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Coordinadora académica de la Serie

Marieta Quintero Mejía

Armonización del Texto Final


Juan Pablo Ramírez Giraldo

Edición, diseño y diagramación


Jenny Andrea Ceballos López
Juan Sebastián Martínez Mora

Corrección de estilo
Maria Clara Escobar

Ilustraciones
Estefanía Flórez Torres
Alejandra Flórez Torres

Bogotá, Colombia
2014

World Vision oficina para Colombia


www.visionmundial.org.co
MARTHA YANETH RODRÍGUEZ MERCHÁN
Directora Nacional

NELSON ROJAS
Director de Estrategia

EDILMA MEDINA
Directora de Operaciones

ALBERTO MORENO
Gerente Regional Centro

JUAN SEBASTIÁN GUTIÉRREZ GARAY


Unidad de Mercadeo y Comunicaciones
EQUIPO TÉCNICO

MARIETA QUINTERO MEJÍA


Coordinadora académica de la Serie

JENNIFER ANDREA MATEUS MALAVER


Coordinación de contenidos y estrategias de intervención

JUAN PABLO RAMÍREZ GIRALDO


Elaboración de contenidos
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TABLA DE CONTENIDO
Objetivos del módulo
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La Pregunta
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El valor de las preguntas en la
vida humana
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¿Qué significa investigar?
16
¿ Comó vamos a hacerlo?
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• Primera clase: construcción de los objetivos

y diseño de las preguntas que orientarán el

diálogo con los habitantes.


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• Segunda clase: Realización de los diálogos.
20
• Tercera clase: Transcripción y análisis.
21
• Nuevamente la tercera clase.
22
• Cuarta clase: Construcción de los mapas.
24
• Quinta clase: Socialización de hallazgos
24
• Al final de la clase 33

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OBJETIVOS DEL MÓDULO

• Mostrar la importancia de la investigación para la


comprensión y transformación de la vida cotidiana.

• Entender cómo las estrategias investigativas de las


narrativas y las cartografías pueden aportar elementos
de comprensión de la realidad social.

• Comprender la investigación como una estrategia que


puede impulsar el desarrollo local y la participación
comunitaria.
LA PREGUNTA

W illiam, el Profe de sociales del


barrio, se levantó temprano y
más contento que de costumbre. Hacía
su idea no era original. Él tenía claro
que muchos otros profesores habían
realizado actividades con el mismo
varios días una idea le había venido a la propósito y que ellos, muy seguramen-
cabeza. Proponer a sus estudiantes un te, habían alcanzado sus objetivos con
ejercicio orientado a “formar el pensa- gran éxito. Sin embargo, esta falta de
miento científico acudiendo al diseño originalidad no disminuía el deseo de
e implementación de una investigación William de trabajar con los estudiantes
en ciencias sociales”. William sabía que de grado 10 de su colegio.

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Ese martes, William salió de su casa tivamente, que del silencio que guar-
como acostumbraba. Sus zapatos ne- daran dependía que el Profe hiciera la
gros, su pantalón de paño y su cami- actividad en el exterior del colegio. No
sa blanca hacían de él un personaje era la primera vez que William los lle-
pintoresco para los otros habitantes. vaba al patio o al teatro; pero esta vez
Algunos de ellos, sobre todo los más ellos sentían que algo había cambiado.
jóvenes, gritaban haciendo muecas y
pantomimas: ¡Ahí va el Profe, el Profe¡ Mientras que la primera frase los había
La sonrisa de William no se hacía espe- cautivado, la segunda los sorprendió:
rar. Con cada voz juvenil se dibujaba en “ustedes me van a enseñar algo”, dijo
su mente la imagen de un rostro gritón: William. Todos miraron al Profe con
Hernández, Ramírez, González, Porras, preocupación: ¿qué podemos saber
Quintero. Lo único que seguía impre- nosotros?, se preguntaron en silencio.
sionando a William era ese poder que Frente a la mirada atónita de sus estu-
la institución escolar ejercía sobre los diantes, el Profe sacó de la maleta una
más jóvenes. Es como si la escuela se lista de preguntas y les dijo:
expandiera de forma invisible en cada
calle y callejón. “La forma más original y la más
adecuada de aprender es pregun-
El Profe Willi, como le decían muchos tar. Si no hay preguntas, no hay
de sus estudiantes, llegó al colegio a las respuestas y si no hay respuestas
6:45, saludó a sus compañeros y se puso ¿hacia dónde ir?”. Y, si no pregun-
su bata blanca. A las 7:00 de la mañana tamos y no tenemos respuestas
ya estaba en el salón y con la prime- ¿cómo reflexionar?
ra frase cautivó la atención de todos:
“¿quién quiere hacer clase afuera en el
barrio?”. Los estudiantes sabían, intui-

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El valor de las preguntas en la
vida humana

L as preguntas, dijo William, nos


orientan, nos permiten entrar en el
curso del mundo. Por ejemplo, “si algu-
actitud siempre imaginativa, respon-
dió de manera rápida: “Pues a la cos-
ta, Profe”. William miró al estudiante y
no de nosotros quiere saber algo, ¿qué le preguntó ¿a cuál de las dos costas,
es lo primero que debe hacer?”. Todos Manolo? Manolo dijo de inmediato:
quedaron en silencio. ¿Qué debemos “pues a Cartagena, Profe, a Cartagena”.
hacer?, se preguntaban los estudiantes
de décimo mientras William sonreía
diciendo: “eso…, eso es lo que hay que
hacer. Si uno quiere saber algo, uno tie-
ne que preguntar. Si yo quiero ir a algún
lado, ¿qué preguntas debo hacerme?

Todos empezaron a decir apresura-


dos: ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cuánto?, ¿con
quién?, ¿para qué?... El rostro de Wi-
lliam se iluminó de inmediato. Esas son
algunas de las preguntas que nos per-
miten conocer, aprender y reflexionar.
Unos instantes después, el Profe les
dijo a todos que estaban listos para
empezar, pero que antes era necesario
responder alguna de esas preguntas.

Pensemos primero, ¿dónde queremos


ir? En medio de las risas, Manolo en su

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Después de un segundo, William re- María Beltrán, una silenciosa joven que
plicó su primera enseñanza: “Si no nos se ocultaba en las últimas sillas del sa-
hubiéramos preguntado ¿a dónde ir?, lón. Ella se levantó entusiasmada y pre-
¿podríamos ir a algún lado?” Todos los guntó de inmediato: “¿lo que usted nos
estudiantes de décimo respondieron quiere decir es que son las preguntas y
en coro: ¡no, Profe¡ Si queremos hacer las respuestas las que permiten cono-
un paseo tenemos que decidir a dónde cer?”. William volvió a sonreír. El ejer-
vamos a ir. El Profe de sociales aprove- cicio estaba rindiendo sus primeros
chó la oportunidad y les repitió: “Las frutos.
preguntas nos orientan”.

Luego de un rato de risas, William dijo


a sus estudiantes, en un tono serio y
riguroso, que era la pregunta la que
había impulsado a los hombres más
brillantes de la historia de la humani-
dad. Ellos se preguntaron: ¿Qué es el
hombre?, ¿Cómo vuelan los pájaros?,
¿A dónde van los animales que migran?,
¿Podemos volar?, ¿Qué son las estre-
llas y las plantas?, ¿Por qué vivimos en
comunidad?, etc. Sin preguntas, no hay
respuestas y sin respuestas, ¿a dónde
ir?

La pregunta ¿A dónde ir? inquietó a

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¿Qué significa investigar?

L o que vamos a hacer es investigar,


dijo William. Investigar es pregun-
tar y responder, para abrir nuevas pre-
Todos hemos vivimos o hemos pasa-
do una parte de nuestras vidas en este
barrio. Todos hemos transitado alguna
guntas, utilizando estrategias y proce- vez por sus calles y callejones. Pero,
dimientos que nos ayuden a describir, ¿cómo entendernos en este barrio?
sistematizar, relacionar y comprender Los estudiantes de décimo guardaron
un objeto o un hecho de nuestro inte- silencio. Para comprendernos en nues-
rés. Es decir, lo que vamos a hacer es tro barrio, continuó William, vamos a
intentar entender. Pero, ¿entender qué? investigar.

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¿Cómo vamos a hacerlo?

E l Profe William pidió a los jóvenes de décimo reunirse en dos


grupos y luego asignó a cada uno una tarea específica:

• Grupo 1: Reconstruya el paso • Grupo 2: Describa y ubique


de lo rural a lo urbano y ubique en un mapa algunos de los sa-
en un mapa la evolución de este beres y de los “haceres” de los
territorio (mapa pasado-presen- habitantes de la comunidad
te y futuro). (mapa temático).

Luego de distribuir las tareas, el Profe entregó a cada grupo un mapa


del barrio que contenía solamente los límites y los ríos:

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El Profe William dio las siguientes
instrucciones:

1. Vamos a recuperar la memoria viva preguntas que orientarán el diálogo


del barrio; es decir, no vamos a bus- con los habitantes.
car en los libros, vamos a dialogar b. En la segunda clase vamos a ha-
con los habitantes. Pero ¿por qué blar con los habitantes del barrio.
dialogar con ellos? En términos ge- c. En la tercera clase vamos a trans-
nerales, cuando hablamos con otros, cribir y a analizar las narrativas de
narramos nuestras experiencias con los habitantes.
el ánimo de articularnos a nuestras d. En la cuarta clase vamos a cons-
acciones y de identificarnos con la truir los mapas y,
comunidad en donde vivimos. Cuan-
e. En la quinta clase vamos a socia-
do contamos nuestra vida, lo hace-
lizar los hallazgos de nuestro ejerci-
mos a través de relatos que giran
cio de investigación.
en torno a nuestra identidad y que
narran nuestras relaciones con los
Primera clase: construcción de
otros y con el mundo.
los objetivos y diseño de las pre-
guntas que orientarán el diálogo
2. Por esta razón, continuó el Profe,
con los habitantes.
cada grupo va a dialogar con 3 ha-
bitantes y, a partir de “lo dicho” por
ellos, vamos a construir un mapa.
D urante la primera clase, William
pidió a los grupos reunirse y cons-
truir las preguntas del diálogo con los
3. Vamos a utilizar 5 clases para reali-
habitantes. El Profe participó y orien-
zar el ejercicio:
tó las discusiones de los estudiantes.
Luego de una hora, William pidió a los
a. En la primera clase vamos a cons- grupos socializar el objetivo y las pre-
truir los objetivos y a diseñar las guntas que habían elaborado:

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Grupo 1: Grupo 2:

• Objetivo: Reconstruir el paso de • Objetivo: Describir y ubicar en


lo rural a lo urbano a partir “de un mapa algunos de los saberes
lo dicho” por los habitantes del y de los “haceres” de los habitan-
barrio. tes de la comunidad.

Preguntas: Preguntas:

1. ¿Cómo era el barrio cuando usted 1. ¿Cuénteme qué hacer para que un
tenía 10 años? niño o niña recién nacido(a) no se
2. ¿Cómo ha cambiado el barrio? enferme y tenga una vida sana?
2. ¿Cómo ayudan al niño o niña estas
acciones?

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Segunda clase: Realización de
los diálogos.

L a semana siguiente el Profe llegó al


salón de clase y sin demorarse mu-
cho en saludos e instrucciones, pre-
guntó a los estudiantes: “Y, ¿con cuáles
habitantes van a dialogar?” Luis, uno de
los líderes del curso, levantó la mano y
dijo que lo mejor sería hablar con los
más viejos, porque ellos conocen más
el barrio y su historia. Todos estuvie-
ron de acuerdo.

Minutos después el Profe se paró bajo


el marco de la puerta del salón y pi-
dió a los estudiantes salir en silencio.
Cuando todos estaban frente al co-
legio, levantó la voz para asegurarse
de que todos lo entendieran: “Tienen
una hora y media para hablar con los
3 habitantes. Dividan cada grupo en 3
subgrupos, hagan las preguntas a los
habitantes y nos vemos aquí, en esta
puerta, en una hora y media”.

Todos tomaron caminos distintos y se


perdieron entre las calles y los callejo-
nes.

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Tercera clase: Transcripción y
análisis.

L a tercera clase fue casi un desastre


para el cronograma. Los estudiantes
no pararon de hablar ni un minuto de lo
el Profe pidió a cada grupo traer –para
la próxima sesión– la transcripción de
las respuestas de los habitantes y resal-
que había ocurrido. William no los in- tar en ellas lo que consideraban como
terrumpió en sus conversaciones, pues lo más interesante.
él sentía que ellos habían redescubier-
to esa alegría que se siente cuando uno
aprende algo nuevo. Al finalizar la clase,

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Nuevamente la tercera clase.

A ntes de perder la atención del


grupo, William hizo un cuadro en
el tablero, mientras explicaba lo que
Si la pregunta que orientó el diálogo
fue:

iban a hacer. Primero vamos a poner • ¿Cómo era el barrio cuando usted
las preguntas y las respuestas en el cua- tenía 10 años?
dro y después vamos a analizar algunos
de los enunciados de los relatos. Esto Y, si la respuesta fue:
que voy a hacer ahora es solamente un
ejemplo de lo que van a entregarme al • “Cuando yo tenía 10 años, por allá
final de la clase. en 1940, esto no eran sino potre-
ros. Yo me acuerdo que uno podía
arrancar zanahorias, tomates, le-
chugas y acelga de la tierra. Noso-
tros teníamos por ejemplo un cul-
tivo pequeñito de zanahorias, 10
gallinas y dos vacas. Todos los días
mi mamá me mandaba al pueblo a
vender la leche y los huevos, y con
eso yo compraba lo del diario…”

Entonces, ¿cuál sería el análisis?

William comenzó a llenar el cuadro


con la ayuda de sus estudiantes.

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Después del ejemplo del Profe, los grupos se reunieron nuevamente y comen-
zaron el trabajo.

23
Cuarta clase: Construcción de Quinta clase: Socialización de
los mapas. hallazgos

E n la cuarta clase el Profe invitó a (En esta sección solamente se presen-


sus estudiantes a construir, a partir tarán algunos de los hallazgos realiza-
de lo analizado, el mapa temático. Un dos por los grupos).
mapa, dijo William, es una herramienta
cartográfica que nos permite represen-
tar diversos aspectos en un territorio. L a estrategia de socialización era
simple. Los miembros del grupo
elegirían 2 representantes. El primero
Durante esta sesión, los estudiantes in- presentaría el análisis “de lo dicho” por
ventaron convenciones para represen- los habitantes y el segundo explicaría
tar lo encontrado y se prepararon para los mapas temáticos realizados por el
la socialización de los resultados. grupo.

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Mapa pasado, presente y futuro

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Mapa temático

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Al final de la clase

W illiam estaba impresionado por


el trabajo de sus estudiantes.
Luego de la presentación de los gru-
qué saber cómo era el barrio y cómo
es ahora?, ¿para qué hicimos todo esto?
Las preguntas de Melisa no preocupa-
pos, una de las estudiantes preguntó, ron a William, todo lo contrario. Ella lo
sin levantar los ojos del piso: “Y esto, animó a continuar con el ejercicio.
¿para qué?, ¿para qué investigar?, ¿para

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El Profe miró a los jóvenes de décimo vamos a hacer. Por ejemplo, ¿qué va-
y les preguntó si alguno de ellos podía mos a hacer con el río?, ¿qué vamos a
dar respuesta a estas preguntas. Móni- hacer para que los saberes y los hace-
ca, una de las estudiantes más entusias- res de nuestros padres y abuelos no se
ta, miró a Melisa intensamente y le dijo: pierdan? O, simplemente, ¿será posible
que recuperemos una parte de nues-
“Yo ya sé algo. Yo vengo del tro barrio para cultivar?
campo. Yo vengo de una familia
campesina. Hace 50 años, más William estaba anonadado por las res-
o menos, mi familia compró un puestas de Mónica. De alguna forma,
lote que pertenecía a la finca de el ejercicio propuesto había sido des-
los Castro. Antes de construir mi bordado por la experiencia misma de
casa, la tierra producía comida la investigación. Lo que el Profe tenía
y antes de tener agua en cada en mente hace algunas semanas era
casa, la gente tenía que ir al río. simplemente el desarrollo de algunas
Hoy el río está muy contaminado. habilidades de investigación. Ahora, el
Hace solo 50 años uno podía ir a ejercicio se había desbordado y los es-
bañarse y hasta pescar”. tudiantes habían reconocido su com-
promiso con la comunidad y con el fu-
Todo el mundo guardó silencio como turo de esta.
si se identificaran con lo que Mónica
decía.

Ante el silencio, Mónica continuó su


discurso. ¿Para qué estos ejercicios?
No solamente para saber quiénes so-
mos y de dónde venimos, sino para
poder decidir qué queremos ser y qué

34
Las preguntas de Melisa y la respuesta de Mónica habían
puesto en evidencia el sentido de la investigación:

¿Para qué preguntar?: para saber a dónde ir. ¿Para


qué responder?: para dar sentido a lo que hacemos
y para poder articularnos con el presente y el futu-
ro del mundo que habitamos.

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37
Notas

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Notas

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40
Una niñez protegida, promotora de
una sociedad más justa y segura.

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