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UNIVERSIDAD REGIONAL DEL SURESTE

CAMPUS “ROSARIO”
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

DERECHO ROMANO II
UNIDAD IV
EL PROCEDIMIENTO FORMULARIO (IN IUDICIO)
Y PROCEDIMIENTO EXTRAORDINARIO
ENSAYO
ALUMNOS:
ERNESTO ALCALÁ VALDÉS
JOSE MARÍA MARTÍNEZ ARELLANO
DIANA LAURA TRUJILLO NARANJO
KARLA NAYELI VÁSQUEZ VÁSQUEZ

CATEDRÁTICO:
LIC. SALVADOR VILLALOBOS

GRUPO:
SEGUNDO SEMESTRE, GRUPO “A”

CICLO ESCOLAR:
ENERO-JUNIO / 2019

DERECHO ROMANO II 1
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 3
UNIDAD IV. EL PROCEDIMIENTO FORMULARIO. FASE IN IUDICIO ............................. 5
1. Tramitación ante el juez o ante el jurado .................................................................... 5
Exposición y defensa orales ....................................................................................... 6
Las pruebas ............................................................................................................... 6
Los alegatos............................................................................................................... 7
La sentencia............................................................................................................... 7
2. Ejecución ................................................................................................................... 9
Sobre la persona ........................................................................................................ 9
Sobre el patrimonio .................................................................................................. 10
La Bonorum Venditio................................................................................................ 10
3. Modalidades diversas .............................................................................................. 11
Bonorum cessio ....................................................................................................... 11
Bonorum distractio ................................................................................................... 11
Pignus ex causa iudicati captum .............................................................................. 11
4. Procedimientos especiales....................................................................................... 11
Recursos complementarios de la jurisdicción pretoria .............................................. 11
Interdictos ................................................................................................................ 12
Estipulaciones pretorias ........................................................................................... 13
Misiones in possesionem ......................................................................................... 15
Restituciones in integrum ......................................................................................... 15
5. El procedimiento extraordinario ................................................................................ 16
Caracteres y antecedentes ...................................................................................... 16
El pleito hasta el periodo de prueba ......................................................................... 19
La prueba................................................................................................................. 19
Sentencia ................................................................................................................. 21
Recursos .................................................................................................................. 21
Ejecución ................................................................................................................. 22
Costas...................................................................................................................... 24
CONCLUSIÓN ................................................................................................................. 25
Bibliografía ....................................................................................................................... 26

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INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia de la Civilización Romana existieron tres grandes
procedimientos utilizados para dirimir las controversias que se suscitaban tanto
entre ciudadanos romanos como entre extranjeros o peregrinos y los antes
mencionados; los cuales integran en conjunto su Derecho Procesal: el
Procedimiento de las Legis Actiones, el Procedimiento Formulario y El
Procedimiento Extraordinario.

En el presente trabajo abarcaremos los antecedentes, la creación y las


principales características de los últimos procedimientos citados, léase el
Procedimiento Formulario o Per Formulam, así como el Procedimiento
Extraordinario, la Cognitio o Extra Ordinem, destacando que este último, debido al
orden cronológico en que apareció, guarda muchos de los principios y caracteres
que actualmente rigen el Procedimiento Civil Mexicano, lo cual se debe al hecho de
pertenecer a la familia jurídica Romana — Germánica.

El Procedimiento Formulario posee un origen un tanto incierto, quizás fuera


de Roma, cercano al año 242 a.C.; mientras que el Extra Ordinem comienza a surgir
durante la época del Alto Imperio en Roma, aproximadamente entre el siglo 27 a.C.
y 476 d.C., aunque no se tiene una fecha específica en que este haya comenzado
a utilizarse desechando a su predecesor, la Per Formula.

En cuanto a las características y desarrollo de los mismos, guardan mucha


semejanza con entre el Procedimiento Extraordinario, y su predecesor el
Formulario; sin embargo, guarda una amplía diferencia el primero respecto de este
último en cuanto a la desaparición de las dos grandes fases del juicio conocidas
como In Iure y Apud ludícem, para convertirse en una sola fase durante la Cognítio.
Misma fase que seguirá de principio a fin un solo magistrado designado por el
Estado y ya no por las partes como ocurría en la Litis Contestatio, el cual será quien
desde la denuncia conocerá acerca del caso, desahogará las pruebas aportadas
por ambas partes, dictará sentencia y ordenará su ejecución.

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Durante las siguientes líneas se hará una exposición más detallada acerca
de estos últimos grandes procedimientos romanos, y siendo del Extra Ordinem del
cual conservamos la mayor parte sus características en nuestro sistema de justica
hasta nuestros días.

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UNIDAD IV. EL PROCEDIMIENTO FORMULARIO. FASE IN
IUDICIO

C
omo resultado del estricto formalismo de las legis actiones, que dificultaba
la reconciliación de las controversias ante los rigurosos esquemas de
estas leyes, a finales de la República se suprimió este sistema de las
acciones y fue sustituido por la ley por términos prescriptos (per concepta verba),
es decir, mediante fórmulas.

El procedimiento formulario que caracterizó la segunda fase del desarrollo


procesal en Roma, encuentra su origen probablemente fuera de Roma y fue
adoptado por el praetor peregrinus, quien, desde 242 a.C., administraba justicia en
litigios entre romanos y extranjeros y pleitos de extranjeros entre sí.

1. Tramitación ante el juez o ante el jurado


De acuerdo con lo visto en el Segundo Curso de Derecho Romano, que tuvo a bien
impartir el Lic. Villalobos (2019)1, hemos constatado que el Procedimiento
Formulario es un juicio que se sigue o se tramita directamente ante la autoridad
judicial; en un primer momento, son los litigantes quienes designan al juez que ha
de conducir el procedimiento, y quien intervienen activamente en la redacción de la
formula, por lo que adquieren la obligación de comparecer ante el juez con la
finalidad de llevar a término el juicio. Al respecto, dice Padilla (2008), las partes eran
quienes de común acuerdo designaban al juez, de no existir acuerdo, el magistrado
lo nombraba dentro de los que aparecen en la lista oficial (album iudicum). Una vez
designado el juez, el pretor lo nombraba en la cabeza de la fórmula.

Ambas partes se obligan a que, durante la sustanciación del procedimiento,


cada una de ellas debe estar presente ante el juez y deben seguir ejerciendo
actuaciones al juicio. De acuerdo con Padilla (2008)2, “el demandado deberá
garantizar su presencia mediante una estipulación llamada vadimonium” (p. 134).

1 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.
2 Padilla Sahagún, G., 2008. Derecho Romano. Cuarta ed. D.F.: Mc Graw Hill.

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En esta primera fase del procedimiento, dada su naturaleza, suelen darse los
debates, que son siempre orales, entre los abogados, cuyo objetivo principal
consiste en la exposición pormenorizada de los medios de prueba que han de
servirles para la defensa de cada una de las respectivas partes.

Exposición y defensa orales

A lo largo de la constante evolución del Derecho Procesal en Roma, es posible notar


que todos los procedimientos, incluso los más primitivos, fueron eminentemente
orales y con un modo parecido al ritual; lo anterior ocurrió de tal modo que, se
exigiera el empleo de palabras puntuales y precisas por parte de los litigantes (certa
verba), al grado que cualquier equivocación pudiera significar la pérdida del litigio.

En efecto, hasta bien entrado el s. II a.C. en Roma, las propias raíces de las palabras
judicare y vindicare dan cuenta de un sistema de las legis actionis
predominantemente oral y lo mismo ocurrió durante el procedimiento formulario
(Meroi, s.f., p. 2).3

Las pruebas

De acuerdo con el Lic. Villalobos (2019)4, en la segunda fase apud iudicem del
procedimiento, el juez que hubiera sido designado, solo aprecia las pruebas en base
a su buen criterio de varón y su propio sentido de equidad, para luego juzgar acerca
de la verdad y responder a la condemnatio que figura en la formula, en cumplimiento
a su deber encomendado.

Al respecto, según Fernández (s.f.)5, las pruebas se practicaban ante el juez


y los medios de prueba más importantes eran:

 Las declaraciones de las partes y la de testigos;


 Los documentos (instrumenta);
 La inspección ocular del juez; y

3 Meroi, A., 2019. Oralidad y proceso civil. [En línea]


4 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.
5 Fernández, M. E., s.f. Procedimiento Civil Romano, España: s.n.

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 La opinión de peritos (p. 16).

Los alegatos

Los litigios de los cuales los peregrinos eran parte, contemplado por el
procedimiento per formulam, no siguen la vía de las legis actiones, pues para estos
juicios en especial, el magistrado creó un modelo más flexible en el que las partes
pudieran exponer las alegaciones y reclamaciones sin seguir forma solemne alguna,
como ocurría con el otro procedimiento citado,

La sentencia

Una vez que se practican las pruebas ante el juez, éste tiene que comprobar si se
ajusta lo probado por las partes con el contenido de la fórmula que recibió del
magistrado.

La sentencia forzosamente pecuniaria, sólo puede contener la absolución o


la condena del demandado; en ningún caso el juez tiene derecho a corregir el error
cometido por las partes al exponer sus pretensiones en la fórmula, y debe dictar
sentencia de acuerdo con lo establecido en ella. Por tal motivo, el error cometido
por el demandante que hubiese ejercido una acción por otra, ocasiona que pierda
el juicio, pero puede intentar de nuevo el proceso porque su derecho no ha sido
resuelto en justicia. No ocurre así si el error cometido implica una plus petitio, o sea
pedir de más, o una minus petitio, pedir de menos.

En el primer caso, el demandante reclama más de lo debido (plus petitio) y,


al no poder justificar su demanda, el juez deberá absolver al demandado,
extinguiéndose por tanto su derecho para obrar una segunda vez.

De acuerdo con Iglesias & Morineau (1998)6, la plus petitio puede ser de
cuatro clases: re, tempore, loco y causa:

A. La plus petitio re tiene que ver con la cosa, cuando alguien pide 10 000
ases y solamente le deben 5000;

6 Iglesias, R. & Morineau, M., 1998. Derecho Romano. Cuarta ed. D.F.: Oxford.

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B. La plus petitio tempore se refiere al tiempo, por ejemplo cuando se
reclama antes del vencimiento;
C. Loco se refiere al lugar, como cuando se prometió entregar algo en Roma
y el demandante pide que se lo entreguen en Sicilia; y
D. Finalmente, se da la plus petitio causa o reclamación de más por la causa,
cuando habiéndose establecido una obligación en cuanto al género se
reclama la especie y también cuando debiendo el deudor cumplir con una
de varias prestaciones de las cuales él tuviera el derecho de escoger, el
acreedor haga la elección (pp. 96, 97).

En caso de que el demandante sólo reclame una parte de lo que le es debido


(minus petitio), sólo obtendrá lo que pide pues el juez, limitado por la fórmula, no
puede condenar más allá de lo establecido en la intentio. Pero podrá reclamar de
nuevo por el resto, ya que la acci6n pertinente no ha sido afectada.

Con la sentencia se termina la fase apud iudicem y el juez deberá dictarla


siempre públicamente y en voz alta; para su ejecución habrá que dirigirse
nuevamente al magistrado, por ser solo él quien goza del imperium.

Hasta finales de la República la sentencia tenía fuerza de cosa juzgada y no


podía obtenerse una nueva decisión, ya que las partes habían elegido libremente al
juez que conocería del asunto; sin embargo, como excepción nos encontramos con
la revocatio in duplum y la in integrum restitutio.

En el primer caso, el afectado por la sentencia podía reclamar la nulidad de


la misma, pero una reclamación mal fundada acarreaba una condena equivalente
al doble de lo debido.

De igual forma, el que se creyese lesionado por la sentencia podía solicitar


al magistrado la in integrum restitutio, recurso extraordinario con carácter rescisorio,
que también se aplicaba en relación con otros actos jurídicos como, por ejemplo, un
contrato, siempre y cuando se encontrase comprendido en los casos expresamente
señalados en el edicto del magistrado.

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A partir de la época imperial queda abierta una vía de recurso en contra de
la sentencia, la apelación, que corresponde al procedimiento extraordinario, y de
ella trataremos en relación con ese sistema.

2. Ejecución
En lo que concierne a la ejecución de la sentencia, sabemos que en el antiguo
sistema de las acciones de la ley la llevaba a cabo el propio acreedor, sea por la
manus iniectio, sea por la pignoris capio. Tales procedimientos de ejecución, si bien
no desaparecieron totalmente con el régimen de las fórmulas, experimentaron una
evolución, tornándose más humanos y equitativos, a la par que se abría paso un
sistema de ejecución sobre el patrimonio del deudor, que podía ser de carácter
especial e individual o general y concursal.

La actio iudicati, o acción de cosa juzgada, era el medio legal para iniciar el
procedimiento de ejecución. La cosa juzgada asumía el carácter de acción -
actio iudicati- cuando era invocada por el actor para pedir la ejecución de la
sentencia contra el demandado que había sido vencido en el litigio. (Argüello,
1998, p. 569).7

Sobre la persona

De acuerdo con el Lic. Villalobos (2019)8, una vez condenado el reus en la sentencia
al pago de una suma de dinero, posee treinta días para pagar, y si no cumple, nace
en su contra la actio iudicati ejecutiva.

Si, por otro lado, el demandado alega que el juicio no ha existido o que es
nulo, o que efectivamente realizó el pago, el proceso continúa debiendo
previamente otorgar las cauciones o garantías que aseguren la ejecución de la
nueva sentencia (satisdatio iudicatum solvi). Si el demandado impugna la sentencia,
y no prueba las causales de impugnación, será condenado a pagar el doble.

7 Argüello, L., 1998. Manual de Derecho Romano. Tercera ed. Buenos Aires: Astrea.
8 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.
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La ejecución puede entonces, como ya fue analizado, caer en la persona del
reus, quien es entregado al actor para que se lo lleve prisionero a su casa.

No obstante, el demandado puede liberarse del apremio personal entregando


voluntariamente todo su patrimonio para que con su venta, se cubran sus deudas,
empleando la figura de la bonorum cessio.

Sobre el patrimonio

La Bonorum Venditio

En cuanto se refiere a los procedimientos de ejecución general y concursal,


los mismos tuvieron aplicación por medio de dos instituciones de creación pretoria,
la bonorum venditio y la distractio bonorum; mismos que eran concedidos
paralelamente con la ejecución en la persona o en el lugar de esta.

La bonorum venditio se hace en pública subasta. El comprador que adquiere


el patrimonio se obliga a pagar las deudas privilegiadas y en una parte de las
comunes. Este comprador, bonorum emptor, tiene la calidad de sucesor a titulo
universal. Pasa a ser propietario pretorio de los bienes y si el deudor tenía créditos,
esos créditos podrá ahora cobrarlos el bonorum emptor con las acciones que tenía
el deudor.

La bonorum venditio, acarreaba nota de infamia para el deudor. Para evitarla


podía recurrir a la bonorum cessio, figura que ya fue mencionada y que no tenía las
mismas consecuencias.

La bonorum venditio concede al deudor el beneficio de competencia por un


año frente a algún acreedor, anterior a la bonorum venditio, pero que no haya
participado en el concurso y, frente a los acreedores que participaron en el
concurso, por los saldos impagos.

En ciertas oportunidades, si bien escasas, el pretor introduce variaciones en


el procedimiento de ejecución sobre los bienes cuando se trata de impúberes y
locos: sustituye la bonorum venditio por la distractio bonorum, que consiste en la
venta de bienes por separado, hasta que cubra las deudas. Pero mientras esto no

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ocurra, se lo priva del patrimonio, que es administrado por un curator. En estos
casos, el pretor suele liberar también a los deudores de la tacha de infamia.

3. Modalidades diversas

En síntesis, la ejecución de la sentencia dentro del Procedimiento Formulario


podemos encontrarla bajo tres diferentes modalidades diferentes de la bonorum
venditio, las cuales ya fueron explicadas en los párrafos anteriores, y que de manera
enunciativa se recuerdan las siguientes:

A. Bonorum cessio: Es la entrega de los bienes de un deudor no solvente. El


reus puede liberarse del apremio personal entregando voluntariamente todo
su patrimonio para que, con su venta, se cubran sus deudas.

B. Bonorum distractio: Es la entrega de una parte de los bienes para cubrir


parte de una deuda. Existe una bonorum distractio especial a favor a los
deudores pertenecientes a una orden senatorial, en que no hay infamia ni
despojo del patrimonio y en la que el curator toma solamente bienes
singulares para venderlos y cubrir las deudas.

C. Pignus ex causa iudicati captum: Se trata de la prenda tomada por causa


de que ya existe cosa juzgada. El demandado, que en este caso es
condenado, posee el plazo de treinta días para pagar, y si no cumple, nace
en su contra la actio iudicati ejecutiva. La actio iudicati se entabla como
cualquier otra acción, pero casi siempre termina en la fase in iure, con el
reconocimiento por parte del demandado de la pretensión del actor.

4. Procedimientos especiales
Recursos complementarios de la jurisdicción pretoria

En el Derecho Procesal Romano, y por ser el tema que corresponde, durante la


época del Procedimiento Per Formula o Procedimiento Formulario, sería la tarea del
pretor, por ser la figura encargada de la administración de justicia dentro del Ius

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Pretorio, ser un conocedor del Derecho y determinar si determinada acción judicial
que fuera intentada por un ciudadano romano, sería procedente en virtud de ser
perseguido un derecho pretorio.

En estas situaciones, el pretor no debía limitarse a decir el derecho estricto,


sino que debía ser capaz de aportar de su propia inteligencia y vasto conocimiento
de la ciencia jurídica, en la resolución de las diversas problemáticas de inequidad,
defendiendo lo que a su raciocinio fuese necesario, valiéndose para ello de su
imperium para decretar algún interdicto, aceptar una exceptio y cualquier otro
recurso complementario de su jurisdicción pretoria.

Interdictos

De acuerdo con García (s.f.)9, “los interdictos son ubicados por la doctrina dentro de
los denominados “remedios complementarios” del procedimiento civil clásico, los
cuales coadyuvan asegurando la protección de situaciones de hecho que no
encuentran tutela en las formulas civiles o pretorias” (p. 471). Ahora bien, de
acuerdo al Lic. Villalobos (2019)10, un interdicto es considerado una orden de
carácter sumario y urgente, dada por el magistrado a un ciudadano en carácter
provisorio para proteger una situación de manera inmediata y a expensas del juicio.

Una vez otorgado el interdicto, y en el caso de que la persona en contra de


quien se entabla dicha orden, obedezca, en ese momento se extingue el problema.
No obstante, en el caso contrario, se inicia un verdadero juicio para determinar si la
desobediencia es justificada o no. En el primer caso, es decir, si la condición no
correspondía a la realidad, el solicitante debe, generalmente, una multa privada a la
persona que recibió el interdicto; en el segundo caso, esta multa se paga al
solicitante.

De acuerdo con el Lic. Villalobos (2019)11, los interdictos eran siempre


propuestos en la fase in iure del procedimiento formulario, encontrándose presentes

9 García, J. A., s.f. Protección interdictal de la posesión en el Distrito Federal. En: s.l.:Biblioteca
Jurídica Virtual, UNAM, pp. 471-499.
10 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.
11 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.

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tanto la parte solicitante del interdicto, como aquel contra quien fuese solicitado, y
una vez expuestos por el primero los hechos justificativos de su petición, el
magistrado sin indagar si tales hechos eran ciertos o no, daba una orden, bien
mandando a la otra parte presente llevar a cabo determinados actos o bien
prohibiéndole la realización de otros.

Si aquel a quien se le daba la orden la acataba, como ya hemos mencionado,


finalizaba con ello el asunto, si la orden no era cumplida se procedía a la apertura
de un nuevo pleito que podía presentar dos modalidades:

A. Per sponsionem
B. Per formulam arbitriam

Los interdictos se dividen en prohibitorios, si ordenan que no se lleve a cabo


determinado comportamiento, v. gr., si se impide el entierro de un cadáver
en un cementerio; o que se hiciera una construcción privada en la via publica,
etc.; restitutorios, si ordenan entregar algom como en el caso del interdictum
salvianum; exhibitorios, si ordenan que sea exhibida o presentada una
persona o un documento (un testamento). Otra división de interdictos es la
de simples y dobles (simplicia y duplicia). En el primer caso, uno reclamaba
y otro debía obedecer, por ejemplo, los interdictos restitutorios y exhibitorios.
Los interdictos dobles son aquellos en que las partes mutuamente son
actores y demandados. (Ventura, 1992, p. 423).12

Estipulaciones pretorias

Otro medio que tiene el pretor para llevar a buen término el proceso, es exigir a las
partes que se obliguen entre sí, mediante estipulaciones o promesas, para prevenir
perjuicios eventuales. Por ejemplo, pide que el demandado prometa pagar una
cantidad de dinero al actor en caso de que no comparezca a juicio; o pide al actor
que prometa pagar una cantidad al demandado en caso de que se demuestre que

12 Ventura, S., 1992. Derecho Romano, Curso de Derecho Privado. Undécima ed. D.F.: Porrúa.
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litigo sin fundamento. Estas estipulaciones o promesas suelen ir garantizadas con
fiadores.

De acuerdo con Adame (2009)13, si bien estas promesas obligan a las partes
entre sí, “se les llama <estipulaciones pretorias> porque es el pretor quien exige a
las partes que las hagan, coaccionándolas indirectamente con la negación de la
acción o de la excepción y, a veces, con el embargo de todos sus bienes” (p. 67).

De las estipulaciones pretorias, el Lic. Villalobos (2019)14, distingue:

I. Estipulaciones judiciales: Son las que se derivan del oficio del juez, es
decir, son ordenadas por él;
II. Estipulaciones pretorias: Son las que corresponden al oficio del pretor;
III. Estipulaciones convencionales: Son aquellas que tenían su origen en la
sola conformidad de las partes, es decir, sin mandato ni del juez ni del pretor,
sino por efecto de la libre convención de los contratantes; y
IV. Estipulaciones comunes: Son las que están ordenadas por el pretor y a
veces por el juez.

El edicto pretorio

Se llamaban edictos las providencias que los magistrados en general notificaban al


pueblo, más por edicto pretorio se entiende, de acuerdo con Ventura (1992) 15, “las
normas que publicaban los pretores y a las que prometían ajustarse en el
desempeño de su jurisdicción, sujetando a ellas su libre arbitrio judicial” (p. 29).

Durante la Época Republicana, el pretor con su iurisdictio, y sin crear


directamente un derecho sustancial, realizó una labor innovadora del ordenamiento
romano y fundó el denominado ius honorarium que supuso la adaptación del
derecho romano a las exigencias de la época superando el tradicionalismo del ius
civile. El pretor, a través del edicto que publicaba al principio del año de su
magistratura, informaba de las normas procesales por las que se regiría, las cuales

13 Adame, J., 2009. Curso de Derecho Romano Clásico I. Huixquilucan(Estado de México): Instituto
de Investigaciones Jurídicas, UNAM.
14 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.
15 Ventura, S., 1992. Derecho Romano, Curso de Derecho Privado. Undécima ed. D.F.: Porrúa.

DERECHO ROMANO II 14
fueron definitivamente codificadas por Salvio Juliano en el denominado edictum
perpetuum entre los años 134 y 137 d.C.

De acuerdo con el Lic. Villalobos (2019)16, el pretor publicaba cada año


asesorado de un consilium de juristas, las normas procesales por las que se
reglaba, esto es, el edictum, las cuales, al ser reiteradas de unos pretores a otros,
se denominaban edictum traslaticium.

Misiones in possesionem

Esta figura constaba de diversas autorizaciones que el magistrado otorgaba a una


persona para que se pusiera en la posesión total de un patrimonio (missio in bona),
o bien, parcialmente de objetos aislados (missio in rem), amparando además a dicha
persona en dicha posesión por medio de interdictos o de acciones in factum.

Restituciones in integrum

De acuerdo con Candia (2016)17, en el ámbito del derecho actual, hablando además
en materia de Derecho Internacional Público y de Derechos Humanos, la restitutio
in integrum “un tipo de reparación destinada a hacer efectiva la responsabilidad del
Estado que infringe alguna de las obligaciones establecidas en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos” (p. 240).

La esencia de dicho concepto no varía en gran medida con aquel que


consagraba el Antiguo Derecho Romano, pues de acuerdo con el Lic. Villalobos
(2019)18, la restitutio in integrum presupone una orden del pretor que implicaba la
anulación de una situación anterior y por consiguiente la restitución total o vuelta a
una situación primitiva, de quien resultase perjudicado.

16 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.
17 Candia, G., 2016. Restitutio in integrum. Eunomía, Marzo, Issue 9, pp. 240-248.
18 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.

DERECHO ROMANO II 15
5. El procedimiento extraordinario
Caracteres y antecedentes

Este procedimiento representa una nueva etapa y la última del Derecho Procesal
Romano. En el procedimiento extraordinario desaparece la característica principal
del Ordo Iudiciorum Privatorum y que estaba representado por la bipartición o
separación del pleito en dos fases: In iure y Apud iudicem; para volverse un proceso
de una sola fase.

El Procedimiento Extra Ordinem tuvo ya sus primeras manifestaciones en el


Alto Imperio, siendo realmente muy difícil poder precisar con exactitud, cuando seria
su momento inicial.

La Cognitio Extraordinem se fue afirmando y desarrollando lentamente en


coexistencia durante mucho tiempo con el Proceso Formulario. El sistema cada vez
se fue extendiendo más hasta llegar a sustituir completamente el Procedimiento
Formulario como resultado de una larga evolución que culmina en el siglo III d.C.

Este sistema tuvo su origen en el procedimiento formulario para cierto tipo de


controversias como la repartición de alimentos, entre otros, se distinguía
primordialmente de su antecesor en cuanto a que en este caso, quien dirimía
la controversia no era el juez romano, sino que en virtud de la expansión del
imperio, el pretor, fue la figura estatal idónea para resolver cualquier clase
litigio “ipso facto” es decir, de manera expedita en una sola instancia,
constituyendo su criterio, cosa juzgada. (Universidad Interamericana para el
Desarrollo, s.f., p.5).19

Según lo visto en clase con el Lic. Villalobos (2019)20, el Extra Ordinem


poseía las siguientes características:

1. El proceso sufre una estatización en cada una de sus fases;

19 Universidad Interamericana para el Desarrollo, s.f. Derecho Procesal Romano: Procedimiento


Formulario y Procedimiento Extraordinario. [En línea]
20 Villalobos, S., 2019. Segundo Curso Reformado de Derecho Romano. México: s.n.

DERECHO ROMANO II 16
2. La ejecución de la sentencia deja de ser un acto de parte, es decir, ya no es
realizada por el actor sobre la víctima, sino que recae en manos del poder
judicial o ejecutivo;
3. Desaparece la Litis Contestatio, en cuanto que ya no se necesita del acuerdo
de las partes para aceptar el juicio y las reglas que seguirá el mismo, lo cual
constituía la base de la sentencia judicial en el Ordo Iudiciorum Privatorum;
4. Se limita la competencia de los magistrados jurisdiccionales por razón del
valor del juicio en cuestión, de la materia y del territorio sobre los que este ha
de llevarse a cabo;
5. Todo el curso del pleito se sigue ante un solo funcionario del estado, del cual
emana la sentencia;
6. Todavía se seguían llevando a cabo algunos juicios dentro de las Basílicas
(uno de los lugares donde se impartía justicia durante el Ordo Iudiciorum
Privatorum), sin embargo, estas también eran ya reguladas por el Estado;
7. El proceso se desarrola íntegramente por escrito y las partes no intervienen
directamente, sino por medio de sus abogados, los advocati.
8. En esta etapa, aparecen los gastos procesales que son dinero dirigido al
Estado, ocupado a lo largo del juicio para adquirir insumos (copias,
documentos) que sirvan durante el desarrollo del mismo; y las costas, que
son los honorarios de los abogados;
9. Se refuerza la figura de la apelación, que ya había aparecido en la etapa del
Procedimiento Formularia, etapa en la que el magistrado podía admitir
nuevas pruebas y se podía emitir una sentencia más desfavorable para la
parte apelante, por temeraria y se podía hasta imponer sanciones
personales. Esta apelación se llevaba a cabo antes dos instancias más.
10. En materia de pruebas, las partes podían reproducir sus alegaciones de los
escritos de la demanda y la contestación.
11. Las excepciones perentorias podían ser alegadas en cualquier momento
procesal, y de este modo dar por finalizado el juicio.
12. El juez podía investigar y traer todo tipo de pruebas al proceso.

DERECHO ROMANO II 17
13. Aparece la prueba tasada, esto es, que el juez no podía valorar libremente
las pruebas, sino que tenía que apegarse a un principio de derecho; esto
demuestra la desaparición de la libre apreciación de las pruebas del juez que
se dio durante la Per Formula.
14. Se refuerza la prueba documental y resulta decisiva cuando es redactada por
notario o fedatario público, tratándose de prueba plena, siempre que se
confirme bajo juramento.
15. Los documentos privados para que tuvieran fuerza probatoria, debían ir
firmados por un mínimo de tres testigos.
16. Nacen las presunciones iuris tantum que admite prueba en contrario y las
iure et de jure, que no admiten prueba en contra.
17. Entre las principales pruebas, además de las señaladas, están:
a. La testimonial,
b. La documental,
c. La pericial: Prueba que es expedida por un perito, una persona experta
en la materia, ciencia, arte u oficio de la cual se requieran sus
conocimientos para la deliberación de una prueba ofrecida durante el
juicio, tales como comprobación de firmas, autenticación de
documentos, entre otros.
El perito romano poseía una formación psicológica de alto valor
profesional y de respetabilidad social.
18. Aparece el juramento judicial, que podía ser probatorio siempre y cuando
versara sobre la existencia de hechos y hasta decisorio si se refería al fondo
de la cuestión en conflicto.
19. Surge la jurisdicción voluntaria, la cual es la facultad de asistir de pleno
derecho a un tribunal con la intención de dar partida a un juicio en el cual no
existe controversia alguna por ser de orden privado. En Roma esta clase de
juicios se dieron principalmente para las emancipaciones, las manumisiones
y las adopciones.

DERECHO ROMANO II 18
El pleito hasta el periodo de prueba

Los rasgos particulares del sistema extraordinario según el Dr. Margadant (1998)21
eran los siguientes:
La notificación, que había sido un acto privado, se transformó en un acto
público (la litis denutiatio), realizado, a petición del actor, por funcionarios
públicos. Este sistema comenzó a parecerse todavía más al moderno,
cuando —en tiempos de Justiniano- el demandado recibía por intervención
de un actuario (executor) una copia de la demanda, con la orden judicial de
comparecer en una hora determinada. Si el demandado, después de la
notificación decidía defenderse, debía presentar un libellus contradictionis
con su contra argumentación. Debía, además, otorgar una fianza para
garantizar que no se ausentaría durante el proceso; y, a falta de tal fianza,
podía ser encarcelado preventivamente por toda la duración del pleito.

La prueba

Se sustituyó el principio dispositivo, en materia de pruebas, por el inquisitivo,


recurriendo más frecuentemente a la tortura para obtener de los testigos una
colaboración más eficaz. Sin embargo, las partes mismas no podían ser obligadas
a presentar una prueba contraria a sus intereses; por otra parte, no se tomaba en
cuenta un aspecto favorable de la confesión de un hecho propio, antijurídico.

Justiniano extendió al proceso civil el principio de que todo ciudadano está


obligado, en caso de ser requerido, a hacer ante la autoridad judicial las
declaraciones necesarias sobre lo que le conste.

El legislador, tan desconfiado de los jueces como lo era de los demás


súbditos, obligo al juez a dar cierto valor a determinadas pruebas, o exigiendo para
la comprobación de ciertos hechos una determinada cantidad mínima de testigos,

21 Margadant, F., 1998. Derecho Romano. D.F.: Esfinge.

DERECHO ROMANO II 19
pasándose así del sistema libre al tasado. Una creciente cantidad de presunciones
legales también limitaban la libertad judicial.

Fue en este periodo cuando se introdujo el muy dudoso sistema de pruebas


“incompletas” que podían combinarse con otras incompletas — como el juramento,
un solo testigo, etc. — para formar, juntas, una prueba integra.
Como ya mencionamos. anteriormente, durante la etapa de la Cognitio o el
Extra ordinem aparece la prueba tasada, se refuerza la prueba documental y resulta
decisiva cuando es redactada por notario o fedatario público y también surge el
juramento judicial.

Las principales pruebas utilizadas en el procedimiento son:

A. La testimonial: Se sabe que en el Derecho Clásico fue la prueba de mayor


relevancia y cuya relevancia fue perdiendo el valor ético del testimonio, por
los motivos propios de la corrupción y de la impunidad.
B. La documental: Que podía ser de carácter público, también llamadas
instrumentas las cuales eran consideradas validas por si mismas al ser un
documento oficial expedido por el Estado; así como de carácter privado, las
cuales se referían a todos aquellos documentos particulares que presentaba
tanto el actor como la víctima, que a diferencia de las anteriores necesitaba
de la firma de tres testigos para que resultara valida.
C. La pericial: Es expedida por un perito, una persona experta en la materia,
ciencia, arte u oficio de la cual se requieran sus conocimientos para la
deliberación de una prueba ofrecida durante el juicio, tales como
comprobación de firmas, autenticación de documentos, entre otros.
D. La de juramento: La característica muy peculiar estaba en que podía darse
la prueba extrajudicial o la previa al litigio incluso, y esto es lo peculiar,
cuando el propio juez lo requiriese durante el transcurso del pleito.
E. El juramento judicial: Podía ser probatorio siempre y cuando versara sobre
la existencia de hechos y hasta decisorio si se refería al fondo de la cuestión
en conflicto.

DERECHO ROMANO II 20
F. Las de presunción: Los romanos distinguieron las presuncion hominis como
inferencias del propio juez y las presunciones iuris, procedentes de normas
o reglas jurídicas. Luego encontramos dos últimas presunciones, las
presunciones iuris tantum que admite prueba en contrario y las iure et de iure,
que no admiten prueba en contra.

Sentencia

En última parte del procedimiento extraordinem era la sentencia. Se dictaba por


escrito y era leída por las partes en audiencia pública. La sentencia no tenía que ser
necesariamente pecuniaria sino en una obligación de entregar algo o mostrarlo o
realizar una determinada actividad y podía ser impugnada mediante apelación.

La condemnatio podía contener la orden de que el vencido debía entregar el


objeto de litigio. Así culmino el desarrollo que había comenzado con la condena al
equivalente monetario, pasando por la condena con cláusula arbitraria y terminando
en la condena por el objeto mismo.

Al contestar la demanda, es posible que ésta se allane y opera una confessio


in iure que equivale a una sentencia. En los términos de las pretensiones del actor,
sin embargo, puede ser que solamente se admitan determinados hechos y en tal
caso estaremos ante una confesional como medio probatorio que deberá ser
valorado para emitir la sentencia.

Recursos

De acuerdo con el Mtro. Petit (2007)22, contra la sentencia del judex pedaneus, se
llevaba a cabo la vía ordinaria de la apelación ante el magistrado, a quien se hubiese
delegado el conocimiento del asunto. Desde Teodosio ll, ya el emperador no fallaba
por sí mismo, como último grado de jurisdicción: la apelación se llevaba ante una
comisión compuesta del prefecto del pretorio y del cuestor del palacio. Esta
comisión es la que juzga sin apelación.

22 Petit, E., 2007. Tratado Elemental de Derecho Romano. D.F.: Porrúa.

DERECHO ROMANO II 21
El único derecho que tenía la parte era el de dirigir al príncipe una suplicatio;
pero, en este caso, son también el prefecto del pretorio y el cuestor del palacio
quienes revisan la sentencia.

Una vez que la sentencia era apelada no podía ser ejecutada. La apelación
producía un efecto suspensivo. El juez podía examinar de nuevo el pleito y dictar
una sentencia que podía condenar al apelante en forma más grave de lo que había
sido en primera instancia.

Las partes comparecían ante el juez superior y tenía que reproducir de nuevo
sus alegaciones o las que consideraba oportuna. Si no comparecía, la apelación se
consideraba desistida y la sentencia primera se convertía en firme y definitiva. El
apelante que perdía podía ser condenado en las costas procesales y se podía elevar
el gasto de esas costas en caso de peligrosidad.

Este recurso debía deducirse ante el juez que dictó la sentencia, quien estaba
obligado a admitirla, pues en caso de una negativa, el apelante podía dirigirse en
queja al Tribunal Superior, quien debía resolver el recurso, sin alterar el orden
respectivo, hasta llegar al Emperador.

Este recurso podía darse de manera oral, desde el momento en que se tuvo
conocimiento de la sentencia o bien, por escrito con un plazo de tres días
posteriores al establecimiento de la misma. Resuelto el recurso de apelación y
tratándose de sentencia condenatoria, la misma quedaba firme,

Ejecución

La bonorum venditio cayó en desuso y Teofilo atribuye esta desaparición a la


cesación de los conventus o Tribunales que los gobernadores de las provincias
tenían en diferentes puntos del territorio sometido a su jurisdicción.

He aquí cuales son en este periodo las vías de ejecución:

A. Si la sentencia recae sobre la misma cosa, el magistrado puede hacerla


ejecutar por fuerza, manu militari, a menos de existir imposibilidad. Desde

DERECHO ROMANO II 22
Teodosio fue confiada esta misión a agentes especiales llamados
apparitores.
B. Si la ejecución es imposible naturalmente, o si se trata de una condena
pecuniaria, se puede recurrir al pignus causa judicati captum o a la bonorum
distractio. Este último procedimiento se emplea cuando el deudor es
insolvente. Permite también a los acreedores hacerle prisionero; pero desde
Zenón se sustituyó la prisión publica por la prisión privada. El deudor no
escapa de la prisión nada más que haciendo cesión de sus bienes.

La ejecución de la sentencia también puede ser:

I. Patrimonial/particular: Mediante la apropiación y/o venta -parcial o total- de


los bienes del demandado;
II. personal: Esta con carácter de accesoria.

Si se produce la inejecución de la obligación el deudor debe indemnizar al


acreedor dándole una suma de dinero cuyo objeto es colocar al acreedor en la
misma situación patrimonial en que se hallaría de haberse ejecutado la obligación
en forma oportuna. El monto de los daños e intereses puede fijarse por las partes o
por el Juez.

Las partes pueden fijar el monto de la indemnización que deberá pagar el


deudor en caso de inejecución de la obligación en forma anticipada al momento de
celebrar el contrato. Al efecto se recurre a la stipulatio pena (cláusula penal).

Si la indemnización debe ser fijada por el Juez este establece la suma de


dinero que una de las partes debe pagar a la otra para reparar los perjuicios que el
incumplimiento de la obligación haya ocasionado.

La cláusula penal consistía en que el deudor debía pagar en caso de


incumplimiento o retardo en la ejecución de la obligación, la cual se constituye como
una obligación accesoria estipulada condicionalmente. Si la obligación no era
ejecutada en la forma convenida el acreedor podía demandar inmediatamente el
cumplimiento de la cláusula penal, o si lo prefería, solicitar al magistrado que
determinase el monto de la indemnización.

DERECHO ROMANO II 23
Costas

Según Agudo (2011)23 las costas vienen representadas por los términos impensae,
expensae, impendia, dispendia y sportulae; los gastos, por el término sumptus. Las
costas procesales pueden ser definidas como el conjunto de desembolsos
dinerarios exigidos por la ley, realizados dentro de un proceso concreto que es
causa y necesidad, cuyo pago recae sobre los litigantes, pudiendo recuperarlos de
quien resulta condenado en costas.

Los gastos procesales son dinero dirigido al Estado, ocupado a lo largo del
juicio para adquirir insumos (copias, documentos) que sirvan durante el desarrollo
del mismo, y las costas, que son los honorarios de los abogados.

23 Agudo, A., 2011. Concepto de costas procesales en Derecho Romano. s.l.:s.n.

DERECHO ROMANO II 24
CONCLUSIÓN
La importancia de conocer la forma mediante la cual eran procesados lo ciudadanos
y extranjeros que habitaban la Antigua Roma recae en poder darnos cuenta de
cómo el Derecho evoluciona a la par de la sociedad, y cada vez se busca agilizar
más los mecanismos y la forma de impartir justicia, siendo estos cada vez en mayor
medida humanistas.

El procedimiento extraordinario respecto a su predecesor, el formulario, se


modernizó bastante en cuanto a la manera de aplicar justicia a aquellos que
cometían algún delito o se comprometían en una deuda; la estatización de dicho
proceso fue una pieza clave para que los sentenciados no quedaran en manos del
acreedor en caso de incumplimiento de la obligación, y estos pudieran hacer de
pleno derecho lo que mandara su voluntad sobre los bienes del demandado, o sobre
su persona y hasta su vida.

De la misma manera, se logró agilizar en cierta medida el proceso de


impartición de justicia, al volverse una sola autoridad designada además por el
Estado, la que conociera del caso desde el momento en que se presentaba la
demanda, misma que recibiera las pruebas correspondientes a cada una de las
partes y además las validara ya no tanto bajo principios morales propios, sino ahora
bajo los principios generales del derecho; así como de ser la misma persona quien
al finalizar con el juicio dictara la sentencia correspondiente al demandado y obligara
el cumplimiento de la misma.

Los Romanos sin duda alguna eran personas con una visión e inteligencia
que hasta nuestros días resulta ser envidiosa, puesto que no solo muchas de sus
instituciones civiles, penales, mercantiles, siguen vigente actualmente; pues
también muchos de los términos, características y procesos que utilizaban para la
impartición de justicia continúan en uso, con sus obvias variaciones que se han dado
al paso del tiempo, debido a que, como mencionábamos en la parte introductoria, el
Derecho constantemente evoluciona a la par que lo hace la sociedad.

DERECHO ROMANO II 25
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México): Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM.

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