Está en la página 1de 2

A todos nos ha sucedido alguna vez.

Abrimos un mensaje de
correo electrónico y nos deparamos con palabras casi
incomprensibles. O cuando se nos devuelve un mensaje que
habíamos escrito con todos los acentos y signos ortográficos,
éste aparece lleno de caracteres extraños.

Ante la frustración de no recibir correctamente el correo, o


de enviarlo y que no se reciba bien, optamos por escribir sin
acentos y omitir los símbolos característicos de nuestro
idioma. Ésta no es la solución más natural.

Para la mayoría, es incómodo escribir y leer sin acentos. Pero


para muchos el problema de los acentos constituye un dolor de
cabeza. Imagine por ejemplo un editor o un profesor que reciba
sin acentos un artículo de varias páginas. O el día en que se
disponga a dictar un mensaje de correo electrónico con Dragon
NaturallySpeaking... ¡No podrá dejar de acentuar las palabras!

Aunque no lo parezca, este frecuente problema ya tiene


solución. Pero veamos primero cuál es su origen.

Desde que se inventaron, las computadoras han trabajado con


texto en el denominado formato ASCII (Código estándar para el
intercambio de información). El ASCII se vale de un número
binario de siete bits (es decir, una cadena de siete ceros o
unos) para codificar 128 caracteres.

Este juego de caracteres, numerados de 0 a 127, incluye


algunos códigos de control (retorno de carro, tabulador), el
espacio en blanco, los números, los signos más comunes
(paréntesis, corchetes, suma y resta, etc.) y las letras del
alfabeto, tanto mayúsculas como minúsculas, sin acento.

En la época en que se propuso este estándar, el correo


electrónico funcionaba como un sistema para transmitir
pequeños mensajes de texto. Además, prácticamente todas las
computadoras se encontraban en los Estados Unidos o en el
Reino Unido y parecía ser suficiente representar caracteres
del inglés.

Pero hoy día, un inversionista alemán interviene en la bolsa


de Tokio, un niño andino puede seguir las clases de un colegio
en Estados Unidos y un ama de casa puede encargar todo tipo de
productos sin salir de su hogar.

Algunos autores estiman que para finales del año 2000 la


Internet contará con aproximadamente 300 millones de usuarios
en todo el mundo. Para el año 2006 se prevé que la Internet
superará en tamaño a la red telefónica mundial.

Con la globalización de las computadoras se hizo evidente que


los 128 caracteres del código ASCII original no eran
suficientes para trabajar con los signos de otros idiomas
(tildes, la letra eñe, la cedilla, etc.), de modo que se
empezó a utilizar un conjunto de caracteres ASCII de ocho
bits. Este conjunto ASCII ampliado permite representar un
total de 256 caracteres.
1
Pero lamentablemente, no se siguieron estándares únicos, y
diversos formatos pseudo-ASCII proliferaron dependiendo del
país y del sistema operativo.

Es por esta falta de unanimidad que transferir mensajes de


texto entre diferentes plataformas se ha convertido en un
problema para la comunidad internacional.

En Internet, punto de encuentro de todo tipo de sistemas


operativos, equipos e idiomas, el problema de los acentos se
agudiza.

Para transferir mensajes entre buzones electrónicos, Internet


utiliza como base de correo el SMTP (Protocolo de
transferencia de correo sencillo). El SMTP acepta únicamente
el código ASCII original de siete bits, sin tener en cuenta
los códigos extendidos de 8 bits. Entonces, ¿cuál es la
solución?

En 1992 se desarrolló la especificación MIME (Extensiones de


correo Internet multipropósito), que es una serie de
convenciones dirigidas a permitir el intercambio en Internet
de todo tipo de archivos de forma transparente para el
usuario.

Uno de los objetivos de MIME es mejorar la transferencia de


texto en cualquier idioma por correo electrónico. MIME incluye
una extensión denominada "código imprimible" que codifica los
caracteres que pueden perderse durante la transmisión, es
decir los caracteres del código ASCII extendido.

El código imprimible sigue manejando 7 bits, usando caracteres


adicionales para representar los signos especiales que luego
deberán ser correctamente interpretados por el sistema MIME
receptor. Si la configuración de su programa permite activar
la posibilidad "código imprimible", hágalo; es la opción más
adoptada en la actualidad.

También es más segura, puesto que el mensaje tendrá que pasar


por muchas máquinas intermedias, algunas de las cuales manejan
inadecuadamente los caracteres de 8 bits.

MIME es un avance importante y se ha convertido en un estándar


aceptado por la comunidad Internet. Todos los buenos programas
que se distribuyen en la actualidad incorporan esta
posibilidad, incluso algunos programas gratuitos.

Como puede ver, la solución al problema de los acentos es


sencilla: configure su programa de correo correctamente y
dígale a sus interlocutores que hagan lo mismo.

También podría gustarte