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Transformada Z Ejercicios PDF
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Ejercicios 49
6.9. Ejercicios
Ejercicio 2. Si los polos y ceros de X (z) están distribuidos como se muestra en la figura,
1. Especifique la región de convergencia de X (z) si se sabe que existe la transformada
de Fourier. Para este caso, determine si la sucesión es derecha, izquierda o bilátera.
3. ¿Es posible que la gráfica de polos y ceros esté asociada a una sucesión que sea
estable y causal? En caso afirmativo, indique cuál es la región de convergencia.
1 1 az 1
2. X (z) = , jzj < 21 . 4. X (z) = , jzj > 1a .
1 + 12 z 1 z 1 a
Ejercicio 6. Si x [n] es una sucesión causal (x [n] = 0 si n < 0), y x [0] 6= 0, demuestre que:
z+1 z3 + 2z2 + z + 1
1. X (z) = . 2. X (z) = .
2
z ( z 1) ( z 2)2 ( z +3)
3
2. X (z) = 1 1
, (fracciones parciales, x [n] es estable.)
z 1
4 8z
1
3. X (z) = , jzj > 14 , (división larga.)
1 + 14 z 1
1
4. X (z) = , jzj < 14 , (división larga.)
1 + 14 z 1
1 1
1 2z
5. X (z) = , jzj > 21 , (por tablas.)
1 + 34 z 1 + 1z 2
8
3z 3
1. X (z) = 1
, x [n] es izquierda. 3. X (z) = sen(z).
(1 1 2
4z )
1 ), z7 2
2. X (z) = log(1 + az jzj > j aj . 4. X (z) = , jzj > 1.
1 z 7
Ejercicio 10. Para cada una de las siguientes sucesiones, calcule la transformada Z y la
región de convergencia. Esboce el diagrama de polos y ceros.
Ejercicio 12. Dentro de un reactor nuclear interactúan dos tipos de partículas. Cada se-
gundo, una partícula α se divide en ocho partículas β, y una partícula β se divide en una
partícula α y dos partículas β.
y [ n ] = (1 + β ) y [ n 1] cu[n 1] + pδ[n], n 1.
x [ n + 2] = x [ n + 1] + x [ n ], n 0,
es decir, que el valor actual es la suma de los dos valores previos. La sucesión clásica se
cita por vez primera en el Liber abaci, publicado en 1202 por el comerciante y matemático
italiano Leonardo de Pisa, o Fibonacci (figlio dei Bonacci), y se obtiene cuando las condi-
ciones iniciales son x [0] = 0 y x [1] = 1. Esta sucesión aparece en un sinnúmero de proble-
mas aparentemente no relacionados, como la impedancia de entrada de una red resistiva
en escalera, la separación de los brotes en las ramas de los árboles, el número de péta-
los de las flores (las lilas tienen 3, los ranúnculos 5, las caléndulas 13, los ásteres 21, y
la mayoría de las margaritas 34, 55, u 89; las semillas de girasol están dispuestas sobre
dos familias de espirales entrelazadas, 34 en sentido horario y 55 en sentido antihorario,
como se muestra en la figura, aunque según la familia pueden ser 34 y 55, 55 y 89 u 89
y 144), etc. La espiral equiangular, formada por cuartos de círculos cuyos radios crecen
según la serie de Fibonacci reproduce el aspecto de los caracoles.
Sin duda el ejemplo más conocido, aunque más inexacto, es el cálculo del número total
de parejas de conejos en un determinado número de meses, sabiendo que cada pareja
pare una nueva pareja cada mes, que la pareja nueva puede tener descendencia a partir
de los dos meses de edad, y que ningún conejo muere. De esta forma,
Al finalizar el primer mes, la pareja se aparea (pero todavía no tiene descendencia).
Al fin del segundo mes, la hembra parió una nueva pareja, de modo que hay dos
parejas.
Al final del tercer mes, la primera hembra tiene otra camada, de modo que hay 3
parejas.
Al finalizar el cuarto mes, la primera hembra tiene su segunda cría, y la segunda
tiene su primera descendencia, totalizando 5 parejas.
etc.
Referencias:
La Fibonacci Association (http://www.mscs.dal.ca/Fibonacci/) fue fundada en Cal-
ifornia en 1962 para incentivar el interés en los números de Fibonacci y tópicos rela-
cionados, y publica desde 1963 The Fibonacci Quaterly. Otros artículos de interés sobre los
números de Fibonacci y la sección áurea son:
1. Bubnicki, Z., “Input Impedance and Transfer Function of a Ladder Network,” IEEE
Trans. on Circuits and Systems, Vol. 10, No. 2, Jun 1963, pp. 286-287.
2. Hill Jr., F., “Gentle diversions: Phi–A precious jewel,” IEEE Communications Maga-
zine, Vol. 16, No. 5, Sep 1978, pp.35-37.
3. Mack, D. R., “The magical Fibonacci number,” IEEE Potentials, Vol. 9, No. 3, Oct
1990, pp. 34-35.
4. Stewart, I., “Mathematical Recreations: Daisy, Daisy, give me your answer, do”, Sci-
entific American, Vol. 272, No. 1, January 1995, pp. 76-79.