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EL HECHICERO DE LA TRIBU PARTE I

La literatura contiene un abanico de posibilidades. Entre ellas escoger hablantes


curiosos e insensatos, con el fin de lograr contar una historia. Mario Vargas Llosa
es una de las voces más importantes, en el ámbito de las letras de habla hispana.
En el transcurso de los años, se ha transformado en una especie de oráculo global,
de escritor amante del micrófono y las cámaras en los setenta, a evangelista
ilustrado de las llamadas ideas liberales.
La llamada de la tribu, puede der considerado un libro de cruzada. Enmarcado
dentro de la batalla de las ideas. De ahí entonces que un intelectual como Atilio
Borón, se preocupe y ocupe de una biografía intelectual, la tercera para ser preciso,
donde el escritor peruano nos cuenta como se transformó de un escritor que
apoyaba la revolución cubana a un propagador de las ideas liberales
Borón1 , es un profesor universitario y ensayista argentino de larga trayectoria,
con artículos y libros publicados en distintos lugares del continente, algunos de sus
ensayos han sido galardonados por su aporte a la discusión intelectual en la región.
El hechicero de la tribu libro que viene a presentar a Chile, es un contrapunto
inteligente y mordaz a la propuesta elaborada por el novelista peruano, cuyo interés
no es otro que divulgar de un modo seductor, sus nuevas creencias donde Smith,
Hayek, Isaiah Berlin entre otros: son los apóstoles a difundir.
De hecho ya en un ensayo2 donde reflexiona sobre la labor de los intelectuales
dedica en ese trabajo algunas palabras a Mario Vargas Llosa.
“…Mario Vargas Llosa, otro notable escritor y destacado intelectual que tras un
primer coqueteo con la izquierda y la Revolución Cubana se pasó rápida e
inescrupulosamente –y sin las sutilezas intelectuales y las iniciales ambigüedades
políticas de Paz– a las filas de la reacción y el imperialismo. Como muchos de los
de su bando (en esto Paz era un poco más cuidadoso), Vargas Llosa y en general
los «perfectos idiotas colonizados», son estentóreos y pródigos a la hora de
pontificar sobre la libertad y la democracia y de combatir con encendida verborragia
las ideas, partidos y gobiernos de izquierda”.
El trabajo del profesor Borón, nos plantea la vertiente didáctica de esta nueva
arremetida neoliberal, porque no se trata solo de una propuesta económica, política
y judicial. Se trata de un esfuerzo colonizador de las conciencias, de las
subjetividades. Lo realizan con herramientas lúdicas, ocupando toda su capacidad
mediática. La llamada de la tribu es parte de esa estrategia.
En ese contexto, llama la atención el descuido de las izquierdas en Chile, por los
temas culturales, por las organizaciones donde el mundo de la cultura se organiza,
por la ausencia de debate en los espacios donde ese mundo político reflexiona.
Gracias a la divina providencia, en Chile no existe un escritor de ideas
conservadoras con la capacidad del Nobel peruano. Sin embargo, ello no quita el
constante apoyo a personajes de dudoso vuelo intelectual como Mauricio Rojas,
con su libro “El joven Karl Marx y la utopía comunista” amparada por la
Fundación para el Progreso (FPP) y Penguin Random House. O la iniciativa de la
misma editorial, junto a Las Últimas Noticias, cuyo objetivo es bombardear los
quioscos a nivel nacional, para difundir a un narrador y político de exiguo talento
como Roberto Ampuero.
El aparato cultural conservador se mueve con rapidez y astucia. En tanto las
izquierdas en Chile, tienen en el exilio de la discusión: al mundo cultural. Creen que
dando respuesta a los temas económicos, de arquitectura política y judicial es
suficiente. Pero les falta relato, les falta una erótica discursiva, novedosa,
irreverente. No basta con la tecnocracia, con los aparatos burocráticos que creen
que piensan y son solo sucursales de alguna línea de pensamiento, hay escasez de
insubordinación, de arrojo, bajo esas penosas circunstancias: bienvenido Atilio
Borón.

Por Omar Cid


Escritor
Crónica Digital, Santiago 9 de agosto 2019

1
Atilio Borón es profesor de Teoría Política y Social, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de
Buenos Aires desde 1986, investigador superior del CONICET y director del PLED (Programa Latinoamericano
de Educación a Distancia en Ciencias Sociales). Entre 1997 y 2006 fue Secretario Ejecutivo de CLACSO, el
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, organismo no-gubernamental internacional que agrupa a unos
doscientos centros de investigación y programas de posgrado de ciencias sociales en América Latina y el
Caribe. Autor de más de un centenar de artículos en temas de su especialidad ha sido profesor en programas
doctorales en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la Universidad de Columbia y la Universidad de
California/Los Angeles (UCLA).
2
De académicos e intelectuales: notas a propósito de la crisis de las ciencias sociales y el papel de la
universidad. Nº 291, (Abril-Junio de 2018) de la revista Casa.

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