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Cuidemos el Medio
Ambiente.
El reciclar o el reciclaje es un acto de suma importancia para la sociedad ya que el mismo supone la
reutilización de elementos y objetos de distinto tipo que de otro modo serían desechados,
contribuyendo a formar más cantidad de basura y, en última instancia, dañando de manera continua al
planeta.
Cuando hablamos de reciclar o de reciclaje hacemos referencia entonces a un acto mediante el cual un
objeto que ya ha sido usado es llevado por un proceso de renovación en lugar de ser desechado. Los
expertos en la materia consideran que casi todos los elementos que nos rodean pueden ser reciclados
o reutilizados en diferentes situaciones, aunque algunos de ellos, por ser extremadamente descartables
o por ser tóxicos no pueden ser guardados.
Además, el reciclaje de papel también reduce el gasto de agua y aceite. En cuanto al reciclaje de
productos de consumo hogareño y de oficina, como puede ser el del cartucho de la impresora, el
reciclaje reduce el costo en casi la mitad en comparación con la compra de cartuchos nuevos.
Vamos a conocer que tipo de productos deben ir en cada contenedor, y a diferenciar los materiales de
los que están hechos algunos envases o productos que usamos a diario. podrás completar esta
información con los diferentes tipos de reciclaje que verás en el menú lateral.
Los colores del reciclaje básicos son estos:
Color azul: En este contenedor de color azul, se deben depositar todo tipo de papeles y cartones, que
podremos encontrar en envases de cartón como cajas o envases de alimentos. Periódicos, revistas,
papeles de envolver o folletos publicitarios entre otros, también se deben alojar en estos contenedores.
Color amarillo: En los contenedores amarillos se deben depositar todo tipo de envases y productos
fabricados con plásticos como botellas, envases de alimentación o bolsas. Las latas de conservas y de
refrescos también tienen que depositarse en estos contenedores, siendo este último, uno de los
principales errores a la hora de reciclar.
Color verde: En este contenedor se depositan envases de vidrio, como las botellas de bebidas
alcohólicas. Importante no utilizar estos contenedores verdes para cerámica o cristal, ya que encarecen
notablemente el reciclaje de este tipo de material.
Color rojo: Los contenedores rojos de reciclaje, aunque poco habituales, son muy útiles y uno de los
que evitan una mayor contaminación ambiental. Podemos considerarlos para almacenar desechos
peligrosos como baterías, pilas, insecticidas, aceites, aerosoles, o productos tecnológicos.
Color gris: En los contenedores de color gris, se depositan los residuos que no hemos visto hasta
ahora, aunque principalmente se deposita en ellos materia biodegradable.
Color naranja: Aunque es difícil encontrar un contenedor de color naranja, estos se utilizan
exclusivamente para material orgánico. En caso de no disponer de este tipo de contenedor, como
hemos comentado, utilizaríamos el gris.
Quien tiene el hábito de reciclar no solo recurre a separar sus desechos de acuerdo a su origen
biológico, sino que también se aparta de esa idea de desechar todo lo obsoleto y revaloriza lo que para
otros ya estaría en condiciones de ser olvidado.
RECICLADORES, TESTIMONIOS DEL PRIMER ESLABÓN DE
TRANSFORMACIÓN DE RESIDUOS
A ojos de Marcela, “esto es para los que son empeñosos porque los
que son quedados nunca surgen” y añade que si bien hay familias con
hábito de reciclar, hay lugares que hacen el mínimo esfuerzo. “Falta
que las empresas, colegios o consultorios nos den los materiales”,
señala.
En esta nota, vamos a romper con los falsos testimonios, esos mitos del reciclaje
que pueden hacerte dudar de que sea el mejor ejercicio diario para el mundo.
“Para qué me voy a gastar, si termina quedando igual mezclado con todo
en los vertederos”
No es cierto: cada vez hay más iniciativas para darle un final responsable a los
residuos. El reciclaje es prácticamente una obligación para todos los
ciudadanos, porque, si bien no se recuperan todos los materiales, se reduce a
menos de la mitad la cantidad de desperdicios amontonados a cielo abierto.
Reciclar no es una pérdida de tiempo, sino más bien a la inversa. Cuanto más
tardemos en empezar, más tiempo vamos a estar perdiendo.
Es una red compleja, pero no por eso difícil de integrar en sistemas municipales.
Brasil cuenta con ejemplos de programas de inclusión que buscan encontrar más
que el precio justo del reciclaje y dan apoyo organizacional y financiero directo a
recicladores informales. En Londrina, el programa “Reciclando vidas” incorporó a
recicladores que trabajaban en el botadero al sistema municipal de recolección
selectiva, mejorando así las condiciones de trabajo y aumentando la cobertura
de 10,000 hogares a más de 50,000 entre el 2000 y el 2004. Por su parte, para
asegurar su participación en el sistema, recolectores ambulantes conformaron
ONGs y centros de acopio independientes, los cuales fueron igualmente
reconocidos por la municipalidad. El ejemplo de Londrina demuestra que, más
allá de la normativa fiscal a nivel nacional, el dar apoyo a recicladores informales
es finalmente competencia de las ciudades, sobre todo en localidades donde los
servicios de recolección son mayoritariamente públicos.
“Sonaba como una locura en ese momento, pero el tiempo nos ha dado la razón y hoy
se ha convertido en algo que es una tendencia a nivel mundial. Nadie creía que el
negocio del reciclaje del PET pudiera funcionar, pero ahora tenemos la planta
recicladora de PET grado alimenticio más grande del mundo. Es un orgullo para
México”, dice Jaime Cámara Creixell, director general de PetStar y presidente la
Comisión de Imagen de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac).
Las empresas enfrentan una prueba de fuego para demostrar que están comprometidas
con el medio ambiente. “No son tiempos fáciles para la industria del reciclaje. Y en
estos momentos valoro mucho más el compromiso de nuestro accionista, porque
demuestra que está aquí por una convicción en el largo plazo”, dice Cámara Creixell.
Pero no sólo la caída en los precios del petróleo pone a prueba a los negocios dedicados
al reciclaje, sino que también la lenta adopción de la cultura del reciclado en la
población mexicana y la coordinación de políticas entre los tres órdenes de gobierno.
Esta es la historia de los hombres que convirtieron la basura en oro y que hoy luchan
por apoyar al medio ambiente y mantener el negocio.
El reto de reciclar
En 1994, la crisis económica generada en México hizo que el negocio de Jaime Cámara
se fuera a la quiebra. Así fue como en 1995, el ingeniero industrial egresado de
la Universidad Anáhuac tomó la decisión de apostar por un negocio incipiente en el
país: la recolección de plásticos en los basureros.
Así se inició el desarrollo de una infraestructura para poder atender a los pepenadores.
Para 1996, ya eran los acopiadores de plásticos post consumo más grande de América
Latina y exportaban el material hacia el vecino país del norte.
En México, existen más de 120 millones de habitantes que han elevado su tasa de vida a
74.5 años, mientras que en las últimas seis décadas la población se cuadruplicó y la
edad promedio de las personas oscila entre los 23 y 29 años, tendencia que elevará el
consumo de productos y la generación de residuos.
En el país, 15 empresas reciclan PET, con una capacidad para reciclar 300,000
toneladas al año, lo cual requiere una inversión de 314 millones de dólares anuales.
Cerca de 50% del PET reciclado es de grado alimenticio, según la asociación.
PetStar recicla el equivalente a llenar el Estadio Azteca 2.4 veces al año, lo que
representan 50,000 toneladas del plástico.
Al utilizar resina de PET reciclada se disminuyen 87% de las emisiones contra la resina
virgen, mientras que la producción de PetStar equivale a sacar de circulación todos los
autos de la Ciudad de México por dos días.
Lo importante es reducir la materia prima en las botellas y reciclar más con menos. El
sistema Coca Cola ha tenido una reducción en PET de 25 por ciento, lo que se traduce
en adelgazamientos de sus envases, lo que obliga a las empresas a contar con una mejor
infraestructura para producir más resina reciclada.
Hoy, la importancia del reciclaje va más allá del medio ambiente y también se vuelve
importante en el impacto social que tiene en México.
Durante 2008, Pablo inició la búsqueda de capital para dar vida al proyecto Verdek y fue
hasta 2010 que su idea generó una primera compañía que dejaría por un conflicto con sus
socios, y fue hasta 2013 que Verdek nació como en la actualidad opera.
Verdek ha invertido casi tres millones de dólares para producir celulosa que se convierta
en la materia principal para construir hogares en el país. Cerca de 300 láminas diarias son
producidas desde las instalaciones de la empresa en Estado de México.
La tecnología también permite construir baños con biodigestor y hasta salones de clases
para recibir a 30 alumnos.
En la actualidad, Verdek ha instalado edificaciones con material reciclado en Querétaro,
Puebla, Tlaxcala y Morelos.
Existe un déficit de un millón 100,000 baños en el país, dice Pablo Kohan, quien también
es consejero de la Escuela de Diseño, Ingeniería y Arquitectura del Tecnológico de
Monterrey, campus Ciudad de México.
En México se utilizan 180,000 toneladas de Tetra Pak y en 2015 tan sólo se reciclaba un
ocho por ciento de la materia, mientras que el cartón de doble fondo de Tetra Pak tarda
hasta 300 años en biodegradarse, dice Pablo.
En el caso del Tetra Pak se espera que se recicle 40% de los envases hacia 2020, lo cual
sería equivalente a reciclar 100,000 millones de envases al año. Más de 150 empresas en
45 mercados reciclan materiales de cartón, dice Tetra Pak.
“Hay una empresa que a partir del material que todos consumimos y que podría ir a la
basura esta empresa lo recicla y se hacen recursos para la gente que menos tiene”, dice
orgulloso Pablo Kohan al hablar de Verdek.
El empresario originario de Argentina cree que a pesar de los vaivenes económicos que
vive México y el mundo existe un espacio para sumar valor al negocio del reciclado a
través de la incorporación de emprendedores en la industria.
Scrapital es un portal desarrollado para los participantes de la industria del reciclaje para
comprar, vender y subastar desde metales hasta residuos electrónicos.
La plataforma está diseñada para los usuarios del sector industrial y doméstico.
“Es necesario tener una oferta para garantizar que lo que estás produciendo no se vaya a
quedar sin materiales. La idea surgió de ahí”, dice González, quien se dedicaba al negocio
del plástico inyectado.
“Desde el principio sabíamos que no queríamos eso para nosotros”, dice el emprendedor.
La plataforma ofrece materiales limpios que ahorran costos asociados a su limpieza y que
pueden reducir el costo del proceso de reciclado.
“Espero que sea un parteaguas en la industria para que se puedan aprovechar mejor los
procesos, ya que estamos en un muy buen tiempo para ver cómo se están manejando las
empresas y el enfoque residencial”, asegura.
Para el director general de Pet Star la fórmula para vencer la caída del valor de las materias
primas vírgenes es lograr eficiencias en los costos, algo en lo que coinciden los tres
emprendedores consultados.
Verdek también lucha por desarrollar su propia tecnología y eficientar sus procesos en
un intento de ser más competitivo frente a los precios de las materias vírgenes.
“Es importante mantener comunicación con los gobiernos, y no sólo el federal, sino los
estatales y municipales para que implemente políticas públicas que incentiven el reciclaje
y no lo inhiban”, dice Cámara.
Jaime Cámara cree que estos son tiempos difíciles en donde sobrevivirán las empresas de
reciclaje comprometidas con el medio ambiente, y pondrá en tela de juicio el papel que
juegan las compañías en México.