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1 El entorno
Se denomina entorno a la parte del medio ambiente que interacciona con el proyecto en términos de fuente
de recursos y materias primas (recursos naturales, energía, mano de obra, etc.), soporte de los elementos
físicos (edificios, instalaciones, etc.) y receptor de efluentes a través de los vectores ambientales (agua, aire,
suelo, así como de otras salidas: empleo, conflictividad social, etc.).
2 Definición y delimitación
El ámbito geográfico del entorno corresponde al área de extensión de las interacciones que se pretende
analizar, por ello no puede definirse en conjunto y a priori, sino según exigencias del estudio de cada
fenómeno considerado. En principio el ámbito total sería la envolvente del territorio o cuenca espacial
afectada por el proyecto para cada factor; comúnmente se tratará de una superficie más o menos amplia,
continua y próxima al proyecto, pero en muchas ocasiones, la alteración puede manifestarse en áreas
lejanas y aisladas, configurando así un entorno discontinuo y no envolvente del proyecto; es el caso, por
ejemplo de la aparición de contaminantes en zonas alejadas del punto de emisión como consecuencia de un
funcionamiento hidrológico complejo y difícil de conocer.
El entorno es un sistema constituido por elementos y proceso cuyo estudio se facilita si se agrupan en
paquetes que, a su vez, son subsistemas de aquel; son los siguientes:
Medio físico: sistema constituido por los elementos y proceso del ambiente natural tal y como se
encuentran en la actualidad. En lenguaje del reglamento incluye: clima, aire, gea, suelo, agua,
vegetación, fauna, estructura y función de los ecosistemas y paisaje, sus interacciones y las que se
producen con resto de factores ambientales.
Población: sus actividades, sus atributos, formas de vida, pautas de comportamiento, cultura, etc. Y
las relaciones de todo tipo. Corresponde a los bienes materiales, relaciones sociales, condiciones de
sosiego público del reglamento y a los aspectos paralelos de la directiva 97/11 CE
Poblamiento: sistema de núcleos habitados, equipamientos e infraestructuras. La incidencia de un
proyecto en aspectos tales como el equilibrio territorial, jerarquía de núcleos, dotación de servicios
públicos, etc., además de una afección directa al patrimonio construido y a la población, supone
repercusiones indirectas en la mayor parte de los factores ambientales.
La aproximación al conocimiento del entorno debe hacerse de forma integrada, es decir mediante equipos
pluridisciplinares que, trabajando de forma coordinada, ponen el énfasis en la comprensión de la interacción
entre los elementos más que en los propios elementos: a este enfoque se denomina prospección integrada
del medio y se describe en el capítulo X de esta obra dedicada al inventario ambiental.
Conviene acompañar esta tarea de un análisis de la aceptación y/o conflictividad social generada por el
proyecto teniendo en cuenta el papel de la sociedad en la detección de los efectos ambientales relevantes y
en su importancia relativa. Por ello conviene considerar que dicha conflictividad puede producirse:
El inventario deberá quedar representado de forma gráfica en planos, mapas, diagramas de flujo,
esquemas y cuantas otras formas permitan transmitir con la mayor claridad la índole de lo que se describe,
su valor, su potencial y fragilidad de uso y localización. La fotografía aérea y las fotos satelitales son muy
útiles siempre que se disponga de escalas adecuadas.
Mapas temáticos: materiales, formas, procesos, suelos, corrientes y masas de agua, vegetación, hábitats
faunísticos, corredores, base paisajística, potencial de vista, incidencia visual, elementos singulares,
elementos culturales, infraestructuras rurales, vías pecuarias, usos y aprovechamientos del suelo,
poblamiento, etc.
La complejidad del entorno y su carácter de sistema, aconseja disponer los factores relevantes en forma de
árbol con varios niveles, el último de los cuales representará un subfactores muy simples y concretos. Aquí
se recomienda desagregarlo en los cuatro niveles siguientes:
Primer nivel: subsistemas, que son los tres planteados antes.
Segundo nivel: medios, que es la división subsecuente a los subsistemas.
Tercer nivel: factores, que corresponden básicamente a los enumerados en la directiva 97/11 y el
reglamento de EIA. Este nivel reúne los conceptos más importantes y básicos de evaluación.
Cuarto nivel: subfactores o división de los factores en conceptos de muy nítida definición y muy
concretos.
Como en el caso de las acciones, los factores que se identifiquen como relevantes – es, decir, susceptibles de
recibir un impacto significativo – deben reunir las condiciones de:
Los factores ambientales deben quedar localizados en mapas temáticos y descritos en magnitud, evolución,
etc. Por otro lado conviene aportar, si ello es posible, información sobre los conceptos que determinan
directamente la significación del impacto que reciben y su aceptabilidad; se trata de los siguientes:
Tasa de renovación: para los recursos naturales renovables que va a utilizar la actividad
proyectada.
Ritmos de consumo: que pueda permitir una gestión correcta y una adaptación al medio a los
cambios que introduce el proyecto.
Intensidad de uso: a la que podría ser utilizado el recurso sin que provocase degradaciones
permanentes teniendo en cuenta las limitaciones previsibles para la gestión del recurso y el control
de su aprovechamiento.
Vocación natural: de uso y aprovechamiento del recurso.
Limitaciones de uso: que imponen los procesos y riesgos activos existentes en el territorio.
Capacidad de dispersión de la atmosfera: para los contaminantes potenciales.
Capacidad de autodepuración de los cursos y masas de agua: para los vertidos previsibles de la
actividad proyectada.
Protección natural de los acuíferos subterráneos o la contaminación frente a los vertidos posibles.
Capacidad del suelo para procesar los residuos previsibles.
La identificación de los factores relevantes y su organización en forma de árbol, se facilita progresando por
aproximaciones sucesivas, y haciendo uso de los mismos instrumentos que se citaban para detectar las
acciones del proyecto causa de impacto: cuestionarios, consulta a paneles, entrevistas en profundidad,
escenarios comparados, matrices generales causa-efecto, grafos genéricos de relación causa-efecto,
listados incluidos en modelos generales, como el programa IMPRO, por ejemplo. Sin embargo estos
instrumentos, desarrollados para situaciones y contextos generalmente muy distintos del caso a que se
aplica, nunca deben sustituir, solo ayudar, a una seria reflexión sobre el proyecto a evaluar y su entorno.
5 Herramientas
planos, mapas, diagramas de flujo, esquemas