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Recopilación documentos de
Manuel Calvelo Ríos y otros
Cátedra
Guión y Narración
2010
Universidad Nacional de Tucumán - Facultad de Filosofía y Letras
Departamento de Comunicación
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Índice
Documentos de Trabajo:
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1. METODOLOGIA DE PRODUCCION PEDAGOGICA MASIVA AUDIOVISUAL
Sobre la práctica del trabajo realizado, se ha venido sistematizando una serie de criterios
y fases de producción para los paquetes pedagógicos audiovisuales y programas. El
método de Producción es el resultado de la realización de este trabajo. El manejo de este
método supone el necesario conocimiento de una serie de elementos:
Estos elementos, que hemos visto que son necesarios, deberán ser trabajados
permanentemente en la práctica productiva para desarrollar el método de producción
pedagógica audiovisual.
En nuestro caso, el campo de acción es el sector agrario. Por tanto, se trata de transferir
al campesino capacidad autónoma en el manejo de su proceso productivo para aumentar
la producción y la productividad.
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a. El interlocutor masivo, a quién van dirigidos nuestros programas, está
referido al campesino en general.
Para realizar un programa audiovisual, es necesario tener en cuenta las siguientes fases
y etapas de producción:
La determinación del tema o los temas de los programas audiovisuales, pueden ser:
interna o externa.
1. Interna
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.. Técnico-productivos
.. Gestión empresarial
.. Condiciones materiales de existencia
2. Externa
c.Redefinición del tema: A partir de la etapa anterior se deberán precisar los objetivos
generales y los interlocutores.
En esta Fase de Determinación del Tema, son tres los elementos que quedan definidos:
. Problemática a la que responde el tema
. Objetivo general (alternativa de capacitación)
. Interlocutor (sujetos del problema)
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- Objetivos Generales: Los objetivos generales están en razón a la problemática a
la que responde el Tema, por lo tanto los objetivos del curso deben responder a las
necesidades del campesino (sujetos del problema); es decir, que deben plantear
instrumentos que ayuden al campesino a mejorar sus condiciones de vida.
Los objetivos deben ser explicitados en razón a los resultados que se quieren obtener
en el interlocutor, luego de ser aplicados, por ejemplo:
. En el curso de Vivienda se tiene:
"Mejorar la Construcción del Adobe".
. Incorporar nuevas técnicas
. Reivindicar técnicas propias
. Aprovechamiento de recursos propios
Este objetivo así dado, nos define el resultado que se quiere obtener con la aplicación
del curso; es decir, que el poblador rural, utilizando los recursos propios de su zona y
habiendo incorporado mejores técnicas, haga mejores construcciones con adobe.
Ahora bien, los objetivos, dado el carácter de nuestros cursos, están referidos
fundamentalmente a dos niveles de capacidades:
. Información técnica y,
. Métodos para procesar y aplicar esta información.
La suma de estos dos niveles puede dar la aparición de habilidades físicas o intelectuales
(de por sí un método para procesar información es una habilidad intelectual) y el
resultado de la aplicación de estas habilidades sobre la realidad puede llevar al cambio
de actitudes como una nueva relación para modificar el proceso productivo y las
condiciones de existencia.
- Interlocutor:
Está referido al interlocutor masivo. Nuestro interlocutor es el destinatario del trabajo,
sujeto del problema al cual responde el curso a producir. Por lo tanto, deberá ser la
referencia permanente en todo el proceso de elaboración del curso. Es en razón a él y
con él, que se definen los contenidos, el nivel, la estructura, tratamiento y tipo de
códigos a usar.
Ahora bien, nuestro interlocutor es el campesino, que tiene una serie de características
homogéneas, que son:
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Posteriormente, a partir de la investigación aplicada, se le definirá con mayor exactitud,
de tal modo que sea la referencia permanente en todo el proceso de elaboración del
curso.
En esta fase, el Pedagogo Audiovisual obtiene los elementos necesarios que le permitan
ser nexo entre ambos interlocutores: masivo y especializado. Es el momento en el cual
debe informarse sobre:
1. Interlocutor Masivo:
2. Interlocutor Especializado:
- Alternativas técnicas
- Códigos
a. Información General
Informa al Pedagogo sobre el tema, dándole el primer marco referencial, que le permita
realizar la investigación en el nivel del interlocutor masivo.
Esta información se obtiene a partir del interlocutor especializado (o documentos
específicos).
Esta es la etapa de preparación, para realizar la siguiente, de investigación aplicada. Por
tanto, en esta etapa, además de la información general del proceso productivo del tema,
se deberá obtener información que posibilite elaborar la muestra y los instrumentos para
la investigación aplicada, así como todos los aspectos logísticos necesarios.
Toda la información general a obtener en esta etapa, está determinada por el objetivo
general.
b. Investigación aplicada
Se realiza en el nivel del interlocutor masivo.
Esta etapa nos da los elementos para:
-Obtener información sobre el nivel real de conocimientos que tiene el
campesino sobre el Tema, para evitar que los cursos incluyan contenidos que el
campesino ya sabe.
- Información sobre sus niveles de capital y posibilidades de inversión para
evitar alternativas que no puedan ser incorporadas a su proceso productivo.
- Conocer la tecnología campesina para incorporarlas a los cursos, con el
propósito de afirmarlas y darles una explicación más científica.
- Conocer los códigos y valores que el campesino tiene con respecto al Tema.
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Esta investigación se realiza por aproximaciones sucesivas, a partir de la información
general sobre el proceso de producción del Tema.
El método de aproximaciones sucesivas, consiste en la recolección y análisis inmediato
de los datos, de tal manera que los resultados sirvan de punto de partida para nuevas
recolecciones y análisis.
Cada información resultante de estas unidades de recolección y análisis inmediato, nos
irá acercando a los requerimientos específicos de capacitación, que son las carencias de
información técnica y métodos para procesarlas que limitan el proceso de producción del
campesino y deterioran sus condiciones materiales de existencia.
Los instrumentos de investigación, así como la muestra con la que se trabaja, se irán
redefiniendo con cada unidad de recolección y análisis. Sin embargo, cabe notar que los
más utilizados serán la observación y el diálogo.
Durante esta etapa, si bien la fuente de información es el interlocutor masivo, muchas
veces es conveniente la consulta a algún técnico de la zona, que apoya en los análisis
sucesivos para la determinación de los requerimientos.
Otro tipo de información a obtener, es la que va a permitir formular el plan de producción.
- Calendario Agropecuario
- Apoyo logístico
- Localización física y ecológica de la zona
- Posibilidad de energía eléctrica, etc.
Que nos permitan trabajar la etapa de registros con la mayor economía posible.
Tiene como objetivo completar la información, de tal manera que permita plantear
alternativas que respondan a los requerimientos específicos.
Estas alternativas deben estar planteadas en un nivel que esté por encima del nivel real
del campesino, pero dentro de sus posibilidades de aplicación, es decir, en el nivel
posible. En base a esta información se irán definiendo los objetivos específicos de
capacitación.
Teniendo claro los requerimientos y objetivos específicos, la cantidad de información a
obtener se define en base a la dificultad que tiene el pedagogo audiovisual en traducir
esta información para el interlocutor masivo.
Esta fase de investigación del tema, si bien muy importante, es una parte de todo un
proceso de producción, de cursos audiovisuales, por tanto, debe ser concebida como un
instrumento:
- Operativo
- De fácil realización
- Dirigido específicamente a la determinación de los
requerimientos del tema
- Que en la menor cantidad de tiempo, con la mayor
economía posible, nos entregue la información necesaria para continuar con el proceso
de producción.
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En esta etapa se identificarán los contenidos específicos del tema a partir de la
investigación hecha. La determinación de estos contenidos, tendrá en cuenta el origen,
causas y consecuencias de los problemas generales y específicos del tema.
Los criterios que utilizamos para trabajar esta fase, basados en el proceso de adquisición
de conocimientos, son los siguientes:
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Instrumentos a utilizar:
b. Libreto
Esta etapa consiste en la narración escrita y lineal de los contenidos específicos de
cada una de las clases que conforman el curso. Figurativamente consistiría en poner
"músculos y piel" al esqueleto de la arborización.
En esta etapa es donde queda manifiesto el nivel de los contenidos y el orden final de
cada clase del curso a producir. El libreto es fundamental para la determinación de
clase y de los medios a utilizar. Este será el documento base para todas las etapas
posteriores.
c. Determinación de Clases
Para poder transmitir los contenidos, es necesario segmentar éstos en partes que
vayan a formar clases a ser dadas en momentos distintos.
Esta acción debe ser dada en función a la cantidad y densidad de los contenidos,
atendiendo a que cada clase debe desarrollar, en lo posible, un sólo tema
(monotemático).
Asimismo, luego de realizar esta operación al interior de cada clase, hay que
distinguir unidades temáticas de desarrollar la unidad de un concepto
(monoconceptual).
Por otro lado, nos podemos encontrar que hay clases que se relacionan por el tipo de
contenidos que desarrollan. Estas clases van a formar bloques de contenidos.
El curso debe tener una clase introductoria donde se explicite la problemática a la que
responde y la alternativa o alternativas que plantea. Asimismo, cada clase debe
explicitar su valor de uso y su ubicación dentro de todo el curso.
Al final de esta etapa, se tiene la estructura de contenidos del curso, de tal manera
que responda a las diferentes prácticas productivas, culturales y de aprendizaje de
nuestro interlocutor masivo.
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d. Determinación del Medio
Existen diferentes medios de transmisión de conocimientos. Tenemos el medio
audiovisual, el medio de relación directa o relación interpersonal, el medio de
realización de práctica, de realización de ejercicios, el medio escrito a través de las
cartillas.
Unos contenidos se transmiten mejor con un medio y otros con otro. En nuestro caso,
nosotros trabajamos con el medio audiovisual, el video. Son las imágenes y los
sonidos grabados, integrados, los que facilitan la comprensión de los contenidos por
los interlocutores.
Los otros medios, los usamos también, pero a modo de reforzamiento de aquellos
contenidos que lo requieren. Esto nos da el Paquete Pedagógico audiovisual formado
por:
Definido el medio de transmisión, nos toca trabajar ahora con los contenidos que van a lo
específico audiovisual. Determinada la situación de emisión en relación al interlocutor
prioritario, se traducen los contenidos del libreto a imágenes y sonidos en una pauta para
la realización o guión.
a. Guión
El guión es una descripción gráfico-literaria, en términos de resultados, en el que
prevemos las imágenes y sonidos que van a conformar el Programa Audiovisual. En la
medida que se conozcan las situaciones de registro y grabación, podrán preverse
también los procedimientos para obtener estas imágenes y sonidos.
VI. REALIZACION.
Los objetivos de esta fase es realizar las clases del curso o el programa en video, en
función al guión, y elaborar las guía del capacitador y cartilla para el participante.
Los pasos de esta etapa son los siguientes: desglose de producción y planificación,
registro y grabación, edición, elaboración guía del capacitador y cartilla del participante.
a. Desglose y Planificación
En la producción de nuestros programas, nos encontramos con 3 niveles de orden:
- De la realidad
- Del registro
- Del programa
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- Lugar
- Tipo y característica
Para la planificación, hay que tener en cuenta:
- Calendario agrario
- Recursos disponibles
- Plan de producción.
Los materiales gráficos en lo posible deben producirse con elementos naturales, así
aseguramos:
- Economía
- Identificación o familiaridad (códigos)
c. Registro y Grabación
Esta es la etapa en la cual se interpone el instrumento audiovisual para obtener de la
realidad, las imágenes y sonidos definidos en el guión.
d. Edición
Consiste en el ordenamiento final del Programa, en base al orden planteado en el Guión.
Como resultado de esta etapa tendremos los programas audiovisuales en original, que
será copiado para su aplicación experimental.
La Guía del Capacitador es el instrumento donde se plantea el papel que cumple cada
uno de los medios de transmisión del paquete pedagógico y el modo como éstos se
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relacionan en el proceso de enseñanza/aprendizaje. Es el instrumento para la
conducción del desarrollo del proceso de capacitación.
El proceso termina con la realización de las correcciones necesarias tanto del video,
como el material impreso, después de lo cual se procede a su multicopiado.
El hecho de que los Pedagogos Audiovisuales que formamos en los TIPAV no adopten el
más mínimo nivel de especialización en sus tareas, produce casi siempre un cierto nivel
de extrañeza e, inevitablemente, muchas preguntas.
Algunas de las razones de esta no especialización tienen una base teórica, como
hipótesis hasta ahora corroborada. Otras razones tienen una base fundamentalmente
económica, de racionalidad productiva.
1. Cada vez que en una actividad compleja se diferencian las actividades creándose
especializaciones, surge un problema concreto: el especialista sólo se siente responsable
de su área de actividad.
Todas las tareas que preceden y siguen a la suya pasan a tener una valoración
secundaria, minimizada, y sirven para justificar y disculpar sus propios errores.
Una vez afirmado el especialista en su área de tareas, resulta por su propia
especialización, imprescindible. Una vez considerado imprescindible comienza a imponer
sus propias "reglas de juego".
Por lo general estas normas tienen como meta un incremento de poder y autoridad
individuales, y no la mejora del producto total a construir. Además, el técnico se
transforma en un experto aprieta botones, es decir, en un autómata.
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La orientación general del especialista conduce a la perfección de su propia área de
tareas, lo que sería lógico si no fuera porque la perfección en un área por sobre el nivel
promedio de calidades en las diversas etapas, tiene un costo muy elevado y no mejora la
calidad final del producto. Esta perfección tiende, inevitablemente a convertirse en
"perfeccionismo", y este rasgo tiene un costo excesivo, ya que se traduce en
requerimientos de equipamiento justificados por la "calidad" en términos de valor de
cambio o valor de signo, y no de valor de uso, y dichos equipos suelen tener un costo
muy elevado.
4. El flujo y los requerimientos de producción para cada una de las etapas y fases
productivas en la pedagogía audiovisual, son discontinuos y esporádicos. No existe una
demanda constante, regulada, que permita una programación de actividades con
ocupación plena permanente para las diversas etapas.
Una razón de ello es la dependencia de terceros para la obtención de los "insumos
intelectuales" o contenidos de los cursos; otra razón es el carácter estacional, cíclico, de
gran parte de las actividades que deben ser registradas para integrar los recursos
audiovisuales.
No es posible, por ello, tener a un especialista ocioso en tanto no se genera el tipo de
actividad en la cual se encuentra especializado.
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3. LOS LÍMITES DE NUESTRA ACTIVIDAD
Con excesiva frecuencia hay quienes nos preguntan: ¿Cómo y cuanto ha cambiado la
situación de los campesinos después de un curso audiovisual?
Creemos que la pregunta no se nos debe hacer a nosotros ya que en cierta medida, la
respuesta no depende solamente de nuestra actividad, sino de un complejo de factores
cuyo manejo y responsabilidad no nos competen.
Como comentario marginal tendríamos que añadir, a cualquier análisis posible, que la
pregunta adolece de una ingenuidad urbana realmente conmovedora. ¿Es que alguien,
con un mínimo de experiencia de trabajo con campesinos puede pretender que el dictado
de un curso por muy audiovisual y pedagógico que sea, de un solo curso, puede
modificar prácticas productivas, o hábitos culturales (alimenticios, productivos, etc.)
consolidados y arraigados a través de generaciones? ¿Es que hay un desconocimiento
tan grande de las conductas campesinas? ¿No se sabe que un campesino no acepta
fácilmente propuestas innovadoras, por muy convincentes que sean y aunque estén
expuestas en su propio lenguaje y a su nivel, sin antes someterla a una cuidadosa serie
de pruebas que demuestren su validez para su práctica productiva y vivencial concretas?
¿Es que hay alguien que se atreva a afirmar que todas las propuestas que hasta ahora
se han llevado al campesino han sido manifiesta y totalmente favorables para su
economía?
Vayamos por partes.
Nosotros podemos analizar, y lo hemos hecho, el proceso de enseñanza-aprendizaje con
medios audiovisuales. Y los resultados han sido satisfactorios.
Lo prueba el hecho de que todos los días estamos recibiendo solicitudes de grupos
campesinos, de cooperativas, de comunidades, para usar nuestros cursos. Pero, además
y quizá sobre todo están dispuestos a financiar el proceso pedagógico.
Pero para poder medir lo que denominamos valor de uso de los cursos, o lo que algunos
denominan impacto (denominación tomada de la jerga comercial, en la cual, además, el
interlocutor es el "blanco" u "objetivo"), necesitaríamos garantizar, al menos un mínimo
nivel de continuidad y persistencia del proceso pedagógico.
Y en los pocos casos en que pudimos hacerlo, este valor de uso es el más elevado.
Pero seamos claros: de nada sirve el mejor proceso pedagógico, audiovisual o no, si el
proceso no está acompañado y es complementario de otras medidas. El aumento de
producción y/o productividad de una determinada cosecha, como resultado de un
proceso de capacitación, puede verse totalmente invalidada por una política de precios, o
un proceso de intermediación, que no favorece al productor.
Un curso puede llegar a explicar a los campesinos y llegar a convencerlos de los
beneficios de uso de fertilizantes; pero de poco servirá el proceso pedagógico si falta un
sistema de distribución oportuna de los mismos y un precio razonable, no sólo por su
rentabilidad, sino porque el nivel económico del campesino es muy bajo.
Si, como es frecuente en nuestras zonas rurales, debido a los bajos niveles de
organización y la escasa infraestructura disponible de acopio y conservación de los
productos, el aumento de producción conduce -casi inevitablemente- a una baja en los
precios que recibe el campesino, ¿cómo podemos esperar que la producción aumente
como consecuencia de un único proceso de capacitación?
De todos los factores que pueden confluir, y deben confluir, para que se genere un
proceso de autodesarrollo rural (decisión política, crédito accesible, tecnología adecuada,
política de precios de insumos y productos, etc.) la capacitación es el elemento
imprescindible aunque no suficiente.
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Sin capacitación los demás elementos verán muy reducida su eficacia, y algunos serán
malversados o malvendidos, pero la capacitación por sí sola y sin los demás
componentes, no pueden generar automáticamente el desarrollo rural.
Hay un solo ámbito en el cual, sí, el solo proceso de capacitación bien realizado, y para
nosotros esta capacitación debe ser audiovisual por razones de masividad, analfabetismo,
multilingüismo, dispersión, inaccesibilidad, etc., puede arrojar resultados positivos sin la
concurrencia de los otros factores: el campo de los hábitos culturales. Los programas
pedagógicos audiovisuales referidos a la mejora de vivienda, la salud, la nutrición, la
higiene ambiental han dado resultados positivos sin más elementos coadyuvantes.
Pero no podemos engañarnos y tomar el rábano por las hojas. La misma mejora hubiera
podido lograrse, aunque en un plazo mucho más largo, si los niveles de acumulación de
los grupos campesinos hubieran sido elevados como consecuencia de la aplicación de
los otros factores de política.
La capacitación puede apoyar el desarrollo rural, la transferencia de paquetes
tecnológicos, la modificación de hábitos culturales; o puede acelerar en muy alto grado
estos procesos, pero no puede reemplazar los factores básicos de carácter económico
de los cuales depende, en última instancia, la posibilidad de un desarrollo rural.
runa
J. Manuel Calvelo Ríos
Enero 2001.
4. ARBORIZACIÓN.
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análisis grupal de contenidos que, si fueran tratados por escrito, sólo facilitaría la
lectura y análisis individual. Sobre estos papeles se escribe con plumón o marcador,
con letra del tamaño adecuado, en general grande, para permitir la clara lectura y
visibilidad de todos los integrantes del grupo. Se escriben códigos, o palabras,
aislados, que indican en forma simultánea dos condiciones del tema que explicita el
código: contenido y nivel. La distribución de las palabras en el eje de las abscisas
(horizontalmente) va marcando la profundidad a que se desarrollan los contenidos y el
orden interno de su desarrollo, en tanto que la distribución en el eje de las ordenadas
(verticalmente) nos da una idea del orden de tratamiento de los diversos campos de
contenidos que permitirá ordenarlos en unidades discretas o clases. A partir del código
(o los códigos) inicial, se abren bifurcaciones y ramificaciones que recuerdan las de las
ramas de un árbol, de ahí la denominación dada al instrumento.
5. La arborización, en la metodología de producción propuesta, se realiza después
de haber efectuado el sondeo en terreno, para conocer, entre varias otras cosas, las
restricciones que la carencia de saber imponen al productor rural, y la investigación
académica que nos da luces sobre el conocimiento científico disponible para levantar
esa restricción. La arborización precede a la producción del libreto, en que quedarán
definitivamente establecidos los contenidos, el nivel de los mismos y el orden de
exposición pedagógica adecuada a los interlocutores. A partir del libreto se podrán
determinar los diferentes tratamientos (interpersonal, gráfico-literario, de trabajo
práctico y audiovisual) que se darán a los diversos contenidos.
6. La arborización indica tanto el conocimiento que ya posee el productor como
aquellos que no maneja y que van a constituir el núcleo del mensaje pedagógico. De
no hacerlo así obtendríamos finalmente un discurso entrecortado y con escasa
vinculación entre sus diversos elementos. Pero es claro que van a ocupar más espacio
y a tener mayor desarrollo los nuevos conocimientos destinados a levantar las
restricciones y, con ello, contribuir a mejorar las condiciones productivas, de mercadeo
y de vida del productor. Es decir, la arborización es el proceso de construcción de un
mapa esquemático del conocimiento necesario para completar el ya existente y que
pueda responder a las preguntas básicas: ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué?
¿Cuándo?
7. Es claro que el orden de exposición académico no siempre es el que facilita la
mejor comprensión por parte del productor. En general, y a partir del sondeo en
terreno, hay que buscar para la estructura del mensaje pedagógico aquella que más
se asemeja a la estructura de relato que es más familiar para el productor, con el fin de
facilitarle la comprensión del mensaje. Con frecuencia, en los mensajes sobre
procesos técnicos productivos, el orden del proceso productivo es el más adecuado. El
grado de desarrollo de los diversos contenidos se establecerá en función de la
importancia que cada uno de ellos tiene para levantar las restricciones que sufre el
productor. Tendrán mayor desarrollo aquellos contenidos menos conocidos, de mayor
grado de dificultad y complejidad, o que pueden significar mayor grado de riesgo. Este
mayor desarrollo se observará en el nivel de extensión horizontal de la arborización.
8. La denuncia explícita del problema o restricción que el paquete pedagógico
multimedial se propone levantar, o atenuar, puede ser -y es aconsejable que sea- el
primer momento de la arborización y, en consecuencia, del libreto y del paquete. De
esta primera enumeración del problema y sus consecuencias, podrá derivarse el valor
de uso que la propuesta pedagógica tiene para el productor.
9. En el proceso de construcción de la arborización será necesario tener en cuenta,
en forma permanente, algunos códigos pedagógicos, para aplicarlos al conjunto de
conocimientos que constituyen el tema y respetando dichos códigos lograr la
estructura más clara y ordenada posible, siempre desde el punto de vista del
destinatario de los mensajes pedagógicos.
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a 1.1
a 1.
a 1.2
Contenido a
a 2.1
a 2.
a 2.2
Sub-Tema 1
b 1.1
b 1.
b 1.2
Contenido b
b 2.1
b 2.
b 2.2
a 1.1
Tema a 1.
a 1.2
Contenido a
a 2.1
a 2.
a 2.2
Sub-Tema 2
b 1.1
b 1.
b 1.2
Contenido b b 2.1.1
b 2.1
b 2.
b 2.1.2
b 2.2
Contenido a
b 1.1
b 1.
Sub-Tema 3 b 1.2
Contenido b
b 2.1.1
b 2.1
b 2.
b 2.1.2
b 2.2
Contenido c
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Red tensión
Fuente de energía
Baterías
Características
(MHz)
Unidad de control de procesos
Procesador Conexiones
Capacidad
Disco duro
Velocidad
Memoria Conexiones
Capacidad ampliación
Acceso aleatorio
Conexiones
Computadora
Plana
- Pantalla
De tubo
Signos
- Teclado
Controles
Externo
- Ratón
Incorporado
Accesorios
- Modem Velocidad
Periféricos
- Entradas auxiliares
Tipos y conectores
- Salidas auxiliares
- Disquetera
Lector
- CD/DVD
Grabador
- Impresora Tipos
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5. LOS MODELOS DE INFORMACIÓN Y DE COMUNICACIÓN.
EL MODELO DE INTERLOCUCIÓN: UN NUEVO PARADIGMA DE COMUNICACIÓN.
El modelo de Información.
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Puede definirse la comunicación como el proceso de intercambio de signos
destinados a la convivencia entre seres humanos, pero esta definición es válida sobre
todo en el caso de la comunicación interpersonal.
Puede definirse la comunicación como la trama supraestructural de signos que,
intercambiados, permiten a las personas convivir en sociedad, pero esta definición no
nos dice mucho sobre los procesos mismos de producción y reproducción de los
signos.
Puede definirse la comunicación como el proceso que, a través de la creación
e intercambio de signos, reproduce o modifica los valores de una sociedad, pero esta
definición no abarca todos los elementos del proceso comunicativo.
También, a veces, cuando hablamos de comunicación nos estamos refiriendo
solamente a los instrumentos; o a las investigaciones sobre dicho proceso; o, y esto es
lo más frecuente y, a nuestro entender, más peligroso, nos referimos a los medios
masivos.
Algunos semiólogos hacen de toda actividad y producto del hombre un sistema
de comunicación, pero esta generalización, quizá válida, no nos deja lugar para acotar
el área de aquellos que tratan, específicamente, de hacer lo que denominan
comunicación.
Cuando llamamos medios de comunicación a los medios masivos actuales,
estamos ignorando que ha habido medios de relativa masividad desde hace siglos,
desde el odeón griego a la catedral cristiana, y que, cuando hablamos de masividad,
nos referimos a un caso particular: la masividad simultánea y a través de sistemas
tecnológicos, generalmente electrónicos, dejando de lado la masividad que puede
alcanzarse por reiteración de convocatorias grupales.
Y se produjo, con el crecimiento de los medios y la transformación, de forma
ingenua o clandestina, del modelo de información en modelo de comunicación, la
transposición de este modelo y de sus consecuencias a muchas otras actividades
comunicativas que realizan los seres humanos, en particular al área de la
comunicación para el desarrollo.
Tenemos así una nomenclatura militar. El receptor es denominado "público
objetivo" o "blanco" y, claro está, cuando se tiene un objetivo o un blanco se le
disparan los cañonazos de carácter comunicativo más poderosos de que se dispone.
Se tira a matar. Es parte del fundamento ideológico del modelo, cuando se lo lleva al
campo social desde el área bélica. Y, claro está, cuando se llevan los conceptos de su
aplicación a la cibernética al campo humano, nos vemos tratando a las personas como
máquinas.
Y otra particularidad del modelo, derivada de su origen, es que el emisor
cosifica al receptor, lo transforma en objeto contra el cual dispara sus mensajes, o al
que utiliza para alcanzar las metas numéricas que, con desdichada frecuencia, su
actividad u organización le imponen.
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Aplicamos un curso de crianza de gallinas y otro de artesanías a un grupo
aguaruna, y los vimos asistir muy interesados al primero, porque desconocían el tema
y les era necesario, y abandonar el segundo, porque ya sabían cómo hacer sus
artesanías.
Hicimos un curso sobre cítricos, con el mejor especialista disponible en la
Universidad, y vimos como lo abandonaban los participantes porque no entendían el
lenguaje académico que aquel utilizaba.
Para formar capacitadores audiovisuales, que debían manejar un módulo de
reproducción conformado por un monitor, un magnetoscopio y un inversor con batería
de automóvil, hicimos un paquete pedagógico sobre elementos básicos de electricidad,
y nunca pudimos aplicarlo por completo porque el nivel con que tratamos el tema era
excesivamente elevado para sus niveles de escolaridad.
Hicimos un curso de ganado vacuno, siguiendo el orden que nos dieron los
veterinarios: desde genética y empadre, hasta parto y destete, siguiendo con sanidad
y alimentación. Y nos hallamos con que los criadores de ganado de leche querían
comenzar por el ordeño, para de ahí pasar a la alimentación y de ahí a la selección
genética.
Convocamos a grupos de productores rurales al dictado de un curso en el cual
estaban muy interesados, y el día de inicio no había ninguno porque era la fecha de
las festividades de la comunidad, o tiempo de cosecha.
Produjimos cursos con propuestas tecnológicas que nunca fueron
implementadas, y los cursos nunca más fueron solicitados, porque el costo de la
tecnología no era compensado por el incremento de productividad, dados los precios
existentes y que no fijaba el productor.
Producíamos mensajes de enseñanza, repitiendo las pautas con las que
habíamos aprendido, sin tratar de conocer los procesos de aprendizaje del destinatario
de nuestros mensajes. Y así fracasamos reiteradas veces, al no respetar los modelos
de procesamiento de la información que utilizaban los destinatarios de nuestro trabajo.
Comenzamos produciendo los mensajes con tratamiento de filminas
(diapositivas con pista de audio sincronizada) y con película cinematográfica de 16mm.
y super 8mm. Hasta que vimos que los costos de multiplicar los mensajes en
emulsiones fotoquímicas, la lentitud en el procesamiento y la necesidad de
oscurecimiento casi total para observarlos, eran limitantes de estos tipos de
tratamiento que el video superaba con creces.
Y llegamos en forma paulatina, dialogando con los propios productores,
comunicadores, y capacitadores, así como con las instituciones que nos financiaban, a
algunas conclusiones.
Los contenidos de los mensajes debían ser la respuesta a necesidades reales
de los futuros receptores de los mismos; los códigos utilizados para construirlos
debían ser inteligibles para los destinatarios y la introducción de nuevos códigos debía
estar precedida por su aclaración; el nivel a que se trataban dichos contenidos debía,
inicialmente, ser el de los receptores, para irlo incrementando paso a paso; el orden en
que se estructuraban los mensajes necesariamente tenía que corresponderse con la
estructura de relato habitual y conocida por el mismo; el momento de intercambio con
los usuarios tenía que ser definido por ellos, en función de sus disponibilidades de
tiempo y sin que perturbara sus procesos productivos o pautas sociales; y los
instrumentos para producir los mensajes, no podían, ni debían ser definidos a priori
por el emisor, sino establecidos en función de los parámetros del receptor y de una
óptima relación entre la inversión y los resultados. Los mensajes tenían que ser
consultados, o acordados, con todos aquellos (a través de representantes, o muestras)
que intervenían en el diálogo de comunicación para el desarrollo, si queríamos que
este diálogo fuera eficiente. Y los mensajes producidos, y sus parámetros, acordes
con las necesidades reales del destinatario.
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Nos resultó fundamental acercarnos a los modos en que el destinatario de
nuestro esfuerzo procesaba la información y a conocer sus niveles de conciencia, con
el fin de partir de ellos en un proceso destinado a desarrollarla.
Pero entonces el receptor, que el modelo indica como pasivo, se activaba. Dejaba de
ser el blanco de nuestros mensajes y pasaba a colaborar en ellos, a participar en las
numerosas opciones que un proceso de comunicación abre a los que lo mantienen. Ya
no era el objeto, u objetivo, contra el cual se disparaba el mensaje: devenía sujeto del
proceso comunicativo.
Finalmente formulamos un modelo teórico de lo que entendemos es real
comunicación, más que simple información o directa manipulación. Nos dijimos que
existe real comunicación si, y sólo si, los mensajes que se intercambian son el
producto de un trabajo conjunto. Tal como la etimología del término lo indica:
"communicare", que significa hacer juntos.
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hegemónico, y no estableciendo el carácter nacional a partir de la diversidad de
manifestaciones posibles de todo el país.
El Emisor impone sus códigos, verbales, icónicos, de tratamiento, a todos los
receptores y, de nuevo, el común denominador llega a colindar con el analfabetismo.
En muchos casos, en particular en los programas de noticias televisivos, observamos
programas para ciegos con imágenes de fondo, más que el uso de los códigos
audiovisuales que el instrumento facilita.
El nivel de los mensajes del Emisor está fijado por él en forma autoreferencial y
hace pensar en países poblados por oligofrénicos o con serios problemas de retardo
mental. De nuevo, las pocas excepciones no hacen más que confirmar la regla.
El momento, o el horario, son decididos siempre por el Emisor. En general los
programas que se denominan culturales tienen horarios bien definidos: de dos a cinco
de la mañana. Pero los de violencia están disponibles en cualquier otro de los horarios
posibles. Y, además, una mal entendida competencia lleva a que los horarios se
superpongan: el horario de las teleseries, el de los informativos, el del deporte, el de
las películas, son los mismos en casi todas las emisoras, con lo cual las opciones, y la
posibilidad de comparar, del espectador, se ven reducidas a la mínima expresión.
En el modelo de Emisor, los intereses del emisor priman en los mensajes y se
respetan muy poco los del receptor que, en general, se encuentra manipulado
verticalmente por el emisor, tal como el modelo teórico emisor-receptor permite
predecir. En general los mensajes ignoran las necesidades globales, la cultura y los
valores del receptor y sólo admiten de éste aquellos que coinciden con los del emisor.
Los personajes, los protagonistas, tanto de la radionovela como de la
telenovela, son un grupo muy particular de personas, en general pertenecientes a
estratos sociales determinados. Otros estratos sociales sólo aparecen fugaz y
esporádicamente, sobre todo en la noticia de tipo sensacionalista, en las catástrofes,
huelgas y otros aconteceres similares.
La noticia recorta, del acontecer cotidiano, un segmento muy particular de la
información de que se dispone. Para que un hecho sea considerado como noticia debe
tener elementos notables de espectacularidad. La normalidad, la solidaridad, la
convivialidad, no son noticia por decisión exclusiva de los que la manejan. La noticia,
como producto de consumo en que ha sido transformado el acontecer, pasa por
modas, tiene clímax y es abandonada por otra más novedosa, pero difícilmente es
contextualizada, no se la explica en función de los antecedentes que la fundamentan y
no se la relaciona con otros hechos que permiten entenderla.
La realimentación, cuando existe, sólo tiene una función: corroborar al emisor
la llegada del mensaje para reforzar su carácter manipulatorio. Sirve también para
conocer hasta qué nivel se ha llegado en el proceso de manipulación con el fin de
ajustarlo, avanzando en aquellas áreas en que ha sido más exitoso. Las encuestas
siempre preguntan cuál de los mensajes que existen se prefiere, nunca preguntan qué
otros mensajes quisiera el receptor.
En los procesos de comunicación para el desarrollo que utilizan el modelo
Emisor, el receptor es solamente un objeto pasivo que permite cumplir o satisfacer
metas numéricas, del emisor naturalmente. Multitud de proyectos de desarrollo
impulsados por las Naciones Unidas y sus organismos de ejecución, como la FAO,
UNESCO, OIT, OMS, UNICEF, FNUAP, etc., y muchos de los que se ejecutan con
créditos del Banco Mundial o el BID, son un ejemplo claro de este proceso de
cosificación del supuesto participante. La constatación de que una gran parte de los
supuestos beneficiarios de estos proyectos son, en realidad, "perjudicatarios", ha
provocado alarma y desatado la búsqueda de nuevas propuestas. Pero siempre, salvo
algunas y escasas intuiciones, usando el modelo de Emisor, aunque ya ha demostrado
hasta el cansancio su total inutilidad para los procesos de desarrollo, sobre todo si se
pretende que sea endógeno y autogestionado, con participación de sujetos sociales
conscientes y libres.
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Numerosos trabajos, sobre todo en el área de la capacitación productiva y de
gestión rurales, han tropezado con las limitaciones del modelo y muchos operadores e
investigadores han comenzado a dudar de las propuestas clásicas de autores no
menos clásicos. Se cuestiona el modelo vertical, de arriba hacia abajo, y se inicia la
constatación de que las propuestas del modelo de extensión, eficiente en los países
desarrollados, son disfuncionales en nuestras propias condiciones. Se inicia el diálogo
con el productor y se descubre que maneja una cultura, una ciencia y una tecnología
nada despreciable, aunque quizá insuficientes para la rápida incorporación al mercado
a que está sometido.
Se encuentra que no es, como tantas veces se dijo, reacio al cambio, sino que
prueba con cuidado las propuestas con el fin de reducir el riesgo. Ya que es él, y no el
agente de extensión, que goza de impunidad, el que corre el riesgo de la nueva
propuesta. Y se descubre, también, que con frecuencia excesiva se cree que el líder
es aquel con el cual, simplemente, nos comunicamos nosotros más fácilmente. Y se
descubre, por último, que la suposición de la irradiación de las innovaciones es mucho
más lenta de lo esperado, cosa que no debiera sorprendernos si, en condiciones de
mercado de alto nivel de competencia, la innovación proporciona ventajas
comparativas. Se comienza a avanzar en las convocatorias grupales, cuando se
observa que se corresponden mejor con las prácticas sociales habituales y que son
más eficientes. Pero a muchos les sucede lo mismo que nos sucedió a nosotros:
siguen aferrados al único modelo que se enseña, el de Emisor, y buscan modificarlo
porque ya tropezaron con los límites que impone.
En la mayor parte, abrumadora por cierto, de los procesos de enseñanza-
aprendizaje, que usan medios, sistemas y procesos de comunicación pedagógica, se
utiliza el modelo de Emisor. Que es también el modelo que, implícita o explícitamente,
proponen y emplean los pedagogos. Empleo totalmente legítimo, ya que no disponen
de otro. Los resultados están a la vista. El deterioro paulatino de la formación de
profesores, profesionales e investigadores encuentra en el modelo emisor uno de sus
puntales. No es posible ignorar el marco en que este deterioro se produce. Si bien la
educación ya ha sido reconocida formalmente como una de las inversiones más
rentables que puede realizar un Estado, pasa automáticamente a la categoría de gasto
en cuanto asoma una crisis y es de los primeros gastos, junto a la cultura y la salud,
que sufren drásticas reducciones. Pero aún sin esas restricciones, que afectan
fundamentalmente las remuneraciones de los docentes y que se suelen tratar de paliar
mediante la adquisición de costosos equipamientos que no se saben manejar, la
ineficiencia de los procesos de educación se debe, en gran medida, al uso de un
modelo que no parte de considerar al discente como sujeto. La crítica ya realizada por
Paulo Freire, a lo que denominó la tesis bancaria de la educación, marca claramente
las deficiencias del modelo comunicativo que rige los procesos de enseñanza-
aprendizaje. En los niveles de enseñanza secundaria y universitaria los docentes
repiten los modelos que sufrieron. Cada clase es independiente de las que la preceden
y las que la siguen. Cada materia es independiente de las demás y carece de la
necesaria vinculación con ellas. Cada año parece olvidar los anteriores y no prepara
para los que vendrán. El profesor lo sabe todo, es el emisor, y el alumno es un
ignorante, como debe serlo el receptor. Las formas y niveles de conciencia del alumno
son ignoradas, como lo son sus procesos específicos de procesamiento de la
información para incorporarla a su propio campo de conciencia. El alumno es tratado
como una página en blanco, sobre la que se pueden escribir los mayores disparates, o
llenarla de borrones de tinta que, afortunadamente, no siempre es indeleble.
En la comunicación científica, de la comunidad de investigadores a la sociedad,
encontramos el mismo modelo y los mismos problemas. Las jergas científicas,
sintéticas, necesarias y útiles en el interior de la comunidad que las crea y las maneja,
llegan a la sociedad como "terrorismo académico", en forma totalmente ininteligible. Es
así como la ciencia se va, o bien mitificando, o bien termina satanizada, por falta de
mensajes que la tornen asequible a aquellos que, en última instancia, la financian y
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disfrutarán o sufrirán sus resultados. El ejemplo más claro y reciente de este proceso
es lo sucedido con la energía nuclear. Hace no más de treinta años los emisores de la
buena nueva nos ofrecían energía limpia y barata para todos. Y, por falta de
información y comunicación, la sociedad no pudo más que tomar el único partido que
le ofrecían los medios masivos. Después de Chernobyl, Three Miles y otras, la
sociedad se pregunta si sabía realmente el camino que se estaba tomando. Y lo
mismo ha sucedido con numerosas tecnologías derivadas de la investigación de punta.
Quién no tiene algún tipo de dudas sobre la información disponible después de las
catástrofes de Seveso y Bophal? ¿Quién no ha comenzado a cuestionar a un Emisor
que sólo emite aquello que le conviene, que sólo informa sesgadamente? Un Emisor
que no corta el diálogo cuando se le torna cuesta arriba, sino que ni siquiera lo inicia
porque considera que el receptor es tan solo un objeto.
El modelo de Emisor opera sobre objetos; tiene audiencia, público,
espectadores, receptores, público objetivo, audiencia blanco o alumnos. Y, quizá, las
cuatro primeras categorías tengan validez en el caso de los mensajes artísticos. En
ellos una persona con un tipo particular de sensibilidad prepara un mensaje de
autoexpresión destinado a otros, con el fin de hacer saber su cosmovisión sobre
alguno de los aspectos del acontecer humano. La realimentación a su mensaje,
positiva o negativa, le dirá si su visión es compartida o rechazada, si la forma de
comunicarla es aceptada o negada. Con desgraciada frecuencia la aceptación, el
reconocimiento y la gloria llegan post mortem. Es decir, si dejamos de lado a los
mercaderes y a los proxenetas del arte, los mecanismos publicitarios y algunos
rechazos o adhesiones de tipo político partidario, esta persona puede estar creando
mensajes artísticos. Mensajes que en general pueden enriquecer a la humanidad, pero
que no necesariamente son de comunicación.
El modelo de Emisor busca atractivo, agilidad, novedad y, claro está, impacto,
como todo buen proyectil que alcanza el blanco.
El modelo de Interlocución opera con sujetos; tiene interlocutores, participantes,
destinatarios o usuarios de los contenidos de los mensajes. Este modelo busca
claridad, comprensión, utilidad y apropiación de los contenidos por parte del
interlocutor. Y, para facilitar la apropiación, o el rechazo cuando es necesario para el
interlocutor, opera buscando respetar sus modos de procesamiento de la información
que le llega del mundo exterior para configurar su conciencia.
Por operar con sujetos, valora su sabiduría, sin mitificarla, respeta sus modelos
de aprendizaje, para tratar de reproducir sus mejores parámetros en la comunicación
pedagógica y añadir otros que permitan mejorar su eficiencia sin agredir su cultura.
Los mensajes buscan satisfacer necesidades, más que responder a
requerimientos, e inician los procesos con los códigos del interlocutor masivo, para
introducir otros cuando son necesarios.
En el modelo Emisor el denominado comunicador acompaña al emisor y
maneja los medios a su beneficio y respondiendo a los valores y parámetros que le
son impuestos, en forma clara o velada. Se expresa dentro de los límites que le trazan
y de los cuales no le está permitido salir. Suele plantear una pretensión de objetividad,
negada día a día por sus propias actividades, y su éxito, incremento masivo de los
receptores de sus mensajes, es individual. Su actividad, le guste o no, lo sepa o no,
sea o no consciente de ello, es vertical.
En el modelo de Interlocución el comunicador se encuentra, manejando los
medios, entre ambos interlocutores. El interlocutor especializado, académico, decisor,
por un lado y el interlocutor masivo, productor rural, estudiante, urbano marginal, por el
otro. Elige los medios para el tratamiento de los mensajes en función del interlocutor
masivo y de los recursos disponibles, buscando optimizar la relación entre la inversión
y los resultados.
Responde a parámetros de desarrollo social, sobre todo de los grupos más
marginados de la sociedad. No se expresa, sino que comunica, en función de las
necesidades de los interlocutores, otorgando prioridad al interlocutor masivo. Sus
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emociones y criterios estéticos no son significativos para ninguno de los universos de
interlocutores.
Sus posiciones, filosóficas, ideológicas, sus creencias, su sensibilidad, su nivel de
conciencia, su compromiso, no tienen lugar en el interior de los mensajes. Todos estos
elementos, vitales para cualquier persona, deben manifestarse y son imprescindibles
en otros campos. En su opción sobre los interlocutores entre los cuales mediará; en la
adecuación a los niveles iniciales del interlocutor masivo; en el tipo de contenidos que
tratarán sus mensajes; en la claridad de los mismos para el destinatario; en la
selección del tratamiento y equipos más eficientes; y en un proceso realizado con
elevados niveles de racionalidad productiva. Sus posiciones son también
imprescindibles en la opción que debe tomar por el modelo de desarrollo que va a regir
el conjunto de sus actividades; la definición de los grupos sociales a los que considera
sujetos de los procesos de desarrollo; y su respeto, aunque no sumisión, a sus niveles
de conciencia reales para poder colaborar en su crecimiento autónomo. En resumen,
parece ser imprescindible en el comunicador para el desarrollo un elevado nivel de
compromiso social, sea su origen una filosofía, una ideología, una mística o una
creencia.
En este modelo, el comunicador, para el desarrollo, pedagógico, o científico,
busca que los mensajes que produce tengan valor de uso para ambos interlocutores y
se encarga de que este valor sea explícito en los mensajes, además de eliminar todo
contenido superfluo. Su éxito es el de construir mensajes inteligibles, útiles y claros
para otros, por ello es un éxito social.
En este modelo, el comunicador se encarga de establecer un diálogo entre dos
universos, o de facilitar el diálogo en el interior de uno de ellos, en general destinado a
elevar los niveles de conciencia, colaborando en la evolución, desde la conciencia real
impuesta a la conciencia real autónoma, para llegar a la posible. Y para facilitar la
organización participativa. Su actividad, por decisión y en función del modelo teórico,
es horizontal y no manipulatoria. Y, necesariamente, debe ser muy eficiente ya que
opera en condiciones de economía de mercado global y en un área que no tiene, en
dicho modelo económico, una prioridad sustantiva.
En el modelo de Emisor, el objetivo de los mensajes es, fundamentalmente, el
lucro. No es, en sí, un objetivo malsano, pero sí suelen serlo las consecuencias de
priorizar el lucro sobre toda otra consideración social. Los hechos están a la vista y no
insistiremos sobre ellos.
En el modelo de Interlocución el objetivo de los mensajes es diversificado, pero
con un elemento común: facilitar el paso de la conciencia ingenua, mítica, impuesta a
la conciencia científica, crítica, autónoma.
Son mensajes destinados a compartir información; social, de mercado,
científico-técnica, que facilite la toma de decisiones y configurar opciones que la falta
de información no permite.
Son mensajes de enseñanza, destinados al aprendizaje, para incrementar la
racionalidad productiva, reducir o eliminar la agresión al medio ambiente e incrementar
el uso eficiente y sustentable de los recursos disponibles.
Son mensajes destinados a reforzar la capacidad de organización participativa
de aquellos sujetos que carecen de medios de diálogo con los decisores.
Son mensajes destinados a sensibilizar a los decisores sobre las situaciones reales de
estos sujetos, de sus demandas y de las oportunidades que ofrece su inserción plena
en los procesos de desarrollo.
Son mensajes destinados a hacer conocer el por qué y el cómo de las
intervenciones que se deciden y de las cuales, en general, el último en enterarse es el
supuesto beneficiario, con lo que sus niveles de eficiencia se ven seriamente
comprometidos.
Son mensajes destinados a compartir éxitos y fracasos. Los primeros para aprender
positivamente y reiterar experiencias satisfactorias; los segundos, para aprender por la
negativa y no repetir errores.
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Consecuencias del modelo I - M - I en la práctica de la comunicación para el
desarrollo.
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mensajes de capacitación para incrementar su racionalidad productiva y reducir la
agresión a los recursos con que opera; de mensajes de información, para incrementar
la calidad y oportunidad de las decisiones que debe tomar en una economía de
mercado global; de mensajes de comunicación para facilitar la organización
participativa y negociar, en mejores condiciones, la equidad que el modelo plantea y
que tan difícil parece lograr. De mensajes que faciliten la convivencia. De mensajes
que recuperen la sabiduría tradicional y le integren las mejores explicaciones
científicas que la ciencia actual nos ofrece. De mensajes que nos muestren la
maravillosa diversidad cultural de la humanidad, en vez de sumergirnos en patrones
únicos, hegemónicos y, por ello, alienantes.
No parece necesario insistir sobre el interlocutor masivo priorizado, pero si
añadir algunos elementos sobre el otro interlocutor. El decisor, los decisores
económicos, políticos, técnicos y científicos, dirigentes, organizadores, personajes
públicos, etc. Es claro que no todos ellos están dispuestos al diálogo, ni tienen por el
interlocutor masivo el respeto que merece. Pero, de una u otra forma, deben contar
con él. Aún en una economía de mercado, por imperfecta y opaca que sea, no basta
con que haya oferta; tiene que existir demanda. Y, si bien es claro que en estos
momentos son los poderes económicos los que determinan las decisiones políticas, no
es menos cierto que las pálidas democracias representativas en que vivimos, tornan al
interlocutor masivo en un elemento necesario para la convalidación de los políticos. Es
claro, también, que para el inmediatismo político, para los plazos de cuatro a seis años,
un diálogo a largo plazo no es el más conveniente. Quizá debido a la vigencia de los
politiqueros y la falta de estadistas con visión de futuro. Aún así estos decisores
políticos necesitan de diálogo con los interlocutores masivos, aunque sólo sea por
razones de triunfalismo y porque su incorporación hace más eficientes y duraderas las
intervenciones que, sin ellos, serían coyunturales y de muy bajo nivel de eficiencia. En
todo caso, aún en nuestras débiles democracias representativas, y no participativas,
existe una retórica formal que requiere de procesos de comunicación. Existe alarma
por los resultados de los llamados, eufemísticamente, reajustes estructurales, y por lo
tanto necesidades claras de procesos de educación y capacitación masivos. Los antes
marginados no lo son menos en la actualidad, pero su vinculación al mercado es
mucho más rápida y por lo tanto necesitan de información oportuna, fiable, inteligible y
accesible, en tiempo real. Al menos hasta que se cumplan algunas de las peores
profecías y seamos todos un grupo masivo de desocupados; al menos hasta que el
mundo no se divida definitivamente entre los que "están" y los que se han
transformado en "transparentes".
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¿Cómo pueden ser adecuados los mensajes de los proyectos de desarrollo,
que son encargados a especialistas en la manipulación publicitaria?
¿Cómo pueden ser oportunos los mensajes de información científica cuando quienes
los toman de los científicos ignoran sus jergas, para poder traducirlas, y sólo
consideran noticia lo que es espectacular o se sale de lo normal?
Cómo mantener informada a la población, si los informadores no están
informados y producen mensajes que nadie entiende, fuera de contexto, sin utilidad,
sesgados y poco oportunos?
Y ya es difícil comprender la razón por la cual siguen proliferando estas
escuelas o facultades de comunicación para cuyos graduados no hay fuentes de
trabajo.
La sociedad necesita de escuelas que formen esos comunicadores que no
existen, al menos en las cantidades que se necesitan. Quizá la experiencia que está
iniciando la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Tucumán, Argentina,
pueda arrojar luces sobre varios aspectos de los procesos de formación de
comunicadores para el desarrollo. Planteada la Carrera de Posgrado de
Especialización en Comunicación para el Desarrollo como una investigación operativa,
es posible que a su término se pueda disponer de un conjunto de experiencias,
mediciones y personal que faciliten un diseño avanzado de una carrera en ésta línea.
La estructura teórico-práctica de la Carrera, y una actividad productiva en condiciones
reales, en ámbitos sociales urbano-marginales y rurales, permitirán corroborar o
refutar las hipótesis que sostienen la propuesta y el diseño curricular, así como
avanzar en su proyección.
La estructura de la parte formalizada está dada por Cursos-taller
correspondientes a diversos códigos: Códigos de Desarrollo, destinados a
fundamentar críticamente las condiciones del entorno socio-económico en que deberá
desempeñarse el futuro profesional; Códigos Perceptivos, dedicados al conocimiento
de los procesos mediante los cuales el hombre conforma su conciencia a partir de los
estímulos sensoriales que provienen de sí mismo y del mundo externo a él; Códigos
Tecnológicos, que proporcionan los elementos básicos científico-técnicos de los
instrumentos destinados a la producción, conservación, transmisión, procesamiento y
reproducción de mensajes, con el objetivo de desmitificarlos y ponerlos al servicio del
comunicador; Códigos Culturales, destinados a dotar a los mensajes de los atributos
que los tornen inteligibles para los interlocutores masivos; Códigos Audiovisuales, para
el conocimiento desmitificador y el manejo de las leyes del lenguaje audiovisual, sus
fundamentos y las posibilidades de vulnerarlas; y Códigos Pedagógicos, basados en
los procesos de aprendizaje del ser humano adulto y en el uso coherente de los
códigos antes mencionados, de tal forma que la claridad, el valor de uso y la eficiencia
hagan de los mensajes procesos y propuestas de enseñanza, una herramienta útil
para el desarrollo humano, endógeno, autogestionado y sustentable.
La etapa en terreno se realizará mediante la conformación de Unidades de
Producción, de dos a tres alumnos cada una, que se insertarán en el ámbito de
operación (rural, urbano-marginal, escolar, académico, etc.) y llevarán a cabo los
procesos productivos que conduzcan a disponer de un Paquete Pedagógico
Audiovisual, con su correspondiente aplicación experimental. Este paquete está
conformado por varios elementos: a) la relación interpersonal y grupal entre el
capacitador audiovisual y grupos de no más de 25 a 30 participantes; b) una serie de
clases audiovisuales (4 a 8), en video, monotemáticas y monoconceptuales, de no
más de 18 minutos de duración unitaria, destinadas a facilitar la comprensión, y que
por ser grabadas en el entorno físico del destinatario tienen verosimilitud y credibilidad;
c) una cartilla de participante, como elemento de memoria permanente y de
ejercitación, además de explicitar los contenidos que no tienen tratamiento audiovisual
como cálculos y tablas; d) una guía para el capacitador, con una explicación de la
metodología y de la forma de integrar a todos los participantes a la realización del
último elemento; e) los trabajos prácticos, para la prueba de las propuestas y la
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determinación de su apropiabilidad, la internalización del conocimiento y la obtención
de resultados concretos. Estas unidades de producción operarán en condiciones
reales, negociando con organizaciones de la sociedad la producción y el uso de sus
respectivos paquetes, determinando temas y tratamiento en función de las
posibilidades productivas.
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producción artesanal responde mejor que el de la especialización a los requerimientos
de economía que se nos plantean.
Y esto nos lleva al último punto: los instrumentos, su elección y su calidad.
Hasta hace unos pocos años el equipamiento tenía un peso relativo en cualquier
programa de comunicación para el desarrollo. Gradualmente la situación ha ido
cambiando y hoy el equipamiento no es parte sustantiva de los costos, aunque puedan
ser una inversión significativa en las primeras etapas.
El problema reside en que el equipamiento es un asunto demasiado delicado
para dejarlo en manos de los especialistas en equipos. Ellos van a elegir, siempre, el
equipo que desde sus propios parámetros es el mejor. E, indudablemente, el más
costoso, avanzado, sofisticado y de mayores costos de operación y mantenimiento.
Claro está, no necesariamente el más adecuado para realizar procesos de
comunicación para el desarrollo, ni en términos de relación inversión/resultados, ni en
términos de apropiabilidad.
Un equipo es apropiable cuando es posible que el usuario del equipo y de sus
productos se pueda apropiar de ellos en términos de capital, de operación y
mantenimiento y en términos culturales, es decir, de formación para su uso correcto y
eficiente. En el caso de los equipos audiovisuales la situación es transparente: todo
equipo doméstico actual tiene mejor calidad, en términos de señal electrónica, que
cualquier equipo audiovisual profesional de hace quince años. Pero este tipo de
equipo no puede ser recomendado por ningún ingeniero electrónico para no correr el
riesgo de ser sometido a la crítica de sus colegas.
El mejor equipo, la mejor calidad, están determinados por la calidad de quienes los
manejan y no por parámetros tecnológicos.
En todo caso, el modelo de Interlocución prioriza las neuronas sobre los
electrones. Es de alta calidad aquel equipo del cual disponemos y que somos capaces
de utilizar eficientemente para producir mensajes de comunicación para el desarrollo.
Es decir, aquel que tiene valor de uso, más que valor de cambio para el fabricante o
vendedor, o valor de signo para el especialista.
Conclusiones.
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6. LA PEDAGOGIA MASIVA AUDIOVISUAL, UNA PROPUESTA DE INTEGRACION
DEL SABER POPULAR Y EL SABER ACADEMICO
Una experiencia de capacitación en Tucumán
1
Pedagogos Audiovisuales. Equipo de Comunicación Rural de FUDER (Fundación para el Desarrollo Regional)
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8. Un modelo de formación de Pedagogos y Capacitadores audiovisuales.
9. Un estilo de racionalidad productiva y de gestión,
1. El usuario prioritario
En base a decisiones políticas se ha definido como interlocutor o usuario
prioritario a pobladores rurales o urbano-marginales de economía de subsistencia sub
familiar o familiar y de bajos recursos de los países subdesarrollados. Constituyen un
gran porcentaje de la población, se encuentran dispersos y a veces en zonas de difícil
acceso.
Estos grupos son los que presentan más bajo nivel de escolaridad, mayor
analfabetismo y multilingüismo. Son también los que por la situación económica actual
necesitan más apoyo para salir de la condición en que se encuentran.
El uso de la comunicación audiovisual permite enfrentar estas dificultades. En la
masividad, dispersión, inaccesibilidad, multilingüismo, y analfabetismo de este
interlocutor se basa el uso del video como herramienta pedagógica. En sus
múltiples actividades productivas y en la necesidad de mejorar sus condiciones de
vida y sus relaciones con el medio, se basa la multisectorialidad de las acciones de
capacitación de la Pedagogía Masiva Audiovisual (PMAV). El análisis del usuario
prioritario, sus características, condiciones y necesidades determinan: a) un modelo de
comunicación, b) un rediseño de la tecnología, c) un modelo productivo, d) El tratamiento
formal y la estructura de los cursos audiovisuales, e) los procesos de capacitación
audiovisual y f) el seguimiento de dichos procesos. Por otro lado, estos elementos se ven
condicionados además por el requerimiento autoimpuesto de que los procesos de pro-
ducción y capacitación audiovisual sean racionales, económicos y rentables en términos
financieros y sociales (CALVELO 1994).
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Este usuario es multisectorial y requiere de información cognoscitiva acerca de di-
versos aspectos relacionados con sus actividades productivas, su hábitat y sus
condiciones de vida. No se trata por lo tanto de "amaestrar productores" para que
apliquen recetas técnicas, sino de educar a los campesinos. La experiencia ha demos-
trado ya que los procesos de enseñanza-aprendizaje deben ser procesos sociales, co-
munitarios y no individuales ni aislados (PINTO 1990). Y esto no sólo para responder a
sus características antropológico-culturales, sino también porque la masividad permite
reducir los costos y llegar a una óptima relación inversión/resultados.
4. El "conocimiento a compartir".
El conocimiento que la capacitación debe llevar al campesino se origina en dos
vertientes: a) el saber popular, conocimiento sensorial, empírico, tradicional, no
formalizado, propio de la economía de subsistencia, y b) el conocimiento académico,
formalizado, racional, experimental, científico, propio de la situación tecnológica moderna
y de la economía de mercado.
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La primera categoría del conocimiento está poco explorada por el mundo
académico, y a veces es ignorada. Pero no caben dudas sobre su valor y la necesidad de
rescatarlo y reproducirlo (BARAONA 1986, TAPIA 1987). La segunda categoría se
acerca más a las nuevas condiciones socio-económicas a que se encuentra expuesto el
interlocutor masivo y pueden permitirle procesos más rápidos de crecimiento. Sin
embargo, por provenir de investigaciones realizadas en condiciones controladas y en
ámbitos diversos requiere de una cuidadosa traducción a las condiciones locales.
Se buscó integrar ambas categorías de conocimiento para producir lo que
denominamos "conocimiento a compartir" mediante un proceso de "recuperación,
producción, conservación y reproducción del saber popular integrado al saber
académico" (CALVELO 1980).
6. El modelo de capacitación.
En general los sistemas de extensión, difusión, promoción o capacitación parten
de un principio implícito en su propia estructura, pero no siempre explicitado formalmente.
Es el principio del "efecto multiplicador" o "reacción en cadena". Las propuestas ela-
boradas por los centros de investigación llegan al más alto nivel del sistema de extensión.
A partir de ahí se genera una transmisión de ondas sucesivas que va atravesando los
niveles de personal cada vez más bajos en la escala jerárquica hasta llegar al campesino
líder, o innovador. Es este campesino el supuesto encargado de "irradiar" o difundir las
propuestas que le han llegado.
Este modelo parte de supuestos no comprobados: que la investigación responde
a necesidades reales de los campesinos, que en todos los escalones de transmisión
multiplicadora hay personal de buen nivel tanto técnico como pedagógico, que el
personal existe en número suficiente, etc.
Por otra parte, la transmisión reiterada de la información conduce inevitablemente,
debido a la entropía propia de todo sistema, a la pérdida de calidad y cantidad de la
información retransmitida.
El supuesto "efecto multiplicador" cubre un ínfimo porcentaje de la población rural
y sus costos en términos de personal, vehículos, infraestructura, etc. resultan excesivos
en relación con los resultados cualitativos y cuantitativos de la capacitación.
Pero estos modelos tienen un origen. Han sido diseñados para un usuario
definido, el agricultor moderno o "farmer", y para él son funcionales y adecuados.
El modelo de capacitación propuesto para el campesino de economía de sub-
sistencia y los grupos de base en general, es más adecuado a sus condiciones,
necesidades y requerimientos. Este modelo denominado "del puente", consiste en
determinar la problemática en el campo, con el campesino y el técnico de terreno.
Obtener el conocimiento disponible al mismo nivel y después consultar a los centros de
investigación para obtener una respuesta adecuada al futuro usuario de la misma.
(CALVELO 1975)
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Esta respuesta es traducida a los códigos del interlocutor masivo configurando el
"Paquete Pedagógico Audiovisual" que más adelante se describe, el cual es llevado al
campesino para un proceso de enseñanza-aprendizaje en terreno.
Se llama "del puente" porque saltea una serie de instancias institucionales y
burocráticas, estableciendo un puente entre los problemas detectados en el campo y las
soluciones disponibles al mejor nivel científico.
El uso del medio audiovisual (video) garantiza la homogeneidad de la propuesta y
la posibilidad de reiteración hasta alcanzar los niveles de masividad que la hagan
eficiente en términos pedagógicos y económicos.
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8. Los modelos de formación de Pedagogos Audiovisuales y Capacitadores
Audiovisuales.
El uso de instrumentos audiovisuales en América Latina, salvo excepciones sólo
ha encontrado desarrollo en la producción de mensajes afectivos o de autoexpresión
según el modelo E-M-R.
Los medios audiovisuales, y el video en particular, son producto de la
investigación científica. Sin embargo, resulta injustificada la no utilización de estas
tecnologías por parte de la propia comunidad científica que las produce.
Existe, sin embargo, en las aéreas de comunicación científica, comunicación
pedagógica, y comunicación para el desarrollo, una demanda latente, no activa, por falta
de profesionales formados en ellas y capaces de satisfacer dicha demanda.
Ante esto, la FAO puso en marcha un sistema de formación de un nuevo tipo de
profesional: El Pedagogo Audiovisual.
Se busca que la propuesta, metodológica y tecnológica, sea puesta en manos de
los organismos e instituciones que se hacen responsables del desarrollo. A estas
instituciones, que actúan directamente con el campesino, se les forma los Capacitadores
Audiovisuales que requieren y se pone en sus manos el Paquete Pedagógico.
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La demanda inicial era la de un material que permitiera a la gente beneficiaria del
proyecto incorporar los conocimientos elementales como para evitar las numerosas
muertes de pollitos que se estaban produciendo en los primeros días posteriores a la
entrega.
Sólo se podía garantizar que la propuesta que abordaría el Paquete Pedagógico
tendría valor de uso para el interlocutor, si la establecíamos en estrecho contacto con él.
Y esto no solamente por el valor de dichas propuesta en términos absolutos, sino por la
adecuación del nivel de las mismas a la situación socioeconómica y cultural del futuro
usuario.
En nuestro caso, en la medida que el tema "Crianza de Gallinas" estaba ya
predefinido, requirió por parte de la Unidad de Producción su validación, lo que significó
llevar a cabo una investigación para corroborar y replantear en un sentido parcial la pro-
puesta inicial.
En la Producción Audiovisual, se alcanza la integración del conocimiento
tradicional, no formalizado con el conocimiento científico mediante una serie de pasos
metodológicos o "Fases de Producción". Nos referiremos aquí a los aspectos salientes
de las fases que en el marco teórico del modelo comunicacional INTERLOCUTOR-
MEDIO-INTERLOCUTOR implicaron la investigación sobre los contenidos a compartir
para formular la hipótesis (Paquete Pedagógico Audiovisual "Crianza Casera de Gallinas")
que seria corroborada o refutada en contacto con el interlocutor masivo.
2. DESARROLLO DE LA INVESTIGACION
El Proyecto Pro-Huerta de Tucumán venia realizando tareas de promoción y
capacitación acompañando la entrega de un plantel de pollitas a familias de bajos
recursos de la provincia. Y para aumentar la cantidad y calidad de las acciones de
capacitación se plantea la incorporación de la metodología de Pedagogía Masiva
Audiovisual a través de la producción de un Paquete Pedagógico sobre "Crianza Casera
de Gallinas".
La Unidad de Producción realizó en base al diálogo y la observación, un
diagnóstico que le sirvió como soporte para identificar las necesidades de capacitación
del interlocutor masivo.
Se muestreó y entrevistó a 25 familias de las localidades de Alderetes, Santa
Lucía, Tafí Viejo y Amaicha del Valle, todas de la Provincia de Tucumán, tomando en
cuenta los siguientes parámetros:
i) Información sobre la orientación de las políticas nacionales en términos de
macroeconomía, ajustes estructurales, desempleo, etc. y su procesamiento para detectar
el grado de incidencia de estas políticas en la zona.
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ii) Identificación del hábitat fisiográfico y ecológico. Si bien el Proyecto Pro-Huerta
tiene mayor desarrollo a nivel suburbano, se planteaba la necesidad de expandirlo a las
zonas rurales de todo el NOA. Por otro lado, es de las zonas rurales, donde las prácticas
de autoconsumo son una constante, de donde se recuperaron conocimientos con valor
de uso para la familia urbana.
Existe siempre una contradicción entre la especificidad de la realidad que
analizamos y la masividad potencial del producto final. Cuanto más se profundiza en la
identificación del interlocutor con su problemática específica y su entorno social cultural y
geográfico, menos probable es la utilización masiva de los materiales en zonas donde no
se produjo. En nuestro caso se cuidó que la especificidad local no invalidara el uso de los
materiales por lo menos para la región NOA.
iii) La actividad productiva. Aquí encontramos entre los beneficiarios del proyecto,
familias con y sin experiencia en la crianza doméstica de gallinas. En general no era
común encontrar instalaciones como gallineros, comederos, nidos, perchas, etc. En
general las familias no sabían calcular el dinero invertido en maíz para las gallinas ni
establecer alguna correspondencia con los productos obtenidos. Las razas presentes
eran las criollas en el mejor de los casos pero, casi invariablemente, las familias criaban
además, gallinas de riña, "catuchas", enanas, "chascas" y otras rarezas con más valor
ornamental que productivo.
Con respecto a la alimentación de las gallinas la mayoría desconocía la
necesidad de que estas recibieran una alimentación equilibrada. Se utiliza casi
exclusivamente maíz, minimizando el aporte del resto de los alimentos. En el caso de
animales sueltos esto no es grave. Pero como se propondría la cría en gallineros, las
gallinas ya no podrían procurarse los nutrientes que les faltaran.
Muchos identificaban el alimento balanceado como algo "mágico" con
ingredientes secretos que harían producir a las peores gallinas. Para otros era un
alimento específico para gallinas "de raza".
Finalmente pudimos reconocer en el interlocutor su cultura audiovisual, su grado
de instrucción, etc. que nos darían información para el nivel de tratamiento, estructura,
códigos, y medios a utilizar en nuestros mensajes.
iv) Caracterización socio-económica: salud, alimentación, vivienda, servicios,
rasgos culturales, nivel organizativo, ingresos, tenencia de la tierra, migraciones, empleo,
etc.
Evidentemente el problema de la desnutrición obedece a un numero considerable
de complejos factores que en su mayoría están fuera del alcance de un proyecto de
apoyo al autoconsumo.
Sin embargo, se detectó en las familias entrevistadas un desconocimiento del
valor nutritivo de los diferentes tipos de alimentos y sus aportes a una dieta equilibrada
entre proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y sales minerales. La mala alimentación
no sólo es producto de la falta de alimentos, sino de su consumo en forma no equilibrada.
De este diagnóstico sobresalen dos observaciones que fueron sumamente
importantes a la hora de definir los conocimientos a compartir:
a) En los adultos el desequilibrio provenía de un déficit en el consumo de
alimentos reguladores o proveedores de vitaminas (verduras y frutas) y un exceso de
carne y alimentos ricos en hidratos de carbono como las pastas. En los niños esta
relación se invertía, notándose además, carencias en el aporte de proteínas, esenciales
para el crecimiento.
b) Un alto porcentaje de las familias que criaban gallinas en forma doméstica, no
aprovechaban todos sus productos. En el caso de los huevos mucha gente no los con-
sumía "porque tienen colesterol", desvalorizando su aporte en proteínas, no ofreciéndolo
tampoco a los niños. La palabra "colesterol" era conocida por la mayoría de la gente que
constituía la muestra, asignándole una valoración negativa, en términos absolutos.
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En el caso de la carne si bien se reivindicaba permanentemente su valor
proteico y el sabor de los animales caseros, había muy poco consumo debido a la
resistencia para sacrificar un animal criado en la casa. Esta valoración de las gallinas
asociada al concepto de "mascotas" propia de ámbitos urbanos, la encontramos inclusive
en sectores rurales como en Santa Lucía y Amaicha del Valle produciéndonos sorpresa
encontrar familias que gastaban mucho dinero en maíz para las gallinas pero que luego
no aprovechaban su carne por una sensibilización ante el hecho de tener que matarla
para consumirla.
A partir de este descubrimiento se profundizó la investigación sobre este punto y
se amplió la muestra para asegurarnos de que esta primera impresión fuera
estadísticamente significativa. Al confirmarlo, se modificaron substancialmente los
contenidos a compartir en el paquete pedagógico.
Evidentemente, carecía de sentido capacitar a la gente en la crianza casera de
gallinas si eso no iba a tener efectos en la mejora de la alimentación.
Producto de la observación y análisis de este primer contacto con el interlocutor
destinatario, y en conjunto con los técnicos del Pro-Huerta, se definió el siguiente objetivo
para el curso a producir: "Que el beneficiario sea capaz de incorporar, recuperar y/o
mejorar la crianza de gallinas como aporte de proteína animal integrado a un sistema de
autoproducción de alimentos que le aporte una dieta balanceada y una mejor distribución
del gasto familiar en alimentos".
Luego de formular el objetivo general e identificar el interlocutor prioritario nos
planteamos un esquema básico de contenidos del tema definido.
Este esquema se origina en las propuestas surgidas como alternativas de
solución a los problemas planteados.
Se comenzó con una investigación básica, de revisión bibliográfica elemental,
suficiente como para que los Pedagogos Audiovisuales adquiriéramos los conocimientos
mínimos sobre la crianza de gallinas como para poder preguntar y entender las
respuestas de los técnicos y pobladores.
Después de entrevistar a las familias en la investigación de terreno y
asumiendo su perspectiva se trabajó junto a los técnicos del Pro-Huerta en el análisis de
la propuesta tecnológica y de intervención. Con los aportes de los técnicos y del material
bibliográfico se profundizó el ajuste de la propuesta tecnológica a las condiciones de la
realidad en la que iba a ser aplicada. En esta Investigación Académica se consultó,
además, con especialistas en aves a nivel nacional.
Los técnicos de Pro-Huerta tuvieron la flexibilidad suficiente como para permitir
que los comunicadores, ignorantes en el tema gallinas, cuestionaran aspectos de la
propuesta técnica asumiendo una profunda revisión de la misma en función de las
observaciones que recogíamos del futuro usuario. Un tema de discusión fue el tipo de
gallina que se proponía para la crianza. Es una gallina híbrida, la Negra INTA, que
presenta una alta postura, pero que no empolla sus huevos por haber perdido este
instinto natural.
Esto era un problema para la continuidad de la crianza por parte de las familias y la
reposición de sus planteles. La respuesta a este problema la dio una familia de Tafí Viejo
y luego de su aprobación por parte de los técnicos fue tomada como recomendación
técnica dentro del paquete: había que seleccionar las mejores gallinas criollas y con-
servarlas como "madre incubadora".
Esto significaba explicar el concepto de "híbrido", señalando ventajas y desventajas y
enseñarle a la gente principios de genética que le permitieran hacer un manejo que recu-
perara lo mejor de las gallinas criollas, haciendo un uso eficiente de la productividad del
híbrido Negra INTA.
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Pero al mismo tiempo que se determinaban estos contenidos, de un nivel y una
complejidad muy altos, encontrábamos que había que desmitificar otros aspectos mucho
más elementales. Es común la creencia de que una gallina que no tiene gallo no pone
huevos. De allí se desprende un manejo del gallinero bastante ineficiente en términos
económicos (muchos gallos que comen mucho y producen poco). La fisiología de la
reproducción de las gallinas fue incorporada al paquete para aclarar este punto.
Estas son algunos de los resultados arrojados por la investigación, que
enriquecieron en mucho los contenidos planteados inicialmente con el objetivo de
disminuir la mortandad de pollitos.
El producto final de las fases de ordenamiento pedagógico y audiovisual arrojó
como resultado un paquete pedagógico de seis clases de aproximadamente 15 min.,
cada una con su trabajo práctico, una cartilla del participante y una guía para el capaci-
tador.
Para evaluar la hipótesis, que es el Paquete Pedagógico Audiovisual, se
comparan los resultados de las evaluaciones previas con las realizadas al finalizar cada
capacitación y se observa posteriormente:
a) Adopción de la granja casera de gallinas;
b) Aplicación de la propuesta técnica del curso: raza, número de gallos,
comederos, bebederos, perchas, etc.;
c) Número de pollitas muertas;
d) Aprovechamiento integral de huevos, carne y abono; y
e) Adopción de la propuesta en familias vecinas que no participaron en el
curso o demanda de capacitación y planteles de pollas.
Al analizar qué sucede con el índice de mortandad de pollitos el cambio positivo
experimentado por este indicador es más que evidente. Sin embargo las observaciones
no han sido las suficientes como para procesarlas estadísticamente.
Su aplicación masiva ha permitido corregir, en contacto con el usuario, parte de
los contenidos de la propuesta. Aún después de corregido el paquete, los capacitadores
del Pro-Huerta siguen incorporando demostraciones (como la muestra de los materiales
que componen el alimento balanceado) y nuevos aportes a los trabajos prácticos surgi-
dos de la experiencia sostenida.
El Paquete Pedagógico Audiovisual CRIANZA CASERA DE GALLINAS se está
aplicando desde noviembre de 1994. Según se detalla en el Informe Interno de la
Capacitación en "Crianza Casera de Gallinas" del Pro-Huerta Tucumán, en los primeros
seis meses se dictaron 35 cursos de capacitación en las siguientes localidades de la
provincia de Tucumán: San Pablo, Burruyacu, Tafí Viejo, Trancas, Amaicha del Valle,
Leales, Lules, Monteros, Simoca, Concepción, Río Chico, Alberdi, La Cocha, Alderetes y
Famaillá.
En ellos se capacitaron 949 personas de las cuales el 63% eran mujeres, el 27%,
hombres y el 10% niños y adolescentes. Producto de la utilización de la metodología, 21
promotores y técnicos que antes realizaban tareas de promoción, comenzaron a conducir
procesos de capacitación audiovisual.
Sobrepasando la especificidad planteada inicialmente, el Paquete Pedagógico fue
distribuido a las Coordinaciones de los Proyectos Pro-Huerta de: Catamarca, Santiago
del Estero, Salta, Jujuy, Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, San Juan, Río Negro y
Buenos Aires.
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BIBLIOGRAFIA
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Conocimiento Campesino y Sujeto Social Campesino. Transcripción de la ponencia pre-
sentada en el Seminario "Problemas metodológico-educativos de los programas de
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Consideraciones sobre los sistemas de extensión y su funcionalidad para el campesino
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La producción de conocimientos en el medio campesino.
PIIE, 1987, Santiago de Chile.
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Septiembre 2001
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Es a partir de este planteo que se ha logrado poner en marcha una propuesta que,
adicionalmente, consigue superar el tan inquietante distanciamiento entre la
universidad y la sociedad, acercando a ambos universos en la construcción conjunta
de mensajes destinados a la educación, información y capacitación de la población en
forma masiva.
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como resultado de la práctica concreta de la comunicación y no como un conjunto de
conceptos teóricos postulados a priori.
El posgrado convoca a egresados universitarios de todas las áreas del conocimiento.
Esta multidisciplinariedad, permite un continuo enriquecimiento desde las distintas
formaciones profesionales y un intercambio que torna más productivo el proceso de
enseñanza aprendizaje.
Los participantes formados en el ámbito académico tradicional, se encuentran ante
una metodología de enseñanza aprendizaje diferente, lo que significa transitar por un
proceso complejo: el pasar de ser alumno a participante de la carrera. Esto involucra
tomar decisiones, responsabilidades individuales y como grupo, adquirir conciencia
crítica en torno a los problemas de la comunicación y reconocer la diversidad cultural
como punto de partida para el trabajo como comunicadores.
Los contenidos de la carrera se estructuran en diversas etapas, caracterizadas a
continuación:
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disposición de la comunidad educativa para ser utilizados como herramienta didáctica
en el aula.
Esta práctica permite afianzar e internalizar los fundamentos teóricos compartidos.
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educativos, los programas de educación a distancia y el diseño curricular. También se
ofrecen conferencias a cargo de responsables de proyectos de desarrollo, técnicos y
promotores, que comparten sus experiencias de trabajo con grupos sociales
marginados o de menores recursos, los procesos que llevaron a la incorporación de
estrategias de comunicación y capacitación y los resultados de dichos procesos.
En dos oportunidades, la carrera organizó muestras en la Facultad de Filosofía y
Letras para dar a conocer a la comunidad académica, instituciones, y a la sociedad en
su conjunto, los materiales producidos por los participantes.
Cuerpo docente
La dirección de la carrera está a cargo del español Manuel Calvelo-Ríos, premio SEN
de la FAO. Experto en Comunicación para el Desarrollo, Calvelo es uno de los
hombres que más ha trabajado en el diseño e implementación de estrategias y
metodologías de comunicación y capacitación para el medio rural, en América Latina y
el Caribe.
El cuerpo docente central del posgrado está integrado por especialistas en
Comunicación para el Desarrollo formados por la FAO, quiénes tienen una vasta
experiencia de trabajo en la formación de comunicadores y capacitadores y en la
producción y aplicación de materiales multimediales tanto en el país como en el
extranjero.
También participan destacados profesores de universidades nacionales y extranjeras,
quiénes están a cargo de seminarios específicos.
Algunos Resultados
• La primer experiencia se llevó a cabo durante 13 meses, a partir del mes de
Abril de 1998, completándose un total de 2100 horas.
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FAO en un programa de modernización del riego que está siendo financiado
por el Banco Mundial.
• Las instituciones con las cuales se trabajó en la última etapa han manifestado
su satisfacción y han solicitado materiales y procesos de capacitación a su
personal de campo con lo cual se ha constatado la demanda existente en el
medio.
Alimentos balanceados,
Manejo del Tambo,
Floricultura,
Mantenimiento de tractores,
Educación Vial.
Lactancia materna
Cuidados básicos de salud: de niño a niño
Procreación responsable: el derecho de elegir
Cuidados durante el embarazo
Manejo de cabras
Diagnóstico: ¿Cómo vivimos en Ambato?
Control de malezas en caña de azúcar
Lules, una visión de su geografía
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Como resultado del trabajo de reflexión sobre la experiencia ya realizada y ante la
necesidad de flexibilizar la carga horaria y la dedicación exclusiva a la carrera, el
nuevo diseño contempla dos modalidades de cursado: una para los participantes de
Tucumán y otras provincias, que implica una semana presencial al mes durante
aproximadamente dos años, y la segunda opción, pensada especialmente para
participantes extranjeros, con una etapa intensiva de cuatro meses y el resto a
distancia.
Con respecto al equipamiento disponible, en un esfuerzo importante, la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNT ha invertido en los insumos básicos necesarios para el
desarrollo del posgrado. Los participantes valoran mucho la posibilidad de contar con
15 módulos completos para la producción audiovisual.
Las tecnologías vinculadas a la comunicación evolucionan constantemente y es una
de las principales preocupaciones de la Dirección y el cuerpo docente el mantener
actualizados los equipos, incorporando las nuevas tecnologías que puedan facilitar y
hacer más eficaz la producción de mensajes multimediales. Lamentablemente, la
situación actual de las universidades y del país en general hacen que este esfuerzo
sea cada vez más difícil de realizar.
Por esta misma razón, y ante las limitaciones presupuestarias de la Universidad, los
docentes del posgrado están trabajando en la posibilidad de contar con un cierto
número de becas de estudio para profesionales interesados en la propuesta.
El Grupo de Comunicación para el Desarrollo de la FAO, (SDRE) apoya a la
Universidad en la búsqueda de donantes que permitan garantizar y continuar la
formación de este profesional tan necesario para compartir conocimiento con la
población rural.
Para concluir, se puede afirmar que durante todo el proceso de evaluación de la
experiencia se ha destacado el valor de la formación teórica integrada con la práctica.
El trabajo en terreno, en colaboración con organizaciones de varios tipos y niveles que
operan en el área del desarrollo, tanto rural como urbano marginal, ha sido la prueba
real de la formación recibida, la primera aproximación al mercado de trabajo y la
corroboración de las propuestas académicas a nivel operativo real.
Para información contactar:
Lydda.gaviria@fao.org
Ferkor@unt.edu.ar
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8. PERU: LA PRIMERA EXPERIENCIA DE PEDAGOGIA MASIVA AUDIOVISUAL
En 1975 se inició en el Perú la primera experiencia sistemática y masiva del uso del video
para procesos de enseñanza/aprendizaje en el ámbito rural.
En aquel entonces aún no era video: sólo televisión industrial o de pequeño formato, ya
que el video, como sistema de tratamiento de mensajes audiovisuales en cartuchos de
emulsión electromagnética, apareció en forma generalizada en el mercado un par de
años más tarde.
En 1986, cuando finalizó el Proyecto PER/76/003 de la FAO y el PNUD que dieron origen
a esta experiencia, junto con el CESPAC (Centro de Servicios de Pedagogía Audiovisual
para la Capacitación), del Ministerio de Agricultura del Perú, los resultados alcanzados
eran los siguientes:
¿Por qué se realizó esta experiencia y por qué el uso del video?
Lo que se pretendía en el Perú, en 1975, era apoyar mediante procesos de
enseñanza/aprendizaje, el desarrollo rural. No sólo aumento de la producción y
productividad, condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo, sino una mejora
real de las condiciones de vida del campesino de base, mediante el aumento sustantivo
de su capacidad de negociación y gestión de los recursos naturales, genéticos, técnicos y
sociales que se ponían a su alcance.
Todo intento de generar desarrollo rural, conlleva la necesidad de poner al alcance del
campesino diversos elementos: Capital, bajo la forma de crédito accesible, de inversiones,
y de políticas de precios. Insumos, bajo la forma de maquinaria, fertilizantes, pesticidas y
semillas mejoradas, etc. El Proyecto se proponía llevar al campesino el insumo
"conocimiento" para el manejo correcto de los otros insumos y del capital y la mejora de
sus niveles de vida. Este insumo conocimiento, capital intangible, es único: no se agota
con el uso. Sin él, los demás insumos pueden ser mal manejados y desperdiciados.
Este campesino, llamado de subsistencia, aunque aporta al mercado gran parte de los
alimentos que consumen nuestros países es, en general, analfabeto; con frecuencia
habla un idioma diferente del oficial; es multisectorial, tanto en actividades productivas
como en necesidades de capacitación; es masivo, y presenta los más altos índices de
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natalidad, de mortalidad materno - infantil y la menor expectativa de vida al nacer; cuando
agota las posibilidades productivas de su hábitat, debido a su elevada tasa de
crecimiento demográfico, migra a las ciudades o utiliza para cultivos tierras que sólo
tienen aptitud forestal. La familia entera, incluidos los niños a partir de los siete años, es
productora, artesana y agente de ventas. Esta familia es muy culta, maneja desde hace
siglos la "agri-cultura", y posee tecnologías que le permiten convivir con su hábitat sin
destruirlo.
De ahí la necesidad de "recuperar" conocimiento tradicional para integrarlo a elementos
de la ciencia moderna y devolvérselo en términos y con tratamientos que lo hagan
inteligible, asequible y aplicable.
El Proyecto se proponía "recuperar, producir, conservar y reproducir conocimiento
campesino" utilizando un sistema múltiple: video, para facilitar la comprensión; Guías -
con mucho dibujo y poco texto- como elemento de memoria permanente; y relación
interpersonal para la realización de trabajos prácticos, como momento de internalización
del conocimiento. Un viejo refrán campesino regía el proceso: "Si lo oigo, me olvido; si lo
veo, me acuerdo; si lo hago, lo aprendo".
Pero, si se respeta el conocimiento y la cultura campesinas, aún reconociendo sus
deficiencias y buscando reducirlas, si se pretende dialogar con la familia para
proporcionarle el insumo conocimiento, el modelo teórico de comunicación generalmente
aceptado (Emisor-->Medio-->Receptor) no era funcional. Se requería un modelo
adecuado al diálogo participativo que se planteaba establecer con el usuario final del
proceso de comunicación.
Este modelo fue propuesto como: Interlocutor <--> Medio <--> Interlocutor. Y el modelo
planteaba que no hay comunicación más que cuando los mensajes intercambiados entre
los interlocutores son el resultado de una actividad realizada en común. El campesino es
interlocutor en la etapa de determinación del contenido, el nivel y los códigos de los
mensajes pedagógicos; es participante, realizando aportes en forma libre y voluntaria,
durante la aplicación del Paquete Pedagógico; para devenir usuario de los conocimientos,
rescatados y nuevos, que le proporciona el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Creemos que las limitaciones generalizadas, y aún fracasos, que los sistemas de
extensión han encontrado en América Latina, se deben en gran medida al uso del
modelo vertical, autoritario, "emisor-medio-receptor", que utilizan, ya que no ofrecen un
nivel de eficiencia adecuado.
El Proyecto se inició con un diseño de los equipos a utilizar: bajo costo, fácil
mantenimiento, posibilidades de uso en condiciones rurales, fueron las condiciones
impuestas a un equipo de origen urbano y países industrializados. El diseño tuvo la
flexibilidad necesaria para adecuarse e incorporar nuevos elementos técnicos. Se
comenzó operando en blanco y negro, por su menor costo, y cuando éste se redujo y el
personal ya tenía buen nivel de formación, se pasó al color. Se modularon los equipos:
por cada Módulo de Edición (dos magnetoscopios, monitores y control) se requirió un
mínimo de tres Módulos de Registro (cámara y magnetoscopio, o camescopio), y por
cada Módulo de Registro no menos de veinte Módulos de Reproducción (magnetoscopio
y monitor de 16 a 20" y parlantes adicionales). Con estas cifras el costo de la inversión en
equipos de producción audiovisual se amortizaba racionalmente mediante el uso masivo
de los programas producidos.
Se formó el personal, los denominados Pedagogos Audiovisuales, que operando como
unidades de producción de dos personas, cumplían todas las etapas de investigación,
registro, edición y aplicación de los Paquetes Pedagógicos.
Este modelo artesanal de producción permitió, además de garantizar la calidad
pedagógica, reducir notablemente los costos.
Los cursos de formación de Pedagogos Audiovisuales eran selectivos, de gran intensidad,
teórico-prácticos, y dejaban un producto audiovisual utilizable. En sus últimas etapas los
futuros Pedagogos Audiovisuales operaban en condiciones productivas reales.
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El 46% de los Pedagogos Audiovisuales fueron mujeres. No solamente para enfrentar el
problema del machismo, sino porque gran parte de las temáticas de desarrollo rural que
era necesario tratar, eran mucho más fáciles de encarar en el ámbito rural cuando los
Pedagogos eran femeninos.
La producción de Paquetes Pedagógicos tenía las siguientes fases: investigación en
terreno, para determinar las temáticas y las posibilidades de realización audiovisual;
investigación académica, para encontrar en los centros técnicos las respuestas a la
problemática detectada; libreto-guión-desglose de producción y registros en terreno;
edición en el Centro y Aplicación Experimental en terreno, con los campesinos que
habían facilitado la investigación y los registros. Una vez validado el Paquete
Pedagógico, se hacían las copias necesarias para distribuirlas a los Módulos de
Capacitación que podían utilizarlos.
Una vez que el sistema fue conocido por los campesinos, la demanda de uso de los
Paquetes Pedagógicos superó la capacidad instalada. Para la aplicación de los cursos se
establecía un acuerdo con el grupo campesino, comunidad o cooperativa, mediante el
cual la participación se iniciaba con el aporte de los recursos necesarios para la
realización de los trabajos prácticos. El Capacitador Audiovisual colabora en la
organización de las acciones y en la localización de los técnicos que debían acompañar
los trabajos; organizaba el debate antes y después de la observación del programa
audiovisual, y evaluaba los resultados obtenidos junto con los campesinos siempre en
grupos manejables de no más de 30 participantes.
Cuando, como resultado de las investigaciones tecno-pedagógicas, se dispuso de un
generador mecánico de energía eléctrica, correspondía a los usuarios de los cursos
pedalear en la máquina para recargar la batería. Lo hacían si tenían interés; en caso
contrario no había electricidad para ver los programas. Así, este equipo resultó una
verdadera máquina de evaluar.
Para la duración del Proyecto y cargando todos los costos a la actividad de Capacitación
Audiovisual, se llegó a un promedio de 34 dólares por campesino/curso, cifra que hubiera
podido reducirse de haber contado con más unidades de producción.
La Subdivisión de Comunicación de Apoyo al Desarrollo de la FAO, cuenta con un
Estudio de Caso sobre el Proyecto, así como con el Estudio de Factibilidad realizado y
documentos adicionales para aquellos que se interesen con la experiencia que se ha
descrito tan resumidamente.
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El análisis en particular de la reforma curricular de la facultad de Medicina de la UNT y
su significado en el perfil de los graduados de una de las facultades más tradicionales
de ésta y otras universidades del país es tema de otra discusión. Nos concentraremos
en un solo aspecto de esta reforma, aunque quizás el más innovador: Las pasantías
rurales obligatorias del último año de cursado.
La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán, reformó su Plan de
Estudios en el año 1989, y en ese nuevo diseño curricular, uno de los cambios más
significativos introducidos es la pasantía rural obligatoria.
La pasantía tiene una duración de 8,5 meses. Los alumnos se ven obligados a
reconocer vivencialmente las condiciones sociales del Norte Argentino. Esto se
expresa dentro de los requisitos académicos en la exigencia de realizar un diagnóstico
de salud del área a la que fueron destinados y un trabajo de investigación
epidemiológica como paso previo a la realización de un plan de trabajo integrador o
programa local de salud que debe completar para finalizar su residencia rural.
En cada uno de los destinos hay un Médico Tutor, designado por concurso en la
universidad, quien guía a los pasantes en cada una de las etapas y cumple funciones
de evaluador de su desempeño. La relación Tutor/pasantes es siempre alta, aunque
varía de un lugar a otro, siendo el promedio de un tutor por cada siete pasantes.
Los alumnos tienen obligación de prestar servicios ocho horas diarias con una guardia
semanal de 12 horas.
Por la naturaleza del trabajo/estudio los escenarios son generalmente extramuros: se
trabaja en consultorios externos, Centros de Atención primaria de Salud (CAPS) y
fundamentalmente en el seno mismo de las comunidades.
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El establecimiento de jergas propias de un área como la medicina es de una enorme
eficiencia entre pares por la precisión y la economía que encierran esos códigos.
Pero cuando los mismos códigos, sin traducción, son empleados en procesos de
educación popular, estamos en presencia de lo que llamamos irónicamente “terrorismo
académico”.
En efecto, los pasantes daban sus consejos a los pacientes utilizando el vocabulario
científico-técnico que en muchos casos no sólo era el único que conocían, sino que
además, era el que durante los seis años anteriores les había sido por exigido por sus
profesores.
Difícilmente lograrían un cambio de actitudes y de conductas en la población si sus
mensajes no eran comprendidos.
Una anécdota que se comentó entre los responsables de la pasantía (y que
reproducimos ya que describe estos extremos de manera elocuente) reporta que en
una ocasión uno de los pasantes difundió a través de la radio local una serie de
cuidados aconsejables para casos de “rinorrea” en los niños (lo que en palabras
simples de las mamás del campo se conoce como “moquear”).
A la limitación señalada se suman las características presentes en el sector rural:
masividad, dispersión, analfabetismo, multilingüismo. Para que los esfuerzos de los
pasantes logaran modificar la realidad había que superar estas limitaciones mediante
un sistema que permita dar masividad a las acciones de capacitación sin que estas
pierdan calidad pedagógica.
La Facultad de Medicina solicitó el apoyo del Equipo de Comunicación para el
Desarrollo de la Facultad de Filosofía y Letras (UNT) para dotar a los futuros médicos
de metodologías de Comunicación que facilitaran el diálogo pedagógico entre dos
universos culturalmente muy distintos, como lo es el grupo de pasantes (casi médicos)
por un lado, y la población rural por otro.
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El taller, que se llevó a cabo entre los días 26 de Agosto al 2 de Setiembre de 2000, se
centró en el uso de la metodología de capacitación multimedial.
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clase 2, donde se comienzan a compartir conceptos propios de la temática como son
la conformación de los órganos genitales masculinos y femeninos.
Un docente del Equipo de Comunicación para el Desarrollo acompañó cada día a las
unidades de capacitación, cuya función fue observar el desempeño de los nuevos
capacitadores en la conducción pedagógica del proceso, intervenir sólo si fuera
necesario y apuntalar la capacitación cuando haga falta.
Cada día, una vez de vuelta al Hospital, las distintas experiencias de capacitación eran
expuestas en un plenario y analizadas por el equipo docente, al comienzo, y a medida
que los capacitadores iban tomando mayor seguridad y objetividad en sus roles y
funciones, los análisis y las correcciones eran puestos en manos del grupo de pares.
La calidad de los análisis fue creciendo paulatinamente, demostrando el desarrollo de
capacidades pedagógicas en cada uno de los participantes de este taller.
4. Algunos resultados
Algunos de los resultados inmediatos obtenidos con este proceso de formación y
capacitación son:
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16 agentes de salud capacitados en Sumampa
126 personas capacitadas en la comunidad (docentes, adolescentes, pobladores
rurales, etc.).
Los resultados de las evaluaciones en las capacitaciones llevadas adelante por el
grupo de capacitadores son los siguientes:
5. Perspectivas
De acuerdo a la evaluación hecha por los mismos pasantes, esta metodología es una
herramienta valiosa para su formación y su futuro quehacer profesional y les lleva a
romper con sus estructuras y enfrentarse al desafío de aprender a comunicarse con
sus pacientes para contribuir a la educación de la gente en el ejercicio del autocuidado.
Esto nos lleva a pensar en diseñar instancias de formación permanente en estas
metodologías a instructores y pasantes. A los primeros, para que puedan desempeñar
su papel de guías y en la formación de los pasantes, no sólo en el contenido de las
capacitaciones, sino también en la forma en cómo se desarrollan estos procesos e ir
mejorándolos. A los pasantes, para que completar su formación profesional con
elementos de comunicación y metodologías probadas, devolviendo así a la sociedad
un profesional capaz de compartir con ella sus conocimientos en un lenguaje
adecuado a los entornos en que le toque desempeñarse.
Teniendo en cuenta estas acciones y que los pasantes irán haciendo un relevamiento
de distintos problemas de salud detectados en sus pasantías, se ha pensado en
articular estas demandas con los trabajos prácticos de la Carrera de Posgrado de
Especialización en Comunicación para el Desarrollo. La idea sería que los alumnos de
esta carrera produzcan en su trabajo final, los paquetes pedagógicos con los temas de
salud basados en problemas posibles de ser revertidos con educación y capacitación.
Pero es importante tener en cuenta que estos temas pueden no ser directamente de
salud (procreación responsable, lactancia materna, hidatidosis, etc.), sino que, como
los pasantes deben hacer un estudio global de las causas de los problemas de salud
de la comunidad, los temas pueden no ser específicos de la medicina. Por ejemplo, un
material de huerta orgánica familiar, apunta a mejorar la alimentación de la familia de
bajos recursos y esto derivará en más salud de sus integrantes.
Como se dijo, los proyectos responden a definiciones políticas de un alto compromiso
de la Universidad con el medio. Sigue siendo una acción estratégica la formación de
graduados capaces de producir materiales para ser utilizados en la capacitación y
educación de la población, en este caso en salud.
Más allá de su aplicación en el campo de la atención medica, y excediendo incluso su
aplicación en el cuidado de la salud, en la formulación de programas locales de salud,
en trabajos de investigación epidemiológica, etc., que constituyen actividades
centrales de las pasantías rurales, el uso de paquetes pedagógicos multimediales
configura una propuesta de capacitación sólida en intervenciones de apoyo al
desarrollo de las comunidades.
Asimismo, la metodología analizada resulta valiosa para otros emprendimientos que
se encuentran en curso en la provincia. En esa línea, el rectorado de la UNT ha creado
una comisión para impulsar la atención primaria de la salud como alternativa válida
para el mejoramiento del nivel de salud de los habitantes del noroeste argentino. La
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estrategia, que involucra a los gobiernos del NOA se basa en aumentar las
capacidades del los recursos humanos en salud y educación. Sin duda que la
experiencia realizada abre la posibilidad de evaluar la extrapolación del uso de estas
metodologías a proyectos de escala regional.
AUTORES:
- Korstanje, Fernando Daniel - Facultad de Filosofía y Letras - Universidad
Nacional de Tucumán
- Martínez, Mateo - Facultad de Medicina - U. N. T.
- Villanueva, José - Facultad de Filosofía y Letras - U. N. T.
- Ballesteros Valdez, Cecilia - Facultad de Filosofía y Letras - U.N.T
- Toledo, Roxana - Facultad de Medicina - U. N. T.
- Carbonel, Alfredo José - Facultad de Filosofía y Letras U. N. T.
- Lesma Rosa Mirta - Facultad de Filosofía y Letras - U. N. T.
ÁREA TEMÁTICA
La comunicación en los procesos y las estrategias de intervención social.
PALABRAS CLAVES
Capacitación. Pasantía. Rural.
10.ESTÍMULOS Y UMBRALES.
La energía que llega a los terminales del sistema nervioso periférico es de diversos
tipos: mecánica (tacto, oído, equilibrio), electromagnética (vista, dermis), química
(gusto, olfato). Estos estímulos pueden variar, tanto en calidad como en cantidad, así
como también es variable la cantidad de terminales nerviosos que el organismo dedica
a su recepción. Por ejemplo, los terminales sensibles a la luz localizados en la retina
son varios millones y se encuentran distribuidos en forma no homogénea: existe una
densidad notablemente más alta en la fóvea de la que encontramos en el resto de la
retina. Los terminales sensibles al tacto también se distribuyen en forma irregular;
existe mucha mayor cantidad en la yema de los dedos de la que encontramos en la
espalda, debido a la función que cumplen las manos en los procesos de actividad
psicomotriz para actuar sobre el mundo material exterior.
Existe una relación casi lineal entre la cantidad de terminales nerviosos sensibles y la
utilidad que el sentido presta a la supervivencia del organismo, como resultado del
largo proceso de evolución de los seres vivos que condujo a la aparición del homo
sapiens.
Los demás terminales nerviosos carecen de este tipo de protección. Algunos, como el
tacto, cuentan con sistemas de respuesta motora, inmediata y automática, a un
estímulo excesivo: la mano se aparta sin necesidad de que se lo ordenemos de una
fuente de calor intenso. Pero otros sentidos carecen de protección alguna.
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En general, un incremento lineal del estímulo no es correspondido con incrementos
similares de percepción. A veces se requieren incrementos logarítmicos para lograr
aumentos lineales de la percepción. Pero para que se inicie la respuesta nerviosa que
generará la percepción a nivel del sistema nervioso central, se requiere un mínimo de
estímulo: a este estimulo mínimo, capaz de provocar una respuesta perceptiva, se lo
denomina "umbral de percepción".
En los casos del oído y el tacto, que reciben estímulos mecánicos, el aumento de
dichos estímulos puede alcanzar el denominado "umbral de dolor": la rotura del
tímpano o la lesión dérmica. En el caso de la vista, si bien no se alcanza un nivel de
dolor intolerable, se produce la ceguera. En los casos del gusto y el olfato, un estímulo
excesivo parece producir un fenómeno similar a la anestesia; el estímulo deja de ser
percibido.
La sensibilidad y los umbrales no son constantes para todos los individuos, ni para un
mismo individuo con el transcurso del tiempo. En el caso individual, lo más común es
la pérdida de capacidad para procesar los estímulos con el aumento de edad; tanto en
cantidad como en calidad. El oído es un caso muy claro. Desde la infancia, en que es
posible percibir sonidos muy débiles y en frecuencias que varían entre 30 y 20.000
ciclos, y debido sobre todo a la exposición reiterada a estímulos sonoros de alta
intensidad, se comienzan a reducir estas características, hasta no poder oír más que
sonidos muy fuertes y entre rangos de 70 a 6.000 ciclos en edades más avanzadas.
En general el habitante de la ciudad tiene una capacidad auditiva mucho menor que el
hombre rural. Del mismo modo puede ver reducida su capacidad olfatoria, debido a la
intensa polución que suele acompañar la vida en las ciudades. El ojo también suele
experimentar cambios con la edad, si bien gran parte de los mismos son corregibles
en la actualidad mediante sistemas ópticos que compensan las deficiencias y, en
tiempos más recientes, mediante intervenciones quirúrgicas.
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las imágenes y su procesamiento como fuente de información y de conformación de
mensajes. Resulta básica, por lo tanto, para el reconocimiento de los mensajes
gestuales y de los mensajes escritos, salvo el caso de la escritura Braille, en la cual el
tacto reemplaza a la vista. El segundo tiene un papel fundamental en la percepción de
los mensajes verbales, de otros sonidos y, aunque parezca paradójico, del silencio.
En general, salvo el caso del equilibrio, un incremento del estímulo pasa desapercibido
hasta que se supera un umbral mínimo, por debajo del cual no se produce sensación.
El posterior crecimiento del estímulo genera los correspondientes aumentos de
percepción, hasta llegar al umbral superior, de dolor o daño, superado el cual el
órgano sensorial deja de actuar.
Se conoce como señal a todo estímulo que lleva una información significativa para
construir un mensaje y como ruido a cualquier otro estímulo que acompaña a la señal
dificultando la adecuada transmisión, almacenamiento y comprensión de la misma.
Las señales que componen los mensajes tienden a reducir el desorden, la entropía, en
tanto que el ruido tiende a incrementar el desorden y aumentar la entropía.
Cuando queremos percibir una señal visual que nos interesa procedemos a una serie
de operaciones: giramos la cabeza, e incluso el torso, en la dirección en que hemos
alcanzado a vislumbrar la señal, hacia donde la hemos percibido "con el rabillo del ojo";
a continuación enfocamos la señal para percibirla con nitidez y desplazamos el globo
ocular hasta situar la imagen sobre la fóvea. En ese momento alcanzamos el mayor
nivel de precisión en la percepción visual de dicha señal. Si el cuerpo u objeto que
emite, o refleja, el estímulo luminoso es muy pequeño, procederemos a desplazarnos
hasta que dicho estímulo ocupe una parte importante del área de visión. Nos hemos
concentrado en la señal y tratamos de reducir el ruido al mínimo nivel. Dejamos de
mirar, para comenzar a ver.
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segundo. El tono de la voz, además del timbre, son elementos básicos de esta
selección. Dejamos de escuchar, para comenzar a oír.
En el caso de la visión, basta recordar que podemos leer un texto a la luz de una vela
y también podemos hacerlo a plena luz del sol un mediodía de verano. Las diferencias
de intensidad entre ambas intensidades luminosas son de uno a un millón. Se estima
que un solo fotón puede llegar a estimular la retina, pero no a producir una imagen
comprensible.
Otra función que pueden cumplir los equipos es ampliar el rango de frecuencias
perceptibles a ojo desnudo (o a oído desnudo). El rango de luz ultravioleta o el
infrarrojo, que no son percibidos por el ojo, pueden ser detectados mediante células
fotoeléctricas sensibles a sus frecuencias. Los infrasonidos, de menos de 30 ciclos por
segundo, y los ultrasonidos, de más de 25.000 ciclos por segundo, y que los perros sí
alcanzan a percibir, pueden ser detectados mediante los instrumentos de captación
adecuados. Pero todos estos procesos con intermediación de instrumentos introducen
siempre un determinado nivel de ruido. Con los adelantos técnicos el ruido es cada
vez menor y queda compensado ampliamente por la expansión de la percepción.
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Pero en un proceso de comunicación podemos diferenciar dos grandes categorías de
ruido. El ruido tecnológico, cuando utilizamos instrumentos intermediarios con el fin de
conservar mensajes o de darles masividad, y el ruido comunicacional propiamente
dicho. Este segundo se puede diferenciar, asimismo, en varias categorías. Ruido
cultural, cuando utilizamos códigos verbales, gestuales, de vestimenta o de conducta
que, comprensibles en un entorno cultural determinado, tienen significados diferentes,
y hasta antagónicos, en otro entorno. En un mensaje visual, podemos encontrar ruido
por defecto, cuando no obtenemos una imagen que incluya todos los elementos
icónicos a compartir, o ruido por exceso, cuando colocamos en la imagen más
elementos icónicos que aquellos necesarios para compartir la información. En el
mensaje sonoro, el ruido por defecto es, en general, bajo volumen y el ruido por
exceso, la inclusión en las pistas de audio de elementos sonoros a niveles de volumen
cercanos al de la señal, o a un nivel que exige al cerebro un proceso de discriminación.
Un programa pedagógico audiovisual es producido para que sea "visto" y "oído" por un
conjunto de interlocutores; por ello, facilitar la percepción audiovisual les ayudará a una
mejor comprensión de sus contenidos. Esta mayor facilidad de percepción, o mayor
dificultad cuando no se han manejado bien dichos elementos, debe darse a dos niveles:
el nivel de la percepción psicofisiológica y el de la percepción cultural. Nos referimos aquí
al primero.
De ahí que el trabajo sobre ciertos elementos de percepción está destinado a que el
interlocutor vea y oiga una imagen de la realidad que, con sentido pedagógico, le parezca
lo más similar posible a aquella realidad que percibe cotidianamente sin la intermediación
tecnológica que produce las imágenes del programa pedagógico audiovisual.
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• La realidad es ilimitada; la imagen está acotada por un formato 4 x 3 y reducida al
tamaño del monitor.
• La realidad es multisensorial; la imagen es solamente audiovisual.
• La realidad es tridimensional; la imagen es plana.
• La realidad tiene el orden temporal del acontecer; la imagen tiene el orden
pedagógico del programa.
• En la realidad la interacción del hombre con otros hombres muestra conductas
habituales y no estructuradas para la
• observación; en la imagen, estas relaciones o conductas son reestructuradas para
que sean pedagógicas.
• En la realidad, las conductas del hombre con los objetos son funcionales y no
mostrativas; en la imagen estas conductas son pedagógicas y demostrativas.
• En la realidad, las acciones son completas y dadas en su propio tiempo; en la imagen
las acciones pueden ser sintetizadas en menos tiempo.
El proceso de percepción tiene una gran complejidad pero, desde el punto de vista que
nos interesa, que es facilitar dicho proceso al interlocutor, analizaremos dos elementos
del mismo: la selección y la discriminación.
Para describirlos, debemos aislarlos, pero sin olvidar su interrelación. El área de visión
del hombre abarca 180º por 110º, pero dada la construcción interna del ojo y la
distribución desigual de conos y bastones, la mayor capacidad para distinguir formas y
colores se encuentra en un área de 2° a 3°, correspondientes a la imagen óptica que se
forma sobre la fóvea.
En el resto se da una gran capacidad de percibir movimientos, pero una vez que algún
estímulo proveniente del área periférica llama la atención, actúan en forma automática los
músculos que desplazan el ojo y aún aquellos que orientan la cabeza, para llevar dicho
estímulo al área de mayor precisión.
Una vez que el fenómeno que llamó la atención se encuentra localizado en esta área, es
mayor la capacidad de reconocimiento, o al menos de observación, de sus formas y
colores. En forma simultánea y automática, la posición de ambos ojos, es decir, el ángulo
en que se cruzarán las líneas de visión y la esfericidad del cristalino equivalente a la
puesta en foco del fenómeno en función de la distancia a que se encuentra (proceso
derivado a su vez de la nitidez con que es observado y de su posición con respecto al
contorno), se ajustarán para que la imagen proyectada en la fóvea sea lo más clara
posible. Ello significa que otros objetos se proyectarán en forma menos nítida y clara,
desenfocados.
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que reduce de inmediato la percepción del resto del conjunto de los sonidos que pasan
a formar parte del "ruido de fondo".
Pero los equipos carecen casi por completo de algunas de las capacidades del sistema
nervioso, en cuanto a percepción, y cuando los avances tecnológicos tratan de reproducir
estas capacidades, encontramos que los umbrales superior e inferior de percepción
están muy lejos de los del hombre.
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4. Como último recurso, una vez efectuado el registro y ante la imposibilidad
de repetirlo, aún podemos efectuar una operación de discriminación, y
selección, mediante el generador de efectos especiales. Este proceso
puede eliminar parte de la imagen no significativa, para dejar en pantalla
sólo los elementos que nos interesan. Pero es claro que se trata de una
selección negativa, ya que no nos permite utilizar toda el área de
superficie informativa que nos proporciona la pantalla.
Si la relación entre los diversos planos sonoros, percibidos por su volumen relativo, es
correcta y hemos trabajado los registros y copias de audio dentro de las zonas libres de
distorsión, la potencia sonora del Módulo de Capacitación garantiza una emisión de nivel
suficiente para los 30 interlocutores promedio, aún en condiciones de aire libre. Con ello
lograremos que no tengan que realizar esfuerzos adicionales de selección y
discriminación sonora y facilitaremos la percepción.
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En las ciudades, que cada día concentran una proporción mayor de la población
de nuestros países, la revolución industrial del siglo XIX finalizó con la familia extensa
y los modelos de economía vigentes están a punto de terminar con la familia nuclear.
En las áreas rurales este proceso es menos pronunciado y más lento.
Para que las propuestas, nacidas en entornos urbanos y puestas en acción por
organismos internacionales y gobiernos, fueran funcionales para los destinatarios, en
vez de limitarse a transformarlos en objetos destinados al cumplimiento de metas, no
bastaba que respondieran a las necesidades y posibilidades de los interlocutores. Era
necesario, además, que los mensajes pedagógicos trataran los temas a partir del nivel
y con los códigos y estructura de relato que les eran comprensibles. Pero pronto
resultó necesario acercarse a los modelos de aprendizaje de dichos interlocutores,
para reformular nuestros modelos de enseñanza.
Dentro del primer modelo agrupamos todos los procesos intencionales, explícitos,
conscientes y deliberados de educación, sean ellos formales o informales, del
gobierno o privados.
Explicita Implícita
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Relación de dominante a domina Relación social dialógica
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14. CONCIENCIA
1998
Para los fines de este trabajo vamos a denominar conciencia a la imagen, reflejo, o
mapa, que las personas construyen con su cerebro, a modo de representación del
conocimiento que tienen de si mismas y del mundo que las rodea. Esta imagen es en
general difusa, reiterativa, dinámica y en permanente proceso de cambio.
Esta conciencia, o mente, no es una imagen pasiva, sino un conjunto de elementos
que, además de autodefinir una personalidad, determinan en gran medida las
conductas con que dicha personalidad se relacionará con otras y con el mundo
exterior en general.
Es más, la conciencia no puede existir como núcleo gestor de la personalidad, sin una
permanente, profunda y diversificada interacción con otras conciencias. La conciencia,
como hecho individual, es la derivada de una interacción social; sin una sociedad en la
cual incluirse y con respecto a la cual definirse, tanto por la exclusión como por la
vinculación, no es posible la existencia de una conciencia individual.
La conciencia integra a los modos de procesamiento automáticos o instintivos,
basados según algunos investigadores en el cerebro límbico, aquellos otros modos
que están predeterminados genéticamente pero que no son activados a menos que las
relaciones sociales lo permitan y estimulen, y que se localizan en el llamado neocortex.
Tal sería el caso del lenguaje de acuerdo a la opinión de Chomsky.
Al parecer las redes neuronales, conformadas por cincuenta mil a trescientos mil
millones de neuronas, según los diversos investigadores, y por cien mil a quinientos
mil millones de sinapsis, son el resultado de lo predeterminado por el código genético;
pero solamente si la interacción del individuo con el entorno social lo hace posible, se
activan. En realidad cada individuo comienza a perder neuronas a muy temprana edad,
y son el único tejido humano que no es reemplazado, pero compensa ampliamente
esta pérdida mediante el incremento de las sinapsis que se activan.
En la conciencia, a partir de los procesamientos efectuados por las redes neuronales,
se encuentran las informaciones, las habilidades intelectuales y la capacidad de
desencadenar ejercicios psicomotrices.
En la medida en que pensamiento y lenguaje se encuentran inextricablemente ligados
y, según algunos autores, no pueden existir el uno sin el otro, una parte significativa de
los elementos de la conciencia son el resultado del procesamiento realizado por las
redes neuronales del cerebro izquierdo (en los diestros), ya que en él se localiza el
centro de Broca, responsable de gran parte del habla. Pero el hecho de que el cuerpo
calloso, con algo más de doscientos millones de neuronas, conecta ambos hemisferios,
y que el hemisferio derecho (de nuevo en los diestros) es responsable del lenguaje
gestual, nos indica claramente que la conciencia requiere de ambos hemisferios
cerebrales para llegar a conformarse.
Memoria, capacidad de análisis, abstracciones, juicios, toma racional y consciente de
decisiones, síntesis conceptuales, respuestas automáticas o instintivas, lenguajes,
tanto verbal como gestual, valores, prejuicios, criterios estéticos, son procesados por,
o forman parte de, la mente o conciencia. De nuevo encontramos que los elementos o
tratamientos lógicos están a cargo del hemisferio izquierdo, y las intuiciones y
respuestas afectivas a cargo del derecho, y que la frecuente necesidad de expresar
los últimos, establece una relación entre ambos.
Si la mente de una persona lograra abarcar, y comprender, todos los datos, toda la
información, todos los procesos que tienen lugar en el universo, alcanzaría el nivel de
conciencia utópica.
En varias de las religiones existentes, éste es el nivel reservado a un dios: omnisciente
y omnisapiente. Es un nivel de conciencia al que la humanidad, a través de algunos de
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sus componentes (científicos y/o místicos), trata de alcanzar pero sin grandes
perspectivas de lograrlo. Es la utopía, aquello que no tiene lugar o localización.
Pero sí existe, en cambio, un nivel de conciencia posible: aquel que puede lograr una
persona que alcanza a manejar con su mente todos los elementos básicos
conceptuales que el desarrollo de la humanidad ha acumulado desde la aparición del
homo sapiens y, quizá, desde algo antes, en la medida que el cerebro límbico tiene
una estrecha relación con muchas de nuestras conductas actuales, dada su
responsabilidad en el procesamiento de respuestas a estímulos como el hambre, el
miedo, las necesidades sexuales, etc..
En el periodo denominado Renacimiento, hubo personas que parecieron alcanzar,
para esa época, este nivel de conciencia. Eran al mismo tiempo humanistas, artistas,
hombres de ciencia, políticos, y parecían abarcar y comprender todo el conocimiento
del mundo occidental, aunque no siempre estaban al tanto de las culturas orientales.
Lo que encontramos cotidianamente en el conjunto de nuestras relaciones sociales
son los dos niveles de conciencia real. La autónoma, derivada de nuestras propias
experiencias familiares, sociales, productivas, afectivas, sensoriales y cognitivas, y de
la reflexión que sobre ellas establecemos en nuestros intentos de ordenarlas,
explicarlas y proyectarlas con fines predictivos para la determinación de nuestras
conductas.
Y, con mayor frecuencia, encontramos la conciencia real impuesta. Aquella propuesta
de comprender el mundo exterior y nuestra relación con él a partir de mensajes de
carácter manipulatorio que nos llegan de otros, y están destinados a lograr conductas
más satisfactorias para aquellos que los emiten que para los mismos receptores.
Cuando, en la práctica de la comunicación para el desarrollo, iniciamos el diálogo con
los segmentos de población que son los posibles destinatarios de los mensajes,
cuando establecemos la primera etapa de interlocución para la comunicación, solemos
recibir demandas específicas y claras. Se hace imprescindible diferenciar entre
requerimientos, derivados de la conciencia real impuesta, y necesidades, resultantes
de la conciencia real autónoma.
Esta diferenciación, y la opción correspondiente, colocan al comunicador para el
desarrollo en un punto límite de carácter ético. Así como se cuestiona al periodismo su
total autonomía para decidir qué segmentos del acontecer serán transformados en
noticia y cuáles no, también es posible cuestionar la intervención del comunicador para
definir, de entre las demandas de la población, cuáles son simples requerimientos y
cuáles son realmente la expresión de la conciencia autónoma y, por lo tanto,
necesidades.
¿Hasta qué punto tiene capacidad, formación y discernimiento el comunicador para el
desarrollo, como para establecer dichas distinciones entre las diversas demandas, y
hasta qué punto puede arrogarse la posibilidad de definir lo que necesita o no una
determinada población?
La objetividad, es claro a partir de la definición de la conciencia y de los procesos que
la conforman, no existe. El comunicador para el desarrollo se inserta en una base
social con una propuesta que tiene direccionalidad, sentido, y que, salvo algunos
casos, puede despertar o generar contradicciones entre diversos estratos. Si
realmente es comunicador no puede imponer su conciencia a las de los demás; pero si
recibe requerimientos que no son necesidades (al menos en función del sentido que el
comunicador da a su acción) si puede, y debe, analizar en términos pedagógicos dicha
demanda con aquellos que la expresan. Este diálogo pedagógico puede facilitar dos
cosas: la construcción de niveles de consenso, y proporcionar información que permita
la evolución de niveles de conciencia ingenuos, acríticos o mágicos, a niveles
científico-críticos. Y también puede incrementar el nivel de comprensión del
comunicador sobre la realidad y modificar su opinión sobre el carácter de las
demandas expresadas.
La mente es, en última instancia, el resultado de los procesos de información,
educación y comunicación actuando en forma dialógica entre tres elementos: el
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cerebro y aquellos elementos del mismo predeterminados genéticamente; el individuo
y sus posibilidades perceptivas y de acción intelectual y psicomotriz; y la sociedad en
la que está inmerso y a la cual pertenece.
Claro está que, si las razones pertenecen al primer grupo, lo primero que necesitamos
es contar con personal capaz de diseñar y operar con racionalidad y eficiencia un
sistema de producción y uso de mensajes pedagógicos audiovisuales. En el segundo
caso bastará contar con un videasta, un videista o un vidiota.
Pero, cualesquiera sean las razones por las que decidimos usar instrumentos
audiovisuales, en particular, por ahora, el video, es frecuente encontrar varios errores
conceptuales sobre el instrumento. En general la ignorancia de cuándo y por qué nace
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el video. Después la creencia implícita de que el video es una televisión “chiquitita”, o
subdesarrollada. Por último, pero quizá el error más significativo, pensar que el video
opera con el mismo modelo teórico que el sistema que más y mejor conocemos por
sus productos, la televisión, que actúa con el modelo teórico de:
Emisor – Medio – Receptor.
Cuando hablamos de pedagogía audiovisual nos estamos refiriendo a uno de los seis
tipos de mensajes de comunicación para el cambio social:
En el caso del cine y la televisión, sin entrar a realizar un análisis de los varios
lenguajes utilizados y de su evolución, la estética usada es la que dicta la moda y está
sometida a los mismos avatares. Es perecedera y cambiante a gran velocidad. Es
exitista y barata. Es triunfalista y cortoplacista. Es el cambio por el cambio en si mismo.
Es lo nuevo sólo para ser diferente. Es la novedad sólo para llamar la atención. Es la
marcha atrás para pretender futurismo. Es la obsolescencia programada de cualquier
prenda de vestir.
¿Cuál debe ser, entonces, la estética de los mensajes pedagógicos cuando tienen
tratamiento audiovisual?
Para formular los elementos estéticos debemos recordar como operan los procesos
neuropsicobiológicos que llevan a las personas a elaborar ideas y conocimiento a
partir de los estímulos, en particular visuales y sonoros, que plasman los mensajes
recibidos.
Debemos recordar que el cerebro, que no es más del 2 al 3 por ciento del peso del
cuerpo humano, consume casi la cuarta parte de toda la energía que está disponible.
Debemos recordar que el análisis de un estímulo que no conlleva información
relevante consume tanta energía como el estímulo que si transporta información. Y, lo
que es más serio, establecer y desarmar el conjunto de contactos sinápticos que
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apareja el análisis de un ruido, consume más energía que el procesamiento de una
información.
Debemos recordar que la diferencia entre mirar y ver, así como entre escuchar y oír,
se debe a procesos conscientes e inconscientes que también consumen energía. Y
debemos recordar que el consumo de energía se traduce en fatiga y que la fatiga es
enemiga de la comprensión y del aprendizaje.
También debemos recordar que la densidad informativa de un mensaje de tipo o
tratamiento audiovisual, es mucho mayor que la de un mensaje verbal o escrito. Los
últimos son lineales, unidimensionales, en tanto que los primeros tienen, al menos, las
dos dimensiones del plano, la dimensión del discurso sonoro y el transcurso del tiempo
para las tres. Y la densidad está relacionada con los rasgos culturales y el grado de
desconocimiento o de reconocimiento de la información que aparece en pantalla.
Por último debemos señalar que cuando el mismo terminal de la red encargada de
procesar un estímulo recibe simultáneamente varios, estos compiten entre sí en el
procesamiento. Y que, cuando el mismo tipo de información llega por diversos
terminales, se da un refuerzo y se reduce la fatiga causada por su análisis. Si, además,
el estímulo o conjunto de estímulos generan una respuesta motriz, el aprendizaje se
ve grandemente facilitado ya que ponemos en acción el Sistema Nervioso Periférico
Motriz y ello contribuye a reforzar la memoria. Como dicen los campesinos del
altiplano: Si lo oigo, me olvido. Si lo veo, me recuerdo. Si lo hago, lo aprendo.
En tercer lugar es el único insumo o capital que crece cuando se lo usa en vez de
sufrir el desgaste y agotamiento característicos de otros insumos.
Por último, pero no menos importante, es el único capital inexpropiable una vez que se
lo ha adquirido, no es posible perderlo. Veamos, entonces los elementos iniciales de
una estética pedagógica.
En primer término, y de acuerdo al modelo teórico de comunicación para el desarrollo
que proponemos, Interlocutor Medio Interlocutor, iniciar el mensaje de comunicación
pedagógica denunciando explícitamente el valor de uso que sus contenidos tienen
para el Interlocutor para y con el cual fue producido, es un primer elemento estético y
que genera estados afectivos positivos.
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Hacer que el mismo terminal nervioso (ojo, oído) sólo reciba estímulos que se
corresponden con la información y no otros estímulos no relevantes que el sistema
nervioso tendrá que analizar hasta llegar a la conclusión de que no dicen nada y, por
lo tanto, son un ruido, es otro elemento de la estética que nos preocupa.
Hacer que la misma información sea tratada para que el destinatario la perciba por
más de un terminal nervioso, reforzando así la percepción, es parte de la estética
pedagógica.
Lograr la más alta relación señal/ruido con el objeto de reducir la fatiga a los menores
niveles, es otro elemento estético.
Lo mismo es válido para el plano sonoro. El primer plano debe reservarse para la
información significativa, en tanto que el plano de fondo puede contener aquella
información sonora referencial, alusiva, no primordial, y debe tener muy bajos niveles
sonoros.
Lograr que, en el plano elegido, los estímulos acompañen la información para así
reducir la fatiga. Es decir, lograr que la relación entre la fuente luminosa, el equipo de
registro, los sujetos u objetos y el fondo, facilite la percepción de los elementos que
juzgamos imprescindibles y que aquellos otros que, aunque no lo son, van a aparecer
en el plano, emitan la menor cantidad de estímulo posible, es un nuevo elemento
estético.
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16. SOBRE LO COGNOSCITIVO Y LO AFECTIVO
Casi todos los estímulos físicos que llegan al hombre pueden ser interpretados por él
como información, independientemente de que hayan sido emitidos o no en forma
deliberada con ese fin.
Los estímulos, una vez recibidos y procesados por los sistemas nerviosos periférico y
central, configuran imágenes de la realidad exterior y son, por lo tanto, información.
Cuando se producen esos estímulos existe, en general, una intencionalidad informativa:
se busca transferir a otro un conocimiento que se supone no posee.
Esta información es múltiple, variada y con diversas facetas imbricadas, pero para los
fines de este comentario dividimos, un tanto artificialmente, la información en dos campos:
información cognoscitiva e información afectiva.
La primera es denotativa y, si los códigos utilizados están socializados entre los
interlocutores, unívoca. La información cognoscitiva puede ser corroborada o refutada por
una operación o conjunto de operaciones prácticas, sean ellas a nivel de la realidad
material o de la realidad intelectual; puede ser puesta a prueba; su adquisición e
internalización, si hay compatibilidad de códigos, es independiente del campo de
experiencias culturales previas de los interlocutores; y la puesta en operación de este tipo
de información puede conducir a modificaciones del mundo externo.
La segunda es connotativa y, aunque los códigos sean compartidos, posible de
interpretaciones diversas. La información afectiva es aceptada o rechazada por el
interlocutor pero no puede ser corroborada o refutada mediante operaciones prácticas.
Esta información puede ser objeto de tantas interpretaciones como interlocutores tenga,
ya que por pertenecer al campo de la connotación, la interpretación depende de las
experiencias vivenciales previas de cada interlocutor.
En el campo en que trabajamos, el contenido fundamental de los mensajes es el de
compartir información cognoscitiva, para la modificación de prácticas productivas y de
existencia y recuperar la capacidad de gestión de los productores de subsistencia.
Usamos para ello medios audiovisuales.
Los mismos medios son utilizados en forma masiva para otros múltiples y diferentes fines,
en una amplia gama que va desde la manipulación lisa y llana y la formación de nuevos
hábitos y pautas de conducta social, mediante la valoración de comportamientos no
habituales, refuerzo de los mismos, o nuevas propuestas, a través de obras de ficción.
Cuando se utilizan los medios para estos objetivos, se produce y no es accidental, un
cierto nivel de confusión -no tan confusa y quizá no deliberada- entre la información
cognoscitiva y la afectiva. Se las mezcla.
Un programa informativo, de noticias, selecciona y recorta de forma muy particular el
acontecer cotidiano mundial, nacional y local, y lo presenta de manera también particular
tratando de mezclar los datos, presuntamente objetivos, con las sensaciones y estados
afectivos que con dichos datos se quieren lograr. Una obra de ficción que, como
podemos ver con frecuencia, presenta a un determinado grupo racial (si es que la raza
existe) como pleno de violencia, comportamientos antisociales para nuestras pautas,
vengativo y capaz de vulnerar algunos de los valores más internalizados, no dice
explícitamente que el creador sea racista. Pero induce ese paquete de valores en el
espectador mediante la generación de estados afectivos contrarios al grupo racial que
presenta.
Cuando se opera con el esquema Emisor --> Medio --> Receptor, las informaciones
cognoscitivas y afectivas se mezclan y, de hecho, la comunicación (si así podemos
llamarla) es manipulatoria. Que estemos o no de acuerdo con el sentido de la
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manipulación es otro problema. De hecho el flujo de información tiene valor de uso para
el emisor y puede o no tenerlo para el receptor.
Cuando se opera con el esquema Interlocutor <--> Medio <--> Interlocutor, en la etapa
actual de nuestros procesos productivos audiovisuales, tratamos de compartir
información cognoscitivas; hay real comunicación, no manipulatoria, sino socializante de
experiencias. El flujo de información tiene valor de uso para los interlocutores.
Desde luego aún la información simplemente cognoscitiva, cuando se la comparte
mediante el uso de medios audiovisuales, puede transportar elementos connotativos. Y,
de hecho, aún la información más puramente cognoscitiva puede generar estados
afectivos en el interlocutor. Pero no los buscamos deliberadamente; son un subproducto.
Cuando vemos a un campesino analfabeto del altiplano andino, conmovido hasta las
lágrimas al observar una clase hablada en quechua. Cuando acierta a explicarnos que es
la primera vez que su lengua materna aparece a través de estos instrumentos tan ajenos
a su cultura; cuando lo emociona este nivel de reivindicación de una lengua ya muchas
veces condenada a la extinción por decretos y leyes; tenemos un ejemplo claro de cómo
la información cognoscitiva despierta emociones. Pero nosotros utilizamos el quechua,
no para despertar emociones, sino porque es el código verbal del interlocutor masivo y
hemos decidido utilizarlo por razones pedagógicas y de respeto por culturas que no son
nuestras. Algún decidido ultrahispanista podría haber sido afectado de otra forma y el
mismo programa podría generar estados afectivos de rechazo o menosprecio.
Y es peligroso recurrir a lo afectivo en la transmisión de conocimientos, porque los
campos culturales básicos son diferentes y, buscando generar un determinado estado
afectivo, podemos lograr otro radicalmente diferente. Y, porque si bien los llamados
medios masivos ya han estructurado un cuerpo de códigos que han impuesto a los
receptores (secuencias, retornos temporales, elipsis, montajes diversos), estos no han
participado en la elaboración de los mismos, y por lo tanto han sido manipulados.
En general nuestro interlocutor prioritario tiene poca experiencia audiovisual y se nos
presenta una oportunidad de llegar al establecimiento de códigos en términos
socializados, con su participación.
Cuando rechazamos la acepción común del tan usado término de motivación y
afirmamos que, en la mayoría de los casos, no es más que el espectáculo circense que
se monta para atraer a los incautos antes de someterlos a la tortura, o el caramelo que se
ofrece al niño antes de darle el purgante, nos estamos refiriendo asimismo al carácter
fundamentalmente afectivo de las acciones motivadoras y, por lo tanto, a su carácter
manipulatorio.
Si somos capaces de explicar a nuestro interlocutor, en la etapa inicial del contacto, el
valor de uso que el proceso pedagógico puede tener para él, y si realmente tiene valor de
uso (al menos potencial o presumible), su inteligencia es lo bastante elevada para que no
la insultemos con llamamientos pseudo-afectivos preliminares y él opte por el proceso
pedagógico con claridad sobre el valor que puede tener para su vida.
Por todo lo expuesto, y hasta tanto nuestro conocimiento de la cultura del interlocutor, de
sus aspiraciones (reales, no supuestas o proyectadas en él por actitudes manipulatorias
o ingenuas) y de sus códigos, no sean completos; o hasta tanto no sea el mismo
interlocutor campesino de subsistencia quien maneje los medios y se exprese a través de
ellos, preferimos limitar la información al campo cognoscitivo y no correr el riesgo de la
aparición de criterios pseudoestéticos, pseudoartísticos, manipulatorios en nombre de lo
que siento que quiero que sientan.
Nosotros no queremos expresarnos; queremos comunicarnos. Nuestra afectividad, en
términos estadísticos, no le interesa a nadie y sabemos demasiado poco acerca de la
afectividad del interlocutor masivo.
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Por último, nuestra afectividad es urbana, ya marcada por todas las pautas culturales que
los ambientes que frecuentamos y los medios a que estamos expuestos nos imponen,
franca o subrepticiamente, en tanto que la afectividad del interlocutor corresponde a otra
cultura y a la exposición a otros medios. Poco sabemos de ella para arriesgarnos a
utilizarla, aunque sea con pretextos pedagógicos.
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3. ¿Cuáles son los requerimientos o demandas que este productor ejerce sobre un
sistema de Extensión?
Lo que este productor requiere es información puntual, coyuntural, actualizada, sobre
problemas inmediatos y soluciones aún más inmediatas. Requiere también una
demostración bien fundamentada de nuevas propuestas a mediano y largo plazo.
Necesita, asimismo conocer nuevas líneas de crédito, o líneas abiertas para nuevos
productos. Y, sobre todo, a nivel de gestión empresarial requiere de proyecciones que le
permitan optimizar la administración de su propiedad y orientar los cultivos hacia
productos o variedades que mejoren sus rendimientos y sus inversiones.
6. ¿Cuáles son los rasgos de los sistemas de extensión, en los países en desarrollo,
y cómo se originan?
En general son una copia fiel, y muchas veces una pálida caricatura, de los que se
encuentran en los países desarrollados. Tienen deficiencias económicas, de personal
con buenos niveles de formación y entrenamiento, alcanzan sólo áreas muy escasas de
población rural. Han sido transferidos de los modelos de países desarrollados, pero sin
dotarlos de los recursos que aquellos tienen. Son el producto predilecto de los sistemas
de formación universitarios, de las becas de países y organismos internacionales, de
deficiencias de autonomía intelectual de profesionales con bajo nivel de formación.
El productor masivo en los países en desarrollo ofrece algunas de las siguientes
características:
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- Trabaja un amplio abanico, tanto de cultivos como de crianzas, como
producto de una estrategia de diversificación y reducción del riesgo,
además de vender esporádicamente su fuerza de trabajo;
- La unidad productora es la unidad familiar, en la que los hijos se inician en
las tareas productivas a partir de los siete u ocho años de edad, y la mujer
desempeña un papel productivo fundamental;
- Es, generalmente, analfabeto y suele hablar idiomas diferentes del oficial;
- No tiene acceso a los medios de información, o los mensajes que éstos le
llevan no guardan relación con sus necesidades y requerimientos desde el
punto de vista productivo;
- Su propiedad tiene una extensión que oscila entre 1 y 10 hectáreas, pero
generalmente está subdividida en no menos de tres a doce parcelas
alejadas entre sí.
- Carece de títulos de propiedad, o su validez legal es cuestionada;
- No es sujeto de crédito para ningún organismo bancario;
- Su único capital de trabajo es su fuerza de trabajo;
- Sólo utiliza fuerza humana. En el mejor de los casos puede disponer de
una yunta de animales, pero no es frecuente;
- Utiliza abonos naturales, cuando puede sustraerlos al uso como
combustible, pero no usa fertilizantes, ni pesticidas ni semillas mejoradas.
El hecho de que este productor sea analfabeto y hable otro idioma no significa que sea
inculto. Muy por el contrario: maneja estrategias, tecnologías y métodos de producción
muy depurados. Son los que le han permitido sobrevivir en condiciones ecológicas
sumamente difíciles y en condiciones históricas y sociales que tienden a su desaparición
como grupo.
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18. DESARROLLO: COMUNICACIÓN, INFORMACIÓN Y CAPACITACIÓN
Resumen
Se plantean en este documento: el papel del insumo “saber”, como capital intangible,
en los procesos destinados a generar desarrollo endógeno, autogestionado y
sustentable; algunos de los rasgos del sujeto, y no objeto, del desarrollo; el papel de
los sistemas, metodologías, instrumentos y del personal de comunicación para
compartir el saber con los sujetos; un modelo teórico que ampara las propuestas
comunicativas; los procesos perceptivos que permiten la comprensión de los
necesarios mensajes de diferentes tipos; algunos rasgos esenciales en la producción
de los mensajes; y una propuesta general para poder disponer de dichos mensajes.
Nadie mejor que los propios sujetos de desarrollo para ejercer su gestión en forma
autónoma. Es una de las pocas formas reales de saber si es el “beneficiario”, y no el
“perjudicatario” de la intervención. Tratarlo como minusválido intelectual porque
desconoce los modelos abstractos de gestión que se le proponen, en vez de
capacitarlo para ello, frenará o detendrá cualquier intento de desarrollo. Echarle en
cara sus limitaciones en el manejo de los recursos disponibles, en vez de capacitarlo
para ello, hará más desarrollados a los agentes de la intervención y acentuará el nivel
de subdesarrollo de los sujetos.
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necesidad de: reducir y llegar a eliminar la erosión de los suelos y del capital genético,
la polución de todo tipo y en todo ambiente, incluyendo el social; reducir e invertir los
procesos acelerados de deforestación; y contribuir al mantenimiento de las
diversidades, sociales, naturales y culturales, como uno de los elementos básicos del
desarrollo.
Pero para cualquiera, el que cada dos segundos muera de hambre en el mundo un
niño no es una situación aceptable, a menos que ello sea el resultado deliberado de
una política planificada, aunque no explicitada, de combate al crecimiento demográfico.
(Y pensamos que el darwinismo, quizá válido para el mundo biológico y en plazos casi
geológicos, no es válido para el mundo social).
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Crecimiento, industrialización, tecnificación, mecanización, urbanización,
modernización, aceleración, homogeneización, globalización, son términos que se
confunden en el lenguaje habitual de los medios masivos, en la retórica política, en el
lenguaje común y en el de algunos científicos, con desarrollo; y no lo son. Quizá sean
necesarias algunas dosis prudentes de esos factores para lograr desarrollo, pero
ninguno de ellos, ni la suma de todos ellos, son desarrollo, y menos desarrollo
sustentable.
Poco queda por decir de la modernización: todos los que vivimos en la actualidad
somos modernos y contemporáneos. Es más, somos todos del siglo pasado y vivimos
la misma modernidad. Salvo en algunas áreas, no muchas, de la salud y en los
recursos que permiten afrontar emergencias de orden natural, (acontecimientos
naturales transformados en desastres por las limitaciones de la predicción científica o
las imprevisiones de orden sociopolítico), la supuesta modernidad sólo ha logrado
hacer crecer el número de víctimas de los conflictos bélicos y un nada despreciable
aumento de la expectativa de vida el nacer.
Los objetos materiales pueden crecer; las que pueden desarrollarse son las personas.
El desarrollo es humano, no es de objetos sino de sujetos; no consiste en tener más,
sino en ser más.
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El Sujeto del Desarrollo presenta características que hacen difícil el proceso de
desarrollo.
En general, sobre todo en las áreas rurales, está disperso en vastas extensiones del
territorio.
Es muy frecuente que hable una lengua diferente de la oficial, o que sea bilingüe.
Con frecuencia su conciencia, o visión del mundo, es ingenua y mágica por falta de
información y de educación, lo cual lo deja a merced de propuestas mesiánicas o
fundamentalistas.
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Pero existe un insumo particular, único tanto por sus características como por su papel,
que en general ha estado ausente en la mayor parte de las intervenciones: el “saber”.
Lo definimos como la integración de la sabiduría tradicional con el conocimiento
científico moderno y acotamos que es la condición imprescindible, aunque no
suficiente, para que exista desarrollo. Cuando falta este insumo, los demás insumos
serán subutilizados o contraproducentes y faltará la participación de los sujetos en los
procesos que, supuestamente, les están destinados.
La comunicación tiene que ver con el insumo saber, ya que para compartirlo con los
sujetos de desarrollo se necesitan sistemas, metodologías, instrumentos y, sobre todo,
personal formado en las propuestas de comunicación para el desarrollo.
a) comunicación pedagógica,
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b) comunicación científica,
c) comunicación para la organización participativa,
d) información de mercado,
e) información técnica,
f) información social, cultural y política.
Runa. 1996.
Información.
Producción por emisores, y recepción por receptores, de mensajes con
contenidos fácticos o datos que, supuestamente importantes para ambos, van siempre
desde el emisor al receptor.
Los contenidos de los mensajes son de interés tanto para el receptor como
para el emisor.
Los códigos, la estructura del mensaje y, en general, el momento de emisión,
son determinados por el emisor, lo cual no siempre garantiza la correcta recepción de
los mensajes. Para saber si el mensaje ha sido recibido y comprendido, se utiliza
algún sistema de realimentación que permite saber al emisor, al menos, el nivel de
recepción y, a veces, el nivel de comprensión.
Los métodos e instrumentos más adecuados para los mensajes de
información son: la relación interpersonal, los materiales escritos, redes electrónicas,
radio y televisión.
Para que el conjunto de datos que contiene el mensaje lo conformen como
mensaje de información se requiere un cierto nivel de procesamiento para hacerlos
entendibles para el receptor. Es decir, existe una diferencia cualitativa entre datos e
información.
La información es un punto clave para la toma de decisiones. Si falta
información el riesgo de tomar decisiones erróneas se incrementa.
Educación.
Producción y difusión de mensajes destinados a receptores, o públicos, para
exponer contenidos dirigidos a fomentar una modificación positiva (al menos desde el
punto de vista del educador) de las actitudes de los receptores sobre temas o áreas
del conocimiento determinados.
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En general, contenidos, códigos, estructura y momento de intercambio, son
determinados por el emisor. No usa sistemas formalizados de realimentación y la
evaluación de los cambios actitudinales es de carácter cualitativo y a largo plazo.
Los instrumentos más utilizados para producir, a veces conservar, y
reproducir este tipo de mensajes son: relaciones interpersonales o grupales,
documentos impresos, redes electrónicas, radio y televisión.
Los mensajes de carácter educativo (en este sentido amplio) son los
responsables de la reproducción de los valores culturales de la sociedad, así como de
sus cambios.
El objetivo final de los mensajes educativos es contribuir a la conformación de
ciudadanos conscientes, al menos desde el punto de vista de las propuestas formales,
ya que como la mayor parte de estos mensajes son producidos y transmitidos por los
medios masivos, los resultados en cuanto a cambios actitudinales son cuestionados
por muchos pedagogos.
Enseñanza-aprendizaje o capacitación.
Aunque en principio esta definición ha sido elaborada para el área rural,
varios colegas han planteado que, con las debidas modificaciones, puede ser aplicada
a otras áreas.
Comunicación.
Producción y uso conjuntos de mensajes construidos entre interlocutores,
destinados a generar niveles crecientes de participación de los productores rurales en
la toma de decisiones que los afectan, básicamente a través de la organización de los
mismos.
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Los contenidos, códigos, estructura y momento de construcción e intercambio
de los mensajes son definidos por los diversos grupos de interlocutores.
No requiere sistemas de realimentación o evaluación (salvo en el campo de las
tecnologías usadas para el proceso) ya que el proceso de comunicación se realiza
entre interlocutores.
Los medios e instrumentos más adecuados para estos procesos son: las
relaciones interpersonales y grupales, el video, las radios locales, las redes
informáticas y los materiales escritos.
Así entendidos los procesos de comunicación son la trama supraestructural de
relaciones sociales que permite al hombre convivir en sociedad.
Los códigos utilizados son tanto monosémicos como polisémicos y, en los
procesos interpersonales, el componente gestual cobra con frecuencia una gran
importancia.
Manipulación.
Mensajes de un emisor a múltiples receptores destinados a promover
actitudes que lleven a conductas favorables para el emisor pero no necesariamente
para el receptor. Estos mensajes, básicamente afectivos y con escasos datos o
información, ofrecen al receptor gratificaciones que no se obtienen de lo que el
mensaje dice explícitamente, sino de las alusiones que lo acompañan y que el
contenido del mensaje no puede proporcionar.
El ejemplo extremo de este tipo de mensajes se encuentra en la publicidad
(comercial), en la propaganda (política), en las campañas de creación de imagen y son
una constante en las denominadas relaciones públicas.
Tienen sistemas de realimentación operativos, en general, a largo plazo. Pero
la realimentación no incluye en los nuevos mensajes los intereses de los receptores,
sino que acentúa aún más el carácter manipulatorio de los mismos.
Los instrumentos más usados para la manipulación son los medios masivos:
radio, televisión, cine, medios impresos.
Se discute hoy lo que fue aceptado sin cuestionamientos durante los últimos
años: la eficiencia de los medios para crear imágenes con débiles referentes en la
realidad.
Autoexpresión.
Mensajes que, producidos por uno o varios emisores, se destinan a múltiples
y bastante indiferenciados receptores. Estos mensajes buscan compartir información
básicamente afectiva que suele reflejar la visión del mundo que tiene el emisor. Al
parecer, pero motivo de largos e interminables análisis y discusiones, cuando el
mensaje ofrece diversos niveles de lectura para diversos grupos de receptores,
estamos en presencia de lo que algunos denominan "arte" si, además, llena ciertos
requisitos (no muy claros ni unánimes) de carácter estético.
Los códigos utilizados son polisémicos y connotativos, lo que favorece la
diversidad de lecturas e interpretaciones de los mensajes. Parte del cine, el teatro, la
danza, la música, la novela y la poesía, la escultura, la alfarería, los textiles y,
recientemente, algunos videos, están construidos como mensajes de autoexpresión.
En cierta medida contribuyen a enriquecer los procesos generales de
educación, y a veces forman parte de los sistemas de educación formal.
Los instrumentos utilizados se corresponden con cada una de las áreas
denominadas artísticas y algunos, como la radio, el video y la televisión son utilizados
a veces como simples conductos para transmitir otras manifestaciones sin un
reprocesamiento específico.
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20. CARACTERISTICAS DE LA CAPACITACION MASIVA AUDIOVISUAL
d. Profundamente Utilitaria
El campesino sólo aprende y enseña lo que le es útil para sus actividades productivas,
que son válidas por una práctica de muchos años. Las innovaciones tecnológicas son
escasas por cuanto sus técnicas se basan en lo que la realidad del medio les puede
proporcionar. En este sentido, sus fuerzas productivas son poco desarrolladas y se
basan, fundamentalmente, en el trabajo personal y esfuerzo físico, lo que les hace valorar
enormemente el trabajo que desarrolla hábitos y destrezas motoras suficientes.
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La producción no depende solamente de su acción, sino que en ella participan fuerzas
extrahumanas, que deben ser recordadas y respetadas (ejemplo: la pachamama).
Sin embargo, hay factores que llegan del exterior, y que no pueden quedar de lado, como
estructuras del Estado.
En los últimos años, la presencia del Estado se ha hecho sentir a través de organismos
técnico-difusores que si bien han representado un avance relativo en el desarrollo del
campo, su accionar se revela insuficiente y, en muchos casos, no logra la resolución de
los problemas del campesino. Frente a esta necesidad, el CESPAC propone un sistema
de capacitación que, partiendo del reconocimiento de la realidad campesina, postula una
metodología de capacitación, que basándose en el uso de los medios audiovisuales,
posibilite llegar a amplios sectores del campo.
a. Masivo
Permite llevar las propuestas tecnológicas y de servicios a los diferentes grupos
campesinos, conformando paquetes pedagógicos, los mismos que por su formulación
son accesibles a todos. La masividad del sistema está dada, básicamente, por la
repetición sucesiva del video y por el hecho de que las mismas propuestas pueden
hacerse simultáneamente en diferentes lugares, a través de los Módulos de Capacitación.
b. No escolarizado
El uso de los equipos audiovisuales posibilita que las acciones de capacitación se
produzcan en cualquier lugar, aún en el lugar mismo del trabajo del campesino; no
requiriendo de locales con acondicionamientos especiales.
Las propuestas tecnológicas no requieren de largos períodos de estudio, sino que por su
tratamiento y dosificación de contenidos, en una sustentación teórico-práctica son
rápidamente internalizadas.
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Con esto no se corta el proceso productivo del campesino ni se le crea situaciones en
que el desplazamiento a lugares no acostumbrados puedan influir en su capacidad de
aprendizaje.
e. Multilingüista
Significa un reconocimiento de la realidad de América Latina, que está constituido por
lenguas diversas como el castellano, quechua, aymara, mapudungun, e innumerables
dialectos. La capacitación se produce utilizando la misma lengua del interlocutor.
g. Eminentemente práctica
Los productores han aprendido y siguen aprendiendo en la práctica. Debido a ello
valoran un curso o un evento cuando es práctico, pues, saben que en esas condiciones
sí van a aprender. Por eso, la Capacitación Audiovisual es eminentemente práctica.
Reúne todos los elementos y las condiciones para hacerla posible.
21. COMUNICACION
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interlocutores son el producto de una actividad conjunta. Aún si esta producción en
común está fragmentada en etapas y éstas diferidas en el tiempo.
Por último diremos que los procesos de comunicación pueden ser: interpersonales,
grupales y masivos; y que los medios o instrumentos pueden producir, conservar y
reproducir los signos que son la base de la comunicación, y a veces realizar sólo una o
dos de estas funciones.
El proceso de comunicación permite transferir, de unos a otros, información cognoscitiva,
o conocimiento o saber: información afectiva; sentimientos y sensaciones; deseos;
pedidos y órdenes. Y debe permitir, asimismo, explicitar la comprensión del conocimiento
o sensaciones inicialmente transmitidas, la decisión o negativa a cumplir los pedidos ú
órdenes, hasta constituir un área de comprensión o acuerdo, o definir los términos de
antagonismo en torno a lo explicitado.
En última instancia, la comunicación sirve para socializar la información (en sus
diversos contenidos) y como elemento de regulación y ajuste de las conductas
sociales.
Para finalizar debemos añadir que los signos (y en parte la sintaxis utilizada para
estructurarlos) pueden ser denotativos, cuando los códigos usados para interpretarlos
son sociales y unívocos (monosemia), cuya máxima expresión se encuentra en la
comunicación científica y sobre todo matemática, o pueden ser connotativos, cuando los
códigos son variables (polisemia) y la interpretación del signo puede variar con el nivel de
cultura, las experiencias previas o los estados de ánimo subjetivos. El ejemplo más claro
se encuentra en la poesía: el mismo poema tiene, o puede tener, tantas interpretaciones
como lectores.
Veamos ahora, también en función de lo que sigue, un esquema elemental de relaciones
en una sociedad de tipo neoliberal.
Los hombres se agrupan en unidades de dimensión y complejidad crecientes: familia,
familia extensa, comunidad, aldea, pueblo, ciudad, distrito, provincia, nación.
En el seno de la familia y entre ésta y los elementos mayores subsiguientes, existen o
pueden existir contradicciones (*).
El hombre se relaciona con los medios de producción (MP), y en esta relación se
encuentran contradicciones: en el conocimiento de los medios y en la propiedad de los
mismos.
La interacción del hombre (H) con los medios de producción (MP), genera productos (P)
y existen contradicciones entre el hombre que produce y la apropiación de los productos.
Cuando los productos son consumidos directamente por la Unidad Familiar, o los
excedentes intercambiados por trueque, estamos en presencia de una economía de
reproducción simple. Pero cuando la división técnica, y después social, del trabajo lleva a
la mono- producción, entramos en la economía de mercado, en la re- producción
ampliada por los excedentes, y aparece el intercambio
(I). También hay contradicciones en los términos del intercambio (campo/ciudad; países
desarrollados/subdesarrollados)
Estas contradicciones son controladas mediante el aparato del estado a través de sus
organismos e instituciones, Ministerios, fuerzas del orden, ejército, son utilizados para
encauzar o controlar las contradicciones y mantener el "statu quo" o modificar algunas
situaciones no fundamentales para impedir soluciones explosivas (revolucionarias).
Legitimación (ideología, cultura, religión, mitos, tabúes, etc.)
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Control de las contradicciones (instituciones, organismos, etc.)
Entre el sistema de control y el sistema de producción, existen asimismo, contradicciones
aunque no siempre antagónicas.
Pero el sistema de control o represión de las contradicciones, requiere a su vez de un
sistema de legitimación de sus acciones.
Este sistema está conformado por las leyes que plasman con fuerza coactiva diversos
elementos que sirven al control: la ideología, la religión, la cultura, el arte, los hábitos, los
tabúes autosostenidos y estimulados, contribuyen a legitimar el control y el
mantenimiento del "statu quo". Una parte significativa de la comunicación, los medios
masivos, contribuyen en gran medida a esta legitimación.
También hay contradicciones entre el sistema de control y el de legitimación. Quizá no
sean antagónicas, pero abren brechas y fisuras que, con frecuencia sirven incluso para
legitimar el mismo sistema de legitimación, haciéndolo aparecer como "imparcial" u
"objetivo".
¿Cuál es el modelo teórico de "comunicación" para esta situación si, repetimos, la
comunicación es la red supraestructural de las relaciones sociales, derivadas de las
relaciones de producción?
Es el modelo Emisor --> Medio --> Receptor. E --> M --> R.
Se origina por una traslación, a nuestro entender nada ingenua, de un modelo de
información elaborado durante la segunda guerra mundial, al campo de la sociedad. El
que esta traslación haya sido realizada por sociólogos estadounidenses, durante la
década del 50, tiene también su importancia.
El modelo, que llegó a ser elaborado matemáticamente por Shannon y Weaver se originó
en la necesidad de conducir escuadrillas de bombardeo sobre el territorio controlado por
los nazis.
Había que indicar al jefe de escuadrilla el rumbo a tomar y sus variaciones, tácticas
evasivas y finalmente, donde efectuar el bombardeo.
Se procedía a elaborar las órdenes y a continuación se les daba una doble codificación:
criptográfica, para que no fuera inteligible para el enemigo, y radioeléctrica, para poder
transmitirla.
El receptor, decodificaba la señal y ejecutaba las órdenes. Para que el emisor tuviera
seguridad de una correcta recepción de los mensajes, se producía una señal de
realimentación que la garantizaba.
El modelo actúa desde el dominante (que ordena) al dominado (que ejecuta las órdenes);
de superior a inferior en la jerarquía militar; del que sabe al que ignora; del que tiene
poder al desposeído.
Cuando el modelo, sin alteración ni adecuación alguna, llega al campo académico y, de
éste, a la sociedad, es matizado, perfeccionado, reajustado, pero nunca cuestionado.
Es claro que el modelo corresponde a un flujo de información, muchas veces
manipulatoria, desde el sistema de legitimación hasta los grupos masivos protagónicos
del sistema productivo. Es claro, asimismo, que el modelo convalida y refuerza la
propiedad restringida a pequeños grupos de poder de los llamados medios.
Así como convalida la unidireccionalidad de los mensajes, el tratamiento de la
información como mercancía, la banalización del conocimiento y el ocultamiento de todo
aquello que puede cuestionar la estabilidad del control de las contradicciones.
El modelo E --> M --> R pretende tener validez científica universal y, de hecho, tiene
validez generalizada y pocas veces ha sido cuestionado.
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Existen inquietudes, ya que el modelo es disfuncional para las propuestas reales de
comunicación. Se plantea, entonces, "comunicación de doble flujo" (casi como decir hielo
frío o agua húmeda), o de incrementar la realimentación, sin percibir que este proceso
sirve solamente para reforzar la capacidad de manipulación del emisor. Un canadiense
ha propuesto el modelo que llamó "emerec", insatisfecho con los resultados que obtenía
con el modelo vigente. Estas son contradicciones en el seno mismo del sistema de
legitimación, pero no llegan a poner en tela de juicio el conjunto de relaciones ni a
manifestar las contradicciones antagónicas fundamentales que el sistema oculta y
reprime.
La propiedad de los medios, prensa, radio, televisión, cine, determina la aplicación del
modelo E --> M --> R, así como determina el diseño de las tecnologías, los modelos
productivos (generalmente irracionales y antieconómicos), el origen y formación del
personal que los maneja, los contenidos y códigos de los mensajes, etc. En general los
contenidos están conformados por el mínimo de información y recreación manipulatorias
necesarias para soportar el máximo de publicidad de la cual se deriva la ganancia.
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Los medios masivos, que tal como los conocemos no son medios de comunicación de
masas, usan una tecnología, producen con metodologías y modelos y utilizan el personal
formado para, y adecuado a, operar como sistema de legitimación del poder que controla
las contradicciones.
Por lo tanto es necesario rediseñar la tecnología, cambiar las metodologías y modelos
productivos y, lo que es más importante aún, formar al personal para operar con un
modelo de comunicación diferente, I <--> M <--> I.
Y el modelo teórico está obligado a corroborar en la práctica su validez y, sobre todo, su
racionalidad productiva y económica.
Vamos a ver algunas posibilidades de rediseño de los medios, en principio la televisión,
para acercarse al modelo de comunicación propuesto.
Pero antes son necesarias algunas consideraciones.
Los países en vías de desarrollo casi no producen equipos electrónicos de televisión y,
por lo tanto, deben adquirirlos en el mercado de los países desarrollados. Estos producen
la tecnología para sus propios fines, básicamente por su valor de cambio y, debido a la
división técnica y social del trabajo, por su valor de signo.
Somos dependientes de lo que el mercado, que no manejamos, nos ofrece, pero
podemos elegir de entre lo que llega al mercado.
Si dejamos que la elección la realice el vendedor, o la efectuamos nosotros pero sin una
conceptualización clara del problema, corremos el riesgo de reforzar la dependencia.
Este refuerzo se manifiesta, sobre todo en la definición de la calidad de los equipos. Esta
calidad es medida, exclusivamente, en términos electrónicos y no de un proceso social
de comunicación. Y toda la calidad, pagada con muy alto costo de equipamiento, en la
etapa de realización, se pierde en su mayor parte en la etapa que va de la transmisión a
la recepción.
Gastar miles de dólares para grabar con un equipamiento de audio que tiene respuesta
lineal entre 20 y 20.000 ciclos, para reproducir esa señal mediante un parlante que
apenas da respuesta entre los 100 y los 7.000 ciclos, no es calidad.
Grabar imágenes con cámaras de tres tubos o tres sensores, con una definición de 750
líneas, para reproducir la imagen en un receptor no siempre bien ajustado que no
responde con más de 250 líneas, no es calidad.
En un proceso productivo complejo lo que interesa es la calidad final del producto, y ésta
nunca superará la calidad de la etapa de más bajo nivel. Todo lo que se invierta en las
otras etapas, y el aumento lineal de la calidad electrónica puede significar aumentos
exponenciales de los costos, se perderá en el punto de estrangulamiento de menor
calidad. Es el caso de la televisión, el receptor doméstico.
En un sistema de televisión comercial, en la cual los programas tienen una función
secundaria, alienar, y una función primaria: ser el soporte de la publicidad origen de la
ganancia, los costos del equipamiento no son relevantes.
En un sistema de comunicación que pretenda utilizar la televisión como instrumento, los
costos son muy significativos, y más aún en condiciones económicas difíciles y falta de
divisas.
El uso de la televisión como instrumento de comunicación puede ser encarado de
diversas formas.
Veamos una aproximación. Minimizar la función estudio y optimizar la función Unidad
Móvil, para introducir en la antena de transmisión señales directas o grabadas que
reflejan al interlocutor masivo. Pero aún sin este cambio, la modulación adecuada del
equipo puede tener consecuencias importantes sobre el modelo. Y los nuevos equipos,
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con sus características físicas y operativas, facilitan la aparición de nuevos modelos
productivos que permiten el uso casi permanente de la capacidad instalada y reducen el
lucro cesante por desuso.
Para nadie que tenga alguna práctica productiva en televisión, es una novedad que los
camarógrafos, sonidistas, iluminadores, etc., sólo son activos durante una parte reducida
de su jornada de trabajo.
La división técnica o hiperespecialización, que tan eficaz y hasta eficiente puede ser en
una planta fabril, es una fuente de desperdicio de capacidad instalada en el caso de la
televisión.
Se está hablando de "multioficio" que, a fin de cuentas, no es más que una forma de
recuperar el modelo artesanal de producción que, en el caso que encaramos, es el
modelo productivo más racional y económico que podemos encontrar.
Es claro que la rotación permanente de tareas y la falta de especialización puede, en un
período inicial, reducir la sedicente calidad de los productos. Pero sabemos que después
de un cierto tiempo es posible establecer otras pautas y patrones de calidad diferentes de
los admitidos actualmente. Estos patrones vigentes, son el producto de las exigencias de
una televisión comercial, con fines exclusivos de lucro y manipulación del receptor, que
en nuestra opinión, poco tienen que ver con algún modelo de valores estéticos
universales, y menos aún con los que deben y pueden primar en una estructura social en
proceso de cambio.
Ahora bien, si se investiga experimentalmente un rediseño de los equipos electrónicos
audiovisuales, investigación que debe incluir necesariamente una revaloración de los
mismos criterios de calidad electrónica; y si se busca redefinir la calidad, formal y de
contenidos, de la programación en términos de un modelo real de comunicación, se torna
imprescindible formar nuevo personal, o al ya existente, en los conceptos y metodologías
de trabajo que se proponen y el conocimiento y manejo de los instrumentos que utilizan.
Partiendo del hecho de que todo instrumento conlleva la ideología del sistema social que
lo produce, y que tiende intrínseca e inevitablemente, a reproducir esa misma ideología,
para una nueva propuesta es necesario un profundo conocimiento de los instrumentos
que la facilitarán o la obstaculizarán.
O nosotros manejamos seriamente los instrumentos, o los instrumentos nos manejarán a
nosotros.
Es necesario formar al personal en el conocimiento, manejo y uso del equipo. Para ello
es necesario desmitificarlo, iniciando al hombre que lo maneja en la comprensión de los
principios básicos de su funcionamiento, de tal forma que pueda usarlos en su máximo
potencial y reducir al mínimo sus limitaciones.
A continuación es necesario formarlo en el manejo, de tal forma que los instrumentos
sirvan para la producción audiovisual de los contenidos propuestos y no sean un
obstáculo que se interpone entre los objetivos y el realizador.
Por último, el uso de ese instrumento, ya desmitificado y bien manejado, para la
producción de los programas que contengan en forma explícita e implícita los contenidos
que se quieren compartir con los interlocutores.
Vale la pena insistir en un último punto. La información, el conocimiento, son poder. Y
dado el alto potencial de los medios audiovisuales para socializar el conocimiento, parece
imprescindible el uso de los mismos para algo más que compartir información. El campo
de los procesos de enseñanza/aprendizaje requiere imperiosamente el uso de los
instrumentos audiovisuales. Y no hablamos de la difusión cultural o de la educación en su
sentido más amplio, sino que nos referimos a procesos acotados, supervisados de
educación que permitan socializar información, habilidades intelectuales y destrezas
psicomotrices, hasta que el participante en el proceso pueda actuar sobre la realidad
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exterior para modificarla. Hemos llegado a la conclusión de que este proceso no es
posible, ni aconsejable por razones pedagógicas y económicas, a través de la televisión
por canal abierto. Pero el video, como instrumento audiovisual basado en los mismos
principios tecnológicos, aparece hoy como una posibilidad, más bien una realidad, que no
es posible ignorar.
Constituye un verdadero anacronismo que los instrumentos didácticos más generalizados
sean, o prehistóricos, la palabra hablada, o de la edad media, la imprenta, y que se siga
rechazando, generalmente por temor e ignorancia, un nuevo instrumento de gran valor
de uso.
De nuevo aquí, no se trata de hacer "clases por televisión", sino de construir paquetes
pedagógicos audiovisuales, que integran el video, el tratamiento escrito y la relación
interpersonal y producidos por Pedagogos Audiovisuales con fines de
enseñanza/aprendizaje.
Y, como de costumbre, la clave de la apertura de esta posibilidad, se encuentra en el
hombre: en la formación del personal que debe diseñar los instrumentos y ponerlos al
servicio de una propuesta.
1.Hemos propuesto un modelo teórico de comunicación, simbolizado por las siglas I <-->
M <--> I, Interlocutor, Medio, Interlocutor, por entender que el modelo generalmente
aceptado, Emisor, Medio, Receptor, E --> M --> R, es simplemente un modelo de
información.
Lo que diferencia este concepto que rige hasta el momento, es el factor tiempo: A
nuestro entender es posible establecer comunicación sin el requerimiento de la
simultaneidad, tanto en términos de masividad (a la que se puede llegar por reiteración)
de la información, como en términos temporales, para los cuales los flujos de
información pueden distanciarse en el tiempo.
Y ello, porque sólo así se pueden incorporar al doble proceso informativo algunos
elementos: códigos, temáticas, estructuras y mecánicas que respondan a las
características y necesidades de aquel al que el nuevo modelo denomina Interlocutor
masivo.
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Pura y simplemente información; pura y simplemente manipulación; o bien, la primera
etapa de un proceso de comunicación según el modelo I <--> M <--> I, siempre y
cuando se cumplan algunas condiciones, entre ellas la del doble flujo y la de que el
emisor inicial sea el grupo social masivo.
Se propone, pese a estas dificultades, una pauta que permita establecer la diferencia
entre los procesos, por muy mezclados que en ellos se encuentren los tres elementos:
información, manipulación y comunicación.
La manipulación, y con frecuencia la información, hacen creer a los receptores que sus
mensajes son gratuitos, que no pagan nada por ellos y que los producen sólo en
beneficio del receptor.
La comunicación, siempre, usa inicialmente los códigos del interlocutor mayoritario,
introduciendo nuevos códigos cuando tienen valor de uso pedagógico y previa
explicación del mismo.
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La comunicación explicita, clara y abiertamente, en qué medida el beneficiario del
mensaje es el interlocutor masivo.
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audiovisuales que intentan mostrarla, a veces, es cierto, gratuitamente. En los principio
del cine, y hasta la década del 60, gracias al Código Hays, autoimpuesto por los
productores cinematográficos estadounidenses, la pareja, generalmente abrazada y
después de haber mostrado todas las etapas del cortejo sexual, desaparece del plano
suavemente para ser reemplazada por alguna imagen alegórica. Uno de los grandes
fotógrafos del cine de América Latina, el Indio Fernández, toma como imagen el oleaje
contra las rocas. Pero en esos casos, de los denominados siete minutos, como en
muchos otros, el tiempo en la imagen es siempre más corto que el de la realidad. Y los
espectadores ya han internalizado estas metáforas visuales y les atribuyen el sentido
que los realizadores esperan.
Cambio de Plano.
Hemos definido el plano como la parte de espacio abarcada por la toma, es decir el
espacio que ve el objetivo. Pero el objetivo opera, en el momento de realizar la toma,
como el ojo del futuro observador del programa.
Por ello los cambios de plano, cuando se dispone de objetivo varifocal, deben ser
graduales y tranquilos. Cuando se cambia de plano durante la edición, no debemos
empalmar planos muy distantes de un mismo sujeto u objeto. No podemos pasar de
un Plano de Detalle a un Plano General, ni realizar la operación inversa.
Ya que el objetivo reemplaza al ojo del observador, lo que vemos en la pantalla
equivale a lo que ha visto ese ojo. Y nuestra experiencia es clara: no podemos
desplazarnos en forma instantánea en el tiempo, desde un punto muy próximo, PD, a
uno muy lejano, PG, o acercarnos desde el PG a la distancia necesaria para observar
un PD, sin que transcurra un lapso. Cuando se realiza ese tipo de empalmes aparece
en su percepción una sensación de irrealidad, de una operación mágica; ambos
elementos no son congruentes con un mensaje de enseñanza.
Pero tampoco es posible un cambio muy pequeño del plano, ya que sería percibido
como un movimiento casi convulsivo que por ser muy pequeño ni introduce ni elimina
ningún segmento significativo de información, en contradicción con nuestra
experiencia perceptiva.
Cambio de Encuadre.
Hemos definido el encuadre como la relación espacial que guardan entre sí los sujetos
y objetos abarcados por el plano. El encuadre es un elemento fundamental para
facilitar la discriminación, es decir, lograr que la información significativa pueda ser
observada con mayor claridad, a veces intensidad, y precisión, que el fondo sobre el
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cual se encuentra. Es una función fundamental del encuadre ofrecer imágenes lo
suficientemente discriminadas como para no obligar al observador a un esfuerzo de
discriminación adicional y facilitar así la lectura de los contenidos. Otra función
importante del encuadre es tratar de generar sensación de tridimensionalidad en una
pantalla plana, para contribuir a la verosimilitud y credibilidad del mensaje. Como el
encuadre es manejado a partir de la posición y altura de cámara, o camescopio, de la
distancia focal utilizada en la toma y de la relación objetivo-sujeto-fondo, es claro que
tiene mucho que ver con la subjetividad de la toma. Cuando observamos un programa
denominado infantil, que al parecer está destinado a niños (con desgraciada
frecuencia considerados como sujetos con retardo mental), con encuadres producidos
con la cámara en posición normal, los mismos niños son vistos desde arriba, como los
ve un adulto, y los adultos no son vistos como los ven los niños, generalmente desde
un nivel más bajo. Es decir, se ve el mundo infantil con ojos de adulto y no con sus
propias miradas.
Todo cambio de encuadre debe estar justificado por una necesidad pedagógica o
audiovisual. Pasar por corte directo de un encuadre a otro muy diferente, del mismo
sujeto u objeto, sin que exista, en la propia acción pedagógica o en la pista de audio,
una explicación del cambio, puede introducir un elevado nivel de confusión en la
observación. Pero un nivel casi igual de confusión puede ser introducido por cambios
de encuadre que no sean significativos.
Un cambio de encuadre puede justificar un cambio brusco de plano, que de otra forma
no sería explicable. Del mismo modo, un cambio de plano puede justificar el cambio de
encuadre.
Si, por ejemplo, modificamos el encuadre variando el ángulo de toma, con el fin de
modificar la relación sujeto-fondo y facilitar la discriminación sobre una textura
homogénea, podemos hacerlo sin crear confusiones, desplazando la cámara (corrida)
durante la toma, o explicando con locución fuera, el objetivo de la modificación.
De nuevo, lo importante es no producir cambios discordantes con nuestros hábitos
perceptivos, de tal forma que las modificaciones sean procesadas fluidamente por el
sistema nervioso.
Barridos.
Varifocal.
El manejo del objetivo de distancia focal variable nos permite modificar el área de
realidad que abarca la toma, durante la duración de la misma.
Reproduce, para el observador, lo que acontece cuando nos acercamos o alejamos de
un determinado sujeto u objeto. Estos desplazamientos, en los seres humanos, son
generalmente lentos, por lo que las variaciones del varifocal deben también ser lentas.
Pero, además, el varifocal puede cambiar mientras en el plano abarcado por la toma
hay sujetos que se desplazan. Nunca debe abrirse el varifocal, pasando de TO a GA,
cuando el sujeto de la toma se está acercando. Si es posible cambiar, cerrándose, de
GA a TO en el mismo caso, y también es posible hacer cualquiera de los dos cambios
cuando el sujeto está alejándose del objetivo.
Si un sujeto se acerca y partimos de un plano cerrado, en TO, al abrirnos a GA
podemos llegar a un PE o PG del mismo sujeto. El observador ve un sujeto que se
acerca, pero que cada vez está más lejos, observación que sólo podría experimentar
si caminara de espaldas y a mayor velocidad que el sujeto que observa. No es una
práctica frecuente, salvo en algunos juegos infantiles, caminar de espaldas, por lo que
la imagen que observamos no coincide con nuestra experiencia perceptiva y genera
confusión.
Los sujetos pueden desplazarse en la dirección del eje óptico, acercándose o
alejándose del objetivo, o en forma transversal a dicho eje, cruzando el área de toma.
Cuando registramos con teleobjetivo un objeto o sujeto desplazándose en la dirección
del eje óptico, su movimiento parece más lento de lo que es habitual.
Con la misma distancia focal, TO, el desplazamiento en sentido transversal, parece
rápido.
Ello es debido, en el primer caso, a que la variación de tamaño aparente es muy
pequeña.
Vemos que el sujeto se desplaza, pero su dimensión no varía, por lo que el cerebro
percibe un desplazamiento lento. En el segundo caso, el ángulo que cubre el TO es
reducido, por lo que el sujeto atraviesa dicho ángulo en poco tiempo, aunque se
desplace normalmente. Percibimos una mayor velocidad dado que el sujeto
permanece menos tiempo en la pantalla.
En el caso de una distancia focal corta, GA, la situación se invierte. El sujeto que se
aleja, es visto como una figura diminuta después de dar pocos pasos, o se agiganta
rápidamente si se está acercando, lo cual nos proporciona una sensación de mayor
rapidez.
Por el contrario, si el desplazamiento es transversal, ya que el ángulo es grande y el
espacio abarcado mayor, el sujeto que se desplaza a la misma distancia que lo hacía
cuando lo tomamos en TO, emplea mucho más tiempo para recorrer el espacio
abarcado por la toma. Su desplazamiento parece más lento que con el teleobjetivo.
En general si bien el uso del varifocal es aconsejable antes de proceder a efectuar la
toma, con el fin de elegir el plano correcto y asegurar el enfoque, debemos reducir su
uso al mínimo durante el transcurso de la toma. El abuso, además de desconcierto,
produce un elevado nivel de fatiga y perturba la comprensión, ya que el cerebro estará
preguntándose en forma contínua el significado de las variaciones.
Cuando se busca pasar de lo general a lo particular, o la inversa, un varifocal tranquilo
y pausado pueden ayudar mucho a ese paso.
Eje de Acción.
Cuando un objeto o sujeto salen del plano, en cualquiera de los cuatro sentidos
posibles, tanto en la misma toma, como al realizar un montaje, debemos asegurarnos
que, si vuelve a entrar, lo hará desde el mismo sentido en que salió.
Pero si la salida de plano va seguida de un cambio de encuadre, como indicación del
punto al cual se dirigía el sujeto que salió del plano anterior, debe entrar al nuevo
plano siguiendo el eje de acción. Es decir, si salió del primero por la izquierda, debe
entrar al nuevo plano, que tiene otro encuadre, por la derecha. De no hacerlo así, se
genera una incongruencia perceptiva que lleva a pensar en que el sujeto, u objeto,
están volviendo sobre sus pasos, lo que no ha sido indicado audiovisualmente y, por lo
tanto, exige una reconstrucción sin relación a la imagen.
De nuevo, salvo en algunos juegos infantiles, estamos habituados a que si alguien
desaparece de nuestra área de visión desplazándose hacia algún punto que no
percibimos, esperamos verlo aparecer de nuevo viniendo del mismo punto. Si no fuera
así, la aparición por el lado contrario a aquel por el que desapareció sería interpretada
como una vuelta en redondo por nuestra espalda. Procedimiento que, a menos que
tenga una justificación clara, resulta poco congruente con nuestros hábitos perceptivos.
Por ello genera sorpresa y desconcierto ya que el cerebro tiene que dedicar, en
paralelo, circuitos neuronales a la búsqueda de una explicación congruente al
fenómeno inhabitual.
Lectura.
Indicadores Dimensionales.
Elipsis Temporal.
En general un programa audiovisual tiene una duración menor de lo que aquello que
muestra tiene en la realidad. Estamos hablando de duración objetiva, mensurable, y no
de la subjetiva que responde más a los estados afectivos que el programa puede
provocar en el observador.
Sólo hay un caso, el de la cinematografía ultrarápida, en el que filmaciones efectuadas
a alta velocidad, gran cantidad de fotogramas por segundo, son proyectadas a la
cadencia llamada normal, de 24 fotogramas por segundo. El tiempo parece alargarse,
lo que a ojo desnudo pasa desapercibido puede ser analizado. Este es uno de los
grandes aportes de la cinematografía a la investigación científica, ya que la variable
tiempo aún no ha podido ser manejada, pero ahora resulta posible, no modificar el
Ya conocemos el eje de acción, tanto de sujetos como de objetos. La ley del eje, hasta
tanto no es derogada por una necesidad pedagógica, nos dice que si la cámara o
Corte en Movimiento.
Los mensajes audiovisuales, aunque reales en sí mismos, son imágenes de una realidad
diferente, es decir, constituyen un nivel mayor de abstracción en la percepción de la
realidad.
Para que los contenidos y el sentido de los mensajes audiovisuales sean aceptados, o
rechazados por el observador, es necesario que, en principio, sean comprendidos.
Pero cuando los mensajes transmiten información cognoscitiva, denotativa, práctica, y los
signos son monosémicos (interpretables de un solo modo), la no socialización de los
códigos disminuye la comprensión de los contenidos hasta provocar la parálisis del
proceso de comunicación.
El espacio
En la realidad el espacio, tal como es percibido por el sistema nervioso periférico y
representado, a nivel del sistema nervioso central, como conciencia o representación del
mundo externo, presenta entre otras, las siguientes características:
- es ilimitado y, en apariencia, infinito
- es tridimensional, es decir, posee relieve
El tiempo
En la realidad el tiempo presenta algunas características particulares:
- transcurre en el orden del acontecer
- tiene una duración real mensurable, no modificable
- los acontecimientos tienen velocidad o rapidez propia
- la relación entre velocidad y duración determinan un ritmo
- salvo procesos cíclicos, los acontecimientos no se reiteran
- el pasado, como eje negativo del flujo temporal, no existe más que
en la memoria y en los objetos que permiten conservarla.
Las conductas
En el espacio-tiempo real se encuentra la materia con diversos grados de organización.
La naturaleza, el hombre, los artefactos producidos por éste en acción sobre aquella, y,
como rasgo específico del hombre en sociedad, la cultura. Ya no sólo elemento material
y concreto, producto de las actividades productivas del hombre, sino como cuerpo de
abstracciones a nivel de conciencia que a veces se manifiesta mediante elementos
naturales.
Las relaciones entre las personas, de las personas con la naturaleza y de las personas
con los artefactos, se manifiestan como conductas, básicamente productivas en los dos
últimos casos. Y la más importante manifestación de las conductas sociales se plasma
mediante los procesos de comunicación, o producción e intercambio conjunto de
mensajes. Todas estas conductas responden a las culturas que reflejan, conservan y
reproducen.
La percepción
Los individuos perciben la realidad, como ya hemos visto, mediante un proceso voluntario
e involuntario, de selección y discriminación sobre el conjunto de estímulos
(electromagnéticos, mecánicos y químicos) que le permiten construir una representación
de la realidad en el sistema nervioso central. Los procesos psicofisiológicos de
percepción son similares en todas las personas, pero se encuentran diferencias
culturales en algunas de las interpretaciones de dichos estímulos.
Y también existe un paquete de códigos, internalizados aunque no explícitos, con que los
generadores de los mensajes han educado subrepticiamente a los receptores de los
mismos.
La intermediación
Entre la realidad y su imagen audiovisual se introduce una intermediación. El ojo y el oído
reciben imágenes visuales y sonoras ya procesadas por la cámara y el micrófono y
reproducidas por el tubo de imagen y el parlante.
Los equipos que operan la intermediación del espacio, entre la realidad y el programa,
son la cámara y el micrófono.
• Plano General (PG) - La figura humana ocupa solamente una parte de imagen, y no
es la más significativa.
• Plano Entero (PE) La figura humana es completa en la imagen y ocupa la mayor
parte del espacio informativo disponible.
• Plano Medio (PM) La figura humana es mostrada desde la cintura.
• Primer Plano (PP) El espacio informativo de la pantalla es ocupado solamente por el
rostro humano.
• Plano de Detalle (PD) Ocupa el espacio informativo una parte del rostro o cuerpo
humano.
La selección del espacio es, pues, definida por el plano mediante la manipulación de los
siguientes elementos:
Así como la selección del espacio está determinada solamente por el plano, en la
discriminación intervienen, además de los elementos ya señalados para la cámara y los
sujetos, otros elementos adicionales.
Este efecto se logra cuando la profundidad de campo (porción de espacio nítida antes y
después de la distancia enfocada) es reducida. Los mecanismos para actuar sobre la
profundidad de campo son varios: variación de la distancia focal del objetivo, modificación
del iris y cambio en la velocidad de obturación.
La separación del sujeto (u objeto) del fondo puede lograrse también mediante
mecanismos que se autodenuncian en la imagen: incorporar una pantalla que aísla al
sujeto del fondo para mejorar la discriminación.
Los micrófonos pueden ser omnidireccionales, es decir, que captan con igual intensidad
los estímulos sonoros provenientes de cualquier parte del espacio, y por ello no
seleccionan.
Los micrófonos direccionales o cardioides captan con mayor intensidad los sonidos
provenientes de una dirección dada, con lo cual ejercen un proceso de selección. Los
micrófonos ultradireccionales, que captan solamente los sonidos que provienen de un
campo muy estrecho, ofrecen una mayor selectividad.
La capacidad de selección puede acentuarse o bien acercando el micrófono a la fuente
que deseamos seleccionar, o bien orientándolo en esa dirección.
El tiempo, y los elementos del mismo que analizamos, son trabajados en dos momentos
y mediante dos grupos de instrumentos.
En una realidad producida las conductas son, en última instancia, teatralizadas, ya que
se generan ex-profeso para la construcción del programa. Cuando, por el contrario, se
trabaja con una realidad reproducida, es necesario cuidar en extremo el plano y el
encuadre, para que el destinatario del programa tenga una posibilidad de observación
clara de las conductas que, en la realidad, pueden estar enmascaradas o ser confusas.
Las conductas pedagógicas, en particular, pueden llegar a diferir mucho de las conductas
reales. En este caso es fundamental denunciar la alteración de la conducta en el mismo
programa, explicando la función didáctica de la alteración introducida.
0º
PROCEDIMIENTOS
Ángulo de Cámara 90º
PARA VER 180º
270º
CON LA CÁMARA Discriminación
Distancia Enfoque
Profundidad de campo Distancia Focal
Iris
Obturador Variable
Relación Iluminación
Fuente –Cámara – Sujeto Fondo Contraste
Intensidad luminosa
Contraste color
Textura
Enmascaramiento
Refuerzo
Sustracción
Efectos de distintos objetivos en la Percepción Aparente: Distancia focal, tiempo.
- Distancia focal, tamaño aparente.
- Distancia focal Perspectiva
Eje de acción
ESPACIO - TEMPORAL
Acción
Elipsis temporal
Desenfoque – enfoque
Desvanecimiento -
Vanecimiento
Efecto especial
Fundido encadenado
l. El primer elemento a tomar en cuenta para un análisis crítico del ritmo y del movimiento
y, más aún, para una propuesta productiva, es la relación existente entre la cantidad de
información y el tiempo durante el cual se la expone. Aquí es necesario añadir a la
cantidad otros elementos: la novedad, la posibilidad de reconocimiento, la calidad de la
percepción o del tratamiento que lleva a ella, la reiteración, etc.
Durante la edición, y siempre y cuando los registros originales lo permitan, o hayan sido
realizados en base a un guión que prevea los resultados que se quieren obtener, la
sensación de movimiento puede ser manejada en base a algunos elementos:
a. La misma duración de toma parece mayor para un plano de detalle que para un
plano general, por lo que una sucesión de planos cortos parece tener menor
movimiento o velocidad que la misma duración con planos largos.
b. Independientemente del plano, y a igualdad de duración, las tomas con
movimiento interno parecen durar menos que las que no lo tienen.
c. Independientemente de la duración y del plano, los niveles de re-conocimiento
y/o des-conocimiento del contenido de la imagen, modifican la sensación subjetiva
de velocidad o movimiento. Para tiempos iguales una imagen conocida parece durar
más que otra desconocida.
d. De los enlaces básicos que manejamos, el Corte Directo genera mayor
sensación de velocidad que el Fundido Encadenado o a Negro. Pero el Fundido
Encadenado genera situaciones de movimiento que están en relación a su duración.
Para duraciones menores a un segundo tiende a parecerse a un corte directo.
e. Si la pista sonora incluye música, su propio ritmo reforzará o contrarrestará el
generado como sensación por la pista de video.
f. Los primeros planos sonoros tienden a generar sensaciones de mayor
movimiento.
Estos programas, en general, no han sido producidos para informar o educar. Muy por el
contrario, y sin que necesariamente sea una tendencia explícita, son producidos para
ocultar la información básica, para enmascararla, para tornar al receptor en un individuo
capaz de formar sus propias opiniones a partir de una descripción ordenada y sintética de
una parte de la realidad.
Por ello, y como parte de una concepción manipuladora de la información, el ritmo y los
movimientos suelen ser ágiles, rápidos, perturbadores, casi alucinantes.
El uso injustificado de cortes, efectos y pistas de audio con muy alto nivel, sólo tienden a
contribuir a separar la imagen audiovisual de la realidad que podría, y debiera representar.
Finalmente debemos reiterar que nuestro tratamiento de movimiento y ritmo están ligados
a dos factores fundamentales: el Interlocutor y su cultura, y la información o conocimiento
a transmitir mediante el programa audiovisual.
Por ello, para la práctica de la Pedagogía Masiva Audiovisual, movimiento y ritmo no son
elementos a ser considerados como básicos. Es la densidad informativa, la cantidad
de información expuesta por unidad de tiempo, el elemento básico a considerar en
la producción pedagógica. Del tratamiento adecuado de este elemento, densidad, en
función de la cultura del interlocutor y de una estructuración de los contenidos adecuada a
sus modelos de aprendizaje, aparecerá en el programa un determinado movimiento; se
observará quizás, un ritmo, pero ambos serán derivados del tratamiento pedagógico y no
propuestas apriorísticas destinadas a la manipulación.
Hemos denominado profundidad de campo al espacio que, antes y después del punto
de enfoque, aparece nítido en la imagen.
• A menor distancia focal del objetivo (gran angular), mayor profundidad de campo.
• A mayor distancia focal del objetivo (teleobjetivo), menor profundidad de campo.
• A menor distancia cámara-sujeto, menor profundidad de campo, con el caso extremo
de posición macro.
• A mayor distancia cámara-sujeto, mayor profundidad de campo, hasta poner en foco
el infinito.
• A iris (diafragma) más abierto, menor profundidad de campo.
• A iris (diafragma) más cerrado, mayor profundidad de campo.
• A mayor velocidad de obturación (desde luego en cámaras o camescopios dotados de
sensor, CCD y no de tubo), menor profundidad de campo.
• A menor velocidad de obturación, mayor profundidad de campo.
PROFUNDIDAD DE CAMPO:
P
+ P
Distancia Focal C +
Distancia
Cámara - Sujeto
-
GA TO 1 5 10
P
P +
C+ Iris Velocidad de
obturación
-
CERRADO ABIERTO 1/10000
1/60
Direccionalidad
Curva de respuesta
(respuesta a la frecuencia)
Selección y Discriminación
(Registro de audio) Intensidad de la fuente
Interior
Condición de Registro
Exterior
Al analizar aquellos parámetros del tiempo que nos interesan para la construcción de
mensajes destinados a procesos de comunicación para el desarrollo, encontramos
que, en la realidad, o en la percepción que nuestro cerebro tiene de la misma,
existen algunas características:
Manual - Empalme
EDICIÓN
(Magnetoscopio – Magnetoscopio)
Proceso
de
Edición
Empalme
Programada Video
Inserción A1
(Pulso de huella Audio
o código de tiempo) A2
Corte directo
Fundido encadenado
Enlace Cortinas
Vanecimiento – desvanecimento color
PP
Audio
PM
Enlaces
PF
Existen dos definiciones operativas del guión, ambas válidas y utilizables para los
procesos productivos.
Curso: Tema:
Clase:
Unidad de Producción:
hoja nº
Tom Se Tiemp
Video Audio Obs
a o
t:
ta:
t:
ta:
t:
ta:
En segundo lugar, los enlaces (E) y método a seguir para obtener la transición entre
tomas, entre secuencias y entre unidades temáticas.
En tercer lugar, el tiempo; la duración de cada toma (t) y la duración acumulada (ta), que
nos permitirá elegir la duración de los registros (cuidando los márgenes de seguridad
para edición) y nos proporciona una idea aproximada de la duración del programa.
Al lado de la toma se indica la secuencia (sec) a que pertenece cada grupo de tomas.
Dado que el guión explicita las tomas que es necesario registrar, así como la gráfica que
se debe producir, se manifiesta como un instrumento que permite racionalizar la
producción.
Contar con el guión permite realizar el "desglose de producción", es decir, agrupar las
tomas o procesos realizativos sea por su localización geográfica, sea por sus
características comunes. Determinar todas las tomas que es necesario realizar en un
lugar, permite no tener que volver al mismo reiteradas veces. Agrupar la gráfica, en base
a sus diversos tipos (signos, gráfica animada, computarizada, etc.) permite racionalizar
su producción.
Contar con el listado completo de tomas, facilita la indicación de las ya obtenidas y las
faltantes, permitiendo así un cálculo o programa más ajustado del proceso de realización
del programa.
Pero, además, el guión garantiza que el programa se realiza como objetivación concreta
de las ideas que lo generan, y no como capricho realizativo derivado de la improvisación.
Es la existencia del guión el que prioriza el uso de las neuronas sobre el abuso de los
electrones.
Encuadre:
Encuadre está referido al volumen, a la relación que guardan entre sí los objetos que se
presentan en la pantalla.
Para el encuadre se deben tener en cuenta los siguientes criterios:
Otro elemento que debe ir a facilitar la percepción del Programa es el referido a los
movimientos de cámara. Esos deben realizarse, en lo posible:
. De izquierda a derecha, y
Normas de Producción:
. Referidas a selección (plano)
.. Formato
.. Márgenes de seguridad
. Referidas a discriminación
.. Normas de legibilidad
.. Escalas de grises
.. Brillos y contrastes
Nivel de Percepción:
El conocimiento del hombre se inicia con la percepción de la realidad. Esta percepción
conlleva a una selección y discriminación automática del objeto de interés, es decir,
determina un espacio de conocimiento (selecciona) y, lo diferencia de los demás
(discrimina).
El Programa es la síntesis pedagógica audiovisual que facilita un proceso de adquisición
de conocimientos. Este proceso se inicia con la percepción de imágenes y sonido,
presentados en la pantalla, lo selecciona y discrimina, el Programa debe presentar
imágenes y sonidos ya seleccionados y discriminados, evitándole al interlocutor un
esfuerzo adicional que dificulte la comprensión.
Por otro lado, también hay que evitarle al interlocutor la dificultad que introduce el equipo
como intermediación tecnológica.
El guión por tanto, debe expresar en este nivel de percepción planos y encuadres que
faciliten la aprehensión de los contenidos, que permitan dar solamente información
significativa, y normas de producción que enmarque y disminuyan el problema de la
intermediación tecnológica.
Nivel de Comprensión:
Está referido al tratamiento pedagógico, de las imágenes y sonidos seleccionados. Para
esto, se tienen en cuenta los criterios de adquisición de conocimientos De lo concreto a
lo abstracto. Este criterio se traduce a nivel de lo audiovisual, en el uso de los diferentes
niveles de abstracción, que son:
. Imagen de la realidad
. Palabras (primer nivel de abstracción). Se utiliza cuando la imagen por sí sola no
transmite todo el contenido o, cuando es necesario reiterar la información.
. Gráficos, es un nivel mayor de abstracción. Dentro de estos, tenemos también
diferentes niveles de abstracción:
Maquetas Dibujos Esquemas
. Número y sus relaciones. O sea, que vamos a partir de lo que pueden ser sus
experiencias sensoriales concretas, mostrándole la realidad y luego vamos a proceder a
pasos cada vez mayores de abstracción. Primero la realidad tal cual es, su imagen y su
sonido ambiente, luego un primer nivel de abstracción, la palabra hablada que añade a
esta realidad algunos elementos que no son percibidos directamente. Luego la
abstracción numérica si hace falta.
. De lo conocido a lo desconocido. Se trata de usar los códigos del interlocutor; es decir,
de que en principio, las imágenes y los sonidos sean familiares al interlocutor.
. Por aproximaciones graduales. Es decir, que para pasar de un plano general a un plano
detalle, se debe pasar por planos intermedios o usar el varifocal y viceversa.
. También hay que anotar que el guión debe expresar una integración entre el sonido y la
imagen, ninguna de las dos puede ser gratuita o innecesaria; si alguna de las dos es
gratuita, aparece como ruido, pero si falta alguna de las dos cuando es necesaria,
aparece como ruido por defecto.
Procedimientos de Enlace.
Los cursos pueden estar divididos en bloques -formado por varias clases cada uno- o
directamente en clases. La clase es la unidad productiva y de capacitación -cada clase
representa un proceso de enseñanza aprendizaje- y también, por ahora en la mayoría de
los casos, la unidad temporal audiovisual.
Es evidente que tenemos dentro de una clase audiovisual sub-unidades bien definidas
que requieren procedimientos diferentes.
2. El enlace audiovisual entre secuencias requiere también una pausa que haga
posible el repaso mental de la acción o proceso, pero por tratarse de la secuencia
de una parte de la idea que se desarrolla, no deben haber lapsos prolongados
que interrumpan o descontinúen la exposición de la totalidad.
Primera sesión
1. ¿Se ha presentado y ha hecho presentarse a los participantes?
2. ¿Ha pedido a los participantes sus expectativas con respecto al curso?
3. ¿Ha explicado los contenidos del curso y de cada clase y el valor de uso de cada
uno?
4. ¿Ha planteado los límites de acción del conocimiento que pretende compartir el
curso?
5. ¿Ha explicado los elementos didácticos que utilizará en el desarrollo del curso?
6. ¿Ha explicado los aportes que deben realizar los participantes?
7. ¿Ha explicado el por qué de los apuntes?
8. ¿Ha explicado cómo se evaluará el curso, si hay evaluación?
9. ¿Ha planteado, si lo hay, el seguimiento a la actividad pedagógica?
10. ¿Ha realizado la síntesis de los avances hasta el fin de la clase?
11. ¿Ha avanzado el contenido de la siguiente clase?
Clases subsiguientes
1. ¿Recapituló lo visto hasta el momento?
2. ¿Vinculó el tema de la clase con las otras y otros temas?
3. ¿Se avanzó el contenido de la clase?
4. ¿Se explicó el valor de uso de dichos contenidos?
5. ¿Se explicaron los "por qué" científicos de los "cómo" tecnológicos?
6. ¿Se explicaron, al utilizarlos, los nuevos códigos necesarios?
7. ¿La duración de la clase es adecuada al nivel del participante?
8. ¿Ha preparado todos los elementos didácticos que utilizará?
9. ¿Se ordenó de lo general a lo particular?
10. ¿Se ordenó de lo simple a lo complejo?
11. ¿Se ordenó de lo conocido a lo nuevo?
12. ¿Se ordenó de lo fácil a lo difícil?
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13. ¿Se ordenó de lo concreto a lo abstracto, por pasos crecientes?
14. ¿Se pasó de la inversión baja a la inversión elevada?
15. ¿Se hicieron los resúmenes y reiteraciones necesarios?
16. ¿Se obtuvieron conocimientos de los participantes para llevarlos a un nuevo nivel?
17. ¿Se indujo a los participantes a situar los nuevos conocimientos en su actividad
productiva?
Clase 1. Introducción
Si bien la toma tiene una definición bastante precisa, no sucede lo mismo con el resto de
los elementos.
Salvo los casos de cierto nivel de indefinición, cuando se introducen efectos a partir de
los cuales se origina la toma siguiente, o cuando aparecen sobreimpresiones de
dimensión y duración significativas, la toma se define como: porción de información
audiovisual que corresponde al tiempo útil para edición entre la puesta en marcha y la
detención del magnetoscopio.
Pero la definición de secuencia ya tiene que ver con el contenido del conjunto de tomas,
o toma, que la conforman. Y aquí la definición ya no es mecánica, operativa, sino que se
relaciona con la información pedagógica que deseamos transmitir.
Con el desarrollo de los estudios teóricos sobre el cine, hace algunos años se definió
una sistemática para las secuencias o sintagmas.
Esta sistemática, que tratamos de utilizar durante un breve tiempo, resultó inadecuada
para nuestros propósitos.
Este modelo no deriva de una simple reflexión teórica, sino que ha ido apareciendo como
necesidad de la práctica productiva, necesidad compartida por la mayor parte de los
Pedagogos Audiovisuales.
El modelo propuesto considera tres secuencias diferentes, clasificación derivada de los
diferentes ejes que rigen la construcción de las mismas y que, en cierta forma, se
relacionan con el tratamiento de las pistas de audio y video y los contenidos pedagógicos
que pueden, o deben, volcarse prioritariamente a cada una de ellas.
Secuencia descriptiva
Este tipo o modelo de secuencia toma como eje la necesidad de transmitir al interlocutor
información relacionada con el espacio y los sujetos y objetos que en él se encuentran. O,
si se trata de un sujeto o de un mecanismo cualquiera, la información que permita
conocerlo o reconocerlo, aislado o en el contexto que le es habitual. Pero, aunque sujetos
y mecanismos suelen estar activos y por lo tanto, en la relación de los primeros con los
Secuencia narrativa
Este segundo tipo o modelo de secuencia, toma como eje la necesidad de informar al
interlocutor acerca de las "conductas" (tomadas en el más amplio sentido), como
elemento regido por el tiempo, por el acontecer en la realidad y por el orden que la misma
fija. Ya no se trata de describir, sino de que los elementos descritos muestren las
relaciones que los ligan en función de los procesos a los que se integran.
Ello tiene que ver, y toma como eje fundamental, el tiempo. Y ello en forma independiente
de que el tiempo, y el orden del programa sean pedagógicos y no reales.
Es evidente que los procesos no pueden ser observados en forma independiente total del
reconocimiento de los elementos que en ellos operan, y por lo tanto la narración incluye,
indefectiblemente, elementos descriptivos. Pero éstos ya no constituyen el eje de
construcción de la secuencia. El orden de las tomas está predeterminado por el orden
pedagógico de las acciones y no por el espacio en que éstos se desarrollan.
A esta secuencia la denominamos "narrativa". En ella la selección de los planos se
encuentra condicionada solamente por los requerimientos de discriminación, y el orden
de las tomas está regido por el proceso mismo que se trata de narrar.
Pero con determinada frecuencia aparece la necesidad de un tipo de secuencia que, en
sí, no es posible clasificar en ninguno de los dos grupos anteriores.
Secuencia conectiva
Cuando necesitamos establecer relaciones entre las dos anteriores; cuando requerimos
de un resumen que, aún siendo una narración sintetizada, no tiene por qué guardar el
orden de los contenidos resumidos en ella; cuando planteamos la síntesis final de un
programa o curso, en la cual no es la descripción de espacios, ni la narración de
procesos el concepto básico a transmitir, sino una abstracción establecida sobre la base
de otras informaciones. En estos casos utilizamos un tipo diferente de secuencia, en la
cual el espacio y la acción son elementos secundarios del contenido conceptual, de nivel
de abstracción superior al que aparece en la descripción y en la narración.
A este tipo de secuencias se las denomina "conectivas". Es claro que en ellas hay
elementos, o tomas, que corresponden a otras secuencias, pero no son ellas las que
marcan el eje de la secuencia conectiva. El eje está dado por un conjunto de
informaciones abstractas que permiten lograr, o al menos intentar, un nivel de
conceptualización en el interlocutor.
Desde el punto de vista de la integración de las pistas de audio y video el tratamiento de
las diferentes secuencias plantea problemas y soluciones diferentes.
De la definición antes dada de las secuencias descriptivas y narrativas, queda claro que
el sonido ambiental puede ser requerido, y significativo en ambos tipos de secuencia.
Que en ellas la palabra es ya un primer nivel de abstracción, con una cierta capacidad de
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síntesis, que aportará a la imagen aquellos elementos que la imagen, por sí sola, no
puede explicar. Otra función de la palabra en ambos casos es la de refuerzo, o
reiteración, para la información transportada por el video.
En el caso de las secuencias conectivas, y a menos que podamos producirlas mediante
abstracciones gráficas -en cuyo caso la palabra podría también ser reiterativa- el peso de
la información recae sobre la palabra, dado el mayor nivel de abstracción de dicha
secuencia. En estas secuencias es donde la imagen visual puede resultar alusiva o
reiterativa de los contenidos explicitados por la palabra.
En la aplicación de estas propuestas debemos tener en cuenta un dato fundamental: la
necesidad de formular sistematizaciones, modelos teóricos, o hipótesis de operación, no
deben significar en modo alguno atarse a sistemas que limitan el proceso pedagógico.
Cualquier sistemática, o modelo, debe probarse en la práctica productiva para, en ella,
corroborarla o refutarla.
%T SECUENCIA EXPRESA
36. ANIMACIONES
son inaccesibles, por razones técnicas, económicas o culturales, o bien, deben mostrar
relaciones causa-efecto, o contradicción, o ponderales, cuando en la realidad se
encuentran aislados o distantes.
Por las mismas razones optamos por la animación. Pero existen diversas posibilidades
para esta técnica y el peso del trabajo puede volcarse en forma preferencial hacia dos
5. El caso más notable se dio en el área de la gráfica. Desde los primeros CIPAV se
insistió en la necesidad de la producción de artes gráficas con elementos naturales, y en
el tercero se incluyó una parte de dibujo elemental. Pero estos intentos no fructificaron.
9. Gran parte de las gráficas pueden ser realizadas mediante témperas, a mano alzada;
mediante plumones con pautado de líneas; con letras recortadas en cartulina; con letras
de cuero ya existentes; con cartulinas recortadas y/o caladas.
Márgenes de Seguridad.
Cuando, a ojo desnudo, miramos alrededor para fijar nuestra atención en un punto, y
verlo, no existen casi restricciones al área que abarca la mirada. Podemos girar la
cabeza, el cuerpo, y llevar nuestra atención hacia puntos que se encontraban en la
periferia. La percepción de conos y bastones, las indicaciones llevadas al cerebro y las
órdenes que éste envía a los músculos correspondientes, permiten concentrar la
imagen de aquello que queremos ver sobre la fóvea.
Cuando producimos una imagen audiovisual y la observamos en la pantalla del
monitor o del televisor, aparecen restricciones derivadas de la tecnología.
Como ya vimos la imagen es producida por un pincel, o haz de electrones (tres si se
opera en color), que se proyecta en forma de barrido lineal, alternado y entrelazado, y
con diferentes intensidades para cada punto de dichas líneas sobre los diversos
puntos de la pantalla que emitirán luz en proporción a la intensidad del haz. Pero antes
de llegar a esa etapa de reproducción hubo que transformar la luz que llegó al tubo, o
al sensor, en variaciones de uno de los parámetros de la corriente eléctrica; a
continuación esas variaciones fueron llevadas, ya como energía magnética, a una
cinta; en general la cinta ha sido editada, con lo que llegamos a una segunda
generación; de la matriz se hace una submatriz y, de ella, las copias. Estamos ya en
una cuarta generación de señales. En todos esos procesos pueden introducirse
errores. La estabilidad de los equipos modifica ligeramente algunos elementos. En
resumen, la imagen final que observamos en pantalla no es, necesariamente, lo que la
cámara observó y lo que el comunicador vió en el visor de la cámara.
Contrastes.
Nuestros ojos perciben el mundo exterior porque en él existen objetos que emiten luz,
u objetos que reflejan la luz emitida por otros. La luz, emitida o reflejada, llega a la
retina y ahí se inicia la conformación de las imágenes. Dejamos de lado el análisis fino
de las funciones diferenciales de diversos haces neuronales, al parecer especializados
en la percepción del movimiento, de las diferencias de forma, etc., y vamos a
considerar el proceso global.
Percibimos un objeto que emite luz porque a su alrededor hay otros que no lo hacen.
Podemos percibir una estrella contra un fondo oscuro, pero cuando la densidad de
estrellas aumenta ya no percibimos una estrella sino un cúmulo en el cual no es
posible diferenciar ninguna.
Percibimos un objeto que refleja luz por dos razones. La primera es que las diversas
partes que lo integran reflejan cantidades diferentes de la luz que reciben. La segunda
es que sus diversas partes reflejan luz de diferentes calidades o colores. Lo más
frecuente es que los varios elementos que componen un objeto reflejen diferentes
cantidades y calidades de la luz que les llega desde una fuente de iluminación.
A estas diferencias de cantidad de luz, o de color, es a lo que denominamos contraste.
Dos cuerpos que no tienen contraste entre si, no son diferenciables.
El camuflaje que practican algunos animales, insectos, reptiles y militares, tiene como
objeto reflejar la luz que reciben con los mismos colores e intensidades que tienen los
objetos que los rodean, de forma tal que se mimetizan con el ambiente y no son
diferenciables del fondo sobre el que se encuentran. Es decir, han reducido los
contrastes que permitirían identificarlos al diferenciarlos del contexto.
El ojo tiene una formidable capacidad para diferenciar tanto intensidades como colores,
si bien para los últimos encontramos un alto porcentaje de la población que sufre de
daltonismo, total o parcial, que le impide diferenciar algunos de ellos. Pero, cuando los
contrastes son débiles, el ojo y el cerebro deben realizar un procesamiento más
cuidadoso de los estímulos para lograr la diferenciación necesaria. Y cuando los
contrastes son excesivos, aparece un proceso de fatiga en la percepción de los
estímulos más fuertes. En ambos casos estamos haciendo más difícil la percepción de
los sujetos u objetos, o si el contraste es excesivo, impidiendo la percepción de las
partes con menor estímulo. Sea como fuere, tanto el exceso como la carencia de un
Si son los estímulos los que, por contraste con la carencia o debilidad de otros, van a
ser procesados por el sistema nervioso, cada vez que producimos signos
alfanuméricos, o dibujos de una gráfica, los signos y los dibujos deben tener un
estímulo luminoso más fuerte que el fondo sobre el cual los dibujamos. Símbolos
luminosos sobre fondos oscuros, sin estímulo. De esta forma logramos que el estímulo
acompañe a la información y reducimos la fatiga en el proceso de percepción. Lo
aconsejable, por experiencia, son los siguientes contrastes entre los signos y el fondo:
Símbolo Fondo
Legibilidad.
Cuando se nos enseña a leer, sea partiendo de reconocer las letras y agruparlas para
obtener fonemas y palabras, o bien partiendo del reconocimiento de frases completas,
aunque simples, para después analizar sus elementos constitutivos, se lo hace
compartiendo implícitamente ciertas pautas y condiciones. Las primeras letras son
grandes y simples. Las primeras frases son sencillas y breves. A partir de su
asimilación, se avanza en los niveles de complejidad en forma gradual y creciente.
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Atados como estamos a ciertos procesos tecnológicos, usamos papel blanco y tintas
oscuras, de tal forma que recibimos gran cantidad de estímulo de luz reflejada por una
superficie que no nos dice nada. Es la carencia de estímulo la que debemos leer como
signo o símbolo. Ya hemos visto al hablar de los contrastes la forma más eficiente de
lograrlos en función de reducir la fatiga de la lectura.
Hemos visto también cómo la intermediación tecnológica introduce sus propios niveles
de ruido tanto en la producción como en la reproducción de los mensajes. Esto vale,
con mayor razón, para los textos y gráficas que debemos producir. Pero esta
intermediación también nos ofrece algunas oportunidades que debemos aprovechar.
Una de ellas es que podemos poner las cosas en "blanco sobre negro" haciendo
coincidir el estímulo con la información, y no, como es habitual, en "negro sobre
blanco".
Hemos definido el "área de visión distinta" frente a una pantalla de televisión y, en
función de ella, la cantidad de participantes en la observación de un programa.
Las normas de legibilidad tienden a asegurar que, independientemente del grado de
acuidad visual, de las diversas limitaciones en la vista que pueden tener los
participantes, y de las condiciones particulares de observación (luz ambiente), todo
texto y toda gráfica que colocamos en la pantalla, son perfectamente distinguibles, sin
fatiga, en toda el área de visión distinta.
En general, la pantalla admite un máximo de ocho renglones o líneas dentro de los
márgenes de seguridad. Cada línea no debe tener más de veintidós signos, incluidos
los espacios, en los mismos márgenes. Desde luego hablamos de una pantalla de
televisión, y no de la dedicada a la observación de diapositivas o cine.
Lapsos.
Densidad y lapsos.
En un mismo texto encontramos párrafos que estamos obligados a releer, y otros que
no lo requieren. Un cuadro de la época cubista de Picasso, requiere mucho más
tiempo de contemplación que su paloma de la paz. Un cuadro de Bosch también
necesita un lapso más prolongado de observación que uno de Van Gogh. Hay
películas que sólo disfrutamos en forma total en una segunda observación, como
sucede en general con las de Tarkovski, pese a que usa con frecuencia tomas-
secuencia lentas y de larga duración. Existe mucha mayor densidad informativa en
una catedral gótica que en una románica, y en la casa de un narcotraficante que en la
choza de un campesino. Es mucho más denso el lenguaje de los leguleyos que el de
las coplas, aunque no pueda decirse que aquel es más rico que el de éstas.
Niveles de registro.
Ya hemos visto que para una correcta percepción audiovisual debemos superar
umbrales mínimos y no llegar al nivel del dolor. También vimos que las diferencias
entre las mayores y las menores intensidades luminosas, en una misma toma, deben
estar acotadas y limitadas.
Planitud y relieve.
Una parte sustantiva del aprendizaje del niño consiste en la construcción mental de un
mapa del mundo que lo rodea. En sus primeras etapas un elemento importante en la
construcción de este mapa está dado por el tacto. El niño se lleva a la boca todo
aquello que encuentra con las manos. En ese momento cualquier objeto ocupa un
ángulo de visión grande, dentro del ángulo total. En algún momento el mismo objeto es
percibido y deseado, pero se encuentra lejos. El niño tiende la mano y no lo alcanza. Y
en ese momento el ángulo que ocupa en la mirada es menor que el que ocupaba
cuando contactaba la boca.
Comienza así a codificarse que un objeto de tamaño conocido, a través del tacto,
cuando es visto con un tamaño menor, es porque se encuentra fuera del alcance de la
mano, es decir, lejos. Tamaño aparente y distancia relativa comienzan a formar parte
de la percepción codificados en forma conjunta. Refuerza esta codificación la
necesidad de modificar la curvatura del cristalino y la convergencia de los dos globos
oculares para obtener una imagen nítida.
Son varios los elementos utilizables. Desde luego desenfocar todo lo que no es el
objeto o sujeto que conlleva información significativa. También podemos modificar la
iluminación, para que el sujeto u objeto reflejen más luz que el fondo y sean más
fácilmente perceptibles. En las grabaciones en estudio, existe un componente de la
iluminación, el artefacto que proporciona la luz de despegue, destinado a recrear
sensación de relieve. En el caso de objetos inanimados, como edificios,
construcciones, etc., realizar la toma con un ángulo que se aparte de la visión
perpendicular (cero grados) al menos 35 grados, hará que las partes más próximas se
vean ligeramente mayores que las más lejanas. Como sabemos que el edificio no se
reduce con el alejamiento, contribuimos a recrear sensación de relieve.
8. Sea cual fuere el procedimiento audiovisual adoptado, es claro que la duración del
Resumen no debe superar los dos minutos como máximo y que la Síntesis debe
explicitarse en un lapso del orden de los 20 a 45 segundos.
Si estas son las dos últimas secuencias del programa, se logrará que esta reiteración de
los contenidos básicos sea la etapa final con más posibilidades de fijarse en la memoria,
y previa a la realización del trabajo práctico o análisis interpersonal que permitirán la
internalización del conocimiento que se trata de transmitir.
Con mucha frecuencia, casi diríamos excesiva, hemos tenido confrontaciones acerca de
la calidad de los programas pedagógicos audiovisuales producidos. Hubo, en cambio,
pocas observaciones acerca de los otros componentes del Paquete Pedagógico, entre
los cuales, las Guías del Participante y Pedagógica, son también pasibles de críticas y
han sufrido una evolución constante.
Sin embargo hemos rechazado, a veces con dureza, ciertas críticas superficiales y
generalizantes, sobre todo cuando no tenían en cuenta el contexto real, concreto,
operativo, en que se ha desarrollado la producción del material.
Hemos sostenido desde el comienzo de las actividades que "cada Curso debe ser mejor
que los anteriores y peor que los siguientes". Es decir, nos preocupó desde el inicio, más
que los niveles absolutos de calidad formal, medida con los parámetros que fuera, la
tendencia al incremento de la cualidad de los productos.
Y hemos repetido hasta el cansancio que los primeros Cursos, y aún algunos más
recientes, eran francamente regulares y malos. Pero sólo la reflexión conjunta con
aquellos para los que fueron producidos nos permitió mejorarlos gradualmente. Basta
comparar un curso producido en 1976, "Salud de la Mujer durante el Embarazo y el
Parto", con el Curso "Volver a hacer Waru Waru" producido en 1986. Pero nunca hubiera
sido posible hacer este último si no hubiéramos aceptado con realismo y con optimismo,
las deficiencias del primero, para superarlas en la práctica concreta de la Pedagogía
Masiva Multimedial con campesinos.
Cuando iniciamos las actividades se nos planteaban dos alternativas con respecto a la
calidad: o bien empleábamos dos o tres años en formar al personal, para que sus
primeros productos tuvieran un nivel de calidad de medio a alto; o bien producíamos los
primeros cursos un pequeño grupo de gente con experiencia mientras los demás
actuaban de espectadores. Optamos por sacrificar la calidad al proceso de formación de
un gran grupo de contrapartes, ya que a nuestro entender esa era una de las funciones
fundamentales del Proyecto: enseñar a hacer, más que hacer por cuenta propia.
Pero veamos ahora el problema de la "calidad". ¿Quién la define?, ¿en qué términos?,
¿desde qué perspectiva?, ¿con qué parámetros?
Durante muchos años toda la televisión trabajó en blanco y negro, y pocas veces se dijo
que tuviera baja calidad o nivel de discriminación. Y los primeros programas de color
producidos y transmitidos en los Estados Unidos tenían tan bajo nivel de calidad que la
norma, NTSC fue interpretada como "never twice same colour" (nunca dos veces el
mismo color). Y sin embargo la entrada a la era del color fue recibida como un paso
gigantesco.
Tomemos ahora otro ejemplo, el del ritmo de los programas. Casi todas las críticas en
ese aspecto, se efectúan desde la óptica particular de comparación de los programas de
Pedagogía Multimedial, con los programas de la televisión comercial.
Cuando una persona se ha sentado frente a una pantalla durante muchas horas por día,
a través de sus, cortos o largos, días de vida y ha estado expuesta a mensajes
audiovisuales de carácter recreativo, informativo o simplemente manipulativo, no le es
fácil salir de este molde y considerar la pantalla como instrumento para compartir
conocimientos. Exige, entonces, vivacidad, ritmo, sorpresa, emoción, atractivo, etc., que
son algunas de las características para las cuales ha sido educado, sin decírsele
explícitamente, durante sus largas horas de "teleadicto".
2. Reiterar pedagógicamente los puntos clave del conocimiento que se expone, sin caer
en redundancias.
Desde nuestro punto de vista estético, nada más bello que un mensaje compartido con
interlocutores campesinos; y pocas cosas tan tristes como la autoexpresión
incomprendida al intentar que otros sientan como bello lo que sólo nosotros sentimos
como tal.
Hasta tanto no se avance más en las investigaciones que el Proyecto está realizando
sobre nuevos modelos de estructura de Cursos Audiovisuales, los cursos de que se
dispone, tienen una estructura lineal.
Por otra parte, el Paquete Pedagógico incluye como cuarto elemento el trabajo práctico.
Este elemento tiene diferentes valores para el usuario: permite la internalización del
conocimiento, arroja resultados concretos, tangibles; y permite una mejor adecuación de
los contenidos a la propia realidad.
Pero el conjunto está estructurado para educar. Expone las problemáticas que se van a
encarar; explicita el posible valor de uso de las propuestas técnicas que se transmiten;
explica los por qué de dichas propuestas técnicas y desmitifica tanto el conocimiento
como la propia propuesta pedagógica.
Los Cursos Audiovisuales han sido producidos así para ser utilizados en determinadas
condiciones.
En este aspecto nuestra propuesta se enfrenta a una práctica tradicional muy arraigada:
el contacto puntual, esporádico y coyuntural con el productor, para proporcionarle
información aislada, discreta y oportuna para el momento productivo que está viviendo.
Esta práctica tiene su origen en las modalidades adoptadas por los sistemas tradicionales
de extensión, que tienen como "público objetivo", para utilizar su propia fraseología, al
productor de niveles medio y alto. Al productor con capacidad económica y nivel de
desarrollo suficientes como para incorporar nuevas propuestas tecnológicas sin arriesgar
su explotación.
Nuestro "interlocutor masivo prioritario", para usar nuestra propia fraseología, son el
campesino de subsistencia y el pequeño productor.
Pero, con excesiva frecuencia, dichos organismos, después de que les hemos formado el
personal que nos envían (que en general no ha sido seleccionado adecuadamente para
la tarea de capacitación audiovisual), sólo están interesados en cumplir metas y
presentar informes. El campesino es el objeto de sus planes y no el sujeto de sus
actividades. El Capacitador Audiovisual que les hemos formado no es descargado de
otras tareas; no se valora su formación porque no ha significado desembolso alguno; se
lo destina a otras actividades; no se le proporcionan ni viáticos ni transportes.
Una de las lógicas utilizadas para dicha vulneración, y que incluso es compartida por
algunos Pedagogos Audiovisuales, es la siguiente: el Trabajo Práctico es parte
imprescindible de la Capacitación Audiovisual; el Trabajo Práctico debe realizarse en el
período productivo correspondiente, por lo tanto se hace necesario fragmentar los cursos
para extraer de cada uno el tema correspondiente al momento coyuntural productivo. A
veces, incluso, esta lógica es llevada al proceso productivo de los Cursos Audiovisuales y
se extrapola la necesidad de realizar los registros cuando la realidad lo permite, a una
fragmentación similar para las etapas de libretos y guiones.
Si bien hay Trabajos Prácticos que sólo pueden ser realizados en períodos determinados
del calendario productivo agropecuario, todo Curso Audiovisual tiene trabajos que
pueden ser realizados en cualquier período del año. No podemos, ni debemos, negarle al
campesino una capacidad de educación que perdure más allá del momento del proceso
de enseñanza-aprendizaje.
El resultado no puede ser más que uno: el rechazo campesino a un proceso tan
manipulatorio y, por consecuencia, el rechazo de la Pedagogía Audiovisual ya
desvirtuada por la no observancia de sus propuestas metodológicas. Este rechazo,
manifestando directa o indirectamente, en formas muy diversas es el mayor riesgo que
enfrenta el modelo, ya que se origina en el que postulamos como usuario, interlocutor, de
nuestra propuesta.
En tercer lugar el Proyecto debe tener una activa participación en la selección del
personal que será formado como Capacitador Audiovisual.
Por último, y también a incluir como cláusula del Convenio, el Proyecto debe tener
capacidad para supervisar en términos eficaces, y no retóricos, el cumplimiento de todas
las actividades y de rescindir el Convenio en caso de incumplimiento de las cláusulas
relativas a la metodología y aportes.
Esta propuesta sólo deberá ser modificada cuando la experiencia reiterada y sistemática
con el interlocutor masivo así lo requiera.
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44. PEDAGOGIA Y TECNOLOGIA: ¿EL DEBATE?
Existe por parte de numerosos pedagogos una verdadera satanización de las tecnologías;
hecho curioso ya que en gran medida dichas tecnologías son un subproducto de los
procesos educativos.
En esos mismos grupos subyace, en el análisis, una presunción que pocas veces llega a
explicitarse, pensamos que debido a su propia incoherencia: que todo pedagogo,
maestro o profesor, tiene alto nivel de formación en la rama del conocimiento en la que
educa; tiene una buena formación y la adecuada actitud para el trato y relación con los
educandos y maneja la comunicación interpersonal con un buen nivel.
Desgraciadamente son pocos los que reúnen estos requisitos.
Existe por otra parte, un grupo más reducido aunque creciente, de ingenuos casi
aventureros que pretenden que la simple incorporación de las más modernas tecnologías,
llámense televisión o computadoras, son la solución para la problemática pedagógica
actual. Estos no satanizan sino que deifican la tecnología, y por ello tiene que ser la más
moderna, la más costosa, la más sofisticada, la más inasible e inmanejable. A
continuación y debido a sus dificultades, renuncian a su manejo, la ponen en las manos
de los "técnicos" que como tales pueden ser eficaces pero que, desde luego, no son
pedagogos, y claman finalmente por los fracasos de una tecnología que no ha sabido
diseñar y no han querido manejar.
Otra concepción errónea, pero muy compartida, es que un buen proceder pedagógico
tiene que ser liviano, agradable, entretenido, casi trivial, y es por ello que cuando gentes
sin calificación pero que manejan los medios tecnológicos incursionan en la educación,
producen banalidades so pretexto de educar.
Adquirir conocimientos equivale a adquirir poder. Y esta adquisición no se realiza sin
esfuerzo. El pedagogo puede facilitar, mejorar, racionalizar el proceso de enseñanza,
pero el esfuerzo de aprendizaje es personal e intransferible, ya que no se adquiere poder
sin esfuerzo.
El conocimiento no puede ser devaluado, con la disculpa de facilitarlo. Que los
educandos están mejor o peor dispuestos para el proceso, dependerá fundamentalmente,
de su conocimiento y comprensión del valor que lo que aprenden -y a veces con mucho
esfuerzo- tiene para ellos; de la calidad del pedagogo que dirija el proceso de enseñanza-
aprendizaje y de la estructura y de los instrumentos utilizados para la exposición del
conocimiento de los educandos.
Los instrumentos audiovisuales (y no incluimos entre ellos la televisión) no son más que
eso: instrumentos al servicio de objetivos pedagógicos. Herramientas del pedagogo, sí,
pero donde hay pedagogos. Porque donde no los hay, y faltan en exceso por todo el
mundo, quizá un buen uso de los instrumentos pueda contribuir a paliar el déficit de
pedagogos.
No incluimos la televisión entre los posibles instrumentos para la educación, y nos
referimos a la educación "sensu stricto", es decir a un proceso pedagógico controlado,
realimentado y con valor de uso para el participante en el proceso.
No la incluimos porque no ha reunido, hasta el momento, los requisitos mínimos para ser
considerada como tal. Cuando se habla de televisión educativa, lo sustantivo es la
televisión y lo educativo una simple adjetivación para tranquilizar conciencias.
No la incluimos porque el costo de los equipos que utiliza, las metodologías de
producción con que opera y el personal que la maneja no permiten una aproximación al
campo educativo.
Cuando hablamos de Pedagogía Audiovisual, lo sustantivo es la pedagogía y lo
audiovisual es lo instrumental. Y cuando hablamos de pedagogía audiovisual nos
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referimos al video: a equipos de bajo costo, a metodologías productivas racionales y
económicas y a personal diferente: hablamos de Pedagogos Audiovisuales.
Es más fácil enseñarle video a un pedagogo, que tratar, inútilmente, de enseñarle
pedagogía a un profesional de los medios.
En el mejor de los casos la llamada Televisión Educativa se ha limitado a usar el
instrumento, televisión, para transmitir clases tradicionales. La Pedagogía Audiovisual
requiere de una reestructuración pedagógica de la exposición, para utilizar al máximo el
potencial pedagógico de los instrumentos de video que emplea.
Pero, además, hay un viejo refrán campesino: "Si lo oigo, me olvido; si lo veo, me
acuerdo; si lo hago, lo aprendo". Las propuestas de la Pedagogía Audiovisual implican
unir al video, como elemento que facilita la comprensión y memorización de los
conocimientos, los materiales impresos, para la ejercitación y memoria permanente; y a
éstos el trabajo práctico como momento final de internalización del conocimiento cuya
comprensión ha sido facilitada por el programa audiovisual.
El análisis de los contenidos del proceso pedagógico, en función del valor de uso que
tienen para el participante; la estructuración de dichos contenidos, en función de los
conocimientos previos, de los modelos de enseñanza-aprendizaje y de la cultura
audiovisual del participante; la selección de los planos y los encuadres de cada toma,
para facilitar la comprensión eliminando la fatiga de nuevos procesos de selección y
discriminación; la utilización de códigos verbales e icónicos familiares para el interlocutor,
para facilitar su identificación con los contenidos, son algunos de los requisitos de la
Pedagogía Audiovisual.
Entender que estamos llevando al interlocutor imágenes planas de una realidad
tridimensional; imágenes tan sólo audiovisuales, de una realidad multisensorial;
imágenes ordenadas pedagógicamente, de una realidad cuyo orden es el del acontecer
cotidiano, son elementos básicos para que el Pedagogo Audiovisual maneje a los
instrumentos, en vez de ser manejado por ellos.
Operar con imágenes audiovisuales denotativas, que no dejen posibilidad a
interpretaciones diferenciales, en vez de tratar de manipular a los educandos apelando
connotativamente a variables culturales o psicológicas que con excesiva frecuencia
desconocemos, es otra de las pautas de la producción pedagógica audiovisual.
Fundamentar cada toma en el valor de uso que tiene para la secuencia; fundamentar
cada secuencia en el valor de uso que tiene para el programa; fundamentar cada
programa en el valor de uso que tiene para el curso; y fundamentar cada curso en el
valor de uso que tiene para el educando, son pautas básicas de la producción
pedagógica audiovisual.
Elegir el plano en función de la información significativa que debe contener para transmitir
la información pedagógica, para que no exista ni ruido por defecto (imagen incompleta) ni
ruido por exceso (imagen no significativa), son parte del manejo de la pedagogía
audiovisual.
Elegir el encuadre para que responda a dos requerimientos básicos: facilitar la
discriminación mediante adecuados contrastes forma/fondo; y reproducir la realidad tal
cual está habituado a percibirla el interlocutor del programa pedagógico, son elementos
básicos que maneja el pedagogo audiovisual.
Producir programas pedagógicos audiovisuales con un ritmo tranquilo, que permita al
interlocutor comprender y asumir toda la información que le proporcionan las dos
dimensiones del plano de la pantalla y la dimensión yuxtapuesta del mensaje verbal,
teniendo en cuenta, además, su nivel de "cultura audiovisual", o más bien, su nivel de
habituación, es otro de los planteos de la pedagogía audiovisual.