitarse, facilitando el
retiro de aquellos socios que no aceptaran la remoción del gerente. Ya analizamos anteriormente este
tema del receso (art. 78, Cap. IX, A. De la transformación) y a lo allí expuesto nos remitimos.
Fiscalización obligatoria.
La sindicatura o el consejo de vigilancia son obligatorias en la sociedad cuyo capital alcance el importe fijado por el artículo 299,
inciso 2º).
Nortnas supletorias.
Tanto a la fiscalización optativa como a la obligatoria se aplican supletoriamente las reglas de la sociedad anónima. Las atribuciones
y deberes de estos órganos no podrán ser menores que los establecidos para tal sociedad, cuando es obligatoria.
Vimos ya que la ley 22.903 modificó el criterio respecto de la sociedad de responsabilidad limitada
"especial" que no depende del número de socios, sino del capital social.
El principio en materia de fiscalización sigue siendo el mismo de la ley 19.550: la designación de un
órgano de fiscalización es optativo en la sociedad de responsabilidad limitada común y es obligatorio en
la sociedad de responsabilidad limitada especial.
El órgano de fiscalización puede ser la sindicatura, unipersonal o plural, o el consejo de
vigilancia (sobre estos órganos nos extendemos al analizar la sociedad anónima).
En ambos casos se aplicarán supletoriamente las reglas existentes para la sociedad anónima.
La ley 22.903 agregó un párrafo que merece especial atención: "las agribuciones y deberes de estos
ó'ganos no podin ser menores que los establecidos pam tal sociedad (la anónima) cuando es obligatona". Sin
perjuicio de los errores de redacción que se advierten a poco que se preste atención al párrafo (debió
decir "órgano" en singular, porque el órgano de fiscalización es uno, que podrá ser ejercido por
sindicos o por un consejo de vigilancia, pero la función es la misma, aunque difieran las facultades; y
en vez de "obligatoria" debió decir "obligatorio"), es indudable su importancia, que tiende a equiparar
imperativamente los derechos y obligaciones del órgano de fiscalización con el de la sociedad
anónima. De modo que contractualmente no se podrán disminuir sus atribuciones ni sus deberes.
La ley guarda silencio respecto del caso de optar por el consejo de vigilancia si éste nombrará
al o los gerentes, así como puede designar el directorio en la anónima (arts. 255 y 281, d). También si,
como en el caso de la anónima, sus miembros deben ser socios (art. 280). Entendemos que se deben
aplicar las mismas reglas referidas para la sociedad anónima, de modo que si el contrato en la sociedad
de responsabilidad limitada prevé un consejo de vigilancia, podrá ser éste el que designe al o a los
gerentes y asimismo que los miembros del consejo deberán ser socios.
Asambleas.
En las sociedades cuyo capital alcance el importe fijado por el artículo 299, inciso 2º) los socios reunidos en asamblea resolverán
sobre los estados contables de ejercicio, para cuya consideración serán convocados dentro de los cuatro (4) meses de su cierre.
Esta asamblea se sujetará a las normas previstas para la sociedad anónima, reemplazándose el medio de convocarías
por la citación notificada personalmente o por otro medio fehaciente.
Domicilio de los socios.
Toda comunicación o citación a los socios debe dirigirte al domicilio expresado en el instrumento de constitución, salvo que se haya
notificado su cambio a la gerencia.
Tanto la ley 11.645, como la ley 19.550 establecieron el requisito de la "unanimidad" para
aquellas resoluciones que importaban una mayor responsabilidad para los socios, con excepción del
caso de la sociedad de responsabilidad limitada especial. Al mismo tiempo se otorgaba al socio
disconforme el derecho de receso.
Al respecto la ley 22.903 introdujo una profunda reforma, adoptando el criterio general de
exigir la mayoría de tres cuartas partes del capital si no se hubiera previsto mayoría especial en el
contrato, para cualquier modificación contractual. Al mismo tiempo se otorga a los socios disidentes el
derecho de receso. Se aclara que si un solo socio representara el voto mayoritario, se necesitará,
además, el voto de otro socio. De esa forma se evita que en la sociedad de responsabilidad limitada,
donde un socio tenga gran parte de su capital social, pueda, por sí solo, imponer modificaciones
contractuales a los demás socios.
También se ha previsto que los socios ausentes o que votaron en contra del aumento de
capital, tienen derecho a suscribir cuotas proporcionales a su participación social, si no optaren por
ejercer el derecho de receso. En caso de que no incrementen su capital, tendrán derecho a acrecer los
otros socios y si éstos no suscribieran las nuevas cuotas, podrán incorporarse nuevos socios.
Las demás resoluciones sociales que no impliquen la modificación del contrato, como la
designación o revocación de gerentes o síndicos, se adoptarán por mayoría de capital presente en la
asamblea o partícipe en el acuerdo, salvo que el contrato social exija una mayoría superior.
Art. 161. - Voto: cómputo, limitaciones. Cada cuota sólo da derecho a un voto y rigen las limitaciones
de orden personal previstas para los accionistas de la sociedad anónima en el artículo 248.
Dado que en esta sociedad el capital se representa en "cuotas", la ley consagra la regia de que
cada cuota social da derecho a un voto.
El socio que en una operación determinada tenga un interés contrario al de la sociedad (caso
del socio que pretende venderle un bien a la sociedad o alquilarle un inmueble y en general celebrar
cualquier contrato con la sociedad; o si se trata de un contrato entre sus parientes y la sociedad o entre
otra sociedad a la que está vinculado y la sociedad de responsabilidad limitada), por cuenta propia o
ajena, debe abstenerse de votar.
Si contraviniese esa regia, será responsable por los daños y perjuicios si su voto sirvió para
adoptar una decisión válida, es decir para integrar la mayoría contractualmente exigida.
Estas son las reglas que consagra el artículo 248 y que son aplicables a la sociedad de
responsabilidad limitada de acuerdo con la norma que comentamos.
Como dijimos antes, la ley 22.903 introdujo una forma más sencilla de adopción de las
resoluciones sociales. Pero cualquiera sea la forma utilizada se debe dejar constancia en el libro de
actas respectivo (libro de actas de asambleas) de las respuestas dadas por los socios y el sentido de sus
votos. Dichas actas deben ser firmadas por los gerentes dentro del quinto día de la fecha del acuerdo.
Asimismo, los documentos donde consten las respuestas o votos de los socios, se deben conservar por
tres años.
1. JUR!SPRUDENCM
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos
de un mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
Por servir el capital social como medio para obtener beneficios a través del ejercicio de una determinada
actividad económica, su cuantía debe adecuarse a la naturaleza de la misma, pues de lo contrario un capital
desproporcionadamente reducido en su magnitud determinará la imposibilidad de cumplir el objeto, que debe
por esencia, ser fácticamente posible.
El problema radica pues en fundamentar las facultades de quien tenga a su cargo la registración de
sociedades, en aquellos tipos sociales en los cuales la ley impone un capital mínimo, puesto que la ausencia de
un tope legal dejaría librado a su discrecionalidad la determinación del capital suficiente para el desarrollo de
una actividad mercantil. Ello constituye pues el meollo de la cuestión, pero no encuentra en ello obstáculo
insalvable para negar al funcionario citado dichas facultades, que ya han tenido ratificación jurisprudencial, pues
ellas se encuentran insitas en el control de legalidad y que no se trata en consecuencia de fijar matemáticamente,
en base a estadísticas, que capital es necesario para afrontar tal o cual ramo del comercio, sino simplemente de
determinar cuando el capital social que aparece señalado en el contrato es sin lugar a dudas desproporcionado en
relación con la actividad a desarrollarse (Nissen, Ley de Sociedades Comerciales, T. 1, págs. 101/102>.
Cám. Civ. y Com. Gral Roca, 5-x'I-1994, "Ambito S.R.L. 5/ms-cripción contrato (expte. 10.734-CA-
94)".
Frente a un texto contractual limitado, casi equívoco, el tribunal no está autorizado para estimar una
interpretación extensa, cuando se trata justamente de cláusulas limitativas, materia en la cual las restricciones
deben ser explícitas por que constituyen una excepción al principio de la libertad mercantil. Si pudo decirse
simplemente que el cedente no operaría en el ramo de la sociedad cuyas cuotas transmitía, y no se
adoptó tal elemental fórmula, luerza es tolerar luego conductas equívocas acaso, pero no francamente prohibidas.
Cám. Nac. Com., Sala D, 4-VII-1991, "Riera, Ruben y otro c. Dotro, Francisco", L.L., 29-XI-1991.
La inclusión en el contrato social de un pacto que acuerda a los herederos del socio fallecido la opción
de incorporarse a la sociedad o ejercer el derecho de receso, pero no determina el plazo para hacerlo, está
indicando que los socios sobrevivientes tienen en sus manos el mecanismo de la intimación, instando en el plazo
prudencial que fijen una toma de decisión expresa, que despeje el estado de indefinición que entorpece la
continuidad societaria.
Ante la muerte de uno de los socios, el silencio de los herederos debe interpretarse como que han
optado por la resolución parcial del contrato social, quedando en manos de la sociedad la comunicación para que
ejerzan sus derechos económicos - reclamación de la cuota liquidatoria - y eventualmente la consignación de su
importe.
En todos los casos en que la ley confiere espacio a la autonomía de la voluntad - en el caso de
autonomía societaria de acuerdo con la economía del contrato social - la regla de la autonomaticidad sucesoria
(art. Mio, Cód. Civ.> cede.
En las sociedades de responsabilidad limitada el principio es que los herederos se incorporan a la
sociedad si nada se dice, pareciendo razonable sostener la independencia de régimen entre el específicamente
societario y el sucesorio, pero el contrato social puede disciplinar la cuestión en dos sentidos diametralmente
opuestos: o tornando obligatoria la incorporación, pero dejando a salvo la prohibición de las limitaciones
absolutas a la transmisibilidad, mediante el réglmen de inoponibilidades establecidas en el artículo 155, apartado
2º de la Lay de Sociedades Comerciales; o facultando el derecho de receso en los términos de analogos pactos
(art. 89, L.S.) es decir, reglando la posibilidad de que los sucesores del socio cedan su interés recibido hereditatis
causa.
Cáin. la. Civ. y Com., Bahía Blanca, Sala 1, 24-XI-1922, "Zoilo, Osvaldo P. y otra c. Zoilo
Hnos. S.R.L. y otros", L.L., 1993-D, pág. 412.
Los herederos del socio fallecido de una disuelta sociedad de responsabilidad limitada, por la causal de
vencimiento de término, y que entró ipso iure en la etapa liquidatoria, tienen derecho a que los administradores
les rindan cuenta de la gestión realizada, aun cuando ella se hubiere limitado a arrendar el inmueble e
instalaciones y maquinarias de la sociedad a un tercero, pues es evidente que ello importa un típico acto de
administración del patrimonio societario, que continúa manteniendo su individualidad jurídica, frente al
particular de cada socio, lo cual también es una consecuencia de que continúe la personalidad jurídica del ente en
liquidación.
Ello así, toda vez que no hayan caducado los poderes otorgados por la sociedac¡ a sus mandatarios. Aun
cuando obviamente sus facultades sufran mengua por haber concluido el ciclo negocial operativo de la empresa.
Cám. Nac. Com., Sala A, 6-VII-1990, "Apra, Mónica c. Aprile, Roberto siliquidación de sociedad y
rend. de cuentas", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
223. DE LA ADMINISTRACION Y REPRESENTACION (Art. 157)
e) Responsabilidad
Existiendo en la sociedad de responsabilidad limitada una gerencia constituida por dos miembros, cuya
actuación es siempre conjunta, el balance debe también practicarse en la misma forma, sin que ninguno de los
integrantes se encuentre obligado respecto del otro a rendir cuentas de su gestión, en razón al carácter
compartido de la gerencia.
La aprobación del balance confeccionado por los gerentes de la sociedad de responsabilidad limitada no
importa revelación implícita de la responsabilidad de éstos por los actos de gestión, pues no se trata de una
rendición de cuentas detallada y documentada de toda la actuación de la gerencia, pudiendo la sociedad - si
fuere necesario - intentar la acción de responsabilidad prevista en el artículo 59, L.S.
Cám. Nac. Com., 27-11-1992, Ficha nro. 13»50, "Future Computación S.R.L. c. Colodro, Jorge
s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Vencido el término de duración de una sociedad de responsabilidad limitada sin que se disponga su
liquidación, toda actividad ajena a esos fines hace responsable a los administradores ilimitada y solidariamente
respecto de los terceros y los socios sin perjuicio de la responsabilidad de éstos.
S.C.BA., 16-VI-1992, "Rodríguez, Alberto R. c. Mada S.R.L. y/u otros", L.L., 21-X-1992.
Liberación de responsabilidad: registración de la CeSlÓD
1. La sola cesión de cuotas no es suficiente para excluir al socio de su responsabilidad como
administrador. Para la oponibilidad de la ce-Sión es menester su registración.
2. La ley de sociedades exige la registración como modo de liberarse - frente a terceros - de las
responsabilidades que importa la dirección societaria.
Cám. Nac. Com., Sala D, 30-IV-1991, "Agrícola Ganadera La Marca S.R.L.", L.L., 13-11-1992.
2. DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Miguel, Jorge, "La subasta de cuotas de una sociedad de responsabilidad limitada por motivo de la
ejecución seguida por un acreedor particular del socio titular", R.D.C.O., 1%9, pág. 99.
Morello, Augusto Mario - Tróccoli, Antonio, "La adquisición de la cuota social. Realismo", R.D.C.O.,
1978, pág. 1187.
Odriozola, Carlos, "Los derechos de los socios en la venta forzada de cuotas de una sociedad de
responsabilidad limitada", R.D.C.O., 1974, pág. 643.
Richard, Efrafn H., "Notas en torno a las sociedades de responsabilidad limitada conforme a su
regulación en el Anteproyecto de la Lay General de Sociedades", R.D.C.O., 1970, pág. 467.
CAPÍTULO XIV
LA SOCIEDAD ANONIMA
a) Origen
La sociedad anónima nació como una prolongación de la actuación de la Casa Real Inglesa. La
utilizaron los reyes de la Casa de Anjou, los Tudores y los Estuardos, en parte como el mejor modo de hacer que
las cosas se hicieran y en parte con el objeto de alargar los brazos del poder real1. La noción de la sociedad
anónima está bien fijada en la ley inglesa, tan antiguamente que es necesario remontarse por lo menos
al siglo XIV.
Su personalidad jurídica se definió y acentuó en los siglos XV y XVI: adquirió capacidad para
poseer bienes, entablar demanda y ser demandada, de modo que allí se diferencia de sus miembros y los
sobrevive. En esta evolución finalmente se le confirió el privilegio de la limitación de la responsabilidad de los
miembros a sus respectivos aportes2.
El status societario lo adquiría merced a una concesión real. Por eso se ha dicho que el otorgamiento de
la personalidad jurídica era uno de los recursos principales en virtud del cual el poder real se administraba y
expandía al mismo tiempo3.
BERLE Jr., Adol' A., La Sociedad Anónima en ¡a Sociedad Moderna, de MAsoN, EDWARD, 5. y otros, Prólogo, pág. 2.
2 DE SOLÁ CAÑIZAREs, Felipe, Tnatado de Sociedades por Acciones en el
3 CtIAYES, Abram, "La sociedad anónima moderna y el imperio de la ley", en La Sociedad Anó,'ima en la Sociedad Moderna, de
MASON, EDWARD y otros, pág. 52.
Los Tudores encararon con decisión la colonización, el corso, la promoción del comercio exterior,
y se valieron de la sociedad anónima para eHo, con lo que la idea de la unidad legal de un grupo
determinado se asocia con la finalidad de la financiación colectiva de negocios. Las cédulas reales de
reconocimiento de las sociedades incluían generalmente la concesión de monopolios del comercio en ciertos
lugares o de determinados artículos, exenciones de ciertas cargas y otros privilegios. Dichas empresas
demandaban sumas cuantiosas y grandes riesgos, y esa fue la tarea que se encomendó a estas sociedades
anónimas que pasaron así no a administrar esos privilegios sino a ejercerlos 4. Así es como la sociedad anónima
del siglo XVII pasó a ser el instrumento ideal de la política económica mercantil.
En esa época el control de las sociedades anónimas lo ejercían las cortes del rey, actuando
como órgano nacional de control y fiscalización administrativa. De esa época son las normas legales
que determinan que al concederse la autorización real se evaluara políticamente tal acto; que en la cédula
de reconocimiento se establecieran las limitaciones al volumen; determinación de las actividades que
desarrollará la nueva sociedad anónima; y mantenimiento riguroso de sus limitaciones 5.
Brunetti al comentar la evolución histórica de la sociedad anónima señala que su verdadero origen
no debe buscarse en Italia, pero que estudiando las sociedades romanas pueden advertirse ciertas
características similares en las societates publicanomm. Estas sociedades de publicanos a que ya hicimos
referencia en el Capítulo 1, punto 2, fueron organizaciones formadas para la realización y recaudación de
ingresos del Estado, el aprovisionamiento y suministro del pueblo y de los ejércitos, y la construcción de
obras públicas. Su actuación ligada a las funciones públicas les dio carácter de "personas públicas",
adquiriendo una personalidad diferente de los socios que las integraban. Por ello, dice este autor
italiano, pertenencen a la categoría de "corporaciones" dotadas de personalidad6.
También expresa Brunetti que otros autores italianos citan en la evolución histórica de las
sociedades anónimas, a la
Entre las primeras companies, que adoptaron la forma de joint stock company, está la "Rusia
Company", incorporada por la reina Elizabeth en 1555. Estas companies eran convertidas incorporations,
por concesión de la Corona o por ley del Parlamento Special Act of Parliament -, pudiendo cita rse la East
Indian Company (1600), la New River Company (1606), la Hudson's Bay Company (1670), el Bank of England
(1694), la South Sea Company (1711) y la London Assurance Corporation (1720)8.
Desde 1600 a 1720 la historia de las companies es en realidad la historia de unas cuantas compañías
que ejercen verdaderos monopolios.
Esta forma de sociedades "incorporadas" dio lugar a abusos, y fueron prácticamente prohibidas
por el legislador con la Buble Act de 1720 9.
En Italia se cita como un antecedente de las sociedades por acciones a la Casa di San Giorgio,
luego convertida en Banca di
7 BRUNNETI, Op. cit., T. II, pág. 5, nota nro. 8.
c) Su desarrollo
Luego viene la transformación de este ente a fin de adecuarlo a la política liberal que se expande por el
mundo, o mejor dicho, que Inglaterra expande. Entonces poco a poco la sociedad anónima se libera del
"paternalismo" de la Corona.
El desarrollo del capitalismo que tiene como base la empresa privada y el principio de la
libertad de contratación, requirió la transformación de aquellas empresas de carácter público creadas
por concesión individual, en otras empresas de carácter privado creadas libremente por voluntad de sus
miembros 11.
La evolución hacia la forma moderna en Europa continental, se inició, como lo senala el destacado
profesor español Dr. Rodrigo Uría12, a partir de la Revolución Francesa, bajo la presión de los postulados del
capitalismo liberal. En el Código napoleónico la sociedad no nacía ya gracias a la autorización o acción de la
Corona, sino en virtud de la voluntad de los socios, si bien el Estado se reservaba el derecho de la autorización
previa para su funcionamiento.
El Código español de 1829 avanzó aún más, y el Estado sólo intervenía en la aprobación de
las escrituras fundacionales por los tribunales.
Después la sociedad anónima se liberó ya de toda tutela estatal, y tanto en Francia en 1867 como en
España en 1869 se
10 URÍA, Rodrigo, Derecho Mercantil, 7' Edición, Madrid, pág. 177; HALPERIN, Manual de Sociedades Anónimas, pág. 7.
11 SOLA CAÑIZARES, op. cit., T. III, págs. 10 y 11.
12 URIA, op. cit., pág. 170, nro. 185.
sancionaron modificaciones que de¿aban en plena libertad a estos entes, sin ningún control
estatal3.
La sociedad anónima continental defmida con los caracteres actuales en el Código de
Comercio francés de 1807 y que tomó formas defmitivas con la ley francesa de 1867, fue creada en otros
países europeos y latinoamericanos bajo principios semejantes. Así, en Alemania en 1870, en Bélgica en 1873,
en Brasil en 1882, en Italia en 1882, en México en 1888, etcétera14.
El capitalismo moderno pudo utilizar en esos países una nueva forma jurídica de empresa que fue
el resultado de la yuxtaposición de elementos modernos: las antiguas compañías aportaron las dos ideas
fundamentales, llmitación de la responsabilidad de sus miembros a sus aportaciones y títulos
negociables. A su vez, el derecho civil aportó el contenido jurídico de la nueva forma social,
encuadrándola dentro de la noción contractual; las necesidades y las ideas de la época aportaron los
conceptos de libertad y de organi:zación democrática15.
El mayor desarrollo, sin embargo, no tuvo lugar en Europa, sino en los Estados Unidos de América. El
famoso fraude de 1720 en Inglaterra, conocido como el "fraude del Mar del Sud", desacreditó
enormemente a la sociedad anónima, a punto tal que por casi cien años a partir de entonces no se habla
de este tipo societario en Inglaterra y sus colonias'6. A comienzos del siglo XIX, "si bien de mala gana y
con cierta aversión", como señala Berle, se comenzó a recurrir nuevamente a ellA, tanto en Gran Bretaña
como en la naciente Estados Unidos, y a pesar de las primeras limitaciones que se le impusieron, ello
no impidió que se abriese paso y floreciera ampliamente a mediados del siglo.
Es en Estados Unidos donde la sociedad anónima adquirió el poder formidable que la
distingue, a punto tal que su gravitación fue tan importante que puso en peligro el mismo poder del
Estado, como lo han señalado eminentes juristas norteamerica13 URIA, op. cit., pág. 170, nro. 185.
14 SOLÁ CAÑIZARES, op. cit, T. III, pág. 11.
21 LEARY, Leo N., "La equitativa distríbución del poder de voto en la ley sobre sociedades holdings de servicios públicos
(1935)", reseña en L.L., t. 77, pág. 938.
La "corporación" continúa siendo considerada en teoría como una creación del Estado que le
confiere la personalidad jurídica concediendo un chaFler, vocablo vinculado a la antigua idea de
concesión, que hoy en todas las legislaciones de los Estados Unidos se obtiene en virtud de leyes generales a las
que se pueden acoger los particulares. En los Estados Unidos la sociedad anónima no tiene carácter de
un contrato entre particulares, pues la incorporación se considera como un contrato entre el Estado y la
corporación, aunque también se ha considerado que se trata de un triple contrato entre el Estado y la
corporación, entre los accionistas y el Estado y entre los propios accionistas22
Así es como toda la legislación contemporánea, especialmente con posterioridad a la Primera
Guerra Mundial, se va incunando hacia una mayor reglamentación de esta forma societaria, a fin de
evitar que sea instrumento de maniobras en perjuicio de las "minorías" de accionistas y de los intereses
generales23.
23 En Gran Bretaña rige un severo sistema de sanciones penales, la vigilancia de los auditores, de la Cámara
de Comercio y poderes públicos.
Solá Cañizares nos dice al respecto que este diferente origen explica lo que pueden parecer
contrasentidos e incluso absurdos, y no son más que consecuencias lógicas de las concepciones
distintas al surgir la sociedad por acciones moderna. Parece extra-ño, dice, que en países "campeones"
de la democracia y la libertad admitan realmente intervenciones del Estado en la sociedad por acciones, y que
no se admita en países de la Europa continental, incluso cuando están regidos por un régimen autoritario. Ni en
la Alemania nacional-socialista, ni en la Italia fascista, se produjo la intervención administrativa que existe
en Inglaterra y en Estados Unidos. En España con un régimen político de tipo autoritario, se dictó en
1951 una ley de sociedades anónimas que es más liberal y alejada de todo intervencionismo estatal
que en Inglaterra y Estados Unidos24.
La incapacidad de la teoría contractual para solucionar los problemas que crea la moderna
sociedad anónima determinó la necesidad de recurrir a otra concepción más idónea. Así, en el derecho
germánico, plasmada legislativamente en la ley de 1937, y que ha seguido la legislación francesa en la reforma
de 1966, se abandona la concepción contractualista, adoptando la teoría "institucionalista".
Conviene detenerse, en este estudio de la evolución de estas sociedades, en la ley alemana de
1937, ya que marca un hito fundamental en la evolución de la legislación contemporánea sobre
sociedades anónimas. Partiendo del concepto jurídico del "órgano", modifica sustancialmente el enfoque
de la organización, administración y control de ellas.
Esta ley tiende fundamentalmente a independizar y fortalecer los órganos de control y a proteger los
intereses de las minorías. Crea un órgano de control independiente designado por la asamblea que a su vez
designa a los administradores. La dirección, Vorstand, elegida por el consejo de vigilancia (Aufsichtstrat), que a
su vez, es elegido por la asamblea (Hauptversamnlung). El Vorstand dura cinco años como máximo en el
cargo y viene a ser un empleado de la sociedad25.
24SOLA
LÁ CAÑIZARES, op. ci(., T. III, pág. 14.
25 Cfr., SCIIILLING, Wolfgang, "La protección de las minorías en el derecho alemán de las sociedades
por acciones" (L.L., t. 105, pág. 1087); SEMÓN, Juan M., Nuevo den'cho accionario y de "Konzem" de Alemania. Ley de J%5,
págs. 41 y sigs.
Esta ley ha sido el modelo de la ley francesa de 1966, código de sociedades que es obra de los más
notables juristas franceses y que llevó varios años de estudio y consultas para su elaboración.
Adoptando la teoría germánica, el organismo de control es designado por la asamblea, y sólo puede
estar integrado por accionistas. Este cuerpo designa a su vez al consejo de administración, separando así
claramente ambas funciones. Ello implica, como se ha señalado26, un cambio fundamental, ya que el organismo
de control pasa a ser el cuerpo que en representación de la asamblea, no sólo designa a los directores o
miembros del consejo de administración, sino que también propone la destitución de ellos, además del control
que por sí o por peritos o expertos realice con toda amplitud.
En cambio, la ley española de 1951, dictada entre ambas leyes comentadas precedentemente,
sigue la teoría contractualista, excluye toda intervención del Estado y es de orientación francamente liberal. Esta
ley ha sido inspiradora de muchas normas de nuestra ley.
Mantiene la antigua concepción de que los administradores son designados por la asamblea, quien
también designa al órgano de fiscalización interna.
Para la constitución de la sociedad adopta el sistema normativo, que ha adoptado la ley argentina, y la
sociedad adquiere la personalidad jurídica a partir de su inscripción en el registro mercantil27.
La sociedad anónima es la gran empresa comercial que adopta esta forma jurídica. Son, como
dice Abram Chayes, los mayores centros de poder no gubernamentales existentes en nuestra
comunidad" 28.
26 RIPA ALBERDI, Vicente 1., Revisia de Leg. Argentina, nro. 37, octubre
1969, pág. 82.
27 SOLÁ CAÑIZARES, op. cit., T. 1, pág. 338.
28 C¡IAYES, Op. cit., pág. 41.
William T. Gossett, ex vicepresidente y asesor general de la Ford Motor Co., dice refiriéndose a la
sociedad anónima: "...es una institución económica y social que toca todos los aspectos de nuestra vida; en
muchos sentidos constituye una expresión institucionalizada de nuestro propió modo de ser. En los últimos
cincuenta años la industria en forma de sociedad anónima se ha desplazado de la periferia al mismo
centro de nuestra existencia económica y social. En verdad, no es inexacto decir que vivimos
"29
en una comunidad de sociedades anónimas
Esto ocurre hoy en el país más industrializado y más avanzado técnicamente del mundo.
En todos los países estas sociedades han conquistado las posiciones más importantes. La
actividad siderúrgica, la petroquímica, la electrónica, la banca, el seguro, las empresas de transportes
marítimos, terrestres y aéreos, han adoptado esta forma y están en manos de sociedades anónimas.
Se ha convertido así la sociedad por acciones en un instrumento formidable del desarrollo
económico de los pueblos. A punto tal que se puede decir que el desarrollo económico de Occidente
está fundado en la sociedad anónima. Ya a fines del siglo XIX y principios de este siglo el capitalismo
moderno se desarrolló prodigiosamente, y pudo hacerlo en gran parte gracias al maravilloso
instrumento de la sociedad por acciones, y se ha hablado de la era de estas sociedades como una de las
épocas de la
historia económica30.
32 KAYSEN, Karl, "La sociedad anónima: ¿cuánto poder? ¿qué alcance?", en Ii' Sociedad Anónima en la Sociedad Moderna, por
MASON, EDWARD, y
otros, pág. 145.
Ejercen considerable influencia en la prensa mundial y en todos los medios de difusión. El "cuarto
poder" está muchas veces a su servicio. A través de los modernos medios de comunicación masivos su acción
se expande en el mundo y su poder se ejerce rápidamente.
La influencia en el medio social es también considerable. Esas grandes sociedades ocupan
miles de obreros y empleados en sus plantas industriales, en sus fábricas, en sus oficinas. A través de
esos centros de producción irradian su influencia en el medio social. El cierre o la paralización de esas
empresas tiene profunda repercusión.
Su presencia, en suma, es signo de poder. De enorme poder. El legislador de nuestros países
debe conocer esa circunstancia y merituarla. El Estado, que tiene hoy la obligación de preservar la
libre competencia en los mercados, debe contar con los medios para evitar prácticas monopólicas o
lesivas a esa libertad, para poder prevenir y sancionar conductas transgresoras.
33
StJLZBERGER, 6. L., "El aumento de empresas mu1tinacionales", en La Nación del 14 de noviembre de 1972, pág. 4.
El fenómeno adquiere importancia después de la Segunda Guerra Mundial, siendo el
desarrollo de las inversiones de las compañías norteamericanas en otras naciones realmente
extraordinario.
Es así como este fenómeno moderno de la concentración de empresas debe ser regulado por el
derecho, y especialmente por el régimen legal de las sociedades por acciones.
Es este aspecto uno de lo más modernos y delicados en cuanto a su formulación jurídica y al
tratamiento legislativo correspondiente, dada su singularidad y su proyección.
Fundamentalmente esta materia adquiere relevancia especial en paises como el nuestro, de
importación de capitales, donde las grandes corporaciones penetran en el fenómeno económico
nacional a través de sucursales y filiales. Generalmente las empresas multinacionales, verdaderos
"gigantes" de un poder superior a los mismos Estados, crean en el país una empresa nacional,
jurídicamente autónoma, pero "dependiente" de aquella extranjera, y por su intermedio se "vincula" a
otras empresas, llegando a manejar importantes rubros de la economía nativa.
Esto produce una intromisión en el mercado nacional, de indudable trascendencia, que puede alterar
el libre juego de la oferta y la demanda. Contra ello han reaccionado las diferentes legislaciones
sancionando las leyes de represión de los tn¿sts y cartek en cuanto desarrollan actividades monopólicas.
Pero además el régimen legal de las sociedades por acciones debe regular aspectos como el de
la "participación" de una empresa en otra, las "vinculaciones" entre empresas, las "participaciones
recíprocas", los "contratos de empresas", el control", por cuanto se trata de un fenómeno económico que no
puede detenerse y que pareciera determinado por la evolución del desarrollo de las economías
nacionales. Así, por ejempío, en Alemania Occidental se calcula que casi un 70 % de las sociedades
anónimas están ligadas entre sí a través de participaciones o vinculaciones. Se aduce en su favor la necesidad de
aumentar la eficiencia de las empresas, su mayor tecnificación a través de la investigación, que
demanda enormes sumas de dinero, la mayor racionalización, el aseguramiento de la provisión de
materias primas, el intercambio de experiencias y de inventos, la
unificación de la propaganda, la conveniencia de autofinanciarse, etcétera.
La Ley de Sociedades, en sus artículos 118 a 124, regula las sociedades constituidas en el
extranjero. La sociedad constituida en el extranjero se rige en cuanto a su existencia y forma por las
leyes del lugar de constitución, estando habilitada para realizar en el país actos aislados de comercio y
estar en juicio.
Para el ejercicio habitual del comercio en el país, para establecer sucursales, filial o cualquier
especie de representación permanente, debe: acreditar su existencia conforme a las leyes de su país;
fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e inscnpción exigidos por la ley para las
sociedades que se constituyan en el país. Debe, además, "justificar la decisión de crear dicha
representación" y designar a la persona a
cuyo cargo estará ella.
Para la instalación de sucursales deberá, además, determinarse el "capital" que se le asigne.
En el artículo 123 se regla la constitución de sociedades en la República, debiendo previamente
acreditarse ante el juez de registro que la sociedad se ha constituido conforme a la ley de su país respectivo e
inscribir su contrato social, reformas y demás documentos habilitantes, así como la relativa a sus representantes
legales en el Registro Público de Comercio y en el Registro Nacional de Sociedades por Acciones, en su caso.
CAPÍTULO XV
LA SOCIEDAD ANONIMA (Continuación)
232. CARACTERIZACION
Las características que definen a este tipo social son las siguientes:
Básicamente esta sociedad suele definirse como "una asociación de capitales", lo que pone de
relieve el elemento económico y subalterniza el elemento humano. Aquí el vinculo societario no está
fundado en la afecctio societatis ni siquiera en las razones de interés personal que pueden llevar a una
persona a unirse a otras para emprender una empresa económica, sino que la relación social se
establece por la posesión de "acciones'; esto es por porciones de capital. Es la posesión de acciones la
que determina el vínculo, otorga derechos patrimoniales (al dividendo y al resultado de la liquidación
final) y políticos (derecho de votar, de elegir y ser elegido, de participar en las asambleas, de formar la
voluntad social, de impugnar esos acuerdos, de integrar los diversos órganos societarios, etc.).
Inclusive en la anónima moderna y en las grandes corporaciones esa participación política no se da, ya
que los accionistas no intervienen mayormente, y se limitan a otorgar poder a los grupos
administradores para que los representen en las asambleas; y la integración de los órganos sociales de
administración y fiscalización, está en manos de técnicos, que no son titulares de acciones; existiendo
ya una total separación entre los "dueños" del capital social y quienes gobiernan la sociedad.
b) Limitación de la responsabilidad del socio al capital suscripto
Como natural consecuencia de la característica primera señalada surge esta otra: el socio no adquiere
ninguna suerte de responsabilidad subsidiaria por las operaciones sociales; su responsabilidad patrimonial
comprometida está vinculada directamente a la "porción del capital" que adquiere de la sociedad. De allí que
sus obllgaciones sociales se limitan exclusivamente al aporte del capital comprometido, esto es la
integración del capital suscripto; y la derivada de esa integración (evicción de bienes aportados;
perjuicios por mora; etc.).
Estas sociedades requieren, por lo general, una mayor intervención del Estado en la etapa
constitutiva y en su posterior actuación y funcionamiento. Las diversas legislaciones varían en cuanto
al grado de dicha intervención, pero en una forma u otra, ella está presente.
Cabe señalar también respecto de estas características que las legislaciones prescriben una
diferencia de la actuación estatal según el tamaño o la trascendencia económica de la sociedad,
acentuando esa intervención para las de mayor importancia económica. De allí ha surgido la diferenciación, que
recoge nuestra ley, entre "sociedades cerradas o familiares" y "sociedades abiertas".
Este tipo social requiere para su gobierno de la consagración de la actuación de diversos órganos a los
cuales la ley otorga facultades específicas:
- un órgano deliberativo, que toma las resoluciones fundamentales del gobierno de la sociedad,
denominado asamblea, a la que se le otorga una competencia determinada y que está iutegrada, en principio, por
los accionistas de la sociedad. Hoy, esta última característica tiende a desaparecer o, al menos, va
paulatinamente perdiéndose, con los pactos de "convenio de vo
tos" o de "sindicación de acciones", y, por qué no, también por la práctica de obtención de "poderes" al
que recurren cada vez más los grupos de administradores, para asegurarse mayorías complacientes;
- un órgano de administración, generalmente colegiado, a cargo de técnicos no socios, que
realiza la conducción y ejecución del gobierno social; designado por la asamblea; y
- un órgano de fiscalización, unipersonal o colegiado, también técnico, a cargo de no accionistas,
que tiene por funciones fiscalizar la correcta actuación del órgano de administración, el respeto de los
derechos de los accionistas, la no transgresión a las normas sociales y legales y la correcta
contabilización de las operaciones sociales, también designado por la asamblea.
Este esquema tradicional de gobierno ha sido modificado en la legislación alemana y tal
criterio innovador se ha introducido en nuestra legislación, creando la posibilldad de optar por la
elección de un "Consejo de Vigilancia", y, en tal supuesto, el esquema de gobierno será el siguiente:
- un órgano deliberativo, la asamblea, que elige al Consejo dé Vigilancia;
- el conselo de vigilancia, con facultades de fiscalización similares a la sindicatura, pero que tiene,
además, la facultad de designar al directorio; ejercido por accionistas de la sociedad; y
- el órgano de administración, directorio.
a) Distinción entre sociedades "cerradas " y "abiertas'; para regular el control y fiscalización de
su funcionamiento; para las asambleas, autorizando la denominada asamblea "unánime" en las anónimas
cerradas, sin exigirse convocatoria; permitiendo el directorio "unipersonal" también en éstas, etcétera.
Características que acentuó la reforma al establecer la sindicatura optativa para las sociedades
"cerradas" o familiares.
b) Consagración del sistema "normativo" en la constitución, donde la autoridad de control
limita sus facultades en cuanto al
acto constitutivo a un mero examen de legalidad y de tipo fiscal. Este criterio consagrado por la ley
19.550 fue mantenido por la reforma.
c) Admisión de acciones privileg¿adas en el voto, de hasta cinco votos por acción, rompiendo la
relación de proporcionalidad que debe existir entre capital y derechos del accionista. Este criterio permitido
por el Código de Comercio fue expresamente legislado en la Ley de Sociedades comerciales. En casi todas
las legislaciones se han eliminado las acciones de voto plural o, se las ha limitado.
La existencia de estas acciones de voto plural implica una gravísima injusticia que permite a
una minoría del capital gobernar la sociedad anónima, en evidente perjuicio de los titulares de la
mayoría del capital, contradiciendo la propia naturaleza de esta sociedad que determina una regla de
absoluta proporcionalidad entre el capital integrado y los derechos consiguientes.
d) Se autoriza la emisión de "bonos de goce" que sólo dan derecho a participar
exclusivamente en las utilidades sociales.
e) Se Nrmite la elección de un Consejo de Vigilancia, con facultades de fiscalización y control
y la posibilidad de designar al órgano de administración, el directorio.
f) Se permite la designación de un órgano de administración unipersona4 en las sociedades
"cerradas".
g) Se permite la elección de directores por clases de acciones y se admite el sistema de "voto
acumulativo'; posibilitando que en la integración del órgano de administración colegiado participen también
los sectores minoritarios, si bien ello con las lógicas limitaciones que se desprenden de la aceptación del sistema
de "voto plural".
h) Se han consagrado causales de inhabilidad e incompatibilidad, para desempeñarse como
directores y síndicos, propendiendo al saneamiento de estas sociedades.
i) Se establece la sindicatura "idónea" a cargo de profesionales (ahogados, contadores públicos o
doctores en ciencias económicas); y obligatoriamente colegiada en las sociedades 'abiertas" La ley consagró
la obligatoriedad de este órgano de fiscalización, pero la reforma lo hizo optativo para las sociedades
"cerradas
j) Se regula sobre el control estatal en elfi¿ncionamiento, sometienao al control 'permanente" a
las sociedades 'abiertas" que son aquellas que recurren al ahorro público o que por el objeto o actividad que
desarrollan tienen previsto ya ese control estatal por otras leyes (casos de bancos, compañías financieras y
sociedades de ahorro y préstamo para la vivienda en la ley 21.526; las
compañías de seguros, las de ahorro para fines determinados o cuando por su capital exhiben una
importancia e influencia económica en la comunidad que requiere de ese control).
k) Se mantiene el doble procedimiento de constitución, por "acto único" y "por oferta pública" o
procedimiento de constitución "sucesivo", consagrando normas específicas para regular las obligaciones y
responsabilidades que los "promotores", fundadores y suscriptores, adquieren.
1) Se consagra la obligatoriedad de constitución por instrttmento público, cualquiera sea el
procedimiento de constitución.
m) Se mantiene el requisito general de la existencia de dos socios, como mínimo, para que haya
sociedad. Se modificó en la L.S. el criterio del Código de Comercio que requería de diez socios como mínimo y
se ha adoptado el principio general, consagrado en el artículo 1 de la ley.
n) Se incluye en el régimen de las anónimas a las sociedades con participación estatal
mayoritaria, como un subtipo, haciéndole aplicable todas sus normas.
Art. 163. - Caraacterización. El capital se representa por acciones y los socios limitan su responsabilidad a la integración de las
acciones suscriptas.
Art. 165. - Constitución y forma. La sociedad se constituye por instrumento público y por acto único o por
suscripción pública.
La sociedad se debe constituir por instrumento público, exigiéndose que el acto constitutivo (sea
por el procedimiento de acto único o por suscripción pública) se instrumente por escritura pública) se
instrumente por escritura pública pasada ante Escribano Público. Debe recordarse que la Comisión
redactora de la L.S. propuso una opción entre instrumento público o privado (Exposición de Motivos,
punto 2), pero fue desestimada por el Ministerio de Justicia quien consagró el criterio de la exigencia
del instrumento público (ver Nota de Elevación). Se ha resuelto que las modificaciones también deben
hacerse por escritura pública.
"Si bien el artículo 165, decreto ley 19.550, en cuanto exige instrumento público, parece circunscribirse al acto constitutivo de la
sociedad, debe también entenderse incluyendo las modificaciones, pues aquel, que da vida a un sujeto de derecho, no se agota en dicho
momento sino que se transmite y proyecta al futuro y toda reforma se incorpora al mismo y deviene en verdadera columna vertebral que
sostiene el contrato de organización".
Buenos Aires, Cám. 1º La Plata, Sala 1º, 8-X-74, "Ingeniero Oscar A. Diez Soci edad Anónima", J.A., 1975, t. 27, sec. prov. n'
4643.
Art. 167. - Trámite administrativo. El contrato constitutivo será presen tado a la autoridad de contralor para verificar el
cumplimiento de los requisitos legales y fiscales. -
Constituida por acto único debe presentarse el instrumento a la autoridad de control que verificará
únicamente el cumplimiento de los requisitos legales y fiscales. Esto consagra la adopción del llamado criterio
normativo de la constitución. Verificado esos requisitos, la autoridad debe ordenar la inscripción en el Registro
Público de Comercio.
Si la constitución es por suscripción pública, el "programa" de fundación se presenta a la autoridad
de control y luego se inscribe. Y, cuando la asamblea de constitución vota afirmativamente, deberá
inscribirse el acta respectiva (art. 180).
235. LA CONSTITUCION
Art. 166.- Si se constituye por acto único, el instrumento de constitución contendrá los requisitos del artículo 11 y los siguientes:
1) Capital.
Respecto del capital social: la naturaleza, clases, modalidades de emisión y demás características de las acciones, y en su caso, su
régimen de aumento.
Art. 168. - Programa. Aprobación. En la constitución por suscripción pública los promotores redactarán un programa de fundación
por instrumento público o privado, que se someterá a la aprobación de la autoridad de contralor. Esta lo aprobará cuando cumpla las
condiciones legales y reglamentarias. Se pronunciará en el término de quince días hábiles; su demora autoriza el recurso previsto en el artículo
169.
lnscripción.
Aprobado el programa,deberá presentarse para su inscripción en el Regístro Público de Comercio en el plazo de quince días.
Omitida dicha presentación en este plazo, caducará automáticamente la autorización administrativa.
Promotores.
Todos los firmantes del programa se consideran promotores.
Art. 169. - Recurso contra las decisiones administrativas. Las resoluciones administrativas del artículo 167, así como las que se
dicten en la constitución por suscripción pública, son recurribles ante el tribunal de apelación que conoce de los recursos contra las decisiones
del juez de registro. La apelación se interpondrá fundada, dentro del quinto día de notificada la resolución administrativa y las actuaciones se
elevarán en los cinco días posteriores.
Art. 171.- Plazo de suscripción. El plazo de suscripción no excederá de tres meses computados desde la inscripción a que se refiere
el artículo 168.
Art. 172.- Contrato de suscripción. El c.ntrato de suscripción debe ser preparado en doble ejemplar por el banco y debe contener
transcripto el programa que el suscriptor declarará conocer y aceptar, suscribiéndolo, y además:
1) El nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio del suscriptor, y número del documento de identidad.
2) El número de las acciones suscriptas.
3) El anticipo de integración en efectivo cumplido en ese acto. En los supuestos de aportes no dinerarios, se establecerán los
antecedentes a que se refiere el inc. 4º del artículo 170.
4) Las constancias de la inscripción del programa.
5) La convocatoria de la asamblea constitutiva, la que debe realizarse en plazo no mayor de dos meses de la fecha de
vencimiento del período de suscripción, y su orden del día.
El segundo ejemplar del contrato con el recibo del pago efectuado,cuando corresponda, se entregará al interesado por el banco.
Art. 173. - Fracaso de la suscripción. Reembolso. No cubierta la suscripción en el término establecido, los contratos se resolverán de
pleno derecho y el banco restituirá de inmediato a cada interesado el total entregado, sin descuento alguno.
Art. 174. - Suscripción en exceso. Cuando las suscripciones excedan del monto previsto, la asamblea constitutiva decidirá su
reducción a prorrata o aumentará el capital hasta el monto de las suscripciones.
Art. 175. - Obligación de los promotores. Los promotores deberán cumplir todas las gestiones y trámites necesarios para la
constitución de la sociedad,
hasta la realización de la asamblea constitutiva, de acuerdo con el procedimiento que se establece en los artículos que siguen.
Ejercicio de acciones.
Las acciones para el cumplirniento de estas obligaciones solo podrán ser ejercidas por el banco en representación del conjunto de
suscriptores.Estos sólo tendrán acción indivídual en lo referente a cuestiones especiales atinentes a sus contratos.
Art. 176. - Asamblea constitutiva: celebración. La asamblea constitutiva debe celebrarse con presencia del banco interviniente y será
presidida por un funcionario de la autoridad de contralor; quedará constituida con la mitad más una de las acciones suscriptas.
Fracaso de la convocatoria.
Si fracasara, se dará por terminada la promoción de la sociedad y se restituirá lo abonado conforme al artículo 173, sin perjuicio de
las acciones del artículo 175.
Art. 177. - Votacián. Mayorias. Cada suscriptor tiene derecho a tantos votos como acciones haya suscripto e integrado en la medida
rijada.
Las decisiones se adoptarán por la mayoría de los suscriptores presentes que representen no menos de la tercera parte del capital
suscripto con derecho a voto, sin que pueda estipularse diversamente.
Art. 178. - Promotores suscriptores. Los promotores pueden ser suseriptores. El banco interviniente puede ser representante de
suscriptores.
Art. 179. - Asamblea constitutiva: orden del día. La asamblea resolverá si se constituye la sociedad y, en caso afirmativo, sobre los
siguientes temas que deben formar parte del orden del día:
1) Gestión de los promotores.
2) Estatuto social.
3) Valuación provisional de los aportes no dinerarios, en caso de existir. Los aportantes no tienen derecho a voto en esta decisión.
4) Designación de directores y síndicos o consejo de vigilancia en su caso.
5) Determinación del plazo de integración del saldo de los aportes en dinero.
6) Cualquier otro asunto que el banco considerare de interés incluir en el orden del día.
7) Designación de dos suscriptores o representantes a fin de que aprueben y firmen, juntamente con el presidente y los
delegados del banco, el acta de asamblea, que se labrará por el organismo de contralor.
Los promotores que también fueron suscriptores, no podrán votar el punto primero.
Art. 180. - Conformidad, publicación e inscripción. Labrada el acta se procederá a obtener la conformidad, publicación e
inscripción, de acuerdo con lo dispuesto por los arts. 10 y 167.
Art. 181. - Documentación del período en formación. Las promotores deben entregar al directorio la documentación
relativa a la constitución de la so ciedad y demás actos celebrados durante su formación. El directorio debe exigir el
cumplimiento de esta obligación y devolver la documentación relativa a los actos no ratificados por la asamblea.
Art. 182. - Responsabílidad de los promotores. En la constitución sucesiva los promotores responden ilímítada y
solidariamente por las obligaciones contraídas para la constitución de la sociedad, inclusive por los gastos y comisiones del
banco interviniente.
Responsabilidad de la sociedad.
Una vez inscripta, la sociedad asumlrá las obligaciones contraídas legítimamente por los promotores y les
reembolsará los gastos realizados, si su gestión ha sido aprobada por la asamblea constitutiva o silos gastos han sido necesarios
para la constitución.
Responsabilidad de los suscriptores.
En ningún caso los suscriptQres serán responsables por las obligaciones mencionadas.
Vimos ya que los promotores están obligados a realizar todos los trámites necesarios para la
constitución de la sociedad, hasta la asamblea constitutiva. Realizada ésta y designado el directorio, deben
hacer entrega a ese órgano de la documentación sobre la formación de la sociedad.
Los promotores son responsables en forma personal, solidaria e ilimitada, por los actos
realizados tendientes a constituir la sociedad, inclusive frente al banco, por su comisión y gastos.
Constituida la sociedad, ella asume las obligaciones que hubieran contraído los promotores.
Aprobada su actuación por la asamblea, se les reembolsará los gastos abonados, y los promotores
quedan liberados frente a terceros.
Pero, por las obligaciones contraidas por los promotores en exceso de la finalidad de constitución,
aunque los asuma la sociedad, no quedan liberados frente a terceros, de acuerdo a lo prescripto en el
artículo 184, in fine.
Art. 183. - Actos cumplidos durante el periodo fundacional. Responsabilidades. Los directores sólo tienen facultades para obligar a
la sociedad respecto
de los actos nesesarios para su constitución y los relativos al objeto social cuya ejecución durante el periodo fundacional haya
sido expresasnente autorizada en el acto constitutivo. Los directores, los fundadores y la suciedad en formación son solidaria e
ílimitadarnente responsables por estos actos mientras la sociedad no esté inscripta.
Por los demás actos cumplidos antes de la inscripción serán responsables ilimitada y solidariamente, las personas que
los hubieren reatizado y los directores y fundadores que los hubieren consentido.
Art. 184. - Asunción de las obligaciones por la sociedad. Efectos. Inscripto el contrato constitutivo, los actos
necesarios para la constitución y los realizados en virtud de expresa facultad conferida en el acto constitutivo, se tendrán como
originariamente cumplidos por la sociedad. Los promotores, fundadores y directores quedan liberados frente a terceros de las
obligaciones emergentes de estos actos.
El directorio podrá resoiver, dentro de los tres meses de realizada la inscripción, la asunción por la sociedad de las
obligaciones resultantes de los demás
actos cumplidos antes de la insrripción, dando cuenta a la asamblea ordinaria. Si ésta desaprobase lo actuado, los
directores serán responsables de los daños y perjuicios aplicándose el artículo 274. La asunción de estas obligaciones por la
sociedad, no libera de responsabilidad a quienes las contrajeron, ni a los directores y fundadores que los consintieron.
Estas normas rigen las obligaciones de los intervinientes y la responsabilidad por los actos
cumplidos durante el periodo fundacional de la sociedad. La ley 22.903 introduce reformas tendientes
a precisar con toda claridad las facultades de los administradores durante ese periodo y limita la
legitimidad de su gestión a los actos fundacionales y demás comprendidos en el objeto social, cuando
hayan sido expresamente autorizados en el acto constitutivo. También se excluye de responsabilidad a
los socios por los actos realizados por los administradores en exceso de esas facultades,
responsabilizando de los mismos a las personas que los hubieran realizado y directores y fundadores
que los hubieran consentido.
Los actos ejecutados dentro de sus facultades por los directores y fundadores, son asumidos
por la sociedad, al inscribirse ésta.
Las actos "en exceso" pueden ser asumidos por la sociedad sin que por ello queden liberados
quienes los contrajeron, ni los directores y fundadores que los consintieron.
Esos actos en exceso pueden ser asumidos por la sociedad si el directorio dentro de los tres meses
de inscripta la sociedad, resolviera la asunción de los mismos, dando cuenta de ello a la
asamblea ordinaria. Si la asamblea desaprueba lo actuado los directores serán responsables de
los daños y perjuicios y se configura una causal de "mal desempeño del cargo" que faculta su remoción.
Los promotores y fundadores pueden obtener como retribu ción la participación referida en las
ganancias, y por no más de diez ejercicios en los que se distribuyan utilidades.
Tienen prohibición de recibir beneficios que afecten la intangibilidad del capital social y la ley
sanciona con la nulidad todo pacto en contrario.
236. EL CÁPITAL SOCIAL
a) Capital mínimo (Art. 186)
Art. 186. - Suscripción total. Capital mínimo. El capital debe suscribirse totalmente al tiempo de la celebración del contrato
constitutido. No podrá ser inferior a dos millones quinientos mil australes. Este monto podrá ser actualizado por el Poder
Ejecutivo, cada vez que lo estime necesario. ($12.000)
Terminología.
En esta sección "capital social" y "capital suscripto" se emplean indistintamente.
Contrato de suscripción.
En los casos de aumento de capital por suscripción, el contrato deberá extenderse en doble ejemplar y contener:
1) El nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y número de documento de identidad del
suscriptor o datos de individualización y de registro o autorización tratándose de personas jurídicas.
2) La cantidad, valor nominal, clase y características de las acciones suscriptas.
3) El precio de cada acción y del total suscripto; la forma y las condiciones de pago.
4) Los aportes en especie se individualizarán con precisión. En los supuestos en que para la determinación del aporte sea necesario
un inventario, éste quedará depositado en la sede social para su consulta por los accionistas. En todos los casos el valor definitivo debe resultar
de la oportuna aplicación del artículo 53.
La ley 22.182 de reformas a la ley 19.550 estableció un capital mínimo para las sociedades
anónimas. La ley 22.903 lo fijó en la suma de australes tres mil (A 3.000) (Monto conforme Decreto
Nº 1940/85, B. O., 8-X-85), suma que podrá ser actualizada por el Poder Ejecutivo Nacional cada vez
que 10 juzgue necesario.
c) Contrato de suscripción
La ley 22.903 introdujo la regulación del "contrato de, suscripción" en los casos de aumento
de capital por suscripción.
El capital social puede ser aumentado por varios medios o vías: por capitalización de
ganancias; como consecuencia del revalúo contable o extracontable de los bienes que integran el
activo; por donación o legado; o por nuevas suscripciones de acciones que emita la sociedad.
La L.S. no contemplaba la regulación del "contrato de suscripción" que incorporó la reforma.
Ese contrato deberá extenderse en doble ejemplar y puede ser confeccionado en instrumento
privado. Deberá contener:
1) los datos personales del suscriptor si fuera persona física o datos de individualización e
inscripción en el registro o autorización, si fuera persona jurídica;
2) la cantidad de acciones suscriptas, valor nominal, clase y características;
3) el precio de cada acción y del total suscripto, forma de pago y demás condiciones;
4) individualización de los aportes en especie, aplicándose las normas generales al respecto. Si se tratara
de mercaderías o
bienes que constan en un inventario, debe ponerse éste a disposición de los demás accionistas,
en la sede social.
Art. 187.- Integración mínima en efectivo. La integración en dinero efectivo no podrá ser menor al veinticinco por ciento de la
suscripción; su cumplimiento se justificará al tiempo de ordenarse la inscripción con el comprobante de su depósito en un banco oficial,
cumplida la cual, queda liberado.
Aportes no dinerarios.
Los aportes no dinerarios deben integrarse totalmente. Sólo pueden consistir en obligaciones de dar y su cumplimiento se justificará
al tiempo de solicitar la conformidad del artículo 167.
Respecto de la integración del capital, se aplican las mismas reglas que en la sociedad de
responsabilidad limitada. Los aportes en especie deben ser integrados totalmente y en cuanto a los
aportes dinerarios debe integrarse no menos del 25% y el resto completarse en un plazo no mayor de dos
años. La ley 22.903, prevé aquí también, la forma de acreditar los aportes en dinero al inscribirse la sociedad -
por depósito en banco oficial- y su inmediata liberación y disponibilidad por la sociedad.
Respecto de los aportes no dinerarios, ya vimos anteriormente, que esos aportes deben consistir en
obligaciones de dar y su cumplimiento debe acreditarse al momento de solicitar la autorización administrativa.
Art. 190. - Suscripción previa de las emisiones anteriores. Las nuevas acciones sólo pueden emitirse
cuando las anteriores hayan sido suscriptas.
La L.S. varió el criterio anterior en el sentido que no podrán emitirse nuevas acciones mientras no
estuvieren totalmente "integradas" las anteriores, permitiendo la nueva emisión y exigiendo únicamente la
"suscripción" total de aquéllas.
Art. 191.- Aumento de capital. Suscripción insuficiente. Aun cuando el aumento de capital no sea suscripto en su totalidad en el
término previsto en las condiciones de emisión, los suscriptores y la sociedad no se liberarán de las obligacienes asumidas, salvo disposición en
contrario de las condiciones de emisión.
Art. 192.- Mora: ejercicio de los derechos. La mora en la integración se produce conforme al artículo 37 y suspende
automáticamente el ejercicio de los derechos inherentes a las acciones en mora.
Art. 193. - Mora en la integración: sanciones. El estatuto podrá disponer que los derechos de suscripción correspondientes a las
acciones en mora, sean vendidos en remate público o por medio de un agente de bolsa si se tratare de acciones cotizables. Son de cuenta del
suscriptor moroso los gastos de remate y los intereses moratorios, sin perjuicio de su responsabilidad por los daños.
También podrá establecer que se producirá la caducidad de los derechos; en este caso la sanción producirá sus efectos previa
intimación a integrar en un plazo no mayor de treinta días, con pérdida de las sumas abonadas. Sin perjuicio de ello, la sociedad podrá optar por
el cumplimiento del contrato de suscripción.
La mora se produce por el mero transcurso del plazo fijado para la integración, sin necesidad de
requerimiento o intimación alguna.
El estatuto puede prever el procedimiento a apliéar en caso de mora del suscriptor. M respecto puede
establecerse la venta en remate público o por un agente de bolsa, si fueran acciones cotizables, de los derechos
de suscripción. También puede preverse la caducidad de los derechos en cuyo caso es obligatorio intimar la
integración y otorgar un nuevo plazo de treinta días al suscriptor.
Además, la sociedad puede optar por exigir el cumplimiento de los contratos de suscripción y
demandar judicialmente la integración.
Art. 194. Las acciones ordinarias, sean de voto simple o plural, otorgan a su titular el dereclio preferente a la suscripción de nuevas
acciones de la misma clase en proporción a lis que posean, excepto en el caso del artículo 216, último párrafo; también otorgan derecho de
acrecer en proporción a las acciones que
hayan suscripto en cada oportunidad.
Cuando con la conformidad de las distintas clases de acciones expresada en la forma establecida en el artículo 250, no se mantenga
la proporcionalidad entre ellas, sus titulares se considerarán integrantes de una sola clase para el ejercicio
del derecho de preferencia.
Plazo de ejercicio.
Los accionistas podrán ejercer su derecho de opción dentro de los treinta días siguientes al de la última publicación, si los estatutos
no establecieran un plazo mayor.
Limitación. Extensión.
Los derechos que este artículo reconoce no pueden ser suprimidos o condicionados, salvo lo dispuesto en el artículo 197, y
pueden ser extendidos por el estatuto o resolución de la asamblea que disponga la emisión a las acciones preferidas.
Art. 189. - Capitalización de reservas y otras situaciones. Debe respetarse la proporción de cada accionista en la capitalización de
reservas y otros fondos
acciones, aumentar sin límite su capital y sin necesidad de modificar el estatuto. El directorio tiene un
plazo de dos años para efectuar la emisión.
Para el resto de las anónimas se mantiene la posibilidad de aumentar su capital hasta el quíntuplo.
La L.S. varió el criterio anterior en el sentido que no podrán emitirse nuevas acciones mientras no
estuvieren totalmente "integradas" las anteriores, permitiendo la nueva emisión y exigiendo únicamente la
"suscripción" total de aquéllas.
Art. 191.- Aumento de capital. Suscripción insuficiente. Aun cuando el aumento de capital no sea suscripto en su totalidad en el
término previsto en las condiciones de emisión, los suscriptores y la sociedad no se liberarán de las obligacienes asumidas, salvo disposición en
contrario de las condiciones de emisión.
Art. 192. - Mora: ejercicio de los derechos. La mora en la integración se produce conforme al artículo 37 y suspende
automáticamente el ejercicio de los derechos inherentes a las acciones en mora.
Art. 193. - Mora en la integración: sanciones. El estatuto podrá disponer que los derechos de suscripción correspondientes a las
acciones en mora, sean vendidos en remate público o por medio de un agente de bolsa si se tratare de acciones cotizables. Son de cuenta del
suscriptor moroso los gastos de remate y los intereses moratorios, sin perjuicio de su responsabilidad por los daños.
También podrá establecer que se producirá la caducidad de los derechos; en este caso la sanción producirá sus efectos previa
intimación a integrar en un plazo no mayor de treinta días, con pérdida de las sumas abonadas. Sin perjuicio de ello, la sociedad podrá optar por
el cumplimiento del contrato de suscripción.
La mora se produce por el mero transcurso del plazo fijado para la integración, sin necesidad de
requerimiento o intimación alguna.
El estatuto puede prever el procedimiento a apliéar en caso de mora del suscriptor. M respecto puede
establecerse la venta en remate público o por un agente de bolsa, si fueran acciones cotizables, de los derechos
de suscripción. También puede preverse la caducidad de los derechos en cuyo caso es obligatorio intimar
la integración y otorgar un nuevo plazo de treinta días al suscriptor.
Además, la sociedad puede optar por exigir el cumplimiento de los contratos de suscripción y
demandar judicialmente la integración.
Art. 194. - Las acciones ordinarias, sean de voto simple o plural, otorgan a su titular el derecho preferente a la suscripción de nuevas
acciones de la misma clase en proporcion a las que posean, excepto en el caso del artículo 216, último párrafo; también otorgan derecho de
acrecer en proporción a las acciones que hayan suscripto en cada oportunidad.
Cuando con la conformidad de las distintas clases de acciones expresada en la forma establecida en el artículo 250, no se mantenga
la proporcionalidad entre ellas, sus titulares se considerarán integrantes de una sola clase para el ejercicio del derecho de preferencia.
Plazo de ejercicio.
Los accionistas podrán ejercer su derecho de opción dentro de los treinta días siguientes al de la última publicación, silos estatutos
no establecieran un plazo mayor.
Limitación. Extensión.
Los derechos que este artículo reconoce no pueden ser suprimidos o condicionados, salvo lo dispuesto en el artículo 197, y pueden
ser extendidos por el estatuto o resolución de la asamblea que disponga la emisión a las acciones preferidas.
Art. 189. - Capitalización de reservas y otras situaciones. Debe respetarse la proporción de cada accionista en la capitalización de
reservas y otros fondos
especiales inscriptos en el balance, en el pago de dividendos con acciones y en procedimientos similares por los que deban
entregasse acciones integradas.
Art. 195. - Acción judicial del accionista perjudicado. El accionista a quien la sociedad prive del derecho de suscripción preferente,
puede exigir judicial-mente que ésta cancele las suscripciones que le hubieren correspondido.
Resarcimiento.
Si por tratarse de acciones entregadas no puede procederse a la cancelación prevista, el accionista perjudicado tendrá derecho a que
la suciedad y lOS directores solidariamente le indemnicen los daños causados. La indemnización en ningún caso será inferior al triple del valor
nominal de las acciones que bubiera podido suscribir conforme al artículo 194 computándose el monto de la misma en moneda constanÉe desde
la emisión.
Art. 1%. - Plazo para ejercerla. Las acciones del artículo anterior deben ser promovidas en el término de seis meses a partir del
vencimiento del plazo de suscripción.
Titulares.
Las acciones pueden ser intentadas por el acciortista perjudicado o cualquiera de los directores o síndicos.
Art. 197. - Limitación al derecho de preferencia. Condiciones. La asamblea extraordinaria, con las mayorias del último párrafo del
artículo 244, puede resolver en casos particulares y excepcionales, cuando el interés de la sociedad lo exija, la limitación o suspensión del
derecho de preferencia en la suscripción de nuevas acciones, bajo las condiciones siguientes:
1) Que su consideración se incluya en el orden del día.
2) Que se trate de accciones a integrarse con aportes en especie o que se den en pago de obligaciones preexistentes.
La L.S. introdujo la regulación de este derecho de los accionistas a suscribir las nuevas
emisiones en proporción a las acciones que posean, que no contemplaba el Código de Comer-ci9 pero
era práctica consagrar en los contratos sociales.
1) Furulamento: este derecho tiene como fundamento la protección de la integridad del
"status" del accionista de la anónima, garantizando a los mismos la posibilidad de mantener su
participación dentro de la sociedad e inclusive acrecerla, en la medida que se amplíe el capital social.
Se trata de un derecho esencial del accionista que no puede ser suprimido por el estatuto social ni
limitado en su ejercicio.
2) Titulares: los accionistas de la sociedad que posean acciones ordinarias, sean de voto
simple o plural. El Estatuto, y también la asamblea, pueden extender este derecho a los titulares de
acciones preferidas patrimonialmente.
3) Alcance: este derecho comprende dos aspectos:
- derecho de suscripción de nuevas emisiones;
- derecho de acrecer cuando otros accionistas no ejerzan el derecho de suscripción
preferente.
4) Extensión de esos derechos: el derecho de suscripción está en relación proporcional a
las acciones de la misma clase que el accionista ya posee. Así por ejemplo si se emiten acciones
ordinarias de un voto por un mrnón de pesos: si el accionista A posee acciones de esa clase que
representan el 10% del capital social a ese momento, tiene derecho a suscribir el diez por ciento de esa
nueva emisión, esto es la suma de pesos cien mil en acciones. Si en cambio se emiten acciones
ordinarias de cinco votos por igual valor al referido anteriormente, los accionistas titulares de esa clase
de acciones, tendrán derecho de suscripción en proporción a sus respectivas tenencias: aquél
accionista B que tiene el 20% de las acciones de esa clase emitidas anteriormente, tendrá derecho a
suscribir el 20% de la nueva emisión.
En cambio el derecho de acrecer no está dado por la proporción de acciones que el accionista
ya posee con anterioridad a esa nueva emisión, sino que está dado en relación a la cantidad que
efectivamente el accionista suscriba de las nuevas acciones emiti:ías. Siguiendo con el primer ejemplo
anterior. El accionista A tiene derecho a suscribir el 10% de la nueva emisión, pero puede ocurrir que
efectivamente haaa suscnpto sólo el 5% de la misma. En tal caso si existen accionistas que no ejercen
su derecho de suscripción preferente, y quedan acciones sin suscribir de la nueva emisión, el derecho
de acrecer del accionista A será el 5% del total de las acciones no suscriptas. Es decir que está en
proporción a su suscripción en esa oportunidad.
5) Situaciones en las que se aplka: este derecho debe aplicarse:
- en las nuevas emisiones de acciones dispuestas para aumentar el capital social, sea dentro del
límite del quíntuplo o excediendo ese límite. En cada emisión debe mantenerse la proporción entre las
distintas clases de acciones. Así por ejempío si existen acciones ordinarias clase A de cinco votos que
representan el 20% del capitai social y acciones ordinarias clase B de un voto que representan el 80%
del capital; en cada emisión posterior debe mantenerse esa proporción. Ello sin perjuicio que los
accionistas titulares de una clase determinada (la clase A de nuestro ejemplo), puedan admitir que en
un caso determi
nado no se mantenga esa proporción y que las nuevas acciones ordinarias a emitirse sean todas
de la clase B de un voto por acción. Para ello deberán resolverlo los accionistas de la clase A reunidos
en asamblea especial conforme lo dispuesto en el artículo 250, L.S.;
- en el caso de que la sociedad enajene acciones adquiridas y no canceladas (art. 221,
L.S.): tales acciones deben ofrecerse en venta a los accionistas quienes tendrán derecho de preferencia
y de acrecer;
- aumentos de capital por capitatización de reservas: en tal caso las acciones que se
emitan para cubrir esa capitalización debe respetar la tenencia accionaria de cada accionista y
entregarse la nueva emisión en proporción a las acciones que cada accionista posee;
- pago de dividendos en acciones: también debe procederse entregando esas acciones
guardando la proporción referida anteriormente;
- entrega de acciones por capitalizaci6n proveniente de revalúos contables: debe
procederse de la misma forma;
- entrega de bonos por amortización de acciones: cuando se amortizan acciones se
entregan los llamados "bonos de goce" (art. 228, L.S.) y en tal supuesto también debe mantenerse la
proporción referida ;1
- emisión de debentures convertibles en acciones: el artículo 334, L.S., otorga también
este derecho de preferencia cuando se emitan este tipo de debentures y consagra, asimismo, el derecho
de acrecer; y
- emisión de obligaciones negociables convertibles en acciones: para las sociedades
anónimas, el artículo 5 de la ley 23.576 les autoriza a emitir bonos de obligación, convertibles en
acciones. En este supuesto corresponde también otorgar el de-
2
recho de preferencia y el de acrecer
6) Casos en que no se aplica: este derecho de preferencia no es aplicable en los
siguientes supuestos previstos en las normas referidas:
- en el caso que así lo resuelva la asamblea extraordinaria, en los supuestos
excepcionales previstos en el artículo 197 y
Cfr. HALPERIN, Sociedades Anónimas, cit., pág. 241, nota nro. 114, último párrafo.
2 Artículos 11 y 12 de la ley 23.576.
en las condiciones de quórum y mayorías especiales requeridas, que analizaremos más
adelante;
- cuando el accionista es una sociedad que ya participa en el capital de la sociedad y
que con el incremento derivado del ejercicio de este derecho exceda el límite fijado en el artículo 31,
L.S.;y
- la sociedad controlada que con tal incremento excediera el límite del artículo 32, L.S.
7) Ejercicio del derecho: la ley ha regulado minuciosa-mente este tema, partiendo de la
obligación de publicar el ofrecimiento a los acóiQnistas, por medio de avisos en el Boletín Oficial y en
el caso d&sociedades "abiertas" también en un diario de mayor circulacióñ general en el país, por tres
días. A partir de la última publicación corre el plazo para que los accionistas puedan ejercer su
derecho de preferencia.
Plazo: el derecho debe ejercerse dentro de los treinta días siguientes al de la última
publicación referida anteriormente. Este plazo puede ser mayor si así lo previera expresamente el
estatuto. Nada dice la ley si el estatuto confiere facultad a la asamblea para fijar un plazo en cada caso
concreto. Estimamos que en tal supuesto la asamblea puede ampliar ese plazo de treinta días pero no
disminuirlo. El plazo es para ejercer el derecho, es decir para que el accionista manifieste su voluntad
de suscribir acciones, por lo que debe estimarse cumplido desde que el accionista comunica a la
sociedad su ejercicio, y no desde el momento en que ella reciba esa comunicación.
Fonna: la ley no prevé forma alguna a utilizar por el accionista para notificar a la sociedad del
ejercicio de su derecho de preferencia y de acrecer, por lo que debe aceptarse cualquier medio para
ello, pero dada la importancia del derecho ejercido, deberá tratarse de un medio fehaciente, cuya
expedición pueda probarse (acta notarial, carta documento o telegrama colacionado).
- Autorizado para ejercer este derecho será: el accionista, personalmente, tratándose de
persona física; su apoderado con facultades ordinarias de administración; e incluso el depositario3. No
corresponde, en cambio, al acreedor prenda rio o embargante ni al usufructuario. En el caso que el
accionista sea una sociedad, será el representante social el que deba ejercer el derecho. En todo caso
deberá acreditarse la calidad de accionista.
j) Aumento de capital por oferta pública (Arts. 198, 199, 200y 201)
Art. 198.- El aumento del capital podrá realizarse por oferta pública de acciones.
Art. 190. - Sanción de nulidad. Las emisiones de acciones realizadas en violación del régimen de oferta pública son nulas.
Inoponibilidad de derechos.
Los títulos o certificados emitidos en consecuencia y los derechos emergentes de los mismos son inoponibles a la sociedad, sucios y
terceros.
Art. 200. - Acción de nulidad. Ejercicio. Los directores, miembros del consejo de vigilancia y síndicos son solidaria e ilimitadamente
responsables por los daños que se originaren a la suciedad y a los accionistas por las emisiones hechas en violación del régimen de la oferta
pública.
El suscriptor podrá demandar la nulidad de la suscripción y exigir solidariamente a la suciedad, los directores, miembros del consejo
de vigilancia y síndicos el resarcimiento de los daños.
Art. 201.- Información. La suciedad comunicará a la autoridad de contralor y al Registro Público de Comercio, la suscripción del
aumento de capital, a efectos de su registro.
La L.S. prevé el aumento del capital por suscripción pública con disposiciones adecuadas a la
ley 17.811 de oferta pública de valores. Lógicamente que debe tratarse de sociedades autorizadas a
efectuar esa oferta pública o que soliciten esa autorización, conforme la aludida ley, y en cuanto a la
emisión deben cumplirse los requisitos legales allí prescriptos.
Las emisiones que se hagan en violación de esas normas, serán nulas. La ley 22.903 agregó
que los títulos o certificados emitidos en tales casos y los derechos de ellos emergentes, son
inoponibles a la sociedad, a los socios y a terceros, completando así el alcance de la sanción de
nulidad.
Los directores, miembros del consejo de vigilancia o síndicos, en su caso, son solidaria e
ilimitadamente responsables de los daños que se ocasionen a la sociedad y a los accionistas por la
emisión nula.
La acción de nulidad puede intentarla el suscriptor, exigiendo la indemnización del daño
causado a la sociedad,directores y síndicos.
La sociedad debe informar sobre el cumplimiento del aumento de capital por oferta pública, a
la autoridad de contrQl y al Registro Público de Comercio.
El régimen de las sociedades que hacen oferta pública lo analizamos en el CAPÍTULO XXIII
sobre Sociedades Especiales.
Está prohibido emitir acciones bajo la par, esto es por debajo de su valor nominal, porque ello
afectaría la integridad del capital en perjuicio de terceros. Su emisión es nula, dice la ley.
Se puede, en cambio, emitir acciones "con prima" (es decir, por sobre su valor nominal). En
tal caso el excedente, descontados los gastos de emisión, debe integrar una reserva especial. La ley
22.686 autorizó a las anónimas que hacen oferta pública de sus acciones a que la decisión de emitir
con prima sea tomada por la asamblea ordinaria.
El primer párrafo del artículo 202 exceptúa los supuestos de la ley 19.060. Pero las
disposiciones de esa ley sobre bonos convertibles en acciones (arts. 10 al 20), fueron derogadas por el
artículo 44 de la ley 23.576 de Obligaciones Negociables.
Art. 203. - Reducción voluntaria del capital. La reducción voluntaria del capital deberá ser resuelta por asamblea extraordinaria con
informe fundado del síndico, en su caso.
Art. 204. - Requisitos para su ejecución. La resolución sobre reducción da a los acreedores el derecho regulado en el artículo 83, inc.
2º, y deberá inseribirse pre'ia la publicación que el mismo requiere.
Esta disposición no regirá cuando se opere por amortización de acciones integradas y se realice con ganancias o reservas libres.
Art. 205. - Reducción por pérdidas: requisitos. La asamblea extraordinaria puede resolver la reducción del capital en razón de
pérdidas sufridas por la sociedad para restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio sociales.
Art. 206. - Reducción obligatoria. La reducción es obligatoria cuando las pérdidas insumen las reservas y el cincuenta por ciento del
capital.
La reducción del capital puede ser resuelta por los accionistas, en asamblea extraordinaria, con la
opinión fundada del síndico, en su caso, y debe cumplirse con la publicación.
Los acreedores pueden oponerse a la reducción del capital y pueden exigir ser desinteresados
o debidamente garantizados en sus acreencias. Con la reforma de la ley 22.903 al artículo 83, pueden,
en tercer lugar, obtener un embargo sobre los bienes sociales.
Si no hay oposición, o cumplidos los pasos referidos, la reducción debe ser inscripta. Se hará a
prorrata, respetando la igualdad de los accionistas.
Los acreedores no podrán oponerse si la reducción tiene lugar por amortización de acciones
integradas y se realiza con ganancias o reservas libres.
Si la reducción es forzosa, provocada por pérdidas, la asamblea puede disponerla para
restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio social. La reducción será obligatoria cuando
las pérdidas insuman las reservas y el cincuenta por ciento del capital.
Diversas clases.
El estatuto puede prever diversas clases con derechos diferentes; dentro de cada clase conferirán los mismos derechos. Es nula toda
disposición en contrario.
Art. 226. - Títulos valores: principios. Las normas sobre títulos valores se aplican en cuanto no son modificados por esta ley.
La regla es que las acciones deben ser siempre de igual valor y expresadas en moneda
nacional. Ahora en "pesos". El contrato social puede establecer o prever varias clases de acciones con
diferentes derechos, pero dentro de la misma clase los derechos que confieren deben ser iguales. Es
nulo todo pacto social en contrario.
La comisión que redactó la ley 19.550 rechazó la admisión de "acciones sin valor nominal" de
uso en los Estados Unidos de América y también la posibilidad de emitir acciones en moneda
extranjera.
La ley consagra el principio general de que las acciones "son títulos de crédito" o "títulos
valores" y que se le aplicarán supletoriamente esas disposiciones, fijando así una solución para casos
especiales, como 105 de extravío o destrucción.
Halperin5 señala que las características de este título son:
1) que es de participación, es decir no exclusivo ni excluyente, ya que da derechos a
ejercerse con otros, titulares de derechos análogos en razón de la posesión de títulos similares de la
misma sociedad;
2) de ejercicie continuado, porque el derecho que confiere no se agota con su ejercicio
por una vez (derecho de voto, a los dividendos, etc.);
3) no formal, porque la omisión de los requisitos fUados por la ley no los vicia de
nulidad (salvo cuando hacen a su existencia misma: autenticidad; firmas requeridas);
4) incompleto, porque sus constancias deben integrarse con los estatutos y sus reformas;
5) causal, por su vinculación al estatuto social;
6) indivisible como expresa el artículo 209;
7) en serie, esto es fungible, dentro de la categoría que le corresponde; y
8) esencialmente comercial.
Señala Brunetti6 que la característica de ser un "título de participación" hace que no incorporan
un derecho de crédito propiamente dicho, sino aquel complejo de derechos, de facultades y de
obligaciones que son inherentes a la condición de socio. El título, certifica en su poseedor el status de
socio. Ello no le quita el carácter de literal y autónomo a estos títulos, agrega dicho autor.
Certificados globales.
Las sociedades autorizadas a la oferta publica podrán emitir certificados globales de sus acciones integradas, con los requisitos de
los arts. 211 y 212, para
5
HALPERIN, Sociedades Anónimas, Depalma, 1975, pág. 274, nro. 8.
6 BRUNETTI, op. cit., T. II, pág. 108, nro. 411.
Títulos cotizables.
Las sociedades deberán emitir títulos representativos de sus acciones en las cantidades y proporciones que fijen los reglarnentos de
las bolsas donde coticen.
Certificados provisionales.
Mientras las acciones no estén integradas totalmente, sólo pueden emitirse certificados provisionales nominativos.
Cumplida la integración, los interesados pueden eegtr la insccipción en las cuentas de las acciones escriturales o la entrega de los
títulos definitivos que serán al portador silos estatutos no disponen lo contrarío.
Hasta tanto se cumpla con esta entrega, el certificado provisorio será considerado definitivo, negociable y divisible.
Acciones eseriturales.
El estatuto puede autorizar que todas las acciones o algunas de sus clases no se representen en títulos. En tal caso deben inscnbirse
en cuentas llevadas a nombre de sus titulares por la sociedad emisora en un registro de acciones escríturales al que se aplica el artículo 213 en lo
pertinente o por bancos comerciales o de inversión o cajas de valores autorizados.
La calidad de accionista se presume por las constancias de las cuentas abiertas en el registro de acciones escriturales. En todos los
casos la sociedad es responsable ante los accionistas por los errores o irregularidades de las cuentas, sin perjuicio de la responsabilidad del
banco o caja de valores ante la sociedad, en su caso.
La sociedad, la entidad bancaria o la caja de valores deben otorgar al accionista comprobante de la apertura de su cuenta y de todo
movimiento que inscriban en ella. Todo accionista tiene además derecho a que se le entregue, en todo tiempo, constancia del saldo de su cuenta,
a su costa.
El artículo 208 de la ley 19.550 que regulaba sobre la "forma de los títulos", es decir sobre la
representación de las acciones, sufrió una profunda modificación por la ley 22.903, que incorporó las
denominadas "acciones escriturales".
La legislación italiana consagró en 1923 la posibilidad de las sociedades por acciones de no
emitir títulos accionarios, probándose la calidad de socio por la inscripción en el libro respectivo,
disposición incorporada en la legislación de 1942 que prevé que "las sociedades por acciones tienen la
facultad de acordar en asamblea extraordinaria que no se distribuyan a los socios los títulos de las
acciones. En este caso, la calidad de socio queda probada por la inscripción en el libro de socios y los
vínculos reales sobre las acciones se constituyen mediante anotación en el mismo libro".8
La ley 22.903 modificó el artículo 208 y normas complementarias, admitiendo que todas las
acciones o algunas clases de ellas no se representen en títulos. Para ello deberá llevarse un libro
especial para registrar este tipo de acciones, donde se abrirán cuentas a nombre de cada suscriptor.
Con la apertura de la cuenta se otorgará al accionista un comprobante que lo individualiza. Ese libro
especial al que se le aplican las normas sobre el libro de registro de acciones reglado en el artículo
213, puede ser llevado por la sociedad, por una entidad bancaria (banco comercial o de inversión) o
por una caja de valores autorizada. En todos los casos la sociedad es la responsable ante los
accionistas por los errores o irregularidades de las "cuentas", sin perjuicio de la responsabilidad del
banco o caja de valores ante la sociedad, en el caso que lleven ese libro.
El banco, la caja de valores o la sociedad, según el caso, deben entregar al accionista
comprobante de la apertura de la cuenta y de todo movimiento que se registre en ella. Los accionistas
tienen derecho, en cualquier momento, que se les entregue constancia del saldo de la cuenta, a su
costa.
c) Títulos y certificados
Art. 211. - Formalidades. Menciones esenciales. El estatuto social establecerá las formalidades de las acciones y de los
certificados provisionales.
Son esenciales las siguientes menciones:
1) Denominación de la sociedad, domicilio, fecha y lugar de constitución, duración e inscripcion.
2> El capital social.
3) El número, valor nominal y clase de acciones que representa el título y derechos que comporta.
4) En los certificados provisionales, la anotación de las integraciones que se efectúen.
Las variaciones de las menciones precedentes, excepto las relativas al capital, deberán hacerse constar en los títulos.
Art. 212. - Numeración. Los títulos y las acciones que representan se ordenarán en numeración correlativa.
Firma.. su reemplazo.
Serán suscriptas con firma autógrafa por no menos de un director y un síndico. La autoridad de contralor podrá autorizar, en cada
caso, su reemplazo por impresión que garantice la autenticidad de los títulos y la sociedad inscribirá en su legajo un facsímil de éstos.
Cupones.
Los cupones pueden ser al portador aun en las acciones nominativas. Esta disposición es aplicable a los certificados.
Los títulos y los certificados globales, en su caso y los certificados provisionales, deben
contener las menciones que establezca el estatuto social. Son esenciales las menciones referidas en el
artículo 211. Los títulos deben ser numerados correlativamente y firmados por no menos de un
director y un síndico. La
firma debe ser autógrafa, pero con la autorización de la autoridad de control puede ser
impresa.
En los certificados provisionales se debe hacer constar las integraciones que se efectúen.
Art. 215.- Acciones nominativas y escriturales. Transmisión. La transmisión de las acciones nominativas o escriturales y de los
derechos reales que las graven debe notificarse por escrito a la sociedad emisora o entidad que lleve el registro e inscribirse en el libro o cuenta
pertinente. Surte efecto contra la sociedad y los terceros desde su inscripción.
En el caso de acciones escriturales, la sociedad emisora o entidad que lleve el registro cursará aviso al titular de la cuenta en que se
efectúe un débito
por transmisión de acciones, dentro de los diez días de haberse inscripto, en el domicilio que se haya constituido; en las sociedades
sujetas al régimen de la oferta pública, la autoridad de contralor poddi reglamentar otros medios de información a los socios.
Las acciones endosables se transmiten por una cadena íninterrumpida de endoso y para el ejercicio de sus derechos el endosatario
solicitará el registro.
Art. 217. - Acciones preferidas: derecho de voto. Las acciones con preferencia patrimonial pueden carecer de voto, excepÉo para las
materias incluidas en el cuarto párrafo del artículo 244, sin perjuicio de su derecho de asistir a las asambleas con voz.
Tendrán derecho de voto durante el tiempo en que se encuentren en mora en recibir los beneficios que constituyen su preferencia.
También lo tendrán si cotizaren en bolsa y se suspendiere o retirare dicha cotización por cualquier causa, mientras subsista esta
situación.
1) Conceptó
Las acciones privilegiadas en el derecho de voto son denominadas "acciones de voto plural o
múltiples". Zavala Rodríguez dice que son las que confieren al accionista un voto más fuerte que el
que se reconoce al accionista ordinario o común, sin invertir mayores capitales y sin desembolso
proporcional9.
Winizky las denomina acciones de "voto privilegiado", y las define, siguiendo a Garrigues,
diciendo que "la acción privilegiada es la que concede una participación en la suma de votos de la
sociedad, mayor que la participación que concede en el capital social" 10
Halperin dice que la función que tiene la creación de acciones de voto plural "es asegurar a
determinadas categorías una influencia preponderante o mayor en el gobierno de la sociedad, en
desproporción al capital que representa" 11
Se trata de un privilegio que generalmente se adjudica el "grupo fundador" para mantener el
control en la dirección de la sociedad, es decir, el "control político" de ella, y para evitar el cambio de
mayorías a pesar de sucesivas ampliaciones de capital u otras modificaciones del contrato social
original.
3) Su lustificación
Las acciones de voto plural han sido prohibidas en casi todas las legislaciones más modernas,
por los abusos a que han dado lugar.
Sin embargo, una práctica constante las ha admitido en nuestro país, y según señala Zavala
Rodríguez, sin que se hayan producido perturbaciones que aconsejen su derogación.
Winizky justifica la existencia de estas acciones fundado en necesidades económicas. Sostiene
que si bien tienen el peligro de crear una aristocracia económica, presentan diversas ventajas. Por
ejemplo: facilitan la concentración de empresas; mantienen la influencia de los fundadores; permiten
la continuidad de la administración; evitan los peligros del desinterés de las minorías; coadyuvan a
mantener el control nacional sobre las sociedades anónimas y evitar la injerencia extranjera.
4) Crítica
Todos estos argumentos nos parecen de poca relevancia frente al grave mal de introducir una
relación de injusticia en el seno de la sociedad. Máxime en un tipo societario donde los derechos
tienen como única contrapartida el aporte efectuado por el socio.
Además, los grupos tenedores de estas "acciones de gobierno" no ejercen la conducción de la
sociedad para el efectivo cumplimiento del objetivo social mediante una adecuada dirección, sino que
ejercen esa dirección en beneficio personal o de "su grupo", en detrimento de la sociedad y de todos
los demás
Accionistas”12
12
RIChARD. Rugo Efraín, "Acciones de voto diferencial", en J.A., serie contemporánea, sección doctrina, 1972, págs. 846 y sigs.
Los argumentos fundados en razones de defensa del interés nacional son sólo históricos. La
realidad ha demostrado el fracaso de estas acciones para cumplir tal cometido. Por el contrario, han
servido como elemento de subyugación de las empresas nacionales por las grandes corporaciones
financieras internacionales. Han facilitado a éstas un medio de opresión de las empresas nacionales
débiles, convirtiéndose en un elemento aliado de los grandes trusts.
Ha facilitado la creación de filiales de estos tn¿sts, que en cada país controlan las acciones
privilegiadas, y con ello las empresas nativas.
Precisamente la desvalorización monetaria y las condiciones de crisis permanente en que se
desenvuelve la economía de los países subdesarrollados coloca a las grandes corporaciones
internacionales en inmejorables condiciones para adquirir por pocos dólares las acciones de dominio
de las empresas nacionales.
Debe restablecerse la regia de la "proporcionalidad" hoy vigente en casi todas las
legislaciones. Precisamente en el principio "a igual capital aportado, iguales derechos", se fundamenta
la abolición del sistema de acciones de voto múltiple, porque los derechos en las sociedades por
acciones, sociedad de capitales, deben tener por única medida el aporte de capital efectuado por el
accionista, porque ya no se admiten ni las acciones sin voto, ni los privilegios en este derecho.
Estos nuevos principios tienden, precisamente, a la "popularización" de la sociedad anónima,
reaccionando contra los abusos que en el pasado se han cometido, en todo el mundo, al amparo de esta
forma societaria.
La necesidad de introducir "igualdad" en los derechos, equidad en las contraprestaciones,
justicia en las relaciones internas, aconsejaban la derogación del sistema o bien su reglamentación.
Así vemos que en Francia, donde después de estar prohibidas se las admitió,
reglamentándolas, por ley de 1966, se establece la nominatividad de ellas y se otorgan a accionistas
que acrediten su titularidad por el término de dos años.
El poder político que confieren estas accciones, que facilitan el dominio de sociedades con
pequeños capitales, permite que a través de esa sociedad se controlen otras, con el procedimiento de
las sociedades hoidings o similares. Por ello es impres
cindible por lo menos la identificación de sus titulares, criterio dominante en la legislación que
las admite, y su regiamentación, limitando el número de estas acciones y otorgando el privilegio
13
sólo a determinados accionistas
i) Acciones de participación
La ley 23.697 de Emergencia Económica, en su artículo 40, otorgó a las sociedades de capital
y cooperativas, total libertad para emitir títulos valores en serie para ser objeto de oferta pública, en los
tipos y condiciones a fijar por las emisoras.
Con fundamento en dicha norma, la Comisión Nacional de Valores, que es el órgano de
superintendencia de la oferta pública de títulos valores en el país, autorizó la emisión de acciones sin
voto, es decir un título valor representativo del capital que no otorga derecho de voto a su tenedor,
destinados a inversores no interesados en influir en la marcha de los negocios sociales, a las que
denomino "acciones de participación".
Para ello tuvo en cuenta la utilidad que títulos de este tipo han prestado como instrumentos del
mercado de capitales en diversos países, tales como los Estados Unidos, Brasil y México; sin advertir
incompatibilidad con los principios de nuestra legislación societaria.
En tal sentido la Comisión Nacional de Valores dictó la Resolución General Nro. 208 con
fecha 26 de mayo de 1992.
Son acciones que no reconocen derecho de voto ni privilegios patrimoniales y que deben
otorgár a sus tenedores derechos económicos de igual proporción a su participación en el capital
social. Pueden ser rescatables por La sociedad; y si no fueran rescatables deben ser convertibles en
acciones ordinarias en un máximo de veinte años.
Estas acciones no pueden representar una participación en el capital social que exceda el
treinta por ciento del mismo.
Deben tener una preferencia patrimonial sobre las acciones ordinarias consistente en una
antelación para el reintegro de su valor nominal en el caso de liquidación de la sociedad emisora. Sin
perjuicio de este derecho, deben otorgar a sus tenedo
13 Ver un estudio completo sobre este tema en mi obra Acciones de VotoPlural, Depalma, 1973.
res derechos económicos de igual proporción a su participación en el capital social.
El retiro voluntario del régimen de la oferta pública de la sociedad emisora, deberá contar con
la aprobación de la asamblea especial de los tenedores de este tipo de acciones. Los accionistas
disconformes gozan del derecho de receso y de reembolso.
En los casos de desistimiento, denegatoria o cancelación de la oferta pública o cotización, los
tenedores también tendrán esos derechos.
j) Acciones rescatables y no rescatables. Liberadas y no liberadas
Acciones "rescatables" son aquellas cuyo rescate o compra total o parcial por la sociedad o
terceros está fijada en el tiempo o librada a opción del accionista, según las condiciones de la emisión;
o cuyo rescate o compra total o parcial por la emisora o terceros estén comprometidas de cualquier
otra forma, según el concepto que nos suministra el artículo 17, de las Normas ordenadas de la
Comisión Nacional de Valores.
Acciones no rescatables" son aquellas que solamente pueden ser rescatadas como
consecuencia de una reducción de capital decidida por la asamblea de accionistas, sin que el plazo de
dicho rescate esté fijado al tiempo de la emisión o quede librado, de acuerdo a las condiciones de ésta,
a la opción del accionista (art. 16, de las Normas de la CNV).
Acciones "liberadas" son aquellas totalmente integradas o que por ser resultado de utilidades o
reservas, no requieren integración; y, por el contrario, acciones "no liberadas" son aquellas que no
están totalmente integradas.
Usufructuarios sucesivos.
El dividendo se percibirá por el tenedor del tftulo en el momento del pago; si hubiere distintos usufructuarios se
distribuirá a proranta de la duración de sus derechos.
Derechos del nudo propietario.
El ejercido de les demas derechos derivados de la calidad de socio, inclusive la participación en ¡os resultados de la
liquidación, corresponde al nudo propietario, salvo pacto en contrario y el usufructo legal.
Acciones no integradas.
Cuando las acciones no estuvieren totalmente integradas, el usulructuario para conservar sus derechos debe efectuar
les pagos que correspondan, sin perjuicio de repetirlos del nudo prepietario.
Art. 219. - En caso de constitución de prenda o de embargo judicial, los derechos corresponden al propietario de las
acciones.
En tales situaciones, el titular del derecho real o embargo queda obligado a facilitar el ejercicio de los derechos del
propietario mediante el depósito de las acciones o por otro procedimiento que garantice sus derechos. El propietario soportará
los gastos consiguientes.
Al respecto rigen las reglas que analizamos en la sociedad de responsabilidad limitada (art.
156) que remite, precisamente a las normas de los artículos 218y 219.
Art. 220. - La sociedad puede adquirir acciones que emitió, sólo en las siguientes condiciones:
1) Para cancelarías y previo acuerdo de reducción del capital.
2) Ezccpcionalmente, con ganancias realizadas y liquidas o reservas hbres cuando estuvieren completamente
integradas y para evitar un daño grave, lo que será justificado en la próxima asamblea ordinaria.
3) Por integrar el haber de un establecimiento que adquiere o de una sociedad que incorpore.
Art. 221.- Acciones adquiridas no canceladas, venta. El directorio enajenará las acciones adquiridas en los supuestos
2y 3 del artículo anterior dentro del término de un ano; salvo prórroga por la asamblea. se aplicará el derecho preferente
previsto en el artículo 194.
Suspensión de derechos.
Los derechos correspondientes a esas acciones quedarán suspendidos hasta su enajenación; no se computarán para la
determinación del quórum ñi de la mayodL
Como regla excepcional se autoriza a que la sociedad pueda adquirir sus propias acciones. Se
trata de excepciones a una prohibición de la ley, de modo que son de interpretación restrictiva.
La ley ha consagrado una verdadera incapacidad de derecho a la sociedad para adquirir sus
acciones, con las excepciones referidas en el artículo 220, L.S.
Art. 222. Acciones en garantía; prohibición. La sociedad no puede recibir sus acciones en garantía.
Art. 223. - El estatuto puede autorizar la amortización total o parcial de acciones integradas, con ganancias
realizadas y liquidas, con los siguientes recaudos:
1) Resolución previa de la asamblea que fije el justo precio y asegure la igualdad de los accionistas.
2) Cuando se raalice por sorteo, se practicará ante la autoridad de contra-loro escribano de regrstro, se publicará su
resultado y se inscribirá en los registros.
3) Si las acciones son amortizadas en parte, se asentará en los títulos o en las cuentas de acciones escriturales. Si la
amortización es total se anularán, reemplazandose por bonos de goce o inecrin-ciones en cuenta con el mismo efecto.
El contrato social puede autorizar la posibilidad de amortizar total o parcialmente acciones
totalmente integradas, siempre que se efectuen con ganancias realizadas y líquidas y previa re-
solución de la asamblea extraordinaria. La asamblea fijará el justo precio, y asegurará la igualdad de
los accionistas. En el caso de que la amortización se haga por sorteo, deberá requerirse la presencia de
la autoridad de control o de escribano público, se publicará su resultado y se inscribirá en el Registro
Público de Comercio y en el registro especial para sociedades por acciones.
Si la amortización es parcial se deberá asentar en los títulos o en las cuentas (si fueran
acciones escriturales). Si la amortización fuera total, se anularán los títulos o cuentas, y se entregarán a
cambio bonos de goce o inscripciones en cuenta con igual efecto.
La Exposición de Motivos de la ley 19.550, sen ala que existen sociedades (concesionarias de
servicios públicos) cuyo activo debe revertir al Estado concedente sin reembolso, por ejem-pío, que
deben amortizar el capital previo a la distribución de utilidades (Exp. Mot., sección V, cap. VIII, punto
2). Pero, además, como bien se ha expresado, existen otros supuestos de sociedades que deben recurrir
a este mecanismo de amortización de acciones. Son aquéllas que realizan una actividad minera, de
explotación de yacimientos, canteras, cuya fuente de producción se agota progresivamente y donde
resulta aconsejable prever la devolución del capital a los socios durante la vida de la sociedad 14.
Art. 224. - Distribución de dividendo. Pago de interés. La distribución de dividendos o el pago de interés a los
accionistas son lícitos sólo si resultan de ganancias realizadas y líquidas correspondientes a un balanoe de ejercido regular-
mente confeccionado y aprobado.
Dividendos anticipados.
Esth prohibido distribuir intereses o dividendos anticipados o provisionales o resultantes de balances especiales,
excepto en las sociedades comprendidas en el artículo 299.
14
AGUINIS, Ana M. y IL"5 DE SAR, Elida, "La amortización de acciones", en R.D.C.o., 1977, págs.1 y sigs.
En todós estos casos los directores, los miembros del consejo de vigilancia y síndicos son responsables ilimitada y
solidariamente por tales pagos y distribuciones.
Art. 225. - Repetición de dividendos. No son repetibles los dividendos percibidos de buena fe.
Esta regla impide que los derechos que concede la acción puedan ser ejercidos por personas
diferentes y si hubiere copropiedad de.una acción, la sociedad podrá exigir que se unifique la
representación para ejercer los derechos derivados de la condición de accionista: derecho de voto,
derecho de preferencia, derecho al dividendo; etcétera.
Aquí en realidad la L.S. usa la palabra "cesión" pero se trata de una venta. El vendedor que no
ha completado la integración de las acciones es deudor de la sociedad y por ello responde en forma
Ilimitada y solidariamente por los pagos que deba el adquirente de tales acciones.
16
ROITMAN, artículo citado, pag. 1465.
238. DE LOS BONOS
La L.S. reglamenta dos tipos de bonos: los bonos "de goce" y los "de participación". No son
acciones, son tftulos que dan derecho a participar en las ganancias pero no confieren la calidad de
accionista.
Existen sociedades que contratan con el Estado y que prestan un servicio por un período
determinado bajo un contrato de "concesión", cuyo activo va a pasar a poder del Estado al
vencimiento del término de la concesión. Dichas sociedades deben "amortizar" el capital previo a la
distribución de utilidades y en reemplazo de las acciones que se van amortizando, entregan al accionista
"bonos de goce" que le confieren derecho de participar en las ganancias y, en el reparto final, en caso de
liquidación, una vez que sea reembolsado el valor nominal de las acciones no amortizadas.
En otros países se les llama "acciones de goce" (acnons de jou£ssance en Francia donde están
muy difundidas). No las admite el derecho alemán porque la amortización de las acciones lleva
consigo la amortización del capital. 17
17
BRUNETTI, op. c¡t., T. II, pág. 166, nro. 6.
Dado que en la sociedad anónima sólo se admiten como aportes las obligaciones de "dar" y que
muchas veces es conveniente y necesario recibir bienes que no puedan constituir aportes de capital (el
trabajo de un técnico; el goce de un invento o de una licencia), se admite la emisión de estos bonos,
que no confieren calidad de accionista, como ya dijimos, smo tan sólo derecho a participar en las
utilidades (dividendos del ejercicio).
Además estos bonos pueden ser adjudicados al personal de la sociedad y, con la finalidad de
alentar su práctica, la ley prevé que en tales supuestos "las ganancias qúe les corresponda se
computarán como gastos". Están directamente vinculados a la relación laboral, de modo que se
extinguen con ésta, cualquiera sea su causa.
Las participaciones en las utilidades que otorgan estos bonos (en sus dos varIedades), deben
ser abonadas contemporáneamente con el pago de los dividendós a los accionistas.
Las condiciones pactadas para los bonos no pueden mcdificarse sino con la conformidad de
los tenedores de la mayoría absoluta (mitad más uno) de los bonos de la clase que se quiere modificar,
los que serán convocados en la forma prevista para las asambleas.
NOTAS A LA OCTAVA EDICION 1. LEY24435
ARTÍCULO 1º.- Modiftcase parcialmente el artículo 194 de la Ley 19.550 (t.o. 1984) en lo
atinente al "Plazo de ejercicio", el cual queda redactado como sigue:
Los accionistas podrán ejercer su derecho de opción dentro de los treinta días siguientes al de la úitinta publicación,
silos estatutos no establecieran un plazo mayor. Tratándose de sociedades que hagan oferta pública, la
asamblea extraordinaria, podrá reducir este plazo hasta un mínimo de diez días, tanto para sus
acciones como para debentures convertibles en acciones (B. O., 11-1-1995).
2 JUR!SPRUDENCIA
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un mayor
esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
c) Contrato de suscripción
Si los certificados que provocan las desinteligencias no son aquéllos que contempla el artículo
208 de la ley 19.550 sino meras constancias
probatorias de la existencia de un derecho o simples recibos de pagos Correspondientes a un
contrato de suscripción de acciones, sin más alcance que el de los instrumentos privados que
dicciplinan los artículos 1012 y siguientes del Códi CMI no es obligatorio su previa devolución para
obtener los títulos defmitiyos.
Cám. Nac. Com., Sala C, 12-111-1979, "Nieto Rivera, Eduardo c.
Termoquar, SA.", J.A., 980-IV, Pág. 575; LL, Repertorio XLI- 1981; JZ., pág. 3067.
Las reservas de una sociedad son beneficios no repartidos y a su vez todo aumento indfrecto
del capital en circulación participa de tal carácter.
Cám. Nac. Civ., Sala A, 14-VlII-198O "SA M C c C R" LL, 1981-A, pág. 310; JA., 981-II, pág.
49.
Cláusulas de 'esiñcdón
En materia de restricciones a la transmisión de acciones de sociedades anónimas pueden diferenciarse
las que derivan de la ley, de convenciones y del estatuto. Pueden a su vez clasificarse estas últimas en cláusulas
de tanteo, cláusulas que imponen determinadas calidades para ser socio y las denominadas cláusulas de agrado o
di gradimento. La validez de estas últimas cláusulas en el derecho argentino aparece expresa-mente reconocida
en la normativa del artículo 214, párrafo 2º de la ley 19.550, reformada por lo establecido en el artículo 50 in fine
de esa misma ley. Estas son restricciones naturales en toda sociedad de componentes, útiles también para
vincular la titularidad de las acciones con la titularidad de los contratos de explotación de unidades (del fallo de
primera instancia).
Cám. Nac. Com., Sala E, 6-XI-1991, "García, Isolino c. Transportes del Tejar", L.L., 1994-B, pág. 247.
En síntesis, el actor no probó la causa o título de adquisición de las acciones que ni siquiera invocó en
el por demás escueto escrito de inicio (compra, a la familia Bertel Skou); ni tampoco el título jurídico o
circunstancia fácticas en virtud de las cuales la sociedad demandada sería tenedora de las acciones cuya entrega,
"que habría sido sistemática y reiteradamente negada", aparece reclamada en autos. En tales condiciones, la sola
inscripción hecha en el libro de registro de acciones es insutiente para sustentar la pretensión deducida, por
cuanto tales asientos sólo probarían eventualmente su titularidad en la fecha de esas asambleas, pero en modo
alguno puede alegarse esa anotación para demostrar el dominio invocado un tiempo después, es decir
actualmente, dado que este tipo de acciones son transmisibles por la mera tradición, sin necesidad de registro
alguno ni de notificación a la sociedad emisora (conf. fallo del 5-VIII-1991, Cám. Nac. Com., Sala D, in re
"Aizerstein, Marcos c. Estancia San Blas 5/sumario"). Tampoco adujo ni probó haber percibido dividendos, por
lo que cabe concluir como lo ha hecho el a quo, que ante la notoria insuficiencia probatoria en que ha incurrido
el actor trátase de un dependiente de la sociedad puesto en la apariencia de socio, al solo efecto del fluido
funcionamiento de los órganos societarios.
Además, la sola constancia en el libro de actas de asamblea mentada a fs. 110 vta. de la prueba pericial
contable, resulta insuficiente para legitimar al presunto socio, puesto que el registro que hace oponible la
transferencia frente a la sociedad emisora, no es cualquier anotación en los documentos sociales, sino el
asentamiento que se practique en el libro de Registros de Acciones respectivo - arts. 213, inc. 3', ley 19950 y 23,
ley 20.643- (Cám. Nac. Com., Sala C, 28-IX-1989, "Luna, Jorge C.
Cervecería Argentina San Carlos SA. 5/sumario"), recaudos que no se dan en el caso en análisis,
destacando la prueba citada que en el Registro de Accionistas nro. 1 constan al 30-IV-1986 los titulares de las
acciones nominativas, dentro de los cuales no figura el actor (ley 23.299/ 85 y dec. 83/86).
Cám. Nac. Com. Sala A, 26-XII-1994, "Aizerstein, Marcos c. Es-tandas Santa Maria SA.", LL, 18-VII-
1995 (del voto de la doctora Míguez de Cantore).
Las acciones preferidas en tanto permanezcan como tales, tienen derecho sólo al dividendo fijo; y
apenas una expectativa de alguna naturaleza a ciertas ulterioridades, la que por su falta de concreción no faculta
para cuestionar las decisiones de la asamblea de la sociedad emisora. (En el caso, el actor demandó la nulidad de
las decisiones asamblearias que había postergado sus derechos de tenedor de acciones preferidas, para dar lugar
a la emisión de acciones ordinarias, dejándolo en franca minoría, lo cual no fue aceptado por el tribunal de
alzada, quien mantuvo las decisiones pero mandó indemnizar al perjudicado demandante).
Cám. Nac. Com., Sala D, 23-x'I-1981, "Sichel, Gerardo F. c.
Massuh, SA.", L.L., 1983-B, pág. 493.
1. Si un contrato de depósito de acciones fue llevado a cabo por los depositantes a tftulo personal ya que
los registros de custodia, emitidos por el depositario en ocasión de celebrar el convenio, no expresaron que dicha
actuación hubiese ocurrido a titulo representativo; el hecho de que se haya probado que otra persona era la titular
de las acciones depositadas, es inconducente para estimar que el depositario conoció que lós sujetos depositantes
actuaban a nombre de un tercero. En tal caso, el titular de las acciones estará legitimado a accionar contra el
depositario, por incumplimiento del contrato, con base en haber existido un mandato oculto en favor de los
depositantes, sólo si exige la subrogación judicial en los derechos y acciones que nacen de los actos del
mandatario, según prevé el artículo 1929 del Código Civil.
2. El titular de las acciones depositadas que pretenda accionar contra el depositario por incumplimiento
del contrato - con base de haber existido un mandato oculto en favor de quien llevó a cabo el depósito a tftulo
personal - deberá exigir la subrogación judicial del artículo 1929 del Código Civil, citando a pleito al mandatario
y, de no hacerlo, carecerá de legitimación al respecto. No pudiendo, por otra parte, excusar su inacción con el
argumento de que para incoar una acción subrogatoria no se exige la autorización judicial; ya que, si bien es
cierto que, califi
cando a la acción del citado artículo 1929 como "subrogatoria" en los términos del artículo 1196 del
Código Civil, su ejercicio no requeriria dicha autorización, no podrá eximírselo de haber instado la citaaón del
mandatario, pues, el artículo 112 del Código Procesal le impone ese proceder.
Cám. Nac. Com., Sala D, 6-IX-1993, "Rodiguez, Esterlinda c. Banco de la Pcia. del Chaco
s/incumplimiento de contrato", E.D., 1994-158, pág. 153.
La oferta provocada por el Banco Nacional de Desarrollo y Caja de Ahorro y Seguro reviste el carácter
excepcional que justifica el interés social y, por ende, la aplicación de lo dispuesto por el artículo 220, inciso 2º,
ley 19550.
Las acciones adquiridas por la sociedad lo fueron con ganancias realizadas y liquidas, por ende, deben
ocupar el mismo lugar que ellas, incluyéndolas contablemente como una reserva. Mas si las mismas fue-ron
adquiridas con dinero, no es del todo errónea su inclusión dentro del activo corriente.
La conservación de las proporciones accionarias que confieren la dirección pacífica de las empresas
constituye, sin duda, una causa grave y hasta decisiva en materia de conducción societaria.
Cám. Nac. Com., Sala A, 29-X-1979, "Frigorífico La Pampa Sociedad Anónima", fallo nº 29352, J.A.,
1980-II, pág. 315.
1. No puede sostenerse que la circunstancia de haber cobrado los actores los dividendos que se
ordenara pagar, tanto en efectivo como en acciones, configuren una confirmación del acto pretendidamente
nulo, como lo es la distribución de las utilidades en acciones, toda vez que la decisión del tribunal revocando la
suspensión preventiva de esa capitalización colocaba a aquéllos ante la realidad incontrovertible que emanaba de
las decisiones cuestionadas y cuya obligatoriedad viene impuesta para la comunidad de socios de lo preceptnado
por el artículo 233 de la ley
19550.
2. El pago de dividendos mediante la entrega de tftulos valores liberados ha pasado a ser moneda
corriente en los últimos años como consecuencia de la penosa realidad reflejada por los índices inflacionarios,
que llevó a algún sector de la doctrina a considerar ello más que una facultad de la asamblea, una necesidad
inspirada en una prudente administración.
3. La actitud asumida por los impugnantes al cobrar de la sociedad las acciones emitidas como
consecuencia del aumento de capital soal por capitalización de utilidades debe ser receptada favorablemente
en lo que respecta a los efectos jurídicos previstos por el artículo 1063 del Código Civil, en razón de
que sigficaunacatamiento expreso a la decisión asamblearia impugnada,yalmismo tiempo,seratifica por el
ejercicio de los derechos como accionista, con sustento en las mencionadas acciones emitidas, al concurrrr, con
incremento de su participación social, a la asamblea posterior. (Del voto del doctor Williams).
Cám. Nac. Com., Sala B, 21-XII-1984, "Saunier, Roberto V. c. La Casa de las Juntas, SA.", LL, 1985-
D, pág. 90.
Corresponde distinguir entre el derecho a participar en las utilidades, caracterizado como eventual,
abstracto o genérico durante el transcurso de toda la duración de la actividad societaria; y el derecho concreto a
un dividendo, que puede desdoblarse en un derecho periódico a la participación en las utilidades de los ejercicios
y un derecho al dividendo ya aprobado.
Trib. Arbitraje Gral. de la Bolsa de Comercio, 611-1996, "Televisoras Provinciales SA.", L.L., 24-VI-
1996, pág. 13, fallo 94.410; DJ.,
1996-1-1273.
1. No puede sostenerse que la circunstancia de haber cobrado los actores los dividendos que se ordenara
pagar, tanto en efectivo como en acciones, configuren una confirmación del acto pretendidamente nulo, como lo
es la distribución de las utilidades en acciones, toda vez que la decisión del tribunal revocando la suspensión
preventiva de esa capitalización colocaba a aquéllos ante la realidad incontrovertible que emanaba
de las decisiones cuestionadas y cuya obligatoriedad viene impuesta para la comunidad de socios dc lo
preceptuado por el artículo 233 de la ley
19550.
2. La percepción de dividendos en efectivo no implica confirmación de la nulidad alegada en orden a la
capitalización de utilidades aprobada por la asamblea de accionistas, cuando dicho acto fue relativizado merced a
la inserción en los recibos pertinentes de una mención orientada inequívocamente a esa fmalidad y que fue
tolerada por la sociedad en actitud de la que es posible extraer con autorizada doctrina, el alcance de
consentimiento con tal reserva.
3. La omisión del directorio en explicar en su memoria anual las razones que determinaron en su
momento la necesidad de la sociedad de capitaliaar utilidades no implica violación a lo dispuesto por el artículo
66, inciso 4º de la ley 19.550 cuando en la especie el directorio nada propuso en dicha memoria, limitándose a
expresar en ese instrumento que en relación al destino de las utilidades - excluidas las sumas correspondientes a
la reserva legal - correspondía a la asamblea resolver sobre ellas.
4. Si quien con carácter previo a la asamblea y durante su transcurso, no indagó las razones que tenía la
sociedad para debatir la capitalización de utilidades, no puede luego que se decidiera favorablemente la cuestión,
verse beneficiado con la inversión de la carga de la prueba en orden a la necesidad de demostrar que no había
razones o, las que había, no eran de entidad suficiente.
5. El pago de dividendos mediante la entrega de títulos valores liberados ha pasado a ser moneda
corriente en los últimos años como consecuencia de la penosa realidad reflejada por los índices inflacionarios,
que llevó a algún sector de la doctrina a considerar ello más que una facultad de la asamblea, una necesidad
inspirada en una prudente administración.
Cám. Nac. Com., Sala B, 21-XI¡-1984, "Saunier, Roberto V. e. La Casa de las Juntas, SA.", L.L., 1985-
D, pág. 90.
3. DOCTR¡NA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Aguinis, Ana María de - Lamer, Arnoldo, "Las sociedades anónimas y los programas de propiedad
participada", La Infomiación, nro. 762, págs. 1151, 1154.
Ballarin Marcial, Alberto, "Restricciones estatutarias y la transmisión de acciones. Validez y clases",
en Estudios sobre la Sociedad Anónima, varios autores, Civitas, Madrid, 1991.
Bisio, Gabriel - de la Torre, Juan, "Usufructo de acciones de transmisjbilidad limitada"; la
jurisprudencia es escasa y contradictoria: Cam. Nac. Civ., Sala E, 21-XII-1981, "Copella, Darío H. c
Domínguez, María G.", JA., 1982-111, pág. 540; E.D., 99498.
- "El usufructo de acciones confiere al usufructuario el derecho a percibir dividendos, pero no la calidad
de socio, ni, por ende, la facultad de intervenir en las asambleas", contra, Cám. Nac. Com., Sala C, 12-IX-1982,
"Sánchez c. Banco Avellaneda", LL, 1983-B, pág. 257; LL, 28-VII-1995.
Blaquler, Rodolfo, "Incumplimiento de promesa de constituir sociedad por parte de todos los
promitentes", E.D., L 158,pág. 665.
De Lucio, Jorge Luis, "¿Consulta por parte de los accionistas de todo el registro de acciones
escriturales?", L.L., 27-VI- 1996.
Di Bartolo, Nilda E., "Acciones de participación", L.L., 24-XI-1993.
- "Incumplimiento de la promesa de constituir una sociedad", L.L.,
13-XII-1994.
Etcheverry, Raúl Ambal, "Nuevos matices legales en el período fundacional de las sociedades
comerciales", LL., 5-111-1984.
Fernández, Leonardo F., "Las acciones de participación (Acciones sin voto en las sociedades anónimas
abiertas)", L.L., 18-XII-1995.
Garrido de Palma, Víctor Manuel - Sánchez González, José Carlos, "La sociedad anónima en sus
principios configuradores", en Estudios sobre la Sociedad Anónima, varios autores, Civitas, Madrid, 1991.
Giovenco, Arturo C., "La compra de acciones por la sociedad emisora y las resoluciones 262 y 270 de
la Comisión Nacional de Valores", L.L., 4-V1-1996, pág. 3.
Kenny, Mario, "Las acciones escriturales", R.D.C.O., 1985, pág. 115.
Nissen, Ricardo Augusto, "Impugnación de aumentos del capital social (Estado actual de la cuestión)",
L.L., 15-II 1-1995.
Odriozola, Carlos, "Acerca de las acciones de control", R.D.C.O., 1978, pág. 1233.
Paolantonio, Martín Esteban, "La Resolución General 262 de la CNV y la compra de sus propias
acciones por las sociedades anónimas",
E.D., 2(>-¡V-1995.
Pérez Hualde, Fernando, "Las acciones derivadas y por representación (Análisis de su incorporación en
el Proyecto de Reforma de la Ley de Sociedades Comerciales)", E.D., 21-11-1995.
Richard, Efraín Hugo, "Los aportes para futuros aumentos de capital y las obligaciones subordinadas en
el proyecto de reformas a la Ley de Sociedades", Revisia Estudios de Derecho Comercial, nro. 10, San Isidro.
- "Acciones escriturales", R.D.C.O., 1984, pág. 67.
Villanueva de Jurado, Julia, "Sociedad anónima: Aumento de capital (Aportes a cuenta de futuras
suscripciones)", L.L., 4X-1994.
CAPÍTULO XVI
LA SOCIEDAD ANONIMA (Continuación)
A) DE LAS ASAMBLEAS
239. CARACTERIZACION
Sentados estos conceptos, diremos que la asamblea es el órgano mayor - órgano soberano-, que
"acuerda sobre la estructura jurídica de la sociedad y sobre las directivas económicas de la empresa";
es el instrumento primario de manifestación de la voluntad de la sociedad-persona jurídica. "Es
órgano corporativo, en el sentido de que los acuerdos de los accionistas reunidos del modo y en las
formas exigidas, sirven como manifestaciones de la voluntad de la sociedad" 2
Art. 234. - Asamblea ordinaria. Corresponde a la asamblea ordinaria considerar y resolver los siguientes asuntos:
1> Balance general, estado de resultados, distribución de ganancias, memoria e informe del síndico
y toda otra medida relativa a la gestión de la sociedad que le competa resolver conforme a la ley y el estatuto o que
sometan a su decisión el directorio, el consejo de vigilancia o los síndicos.
2) Designación y remoción de directores y síndicos y miembros del consejo de vigilancia y fijación de
su retribución.
3) Responsabilidad de los directores y síndicos y miembros del consejo de vigilancia.
4) Aumentos del capital conforme al artículo 188.
Para considerar los puntos 1 y 2 será com'ocada dentro de los cuatro meses del cierre del ejercicio.
8) Asambleas ordinarias
Tiene por competencia analizar y resolver todos los temas inherentes a la marcha normal de la
sociedad anónima. Sobre su gestión empresarial, sus resultados, su evolución, sus perspectivas.
Por ello es de su competencia el análisis y resolución sobre los documentos contables que el
directorio debe elevarle dando cuenta de tal gestión.
Asimismo son de su competencia la desigríación de los órganos de administración y control,
su revocación y determinación de su retribución.
b) Asambleas extraordinarias
Tienen por competencia resolver sobre asuntos especiales, no comunes a la marcha de los
negocios sociales.
Además, todo lo que implique una modificación al estatuto social, que no está prevista como
materia de la competencia de la asamblea ordinaria. En general todo aquéilo que pueda afectar los
derechos de los accionistas, conforme se pactaron en el acto constitutivo.
C) Asambleas especlaies
No son asambleas "generales" de todos los accionistas sino de accionistas de una "clase
determinada".
Se reúnen cuando deben resolver sobre derechos y deberes de esa clase de accionistas, como
paso previo a una deliberación de la asamblea general para considerar medidas que puedan afectar a
esa clase. Como cuando los titulares de acciones privilegiadas en el voto prestan conformidad para que
en una nueva emisión de acciones no se mantengan las proporciones entre dichas acciones y las
comunes de un solo voto.
Art. 246. - Orden del día: efectos. Es nula toda decisión sobre materias extrañas a las incluidas en el
orden del día, salvo:
1) Si estuviere presente la totalidad del capital y la decisión se adopte por unanímidad de las acciones con derecho a
voto.
2) Las excepciones que se autorizan expresamente en este título.
3) La elección de los encargados de suscribir el acta.
Dijimos antes que las asambleas tienen "autonomía limitada" y una "competencia
determinada", ya que sus acuerdos no pueden exceder la natural competencia fijada en la ley y los
estatutos.
En nuestra legislación tales características están perfecta-mente acentuadas en el artículo 246,
cuando establece que "es nula toda decisión sobre materia extrana a las incluidas en el orden del día",
con las expresas excepciones admitidas.
El "orden del día" indica los temas para los que es convocada a decidir una asamblea. Forma
parte mtegrante de la "convocatoria" (art. 237) y señala el límite de competencia de la asamblea.
Art. 236. - Convocatoria: oportunidad, plazo. Las asambleas ordinarias y extraordinarias serán convocadas por el
directorio o el sindico en los previstos por la ley, o cuando cualquiera de ellos lo juzgue necesario o cuando sean requeridas por
accionistas que representan por lo menos el cinco por ciento del capital social, si los estatutos no fijaran una representación
menor.
En este último supuesto la petición indicará los temas a tratar y el directorio o el sindico convocará la asamblea para
que se celebre en el plazo maximo de cuarenta días de recibida la soticitud.
Si el directorio o el síndico omite hacerlo, la convocatoria podrá hacerse por la autoridad de contralor o judicialmente.
Art. 237. - Convocatoria: forma. Las asambleas serán convocadas por publicaciones durante cinco días, con diez de
anticipación por lo menos y no más de treinta, en el diario de publicaciones legales. Además, para las sociedades a que se
refiere el artículo 299, en uno de los diarios de mayor circulación general en la República. Deberá mencionarse el carácter de la
asamblea, fecha, hora y lugar de reunión, orden del día, y los recaudos especiales enigidos por el estatuto para la concurrencia
de los accionistas.
Asamblea en segunda convocatoria.
La asamblea en segunda convocatoria por haber fracasado la primera deberá celebrarse dentro de los treinta días
siguientes, y las publicaciones se efectuarán por tres días con ocho de anticipación como mínimo. El estatuto puede autorizar
ambas convocatorias simultáneamente, excepto para las sociedades que hacen oferta pública de sus acciones, en las que esta
facultad está limitada a la asamblea ordinaria.
En el supuesto de convocatorias simultáneas, si la asamblea fuere citada para celebrarse el mismo día, deberá
serlo con un intervalo no inferior a una hora de la fijada para la primera.
Asamblea unánime.
La asamblea podrá celebrarse sin publicación de la convocatoria cuando se reúnan accionistas que
representen la totalidad del capital social y las decisiones se adopten por unanimidad de las acciones con derecho a voto.
a) Orgino convocinte
Vimos ya que la asamblea no puede "autoconvocarse" sino que debe ser convocada por los
otros órganos sociales. Generalmente convoca el órgano de administración, el directorio y en modo
excepcional el órgano de flscacaación, la sindicatura.
Nuestra ley prevé la convocatoria por el directorio o el consejo de vigilancia, cuando se
establece este órgano (art. 281, b) - o la sindicatura "cuando lo juzgue necesario". En realidad se
convoca a la asamblea cuando debe resolver sobre una materia que es de su competencia, según la ley
o el estatuto. También pueden ser convocadas por el síndico las asambleas ordinarias y especiales,
cuando omita hacerlo el directorio (art. 294, inc. 7).
Los accionistas pueden peticionar al directorio o sindico su citación para tratar temas
especificamente determinados. Se requiere que sean solicitadas por accionistas que representen por lo
menos el cinco por ciento del capital social, silos estatutos no fijaran un tope menor.
Si el directorio y síndico omiten convocarla, la autoridad de control puede hacerlo y, en último
caso, puede hacerse judicialmente.
El artículo 236 no distingue qué asambleas pueden ser convocadas en el último supuesto, pero,
en principio deberá tratarse de la asamblea ordinaria y cuando haya vencido el plazo de cuatro meses
del cierre del ejercicio que establece el artículo 234, último párrafo. Pero ello no excluye que debiendo
resolverse sobre materias de competencia de la asamblea extraordinaria o c'¡ando se requiere de una
asamblea especial, la omisión de convocatoria por los órganos societarios, facultaría que un accionista
o un grupo de ellos, requiriese a la autoridad de control o bien al juez comercial, su citación.
Para la primera convocatoria o para convocatoria simultánea, deben publicasse avisos durante
cinco días en el boletín oficial o diario de publicaciones legales de la jurisdicción. Esas publicaciones
deben hacerse con diez dias de anticipación por lo menos y no más de treinta días, de la fecha de
reunión. En segunda convocatoria las publicaciones se harán por tres días con ocho de anticipación
como mínimo. La asamblea en segunda convocatoria debe celebrarse dentro de los treinta días
siguientes a la fecha en que fue citada la primera. En el caso de convocatoria simultánea, la segunda
asamblea podrá celebrarse el mismo día, una hora después de la fijada para que tuviera lugar la
primera.
El aviso debe contener: carácter de la asamblea, fecha, hora y lugar de reunión, orden del día y
los recaudos a cumplir por los accionistas para asistir (depósitos de acciones, por ej.).
d) Asamblea unánime
Se autoriza la asamblea sin convocatoria cuando se reúnan accionistas que representen la
totalidad del capital social y las decisiones se tomen por ''unanimidad'' de las acciones con derecho a
voto. Esto facilita el desenvolvimiento y actuación de las pequeñas sociedades anónimas.
Art. 240. - Intervención de los directores, síndicos y gerentes. Los directores, los síndicos y los
gerentes generales tienen derecho y obligación de asistir con voz a todas las asambleas. sólo tendrán
voto en la medida que les corresponda como accionistas, con las limitaciones establecidas en esta
sección. Es nula cualquier cláusula en contrario.
Art. 242.- Presidencia de las asambleas. Las asambleas serán presididas por el presidente del
directorio o su reemplazante, salvo disposición contraria del estatuto; y en su defecto, por la persona
que designe la asamblea.
Asamblea convocada judicialmente o por la autoridad de contralor.
Cuando la asamblea fuere convocada por el juez o la autoridad de contralor, será presidida por
el fúncionario que éstos designen.
Segunda convocatoria.
En la segunda convocatoria la asamblea se considerará constituida cual-quiera sea el número
de esas acciones presentes.
Mayoría.
Las resoluciones en ambos casos serán tomalas por mayoría absoluta de los votos presentes que puedan emitirse en la
respoctiva decisión, salvo cuando el estatuto exija mayor número.
Los accionistas o sus representantes, deben firmar el libro de asistencia, dejando constancia de su
domicilio, documento de identidad y número de votos que le corresponden.
El accionista puede asistir personalmente a la asamblea o hacerse representar por otra persona
física, que puede ser cualquier persona hábil, con excepción de los directores, síndicos, miembros de
consejos de vigilancia, gerentes o empleados de la sociedad.
Ese mandato puede hacerse por instrumento público o privado. En este último caso se requiere
que la firma del accionista poderdante sea certificada por escribano, judicialmente o por entidad
bancaria, salvo que los estatutos previeran alguna otra forma.
Estas personas no sólo tienen derecho a participar en las asambleas, sino que nuestra ley los
obliga a ello.
Participan con voz y voto si son accionistas o sólo con voz si no lo son.
e) Quórum
Es el número mínimo de personas o de capital que se requiere para que pueda entrar en
funciones un órgano colegiado, el que está fijado por el estatuto o la ley.
La asamblea requiere un mínimo de capital presente o de votos, según la clase de asamblea,
para funcionar válidamente.
Nuestra ley establece requisitos de quórum diferentes para asambleas ordinarias o
extraordinarias, y dentro de éstas, distingue entre primera y segunda convocatoria.
1) Asamblea ordinaria: en primera convocatoria exige la presencia de accionistas que
representen la mayoría de las acciones con derecho a voto. En segunda convocatoria, no se requiere
quórum mínimo y la asamblea se constituye y funciona cualquiera sea el número de acciones
presentes.
2) Asamblea extraordinaria: en primera convocatoria se requiere un mínimo de accionistas
que representen el sesenta por ciento de las acciones con derecho a voto, salvo que el estatuto fije un
quórum mayor. En segunda convocatoria se deja libertad al convenio social' pero si el estatuto no
determina otro, se requiere un quórum del treinta por ciento de las acciones con derecho a voto.
En principio las asambleas serán presididas por el presidente del directorio o quien lo
reemplace, salvo disposición en contrario del estatuto. En su defecto, por la persona que designen los
asambleístas.
Cuando la asamblea es convocada judicialmente o por la autoridad de control, el juez o
autoridad designarán quien la presida.
Art. 247. - Cuarto intermedio. La asamblea puede pasar a cuarto intermedio por una vez, a fin de continuar dentro de
los treinta días siguientes. Sólo podrán participar en la segunda reunión los accionistas que cumplieron con lo dispuesto en el
artículo 238. se confeccionará acta de cada reunión.
Ya vimos que el "orden del día" fija el límite de competencia para los acuerdos que ha de adoptar
la asamblea. Pero esa limitación admite excepciones cuando estuviese presente la totalidad del capital
y la decisión se adopte por unanimidad de las acciones con derecho a voto, excepción que se justifica,
por no existir la posibilidad de interés en contrario; también cuando se trate de algunos de los casos
excepcionales previstos en la ley o cuando se trate de elegir a quiénes deben suscribir el acta de la
asamblea.
Vimos también que en la deliberación pueden intervenir los directores, sindicos y gerentes.
Lógicamente, participarán todos los accionistas, aún los que tengan un interés contrario al social.
Determinada la existencia del quórum mínimo, comenzarán las deliberaciones, ateniéndose al
orden de temas fijados en
la convocatoria, salvo que la asamblea resolviera alterarlo, como cuestión previa.
Comenzada la deliberación la asamblea puede interrumpirse y pasar a cuarto intermedio por
una sola vez, a fin de continuar dentro de los treinta días siguientes. De lo deliberado en la asamblea
interrumpida debe labrarse acta.
En la reanudación de la asamblea, luego del cuarto intermedio, sólo pueden participar los
accionistas presentes en la anterior reunión, que fffmaron el libro de asistencia.
Art. 241.- Inhabilitación para votar. Los directores, síndicos, miembros del consejo de vigilancia y gerentes generales,
no pueden votar en las dectsiones vinculadas con la aprobación de sus actos de gestión. Tampoco lo pueden hacer en las
resoluciones atinentes a su responsabilidad o remoción con causa.
Art. 248. - Accionista con interés contrario al social. El accionista o su representante que en una operación
determinada tenga por cuenta propia o ajena un interés contrario al de la sociedad, tiene obligación de abstenerse de votar los
acuerdos relativos a aquélla.
Si contraviniese esta disposición, será responsable de los daños y perjuicios, cuando sin su voto no se hubiera logrado
la mayoría necesaria para una decisión válida.
En principio pueden votar todos los accionistas cuyas acciones otorguen ese derecho. Ya
vimos anteriormente que las "acciones preferidas" patrimonialmente pueden carecer de voto, pero aun
así en determinadas circunstancias pueden votar. Quienes no pueden votar son los accionistas con
derecho contrario al social, cuando se va a resolver sobre un tema determinado, que los involucra.
Tampoco pueden hacerlo los directores, síndicos, miembros del consejo de vigilancia y gerentes
generales en decisiones vinculadas con la aprobación de su gestión, responsabilidado remoción.
la ley 19.550, en el artículo 241, prohibía a los administradores, síndicos, consejeros y
gerentes generales, votar sobre la aprobación de los estados £ontables, prohibición que ha suprimido la
ley 22.903. Se argumenta que si esas personas son accionistas con tenencias accionarias definitorias
para la aprobación de dichos estados, tienen un legítimo interés en el tema que no es posible
desconocer. Por otra parte la aprobación de
esos estados no implica la de la gestión ni menos exonera de responsabilidad y ello ha sido
expresamente ratificado en la re-forma del artículo 72, por lo que la aprobación de esos estados
contables no afectará la resolución de estos otros temas.
Los acuerdos o resoluciones que adopte la asamblea deben estar respaldados por votos
suficientes que impliquen la mayoría necesaria exigida por la ley o los estatutos, los que varían de
acuerdo al tipo de asamblea.
la ley exige para las asambleas ordinarias que las resoluciones sean adoptadas por mayoría
absoluta de los votos presentes en la asamblea. En cuanto a las extraordinarias exige también la
mayoría absoluta de votos presentes que puedan emitirse.
En las asambleas extraordinarias previstas en el artículo 244 - a saber: transformación, fusión,
escisión, prórroga, disolución anticipada; transferencia de domicilio al exterior; cambio fundamental
de objeto y reintegración parcial o total del capital- no se admitirá el “voto plural” de las acciones que
otorgan ese derecho. Esta "limitación" al derecho que otorgan estas acciones de voto múltiple se
justifica por la importancia que tienen esas resoluciones que van a afectar derechos fundamentales de
los accionistas.
En el caso de fusión por absorción, donde la sociedad incorporante absorbe el activo y pasivo
de la incorporada, en cuanto a la incorporante, no se aplica la regla referida del artículo 244, sino la de
aumento de capital.
Art. 249. - Acta: contenido. El acta confeccionada conforme al artículo 73, debe resumir las
manifestaciones hechas en la dehberación, las formas de las votaciones y sus resultados con expresión completa
de las decisiones.
De las deliberaciones y resoluciones sociales debe levantarse acta, con las formalidades que
hemos referido al analizar el artículo 73.
El acta es un resumen de las manifestaciones vertidas durante la deliberación, las propuestas
que hubieren existido respecto de los distintos temas, la forma en que fueron votadas esas propuestas y
la transcripción completa de las decisiones aprobadas.
El acta de la asamblea debe ser firmada por el presidente y los socios designados para ello por
la asamblea, debiendo confeccionarse dentro de los cinco días de su realización.
Debe hacerse entrega de copia del acta al accionista que lo solicitare, a su costa.
las resoluciones de las asambleas que impliquen modificaciones al contrato social o estatutos,
deben ser publicadas por un
día en el diario de publicaciones legales (boletín oficial) del domicilio de la sociedad (art. 10),
e inscriptas en el Registro Público de Comercio (art. 12).
Asimismo las decisiones sobre nombramiento, remoción y reemplazo de administradores
sociales deben ser publicadas por un día en el boletín oficial e inscriptas en el Registro (art. 60).
También cuando la asamblea adjudique funciones específicas o diferenciadas a los directores,
dentro del órgano de administración, esa decisión debe ser inscripta en el Registro (art.
274).
Art. 233. - Competencia. Las asambleas tienen competencia exclusiva para tratar los asuntos
incluidos en los arts. 234 y 235.
Lugar de reunión.
Deben reunirse en la sede o en el lugar que corresponda a jurisdicción del domicilio social.
Sus resoluciones conformes con la ley y el estatuto, son obligatorias para todos los accionistas salvo lo dispuesto en el
artículo 245 y deben ser cumplidas por el directorio.
Art. 251.- Impugnación de la decisión asamblearia. Titulares. Toda resolución de la asamblea adoptada en
violación de la ley, el estatuto o el reglamento, puede ser impugnada de nulidad por los accionistas que no
hubieren votado favorablemente en la respectiva decisión y por los ausentes que acrediten la calidad de
accionistas a la fecha de la decisión impugnada. Los accionistas que vota
ron favorablemente pueden impugnarla si su voto es anulable por vicio dc la voluntad.
También pueden impugnarla los directores, síndicos, miembros del consejo de vigilancia o la autoridad de contralor.
Promeción de la acción.
La acción se promoverá contra la sociedad, por ante el juez de su domicilio, dentro de los tres meses de clausurada la
asamblea.
Art. 252. - Suspensión preventiva de la ejecución. El juez puede suspender a pedido de parte, si existieren motivos
graves y no mediare perjuicio para terceros, la ejecución de la resolución impugnada, previa garantía suliciente para responder
por los canos que dicha medida pudiere causar a la sociedad.
Art. 253.- Sustanciación de la causa. Acumulación de acciones. Saivo el supuesto de la medida
cautelar a que se refiere el artículo anterior, sólo se proseguirá el juicio después de vencido el término del artículo 251.
Cuando exista pluralidad de acciones deberán acumularse, a cuyo efecto el directorio tendrá la obligación de denunciar en cada
expediente la existencia de las demás.
Representación.
Cuando la acción sea intentada por la mayoría de los directores o de miembros del consejo de
vigilancia, los accionistas que votaron favorablemente designarán por mayoria un representante ad hoc, en asamblea especial
convocada al efecto conforme al artículo 250. Si no se alcanzare esa mayoria, el representante será designado de entre ellos por
el juez.
Art. 254. - Responsabilidad de los accionistas. Los accionistas que votaran favorablemente las resoluciones que se
declaren nulas, responden ilimitada y solidariamente de las consecuencias de las mismas, sin perjuicio de la responsabilidad que
corresponda a los directores, síndicos e integrantes del consejo de vigilancia.
Revocación del acuerdo impugnado.
Una asamblea posterior podrá revocar el acuerdo impugnado. Esta resolución surtirá efecto desde entonces y no
procederá la iniciación o la continuacón del proceso de impugnación. Subsistirá la responsabilidad por los efectos producidos o
que sean su consecuencia directa.
2. "El régimen legal concebido para la acción prevista en el artículo 251 de la ley de sociedades no puede ser
derechamente aplicado a una acción distinta de la allí regulada, por cuanto las normas sobre caducidades no son aplicables por
extensión. Por tanto, no pesa sobre el socio recedente la carga dc impugnar el balance por la vía dcl artículo 251".
"De todo lo anterior, surge que en la acción dcl artículo 251 dc la ley dc sociedadcs confluyen el interés dcl 'órgano de
dcfensa social' y el interés propio y porsonal dcl accionante, en tanto que socio dc la entidad dc que se trate. Desde este punto
de vista, la acción en análisis seria 'mixta', en el sentido de comprendcr esas dos especies de interés; ciertamente, no es
necesario duterminar cuál de ellos es el más relevante, ni cuál el secundario: en el caso es suficiente señalar que ambos deben
estar presentes, de modo que no seria viable la acción ejercida en el solo beneficio del interés particular del socio - en palabras
de Williams, 'dicha acción no procede en las hipótesis en las cuales la violación de la norma hubiera lesionado un derecho
particular del socio' -".
"En síntesis: la de la ley de sociedades, artículo 251, es una acción 'socialmente particular', en el sentido de que por
ella se intenta la protección tanto de intereses sociales, cuanto particulares del socio en tanto que socio. Constituye, pues, una
acción "mixta", en la que necesariamente confluyen ambas espocies de intereses, lo cual excluye de la ley de sociedades,
artículo 251, la acción deducida en el exclusivo interés propio y particular del sujeto accionante".
CNCom., Sala D, 8v-1992, "Tacchi, Carlos c. Peters Hnos. Del voto del Dr. Cuartero, en los autos citados (L.L.,
1994-A, págs. 384 y sigs.).
"La medida precautoria - suspensión prOvisOria de una resolución asamblearia - interpuesta como accesoria de la
acción de nulidad articulada contra dicha asamblea, resulta ajena al ámbito de interés particular de los accionistas, en tanto el
carácter accesorio señalado le otorga el carácter de social ut singul¡ y por tanto sólo justificable en tanto la demora en la
resolución definitiva implique peligro relativo al interés objetivo de la sociedad".
Cam. Nac. Com., Sala A' 17-IX-1991, "Miserocchi, Mejandro c. Sacreu Soc. en Com. por Aces.", LL, í992-C-82, con
nota de Mariano Gagliardo, DJ, 1992-2-104.
"La aprobación o desaprobación dcl balance por la asamblea no tiene otros efectos que los de poner en conocimiento
de los socios la situación patrimonial del ente y permitirles tomar posición respecto de la gestión ernpresaria, la marcha dc los
negocios y la actuación del órgano de adnsinistración; en conse
cuencia, estas decisiones asamblearias no son, en principio, suceptíbles de ser suspendidas, en tanto su virtualidad se
ha agotado en la resolución misina".
CNCom., Sala B, 13-Vl-l991, "Ncel, Carlos M. y otra c. Ncel y Cía. SA.", LL, l992-c, 420; D¡, í992-2-332;
EDICIÓN, 145-702.
251. CARACTERIZACION
8
BRUNEITI, citando a FERRARA JUNIOR, op. cit., T. II, pag. 454, nro. 621.
correspondiendo distinguir, al respecto, entre administración "ordinaria" o "extraordinaria".
g) Representea a la sociedad: este órgano es quien ejerce la "representación" de la sociedad
frente a terceros, por lo que se dice que es un órgano de voluntad "externa". Nuestra ley asigna esa
representación al presidente de la sociedad, sin perjuicio de que el estatuto pueda prever una
representación plural.
h) Sus miembros asumen responsabilidad solidaria e ilimitada por las infracciones a los
deberes que les impone la leyy el estatuto: tal sanción que les impone la ley deriva del incumplimiento
de los deberes que les ha sen alado y como contrapartida a las amplísimas facultades otorgadas y que
la administración de la sociedad requiere.
Art. 255. - Directorio: composición; elección. La administración está a cargo de un directorio compuesto de uno o
más directores designados por la asamblea de accionistas o el consejo de vigilancia, en su caso. En las sociedades anónimas del
artículo 299 se integrará por lo menos con tres directores.
Si se faculta a la asamblea de accionistas para determinar el número de directores, el estatuto especificará el número
mínimo y máximo permitido.
Ya dUimos que éste es un órgano naturalmente colegiado, pluripersonal, pero que admite en
ciertos supuestos, que sea "unipersonal". Nuestra ley lo admite para las anónimas "cerradas". En
cambio las "abiertas" (esto es, las comprendidas en el artículo 299) requieren obligatoriamente de la
colegialidad, por ello se exige que estén integrados por no menos de tres directores. El estatuto puede
limitarse a establecer un número mínimo y un máximo, en tal supuesto la asamblea debe determinar su
número.
Los directores son elegidos por la asamblea ordinaria. Si el estatuto adoptara el sistema de
designación de consejo de vigilancia, puede éste elegir al directorio, conforme las facultades que le
haya determinado el estatuto. Pueden elegirse, conjuntamente, directores suplentes (art. 258).
Art. 266. - Carácter personal del cargo. El cargo de director es personal e indelegable.
Los directores no podrán votar por correspondencia, puro en caso de ausencia pedrán autoriaar
a otro director a hacerlo en su nombre, si existiera quórum. Su responsabilidad será la de los directores presentes.
El cargo de director, dice nuestra ley, es personal e indelegable. De allí podría colegirse que la
ley rechaza la posibilidad que sea ejercido por una "persona jurídica", sin embargo, algunos autores
sostienen lo contrario, como ya lo vimos.
Los directores son designados por el término establecido en el estatuto social, que no puede
exceder de tres ejercicios. Si son designados por el consejo de vigilancia pueden durar cinco años (art.
281, inc. d).
Cabe recordar que el artículo 256 permite la reelección de los directores, sin fijar plazos
máximos por lo que se admite su reelegibIlidad indefinida.
No obstante la duración establecida, el director no puede hacer abandono de sus funciones por
el sólo hecho del vencimiento del término para el cual fue designado, y debe permanecer,
obligatoriamente, en su cargo hasta ser reemplazado.
En caso de silencio del estatuto sobre la duración en el cargo, la ley consagra la presunción de
que el término previsto es el máximo autorizado, es decir de tres ejercicios.
La ley 22.903 permite que las sociedades anónimas no comprendidas en el artículo 299,
puedan prescindir de la sindicatura. En consecuencia, debía modificar el artículo 258 para prever el
caso de que no exista sindicatura y no hubiese, en consecuencia, órgano que cubra las vacancias en un
directorio. Por ello consagra la obligatoriedad de que el estatuto social prevea la elección de directores
suplentes, cuando se prescinda de la sindicatura. De esta forma no habrá inconvenientes en suplir la
ausencia por renuncia o remoción de directores.
Existiendo sindicatura, son los síndicos los que cubren las vacancias hasta la reunión de la
próxima asamblea ordinaria, salvo que el estatuto social previera otra forma de nombramiento.
El director suplente reemplaza al titular en caso de renuncia o remoción de éste, es decir
cuando es separado o se separa dli cargo en forma defmitiva. No corresponde su reemplazo por una
ausencia temporaria.
Art. 259.- Renuncia dc directores. El directorio dcberá aceptar la renunda dcl director, en la primera
reunión que celebre después dc presentada siempre que no afectare su funcionamiento regular y no fuere dolosa o
intcmpestiva, lo que dceerá constar en el acta pertinente. De lo contrario, el renunciante debe Continuar en funciones
Isasta tanto la próxima asamblea se pronuncie.
El cargo de director es renunciable. Rigen al respecto las mismas reglas que en la
admimstración de las demás sociedades: el administrador puede renunciar, pero la renuncia no debe
ser dolosa ni intempestiva.
Respto del directorio la ley 22.903 establece que el cuerPO debe aceptar la renuncia del
director, imperativamente, en la primera reunión que realice. Unicamente podrá no aceptarla en los
siguientes supuestos:
a) si la dimisión del director afectare el funcionmiento regular del órgano. Es decir, si
afectaré su quórum, por ejemplo. Sea porque antes hayan renunciado otros directores, o hubieren
fallecido; o cuando se ha nombrado el mínimo legal (por ejempío en el caso de una anónima "abierta"
que sólo hubiese designado a tres directores);
b) si la renuncia fuere dolosa o intempestiva, es decir con la intención de inffigir un dano a la
sociedad o efectuada en momentos o circunstancias que pueden dana ría.
En estos supuestos el cuerpo no aceptará la renuncia y el renunciante tiene la obilgación de
permanecer en el cargo hasta que la próxima asamblea ordinaria se pronuncie.
Art. 265. - Remoción del inl'abilitado. El directorio, o en su dcfecto el sindico, por propia iniciativa o a pedido
fundado de cualquier accionista, dcbe convocar a asamblea ordinaria para la rernoción del director o gerente incluido en el
artículo 264, que se celebrará dentro de los cuarenta días de solicitada. Dene
gada la remoción, cualquier accionista, director o sindico, puede requerirla judicialmente.
Los directores no deben estar alcanzados por ninguna de las causales de inhabilitación o
incompatibilidad previstas en la ley (art. 264).
La inhabilidad afecta la capacidad de la persona para desempeñarse en determinados actos,
actividades o funciones. Se trata en realidad de una prohibición que la ley impone a determinadas
personas.
La incompatibilidad, que también afecta la capacidad de una persona para realizar
determinada actividad o función, tiene, en cambio, un fundamento ético, y la ley la consagra en vista
de la existencia de relaciones inconciliables o que puedan afectar la libertad en el desempeño de un
cargo o función, en razón de la existencia de una vinculación con otra persona o actividad. De allí
derivan las incompatibilidades entre parientes (art. 286, inc. 3º), o entre funciones o actividades.
El artículo 264 determina esas causales de inhabilidad e incompatibilidad, que comprende a
las siguientes personas:
a) a quienes no pueden elercer el comercio, es decir aquellas personas a las que la ley ha
prohibido ejercerlo, esto es los clérigos, los magistrados judiciales o civiles en la jurisdicción donde
actúan; los interdictos; los fallidos y concursados civiles (arts. 22, 23 y 24, Cód. de Comercio);
b) los fallidos por quiebra culpable o fraudulenta hasta diez años después de su rehabilitación;
los fallidos por quiebra casual o los concursados hasta cinco años después de su rehabilitación; los
directores o administradores de sociedad cuya conducta se calificare de culpable o fraudulenta, hasta
diez años después de su rehabilitación;
c) los condenados penalmente, con accesoria de inhabilitación de ejercer cargos públicos;
los condenados por hurto, robo, defraudación, cohecho, emisión de cheques sin fondos y delitos contra
la fe pública; los condenados por delitos cometidos en la constitución, funcionamiento y liquidación
de sociedades. En todos los casos hasta diez años de cumplida la condena; y
d) los ftmciona,ios de la adpnintstración pública cuyo desempeno se relacione con el
objeto de la sociedad hasta dos años del cese de sus funciones. Este último inciso del artículo 264, fue
derogado por la ley 22.458 y restablecido por la ley
22.903 cuyos autores señalan su ponderable contenido ético, que parece indudable.
El director incurso en alguna causal de inhabilidad o incompatibilidad debe ser removido. Para
ello el directorio, o en su defecto el síndico, debe convocar la asamblea ordinaria para la remoción del
director. Cualquier accionista puede requerir del sindico la convocatoria de esta asamblea. En caso de
que no prospere la remoción cualquier director, el sindico o cualquier accionista pueden demandarla
judicialmente.
Art. 260. - Funcionamiento. El estatuto debe reglamentar la oonstitución y el funcionamiento del directorio. El
quórum no podrá ser inferior a la mayoria absoluta de sus integrantes.
Art. 267. - Directorio: reuniones; convocatoria. El directorio se reunirá, por lo menos, una vez cada tres meses, salvo
que el estatuto exigiere mayor número de reuniones, sin perjuicio de las que se pudieren celebrar por pedido de cualquier
director. La convocatoria será hecha, en este último caso, por el presidente para reunirse dentro del quinto dia de recibido el
pedido. En su defecto, podrá convocarla cualquiera de los directores.
La convocatoria deberá indicar los temas a tratar.
a) Quómm
La ley 19.550 consagró en el artículo 260 un criterio que produjo serios trastornos en el
funcionamiento de las sociedades. Exigía un quórum para el funcionamiento del directorio de la mitad
más uno de sus integrantes. En el caso que el cuerPO estuviera integrado por 5 miembros, por ejemplo,
se requería un quórum de 4 personas (2 y 1/2 más 1). Esta expresión matemática resultaba
inconciliable con la realidad y determinaba, en la práctica, un quórum sumamente exigente (4 en 5; 5
en 7; etc.).
La ley 22.903, con buen criterio, modificó esa formulación por el mayoría absoluta de sus
integrantes (se requerirá la presencia de tres miembros si el cuerpo lo integran cinco personas; de
cuatro si el cuerpo lo integran siete; etc.).
b) Remiones
Deben ser fijadas por el estatuto social, pero el directorio debe reunirse por lo menos una vez
cada tres meses. Además se reunirán cada vez que lo solicite uno de sus miembros. Efectuado el
pedido, el presidente debe citar a reunión dentro del quinto día.
De las deliberaciones y resoluciones que adopte el directorio se debe dejar constancia en el
Libro de Actas previsto en el artículo 73.
c) Convocatoria
Art. 268. - Representación de la sociedad. La representación de la sociedad corresponde al presidente del directorio.
El estatuto puede autorizar la actuación de uno o más directores. En ambos supuestos se aplicará el artículo 58.
Responsabilidad.
Esta organización no modifica las obligaciones y responsabilidades de los directores.
Para el despacho y atención de los negocios "ordinarios", (es decir comunes a la marcha de la
sociedad, "normales" con-forme el objeto social) el estatuto puede organizar un comité ejecutivo
compuesto por algunos de los directores. Este cuerpo actúa bajo la vigilancia y supervisión del
"directorio" y es en realidad una emanación de él, y su creación tiene por finalidad agilizar el
funcionamiento del órgano de administración y representación.
La designación de este comité no libera de responsabilidad al resto del directorio y esto acentúa el
caracter de cuerpo dependiente del "órgano de administración".
10 Cfr. OTAEGUI, op. cit., pág. 319, nro. 70; en contra ZALDÍVAR, E., y otros, Cuadernos..., T. II, 2º parte, pág. 524, nro. 46.1.20.
Los contratos que no reúnan los requisitos del párrafo anterior sólo pOdrán celebrarse previa aprobación del directorio o conformidad de la
sindicatura si no existiese quórum. De estas operaciones deberá darse cuenta a la asamblea.
Si la asamblea desaprobare los contratos celebrados, los directores, o la sindicatura, en su caso, serán responsables solidariamente por los daños
y perjuicios irrogados a la sociedad.
Los contratos celebrados en violación de lo dispuesto en el párrafo segundo y que no fueren ratificados por la asamblea son nulos, sin perjuicio
de la responsabilidad prevista en el párrafo tercero.
Art. 272. - Interés contrario. Cuando el director tuviere un interés contrario al de la sociedad, deberá hacerlo
saber al directorio y a los síndicos y abste nerse de intervenir en la deliberación, so pena de incurrir en la
responsabilidad del artículo 59.
Art. 273. - Activídades en competencia. El director no puede participar por cuenta propia o de terceros, en activídades
en competencia con la sociedad, salvo autorización expresa de la asamblea, so pena de incurrir en la
responsabilidad del artículo 59.
La ley prescribe algunas prohibiciones especiales para los directores en el desempeño de sus funciones o bien,
somete determinados actos o contratos a requisitos especiales.
El principio vigente es que el director puede contratar con la sociedad contratos que sean de la
actividad en que ésta opera, pero debe hacerlo en las condiciones comunes del "mercado", como dice
el artículo 271, modificado por la ley 22.903.
Anteriormente la ley 19.550 aludía "a las mismas condiciones que la sociedad hubiere contratado con terceros" y exigía que
se hiciera conocer tal acto al directorio y síndico, debiendo el director involucrado abstenerse de intervenir en la deliberación
del cuerpo, que debía considerar esa operación, acto o contrato.
Los autores de la reforma señalan, con acierto, que las exigencias referidas eran excestvas y muchas veces, de difícil
cumplimiento (casos de contratos de transporte, de seguros, con entidades financieras o de compra de mercaderías en
condiciones corrientes). En efecto, un director de una compañía de aviación, por ejemplo, si quería viajar por "su" línea aérea,
tenía que comunicarlo al directorio, reunirlo y esperar sus deliberaciones
y resolución; igual el caso de un director de un supermercado que quisiera hacer compras en él; y otros
casos similares.
Es más que suficiente la doble exigencia contenida en la norma reformulada:
1) que se trate de actos o contratos que sean de su actividad normal; y
2) que se realice en las condiciones del mercado, esto es, en las "comunes" u "ordinarias" vigentes
para todo público.
Cumplidos esos requisitos, no tiene sentido tener que comunicarlo al directorio, al síndico, reunir al
directorio, etcétera.
Los contratos que no reúnan ambos requisitos, sí requerirán la aprobación del directorio, o de la
sindicatura, si no existiese quórum para reunir al órgano de administración. Estas operaciones deben,
además, ser comunicadas a la asamblea, que debe convalidarías.
Los contratos no aprobados por la asamblea, son nulos; y generan responsabilidad personal y solidaria
para los directores o síndicos que los autorizaron, por los daños y perjuicios irrogados a la sociedad.
c) Actividades en competencia
El director no puede participar, por cuenta propia o de terceros, en actividades en competencia con la
sociedad, salvo autorización expresa de la asamblea.
Esta regla, común también a todos los administradores sociales, como hemos visto, reafirma la
obligación de '4lealtad" que hemos destacado. Su transgresión, es también sancionada con la aplicación
de responsabilidad por los daños y perjuicios que se deriven a la sociedad.
d) Prohibición de votar la aprobación de los estados contables, responsabilidad o
remoción
El artículo 241 de la ley prohibe a los directores, síndicos, miembros del consejo de vigilancia y
gerentes generales, votar en las decisiones vinculadas con la aprobación de sus actos de gestión.
Tampoco lo pueden hacer en aquellas resoluciones vinculadas con su responsabilidad o remoción.
Exención de responsabilidad.
Queda exento de responsabilidad el director que participó en la deliberación o resolución o que la conoció, si deja constancia escrita de
su protesta y diere noticia al síndico antes de que su responsabilidad se denuncie al directorio, al síndico, a la asamblea, a la autoridad
competente, o se ejerxa la acción judicial.
La transgresión a las obligaciones referidas en el número anterior, genera, como lógica consecuencia,
la responsabilidad del administrador social.
Hemos visto que el desempeño de dichos cargos es personal e indelegable, y aún cuando el directorio
nombrara un comité ejecutivo (art. 269) o gerentes (art. 270), ello no modifica sus obligaciones y
responsabilidades.
También algunas disposiciones penales sancionan la responsabilidad de estas personas (arts. 173, inc.
7, 178, 300 y 301, Cód. Penal y varias leyes especiales), si bien como se ha señalado, se trata de una
reglamentación incompleta y deficiente"13.
Este tema de la responsabilidad civil y penal de los directores y gerentes es de gran importancia.
Y ella no deriva sólo de su aplicación efectiva, sino por su acción preventiva, ya que esta
legislación nará afinar el cuidado en el manejo de los negocios so
12BRUNETTI, op. cit., T. ¡1, pág. 484, nro. 642, citado a FRE
13 BACIGALUPO, Enrique, RDCO, 1973, págs. 278y sigs.
ciales y reflexionar ante la teniación de postergar los intereses sociales en beneficio de los propios14.
a) Responsabilidad civil
b) Alcance de la responsabilidad
Conviene precisar claramente qué alcance le adjudica la ley a la responsabilidad del infractor.
Reiteradamente la ley hace referencia a la "responsabilidad" del administrador, lo mismo del síndico,
gerente, y antes de los "promotores" y "fundado-res'. ¿A qué responsabilidad se está refiriendo en
todos esos casos? Indudablemente a la responsabilidad pecuniaria, a la obligación de "resarcir los
daños y peijuicios" ocasionados. Esto es, a la "responsabilidad jurídica" que deviene como
consecuencia de la imputación que vincula la conducta del infractor con la sanción. Kelsen dice al
respecto que el individuo responsable es el objeto de la conducta del órgano estatal encargado de
aplicarle una sanción, destacando que la noción de "responsabilidad" se relaciona con la de "sanción"
17
Y, en este caso, la sanción es "pecuniaria", sin perjuicio de que al mismo tiempo pueda existir sanción
penal.
Esa responsabilidad civil es "individual" del director, que deberá enfrentar "con su patrimonio"
particular. Es, al mismo tiempo ilimitada, de modo que el responsable responde con "todo su
patrimonio" sin límite alguno. Y es solidaria si hubiere más de un director responsable, de modo
que en tal supuesto los dos o tres o cuatro directores están obligados a responder con su
patrimonio individual por el total del daño causado, como obligados solidarios, es decir
"..cuando la totalidad del objeto de ella (la obligación, en este caso la de pagar los daños y
perjuicios), puede en virtud del título constitutivo o de una disposición de la ley (en este caso la
solidaridad deriva de la ley), ser demandada por cualauiera de los acreedores (solidaridad activa,
de los acreedo
17 KELSEN Hans, op. cit., pág. 93.
res, que no es este caso) o a cualquiera de los deudores" (solidaridad pasiva, que es este caso), según
reza el artículo 699 del Código Civil. Tal es, entonces, el alcance de la responsabilidad pecuniaria que
la Ley de Sociedades comerciales pone en cabeza del director infractor.
c) Imputación de responsabIlidad
Con el más puro lenguaje kelseniano, la ley 22.903, ha introducido en el artículo 274 un párrafo a que alude el
subtítulo, expresando que la relación entre infracción-sanción (o dicho más técnicamente, entre la
conducta infractora y la conducta sancionatoria), se hará atendiendo a la actuación individual cuando
se hubieren asignado funciones en forma personal de acuerdo con lo establecido en el estatutó,
reglamento o decisión asamblearia, reiterando la regla consagrada también por la reforma en el
artículo 157 sobre los gerentes de la S.R.L. que ya hemos analiza(lo, y que no es sino la aplicación
práctica del viejo adagio latino nulla poena sine culpa que ha recogido también la Ley de Con-cursos
19.551 en su artículo 238. De modo que si por decisión de la asamblea, o como consecuencia de previsión
estatutaria, el directorio divide sus funciones en áreas (área administrativa, financiera, legal, etc.) como suele
ocurrir en la empresa moderna, y adj udica la responsabilidad de cada área a un director, será ese el responsable de lo que
allí suceda y, como natural consecuencia, ningún director será responsable de la ejecución de actos en las demás
áreas adjudicadas a la conducción de otro director. Lógicamente que esto no es de manera alguna una regla absoluta,
por aquél]o que es el "cuerpo", "el órgano" el que tiene el deber de administrar y representar la sociedad y que la
actuación de "de-legados" como los comités ejecutivos o gerentes, no importan, como hemos visto, exención de
la responsabilidad para los demás directores (reglas de los arts. 269 y 270). Pero esa regla servirá para
determinar el "grado" de responsabilidad de cada uno.
d) Prohibición de votar
Los directores, síndicos, miembrc del consejo de vigilancia y gerentes generales, tienen prohibido votar sobre su
responsabilidad o remoción, de conformidad con lo prescripto en el artículo 241 de la ley.
266. EXENCION DE RESPONSABILIDAD
en la parte general, vimos que el administrador
A' analizar el tema de la administración de las sociedades
-en la administración colegiada o plural - se podía eximir de responsabilidad en los siguientes casos:
1) Si no había participado en la deliberación donde se adoptó la decisión ilegítima, generadora de
responsabilidad;
2) si no conoció la decisión ilegítima;
3) si habiendo participado de las deliberaciones hizo constar por escrito (en el acta a levantarse de la
reunión y que debe transcribirse en el libro de actas que obligatoriamente deben llevar los cuerpos
colegiados - artículo 73-) su protesta y su voto en contra de esa decisión; y, además, pusiera ese hecho
en conocimiento del síndico;
4) si no habiendo tomado participación al llegar a su conocimiento la decisión ilegítima, deja
constancia escrita de su protesta en la primera reunión del cuerpo (directorio) y denuncia al síndico el
acto irregular. El caso, por ejemplo, de un director que haya realizado un viaje prolongado al exterior
o interior del país y que a su regreso toma conocimiento de una decisión o de decisiones ilegítimas.
Debe, de inmediato pedir una reunión de directorio y hacer constar en acta su protesta y denunciarlo al
síndico. Sólo así se eximirá de responsabilidad.
El artículo 274 expresa que esa protesta y esa denuncia debe ser efectuada antes que la responsabilidad
del director sea demandada judicialmente o que sea denunciada al directorio, al síndico o a la
asamblea, o autoridad de control, para poder invocaría como eximente de responsabilidad.
18 El artículo 2393 del Código Civil italiano prevé en su último párrafo la posibilidad de renuncia o transacción de la acción de
responsabilidad social, siempre que no mediara oposición que represente la quinta parte del capital s<> cial y ha sido criticada por la doctrina
italiana por considerar ese porcentaje excesivo (Ver: BRUNETTI, op. ci'., T. II, pág. 495, nota nro. 24).
tinguible, si se trata de sociedad con actividad industrial, donde ese hecho no está previsto normativamente.
Distinta sería la conclusión si en esa última sociedad existieran normas reglamentarias de seguridad
violadas o incumplidas por negligencia del director responsable de esa área.
c) Ineficacia de la erínción: la extinción no surtirá efectos, es decir no será eficaz, en los siguientes
casos: 1) si media oposíción de accionistas (que representen un cinco por ciento del capital social, o
más. Esa oposición debe haberse manifestado en la asamblea ordinaria respectiva, en la que se votó la
aprobación de la gestión, o la renuncia a la acción de responsabilidad o su transacción; y 2) en caso de
liquidación coactiva o concursa4 esto es en caso de liquidación administrativa (caso de bancos y
entidades financieras, compañías de seguros, etc.) o derivada de quiebra. En tales supuestos la
extinción dispuesta por la sociedad mediante la resolución de la asamblea cede, frente a la necesidad
de tutelar los intereses de los terceros acreedores de la sociedad; por ello será el síndico de la quiebra
el encargado de interponer la acción de responsabilidad.
Art. 277. Acción de responsabilidad: facultades del accionista. Si la acción prevista en el primer párrafo del artículo 276 no fuera iniciada
dentro del plazo de tres (3) meses, contados desde la fecha del acuerdo, cualquier accionista puede promoverla, sin perjuicio de la
responsabilidad que resulte del incumplimiento de la medida ordenada.
Art. 278. - Acción de responsabilidad. Quiebra. En caso de quiebra de la sociedad, la acción de responsabilidad puede ser ejercida por el
representante del concurso, y en su defecto se ejercerá por los acreedores individualmente.
Art. 279. - Acción individual de responsabilidad. Los accionistas y los terceros conservan siempre sus acciones individuales contra los
directores.
La ley consagra la vía judicial para concretar la reparación patrimonial debida por el director infractor,
otorgando una "acción" para demandar la aplicación de la sanción pecuniaria contra el responsable. A'
respecto cabe distinguir y nuestra ley lo hace, entre la acción soci'd, es decir la otorgada á la sociedad
para obtener la reparación de los perjuicios a ella causados, de la acción 'individual" concedida al
tercero y al accionista para reclamar por los peTjuicios causados al patrimonio individual de ellos.
a) Acción social: esta acción puede ser promovida, en principio, por la sociedad, mediante la actuación
de sus representantes estatutarios. Debe resolverla la asamblea ordinaria y puede ser adoptada aún
cuando no figure en el orden del día ese tema en forma especifica, siempre que sea consecuencia
directa de la resolución de otro asunto incluido en el temario del órgano deliberativo. Esta es una de
las excepciones a que aludimos al considerar el tema de la "limitación de los poderes" de la asamblea
y que está implícitamente previsto en el artículo 246, pero se explica porque es consecuencia de la
forma en que la asamblea ha tomado otra decisión. Por ejemplo, si la asamblea considera actos de los
referidos en el artículo 271 y los desaprueba, surgirá la responsabilidad del director que ha realizado el
contrato prohibido. Como directa consecuencia de esa resolución, debe la asamblea inmediatamente,
proceder a resolver la instauración de la acción judicial de responsabilidad contra el infractor. Y como se
trata de violación de la ley (art. 271) no podrá la asamblea renunciar la acción ni transigir sobre ella.
También puede ser ejercida esta acción social, por los accionistas que se hubieran opuesto a la
extinción de la responsabilidad por renuncia o transacción (caso del artículo 275). Y, finalmente puede
ser ejercida por cualquier accionista si no fuera promovida por el directorio dentro de los tres meses
desde la fecha de la asamblea que resolvió demandar.
En caso de quiebra de la sociedad, la acción puede ser ejercida por el síndico y, en defecto de él, por
cualquiera de los acreedores.
b) Acción individual es la que tiene el tercero que contrató con la sociedad y cualquier accionista, por los
perjuicios ocasionados a su patrimonio particular. Lo que diferencia esta acción de la otra, es que en la primera el
patrimonio perjudicado y cuya reparación se persigue, es el de la sociedad; en
cambio en la segunda, se reclama por el daño al patrimonio "personal" del accionista o tercero. Como
se señala en la doctrina y jurisprudencia italiana, ese es el criterio discriminatorio que permite
distinguir una acción de la otra.19 Puede ocurrir que un mismo hecho dé lugar a ambas acciones, por
ejemplo si se ha disminuido el patrimonio social producto de ingresos no contabilizados, que
producirán, como natural consecuencia, una disminución en las ganancias y afectarán el derecho
individual del accionista al dividendo. El caso que relata Brunetti en su obra, referido a una falsedad
de balances (que afectó el patrimonio social) y determinó la venta de acciones de la sociedad a mayor
precio, perjudicando al adquirente de ellas.
c) PrescriNión de la acción: para determinar la prescripción de la acción de responsabilidad debemos
distinguir según se trate de la acción socud o de la acción individual La acción social prescribe a los
tres años, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 848, inciso 1, del Código de Comercio.
La acción individual prescribirá a los dos o diez años, según se trate de responsabilidad delictual (o
cuasidelictual) o contractual.
Halperin sostiene que la duración del plazo depende del titular y de la causa de la acción. Si fuere la
sociedad la que promueva la acción resulta inaplicable el artículo 848, del Código de Comercio porque
la vinculación del director no es en la L.S. una relación social, sino un contrato independiente, por lo
que ante la falta de norma específica, debe aplicarse el plazo previsto en el artículo 846 del Código de
Comercio, es decir diez años. Igual plazo si quien ejerce la acción social es un accionista o el síndico
de la quiebra. En cambio, la acción individual del accionista tendría un plazo de prescripción de tres
años, pues el caso se regiría por el artículo 848 del Código de Comercio, porque la acción tendría una
causa social, aunque resultara de la violación de la ley o del estatuto20.
Creemos que se ha equivocado el gran jurista. Que de ningún modo puede sostenerse coherentemente
que los administradores son un "órgano" de la sociedad y al mismo tiempo que la relación de éstos con
la sociedad obedece a un contrato independiente (¿mandato?). Para quienes aceptamos la llamada
'9 Cfr. BRUNETTI, op. cit., T. II, pág. 498, nro. 654.
20 HALPERIN, Sociedades..., cit., pág. 462, nro. 55.
doctrina de la "organicidad" no resulta difícil deducir que la relación que une a los administradores
(órganos de la sociedad) con la sociedad es una relación derivada del contrato constitutivo. Es decir
una "relación social", regida, en consecuencia por el artículo 848 del Código de Comercio.
Otro es el problema del cómputo de ese plazo, es decir del momento de la iniciación del curso de la
prescripción. Entendemos que el plazo de prescripción de la acción social comienza, en todos los
casos, desde la resolución de la asamblea que determinó la responsabilidad del director.
Que no cabe distinguir en quién ejerza la referida acción, puesto que el plazo de prescripción no está
establecido por la ley a favor de sus titulares, sino de los directores. No pueden quedar éstos a merced
de la voluntad de los titulares de la acción social o al azar de situaciones impredecibles. De otra forma
estaríamos desnaturalizando este instituto jurídico que tiene por finalidad la "conveniencia general de
liquidar situaciones inestables y de mantener la paz de las familias, que no debe ser alterada por la
repercusión de hechos ocurridos con mucha antelación"21.
Por ello discrepamos una vez más con Halperin, para quien cabe distinguir cuando la acción la ejerza el
síndico de la quiebra. Nos parece inaceptable dividir el comienzo del plazo de prescripción. Lo que
ocurrirá es que si la quiebra se produce antes del vencimiento del plazo de tres años y no se ha
promovido dicha acción, deberá promoverla el síndico. Y si ya ha transcurrido el plazo de tres años,
serán los directores los responsables de no haber promovido dicha acción, pero la acción no podrá
renacer para ser ejercida por el síndico si ya hubiera prescripto.
En cuanto a la acción individual, el plazo de prescripción comenzará a correr a partir del hecho que
produjo el daño.
d) Jurisprudencia: un interesante fallo sobre el tema sienta la siguiente doctrina:
"La procedencia de la acción individual de responsabilidad contra el director de una sociedad anónima está condicionada a que el
accionista sufra un perjuicio directo en su patrimonio".
"Es improcedente la acción social de responsabilidad contra un director de una sociedad anónima cuando ella no ha sido tratada
previamente en asam
21 LLAMBIAS, Jorge Joaquín, Tmtado de Derecho Civil, Pwie Genemí, T.
Respecto de la retribución a los directores hay que distinguir dos situaciones: 1) su remuneración
referida a la participación en las ganancias de la sociedad, fijada normalmente en un porcentual de las
utilidades líquidas y realizadas, derivadas de un balance de ejercicio aprobado. O sea la retribución por el desempeño de
su "función" de administrador y representante social; y 2) la retribución por el desempeño de algún cargo
especial, dentro de la sociedad. Es decir lo que nuestra ley denomina "desempeño de funciones técnico-
administrativas de carácter permanente", que el director realiza, además de su propia función de administrador y
representante social, como parte inte
grante del órgano respectivo, y que se retribuye con un sueldo o estipendio mensual fijo o variable.
La primera remuneración debe ser fijada por el estatuto social o, en su defecto, será fijada por la
asamblea y estará referida a un porcentual de las ganancias.
La segunda retribución puede ser fijada por el directorio si no la ha determinado la asamblea, aunque
nada diga nuestra ley.
Especial situación deriva de la adopción por la sociedad del consejo de vigilancia, cuando
estatutariamente está autorizado a nombrar al directorio. En tal supuesto la remuneración será fija (art.
281, inc. d).
Nuestra ley prescribe que el total de las remuneraciones que por todo concepto puedan percibir los
miembros del directorio o consejo de vigilancia, en su caso, incluyendo los sueldos y retribuciones por
cargos especiales, no podrá exceder del veinticinco por ciento de las ganancias. Utilidades que deben
resultar de un balance de ejercicio aprobado por la asamblea.
El problema se suscita cuando la escasez de las utilidades hace que ese porcentual resulte insuficiente
para cubrir las retribuciones fijas ya recibidas por los directores que realizan tareas específicas. Aquí la
ley autoriza a exceder ese porcentual para que esas remuneraciones "puedan hacerse efectivas" (hasta ese
momento constituyen una suma entregada por la sociedad y recibida por los directores), pero sometiendo esa
autorización a las siguientes condiciones: 1) que sea resuelta por la asamblea ordinaria; y 2) que se incluya como
tema especial del orden del día.
El artículo 261 de la ley 19.550 fue modificado por la ley 20.468 del 23 de mayo de 1973 y tal es el texto
transcripto.
Art. 263.
Elección por acumulación de votos. Los accionistas tienen derecho a elegir hasta un tercio de
las vacantes a llenar en el directorio por el sistema de voto acumulativo.
El estatuto no puede derogar este derecho, ni reglamentarlo de manera que dificulte su ejercicio;
pero se excluye en el supuesto previsto en el artículo 262.
El directorio no podrá renovarse en forma parcial o esaalonada, si de tal manera se impide el
ejercicio del voto acumulativo.
Procedimiento. Para su ejercicio se procederá de la siguiente forma:
1) El o los accionistas que deseen votar acumulativamente deberán notificarlo a la sociedad con
anticipación no menor de tres dias hábiles a la celebración de la asamblea, individualizando las
acciones con que se ejercerá el derecho y, si fuesen al portador, depositando los títulos o el
certificado o constancia del banco o institución autorizada. Cumplidos tales requisitos aunque sea
por un solo accionista, todos quedan habilitados para votar por este sistema.
2) La sociedad deberá informar a los accionistas que lo soliciten, acerca de las notificaciones
recibidas. Sin perjuicio de ello, el presidente de la asamblea debe informar a los accionistas
presentes que todos se encuentran facultados para votar acumulativamente, hayan o no formulado
la notificación.
3) Antes de la votación se informará pública y circunstanciadamente el número de votos que
corresponde a cada accionista presente.
4) Cada accionista que vote acumulativamente tendrá un número de votos igual al que resulte de
multiplicar los que normalmente le hubieren correspondido por el número de directores a elegir.
Podrá distribuirlos o acumularlos en un número de candidatos que no exceda del tercio de las
vacantes a llenar.
5) Los accionistas que voten por el sistema ordinario o plural y los que voten acumulativamente
competirán en la elección del tercio de las vacantes a llenar, aplicándose a los dos tercios restantes
el sistema ordinario o plural de votación. Los accionistas que no voten acumulativamente lo harán
por la totalidad de las vacantes a cubrir, otorgando a cada uno de los candidatos la totalidad de los
votos que les corresponde conforme a sus acciones con derecho a voto.
6) Ningún accionista podrá votar dividiendo al efecto sus acciones - en parte
acumulativamente y en parte en forma ordinaria o plural.
7) Todos los accionistas pueden variar el procedimiento o sistema de votación, antes de la
emisión del voto, inclusive los que notificaron su voluntad de votar acumulativamente y
cumplieron los recaudos al efecto.
8) El resultado de la votación será computado por persona. Sólo se considerarán electos los
candidatos votados por el sistema ordinario o plural si reúnen la mayoría absoluta de los votos
presentes; y los candidatos votados acumulativamente que obtengan mayor número de votos,
superando a los obtenidos por el sistema ordinario, hasta completar la tercera parte de las
vacantes.
9) En caso de empate entre dos o más candidatos votados por el mismo sistema, se
procederá a una nueva votación en la que participarán solamente los accionistas que optaron por
dicho sistema. En caso de empate entre candidatos votados acumulativamente, en la nueva
elección no votarán los accionistas que
-dentro del sistema- ya obtuvieron la elección de sus postulados.
La ley 22.903 introdujo una nueva "reformulación" en la redacción del artículo 263, a fin
de solucionar las divergencias que su anterior expresión habia suscitado, -acogiendo la
interpretación dada por la Comisión Nacional de Valores, la Inspección General de Justicia de
la Nación y otros organismos de control. El nuevo texto prescribe:
1) derecho del accionista a elegir por el sistema de voto acumulativo hasta un tercio de las
vacantes a llenar en el directorio:
Es decir que un directorio de nueve personas, que se renueva parcialmente por tercios,
permitirá en ocasión de cada elección, elegir por este sistema, una vacante. De modo que los
accionistas minoritarios podrían optar por ejercer este derecho renunciando de antemano a
la elección de las otras dos vacantes. Conteste con el criterio legal, no se admite la
renovación parcial del directorio que impidiere el ejercicio de este derecho, como sería una
renovación de uno o dos directores por vez, por ejemplo;
2) obligación de notificar a la sociedad con anticipación no menor a tres días hábiles a la
celebración de la asamblea;
3) obligación de individualizar las acciones, si fuesen nominativas o de depositarias, si fuesen
al portador, o depositar sus certificados o comprobantes, si fueren acciones depositadas en
banco o acciones escriturales.
Ejercido por un solo accionista esta opción, ella habilita a todos los demás accionistas a ejercer
este derecho en la asamblea. Para ello la sociedad debe informarlo a los accionistas que lo requieran y
además el presidente de la asamblea debe informar a los accionistas allí presentes que pueden ejercer
este derecho. Para ello se deberá informar pública y circunstancialmente el número de votos que
corresponde a cada accionista presente.
Cada accionista que vote por este sistema, tendrá un número de votos igual al que resulte de
multiplicar los que derivan de sus tenencias accionarias, por la cantidad de directores a elegir. Ese
total de votos resultante de esa multiplicación puede distribuirlos en varios candidatos o acumularlos
en uno solo, siempre que no exceda del tercio de las vacantes a llenar.
Por ejemplo un accionista que tiene un mil votos y se eligen tres directores: no tiene otra
posibilidad que acumular sus "tres mil votos" (mil multiplicados por tres que son las vacantes) en un
solo candidato (el tercio). Si en cambio se eligieran seis directores, podría distribuir sus seis mil votos
entre dos candidatos
(esto es, el tercio de seis).
Ningún accionista puede votar dividiendo sus acciones, es decir parte por el sistema común y parte
de sus acciones por el sistema de voto acumulativo. En el ejemplo anterior los mil votos deben ser
utilizados en votar por un sistema u otro, no puede el accionista destinar quinientos votos por el
sistema común y quinientos por el de voto acumulativo.
Los accionistas pueden variar de sistema, antes de la emisión del voto. Por ejemplo, los
accionistas que anticiparon que votarán acumulativamente, notificando a la sociedad e inclusive
depositando sus acciones o individualizándolas, pueden, no obstante, decidir a último momento, votar
por el sistema común.
Los accionistas que votan por el sistema acumulativo votan por el tercio de las vacantes a llenar;
multiplicados, como ya vimos, y los que votan por el sistema común votan por la totalidad de las
vacantes y otorgan a cada candidato la totalidad de sus votos que le corresponden conforme a sus
tenencias accionarias con derecho a voto, es decir, sin multiplicación alguna.
El resultado de la votación se computa por persona, es decir por candidato. Resultarán electos los
candidatos votados por el sistema común si reúnen la mayoría absoluta de los votos presentes; y los
candidatos votados acumulativamente que obtengan mayor número de votos, siempre que superen a
los que obtenga otro candidato votado por el sistema común, hasta completar el tercio de las vacantes.
En caso de empate entre dos o más candidatos votados por el mismo sistema, se procede a una
nueva votación entre los accionistas que votaron por ese sistema. Si empatan candidatos
votados por el sistema común, únicamente los accionistas que votaron así, tienen derecho a
intervenir en el desempate.
Si el empate es entre candidatos votados acumulativamente en la nueva elección no podrán
participar los accionistas que votando por este sistema ya consagraron otro candidato.
Se trata, en definitiva, de un medio tendiente a dar representación a las minorías en el directorio.
En tal sentido, se ha resuelto:
"La esencia del sistema del voto acumulativo es dar representación a la minoría en el directorio, por lo cual el artículo 263 del decreto ley
19.550/72, en su penúltimo párrafo, prohibe no sólo derogar este derecho, sino dificultar su ejercicio coherentemente con la motivación de la
norma".
Capital Federal, Cám. Nac. Com., Sala A, 21-VI-74, "Cerámica Milano Scciedad Anónima", JA., 1974, t. 24, p. see. nac. nro. 23.676, L.L.,
pág. 157, nro. 71.320, E.D., pág. 58, nro. 25.860.
"Anoticiada la sociedad del ejercicio del sistema de voto acumulativo por un accionista o grupo de accionistas, toda reducción o aumento del
número de integrantes del directorio que perjudique la expectativa normal de representación numérica de la o las minorías debe considerarse
contraria a la letra y espíritu de la institución, a menos que en períodos anteriores el órgano de administración ya se encontrara integrado por el
número de directores cuyo reemplazo
se debatió en la asamblea".
Cám. Nac. Com., Sala B, 13-VI-1991, "NoeI, Carlos M. y otra c. NoeI y Cía. S.A.", L.L., 1992-C, 420; Df, 1992-2-332; E. D., 145-702.
271. INSCRIPCION Y PUBLICACION DEL NOMBRAMIENTO Y DE LA
REMOCION DE LOS DIRECTORES
El nombramiento o remoción de los miembros del directo-rio debe ser publicada (una publicación en
el diario de publicaciones legales, según el artículo 10) y luego inscripta en el Registro Público de
Comercio.
La falta de inscripción hará inoponible a los terceros su designación o remoción.
Esto evidencia el grave riesgo en que puede caer una sociedad anónima que no inscribiera - previa
publicación - la remoción de un director, posibilitando que éste pueda seguir asumiendo compromisos
en nombre de la sociedad, sin que ella pueda oponerle la remoción.
Las decisiones que toma el directorio, que puedan afectar a los accionistas o que importen una violación a
la ley, los estatutos o el reglamento, son impugnables, al igual que las decisiones de la asamblea.
Se aplican las mismas reglas que hemos examinado respecto de la acción del artículo 251.
En tal sentido se ha resuelto:
"La aprobación de la gestión de los directores por parte de la asamblea opera a modo de inmunidad de los integrantes del órgano contra
reclamos ulteriores y produce el descargo de éstos en el caso de existir irregularidades, con la consecuencia de neutralizar la acción social de
responsabilidad"
Cám. Nac. Com., Sala B, 13-VI-991, "NoeI, Carlos M. y otra c. NoeI y Cía. SA.", L.L., 1992-C, 420; DJ, 1992-2-332; E. D., 145-702.
c) Facultades y deberes
La ley señala con precisión las funciones adjudicadas a este órgano. Son funciones propias de este
órgano y obligatorias:
1) examinar la contabilidad social, los bienes sociales, papeles y documentos, y realizar arqueos
de caja; verificando disponibilidades, títulos de crédito, obligaciones;
2) recabar informes al directorio sobre contratos celebrados o en curso de celebración;
3) exigir del directorio el envío de un informe trimestral, como mínimo, respecto de su gestión
social;
4) convocar a la asamblea, cuando lo juzgue conveniente o lo requieran accionistas en la
proporción referida en el artículo 236;
5) presentar a la asamblea sus observaciones sobre los estados contables y la memoria presentada
por el directorio para su consideración por ella;
6) investigar o examinar denuncias de accionistas.
A su vez, son junciones optativas, que el estatuto socialpuede
o no contener, las siguientes:
7) la elección de los miembros del directorio; y
8) reservarse la aprobación de determinados actos o contratos.
La minoría del consejo, siempre que su número alcance un tercio de los miembros, podrá convocar a la
asamblea de accionistas para que ésta considere y resuelva en definitiva, sobre la cuestión que motiva
la disidencia. Esta es una clara demostración de la total dependencia de este órgano respecto de la
asamblea y sobre el carácter de los miembros del consejo, de accionistas representantes de la voluntad
general de "todos" los socios.
Nuestra ley introduce en esta norma una enorme confusión sobre la naturaleza y alcance de este
órgano. Porque expresa que si el estatuto organiza el consejo de vigilancia podrá prescindir de la
sindicatura, cuando lo lógico y natural es que prescinda de ella porque carece de objeto, pues de otra
forma existirá una superposición de órganos con similares junciones.
1) Auditoría anual
Si, como es lógico, el estatuto prescinde de la sindicatura, deberá prever una auditoría anual externa,
contratada por el consejo de vigilancia, cuyo informe deberá ser sometido a conocimiento de la
asamblea.
g) Duración del cargo
El artículo 280 declara aplicable, entre otros, el artículo 257 que establece la duración de los directores
en sus funciones, la que no puede exceder de tres ejercicios, salvo que el estatuto fije un término
menor. De modo que si 0pta por este órgano, el estatuto debe determinar su duración que no podrá
exceder de tres ejercicios.
h) Renuncia
i) Funcionamiento
j) Remuneración
k) Inhabilidades e incompatibilidades
1) Prohibiciones
Se aplican a los consejeros las normas de los artículos 272 y 273, no así la regla del artículo 271
porque este órgano no ejerce la administración y representación social y no puede darse la situación de
"conflicto" a que aludimos al considerar esta disposición.
m) Responsabilidad
Lo expuesto sobre responsabilidad para los directores es también aplicable a los miembros del consejo
de vigilancia.
273. DE LA SINDICATURA
a) Concepto
Art. 284. - Designación de síndicos. Está a cargo de uno o más síndicos designados por la asamblea de accionistas.
Se elegirá igual número de síndicos suplentes.
Cuando la sociedad estuviere comprendida en el artículo 299 - excepto su inc. 2º- la sindicatura debe ser colegiada en número impar.
Cada acción dará en todos los casos derecho a un solo voto para la elección y remoción de los síndicos, sin perjuicio de la aplicación del
artículo 288.
Es nula cualquier cláusula en contrario.
Prescindencia.
Las sociedades que no estén comprendidas en ninguno de los supuestos a que se refiere el artículo 299, podrán prescindir de la sindicatura
cuando así esté previsto en el estatuto. En tal caso los socios poseen el derecho de contralor que confiere el artículo 55. Cuando por aumento de
capital resultare excedido el monto indicado la asamblea que así lo resolviere debe designar síndico, sin que sea necesaria reforma de estatuto.
Art. 290. - Sindicatura colegiada. Cuando la sindicatura fuere plural, actuará como cuerpo colegiado, y se denominará "comisión fiscalizadora".
El estatuto reglamentará su constitución y funcionamiento. Llevará un libro de actas. El síndico disidente tendrá los derechos, atribuciones y
deberes del artículo 294.
1) Es órgano obhgatorio para las anónimas abiertas pero optativo en las anónimas cerradas: la
sindicatura ha sido en nuestra legislación, hasta la sanción de la ley 22.903, un órgano necesario.
Ahora la reforma admite que se pueda prescindir de él en las anónimas "cerradas" cuando el estatuto
así lo prevea. Lógicamente que esta norma alentará la modificación de los estatutos de la gran mayoría
de las anónimas cerradas existentes en el país, con grave detrimento de los derechos de los accionistas
minoritarios en esas sociedades. La reforma se fundamenta en la finalidad de "aligerar la estructura
societaria" en aquellas sociedades donde su existencia "puede ser gravosa" ofreciendo la contrapartida
del otorgamiento a los socios del derecho de inspección y control individual. Cuando por el capital,
una anónima cerrada se convierta en "abierta" no necesitará modificar el estatuto para designar la
sindicatura obligatoria.
2) Es colegiado en las anónimas abie,ias y uniNrsonal en las cerradas: la ley 19.550 que
introdujo la distinción entre las anónimas "abiertas" y las "cerradas", prescribió que en el primer caso
la sindicatura debía ser colegiada, integrada por lo menos de tres miembros, salvo el caso del artículo
299, inc. 2º.
3) Ejercida por profesionales idóneos: para ser síndico se requiere ser profesional en materia legal
o contable. Nuestra ley admite la sindicatura a cargo de una sociedad civil con responsabilidad
solidaria constituida exclusivamente por estos profesionales.
Estos profesionales que pueden o no ser accionistas, deben constituir domicilio real en el país.
4) Es designado por la asamblea ordinaria: la ley prescribe la elección de los miembros de la
sindicatura por la asamblea ordinaria (art. 234, inc. 2) y ha consagrado una forma de elección que
garantiza el derecho de las minorías para que el control sea así más representativo y efectivo.
Art. 294. - Son atribuciones y deberes del síndico, sin perjuicio de los demás que esta ley determina y los que le confiera el estatuto.
1) Fiscalizar la administración de la sociedad, a cuyo efecto examinará los libros y documentación siempre que lo juzgue
conveniente y, por lo menos, una vez cada tres meses.
2) Verificar en igual forma y periodicidad las disponibilidades y títulos valores, así como las obligaciones y su cumplimiento;
igualmente puede solicitar la confección de balances de comprobación.
3) Asistir con voz, pero sin voto, a las reuniones del directorio, del comité ejecutivo y de la asamblea, a todas las cuales debe ser
citado.
4) Controlar la constitución y subsistencia de la garantía de los directores y recabar las medidas necesarias para corregir cualquier
irregularidad.
5) Presentar a la asamblea ordinaria un informe escrito y fundado sobre la situación económica y financiera de la sociedad, dictaminando sobre
la memoria, inventario, balance y estado de resultados.
6) Suministrar a accionistas que representen no menos del dos por ciento del capital, en cualquier momento que estos se lo
requieran, información sobre las materias que son de su competencia.
7) Convocar a asamblea extraordinaria, cuando lo juzgue necesario y a asamblea ordinaria o asambleas especiales, cuando omitiere
hacerlo el directorio.
8) Hacer incluir en el orden del día de la asamblea los puntos que considere procedentes.
9) Vigilar que los órganos sociales den debido cumplimiento a la ley, estatuto, reglamento y decisiones asamblearias.
10) Fiscalizar la liquidación de la sociedad.
11) Investigar las denuncias que le formulen por escrito accionistas que representen no menos del dos por ciento del capital, mencionarlas en
informe verbal a la asamblea y expresar acerca de ellas las consideraciones y proposiciones que correspondan. Convocará de inmediato a
asamblea para que resuelva al respecto, cuando la situación investigada no reciba del directorio el tratamiento que conceptúe
adecuado y juzgue necesario actuar con urgencia.
Dijimos que estamos en presencia de un "órgano de control", por ello sus facultades y deberes son de
control de gestión y de legalidad de la actuación del "órgano de administración y representación. Sus
funciones pueden sintetizarse así:
1) fiscalizar la administración de la sociedad, pudiendo examinar los libros y documentos,
verificar disponibilidades y títulos de crédito, obligaciones, etcétera;
2) convocar a la asamblea extraordinaria cuando lo juzgue necesario y a la asamblea ordinaria o
asambleas especiales cuando omitiere hacerlo el directorio; hacer incluir en el orden del día de la
asamblea los puntos que considere procedentes;
3) presentar a la asamblea ordinaria un informe escrito y fundado sobre la situación económica y
financiera de la sociedad y que contendrá además, su opinión sobre los estados contables y la
memoria;
4) vigilar que los órganos sociales den debido cumplimiento a la ley, estatutos, reglamentos y
decisiones asamblearias;
5) investigar las denuncias que le formulen los accionistas que representen por lo menos el dos por
ciento del capital social. En tal caso comunicará al directorio y requerirá el tratamiento que juzgue
pertinente, pudiendo convocar a la asamblea de inmediato para que resuelva al respecto. Asimismo
informar a los accionistas que lo pidan, en número no inferior al indicado, sobre las materias que éstos
lo requieran y sean de su competencia.
d) Elección (Arts. 288y 289)
Art. 288. Elección por clases. Si existieran diversas clases de acciones, el estatuto puede autorizar que a cada una de ellas corresponda la
elección de uno o más síndicos titulares e igual número de suplentes y reglamentará la elección.
La remoción se decidirá por la asamblea de accionistas de la clase, excepto los casos de los artículos 286y 296.
Art. 289. - Elección por voto acumulativo. Los accionistas pueden ejercer el derecho reconocido por el artículo 263, en las condiciones
fijadas por éste.
Dijimos que la sindicatura es elegida por la asamblea ordinaria, por el procedimiento de elección por
clases de acciones, o por el sistema de voto acumulativo.
Como una garantía a los accionistas minoritarios la ley excluye en la elección de los síndicos las
acciones de voto plural.
Si existen diversas clases de acciones el estatuto puede establecer la elección por clases de acciones,
de modo que haya representantes de las diversas clases en la sindicatura. Cuando son elegidos por
clase, su nombramiento es también revocable por la asamblea de la misma clase, salvo los casos de
inhabilidad o incompatibilidad o de violación de los deberes.
También pueden ser elegidos por el sistema de voto acumulativo, en las mismas condiciones que las
que hemos analizado para la elección de los directores por este sistema (art. 263).
Revocabilidad.
Su designación es revocable solamente por la asamblea de accionistas que podrá disponerla sin causa siempre que no medie oposición del
cinco por ciento del capital social.
Es nula cualquier cláusula contraria a las disposiciones de este artículo.
El término de duración no podrá exceder de tres ejercicios y pueden ser reelegidos. Sin perjuicio de
ello, el estatuto puede prever un término menor.
f) Revocabilidad
Su nombramiento es revocable por la asamblea de accionistas que puede disponerla aún sin causa,
pero siempre que no medie oposición de accionistas que representen el cinco por ciento del capital
social. Esta parte es un agregado dispuesto por la ley 22.903 y tiende a evitar la remoción de síndicos
designados por los accionistas minoritarios.
Rigen para los síndicos, en principio, las mismas causales de inhabilidad e incompatibilidad que ya
analizamos para los directores (art. 264). Pero, además de las allí mencionadas, específicamente para
los síndicos, se prevén como causales de ¡ncompatibilidad las siguientes:
1) no pueden ser síndicos los directores, gerentes y empleados de La sociedad o de otra sociedad
controlada o controlante:
esta causal garantiza la independencia necesaria que debe tener el órgano de "control" de la sociedad
para poder ejercer en plenitud sus facultades;
2) los cónyuges y parientes de los directores y gerentes generales (consanguíneos en línea recta, los
colaterales hasta el cuarto grado, inclusive, y los afines dentro del segundo grado). Es decir comprende
en línea recta hasta padres, abuelos, bisabuelos, etcétera; hijos, nietos, bisnietos, etcétera; hasta
primos; suegros, yerno, nuera y cuñados.
El cargo de síndico es personal e indelegable, ejercido por profesionales (abogado o contador público,
con título habilitante). Ya adelantamos que nuestra ley admite la actuación de una sociedad civil
constituida exclusivamente por esos profesionales, con responsabilidad solidaria. La actuación de una
"persona jurídica" para desempeñar este cargo es una novedad que introdujo la ley 19.550 pues no
estaba previsto en nuestro Código de Comercio. En la legislación extranjera los sistemas varían.
La ley alemana ha adoptado el sistema del consejo de vigilancia; en la ley italiana el "colegio de
censores" como se le llama es siempre un cuerpo colegiado elegido libremente en las sociedades
menores; pero en las de mayor capital deben estar integrados obligatoriamente, al menos en una parte,
por censores inscriptos en la lista de revisores oficiales de cuentas.
En caso de sobrevenir una causal de inhabilidad o incompatibilidad o por otras razones que le impidan
ejercer el cargo, el síndico debe ser reemplazado por el suplente que haya elegido la asamblea
oportunamente. De no haberse designado suplente o no poder éste ejercer el cargo, debe convocarse de
inmediato a la asamblea para su designación hasta completar el período. Si la designación del sindico
lo fue por una clase de accionistas, será esa clase la que reunida en asamblea especial, elija el
reemplazante. En cambio silo eligió la asamblea general, será ésta la que nombre el nuevo sindico.
El sindico puede extender las investigaciones que realice y las informaciones que requiera aún a los
ejercicios anteriores a su actuación. Esta facultad es consecuencia natural de la función, que no podría
establecer divisiones insuperables en el tiempo, ya que es muy frecuente que determinadas anomalías
e irregularidades advertidas por un nuevo síndico, arranquen de años anteriores; o bien que
denunciado por accionistas una transgresión a la ley o estatutos ella tenga sus orígenes en ejercicios
anteriores.
Lógicamente que tal facultad, obliga al síndico a profundizar una investigación o denuncia,
recurriendo a sus orígenes.
Rigen para los síndicos las prohibiciones prescriptas en los artículos 271, 272 y 273, sobre
"contratación con la sociedad"; "interés contrario y actividades en competencia", que ya hemos
analizado anteriormente.
Art. 297. - Solidaridad. También son responsables solidariamente con los directores por los hechos u omisiones de
éstos, cuando el daño no se hubiera producido si hubieren actuado de conformidad con lo establecido en la ley, estatuto, reglamento o
decisiones asamblearias.
La ley establece en cabeza de los síndicos la misma grave responsabilidad que adjudica a los
directores, es decir que responden con su patrimonio personal, en forma solidaria con los demás
síndicos e inclusive con los directores, y, además, ilimitadamente con todos sus bienes particulares,
cuando incumplen sus obligaciones y sobreviene un perjuicio a la sociedad o terceros.
Es la asamblea, al igual que para el caso de los directores, la que declara esa responsabilidad y puede,
al mismo tiempo, disponer la iniciación de la acción judicial respectiva.
La resolución de la asamblea declarando la responsabilidad del síndico importa su remoción.
El artículo 297, modificado por la ley 22.903, impone la responsabilidad solidaria con los directores
por hechos u omisiones de éstos, cuando el síndico ha incumplido sus obligaciones legales y con su
inacción no ha impedido un perjuicio ocasionado a la sociedad o terceros. El incumplimiento del
síndico deriva en este caso de no haber respetado la ley, el estatuto o una disposición de la asamblea y
la responsabilidad deviene de la circunstancia de que ese incumplimiento ha posibilitado que el daño
se produzca, cuando actuando correctamente pudo ser evitado.
Se aplican a los síndicos todas las normas sobre responsabilidad de los directores contempladas en los
artículos 274, 275,
276, 277, 278 y 279.
En el Dicciona'io de la Lengua Española, ed. 1970, existe la voz "control", con el significado de "inspección, fiscalización, intervención",
y la voz "contralor" con el significado sustantivo ya referido.
6) Se trate de sociedad controlante de o controlada por otra sujeta a fiscalización, conforme a uno de los incisos anteriores.
Art. 301. - Fiscalización estatal limitada: extensión. La autoridad de contralor podrá ejercer funciones de vigilancia en las
sociedades anónimas no incluidas en el artículo 299, en cualquiera de los siguientes casos:
1) Cuando lo soliciten accionistas que representen el diez por ciento del capital suscripto o lo requiera cualquier sindico. En
este caso se limitará a los
hechos que funden la presentación.
2) Cuando lo considere necesario, según resolución fundada, en resguardo del interés público.
Todas las demás sociedades anónimas no comprendidas en el artículo 299, tendrán sólo una
fiscalización "limitada", que comprenderá el contrato constitutivo, sus reformas y los aumentos de
capital.
Ese control limitado tendrá por finalidad exclusiva:
1) verificar el cumplimiento de los requisitos legales y fis-cales (art. 167); y
2) aprobar las valuaciones de los aportes en especie (art. 53).
Excepcionalmente esa fiscalización limitada puede amplia rse con el ejercicio de fi¿nciones de vigilancia,
en los siguientes casos:
3) cuando así lo resuelva, por resolución fundada, el propio organismo de control estatal;
4) cuando lo soliciten accionistas que representen el diez por ciento del capital social, como
mínimo; y
5) cuando lo requiera un síndico.
En el caso 3) la resolución determinará el alcance de la fiscalización; y en los casos 4) y 5) se limitará
a los aspectos denunciados que han motivado el pedido de actuación del organismo fiscalizador.
La autoridad de control tiene facultades para aplicar sanciones a las sociedades, directores y síndico,
cuando compruebe la comisión de actos que importen graves transgresiones a las normas legales,
estatutarias o del reglamento, silo hubiera.
Esas sanciones deben aplicarse previo sumario, en el que se le haya dado a los imputados oportunidad
de hacer sus descargos y ofrecer pruebas, como requisitos ineludibles para que puedan tener validez,
conforme a nuestro ordenamiento constitucional y la reiterada jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (art. 18 de la Constitución Nacional; Fallos, C.S.J.N., t. 183, págs. 100 y sigs., t.
191, págs. 85 y sigs., t. 208, págs. 71 y sigs., etc.).
Esas sanciones pueden ser:
1) apercibimiento;
2) apercibimiento con publicación;
3) multas, a la sociedad, sus directores y sindicos. Se gradúan según la infracción y el capital de la
sociedad y cuando se apliquen a directores y síndicos la sociedad no podrá hacerse cargo de las
mismas. Estas sanciones son apelables ante la Cámara de Apelaciones en lo Comercial.
La autoridad de control puede, además, presentarse ante la justicia y requerir medidas de suma
gravedad para la sociedad. Aquí la ley, con estricto respeto al ordenamiento constitucional, dispone
que dicha autoridad no puede resolver directamente la intervención de una sociedad, sino que debe
solicitarla a la justicia.
El artículo 303 faculta a la autoridad de control societario para presentarse ante el juez comercial con
jurisdicción en el lugar del domicilio de la sociedad, para peticionar:
1) la suspensión de las resoluciones de sus órganos, si ellas fueran contrarias a la ley, el estatuto o
reglamento. Puede objetarse tanto una decisión de la asamblea como una resolución del órgano de
administración;
2) la intervención de su administración cuando se hayan adoptado resoluciones ilegales por anónimas que
requieren dinero o valores del público, o cuando tratándose de anónimas cerradas o comprendidas en
el artículo 299 por su capital, esa medida sea necesaria en resguardo del interés público;
3) la disolución y liquidación de la sociedad. La disolución, si se trata de algunos de los casos
contemplados en los incisos 3º, 4º, 5º, 8º y 9º del artículo 94 y la liquidación en el caso de vencimiento
del término de duración de la sociedad.
a) Aplicación de la ley
La referida ley se aplica a la Capital Federal, únicamente.
c) Competencia judicial
Son de competencia judicial el conocimiento y decisión de las oposiciones a las inscripciones (art. 39,
Cód. de Comercio), los que versen sobre inscripción de autorizaciones para ejercer el comercio a
menores de edad (art. 12, Cód. de Comercio) y las cuestiones relativas a inscripción de corredores de
comercio (art. 110, Cód. de Comercio).
Asimismo son de competencia judicial las cuestiones que versen sobre derechos subjetivos de los
socios con respecto a la sociedad comercial.
d) Facultades
La Inspección tiene las facultades siguientes:
1) requerir información y documentación a las sociedades;
2) realizar investigaciones e inspecciones, revisar libros y documentos y pedir informes a las
autoridades responsables de las sociedades, su personal y a terceros;
3) recibir y sustanciar denuncias de los interesados que reclamen el ejercicio de las funciones de
fiscalización;
4) formular denuncias ante la justicia y autoridades administrativas y policiales, cuando los hechos de
que tomara conocimiento pudieran dar lugar a la acción pública;
5) solicitar directamente a los Agentes Fiscales el ejercicio de las acciones pertinentes en casos de
violación o incumplimiento de normas legales de orden público;
6) requerir el auxilio de la fuerza pública; allanamiento de domicilio y clausura de locales; secuestro
de libros y documentos, mediante solicitud al juez competente;
7) declarar irregulares o ineficaces los actos sometidos a su fiscalización, cuando sean contrarios a la
ley, estatutos o a los reglamentos.
e) Sanciones
La Inspección tiene facultades sancionatorias, pudiendo aplicar penas a las sociedades por acciones, a
sus directores, síndicos y administradores y a toda persona o entidad que no cumpla con la obligación
de proveer información, suministre datos falsos o de cualquier manera infrinja las obligaciones que les
impone la ley, el estatuto o los reglamentos o dificulte el desempeño de sus funciones de fiscalización.
Quedan fuera de su competencia aquellas sociedades sometidas al control de la Comisión Nacional de
Valores.
Las sanciones para las sociedades por acciones y las sociedades constituidas en el extranjero, son las
establecidas en el artículo 302 de la L.S.
1) Sociedades extranjeras
Respecto de las sociedades constituidas en el extranjero la Inspección tiene funciones de control del
cumplimiento de los requisitos para su actuación en el país (art. 118, LS.); y de fiscalización
permanente de su funcionamiento, disolución y liquidación de las agencias y sucursales en el país.
g) Recursos
Contra las resoluciones de la Inspección General de Justicia cabe el recurso de apelación ante la
Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal cuando se refieran a comerciantes y a sociedades
comerciales.
El recurso debe interponerse fundado ante la Inspección, dentro de los 15 días de notificada la
resolución que se impugna. Las actuaciones serán elevadas a la Cámara por la Inspección General.
a) Aplicación de la ley
La Comisión Nacional de Valores tiene competencia en forma exclusiva y excluyente respecto de las
sociedades por acciones que hagan oferta pública de sus títulos valores.
b) Exclusión
Se excluyen de su competencia los trámites referidos a la constitución de esas sociedades que
continuarán siendo de competencia de la Inspección General de Justicia.
c) Alcance de la fiscalización
La Comisión tiene facultades exclusivas y excluyentes respecto a:
1) prestar conformidad administrativa con relación a las reformas estatutarias que realicen las
sociedades bajo su control;
2) fiscalizar toda variación de capital, disolución y liquidación de dichas sociedades; y
3) fiscalizar permanentemente el funcionamiento de las sociedades.
b) Sociedades comprendidas
Quedan comprendidas en este supuesto las sociedades anónimas cuando el Estado, nacional,
provincial o municipal, posea el cincuenta y uno por ciento, por lo menos, del capital social y siempre
que con esa tenencia accionaria pueda prevalecer en las asambleas ordinarias y extraordinarias.
También si ese capital lo posee otra sociedad de capital estatal mayoritario.
Art. 309. - Inclusión posterior. Quedarán también comprendidas en el regimen de esta sección las sociedades anómmas en las
que se reúnan con posterioridad al contrato de constitución los requisitos mencionados en el artículo precedente, siempre que
una asamblea especialmente convocada al efecto así lo determine y que no mediare en la misma oposición etpresa de algún
accionista.
Art. 312. - Modificaciones al régimen. laas modificaciones al régimen de la sociedad anónima establecidas por esta sección
dejarán de aplicarse cuando se alteren las condiciones previstas en el artículo 308.
Art. 313. - Situación mayoritaria. Pérdida. Cuando en el contrato de constitución de estas sociedades se e'presa el propósito de
mantener la prevalencia del Estado nacional, los Estados provinciales, o demás entes enunciados en el artículo 308, cualquier
enajenación de acciones que importe la pérdida de la situación mayoritaria deberá ser autorizada por ley.
El estatuto contendrá las normas necesarias para impedir que por nuevas emisiones se altere esa mayoría.
Una sociedad puede nacer como anónima con participación estatal mayoritaria o bien puede producirse dicha
situación con posterioridad a la constitución. Puede ocurrir también que nazca así y después disminuyera la
participación estatal en el capital. Todas estas situaciones están previstas en las normas referidas.
Si la sociedad nacida con capital estatal mayoritario cambiara de carácter (por venta de las acciones por parte del
Estado o por no haber éste suscripto aumentos de capital autorizados) dejarán de aplicarse estas normas
especiales y la sociedad se regirá por las normas comunes.
A la inversa si el Estado adquiere con posterioridad a la constitución de la sociedad, el paquete de acciones
mayoritario, la sociedad pasará a ser regida por estas normas especiales.
Finalmente se contempla el caso especial que el contrato de constitución contenga la declaración que el estado
mantendrá la mayoría del capital. En tal supuesto cualquier enajenación de acciones que importe la pérdida de la
situación mayoritaria requerirá la sanción de una ley.
e) Liquidación y quiebra de la sociedad (Art. 314)
Art. 314.- Liquidación. Esta sociedad no puede ser declarada en quiebra. La liquidación será cumplida por la autoridad
administrativa que designe el Estado.
Estas sociedades no pueden ser declaradas en quiebra, y tampoco pueden pedir su concurso preventivo.
La liquidación, en su caso, estará a cargo de la autoridad administrativa que designe el Estado.
b) Antecedentes
Las sociedades de economía mixta representan un paso intermedio entre la empresa privada y la actuación del
Estado en la economía. Los servicios públicos y aquellas actividades de interés público pueden ser atendidos por
el Estado, directamente, o bien otorgadas en concesión a particulares. Esta sociedad representa el punto
intermedio entre esas situaciones.
Zavala Rodríguez'3 cita como antecedente nacional la ley 12.161 de 1935 donde se previó ya "la sociedad mixta".
c) Caracterización
El artículo 1º del D.L. 15.349/46 establece que se denomina sociedad de economía mixta la que forma el Estado
nacional, provincial o municipal o las entidades administrativas autárquicas, por una parte, y los "capitales
privados" por la otra. Indudablemente que se ha incurrido en un grave error jurídico como lo señalara
oportunamente Cámara24. El derecho no regula contratos entre personas por un lado y cosas por la otra. La
sociedad es un contrato y por ende una relación jurídica entre personas. Por lo tanto esa referencia a "capitales
privados" debe sustituirse por la de personas privadas.
La sociedad tendrá por objeto la satisfacción de necesidades de orden colectivo o la implantación, el fomento o
el desarrollo de actividades económicas.
d) Foma jurídica
La sociedad puede adoptar la forma de persona de derecho público o privado, según la finalidad que se proponga
al constituirse.
El desarrollo de una actividad donde predomine el "bien público" como objetivo central, o el fomento, la
investigación vinculada a actividades económicas, determinará la adopción de una forma de derecho público;
pero el ejercicio de una actividad comercial deberá conducir a Ia formación de una empresa común y la adopción
de una forma jurídica de derecho privado.
Se plantea en esta segunda situación si en tales supuestos la sociedad puede adoptar un "tipo social"
distinto a los regu24 CÁMARA, Héctor, Sociedades de Economía Mista, Buenos Aires, 1954,
pág. 6.
lados en la Ley de Sociedades comerciales 25. Estimamos que no corresponderá sino adoptar uno de los
"tipos sociales" regulados por la ley, y tal conclusión se desprende, precisamente, de lo prescripto en el artículo
389, L.S.
Existen en el país varios "bancos provinciales" que son sociedades de economía mixta: casos de los Bancos de
Mendoza, Banco de Entre Ríos; antes fue el Banco de la Provincia de Buenos Aires; empresas como Somisa
(Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina); etcétera.
e) El aporte estatal
El aporte del Estado puede consistir, según la ley, en dinero, títulos públicos, en especie; pero también puede
estar representado por la concesión de un pñvilegio de exclusividad o monopolio; exención imposiliva;
protección fiscal; compensación de riesgos; garantías de interés al capital invertido por los particulares: primas y
subvenciones; aporte tecnológico; anticipos financieros y concesión de bienes en usufructo.
El aporte privado no está reglado en la ley, pero la extensión a estas sóciedades de las normas de la Ley de
Sociedades comerciales determina la aplicación de las reglas generales allí consagradas. La adopción de algún
"tipo social" hará aplicables sus normas específicas.
1) Número de SOc¡OS
La ley declara que la sociedad se constituirá con cualquier número de socios. De modo que será aplicable lo
dispuesto en el artículo 1º, L.S. siendo suficiente la existencia de dos socios. El Estado y una persona jurídica
privada (sea física o colectiva).
La ley no excluye la sociedad con personas físicas.
El presidente de la sociedad, el síndico (o los síndicos si fuera una sociedad del artículo 299) y por lo menos un
tercio de los miembros del directorio deben ser nombrados por el Estado y lo
25 Ponencia del Dr. KESELMAN, en el Tercer Congreso sobre "Aspectos Jurídicos de las Entidades Financieras", Rosario,
1984.
representarán en la sociedad. Tales nombramientos deben recaer en argentinos nativos (art. 7Q). La ley
otorga al presidente o al representante estatal que lo reemplace, facultad de vetar las resoluciones del directorio y
aún de la asamblea de accionistas, cuando ellas fueran contrarias a la ley o al estatuto de creación de la sociedad,
o puedan comprometer "las convenienclas" del Estado vinculadas a la sociedad. En tal caso la ley prevé que la
resolución vetada debe ser remitida a la autoridad administrativa superior de la administración pública asociada
para que se pronuncie en definitiva sobre la confirmación o revocación del veto, quedando entretanto en
suspenso la resolución de que se trate. La autoridad tiene veinte días para pronunciarse y si el veto no fuera
confirmado en ese plazo, se tendrá por revocado el mismo y por válida la resolución impugnada. Si el veto se
fundara en violación de la ley, las personas privadas pueden recurrir a la justicia para una decisión definitiva (art.
8Q).
Esta norma otorga una característica fundamental a estas sociedades y confiere un fuerte privilegio al Estado
como socio en ellas.
Los representantes estatales tienen la responsabilidad que la Ley de Sociedades comerciales confiere a los
administradores y representantes sociales. El Estado no responde por los actos de ellos.
i) Quiebra y disolución
Otra característica de estas sociedades es que no pueden ser declaradas en quiebra (art. 11). Pueden ser disueltas,
conforme las reglas comunes (art. 94, L.S.).
b) Características
1) Pueden ser unipersonales (del Estado nacional exclusivamente; del Estado provincial exclusivamente; o
admitir la participación de más de una persona jurídica pública estatal);
2) respecto a su constitución y funcionamiento se rigen por las normas de las sociedades anónimas, en cuanto
resultaran compatibles con la ley 20.705 y sin admitir la aplicación del artículo 31, ley 19.550, sobre
limitaciones en las participaciones en otra sociedad;
3) no pueden transformarse en sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, ni admiten la
incorporación de capital privado;
4) el capital se representa por certificados nominativos, negociables sólo entre las personas públicas estatales;
5) no pueden ser declaradas en quiebra. Para resolver la liquidación se requerirá de una ley que la autorice;
6) no son de aplicación a estas sociedades las leyes de contabilidad, de obras públicas ni de procedimiento administra tivo.
Ello en razón de regirse, en principio, por las normas de las sociedades anónimas;
7) los directores están sometidos al régimen de incompatibilidades regulado en el artículo 310, primera parte, de la
L.S. referido a los directores de las sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria.
NOTAS A LA OCTAVA EDICION
1. JUR!SPRUDENCM
En este capítulo incorporamos los siguientes faHos que estimamos de importancia a los efectos de un mayor esclarecimiento de
los temas en él desarrollados.
A) DE LAS ASAMBLEAS
239. CARACTERIZACION
Las asambleas de las sociedades son las reuniones de accionistas convocados conforme la ley y a los estatutos para
resolver las cuestiones previstas por aquellos o los asuntos indicados en la convocatoria.
Cáin. Civ. y Com., San Isidro, Sala 1, 16-III-1993, "Zanardi, R. N.y otro c. Independencia SA.", DJ., 1994-2-39;
L.L., Repertorio LIV-1994, pág. 2028.
1. La Ley de Sociedades, si bien adopta el criterio de otorgar a la asamblea ordinaria una competencia limitada
(art. 234) y a la asamblea
extraordinaria la posibilldad de conocer en "todos los asuntos que no sean de competencia de la asamblea ordinaria, la
modificación del estatuto y, en especial", los indicados en los incisos 1º a 7º del artículo 235, se ha reconocido
doctrinariamente la factibilidad de la reunión de una asamblea mixta, a efectos de tomar decisiones de competencia de la
asamblea general ordinaria, por una parte, y de competencia de la asamblea extraordinaria por la otra. De manera tal, que se
requerirá para decidir cada asunto el quórum y mayoría exigida según su naturaleza, y no reunidos para determinado asunto,
para considerar éste se procederá a la segunda convocatoria.
2. La circunstancia de que en una asamblea extraordinaria se haya tratado y decidido materia propia de la asamblea ordinaria
no puede invalidar lo resuelto, ya que al obtenerse el quórum exigido por el artículo 244 de la ley 19.550 se cumplimenta el que
exige el artículo 243, máxime si en ningún momento se impugnaron el quórum y la mayoría con que se adoptaron las decisiones
en el acto asambleario.
Cám. Nac. Com., Sala B, 6-XII-1982, "De Carabassa, Isidoro c. Canale SA. y otra", L.L., 1983-B, págs. 353 a 493.
1. Compete a la asamblea societaria distribuir las utilidades, y aun es entendido generalmente - o al menos así es
practicado - que le compete "capitalizarías" y entregar como sustitutivo del medio legal de pago (que es el
dinero), acciones cuya integración se supone cancelada mediante aquella capitalización.
Cám. Nac. Com., Sala D, 23-XII-1981, "Sichel, Gerardo F. c. Massuh, SA.", L.L., 1983-B, pág. 493.
242. CONVOCATORIA (Arts. 236 y 237)
Vicios de la convocatoria
1. Si el accionista, a pesar de los defectos de la convocatoria, tuvo conocimiento de la asamblea y asistió a la
misma, en la que no se adoptó ninguna medida contraria a la ley, al regiamento o a los estatutos, resulta
irrelevante discurrir acerca de la entidad del vicio de la convocatoria.
Z La omisión en la publicación en el Boletín Oficial de un punto del orden del día no acarrea la nulidad absoluta
de la asamblea, si a pesar de tal deficiencia los accionistas concurrieron al acto, pues en tal caso los vicios han
quedado purgados y protegidos los intereses tutelados con las formalidades legales, lo cual constituye una simple
aplicación del artículo 1047 del Código Civil.
Cám. Civ. y Com., Rosario, Sala 1, 17-11-1994, "Malpiedi, Edemondo B. c. Ferraris y Cía. SA.", L.L., 16-III-
1995.
Convocatoria judicial
Los recaudos formales para la procedencia de un pedido de convocatoria judicial a asamblea son: a) que quien la
solicita revista la calidad de accionista; b) que su tenencia accionaria alcance un mínimo del 5% del capital
social; y c) que se haya requerido infructuosamente al directorio la convocatoria y que haya transcurrido el plazo
previsto en el artículo 236 de la ley societaria, sin que dicho órgano atendiera la petición.
La eventual existencia de inter6s contrario en cabeza de un socio, en alguna o algunas de las cuestiones incluidas
directa o indirectamente en el orden del día que debe considerar la asamblea no constituye un impedimento para
ej ejercicio de la facultad que la ley de sociedades acuerda al socio en su artículo 236. El socio que tiene
intereses contrarios en las aludidas cuestiones no podrá votar en la mencionada asamblea respecto de dichos
aspectos, pero nada le impide solicitar la convocatoria a reunión de socios para que esas materias sean tratadas.
Cám. Nac. Com., Sala C, 25-VI-1993, "Mazzini, Gustavo y otros c. Industrias Elastom SA.", L.L., 1994-A, pág.
337; E. D., 158-646.
Publicaciones
La publicación de edictos.es la forma legal de convocatoria para los accionistas, insustituible y obligatoria para
la sociedad, sin que pueda suplirse por otra forma de notificación. Ello así, no puede pretenderse que se aplique
un régimen de notificación diferenciado para la convocatoria a asambleas de las sociedades anónimas, por el
solo hecho de que ésta sea a su vez una sociedad de familia.
La sociedad o sus administradores y síndico no se hallan obligados a citar especial y personalmente a sus
accionistas para anoticiarlos del funcionamiento de la asamblea, por el solo hecho de que se encuentre abierto el
sucesorio de uno de ellos, ni menos aún están obligados a comparecer ante el juez de la sucesión a tales electos,
pues ninguna norma o mandato jurídico les impone semejante precaución, por lo que su omisión no puede
considerarse ilícita.
El hecho de que uno o varios de los directores de la sociedad demandada sean coherederos de las actoras, no
implica que, en tanto administradores de la sociedad, les incumba la denuncia de las asambleas a celebrarse en el
juicio sucesorio del causante, ni tampoco el depósito de las acciones de que éste era titular, pues estas gestiones
resultan ajenas a sus obligaciones como integrantes del órgano de administración y ciertamente extrañas a la
actividad y objeto social de la demandada.
Cám. Nac. Com., Sala C, 29-X-1990, "Schillaci, Irene M. y otra c. Establecimiento Textil San Marcos SA.", L.
L., 1991-E, pág. 109, con nota de Graciela Medina; E.D., 141-305.
243. FORMACION DE LA ASAMBLEA (Arts. 238,239,240,242 y 243)
Si bien la calidad de socio se acredita - en principio - con la exhibición de las acciones, sus certificados o
resguardos bancarios pudiendo acudirse en caso de que los documentos se pierdan o se destruyan al régimen de
la cancelación, la inobservancia de este procedimiento no obsta a que el accionante pueda demostrar tal calidad
por otros medios.
Cám. Nac. Com., Sala A, 29-XI-1991, Ficha nro. 13.507, "Illescas, Hilda c. Grimaldi de Illescas, Josefina s/ord.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Suspensión de la celebración
No procede suspender la celebración de las asambleas de las sociedades anónimas porque implicaría privar a estas
últimas de formar voluntad sobre los puntos del orden del día establecido. Si la mencionada voluntad fuese
formada irregularmente o decidiese en forma contraria a la ley, los reglamentos y el estatuto, de ello se seguirán
las consecuencias que en derecho correspondan, pero no puede impedirse esa actuación de toma de decisiones,
paralizando la gestión social.
Cám. Nac. Com., Sala D, 3-VIII-1992, "Colí, Bernardo A. c. Gómez, Carlos A.", L.L., L, 1994-900; L.L., Repertorio
LIV-1994, pág. 2028.
1. No existe transgresión a la norma del artículo 241, L.S., en el supuesto de que los votos favorables a la
ratificación de la gestión del directorio hayan sido emitidos por los directores actuantes en el ejercicio en
consideración - ex-directores al tiempo de la asamblea-, si fueron efectuados en su carácter de mandatarios de los
acciomstas, socios no directores en el periodo considerado.
2. Si bien tales votos son materialmente dados por los mandatarios ex-directores, jurídicarnente los mismos
provienen de sus mandantes, siendo que la diferenciación puede parecer un tanto ficticia, jurídicamente es válida
pues constituye una derivación de la previsión del artículo 1946 del Código Civil.
Cám. Nac. Com., Sala D, 19-IX-1990, "Inchauspe, Arnaldo G. c. Atar SA. (Criadero de semillas> 5/sumario",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
1. Lo dispuesto por el artículo 248 de la ley 19.550 está referido a la protección del 'interes
social", sea el de la minoría, sea el de la mayoría. Y con referencia a lo decidido por la
asamblea de la sociedad absorbente, en el caso de fusión, dicha protección está dirigida a la
concentración horizontal o vertical de las empresas que se fusionan en beneficio de la
incorporante, salvo que se demuestre la existencia de un interés extra-social en quienes con su
voto aprueban el compromiso de fusión. No acreditado dicho interés extrasocial, queda
descartada la impugnación por conflicto de intereses, aun cuando los impuguantes no exhiban ellos también un interés
extrasocial (cotización bolsa, especulación), por cuanto priva la decisión de la mayoría que aprobó la fusión.
2. El análisis del artículo 248 de la ley 19.550 lleva a concluir que no existe en dicha norma
una sanción de nulidad fundada en el conflicto de intereses que invalide la decisión asamblearia. La falta
de abstención de voto del accionista que se encuentra en tal situación de conflicto tiene como sanción, propia y
específica, la responsabilidad del socio por los daños y perjuicios cuando sin su voto no se hubiera logrado la
mayoría necesaria para una decisión válida, debiendo descartarse la aplicación del artículo 251 de la ley citada.
Cám. Nac. Com., Sala B, 6-XII-1982, "De Carabassa, Isidoro c. Canale SA. y otra", L.L., 1983-B, págs. 353 a 493.
246. RESOLUCIONES O ACUERDOS DE LA ASAMBLEA:
MAYORIAS (Art. 244)
Las deficiencias formales que se imputan a las actas de asamblea extraordinaria no obstan a que las mismas sean
valoradas como instrumentos idóneos de comprobación de la existencia de decisión social sobre la revocación
del mandato oportunamente conferido.
Cám. Nac. Com., Sala C, 29-IV-1991, "Beraja, Salomón y otra c. Beraja, David y otros", L.L., L, 1991-B, pág.
1583; L.L., Repertorio LI-1991, pág. 1617.
El acta de la asamblea debe reflejar lo acontecido en el acto, el síndico la suscribe no certificando que todo lo ocurrido
resulta adecuado a la ley y al estatuto, ni tampoco importa una renuncia a sus propios derechos, la cual como es
conocido no puede presumirse.
La suscripción del acta por el síndico da cuenta de haber concurrido a la asamblea y que su
contenido reflejá adecuadamente lo tratado y resuelto en su transcurso.
Cám. Nac. Com., Sala E, 23-XI-1992, "Cruz Serrano, José c. Viatalca SA.", L.L., L, 1993-A, pág.
757; L.L., Repertorio LIII-1993, pág. 1627.
Por ineficaces que resulten los actos asamblearios no es razonable entender que el mandatario al
que le han sido revocados los poderes,
pueda esgrimir la representación societaria para obrar en nombre de la persona ideal y contra aquellos que
deben decidir la subsistencia del vínculo.
Cárn. Nac. Com., Sala C, 29-IV-1991, "Beraja, Salomón y otra c Beraja, David y otros", L.L., L, 1991-B, pág.
1583; L.L., Repertorio LI-1991, pág. 1617.
La obligatoriedad de las decisiones asamblearias que impone el artículo 233, párrafo 3º de la Ley de Sociedades
encuentra su límite cuando son violatorias de la ley, el estatuto o el reglamento y son ataca-dos por las acciones
de impugnación previstas en ese plexo legal.
Cán'. Nac. Com., Sala B, 5-x'-1993, "Paramio, Juan M. c. Para-mio, Pascual E. y otros", L.L., L, 1994-A, pág.
1327; DJ., 1994-2-541; JA., 1994-I, pág. 423; E.D., 15&121.
250. IMPUGNACION DE LAS DECISIONES DE LA ASAMBLEA (Arts. 251, 252, 253 y 254)
1. El artículo 251 de la ley 19.550, al otorgar a los accionistas ausentes o disidentes el derecho a impugnar
las decisiones de la asamblea, lo hace fundándose en que dicho derecho corresponde al socio impugnante en
ejercicio de un derecho subjetivo propio, a fin de que las deliberaciones se tomen conforme a la ley y al acto
constitutivo, por lo cual cuando dicho derecho subjetivo resulte lesionado nace para el accionista un derecho
subjetivo de carácter subrogatorio para la anulación de la deliberación.
2. Si bien la ley 19.550 sólo otorga la acción del artículo 251 a los socios ausentes o disidentes, la misma
también puede ser deducida por el socio presente en la asamblea pero que se abstiene de votar por cuanto no
existe voto acumulativo.
3. La acción de impugnación de decisiones de la asamblea promovida por el socio en los términos del
artículo 251 de la ley 19.550, debe considerarse también como acción social, en el sentido que tutelando su
interés personal, a los efectos del funcionamiento de la sociedad en la cual está interesado, ejerce un poder de
vigilancia que resulta, en definitiva, en beneficio de la persona jurídica.
4. A los fines de la legitimación para deducir la acción autori7ada por el artículo 251 de la ley 19.550 la
calidad de socio del impugnante debe existir al momento de la celebración de la asamblea que se impugna y
quedar ello debidamente acreditado.
5. El derecho de impugnación de las decisiones de la asamblea, conferido a los accionistas en los términos
del artículo 251 de la ley 19.550 no es un derecho incorporado al título de crédito sino que, por el contrario, es
un derecho que surge en el accionista por la lesión de uno o
más de sus derechos y compete al socio sin que tenga influencia el número de acciones por él poseídas.
6. En cuanto a la legitimación pasiva respecto de la acción de impugnación de decisiones de la asamblea, si bien
el artículo 251 de la ley 19.550 determina que se promoverá contra la sociedad, cabe tener presente que en el
supuesto especial del artículo 248 de la ley citada
- conflicto de intereses - también debe demandarse a los accionistas a los que se impute colisión de
intereses a fm de evitar una situación de indefensión.
Cám. Nac. Com., Sala B, 6-XII-1982, "De Carabassa, Isidoro c. Canale SA. y otra", L.L., 1983-B, págs. 353 a
493.
Siendo que el artículo 251, L.S., confiere legitimación a los accionistas que no hubieran votado favorablemente
y a los ausentes, la abstención no es un voto favorable a la decisión aprobada por la mayoría necesaria, y es
precisamente esa circunstancia la que torna admisible que el socio que se abstuvo pueda ejercer la acción de
impugnación.
Cám. Nac. Com., Sala E, 26-VII¡-1991, Ficha nro. 12.592, "Imbrosciano, Rugo c. Imbrosciano Hnos. SA.
5/5um.", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
El artículo 251 de la Ley de Sociedades, regula acciones que están ordenadas al interés de la sociedad;
consiguientemente, cuando la norma alude al síndico como sujeto legitimado para promover la impugnación, se
refiere a las decisiones en que se afecten derechos societarios y no los personales o individuales del síndico.
Cám. Nac. Com., Sala E, 23-XI-1992, "Cruz Serrano, José c. Viatalca SA.", L.L., 1993-A, pág. 757, Repertorio
de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
La impugnación de decisiones asamblearias es una acción social ut singuli por lo que, las alegaciones de orden
del interés personal de los socios sólo serán audibles en la medida en que las decisiones atacadas comprometan
el plano de la legalidad sustancial, estatutaria o reglamentaria. En tal sentido, cabe rechazar la acción de nulidad
interpuesta por el socio dc un Club de Campo contra la decisión asamblearia por la cual se modificó el estatuto
de dicha entidad transformándola de sociedad anónima en asociación civil sin fines de lucro, ya que tal
modificación no produjo ningún cambio sustancial en relación al status orginariamente asumido por el pretensor;
habida cuenta de que la adopción del mencionado tipo societario mercantil encubrió, desde el inicio, una con-
figuración de carácter asociacional no societario, tal como resulta de la declaración dcl objeto estatutario,
relativo al fomento del deporte, que excluye toda obtención de posibles utilidades. Consecuentemente, la de-
cisión asamblearia impugnada es lícita, en tanto implica una mera continuidad del plexo involucrado en la causa
contractual; pues, el vínculo
plurilateral que se ha configurado debe ser ubicado, en virtud de la aludida realidad subyacenÉe, dentro del
ámbito de las asociaciones.
Cám. Nac. Com., Sala B, 4-V-1995, "Arce, Hugo c. Los Lagartos Country Club sinulidad de asamblea", E.D.,
14-VII-1995.
Si del peritaje contable efectuado sobre los libros contables de una sociedad anónima surge que ésta los lleva en
legal forma, y de éstos se desprende que no se integró el aumento de capital que correspondía al accionista que
promueve la declaración de nulidad de una asamblea, COrresponde rechazar la impugnación deducida.
Cám. Nac. Com., Sala C, 20-XI-1992, "Moia, Enrique c. Impelco SA.", E.D., 156-100; L.L, Repertorio UV-
1994, pág. 2027.
El ejercicio del derecho de receso le quita al recedente la calidad de accionista y lo ilegitima para impugnar las
resoluciones asamblearias, en razón de la incompatibilidad lógica entre el receso y la acción de nulidad de las
resoluciones de los órganos de gobierno de la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 8-VII-1994, "Trento, Horacio Raúl c. Greiding, Leonardo y otros s/impugnación
decisión de directorio y da-ños y perjuicios y Trento, Horacio Raúl c. Instituto Argentino de Alergia e
Inmunologia SA. sumpugnación de asamblea", E. D., 27-IV-1995.
A diferencia de lo que ocurre con otros derechos de minoría, no se exige en este supuesto que el accionista o la
pluralidad de ellos que impugnen la asamblea por violación de la ley reúnan un determinado porcentaje del
capital social y esto no es alterado en modo alguno cuando se legisla sobre el voto acumulativo en el artículo 263
de la ley 19.550, pues aquí tampoco se condiciona o hm ita el derecho del accionista minoritario para impugnar
sino que, antes bien, se establece imperativamente que el estatuto no puede derogar este sistema de elección y
aun prohibe que por vía de reglamentación se dificulte su ejercicio.
Cám. Nac. Com., Sala C, 20-111-1980, "Schettini, José A. c. Gasonera Argentina SA.", E.D., 91-591; L.L.,
Repertorio XLI-1981, pág. 3072.
El plazo de caducidad de la impugnación que prevé el artículo 251 de la Ley de Sociedades, no es aplicable en el
caso de nulidad absoluta de la decisión asamblearia, y por ende no empece la acción de nulidad con fundamento
en las previsiones del Código Civil.
No basta la mera imputación de resultar determinada asamblea "nula absolutamente", para eludir el plazo de
caducidad establecido por el artículo 251 de la Ley de Sociedades.
Cám. Nac. Com., Sala D, 13-V-1991, "Cuffia, José M. e. La Concordia, Cía. de Segnros SA.", L.L., L, 1991-B,
pág. 2153; L.L., Repertorio LI-1991, pág. 1617.
Los herederos de un accionista que plantean la nulidad de las decisiones asamblearias, fuera del plazo previsto
en el artículo 251, L.S., no pueden alegar en su defensa la suspensión de la prescripción por imposibilidad de
obrar en razón de continuar las acciones a nombre del causante y no tener la disposición de ellas, lo que
imposibilité el depósito de los títulos para ejercitar sus derechos, toda vez que siendo acciones nominativas no
era necesario aquel requisito, y tratándose de herederos forzosos que entran en posesión de la herencia desde el
día del fallecimiento del causante sin necesidad de investidura judicial (art. 3410, Cód. Civ.), el ejercicio de los
derechos de socio no se encuentra subordinado a la mscripción de la declaratoria de herederos en los registros de
la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala C, 29-X-1990, "Schillaci, Irene c. Establecimiento Textil San Marco SA. slnulidad de
asamblea", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
Aquéllos a quienes la ley legitima para impugnar por nulidad una resolución asamblearia pueden hacerlo desde
el momento en que la misma fue aprobada y no desde que se puso en ejecución; antes bien, la ley fija un plazo
máximo para deducir la acción con lo que, de ser exacta la interpretación de la recurrente, sería muy sencillo
soslayar las acciones de nulidad, bastando que la sociedad no las ponga en ejecución durante los seis meses que
siguen a la clausura de la asamblea o a la publicación, puesto que posteriormente ya no podría ser impugnada.
Cám. Nac. Com., Sala C, 20-111-1980, "Schettini, José A. c. Gasonera Argentina SA.", E.D., 91-591; L.L.,
Repertorio, XLI-1981, pág. 3072.
1. Dado que existen elementos de juicio que autorizan a conferir algún grado de verosimilitud a la pretensión de
suspensión de decisiones
asamblearias y que la misma tiende a mantener inalterable el statu quo existente al momento de la
resolución asamblearia impugnada, aparece como prudente el dictado de dicha medida, en tanto con ella no hace
sino preservar la utilidad de un eventual pronunciamiento fmal favorable, evitando que se torne ilusorio el
resultado buscado por medio del proceso.
2. La medida precautoria de suspensión de las decisiones asamblearias se encuentra prevista específicamente
por la Ley de Sociedades en su artículo 252, que tiende a evitar que la futura sentencia a recaer se torne ilusoria
por haberse consumado un perjuicio irreparable al ejecutarse una resolución nula. Dicha medida es de carácter
excepcional y restrictiva si se tiene en cuenta que puede no sólo lesionar el interés de la sociedad y de los socios,
sino de los terceros que contrataron con ella, sobre los cuales no pueden recaer las consecuencias de los
problemas internos. (De la sentencia de la. instancia).
3. Existiendo una cierta violación en el orden interno de la controlante en el otorgamiento del poder para
concurrir la asamblea, ya que no habría sido decidido por el directorio en cuanto órgano, como en principio
correspondería, y ante la carencia por parte del mandatario de instrucciones concretas para actuar como lo Izizo,
podría haber habido un vicio en la representación que habría afectado el voto mayoritario y, por ende, la
regularización de la asamblea celebrada, lo que haría procedente la suspensión preventiva de las decisiones allí
tomadas, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 252 de la Ley de Sociedades. (De la sentencia de la.
instancia).
Cám. Nac. Com., Sala C, 4-V-1994, "Brandes, Pedro c. Labinca SA.", L.L., 30-111-1995.
La suspensión de la decisión asamblearia en los términos del artículo 252, L.S., como consecuencia de la
insatisfacción del derecho de información de que se halla investido el accionista, respecto de los libros y papeles
sociales que sirve de antecedente a los estados contables cuya aprobación fue sometida a asamblea, es una
solución excepcional que
debe reservarse para aquellos supuestos en que no resulta posible solucionar la situación por otra vía.
Cám. Nac. Com., Sala C, 21-11-1992, Ficha nro. 13.904, "Manente, G. T. c. Antonio Manente SA. 5/sumario
S/inC de medida precautoria", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
Resulta improcedente la medida cautelar consistente en la suspensión provisoria de lo decidido en una asamblea
general ordinaria, pedida por los socios minoritarios a quienes aparentemente - en forma ilegítima, se les habría
impedido votar acumulativamente la elección del órgano fiscalizador.
La medida resulta ajena al ámbito de interés particular de los accionantes, atento a su carácter accesorio de la
acción de nulidad que le otorga el carácter de social ut singuli y por ello sólo justificable en tanto la demora en la
resolución defmitiva implique peligro relativo al interés objetivo de la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala A' 27-VI-1990, "Roca, Isabel c. Castelar SA.IA. s/sumario s/inc. de apelación",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
1. La cuantía de la contracautela debe ser fijada en atención al importe de los perjuicios posibles que pueda
ocasionar la medida cautelar, para el caso de haber sido solicitada sin derecho.
2. La suspensión de ejccución de la resolución de la asamblea, prevista en el artículo 252 de la ley 19550 es una
vía para la protección de los derechos de los accionistas minoritarios, por lo cual la contracantela, en razón de la
debida garantía a la sociedad, no puede ser tan gravosa que, de hecho, impida la suspensión, si el juez considera
que concurren motivos graves que justifican la medida.
Cám. Nac. Com., Sala C, 25-X-1978, "González Carrera, Luciano c. Cafés, Chocolates Aguila y Productos Saint
Hnos. SA.", L.L., 1981-A, pág. 575.
Responsabilidad de los accionistas que votaron favorablemente la decisión que se declare nula (art 254)
Para hacer efectiva la responsabilidad de los accionistas que votaron favorablemente en cierta asamblea, es
menester que las resoluciones asamblearias hayan sido declaradas nulas.
Cám. Nac. Com., Sala B, 11-111-1991, "López Goiázález, Manuel c. Beigrano 602 SA. s/ord.", L.L., Repertorio
LI-1991, pág. 1618.
Conforme la adopción de la teoría organicista por la Ley de Sociedades, los administradores no son mandatarios
sino funcionarios de la sociedad, ergo no son terceros los que actúan sino la sociedad misma y lo hacen con
arreglo a las atribuciones conferidas en el acto constitutivo.
La distinción precisa y absoluta entre la persona jurídica y sus miembros (art. 39, Cód. Civ. y artículo 22, L.S.),
determina que la actuación de la persona jurídica compromete su propia responsabilidad y no la de los seres
humanos, que con sus actos configuran la actividad de aquélla.
Cám. Nac. Com., Sala B, 19-111-1990, Ficha nro. 8067, "J. Vázquez Iglesias c. Basterrechea SA. s/sum.",
Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial
No corresponde que un director sea suspendido temporalmente de su cargo por estar en disidencia con la línea
directiva de la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 8-VIII-1994, "Trento, Horacio Raúl c. Greiding, Leonardo y otros s/impugnación
decisión de directorio y daños y perjuicios y Trento, Horacio Raúl c. Instituto Argentino de Alergia e
Inmunología SA. sumpugnación de asamblea", E.D., 27-IV-1995.
1. La designación o cesación de administradores tiene efecto como tal desde el acto de decisión y no desde su
inscripción, dado el carácter - en principio - declarativo de esta última.
2. La inscripción produce una "apariencia engañosa" susceptible de inducir al tercero de buena fe a contratar
con aquel que, según las constancias registrales, está habilitado para representar a la sociedad.
La ley 0pta en el caso por proteger al contratante de buena fe que tomó los recaudos necesarios para asegurarse
de la vigencia y la apariencia legal del mandato debiendo la sociedad soportar - a todo evento -las consecuencias
derivadas de la elección de representantes, máxime cuando ni siqulera haya sido inscripto el cese en el cargo del
supuesto representante social.
3. No deben perderse de vista los imperativos de la seguridad jurídica y el interés de los terceros de buena fe,
como son los acreedores, a quienes no puede exigirse un constante examen sobre los antecedentes relativos a la
forma de elegirse las autoridades de una sociedad anónima.
Cám. Nac. Com., Sala C, 27-11-1990, "Balbi de Cevallos, Ida c. Salaberry, Horacio s/Sum.", Repertorio de
Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
La inscripción requerida por el artículo 60 de la ley 19.550 es meramente declarativa, ya que la designación o
cesación de administradores tiene efecto como tal, desde la decisión asamblearia, y no, desde el acto de
inscripción que sólo cumple una función de publicidad.
Cám. Nac. Com., Sala B, 17-111-1981, "Banco Río de la Plata, SA. c. Canto SA., Hilario L. y otro", L.L., 1981-
C, pág. 161.
En el caso de director único, puede ser asimilada la firma del director suplente a la del vicepresidente, en el
sentido de serie aplicable la jurisprudencia que señala que el último tiene idénticas facultades que el presidente y
las puede ejercer indistintamente por éste.
Cám. Nac. Com., Sala A, 30-VII-1990, "Lumiere Propaganda Soc. de hecho c. Chenay SA.", R.D.C.O., año 23,
1990-B, pág. 794.
257. RENUNCIA (Art. 259)
En razón de la naturaleza del vínculo que une al director con la sociedad, éste puede renunciar en cualquier
momento a su cargo y sin
invocación de justa causa, como contrapartida del derecho de revocación ad nutum por la asamblea
ordinaria de accionistas, conforme lo prescribe el artículo 256, L.S.
No hay responsabilidad del director de una sociedad derivada de su renuncia, aun cuando ella haya sido
intempestiva, dejando a la misma sin el concurso de sus funciones como miembro del órgano de administración,
en tanto no afectó el mantenimiento del quórum, no impidiendo el normal funcionamiento del directorio.
Cám. Nac. Com., Sala A, 31-X-1991, Ficha nro. 13.487, "Burmar SA. c. Marincovich, Rodolfo Carlos y otro
sicobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
De acuerdo con el artículo 268 ley 19.550, la representación de la sociedad anónima corresponde "al presidente
del directorio...". Por ello, para su actuación en juicio, es suficiente 'a comprobación de dicho órgano.
Cám. Nac. Civ., Sala C, 30-V-1991, "Sivagam SA. e. Kouyoumdjian, Angel", L.L., 1991-E, pág. 198; DJ, 1992-
1-83; L.L., Repertorio LI-1991, pág. 1618.
El presidente de una sociedad anónima que se presenta en juicio debe forzosamente exhibir todos los
instrumentos que lo acrediten, como el estatuto social y testimonio del acta de directorio del que suria su
designación.
Cám. Nac. Civ., Sala C, 30-V-1991, "Sivagam SA. c. Kouyoumdjian, Angel", L.L., 1991-E, pág. 198; DJ, 1992-
1-83; L.L., Repertorio LI-1991, pág. 1618.
Por ineficaces que resulten los actos asamblearios no es razonable entender que el mandatario al que le han sido
revocados los poderes, pueda esgrimir la representación societaria para obrar -n nombre de la persona ideal y
contra aquellos que deben decidir la subsistencia del vínculó.
Cám. Nac. Com., Sala C, 29-IV-1991, "Beraja, Salomón y otra c. Beraja, David y otros", L.L., L, 1991-B, pág.
1583; L.L., Repertorio LI1991, pág. 1617.
262. GERENTES (Art. 270)
1. La prohibición de votar impuesta a los directores consagra una nulidad relativa, que como tal obliga a
analizar si se obró haciendo prevalecer el interés contrario y si de ello se derivó un perjuicio para la sociedad.
Por tanto, la nulidad no puede prosperar si no se explicitan acabadamente los perjuicios que para la sociedad y
las minorías se derivan de la infracción formal al artículo 248 de la Ley de Sociedades.
2. Interés contrario no es igual a ausencia de interés. Así se ha hablado de intereses paralelos o coincidentes en
un razonamiento que es aplicable al caso en que se trata de remunerar a los directores por trabajos efectivamente
prestados a la sociedad, y la retribución es adecuada a la labor realizada y compatible con las reglas legales
pertinentes. En tal caso, nada obsta a considerar que debe satisfacerse simultáneamente el
legítimo interés del accionista que desarrolló una labor útil a la sociedad y el de ésta que otorga una
remuneración justa por ello.
3. De aceptarse el criterio que ve en el artículo 248 de la Ley de Sociedades un supuesto de nulidad, la emisión
del voto y la consiguiente resolución alcairzada se hallarían entre los actos anulables (art. 1046, Cod. Civ.). Por
ello es necesario analizar si ha habido un perjulcio real y tangible para la sociedad a fm de determinar si el acto
padece de un defecto o vicio constitutivo con entidad suficiente como para determinar su nulidad.
Cám. Nac. Com., Sala C, 12-111-1993, "Comisión Nac. de Valores c. Laboratorios Mex SA.C.", L.L., 20-VII-
1993.
Toda vez que la prohibición que pesa sobre los directores para votar la aprobación de los estados contables no es
absoluta, contempla el interés encontrado que puede existir entre el director y la sociedad y procura evitar el
ejercicio abusivo del poder de la mayoría.
Pero en el sub eramine no fue mayoría qulen así obró: y, la nulidad incoada por violación de la norma citada no
puede prosperar por ausencia de demostración de los perjulcios que para la sociedad - y la minoría - se derivaron
de tal situación (ver esta Sala in n' "Milrud, Mario c. The American Rubbers Co. S.R.L.", 15-V-1987). Ni la pieza
introductora de la litis, ni la expresión de agravios, referencia el o los perjuicios sufridos por los actores o por
ente, por lo que se pretendería la nulificación del acto por la nulidad misma, y ello es improcedente.
Cám. Nac. Com., Sala B, 13-VI-1991, "NoeI, Carlos M. y otra c. NoeI y Cía. SA.", L.L., 1992-C, pág. 420; DJ.,
1992-2-332; E. D., 145-702.
Los directores de una sociedad anónima han obrado en oposición al interés social al quebrantar el deber de
lealtad debido a la sociedad, cuando usando la información adquirida en el desempeño de sus cargos y la
invalorable colaboración de los ex-dependientes - que también tuvieron acceso a informaciones confidenciales
de uso interno-, se lanzan a competir con ella fin de obtener ganancias impropias, con lo cual le ocasionan un
innegable perjuicio, que los hace pasibles de la acción social de responsabilidad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 31-X-1991, Ficha nro. 13.488, "Burmar SA. c. Marincovich, Rodolfo Carlos y otro
sicobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara ComerciaL
Acreditado el comportamiento doloso de los directores de una sociedad anónima, éstos responden por los daños
materiales que sean con-
secuencia inmediata y necesaria del incumplimiento de la obligación, y también por aquellos que sean
consecuencia mediata del mismo (arts. 520 y 521, Cód. Civ.), entendiéndose por "consecuencia mediata" aque-
lías que resultan de la conexión del incumplimiento con un acontecimiento distinto y que han podido preverse
(arts. 901 y 904, Cód. Civ.). Deben concurrir un factor subjetivo, el de su previsión o el de su previsibilidad; y
otro objetivo, el de su conexión con un acontecimiento distinto.
Cám. Nac. Com., Sala A' 31-X-1991, Ficha nro. 13.489, "Burmar SA. c. Marincovich, Rodolfo Carlos y otro
sicobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
1. Los directores de la sociedad anónima, actuantes al momento de producirse las asambleas de accionistas que
resolvieron las emisiones de acciones ordinarias en infracción al derecho de preferencia, podrían ser
corresponsabilizados juntamente con los accionistas que votaron favorablemente la decisión de emisión. (En el
caso tal corresponsabilidad no fue declarada por el tribunal de alzada en razón de que la demanda no fue dirigida
contra los directores, y a fm de salvaguardar el ejercicio del derecho de defensa).
2. Los actos contrarios a derecho - según genéricamente se ha reglado - para los cuales no exista sanción
determinada, serán reprobados en principio con la aplicación de la sanción civil de nulificación. (En el caso
concreto el tribunal no hizo lugar a la nulidad de decisiones asamblearias).
Cám. Nac. Com., Sala D, 23-XII-1981, "Sichel, Gerardo F. c. Massuh, SA.", L.L., 1983-B, pág. 493.
Calificación dc conducta
Respecto a la alegada (aunque no acreditada) falta de intervención en los negocios de la sociedad, aparece
negligente la conducta de aquél cuya actuación se denuncia como meramente formal, frente a actos sociales
constitutivos de causales de conducta culpable, consumando una suerte de culpa in vigilando (E.D., 121-163, 29-
220-250). La condición de miembro del órgano administrativo importa la extensión de las calificantes atribuibles
a la conducta de la fallida, mientras el imputado no acredite una justificación subjetiva (Cám. Nac. Com., Sala D,
29-XII-1978, L.L., 1979-B, pág. 336).
Cám. Ap. Civ. y Com., Cir. II, Río Negro, Se. nro. 527/93, 14-X-1993, "Cerfrut SA. slquiebra s/incidente de
calificación de conducta", Colegio de Abogados de la la. Circunscripción Judicial "General Roca",
Jurisprudencia Condensada, pág. 31.
La aprobación de la gestión de los directores por parte de la asamblea opera a modo de inmunidad de los
integrantes del órgano contra
reclamos ulteriores y produce el descargo de éstos en el caso de existir irregularidades, con la consecuencia de
neutralizar la acción social de responsabilidad.
Cám. Nac. Com., Sala B, 13-VI-1991, "NoeI, Carlos M. y otra c. Noei y Cía. SA.", L.L., t.c. 1992, pág. 420.
Si bien es cierto que el artículo 275 de la ley 19550 permite que la responsabilidad de los directores y gerentes
sea resuelta por la asamblea mediante transacción, no lo es menos que dado que la Ley de Sociedades
Comerciales excluye de la extinción de la responsabilidad por acuerdo de la asamblea los actos de los directores
que entrañen una violación de la ley, los estatutos o el reglamento, va de suyo que la transacción sólo cabe en
aquellos casos de gestión cuyo incumplimiento puede resolverse a través de una acción resarcitoria de los
perjulcios causados.
La extinción de responsabilidad de los directores y gerentes de una sociedad es procedente, fundamentalmente,
cuando se trate de actos no violatorios de la ley, estatuto o reglamento, lo cual se explica porque la asamblea
misma no puede aprobar retroactivamente tales actos que escapan a sus atribuciones.
La aprobación del balance es un acto interno con función cognoscitiva sobre la situación expuesta por los
administradores, lo que no implica una asunción propiamente ni una ratificación por parte de la asamblea de su
resultado, y no vincula ni impide el ejercicio eventual de la acción de responsabilidad contra los administradores.
De la resolución asamblearia que aprueba dos partidas del balance no puede deducirse la voluntad de la
asamblea de convalidar la gestión de los administradores. El balance, en definitiva, no es equiparable a una
rendición de cuentas, la que aceptada, importa la liberación de los administradores.
S.C.BA., 20-IX-1994, "Cooperativa Agropecuaria Alberdi Ltda. c. Maraviglia, Luis 5.", DJ.B.A., 147-7080;
L.L., Repertorio LIV- 1994, págs. 2019/20.
1. La acción individual de responsabilidad contemplada en el artículo 279 de la ley 19.550 tiene por objeto la
reparación de los daños directos ocasionados a los socios o a terceros por los actos u omisiones de los
administradores, pero no los perjuicios indirectos sufridos por menoscabo del patrimonio social. (Del dictamen
del fiscal de Cámara que ésta comparte).
2. El daño que justifica el ejercicio de la acción contemplada en el artículo 279 de la ley 19.550 debe producirse
por una violación dolosa o culpable del derecho individual del accionista o tercero o quedan,
entonces, excluidos los perjuicios producidos por afectación del patrimonio social, pues únicamente
corresponde resarcir los daños directos. (Del dictamen del fiscal de Cámara que ésta comparte).
3. El incumplimiento de los deberes impuestos por la ley a los administradores y el síndico de la sociedad no
determina por sí solo la relación de causalidad con el incumplimiento del contrato de mutuo que constituye el
daño invocado por el tercero acreedor como fundamento de la acción prevista en el artículo 279 de la ley 19550.
(Del dictamen del fiscal de Cámara que ésta comparte).
Cám. Nac. Com., Sala E, 1&V-1995, "Peacan Nazar, R. c. Torres Astigueta SA.", L.L., 12-VI- 1996.
La doctrina distirgue la acción individual de la acción social de responsabilidad ejercida por el socio
individuaimente, la que se origina por un daño en el patrimonio del socio, producido a través de la figura
societaria.
La acción individual se refiere a daños que el accionista reciba personalmente y no a los resultantes del mayor
daño sufrido por la sociedad.
A los fmes de la acción individual no puede computarse como daño causado a la persona que la ejerce, la parte
proporcional que le corresponda en el daño causado al patrimonio de la sociedad.
La procedencia de la acción individual de responsabilidad contra los directores y consejeros, está condicionado a
que el accionista sufra un perjuicio directo en su patrimonio.
Cám. Nac. Com., Sala E, 11-111-1991, "López González, Manuel c. Belgrano 602 SA. y otros", L.L., Repertorio
LI- 1991, pág. 1618.
Teniendo en cuenta que una vez ingresada la sociedad al estado de liquidación cesa el directorio y la
administración y representación queda a cargo de quien o quienes hayan sido designados liquidadores (arts. 105
y 108, L.S.), no se encuentra habilitado para ejercer las acciones de responsabilidad otorgadas por los artículos
279 y 277 de la Ley de Sociedades quien no ha acreditado carácter de socio o liquidador, ni ha probado la
existencia de daño personal susceptible de ser reparado.
Cám. Nac. Com., Sala E, 29-VI-1994, "Embom, Lidia E. y otro c. Benchoan, Moisés", L.L., 7-111-1995.
1. Para que resulte viable la acción social de responsabilidad de los directores de una sociedad anónima debe
configurarse un daño concreto y demostrado y los restantes presupuestos de la teoría general de la
responsabilidad civil; es decir, que debe veriiicarse un incumplimiento jurídicamente relevante, atribuible a título
de culpa a quien se le efectúa el reclamo, unido por un nexo de causalidad con el daño producido. Por el
contrario, para que sea adinisible la remoción de los directores no es necesario que su actitud haya originado un
daño al patrimonio social, sino que es suficiente que hayan dejado de cumplir con obligaciones a su cargo;
entendiéndose por tales los deberes de obrar con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios.
2. El presupuesto de procedencia de la acción de remoción de los directores de una sociedad anónima está dado
por la actividad de los mismos, quienes por medio de la realización de ciertos actos - o por la omisión de elios-
dan origen a la existencia de un peligro grave (art. 113, L.S.).
3. La acción individual de responsabilidad contra los directores de una sociedad anónima requiere como acción
social ejercida ut singuli, la existencia de un daño, pero con la diferencia de que la lesión debe ser personalmente
y directamente sufrida por el socio sobre su patrimonio; es decir, que ambas acciones, que pueden derivar de un
mismo hecho dañoso, se diferencian por el carácter general o especial del perjuicio sufrido.
4. El plazo establecido por el artículo 67 de la Ley de Sociedades no es una mera cuestión formal insusceptible
de justificar la impugnación de la decisión asamblearia, de aprobar el balance y los estados contables; pues, el
mismo no apunta sólo a la protección del socio, sino, también, a mantener la coherencia del sistema de la Ley de
Sociedades, en cuanto rige la vida de entes que, para su dirección, se manejan por el régimen de mayorías, lo
cual implica la necesaria deliberación al adoptar decisiones. Por tanto, dado que para esta deliberación la
información resulta esencial, de no respetarse el plazo referido, no se permitirá a los socios alcanzar el
conocimiento necesario e indispensable para que se verifique el debate pleno en el que se consideren todas las
posiciones existentes en el órgano deliberativo, lo cual constituye una causa de impugnación de la asamblea.
5. La doctrina del precedente "Pereda" - la cual establece que las decisiones asamblearias que no sean
violatorias de la ley, el estatuto o el reglamento quedan estrictamente reservadas a los órganos societarios
competentes, salvo casos de arbitrariedad extrema o irracionalidad dañosas, en los cuales dichas decisiones serán
revisables judicialmente - no puede ser aplicada al supuesto en el cual se impugnó una decisión asamblearia
porque no se había cumplido con lo dispuesto con el artículo 67 de la Ley de Sociedades. En efecto, tal
menoscabo al sistema de información societaria, con agravio al principio deliberativo al que la asamblea está
sujeta como órgano colegiado, compromete el plano de la
legalidad; colocando la cuestión en el campo del artículo 251 de la ley citada, de lo cual se deriva la
impugnabilidad de la decisión de marras.
Cám. Nac. Com., Sala B, 29-x'-1994, "Mourín López, José Luis c. Editorial Molina SA. y otros sisumario",
E.D., 30-V-1995.
1. La esencia del "sistema del voto acumulativo" es dar protección y representación a la minoría en el
directorio de la sociedad an& nima, por lo cual el artículo 263 del decreto-ley 19.550/72 prohibe no sólo derogar
este derecho sino dificultar su ejercicio coherentemente con la motivación de la norma.
2. Notificada la sociedad anónima del ejercicio del "sistema de voto acumulativo" por un accionista, toda
reducción o aumento del número de integrantes del directorio que perjudique la expectativa normal de
representación numérica de la o las minorías debe considerarse contraria a la letra y al espfritu de la institución,
al legítimo interés social de la comunidad expresado en la norma y a la debida lealtad entre todos los
componentes de la entidad.
En orden a esa idea y a pesar de la falta de recepción de disposiciones que obliguen a integrar el directorio con
un número de miembros que permita aplicar perfectamente la disposición del artículo citado en su primer párrafo
(un tercio de las vacantes) no resulta aventurado sostener que, notificada la sociedad del ejercicio del "sistema de
voto acumulativo" por un accionista, toda reducción o aumento del número de integrantes del directorio que
pcrjudique la expectativa normal de representación numérica de la o las minorías, cualquiera pudiera ser el
efecto práctico del acto eleccionario, debe considerarse contraria a la letra y al espíritu de la institución, al
legítimo interés social de la comunidad expresado en la norma, cuyo efecto ha sido la personalidad otorgada por
el Estado, y a la debida lealtad entre todos los componentes de la entidad.
Cám. Nac. Com., Sala A, 21-VI-1974, "Cerámica Milano, SA.", E.D., 58-373; L.L., 1975-A, pág. 149.
Qué debe entenderse por renovación escalonada: mediante dicho sistema de renovaciones parciales de directorio
se pretende evitar la cesación de todos sus componentes en una misma oportunidad, de modo que al finalizar
cada período electivo, caduca solamente el mandato de algunos directores, procediéndose a su reelección o
reemplazo, en tanto que los restantes directores continúan en sus cargos hasta que - por expiración de los
respectivos mandatos en una misma o distintas oportunidades - se realicen nuevas elecciones. Régimen que
difiere de la particular interpretación que sustenta el pronunciamiento recurrido, en
el que se acepta que ante cada situación de vacancia se elijan cantidades desiguales de directores y por
períodos completos y por ende variables.
Cabe concluir entonces que si la renovación parcial no está prevista en los estatutos, no se halla autorizada por
cuanto limita la participación de las minorías en el gobierno de las sociedades por acciones, aun cuando tales
renovaciones parciales de hecho constituyan una vieja práctica societaria, en tanto no exista una expresa reforma
de los estatutos adoptada por asamblea extraordinaria debidamente inscripta (art. 12, 2ª. parte, ley 19.550).
De modo que si no existe previsión estatutaria de renovación escalonada, ello significa que cesará el mandato de
todos los directores por expiración del término para el cual fueron designados en forma simultánea. (El artículo
257, Ley de Sociedades, fija como máximo tres ejercicios, según el artículo 19 del estatuto: tres años). Por ello
frente a una elección por el sistema del voto acumulativo y el mandato vigente de parte de los integrantes - por
haberse practicado anteriormente la renovación parcial, sin previsión estatutaria en tal sentido - la asamblea
deberá revocar o remover de sus cargos a los integrantes del órgano que corresponda - en el sublite el directorio-,
de forma tal que todos los cargos queden vacantes, facilitando, así, las posibilidades a la minoría para que
obtenga representación en el órgano. Pero aun cuando por vía de hipótesis se entendiera que sí existe previsión
estatutaria en tal sentido, 'en ese supuesto deben vencer en forma conjunta los mandatos de por lo menos tres
directores, debiendo por consiguiente elegir sus reemplazantes en forma simultánea.
Resumiendo, de no existir la sincronización señalada, se obstruye el derecho de voto acumulativo, violentándose
la norma imperativa del artículo 263 de la ley 19.550, por cuanto: a) si no existe previsión estatutaria de
renovación escalonada se crea un régimen de elección escalonada de hecho - tal como ha acontecido en el caso
en análisis -; b) en tanto que si existe tal previsión estatutaria, la misma deberá efectuarse armónica y
sincronizadamente, eligiéndose un mínimo de tres directores, pues para que el voto acumulativo pueda ser
ejercido - sólo hasta un tercio de las vacantes a llenar - es necesario que las vacantes a cubrir sean por lo menos
tres para que el sistema de renovación parcial y escalonada sea totalmente válido (Le Pera, Sergio, Voto
Acumulativo, pág. 90; Sasot Betes-Sasot, S.A. Las Asambleas, pág. 287; Halperin, Sociedades Anónimas, pág.
284). Por supuesto cuando se trate de llenar vacantes circunstanciales por muerte o incapacidad, por ejemplo de
uno o dos directores, obviamente no podrá invocarse el artículo 263 para atacar la eleeción. Se trata de casos
limites y no funcionan dentro de la dinámica habitual de la sociedad que es lo que la ley ha regulado. Una
vacancia por muerte o incapacidad se cubrirá en la asamblea por elección ordinaria, sin posibilidad de votación
acumulativa (Zamenfeld, Víctor, "Elección de directores de sociedades anónimas por voto acumulativo y por
clases o categoría de acciones , Revista Fides, nros. 38 y 39, pág. 161).
El artículo 263 de la ley 19.550 constituye una norma imperativa de fuente legal referida a un derecho intangible
y por ende inderogable de los socios, que no puede ser sustituida ni modificada por el contrato constitutivo o su
reforma. Este carácter imperativo que establece la norma citada concierne solamente a ataques "directos" contra
el sistema, tal como se encuentra regulado en dicho artículo y en los casos establecidos por el mismo (conf. Le
Pera, op. cit., pág. 91), lo que no obsta por cierto a que tal disciplina se ofrezca como una mera facultad del
accionista que no se pierde por la falta de ejercicio, sino tan sólo en relación a cada oportunidad en que se deja
voluntariamente de ejercitar, pese a tener el camino expedito jurídicamente para hacerlo. Por ello se ha
sostenido, con fundamentos que comparto, que el artículo 263 constituye una norma cuya aplicación es de orden
público, con lo que se elimina la posibilidad de burlar el sistema (Negri, Carlos María, Cuademos de Derecho
Societario, T. II, 2ª, parte, pág. 433, punto 45.1.1. y Suárez Anzorena, Carlos, La Vacancia del Director y la
Reintegración del Directorio, pág. 105, nro. 30). Así también lo ha entendido la Comisión de Valores (res.
7344, 3-X-1985, expte. nro. 400/85) en autos "Sociedad Anónima Azucarera Argentina Comercial e Industrial".
Voto de la mayoría:
Las nulidades - ha sido reiteradamente declarado por la jurisprudencia - no pueden ser pedidas en el solo interés
de la ley; por otra parte, la invalidez de las resoluciones asamblearias debe acordarse con carácter restrictivo,
tanto por la magultud de tal declaración (Cám. Nac. Com., Sala A, E.D., t. 87, pág. 505; L.L., t. XL-J-Z, págs.
2432 y 2433, sums. 71 y 75), como por la aplicación del principio de conservación de los actos jurídicos de
acuerdo con el cual en caso de duda debe preferirse la interpretación que bonifica el acto y la validez y no la que
lo tiene por nulo (art. 218, inc. 32, Cód. Com.).
Por ello, resulta ahora necesario precisar si el artículo 263 relativo al voto acumulativo es una norma de orden
público instituida en miras del beneficio y organización de la comunidad, de los derechos y garantías de los
habitantes de la República, de las buenas costumbres y de los intereses superiores del Estado, o bien
simplemente se trata de una disposición incluida en la Ley de Sociedades comerciales en interés particular de los
accionistas.
Como dice la a quo "el orden público implica por esencia considerar el interés general o comunitario sobre el
particular". Citando a Colombres manifiesta que "las normas aceptadas generalmente como de orden público
desde que las partes pueden o no hacer uso de la misma, renunciarías, etcétera. El voto acumulativo es un
derecho disponible y negociable, que puede o no ejercitarse por los particulares interesados cúando se dan ciertas
condiciones de las cuales, la más notoria, es la necesidad de ostentar una tenencia mínima de acciones.
Careciéndose de
este mínimo, deviene una cuestión abstracta, como sucede en el presente caso.
De lo expuesto se desprende que nos encontramos ante un caso de anulabilidad, donde la norma (art. 263) tutela
a una categoría de accionistas, aunque mediante ella se satisfaga de modo mediato el interés general. Mas no
puede dejar de advertirse que el mentado artículo 263 contiene no una obligación para el minoritario sino una
simple facultad de votar acumulativamente, la cual, dadas las condiciones legales (aviso, legitimación, etc.) no le
puede ser coartada.
En cuanto a este particular es oportuno recordar que la jurisprudencia tiene establecido que la impugnación de
las decisiones asamblearias previstas por artículo 251 de la ley 19550 procede cuando exista lesión al interés de
la sociedad.
Cám. Nac. Com., Sala B, in re: "Carabassa c. Cauale sinulidad asamblearia", L.L., t. 1983-B, pág. 362.
Por ello voto: por la confirmación de la sentencia apelada. Sin costas en la alzada por no haber sido evacuado el
traslado de fs. 2752 vta.
Cám. Nac. Com., Sala A, 11-M-1986, "Vistalba, SA. c. Banco de
Galicia y Buenos Aires, SA. y otro sinulidad decisiones asamblearias y
Yinot, SA. c. Banco de Galicia y Buenos Aires sumpugnación de asamblea", E. D., 122-140; L.L., 1987-B, pág.
333.
A diferencia de lo que ocurre con otros derechos de minoría, no se exige en este supuesto que el accionista o la
pluralidad de ellos que impugnen la asamblea por violación de la ley reúnan un determinado porcentaje del
capital social y esto no es alterado en modo alguno cuando se legisla sobre el voto acumulativo en el artículo 263
de la ley 19.550, pues aquí tampoco se condiciona o limita el derecho del accionista minoritario para impugnar
sino que, antes bien, se establece imperativamente que el estatuto no puede derogar este sistema de elección y
aun prohíbe que por vía de reglamentación se dificulte su ejercicio.
El hecho de que con posterioridad a la sanción del nuevo régimen legal de las sociedades el actor no haya hecho
ejercicio de la posibilidad que le abría lo dispuesto por su artículo 263 de la ley 19.550 es irrelevante desde que
tal disciplina se ofrece como una mera facultad del accionista que no se pierde por su falta de ejercicio sino sólo
con relación a cada oportunidad en que se deja de ejercitar, pues no se extingue mientras subsiste el derecho de
ejercicio continuado en que está contenida, derecho que en este caso fluye de la posición de socio que confiere la
calidad de accionista.
Cám. Nac. Com., Sala C, 20-III-1980, "Schettini, José A. c. Gasonera Argentina SA.", E. D., 91-591.
Si no se discute en el caso que el accionista actor ni ningún otro, notificó a la sociedad que se demanda, la
decisión de votar acumulativa-mente, con la anticipación debida de no menos de cinco días a la celebración de la
asamblea, con indicaciones de las acciones con que se lo ejercerá, requisitos que insoslayablemente establece el
artículo 263 de la ley 19.550, resulta claro, que la variación del número de directores de nueve a seis, no frustró
realmente, ni perjudicó la normal expectativa de la representación numérica de la o las minorías, puesto que es
evidente que tal derecho no se ejercitaría en la mencionada asamblea, por propia disposición de los accionistas,
que no efectuaron notificación alguna a la sociedad; no puede entonces caerse en la suspicacia de estimar que la
variante, que fuera anunciada como punto de la orden del día, estaba destinada a "perjudicar" los derechos de la
minoría.
Cám. Ap. Civ. y Com., Santa Fe, Sala II, 4-IX-1979, "Roberts, Ernesto c. Friar, SA.", Zeus, 19-37; L.L.,
Repertorio XLI- 1981, pág 3072.
El sistema de voto acumulativo no es una mecánica de mayorías o minorías, sino una fórmula de representación
proporcional, por la que se da participación a accionistas o grupo de accionistas cuya tenencia de acciones es
suficiente para ello, en virtud de las vacantes totales a cubrir y de otra serie de variables concretas. (Cfr. Le Pera,
Voto Acumulativo, Astrea, 1973, pág. 73).
En el sub iudice el número de acciones de la que es titular el actor no basta remotamente para alcanzar una
cantidad de votos representativa a los efectos de la integración de los órganos sociales. Las disconformidades del
accionista minoritario no constituyen una crítica frontal y razonada de los fundamentos del fallo de la primera
instancia, razón por la cual voto por declarar desierto el recurso interpuesto a fs. 105 y con-firmar el fallo de fs.
99/101 en todas sus partes. Las costas de alzada se impondrán al vencido (art. 68, CPCCN).
Cám. Nac. Com., Sala E, 24-IV-1987, "Murphy, Tomás M. c. Navigas SA.", L.L., 1987-E, pág. 265; J.A., 1987-
IV-3M.
1. El artículo 263 de la ley 19.550 asegura a la minoría eventual participación en el directorio; por ello puede
sostenerse que es un derecho y por lo tanto su libre disposición depende de la voluntad de su titular, y si bien
nadie puede obligar a que el mismo sea ejercido, tampoco puede privarse la posibilidad de ejercerlo a quien
decidió hacer uso de él.
2. Toda cláusula limitativa que directa o indirectamente dificulte la aplicación del sistema de voto acumulativo
se tendrá por inexistente y no se aplicará. Ninguna limitación al derecho de votar que no imponga la ley puede
ser invocado. La norma del artículo 263 de la ley 19.550 es de las imperativas y no admite se soslaye su
aplicación.
3. Si bien es claro que la asamblea es el órgano soberano de la sociedad, sus poderes no son ilimitados, sino
cuando se ejerce dentro de la ley y del estatuo. Si exceden dichos límites, las decisiones son nulas,
careciendo de obligatoriedad. En consecuencia, la decisión de reducir el número de los integrantes del directorio
de tres a uno ecede tal límite, ya que, como es obvio, el instituto del voto acumulativo funciona con los
directorios plurales de más de tres miembros.
4. Notificada la sociedad del ejercicio del voto acumulativo por un accionista, toda reducción o aumento
del número de integrantes del directorio que perjudique la expectativa normal de representación numérica de la o
las minorías, debe considerarse contraria a la letra y espfritu de la institución.
5. Puede ser titular de la acción de nulidad de la asamblea quien se haya abstenido de votar, ya que
abstenerse no es dar conformidad y debe interpretarse entonces con derecho a promover la impugnación.
Cám. Nac. Com., Sala B, 6111-1989, "Diez, Jorge e. 2 H SA.", L.L., 1990-C, pág. 357.
273. DE LA SINDICATURA
1. En tanto la sociedad está habilitada para prescindir de la sindicatura (art. 284, ley 19.550) resulta un
proceder ocioso y lesivo del mínimo de civilidad en la convivencia propia de las relaciones societarias, que los
partícipes mayoritarios se empeñen en mantener la función sindical y asignen tal calidad al mismo contador
certificante de los estados contables.
2. Mantener la función sindical y asignar tal calidad al mismo contador certificante de los estados
contables, provoca una opinable situación, en la cual la misma persona individual que ha producido los estados
contables, o los ha "auditado" o "certificado", luego revisa su propia labor para dictaminar sobre ella como
síndico. Tal situación origina un formulismo que, además de tal, es "insensato", en el sentido de carente de
sentido final útil.
3. Dada la incompatibilidad del ejercicio de la sindicatura de la sociedad y certificación de estados
contables por una misma persona, ésta ha de cesar en su función como síndico societario, porque no cabe
imponer la cesación del otro vínculo, en tanto éste podría consistir en una relación laboral, cuya anulación
requiere de participación personal en el pleito del prestador del servicio.
4. La inexistencia de acciones cuya distribución en concepto de dividendos aprobó la asamblea, torna
inadmisible tal procedimiento, si dicha asamblea no elevó el capital social para permitir la emisión de las
acciones, ni lo hizo ninguna otra asamblea de la sociedad. Tal situación configura, más que un supuesto de acto
inválido en razón de ser lesivo de un derecho ajeno, una situación de acto imposible legalmente.
5. Debe invalidarse la decisión asamblearia, que aprobó la distribución de dividendos mediante la entrega de
acciones inexistentes por no
existir aumentos de capital que permita su emisión, pues resulta aplicable el artículo 953 in fine del Código Civil,
relativo a los actos sin objeto.
Cám. Nac. Com., Sala D, 25-IV-1995, "Benavent, Oscar L. c. Benavent Hnos. SA.", LL., 21-11-1996.
La omisión de la asamblea de decidir sobre la retribución del sindico, en caso de no estar determinada en el
estatuto justifica la deducción de acción judicial, sin necesidad de aguardar decisión asamblearia posterior.
Cám. Nac. Com., Sala E, 5-X-1995, "Mourín López, José L. c. Saicor SA.", L.L., 6-Ví-1996, pág. 7, fallo
38.713-S.
La labor del síndico debe caracterizarse como locación de servicios, es por ello tarea que debe ser remunerada, y
la que así se le asigne
- o bien cuando se le deniegue - habilita la apertura de la vía judicial para su fijación.
Cám. Nac. Com., Sala E, 23-Xl-1992, "Cruz Serrano, José c. Viatalca SA.", L.L., Repertorio LIII-1993, pág.
1628.
El síndico puede reclamar retribución por el ejercicio de sus funciones aun cuando hubiera suscripto el acta de la
asamblea que decidió no pagársele, dado que dicha suscripción no certifica que todo lo ocurrido resulte
adecuado a la ley y al estatuto, ni tampoco importa una renuncia a sus propios derechos, la cual como es
conocida no puede presumirse (art. 874, Cód. Civ.), sino que da cuenta de haber concurrido a la asamblea (art.
294, inc. 3º, L.S.) y que su contenido refleja adecuadamente lo tratado y resuelto en su transcurso.
Cám. Nac. Com., 23-XI-1992, "Cruz Serrano, José c. Viatalca SA. s/sum.", Repertorio de Jurisprudencia de la
Cámara Comercial.
La misión de la sindicatura resulta de mayor peso individual que la de cada uno de los directores, ya que la ley le
ha encomendado a ese órgano una fiscalización constante, rigurosa y eficiente de las decisiones del directorio;
consiguientemente, la falta deliberada o no del debido ejercicio de las obligaciones que la ley 19.550 le impone
justifica las responsabilidades impuestas por la ley.
Cám. Nac. Com., Sala B, 5-XI-1993, "Paramip, Juan M. c. Para-mio, Pascual E. y otros", DJ., 1994-2-541; JA.,
19941-423; E. D., 156-121; L.L., Repertorio LIV-1994, pág. 2031.
Esta circunstancia es invocada por el recurrente para justificar su falta de participación en órgano
fiscalizador de la sociedad fallida con posterioridad. Ello, en mi entender, no logra relevarlo de responsabili
dad, por cuanto su alegada renuncia no fue acreditada, atenta la negligencia en la producción de las pruebas
decretadas a fs. 66.
Tampoco obsta a lo expuesto la falta de suscripción del acta por la cual se lo designó, nuevamente, para
continuar en la titularidad del órgano de control, porque en tal caso debió seguir en sus funciones hasta tanto se
designara nuevo síndico, circunstancia no acreditada en la especie (art. 287, Cód. Com.).
Sin perjuicio de lo expuesto, debe señalarse que las atribuciones del síndico social son las de fiscalización,
control, asistencia, convocatoria a asambleas, conforme lo que surge al respecto de los artículos 294/6 de la Ley
de Sociedades; por ello, es menester dilucidar cuáles son los actos y omisiones de la ley ritual que sean
concordantes con aquéllas a los fines de la calificación de conducta. En tal sentido, ésta debe ser juzgada de
acuerdo a los actos que el mismo haya realizado y aquellos que debió realizar según la función que cumplía.
Por ello, no se lo puede considerar incurso en aquellos hechos que correspondan genéricamente a la sociedad
(Sala B, 17-111-1981, "Citano-va SA.I.C."; Sala C, 17-X-1983, "Tratoria Italiana SA.").
El achaque de falta de presentación de uno de los libros que la ley impone obligatorio (art. 44, Cód. Com.) no
puede ser atribuido al síndico social por ser inherente a los administradores. Así lo ha dicho este Ministerio
Público en forma reiterada (dict. 65.108, Sala C, 29-X-1991, "Hercy SA."; dict. 66.443, Sala A, 1O-VI-1992,
"Rebaco SA."; dict. 64.042, Sala A, 1O-IV-1991, "Anselmo SA.C.F.I.M.").
En cambio, lo considero responsable por las deficiencias apuntadas por el síndico en su informe respecto a la
contabilidad que no han sido rebatidas adecuadamente por el quejoso en su memorial ni ha producido prueba
alguna a tal fin. Por ello, lo encuentro incurso en la causal del inciso 12 del artículo 236 (del dictamen del fiscal
de Cámara).
Resultó inconducente señalar - como hizo el apelante - que había renunciado al órgano fiscalizador de la
sociedad fallida e invocar no haber aceptado el cargo derivado de la reelección ocurrida el 30-IX-1983.
Porque fue su deber permanecer en el cargo que antes ejercía hasta la asunción de un nuevo síndico; pues la
conclusión del período por el cual había sido designado no lo habilitó para abandonar su función sin transmitirla
a un sucesor o instar los mecanismos para ser reemplazado.
Siguese de lo expuesto que fue menester, cuanto menos, que advirtiera las diferencias contables que le han sido
atribuidas; a fin de activar los mecanismos adecuados para repararlas.
Esta conducta omisiva contribuyó a la configuración de la calificante del artículo 236, inc. 12, L.C.; pues la
defectuosa contabilidad legal pudo ser subsanada de haber urgido a ello el apelante.
Es de señalar, concurrentemente, que aquellos defectos impidieron evaluar la marcha de la sociedad, lo cual
facilitó la cesación de pagos al
dificultar a los administradores y al síndico el conocimiento de la evolución de lo administrado (arg esta Sala,
22-X-1986, "Depositos Fergón S.R.L.").
Cám. Nac. Com., Sala D, 7-111-1994, "Moldis S.A. s/quiebra s/inc. de calificación", E. D., &VII-1995.
1. Las obligaciones de control que competen a los síndicos de las sociedades cooperativas (art. 76/80, ley
20337), no sólo consisten en el derecho de observación conferido por el inciso 10 del artículo 79, sino que,
además agotada la gestión interna, deben informar los hechos a la autoridad de aplicación y al órgano local
competente (art. 80). En el caso de una entidad fmanciera, la responsabilidad del síndico va más allá de las meras
verificaciones contables, pues las funciones que establece la ley respecto de la sindicatura tienden no sólo a
salvaguardar el patrimonio de la entidad, sino a garantizar una correcta gestión y a tutelar el interés público.
2. No basta para eximir de responsabilidad a los integrantes de los órganos de control de las entidades
financieras la mera alegación de ignorancia. Por ello, resultan sancionables quienes, por omisión y aún sin actuar
materialmente en los hechos, no desempeñaron su cometido de dirigir y fiscalizar la actividad desarrollada por
los administradores, y coadyuvaron de ese modo a que se configuraran los comportamientos irregulares.
Además, la responsabilidad disciplinaria no requiere la existencia de un daño concreto derivado de ese
comportamiento irregular, pues el interés público se ve afectado aún por el perjuicio potencial que aquél puede
ocasionar.
3. La graduación de las sanciones impuestas a los integrantes de los órganos de control de las entidades
financieras pertenece, en principio, al ámbito de las facultades discrecionales del Banco Central, y sólo son
revisables por la justicia en los supuestos de ilegitimidad o arbitrariedad manifiesta.
Cám. Nac. Fed. Cont.-adm., Sala III, 1-VII-1993, "Caja de Crédito Díaz Vélez Coop. Ltda. (liq.) c. Banco
Central", L.L., 4-1-1995.
2. DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Aguinis, Ana Maria M. de - KIeidermacher, Arnoldo, "El abuso del poder a las mayorías", Temas de
Derecho Comercial, Revista Co'iflictos Societarios, págs. 163 y 185.
Aranguren Urriza, Francisco J. - Fernández-Tresguerres García, Ana,
"La representación de la sociedad anónima", en Estudios sobre la Sociedad Anóninia, varios autores,
Civitas, Madrid, 1991.
Bendersky, Mario J., "Impugnación judicial de asambleas de sociedades anónimas", R.D.C. O., pág. 15.
Blaquier, Rodoifo, "Voto acumulativo. Improcedencia de declaración de nulidad de una resolución
asamblearia. (Impugnación de una minoría no suficiente)", L.L., 19-IX-1995.
Callejo, Alfredo Victorino, "Acerca de la sindicatura de las cooperativas", L.L., 4-I-1995.
Conil Paz, Alberto A., "Responsabilidad de representantes sociales y quiebra", L.L., 12-VI-19%, pág. 4.
Couso, Juan Carlos, "Acciones de responsabilidad contra directores de sociedades por acciones, en el
ordenamiento societario y concursal vigente", Estudios de Derecho Comercial, abril, 1985, San Isidro.
Curá, José María, "Breve historia de las desventuras de una sociedad (o el caso del director que faltó a los
deberes del buen hombre de negocios)", L.L., 12-IV-1996.
- "El olvidado artículo 266 de la Ley de Sociedades Comerciales (sobre la vulneración del sistema de
representación de las sociedades anónimas)", L.L., 24-VI-1996, pág. 7.
- "Presidente o vicepresidente ¿Quién representa a la sociedad anónima cuando el vicepresidente asume de
hecho el ejercicio de la función?", L.L., 4-XII-1995.
García Tejera, Norberto, "Derechos y obligaciones de los directores", E.D., Temas de Derecho Societario, VI
Congreso de Derecho Societario, Mar del Plata, noviembre-1995.
Kleidermacher, Arnoldo, "Acerca del voto acumulativo", R.D. C. O., 1974, pág. 549.
Luchinsky, Rubén O., "Impugnación de los actos del directorio", R.D.C.O., 1989, pág. 703.
Martorelí, Ernesto Eduardo, "El concursado preventivamente: ¿puede ser director de una sociedad
anónima?", L.L., 13-XI-1990.
- "¿Responden solidariamente todos los miembros de un gran estudio contable, por la gestión cuestionable
de alguno de sus integrantes como síndicos societarios?", L.L., 17-IX-1992.
Michelson Irusta, Guillermo, "El sistema de elección por voto acumulativo", R.D.C.O., 1981, pág. 415.
Nissen, Ricardo Augusto, "Dos cuestiones vinculadas con la suspensión provisoria de la ejecución de
decisiones asamblearias", L.L., 6-1V-1995.
- "Incompatibilidad entre las funciones de síndico y contador certificante de los balances", L.L., 21-11-
1996.
- "Naturaleza del plazo previsto en el artículo 251 de la ley 19.550 para promover la acción de
impugnación de decisiones asamblearias", R.D.C.O., 1988, pág. 541.
Olivera García, Ricardo, "Responsabilidad de las mayorías por retención de dividendos", R.D.C.O., 1986,
pág. 841.
Otaegui, Julio C., "Justiciabilidad de las decisiones asamblearias y su invalidez", Estudios de Derecho
Comercial, nro. 6, 1990, San Isidro.
- "Un decisorio de la Corte Suprema y el artículo 271 de la Ley de Sociedades", E. D., 7-IV-1995.
- "Sobre la legitimación de los accionistas y la impugnación de las resoluciones directoriales", E.D., 14-
VIII-1996.
Roitman, Horacio, "Impugnaciones a las decisiones asamblearias (Estudio sobre la reforma)", R.D.C.O.,
1984, pág. 99.
Santilián, Jorge Mario, "Responsabilidad civil de los directores y síndicos de la sociedad anónima", R.D. C.
O., 1990-A, pág. 227.
Silberstein, Isidoro, "Invalidez de las deliberaciones que designa directores de la sociedad anónima",
R.D.C.O., 1968, pág. 341.
Solan Acosta, Osvaldo, "Conveniencia de replantear los límites de la representación societaria", L.L.,
diciembre-94.
Verly, Hernán, "Voto acumulativo: otra vuelta de tuerca", L.L., 9-11-1993.
CAPÍTULO XVII
DE LOS ACCIONISTAS: DERECHOS Y OBLIGACIONES
Se ha dicho que la acción no incorpora ni un derecho de crédito ni un derecho real, sino un status al que
van unidos derechos de especial naturaleza y especiales obligaciones.
Ese status abraza el conjunto de derechos, cargas, funciones y facultades correspondientes al socio, o frente a la
sociedad.
El contenido de ese status está reglado de diversa manera en cada sociedad, modificable en parte por las
convenciones sociales que pueden suprimirlo o disminuirlo, restringirlo o ampliarlo. Esto permite concluir que
no existe un status de socio típico y uniforme, sino que ese conjunto de derechos y obligaciones que lo
integran queda determinado concretamente según el conjunto de las normas legales y estatutarias que rigen
toda sociedad (situación objetiva) y según las circunstancias externas individuales relativas a cada socio
(situación subjetiva)1.
Derechos esenciales son aquéllos que tampoco se pueden privar a los accionistas pero cuyo ejercicio puede ser
reglamentado. Tales el derecho al dividendo, al voto, a la partición y a examinar las cuentas.
Derechos de orden secundario serían los que se reconocen y reglamentan en los estatutos y que responden al
deseo de una mejor organización y administración de los negocios sociales.
2) René De Sola, jurista venezolano, clasifica los derechos de los accionistas en derechos subjetivos y derechos
objetivos. Subjetivos son aquéllos que repercuten directamente en su patrimonio (percepción de dividendos,
copropiedad de las reservas, participación en la liquidación del activo, cesibilidad del título, etc.).
Objetivos son aquellos derechos que son los medios de que los provee la ley para mantener incólumes y hacer
efectivos los primeros (derecho al voto, a asistir a las asambleas, de información y fiscalización de las
actuaciones del directorio, de impugnación de los acuerdos de las asambleas, etc.)2.
3) La doctrina italiana (Vighi, Ferri, Brunetti), distingue entre derechos individuales y derechos sociales. Son
individuales aquéllos que están contenidos en la ordenación jurídica de la sociedad y de la que los órganos de
ésta no tienen la facultad de disponer. Ferri dice que el derecho individual nace del contrato social y no puede
ser suprimido por la mayoria. La imposibilidad de la supresión descansa en el hecho de que el derecho individual
afecta a la esencia y a la estructura del contrato social. El citado autor italiano señala que esos derechos son
esenciales en el contrato de sociedad, porque son en interés de la sociedad y que no solamente no pueden ser
suprimidos por un acuerdo de' la asamblea sino que tampoco pueden ser renunciados por el titular.
2 GREGORINI CLUSELLAS, Eduardo L., La Pmtección de las Minorías en las Sociedades Anónimas, Abeledo-Perrot, 1959, pág. 16.
Sociales, son todos los derechos que, derivados de la voluntad de los socios, esto es, del acto constitutivo o de
posteriores acuerdos de la asamblea, son susceptibles de modificaciones o de limitaciones por parte del mismo
órgano.
b) Derechos individuales
Brunetti enuncia los siguientes:
1) derecho a la conservación del status de accionista hasta el fin de la sociedad;
2) derecho a la limitación de la responsabilulad, hasta el importe de la aportación prometida, es decir
de las acciones sus-criptas;
3) derecho a obtener de la sociedad un documento que compruebe la participación accionaria, es decir
que acredite su calidad de accionistas;
4) derecho al ejercicio del voto en las asambleas;
5) derecho de receso;
6) derecho al dividendo acordado;
7) derecho de impugnación de los acuerdos ilegales;
8) derecho de opción o de preferencia en los aumentos de capital; y
9) derecho al reparto de liquidación3.
A estos derechos individuales, insusceptibles de supresión o limitación por los acuerdos sociales, cabría agregar,
en nuestra legislación, los siguientes:
10) derecho departicipar en las asambleas, con voz, por sí o por medio de representante;
11) derecho de votar acumulativamente en las asambleas;
12) derecho de ejercer la acción social de responsabiluiad, si no fuese ejercida dentro del plazo de tres
meses del acuerdo impugnado;
13) derecho a negociar sus acciones; y
14) derecho de intervenir en la administración y fiscalizar la sociedad, pudiendo ser elegido para
integrar el directorio o consejo de vigilancia, en su caso; derecho de examinar balances, libro de socios y
asambleas, obtener copias a su costa; etcétera.
Además, cabe señalar que determinados derechos de información y fiscalización son adjudicados por nuestra
ley a las
Siguiendo el orden referido arriba, efectuaremos un breve análisis al contenido y alcance de cada uno
de estos derechos, con particular referencia a nuestra legislación:
Este es un carácter "esencial" a este tipo social, que lo distingue de los demás (art. 163). Los socios limitan su
responsabilidad al capital suscripto, esto es, a las aportaciones prometidas a la sociedad.
Resultará imposible por acuerdo o resolución de asamblea modificar esto porque ello importaría una
clara violación de la ley y una desnaturalización de este tipo social.
El derecho del accionista a obtener que la sociedad le entregue un documento que pruebe su calidad y
su participación
accionaria, es un derecho sustancial. Por otro lado surgiendo tal calidad de la posesión del título o comprobante
respectivo, resulta obligación insoslayable de la sociedad, su entrega.
Hemos visto que mientras no se encuentren totalmente integradas las acciones sólo pueden emitirse
certificados provisionales y que cumplida la integración los titulares pueden exigir la inscripción en las cuentas
de las acciones escriturales o la entrega de los títulos definitivos. La sociedad, o en su caso, el banco o la caja de
valores, debe hacer entrega al accionista del comprobante que acredite la apertura de su cuenta en el
libro de las acciones escriturales (art. 208, modificado por ley 22.903).
d) Derecho de voto
Si bien algunas legislaciones admiten la existencia de acciones que no confieren derecho de voto (caso
de las acciones preferidas, con preferencia patrimonial, en nuestro derecho, artículo 217), es este
derecho uno de los "esenciales" del accionista, que le confiere la posibilidad de participar en el
"gobierno" de la sociedad, integrando los acuerdos que adopta la asamblea; posibilitándole elegir los
órganos de administración y representación y fiscalización; aprobar la actuación de los administradores y
fiscalizadores; pudiendo modificar el contrato social; y, finalmente, disolver y liquidar la sociedad.
El carácter que hemos señalado es admitido así por nuestra legislación, cuando otorga este derecho de voto
a las acciones preferidas que no la tienen, en los casos de modificaciones al contrato social, fusión, escisión,
prórroga y transformación, (art. 244, cuarto párrafo).
Este derecho comprende el de exigir una correcta convocatoria, el de ser informado respecto a puntos concretos
del orden del día, el de solicitar mayores explicaciones durante la deliberación y el de constatar, finalmente, la
corrección del acta de la asamblea.
Tal derecho no desaparece por la constitución del derecho de usufructo (art. 218) o prenda (art. 219).
Sólo sufre una suspensión en su ejercicio en el caso de mora (art. 192); o una limitación en el caso de
mediar un "interés contrario" del accionista con el social (art. 248).
Es un derecho político, se ha dicho, por el cual el socio contribuye a la elaboración de la "voluntad
social" a través de las
deliberaciones en las asambleas o juntas4, que debe ser ejercido en interés de la sociedad, de allí su
prohibición en caso de interés contrario del accionista.
Ha seguido un proceso en la evolución histórica de la sociedad anónima que ha sido explicado por el
autor español Antonio Pedrol5. Este autor señala una pr¡mera etapa, que él denomina "aristocrática",
donde la sociedad era conducida dictatorialmente por el grupo fundador, allegado a la Corona, donde
el derecho de voto sufría las mismas desigualdades que los demás derechos conferidos a los socios;
diferenciados entre ese grupo fundador y los socios ingresados posteriormente.
Modificada esa conducción dictatorial, con la difusión de la teoría contractualista de la sociedad
anónima, los demás accionistas pasaron a influir en la marcha de la sociedad mediante las reuniones
denominadas juntas o asambleas. Los cuerpos directivos debían rendir periódicamente cuenta a esas juntas
de su labor y éstas eran las que aprobaban su gestión. El gobierno pasó entonces a ese órgano deliberativo. El
derecho de voto se convirtió en un derecho fundamental del accionista.
Pero esta concepción "democrática" de la sociedad anónima se conserva, dice este autor, en estos tiempos, sólo
en la anónima familiar. En la gran empresa el poder es de los grupos directivos. El accionista, generalmente
poseedor de un pequeño paquete accionario ya no participa en la vida de la sociedad, que queda en manos de los
"grupos gerenciales". Son estos grupos los que se encargan de recoger esas partículas de poder abandonadas, y
obtienen el envío de "poderes" para la actuación en las asambleas. Se ha producido, dice Pedrol, la degradación
de la junta.
Brunetti6 destaca que es necesario distinguir fundamentalmente entre derecho de participación en las futuras
ganancias de la sociedad (derecho al dividendo) y derecho que nace de la
7 SANTILLAN, Jorge Mario, en Estudios de Sociedades Comerciales en Ijomenaje a Caslos J. Zavala Rodn'guez, T. 1, págs.
131 y sigs. (Algunas Considenaclones acerca del Repasto de Utilidades Ficticias).
prohibidos, pues son ilícitos. Los segundos pueden ser admitidos (art. 224, segundo párrafo).
Tampoco hay que confundir dividendos ficticios con dividendos "imprudentes". Los primeros surgen de una
alteración de la contabilidad mientras que los segundos en principio son lícitos, lo que ocurre es que derivan de
la aplicación de criterios contables que desdeñan la constitución de previsiones y reservas o del cómputo de
acreencias dudosas, que constituyen un riesgo potencial para la sociedad.
La distribución de dividendos ficticios constituye una grave responsabilidad de los directores y administradores
que han elaborado y aprobado los balances y estados contables falsos.
También, por lógica consecuencia, habrá responsabilidad de los órganos de fiscalización.
El accionista tiene derecho a impugnar las resoluciones de las asambleas que sean violatorias de la ley, del
estatuto o del reglamento. Este derecho es acordado a los accionistas que no las votaron favorabTemente o que
estuvieron ausentes y por los que votaron favorablemente si su voto es anulable por vicios de la voluntad - error,
dolo o violencia - (art. 251).
A' respecto nos remitimos a la consideración de la regla del artículo 251 L.S.
Este derecho es también esencial para nuestra ley donde expresamente se ha establecido la regla que este
derecho no puede ser suprimido ni condicionado (art. 194), salvo el supuesto excepcional del artículo 197. Es
otorgado al accionista titular de acciones ordinarias, de voto simple o plural, y puede ser extendido por
disposición estatutaria o de asamblea a los accionistas titulares de acciones preferidas patrimonialmente.
De igual forma se considera este derecho en la legislación italiana para los accionistas titulares de acciones
ordinarias. Este derecho "de opción" a la adquisición de las nuevas suscripciones de acciones, en proporción a
las tenencias de cada accionista, y por cada clase de acción, es un derecho "propio" del socio.
Nos remitimos a lo expresado respecto del artículo 194, en páginas anteriores.
Este derecho está expresamente consagrado en nuestra ley como un derecho insuprimible e
inderogable por el estatuto o asamblea. Inclusive el derecho de hacerse representar en la asamblea (art.
239). Aún en las casos de limitación al ejercicio del derecho de voto de los artículos 241 y 248, los
accionistas tienen derecho de voz. Y los accionistas titulares de acciones preferidas sin voto (art. 217)
también tienen derecho de participar en las asambleas, con voz. Por ello incluimos este derecho como "indi-
vidual" del accionista insusceptible de ser suprimido o limitado.
Este derecho del que hicimos ya su análisis al comentar el artículo 263, ha sido consagrado en nuestra
ley como inderogable e ilimitable por disposición estatutaria o asamblearia. Sólo se excluye si se 0pta
por el sistema de elección de directores o miembros de consejo de vigilancia, por clase o categoría de
acciones (art. 262).
Ya vimos que cualquier accionista puede ejercer la acción social de responsabilidad contra el
director o miembro del con8 BRUNETTI, op. cit., T. II, pág. 538, nro. 681.
sejo de vigilancia o síndico (arts. 274 y 296), si la misma no es ejercida dentro de los tres meses contados desde
la fecha de la asamblea que resolvió su instauración (art. 277). Este es también un derecho individual, propio, del
accionista.
El accionista tiene el derecho de transferir a otra persona la "participación" representada por la acción,
colocando al cesionario en la misma posición del socio. Este derecho puede ser sometido a condiciones,
fijadas estatutariamente, para las acciones que no sean al portador (nominativas y escriturales).
Nuestra legislación reafirma el concepto de la libre transmisibilidad que consagra en el artículo 214; admite sí
que el estatuto pueda limitar la transmisibilidad de las acciones nominativas y escriturales sin que pueda
importar la prohibición de su transferencia. La limitación debe constar en el título o en las inscripciones en
cuentas y en sus comprobantes.
A su vez, el artículo 215 regula sobre la transmisión de las acciones nominativas y escriturales, como
ya lo hemos visto al analizar esa il'orma, en el capítulo anterior.
Del juego de estos dos artículos surge evidente la conclusión que en cuanto a las acciones al portador no eriste
ninguna posibilidad estatutaria o por acuerdos de asambleas que pueda restringir su libre transmisibilidad,
conclusión aceptada también por la doctrina que señala que las limitaciones estatutarias son incompatibles con
las acciones al portador.
En cuanto a las acciones nominativas cabe distinguir si son o no endosables. En el primer caso se transmiten por
endoso del título y es el endosatario (el que recibe la acción transferida) quien debe solicitar el "registro"
de esa transmisión a la sociedad.
No hay que olvidar que a las acciones se les aplican las normas sobre títulos de crédito, según nuestra ley (art.
226), y como tales pueden ser objeto de "prenda" común y de constitución del derecho de "usufructo" (arts. 219
y 218).
Especial consideración merece la situación de ciertas anónimas "abiertas" que por su actividad están sometidas
al control de organismos específicos que requieren de su expresa conformidad para la aprobación de las
transferencias accionarias. Como el caso de los bancos y entidades financieras sometidas al
control y fiscalización del Banco Central de la República Argentina donde por disposición de la ley 21.526, la
transferencia accionaria es materia de reglamentación por dicho organismo y requiere de su conformidad. Por
esa vía el Banco Central ha prescripto que toda transferencia accionaria superior al cinco por ciento del capital
de una entidad, debe serle comunicada y requiere de su aprobación, estableciendo que ellas deben efectuarse ad-
referendum de su resolución.
Respecto del derecho del accionista a negociar sus acciones cabe hacer una referencia a la "sindicación de
acciones" o a los llamados "sindicatos de acciones" que no son sino pactos o acuerdos sobre el ejercicio del
derecho de voto al que arriba un grupo de accionistas. Por ello lo mencionamos en este punto y lo analizaremos
separadamente (punto 286).
n) Derecho de resarcimiento
El accionista tiene acción de resarcimiento contra los administradores y síndicos, cuando haya resultado
directamente perjudicado por actos violatorios de la ley, los estatutos y reglamentos, dolo y culpa grave (arts.
274 y sigs., 297 y 298). También contra los miembros del consejo de vigilancia si se hubiese optado por este
órgano (art. 280).
El accionista tiene a su disposición el ejercicio de la acción “individual" de responsabilidad, en todos los casos en
que resulte perjudicado en su patrimonio por esos actos ilegítimos de los directores y fiscalizadores (art. 279).
ñ) OtROs derechos
Además, el accionista tiene otros derechos menores, complementarios, diríamos, que es conveniente
puntualizar:
1) derecho a examinar los bakmces, estado de resultados, cuadros anexos, memoria e informe del síndico,
con anticipación necesaria a la asamblea donde estos documentos serán considerados, consagrado en el artículo
67 de nuestra ley;
2) derecho a obtener copia de las actas de las asambleas, establecido en el artículo 249, a costa del
accionista. El directorio debe también labrar actas de sus reuniones (art. 73), pero nada dice nuestra ley respecto
del derecho del accionista a obtener copia de esas actas. No obstante, el accionista puede solicitarlo al síndico,
como lo referimos en el punto siguiente;
3) derecho a examinar libros y papeles sociales, en general además de los referidos en los puntos
anteriores. Esta facultad está expresamente atribuida al socio en el artículo 55 y para los accionistas de las
anónimas habrá que distinguir: si actúa sindicatura, el accionista debe peticionar al síndico que lo ejerza, si no
hay sindicatura (caso del artículo 284, último párrafo) podrá ejercerlo directamente.
Titulares
Sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 244 para la determinación de la mayoria, el derecho de receso sólo podrá ser ejercido por
los accionistas pre
sentes que votaron en contra de la decisión dentro del quinto día y por los ausentes que acrediten la calidad de
accionistas al tiempo de la asamblea, dentro de los quince (15) días de su clausura. En los supuestos a que se refiere el párrafo
anterior, el plazo se contará desde que la sociedad oomunique la denegatoria o el desistimiento mediante avisos por tres (3) días en el
diario de publicaciones legales y en uno de los que tenga mayor circulación en la República.
Caducidad.
El derecho de receso y las acciones emergentes caducan si la resolución que los origina es revocada por asarnblea celebrada dentro de los
sesenta (60) días de expirado el plazo para su ejercicio por los ausentes; en este caso los recedentes readquieren sin más el ejercicio
de sus derechos retrotrayéndose los de naturaleza patrinionial al momento en que notificaron el receso.
Fijación del valor.
Las acciones se reembolsarán por el valor resultante del último balance realizado o que deba realizarse en cumplimiento de
normas legales o reglamentarias. Su importe deberá ser pagado dentro del ano de la clausura de la asamblea que
origínó el receso, salvo los casos de retiro voluntario, desistimíento o denegatoria de la oferta pública o cotización o
de continuación de la sociedad en el supuesto del artículo 94, inciso 90, en los que deberá pagarse dentro de los sesenta
(60) días desde la clausura de la asamblea o desde que se publique el desistimiento, la denegatoria o la aprobación del retiro
voluntario.
El valor de la deuda se ajustará a la fecha del efectivo pago.
Nulidad
Es nula toda disposición que excluya el derecho de receso o agrave las condiciones de su ejercicio.
a) Concepto
Vimos, al considerar la transformación de las sociedades, que la palabra "receso" tiene un significado
equivalente a "retiro, alejamiento o separación". Es, entonces, "la facultad que tienen los accionistas
disidentes y ausentes para separarse de la sociedad cuando el órgano de gobierno (la asamblea) decide
una cuestión que altera profundamente la situación de ellos". Es el punto de conciliación, como se ha
señalado con todo acierto9, entre el derecho social de modificar los estatutos y el derecho individual
que tiene el accionista de no aceptar modificaciones sustanciales.
Está regulado en nuestro derecho en el artículo 245, modificado por la ley 22.903 que ha mantenido
esencialmente la
Escun (h.), Ignacio A., en Receso, Sxclusión y Muene del Socio, Depalma, 1978, págs. 103 y sigs.
normativa anterior, "partiendo de la base que más allá de la discutibilidad y falta de consenso que existe en
torno a la conveniencia en el derecho de receso, se trata de un principio tradicional en nuestra legislación y que
puede operar como factor disuasorio en ciertas situaciones de destutelamiento de mino-rías" (expresan los
autores de la reforma de la ley 22.903).
Se trata, efectivamente, de un principio que es tradicional en nuestra legislación y que ya consagraba
con similares características el Código de Comercio.
La reforma recoge así la experiencia de la doctrina y jurisprudencia nacional, las dudas suscitadas, los
inconvenientes planteados y las discusiones de interpretación, buscando cíarificarlos.
b) Antecedentes
Cabe recordar entre estos antecedentes la discusión sobre el momento en que quedaban firmes los derechos
del socio re-cedente en el caso de modificación del contrato social. Por la importancia de la cuestión debatida y
la trascendencia que tiene como antecedente, reproducimos a continuación el resumen de las posiciones en el
caso "Riello, Manuel y otros c/ A. Grimaldi S.A.", resuelto por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de
la Capital Federal, Sala B, el 9-IV-80 (JA., 198011-282):
1º La declaración de receso constituye un negocio unilateral consistente en la manifestación de la voluntad del socio disidente de querer
liberarse del vinculo social mediante la liquidación o reembolso de su cuota. No es necesario que la declaración sea aceptada por la sociedad,
bastando que haya llegado a su conocimiento en las formas y términos establecidos por la ley. El derecho ha nacido desde el momento de la
declaración pero su ejercicio está subordinado a la eficacia de la deliberación que le ha dado lugar. - Voto de la mayona -
2. Conforme lo dispuesto por los artículos 12 y 245, ley 19.550, la declaración asamblearia mediante la cual se aprueba la modificación de los
estatutos sociales de una sociedad anónima, constituye causa suficiente para la declaración de separación efectuada por los socios disidentes o
que se hayan abstenido, aunque presentes en la asamblea, sea por los socios ausentes, pero la eficiencia de tal declaración está sujeta a la
conditio iuris de la insccipeión, ya que sólo después de cumplido este acto las modificaciones estatutarias, oportunamente apr(» badas y no
impugnadas, quedan incorporadas al estatuto social de manera definitiva y producen efecto respecto a los socios y terceros. - Voto de la
mayoría-.
3. La publicación sólo suspende la eficacia de la modificación del estatuto, no afectando la esencia del acto, el que es valido aunque
ineficaz estando sus efectos sujetos a un acontecimiento futuro e incierto, de donde la deficiencia de esta condición no ataca la existencia
del negocio sino su ejecución. - Voto de la mayoría -.
4. Como la deliberación que modifica los estatutos sólo adquiere eficacia con la publicación, el receso no adquiere
eficacia hasta tanto esa publicación no se cumplimente y, por ende, resulta inválido si la socieclad mediante una nueva
deliberación asamblearia revoca a la anterior. - Voto de la mayoría-.
5. El derecho de receso ejercido de conformidad con lo dispuesto por el artículo 245, ley 19.550, crea en el recedente un
derecho individual y patrimonial al pago del valor de las acciones, conforme al último balance aprobado, independientemente
de la aceptación de aquél por parte de la sociedad, y por tanto una vez ftttrne a través de la respectiva notificación en tiempo
propio no puede ser modificado por ésta, sin la conformidad del recedente. - Voto de la ininoría -.
6. Si el derecho de receso correctamente ejercido quedara pendiente hasta la inscripeión de la reforma en el Registro
público de comercio, o bien, hasta que las causales que le dieron lugar quedaran eliminadas por otra asamblea de la entidad, los
recedentes mientras tanto, no podrían ejercer su derechos políticos, ni aspirar al gobierno de la entidad, ni tendrían el derecho
patrimonial al cobro del dividendo, ni podrán ejercer el derecho patrimonial al cobro de los futuros dividendos. - Voto de la minoría-.
Las reformas introducidas en la ley 22.903 buscan una clarificación de la norma y una mayor precisión de ciertas
situaciones.
1) Se otorga el derecho de receso: en caso de aumentos de capital que requieran asamblea extraordinaria
(que exceden el quíntuplo), poniendo fin de ese modo a la discusión doctrinaria y jurisprudencial sobre ese
tema'0, porque ello importa un mayor esfuerzo pecuniario exigido al accionista;
2) en caso de transjomzadón de la sociedad, es decir cuando se cambia un tipo por otro. No hay dudas que el
cambio de una S.A. por una sociedad colectiva, por ejemplo, produce una variación fundamental en cuanto a
la responsabilidad del socio agravándola considerablemente
3) en caso de prórroga d'e la sociedad se explica por el diferimiento que sufre el derecho al reparto de la
liquidación;
dicho régimen fuera desistido o denegado, porque aHí sí hay derecho de receso.
Son titulares de la acción los accionistas que votaron en contra y los que estuvieron ausentes de la asamblea
respectiva. Aquí la ley 22.903 modificó el criterio de la ley 19.550 que permitía ejercer este derecho a
los accionistas que se "abstenían de votar" ("quienes no votaron favorablemente", decía el artículo
245).
Deben ejercer este derecho dentro del plazo que ha fijado el artículo 245: de cinco días, los primeros, y
quince días los segundos, desde la fecha de clausura de la asamblea. Si se tratara del caso de desistimiento o denegatoria
del régimen de cotización de acciones en bolsa, el plazo se contará desde que se publica el desistimiento o denegatoria.
El derecho de receso caduca si la resolución que lo origina es revocada por otra asamblea celebrada dentro de los
sesenta
días a contar desde el vencimiento del plazo para ejercer este derecho por los accionistas ausentes.
Las acciones se reemboisa'án por el valor resultante del último balance realizado o que deba realizarse en
cumplimiento de normas legales o reglamentarias.
El pago de las acciones del accionista recedente debe hacerse dentro del ano de la clausura de la
asamblea que origma el receso, como norma general. Para determinados casos se fija un plazo menor,
tales los supuestos de retiro voluntario, desistimiento o denegatoria de la oferta pública o cotización; y
de continuación de la sociedad en el caso de cese en la cotización u oferta por sanción (art. 94, inc. 9º),
donde el plazo será de sesenta días desde la clausura de la asamblea o desde que se publique el
desistimiento, la denegatoria o la aprobación del retiro voluntario. En todos los casos el valor de la deuda
se ajustará a la fecha del efectivo pago, sin expresar la ley qué procedimiento de ajuste será aplicable.
El derecho de receso es un derecho esencia4 intangible, que no puede ser excluido por disposición
estatutaria o asamblearia, siendo nula toda disposición que lo suprinta o agrave las condiciones de su
ejercicio.
d) IA jurisprudencia
Asamblea de accionistas - Derecho de receso - Naturaleza - Derechos del socio recedente - Efectos de su ejercicio - Impugnación de la decisión
asamblearia - Acción prevista en el artículo 251 de la ley de sociedades - Valor de reembolso de las acciones - Determinación - Ultimo balance
de la sociedad.
1. lev
A partir de la vigencia de la 22.903 el denecho del socio necedente es un de,,'cho pleno, pen'ecto y adquirido aunque sujeto a
una modalidad, a una condición resolutoria, dada por la revocación por parte de la asamblea de la decisión que dio causa y justificó el ejercicio
del receso, revocación que resuelve o hace caducar ese derecho de receder.
2. El n'ceso, aunque es un acto unilateral del accionista, esta sujeto a un régimen similar al de los actos condicionales. El recedente
ab initio es titular de un derecho subjetivo, aunque éste se halla condicionado a que dentro del término legal no se produzca la revocación de la
decisión que le dio origen: si vence el término para que surja el acto extintivo y éste no se produce, el receso se reputa perfecto desde el
momento de la notiflcación.
3. Como consecuencia del eierciclo del derecho de r'ceso, una vez not,flcada la sociedad, el accionista queda sepanzdo de la misma y
se convierte j"'nte a ésta en un terceno titular de un der'cho cn'ditorio al rt'embolso, por parte de la sociedad, del valor de sus acciones.
4. El derecho de receso es la atribución acordada por la ley a los accionistas disconformes con determinadas resoluciones asamblearias, para
retirarse de la sociedad mediante su manifestación unilateral de voluntad, con reembolso del valor de sus acciones.
5. Comunicada a la sociedad la "oluntad de receder por parte de un socio, éste piertle inmediatamente su calidad de tal, y adquiere
por esa sola circunstancia la condición de tercero ajeno a la sociedad y acreedor de ella por el valor de reembolso de las acciones sin perjuicio
de la condición resolutoria mencionada. El derecho de receso es, por tanto, una acción individual que otorga la ley al accionista en defensa de
sus intereses particulares.
6. La acción prevista en el artículo 251 de la ley de sociedades es una accion social particular", en el sentido de que por ella se intenta la
protección tanto de intereses sociales cuanto particulares del socio, en tanto socio. Constituye, pues, una acción mixta en la que necesariamente
confluyen ambas especies de intereses, por lo que se excluye de ella la acción deducida en el exclusivo interés propio y particular del sujeto
accionante.
7. Precisado que la de la ley de sociedades, artícula 251 es una acción "social-particular" o "mixta" y que no es admisible en la hipótesis de
lesión referida exclusivamente a un derecho particular del socio, y precisado - de otro lado- que la generada a partir del derecho de receso
es una acción "individual" concedida al recedente "en defensa de sus intereses particulares", resulta claro que esta acción del
recedente no es la previna en la ley de sociedades, artículo 251. Ello así, deben distinguirse dos acciones: a) la acción social-particular de
impugnación. de las decisiones asamblearias -incluida la decisión de aprobar un balance-, acción autónoma y prevista por el artículo 251 de la
ley de sociedades, y b) la acción particular, por responder exclusivamente al interés particular de quien la ejerce, no prevista en norma expresa
alguna, de impugnación al balance a adoptar como base de la liquidación del valor de las acciones recedentes, acción que se presenta como
subsidiaria y vinculada a la acción de cobro del valor de las acciones recedentes.
8. El régimen legal concebido para la acción prevista en el artículo 251 de la ley de sociedades no puede ser derechamente aplicado a una
acción distinta de la allí regulada, por cuanto las normas sobre caducidades no son aplicables por extensión. Por tanto, no pesa sobre el socio
recedente la carga de impugnar el balance por la vía del artículo 251.
9. Pan,' la determinación del valor de reembulso de sus acciones, el accionista recedente debe aceptar el ultimo balance comtin que
realizó o debió realizar la sociedad, aun cuando contenga defectos, sIn poder peetender la confección de
un balance especial. Como excepción, el aecimista puede impugnar ese balance y obtener su rectificación cuando, además de otras
hipótesis, exista ií"acionalidad o arbitrariedad manifiestas de las constancias del estado contatile y enriquecimiento sin causa de un tercera
como consecuencia de algún negocio o acto reflejado en el balance.
10. Si por consecuencia del balance, o de los actos que refleja, se piodujese un detrimento patrimonial en la sociedad, lo que incidi"a
negativamente en los derechos creditorios del socio recedente, y un cont'la'ivo enriquecimiento sin causa de un tercera, la pretensión de la
sociedad de estar a ese balance pam determinar el valor de reembolso de las acciones alcanzadas por el derecho de receso constiadría un
fraude, pues la sociedad estaría abusando de su derecho de estar a
ese balance y desnaturalizando y contrariando el sentido y la finalidad que ha
tenido la ley.
11. Debe ser rectificado el balance que refleja operaciones que enriquecienon sin causa a terceras sociedades con el consiguiente
pejuicio de la sociedad de-mandada y del socio separado de ella mediante el ejercicio del derecho de receso.
12. El uso por parte del cuentacorrentista deudor de fondos anticipados debe ser compensado a la cuentacorrentista acreedora y
proveedora de los mismos, de modo tal que los fondos sean monetariamente actualizados y generen intereses, dado que el lucro es de la
naturaleza de la operatoria comercial y la presunta gratuidad exigida por la colaboración interempresaria no puede afectar el derecho creditorio
del socio recedente de la sociedad benefactora. Por ello, debe procederse a la rectificación del balance impugnado, mediante la adición de los
montos correspondientes.
Del voto del Dr. Cuarteno (testual):
"tuzgo, pues, que luego de la vigencia de las modificaciones intraducidas al artículo 245 de la le,, de sociedades por la le,, 22.903, es clara que
ejercido por el accionista el derecho de receso, y comunicado ello a la sociedad, tal ejercicio y acto de comunicación resultan ab initio
plenamente eficaces, y confieren al sujeto que así actúa un derecho adquirido, bien que sometido a una condición resolutoria (adviéitase que
antes de la vigencia de la le,, 22.903, podía considerarse que ese derecho estaba sometido a una condición suspensiva: el derecho sólo
devendria adquirido cuando se cumpliese la conditio iuris de que habló Williams en su voto en la causa 'Riello, actualmente, parece clara que
el derecho es eficaz y adquirido ab initio, aunque sometido a una condición resolutoria: la revocación de la decisión asamblearia que dio
lugar al ejercicio del receso).
"Puede decirse, en sin tesis, que '...el receso, aunque es un acto unilateral del accionista, está sujeto a un n'gimen similar al de los actos
condicionales. El rece-den te ab initio es titular de un derecho subjetivo, aunque éste se halla condicionado a que dentra del término legal <60
días) no se pnoduzca la revocación de la decisión que le dio origen: si vence el término pan' que suija el acto e:aintivo y éste no se pnoduce, el
receso se reputa perfecto desde el momento de la notificación'
(Escun (h), La le,, 22.903 y el receso en las sociedades anónimas, Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones, 1983, pág. 815).
"En conclusión: juzgo que comunicada a la sociedad la voluntad de receder por parte de un socio, éste pierde inmediatamente su calidad de
socio, adquiere por esa misma y sola circunstancia la condición de tercera ajeno a la sociedad y acreedor de ella por el valor de reembolso de
las acciones - tado ello sin peduicio de la condición resolutoria de los derechos genciados a partir de una nue"'a situación -. Por
consecuencia, bien puede decirse que la resultante del derecho de receso ISe tn'ita de una acción individual que otoiga la le,, al accionista en
defensa de sus intereses particulares'" (ZALDÍVAR y otros, obra y lugar citados).
CNCom., Sala D, 8-V-992, "Tacchi, Carlos c. Peters Hnos.", L. L., 1994-A, págs. 384 y sigs.
1. El derecho de receso está consggrado por el artículo 245 de la ley de sociedades (t.o. 1984 -Adla, XLIV-B, 13 10-). Cuando las
condiciones que dieron lugar a la formación del contrato de sociedad son modificadas sustancialmente, el socio tiene derecho a separarse de la
ntisma.
2. El accionista de una sociedad anónima puede requerir la extinción de la relación jurídica contenida en la acción, ante la modiíicación de la
causa relevante, no consentida, renunciando a su calidad de socio.
3. El derecho de receso es una garantía para el accionista, ya que él puede ejercer este derecho y no verse obligado a soportar obligaciones que
desconozca o que considere injustas.
4. El derecho de receso es uno de los derechos individuales del accionista, inderogable e irrenunciable por cláusula inserta en el contrato social,
en razón de que la función social que cumple es la de tutelar el interés del socio frente a las decisiones de la mayoría.
5. El derecho de receso es una institución de orden público. La ley fulmina con la nulidad a toda disposición que excluya el derecho de receso o
agrave las condiciones de su ejercicio.
6. Decidida la modificación relevante por la asamblea, la ley reconoce al accionista el derecho de receso, pero establece un plazo breve dentro
del cual debe ejercerlo. Una vez practicado este último, el accionista deja de ser tal, pierde su calidad de socio y se transforma respecto de la
sociedad en un simple acreedor de la misma.
7. La declaración que realiza el accionista al ejercer el derecho de receso es unilateral, recepticia y vinculante, la cual no requiere aceptación,
ya que vale por sí sola, bastando su "exteriorización" ante la resolución emanada de la asamblea.
CNCom., Sala B, 24-VllI-992, "Tchomlekdjoglou, Elena y otra c. Stemos SA.", 1, 1992-B, 2386. Repertorio, L.L., LII-19924-Z, págs. 1699,
1700 y 1701.
"Uno de los efectos ud derecho de receso es el extinguir la calidad de socio de quien ejercitó ese derecho".
SC Buenos Aires, 2-IV-991, "Córdova, Hector M. c. Banco Crédito Provincial", DJBA, 142-1520.
a) Deber de lealtad
El accionista tiene este deber primario desde el punto de vista de la obligación general de obrar con
buena fe en los negocios jurídicos y en las relaciones comerciales. Debe lealtad hacia la sociedad y
lealtad hacia los demás accionistas.
Nuestro Código de Comercio no contenía norma expresa sobre esta obligación del accionista; pero el
mismo fue incluido expresamente por la ley 19.550. En la Exposición de Motivos que acompaña esa ley, sus
autores destacan: "La doctrina contemporánea, en una plausible elaboración del cómputo de intereses y del deber
de lealtad del accionista, coincide en sostener la nulidad del voto de éste cuando sus intereses particulares
entran en conflicto con la sociedad. De ahí la regulación del artículo 248, que da una solución legal,
generalmente aceptada, así como fija las consecuencias de la nulidad de ese voto" (Sección
V, VIII, 6).
La existencia de un conflicto de intereses, de una contraposición entre los intereses particulares del accionista
y los generales de la sociedad, fundamenta la prohibición de votar consagrada en el artículo 248.
El accionista que contraviniendo esa prohibición vota, viola su deber de lealtad y es responsable por
los daños y perjuicios ocasionados cuando sin ese voto no se hubiera logrado la mayoría necesaria para el
acuerdo irregular.
Sostiene al respecto uno de los autores de la ley 19.550:
"Cuando nos encontramos ante una decisión asamblearia resuelta por una mayoría que al emitir su
voto lo hace en procura de la satisfacción de un interés individual - atentatorio o no del interés de la
sociedad pero si lesivo para el resto de los socios-,
debe surgir la acción de impugnación del acuerdo social como procedimiento idóneo para el resguardo de
esos derechos"11.
De modo que el conflicto de intereses no se circunscribe al enfrentamiento de los derechos particulares
del accionista con los de la sociedad, sino también con el de los demás socios.
Ante ese conflicto el accionista tiene el deber de lealtad de abstenerse, de no votar, sin perjuicio del
derecho de opinar en la asamblea, si bien haciendo conocer a los demás presentes su situación de
conflicto y que se abstendrá de votar.
El accionista debe efectuar sus aportaciones en los plazos pactados en el contrato de suscripción y en la
forma convenida. Ni la sociedad ni sus órganos pueden relevarlo de esta obligación porque el capital
social es la garantía fundamental que tienen los terceros.
La mora en el cumplimiento de su obligación se produce por el mero vencimiento de los plazos
pactados (art. 37) y produce el efecto inmediato de suspender el ejercicio de los derechos inherentes a las
acciones en mora (todos los derechos que hemos comentado precedentemente).
Ya analizamos anteriormente, al considerar los artículos 192 y 193 las vías de resarcimiento que tiene
la sociedad ante la mora del accionista, y a lo allí expuesto nos remitimos.
los accionistas pueden obligarse a "prestaciones accesorias" no dinerarias contempladas en el artículo
50 de la ley, en cuyo caso esas prestaciones deben ser conexas a las acciones y éstas deben ser nominativas. Tal
el caso de obligaciones de prestar ciertos servicios o realizar tareas personales en las sociedades "anónimas
familiares" o sociedades de profesionales. El accionista debe allí cumplir estas obligaciones las que podrán ser
demandadas por la sociedad si así no lo hiciere, respondiendo también por los daños y perjuicios.
El accionista que incumple sus deberes y produce un daño a la sociedad debe resarcir los perjuicios
ocasionados. Así se establece expresamente en nuestra ley en los artículos 248 y 193 que hemos
referenciado anteriormente al considerar las obligaciones del socio de la anónima.
El accionista que con interés cont7uño al social vota, contra-viniendo la prohibición, es responsable de
los daños y perjuicios.
El accionista moroso que no cumple en término sus integraciones de aporte, pagará también los daños
y perjuicios que ocasione.
De la misma manera, aunque no haya una sanción expresa en tal sentido, rige para el caso de
"prestaciones accesorias
Pero hay otro caso que genera responsabilidad de los accionistas: cuando votaran favorablemente una
resolución asamblearia contraria a la ley, el estatuto o reglamento. El artículo 254 prescribe la
responsabilidad personal, ilimitada y solidaria, de los accionistas que hubieren votado favorablemente
ese acuerdo ilegítimo, por todos los perjuicios ocasionados a la sociedad y a los accionistas
minoritarios. Responsabilidad que subsiste aún cuando otra nueva asamblea revocara esa resolución.
Estos son casos donde el accionista asume una responsabilidad personal, con sus propios bienes y que
se derivan de su condición de accionista pero como consecuencia del incumplimiento de sus
obligaciones primarias.
a) Antecedentes extranjeros
La necesidad de que el gobierno de la anónima cuente con el respaldo de las grandes mayorías de
accionistas ha llevado a la doctrina a auspiciar los convenios de votos y la sindicación de
acciones. Posición adoptada por algunas legislaciones y varios proyectos.
Sobre la ilicitud de tales convenios existen las más variadas posiciones, si bien su ilicitud, en
principio, es hoy opinión dominante12.
En el derecho angloamericano se admite plena libertad sobre el voto, convenios de votos y, en general.
acuerdos sobre su ejercicio. En los Estados Unidos de América están muy popularizados los acuerdos
llamados voting tvust y voting or pooling agreemenL
Con mayor o menor alcance también son admitidos en Suiza, Austria, Holanda, Luxemburgo,
Alemania y Brasil. En este último país se consagra la eficacia vinculatoria de estos pactos respecto de
la sociedad (art. 110, ley de 1976). En igual sentido a esta última, el Proyecto de Sociedad Anónima
Europea, artículo 93 (ANAYA, su voto en autos "Sánchez, Carlos J. c/ Banco de Avellaneda S.A. y
otros", cám. Nac. Com., Sala C, 22/Ix/1982, L.L., 1983-B, págs. 257 y sigs.).
En Francia después de una legislación restrictiva de 1933, se consagró la prohibición de los acuerdos
de voto por decreto-ley de 1937 (que estableció la nulidad de las cláusulas o contra-tos que tuvieran
por objeto restringir el ejercicio del derecho de voto en las asambleas generales). No obstante tales
normas la jurisprudencia fue ampliamente receptiva a los acuerdos de voto, convalidando su validez
(ver voto del Dr. Anaya antes citado).
En Italia, la evolución del derecho societario ha sido más favorable a la validez de los pactos de
sindicación. En la doctrina hay opinión mayoritaria en tal sentido, habiendo existido una posición más
hostil en la jurisprudencia.
b) Antecedentes nacionales
Nuestro Código de Comercio contenía dos disposiciones (arts. 358 y 359) que.constituyen para
algunos autores un verdadero anticipo de estos sindicatos de acciones. Así el artículo 358 prescribía
que "cuando una sociedad anónima tenga accionistas residentes en país extranjero, que representen por
los menos un veinticinco por ciento del capital suscripto, tendrán la facultad
La ley 19.550 ha omitido referirse a estos convenios. Sus autores señalan en la Exposición de Motivos
que han procedido así por las siguientes razones: a) porque "no se trata de un pacto, acuerdo o
convenio que integre el régimen legal de las sociedades. Es un contrato - dicen - que aunque pueda
llegar a afectar el funcionamiento de instituciones de la sociedad, es ajeno a ésta. Es un auténtico acto
parasocial, que no obliga a la sociedad y que ésta podrá impugnar cuando desvirtúe o afecte su
fucionamiento leal"; y también por que "b) no cabe una norma única, que legitime o fulmine de
nulidad o ineficacia cualquier pacto de esta clase: depende de los fines perseguidos con tal contrato".
La ley 22.903 de reformas a la ley 19.550, no modificó este criterio, de modo que nuestra legislación
guarda silencio sobre el tema.
d) la doctrina nacional
En nuestra doctrina, mientras autores como Halperin'3 señalan que estos acuérdos son válidos entre los
socios, pero ajenos a la sociedad, otros, como Zavala Rodríguez14 se pronuncian decididamente por su
ilicitud.
14 ZAVALA RODRÍGUEZ, Carlos Juan, Código de Cometrio y Leyes Compiementwias Comentados y Conco,dados, T.
1, pág. 405, nro. 780.
Félix Santiago Fares15 que ha dedicado un estudio especial sobre el tema, analiza ambas posiciones
sin defmir una posición propia; y en la doctrina extranjera el profundo trabajo de Antonio Pedrol'6 que
ya hemos citado, comprende una exposición completa sobre el tema.
e) Distintas modalidades
Las modalidades que en la práctica presentan los sindicatos de accionistas son variadas, pero pueden
reducirse a dos criterios generales, dentro de cada uno de los cuales caben innumerables variantes:
1) el accionista conserva la posesión de las acciones y se somete a votar en las asambleas o en
determinada asamblea en el sentido previamente acordado en el seno del sindicato; o
2) el accionista entrega sus acciones al sindicato y otorga poder a la persona que el sindicato determine
para que en su nombre y representación, concurra a la asamblea o ejerza el derecho de voto.
1) Su impugnación
Las impugnaciones a la validez de las "convenciones de votos", se fundaron en principios
"dogmáticos" como el que "la voluntad del accionista no puede formarse fuera del ámbito de la
deliberación de la asamblea", considerándose tal principio "esencial" y "tipificante"; y en el
"quebrantamiento del principio mayoritario".
fi) El principio de que La voluntad del accionista no puede fonnarse 'fi¿' era "de la
asamblea
Se impugnan tales acuerdos "parasociales" por cuanto representarían una desvirtuación del
funcionamiento de los órganos societarios, fundamentalmente el de la asamblea. Tal desvirtuación
sería una consecuencia del pacto de sindicación, porque la voluntad social se formaría fuera del
ámbito de la asamblea, normalmente antes que ella se celebre.
15 FARES, Félix Santiago, La Sindicación de Acciones, Mono'g'nffas Jurídicas, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1%3, págs.
58y 59.
16 PEDROL, op. cit., págs. 194y sigs.
La posibilidad de que los accionistas puedan hacerse representar en la asamblea por "mandatarios",
viabiliza tales acuerdos de voto, ya que ese mandatario debe cumplir en la asamblea las instrucciones
que le da el "grupo" mandante.
Resulta claro que la 'voluntad" de ese grupo no se ha formado durante la deliberación y en el
"intercambio" de opiniones surgida de ella, sino "fuera" de la asamblea y con anterioridad a ella.
Se sostiene también que estos acuerdos parasociales posibilitan que una minoría de accionistas de una
sociedad, se transforme en "mayoría" mediante el voto unificado del grupo, dentro de la asamblea.
Mediante ese acuerdo "fuera" de la asamblea esa minoría, que constituye mayoría dentro del grupo
"sindicado", obtiene de ese modo, incrementar su poder, concurriendo a la asamblea como una
"unidad" y alterando de ese modo el principio mayoritario en la toma de decisiones del órgano deli-
berativo. Porque, finalmente, la decisión que se adopte no será fruto del consenso mayoritario dentro
del seno asambleario, sino el producto de la manifestación de una voluntad acordada fuera de la
asamblea.
Un ejemplo contribuirá a aclarar lo expuesto: un accionista que posea el 30% de los votos, reúne en un
acuerdo a accionistas que en total representan el 55% de los votos de una sociedad. Ese "grupo"
impondrá finalmente en la asamblea societaria su voluntad mayoritaria.
Está claro que mediante tales "acuerdos" un grupo minoritario puede conducir una anónima.
Si además tenemos en cuenta el fenómeno de que comúnmente concurren pocos accionistas a las
asambleas societarias, tendremos como resultado que aún grupos más pequeños de accionistas puedan
dirigir sociedades e imponer sus "directores" o "consejeros".
g) la refutación
Como bien señala Anaya en ilustrado voto sobre el tema, refutando el primer argumento (autos
"Sánchez, Carlos J. c/ Banco de Avellaneda S.A. y otros", Cám. Nac. Com., Sala C, 22-IX-
1982, L.L., 1983-B, págs. 257 y sigs.), igual situación se da en el caso de un condominio de
acciones, donde el representante trasladará al seno de la asamblea las decisiones de la mayoría de los
condóminos; y en el caso de que el accionista sea otra sociedad anónima, es decir una "persona
jurídica", donde su voluntad se deberá adoptar mediante una deliberación de sus propios órganos,
fuera de deliberación asamblearia y con anterioridad a ella.
De todos modos y como respuesta a la impugnación principista o dogmática realizada contra la validez
de estos acuerdos, cabe señalar que en ella luce un error básico, cual es que el hecho de que algunos
accionistas "acuerden" el sentido de sus votos "fuera" de la asamblea, no significa de modo alguno,
que la voluntad social se forme fuera del seno del órgano deliberativo. Ya que, precisamente, tales
acuerdos serán "manifestados" dentro de la deliberación asamblearia.
La circunstancia de que la voluntad de un grupo de accionistas llegue "predeterminada" a la asamblea
no significa que la voluntad social se forme fuera de ella, porque finalmente deberán manifestarse
dentro de la asamblea y tal voluntad contribuirá o no a formar la decisión mayoritaria de ella. Pero la
"voluntad social" será expresada siempre "dentro" del seno de la asamblea.
Respecto del segundo argumento, cabe señalar que el hecho de que accionistas minoritarios puedan
conformar un "sindicato" que imponga su voluntad en los acuerdos sociales y en la designación de los
administradores y representantes, y órgano de fiscalización, no puede descalificarse por sí mismo.
Lo que sí debe tenerse en cuenta es si tales acuerdos y decisiones contraviniesen la ley general o social
o el "interés de la sociedad". Si ello ocurre serán impugnables. Y si tales resoluciones fueran
declaradas "nulas", existirá "responsabilidad ilimitada y solidaria" de los accionistas del grupo,
conforme la regla del artículo 254 de la Ley de Sociedades Comerciales.
También podrá existir responsabilidad de los directores que respondan al sindicato, en tanto su
actuación importe una "delegación" de sus facultades al "grupo parasocial".
1. JURISPRUDENCIA
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de un
mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
El valor de reembolso de las acciones recedidas debe calcularse de acuerdo con el balance correspondiente al
ejercicio social inmediatamente anterior a la asamblea cuya resolución ordenó el receso. El mencionado estado
contable es el que mejor refleja la situación patrimonial de la sociedad al momento de ejercer el derecho y se
adecua a lo dispuesto por la normativa legal en materia de sociedades comerciales que establece que las acciones
se reembolsarán por el valor resultante del último balance realizado o que deba realizarse en cumplimiento de
normas legales o reglamentarias (cfr. artículo 245, ley 19.550; Adia, XLIV-B, pág. 1319).
Si la sociedad ofreció el pago y los socios recedentes se negaron injustificadamente a percibirlo, se configura el
supuesto de mora accipiendi; consiguientemente, no necesita la deudora acudir al pago por consignación
judicial.
Cám. Nac. Com., Sala C, 4-VI-1993, "Frías Silva, Ernesto D. y otra c. Ibatín SA.", L.L., Repertorio LIII-1993,
pág. 1628.
El artículo 245 in firw de la ley 19.550 sanciona de nulidad toda decisión societaria que dificulte el
ejercicio o excluya el derecho a receder del accionista. Lo preceptuado por el artículo 188 del mismo
cuerpo legal debe interpretarse en concordancia con ello.
Partiendo de esa premisa, debe tenerse en cuenta que la actual redacción del mentado artículo 245
conduye con las anteriores divergencias doctrinarias en torno a la tacultad de recuirir al receso por
parte del accionista ante un aumento del capital societario. la comisión redactora de la reforma
introducida por la ley 22.903 explicita en la Exposición de Motivos la intención de agotar la polémica
doctrinaria y la inseguridad
jurídica existente en la materia (Cap. II, Sec. V, apart. 16).
No puede - entonces - caber duda que es requisito para el ejercicio de ese derecho que una asamblea
extraordinaria haya decidido el aumento del capital social y que debe recurrirse a una aplicación armó-
nica de las normas legales para un mejor ensamble de lo dispuesto por los artículos 188 y 245.
Consecuentemente, la validez de la facultad reconocida por el citado artículo 188 debe ser interpretada
a la luz de las particularidades de cada caso, tal como lo sostiene el a quo en la sentencia impugnada.
En efecto, la sociedad demandada utilizó y agotó la facultad prevista por el artículo 188, pues su
asamblea extraordinaria del 28 de noviembre de 1985 reformó la cláusula 4ta. del estatuto aumentando el
capital social, pero manteniendo la facultad de elevarlo hasta el quíntuplo por decisión de su asamblea. Este
mecanismo intentado por la mayoría de los accionistas de Mandataria Rural SA. conlíeva, en la especial
situación en examen, que se soslaye aquellas vías que aseguran los derechos del accionista disidente porque se
cercenaría su facultad de receder ante una reforma estatutaria que no contó con la aprobación unánime de todos
aquellos que tenían derecho a participar de la formación de la voluntad societaria.
Esta postura me lleva a reiterar que la interpretación y alcances de la posibilidad de aumentar hasta un quíntuplo
el capital social que establece el artículo 188 de la ley de la materia debe hacerse en concordancia con el ya
mentado artículo 245 que en su última parte sanciona de nulidad a toda decisión societaria que excluya el
derecho de receso de los accionistas disconformes o agrave las condiciones de su ejercicio.
Con respecto a ese derecho se puede decir que la ley lo caracteriza, y con esa finalidad lo mantiene, como
un remedio contra el poder ilimitado de las asambleas sociales y que constituye un instituto de suma importancia
para el accionista, irrenunciable anticipadamente salvo que la modificación esté prevista en el acto constitutivo,
insusceptible de ser desconocido por los estatutos ni por decisión asamblearia.
Más adelante, invocando el caso "Rutimor SA. c. Establecimientos Textiles Ituzaingó SA." (Cám. Nac. Com.,
Sala A, 23-XII-1971, ver
153-403), la accionada manifiesta que su contrario debió ejercer el receso ante la decisión asamblearia en lugar
de impugnarla, insistiendo en la improcedencia de la nulidad pretendida.
Ese razonamiento desatiende dos circunstancias que, a mi entender, son de importancia. En primer
término, la normativa vigente al tiempo de sentenciarse el caso citado (art. 354, Cód. Com.) era distinta de la
actual y, en segundo lugar, que el derecho a receder que le asiste al
socio, así como la posibilidad de impugnar las resoluciones del órgano de gobierno social son dos
alternativas cuya elección queda en cabeza del accionista. Así el socio puede reclamar la invalidez de
lo decidido u optar por su retiro de la sociedad, pero no está obligado a esto último, siendo ajeno a la cuestión
el debate que pretende incorporar la apelante sobre
si le asiste o no al actor el derecho de receso en esa oportunidad.
Cám. Nac. Com., Sala C, 14-VI-1991, "Guelar, Juan c. Mandataria Rural SA.", L.L., 1991-E, pág. 485.
1. El artículo 245 de la ley 19.550 debe ser interpretado en el sentido de que el valor de reembolso de las
acciones recedidas debe calcularse de acuerdo con el balance correspondiente al ejercicio social in-
mediatamente anterior a la asamblea cuya resolución originó el receso, pues de este modo se posibilita
tener una visión más fidedigna de la situación patrimonial del ente al momento de ejercerse ese derecho; por
tanto, si la causa del receso se produjo el 26-X-1983 el ejercicio económico inmediato anterior corresponderá al
balance realizado al 31-VII-1983 y no al último balance aprobado, cerrado al M-VII-1982, que evidentemente
responde a otra etapa histórico-económica de la sociedad. En otro orden de ideas, en cuanto a los diferentes
criterios de valoración comparativa utilizados en ambos balances de marras cabe considerar, concordantemente
con lo establecido en la pericial contable, que el procedimiento más adecuado para determinar el patrimonio neto
ajustado es el aplicado al balance realizado el 31-VII-1983, en el que se estableció para
el valor de reembolso el criterio de comparación de valor de mercado a cotización, tomándose este
último por ser el menor; prevaleciendo este procedimiento sobre el sistema de costo reexpresado utilizado en el
otro balance.
2. Habiendo mediado ofrecimiento de pago por parte de la sociedad accionada y una negativa injusta de la socia
recedente a percibirlo, la primera no necesita acudir al pago por consignación judicial a
fin de no caer, por el simple transcurso del tiempo, en situación de morosidad de la obligación que
procuró cancelar; pues se trata de un caso de mora accipiendi donde el comportamiento del acreedor fue el que
impidió la concreción del pago intentado por el deudor.
Cám. Nac. Com., Sala C, 17-X-1994, "Nougués de Fagalde, María del Carmen c. Ibatín SA.", E.D., 9-V-
1996.
286. SINDICACION DE ACCIONES
2. DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Escuti, Ignacio A. (h.), "En torno del derecho de receso en las sociedades anónimas", R.D.C. O., 1976,
pág. 321.
- "La ley 22.903 y el receso en las sociedades anónimas", R.D.C.O., 1983, pág. 785.
Fernández, Juan Esteban, "El derecho de receso de los accionistas en la
Ley de Sociedades Comerciales", en Estudios de Sociedades Cc»
merciales en Homenaje a Carlos L Zavala Rodriguez; Astrea, 1973,
pág. 189.
Gagliardo, Mariano, "Nuevas tendencias relativas a la posición jurídica del accionista", E. D., Temas de
Derecho Societario, VI Congreso de Derecho Societario, Mar del Plata, noviembre-1995.
García, Marta E., "Algunas consideraciones acerca de la 'sindicación de acciones' ", R.D.C. O.,
1972, pág. 699.
Manóvil, Rafael M., "El derecho de suscripeión preferente del accionista: revalorización de sus
fundamentos", E.D., Temas de Derecho Societario, VI Congreso de Derecho Societario, Mar del
Plata, noviembre-1995.
Sánchez González, José Carlos, "Los «convenios y sindicatos de voto. Su instrumentación
jurídica en la SA.", en Estudios sobre la Sociedad Anónima, varios autores, Civitas, Madrid, 1991.
Vergara del Carril, Angel D., "El aumento de capital y el derecho de receso", R.D.C. O., 1973, pág.
239.
CAPÍTULO XVIII
DE LAS OBLIGACIONES O DEBENTURES
a) Concepto
Vivante, citado por Brunetti1, nos dice que la emisión de obligaciones implica asumir una deuda por
parte de la sociedad, representada por títulos de crédito, con o sin garantía real sobre bienes de la
sociedad o con la garantía personal de otros entes. El negocio acordado por la sociedad con
observancia de determinadas formas no es más que "un mutuo de relevante importe, a largo
vencimiento, que la sociedad contrae con los portadores de los tftulos a los que se obliga a abonar un
cierto interés anual pro-metiendo el reembolso de las sumas mutuadas según las moaalidades fUadas en
el plan de emisión".
Como surge del concepto que hemos citado y pertenece al gran jurista italiano Vivante, la emisión de
obligaciones implica asumir una deuda. Ello permite obtener un préstamo de dinero, un mutuo, a largo
plazo, de acreedores innominados (los titulares de esas obligaciones o debentures).
En cuanto al título que emite la sociedad (debenture u obligación negociable) es un dtulo de
crédito, dotado en consecuen1 BRUNETTI, op. dt., T. II, pág. 548, nro. 685.
cia de las características de "necesidad", "literalidad", "autonomía" y "circulación", que los tipifican.
c) Legislaciones
En todos los países se admite que las sociedades por acciones puedan emitir obligaciones. En Inglaterra
estos títulos se denominan debentures, vocablo que también usamos en Argentina, Brasil y Uruguay.
En los Estados Unidos de América se llama bondS y también debentures cuando se trata de obligacio-
nes a corto plazo y sin garantías especiales. En Chile estas obligaciones se denominan bonos.
En muchos países se legisla especiaimente sobre estas obligaciones, como lo hacía nuestra ley de
1912, igual que en Italia, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, España, Egipto, Francia, México,
Perú, etcétera.
En otros países se legisla sobre ellas al reglar sobre las sociedades anónimas, como en Inglaterra y en
nuestro país, en la ley 19.550.
Finalmente, en otros países no existe reglamentación especial y la emisión de obligaciones se rige por las
normas del derecho común, como en Alemania, Cuba, Uruguay, etcétera.
d) Finalidad
La emisión de obligaciones no es sino una de las formas de financiación que puede adoptar una sociedad. De
otro modo debe recurrir a aumentar su capital o a solicitar préstamos a los bancos o entidades financieras. Esa
necesidad de financiación puede responder tanto a nuevos emprendimientos empresariales a iniciar por la
sociedad, como también a requerimientos emanados de deudas anteriores.
Se recurre a este medio de financiación cuando las necesidades de financiación son temporales o transitorias; y
cuando los accionistas prefieren no recurrir a nuevas emisiones de acciones de capital a fin de no hacer participar
de los beneficios de la sociedad a nuevos inversores o capitalistas.
2 SOLÁ CAÑIZARES, Felipe de, en "Comentarios y notas del traductor", en la obra de BRUNETTI, citada, T. II, págs. 599y sigs.
Art. 325. - Las sociedades anónimas, incluidas las de la sección VI y en comandita por acciones podrán, si sus estatutos lo autorizan,
contraer empréstitos en forma pública o privada, mediante la emisión de debentures3.
Nuestra ley autoriza a las sociedades por acciones, tanto anónimas como a las comanditas por
acciones, a emitir debentures u obligaciones negociables, cuando sus estatutos lo autoricen.
No distingue entre las anónimas "abiertas" y las "cerradas", de modo que todas pueden establecer en sus
estatutos previsiones que autoricen su posterior emisión.
289. CLASES DE DEB ENTURES (Arts. 326,327,328,332 y 333)
Art. 326. - Clases. Convertibilidad. Los debentu res será con garantía fl<» tante, con garantía común, o con
garantía especial.
La emisión cuyo privilegio no se limite a bienes inmuebles determinados, se considerará realizada con garantía
flotante.
Moneda extranjera.
Pueden ser convertibles en acciones de acuerdo al programa de emisión y emitirse en moneda extranjera.
Art. 327. - Garantía flotante. La emisión de debentures con garantía flotante afecta a su pago todos los derechos,
bienes muebles o inmuebles, presentes y futuros o una parte de ellos, de la sociedad emisora, y otorga los
privilegios que corresponden a la prenda, a la hipoteca o la anticresis, según el caso.
No está sometida a las disposiciones de forma que rigen esos derechos reales. La garantía se constituye por la
manifestación que se inserte en el contrato de emisión y el cumplimiento del procedimiento e inscripciones de
esta ley.
"U obligaciones negociables", eliminado por el artículo 45 de la ley 23.576 de Obligaciones Negociables.
Art. 332. - Con garantía común. Los debentures con garantía común cobrarán sus créditos pa'i passu con los acreedores quirografanos, sin
perjuicio de las demás disposiciones de esta sección.
Art. 333. - Con garantía especial. La emisión de debentu res con garantía especial afecta a su pago bienes deterrninados de la sociedad
suseeptibles de hipoteca.
La garantía especial debe especificarse en el acta de emisión con todos los requisitos exigidos para la constitución de hipoteca y se tomará razón
de ella en
el registro correspondiente. La serán aplicables todas las disposiciones que se refieren a la hipoteca, con la
excepción de que esta garantía puede constituirse por el término de cuarenta (40) anos. La inscripción que se
haga en el registro pertinente surte sus efectos por igual término.
290. EL FIDUCIARIO
a) Concepto
El fiduciario es el banco con el que la sociedad emisora debe celebrar un contrato de fideicomiso para poder
emitir los debentures. La ley no aclara ni precisa qué tipo de banco puede ser, si "comercial", "de inversión" o
"hipotecario", si público o privado. Pero la ley 21.526 que rige la actividad de las entidades financieras autoriza
a los bancos comerciales y a los de inversión a realizar estas operaciones (arts. 21 y 22, inc. g), sean personas
privadas o públicas (oriciales o mixtas, de la Nación, de las provincias o municipalidades).
Esta exigencia de que el "fiduciario" sea un banco rige sólo durante el período de emisión y suscripción de los
debentures. Posteriormente, la asamblea de debenturistas puede designar a cualquier persona, siempre que no
esté afectada por las causales de inhabilidad e incompatibilidad previstas en la ley (arts. 341 y 342). Pueden ser
uno o varios los fiduciarios.
b) Naturaleza y funciones
La naturaleza jurídica del fiduciario se deriva de las "funciones" que le adjudica la ley. De allí se
desprende que el fiduciario que es siempre el facultado a realizar un encargo de confianza, es en este caso
un mandatario, representante legal de los debenturistas, que tiene todas las facultades y deberes de los mandata
nos generales y de loS especiales de los incisos 1 y 3 del artículo 1881 del Código Civil4 (art. 344, L.S.).
La ley adjudica las siguientes funciones:
1) gestionar las suscripciones, esto es la colocación de los debentures;
2) controlar las integraciones de las suscripciones y sus depósito, cuando corresponda;
3) representar a los suscriptores y futuros debenturistas;
4) defender los derechos e intereses de los debenturistas hasta su cancelación total; (art. 338);
5) Examinar los estados contables de los dos últimos ejercicios de la sociedad emisora, las deudas con privilegio
que tiene la emisora, monto de debentures emitidos con anterioridad, características y cumplimiento (art. 339) y
los datos contenidos en el "prospecto" en caso de suscripción pública (art. 340);
6) revisar la documentación y contabilidad de la sociedad deudora, asistir a las reuniones de directorio y a
las asambleas con voz y sin voto y pedir la suspensión del directorio, en los casos de debentures con
garantía flotante o común (art. 345);
7) ejecutar la garantía en el caso de debentures con garantía especial (art. 345, infine);
8) administrar con la más amplias facultades la sociedad deudora, inclusive de enajenar bienes (art.
347);
9) asumir la liquidación de la sociedad deudora, silos debenturistas lo hubieran resuelto (art. 347); y
10) actuar como liquidador en caso de quiebra de la sociedad deudora, en caso de garantía común o
flotante, junto al sindico designado (art. 351).
Art. 342. - Inhabilidades e incompatibilidades. No pueden ser fiduciarios los directores, integrantes del consejo de vigilancia, sindicos o
empleados de la sociedad emisora, ni quienes no puedan ser directores, integrantes del consejo de vigilancia o síndicos de sociedades anónimas.
Tampoco podrán serlo los accionistas que posean la vigésima parte o más del capital social.
Ya vimos que fiduciario debe ser un banco en la primera etapa y que después de la suscripción la asamblea de
debenturistas puede nombrar cualquier persona. Pero la ley ha establecido inhabilidades e incompatibilidades
para desempeñarse como fiduciario.
No pueden serlo los directores, miembros del consejo de vigilancia, síndicos o empleados de la sociedad
emisora. Tampoco aquellas personas que tienen prohibido desempeñarse como "directores" o síndicos de
sociedades anónimas, es decir los comprendidos en las causales de inhabilidad e incompatibilidad prescriptas
en los artículos 264 y 286 de la Ley de Sociedades comerciales. La ley prohíbe ser fiduciario también a los
accionistas que posean la vigésima parte o más del capital social de la sociedad emisora.
Art. 343. - Emisión poara consolidar pasivo. Cuando la emisión se haga consolidar deudas sociales, el fiduciario autorizará la entrega de los
títulos previa comprobación del cumplimiento de la operación.
Art. 344. - Facultades del fiduciario como representante. El fiduciario tiene como representante legal de los debenturistas, todas las facultades y
deberes de los mandatarios generales y de los especiales de los incisos 1º y 3º del artículo 1581 del Código Civil.
Art. 345. - Facultades del fiduciario respecto de la sociedad deudora. El fiduciario en los casos de debentures con garantía común o con garantía
flotante, tiene siempre las siguientes facultades:
1º Revisar la documentación y contabilidad de la sociedad deudora;
2º Asistir a las reuniones del directorio y de las asambleas con voz y sin voto
3º Pedir la suspensión del directorio;
a) Cuando no hayan sido pagados los intereses o amortizaciones del préstamo después de treinta (30) días de vencidos los plazos convenidos;
b) Cuando la sociedad deudora haya perdido la cuarta (1/4) parte del activo existente al día del contrato de erntsión;
c) Cuando se produzca la disolución forzosa o la quiebra de la sociedad.
Si se trata de debentures ernitidos con garantía especial las facultades del fiduciario se limitan a ejecutar la
garantía en caso de mora en el pago de los intereses o de la amortización.
Art. 346.- Suspensión del directorio. En los casos del inciso 3' del artículo anterior, el juez, a pedido del fiduciario y sin más trámite dispondrá
la suspensión del directorio y nombrará en su reemplazo al o a los fiduciarios, quienes recibirán la administración y los bienes sociales bajo
inventario.
Art. 347. - Adrninistración o liquidación de la sociedad deudora por el fiduciario. El fiduciario pueda continuar el giro de los negocios de la
sociedad deudora sin intervención judicial y con las más amplias facultades de administración, incluso la de enajenar bienes muebles o
inmuebles o realizar la liquidación de la sociedad, de acuerdo con lo que resuelva la asamblea de debenturistas que se convocará al efecto.
Art. 348. - Con garantía flotante: facultades del fiduciario en caso de liquidación. Si los debentures se emitieron con garantía flotante, resuelta la
liquidación, el fiduciario procederá a realizar los bienes que constituyen la garantía y a repartir su producido entre los debenturistas, luego de
pagados los crédi tos con mejor privilegio.
Satisfecha la deuda por capital e intereses, el remanente de los bienes deberá entregarse a la sociedad deudora, y a falta de quien tenga
personería para recibirlos, el juez designará a petición del fiduciario la persona que los recibirá.
Facultades en caso de asumir la administración.
Si se resolviera a continuación de los negocios, los fondos disponibles se destinarán al pago de Iso créditos pendientes y de los interese y
amortizaciones de los debentures. Regularizados los servicios de los debentures, la administración se restituirá a quienes corresponda.
Art. 349.- Con garantía común: facultades del fiduciario en caso de liquidación. Si los debentures se emitieron con garantía común y existieren
otros acreedores, resulta la liquidación, el fiduciario procederá a realizarla judicialmente en la forma de concurso de acuerdo con lo dispuesto
por la ley de quiebras.
Será el sindico y el liquidador necesario y podrá actuar por medio de apoderado.
Art. 350. - Acción de nulidad. El directorio suspendido puede promover juicio en el término de diez (10) días de notificado, para probar la
inexactitud de los fundamentos alegados por el fiductano.
Promovida la acción, no podrá resolverse la liquidación hasta que no exista sentencia firme; entre tanto el fiduciario debe limitarse a los actos
de conservación y administración ordinaria de los bienes de la sociedad deudora.
Art. 351.- Quiebra de la sociedad. Si la sociedad que hubiere emitido debentures con garantía flotante o común fuere declarada en quiebra, el
fiduciario será liquidador coadyuvante necesario de la misma.
Son atribuciones del fiduciario, en orden a su importancia, las siguientes:
Art. 359. - El fiduciario no contrae responsabilidad personal, salvo dolo o culpa grave en el desempeño de sus funciones.
El fiduciario asume responsabilidades emergentes de sus importantes funciones, si actúa con dolo o
culpa grave.
Es responsable de la exactitud de los datos contenidos en el prospecto que debe elaborarse en caso de
suscripción pública.
Así como es competencia de la asamblea de debenturistas el nombramiento (art. 354) del fiduciario,
10 es también la re-moción. Para ello no necesita la existencia de causa justificativa alguna. En
cambio, el debenturista individual sólo podrá pedir la remoción judicialmente invocando una causal
válida.
Art. 337. - Emisión en series. La emisión puede dividirse en series. Los derechos serán iguales dentro de cada
sene.
No pueden emitirse nuevas series mientras las anteriores no estén totalmente suscriptas.
Cualquier debenturista puede pedir la nulidad de la emisión hecha en contra de lo dispuesto en este artículo.
Se aplican subsidiariamente las disposiciones relativas al régimen de las acciones en cuanto no sean incompatibles con su
naturaleza.
La norma de referencia determina que a estos títulos se les aplican las disposiciones relativas al régimen
de las acciones, y hemos visto ya que el artículo 226 prescribe que "las normas sobre títulos valores se
aplican..." a ellas. De modo que los debentures son títulos valores, a los que cabe aplicarles, supleto-
riamente, las reglas del Decreto Ley 5965/63.
b) Títulos (Arts. 335 y 336)
Art. 335 - Títulos de igual valor. Los títulos de debentures deben ser de igual valor y pueden representar más de una obligación.
Forma.
Pueden ser al portador o nominativos; en este caso endosables o no. La transmisión de los títulos nomiriativos y
de los derechos reales que lo graven debe notificarse a la sociedad por escrito e inscnbirse en un hbro de
rqgistro que deberá llevar al efecto la sociedad deudora. Surte efecto contra la sociedad y los terceros desde su
notificación. Tratándose de títulos endosables se notificará el último endoso.
Art. 336. Contenido. Los títulos deben contener:
1º La denominación y domicilio de la sociedad y los datos de su inscripción en el Registro Público de Comercio;
:10 El número de la serie y de orden de cada título y su valor nominal;
30 El monto de la emisión;
40 La naturaleza de la garantía, y si son convertibles en acciones;
50 El nombre de la institución o instituciones fiduciarias;
60 La fecha del acta de emisión y de su inanpción en el Registro Público de Comercio;
7º El interés estipulado, la época y lugar de pago, y la forma y época de su amortización.
Cupones.
Pueden llevar adheridos cupones para el cobro de los intereses o el ejercicio de otros derechos vinculados a los
mismos. Los cupones serán al portador.
Los títulos de debentures deben ser de igual valor y pueden representar más de una obligación.
Pueden ser al portador o nominativos y, en este último caso, endosables o no.
Los títulos deben contener:
1) denominación, domicilio y datos de inscripción de la sociedad deudora;
2) número de la serie y orden de cada título y su valor nominal;
3) el monto total de la emisión;
4) el tipo de garantía y si son convertibles en acciones;
5) el nombre del fiduciario;
6) la fecha del acta de emisión de los debentures y su mscripción en el Registro Público de Comercio;
y
7) el interés pactado, la época y lugar de pago; y la forma y época de amortización de los debentures.
Los títulos pueden llevar adheridos "cupones" que serán al portador, para el cobro de los intereses.
c) Transmisión
Los debentures al portador se transmiten por la simple entrega. Los nominativos endosables, por
endoso, que se notificará a la sociedad emisora. Los nominativos no endosables, por comunicación
escrita que debe hacerse a la sociedad emisora, y su posterior inscripción en un libro especial que debe
llevar la misma.
d) Emisión
Los debentures pueden emitirse divididos en series. Dentro de cada serie los derechos que
confieren los debentures deben ser iguales. No pueden emitir nuevas series mientras las
anteriores no estén totalmente suscriptas.
Art. 352. - Caducidad de plazo por disolución de la deudora. En todos los casos en que ocurra la disolución de la
sociedad deudora, antes de vencidos los plazos convenidos para el pago de los debentures, éstos serán exigibles
desde el día que se hubiere resuelto la disolución y tendrán derecho a su reembolso inmediato y al pago de los
intereses vencidos.
El debenturista tiene una serie de derechos que nacen de su condición y cuyo ejercicio puede ser
individual o bien en asamblea, es decir en el conjunto de los debenturistas, o en su caso por intermedio
de su mandatario legal, el fiduciario.
Jndiviuualmente los debenturistas tienen derecho a:
1) pedir la nulidad de la nueva emisión de debentures hecha sin que se hayan suscripto
íntegramente las series anteriores (art. 337);
2) peair judicialmente la remoción del fiduciario, con justa causa (art. 353); y
3) impugnar las resoluciones de la asamblea de debenturistas, cuando ellas sean violatorias de la ley
o el contrato de emisión, aplicándose las reglas de los artículos 251 a 254; (art. 355).
El cinco por ciento de los debenturistas, o más, pueden peticionar a la autoridad de control o al juez, la
convocatoria de la asamblea de debenturistas (art. 354, tercer párr.).
El derecho patrimonial más importante es el pago del capital y de sus intereses, en el tiempo
correspondiente pactado.
En caso de disolución de la sociedad deudora, el debenturista tiene derecho a su pago desde el día en
que se resolvió la disolución, caducando los plazos previstos. Igualmente le deben ser pagados hasta
esa fecha los intereses vencidos.
Competencia.
Corresponde a la asamblea remover, aceptar renuncias, designar fiduciarios y demás asuntos que le competa
decidir de acuerdo con lo dispuesto en esta sección.
Convocación.
Será convocada por la atttoridad de contralor o en su defecto por el juex, a solicitud de algunos de los fiduciarios
o de un número de tenedores que representen por lo menos el cinco por ciento (5%) de los debentures
adeudados.
Modificaciones de la emisión.
La asamblea puede aceptar modificaciones de las condiciones del empréstito, con las mayorías exigidas para las asambleas extraordinarias en la
sociedad anónima.
No se podrán alterar las condiciones fundamentales de la emisión, salvo que hubiere unanimidad.
Art. 355. - Obligatoriedad de las deliberaciones. Las resoluciones de la asamblea de debenturistas son obligatorias para los ausentes o
disidentes.
Impugnación.
Cualquier debenturista o fiduciario puede impugnar los acuerdos que no se tomen conforme a la ley o el contrato aplicándose lo dispuesto en los
artículos 251 a 254.
Competencia.
Conocerá en la impugnación el juex competente del domicilio de la so ciedad.
La asamblea es convocada por la autoridad de control o por el juez, a pedido de un fiduciario o de un grupo
de debenturistas, como se expresa anteriormente.
La asamblea es presid¿t:la por un fiduciario y se rige en cuanto a su constitución, funcionamiento y
mayorías por las reglas de la asamblea ordinaria de la anónima.
La asamblea tiene competencia para resolver sobre los siguientes puntos:
1) la remoción sin causa del fiduciario;
2) aceptar la renuncia de un fiduciario;
3) designar fiduciarios;
4) aceptar modtflcaciones de las condiciones del préstamo, exigiéndose en este caso la aprobación de las
mayorías requeridas para las asambleas extraordinarias en la sociedad anónima (mayoría absoluta de votos
presentes). La modificación de las "condiciones fundamentales" requiere unanimidad;
5) resolver la disolución de la sociedad deudora y realizar la liquidación posterior por el
fiduciario. La liquidación deberá ser judicial si los debentures se emitieron con garantía común y existieran
otros acreedores;
6) pedir la quiebra de la sociedad deudora, si se dieran las causales previstas en la Ley de
Concursos para ello. El fiduciario
será liquidador coadyuvante silos debentures fueran con garantía común o flotante;
7) prestar aprobación a la fusión o esdsión de la sociedad deudora (art. 330); y
8) prestar aprobación a la emisión de más debentures, si los debentures fueran con garantía.
b) Partes
Son partes del contrato, la sociedad emisora y un banco. La presencia de un banco es condición indispensable en
la primera etapa.
d) Inscripción
Debe ser inscripto en el Registro Público de Comercio.
e) Contenido
El contrato debe contener:
1) La denominación, domicilio y datos de inscripción de la sociedad emisora;
2) el monto del capital suscripto e integrado de la sociedad emisora, a la fecha del contrato;
3) el importe de la emisión (total), las garantías, intereses, las amortizaciones, lugar y época de los pagos, y las
demás condiciones del empréstito;
4) los derechos y obligaciones de los suscriptores;
5) designación del banco fiduciario, la aceptación de éste y una declaración de haber examinado los libros y
estados contables de la sociedad emisora; de los debentures emitidos con anterioridad, sus características y las
amortizaciones cumplidas;
6) las obligaciones del fiduciario de gestionar las suscripciones, controlar su integración y su depósito si así se
pactare;
7) la retribución del fiduciario; y
8) las limitaciones sobre disponibilidad de bienes o administración de los mismos, para la sociedad emisora.
Responsabilidad
Los directores, síndicos y fiduciarios son solidariamente responsables por la exactitud de los datos contenidos en el prospecto.
Si se va a recurrir a la suscripción pública el banco fiduciario debe preparar los contratos de suscripción en la
forma prescripta para la suscripción pública de acciones (art. 172).
La sociedad emisora deberá preparar un prospecto que contendrá los datos referidos en el contenido de los
títulos, actividad de la sociedad emisora y su evolución, nombre de los directores y síndicos, el resultado de los
dos últimos ejercicios, salvo que la sociedad tuviere una antiguedad menor; y la transcripción del balance
especial a la fecha de autorización de la emisión (por la asamblea extraordinaria de la sociedad emisora).
El contrato de fideicomiso, o de emisión, deberá ser sometido a la aprobación de la autoridad de control y luego
inscripto en el Registro Público de Comercio.
En principio la sociedad conserva la disposición y administración de sus bienes. El contrato de emisión puede
limitar o excluir esas facultades respecto de ciertos bienes.
Pero, en el caso de incumplimiento de la sociedad deudora en cuanto al pago de los intereses o amortizaciones;
pérdida de la cuarta parte del activo; cese de su actividad; liquidación forzosa o quiebra; el fiduciario puede pedir
la suspensión del directorio, como ya hemos visto.
Vimos que el contrato de emisión puede limitar la disposición de determinados bienes en tal supuesto dicha
limitación debe inscribirse en el registro correspondiente.
Si los debentures son con garantía especial, se habrán afectado entonces determinados bienes susceptibles de ser
hipotecados y debe inscribirse la garantía en el registro respectivo.
En el caso de emitirse debentures "convertibles" debe otorgarse a los accionistas el derecho de suscripción
preferente.
Pero, además, cabe tener presente las múltiples situaciones que ya hemos descripto y de las que se desprenden
serias restricciones a los derechos del accionista en caso de incumplimiento de la sociedad deudora.
La sociedad que emite debentures no puede, en principio, alterar su capital. Sólo podrá reducirlo en proporción a
los debentures reembolsados, salvo los supuestos de reducción forzosa.
La sociedad que emite debentures no puede recibirlos en garantía, porque de hecho estaría recibiendo
documentos que prueban deudas de la sociedad. La prohibición es similar y tiene igual fundamento que la
consagrada en el artículo 222 respecto a la de recibir sus propias acciones en garantía.
Esta disposición regula los debentures emitidos por sociedades constituidas en el extranjero con garantías sobre
bienes situados en el país. Exige como condición de validez la inscripción del contrato de emisión de debentures
en los registros que correspondan conforme la naturaleza de los bienes gravados. No cumplida esta exigencia,
las garantías no surtirán efecto alguno en el país.
2% BIS. DE LAS OBLIGACIONES NEGOCIABLES6
a) Concepto
Las obligaciones negociables son títulos valores emitidos en serie, por una compañía o ente autorizado,
representativos de un empréstito a corto, mediano o largo plazo, comúnmente al
b) Caracteres
Las características más importantes de estos papeles,son:
1) Son títulos valores, en el sentido que los hemos definido precedentemente, es decir documentos que
llevan incorporados un derecho de crédito contra la emisora y otorgan en favor de su tenedor un derecho
literal (porque los derechos reconocidos son los expresados en el mismo documento) y autónomo (en el
sentido que tal derecho es independiente de la causa que dio origen a su adquisición).
2) Son títulos emitidos en serie o en masa, es decir en cantidades, que pueden dividirse en clases y a su
vez cada clase en series.
3) Generalmente se emiten al portador de modo de facilitar su transferibilidad y de no individualizar a los
distintos tenedores. Con ello se facilita su negociación y se le confiere mayor liquidez.
4) Confieren el derecho a una renta a su tenedor, en moneda nacional o extranjera, fija o variable. Por eso se les
denomina títulos de renta, para distinguirlos de otros, como las acciones, que confieren un derecho a dividendos,
siempre que haya utilidades sociales a distribuir.
5) Pueden otorgar, además, el derecho a su conversión en acciones, lo que resultará de las condiciones de cada
emisión.
6) Pueden llevar garantías adicionales, como ser hipotecarias o flotantes (sobre todos los derechos y bienes de la
emisora) o de terceros, comúnmente de bancos u otras entidades financieras.
7) Son representativas de un préstamo a mediano o largo plazo, sin perjuicio de que también puedan
emitirse al corto plazo (commercial papers).
8) Se trata de un préstamo con pluralidad de prestamistas, que son los tenedores de las obligaciones.
c) Derechos de los obligacionistas
Los obligacionistas tienen derecho a que la emisora les pague la renta comprometida a la fecha de su
vencimiento.
Asimismo tienen derecho al reembolso del capital, en la moneda de pago y en las fechas comprometidas.
Los obligacionistas tienen derecho a solicitar la convocatoria a la asamblea en los casos en que no la convoque el
directorio o síndico de la emisora. La puede pedir el fiduciario, en su caso, u obligacionistas que representen el
cinco por ciento del monto de la emisión (art. 14, ley 23.576).
d) Emisores
Pueden emitir obligaciones negociables (ON) las sociedades que se indican en los puntos siguientes (art. 1º, Jey
23.576, modif. ley 23.962):
1) Las sociedades por acciones, es decir las sociedades anónimas; las en comandita por acciones y las sociedades
de economía mixta ( Dto. ley 15.349/46, ratificado por ley 12.962).
2) Las sociedades cooperativas, regidas por la ley 20.337.
3) Las asociaciones civiles, es decir las asociaciones sin fines de lucro que tienen por objeto realizar
actividades religiosas, políticas, sociales, científicas, deportivas,etc.
4) Las sucursales de las sociedades por acciones constituidas en el extranjero que hayan cumplido las exigencias
del artículo 118 de la ley 19.550. Nada impide que sociedades constituidas en el extranjero puedan emitir estos
títulos y cotizarlos en el país ya que así lo admiten las Normas de la Comisión Nacional de Valores (art. 5Q de
las Normas; Resolución General 214 de la Comisión Nacional de Valores).
5) Cuando los títulos sean obligaciones negociables convertibles, los entes autorizados son sólo las sociedades
por acciones.
f) Garantías
Además de comprometer su responsabilidad patrimonial para el pago del empréstito contraído, el emisor
puede otorgar al tenedor de los títulos seguridades adicionales por medio de la constitución de garantías reales
que otorgan privilegios especiales sobre ciertos bienes (garantía flotante o especial) o que suman al propio
patrimonio la responsabilidad de un tercero constituyendo garantías personales - aval o fianza - (art. 3º, ley
23.576, modif. por ley 23.962).
La calidad de la garantía, es importante para facilitar la colocación del título y disminuir su riesgo crediticio (tasa
de interés). Es entonces un elemento esencial que debe considerar el inversor, y por ello debe ser adecuadamente
explicitado en las condiciones de emisión (art. 10 de la ley), en el mismo título (art. 7Q de la ley); y en el
documento básico a través del cual se realiza la oferta pública : el "prospecto" (Anexo II, A , inc. g, de las
Normas de la CNV, según Res. Gral. 131/89).
Pueden consistir en hipotecas sobre bienes inmuebles determinados (garantías especiales); garantía de todos los
bienes y derechos de la emisora (garantía flotante); avales o fianzas de entidades financieras comprendidas en la
ley 21.526 o de otros terceros.
La garantía flotante es la que se constituye sobre todos o parte de los derechos y bienes muebles o inmuebles,
presentes o futuros, de la emisora (art. 327, ley 19.550).
La garantía flotante es exigible en los siguientes casos:
1) si la emisora no paga los intereses o amortizaciones del préstamo en el plazo convenido;
2) si pierde la cuarta parte o más de su activo existente al día del contrato de emisión;
3) si incurre en disolución voluntaria, forzosa, o quiebra o cesa en el giro de sus negocios (art. 328, ley 19.550).
La emisora conserva su poder de administración y disposición sobre los bienes y derechos afectados a la garantía
flotante, mientras no incurra en alguna de las causales que hagan exigible la garantía o voluntariamente se
limiten sus facultades en el contrato de emisión (art. 329, ley 19.550).
La garantía especial es la de hipoteca sobre bienes inmuebles determinados únicamente. Es decir se excluyen las
hipotecas sobre buques o aeronaves porque ellas se consideran realizadas con garantía flotante (art. 326 , 2º
párrafo, ley 19.550).
No se requiere instrumento público y la hipoteca se puede constituir en forma unilateral, sin exigirse la aceptación
del acreedor (art. 3º, 2º párr., ley 23.576)
También su cancelación se hará por declaración unilateral del emisor, salvo que actuara un fiduciario (art. 3º, ley
23.576).
A efectos de evitar problemas se somete la cancelación de la hipoteca al requisito de la certificación contable de
la amortización o rescate total de los títulos emitidos o conformidad unánime de los obligacionistas.
En el caso de obligaciones negociables autorizadas a colocar mediante el procedimiento de la oferta pública (en
Mercados de Valores) la cancelación requerirá la conformidad previa de la Comisión Nacional de Valores.
Estos títulos pueden también ser garantizados por fianzas o avales constituidos por terceros, previéndose de
modo especial la actuación como garantes de las entidades financieras. A tal efecto se aplican las normas
comunes de estas garantías personales.
Lo usual es que la garantía personal sea otorgada por entidades financieras por medio de un contrato de fianza
donde se regula las condiciones de la garantía, la existencia de contragarantías por parte de la emisora a la
entidad garante, las cláusulas de rescisión de la garantía y una comisión por el crédito de firma.
También se admite la garantía de aval, por la cual la entidad financiera firmará los títulos cartulares como
"avalista",
contrayendo de esa forma una obligación directa y principal de pago. Si se tratara de obligaciones escriturales la
garantía de aval se deberá instrumentar por separado. El aval puede ser total o parcial, es decir por una parte de
la emisión.
La garantía personal puede ser constituida por más de una entidad financiera. En tal caso el alcance de la
garantía respecto de los obligacionistas dependerá de la naturaleza de ésta, es decir si es solidaria o
mancomunada.
Se puede constituir cualquier tipo de garantía en seguridad de las obligaciones que asume el emisor mediante
estos títulos.
Las emisoras de ON podrán garantizar el pago de las mismas mediante la afectación de carteras variables o fijas
de créditos o conjuntos variables o fijos de activos análogos u homogéneos entre sí, constituyendo un derecho de
prenda a favor de los obligacionistas.
h) Publicación de un aviso
En los casos de emisión de obligaciones negociables la emisora deberá elaborar un aviso y cumplir los recaudos
que se
enuncian seguidamente (art. 10, ley 23.576, modif. por ley 23.962, artículo IQ).
Se publicará en el Boletín Oficial por un (1) día. Quedará constancia del contenido del mismo en el organismo
de control respectivo y se debe inscribir en el Registro Público de Comercio.
Debe contener los siguientes datos:
1) Fecha de las asambleas y reunión del órgano de administración en su caso, en que se haya decidido
el empréstito y sus condiciones de emisión;
2) La denominación de la emisora, domicilio, fecha y lugar de constitución, duración y los datos de su
inscripción en el Registro Público de Comercio u organismo correspondiente;
3) El objeto social y la actividad principal desarrollada a la época de la emisión;
4) El capital social y el patrimonio neto de la emisora;
5) El monto del empréstito y la moneda en que se emite;
6) El monto de las obligaciones negociables o debentures emitidos con anterioridad, así como el de las deudas
con privilegios o garantías que la emisora tenga contraídas al tiempo de la emisión;
7) La naturaleza de la garantía;
8) Las condiciones de amortización;
9) La fórmula de actualización del capital en su caso, tipo y época del pago del interés;
10) Si fuesen convertibles en acciones la fórmula de conversión, así como las de reajuste en los supuestos de los
artículos 23, inciso b), 25 y 26 de la ley y la parte pertinente de las decisiones de los órganos de gobierno y de
administración en su caso, referentes a la emisión (art. 10, ley 23.576, texto según ley 23.962, artículo 1º).
i) Obligaciones convertibles
La sociedad emisora al conferir ese derecho a los tenedores de obligaciones negociables, contrae el compromiso
irrevocable de entregar acciones a cambio de obligaciones a los tenedores que ejerciten el derecho de opción, en
la proporción resultante del "valor de conversión" fijado.
Para los obligacionistas se trata de un derecho, de una facultad que les concede el emisor, que podrán
utilizar o no, de acuerdo a su conveniencia y dentro del plazo fijado para eHo o
en cualquier momento antes de su vencimiento, si no se hubiera fijado plazo.
La conversión otorga a estos títulos de renta la posibilidad de transformarse en títulos de participación en las
ganancias de la empresa. De este modo se confiere contractualmente al inversor la posibilidad de transformar
este título de renta en acciones de la emisora y modificar así su status jurídico, que de obligacionista se
convertirá en accionista con todos los derechos y las facultades que caracterizan esta nueva situación.
La conversión tiene por objeto hacer aún más interesantes las obligaciones negociables al otorgar al inversor el
derecho de poder optar en el futuro por transformar las mismas en acciones de la sociedad emisora. De modo que
si por efecto de las sumas ingresadas y su correcta inversión la sociedad mejora sus perspectivas futuras puede
ocurrir que el obligacionista se sienta tentado a obtener ganancias aún más importantes que la renta que confiere
la obligación.
El obligacionista aspira a que el valor de mercado de las acciones sea superior al que resulta del "valor de
conversión" de sus obligaciones.
Los obligacionistas tienen derecho a ejercer la conversión anticipada en ciertos casos contemplados en la ley
23.576 y que se enuncian en los puntos siguientes:
1) Cuando la sociedad emisora prorrogue el contrato social o lo reconduzca, salvo si la emisora hace oferta
pública de sus acciones (art. 15, último párr., ley 23.576);
2) Cuando la sociedad emisora mude su domicilio al exterior o cambie de modo fundamental su objeto
social (art. 15, último párr., ley 23.576);
3) Cuando la sociedad emisora se transformara en otra (cambie su tipo social); y
4) En todos los casos en que ocurra la disolución de la sociedad deudora antes de vencidos los plazos
convenidos para la conversión de las obligaciones (art. 19, ley 23.576).
j) Contrato de fideicomiso
Es el convenio entre la emtsora y una entidad financiera o firma intermediadora en la oferta pública de títulos
valores por el cual dicha entidad asume la representación de todos los obligacionistas (art. 13, ley 23.576).
La emisora puede celebrar con una institución financiera o firma intermediaria en la oferta pública de
valores mobiliarios un convenio por el que ésta tome a su cargo la defensa de los derechos e intereses
que colectivamente correspondan a los obligacionistas durante la vigencia del empréstito y hasta su
cancelación total (art. 13, ler. párr., ley 23.576).
El contrato se puede instrumentar por escritura pública o por instrumento privado. En este último caso es
recomendable que las firmas sean certificadas por Escribano Público.
El contrato deberá contener:
1) Las menciones del artículo 10;
2) Las facultades y obligaciones del representante;
3) Su declaración de haber verificado la exactitud de los datos mencionados en el acto de emisión;
4) Su retribución, que estará a cargo de la emisora.
El banco o entidad intermediadora actúa como representante de los obligacionistas (inversores) y toma a su
cargo la defensa de sus derechos e intereses colectivos hasta la cancelación del préstamo.
Por ello le incumbe verificar la exactitud de los datos que contiene el aviso de emisión de obligaciones y todos
aquellos donde se afecte un interés colectivo y se requiera la decisión de la asamblea de obligacionistas, como
por ejemplo: retiro de la oferta pública o cotización (art. 15 de la ley ); suspensión o limitación del derecho de
suscripción preferente de los tenedores de obligaciones convertibles (art. 24); los actos societarios que afecten el
derecho de conversión (arts. 26 y 27), etcétera.
k) Asamblea de obligacionistas
Los obligacionistas se reunirán en asamblea para tratar asuntos que requieren de su conformidad en los casos que
se mencionan en el artículo 14 de la ley 23.576.
La asamblea de obligacionistas será convocada por el órgano de administración o, en su defecto, por la
sindicatura o consejo de vigilancia de la sociedad, cuando lo juzguen necesario o fuera requerida por el
representante de los obligacionistas o por un número de éstos que represente, por lo menos, el cinco por ciento
(5%) del monto de la emisión.
En este último supuesto, la petición indicará los temas a tratar y la asamblea deberá ser convocada para que se
celebre
dentro de los cuarenta (40) días de recibida la solicitud de los obligacionistas.
Si el órgano de administración, sindicatura o consejo de vigilancia omitieran hacerla, la convocatoria podrá ser
efectuada por la autoridad de control o por el juez.
La asamblea de obligacionistas puede reunirse para tratar temas de interés común de los inversionistas. Por
ejemplo:
nombrar y remover el fiduciario y aceptar su renuncia;
- recibir informes del fiduciario;
- tratar aspectos vinculados con el cumplimiento de las obligaciones de la emisora;
- el retiro de la oferta pública de las obligaciones, o de su cotización, o de las acciones, cuando fueren
convertibles;
- considerar propuestas de modificaciones en las condiciones del préstamo; etcétera.
1) Transmisión
La transmisión de las obligaciones negociables nominativas o escriturales y de los derechos reales que las graven
se debe
notificar por escrito a la emisora o entidad que lleve el registro e inscribirse en el libro o cuenta
pertinente. Surte efecto contra la
emisora y los terceros desde su inscripción.
En el caso de obligaciones negociables escriturales, la emisora o entidad que lleve el registro cursará
aviso al titular de la cuenta en la que efectúe un débito por transmisión de obligaciones o constitución de
gravámenes sobre ellas, dentro de los diez (10) días de haberse inscrito, en el domicilio que se haya constituido.
En las sociedades cooperativas o asociaciones sujetas al régimen de la oferta pública, la autoridad de control podrá
regl amentar otros medios de información a los obligacionistas (ley 23.576, artículo 32).
Pueden realizar oferta pública de ON simples, no convertibles en acciones, en las siguientes condiciones:
1) El patrimonio neto de la emisora debe ser inferior a la suma de diez millones de pesos;
2) los ingresos por ventas de bienes y servicios resultantes del último ejercicio económico no podrán
superar los veinte millones de pesos;
3) elmonto total de la emisión no podrá ser superior a la suma de cinco millones de pesos;
4) no podrán realizar nuevas emisiones mientras la anterior no haya sido totalmente cancelada (RO
216 del 23-VII-92).
Las pequeñas y medianas empresas, definidas en los términos de la Resolución Ministerial M.E. 401
del 23 de noviembre de 1989 y sus modificatorias, que soliciten su registro ante la CNV en los
términos del Decreto 1087 del 24 de mayo de 1993, tienen establecido un régimen de autorización
automático cumplimentando los recaudos establecidos en la Res. Gral. 235 de la Comisión Nacional
de Valores, con la particularidad de que tales títulos sólo pueden ser adquiridos por inversores
"califica-dos". La emisión no superará los $ 5.000.000 (cinco millones) y no requiere calificación de
riesgo.
n) Régimen impositivo
Las obligaciones negociables tienen establecido un tratamiento impositivo especial.
1) Impuesto de sellos: están exentos de este impuesto los actos, contratos y operaciones, incluyendo las
entregas y las recepciones de dinero, relacionados con la emisión, suscripción, colocación y transferencia de las
obligaciones negociables (art. 35, ley 23.576, modif. ley 23.962).
Esta exención alcanza además a todo tipo de garantías personales o reales, constituidas a favor de los inversores
o de terceros que garanticen la emisión, sean anteriores, simultáneos o posteriores a la misma.
Asimismo están exentos del impuesto de sellos los aumentos de capital que correspondan por las
emisiones de acciones a entregar por conversión de las obligaciones a que alude el párrafo precedente.
El Poder Ejecutivo invitará a las provincias a otorgar iguales exenciones en el ámbito de sus
jurisdicciones.
2) Otros impuestos: Son objeto de tratamiento impositivo especial las obligaciones negociables que
cumplan los requisitos que se enuncian seguidamente (arts. 36 y 36 bis, ley 23.576, modif. por ley 23.962).
- Se trate de emisiones de obligaciones negociables que sean colocadas por oferta pública, contando para
ello con la respectiva autorización de la Comisión Nacional de Valores.
- La emisora garantice la aplicación de los fondos a obtener mediante la colocación de las obligaciones
negociables, a inversiones en activos físicos situados en el país, integración de capital de trabajo en el país o
refinanciación de pasivos, a la integración de aportes de capital en sociedades controladas o vinculadas
a la sociedad emisora.
- La emisora debe acreditar ante la Comisión Nacional de Valores, en el tiempo, forma y condiciones que
ésta determine, que los fondos obtenidos fueron invertidos de acuerdo al plan aprobado.
- Cuando la emisora sea una entidad financiera regida por la ley 21.526 y sus modificaciones, podrá
además destinar dichos fondos al otorgamiento de préstamos, conforme las reglamentaciones que a ese efecto
dicte el Banco Central de la República Argentina.
2.1. Impuesto al valor agregado: quedan exentos del impuesto las operaciones financieras y prestaciones
relativas a la emisión, suscripción, colocación, transferencia, amortización, intereses y cancelaciones de las
obligaciones negociables y sus garantias.
2.2. Impuesto a la transferencia de tftulos: La transferencia de obligaciones negociables está exenta del impuesto
sobre la transferencia de títulos valores, siempre que la misma se efectúe en los mercados abierto y/O bursátil.
2.3. Impuesto a las ganancias: Los resultados provenientes de la compraventa, cambio, permuta, conversión
y disposición de obligaciones negociables quedan exentos del impuesto a las ganancias. Si se tratara de
beneficiarios del exterior comprendidos en su título V, no regirá lo dispuesto en el artículo 21 de la misma ley, y
en el artículo 104 de la ley 11.683 (texto ordenado en 1979).
Quedan excluidas de la exención anterior las sociedades de capital, otras sociedades y las empresas
unipersonales (art. 4º, decreto 1076 del 30-VI-92).
Quedan exentos del impuesto a las ganancias los intereses, actualizaciones y ajustes de capital que perciban los
obligacionistas.
Quedan excluidas de la exención anterior las sociedades de capital, otras sociedades y las empresas
unipersonales (art. 4º, decreto 1076-92) a partir de la publicación en el Boletín Oficial de dicho decreto (2-VII-
92).
Si se tratara de beneficiarios del exterior, comprendidos en su título V, no regirá lo dispuesto en el artículo 21 de
la misma ley, y en el artículo 104 de la ley 11.683 (texto ordenado en 1978). En el caso de emisiones que no
cumplen con algunos de los requisitos del artículo 36 y sean colocadas en el exterior, corresponderá retener
sobre los intereses pagados a los beneficiarios del exterior (el 30% sobre la renta neta presunta que es
del 40%, lo que hace una tasa efectiva del 12% sobre los intereses).
3) &ención para la sociedad emisora: La sociedad emisora podrá deducir en el impuesto a las ganancias
en cada ejercicio la totalidad de intereses y actualizaciones devengados por la obtención de los fondos
provenientes de la colocación de las obligaciones negociables que cuenten con autorización de la Comisión
Nacional de Valores para su oferta pública. Asimismo, serán deducibles los gastos y descuentos de emisión y
colocación.
Los commercial papeis son títulos de corto plazo emitidos por sociedades que requieren financiar sus actividades
comerciales. Se rigen por las normas de la Resolución General 188 de la Comisión Nacional de Valores.
En los mercados de capitales desarrollados los emisores son por lo general industrias y corporaciones de primer
nivel, que libran estos títulos en la forma de papeles al portador y que generalmente son vendidos a descuento a
los inversores institucionales u otras corporaciones, en forma directa o a través de dealers especializados en
commercial papers.
El plazo de maduración de estos títulos es de treinta a doscientos setenta días, siendo la mayoría de ellos un
papel de entre treinta y cuarenta y cinco días. Si bien no todos prevén una cláusula automática de rollove,; es
decir de renovación, donde nuevos títulos pueden ser emitidos para remplazar a aquellos ya emitidos.
Por lo general, los commercial papers son usados para financiar capital de trabajo. Las compañías los emiten
como una
alternativa de menor costo que el del endeudamiento bancario o como forma complementaria de
aquél. Las corporaciones financieras también consideran a esta alternativa como una forma de
diversificar sus fuentes de recursos.
La ventaja principal de estos papeles es que sus costos financieros asociados pueden llegar a ser
sustancialmente menores al costo del financiamiento bancario.
El proceso de emisión de estos títulos es también mucho más simple que el de un bono de mediano o
largo plazo.
Para dotar a estos instrumentos de una mayor liquidez y seguridad, las compañías que lo emiten lo
hacen a través de un banco, quién se encarga de comercializarlo en forma primaria y luego trata de
darle liquidez en el mercado secundario. Para esto, el banco suele obligarse por medio de una cláusula de re-
compra, para el caso de que el tenedor no esté dispuesto a mantener el título hasta el vencimiento del
plazo de amortización.
Con la sanción del Decreto 2284/91, que introdujo en su artículo 79, segundo párrafo, la eliminación de las
exigencias de plazos mínimos de amortización fijadas en el artículo 36 de la ley 23.576 (modificado por la ley
23.962), se abrió la posibilidad de emitir estos títulos como obligaciones negociables de corto plazo con costos
impositivos adecuados.
La CNV reglamentó por Resolución General 188/91 la emisión de estos títulos de deuda de corto plazo,
estableciendo los requisitos aplicables.
El procedimiento de autorización es similar al establecido para las obligaciones negociables en las Normas
(Res. Gral. 110, 131 y 215, y artículo 19, ley 17.811), teniendo las sociedades sujetas al régimen de
oferta pública la opción del procedimiento abreviado de la Resolución General 184. También es similar para las
sociedades que ingresan al régimen, las que deben cumplir los requisitos establecidos en el artículo 8º y
concordantes de las Normas de la CNV. En el caso de títulos a cotizar en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires,
se aplica el Convenio aprobado por Resolución General 215.
La norma sin embargo prevee la posibilidad de emisión de estos títulos como un instrumento distinto al regulado
por la ley de obligaciones negociables. En estos casos, la emisión no requiere de una decisión asamblearia,
aunque tampoco contarán con los beneficios impositivos previstos en la ley. Todo esto nos
sugiere que sólo serán emitidas obligaciones negociables de corto plazo.
Los títulos deben en todos los casos tener un plazo mínimo de amortización de 90 días (art. 1º, Res. Gral. 188,
3er. párr.).
La autorización puede solicitarse por un monto global y emitirse en distintas series parciales, comunicando a la
C.N.V. la modalidad a adoptarse en la colocación de los títulos valores.
Las emisiones parciales deberán tener la misma naturaleza de los autorizados, teniendo plazos de
vencimiento y tasas de interés acordes a los límites fijados por la decisión societaria correspondiente.
En caso de optarse por la emisión y colocación de las series parciales, éstas deben realizarse dentro de los doce
meses de otorgada la autorización de oferta pública.
CAPÍTULO XIX
DE LAS SOCIEDADES EN COMANDITA POR ACCIONES
297. ANTECEDENTES
Esta sociedad representa una evolución de la sociedad en comandita simple que hemos estudiado, con el
complemento, subyugante para muchos, del "anonimato" en la participación accionaria. Como en
aquella sociedad, predomina la figura de los socios colectivos, dirigentes de la empresa, representantes de la
sociedad y responsables sin limitación por las obligaciones sociales, pero su organización es predominantemente
capitalista, contando con órganos similares a los de la sociedad anónima.
Señala Brunetti que la discusión sobre la naturaleza jurídica de esta sociedad tuvo gran interés en Alemania,
donde se ha afirmado que la sociedad es un producto de la mezcla de la comandita simple y la anónima y que
por ello constituye una figura jurídica propia que no es un subtipo de una ni de otra1.
Esa concepción es plenamente válida entre nosotros, en especial teniendo en cuenta la adopción por nuestra Ley
de Sociedades comerciales del principio de "tipicidad".
Se cita como antecedente de este tipo social a la commenda pues existía allí un socio representante, responsable
en forma ilimitada y otros socios ocultos" que participaban en el capital con "cuotas" que podían transferirse2.
En Francia se permitió en 1807 la constitución de estas sociedades con toda libertad sin necesidad de
autorización gubernamental. Esto determinó su proliferación. Pero al modificarse
2 BRUNETTI, Op. cit., T. II, pág. 3, nro. 373, ZAvALA RODRÍGUEZ, Código...,
Coincidimos con Raúl Aníbal Etcheverry en el sentido que esta sociedad no es una "pequeña anónima"
sino una sociedad distinta, y estimamos injustificada la aplicación de normas de la anónima, en general,
como supletorias, como lo hacía el artículo 381 del Código de Comercio. La L.S. ha atemperado esa aplica-
ción supletoria, como veremos más adelante al prever en el artículo 324 la aplicación también de las normas de
la sociedad en comandita simple.
Dijimos antes que en Alemania se presentó una amplia discusión sobre la naturaleza jurídica de este tipo social,
que señala Brunetti.
Respecto de la opinión de Brunetti, no coincidimos con Farina que cita a aquél autor italiano como partidario de
la tesis de que estamos en presencia de una sociedad por acciones, ya que en su obra que hemos citado
reiteradamente en este trabajo, si bien hace la afirmación que cita Farina, lo hace previo reconocer que "Como en
el esquema de la sociedad en comandita simple, predomiiia la figura de los socios colectivos, dirigentes de la
empresa, representantes de la sociedad y responsables sin limitaciones por sus obligaciones...". Después agrega
que "...la organización de la sociedad es netamente capitalista..."4.
Siendo así, lo que Brunetti pone de resalto es el carácter mixto de este tipo social y la gran importancia de los
socios comanditados.
Expresa Garrigues (Curso de Derecho Mercanti4 T. II, pág. 85) que la sociedad comanditaria por acciones es
un tipo mixto
3 ETCHEVERRY, Raúl Aníbal, Sociedades en Coma"diia por Acciones, Cangallo, Buenos Aires, 1973, pág. 149.
4 FARINA, op. cit., pág. 434, nro. 647.
entre la sociedad anónima y la sociedad en comandita simple. Que en el derecho español es una modificación de
la sociedad en comandita producida por el hecho de estar dividido en acciones el capital de los socios
comanditarios. Que en todo lo demás, rigen las disposiciones sobre la sociedad en comandita simple, porque
el Código de Comercio se abstiene de dictar disposiciones especiales para esta forma de sociedad ya que
solamente se limita a reconocer la posibilidad de su existencia. Que como en la comandita simple, en la
comandita por acciones ha de haber por lo menos un socio que responda ilimitadamente (socio colectivo).
Que los otros socios (comanditarios accionistas) no responden inmediatamente frente a los acreedores
sociales, limitando su deber de aportación al importe de las acciones sus-criptas, como en la sociedad
anónima.
Como este tema de la naturaleza jurídica de este tipo social nos servirá para resolver una serie de
problemas que se presentan en ella, consideramos de gravitante importancia analizarlo acabadamente.
La L.S. no dice en ninguna parte que este tipo social sea una "sociedad por acciones". Cuando la caracteriza en
el artículo 315 destaca en forma bien precisa que se trata de un tipo social, con dos categorias de socios
cuya responsabilidad es diferente y cuyos derechos de administración y de figurar en la razón social, son
también distintos, como se completa en los artículos 317 y 318. Y si bien el artículo 316 prescribe que "están
sujetas a las normas de la sociedad anónima..." ello es en tanto no contradiga una disposición contraria de esta
sección... Y en el artículo 324 se dice que, "supletoriamente, y sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 315 y
316, se aplican a esta sección las normas de la sección II", es decir las reglas de la sociedad en comandita
simple.
De modo que concluimos que en la L.S. este tipo social es claramente un "tipo mixto" y no podía ser de otra
forma. Es "de capital" solamente en la parte correspondiente al socio o a los socios comanditarios, por lo que
todas las referencias y remisiones que efectúa la ley a las sociedades "por acciones" deben intemretarse con este
criterio. Lo que no está en dudas es que a los efectos de su constitución y fi¿ncionamiento y especialmente a todo
lo que se refiere a la fiscalización y control estatal la sociedad está obligada a cumplir las reglas de la
anónima, por ser las más exigentes y para evitar los "abusos" a que había dado lugar
una deficiente regulación de este tipo social en el Código de Comercio, como se señala en la
Exposición de Motivos (sección VII, punto 1, segundo párrafo).
Pero en cuanto a las relaciones "internas", a la aplicación de las reglas sobre socios,
aportes, acefalía en la administración, y otras, son aplicables supletoriamente las normas
de la sociedad en comandita simple y debe tenerse muy en cuenta la doble categoría de
socios existentes.
Esta sociedad se caracteriza por tener dos categorías de socios, al igual que la
comandita simple:
a) socios comanditados o colectivos, cuyo nombre puede figurar en la razón social, que pueden
administrar y responden subsidiariamente por las obligaciones sociales en forma personal, solidaria e
ilimitada; y
b) socios comanditarios, que tienen prohibición de figurar en la razón social y de
administrar y que sólo responden por el capital suscripto.
b) Sociedad del artículo 381: cuando los accionistas fueran diez por lo menos y
representaren mayor capital en acciones que el de los socios solidarios, se le aplicaban las
reglas de la anónima. Por lo tanto, requerían de la autorización estatal previa para
funcionar que prescribía el artículo 318 del Código de Comercio.
Este sistema dual fue eliminado por ley 19.550, regulando a este tipo social en forma
uniforme. Ahora no se exige que sean diez por lo menos los accionistas ni que el capital
comanditario sea mayor que el comanditado. Ahora todas las comanditas por acciones
están sometidas en cuanto a su constitución y funcionamiento a las reglas de la anónima.
De modo que para su constitución deben observar los mismos recaudos, especialmente los
formales: 1) escritura pública; 2) publicación del extracto del contrato social en el Boletín
oficial por un día (ley 21.357) y 3) mscrzpción de la sociedad en el Registro Público de
Comercio y en el Registro Nacional de Sociedades por Acciones.
La L.S. nada dice respecto si la sociedad debe constituir-se en "acto único" o puede,
como la anónima, constituirse por el procedimiento de suscripción pública, como lo prevé
el artículo 165.
Para la remoción del administrador se aplican las reglas comunes que ya vimos para
la sociedad colectiva (art. 129).
Cuando la administración quedara acéfala, debe ser reorganizada dentro del plazo de
tres meses.
En tal supuesto el sindico debe nombrar un administrador provisorio por ese plazo.
Este administrador provisorio debe aclarar su condición frente a la actuación con terceros
y en tales supuestos no asumirá responsabilidades subsidiarias como el so-
5
cio comanditado.
Art. 322. - Prohibiciones a los socios administradores. El socio administrador tiene voz pero no voto, y es nula cualquier cláusula en contrario en los
siguientes asuntos:
1º Elección y remoción del síndico;
2º Aprobación de la gestión de los administradores y síndicos o la deliberación sobre su responsabilidad;
3º La remoción prevista en el artículo 319.
5
OTAEGUI destaca la innecesariedad de la obligación de "aclarar" su condición por parte del administrador provisorio, dado que su
nombramiento debe inscribirse en el Registro Público de Comercio (art. 60, L.S.). Señala además la imperfección de la redacción de la norma:
op. cit., pág. 362, nro. 79.
estuviese fraccionada en acciones, dividiéndola por el valor dado a cada una de éstas.
En las asambleas el socio administrador tiene voz pero no voto cuando se considere algunos de estos
asuntos:
a) elección y remoción del síndico;
b) aprobación de su gestión o de la del síndico o cuando se delibere sobre su responsabilidad; y
c) si se considera su remoción.
306. SIND¡CATURA
La ley declara aplicables a esta sociedad las normas de la sociedad anónima, de modo que, en
principio, cuenta con un órgano de control, que es la sindicatura.
Pero ante la reforma producida por la ley 22.903 que introdujo la posibilidad que la anónima "cerrada"
carezca de sindicatura, habría de concluir afirmando que similares razones a las expuestas para
justificar tal cambio se aplican, y con creces, en este tipo social, generalmente familiar. De modo que
estimamos que en esta sociedad también la sindicatura será optativa, salvo que por su capital o
actividad deba considerársela incluida en el artículo 299. De esta forma entendemos armonizar el
criterio de la reforma con razones prácticas que militan coincidentemente.
De todos modos en las sociedades que ya funcionaban bajo ese tipo social, con anterioridad a la
sanción de la ley 22.903, deben contar con este órgano de control al que le son aplicables todas las
disposiciones que ya analizamos para la anónima.
La partedel socio o de los socios comanditados es una parte de interés. La cesión de la parte social del
socio comanditado debe ser aprobada por la asamblea de socios, aplicándose las reglas del artículo
244 sobre modificaciones sociales, en cuanto a quórum y mayorías.
308. NORMAS SUPLETORIAS (Art. 324)
Art. 324. Supletoriamente y sin perjuicio de 10 dispuesto en los artículos 315 y 316, se aplican a esta sección las normas de la sección II.
La regia es que se aplican a este tipo social las normas sobre la anónima; pero, sin perjuicio de ello,
supletoriamente se aplicarán las reglas de la sociedad en comandita simple. De esta forma la ley pone
en evidencia el carácter mixto de esta sociedad que ya señalamos anteriormente.
Aplicando esas normas cabe tener presente las siguientes posibilidades:
a) Sociedad entre cónyuges: El artículo 27 L.S. expresa en su primer párrafo que "Los esposos pueden
integrar entre sí sociedades por acciones y de responsabilidad limitada". A' fundar esta norma, la
Exposición de Motivos dice en la sección V, punto 1:
"...El artículo 27 soluciona, por supuesto que sólo para el ámbito mercantil, el problema de las
sociedades entre esposos permitiendo entre ellos solamente la constitución de sociedades de respon-
sabilidad limitada y por acciones. No escapa a la Comisión lo delicado el problema y de la solución
adoptada. Prescindiendo de si la normativa de la sociedad conyugal en el Código Civil importa o no
una prohibición de que los esposos constituyan sociedad comercial, la Comisión consideró
incompatible la existencia de dos regímenes económicos entre esposos cuando uno de ellos era el
resultante de la constitución de sociedades mercantiles de tipo personalista (arts. 125, 134 y 144), en la
que la responsabilidad de los socios luce ilimitada y solidaria, situación ésta que sólo se da en la
sociedad civil si así se hubiera pactado (art. 1747, Cód. Civ.). Por razonamiento inverso se consideró
que en las sociedades con responsabilidad limitada no mediaban los inconvenientes antes señalados, y
que además, en ellas, la estructuración de los órganos disminuye la posible incidencia de factores que
puedan alterar el normal desarrollo de las relaciones matrimoniales..." (la bastardilla es nuestra).
De lo expuesto surge evidente que lo que llevó a consagrar la solución del artículo 27 es el tema de la
responsabilidad y que la sociedad entre esposos es viable en sociedades con responsabilidad limitada
de los socios, es decir cuando ella no afectará el resto del "patrimonio familiar y personal" de los
cónyuges.
La sociedad en comandita por acciones es una sociedad mixta, no es una sociedad de "capitales pura",
o sociedad por
"acciones pura". De modo que en este tipo social que venimos analizando, resulta a nuestro modo
de entender muy claro que los esposos sólo pueden revestir el carac ter de socios comanditarios, no
pudiendo asumir el rol de socios solidarios. No empece a tal conclusión la letra del artículo 27 L.S.
autorizando la integración entre sí de sociedades por acciones, porque la comandita por acciones es tal
solamente en la parte correspondiente a la categoría de los socios comanditarios6.
b) Sociedad constituida por otras sociedades: Cualquier sociedad comercial, e inclusive una civil,
puede ser socia de una sociedad de este tipo social. A' respecto recordamos que el artículo 30 L.S.
limita a estas sociedades y a las anónimas su derecho a formar parte de otras sociedades, disponiendo
que sólo pueden formar parte de "sociedades por acciones . De modo que una anónima u otra en
comandita por acciones podría formar parte de esta sociedad, pero sólo en el carácter de socia co-
manditaria. La conclusión es obvia, porque esta sociedad es "por acciones" sólo en la parte
comanditaria, como lo hemos señala-
7
do supra, al considerar el tema de la sociedad entre cónyuges.
c) Socios menores de edad: El artículo 28 L.S. que ya hemos analizado en el capítulo VI, número 63,
prescribe que los menores deben ser socios con responsabilidad limitada, de modo que sólo pueden
formar parte de esta sociedad como socios "comanditarios".
d) Aportes de los socios: A' respecto el artículo 39 L.S. prescribe que en las sociedades de
responsabilidad limitada y "por acciones" el aporte debe ser de bienes determinados, susceptibles de
ejecución forzada". Siendo esta sociedad de tipo "mixto", como la hemos caracterizado, y "por
acciones" sólo en la parte correspondiente al capital comanditario, concluimos que esa limitación que
establece el artículo 39 sólo es aplicable al capital "comanditario". De modo que para los aportes
correspondientes al socio o a los socios "comanditados" no rige tal restricción8.
por acciones integrada entre los esposos, únicamente, asumiendo uno de ellos el rol de socio "comanditado", si bien advierte que la mtio legis
del artículo 27, L.S. expuesta por sus autores en la Exposición de Motivos, resulta claramente contraria (FAItINA, op. cit., pág. 444, nro. 661).
7 CIr. FARINA, op. cit., pág. 445, nro. 662; en contra ARECHA y GARCIA CUERvA, Sociedades Comerciales, Depalma, Buenos
Aires, 1973, pág. 35.
8 En contra FARINA, op. cit., pág. 451, nro. 668.
CAPÍTULO XX
LAS AGRUPACIONES ENTRE SOCIEDADES Y EMPRESAS
A) IA FENOMENOLOGIA DE LOS GRUPOS DE SOCIEDADES YDE EMPRESAS
El gran desarrollo económico del capitalismo ha sido el factor determinante del proceso de
concentración de empresas. Mediante fusiones y absorciones (que son también una forma de fusión,
pero la más "típicamente" concentracionista) han crecido "verticalmente" las grandes empresas y
desaparecido las más pequeñas. Pero las grandes empresas que siempre tienen la forma jurídica de
sociedádes anónimas, amplían su acción hacia otras empresas tomando participación accionaria de
ellas, y conforme sea el grado de tal participación será también la influencia que dicha sociedad ejerza
sobre la otra. Cuando adquieren participación decisiva ejercen una influencia dominante o direc-
tamente el control de la otra sociedad.
Cuando a través de participaciones se obtiene el dominio de una industria, estamos en presencia de un
trust
Otras veces, el dominio de sectores de la economía se logra mediante acuerdos o ententes entre
empresas no subordinadas, y tienen por finalidad "eliminar" o "reducir" la competencia:
son los cartels.
Estas agrupaciones son una consecuencia del desenvolvimiento de la economía contemporánea y
existen en todos los países desarrollados.
La necesidad de aumentar la producción, abaratar los costos, desarrollar la tecnificación y
la conveniencia del autofinanciamiento han sido la causa y justificativos de este proceso de
concentración.
Este proceso adquirió características singulares en los Estados Unidos de Norteamérica, donde los
trusts y cartels dominaban ya a fines del siglo pasado vastos sectores industriales, monopolizando
actividades y eludiendo las reglas de la competencia, sino eliminándola, directamente. Para
combatirlos se sancionó la Shennan Act en 1890.
Fue entonces que muchos trusts y cartels, tomaron la forma de holdings. Allí una sociedad que no
es un banco, va a ser creada con el objeto de ser la tenedora de las acciones que confieren el poder de
decisión en todo un grupo de sociedades. Es decir, con un objeto eminentemente financiero y que por
vía de "participaciones" domina a un grupo de sociedades. La sociedad "holding" tiene por único fin
imponer al conjunto una unidad de decisión y crear una relación de "control" sobre todo el "grupo". La
sociedad holding es la sociedad "madre" (matriz) y las otras son sociedades "hijas" (filiales).
En los Estados Unidos de Norteamérica muchos trusts y cartels asumieron la forma de holdings,
que no eran combatidos, por lo que fue necesario dictar una nueva ley, la Clayton Act de 1914, que
reprimió a estos grupos de sociedades cuando importaban un "monopolio" o estaban orientados a
evitar la libre concurrencia.
Pero mientras no constituyeran una organización destinada a impedir la libre competencia, las
sociedades holdings continuaron siendo lícitas y se difundieron como el instrumento ideal para obtener
una forma de control estable sobre el grupo.
Adoptaron así estas sociedades las más diversas formas de participación accionaria: forma
"piramidal", "radial", "circular". La forma piramidal se da cuando la sociedad madre con una
participación mayoritaria controla dos o más sociedades "hijas"; y a través de estas hijas otras
sociedades más, llamadas sociedades "nietas" y así sucesivamente.
La "radial" se da en el caso de una sociedad madre que "irradia" su participación en otras
sociedades que no están ligadas entre sí.
Y la estructura "circular" pura es una serie de sociedades que participan una en otra, asociándose
como las cuentas de un collar, donde el aporte de la sociedad matriz es ficticio, ya que lasociedad
madre obliga a participar en su capital a la última de las controladas.
A su vez estas distintas formas de sociedades holdings pueden combinarse logrando sistemas de
control perfecto con muy poco capital.
Pero este no es el único método o mecanismo de agrupación ni la única forma de imponer unidad
de decisión a un grupo de empresas.
Un estudioso de estos temas de "concentración" de empresas, Claude Champaud, ha descripto los
distintos métodos de agrupación, la forma jurídica que revisten, finalidades que persiguen y los
problemas que plantean1.
Vamos a seguir en el desarrollo de este punto al autor citado, quien nos ha suministrado en sus
estudios una visión completa de esta fenomenología.
Todos estos procedimientos persiguen una sola finalidad:
crear una unidad de decisión, capaz de aumentar el poder de las empresas agrupadas.
Por ello el estudio de este tema de "agrupación" de empresas comprende todas las técnicas jurídicas
capaces de vincular económicamente a dos o más sociedades.
Champaud2 expresa que para advertir cuando estamos en presencia de una estructura juridica de
concentración debemos considerar dos factores:
1) la unidad de decisión económica, que resulta de esa estructura;
2) el control que establece sobre los patrimonios de las empresas agrupadas.
La unidad de decisión requiere de una organización y ella debe ser consecuencia de una técnica
jurídica precisa, elaborada y estable.
El control patrimonial es el resultado de la unidad de decisión. Se lo define, según dicho autor, como "un
señorío oRganiL1 CHAMPAUD, Claude, "Los métodos de agrupación de sociedades", en
R.D.C.o., 1969, págs. 117y sigs.
2
ldem.
zado por medio del derecho, que transfiere a los detentadores del control prerrogativas sobre los bienes
del patrimonio controlado que, por su naturaleza, son poderes del propietario" De modo que el
"control" es un medio de ejercer o conservar la unidad de decisión.
El mencionado autor distingue entre: 1) agrupaciones con estructura societaria; y II) agrupaciones con
estructura contractual.
1) En las agrupaciones con estructura societaria, a su vez, distingue: A) los grupos de sociedades,
donde la unidad de decisión se funda sobre la dependencia; y B) la sociedad de sociedades, donde la
unidad de decisión se funda en la colaboración.
A) Dentro de los grupos de sociedades incluye:
1. El grupo industrial, compuesto por empresas con actividades económicas idénticas, conexas o
complementarias, sometidas a una dirección económica única;
2. Los grupos financieros, aparecen dirigidos por una sociedad cuyo objeto es puramente financiero
y que gracias a sus participaciones, controla a las sociedades que componen el grupo. Esa sociedad que
"comanda" el grupo puede ser un banco de inversión o una sociedad holding, cuya actividad está
concentrada íntegramente en el ejercicio del control del grupo; y
3. El grupo personal que es un conjunto de sociedades cuya unidad de decisión resulta de una
comunidad de dirigentes. Carece de consistencia jurídica.
B) Sociedad de sociedades: también conocidas como filial común, que se aplica a las sociedades
cuyas acciones son poseí-das en su mayoría por sociedades que pertenecen al mismo grupo, y están
sometidas a la autoridad económica de una sola sociedad directriz.
Otra variante sería una sociedad cuyas acciones están en su mayoría en poder de sociedades
independientes entre sí y cuyo control se ejerce colectivamente por las sociedades participantes.
Este segundo grupo tiene por finalidad organizar una colaboración entre las sociedades participantes,
permitiéndoles elaborar en su seno una política económica común e imponérsela recíprocamente por su
intermedio.
Champaud analiza los problemas jurídicos que resultan de la actividad de las agrupaciones de estructura
societaria, distinguiendo entre los probemas que afectan a quienes tienen derechos sobre el patrimonio de
cualquiera de las sociedades del
grupo; y los problemas que hacen a la protección de los intereses públicos.
En cuanto a la protección de los intereses privadas, ellos están referidos a los intereses de los
suministradores de fondos (accionistas de las sociedades integrantes del grupo); los acreedores
sociales y los empleados de las empresas agrupadas.
Los accionistas enfrentan como principal problema el del "deslizamiento" de beneficios o del activo
social de una sociedad a otra. Los beneficios o pérdidas se imputarán a la sociedad que elija la
sociedad directriz a voluntad, y las ganancias se acumularán en aquella sociedad que prosperará
gracias al aporte de los capitales creados por sus "sociedades hermanas".
Frente a estos problemas la legislación y jurisprudencia francesa, dice el autor citado, han opuesto
como remedios:
- una mayor información del accionista de la sociedad integrante de un grupo;
- obligación de presentar balances consolidados;
- la publicidad de los contratos entre sociedades del grupo, que es resistida por chocar con el "secreto de
los negocios".
Se trata de remedios parciales e insuficientes.
Los acreedores de las sociedades agrupadas corren similares riesgos que los accionistas. Pero aquí la
jurisprudencia francesa ha aplicado la extensión de la quiebra a la controlante o bien ha hecho
responsable pecuniariamente al socio mayoritario, o áquien controlaba de hecho la sociedad.
También tienen interés jurídico en establecer judicialmente la unidad económica del grupo los
trabajadores de las sociedades agrupadas.
En cuanto a la protección de los intereses generales y del orden público, expresa dicho autor que
mientras en algunos casos el Estado alienta esas agrupaciones, en cuanto puedan favorecer su
competitividad internacional; también desconfía de ellas en cuanto puedan resultar un vehículo de
penetración de capitales extranjeros y de empresas extranjeras.
Esta dicotomía en la actitud del Estado se advierte por ejemplo en la legislación fiscal, pues mientras
se alientan las fusiones no se olvidan los peligros de fraude.
II) Las agrupaciones con estructura contractual regulan relaciones de colaboración entre
sociedades independientes, distinguiéndose:
A) Los contratos de unión, entre los que destaca 1) las agrupaciones temporarias; 2) los acuerdos
de colaboración y 3) los ententes y acuerdos de no-concurrencia.
B) Los contratos de integración, que crean situaciones de desigualdad jurídica, situaciones de
subordinación y dependencia.
Dentro de este grupo distingue:
1) los contratos de subempresa integrada; y
2) los contratos de distribución integrada.
Se ha dicho que la noción de "control" es una de las más difíciles de precisar. Ferro AstraY en
recordada monografía expresaba al respecto que en términos generales y en el sentido que a nosotros
interesa, una empresa debe reputarse sometida a control cuando alguien (persona fisica, sociedaD
grupo, consorcio, sindicato, etc.) está en condiciones de determina,; con caracteres de cierta
continuidad o permanencia, su propia voluntad e imponerle las normas directrices de su gestión.
Brunetti nos expresa que la palabra "control" tiene el significado, preferentemente económico, de señorío, de
dominio de
.4
una empresa de la que otro dispone como de cosa propia.
Se trata entonces de una situación de "dominio" de una empresa sobre otra u otras; o, a la inversa, de
"dependencia" de una empresa respecto de otra u otras.
Pero las formas de control son tan sutiles que a veces no se manifiestan en una situación de "dominio"
o "dependencia" de una empresa respecto de otra. A veces se recurre a personas "intermedias" -
sociedades o personas físicas-; o se ejerce por intermedio de "administradores" comunes; u otros
medios. De allí que se hable de control interno, cuando el dominio se ejerce desde "adentro" de la
misma sociedad, generalmente por medio
3 FERRO ASTRAY, José A., Ermpresas Controladas, Monogmifas fundicas, Abeledo-Perrot, 1%1, pág. 13.
4 BRUNETTI, op. cit., T. JI, pág. 182, nro. 451.
del poder que otorga una mayoría accionaria o una mayoría de 'votos" que permite imponer la
voluntad en las asambleas sociales. El control externo en cambio es el que se ejerce "desde afuera" de
la sociedad y los medios de dominio pueden ser de lo más variado. También se habla de control de
hecho, cuando mediante relaciones contractuales entre empresas una está en condiciones de imponer
su voluntad a la otra. Y control de derecho cuando se puede imponer la voluntad en las asambleas,
coincidiendo con el concepto de control "interno" antes citado.
Estas situaciones generan problemas jurídicos como el de responsabilidad o comunicación de
responsabihdad entre sociedades dependientes y dominantes; entre "filiales" y "matrices", por lo que
las obligaciones de las empresas subordinadas pueden transferirse a la sociedad dominante, ya que
aquélla es una mera ficción, una prolongación de ésta.
Los autores y las legislaciones han tratado de precisar el concepto de control y su alcance, las distintas
formas o medios que puede revestir, la forma en que se ejerce, para concluir reglamentando las
relaciones entre las distintas empresas del grupo
Las más modernas legislaciones se han ocupado de regular este fenómeno, habiendo comenzado tal
movimiento con la ley alemana de 1937 mejorada y completada en 1965; la ley italiana de 1942; la ley
brasileña de 1976; etcétera.
Pero tal movimiento legislativo había comenzado mucho antes.
a) La ley alemana de 1965: El derecho extranjero ha reglado esta materia de diversas formas. La ley
alemana de 1965 es quizá la que con más precisión ha legislado sobre el particular. El artículo 15
establece el concepto de empresas vinculadas, distinguiendo cuatro tipos de vinculación: empresas con
participación mayoritaria de otra o en otra empresa (art. 16); empresas
Ver también DE ROIMISER, Mónica G. C., en la Moderna Regulación de los Gmpos de Sociedades, Depalma, 1977; Semón, Juan M.,
Nuevo Den'cho Accionario y de "Konzern" de Alema"'ia, Ley de 1%5; ALEGRk, Héctor, "Algunas reflexiones sobre los conceptos de
sociedad controlante, sociedad controlada y situación de control", en R.D.C.O., 1977, págs. 301, y sigs.
dependientes y dominantes (art. 17); empresas de Konzern (art. 18); y empresas de participación mutua
(art. 19). Y en cuanto a los "contratos de empresa", enumera las posibles formas contractuales de tal
vinculación, que ya hemos citado anteriormente. El control puede ejercerse para esta ley, no sólo por
el sistema de participación, sino de cualquier "otro modo", que produzca la consecuencia referida y
que revele la influencia dominante de una sociedad por otra ejercida en forma directa o indirecta.
Es de señalar que la legislación alemana ha tenido presente una situación de hecho existente, cual es
que por lo menos el 70% de las sociedades anónimas alemanas está ligada entre sí
6
en forma de Konzern, u otra clase de vinculación de empresas.
La ley facilita así el sistema de vinculación de empresas, pero sujetas a una estricta reglamentación,
como lo veremos seguidamente.
"La vinculación de empresas, a pesar de sus peligros e inconvenientes, contribuye en gran medida a
una mayor racionalización, al aseguramiento de la provisión de materias primas y de la venta de
productos manufacturados, a la división y reparto de tareas, intercambio de experiencias e inventos,
unificación de la propaganda, exclusión de la competencia entre las empresas respectivas, etcétera" 7.
Situación, ésta, que auspicia la ley alemana, pero tomando todos los recaudos para evitar actos de fraude en
perjuicio de los accionistas y de los acreedores de las sociedades vinculadas. La ley quiere evitar que la situación
económica de la sociedad dependiente sea socavada y que su patrimonio, evidenciado por los balances, sea
disminuido en perjuicio de sus accionistas y acreedores.
La ley establece las siguientes medidas de "regulación":
1) Obligación de comunicar formalmente una participación mayor del 25% de una empresa en otra. La
comunicación se hará a la otra empresa por escrito a la mayor brevedad (art. 20).
2) Tratándose de situaciones de dominación y dependencia (contratos de predominio), o de traspaso de utilidades
(contrato de entrega de beneficios), se prevé su formalización mediante contrato escrito (arts. 291 y 292).
6 SEMÓN, Juan M., Nuevo Den'cho Accionario y de 'Konzem" de Alemania. de 1%5, Cangallo, 1%9, págs. 58 y sigs.
SEMÓN, op. cit., pág. 60.
3) El contrato debe ser aprobado por la asamblea general de la sociedad dominada (art. 293).
4) El contrato debe ser inscripto en el Registro de Comercio, y tiene validez desde su inscripción
(art. 294). El Registro dispone luego su publicación. Su modificación requiere también el
consentimiento de la junta general (art. 295). El contrato de unión de empresas sólo podrá ser
denunciado al término del ejercicio social, y en todo caso al vencer el plazo convenido. La
terminación se formalizará por escrito, y no puede dársele fecha retroactiva (art. 296).
5) El contrato de unión de empresas puede ser resuelto por jústa causa, sin esperar el vencimiento
del plazo de duración. Existirá justa causa cuando se presuma que la otra parte no podrá cumplir sus
obligaciones.
Los administradores de la sociedad podrán resolver un contrato sin justa causa solamente cuando los
accionistas a quienes se hubiese prometido una retribución o la adquisición de sus acciones, lo
consientan. La resolución deberá formalizarse por escrito (art. 297).
6) La sociedad dirigente no podrá, sobre la base de un contrato de unión de empresas, dar
instrucciones que conduzcan a la modificación, subsistencia o terminación del contrato (art. 299).
7) Una sociedad puede entregar como máximo por beneficios, el superávit resultante del balance
anual anterior al reparto, deducidas las pérdidas del año anterior y las sumas que haya que pagar por
reservas legales (art. 301).
8) En los contratos de predominio y de entrega total de beneficios, la sociedad dominante estará obligada a
compensar todas las pérdidas de la otra sociedad, producidas durante la vigencia del contrato y no saldadas con
cargo a las reservas libres constituidas durante la duración del contrato (art. 302).
9) Los accionistas disidentes tienen derecho de exigir una justa compensación por todo lo que
dejen de percibir como participantes en el reparto de utilidades de la sociedad dependiente (art. 304).
La compensación puede consistir en pagos periódicos o en dividendos garantidos.
También puede el accionista disidente ejercer el derecho de receso. La contraprestación consistirá en
dinero efectivo o en la entrega de acciones de la sociedad dominante. La ley prevé minuciosamente
cómo se determinará esa contraprestación. En caso de litigio, resuelve la autoridad judicial competente (art.
305).
10) La sociedad dominante, sus órganos y representantes legales, son responsables por la gestión y
por las directivas impartidas a la sociedad dependiente (art. 310). Esta responsabilidad es mayor
cuando no exista un contrato de dominación, y comprende entonces todo el perjuicio sufrido por la
sociedad dominada (art. 317). También en caso de no existir contrato el accionista tiene derecho de
pedir el nombramiento judicial de revisores especiales (art. 315).
11) Los acreedores comunes de cada sociedad tienen derecho a ser garantidos por la otra parte
contratante respecto a los créditos anteriores a la fecha de inscripción de la terminación del contrato en
el Registro. No están asistidos de este derecho los acreedores con privilegio especial. La parte
obligada a prestar la garantía podrá salir fiadora de la otra. Pero en este caso no gozará del beneficio
de excusión (art. 303)8.
Como lo señala Juan M. Semón en su obra ya referida, el objeto principal de esta legislación sobre
vinculación de empresas es la protección de los accionistas minoritarios y de los acreedores9.
b) La legislación italiana (art. 2359, Cód. Civ.), al considerar a la sociedad controlada, establece
que es una sociedad de la cual otra posee un número tal de acciones que le aseguran la mayoría de los
votos en la asamblea ordinaria, o que en virtud de determinados vínculos contractuales se halla bajo la
influencia dominante de otra sociedad. Es decir que prevé no sólo la vinculación por participación
accionaria, sino también aquella derivada de relaciones contractuales.
c) La ley francesa de 1966, en su artículo 354, establece que cuando una sociedad posee más de
la mitad del capital de otra, ésta será considerada como filial de la primera. El artículo 355 prescribe que
cuando una sociedad posee en otra una fracción de capital comprendida entre el 10 y 20%, la primera se
considerará como participante de la segunda.
d) La ley española de 1951, en su artículo 149, expresa: "lo establecido en los artículos anteriores
(respecto de la fusión) no
61, y la traducción de los artículos pertinentes en VELAsco ALONSO, La Ley de Sociedades Anónimas, Anotaciones y Conconlandas,
Barcelona, 1%9, págs. 542y sigs.
9 SEMÓN, op. cit., pág. 61.
afectará a los convenios de sindicación u otras formas de unión de sociedades, en los que éstas continúen
existiendo sin alteración de su personalidad jurídica". Velasco Monso sostiene que la amplitud del término
"unión de sociedades" autoriza a interpretar que se ha querido abarcar todas las posibles formas de
concentración de empresas, lo mismo la concentración "vertical" que la "horizontal"; y tanto la
concentración de base esencialmente "contractual", como la derivada de la participación de una
sociedad en el capital de las otras; y hasta las uniones personales consistentes en la actuación de
administradores comunes10.
e) En Inglaterra, el párrafo 154 de la Companies Act de 1948, que reproduce el 127 de la
Compunies Act de 1929, fija dos criterios para individualizar la existencia de control; o bien la
posibilidad para la presunta controlante de controlar por sí o por sociedad intermediaria la
composición del consejo de administración de otra sociedad, unida a la posesión de por lo menos una
acción de esta última; o bien la posesión por la controlante de la mayoría absoluta de las acciones
ordinarias (equity share) de la otra sociedad11.
f) La legislación brasileña de 1976: de neto corte institucionalista trae una minuciosa regulación
de los grupos de sociedades, relaciones de "control", empresas vinculadas y sobre los consorcios
Se considera sociedad controlada a aquélla en la cual la controlante, en forma directa o mediante otras
sociedades controladas, es titular de los derechos de socio que le aseguren en forma preponderante la
mayoría en las deliberaciones sociales y el poder de elegir la mayoría de los administradores.
Sociedades vinculadas son aquéllas en que una participa en el diez por ciento o más del capital de otra.
Se establece la obligatoriedad de los administradores de la controlante de informar sobre las
inversiones de la sociedad en otras vinculadas y controladas, con especial mención de las mo-
dificaciones en las participaciones ocurridas durante el ejercicio.
Se considera accionista controlante a la persona física o jurídica o al grupo de personas ligadas por
acuerdos de voto o
Hasta la sanción de la Ley de Sociedades comerciales de 1972 no se había regulado en el país sobre
los grupos de sociedades o empresas.
La ley 19.550 reguló sobre limitaciones en las participaciones de una sociedad en otra, sobre
prohibición de participaciones recíprocas y sobre sociedades controladas y vinculadas.
En materia de sociedades controladas adoptó el criterio denominado de "control interno", a través de
"participaciones accionarias". De este forma se parcializaba el enfoque, desdeñándose todas las formas de
control "externo", logrado por los más diversos medios.
Tampoco se consagraban obligaciones a cargo de la sociedad controlante ni se regulaban sus responsabilidades.
A su vez, en la Ley de Concursos, ley 19.551 se previó, en el artículo 165 la extensión de la quiebra a
toda persona, que bajo la apariencia de la actuación de la sociedad fallida, hubiera efectuado actos en su interés
personal y dispuesto de los bienes como propios, en fraude a los acreedores.
La ley 22.903 de reformas a la L.S. modificó el artículo 33, incorporando la noción de "control externo" y
completando así el concepto legal en esta materia.
Además consagró en el artículo 54, reformado, la responsabilidad de la persona controlante (sea
sociedad o persona física) por daño ocurrido a una sociedad por su dolo culpa. Se esta-
'2 Ver un amplio examen de la legislación brasileila en el estudio de Roimiser sobre La Moderna Regulación de los Gr"pos de Sociedades, ya
citado, y KONDER COMPARATO, F., en R.D.C.O., 1978, págs. 871 y sigs.
13 KONDER COMPARATO, Fabio, Evolución de los gmpos de sociedades en
el derecho bmsileño, desde la pnornulgación de la ley de sociedades por acciones de 1976, en R. D.C. O., 1983, págs. 225 y sigs.
blece también la regla de la inoponibilidad de la personalidad jurídica, imputándose la
responsabilidad a la persona controlante cuando la actuación de la sociedad encubra la consecución de
fines extrasocietarios o que fueran un mero recurso para violar la ley, el orden público, la buena fe o
para frustrar derechos de terceros.
También en la modificación a la Ley de Concursos, Ley 22.917, se incorporaron reformas al artículo
165 previendo la extensión de La quiebra a toda persona controlante de la sociedad fallida, cuando ha
desviado indebidamente el interés social de la controlada, sometiéndola a una dirección unificada en
interés de la controlante o del grupo económico del que forma parte. A tal fin se define el concepto de
persona controlante:
a) es aquélla que en forma directa o por intermedio de una sociedad a su vez controlada, posee
participación, por cualquier título, que otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social; y
b) cada una de las personas que, actuando conjuntamente, poseen participación en la proporción indicada en
el párrafo anterior y sean responsables de la conducta de la controlante, ya referida.
El nuevo artículo 165-11 de esa ley, prevé el supuesto de la existencia de un grupo económico,
manifestado por relaciones de control, pero donde no se han dado las características referidas en el
artículo 165, disponiendo en tal supuesto la no extensión de la quiebra de una de las personas del
grupo a las restantes.
14 La ley 21.526 es la vigente ahora (Entidades Financieras), con las modificaciones de la ley 24.144.
Este artículo de la ley 19.550, no modificado por la ley 22.903, contiene tres partes bien diferenciadas:
a) en la primera parte establece la regla general con una importante excepción, del limite de las
participaciones que puede tener una sociedad en otra;
b) la segunda parte consagra otra excepción a la regla primera en cuanto al limite de
participaciones y confiere una facultad discrecional al Poder Ejecutivo Nacional; y
c) la tercera parte determina la obligación de enajenar las participaciones en exceso y la sanción
por su incumplimiento.
Descompuesta en esas partes y separados los distintos tópicos que comprende la regla legal aludida,
podemos sintetizaría así:
a) Sociedades no comprendidas
1) las sociedades con objeto flnanciem o de inversión: estas sociedades quedan excluidas del límite
fijado por la norma en las participaciones entre sociedades. Permite pues la existencia de la típica sociedad
holding, según la hemos conceptualizado anteriormente, siguiendo a Champaud. Estas sociedades pueden tener
todo su capital y reservas invertido en participaciones en otras sociedades;
2) las sociedades compreizdidas en la ley 1&O6J, es decir las entidades reguladas por la Ley de
Entidades Financieras, hoy ley 21.526, esto es, bancos, compañías financieras, sociedades de ahorro y préstamo
para la vivienda y otros inmuebles y cajas de crédito. Esta exclusión tiene como explicación la circunstancia de
que sobre esas entidades existe un control específico en razón de su actividad financiera, a cargo del Banco
Central de la República Argentina con facultades para dictar normas reglamentarias sobre inversiones,
participaciones, inmovilizaciones, etcétera, y su régimen legal está determinado en la Ley de Entidades
Financieras referido; y
3) las sociedades cuya exclusión autorice el Poder Ejecutivo Nacional. esta excepción, totalmente
injustificada, fue criticada por nosotros oportunamentet5 y fue también señalada por el Dr. Halperin, uno de
los autores de la ley'6. Implica conceder al Po-
16
HAI.PERIN, Sociedades Anónimas, cit. pág. 673, nota 27.
der Ejecutivo nacional una facultad discrecional inaceptable en un régimen jurídico republicano.
4) la ley 20.705, sobre sociedades del Estado, ha consagrado en su artículo 2º la no aplicación a
esas sociedades de la regla del artículo 31 citado.
La regla sobre las limitaciones nos debe llevar necesariamente, a precisar el concepto de
"participación". Una sociedad "participa" en otra cuando adquiere parte de su capital, sea en parte de
interés (sociedades colectivas, de capital e industria y en comandita simple), sea en cuotas (sociedades
de responsabilidad limitada) o en acciones (sociedades anónimas y en coman-dita por acciones - parte
comanditaria-).
La norma que comentamos regula el limite de la participación que una sociedad puede tomar o
mantener en otra.
Este límite debe computarse de la siguiente forma:
1) las reservas libres, es decir todas las no afectadas a un destino específico, fijado por la ley (legal) o
estatuto o asamblea (reservas constituidas para una finalidad determinada); más
2) la mitad del capital, haciendo referencia a la "cifra inamovible del pasivo nominal" 17. Recordamos que el
artículo 186, L.S., expresa en su segundo párrafo que "en esta sección - es decir en la sección sobre sociedades
anónimas - capital social y capital suscripto se emplean indistintamente"... Recordemos también que al regular
sobre el balance, el artículo 63 L.S., punto 2), en el pasivo, punto II, se refiere "al capital social". Es a este
"capital" que se refiere el cómputo que venimos analizando; más
3) la mitad de las reservas legales, es decir las reservas que la ley obliga a constituir sobre las utilidades
anuales (art. 70,
L.S.).
Debe enajenar, dentro de los seis meses siguientes a la fecha de aprobación del balance general del
que resulte que el límite ha sido superado, el excedente en su participación. La
17 HALPERlN, idem, pág. 672, nota nro. 26.
regia legal que analizamos expresa que dentro de los diez días de la aprobación de ese balance general
debe ser comunicada a la sociedad en la que se tiene participación. Si existiera más de una sociedad
participada, deben enajenarse las participaciones más recientes, sucesivamente, hasta agotar el
excedente18. Esto debe hacerse dentro del plazo máx¡mo de seis meses, que hemos referido. No se
computará el exceso que resulte del pago de dividendos en acciones o por la capitalización de
reservas.
La pena es la pérdida del derecho de voto y del derecho a las utilidades que correspondan a la
participación excedente, hasta que se cumpla la regia.
Tratándose de sociedades que integran un "grupo" resulta totalmente ineficaz la sanción, que no
consagra responsabilidad de los administradores sociales frente a los accionistas minoritarios de la
sociedad participante y de los acreedores de ella. Porque una participación excesiva puede no
perseguir o constituir una relación de control, siendo inaplicable la regia del artículo 54 y ser consecuencia,
simplemente, de una conducción arbitraria y discrecional.
En este sentido la falta de un control estatal generalizado en las sociedades anónimas, limitado
solamente a un pequeño grupo de éstas (art. 299), y la admisión de la posibilidad de prescindir del
órgano de fiscalización interna (art. 284, último parrafo), torna aún más peligrosa la falta de sanciones
adecuadas.
Las participaciones recíprocas llevan a la confusión de los patrimonios de las sociedades, y permiten
la multiplicación en varias sociedades de un mismo capital, lo que representa un fraude a quienes
contraten con esas sociedades con patrimonios ficticios o aguados. Es por ello que las legislaciones que han
regulado sobre los "grupos de sociedades" las prohíben de modo expreso.
1) Nuestra ley declara nula la constitución de una sociedad por medio de participaciones
recíprocas, aun si para disimular esa participación se utilizara la intervención de una persona interpuesta, sea
ñ's,ica o jurídica.
El ejemplo sería el siguiente: se constituye una sociedad "ALFA", recibiendo aportes de una sociedad ya
existente llamada "BETA"; y, a su vez, ALFA toma participación en BETA. Puede ocurrir que además, se
constituye una tercera sociedad llamada "GAMA", por el mismo procedimiento y así sucesivamente, de modo
que una ulterior sociedad resultaría constituida por capitales que en su mayor parte pertenecerían a otras socie-
dades y, a su vez, los capitales de éstas, estarían totalmente confundidos.
2) También el artículo 32 declara nulo el aumento de capital de una sociedad obtenido por medio de
participaciones recíprocas; es decir mediante el aporte de una sociedad en la cual la receptora ya tenía anterior
participación. Aquí es nulo ese aumento, no la sociedad, y debe procederse a la reducción de ese capital
indebidamente integrado. También la prohibición se extiende al supuesto de intervención de una persona
interpuesta.
3) La sanción debe ser la misma si esas participaciones recíprocas no obedecieran a un aporte para
la constitución de nueva sociedad o si no significaran integración de un "aumento" de capital, sino
simplemente una adquisición de parte del capital de una sociedad a otra, que con anterioridad, ya tenía participa
ción en su capital. Aunque tal adquisición se efectuara en el Mercado de Valores o bo1sa19.
b) Sanción legal
Los fundadores, administradores, directores y síndicos de las sociedades que toman o mantienen
participaciones reciprocas son responsables en forma ilimitada y solidaria por las operaciones sociales de la
sociedad nula y de la que deba entrar en disolución ipso iure.
Asimismo adquieren responsabilidad por los perjuicios que puedan ocasionar a accionistas minoritarios y a
acreedores sociales.
Deberá tenerse presente, además, la tipificación, en su caso, del delito previsto en el artículo 301 del
Código Penal.
Las sociedades controladas, que se definen en el artículo 33, no pueden mantener participación en la sociedad
controlante
Sociedades vinculadas.
Se consideran sociedades vinculadas, a los efectos de la sección IX de este capítulo, cuando una participe en más del diez por ciento del capital
de otra.
La sociedad que participe en más del veinticinco por ciento del capital de otra, deberá comunicárselo a fin de que su próxima asamblea
ordinaria tome c<> nocimiento del hecho.
a) Sociedades controladas
Este artículo fue modificado por la ley 22.903, que incluyó el inciso 2) de la primera
parte;completando adecuadamente el concepto legal de "control".
1) Concepto de controL en la forma que ha quedado ahora redactado el artículo 33 comprende tanto la
noción de control interno como la de control externo, a que hicimos referencia en el punto 311, es
decir el ejercicio mediante participaciones accionarias, de cuotas o partes de interés, que otorgue a una
sociedad los votos necesarios para formar la voluntad social de la otra sociedad; como al supuesto de existir
una influencia dominante de una sociedad respecto de otra, sea derivada esa influencia de la posesión de
participación de capital, o de otros vínculos existentes entre ellas. De esta forma se ha completado el
concepto de control, que en su anterior redacción (limitada al caso de control "interno"), resultaba
insuficiente.
Precisamente, en anterior trabajo habíamos criticado la fórmula utilizada para definir el control que
comprendía solamente el caso de participación en el capital20. La ley 22.903 siguiendo el criterio del
régimen legal alemán, alude a influencia dominante y a especiales vínculos existentes, formula más
amplia que la contenida en el artículo 2359 del Código Civil italiano que hace referencia sólo a vínculos
contractuales particulares. De modo que tienen cabida en tan amplia expresión no sólo los vínculos derivados
de contratos, sino también de relaciones de hecho, permitiendo comprender a todos los métodos de control
(internos-externos, de derecho-de hecho, jurídicos y económicos).
Lamentablemente se insiste en prever la relación de control ejercida exclusivamente por sociedades, dejando de
lado la que pueda ser ejercida por "persona física" interpuesta. Feliz-mente la fórmula del artículo 54 cuando
consagra la responsabilidad de la controlante por dolo o culpa, alude sí a las personas físicas yjurídicas, aunque
no sean sociedades.
2) Concepto de "''oluntad social"' la ley 19.550 había utilizado la expresión "votos necesarios para
formar la voluntad social" y uno de sus autores21 había sostenido que la fórmula era similar al artículo 2359
del Código Civil italiano, lo que es totalmente equivocado, como se refiere en el punto 312, b). La
fórmula fue perfeccionada por la reforma, al precisarse que la participación debe ser suficiente
para obtener los votos necesarios para formar la voluntad social en las reuniones sociales o asambleas
ordi20 VII.LEGAS, Carlos G., Acciones de Voto Plumí, cit., págs. 115 y sigs.
21 HALPERIN, Sociedades Anón imas..., cit., pág. 668, nro. 6.
narias, excluyendo aquellas deliberaciones que requieren quórum y mayorías especiales.
b) Sociedades vinculadas
1) Concepto: a los efectos de la información contable, se consideran sociedades vinculadas, cuando una
participa en más del diez por ciento del capital de la otra.
De este modo, existiendo relación de "sociedad vinculada"
existe la obligación impuesta en el artículo 63, inciso 1) b)
- discriminar los créditos de las sociedades vinculadas-; inciso
1) d) -sobre inversiones en acciones y en debentures-; inciso
2)1, a) - discriminar las deudas; etc.-.
2) Obligación de comunicar participación: cuando la participación exceda del veinticinco por
ciento del capital de la otra sociedad, la participante debe comunicárselo, a efectos de que tome
conocimiento su próxima asamblea ordinaria y porque a partir de entonces deberá la participada
cumplir las obligaciones impuestas en los artículos 63, 64, 65 y 66.
El artículo 54 que hacía referencia a la responsabilidad del socio en la ley 19.550, sufrió una profunda
reforma por la ley
22.903, que comentaremos.
a) Responsabilidad por dolo o culpa
La controlante responde por el daño ocurrido a la sociedad controlada, por su culpa o dolo, con obligación de
indemnizar.
Adviértase que aquí la ley habla "del controlante", de "quiénes la controlen", "el controlante", con lo que admite
el control ejercido no sólo por sociedad sino por cualquier persona, sea física o jurídica, lo que es correcto.
b) Utilización de fondos
El controlante que utilice fondos de su controlada, o controladas, está obligado a traer a ésta las
ganancias resultantes y a soportar las pérdidas.
Dijimos en el capítulo III, punto 21, que la personalidad jurídica la atribuye el Estado persiguiendo fines
superiores: "el bien común", o bienestar general. Por lo que cada vez que esa personalidad sea utilizada con
fines contrarios, que desnaturalicen su ratio, ella debe ser desestimada.
El artículo 54 ha contemplado en su segunda parte esta situación, declarando inoponible esa personalidad, en los
siguientes casos:
1) cuando se encubren fines extrasocietarios;
2) cuando la sociedad constituya un recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe; y
3) cuando la actuación de la sociedad tiene por fin frustrar derechos de terceros.
En todos estos supuestos, la actuación de la sociedad controlada se imputará directamente a la
sociedad controlante o a la persona controlante que la ha hecho posible, respondiendo ésta en forma solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios ocasionados.
Esto permitirá imputar a la controlante la responsabilidad por los daños y perjuicios que se deriven de
una actuación ilegítima de la controlada, "comunicando esa responsabilidad" o transfiriendo esa
responsabilidad a la dominante que es quien, en definitiva, le ha impuesto la conducta contraria a la ley, el orden
público o la buena fe.
Señala la Exposición de Motivos de la ley 22.903 al respecto:
Vale decir que el texto proyectada, a partir de una vertiente ética, se adecua juridicamente a la 'uzón
misma del reconocimiento de la personalidad que no puede servir para violentar lo que constituye el
objeto genérico y abstracto de las sociedades comerciales a la luz de lo dispuesto por el artículo 1 de la
ley 19. SSO (cap. 1, sección IV, punto 3).
Al comenzar el estudio de este tema cabe reiterar que las distintas relaciones y combinaciones entre
sociedades pueden conducir a dos tipos diferentes de vinculaciones:
a) vinculaciones con relaciones de control o de dominación entre ellas, consagrando situaciones de
subordinación o dependencia, a las que se refieren los artículos 31, 32 y 33, L.S., que acabamos de analizar; y
b) vinculaciones creadas con fines de cooperación entre las sociedades ausentes de nuestra ley 19.550
e incorporadas a nuestra legislación por la ley 22.903.
De lo que aquí se trata es de lo segundo, esto es de vinculaciones creadas con fines de cooperación, pero no
sólo entre "sociedades", sino entre "empresas", de modo de permitir formar parte de la "agrupación" al
empresario individual.
Reaparece, otra vez en este estudio el tema de la relación sociedad-empresa. Precisamente debemos señalar
que lo que interesa es el análisis de las "vinculaciones entre empresas", porque estas relaciones son,
fundamentalmente, de naturaleza económica, si bien producen graves e importantes consecuencias
jurídicas.
De modo que es correcto legislar teniendo presente esta distinción y regulando, como lo hace nuestra Ley
de Sociedades comerciales sobre contratos de colaboración empresana.
Esto posibilita no sólo la existencia de una "agrupación de sociedades" sino una "agrupación de empresas".
Para ello debe tenerse presente la finalidad de esta legislación que es la de fa-
cilitar la "cooperación interempresaria" sin ánimo de lucro, de contenido "mutualista" para el grupo, lo
que les permitirá "facilitar o desarrollar determinadas fases de la actividad empresarial de sus
miembros y de perfeccionar o incrementar el resultado de tales actividades".
De esta forma la legislación argentina recoge este tipo de contratos y los incorpora a su regulación,
siguiendo el ejemplo de otros países que ya lo han hecho, como España, Italia, Francia y Brasil, lo que
fuera recibido con beneplácito por autorizada
22
doctrina
La rápida evolución de las actividades industriales y comerciales y la incorporación de la tecnología
como componente imprescindible del desarrollo de las empresas económicas, otorga a favor de las
grandes "corporaciones" multinacionales y sus filiales nativas, una enorme ventaja en el uso y disfrute
de tan preciado bien. Los grandes "grupos económicos" cuentan así con un fácil acceso a los más
sofisticados y costosos procedimientos y técnicas que hoy brinda el avance tecnológico.
Esto torna más grande aún la brecha entre esas empresas y las "medianas" y "pequeñas" casi
imposibilitadas de hacer frente a las cuantiosas erogaciones que demanda la "investigación" y el uso
de nuevas y revolucionarias técnicas industriales.
Estos contratos de "colaboración empresaria" pueden ser, desde el punto de vista jurídico, un elemento
para favorecer el fortalecimiento empresario de estos entes, tan necesarios para lograr un desarrollo
uniforme e integrado en nuestro país. Lógicamente que con esta legislación no basta, será necesario
completarla con la adopción de normas impositivas que alienten su utilización y no que la combatan
como bien lo señalan los autores de la reforma en la Exposición de Motivos.
De esta forma se legisló en Italia por ley del 10 de mayo de 1976 (ley 377), de modificación al régimen
anterior, tendiente a "promover el crecimiento y la racionalización de la producción y de la
comercialización de los productos por parte de las empresas pequeñas y medianas" para el ejercicio de
una o más de las siguientes actividades: a) la adquisición en común de materias primas o semielaboradas; b)
la creación de una red distributiva común; c) la promoción de las ventas mediante la organización y la
participación en ferias, la difusión publicitaria, la realización
Con la finalidad de esclarecer algunos aspectos de esta peculiar legislación, haremos una breve referencia a las
legislaciones italiana y francesa sobre este tema de las agrupaciones empresarias, que unos llaman
"consorcios" y otros "grupos de interés económico".
Pero antes señalemos con Messineo que esta tendencia a la agrupación de empresas que parece una
constante de la economía contemporánea, es la que ha merecido del legislador estas particulares
regulaciones, lo que exhibe, una vez más, la gran importancia del legislador de nuesta época que debe
aprehender el fenómeno económico y regularlo. Y que tal regulación debe poner, cada más
efectivamente, el acento en el bien común, buscando consagrar relaciones cada vez más justas, evitando facilitar por
este medio que se lesione o se agreda al consumidor, que debe ser el destinatario final de nuestras
preocupaciones. Dice Guyenot que la economía liberal se ha transformado en una eco-
23
Artículo 1º, ley 374 del 30 de abril de 1976, citado por ROIMISER, La moderna regulación..., págs. 34 y 35.
nomía contractual, llamada concertada. Debemos por o tanto fijar reglas adecuadas para que esa
"concertación" sea justa.
b) legislación italiana
Existe en la economía contemporánea una propensión a la concentración de empresas del mismo ramo
industrial o comercial o financiero, o de ramos afines y conexos entre sí. Es una tendencia hacia la "gran
empresa", como lo señala Messineo24, en busca de una más racional organización de la producción
para obtener una reducción de los costos y, en consecuencia, un incremento en los beneficios. Para
ello se agrupan bajo una dirección unificada siguiendo criterios técnicos y administrativos uniformes.
Aquí prevalece un criterio de subordinación.
Paralelamente a esa tendencia, existe otra, advierte el jurista italiano, hacia otra dirección, que tiene la
forma de entendimiento entre empresas que realizan una misma actividad económica o actividades
conexas y que buscan "regular tal actividad, por parte de cada una de ellas, en forma que origine el
menor peduicio posible a la otra, o a las otras", con prevalencia de un criterio de coordinación.
Este último "entendimiento" tiende a la limitación recíproca de la competencia, ya que la coordinación
viene a sustituir a la lucha entre las empresas.
En el primer caso, sigue Messineo, tenemos un grupo y en el segundo caso un "cartel". En el "grupo"
se advierten vinculaciones entre empresas tendientes a la concentración "pura" por vías de fusión y
absorción o bien hacia vinculaciones con relaciones de "control" o de dominación. En cambio en el
segundo caso la coordinación se crea con fines de cooperación entre las empresas.
En el segundo caso, las vinculaciones entre las empresas no afectan la independencia de ellas. Si ese grupo se
organiza bajo una administración común, estaremos en presencia de un "consorcio", según el jurista
italiano. Y el peligro que advierte este autor es que esa situación coordinada de las empresas puede
llevar al monopolio de hecho y la consiguiente abolición de la competencia, afectando las reglas del
mercado y perjudicando a los consumidores o usuarios del servicio.
C) legislaciún francesa
Jean Guyenot26 nos dice respecto de este fenómeno que los grupos de interés económico llevan la marca de
una época que oscila entre la coacción estatal y la ética liberal. Atraída por ésta sin poder mantenerse en ella,
sufre la otra, perturbada por las duras leyes de la vida económica que no dejan a las empresas otra op-
25
FERRI, 6., citado por ROIMISER, artículo citado, págs. 34 y 35.
26 GUYENOT, Jean, en "Los grupos de interés económico y el derecho de
d) Legislación brasileña
La ley brasilena de sociedades por acciones N0 6404 del 15 de diciembre de 1976 incluye un capítulo
referente a los "grupos de sociedades", regulando por una parte los "grupos de control" y por otra los
consorcios (Cap. XXII).
La ley autoriza a constituir consorcios a las sociedades anónimas y a las otras sociedades, independientes o
no.
La finalidad del consorcio es la ejecución de determinadas actividades. El consorcio se constituye por
contrato, debiendo ser registrado y publicado. En el mismo deberá especificarse: 1) La denominación del
consorcio; 2) su objeto; 3) plazo; 4) las obligaciones y responsabilidades de cada sociedad; 5) el régimen
de distribución de las ganancias y las pérdidas; 6) el sistema de administración; 7) la forma de
deliberación; y 8) la contribución de cada miembro en los gastos comunes27.
Art. 367. - Las sociedades constituidas en la República y los empresarios individuales domiciliados en ella pueden, mediante un contrato de
agrupación, establecer una organización común con la finalidad de facilitar o desarrollar determinadas fases de la actividad empresarial de sus
miembros o perfeccionar o incrementar el resultado de tales actividades.
No constituyen sociedades ni son sujetos de derecho. Los contratos, derechos y obligaciones vinculados con su actividad se rigen por lo
dispuesto en los arts. 371 y 373.
Las sociedades constituidas en el extranjero podrán integrar agrupaciones previo cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 118, tercer párrafo.
Digamos desde ya que la vinculación entre las empresas debe hacerse por vía contractual. De este
contrato pueden ser partes:
1) las sociedades constituidas en el país, sean civiles o comerciales;
La norma precisa expresamente que "la agrupación no puede perseguir fines de lucro", conteste con la
naturaleza de estos grupos que ya hemos precisado. La finalidad será la de ayudarse mutuamente. Si
de su actividad derivan beneficios económicos, lo que es obvio, ello no modifica tal conclusión ni
disposición legal y recibirán el tratamiento que más adelante señalamos.
c) Beneficios económicos
Dado que la "agrupación" no constituye una sociedad ni una persona jurídica, es lógica la
consecuencia que prescribe la norma de referencia, en el sentido que las ventajas económicas que se
deriven de su actividad recaigan directamente en el patrimonio de las empresas consorciadas.
Art. 369. - Forma y contenido del contrato. El contrato se otorgará por instrumento público o privado y se inscribirá aplicándose lo dispuesto
por los arts. 4º y 5º. Una copia, con los da,os de su correspondiente inscripción será remitida por el Registro Público de Comercio a la Dirección
Nacional de Defensa de la Competencia.
El contrato debe contener:
1) El objeto de la agrupación;
2) La duración, la que no podrá ezceder de diez años. Puede ser prorrogada antes de su venctrniento por decisión unánime de los
participantes. En caso de omitirse la duración, se entiende que el contrato es válido por diez anos.
3) La denominación, que se formará con un nombre de fantasía integrado con la palabra "agrupación".
4) El nombre, razón social o denominación, el domicilio y los datos de la inscripción registral del contrato o estatuto o de la
matriculación e indivídualización en su caso, que corresponda a cada uno de los participantes. En caso de so-ciedades, la relación de la
resolución del órgano social que aprobó la contratación de la agrupación, así como su fecha y número de acta.
5) La constitución de un domicilio especial para todos los efectos que deriven del contrato de agrupación, tanto entre las partes como
respecto de terceros.
6) Las obligaciones asumidas por los participantes, las contribuciones debidas al fondo común operativo y los modos de rmanciar las
actividades comunes.
7> La participación que cada contratante tendrá en las actividades comunes y en sus resultados.
8) Los medios, atribuciones y poderes que se establecerán para dirigir la organización y actividad común, administrar el fondo
operativo, representar tndividual o colectivamente a los participantes y controlar su actividad al solo efecto de comprobar el cumplimiento de
las obligaciones asumidas.
9) Los supuestos de separación y exclusión.
10) Las condiciones de admisión de nuevos participantes.
11) Las sanciones por incumpliento de obligaciones.
12) Las normas para la confección de estados de situación, a cuyo efecto los administradores llevarán, con las formalidades establecidas
por el Código de Comercio, los libros habilitados a nombre de la agrupación que requieran la naturaleza e importancia de la actividad común.
La ley prescribe la forma escrita para estos contratos, sea por instrumento privado o público. Pero, además
impone su mscripción en el Registro Público de Comercio.
Una preocupación de los autores ha sido la de preservar la eficacia de la ley 22.262 denominada de "Defensa
de la Competencia" la que se busca asegurar, obligando a remitir una copia del contrato de agrupación, con
los datos de la correspondiente lnscripción, a la Dirección Nacional de Defensa de la Competencia.
El gobierno de la agrupación debe ser ejercido por todos los miembros, quiénes pueden establecer en
el contrato reglas sobre quórum y mayorías con total libertad. Si nada disponen, las decisiones se tomarán
por mayoría de participantes.
h) Modificaciones al contrato
Las modificaciones al contrato sólo podrán efectuarse con el consentimiento unánime de los miembros
de la agrupación de colaboración. Esta regla, por la forma como ha sido establecida, impide otra
regulación por el contrato de contitución del consorcio, lo que es congruente con la finalidad de
creación de estas agrupaciones.
i) Forma de deliberación
La forma en que deliberará la agrupación, la periodicidad de las reuniones, la forma de las convocatorias y
el modo en que se expresarán sus miembros, debe preverse en el contrato. Puede fijarse un mecanismo
similar al que la reforma ha introducido para las sociedades de responsabilidad limitada, por ejemplo.
Esto es, la consulta escrita a los miembros.
La reunión o consulta, dispone este artículo 370 se debe hacer cada vez que lo solicite cualquiera de los
miembros o lo requiera el administrador de la agrupación.
Las resoluciones que adopte el consorcio pueden ser impugnadas judicialmente por cualquiera de los
miembros, prescribiendo la ley el juez competente, el plazo y fundamento que hacen viable la acción.
1) Titular de la acción: cualquier miembro de la agrupación podrá cuestionar una resolución y es, por
lo tanto, titular de la acción de impugnación. Nada dice la ley sobre la posibilidad que sea titular
también el o los administradores, pero dada la forma en que se ha regulado sobre su responsabilidad,
es congruente interpretar que éstos no pueden ejercer esta acción.
2) Fundamento de la acción: la acción podrá fundarse en:
violación de disposiciones legales, sean de ésta o de otra ley. Por ejemplo si el acuerdo violara la ley de
regulación de la competencia. O si implicara una transgresión a las normas de la Ley de Sociedades
comerciales que regulan la agrupación. O en violación del contrato. La violación puede ser de la falta
de reunión o consulta sobre el tema: o falta de la mayoría prevista en el contrato, etcétera.
3) Juez competente: es el del domicilio especial de la agrupación constituido en el contrato, con
competencia en materia comercial.
4) Plazo para interponer la acción: debe demandarse dentro de los treinta días de haberse notificado
fehacientemente la resolución impugnada. La falta de debida notificación a algún miembro lo
autorizaría a interponer la acción con posterioridad a dicho plazo, el que comenzaría a correr desde
que el miembro tome conocimiento de la decisión irregular.
5) Contra quién se interpone la acción: la demanda de impugnación debe interponerse contra
cada uno de los miembros, ya que la agrupación no es sujeto de derecho. De todos modos la situación
planteada impondrá la necesidad de un "litis consorcio pasivo". Se podrá demandar a los demás
miembros de la agrupación en un escrito común, debiendo notificarse a cada uno de ellos en su propio
domicilio.
Art. 371. - La dirección y administración debe estar a cargo de una o más personas tísicas designadas en el contrato o posteriormente por
resolución de los participantes, siendo de aplicación el artículo 221 del Código de Comercio.
En caso de ser varios los administradores y si nada se duera en el contrato, se entiende que pueden actuar indistintamente.
1) Naturaleza de sus junciones: Cabe, en primer término, tener presente que la agrupación de
colaboración empresaria no
es una persona jurídica distinta de los miembros partícipes que la integran. En consecuencia ella no
tiene ó'ganos de administración y representación, ni de fiscalización.
Pero, sin perjuicio de ello, los miembros necesitan alguien que los represente frente a terceros, que
suscriba los actos y contratos que han de concretar la colaboración entre las empresas consorciadas.
Como solución se ha recurrido a la figura contractual del mandato, de allí la remisión que hace el
artículo 371 de la L.S. al artículo 221 del Código de Comercio.
Uno o varios mandatarios ejercerán entonces la dirección y administración de la agrupación actuando
en nombre y representación de la "agrupación "pero por cuenta de los miembrós participantes.
Siendo mandatarios de los miembros partícipes, obligan directamente a ellos y de allí que el artículo
373 consagre la responsabilidad solidaria e ilimitada de los miembros frente a terceros por las
operaciones y negocios realizados por el representante común.
El administrador de la agrupación es, en consecuencia, un mandatario común de los miembros
partícipes.
2) Aptitud para la designación: El artículo 371 expresa que los administradores deben ser personas fisicas y
que puede designarse uno o más. Como consecuencia no pueden ser administradores de la agrupación, las
sociedades ni ninguna otra persona jurídica.
Deberá, por lo tanto, ser una persona física con capacidad suficiente para ser mandatario comercial. Se
requiere tener la libre administración de sus bienes, según la regla del artículo 9 del Código de Comercio.
Puede también desempeñarse como tal un menor de edad, con dieciocho años cumplidos, autorizado
para ejercer el comercio y debidamente inscripto en el Registro Público de Comercio (art. 10, Cód. de
Com.).
3) Designación: su nombramiento lo efectúan los participantes, en el mismo contrato de constitución de
la agrupación o posteriormente. Si fuera designado posteriormente, para su nombramiento deberá
contarse con la mayoría prevista en el contrato. En ausencia de regla contractual, se aplicará el artículo
370 que exige mayoría de los miembros.
La calidad de "mandatario" de todos y cada uno de los miembros que tiene el administrador,
exhibe la importancia del mismo, por lo que es de suponer que su nombramiento se efec
túe en el contrato de constitución de la agrupación y requiera del acuerdo unánime de todos los
consorciados.
4) Administración ¿ndistinta: silos administradores fueran dos o más personas físicas, el contrato
puede establecer la forma en que deben actuar. Pero en ausencia de regla contractual, se entenderá que
pueden hacerlo en forma indistinta.
Art. 373. - Por las obligaciones que sus representantes asuman en nombre de la attrunación. los Darticipantes responden ilimitada y
solidariamente respecto
de terceros. Queda expedita la acción contra éstos, sólo después de haberse interpelado infructuosamente al administrador de la agrupación;
aquél contra quien se demanda el cumplimiento de la obligación puede hacer valer sus defensas y excepciones que hubieren correspondido a la
agrupación.
Por las obligaciones que los representantes hayan asumido por cuenta de un participante haciéndolo saber al tiempo de obligarse, responde éste
solidariamente con el fondo común operativo.
Comentario especial requiere la parte fmal del artículo 373 L.S. que prevé el supuesto de obligaciones
que los representantes hayan asumido por cuenta de un participante. En tales casos, y cuando esos
representantes lo hayan hecho saber al tercero contratante, al contraerse la obligación, la ley impone la
responsabilidad solidaria de ese miembro con el fondo común de la agrupación.
Es decir que en tales supuestos, los demás participantes no asumirán ninguna obligación solidaria e
ilimitada como dispone el primer párrafo del artículo 373.
Nuestra ley no prevé, como bien lo hace notar Nazar Espeche, la situación referida en el Código Civil
italiano en la parte final del artículo 2615, esto es, el supuesto de insolvencia del consorciado32.
Estimamos que nuestra ley no ha seguido en este aspecto la solución italiana que prescribe que "En
caso de insolvencia en las relaciones entre los consorciados, la deuda del insolvente se distribuye entre
todos en proporción a las cuotas", por lo que en tal supuesto el tercero no podrá accionar contra los demás
participantes.
Art. 372. Las contribuciones de los participantes y los bienes que con ellas se adquieran, constituyen el fondo común operativo de la
agrupación. Durante el término establecido para su duración, se mantendrá indiviso este patrimonio sobre el que no pueden hacer valer su
derecho los acreedores particulares de los participantes.
Este fondo es el que resulta de las contribuciones de los miembros participantes (art. 369, inc. 6) y de
los bienes que con ellas se adquieran.
Estefondo común se debe mantener indiviso mientras dure la agrupación.
32 128.
NAZAR ESPECHE, op. cit., pág.
La ley consagra, de modo expreso, la exclusión de ese fondo y de la parte indivisa que sobre él
correspondería a cada miembro, del patrimonio individual de las personas físicas participantes y del
patrimonio "social" de las sociedades integrantes del consorcio. Por ello los acreedores particulares de
los miembros no podrán hacer valer sus derechos contra el aludido fondo.
El legislador nacional ha seguido así la solución consagrada en el artículo 2614 del Código Civil
italiano, que denomina este fondo como "fondo consorcial".
Se trata pues de un a indivisión "forzosa",
impuesta por la
ley, como la consagrada en la ley 14.394, artículos 51 y 53, que los consorcistas no pueden modificar.
La agrupación realiza actividades económicas, si bien no tiene "un objeto" con finalidad de lucro. Por ello
esas actividades se van a manifestar en "actos" y "contratos" comerciales o no, que deben ser
reflejados en una contabilidad. El consorcio tendrá pues un ejercicio económico y la contabilidad
deberá reflejar el resultado de cada ejercicio, sus beneficios o sus pérdidas. Ese "estado de resultados"
final del ejercicio es llamado aquí "estado de situación" y reflejará los ingresos y gastos de la
agrupación. La ley dice de los "participantes" destacando de esta forma la inexistencia de una
"persona" titular de esa actividad y de sus resultados.
Esos estados de situación deben ser sometidos a la consideración de los miembros consorcistas dentro
de los noventa días de finalizado el ejercicio anual. Los beneficios o pérdidas podrán ser imputados al
ejercicio en que se produjeron o en el que se aprobaron las cuentas de la agrupación.
o) Exclusión de 105 miembros (Art. 376)
Art. 376. - Exclusión. Sin perjuicio de lo establecido en el contrato cualquier participante puede ser excluido por decisión unánime, cuando
contravenga habitualmente sus obligaciones o perturbe el funcionamiento de la agrupación.
El incumplimiento de las obligaciones que el contrato imponga a los miembros participantes es causal
de exclusión de la agrupación. Tal sanción puede ser dispuesta por decisión unánime de todos los
miembros.
La norma legal de referencia otorga plena libertad a los consorciados a pactar en el contrato las
causales de exclusión que estimen necesarias.
Nuestra ley nada dice respecto de la "cuota" del participante ni del "mandato" otorgado al
administrador. El artículo 2609 del Código Civil italiano prescribe al respecto que en caso de
"separación" o exclusión la cuota de participación del consorciado separado o excluido se aumenta
proporcionalmente a las de los otros. En cuanto al mandato prescribe que aunque se hubiera dado por
acto único, el mismo cesa respecto del consorciado separado o excluido.
La ley argentina no prevé que pasará con las contribuciones del miembro excluido, pero resulta
indudable que ellas deben serle restituidas, porque de otra forma resultarían expropiadas. Por ello será
muy conveniente la previsión contractual de esta situación no resuelta en la ley.
En cuanto a la cesación del mandato otorgado resultará una consecuencia lógica en nuestra legislación,
por la particular naturaleza y características de este contrato.
q) Liquidación
La ley no prevé, a diferencia de la legislación francesa, por ejemplo, sobre la liquidación de la agrupación.
De modo que es otro aspecto que deberá ser materia de la regulación contractual.
a) Concepto
Otra variante que pueden asumir los contratos de colaboración empresaria son las "uniones transitorias de
empresas", que, como su nombre lo indica se constituirán para una finalidad determinada y transitoria,
agotando su duración con el cumplimiento del objetivo específico perseguido.
A diferencia de las agrupaciones de colaboración que se constituyen por un plazo de duración
determinado en el tiempo, que no debe exceder de diez años, estas uniones transitorias se extinguen una
vez efectuada la obra, prestado el servicio o cumplido el suministro concreto para el que se
constituyeron.
Esta norma caracteriza estas uniones transitorias y las diferencias de las agrupaciones de colaboración por el
carácter Iransitorio de su duración, que debe estar limitado a:
1) ejecutar o desarrollar una obra;
2) prestar un ser"icio determinado; o
3) efectuar un summistro concreto.
Esa "finalidad específica y determinada" es la que le da carácter de t'ansitoria a esa unión de empresas.
Además, la "unión" podrá ejecutar o desarrollar las obras y servicios cpmpiementarios y accesorios necesarios
para poder cumplir su objeto principal.
Pueden integrar estas "uniones" las mismas personas que pueden formar parte de una "agrupación" y la
relación es aquí también de tipo contractual. Al igual que las agrupaciones no son una "sociedad" ni
"sujeto de derecho". En estos aspectos nos remitimos a lo expuesto en el punto 321, a).
Art. 378. El contrato se otorgará por instrumento público o privado, el que deberá contener:
1) El objeto, con determinación concreta de las actividades y los medios para su realización.
2) La duración, que será igual a la de la obra, servicio o suministro que constituya el objeto.
3) La denominación, que será la de alguno, algunos o de todos los miembros, seguida de la expresión "unión transitoria de empresas".
4) El nombre, razón social o denominación, el domicilio y los datos de la inscripción registral del contrato o estatuto o de la
matriculación o individualización, en su caso, que corresponda a cada uno se los miembros. En caso de sociedades, la relación de la resolución
del órgano social que aprobó la celebración de la unión transitoria, así como su fecha y número de acta.
5) La constitución de un domicilio especial para todos los efectos que deriven del contrato de unión transitoria, tanto entre las partes
como respecto de terceros.
6) Las obligaciones asumidas, las contribuciones debidas al fondo común operativo y los modos de financiar o sufragar las actividades
comunes, en su caso.
7) El nombre y domicilio del representante.
8) La proporción o método para determinar la participación de las empresas en la distribución de los resultados o, en su caso, los
ingresos y gastos de la unión.
9) Los supuestos de separación y exclusión de los miembros y las causales de disolución del contrato.
10) Las condiciones de admisión de nuevos miembros.
11) Las sanciones por incumplimiento de obligaciones.
12) Las normas para la confección de estados de situación, a cuyo efecto los administradores llevarán, con las formalidades establecidas
por el Código de Comercio, los libros habilitados a nombre de la unión que requieran la naturaleza e importancia de la actMdad común.
Como la designación del representante de la unión debe hacerse en el contrato, como ya vimos, y por ello
es parte del mismo, su revocación requiere acuerdo unánime de los miembros de la unión. Como
excepción, si existiere 'lusta causa" para su remoción puede ser decidida por el voto de la ntayon-a
absoluta de los miembros (51%, y no mitad más uno).
Mientras en la "agrupación" la ley se refiere a la "dirección y administración" del consorcio, aquí se habla
de "representación". Y ello es consecuencia de las diferencias con que han sido programados cada uno
de estos dos tipos de "contratos de colaboración empresaria". En el caso de la agrupación se trata de un
consorcio de actividad intenta, mientras que la unión es un
típico consorcio de actuación externa, siguiendo las denominaciones utilizadas en el Código Civil
italiano.
El artículo 2612, inciso 4) del Código italiano al describir las constancias del "extracto" que debe
inscribirse en el registro de empresas, expresa que se debe indicar las personas a las que se le
atribuyen la presidencia, la dirección y la representación del consorcio y los respectivos poderes.
Nuestra ley no prevé en el caso de la "unión" la organización de su dirección y administración pero
ello no impide su regulación contractual. Lo que señala nuestro artículo 379 es que el representante
tendrá los poderes suficientes de todesy cada uno de 105 miembros para ejercer los derechos y contraer las
obligaciones necesarias para llevar a cabo el objeto de la unión. Lo subrayado destaca que no se trata
del "representante del consorcio", sino de cada uno de los miembros consorciados, como derivación
lógica de la falta de personalidad jurídica del ente.
Art. 380. - El contrato y la designación del representante deberán ser inscriptos en el Registro Público de Comercio, aplicándose los arts. 4º
y 5º.
El contrato debe ser inscripto en el Registro Público de Comercio de la jurisdicción del domicilio
especial de la "unión". El artículo 378 expresa que también debe inscribirse la "designación del
representante" que como va nombrado en el contrato, dicha exigencia se cumple con la inscripción de
éste. Lo que debió decir es que la remoción del representante y la nueva designación deben inscribirse,
porque ello resulta esencial para su actuación frente a terceros.
Aquí la regla es la inversa de la consagrada para la "agrupación". Mientras en ella la responsabilidad de los
miembros es solidaria, aquí la regla es la no solidandad, salvo pacto en contrario previsto en el contrato
de constitución de la unión.
Los autores de la reforma expresan al respecto que la distinta solución "encuentra su obvio
fundamento, precisamente, en el carácter transitorio de la relación y en que en estos supuestos de lo
que se trata es básicamente de disponer derechos y obligaciones de los sujetos contratantes en relación
con la colaboración relativa a la obra o servicio tenido a la vista a la cual normalmente dedican sólo
una parte, sea en términos de tiempo o de cantidad, de la actividad desarrollada por cada una de las
empresas reunidas".
Y ello es así, porque la "unión" responde frente a terceros, con el "fondo común operativo" que debe
constituir, conforme el artículo 378, inciso 6). Es la solución del artículo 2615 del Código italiano,
pero en él se previó la responsabilidad ilimitada y solidaria de las personas que han obrado en nombre
del consorcio, lo que ha sido modificado por la ley de 1976, y ahora los terceros sólo pueden hacer
valer sus derechos exclusivamente sobre los fondos de consorcio, creándose una estructura
organizativa con responsabilidad limitada.
Es la solución que acoge nuestro legislador, criticada en la doctrina italiana como vimos en el punto
319, b).
Aquí también se advierte una diferencia con respecto a la regulación de la "agrupación". Mientras en
aquélla la ley prevé como regla para la toma de decisiones de los consorciados a la mayoría, aquí se
establece para la "unión" la unanimidad. Sin perjuicio de esta regla, los miembros pueden pactar en el
contrato con plena libertad sobre la forma de adoptar las resoluciones comunes.
a) Antecedentes
Otra forma de asociación interempresaria la constituye la figura jurídica del joint venture, de allí que
incorporemos un breve análisis sobre el tema en este capítulo.
La aplicación de nuevas técnicas de producción y la creación de nuevos productos, requiere de grandes
inversiones en investigación y desarrollo. Inversiones que por lo aleatorio de su resultado y la
posibilidad de su utilización común por más de una "organización", sean públicas o privadas, están
generando en los últimos años, su actuación asociada.
Y decimos "organizaciones" y no empresas ni sociedades, porque en dichos emprendimientos participan
también los estados nacionales y sus dependencias y empresas públicas, universidades, asociaciones
civiles, fundaciones y personas físicas, interesados todos en aunar esfuerzos y recursos.
De este modo se dividen las inversiones, se fraccionan los riesgos y se acortan los tiempos de investigación
y desarrollo.
La figura jurídica del joint venture aparece como un modo de aplicación práctica de esa asociación
destinada a obtener un objetivo común y como un medio útil y práctico de facilitar un "acuerdo entre
los interesados en un proyecto común". Esto les permite a los partícipes en la "aventura común" llevar
adelante emprendimientos de gran envergadura, sin distraer recursos significativos de capital propio.
Constituyó también, por mucho tiempo, la forma de posibilitar inversiones extranjeras directas en
países donde las legislaciones consagraron restricciones, permitiendo que las multinacionales pudieran
actuar asociadas a empresas locales; y también la forma de eludir prohibiciones de actuación directa
de empresas extranjeras en materia de hidrocarburos, cuando resultaba imprescindible el aporte de
know how.
Decía Halperin en 1973, que joint venture, Ioint adveniure ojoint enterprise, "es una institución no
legislada elaborada por la doctrina judicial establecida en centenares de litigios a que ha dado lugar su
funcionamiento en poco más de ciento cincuenta
"33
años
El jurista italiano Andrea Astolfi señala también que la doctrina es concordante en considerar de
origen jurisprudencial la noción de joint venture, cuyas primeras decisiones se remontan al año 1808,
pero destacando que las primeras manifestaciones de una precisa tendencia jurisprudencial hacia la
identificación de los rasgos caracterizantes de las relaciones de joint venture se remontan a la segunda
mitad del siglo XIX y primeros años del siglo XX, citando el caso "Bruce v. Hastings" de 1868 y
34
otros posteriores
Le Pera nos comenta, en su trascendente obra sobre el tema, que eljoint venture, como específica noción
jurídica es justamente, una creación de la jurisprudencia moderna destinada a eludir la proh¡bición
según la cual una sociedad por acciones (corporation) no podía formar parte de una sociedad que no
fuera por acciones (partnership)3.
33 "Sociedad anónima, sociedad en participación y joint adventune", en Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones, 1973, pág. 140.
34 "El contrato internacional dejoint ventune", en Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones, 1981. pág. 645, nota 5.
Joint ven tune y sociedad, Así rea, 1992, pág. 25.
b) Concepto
Andrea Astolfi expresa que en la literatura juscomercialista la locución joint venture aparece
siempre como una fórmula de uso apta para ilustrar diversas formas, no precisadas, de cooperación
industrial.
Sergio Le Pera cita la definición de Rowley, para quien joint venture "es una asociación de dos
o más personas para realizar una única empresa comercial con el fin de obtener una utilidad"36.
Destaca Le Pera que aparecen en esta definición dos elementos importantes pero
controvertibles: que se trata. de una "asociación" y que tiene por finalidad obtener una "utilidad".
En definiciones judiciales se señalan como elementos necesarios el carácter ad hoc del proyecto;
alguna contribución de todas las partes; disposiciones sobre la forma de distribuir las utilidades; y un
cierto grado de control de todos los partícipes.
Y una definición basada en decisiones judiciales sería la siguiente: "Un joint venture es una
asociación de personas físicas ojurídicas que acuerdan participar en un proyecto común, gene-
ralmente específico (ad hoc), para una utilidad común, combinando sus respectivos recursos, sin
formar ni crear una coiporation o el status de una parttiership en sentido legal, el cual acuerdo
también establece una comunidad de intereses y un mutuo derecho de representación dentro del
ámbito del proyecto, sobre el cual cada venturer ejercerá algún grado de control"37.
También se dice que "es una empresa asumida en común"; una asociación de empresarios
unidos para la realización de un específico proyecto con el propósito de obtener una utilidad que,
como las pérdidas, serán divididas entre ellos38.
c) Características
De lo expuesto surge que los caracteres que permitirían identificar unjoint venture serían los
siguientes:
- reunión de dos o más partícipes, que pueden ser personas físicas o jurídicas, sociedades,
asociaciones, estados, organizaciones públicas o privadas;
- carácter específico del proyecto (ad hoc): es decir que un Ioint venture está destinado a un
único proyecto, lo que no implica corta duración;
- aportes a un fondo común, es decir alguna contribución de todos los partícipes; contribución
que puede consistir en bienes, derechos o dinero, tecnología, patentes, marcas, e inclusive en industria
o simplemente en el tiempo aplicado a la ejecución del proyecto;
- finalidad de obtener un beneficio, que como las pérdidas distribuirán entre sí, de acuerdo con
lo que establezcan en el respectivo contrato. En este sentido se ha admitido que todos participen en
las utilidades y que sólo algunos soporten las pérdidas (de todos modos el acuerdo de no participación
en las pérdidas no es oponible a terceros). Decimos "beneficios" y no "utilidades" para destacar que
el objetivo de la unión puede ser "mensurable" en dinero, pero no necesariamente dinero o di-
videndos;
- la recíproca facultad para representar y obligar a los otros partícipes: esta es también una
característica de esta figura, habiéndose admitido que "un miembro del joint venture puede obligar
a sus asociados, sean ocultos o no, por los contratos que sean razonablemente necesarios para llevar
adelante el negocio"39;y
- un cierto control de los participes en la ejecución del proyecto: esta es una característica que
exhibe el interés de los participes en la empresa común.
d) Aplicaciones prácticas
Jaeguer, citado por Le Éera, propone el siguiente listado de utilización dejoint venture:
- construcción de inmuebles;
- servicios personales: los acuerdos entre abogados sobre distribución de honorarios eventuales
en un asunto común;
Welliston, también citado por Le Pera, enuncia además otras aplicaciones, obtenidas de una
recorrida de los fallos registrados:
- acuerdos por el cual una parte otorgó un derecho de uso de películas cinematográficas de su
propiedad, cuyos ingresos serían divididos de acuerdo con ciertos porcentajes y además proveer sus
servicios para obtener pellículas adicionales de las
LE PERA, op. Cit., pág. 72. 41 Op. df., pág. 65, nota 39.
cuales sería propietaria la otra parte y cuyos ingresos serían también divididos, fue considerado un joint
venture; etcétera42.
Partiendo de la base de que la expresión joint venture es usada en la práctica comercial para
referirse a todo acuerdo empresario para la realización de un proyecto específico, con independencia
de la forma jurídica que se adopte, se puede hablar de joint ventures bajo formas contractuales o
societarias.
Cabría aclarar que en tales supuestos (2 y 3) el contrato de joint venture es previo y subyacente
al contrato de sociedad.
Agrega Marzorati que la forma del joint venture es a me-nudo, sino en todos los casos,
adoptada por cuestiones impositivas en base a las leyes de los paises anfitriones de los socios del joint
venture y del país de la operación.
Le Pera cita las joint venture corporations, o sea la constitución de una sociedad por acciones (o por cuotas
como es el caso de Memania) en la que participan las empresas interesadas. Señalando que la posibilidad o
conveniencia de formar esta sociedad depende de varios factores, principalmente de la naturaleza del proyecto y
las características de la legislación aplicable a esta sociedad. Tal el caso de un proyecto que requiera una
inversión importante en bienes del activo fijo cuyo amortización se ha de producir en un período prolongado.
Precisamente, el estudio que hemos citado del jurista italiano Andrea Astolfi, está
específicamente referido al "contrato
1. JURISPRUDENCD'l
En este capítulo incorporamos los siguientes fallos que estimamos de importancia a los efectos de
un mayor esclarecimiento de los temas en él desarrollados.
Tratándose de sociedades anónimas formalmente constituidas que, por principio, gozan de personalidad jurídica
distinta, todo mecanismo de allanamiento de personalidad o inoponibilidad of disregard of legal enlity, debe ser
aplicado con criterio restrictivo, sin que la sola existencia de un conjunto económico o de control lo autorice,
máxime cuando el actor no ha expresado un interés jurídico tutelable en la desestimación de la personalidad o
extensión de la responsabilidad, ni demostró
Cám. Fed. San Martín, Sala 1, 28-IV-1994, "Dirección General Impositiva sldenuncia - Macri,
Francisco y otros-", Di., 1994-2-299; L. L., Repertorio LIV-1994, pág. 2018.
Las sociedades vinculadas tienen total independencia patrimonial por lo que es regla que en
materia de extensión de quiebra existe separación de masas y la excepeión es la masa única.
Sin embargo aun partiendo del concepto de que el control es el poder efectivo de dirección para
asegurar la constancia y duración del conjunto económico, ello no es suficiente para atribuir la
unidad patrimonial de las sociedades, en consecuencia la quiebra de una de ellas no es extensiva a la
otra.
Cám. Nac. Com., Sala A, 30-XII-1993, "Exportadora Marly S.A.", Periódico Económico
Tributario, 17-1-1995.
1. No procede disponer que los concursos de dos sociedades reputadas componentes de un "grupo
económico" tramiten ante el mismo juzgado, cuando aun no se ha decidido la apertura y consecuente
continuación del trámite del concurso de una de las integrantes de dicho "grupo"; ya que, para disponer la
concentración del trámite de diversas causas ante el mismo juzgado, es necesario abrir antes el trámite concursal
de la causa donde se adopta tal decisión.
tema está comprometido el principio constitucional del juez natural, quien no puede ser desplazado del
conocimiento de la causa sin base en forma legal; por ende, dado que tal base legal no existe respecto de los
concursos preventivos, constituiría un grave y peligroso precedente adoptar esa decisión con fundamento en
criterios contingentes o subjetivamente sustentados, cuales los mencionados "seguros beneficios" o
"conveniencia".
4. El Proyecto de Ley de Reforma de la ley 19.551 no prevé ni consiente que, iniciado, abierto y
en trámite el concurso preventivo de un presunto integrante de un "grupo económico", el posterior
concursamiento de otro integrante pueda formar un conjunto procesal atrayente del anterior
concurso; ya que, dicho Proyecto concibe el concurso conjunto simultáneo, solicitado por la totalidad
de los integrantes del grupo, pero no los concursamientos conjuntos sucesivos. R.C.
Cám. Nac. Com., Sala D, 23-XJ-1993, "Monómeros Vinilicos, SA. siconcurso preventivo", E.D., 31-1-1995.
Cám. Nac. Com., Sala A, 22-11-1991, "Apalategui, Alberto M. c. D'Angelo Roberto, Suc.", L.L.,
16-VII-1992.
3. Las "umones transitorias de empresas" son entidades formadas mediante contratos para
desarrollar o ejecutar conjunta y coordinadamente una obra, servicio o suministros determinados y
concretos relacionados con el objeto de los contratantes y, aunque no configuran sociedades, su
actividad se proyecta al mercado.
Cám. Nac. Civ., Sala M, 1O-VIII-1994, "Deloitte Haskins c. Rhenag sim edidas", E.D., 16-IV-1996.
La ley 22.903 introdujo al régimen de la ley 19.550 los "contratos de colaboración empresaria"
en sus dos especies: las "agrupaciones de colaboración" y las "uniones transitorias de empresas".
En cambio, las "uniones transitorias de empresas" son entidades también formadas mediante
contratos, para desarrollar o ejecutar con-junta y coordinadamente una obra, servicio o suministros
determinados y concretos relacionados con el objeto de los contratantes. Tampoco con-figuran
sociedades, pero su actividad sí se proyecta al mercado (cfr. Zaldívar, Jorge y otros, op. cit.).
La diferencia entre una y otra figura reside en que, mientras que las "uniones transitorias de empresas"
permiten a sus miembros desa
rrollar una actividad productiva o de servicios común frente a terceros (la obra, servicio o suministro del objeto),
las "agrupaciones de colaboración" no están facultadas para hacerlo, ya que sólo pueden dirigis la actividad
hacia los miembros, pero no hacia los terceros, y además no pueden perseguir fmes de lucro, ni siquiera
indirectamente (cfr. García Díaz, Carlos J. [hl, "El nombre en los contratos de colaboración empresaria", E.D.,
146-698).
En atención a que solamente persiguen fmes lucrativos las "uniones transitorias de empresas" (cfr.
Zaldívar, Enrique y otros, op. cit., pág. 48), debe descartarse que el consorcio invocado por la
presentante de fs.
138 pueda encuadrarse dentro de las "agrupaciones de colaboración".
Queda por lo tanto analizar si puede encuadrarse el referido consorcio, en principio, dentro de
ellas "uniones transitorias de empresas".
Del análisis de los convenios de fs. 3/21 y de fs. 22/60 se desprende, prima facie, la constitución
de una "unión transitoria de empresas" habida cuenÉa que en principio se habrían cumplido las
formalidades establecidas por el artículo 378 y concordantes de la ley 22.903.
En cuanto a la falta de inscripción en el Registro Público de Comercio (cfr. artículo 380, ley
22.903) invocado por la apelante, cabe señalar que un contrato en estas condiciones, según las
circunstancias peculiares del mismo, puede otorgar a sus firmantes obligaciones y derechos concu-
rrentes a la obtención del objeto para el cual lo suscribieron. Valdrá, entonces, entre las partes y la
falta de inscripción no modifica su régimen interno sino que sus clásulas son inoponibles frente a los
terceros (cfr. Zaldívar, Enrique y otros, op. cit., pág. 141).
No es del caso considerar a los contratos no inscriptos como contratos irregulares o en formación. Se trata de
pactos que obligan a los firmantes desde la fecha de su otorgamiento por el cual sus cláusulas tienen plena
validez entre sus participantes o miembros. La inscripción tiene por efecto esencial la publicidad y conocimiento
objetivo que los terceros adquieren del contrato inscripto; al mismo tiempo, su oponibilidad eiga omnes. No se
trata pues de una inscripción generadora de efectos constitutivos o regulatoria de una relación jurídica
determinada. La inscripción registral respecto a estos contratos produce el efecto de su oponibilidad a los
terceros, reiterando su validez entre los otorgantes desde la fecha de su suscripción (cfr. Zaldívar, Enrique y
otros, op. cit., págs. 51/52).
Cám. Nac. Civ., Sala M, 10-VIII-1994, "Deloitte Raskins c. Rhenag slmedidas", E.D., 16-IV-1996.
Antes de la vigencia de la ley 22.903, y pese a no hallarse legislados los contratos de colaboración empresaria,
en la práctica se concertaban los contratos llamados "de consorcio" con un objeto similar. Y, una de las fórmulas
para salvar el escollo derivado de la prohibición estatuida por
la ley 19.550, inc. 30, era el de atribuir a tales consorcios el carácter de sociedades accidentales. Dentro de esta
tesitura tal tipo de sociedades no son sujetos de derecho, pero los terceros adquieren derechos y asumen
obligaciones sólo respecto del socio gestor, salvo que éste haga conocer los nombres de los demás socios con su
consentimiento, quedando en este supuesto obligados ilimitada y solidariamente hacia los terceros. (En el caso
concreto, existió una unión transitoria de empresas, en el que se concertó un mutuo con un denominado
"consorcio" por los intervinienes en la negociación).
Cám. Nac. Com., 16-XI-1922, Ficha nro. 15.179, "Banco Latinoamericano SA. (en liquidación por el B.C.RA.)
c. consorcio Arras SA. s/cobro de pesos", Repertorio de Jurisprudencia de la Cámara Comercial.
2. DOCTRINA
Sobre los temas tratados en este capítulo, se pueden consultar los siguientes trabajos:
Aguinis, Ana María M. de, "Contratos de dominación entre empresas integradas y el derecho
económico", Revista del Derecho Industrial, Depalma, Buenos Aires, pags. 410 y sigs.
Alegría, Héctor, "Algunas reflexiones sobre los conceptos de sociedad controlante, sociedad controlada y
situación de control" RD CO, 1978, pág. 301.
Borgioli, Alessandro," 'Dirección unitaria' y responsabilidad en la administración extraordinaria",
R.D.C.O., 1986, pág. 509.
Curá, José María, "Sociedades accionarias, no accionarias, extranjeras y contratos de colaboración
empresaria", actualización de información, L.L., 14-II-1995.
Escuti, Ignacio (h), "La batalla en contra del artículo 30, L.S.", E.D., Temas de Derecho Societario, VI
Congreso de Derecho Societario, Mar del Plata, noviembre-1995.
Etcheverry, Rául, "Grupos de sociedades. Algunas pautas jurisprudenciales", E.D., t. 125, pág. 152.
- "Responsabilidad de la persona controlante", R.D.C.O., año 19, 1986, págs. 579.
Gagiiardo, Mariano, "Cuestiones internas en un grupo de sociedades",
L.L., 30-111-1995.
Lorenzetti, Ricardo Luis, "Participación plural: contratos asociativos y responsabilidad civil por actuación
de equipos , L. L., 24-VIII 1993.
Morando, Enrique J. J., "Desplazamiento judicial del representante en la UTE", E. D., Temas de Derecho
Socielario, VI Congreso de Derecho Societario, Mar del Plata, noviembre-1995.
Odriozola, Carlos, "Los grupos de sociedades y los accionistas externos L.L., 198&E, págs. 1114/1122.
Richard, Efraín Hugo, "Coincidencias de las reformas al régimen de los contratos de colaboración", L.L.,
16X1¡-1994.
Santillán, Jorge N., "Las sociedades controladas y la reforma de la ley 22.903", R.D.C.O., 1984, pág. 731.
Silva, Roberto E. (h) - Saíaverri, Diego M., "¿Es aplicable el artículo 30 de la ley 19.550 a las sociedades
constituidas en el extranjero?",
L.L., 24-IX-1991.
CAPÍTULO XXI
DE LA SOCIEDAD CIVIL
324. CONCEPTO, ELEMENTOS Y FORMA
El artículo 1648 del Código Civil enuncia el concepto de sociedad civil, expresando que "habrá sociedad, cuando
dos o más personas se hubieren mutuamente obligado, cada una con una prestación, con el fin de obtener
alguna utilidad apreciable en dinero, que dividirán entre sí, del empleo que hicieran de lo que cada uno
hubiere aportado".
Para que haya sociedad civil se requieren los siguientes elementos y el cumplimiento de la
formalidad prescripta por la ley civil.
a) Pluralidad de partes
Siguiendo la tesis tradicional, nuestra sociedad civil está construida como un contrato, de modo que no se admite
el contrato con uno mismo y de allí el requisito de la pluralidad de partes.
b) "Affectio societatis"
En el espíritu de colaboración activa entre los socios, hemos conceptualizado este elemento al hablar de la
sociedad
comercial. Por ello se ha negado la calidad de socio a quien se halla en situación de dependencia; o si el
pretendido socio no tiene injerencia en la dirección del negocio, etcétera.
No se concibe una sociedad sin aportes de los socios, sea en dinero, bienes, trabajo, derechos, etcétera. Tiene que
consistir en obligaciones de dar o de hacer.
d) Fondo común
Los aportes deben estar destinados a formar un fondo común con el cual se hará frente a las obligaciones
societarias.
e) Obtención de utilidades y soportación de las pérdidas Los socios persiguen la obtención de alguna
utilidad apreciable en dinero, como dice el artículo 1648 del Código Civil. Esta finalidad las distingue de las
asociaciones donde también existe una unión de personas que persiguen un fin común, pero se trata siempre de
fines no patrimoniales.
f) Forma
La sociedad civil se debe constituir, obligatoriamente, por escritura pública, cuya omisión determina que ella no
esté legalmente constituida y, en tal caso, su actuación será como sociedad irregular.
Esta exigencia surge de lo dispuesto en el artículo 1184, inciso 3º del Código Civil, y comprende la constitución,
sus prórrogas y modificaciones.
g) Naturaleza civil
Es de naturaleza civil la sociedad que se constituye para realizar actos no comerciales y que no adopta ninguno
de los "tipos sociales" regulados en la ley 19.550.
Es civil la sociedad para construir un inmueble; para venderlo; para realizar una explotación agropecuaria
(sembrar, criar ganado); entre profesionales, para ejercer la profesión en forma conjunta, etcétera.
h) Personalidad
Las sociedades civiles son personas jurídicas privadas, según el artículo 33 del Código Civil y poseen, por
ende, personalidad jurídica, con los atributos que hemos referido para las sociedades comerciales
(derecho al nombre, domicilio, separación de patrimonios, derecho a estar en juicio como actora y deman-
dada). Lo que ocurre es que en ésta la personalidad jurídica aparece menos nítida, ya que la separación entre la
sociedad y los socios no es tan completa y clara. Aquí las deudas de la sociedad pesan sobre los socios (art.
1713); y la muerte de los socios pone fin a la sociedad (arts. 1758 y 1760, salvo pacto en contrario cuando es de
más de dos socios).
Se llama así la totalidad de las prestaciones que consisten en obligaciones de dar (art. 1649, Cód. Civ.).
Vimos ya que los aportes pueden consistir en obligaciones de dar o de hacer. El socio capitalista es aquél cuya
prestación consiste en obligaciones de dar; y socio industrial, aquél cuya prestación es de obligaciones de hacer
(art. 1649).
Los bienes y los derechos que pueden ser aportados son los mismos que hemos referido para las sociedades
comerciales.
Este capital social responde por las deudas que contraiga la sociedad; pero los socios responden
subsidiariamente, en forma personal, por las deudas sociales en proporción a su parte viril (art. 1747, Cód. Civ.).
"Por parte viril se entiende la que corresponde a cada socio por cabeza sin consideración a su interés en la
sociedad. Las deudas pues se dividen por partes iguales, aunque sean desiguales sus aportes y su participación en
los beneficios. La solución es razonable como regla general, porque los terceros que contratan con la sociedad no
tienen porqué estar enterados de la participación en ella de cada uno de los socios; pero el Código ha llevado
demasiado allá la aplicación de la norma, ya que la establece aún para el caso de que se pruebe que el acreedor
conocía la estipulación del contrato social que establecía partes desiguales (art. 1747). En este caso la solución
deja de ser razonable y desde el punto de vista del socio que paga más que lo
que le corresponde según su interés social, es injusta. Es verdad que el socio tendrá luego una acción de
reintegro contra sus consocios si ha pagado más de lo que le correspondía de acuerdo a su participación (art.
1752), pero este recurso puede ser inocuo silos socios resultaran insolventes."
"La solución legal es enfáticamente reiterada en el artículo 1750 según el cual los acreedores no tienen derecho
de reclamar de los socios el pago de sus créditos de otro modo que no sea por partes iguales, ni obligación de
recibir el pago de otro modo" 1.
Aquí la sociedad civil exhibe una faceta muy particular, ya que cada socio responderá frente a terceros sin tener
en cuenta el contrato social, sino dividiendo por cabeza la deuda. Todo ello sin perjuicio de que después cada
socio que pagó de más pueda reclamar ese exceso a los demás socios.
La sociedad debe tener un objeto e indicar los actos o conjunto de actos que se propone realizar. El
objeto debe ser lícito (art. 1655) y, además, debe ser posible.
Es nula, de nulidad absoluta, la sociedad de objeto ilícito. Son tales la sociedad constituida para ejercer el
contrabando; para explotar una casa de tolerancia; la sociedad constituida entre un abogado y un no profesional
que sólo aporta la clientela, dividiendo los honorarios ganados por aquél, etcétera.
En este caso, los socios no tienen derecho a exigir a los demás socios lo que hubieran obtenido por la
explotación social (art. 1656); las pérdidas en que hubieran incurrido no son partibles entre los socios (art. 1657);
no tiene derecho a restitución de lo que hubiere llevado a la sociedad (art. 1658); no tienen acción entre ellos
para pedir la división de las ganancias o pérdidas o del capital social; tampoco para alegar la existencia de la
sociedad frente a terceros (art. 1659); sin perjuicio que los terceros de buena fe puedan alegar contra los socios la
existencia de la sociedad sin que éstos puedan oponerles su nulidad (art. 1660). Además los socios de sociedades
ilícitas son responsables
BORDA, Guillermo, Tmtado de Denecho Civil Algentino, Contratos, T. II, Perrot, pág. 290, nro. 1452.
solidariamente de todo daño resultante de los actos ilícitos realizados en común (art. 1661).
El objeto social determina, al igual que en la sociedad comercial, el límite de actuación de los administradores
(art. 1691, Cód. Civ.).
1) Realizar el aporte compromet¿do. Sea de obligación de dar, sea de hacer. Sea la entrega de un bien
en propiedad, sea en uso o goce. El aporte debe hacerse en el tiempo convenido en el contrato. Si nada dice el
contrato, en el tiempo propio para el cumplimiento de los fines sociales. Los socios morosos deben ser
intimados a efectuar el aporte por los administradores, que podrán exigir judiciaimente su
cumplimiento. Los demás socios sólo podrán hacerlo ante la inacción de los administradores.
2) Los socios responden por evicción (arts. 1701 y 2132, Cód. Civ.), como el socio de la sociedad comercial.
También y por analogía, por los vicios redhibitorios (arts. 1701 y 2172).
3) Deber de fidelidad: El socio debe fidelidad a los otros socios y a la sociedad, poniendo en los
negocios sociales la misma diligencia que pone en los suyos propios (art. 1724). Su incumplimiento
puede dar lugar a la exclusión del socio culpable (art. 1735, inc. 4). Este deber impide a los socios realizar nego-
cios en competencia con los que efectúa la sociedad.
4) Soportar Las pérdidas. Es un riesgo propio de la sociedad el que su actuación produzca pérdidas. Los socios
se obligan a soportarlas, en la forma convenida en el contrato o bien en proporción a lo pactado para repartir sus
ganancias, o en proporción a sus aportes sociales si nada hubieran pactado (art. 1778).
1) Participación en los beneficios. El primer y más importante derecho de los socios es el de participar
en los beneficios periódicos y en las ganancias resultantes al momento de la liquidación de la sociedad. La
proporción en las ganancias se pacta en el contrato, a falta de pacto se aplica la regia del artículo 1778 del
Código Civil.
2) Reembolsos de los anticipos y reintegro de Las pérdidas. Los socios tienen derecho a que la
sociedad les reembolse las sumas que hayan adelantado con conocimiento de ella, con motivo de los negocios
sociales (art. 1731). Debe reembolsárseles el capital con más los intereses desde el momento del desembolso.
3) Derecho a erigir el cumplimiento del contrato sociaL Cada socio puede exigir a los demás el
cumplimiento de las obligaciones asumidas. Derecho a exigir el aporte debido; la exclusión del socio infiel
o que no cumple sus obligaciones; derecho a ejercer la administración social; etcétera.
4) Derecho a retirarse de la sociedad. Las sociedades civiles pueden ser por tiempo determinado
o indeterminado. Si la sociedad es por tiempo determinado, el socio no puede renunciar sin justa
causa. Hay justa causa, según el artículo 1738, cuando el administrador hubiera sido removido o
hubiere renunciado; cuando existe justa causa de exclusión de un socio y el administrador no quisiere
ejercer ese derecho. Si la sociedad es por tiempo indeterminado, cualquier socio puede renunciar,
siempre que su renuncia no sea de mala fe o intempestiva (art. 1739).
Vimos ya que el Código Civil consagra la regla que los socios responden por las obligaciones sociales
en proporción a su parte viril (art. 1747), esto es sin consideración a su interés en la sociedad, y aunque
sean desiguales los aportes sociales o se haya pactado otra cosa en el contrato social.
El tercero acreedor conozca o no el pacto social, no tiene derecho a exigir que se le' pague de otro modo, ni
obligación de recibir el pago de otro modo (art. 1750).
Si alguno de los socios no puede pagar su parte por encontrarse en estado de insolvencia, la cuota que
le corresponde en la deuda será absorbida por los demás socios a prorrata de su interés en la sociedad
(arts. 1751 y 1731).
La sociedad es un contrato consensual, que se perfecciona con el simple acuerdo de las partes y puede ser
hecho verbalmente o por escrito. Como la ley (art. 1184, ¡nc. 3º) exige escritura pública para la constitución de
la sociedad civil, la que
no cumpla ese requisito debe ser considerada una sociedad irregular.
De modo que la sociedad irregular o de hecho se configura cuando dos o más personas convienen en
constituir una sociedad y llevan la idea a la práctica, sin preocuparse de cumplir con las formalidades
que establece la ley.
Los principios aplicables a la sociedad irregular son similares a los de la sociedad comercial irregular,
que ya hemos analizado.
La administración y representación de la sociedad puede ser ejercida por cualquiera de los socios, por
aplicación del principio general del artículo 1676.
Actualmente se les reconoce un status legal similar al de las sociedades regulares: gozan de
personería; su patrimonio es independiente de sus socios; pueden demandar y ser demandadas.
El problema mayor radica en que cualquiera de los socios, en cualquier momento, puede pedir su
disolución, aunque no haya vencido el término previsto en el contrato o no se haya cumplido el objeto para el
cual se constituyó.
La existencia de la sociedad irregular o de hecho puede probarse por cualquier medio: cartas firmadas por
los socios aludiendo a la existencia de la sociedad; notas o circulares publicadas en nombre de la sociedad;
cualquier documento en los cuales los firmantes hubiesen tomado la calidad de socios; las sentencias
pronunciadas entre los socios en calidad de tales; etcétera (art. 1665).
b) Liquidación de la sociedad
En principio se aplican las mismas reglas que para la liquidación de las sociedades comerciales (art.
1777).
CAPÍTULO XXII
COOPERATIVAS
333. REGIMEN LEGAL
Estas asociaciones se rigen por las disposiciones de la ley de facto 20.337, de 1973, que en ciento
veinte artículos y uno de forma, reglamenta minuciosamente su naturaleza, caracteres, constitución, de
los asociados, del capital y de las cuotas sociales, de la contabilidad y el ejercicio social, de las
asambleas, de la administración y representación, de la fiscalización privada, de la integración con
otras cooperativas, de la disolución y liquidación, de la fiscalización pública, del Instituto Nacional de
Acción Cooperativa y en el capítulo XIII sobre las disposiciones varias y transitorias.
Precisamente, una de las normas de este último capítulo, el artículo 118, establece que para las
cooperativas rigen supletoriamente las disposiciones del capítulo II, sección V de la ley 19.550 de
Sociedades Comerciales, esto es, las normas sobre las sociedades anónimas, pero sólo "en cuanto se
concilien con las de esta ley y la naturaleza de aquéllas".
Recordemos que el artículo 372 de la ley 19.550 dispone la aplicación supletoria de sus normas a
las cooperativas.
De todos modos debe quedar muy en claro desde ya que esa aplicación supletoria es viable sólo si
la norma a aplicar cumple dos condiciones:
1) que se concilie con las normas de la ley 20.337; y
2) que se concilie con la naturaleza particular de las cooperativas.
a) Concepto
Las cooperativas son asociaciones fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda mutua, para organizar y
prestar servicios, según reza el artículo 2º de la ley 20.337.
Esto no obsta a que existan cooperativas de producción, que tienen por objeto la producción de bienes
primarios (agro-minería) o secundarios (industriales).
El principio mutual no es riguroso en la ley que admite la realización de operaciones con terceros no
asociados.
b) Caracteres
La ley 20.337 en su artículo 2º consagra en doce incisos los caracteres de estas asociaciones,
adoptando la enunciación de los principios del cooperativismo universalmente aceptados, tal como
fueron formulados por la Alianza Cooperativa Internacional en su XXIII Congreso realizado en Viena
en 1966.
A esos caracteres hicimos ya referencia en el punto 8, al efectuar la distinción entre sociedad
comercial y cooperativa, por lo que remitimos al lector a ese punto.
c) Denominación
La denominación social debe incluir las palabras "cooperativa" y "limitada" o sus abreviaturas.
La ley 20.337 no define el acto cooperativo, como lo hacen otras leyes (la brasileña, por ej.), sino que
concretamente lo determina en su artículo 4º. Así establece que son actos cooperativos:
1) Los que realizan los asociados con las cooperativas;
2) Los que realizan las cooperativas entre sí; y
3) Los actos jurídicos que realicen las cooperativas con otras personas, en cumplimiento del objetivo
social. Estos últimos actos son cooperativos únicamente respecto de la entidad.
Esta precisión legal tiene por finalidad facilitar la labor del Intérprete y advertir la diferente naturaleza
de estos actos con los realizados por sociedades comerciales u otras personas, en cumplimiento de
otros fines.
La cooperativa no realiza actos de comercio, ni tales actos pueden encuadrarse en otro tipo jurídico;
ellos son actos cooperativos, esto es, actos dirigidos al cumplimiento del objetivo social de la entidad o
sus fines institucionales.
La doctrina ha señalado que la calificación de "acto cooperativo" impregna a los negocios de un valor
especial, dándoles un sentido axiológico en función del fin cooperativo y de la satisfacción de los
ideales de la institución: la solidaridad, el bien común, la ausencia de ánimo de lucro, etcétera.
Uno de los corolarios del carácter cooperativo de tales actos es su indivisibilidad o inseparabilidad de
la propia relación entre la cooperativa y sus asociados, de tal modo que las reglas del derecho común
correspondientes a su naturaleza substancial, deben ser aplicadas en armonía con el régimen de la ley
20.337 y con las normas reglamentarias1.
Las cooperativas pueden asociarse con sociedades comerciales o civiles o con asociaciones civiles o
de otro carácter, siempre que ello sea conveniente para lograr su objetivo social y que no desvirtúen su
finalidad de servicios.
En este sentido señalamos la posibilidad de que las cooperativas integren agrupaciones de
colaboración empresarial o uniones transitorias de empresas (arts. 367 y 377, L.S.).
1ALTHAUS, Alfredo, Tratado de Derecho Cooperativo, Rosario, Zeus, 1977, págs. 161 y sigs.;
CARR, Juan C., "El acto cooperativo y los valores cooperativos", en L.L., 1981, t. A, pág. 863.
337. CONSTITUCION
La cooperativa se constituye por acto único y por instrumento escrito, público o privado.
Se requiere la existencia de por lo menos diez personas que deben firmar el acta de fundación.
Deben elaborar un estatuto que contendrá:
1) la denominación y el domicilio;
2) la designación precisa del objeto social;
3) el valor de las cuotas sociales y el derecho de ingreso, en su caso;
4) la organización de la administración, fiscalización y asambleas;
5) las normas de distribución de los excedentes y para soportar las pérdidas;
6) las condiciones de ingreso, retiro y exclusión de los asociados;
7) reglamentación de los derechos y obligaciones de los asociados; y
8) las reglas para la disolución y liquidación.
338. INSCRIPCION
Pueden ser asociados todas las personas jurídicas, aun las sociedades comerciales, inclusive las
sociedades por acciones y las personas físicas mayores de 18 años y aun los menores de esa edad, por
medio de sus representantes legales.
Una de las reglas de oro del cooperativismo es el libre ingreso, no pudiendo establecer condiciones de
ingreso limitativas por razones de ideas políticas, religiosas, de nacionalidad, región o raza. Solamente
1
ALTHAUS, op. cit., pág. 172; PASTORINO, Roberto J., "El acto cooperativo en la ley argentina", en
L.L., 1976, t. D, pág. 763.
se pueden establecer condiciones limitativas fundadas en el propio objeto social; por ejemplo, una
cooperativa de farmacéuticos exigirá tal condición para poder asociarse.
También pueden asociarse a una cooperativa el Estado nacional, las provincias, los municipios, los
entes descentrali:zados y las empresas del Estado.
Como correlato natural, también es libre el retiro de la asociación, al finalizar el ejercicio social y
dando un aviso previo de treinta días.
Una de las características esenciales de la cooperativa es que su capital es variable, y ello como
consecuencia lógica del libre ingreso y egreso de sus asociados. Cada ingresante va a determinar un
aumento del capital, y cada retiro una disminución del mismo.
El capital se constituye por cuotas sociales indivisibles y de igual valor. Las cuotas deben constar en
títulos representativos de una o más de ellas, que tendrán el carácter de nominativos. La ley en su
artículo 24 habla de "acciones" incurriendo en un grueso error y confundiendo este aspecto
trascendente de la regulación de estas asociaciones.
Las cuotas sólo pueden transferirse entre asociados y con acuerdo del órgano de administración.
Las cuotas deben integrarse al ser suscriptas, al menos en un 5%, y completarse la integración en un
plazo no mayor de cinco años.
El artículo 27 de la ley consagra un principio de gran importancia para la vida y desarrollo de la
entidad cooperativa, cual es la posibilidad de que el estatuto social prevea un mecanismo de aumento
del capital en proporción con el uso real o potencial de los servicios sociales por los asociados. En una
cooperativa de crédito, por ejemplo, para tener derecho a un préstamo de mil pesos es lícito establecer
en el estatuto la obligatoriedad de que el asociado tenga cuotas sociales por un importe no inferior a
cien pesos (es decir, el 10%) o criterio similar.
En la cooperativa pueden efectuarse aportes en dinero o en bienes, siempre que sean determinados y
susceptibles de ejecución forzada.
El asociado moroso en la integración de las cuotas sociales debe resarcir los daños e intereses y se le
sanciona con la suspensión de los derechos sociales. Además, el estatuto puede prever la caducidad de
los derechos sociales, previa intimación.
El artículo 36 de la ley consagra el principio de la irrepartibilidad de las reservas, al prescribir que en
caso de retiro, exclusión o disolución de la cooperativa, el asociado sólo tiene derecho a que se le
reembolse el valor nominal de sus cuotas sociales integradas, deducidas las pérdidas que
proporcionalmente le corresponda soportar.
En la cooperativa el asociado sólo responde hasta el lírnite del capital suscripto, por ello, si hubiera
pérdidas, deberá soportarlas proporcionalmente a sus cuotas sociales, como establece el citado artículo
36.
Las cooperativas deben cumplir con las prescripciones de los artículos 43 y 44 del Código de
Comercio, tanto en lo referente a la forma de cómo llevar los libros de contabilidad como a los libros
obligatorios.
Además, la ley 20.337 establece la obligación de llevar los siguientes libros:
1) un registro de asociados;
2) un libro de actas de las asambleas;
3) un libro de actas de las reuniones del Consejo de Administración, y
4) un libro donde consten los informes de la auditoría externa de la cooperativa.
Los libros deben ser rubricados por la autoridad local competente (Dirección de Cooperativas de
Provincia o Instituto Nacional de Acción Cooperativa, en el orden nacional).
Anualmente se debe confeccionar el inventario, balance general, estado de resultados y demás cuadros
anexos, cuya presentación exija la autoridad de aplicación. Ello, sin perjuicio de las exigencias
vigentes para cooperativas que realicen una determinada actividad, como es el caso de las cooperativas
que son Bancos o Cajas de Crédito o Compañías de Seguros, donde la respectiva autoridad de control
de esa actividad (el Banco Central de la República Argentina, para las entidades financieras, y la
Superintendencia de Seguros de la Nación, para las últimas) puede fijar otros requerimientos.
Además, el Consejo de Administración debe confeccionar una Memoria Anual donde se describa el
estado de la cooperativa, se relate la actividad desarrollada durante el año y los proyectos en curso de
ejecución. Especialmente debe hacer referencia a los siguientes aspectos:
1) los gastos e ingresos cuando no exista discriminación de ellos en el estado de resultados o en los
cuadros anexos al balance general;
2) en el caso de cooperativas asociadas a otra de grado superior debe hacer referencia a la relación
económico-social existente con mención del porcentaje de operaciones, en su caso; y
3) las sumas invertidas en educación y capacitación cooperativa, con indicación de la labor
desarrollada.
El Síndico de la cooperativa debe producir también un informe anual que debe ser considerado en la
asamblea ordinaria. También los auditores externos deben elevar un informe anual a la asamblea.
Todos estos documentos o, mejor dicho, sus copias, deben ser puestos a disposición de los asociados
en la sede de la cooperativa y remitidos a la autoridad de aplicación.
Ya dijimos en el punto 8 (pág. 18) que las cooperativas aspiran a eliminar el lucro y reemplazar las
ideas fundadas en el egoísmo por otras fundadas en la fraternidad y solidaridad humanas. Con tal
finalidad no distribuyen dividendos ni otorgan ganancias a sus asociados ni les reconocen derecho a un
reparto fmal. Las cooperativas sólo pueden producir excedentes cuando el precio de los servicios
cobrados al asociado o terceros es superior al costo más los gastos de administración. En realidad estos
gastos forman parte del costo del servicio. Por ello la ley va a definir a los excedentes repartibles como
aquéllos que provienen de la diferencia entre el costo y el precio del servicio prestado a los asociados
(art. 42).
La ley determina en esa norma la forma de distribución de los excedentes repartibles, consagrando la
obligatoriedad de destinar un porcentual de ellos a la educación y capacitación cooperativa (5%).
Además, establece un 5% para el fondo de acción asistencial y laboral o para estímulo del personal
que trabaja en la cooperativa y otro 5% para reserva legal.
De los excedentes repartibles se puede destinar una parte al pago del interés del capital, siempre que el
estatuto así lo establezca. De ello se deduce que en caso de no haber excedentes no podrá retribuirse el
capital aportado, aunque lo prevea el estatuto social. El interés a pagar sobre el capital no podrá
exceder en más de un punto el que cobra el Banco de la Nación Argentina en sus operaciones de
descuento.
El resto que quedara del excedente repartible debe distribuirse entre los asociados en concepto de
retorno, en general en proporción a los servicios utilizados por cada asociado y no en proporción al
capital aportado (salvo en las de crédito), lo que está demostrando que el retorno al asociado no es un
dividendo al capital sino el plus del precio cobrado de más en los servicios prestados. Por ello los
excedentes que deriven de la prestación de servicios a terceros (no asociados) deben destinarse a una
cuenta especial de reservas y no pueden ser distribuidos.
Lo que hemos expuesto sobre las asambleas de la sociedad anónima y especialmente sobre su
caracterización (punto 239) es perfectamente aplicable a las cooperativas.
No así en cuanto a la clasificación de las asambleas, en ordinarias y extrordinarias y los temas de su
competencia, donde la ley 20.337 se aparta de la ley 19.550 y consagra el mismo criterio que
empleaba el Código de Comercio para las sociedades anónimas.
Para la ley 20.337, las asambleas ordinarias y extraordinarias se diferencian únicamente en cuanto a la
época de realización y no en cuanto a los temas de su competencia.
La asamblea ordinaria se reúne una vez al año, dentro de los cuatro meses siguientes a la fecha del
cierre de ejercicio y considera:
- el balance general, estado de resultados y cuadros anexos;
- la memoria que debe elaborar el consejo de administración;
- el informe de la sindicatura;
- el informe de la auditoría externa; y
- la elección de los miembros del consejo de administración y síndicos.
Pero además, puede tratar cualquier otro tema incluido en el orden del día, lo que exhibe con
elocuencia que las asambleas extraordinarias no tienen reservada una competencia específica.
Las asambleas extraordinarias se realizan en cualquier tiempo, por disposición del consejo de
administración, por decisión del síndico; o cuando lo solicite un número mínimo de asociados no
inferior al diez por ciento del total, salvo que el estatuto previera un porcentaje menor. La ley autoriza
en este último supuesto, al consejo de administración, a denegar la petición siempre que incluya el
tema solicitado en el orden del día de la próxima asamblea anual y que ésta tenga lugar dentro de los
noventa días de la fecha de presentación de la solicitud de los asociados.
La convocatoria se hará en la forma que prevea el estatuto social, con no menos de quince días de
anticipación y deberá incluir el orden del día a considerar.
La convocatoria debe ser comunicada a la autoridad de aplicación y al órgano local competente.
La asamblea sesionará válidamente sea cual fuere el número de asistentes, una hora después
de la fijada en la convocatoria, si antes no se hubiera reunido la mitad más uno de los asociados
(no del capital social, que no se tiene en cuenta).
En aquellas cooperativas donde el número de asociados excede de cinco mil, deben reunirse asambleas
electorales de distritos, en las condiciones que determine el estatuto y el reglamento. Las asambleas de
distritos eligen delegados por simple mayoría de votos, y esos delegados son los que componen la
asamblea general, ordinaria o extraordinaria.
Son temas de competencia exclusiva de la asamblea, según el artículo 58 de la ley 20.337, los
siguientes:
1) la consideración del balance general, memoria, estado de resultado y cuadros anexos;
2) el informe del síndico y del auditor;
3) la distribución de excedentes;
4) la fusión o incorporación;
5) la disolución de la asociación;
6) el cambio del objeto social;
7) la participación como asociados de personas jurídicas de carácter público, entes descentralizados y
empresas del Estado, y
8) la asociación con personas de otro carácter jurídico.
Ello sin perjuicio de que el estatuto social establezca otro u otros temas como de competencia
exclusiva de la asamblea.
La remoción de los consejeros y síndicos debe ser resuelta por la asamblea, aunque el tema no figure
en el orden del día, si ello es consecuencia directa del asunto incluido en el temario de la asamblea.
Hay otros temas que también son competencia exclusiva de la asamblea, según se desprende de otras
reglas de la ley 20.337 o de disposiciones de la L.S. Tales son:
9) modificaciones del estatuto social (art. 235, L.S.);
10) la designación de consejeros y síndicos liquidadores, en su caso, y su remoción, (arts. 63, 88, 59 y
90, ley 20.337);
11) la retribución del trabajo personal de consejeros (art. 67) y síndicos (art. 78);
12) la renuncia de consejeros cuando ello afecta el normal funcionamiento del órgano de
administración (art. 66, ley 20.337).
13) la escisión de la cooperativa (art. 235, inc. 4º, L.S.);
14) el revalúo de activos (Resolución 248 del Instituto Nacional de Acción Cooperativa).
La fiscalización privada está a cargo de uno o más síndicos elegidos por la asamblea entre los
asociados, debiendo elegirse también igual número de suplentes.
Los síndicos duran en el cargo un máximo de tres ejercicios y pueden ser reelegidos indefinidamente,
salvo disposición en contrario del estatuto.
Si el estatuto prevé más de un síndico, debe fijar un número impar y, en tal caso, actuar como un
cuerpo colegiado bajo la denominación de "comisión fiscalizadora". En tal caso el estatuto debe
reglamentar su constitución y funcionamiento y se deberá llevar un libro de actas de las reuniones de
esa comisión.
Rigen respecto del síndico de la cooperativa causales de inhabilidad e incompatibilidad similares a las
que ya vimos para los síndicos de las sociedades anónimas (punto 273, g).
El síndico que realice una tarea permanente en la cooperativa puede ser remunerado silo autoriza la
asamblea, tal como ya vimos para el caso de los consejeros.
El síndico puede operar con la cooperativa, siempre que lo haga en las mismas condiciones que los
demás asociados.
Respecto a los deberes y atribuciones del síndico, son similares a los de la sociedad anónima (ver
punto 273, c), con el particular matiz de su no idoneidad.
También le son aplicables las normas sobre responsabilidad de los síndicos de las sociedades
anónimas (punto 273, m).
La sindicatura de la cooperativa difiere de la anónima en cuanto aquí no se exige idoneidad, pues no es
condición que sea abogado o contador o doctor en ciencias económicas, y también en cuanto es
exigencia que sea asociado de la cooperativa.
La ley ha optado por una sindicatura no especializada, pero complementada por la actuación de una
auditoria externa, que es obligatoria y que debe estar a cargo de un contador público nacional inscripto
en la matrícula respectiva.
También ese servicio de auditoría puede estar a cargo de una cooperativa de grado superior o de una
entidad especialmente constituida para ese fin.
Si el síndico fuera contador podrá tener a su cargo el servicio de auditoría.
La auditoría debe producir informes trimestrales y uno anual final, sobre el resultado del balance.
345. DE LA INTEGRACION
La ley 20.337 ha previsto la posibilidad de que las cooperativas puedan asociarse entre si para el mejor
cumplimiento de sus elevados fines.
Pueden fusionarse o incorporarse (fusión por absorción) cuando sus objetos sociales fueren comunes o
complementarios.
Asimismo se ha previsto la actuación común para una o más operaciones, debiendo convenir cuál de
ellas actuará como gestor asumiendo la responsabilidad frente a terceros.
Las cooperativas de primer grado pueden integrarse en cooperativas de segundo grado (federación) y
éstas, a su vez, unirse para constituir una de tercer grado (confederación). Para ello se requiere un
número mínimo de siete asociadas.
La ley establece que procederá la disolución de una cooperativa en los siguientes casos (art. 86):
1) Por decisión de la asamblea. La cooperativa no tiene duración determinada, pero la asamblea podría
disolverla en cualquier momento con la mayoría de dos tercios de los asociados presentes, adoptada en
reunión convocada a ese fin.
2) Por reducción del número de asociados por debajo del mínimo legal o del admitido por la autoridad
de aplicación y siempre que la reducción se prolongue por más de seis meses.
3) Por declaración en quiebra. Si la quiebra es levantada por un acuerdo resolutorio o por
avenimiento, quedará sin efecto la disolución.
4) Por fusión o incorporación. En el caso de fusión propia, las cooperativas fusionantes se disuelven
sin liquidarse, para constituir una nueva. En el caso de fusión por absorción - a lo que la ley llama
incorporación - la cooperativa absorbida se disuelve, sin liquidarse.
5) Por retiro de la autorización para funcionar. El órgano de aplicación de la ley (Instituto Nacional de
Acción Cooperativa, según la ley 20.337) es el que confiere la autorización para funcionar y, en caso
de trasgresiones de la cooperativa, puede sancionaría retirándole esa autorización. Tal situación deter-
mina la disolución de la entidad.
6) Cuando corresponda en razón de otras disposiciones legales. Ello permite la aplicación de otras
causales no previstas taxativamente en la ley 20.337 pero que surgen de disposiciones de la Ley de
Sociedades Comerciales. Tales, por ejemplo:
a) Por naber cumplido el objeto social para la cual fue constituida: tal sería el caso de una cooperativa
de viviendas constituida para construir un solo edificio determinado, una vez concluido éste.
b) Por imposibilidad sobreviniente de lograr el objeto social imposibilidad que puede ser de hecho o
jurídica. Sería un caso de imposibilidad de hecho si se tratara de una cooperativa que explota una mina
y ésta se agotara. Y sería imposibilidad jurídica si una ley dispusiera que para actuar como compañía
de seguros, por ejemplo, deben constituirse como sociedades anónimas2.
No aceptamos, en cambio, que sea viable la disolución de una cooperativa por pérdida del capital
social, dado su carácter variable y porque en la cooperativa él no representa un elemento esencial3.
Asimismo, son causales de disolución las previstas en regímenes legales especiales, como pueden ser
los derivados de la Ley de Entidades Financieras (ley 21.526) para bancos y cajas de crédito
cooperativas, o para las compañías de seguros (ley 20.091).
El estatuto puede prever, además, otras causales de disolución.
Salvo el caso de quiebra o de retiro de la autorización, los demás casos de disolución requerirán de un
pronunciamiento especial de la asamblea o de una resolución judicial.
El efecto de la disolución es la apertura del proceso liquidatorio, lo que ocurre en todos los casos,
salvo los derivados de fusión o incorporación, como ya lo vimos.
2
Cfr. ALTHAUS, Alfredo A., op. cit., pág. 461.
3
En contra ALTHAUS, quien admite esta causal de disolución para las cooperativas.
Durante la liquidación la cooperativa conserva su personalidad al solo efecto de cumplir el proceso
liquidatorio: esto es cobrar los créditos, vender todos los bienes y pagar las deudas.
Normalmente la liquidación estará a cargo del consejo de administración, salvo que otra cosa
dispusiera el estatuto social. En tal supuesto será la asamblea la que designe al o a los liquidadores.
El proceso liquidatorio es similar al regulado para las sociedades comerciales y a él remitimos (punto
140 y sigs.).
Producida la disolución y liquidación de una cooperativa, el remanente no se distribuye entre los
asociados, sino que el sobrante ingresará al patrimonio del órgano de control nacional o del fisco
provincial, en su caso y según el domicilio de la cooperativa.
A los asociados sólo se les reembolsará el valor nominal de las cuotas sociales deducida la parte
proporcional de los quebrantos, si los hubiera.
Estas reglas consagran así la abolición de toda idea de lucro o derecho al reparto final en el asociado.
Está a cargo de la autoridad de aplicación que establece la ley y tiene por finalidad realizar un
permanente control de la actividad y funcionamiento de las cooperativas desde su nacimiento hasta su
liquidación.
La autoridad de aplicación tiene facultades de sanción, como complementarias de las de control y
parte necesaria del poder de policía que le confiere la ley. Puede solicitar la intervención de la
cooperativa en sede judicial o bien puede disponer el retiro de la autorización.
La ley 20.337 creó el Instituto Nacional de Acción Cooperativa como autoridad nacional de aplicación
de la ley y estableció su organización y funciones, en el Capítulo XII en los artículos 105 a 113.
Ese organismo tiene la facultad de otorgar la autorización para funcionar a las cooperativas en todo el
territorio de la Nación; ejerce la fiscalización y control, asiste y asesora técnicamente a las
cooperativas; apoya económica y financieramente a las entidades; tiene la facultad de dictar normas
reglamentarias sobre la materia, etcétera.
Las cooperativas son personas jurídicas privadas sui generis. No son sociedades ni asociaciones
civiles.
Son entidades destinadas a poner en ejecución los principios del cooperativismo universal, fundados
en la libertad, la fraternidad y la solidaridad.
Por ello no pueden asimilarse a las sociedades civiles ni comerciales.
Estimamos que para hacer realidad la ejecución de los elevados principios que la sustentan, las
cooperativas deben "democratizarse" y "desburocratizarse"
Para ello se debiera prohibir la reelección indefinida de sus administradores, limitándose su duración a
tres ejercicios como máximo. La reelección indefinida de los administradores desnaturaliza la
cooperativa y la transforma en entidades burocráticas de beneficio prevaleciente de sus dirigentes.
Son entidades necesarias en la vida democrática de los pueblos, que deben ser preservadas y apoyadas,
porque constituyen escuelas de difusión de los elevados principios que las sustentan.
CAPÍTULO XXIII
SOCIEDADES COMERCIALES ESPECIALES
ENTIDADES FINANCIERAS, COMPAÑIAS DE SEGUROS,
SOCIEDADES DE AHORRO PARA FINES DETERMINADOS,
ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE JUBILACIONES Y PENSIONES,
SOCIEDADES CALIFICADORAS DE RIESGOS
Y SOCIEDADES QUE HACEN OFERTA PUBLICA DE SUS TÍTULOS VALORES
a) Regulación legal
Estas entidades están reguladas por la ley 21.526, con las modificaciones de las leyes 24.144, 24.318,
24.485 y 24.627.
Además, deben cumplimentar las disposiciones reglamentarias que dicte el Banco Central de la
República Argentina, que es la autoridad de aplicación de ese régimen legal.
La ley define la actividad financiera como aquélla que consiste en realizar intermediación habitual
entre la oferta y la demandó de recursos financieros, es decir entre las personas que tienen excedentes
de disponibilidades financieras y aquellas que tienen déficit de tales recursos. En suma, en la
intermediación en el crédito, én tomar créditos del público en forma de depósitos y transferirlos al
público en forma de préstamos.
c) Entidades comprendidas
Están comprendidas en este régimen legal todas las entidades privadas o públicas oficiales o mixtas -
de la Nación, de las provincias o municipalidades.
La ley declara expresamente comprendidas a los siguientes tipos de entidades:
1) bancos comerciales, que son los bancos clásicos, que operan en el corto plazo y a los que la ley les
reconoce un máximo grado operatorio, ya que les permite realizar todas las operaciones activas,
pasivas y de servicio que no estuvieran expresamente prohibidas;
2) bancos de inversión: son aquellos vinculados a la fmanciación de las actividades industriales y que
operan, como consecuencia, en el mediano y largo plazo;
3) bancós hipotecarios, que son aquellos destinados a la financiación de la construcción, adquisición y
refacción de viviendas y de inmuebles en general;
4) compañías financieras: son entidades que tienen por finalidad específica la financiación de la venta
de bienes durables (artículos para el hogar, automóviles, etc.), pero también actúan en la financiación
de la actividad comercial o industrial como un aspecto complementario;
5) sociedades de ahorro y préstamo para la vivienda u otros inmuebles: son entidades que tienen por
finalidad el otorgamiento de préstamos con destino a la construcción, adquisición o refacción de
viviendas u otros inmuebles, que tengan como condición el ahorro previo;
6) cajas de crédito: son entidades, generalmente cooperativas, que realizan una asistencia
financiera a la pequeña y mediana empresa, a los profesionales, comerciantes individuales,
artesanos, jubilados y a las asociaciones sin fines de lucro.
La ley aclara que tal enunciación no es excluyente de otra clase de entidades que si realizan la actividad
financiera definida en el punto a, quedarán comprendidas en ese régimen legal.
Además, las disposiciones de esa ley se pueden aplicar a personas públicas o privadas no comprendidas
expresamente, cuando a juicio del Banco Central de la República Argentina ello resulte aconsejable por razones
de política monetaria y crediticia.
1 Una mayor explicitación de estos temas puede verse en nuestra obra, La Refonna Financiera, ley 24.144, Rubinzal-Cutzoni, 1992.
d) Autoridad de aplicación
Así es como el Banco Central está facultado a establecer los capitales mínimos con los que debe operar cada
tipo de entidad y de conformidad con el lugar donde actúa; fijar las reservas de efectivo con que deben
operar estas entidades (es decir, la reserva que deben guardar del total de los depósitos que reciban);
las relaciones técnicas que deben mantener entre su capital y el total de depósitos que reciban, entre el
capital y las inmovilizaciones que pueden efectuar, la forma en que deben llevar la contabilidad y la información
contable a suministrar a esa autoridad, etcétera.
Además, el Banco Central en ejercicio del poder de policia financiero, puede enviar inspectores a las
entidades con el fin de controlar su funcionamiento; fiscaliza su actuación, establece la información que le
deben remitir periódicamente las entidades y, finalmente, aplica las sanciones por las transgresiones en que
incurran las entidades y las personas físicas responsables.
La actividad financiera no se puede realizar sin previa autorización del Banco Central de la República
Argentina, siguiendo de esta forma un sistema que es casi universal, ya que es siempre el Estado el
que autoriza la actuación bancaria y financiera en todo el mundo.
Para poder actuar como entidad financiera privada se debe constituir como sociedad anónima o
cooperativa, no admitiéndose otras formas jurídicas. En ambos casos las acciones deben ser nominativas no
endosables. Y ello es así a efectos de posibilitar que la autoridad de control pueda conocer quiénes son los
propietarios de las acciones de las entidades y de ese modo fiscalizar su transferencia, que debe ser, en todos los
casos,'autori zada previamente por el Banco Central.
Las entidades públicas se constituirán de conformidad con la ley de creación.
La transferencia de acciones, la venta del fondo de comercio y la fusión de entidades, requiere la
autorización previa del Banco Central.
Asimismo la instalación o cierre de sucursales o agencias de las entidades debe ser autorizada
previamente por la autoridad de aplicación.
La ley prohibe a las entidades realizar determinadas operaciones y, en otros casos, limita alguna de ellas sólo a
algún tipo de entidades. Además el Banco Central como órgano rector del sistema financiero nacional,
tiene la facultad de reglamentar las distintas operaciones que realizan las entidades financieras.
Erdirector o administrador de una entidad financiera puede operar con la entidad que dirige o
administra siempre que lo haga en igualdad de condiciones que el resto de la clientela (en cuanto a
tasas de interés, comisiones, plazos, garantías, etc.).
La misma regla rige para las personas vinculadas al director o administrador (caso del cónyuge, hijos,
padres, hermanos, etcétera) y de las empresas (sociedades) de las que el director o administrador forma parte
como accionista, administrador o síndico.
El Banco Central ha reglamentado esta norma fijando un limite de asistencia crediticia al director,
administrador y personas y empresas a él vinculados obligando a comunicar dichas operaciones a la
sindicatura y hacerlas constar en un informe mensual.
Las entidades están obligadas a guardar reserva de todas las operaciones pasivas que realicen los clientes
(depósitos a la vista, en cajas de ahorro y a plazo fijo).
1) cuando un juez, en causa judicial, solicite un informe, con los recaudos establecidos en las leyes respectivas;
2) frente al Banco Central de la República Argentina, que como autoridad de aplicación de la ley y de
fiscalización, a través de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, tiene facultades para
acceder a toda la documentación en poder de las entidades financieras;
3) frente a la Dirección General Impositiva, que puede requerir cualquier tipo de información;
4) frente a los organismos de recaudación impositiva de las provincias y municipalidades, previa determinación
del responsable y del expediente donde tramita una verificación; y
5) entre las mismas entidades fmancieras, según la reglamentación que establezca el BCRA.
A' respecto esa autoridad ha prescripto que tal información es obligatoria cuando una entidad la pide
a otra para cumpltr una determinada reglamentación del BCRA y es voluntaria, en todos los demás casos.
El régimen informativo se ha visto facIlitado por la instalación por el BCRA de una base de datos
conteniendo información de las empresas más importantes del país, donde se registra su endeudamiento
en las entidades fmancieras con las que operan.
El Banco Central puede disponer la revocación de la autorización para funcionar de una entidad
financiera, en los siguientes casos:
1) A pedido de las autoridades legales o estatutarias de la entidad;
2) En los casos de disolución previstos en el Código de Comercio o en las leyes que fijan su existencia como
persona jurídica (caso de las entidades cooperativas);
3) Por afectación de la solvencia y/o liquidez de la entidad que, a juicio del Banco Central no pudiera resolverse
por medio de un plan de saneamiento; y
4) En otros casos previstos en la ley 21.526. Estos supuestos son los siguientes:
- el caso del artículo 15 sobre cambios fundamentales en las condiciones básicas que se tuvieron en cuenta para
otorgar la autorización;
- en el caso de no presentación o del rechazo de un plan de saneamiento exigido por el BCRA; y
- en el caso de aplicación de la sanción de revocación (art. 41, inc. 6Q).
Resuelta la revocación de la autorización para funcionar de una entidad financiera, ésta queda en estado de
disolución (art. 94, inc. 10, ley 19.550, t.o. Dto. 841/84). Debe, en consecuencia, procederse a su subsiguiente
liquidación.
La liquidación de una entidad financiera es judicial, a partir de la reforma de la ley 24.144, para los casos de
revocación dispuestos con posterioridad a su vigencia.
Las liquidaciones y quiebras en anteriores seguirán trami
tando por la ley anterior (ley 21.526 con la reforma de la ley 22.529), según el artículo 8º de la ley
24.144.
La quiebra de entidades se rige, a partir de la ley 24.144, por las normas comunes de la Ley de
Concursos 19.551.
El artículo 1º de la ley 24.485 creó el Sistema de Seguro de Garantía de Depósitos, que es limitado, obligatorio y
oneroso. Limitado en cuanto al monto a devolver; obligatorio para todas las entidades financieras del sistema,
inclusive las oficiales; y oneroso en el sentido que las entidades deben costearlo con un aporte que fija el Banco
Central, con relación a los depósitos que captan.
En virtud de esa disposición legal, el Poder Ejecutivo nacional dictó el decreto 540/95 del 12-IV-1995,
estableciendo el régimen de ese seguro.
Quedan amparados en este régimen los depósitos en cuentas corrientes, a plazo fijo y en cajas de
ahorro, sean en pesos o en moneda extranjera, hasta la suma de $ 10.000, cuando sean constituidos a menos
de noventa días; y hasta la suma de $ 20.000 cuando estén constituidos a mayor plazo.
La ley 24.144 derogó la ley 20.539 y sus modificatorias que establecían la Carta Orgánica del Banco
Central y procedió a dictar una nueva regulación.
La ley, aplicando el principio contenido en la Ley de Emergencia Económica 23.697, consagra la
"autonomía" del Banco Central, aspecto de la mayor relevancia y significación, porque lo "independiza"
totalmente del Gobierno nacional.
La nueva Carta Orgánica prescribe que será su misión "primaria y fundamental" la de "preservar el valor de
la moneda". En tal sentido es de destacar la clara prohibición de otorgar préstamos al Gobierno nacional, a
las provincias y municipalidades.
El Banco sólo podrá financiar al Gobierno nacional mediante la compra a precios de mercado de títulos
negociables emitidos por la Tesorería General de la Nación, fijando un límite al crecimiento de esas tenencias,
de modo de restringir esta vía de financiamiento.
También se restringe severamente la asistencia crediticia a las entidades financieras, limitando los
redescuentos y adelantos al ciento por ciento del patrimonio neto de cada entidad y por un plazo no mayor de
treinta días. Exige, además, que en todos los casos los préstamos sean con garantías de activos.
La nueva regulación crea la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, como órgano
"desconcentrado", dependiente del presidente del Banco Central.
En esta breve reseña no podemos omitir una referencia al nuevo texto constitucional. En la
Constitución nacional recientemente sancionada, se establece en el artículo 75, inciso 6, entre las
atribuciones del Congreso, la de "establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir
moneda, así como otros bancos nacionales". De este modo se alude, en la primera parte al Banco Central de
la República Argentina.
El ejercicio de la actividad aseguradora y reaseguradora en el país, está regido por la ley 20.091.
Sólo pueden realizar operaciones de seguros las sociedades anónimas, las cooperativas, las entidades
mutuales de seguros, las sucursales o agencias de sociedades extranjeras y los organismos o entes oficiales o
mixtos, nacionales, provinciales y municipales.
Para poder realizar la actividad aseguradora se requiere autorización previa de la autoridad de control, que
es la Superintendencia de Seguros de la Nación.
c) Requisitos legales
Se requiere que las entidades aseguradoras se constituyan conforme uno de las formas
asociativas referidas, que tengan por objeto exclusivo efectuar operaciones de seguro o reaseguro
La ley 20.091 establece un régimen de inhabilidades e incompatibilidades para ser promotor, fundador, director,
consejero, sindico, miembro del consejo de vigilancia, liquidador, gerente o representante de las entidades.
La ley 20.091 prohibe a las entidades retribuir a los directivos, síndicos, funcionarios, y personal en
general, en proporción a la producción bruta o neta, total o de cualquiera de las secciones de seguro en
particular.
Las entidades aseguradoras no pueden operar en ninguna rama de seguro sin estar expresamente autorizadas para
ello. Los planes de seguro y sus elementos técnicos y contractuales deben ser, también, previamente
aprobados por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
En materia de seguros de vida, seguros de retiro y seguros que cubran la invalidez o el fallecimiento de afiliados
a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, están sujetos a un régimen de autorización
especial.
Están prohibidos los planes denominados "tontinarios", "de derrama" y los que incluyan sorteo. También la
cobertura de riesgos provenientes de operaciones de crédito financiero puro.
h) Pólizas
El texto de las pólizas de seguro se debe ajustar a las normas de las leyes 20.091 y 17.418, y ser aprobado
previamente por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
i) Primas
Las primas son libremente pactadas por las entidades y sus clientes, dentro de un máximo y un mínimo
fijado por la autoridad de superintendencia. Deben ser suficientes para permitir al asegurador el cumplimiento
de las obligaciones que asume y su permanente capacitación económico-financiera.
k) Gestión de la empresa
La empresa debe mantener el capital mínimo que establezca la Superintendencia y cuando él resulte
afectado por cualquier pérdida, se emplazará a la entidad a dar explicaciones y a presentar un plan de
regularización y saneamiento.
Hasta que se cumplan las medidas de regularización y saneamiento, la autoridad de control establecerá la
indisponibilidad de las inversiones por un monto equivalente a las reservas constituidas para hacer
frente a las obligaciones con los asegurados.
Cuando la pérdida del asegurador alcance al treinta por ciento del capital mínimo, se le ordenará que se
abstenga de celebrar nuevos contratos de seguro.
1) Reservas técnicas
Las entidades deben mantener las reservas técnicas que establezca la autoridad de control, para poder
hacer frente a las obligaciones contraídas con sus asegurados.
m) Inversiones
Las entidades aseguradoras deben invertir sus reservas técnicas en títulos públicos y privados,
inmuebles para uso propio, edificación, renta o venta, préstamos garantizados con títulos valores, con
garantía hipotecaria o prendaria en primer grado y en operaciones financieras garantizadas en su
totalidad por bancos y otras entidades financieras.
a) Regulación
Las sociedades que tengan por objeto las actividades de capitalización, acumulación de fondos, de crédito
recíproco y
ahorro para fines determinados, que suponen el compromiso de aplicación de los fondos a la obtención de bienes
previamente estipulados; que impliquen el requerimiento público de dinero con la promesa de futuras
contraprestaciones, se rigen por las normas de la ley 11.672, complementaria permanente de presupuesto y
las que establezca la autoridad reglamentaria (art. 40, ley 23.270 de 1985).
La ley aludida delega en el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la Inspección General de Justicia de la
Nación, el control y reglamentación de esas actividades (art. 6º, t.o. Dec. 1812/93, B. O., del 6-IX-93).
Estas sociedades se deben inscribir y deben ser expresamente autorizadas para funcionar por la Inspección
General de Justicia de la Nación.
c) Requisitos
Antes de iniciar sus actividades las entidades autorizadas a operar bajo cualquier modalidad en la
captación de fondos del público bajo promesa de prestación o beneficios fúturos, deben acreditar el
cumplimiento de los siguientes requisitos, establecidos por la Resolución General Nro. 10 de la I.G.J.:
1) seguro de caución de compañía aseguradora autorizada;
2) fianza del fabricante de los bienes que se adjudicarán, que se renovará anualmente;
3) garantía de entidad financiera autorizada.
En el caso de la fianza del fabricante, se requiere que se acredite la calificación del riesgo de cumplimientQ de
sus obligaciones, por sociedad calificadora regulada por el decreto 656/92.
Las garantías deben ser solidarias y de satisfacción "a primer requerimiento".
Los modelos de los contratos en uso por las entidades deben ser previamente aprobados por la Inspección
General de Justicia de la Nación.
e) Planes de capitalización
La I.G.J. sólo aprobará planes de capitalización o de ahorro para fines determinados, que sean utilizados
para el requerimiento público de dinero, cuando ellos tiendan a crear o favorecer el ahorro o a facilitar a
sus destinatarios la posibilidad de acceder a la titularidad de bienes de capital o de consumo durable y se
cumplan las siguientes condiciones:
1) en los planes de capitalización, los contratos deben asegurar que los suscriptores puedan recuperar al finalizar
el período previsto contractualmente o anticipadamente en caso de sorteo, el recupero del dinero a valores
constantes; como también respecto de las sumas a adjudicar o reintegrar en los planes de ahorro para
fines determinados por grupos cerrados;
2) en el caso de cfrculos cerrados para la adquisición de bienes determinados, se debe asegurar el
acceso a los bienes a todos los suscriptores;
3) en el caso de renuncia o rescisión del contrato, se debe asegurar a los suscriptores el reintegro del dinero
ahorrado a valores constantes.
La ley 24.241 modificó sustancialmente el régimen previsional argentino creando un sistema mixto,
compuesto de dos regímenes:
1) un régimen previsional público, de "reparto", a cargo del Estado nacional; y
2) un régimen previsional privado, de "capitalización" a cargo de operadores denominados
"Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones" o su sigla AFJP.
El "régimen de capitalización" creado como novedad por esta ley, se fundamenta en el derecho
del individuo a disponer libremente de sus aportes.. en su libertad de elegir el gestor u operador
que más le convenga y a mudarse de gestor cuando lo juzgue conveniente. Por eso la ley asegura a los
afiliados la libertad de optar entre uno y otro régimen previsional y elegir la AFJP que juzgue
más apta para administrar sus recursos y más segura para cumplir el pago de las prestaciones
previsionales.
Las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (en adelante AFJP) se
deben constituir como sociedades anónimas y tienen como objeto único y exclusivo:
Se rigen por la ley 24.241 promulgada el 13-X-93 por decreto 2091 con veto parcial, y
publicada en el B.O. el 18-X-93, con fe de erratas en B.O. del 26-X-93.
c) Denominación
d) Capital mínimo
La ley fija el capital mínimo de estas sociedades en la suma de tres millones de pesos ($
3.000.000.-), el que debe estar to
talmente suscripto e integrado en efectivo al momento de su constitución.
En caso de disminuir el capital, cualquiera fuera la causa, debe ser reintegrado dentro
de los tres meses de producido el hecho. En caso contrario la superintendencia de AFJP
debe resolver la revocación de la autorización para funcionar y liquidación de la
administradora.
e) Autorización
Corresponderá cuando:
En tales casos, los afiliados deberán elegir otra AFJP, a la que se le traspasarán los
fondos correspondientes a las cuentas personales de cada uno de ellos.
g) Régimen de comisiones
Las AFJP tiene derecho a una retribución mediante el cobro de comisiones, las que serán debitadas de
las respectivas cuentas de capitalización individual.
Las comisiones son el único ingreso de las AFJP por cuenta de sus afiliados y beneficiarios, debiendo
contemplar el financiamiento de la totalidad de los servicios, obligaciones y beneficios por los que en
definitiva resulte responsable, en favor de los afiliados y beneficiarios a ella incorporados.
El importe de las comisiones será establecido libremente por cada administradora. Su aplicación será
con carácter uniforme para todos sus afiliados o beneficiarios, salvo las situaciones que la ley o sus
normas reglamentarias prevean (art. 67 de la ley).
Existen las siguientes limitaciones:
1) sólo pueden estar sujetos al cobro de comisiones la acreditación de los aportes, la acreditación de
imposiciones voluntarias y depósitos convenidos y el pago de los retiros que se practiquen bajo la
modalidad de retiro programado;
2) la comisión por la acreditación ae los aportes obligatorios sólo se puede establecer como un
porcentaje de la base imponible que le dio origen, como una suma fija por operación o como una
combinación de ambos;
3) las comisiones por la acreditación ae imposiciones vo luntarias y aepósitos convenidos se pueden
establecer sobre la base de un porcentaje sobre los valores involucrados, una suma fija por operación,
o una combinación de ambos;
4) las comisiones por el pago ae los retiros programaaos se pueden establecer como un porcentaje
mensual sobre el saldo de la cuenta de capitalización individual del beneficiario, como una suma fija
por operación o como una combinación de ambos (art. 68).
Sobre las comisiones referidas en 2) y 4), la AFJP puede establecer un régimen de bonificación de las
comisiones. No podrá ser discriminatorio para afiliados de la misma categoría. Se establecerá como un
porcentaje de quita sobre el esquema de comisiones vigente (art. 69).
El régimen de comisiones debe ser informado por las administradoras a la superintendencia. Cualquier
modificación entrará en vigencia noventa días después de la aprobación por la superintendencia (art.
70).
Las comisiones a las que tiene derecho la administradora están exentas del impuesto al valor agregado.
h) Régimen de inversiones
El activo del fondo de jubilaciones y pensiones se invertirá de acuerdo con criterios de seguridad y
rentabilidad adecuados, respetando los límites fijados por la ley y las normas reglamentarias. Las
AFJP pueden invertir el activo del fondo administrado en:
1¾ títulos públicos emitidos por la Nación, hasta el cincuenta por ciento (50%) del
total del activo del fondo;
2) títulos valores emitidos por las provincias, municipalidades, entes autárquicos del
Estado nacional y provincial, empresas del Estado nacionales, provinciales o municipales,
hasta el treinta por ciento (30%);
3) obligaciones negociables, debentures y otros títulos valores representativos de
deuda con vencimiento a más de dos (2) años de plazo, emitidos por sociedades anónimas
nacionales, entidades financieras, cooperativas y asociaciones civiles constituidas en el país
y sucursales de sociedades extranjeras, autorizadas a la oferta pública por la Comisión
Nacional de Valores, hasta el cuarenta por ciento (40%); y a menos de dos años de plazo el
20%;
Todos los títulos valores, públicos o privados que puedan ser objeto de inversión por
parte de los fondos de jubilaciones y pensiones, deben estar autorizados para la oferta
pública y ser transados en mercados secundarios transparentes, que brinden diariamente
información veraz y precisa sobre el curso de las cotizaciones en forma pública y accesible
al público en general.
La Comisión Nacional de Valores determinará los mercados que reúnen los requisitos
enunciados en el artículo 78.
Los títulos de deuda deben haber sido objeto de calificación previa por sociedades
inscriptas en el Registro de Sociedades Calificadoras de Riesgo previsto en el artículo 5Q,
decreto 656/92.
La CNV dictará las normas reglamentarias, que deberán atender a las condiciones de
garantía de los títulos, no solamente en relación a aquellas garantías especiales que
pudieran
contener sino también a las que responden a la organización y administración de la sociedad, la
existencia de accionistas mayoritarios, enunciación de su política de inversiones y distribución de
utilidades y una adecuada apertura del capital.
En el caso de los Fondos Comunes de Inversión se tendrá especialmente en cuenta el grado de
diversificación de riesgo de su cartera, así como las características especiales del fondo en cuanto a su
política de inversiones.
En el caso de los Fondos de Inversión Directa se tendrá en cuenta la naturaleza y demás características
de los proyectos de inversión, que a través de los mismos se encaren, así como también la solvencia
técnica y económica de sus operadores y todo otro elemento relevante para evaluar el riesgo de los
mismos.
Las calificaciones efectuadas por las sociedades calificado-ras de riesgo, serán presentadas a la CNV
para su aprobación, si ello es exigido por las normas reglamentarias, de acuerdo con las disposiciones
que al respecto en ellas se incluyan.
6) acciones preferidas;
j) El encale
Las administradoras deberán integrar y mantener en todo momento, un activo equivalente por lo
menos al dos por ciento (2%) del fondo de jubilaciones y pensiones respectivo, el cual se denominará
"encaje". Este encaje nunca podrá ser inferior a tres millones de pesos ($ 3.000.000) y tendrá por
objeto responder a los requisitos de rentabilidad mínima (art. 86 de la ley).
El cálculo del encaje se efectuará en forma semanal teniendo en cuenta el valor promedio del fondo
durante los quince (15) días corridos anteriores a la fecha de cálculo (art. 89).
El monto del encaje deberá ser invertido en los mismos instrumentos autorizados para el fondo y con
iguales limitaciones. El encaje es inembargable (art. 89).
Cuando la rentabilidad del fondo fuere en un mes dado, inferior a la rentabilidad mínima del sistema y
esta diferencia no pudiere ser cubierta con el respectivo fondo de fluctuación, la administradora deberá
aplicar los recursos del encaje que sean necesarios a tal efecto.
Se disolverá de pleno derecho la administradora que no hubiere cubierto la rentabilidad mínima del
sistema o recompuesto el encaje dentro de los quince (15) días siguientes al de su afectación, debiendo
liquidarse la sociedad (art. 90).
k) Las prestac¡ones
Las prestaciones de jubilación ordinaria, retiro por invalidez y pensión por fallecimiento establecidas
en la ley para el régimen de capitalización se financiarán con el saldo de la cuenta de capitalización
individual del afiliado, conforme al artículo 27 de la ley.
Respecto de la jubilación ordinaria y de la pensión por fallecimiento que de ella se derive, el saldo de
la cuenta de capitalización individual estará constituido por el capital acumulado.
Respecto del retiro por invalidez y de la pensión por fallecimiento del afiliado en actividad, el saldo de
la cuenta de capitalización individual estará constituido por el capital acumulado más el capital
complementario que deba integrar la administradora y que proviene del seguro obligatorio constituido
a ese fin.
Con el fin de garantizar el financiamiento integro de las obligaciones cada AFJP deberá contratar, a
través de las compañías de seguros autorizadas por la Superintendencia de Seguros de la Nación -
artículo 175-, una única póliza de seguro colectivo de invalidez y fallecimiento, mediante una
licitación cuyas bases deberán publicarse en uno de los diarios de mayor circulación en el país y del
domicilio de la administradora, pudiendo ésta optar por cualquiera de las propuestas que se ajusten a
las mencionadas bases (art. 99, primer párrafo).
El seguro colectivo contratado no exime en forma alguna a la administradora de las responsabilidades
y obligaciones establecidas en la ley.
Los afiliados que cumplan los requisitos para la jubilación ordinaria y los
beneficiarios declarados inválidos mediante dictamen definitivo de invalidez, podrán
disponer del saldo de su
cuenta de capitalización individual a fin de acceder a su respectiva jubilación o retiro por invalidez,
según corresponda, de acuerdo con las modalidades que se detallan en los incisos siguientes:
1) renta vitalicia previsional;
2) retiro programado;
3) retiro fraccionario.
La renta vitalicia previsional es aquella modalidad de jubilación o retiro definitivo por invalidez que
contrata un afiliado con una compañía de seguros de retiro, de acuerdo con las siguientes pautas:
1) el contrato será suscripto en forma directa por el afiliado con la compañía de seguros de retiro de su
elección, conforme a los procedimientos que establezcan las normas reglamentarias. Una vez
notificada la administradora por el afiliado y la correspondiente compañía, quedará obligada a
traspasar a ésta los fondos de la cuenta de capitalización individual del afiliado que correspondan; y
2) a partir de la celebración del contrato de renta vitalicia previsional la compañía de seguros de retiro
será única responsable y estará obligada al pago de la prestación correspondiente al beneficiario desde
el momento en que suscriba el contrato y hasta su fallecimiento, y a partir de éste al pago de las
eventuales pensiones por fallecimiento a los derechohabientes del causante al momento en que se suscribió
el contrato. El haber de las pensiones se fijará en función de los porcentajes establecidos en eJ artículo 98,
los que se aplicarán sobre el haber de la prestación del causante;
3) para el cálculo del importe de la prestación a ser percibida bajo la modalidad de
renta vitalicia previsional, deberá considerarse el total del saldo de la cuenta de capitalización del
afiliado.
El "retiro programado" es la modalidad de jubilación o retiro definitivo por invalidez que acuerda el
afiliado con una administradora, de conformidad con las siguientes pautas:
1) la cantidad de fondos a ser retirada mensualmente de la cuenta de capitalización individual, se fijará en
un importe de poder adquisitivo constante durante el año y resultará de relacionar el saldo efectivo de la
cuenta del afiliado a cada año, con el valor actuarial necesario para financiar las correspondientes
prestaciones. El afiliado podrá optar por retirar una suma inferior a la que surja del cálculo
mencionado anteriormente;
2) la superintendencia de administradoras determinará la forma de cálculo y bases
técnicas para la determinación del valor actuarial necesario, el que deberá contemplar en
virtud de los derechohabientes del afiliado definidos en el artículo 53 de la ley, el pago de
las eventuales pensiones por fallecimiento que se pudieran generar;
3) el afiliado que en el momento de ejercer la modalidad de retiro programado, registre un saldo tal en
su cuenta de capitalización individual que le permita financiar una prestación no inferior al setenta por
ciento (70%) de la respectiva base jubilatoria definida en el inciso d) del artículo 101 y a tres (3) veces
el importe de la máxima prestación básica universal, podrá disponer libremente del saldo excedente, el
que no podrá superar a quinientas (500) veces el importe de la máxima prestación básica universal en
el mes de cálculo (art. 102 de la ley).
El "retiro fraccionario" es la modalidad de jubilación o retiro definitivo por invalidez
que acuerda el afiliado con una administradora de conformidad con las siguientes pautas:
1) sólo podrán optar por esta modalidad los afiliados cuyo haber inicial de la prestación, resulte
inferior al cincuenta por ciento (50%) del equivalente a la máxima prestación básica universal;
2) la cantidad de fondos a retirar mensualmente de la cuenta de capitalización
individual, será equivalente al cincuenta por ciento (50%) del haber correspondiente a la
máxima prestación básica universal vigente al momento de cada retiro;
ñ) Tratamiento imposit¡vo
a) Concepto
Son sociedades constituidas como anónimas, con el objeto social exclusivo de calificar títulos valores u otros
riesgos, creadas por el Decreto 656-92, que deben estar inscriptas en el Registro especial a cargo de la
Comisión Nacional de Valores.
El decreto citado estableció que a partir del 1 de setiembre de 1992, o fecha posterior que fijara la CNV, no se
otorgaría autorización de oferta pública para ninguna emisión de títulos valores privados representativos de
deuda (debentures, obligaciones negociables, títulos de deuda de corto plazo - commercial papers - y
bonos de suscripción) sin la previa presentación de dos calificaciones de riesgo otorgadas por
sociedades calificado-ras distintas e independientes, habilitadas a tal fin. También se deben calificar
las obligaciones negociables, o cualquier otro título convertible en acciones, destinados a ser ofrecidos
públicamente, mientras haya otros títulos de la misma clase que no hayan sido convertidos (art. 1º, Dec. 656-92).
d) Facultades de la CNV
La CNV determinará las características y los procedimientos generales de calificación
para cada una de las categorías y
podrá establecer distintas subcategorias de calificación (art. 15,
Dto. 656).
e) Sociedades extranjeras
Las sociedades calificadoras constituidas en el extranjero podrán solicitar su inscripción y autorización para
actuar como tales en el país, acreditando el cumplimiento de los recaudos referidos y además:
1) haberse constituido de acuerdo con las leyes de su país de origen;
2) haber actuado como sociedad calificadora durante dos años;
4) cumplir las reglas para las sociedades extranjeras que realizan actividad habitual
en el país (art. 21, Dec. 656).
1) Dictamenes: contenido
La calificación de acciones, de otros títulos valores y de otros riesgos, se debe basar en
los procedimientos descriptos en el Manual de Procedimientos que la calificadora haya
registrado ante la CNV.
Los dictámenes de calificación por cada emisor se efectuarán al menos trimestralmente.
Se deben considerar en los dictámenes, los datos que surjan de los balances de la sociedad emisora y de los
demás antecedentes obtenidos por la calificadora.
El dictamen debe mencionar qué fuentes de información fueron tomadas en cuenta
para la obtención de los datos utilizados.
Se debe hacer referencia a los distintos análisis efectuados en cada una de las etapas
del proceso de calificación previstas en el respectivo Manual (Resolución General Nro. 221 de
la Comisión Nacional de Valores, B.O. 28-X-92).
En este punto analizaremos las sociedades anónimas que hacen oferta pública de los
títulos valores que emitan (acciones, obligaciones negociables, debentures, etc.), que están sujetas
a la fiscalización de la Comisión Nacional de Valores y deben cumplir las normas reglamentarias que
dicte ese organismo público.
a) Ley 17.811
La oferta pública de títulos valores se rige por la Ley 17.811 de 1968, que organiza
este mercado, regula la actividad de sus operadores y crea también una autoridad de
superintendencia denominada Comisión Nacional de Valores (CNV).
b) Oferta pública
d) Entidades autorreguladas
Identifica tanto a las Bolsas de Comercio autorizadas a cotizar títulos valores y Mercados de Valores
adheridos a aquéllas, como a los mercados autorregulados autorizados a actuar como tales por la Comisión
Nacional de Valores - caso del MAE, Mercado Abierto Electrónico- (Res. Gral. 211, artículo 1º, inc. e).
1) Bolsas de Comercio: son instituciones que agrupan a comerciantes y se organizan como sociedades
anónimas o asociaciones civiles. Pueden o no tener vinculadas a eHas un Mercado de Valores.
Las Bolsas de Comercio con Mercados de Valores vinculados son la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, de
Rosario, de Córdoba, de Mendoza y de La Plata. Por Decreto 2150-92 (B. O. 26-XJ-92) se autorizó el
funcionamiento del Mercado de Valores de la Bolsa de Comercio de Santa Fe £A.
No tienen Mercado de Valores las Bolsas de Comercio de San Juan, Mar del Plata, Jujuy y Chaco.
Las Bolsas establecen su propia organización y se rigen por sus propias normas. Deben organizarse como
sociedades anónimas o asociaciones civiles y prever específicamente la realización de las operaciones
autorizadas y la difusión del régimen de oferta pública.
2) Mercados de Valores: vinculado a una Bolsa funcionan los Mercados de Valores, que se organizan
jurídicamente como sociedades anónimas y deben ser socios de la Bolsa a la que adhieren.
Los Mercados de Valores establecen su propia organización que debe ser aprobada por la Comisión Nacional de
Valores.
Existe un reglamento interno del Mercado de Valores de Buenos Aires que regula sobre los Agentes
de Bolsas; las sociedades constituidas entre agentes de bolsa y con terceros; sobre las sociedades de
bolsa; sobre los mandatarios, agencias, sucursales y productores; respecto de la transferencia de acciones del
mercado, asambleas y elección de autoridades; representación del mercado, del gerente general y del asesor
letrado.
3) Boisas sin Mercados de Valores: cuando sus estatutos prevean la cotización de valores mobiliarios, se
registren ante la CNV y cumplan las obligaciones que ésta establezca, podrán realizar los actos siguientes:
- intervenir en la colocación de emisiones de acciones de sociedades con oferta pública autorizada y de
títulos públicos;
- recibir órdenes de comitentes sobre valores mobiliarios con oferta pública autorizada, para cursarías a
los agentes de bolsa registrados en los mercados de valores donde coticen esos valores o a los agentes del
mercado abierto, en su caso (art. 112 de las Normas).
4) Autorreguladas no bursátiles: las entidades autorreguladas que coticen títulos valores autorizados a la
oferta pública, deben contar con la autorización previa de la CNV (Res. Gral. 201 de la CNV, artículo 1º).
5) Secciones de cotización: las entidades autorreguladas en las que se coticen títulos valores deberán como
mínimo asegurar, en todos los casos, la existencia de dos secciones de cotización. Una "Sección General" y otra
denominada "Sección Especial". Asimismo, podrán crear Secciones para la cotización de "nuevos proyectos".
Según las normas de la Resolución General 211, artículo 7Q bis, 1, cotizarán en la Sección Especial las emisoras
que se enuncian a continuación:
- emisoras cuyo capital social supere los sesenta millones de pesos ($ 60.000.000.-);
- emisoras cuyos mgresos por ventas de bienes y servicios resultantes del último ejercicio económico
supere los cien millones de pesos ($100.000.000.-);
- emisoras cuyo número de accionistas no sea menor de mil con derecho de voto y de mil doscientos sin
derecho a voto, no vinculados entre si;
- emisoras cuyos títulos valores admitidos a la oferta pública (sean ellos representativos del capital o de
deuda) tengan un valor nominal superior a los sesenta millones de pesos ($
60.000.000.-).
En la Sección General cotizarán las emisoras no comprendidas en ninguno de los supuestos referidos a
la Sección Especial, o aquéllas que no soliciten expresamente el ingreso a esa sección, en forma
voluntaria.
Las emisoras cuyos títulos valores coticen en bolsas de comercio o mercados autorregulados autorizados podrán
transferir las respectivas cotizaciones de una bolsa a una entidad autorregulada o viceversa; o transferir la
cotización de una sección a otra, de la respectiva bolsa o entidad en la que coticen sus títulos valores (Res. Gral.
210, artículo lQ).
6) Autorización de cotización: las Bolsas que tienen Mercados de Valores y las entidades autorreguladas
autorizadas por la CNV, son las encargadas de conferir la autorización para que los títulos valores emitidos por
sociedades y autorizados por la Comisión Nacional de Valores para hacer oferta pública, puedan cotizar en el
Mercado de Valores a eHa vinculado.
Otros agentes e intermediarios en la oferta pública que no pertenezcan a mercados autorregulados deberán
incorporarse a entidades autorreguladas o debieron constituir una de ellas antes del 1º de marzo de 1993 (Res.
Gral. 201, artículo 2º).
e> Intermediarios
Son intermediarios en el Mercado de Capitales los agentes y sociedades de bolsa, los agentes del mercado
abierto y otros
intermediarios inscriptos en entidades autorreguladas autoriza-das por la Comisión Nacional de
Valores. A partir del 1 de marzo de 1993 sólo podrán realizar oferta pública de títulos valores y
operaciones a término, en futuro u opciones, de productos y subproductos del reino animal, vegetal y
mineral, activos financieros, monedas, metales preciosos, otros activos o índices representativos de
ellos, los intermediarios pertenecientes a entidades autorreguladas (Res. Gral. 201, artículo 1º).
1) Agentes de Bolsa: para ser inscripto como agente de bolsa se requiere ser accionista del mercado;
comprobar que es mayor de edad; haber cursado estudios secundarios completos y los especiales que establezca
el directorio; justificar idoneidad mediante un examen de capacitación; acreditar solvencia moral, capacidad
económica, trabajos o tareas anteriores, la calidad de socio de la Bolsa de Buenos Aires; presentar una
manifestación de bienes con declaración jurada de no estar alcanzado por ninguna causal de
inhabilitación.
Aprobada la solicitud por el directorio y rendido satisfactoriamente el examen de idoneidad, el
aspirante debe constituir ga rantias suficientes; acreditar su inscripción en el Registro Público de
Comercio; tener libros de comercio, registros y documentos y adoptar un plan de organización
administrativa y con table.
Los agentes de bolsa se pueden asociar entre sí, bajo las formas de sociedad colectiva o anónima con acciones
nominativas no endosables. La sociedad se debe inscribir en el Registro Público de Comercio.
Asimismo, los agentes de bolsa pueden constituir sociedad con terceros, personas físicas. La sociedad se debe
inscribir en el Registro Público de Comercio. Los terceros que constituyan sociedad con Agentes deben
acreditar los requisitos exigidos para los Agentes.
2) Sociedades de Bolsa: se deben constituir como sociedades anónimas con acciones nominativas no
endosables o escriturales. Deben tener como objeto exclusivo las actividades que realicen en su condición de
accionistas del Mercado de Valores de Buenos Aires u otros Mercados del país.
El objeto podrá ser único o plural, incluyendo la actuación en las operaciones de bolsa; la prefinanciación y
distribución primaria de valores en cualquiera de sus modalidades; la actuación como agentes de suscripciones o
servicios de renta y
amortización; administración de cartera de valores; ejercicio de mandatos y comisiones; actividad
financiera adecuada a la normativa vigente; y cuantas más se relacionen directa o indirectamente con
la actividad de intermediación en títulos o valores mobiliarios o activos negociables, representativos de
bienes, de créditos o de participación.
Las sociedades de bolsa responden ante el Mercado por la actuación de sus representantes legales y
directores, sin perjuicio de la responsabilidad personal de éstos conforme la ley
19.550.
Cada agente de bolsa o sociedad de bolsa puede conferir mandato para operar en el Mercado a la
cantidad de dos personas por cada acción del Mercado. El directorio puede autorizar la actuación de
más de dos mandatarios por acción. Los man-datarios deben reunir los requisitos establecidos para los
agentes. El mandato se confiere por escritura pública y su testimonio se debe presentar al Mercado.
3) Agentes del Mercado Abierto: los agentes del mercado abierto o agentes extrabursátiles son
personas físicas o jurídicas (entre ellas bancos, compañías financieras y casas de cambio) que pueden
realizar operaciones con títulos valores autorizados a negociarse mediante oferta pública. Se inscribían
ante la CNV hasta el 1º de marzo de 1993. A partir de esa fecha sólo pueden actuar si pertenecen a una
entidad autorregulada autorizada a funcionar por la CNV (Res. Gral. 201, artículo 1º).
Son operadores naturales del Mercado Abierto los Bancos, las entidades financieras, sus afiliadas,
subsidiarias o hokiing los agentes de bolsas y las casas o sociedades de bolsa (art. 7Q, Res. Gral. 128).
Para su actuación deben inscribirse ante la CNV.
Los agentes del mercado abierto deben estar conectados obligatoriamente a un sistema informático
electrónico que permita poner en igual tiempo, en conocimiento de todos los agentes y de la comisión, las
ofertas y las operaciones concertadas (art. 137, Res. Gral. 147).
Los lugares de operación en dicho sistema deben ser de libre acceso al público inversor y estar permanentemente
a su disposición desde la apertura al cierre de las operaciones.
El sistema debe contar con una red de comunicaciones "punto a punto".
f) Caja de Valores
La ley 20.643 de 1974 creó esta entidad, que se debía constituir como una sociedad anónima, con la
finalidad de recibir depósitos colectivos de títulos valores emitidos en serie, auto-rizados a ser objeto de oferta
pública. La actual Caja de Valores S.A. se constituyó en 1980 y fue autorizada a funcionar por Re-
solución de la Comisión Nacional de Valores del 5 de febrero de 1981.
1) Contrato de depósito colectivo: Contrato de depósito colectivo de títulos valores es el celebrado
entre la Caja de Valores y un depositante autorizado, por el cual la recepción de los títulos valores por
parte de la Caja sólo genera la obligación de entregar al depositante o a quien éste indique, igual
cantidad de títulos valores de la misma especie, clase y emisor (art. 30, a, ley
20.643).
2) Depositantes: Son las personas autorizadas para efectuar depósitos colectivos a su orden, por cuenta
propia o ajena.
Sólo pueden actuar como depositantes:
- los agentes bursátiles y extrabursátiles, inscriptos;
- los mercados de valores, excepto los que participan en la organización de la Caja de Valores, en cuyo
caso no pueden ser depositarios en eHa;
- los bancos oficiales, mixtos o privados y las compañias financieras;
- las sociedades depositarias de los fondos comunes de inversión, respecto de los títulos valores de éstos;
- la Caja Nacional de Ahorro y Seguros (art. 32, ley 20.643);
- las entidades extranjeras que tengan por objeto la recepción de títulos valores de depósito colectivo
(Res. 14/92); y
- los agentes bursátiles y extrabursátiles extranjeros (Res.
14/92).
3) Comitentes: Son los propietarios de los títulos valores depositados en la Caja de Valores. La no
manifestación expresa en contrario del comitente hace presumir legalmente su autorización para el depósito
colectivo de los títulos valores entregados al depositante (art. 33, ley 20.643).
4) Depósitos de títulos valores: El depósito colectivo de títulos valores se debe efectuar a la orden de los
depositantes y a
nombre de los comitentes. Se pueden reunir en una sola persona la calidad de depositante y comitente (art. 34,
ley 20.643).
5) Títulos que pueden depositarse: Se pueden depositar 10.5 títulos valores emitidos por personas
jurídicas de carácter privado autorizadas a efectuar su oferta pública y los emitidos por las personas
jurídicas de carácter público (art. 35, ley 20.643).
6) Registraciones: La Caja procede a abrir una cuenta a nombre de cada depositante. Cada una de estas
cuentas se subdividirá, a su vez, en tantas cuentas y subcuentas como comitentes denuncie cada depositante, y
clase, especie y emisor de títulos valores deposite. La Caja registra las transmisiones, las constituciones de
prendas y retiros de los títulos al recibir de los depositantes las respectivas órdenes en los formularios corres-
pondientes.
Las registraciones de la Caja sustituyen las inscripciones en los registros de los emisores, con el mismo
efecto respecto de éstos y de los terceros (arts. 42 y 38, ley 20.643).
La Caja y los depositantes deben llevar los registros necesarios a efectos de que en todo momento se puedan
individualizar los derechos de cada depositante y comitente, determinándose en forma fehaciente la situación
jurídica de los títulos depositados (art. 38, ley 20.643).
El depositante que recibe del comitente títulos valores para su depósito colectivo queda obligado a devolverle a
su solicitud igual cantidad de títulos valores del mismo emisor y de la especie y clase recibidos, más sus
acreencias si las tuviera, pero no los mismos títulos (art. 39 ley 20.643).
El depositante está' obligado a entregarle recibo de los títulos al comitente en el acto de su entrega para depósito
colectivo; y además, dentro de los cinco días siguientes debe entregarle el documento de la Caja que acredite que
se ha realizado el depósito colectivo (art 39 ley 20.643).
7) Copropiedad indivis'a: El depósito colectivo establece entre los comitentes una copropiedad indivisa
sobre la totalidad de los títulos valores de la misma especie, clase y emisor, depositados en la Caja. Para la
determinación de la cuotaparte que le corresponde a cada comitente, se tendrá en cuenta el valor nominal de los
títulos depositados (art. 40, ley 20.643).
8) Otras funciones a cargo de la Caja de Valores: La Caja percibe, acredita y paga dividendos y rentas;
emite certificados para concurrentes a asambleas y de tenencia en custodia; actúa
como agente pagador del Banco Central de la República Argentina para los títulos emitidos en moneda
nacional por el gobierno nacional; Heva y mantiene al día libros de accionistas de sociedades con
cotización bursátil; envía directamente a los comitentes, trimestralmente un resumen; y liquida por
cuenta de los mercados de valores de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza, La Plata y Santa Fe,
la totalidad de las operaciones concertadas en rueda.
La Caja está autorizada a percibir dividendos, intereses o cualquier otra acreencia a que dieran derecho
los títulos valores recibidos en depósito y está obligada a la percepción puntual de los mismos (art. 49,
ley 20.643).
La ley 24.467, promulgada en marzo de 1995, introdujo en la Argentina las sociedades de garantía
recíproca, que con un tipo de sociedad especial que se regirá por las normas de esa ley y
supletoriamente por las reglas de la Ley de Sociedades Comerciales y específicamente de las
sociedades anónimas.
Estas sociedades constituyen una variedad de las "agrupaciones de empresas" o sociedad de sociedades,
que persiguen por finalidad facilitar el acceso al crédito a las PyMEs.
Es un típico consorcio de empresas con finalidad mutual, de ayuda a las empresas socias.
Estas sociedades son constituidas por pequeñas y medianas empresas, sean personas físicas o jurídicas,
cuyo número no podrá ser inferior a ciento veinte.
La ley 24.467 no define a las PyMEs, sino que delega esa facultad a la autoridad de aplicación.
b) Concepto de SGR
Son entes de carácter "mutual", integradas por pequeñas y medianas empresas y otras personas, que se
asocian con la finalidad de facilitar el acceso al crédito a las empresas asociadas y brindarles una serie
de servicios complementarios.
El artículo 32 de la ley 24.467 dispone: "Caracterización. Créanse las Sociedades de Garantía Recíproca (S.G.R.)
con el objeto de facilitar a las PyMEs el acceso al crédito.
"Las Sociedades de Garantía Recíproca (S.G.R.) se regirán por las disposiciones del presente titulo y
supletoriamente la Ley de Sociedades en particular las normas relativas a las Sociedades Anónimas".
Se trata de una expresión del fenómeno agrupacional de empresas, una "sociedad de sociedades", que
se constituye con fines de colaboración.
c) Características
En el sentido de la definición del Código Civil (art. 1648) estos entes son "sociedades" porque reúnen
los elementos que tipifican a éstas según la norma citada:
- más de dos personas;
- que comprometen aportes con los que forman un "fondo común";
- para obtener una utilidad apreciable en dinero;
- que dividirán entre sí;
- de la actividad resultante del empleo que hacen de los aportes realizados.
No son sociedades comerciales, en el sentido del artículo 1º de la ley 19.550, porque les falta el
requisito de la "tipicidad".
Tampoco son un "nuevo tipo" que se incorpora a la Ley de Sociedades Comerciales, porque la ley
24.467 no modifica la ley
19.550.
En consecuencia decimos que estos entes son "sociedades" con un régimen jurídico especial, razón por
la cual no se les puede clasificar ni como sociedades civiles, comerciales o cooperativas.
En realidad el sentido "mutualista" de estas sociedades las hace más próximas a las "cooperativas", sin
embargo la ley ha preferido sujetarlas en lo que no esté expresamente reglado en la ley 24.467 al
régimen legal de las sociedades mercantiles.
Son entes constituidos por la unión de no menos de ciento veinte pequeñas y medianas empresas
(socios partícipes) y al menos un socio protector.
Esas pequeñas y medianas empresas pueden ser de propiedad individual o colectiva, de manera que
socios partícipes
serán empresarios individuales o sociedades comerciales, civiles o cooperativas.
Estas sociedades se constituyen con la finalidad específica de facilitar el acceso al crédito a las empresas socias y
de proveerle servicios de asesoramiento técnico, económico y financiero. No pueden tener un objeto distinto.
Otorgan fianzas a los bancos y entidades financieras que asisten crediticiamente a las pequeñas y
medianas empresas.
Además, tienen la característica de que los socios limitan su responsabilidad al aporte comprometido y
en ellas no luce la responsabilidad subsidiaria de las empresas socias.
Son sociedades a las que se les aplican supletoriamente las reglas de las sociedades anónimas.
d) Función
e) Importancia
La flexibihidad y capacidad de adaptación a los cambios que tienen la PyME la erige en un elemento
esencial como factor de estabilidad social y economico.
Su pequeño capital social, la ausencia de activos fijos importantes y la inconsistente información sobre
flujo de fondos, les impide constituir garantías adecuadas para la obtención de asistencia financiera,
siendo esta una de las dificultades más destacadas que obstaculizan su funcionamiento y crecimiento.
La mayor dificultad de las PyMEs lo constituye el acceso al crédito, lo que tiene su fundamento no
solamente en el pequeño capital social e insuficiencia patrimonial que le limitan la posibilidad de otorgar
garantías, sino en las falencias derivadas de la
inexistencia de sistemas de control interno y la insuficiente capacidad y experiencia de sus conducciones
directivas.
Todo esto exhibe la razón y fundamento de la creación de estas sociedades de garantía recíproca que crea la ley
24.467, que vienen a aportar no solamente "garantías" adecuadas para la obtención de financiación, sino
también brindar "asesoramiento" para constituir organizaciones con adecuados sistemas de control
interno y direcciones capacitadas e idóneas.
Estas sociedades posibilitan a las empresas asociadas negociar mejores condiciones de financiación, al par que
ofrecer garantías de mayor envergadura, sin afectar los recursos propias de cada empresa.
M mismo tiempo estas sociedades brindan servicios de información y asesoramiento complementarios a las
actividades que desarrollan las PyMEs.
Estas sociedades se constituyen según el artículo 41 de la ley por acto único mediante instrumento público.
El contrato deberá contener, además de los requisitos exigidos por la ley 19.55O y sus modificatorias, los
siguientes:
- Clave única de identificación tributaria de los socios participes y protectores fundadores.
- Delimitación de la actividad o actividades económicas y ámbito geográfico que sirva para la
determinación de quienes pueden ser socios partícipes en la sociedad.
- Criterios a seguir para la admisión de nuevos socios partícipes y protectores y las condiciones a
contemplar para la emisión de nuevas acciones.
- Causas de exclusión de socios y trámites para su consagración.
- Condiciones y procedimientos para ejercer el derecho de reembolso de las acciones por parte de los
socios partícipes.
Por su parte, los enunciados que requiere la ley 19.550, según las reglas de los artículos 11 y 168, son
los siguientes:
- el nombre, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y número de documento de identidad de los
socios; y en el
caso de socios personas jurídicas su denominación, domicilio y datos de inscripción en el Registro Público de
Comercio;
- la razón social o la denominación y el domicilio de la sociedad;
- la designación del objeto social;
- el capital social, expresado en moneda nacional y la mención de los aportes de cada socio; la
naturaleza, clase, modalidades de emisión y demás características de las acciones y, en su caso, régimen de
aumento del capital; la suscripción del capital, el monto y forma de integración y, de corresponder, el
plazo para el pago del saldo adeudado, que no puede exceder de dos años;
- el plazo de duración, que debe ser determinado;
- la organización de la administración, de su fiscalización y de las reuniones de los socios;
- la elección de los órganos de administración y fiscalización, con determinación de la duración de sus
cargos;
- las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas;
- los derechos y obligaciones de los socios respecto de los terceros;
- las cláusulas necesarias para el funcionamiento, disolución y liquidación de la sociedad.
Según el artículo 44 de la ley será nula toda modificación a los estatutos de la sociedad que no cumpla con los
siguientes requisitos:
- Que el consejo de administración o los socios que realizan la propuesta formulen un informe por
escrito justificando la necesidad de modificación de los estatutos.
- En la convocatoria a asamblea general, deberá detallarse claramente la modificación que se propone.
- En la misma convocatoria se hará constar el derecho que corresponde a los socios de examinar en el
domicilio legal el texto íntegro de la reforma propuesta y su justificación, pudiendo suplirse por la entrega o
envío gratuito de dichos documentos, con acuse de recibo.
- Se requerirá la aprobación de la propuesta de modificación por parte de la autoridad de aplicación.
- Otorgada la autorización y aprobada en asamblea general, se procederá a la inscripción del mismo.
3) Denominación
El artículo 36 de la ley dispone al respecto que la denominación social deberá contener la indicación
"Sociedades de Garantía Recíproca", su abreviatura o las siglas SGR.
Estas sociedades llevan un nombre de fantasía, que puede aludir al lugar de radicación de las
empresas, seguida de las siglas SGR.
4) Objeto social
El artículo 33 de la ley regula sobre el particular, consagrando la regla de que el objeto social principal
de las sociedades de garantía recíproca será el otorgamiento de garantías a sus socios participes mediante la
celebración de contratos regulados en la ley; y que también podrán brindar asesoramiento técnico, económico y
financiero a sus socios en forma directa o a través de terceros contratados a tal fin.
Estas sociedades tienen prohibido, en el artículo 35, "conceder directamente alguna clase de créditos a sus socios
o a terceros", al igual que la ley española (art. 3º).
De esta forma la ley diferencia lo que es una forma de asistencia financiera como es el "crédito de firma"
del crédito "directo".
5) Capital social
Estará integrado por los aportes de los socios y representado por acciones ordinarias nominativas de igual
valor y número de votos.
Su monto mínimo será fijado por la reglamentación de la ley.
El capital social podrá variar sin necesidad de modificarse el estatuto, entre el monto mínimo y un máximo que
represente el quíntuplo del mismo.
La ley consagra limitaciones en la participación del capital por parte de los socios protectores en general y de
cada socio partícipe en especial.
La participación de los socios protectores, en general, es decir sumados todos eHos, no podrá exceder del
cuarenta y nueve por ciento (49%) del capital social.
Por su parte, la participación de cada socio partícipe no podrá superar el cinco por ciento (5%) del capital
social.
De esta forma la ley garantiza el control de la sociedad por los socios partícipes, pero al mismo tiempo les
fija a éstos limites en su participación máxima a fin de evitar desnaturalizar el carácter "solidario" y
"mutual" de estas sociedades.
Los aportes deberán ser integrados en efectivo, como mínimo en un cincuenta por ciento (50%) al
momento de la suscripción. El remanente deberá ser integrado, también en efectivo en el plazo máximo de un
(1) año a contar de esa fecha. La integración total será condición necesaria para que el socio participe pueda
contratar garantías recíprocas (art. 50).
g) Socios
La sociedad tiene dos tipos o clases de socios: los socios partícipes y los socios protectores (art. 37).
Según el artículo 37, serán socios partícipes únicamente las pequeñas y medianas empresas, sean éstas personas
físicas o jurídicas, que reúnan las condiciones generales que determine la autoridad de aplicación y suscriban
acciones.
El artículo 37 establece que a los efectos de su constitución y durante los primeros cinco (5) años toda SGR
habrá de contar con un mínimo de ciento veinte (120) socios partícipes, facultando a la autoridad de aplicación a
modificar estos mínimos en función de las peculiaridades regionales.
Serán socios protectores las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, nacionales o extranjeras, que
realicen aportes al capital social y al fondo de riesgo.
3) Prohibición
La ley prohíbe a la sociedad celebrar contratos de garantía recíproca con los socios protectores.
4) Incompatibilidades
Estas sociedades están sometidas a un régimen de autorización previa, que debe ser otorgada por la
autoridad de aplicación de la ley.
Ante dicha autoridad se debe efectuar la solicitud respectiva, adjuntando el estatuto social y la
constancia de su inscripción en el Registro Público de Comercio.
La autoridad de aplicación de la ley ejerce el control y la fiscalización en la constitución y funcionamiento
de estas sociedades.
El artículo 35 prohíbe a las SGR "conceder directamente ninguna clase de créditos a sus socios ni a terceros".
La norma se refiere a la concesión de créditos "directos", esto es al otorgamiento de préstamos o u otra
forma de créditos "directos" a los socios o a terceros.
Esta prohibición la recoge también la ley española (art. 3º), que es su fuente.
k) Contragarantias
Las SGR deben requerir de sus afianzados las contragarantías suficientes en respaldo de los contratos
de garantía que celebren.
Al mismo tiempo la ley consagra la obligación del socio participe deudor principal, de ofrecer a la
SGR, algún tipo de contragarantia en respaldo de la fianza.
1) Beneficios impositivos
La ley consagra un tratamiento impositivo especial para los contratos de garantía recíproca, en materia
de impuesto a las ganancias y al valor agregado.
Se exime del impuesto a las ganancias a las utilidades que generen estos contratos.
Están exentas del impuesto al valor agregado los actos y operaciones que se realicen con motivo de los
contratos de garantía recíproca.
Asimismo, los aportes de capital y los aportes al fondo de riesgo de los socios protectores y partícipes,
serán deducibles de las utilidades imponibles para la determinación del Impuesto a las Ganancias, en sus
respectivas actividades.
a) Funciones
La ley 24.557, de octubre de 1995, regula sobre los riesgos del trabajo. La gestión de las prestaciones y
demás acciones previstas en la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT) estará a cargo de
entidades de derecho privado, previamente autorizadas por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo
(SRT), y por la Superintendencia de Seguros de la Nación, denominadas "Aseguradoras de Riesgo del
Trabajo" (ART), que reúnan los requisitos de solvencia financiera, capacidad de gestión, y demás
recaudos requeridos.
Sin perjuicio de lo anterior, la ley prevé que los empleadores obligados a cubrir los riesgos de trabajo
y el Estado nacional, provincias y municipalidades, pueden "autoasegurarse".
b) Autorización previa
Para actuar las ART se deben constituir en la forma y cumplir los recaudos exigidos. Deben ser
autorizadas previamente por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y la Superintendencia de
Seguros.
Además la actuación y el funcionamiento de las ART estará fiscalizado por la Superintendencia de
Riesgos del Trabajo.
Las ART tendrán como único objeto el otorgamiento de las prestaciones que establece la ley 24.557,
en el ámbito que ellas mismas determinen.
e) Servicios complementarios
f) Capital mínimo
El capital mínimo necesario para la constitución de una ART será de tres miliones de pesos ($
3.000.000) que deberá integrarse al momento de la constitución. El Poder Ejecutivo nacional podrá
modificar el capital mínimo exigido, y establecer un mecanismo de movilidad del capital en función
de los riesgos asumidos.
g) Reservas
Los bienes destinados a respaldar las reservas de la ART no podrán ser afectados a obligaciones distintas a
las derivadas de esta ley, ni aun en caso de liquidación de la entidad.
En este último caso, los bienes serán tranferidos al Fondo de Reserva de la LRT.
h) Infraestructura obligatoria
Las ART deberán disponer, con carácter de servicio propio o contratado, de la infraestructura
necesaria para proveer adecuadamente las prestaciones en especie previstas en la ley.
Las ART tendrán acceso a la información necesaria para cumplir con las prestaciones de la ley.
Deben cumplir las siguientes obligaciones:
- denunciar ante la Superintendencia los incumplimientos de sus afiliados de las normas de higiene y
seguridad en el trabajo, incluido el Plan de Mejoramiento;
- promover la prevención, informando a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo acerca de los
planes y programas exigidos a las empresas;
- mantener un registro de siniestralidad por establecimiento;
- informar a los interesados acerca de la composición de la entidad, de sus balances, de su régimen de
alícuotas, y demás elementos que determine la reglamentación;
- no podrán fijar cuotas en violación a las normas de la ley, ni destinar recursos a objetos distintos de los
previstos por esta ley;
- no podrán realizar exámenes psicofísicos a los trabajadores, con carácter previo a la celebración de un
contrato de afiliación.
2) De los empleadores
- Recibirán información de la ART respecto del régimen de alícuotas y de las prestaciones, así como
asesoramiento en materia de prevención de riesgos;
- Notificarán a los trabajadores acerca de la identidad de la ART a la que se encuentren afiliados;
- Denunciarán a la ART y a la SRT los accidentes y enfermedades profesionales que se produzcan en
sus establecimientos;
- Cumplirán con las normas de higiene y seguridad, incluido el Plan de Mejoramiento;
- Mantendrán un registro de siniestralidad por establecimiento.
3) De los trabajadores
1) Régimen de sanciones
El incumplimiento por parte de los empleadores autoasegurados, de las ART y de las compañías de seguros de
retiro de
las obligaciones a su cargo, será sancionado con una multa de 20 a 2.000 AMPOs (Aporte Medio
Previsional Obligatorio), si no resultare un delito más severamente penado.
El incumplimiento de los empleadores autoasegurados, de las ART y de las companías de seguros de retiro, de
las prestaciones establecidas en el artículo 20, apartado 1, inciso a) (Asistencia médica y farmacéutica),
será reprimido con la pena prevista en el artículo 106 del Código Penal.
Si el incumplimiento consistiera en la omisión de abonar las cuotas o de declarar su pago, el empleador será
sancionado con prisión de seis meses a cuatro años.
El incumplimiento del empleador autoasegurado, de las ART y de las compañías de seguros de retiro de las
prestaciones dinerarias a su cargo, o de los aportes a los fondos creados por esta ley será sancionado
con prisión de dos a seis años.
Cuando se trate de personas jurídicas la pena de prisión se aplicará a los directores, gerentes, síndicos,
miembros del consejo de vigilancia, administradores, mandatarios o representantes que hubiesen intervenido en
el hecho punible.
Los delitos tipificados en los párrafos tercero y cuarto se configurarán cuando el obligado no diese cumplimiento
a los deberes aludidos dentro de los quince días corridos de intimado a ello en su domicilio legal.
La justicia federal será competente para entender en los delitos previstos en los párrafos tercero y cuarto.
La ley tiene por objeto la prevención de los riesgos y la reparación de los daños derivados del trabajo.
Son objetivos de la ley:
1) Reducir la siniestralidad laboral a través de la prevención de los riesgos derivados del trabajo;
2) Reparar los daños derivados de accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales, incluyendo la
rehabilitación del trabajador damnificado;
3) Promover la recalificación y la recolocación de los trabajadores damnificados;
4) Promover la negociación colectiva laboral para la mejora de las medidas de prevención y de las
prestaciones reparadoras.
n) Ambito de aplicación
La ley 24.557 rige para todos aquellos que contraten a trabajadores incluidos en su ámbito de aplicación.
1> Autoseguro
Los empleadores podrán autoasegurar los riesgos del trabajo definidos en esta ley, siempre y cuando acrediten
con la periodicidad que fije la reglamentación:
- Solvencia económico-financiera para afrontar las prestaciones de esta ley; y
- Garanticen los servicios necesarios para otorgar las prestaciones de asistencia médica y las demás
previstas en el artículo 20 de la presente ley.
El Estado nacional, las provincias y sus municipios y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires podrán
igualmente autoa segura rse.
2) Seguro obligatorio
Los empleadores que no acrediten los extremos referidos en 1) y 2) del punto a), deberán asegurarse
obligatoriamente en una "Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART)" de su libre elección.
Los empleadores y los trabajadores comprendidos en el ámbito de la LRT, así como las ART están
obligados a adoptar las medidas legalmente previstas para prevenir eficazmente los riesgos del trabajo.
A tal fin dichas partes deberán asumir compromisos concretos de cumplir con las normas sobre
higiene y seguridad en el trabajo. Estos compromisos podrán adoptarse en forma unilateral, formar
parte de la negociación colectiva, o incluirse dentro del contrato entre la ART y el empleador.
Los contratos entre la ART y los empleadores incorporarán un Plan de Mejoramiento de las condiciones de
higiene y seguridad.
El Poder Ejecutivo nacional regulará las pautas y contenidos del Plan de Mejoramiento, así como el régimen de
sanciones.
Mientras el empleador se encuentre ejecutando el Plan de Mejoramiento no podrá ser sancionado por
incumplimiento de las normas de higiene y seguridad en el trabajo.
La ART controlará la ejecución del Plan de Mejoramiento, y está obligada a denunciar los incumplimientos a la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT).
Las discrepancias acerca de la ejecución del Plan de Mejoramiento serán resueltas por la SRT.
p) Prestaciones en especie
Las ART otorgarán a los trabajadores que sufran algunas de las contingencias previstas en esta ley las siguientes
prestaciones en especie:
1) Asistencia médica y farmacéutica;
2) Prótesis y ortopedia;
3) Rehabilitación;
4) Recaliñcación profesional; y
5) Servicio funerario.
Las ART podrán suspender las prestaciones dinerarias en caso de negativa injustificada del
damnificado, determinada por las comisiones médicas, a percibir las prestaciones en especie de los
incisos 1, 3 y 4
CAPÍTULO XXIV
LA NOMINATIVIDAD DE LAS ACCIONES
Guillermo Borda ha sido quizá, el autor nacional que más a fondo ha llevado su crítica al anonimato de las
acciones. "El anonimato de las acciones es quizá la expresión más típica y descarnada del capitalismo liberal.
Como todo anonimato, es sinónimo de irresponsabilidad, y la nueva sociedad quiere hombres responsables..."
("El derecho comercial contra el derecho civil", L.L., t. 151, pág. 803).
Por su parte Zavala Rodríguez refiriéndose al decreto 4073 de 1956 que exigía la individualización de las
acciones al portador, dijo: "Cuantiosos capitales mal habidos se ocultaban y ocultan detrás del anonimato de las
acciones, y esa individualización podía ser un medio para descubrirlos"...y refiriéndose a quienes defendían el
anonimato, agregó "Veladamente los intereses espurios están detrás de esas voces que se levantán de buena fe"
(Código..., cit., T. 1, págs. 401 y 402).
Muchas legislaciones consagran la nominatividad de las acciones y demás títulos valores privados como una
forma de individualizar a los titulares de las grandes empresas que siempre adoptan la forma jurídica de
sociedades anónimas.
A las tradicionales razones impositivas de saber quiénes son los poseedores del capital de las empresas y los
tenedores de los títulos de deuda que éstas emiten, se sumaron otras razones. Por ejemplo la necesidad de
conocer la "nacionalidad" de los propietarios del capital de las grandes empresas, constituyó durante este siglo
otro argumento en favor de la nominatividad.
A estas razones se ha sumado en los últimos años la necesidad de evitar el "lavado de dinero" proveniente de
actividades ilícitas, especialmente el narcotráfico.
Todos los países luchan en la actualidad por desterrar este flagelo que tiene uno de sus aspectos más importantes
en la etapa de introducir en circuitos financieros lícitos los recursos monetarios producto de su actividad ilícita.
Por eso es que en todo el mundo se han establecido mecanismos de control que posibiliten su detección y para
ello se requiere que no puedan filtrarse recursos mediante inversiones en el capital de las empresas constituidas
como sociedades anónimas o en comandita por acciones.
357. ANTECEDENTES
a) Antecedentes Nacionales
Tanto el Código de Comercio como la ley 19.550 previeron que las acciones de las sociedades anónimas podían
emitirse al portador o en forma nominativa y que éstas podían ser endosables o no endosables.
Numerosas leyes especiales han consagrado la nominatividad obligatoria para distintos tipos de sociedades.
Por ejemplo, en materia bancaria y de entidades financieras, la ley 18.061 de 1969 ya había exigido que las
acciones de las sociedades anónimas de esas entidades debían ser nominativas no endosables. Criterio que
mantuvo la ley 21.526 de 1977 y que han conservado las sucesivas reformas a esa ley, las leyes 22.529, 24.144 y
24.485.
La ley 17.811, de Oferta Pública, prescribe que los Mercados de Valores, deben organizarse como sociedades
anónimas, con acciones nominativas, endosables o no (art. 35).
El decreto 656/92, que crea las Sociedades Calificadoras de Riesgos, exige también que se constituyan como
sociedades anónimas con acciones nominativas no endosables o escriturales (art. 6º, incs. a y f).
La ley 20.643 consagró ya en 1974 la obligatoriedad de que los títulos valores privados emitidos en serie en el
país, debían ser nominativos no endosables.
Esa ley que también creaba la Caja de Valores autorizó al Poder Ejecutivo Nacional a fijar los plazos para la
conversión de los títulos, una vez que estuviera en funcionamiento dicha Caja (art. 61).
La Ley de Presupuesto General para el ejercicio 1975, 20.954, estableció en su artículo 29 una modificación al
artículo
61 de la ley 20.643 disponiendo que las reglas sobre nominatividad serían aplicables a partir de la fecha en que
vencieran los plazos a que se refería la primera parte del artículo 61, es decir cuando entrara en funcionamiento
la Caja de Valores.
En 1985 se sancionó la ley 23.299 que sustituyó los artículos 22, 23, 27 y 61 de la ley 20.643, modificada por la
20.954.
Las reformas a los artículos 22, 23 y 27 fueron consecuencia de la introducción por la ley 22.903 de reformas a
la Ley de Sociedades Comerciales 19.550, de las "acciones escriturales" (art. 208). Por ello no se podían
restablecer directamente aquellas normas de la ley 20.643 sino que debían ser adecuadas a la regla del artículo
208 de la Ley de Sociedades Comerciales.
La ley 23.299 consagró otra vez la nominatividad obligatoria de los títulos valores privados emitidos en serie en
el país, admitiendo a la vez la emisión de títulos escriturales.
Esta ley obligó a la conversión de los títulos valores privados en serie emitidos al portador que existían en aquel
momento, otorgando un plazo hasta el treinta de abril de 1986.
El Poder Ejecutivo Nacional dictó el decreto 83/86 reglamentario de la mencionada ley estableciendo las formas
y procedimientos de conversión.
b) LegisIación comparada
Tanto la legislación brasileña de sociedades anónimas (art. 20, ley 6.404 de 1976), como la ley chilena de
sociedades anónimas 18.046 de 1981 (art. 12), consagran la nominatividad de las acciones.
En Uruguay y Paraguay, en cambio, las acciones pueden ser al portador.
La legislación norteamericana consagra también la nominatividad (Zavala Rodríguez, citando a Solá de
Cañizares, Código Comentado, T. 1, pág. 402) al igual que Italia, Noruega, Grecia, Suecia y Perú (cfr. Martín
Arecha y Héctor García Cuerva, Sociedades Comerciales, 2' Edición, pág. 324).
358. LA LEY 24.587
Con fecha 21 de noviembre de 1995 se promulgó la ley 24.587, que en su Título I consagra la
nominatividad de los títulos valores privados emitidos en el país y los certificados provisionales que
los representen. Esos títulos deben ser nominativos no endosables
Se podrán emitir también acciones escriturales conforme a las prescripciones de la Ley de Sociedades
Comerciales 19.550 y sus modificaciones.
La ley contiene un error, al haber omitido la limitación a los títulos "emitidos en serie", frase que contienen
las leyes de nominatividad anteriores.
Porque no puede presuponerse que con la ley queda prohibida la emisión de los títulos valores privados
"individuales" al portador, como es el caso de los cheques, letras de cambio y pagarés, etcétera.
Interpretamos que la ley alude únicamente a los títulos privados "emitidos en serie", es decir a las acciones, las
obligaciones negociables y los debentures.
La transmisión de los títulos valores privados y los derechos reales que recaigan sobre los mismos deben constar
en el título, inscribirse en el registro que se debe llevar a esos fines y notificarse al emisor.
Tales actos sólo producirán efectos frente al emisor y terceros desde la fecha de la inscripción.
La reglamentación dispondrá las constancias que deben figurar en el titulo y en el registro, sobre las modalidades
de cada operación y los datos de las partes intervinientes.
Todo ello sin perjuicio de las disposiciones de la Ley de Sociedades Comerciales 19.550 y sus modificaciones,
referidas a las acciones escriturales.
Asimismo las medidas precautorias que se dispongan sobre estos títulos surtirán efecto con su notificación al
emisor e mscripción en el registro; y en el caso de títulos con cotización en mercados de valores se requerirá la
notificación al respectivo mercado.
De otra forma tales medidas precautorias no afectarán las negociaciones efectivamente concretadas en los
mercados de valores sobre títulos cotizables.
c) Cupones
Estos títulos nominativos no endosables podrán llevar cupones al portador, los que deberán contener la
numeración del título valor al que pertenecen.
El artículo 4º de la ley consagra la presunción iure el de jure que los cupones pertenecen a la persona a
cuyo nombre está inscripto el título valor respectivo. Esta presunción regirá a todos los efectos, salvo
que el portador de los cupones que dan derecho a la suscripción de nuevas acciones, exigiera que éstas
fueran emitidas directamente a su nombre.
Se trata, como ha señalado Farina ("Nominatividad de las acciones", ED., t. 118, pág. 803) de una
solución de evidente interés fiscal, en la medida que la presunción referida en el párrafo anterior opera en
favor del fisco, al cual no se le podrán oponer ninguna transmisión de los cupones.
El artículo 5Q regula sobre los títulos valores públicos o privados emitidos al portador en el extranjero que
estuvieran autorizados a ser ofrecidos públicamente en el país. Ellos deberán ser depositados en una entidad
financiera, a fin de que ésta entregue en cambio certificados nominativos intransferibles representativos de los
títulos al portador.
En el Capítulo II del Título 1, artículos 6º y 7º, se regula sobre la conversión de los títulos al portador vigentes
al momento de la sanción de la ley.
Los títulos privados al portador en circulación a la fecha de vigencia de la ley, deben ser presentados para su
conversión, si el estatuto lo prevé. Los endosables quedarán convertidos de pleno derecho en títulos no
endosables al vencimiento del plazo de conversión.
La conversión se deberá efectuar hasta la fecha que a tal efecto fije el Poder Ejecutivo Nacional, la que no podrá
exceder de los seis meses calendario posteriores al de publicación de la ley.
Hasta la fecha indicada, los títulos al portador autorizados a la oferta pública se podrán negociar únicamente si se
hallan depositados en la "caja de valores", individualizándose al adquirente.
Los títulos valores privados al portador que no sean presentados para su conversión, no se podrán
transmitir, gravar ni posibilitarán ejercer los derechos inherentes a los mismos.
Las operaciones de conversión dispuestas en la ley están exentas de todo tributo.
El artículo 10 de la ley consagra la aplicación de pleno derecho de sus disposiciones a las sociedades
regulares constituidas a la fecha de su vigencia, sin requerirse la modificación de los contratos y estatutos ni
su inscripción y publicidad.
g) Dividendos
Vencido el plazo que fije el Poder Ejecutivo Nacional para la conversión, los dividendos correspondientes a
acciones al portador se gravarán en la forma que al respecto establezcan las disposiciones del impuesto
a las ganancias. Asimismo no resultarán de aplicación las exenciones otorgadas en favor de intereses,
rentas u otras ganancias provenientes de títulos valores privados al portador.
Finalmente el artículo 12 de la ley otorga al Poder Ejecutivo Nacional, un plazo de sesenta días contados a partir
de la fecha de publicación de la ley en el Boletín Oficia4 para determinar las formas y procedimientos de
conversión.
Las disposiciones sobre la nominatividad entraron en vigencia el día de su publicación en el Boletín Oficial,
es decir el día 22 de noviembre de 1995.
i) Erectos y repercusión
La ley no tiene hoy en día el efecto que producía la nominatividad en 1956 o en 1974, porque en aquellos años
las transacciones bursátiles no contaban con una Caja de Valores.
Desde la instalación de la Caja de Valores S.A. en el país, en 1980, las acciones y demás títulos privados que
cotizan en la Bolsa se han nominativizado, al requerirse la individualización de los "comitentes" que operan con
los agentes de bolsa y bancos en esas transacciones.
La incorporación de los títulos "escriturales" en nuestra legislación, como consecuencia de la reforma a la Ley de
Sociedades Comerciales 19.550 por la ley 22.903 de 1983, disminuye la significación de la nominatividad
obligatoria.
Además, se debe tener presente que las sociedades anónimas de objeto social especial, como los bancos y
entidades financieras, los Mercados de Valores, las Sociedades Calificado-ras de Riesgos, las Sociedades
Gerentes de los Fondos Comunes de Inversión, las empresas de radiofonía y televisión, etcétera, deben
organizarse ya como sociedades anónimas con acciones nominativas no endosables, y las transferencias
accionarias deben ser aprobadas, en tales casos, por las autoridades de control y superintendencia.
Sus efectos quedan ahora reducidos a aquellas empresas
-por cierto que muy numerosas en el país- organizadas jurídicamente como sociedades anónimas "cerradas" o
familiares, donde el proceso de conversión obligará a que aparezcan los verdaderos dueños de esos capitales y
participaciones accionarias.
Esto permitirá combatir la evasión impositiva, que es la finalidad inmediata que persigue la ley, pero también el
"lavado de dinero", cerrando una vía a la inversión de los recursos financieros producto del narcotráfico.
El 18 de marzo de 1996 el Poder Ejecutivo Nacional dictó el decreto 259/96 reglamentario de la ley 24.587
(B.O., 20-111-1996).
El artículo 1º del decreto prescribe los títulos valores deberán contener las menciones previstas en los artículos
745 del Código de Comercio, 211 de la ley 19.550 (to. decreto 841/84) y 31 de la ley 23.576 y en las leyes
24.083 y 24.441.
En el reverso de cada título deberá constar:
1) Nombre y apellido o denominación del titular inscripto en los respectivos registros de la sociedad emisora,
previstos en los artículos 213 de la ley 19.550 (t.o. decreto 841/84), y 31 de la ley 23.576. En el caso de personas
físicas se debe registrar en primer lugar el apellido y luego los nombres completos, tal como figura en el
documento a que se refiere el inciso 5). En el caso de personas jurídicas deberá registrarse la denominación
completa de las mismas.
2) Derechos reales que gravan los títulos valores.
3) Fecha de la anotación en el respectivo registro de la sociedad emisora de los datos previstos en
los incisos 1) y 2).
4) Firma autógrafa y sello de un representante legitimado de la sociedad emisora o de la entidad que tenga
a su cargo el registro.
5) Número de documento de identidad y clave única de identificación tributaria C.U.I.T. en las condiciones
previstas en los incisos 3) y 4) del artículo 6º.
2) Jnscripción de la conversión
El artículo 3º del decreto dispone que dentro del plazo previsto por la ley, la sociedad emisora debe proceder a
inscribir en
los registros respectivos a los titulares de títulos valores que acrediten ese carácter con el respectivo título al
portador o nominativo endosable.
El Registro y los títulos respectivos deben contener las constancias identificatorias del titular, referidas
anteriormente.
El artículo 4º establece que el emisor que deba entregar títulos al portador o nominativos endosables antes del 22
de mayo de 1996 podrá asentar en el anverso de cada uno de ellos con caracteres destacados la siguiente
inscripción: "Este título se convertirá automáticamente en nominativo no endosable a partir del 22 de mayo de
1996".
En el reverso de estos títulos figurará el cuadro a que hace referencia el artículo 2º debiendo presentarse los
valores al emisor para la individualización de su titular dentro del plazo legal.
El emisor anotará los datos del titular en el registro correspondiente de la sociedad.
El artículo 5Q del decreto dispone que la conversión a nominativos no endosables de los títulos valores privados
que estén depositados en la Caja de Valores al día 22 de mayo de 1996 se operará de pleno derecho. Es decir que
en este caso el titular no debe realizar trámite alguno.
La Caja deberá notificar a cada emisor las tenencias depositadas a la fecha indicada. El retiro de dicho título a
partir de la fecha indicada obliga a la Caja de Valores S.A. a:
- Informar al emisor dicha circunstancia con identificación del nuevo titular.
- Entregar títulos nominativos no endosables conforme las modalidades de conversión convenidas con el emisor.
El artículo 6º del decreto autoriza a que los registros de títulos valores nominativos no endosables o escriturales
puedan
ser llevados en forma computarizada si así lo autoriza la respectiva autoridad de control.
Además de las menciones exigidas en los artículos 213 de la ley 19.550 (t.o. decreto 841/84) y 31 de la ley
23.576, el artículo 6º del decreto reglamentario prescribe que deberán contener los siguientes datos de los
titulares:
- Nombre y apellido o denominación. Cuando se trate de personas físicas se deberá registrar en primer lugar el
apellido y luego los nombres completos y cuando se tratare de personas jurídicas se deberá registrar la
denominación completa tal cual se inscribió en el registro correspondiente.
- Domicilio real o sede social en su caso.
- Número de Documento Nacional de Identidad o en su defecto número de Libreta Cívica o de Enrolamiento.
Cuando no se poseyeren estos documentos deberá utilizarse el número de Pasaporte o Cédula de Identidad
debiendo identificarse el tipo de documento que se consigne. Si se tratare de personas jurídicas los datos de
inscripción registrados o de autorización según corresponda.
- Número de clave única de identificación tributaria C.U.I.T., excepto que se tratare de personas físicas que no lo
posean por no estar obligados. En el caso de acciones u otros títulos escriturales, deberá anotarse en el registro la
expedición de comprobantes de saldo de cuenta con la modalidad prevista en el artículo 9Q indicando su número
y fechas de expedición y de ven-cimiento. Los registros de acciones u otros títulos valores nominativos no
endosables podrán ser llevados por bancos comerciales o de inversión o por cajas de valores si así lo conviniere
la sociedad emisora. En todos los casos la entidad emisora será responsable ante los titulares por los errores o
irregularidades de los asientos, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiera corresponderle al Banco o Caja de
Valores ante la entidad emisora.
El comprobante de saldo de cuenta que expida la entidad que lleve el respectivo registro escritural deberá
contener, según lo dispone el artículo 8º del decreto reglamentario, las siguientes menciones:
- Fecha y hora de expedición.
- Menciones previstas en los artículos 211 de la ley 19.550 (t.o. decreto 841/84) y 31 de la ley 23.576.
- Nombre y apellido, domicilio real y número de documento de identidad del titular. Si se tratare de personas
jurídicas su denominación y sede y datos de inscripción registral o autorización en su caso.
- Denominación y sede de la entidad que extienda el comprobante, si fuere persona distinta de la sociedad
emisora.
- Derechos reales y medidas cautelares que graven los títulos valores.
- Constancia de expedición de comprobantes de saldo de cuenta con la modalidad prevista en el artículo 9º,
indicando las fechas de expedición y de vencimiento.
- Limitaciones estatutarias a la transmisión de los títulos valores de la emisora.
2) Comprobante con constancia
El artículo 9º del decreto establece que el titular del título valor podrá solicitar un comprobante de saldo de
cuenta donde conste que su expedición es a fin de transferir los títulos o constituir sobre ellos derechos
reales.
Ese comprobante tendrá vigencia por un plazo de diez (10) días, y durante ese período no se podrá
emitir otro con igual constancia.
El artículo 10 del decreto reglamentario dispone que hasta el día 22 de mayo de 1996, se podrán negociar en el
país los títulos valores al portador con oferta pública autorizada cuando estén depositados en la Caja de Valores
o se depositen al momento de liquidar la operación y dentro de dicho plazo.
El artículo 11 del decreto 259/96 prescribe que la Comisión Nacional de Valores, para las sociedades que hacen
oferta pública y las respectivas autoridades de control de las entidades emisoras, podrán dictar las normas
complementarias a efectos de la aplicación de la ley 24.587 y de su reglamentación, incluyendo la adaptación de
sus disposiciones para otros títulos valores emitidos en serie.
Se aclara que ello es sin perjuicio de las facultades reglamentarias de la Dirección General Impositiva, del Banco
Central de la República Argentina y la Superintendencia de Seguros de la Nación, en lo que hace al ámbito de
sus respectivas competencias.
También se autoriza a la D.G.I. para que en uso de las facultades que le acuerda la ley 23.271 pueda requerir
información sobre los datos de individualización de los titulares incluidos en los registros de las entidades
emisoras.
g) Valores representativos de deudas
Cuando se trate de de títulos valores representativos de deuda o asimilables, con oferta pública autorizada, se
considerará cumplido el requisito de la nominatividad cuando estén representados en certificados globales o
parciales, inscriptos o depositados en regímenes de depósito colectivo nacionales o extranjeros (Caja de Valores
o similares del exterior), reconocidos por la Comisión Nacional de Valores, a cuyo fm se considerarán
definitivos, negociables y divisibles (art. 13).
h) Títulos valores emitidos al portador en el extranjero
El artículo 14 del decreto reglamentario dispone que los títulos valores públicos o privados emitidos al portador
en el extranjero, autorizados a ser ofrecidos públicamente en el país, deberán ser depositados en una entidad
f'inanciera o en caja de valores autorizada a funcionar como tal en el país, las que entregarán a cambio
certificados nominativos intransferibles representativos de aquéllos.
El artículo 15 del decreto reglamentario deroga expresamente el decreto de referencia que reglamentara en
el año 1986 la ley 23.299.
TABLA DE ABREVIATURAS
Art./arts. Artículo/artículos.
B.C.RA. Banco Central de la República Argentina.
B. O BoleÉín Oficial.
Cám. Nac. Com. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial.
Cap./cap. Capítulo.
c¡t. Citado.
C. Civ. Código Civil.
C. de Comercio Código de Comercio.
Cód. Civil Código Civil.
Cód. Com. Código de Comercio.
Cír. Conforme.
C.N. Constitución Nacional.
CPCCN Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
C.SI.N. Corte Suprema de Justicia de la Nación.
D.L. Decreto Ley.
Dec./dec. Decreto.
E.D. Revista Jurídica El Derecho.
Ed. Editorial.
etc. Etcétera.
Inc. Inciso.
J.A. Revista Jurídica Jurisprudencia Argentina.
L. Ley.
L.C. Ley de Concursos 19.551 y sus modificatorias.
L.L. Revista Jurídica La Ley.
L.S. Ley de Sociedades Comerciales 19.550 y sus modificatorias.
Nº/nº/nro. Número.
op. cit Obra citada.
p./pág./págs. Página/páginas.
por ej. Por ejemplo.
R.D.C.O. Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones.
sig./sigs. Siguiente/siguientes.
SA. Sociedad anónima.
S.CA. Sociedad en comandita por acciones.
Soc. col. Sociedad colectiva.
S.R.L. Sociedad de responsabilidad limitada.
T./t. Tomo.
t.o. Texto ordenado.
BIBLIOGRAFIA
CAPÍTULO I
LA SOCIEDAD COMERCIAL
1. Concepto 11
2. Evolución histórica 14
3. Regulación en el derecho comparado 16
4. Importancia actual de la sociedad comercial 17
5. Sociedad y asociación 18
6. Sociedad civil y sociedad comercial 19
7. Sociedad y enipresa 20
8. Sociedad comercial y cooperativas 21
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
LA PERSONALIDAD JURíDICA
DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
16. La regulación del tema en el Código Civil 35
a) Concepto de persona 35
b) Clasificación 35
c) Personas jurídicas privadas 36
17. Personalidad de las sociedades 37
18. Distintas teorías sobre la naturaleza de la personalidad ju
rídica 40
a) Teoría de la ficción de Savigny 40
b) Teoría dcl "patrimonio fin" 41
c) Teoría de la personalidad real de la asociación o teoría
de la realidad 41
19. Alcances de la personalidad 42
20. Situaciones especiales 44
a) Sociedades irregulares 45
b) Sociedades accidentales o en participación 46
c) Sociedades en liquidación 46
d) Sociedades en formación 47
21. Desestimación o prescindencia de la personalidad jurídica 48
NOTAS A LA OCTAVA EDICIÓN 52
1. Jurisprudencia 52
2. Doctrina 58
CAPÚFULO IV
CONCEPTO Y ELEMENTOS
DE LA SOCIEDAD COMERCIAL
22. Concepto legal (art. 1º, L.S.) 59
23. Elementos 59
24. El consentimiento 60
24 Bis. Las llamadas sociedades obligatorias 61
a) La incorporación del heredero del socio 62
b) La indivisión hereditaria en la ley de Bien de Familia 62
25. La affectio societatis 62
a) Concepto 62
b) La affectio societatis en los diversos tipos sociales 64
c) La affectio societatis en la jurisprudencia nacional 65
26. Pluralidad de personas 66
26 Bis. La sociedad de un solo socio 66
27. Organización 69
a) El nombre 69
b) Domicilio 72
c) Duración 73
d) Objeto: remkión 74
e) Gobierno, administración y control 74
28. El tipo social. Tipicidad 75
29. Fondo común 76
30.El fin común 78
31. Participación en los beneficios y en las pérdidas 79
32. El objeto social 80
a) Concepto 80
b) Exigencia legal 81
c) Requisitos 81
d) Nulidad por razón del objeto 82
e) La doctrina del "ultra vires" 82
33. La sociedad es sujeto del derecho (art. 2') 84
34. Asociación bajo la forma de sociedad comercial (art. 3º) 84
NOTAS A LA OCTAVA EDICIÓN 85
1. Jurisprudencia 85
2. Doctrina 91
CAPÍTULO V
CONSTITUCION DE LA SOCIEDAD
A) Acto Constitutivo 93
35. Forma del acto constitutivo (art. 4º) 93
36. Contenido del instrumento constitutivo (art. 11)
37. Estipulaciones nulas (art. 13) 97
38. Publicidad del contrato social (art. 10) 98
39. Inscripción en el Registro Público de Comercio (art. 5º) 100
40. Electos de la inscripción (art. 7º) 101
41. Ineficacia de las modificaciones no inscriptas (art. 12) 101
42. Facultades del Registro Público de Comercio (art. 6º) 102
43. Registro Nacional de Sociedades por Acciones (art. 8º) 103
44. Publicidad de las inscripciones registrales (art. 9º) 104
45. Norma general sobre publicidad (art. 14) 104
46. Trámite de las acciones judiciales (art. 15) 104
B) NUlIDAD DE [A SOCIEDAD 104
47. El régimen de las nulidades en el Código Civil 104
48. El régimen de nulidades en el derecho societario 105
49. Vicios del vínculo del socio con la sociedad (art. 16) 106
50. La sociedad "leonina" 109
51. Vicios que afectan el principio de tipicidad (art. 17) 109
52. Vicios que afectan el objeto social 111
a) Sociedad de objeto ilícito (art. 18) 111
b) Sociedad de objeto lícito, con actividad ilícita (art. 19) 112
c) Sociedad de objeto prohibido en razón de su tipo
(art.20) 113
C) SOCIEDADES IRREGULARES 114
53. Antecedentes de nuestra legislación 114
54. El régimen de la ley 19.550 116
a) El Código Civil italiano 116
b) La ley francesa de 1966 117
c) La ley 19.550 no adoptó ninguna de esas posiciones 117
55. La reforma de la ley 22.903 119
56. Régimen legal vigente 120
a) Concepto legal: imprecisiones y vacíos 120
b) Diferencias 121
c) Supuestos especiales de sociedades de hecho 121
d) Casos de sociedades irregulares 122
e) Sociedades de hecho y sociedades accidentales o en
participación 124
f) Sociedades incluidas 126
g) Regularización 127
h) Disolución 128
i) Derecho del socio a retirarse 129
j) Observaciones y críticas a la reforma 129
k) Responsabilidad de los socios y de quienes contratan
por la sociedad irregular 131
1) Representación de la sociedad 132
m) Prueba de la sociedad 132
n) Relaciones de los acreedores sociales y de particulares
de los socios 133
NOTAS A LA OCTAVA EDI ClON 134
1. lurisprudencia 134
2. Doctrina 146
CAPÍTULO VI
DE LOS SOCIOS
A) EL ESTADO DE SOCIO 147
57. Concepto 147
58. Adquisición del estado de socio 147
a) Principio general 147
b) Sociedades personales 147
c) Sociedades de capital 148
59. Transmisión del estado de socio 148
a) Principio general 148
b) Sociedades personales 149
c) Sociedades de capital 149
B) DE LA CAPAC¡DAD PARA SER SOCIO 149
60. Capacidad para realizar actos de comercio 149
a) Concepto de capacidad 149
b) Capacidad de las personas físicas 151
c) Situaciones especiales 152
1) Los emancipados 152
2) Los menores con 18 años cumplidos 152
3) Los menores con 18 años cumplidos que hubieren
obtenido título habilitante para el ejercicio de una
profesión 152
4) Los menores con 18 años cumplidos, autorizados
para ejercer el comercio 152
5) El hijo mayor de 18 años, asociado al comercio del
padre 153
61. Capacidad para constituir sociedad 153
a) 'Principio general 153
b) Menores de edad 153
1) Sociedad con el padre 154
2) Menor de edad heredero de un establecimiento co
mercial o empresa de su padre 154
c) Situación de los demás incapaces 154
d) Menores emancipados 154
62. Sociedad entre esposos (art. 27) 155
a) Situación anterior a la Ley de Sociedades comerciales 155
b) Ley de Sociedades comerciales 155
c) Crítica a la regulación actual 157
63. Herederos menores: casos de indivisión forzosa (art. 28) 158
64. Sanción por violación de las reglas anteriores (art. 29) 159
65. Sociedad socia (art. 30) 159
66. Socio aparente y socio oculto (art. 34) 161
67. Socio del socio (art. 35) 162
C) DE LOS SOCIOS EN SUS RELACIONES CON LA SOCIEDAD 162
68. Comienzo de los derechos y obligaciones (art. 36) 162
69. Mora en los aportes comprometidos (art. 37) 163
70. Bienes aportables. Forma del aporte e inscripción preventi
va (art. 38) 163
a) Sociedades de capital (art. 39) 164
b) Derechos aportables (art. 40) 165
e) Aporte de créditos (art. 4) 165
d) Aporte de títulos valores (art. 42) 166
e) Aporte de un fondo de comercio (art. 44) 166
f) Bienes gravados (art. 43) 167
g) Aportes en propiedad, uso o goce (arts. 45 y 49) 167
71. Garantía de evicción (arts. 46, 47 y 48) 168
72. Prestaciones accesorias (art. 50) 170
73. Valuación de los aportes en especie (arts. 51, 52 y 53) 171
a) Principio general 172
b) Sociedades de responsabilidad limitada y en comandita
simple, para el aporte de los socios comanditarios 172
c) Sociedades por acciones 172
d) Impugnación de la valuación por terceros 172
e) Impugnáción por los socios 173
74. Dolo o culpa del socio (art. 54) 173
a) Principio general 173
b) Compensación 174
c) Uso de fondos sociales 174
75. Control individual de los socios (art. 55) 174
76. Deber de lealtad 175
77. Deber de soportar las pérdidas 176
D) DE LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 176
78. Sentencia contra la sociedad: beneficio de excusión
(art. 56) 176
79. Embargos y venta de partes sociales. Cuotas y acciones
(art. 57) 177
E) INTERÉS DEL SOCIO E íNTERÉS SOCIAL 178
80. Concepto de interés 178
81. Interés del socio 178
82. El interés social 179
NOTAS A LA OCTAVA EDICIÓN 181
1. Jurisprudencia 181
2. Doctrina 188
CAPÍTULO VII
DE LA ADMINSTRACION Y REPRESENTACION
DE LA SOCIEDAD
83. Caracterización de sus funciones 189
84. Las doctrinas del "mandato" y "del órgano" 191
a) Doctrina del mandato 191
b) Doctrina del órgano 192
85.Designación de administradores y representantes sociales 193
86.Inscripción de la designación y cesación (art. 60) 194
87.Renuncia 195
88.Indelegabilidad de las funciones 195
89.Imputación a la sociedad de sus actos (art. 58) 195
90.Obligaciones de los administradores sociales (art. 59) 197
91.Responsabilidad 197
92.Eximición de la responsabilidad 198
93.Extinción de la responsabilidad 199
94.Intervención judicial de la sociedad 199
a) Concepto 199
b) Procedencia (art. 113) 200
c) Requisitos de la petición de intervención (art. 114) 200
d) Distintas "clases" de intervención (art. 115) 201
e) Duración de la intervención 202
f) Facultades y deberes del interventor 202
g) Aspectos procesales (arts. 116 y 117) 203
h) Criterios jurisprudenciales 203
NOTAS A LA OCTAVA EDICIÓN 205
1. Jurisprudencia 205
2. Doctrina 218
CAPÍTULO VIII
DE LA DOCUMENTACION Y LA CONTABILIDAD
95. Nociones generales 219
96. Medios mecánicos y otros (art. 61) 220
97. Obligaciones de las sociedades (art. 62) 221
98. Balance (art. 63) 222
a) El activo 225
b) El pasivo 227
c) Cuentas de orden 229
99. Estado de resultados (art. 64) 230
a) Losingresos 231
b) Los egresos 231
c) Las ganancias extraordinarias 232
100. Notas complementarias y cuadros anexos (art. 65) 233
a) Notas 235
b) Cuadros anexos 238
101. Memoria (art. 66) 239
102. Obligación de los administradores sociales (art. 67) 241
a) Información a los socios 241
b) Información a las autoridades de control 241
103. Ganancias (arts. 68 y 71) 242
104. Nulidad de las convenciones sobre aprobación de balances
(art.69) 243
105. Reservas(art.70) 243
a) Reserva legal 244
b) Otras reservas 244
106. Aprobación de los estados contables. Responsabilidades de
los administradores y síndicos (art. 72) 244
107. Libros de actas de los órganos colegiados (art. 73) 245
NOTAS A LA OCTAVA ED¡CIÓN 246
1. Jurisprudencia 246
2. Doctrina 248
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO XI
DE LA SOCIEDAD CONSTITUIDA
EN EL EXTRANJERO
A) NACIONALIDAD DE LAS SOCIEDADES 323
152. Concepto 323
153. Motivos para atribuir nacionalidad a las sociedades 324
154. Los criterios de atribución de nacionalidad 324
a) Sistema de la autonomía de la voluntad 325
b) El sistema de la incorporation 325
e) El sistema francés del lugar de la "sede social" (siege) 325
d) La doctrina del "control" 326
155. Las consecuencias de la atribución de nacionalidad 327
a) El "reconocimiento" de la sociedad constituida en el
extranjero 328
b) La habilitación para actuar 329
c) La ley aplicable 329
d) Discriminación entre sociedades nacionales y extranje
ras para el goce de derechos civiles 330
e) La protección diplomática de las sociedades 330
156. Teorías que niegan la nacionalidad de las sociedades 333
a) La doctrina "Irigoyen" 333
b) La legislación nacional 334
B) LA'SOCIEDAD CONSJTTUIDA EN EL EXTRANJERO 334
157. Actuación extraterritorial de las sociedades 334
a) Modos de actuación de la sociedad extranjera 335
b) Distinción entre "sucursal" y "filial" 335
158. Principio adoptado por la ley nacional 337
159. Ley aplicable (art. 118) 337
a) ¿Problema de ley aplicable o de reconocimiento9 338
b) Ley que rige los elementos sustanciales y la capacidad 338
e) "Lugar de constitución": derecho aplicable 339
d) Forma y prueba del acto constitutivo 340
160. Actuación en el pais 341
a) Capacidad de la sociedad constituida en el extranjero 341
b) Realización en el país de actos aislados 341
e) Ejercicio habitual en el país y establecimiento de sucur
sal, agencia o representación 342
161. Sociedad de tipo social desconocido en el país (art. 119) 343
162. Contabilidad (art. 120) 343
163. Responsabilidad de los representantes (art. 1º) 344
164. Emplazamiento en juicio (art. 122) 345
a) Finalidad de la norma 345
b) Sociedad que realiza en el país "actos aislados" 345
c) Existencia de sucursal, agencia o representación perma
nente 346
165. Constitución de sociedad en el país (art. 123) 346
a) La regla legal 346
b) Amplitud del concepto "constituir" sociedad 347
e) Nuestra interpretación 350
166. Sociedad extranjera con domicilio o principal objeto en el
país (art. 124) 351
a) La "sociedad en fraude de la ley argentina" 351
b) Las "consecuencias de esa actuación" 352
e) Carácter de orden público de esta normativa 355
167. Las sociedades "multinacionales" 355
167 Bis. Nuevo enfoque del problema 357
NOT,\S A lA OCTAVA EDICION 358
1 Ley24.409 358
2. Jurisprudencia 363
3. Doctrina 363
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO MII
DE LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
215. Antecedentes 405
216. Características (arts. 146 y 147) 406
217. Del capital social (arts. 148 y 149) 406
218. Responsabilidad de los socios. Garantía (art. 150) 407
219. Cuotas suplementarias (art. 151) 409
220. Transferencia de cuotas; normas reglamentarias (arts. 152,
153,154y155) 410
a) La reforma 411
b) Cesión de cuotas 412
c) Limitaciones a la transmisión de cuotas 412
d) Procedimiento para el otorgamiento de la conformidad
o ejercicio del derecho de preferencia 412
e) Transmisión por ejecución forzada 413
f) Incorporación de los herederos 414
221. Copropiedad de las cuotas sociales (art. 156) 415
222. Usufructo, prenda, embargos y otras medidas cautelares
sobre cuotas sociales 415
223. De la administración y representación (art. 157) 416
a) Criterio de la reforma 417
b) Designación 417
c) Gerencia plural 418
d) Derechos y obligaciones 418
e) Responsabilidad 418
f) Revocabilidad 419
224. De la fiscalización (art. 158) 419
225. De las resoluciones sociales (art. 159) 420
226. Régimen de mayorías (art. 160) 422
227. Limitaciones al derecho de voto (art. 161) 423
228. Actas de acuerdos sociales (art. 162) 423
NOTAS A LA OCTAVA EDICIÓN 424
1. Jurisprudencia 424
2. Doctrina 428
CAPÍTULO XIV
LA SOCIEDAD ANONIMA
229. Evolución histórica 429
a) Origen 429
b) Primeras sociedades por acciones 431
c) Su desarrollo 432
d) Evolución en Estados Unidos de América 433
e) Diferencia conceptual entre el derecho anglosajón y el
derecho continental 435
230. Importancia de la sociedad anónima: su influencia en la so
ciedad moderna 437
a) La sociedad anónima y el capitalismo 437
b) La sociedad anónima: centro de poder 438
c) Las grandes corporaciones 440
231. El control de constitución de la sociedad anónima 442
a) Antecedentes del derecho comparado 442
b) El sistema del Código de Comercio 443
c) El régimen de la Ley de Sociedades Comerciales 443
d) Las sociedades extranjeras 444
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
DE LOS ACCIONISTAS:
DERECHOS Y OBLIGACIONES
280. El "status" de socio 625
281. Derechos del accionista 625
a) Clasificación de los derechos del accionista 625
b) Derechos individuales 627
282. Consideración de los derechos individuales 628
a) Derecho a la conservación del "status" de accionista 628
b) Derecho a la limitación de la responsabilidad 628
c) Derecho a obtener de la sociedad un documento que
acredite la calidad de accionista 628
d) Derecho de voto 629
e) Derecho al dividendo acordado 630
f) Derecho de impugnar los acuerdos ilegales 632
g) Derecho de suscripción preferente 632
h) Derecho al reparto de liquidación 633
i) Derecho a participar con voz en las asambleas 633
j) Derecho de votar acumulativamente en la elección de
los directores y miembros del consejo de vigilancia 633
k) Derecho de ejercer la acción social de responsabi
lidad 633
1) Derecho de negociar sus acciones 634
m) Derecho de intervenir en la administración y fiscaliza
ción 635
n) Derecho de resarcimiento 635
ñ) Otros derechos 636
283. Derecho de receso (art. 245) 636
a) Concepto 637
b) Antecedentes 638
c) El nuevo artículo 245 639
d) La jurisprudencia 642
284. Obligaciones de los accionistas 646
a) Deber de lealtad 646
b) Deber de cumplir con el aporte prometido 647
c) Deber de cumplir con la ley, el estatuto y el regla
mento 647
285. Responsabilidad del accionista 648
286. Sindicación de acciones 648
a) Antecedentes extranjeros 648
b) Antecedentes nacionales 649
c) La Ley de Sociedades comerciales 650
d) La doctrina nacional 650
e) Distintas modalidades 651
f) Su impugnación 651
g) La refutación 652
h) El alcance de las decisiones del "sindicato" 653
NOTAS A LA OCTAVA EDICIÓN 654
2. Jurisprudencia 654
3. Doctrina 657
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
CAPÍTULO XX
LAS AGRUPACIONES ENTRE SOCIEDADES
Y EMPRESAS
CAPÍTULO XXI
DE LA SOCIEDAD CIVIL
324. Concepto, elementos y forma 769
a) Pluralidad de partes 769
b) "Affectio societatis" 769
c) Aporte de los socios 770
d) Fondo común 770
e) Obtención de utilidades y soportación de las pérdidas 770
f) Forma 770
g) Naturaleza civil 770
h) Personalidad 771
325. Capital social 771
326. Objeto social 772
327. Estipulaciones prohibidas y permitidas 773
328. Obligaciones de los socios 774
329. Derechos de los socios 774
330. Responsabilidad de los socios por las deudas sociales 775
331. Administración de la sociedad 775
332. Sociedad civil irregular 776
332 Bis.Disolución y liquidación de la sociedad civil 777
a) Disolución de la sociedad civil 777
b) Liquidación de la sociedad 778
CAPÍTULO XXII
COOPERATIVAS
333. Régimen legal 779
a) Concepto 780
b) Caracteres 780
c) Denominación 780
334. Acto Cooperativo 780
335. Asociación con personas de otro carácter jurídico 781
336. Prohibición de transformarse en sociedades comerciales o
civiles 781
337. Constitución 782
338. Inscripción 782
339. De los asociados 782
340. Del capital y las cuotas sociales 783
341. De la contabilidad y del ejercicio social 784
342. De las asambleas 786
343. De la administración y representación 788
344. De la fiscalización privada 789
345. De la integración 790
346. De la disolución y liquidación 791
1) Por decisión de la asamblea 791
2) Por reducción del número de asociados 791
3) Por declaración en quiebra 791
4) Por fusión o incorporación 791
5) Por retiro de la autorización para funcionar 791
6) Cuando corresponda en razón de otras disposicio nes legales 791
347. De la fiscalización pública 793
M7 Bis. Naturaleza jurídica 793
CAPÍTULO XXIII
1) Explotar por cuenta propia empresas comerciales, industriales, agropecuarias o de otra clase
798
2) Constituir gravámenes sobre sus bienes, sin previa autorización del Banco Central 798
3) Aceptar en garantía sus propias acciones 798
4) Operar con sus directores y administradores y con empresas o personas vinculados con ellos, en condi
ciones más favorables que las acordadas de ordina
rio a su clientela 798
5) Emitir giros o efectuar transferencias de plaza a
plaza 799
g) Secreto bancario y fmanciero 799
h) Revocación y liquidación de entidades 800
i) La garantía de los depósitos 801
j) El Banco Central de la República Argentina 801
349. Compañías de seguros y de reaseguros 802
a) Régimen asegurador en el país 802
b) Autorización previa de la autoridad de control 802
c) Requisitós legales 802
d) Control exclusivo y excluyente 803
e) Régimen de inhabilidades e incompatibilidades 803
f) Retribución sobre la producción: prohibición 803
g) Ramas y planes de seguros 803
h) Pólizas 804
i) Primas 804
j) Actos y operaciones prohibidos 804
k) Gestión de la empresa 805
1) Reservas técnicas 805
m) Inversiones 805
350. Sociedades de ahorro para fines determinados 805
a) Regulación 805
b) Inscripción y autorización para funcionar 806
c) Requisitos 806
d) Texto de los contratos 806
e) Planes de capitalización 807
351. Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones 807
a) Forma jurídica y objeto 807
b) Participación de las entidades financieras 808
c) Denominacion 808
d) Capital mínimo 808
e) Autorización 809
f) Revocación de la autorización para funcionar y liquida
ción 809
g) Régimen de comisiones 810
h) Régimen de inversiones 811
i) El fondo de jubilaciones y pensiones 814
j) Elencaje 816
k) Las prestaciones 817
1) Seguro colectivo por invalidez y fallecimiento 817
m) Modalidad de las prestaciones 817
n) Particularidad del régimen de capitalización 819
ñ) Tratamiento impositivo 820
o) De la Superintendencia de AFJP 821
p) Garantías del Estado Nacional 821
352. Sociedades calificadoras de riesgos 822
a) Concepto 822
b) Requisitos para la inscripción en el registro 822
c) Categorías de títulos 823
d) Facultades de la CNV 823
e) Sociedades extranjeras 823
f) Dictámenes: contenido 823
353. Sociedades que hacen oferta pública 824
a) Ley17.811 824
b) Oferta pública 824
c) Comisión Nacional de Valores (CNV) 834
d) Entidades autorreguladas 835
e) Intermediarios 837
f) Caja de Valores 840
354. Las sociedades de garantía recíproca 842
a) Régimen legal y funciones 842
b) Concepto de SGR 842
e) Características 843
d) Función 844
e) Importancia 844
f) El contrato social de una SGR 845
g) Socios 848
h) Régimen de autorización previa 849
i) Revocación de la autorización parafuncional 849
j) Operaciones prohibidas 850
k) Contragarantias 850
1) Beneficios impositivos 850
355. Sociedades aseguradoras de riesgos del trabajo 850
a) Funciones 850
b) Autorización previa 851
c) Revocación de la autorización conferida a una ART 851
d) Las ART son sociedades de objeto único 851
e) Servicios complementarios 851
f) Capital mínimo 852
g) Reservas 852
h) Infraestructura obligatoria 852
i) ¿Quiénes deben afiliarse a las ART? 852
j) Responsabilidad de los empleadores 853
k) Derechos, deberes y prohibiciones 853
1) Régimen de sanciones 854
m) Normativa aplicable y objetivos de la ley 855
n) Ambito de aplicación 856
ñ) Seguro obligatorio y autoseguro 856
o) De la prevención de los riesgos del trabajo 857
p) Prestaciones en especie 857
CAPÍTULO XXIV