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Presentado por:
Carlos Andrés Pérez Flórez
Docente:
Ramiro Manjarrés Marquez
Sun Tzu escribe sobre el tema, y establece la doctrina para el ejército chino.
Posiblemente el estudio del autor en la manera de llevar las batallas y la guerra
misma, bien sea por la tradición del ejército chino o de la actividad personal
que dio como resultado la síntesis a su manera, con estilo propio, sencillo y en
apropiada secuencia, las instrucciones aprendidas mediante el tiempo, la
experiencia a disposición de todos.
En el ámbito personal puede aplicarse con las relaciones sociales que tenemos,
dándonos cuenta de quien realmente desea un bien con nuestra amistad, o la
forma en que nos trata, o ver simplemente si es una pérdida de tiempo, es decir
que no nos arrastra a nada bueno estar con ciertas personas.
Por tanto, este es un libro sobre la guerra; es una lectura instructiva la cual
busca comprender los orígenes de un conflicto y buscar una solución.
Mencionan en el primer capítulo: la mejor victoria es vencer sin combatir, nos
dice Sun-Tzu, y ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante
esos que son capaces de emprender de una manera sabia.
Prolongando el contenido del texto nos describe unos factores que aseguran el
éxito de cualquier estrategia, el primero de estos factores es la doctrina: que es
aquello que hace el equipo este de acuerdo con su líder, o de la manera que el
texto lo menciona pueblo gobernante.
El factor terreno muy importante esto involucra ver donde estas parado que es
lo que se tiene y en que te podría impresionar ya sea el cambio climático el
cual podría salir y terminar con la estrategia. Y por último el cuarto y el quinto
en los que está la superioridad y la disciplina estos son constituyentes muy
importantes debido a que de estos depende la constancia y la seguridad de que
lo que se está proyectando salga de la mejor manera.
A lo que nos molestaba ver un claro ganar-ganar, hace énfasis en que el uso de
la inteligencia militar es inevitable así como que también necesaria es la
autoevaluación, y hay que ver hacia adentro para no pecar de ignorancia al
cien por ciento a fin de que no hayan sorpresas insípidas tales como descubrir
que nuestras estrategias son inadecuadas o que no hay entendimiento de
nuestras capacidades y deficiencias.
Poder lograr esto como sabemos requiere de un juicio previo del enemigo, la
visualización de la confrontación desde ambos lados para poder intervenir,
pero algo muy importante para poder asegurar que mi ataque tendrá el éxito
esperado es mi capacidad de inducir al enemigo a una posición de desventaja,
lo cual es facilitado mediante el engaño.
Utilizar las debilidades del enemigo, estar al tanto sus capacidades para atacar,
defenderse, retardar y obtener refuerzos, es lo que debo conocer para poder
atacarle en el lugar y momento específico para obtener la victoria. El espionaje
y el engaño son herramientas claves.
Los artículos sobre el arte de la guerra son los tratados más antiguos
conocidos, en orden lógico y de fácil juicio, el autor desglosa la guerra en
todos sus factores, con imaginación nos permite asimilar el mensaje.
Hay que anticipar la tarea enemiga, para poder agredir sus esquemas y
estrategias planeadas, sorprenderlo y ganar la iniciativa. El cuidadoso
planeamiento para tomar las medidas permite obtener buenos resultados o al
menos poder adaptar satisfactoriamente a una situación cambiante, no
podemos dejarnos llevar por la impresión del momento.
Todos en la organización tenemos que estar sintonizados en la misma
frecuencia, la misma intención, objetivos y la voluntad de ayudar.
El conocer esa finalidad permite ser flexibles y actuar en combate en ausencia
de instrucciones, y sencillamente acomodarnos a las situaciones cambiantes.
Emitir las órdenes de forma clara, los planes complejos, y en cambio constante
no son bien asimilados, no se procede con confianza, más bien con indecisión.
Argumentos Este libro me pareció atrayente ya que todo lo que plantea fue
elaborado en una época muy atrás y todo lo planteado como la parte que decía
que “la mejor victoria es vencer sin combatir” esta frase nos permite deliberar
acerca de que no solo tienes que atacar físicamente a un oponente sino
psicológicamente para poder ganar si tener un esfuerzo.
La información que nos proporción será básica para reclutar agentes locales y
agentes infiltrados. Además podremos educar a nuestros agentes falsos para
que filtren información interesada al enemigo. Y, la misma fuente, facilitará el
trabajo de nuestros agentes destacados.
Para vencer (como hizo el emperador amarillo), hay que prosperar con las
virtudes del “yin” en su ala más fuerte, sin separarse de la ruta, y dejando a
retaguardia terreno estratégico.
Para poder someter al enemigo, todo el mando militar debe tener un solo
propósito y todas las fuerzas militares deben cooperar.
Cuando las señales de mando no están claras y las tropas no están habituadas a
recibir órdenes, su jefe debe cargar con la responsabilidad de los fallos.
Pero cuando las voces de mando están claras y las tropas no obedecen las
órdenes, los mandos intermedios (en este caso las mujeres que estaban al
frente) deben cargar con la responsabilidad de sus fallos.
Puedo decir que este libro me pareció muy importante ya que aparte de ser un
libro hecho para ganar una guerra o dar estrategias nos enseña a ser personas
ágiles, veloces, hábiles en todo así saldremos victoriosos no solo en la guerra
sino en todo ámbito porque el principal objetivo es la victorioso.