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XXI

EL PROCESO DE LA
EDUCACIÓN
DEL VIRREINATO A LA
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

JAIME JARAMILLO URIBE


254 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 255

B. LA REPÚBLICA. LAS REFORMAS DE SANTANDER

Una vez conquistada la independencia nacional, la organización


de un sistema de educación pública fue una de las primeras preo­
cupaciones de las autoridades republicanas. La idea era conse­
cuente con la formación intelectual ilustrada de la élite criolla,
que desde fines del período colonial había planteado la moderniza­
ción de la enseñanza, sobre todo de la enseñanza superior, a la cual
esa élite había comenzado a tener acceso desde las últimas décadas
del siglo x v i i i . En este grupo militaban Santander, José Manuel
Restrepo, Estanislao Vergara, Zea, Joaquín Acosta, Castillo y Rada,
Caldas, Jorge Tadeo Lozano, Joaquín Camacho y muchos otros.
Bolívar tenía una formación intelectual semejante. No debe olvi­
darse que la gestión cultural de España en América había sido uno
de los blancos de la crítica de los criollos y una de las justificacio­
nes del movimiento de independencia.

El 6 de octubre de 1820 el general Santander, como vicepresi­


dente de Colombia, dictaba un decreto firmado por Estanislao
Vergara como secretario del interior, ordenando la organización de
escuelas de primeras letras. Todas las ciudades, villas y lugares que
tuvieran bienes de propios procederían a fundar una escuela y a
pagarla con el producto de dichos bienes (artículo 1<?). Los conven­
tos de religiosos, con excepción de los de San Juan de Dios, deberían
igualmente establecer una escuela, que dirigiría un religioso del
convento. Las parroquias y pueblos llamados “de blancos” que
tuvieran más de 30 vecinos tendrían una escuela pública costeada
por dichos vecinos, a través de una contribución que fijaría el
alcalde del lugar y que no podría ser ni inferior a $ 200 anuales,
ni superior a $ 300. En los pueblos de indígenas también habría
una escuela, de conformidad con el decreto dictado por el Liber­
tador el 20 de mayo del mismo año.

Los maestros deberían enseñar a los niños lectura, escritura,


aritmética y los dogmas de la moral cristiana. “Les instruirán en
los deberes y derechos del hombre en sociedad y les enseñarán el
ejercicio militar todos los días de fiesta y los jueves en la tarde”.
MANUAL DE HISTORIA I I I 257
256 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN

Para este efecto, dice el artículo 81


? del mencionado decreto, “los Quito, conforme al método lancasteriano, y en el mismo decreto
niños tendrán fusiles de palo y se les arreglará por compañías, se ordenaba a los gobernadores de las provincias enviar a Bogotá
nombrándose por el maestro los sargentos y cabos entre los que un maestro para que se instruyera en el nuevo método, y luego de
tuvieren mayor disposición. El maestro será el comandante” 20. un examen regresara a difundir las nuevas orientaciones.

Aunque, seguramente la práctica no iba a corresponder exac­


Como era frecuente en las disposiciones legislativas de la
época, el primer decreto educativo de la República contenía precep­ tamente a los ambiciosos planes teóricos, el país comenzó a orga­
nizar un sistema de educación pública y a realizar lentos progresos.
tos morales y pedagógicos en abundancia, todos impregnados de la
Como la República había abierto no sólo sus aduanas a las mercan­
filosofía filantrópica característica de la pedagogía ilustrada que
llegaba a la Nueva Granada por los canales de la influencia cías inglesas sino también sus fronteras intelectuales a las influen­
cias europeas, se seguía con mucha atención la marcha de los
intelectual inglesa y francesa. El decreto proscribía el uso de la
férula y sólo autorizaba el azote “cuando los defectos del niño sistemas educativos, particularmente el movimiento de la Gran
Bretaña. Bolívar y Santander personalmente habían entrado en
denotasen depravación”. Para otras faltas se usarán “castigos más
contacto epistolar con Joseph Lancaster, quien con sus escuelas
decorosos” teniendo presente la diversidad de condiciones que debe
dominicales y su método de instrucción mutua había comenzado
haber entre los escolares y la diferencia de genio y condición. Se
a difundir la enseñanza popular en Inglaterra. Lancaster estuvo en
tenía en cuenta el principio pedagógico de la individualización
Caracas, llamado por Bolívar. A Bogotá, enviado por la British
de la enseñanza y la disciplina. No faltó en este primer estatuto
and Foreign Society, llegó James J. Thomson, quien fundó sendas
educativo de la República la preocupación por el indio. El artículo
escuelas para niños y niñas en la capital. El nuevo sistema, que se
12 encarece a los gobernadores y alcaldes la educación de los indí­
basaba en la utilización de los alumnos avanzados como instruc­
genas, “antes llamados indios” para que puedan salir “del embru­
tores de los menores, hizo rápidos progresos. En 1825 había en
tecimiento y la condición servil a que por tantos años han estado
sujetos”. Bogotá y sus alrededores 11 escuelas lancasterianas y 32 de las
antiguas, según lo informaba la Gaceta Oficial. Por la misma época,
El Congreso de Cúcuta (1821) abundó en los mismos propósitos. también se fundaron estos centros de enseñanza en Antioquia,
Al efecto expidió tres leyes referentes al establecimiento de escuelas Mariquita, Neiva, el Socorro y otras provincias21.
para niñas en los conventos de religiosas, la reforma de los colegios
y casas de educación y la creación de escuelas de primeras letras. Junto a las escuelas de primeras letras se dio atención a los
En desarrollo de autorizaciones contenidas en ellas, Santander con­ colegios y a las casas de estudio. Estas combinaban los estudios
tinuó su ambicioso plan legislativo en materias de educación. primarios y los secundarios. Se ingresaba a ellas para adquirir las
primeras letras y para iniciarse en lo que entonces era la enseñanza
Entre 1822 y 1836, se crearon colegios y casas de estudio en Tunja,
Ibagué, Medellín, Cali, Pamplona, Santa Marta, San Gil y Carta­ media, algo que no iba muy lejos de la enseñanza primaria de las
escuelas modernas. En aquellas ciudades donde había universidad,
gena. Se crearon y reorganizaron las universidades de Santa Fe,
los colegios quedaban incluidos en ellas. Donde no existían les era
Popayán y Cartagena, y finalmente se redactó el Plan general
prohibido incluir cátedras de tipo universitario y otorgar títulos
de estudios superiores, el 3 de octubre de 1826. También se pensó
en teología, jurisprudencia o medicina. Pero de hecho, esta medida,
entonces en las escuelas normales para la formación de maestros.
que se encaminaba a mejorar la enseñanza profesional reserván-
En 1822 se crearon las escuelas normales de Bogotá, de Caracas y de

21 Gaceta de Colombia, septiembre 15 de 1822.


20 Codificación Nacional, vol. III, págs. 401-451.
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dola únicamente a las universidades, no tuvo cumplimiento en la Aunque se daba prioritaria atención a la educación masculina,
práctica. Para responder a las vanidades localistas se autorizaron la femenina hizo también algunos progresos. L a Sociedad de Edu­
cátedras de filosofía en la Casa de Estudios de B uga y en el Colegio cación Primaria estableció escuelas lancasterianas para niñas en
de Pamplona; de filosofía y medicina, en el de Vélez; de jurispru­ los conventos de Santa Inés y Santa Clara, y Rufino Cuervo fundó
dencia, en la Casa de Chiquinquirá; de teología, en Antioquia; de el Colegio de la Merced, donde junto a la formación religiosa y en
teología y medicina, en el Colegio de San Gil. Como resultado del economía doméstica se enseñaban lenguas modernas, gramática y
interés de los gobiernos republicanos por las ciencias aplicadas y música. El norteamericano John Stewart, que vivió en Bogotá en
por modernizar el contenido de los planes de estudio, el Plan general 1836, observaba que el país hacía lentos progresos en educación,
ordenaba a los colegios incluir cátedras de lenguas modernas pero que ésta había ganado independencia con respecto al clero.
(inglés y francés), matemáticas, química, física y botánica. Observaba también que en Barranquilla y Mompós se veían más
El interés por la educación se reveló también en la creación niños en las escuelas que en Bogotá.
de una Dirección General de Instrucción Pública, a cuyo frente Contestando la opinión de quienes afirmaban que los cambios
fue puesto el doctor José Félix de Restrepo. Como asesores fueron producidos por la Independencia eran de poca significación o iban
designados Vicente Azuero y Estanislao Vergara. Se crearon tam­ muy lentos, un comentarista de El Constitucional de Cundina-
bién comisiones para las diversas ramas educativas. Para la escuela marca comparaba la situación educativa de la época colonial con
primaria, José Rafael Revenga, Francisco Soto y Rufino Cuervo. la obra cumplida por la República:
Para los colegios y universidades, José Manuel Restrepo, Castillo “Bajo la dominación española había en la Nueva Granada las
y Rada, Vicente Azuero, Fernández Madrid, Gerónimo Torres y siguientes casas de educación e instrucción pública: en Bogo­
José María Estévez.
tá, dos colegios, el del Rosario y el de San Bartolomé, incluso
Producida la disolución de la Gran Colombia, la República en este último el seminario. En Cartagena, Popayán y Panamá
de Nueva Granada continuó sus esfuerzos en pro de la educación cuatro seminarios conciliares. En lo que hoy es la Nueva G ra­
elemental y universitaria bajo la presidencia de Santander, quien nada sólo había una universidad a cargo de los frailes domi­
para este efecto contó con la colaboración de Rufino Cuervo, uno nicanos.
de los más fervorosos promotores de la educación pública. En su Bajo el gobierno republicano se han fundado: en Bogotá
calidad de gobernador de la provincia de Bogotá, Cuervo fundó un colegio para ordenados; en Casanare una Casa de Estudios;
en 1833 la Sociedad de Educación Primaria. Joaquín Mosquera en Cali un colegio y en Buga una Casa de Educación. En Iba-
actuó como presidente, Pastor Ospina y el coronel Acosta como gué un colegio que ha decaído. En Mompox se ha reorgani­
secretarios. Al iniciarse el año de 1833 el gobierno informaba al zado el colegio que fundó Pinillos. En Pamplona un colegio y
Congreso que existían en el país 378 escuelas con 10.499 alumnos. en Floridablanca otro. En Panamá se ha reorganizado el que
Al término de su gobierno en 1836, Santander en su mensaje final existía y lo mismo en Santa Marta; en Pasto un colegio, otro
afirmaba la existencia de 1.000 escuelas, entre públicas y privadas, en el Socorro, otro en San Gil y otro en Tunja. Y en Chíquin-
y una población escolar de 26.070 alumnos. Es decir, 672 escuelas y quirá se ha elevado a la clase de colegio la casa de educación
15.571 alumnos más con respecto al año en que se había iniciado fundada por el doctor Paniagua.
su gobierno22. Para las niñas se ha fundado el Colegio de la Merced de Bogo­
tá. Existen universidades: la Central en Bogotá, la del Cauca
22 S antander, Mensaje al Congreso, 1826. en Popayán y la del Magdaiena existente en Cartagena” .
260 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA n i 261

Luego, citando a Restrepo, el articulista alude a lo que era regreso de los jesuítas al país y su reincorporación a la ense­
el contenido de la enseñanza en colegios y universidades, donde ñanza (1844).
estaban ausentes las ciencias y contrasta la situación con las inno­
Por medio de la ley 21 de 1842 se reformó el régimen de la
vaciones de la República al introducir las ciencias naturales, la
Universidad. El decreto de 2 de mayo de 1844, reglamentó la ense­
física, la botánica, la zoología y la mineralogía en lo que entonces
ñanza primaria y normalista promulgando un Código de Instrucción
se llamaba “filosofía” , y menciona la creación de la Facultad de
Pública de 48 capítulos y 438 artículos. El principio que informaba
Medicina con cátedras de farmacia, anatomía, terapéutica, patolo­
toda esta legislación, siguiendo la tradición “borbónica” de los go­
gía general y nosología. También destaca la transformación efec­
biernos posteriores a la Independencia, era la intervención del Esta­
tuada en la enseñanza del derecho al introducir las cátedras de
do en la educación pública y privada, aunque se respetaba el prin­
administración, derecho constitucional, derecho civil “moderno” y
cipio de la libertad de enseñanza, es decir, la libertad de organizar
legislación. Algo, pues, había cambiado, termina diciendo el articu­
establecimientos privados por parte de los ciudadanos y la de enviar
lista de El Constitucional 23.
los hijos a la escuela preferida por los padres. El sistema de la ense­
ñanza elemental comprendía escuelas normales, primarias para
C. LA C O NTRARREFORM A DE OSPINA R O DR ÍGU EZ niños y niñas separadas, escuelas talleres, escuelas para adultos, y
salas para infantes. Por supuesto, la división fue poco real, pues
Al finalizar el gobierno de Márquez y tras la guerra civil de los es muy improbable que dados los medios de que disponía el país, la
“supremos” (1839-1841) durante el gobierno de Herrán el sistema diferenciación haya podido llegar a esos grados. No se tiene noticia
educativo sufrió otro cambio radical. Como fue frecuente en el siglo de que las escuelas para infantes, cuyas madres tenían que trabajar,
pasado, todos los problemas sociales se explicaron por fallas en la hubieran existido realmente. Tampoco de las escuelas para adultos
educación, de manera que después de un período conflictivo o de o de las escuelas talleres que no pasaron de ser proyectos.
una guerra civil los gobiernos procedían a efectuar una reorgani­ El plan de Ospina Rodríguez, siguiendo ideas que reiterada­
zación en los planes y contenidos de la educación pública. En este mente había expresado, acentuaba la importancia de las “ciencias
caso la reforma estuvo ligada al nombre de Mariano Ospina Rodrí­
útiles”, de la formación moral y, sobre todo, de la disciplina. El
guez como ministro del Interior. Ospina había sido un crítico propósito de la formación escolar, decía en su introducción, es la
permanente de la orientación de la educación nacional. Había
instrucción moral y religiosa, la urbanidad y la corrección y pro­
fomentado el estudio de las ciencias modernas en Antioquia, defen­
piedad de la lectura, la elegancia y el buen gusto en la escritura,
día tenazmente la enseñanza de las “ciencias útiles” y veía en la
la gramática y la ortografía de la lengua castellana, la aritmética
preferencia por las profesiones tradicionales (derecho, teología,
comercial, la teneduría de libros, la geometría, el diseño y su apli­
medicina) uno de los obstáculos del progreso nacional. Alguna vez
cación a la agrimensura, los principios de la geografía y la historia
previno a sus hijos sobre los peligros de un gusto excesivo por
de la Nueva Granada y los elementos de la agricultura y la eco­
la literatura, pues según su información, “nadie había encontrado
nomía. El plan tenía un cierto balance entre contenido humanís­
minas de oro en el Parnaso”. Con particular energía adelantó un
tico y técnico.
plan completo de reformas tanto de la escuela elemental, como
de los colegios y universidades. A su gestión se debió, además, el Al parecer, el proyecto no tuvo mucha resonancia en las cáma­
ras provinciales, pues en su mensaje al Congreso de 1844, el señor
23 El Constitucional de Cundinamarca, núm. 220, diciembre 6 de 1835. Ospina decía:
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“En 1842 se manifestó por la secretaría a mi cargo a la legisla­ riano, el individual y el simultáneo, según fueran las condiciones
tura la necesidad de dar a la instrucción pública una dirección reales del medio. En escuelas de muchos alumnos se emplearía el
conforme con las necesidades del país, haciendo que no se lancasteriano, en los grupos medios el simultáneo — un maestro
consagre enteramente a formar abogados, médicos y teólogos, para todo un curso— y en el caso de unos pocos estudiantes, el indi­
único objeto a que antes se dedicaban los establecimientos de vidual. El plan daba instrucciones sobre premios y castigos. Se
enseñanza. . . Pero a pesar del clamor general a favor de tal proscribían la férula y los castigos humillantes, se recomendaba
enseñanza y contra la excesiva multiplicación de médicos y hacer agradable la enseñanza y evitar la fatiga de las interminables
abogados y sobre todo de tinterillos y charlatanes, abortos de lecciones. No parece que estos principios hayan tenido mucha vigen­
los malos estudios de jurisprudencia y medicina, la mayor cia práctica. En sus Memorias, Aquileo Parra evoca su propia expe­
parte de las cámaras sólo se apresuraron a lamentar que se riencia de escolar. Los profesores eran déspotas que aprovechaban
pretendiese poner en ejecución la ley citada de 15 de mayo, toda oportunidad para humillar a los alumnos. Los castigos eran
que mandó preferir en todos los colegios la enseñanza de las severos. Los estudiantes mismos se convertían en verdaderos sal­
ciencias matemáticas, físicas y naturales de una utilidad posi­ vajes cuando lograban evadirse de las duras condiciones de la dis­
tiva, según las circunstancias de cada provincia, y los idiomas ciplina escolar. Recuerdo con horror, dice Parra, las patadas que
vivos, la geografía y la historia, y que autorizó a las cámaras se daban en las horas de recreación. Aquello era literalmente un
para traer de países extranjeros profesores, máquinas, apara­ campo de muías. Armaban tremendas broncas nocturnas y tenían
tos y libros y lo demás que se requiere para establecer ense­ que ser llamados al orden por las autoridades. En los ejercicios
llamados sabatinas, los estudiantes tenían el privilegio de castigar
ñanza práctica de aquellas ciencias y de los conocimientos
al estudiante que fallaba en las respuestas que le pedían: era dura­
industriales más ventajosos para la respectiva localidad”.
mente golpeado con una regla. Generalmente estas prácticas ter­
Agregaba que, desgraciadamente, “todavía pesa más el prestigio minaban en grandes broncas. Los estudiantes de los colegios, que
de las viejas profesiones que la opinión favorable a las artes útiles e eran una mezcla de cursos primarios y secundarios, fueron obliga­
industriales”. En el mismo informe se dice que en el país existían dos a llevar insignias con la bandera y el nombre de su colegio para
491 escuelas públicas y 712 privadas. En las públicas una población que pudiesen ser identificados y vigilados por la policía25.
escolar de 26.924 alumnos, entre ellos 19.161 varones y 7.763 niñas;
241 escuelas y 4.087 alumnos más que en el año anterior24. La educación privada y la femenina hicieron progresos en el
período. El español José Diéguez y su esposa Manuela Mutis funda­
Ospina tenía sin duda una gran vocación docente. Fue entre ron en 1844 los dos primeros colegios privados para varones y
sus contemporáneos uno de los más preocupados por los problemas mujeres. Don Lorenzo M aría Lleras fundó el Colegio del Espíritu
prácticos y teóricos de la educación. Catedrático de ciencias y eco­ Santo, siguiendo el modelo de los colegios americanos, dando im­
nomía política, él mismo, en su plan y en la práctica se preocupó
portancia especial a las ciencias naturales y los idiomas modernos,
mucho por los métodos pedagógicos y por el ambiente que el
especialmente al inglés. Jugó un papel importante en la formación
maestro debía crear en la escuela. El plan de 1842 previo la fun­
de la generación radical. Por razones económicas tuvo que cerrarse
dación de escuelas normales. La primera se abrió en Bogotá, en
durante el gobierno de José Hilario López.
1843. En cuanto a métodos de enseñanza se abogó por el lancaste-

25 A q u il e o P arra , Memorias 1825-1826, cit. p o r E v e l in J. G o c g in - A h e r n , Develop­


24 M a r ia n o O s p in a R o d r íg u ez , Memoria del Ministro del Interior, 1844.
ment of Education in Colombia (1820-1850).
264 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 265

D. LA REFORMA RADICAL DEL 70 tradición nacional. Algunos de sus más tenaces opositores la decla­
raron responsable de la guerra civil de 1786.

El decreto orgánico de la instrucción pública primaria del


a. La instmcción obligatoria
19 de noviembre de 1870, dictado en desarrollo de leyes anteriores
que autorizaron al gobierno del general Salgar para reorganizar la
Paz, caminos y escuelas constituían el programa radical según
institución pública, fue el instrumento jurídico de la reforma.
Camacho Roldán. El grado en que lograron estos objetivos los go­
Verdadero código educativo, fijó las normas del sistema en 10 capí­
biernos del 60 al 80 fue muy diverso, pero probablemente fue en la
tulos y 295 artículos. Todo está allí previsto, desde la organización
educación y en la cultura donde sus realizaciones fueron mayores.
general administrativa, hasta los métodos de enseñanza, los siste­
U na república de catedráticos llamó alguien a la Colombia de aque­
mas disciplinarios, la forma y estilo de las construcciones escolares
llos años. Y evidentemente la política, la docencia y en no pocas
y los ideales m orales26.
oportunidades la milicia fueron la gran vocación de la generación
radical. L a fe en la educación como la vía más apropiada para Lo primero que debe destacarse es su propósito de dar a la
conquistar la civilización que entonces se perseguía tan afanosa­ educación una administración unitaria y autónoma dentro de las
mente, quizá no se tuvo nunca ni se ha vuelto a tener en la historia funciones administrativas del Estado. Por primera vez se crea una
nacional como en aquel momento. El esfuerzo por crear un sistema Dirección Nacional de Instrucción Pública, anexa al Ministerio del
de educación pública y por llevar la escuela de las primeras letras Interior, ciertamente, pero con las funciones y responsabilidad sufi­
a todos los rincones de la República fue sin duda la mayor realiza­ cientes para asegurar el desarrollo de una política educativa.
ción de los gobiernos de la era radical. L a reforma de 1870, llevada El director general de Instrucción Pública, alto funcionario con el
adelante por el gobierno del general Eustorgio Salgar con el apoyo rango de un ministro de gabinete, era nombrado por el presidente
del entonces secretario del Interior Felipe Zapata y continuada con de la República con aprobación del Senado. La categoría que quiso
alternativas por los gobiernos anteriores a la Regeneración, puede dársele al cargo queda comprobada por las personas que lo desem­
juzgarse como la de mayor aliento en la historia de la cultura peñaron en los años inmediatamente siguientes: Manuel María
nacional, sobre todo si se tienen en cuenta los precarios anteceden­ Mallarino, expresidente de la República (1870), Santiago Pérez
tes de donde partía. Abarcó todos los aspectos de la educación, la (1872), Venancio Manrique (1873), Juan Félix de León (1874),
escuela primaria, la secundaria y los estudios universitarios. Por Enrique Cortés (1876). En los Estados Federales se crearon los direc­
primera vez el país dio prioridad a la escuela de primeras letras. Por tores de instrucción pública, nombrados por los presidentes de los
primera vez también se intentó establecer la escuela gratuita, respectivos Estados de candidatos propuestos por el ejecutivo na­
obligatoria y religiosamente neutral. La reforma del 70 se caracte­ cional. Estas eran las cimas de una organización jerárquica. En la
rizó también por tener una concepción integral del problema edu­ base estaban los directores de escuela, los inspectores seccionales,
cativo, ya que incluía desde la formación del maestro hasta la un consejo de instrucción pública en cada Estado Federal, compues­
construcción de los edificios escolares y la formulación de una to por los inspectores y el director seccional, y juntas de vigilancia
concepción pedagógica coherente con el desarrollo de las ciencias en todos los distritos municipales. A estas juntas de vigilancia
y con una concepción política de los fines del Estado. Por las mis­
mas razones fue apasionadamente combatida por quienes la consi­ 26 “ D e c r e to o r g á n ic o dt> in stru cció n p ú b lic a ", pn Escuela Normal, num . 1. en ero
deraban responsable de una ruptura demasiado profunda con la 7 de 1871
266 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 267

locales, nombradas entre los “ciudadanos más ilustrados del dis­ “Es un deber de los directores de escuela hacer los mayores es­
trito”, según reza el decreto, les fueron atribuidas funciones muy fuerzos por elevar el sentimiento moral de los niños y jóvenes
importantes, entre ellas el control del cumplimiento de la obliga­ confiados a su cuidado e instrucción, y pava grabar en sus
toriedad de asistencia de los niños a la escuela. corazones los principios de piedad, justicia, respeto a la verdad,
amor a su país, humanidad y universal benevolencia, toleran­
Los gastos de sostenimiento y las obligaciones administrativas cia, sobriedad, industria y frugalidad, pureza, moderación y
fueron divididos entre la Nación, los Estados federales y los distri­ templanza, y en general todas las virtudes que son el orna­
tos municipales. La Nación tendría a su cargo el sostenimiento de mento de la especie humana y la base sobre que reposa toda
una escuela normal nacional, creada por el mismo decreto para sociedad libre”.
preparar los altos funcionarios del sistema educativo y de las es­
cuelas normales que funcionarían en la capital de cada Estado, los Difícilmente podría enunciarse mejor el decálogo de las virtu­
gastos de la inspección nacional y la provisión de libros y útiles des que constituyeron el modelo de vida de la buena sociedad bur­
de enseñanza y el sostenimiento de las bibliotecas públicas. Los guesa liberal en su etapa de formación y ascenso y el ideal del
Estados federales tendrían a su cargo el mantenimiento de las es­ ciudadano propio del liberalismo clásico:
cuelas rurales, los gastos demandados por los consejos de instruc­ “Los maestros dirigirán el espíritu de sus discípulos, en cuanto
ción pública y el apoyo pecuniario a los distritos que por sus escasos su edad y capacidad lo permitan, de manera que se formen una
recursos no alcanzaran a costear una escuela pública. Los distritos clara idea de la tendencia de las mencionadas virtudes para
municipales deberían ofrecer las construcciones escolares, los mue­ preservar y perfeccionar la organización republicana del go­
bles, pagar los gastos de la inspección local y proveer fondos para bierno y asegurar los beneficios de la libertad”.
vestido de los niños indigentes. Las escuelas fueron divididas en
Pero quizá donde mejor se observan los principios que alimen­
cinco tipos: primarias; primarias superiores; de niñas; normales
taban la formación espiritual y mental de la generación radical, es
nacionales y seccionales; y casas de asilo. Estas últimas, especie de
en los preceptos relacionados con la obligatoriedad de la educación
salas-cunas u hogares infantiles donde se mantendrían los hijos
primaria y con la función de la formación religiosa. Por primera
de las madres que tuviesen que trabajar.
vez en la historia política y legislativa del país se imponía la ins­
El espíritu pedagógico que impregna todo el plan coincide trucción obligatoria. Toda la legislación anterior había definido \a
con las corrientes ilustradas de la pedagogía europea. Se proscri­ educación pública como gratuita, pero no obligatoria. El artículo
ben los castigos corporales “que puedan debilitar el sentimiento 87 del decreto orgánico la definía así:
del honor” ; se prohíbe toda clase de preferencias por razón del “Los padres, guardadores, y en general todos los que tienen
origen social de los estudiantes, sea para el premio o el castigo; niños a su cargo, o los emplean y reciben en aprendizaje, están
se insiste en la observación de las cosas y la naturaleza, especial­ obligados a enviarlos a una de las escuelas públicas del Distrito,
mente en el desarrollo de los programas de ciencias naturales. El o a hacer que de alguna manera se les dé la suficiente instruc­
decreto orgánico y su desarrollo en la política educativa están im­ ción. Esta obligación se extiende a todos los niños desde la edad
pregnados de un profundo moralismo político. El ideal de la edu­ de siete hasta la de quince años cumplidos. Para los mayores de
cación es la formación del ciudadano virtuoso, tal como lo inter­ quince años la concurrencia a las escuelas es potestativa, pero
pretó la mentalidad liberal y democrática del siglo xix. El artículo deberá en todo caso ser recomendada con instancia por los fun­
31 del título iit es un buen ejemplo de ello. Dice así: cionarios locales y las comisiones de vigilancia de las escuelas”.
268 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 260

Para hacer efectivo este mandato se establecieron sanciones la conducción de la política educativa. Aun gobiernos de orienta­
que pudieron llegar hasta el nombramiento de tutores y guarda­ ción tradicionalista y conservadora como el de Herrán, y dirigentes
dores que para este efecto pudieran suplantar la patria potestad del que será el partido conservador en la segunda mitad del siglo,
de los padres. Sin embargo, no fueron tan optimistas los legisla­ como Mariano Ospina, Márquez y Rufino Cuervo, habían otorgado
dores del 70 como para no darse cuenta de las dificultades reales su asentimiento a la institución del patronato, aunque hubieran
que, dadas las condiciones del país, se presentarían para la efec­ propiciado, como fue el caso de Ospina Rodríguez, el mantenimien­
tividad de este mandato. Varias disposiciones suficientemente flexi­ to práctico de muy íntimas relaciones con la Iglesia, y hubieran
bles trataron de salvar obstáculos. Las familias que pudieran com­ auspiciado medidas como el reingreso de los jesuítas al país para
probar que en sus propias casas daban suficiente instrucción a sus hacerse cargo de la dirección de planteles públicos y fundar casas
hijos, podían ser eximidas de la obligación de enviarlos a las de estudio.
escuelas públicas o privadas. Los niños que fueran requeridos por
La ruptura de esta tradición fue iniciada por José Hilario López
sus padres para trabajar, podrían asistir en ciertas horas de la jor­
en 1850, cuando el ya formado partido liberal decidió acoger como
nada. A los que vivieran a gran distancia de la cabecera del distrito
base de su política el principio mantenido por algunos sectores
se les computaría en las horas de trabajo escolar el tiempo que
liberales europeos que se expresaba en la famosa frase de Cavour:
emplearan en llegar a las escuelas y volver a su casa. Pero de los
“Iglesia libre en el Estado libre”. Es decir, la política de la separa­
verdaderos obstáculos que tenía la realización del ideal de la escuela
ción de poderes, que abría el paso a la secularización de las acti­
obligatoria, de la incapacidad fiscal del Estado para proveer de
vidades del Estado. A eso que el señor Caro criticaba en todas las
escuelas urbanas y rurales al país o de suministrar maestros y
constituciones anteriores al 86 y que él y los legisladores de la Rege­
materiales, los legisladores del 70 no parecieron darse cuenta en su
neración trataron de cambiar volviendo al régimen concordatario
ilimitado optimismo.
o de colaboración entre las dos potestades hasta llegar a un límite
muy cercano al de la subordinación del Estado a la Iglesia, particu­
larmente en lo que se refiere a cuestiones de educación.
b. Educación, Iglesia y Estado
Los hombres de la generación radical estaban poseídos de tres
El segundo aspecto del contenido político y espiritual de la convicciones: primera, el sistema republicano y democrático no
reforma, el que más controversias produjo y el que a la postre puede sostenerse sino con el apoyo de una ciudadanía ilustrada.
causó el relativo fracaso de ella, fue el referente al contenido reli­ Sin un mínimum de educación carecen de realidad instituciones
gioso de la enseñanza y a las relaciones con los poderes eclesiásticos. como el sufragio, las libertades públicas y los planes de progreso
La historia de las relaciones del Estado y la Iglesia, particular­ económico y social; segunda, la Iglesia, ligada como estaba en la
mente en lo que respecta a la intervención de ésta en la edu­ Nueva Granada a los más atrasados sectores sociales, y a ideologías
cación, había presentado muchas alternativas desde que se produjo monárquicas o antidemocráticas, no puede llevar a cabo la tarea
la Independencia y desde el primer gobierno del vicepresidente de conducir la educación popular; tercera, la educación es un deber
Santander. Éste y los gobernantes anteriores a 1850 habían man­ y un derecho del Estado y una de las expresiones de su soberanía.
tenido con firmeza la institución del patronato heredada de la Por eso, si bien no fueron abiertamente anticlericales — o lo fueron
monarquía española. De hecho el patronato implicaba la subordi­ en menor grado y con procedimientos y matices diferentes de los
nación de la Iglesia al Estado y una gran independencia de éste en liberales del 50— , por lo menos promulgaron la idea de la neu­
270 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL L>r: HISTORIA I I I 271

tralidad del Estado y del sistema de educación pública en materia c. La Escuela Normal y la misión alemana
religiosa. Ni siquiera proclamaron el laicismo que era la consigna
de los gobiernos liberales latinoamericanos de la época. Según las
Uno de los más eficaces instrumentos de la reforma del 70 y de
disposiciones del decreto orgánico, la escuela oficial no impartiría sus más logradas realizaciones fue la publicación de La Escuela
enseñanza religiosa obligatoria, pero no la excluiría; por el con­
Normal, revista bisemanaria, órgano de la Dirección Nacional de
trario, colaboraría para que los ministros del culto la impartieran. Instrucción Pública. Editaba 3.000 ejemplares en cada entrega, que
A l respecto decía el decreto orgánico, en el artículo 36: El gobier­ se distribuían en gran parte gratuitamente. En sus páginas se
no no interviene en la instrucción religiosa; pero las horas de la publicaron numerosos textos de enseñanza por entregas, se man­
escuela se distribuirán de tal manera que a los alumnos les quede tuvo informado al público y a los maestros y profesores no sólo
tiempo suficiente para que, según la voluntad de los padres, reciban de las disposiciones oficiales sino de la marcha del movimiento
dicha instrucción de los párrocos o ministros. Artículo que fue educativo tanto en el país como en el exterior. En La Escuela Nor­
complementado con el mandato a los directores de escuela conte­ mal, en los Anales de Instrucción Pública y en los Anales de la
nido en el artículo 82, numeral 3, que reza: Atender muy particu­ Universidad se seguía el rumbo de la educación en los Estados
larmente a la educación moral, religiosa y republicana de los Unidos y en los principales países europeos y se traducían artículos
alumnos, empleando, sin hacer uso de cursos especiales, toda su y ensayos sobre temas de ciencias naturales, historia, filosofía y
inteligencia y el método más adecuado, a fin de grabarles indefec­ pedagogía. Allí vieron la luz obras y fragmentos de obras de los
tiblemente convicciones profundas acerca de la existencia del Ser más destacados educadores y filósofos de la educación de la época
Supremo, creador del universo, del respeto que se debe a la reli­ como Emerson, Sarmiento, Elizabeth Peabody, Sheldon, Horace
gión y a la libertad de conciencia; persuadirlos con el ejemplo y la Mann.
palabra a que sigan sin desviarse el sendero de la virtud, predi­
Otro aspecto operante en la reforma fue la llegada al país de
carles constantemente el respeto a la ley, el amor a la patria y la
una misión pedagógica alemana. En las décadas anteriores la élite
consagración al trabajo.
cultural de orientación liberal se nutria de la cultura francesa y
Pero este tipo de reconocimiento no satisfacía a los espíritus algo de la inglesa, y los representantes de la inteligencia tradiciona-
tradicionalistas ni a la Iglesia como institución. De ahí el conflicto lista y conservadora de la española — Balmes, Donoso Cortés, Me-
que desencadenó y ello explica por qué la cuestión religiosa y el néndez y Pelayo— y de los ultra franceses. Poco o ningún contacto
principio de la obligatoriedad fueron la piedra de toque de los opo­ se había tenido con la cultura alemana. La oportunidad vino, como
sitores a la reforma. Para Miguel Antonio Caro o para José Manuel ha sido frecuente en nuestra historia, a través de las relaciones
Groot la religión abstracta y el Ser Supremo que reconocían los comerciales que en la década de los setenta fueron muy intensas.
radicales eran un eco del Supremo Legislador del Universo de Alemania, sobre todo el puerto de Bremen, fue el gran mercado del
los francmasones y de la religión natural de los impíos pensadores tabaco colombiano, y el país era ya visto como un campo de inver­
de la Ilustración del siglo xvm. Eran también el pórtico del ateísmo sión para capitales y de residencia para emigrantes alemanes. El
que completaría la difusión de la impiedad apoyada en las ense­ intercambio de agentes comerciales y consulares era muy activo,
ñanzas materialistas de los filósofos sensualistas como Tracy. Y y fueron precisamente los informes sobre la organización de las
tras la impiedad vendrían la anarquía y el comunismo. Sin edu­ escuelas prusianas enviados de Berlín por Eustacio Santamaría
cación religiosa la comuna es inevitable, decía José Joaquín Ortiz los que condujeron a la decisión tomada por el gobierno del general
en La Caridad. Eustorgio Salgar de traer una misión alemana para asesorar a la
272 EIj PROCESO DE LA EDUCACION MANUAL DE HISTORIA I I I 273

Dirección Nacional de Instrucción Pública en la organización de las 1) La hostilidad de la Iglesia como institución y de una pobla­
escuelas normales que se fundaron entonces en Bogotá y en todas ción en su inmensa mayoría católica y controlada espiritualmente
las capitales de los Estados Federales. A comienzos de 1872 llegaron por aquella.
al país nueve pedagogos alemanes contratados para un período de 2) L a resistencia de algunos.Estados federales con mayoría
seis años. Su labor no fue fácil. En algunos Estados fueron recibidos política adversa al gobierno y celosos defensores de los fueros
con hostilidad por tratarse de “protestantes”, que para los oposi­ regionales.
tores al gobierno y a la reforma venían a desfigurar los senti­
3) La falta de recursos fiscales del Estado y la ineficiencia de
mientos religiosos de los niños colombianos. En algunos lugares
la burocracia administrativa.
fracasaron por falta de medios de trabajo y por dificultades de
4) La oposición unánime de la opinión conservadora y aun la
idioma. En Barranquilla, Julio Walner se quejaba de no poder
indiferencia o el disentimiento de sectores liberales, y
iniciar labores por falta de libros y de estudiantes. Pero Hotschick
tuvo gran éxito en Cundiñamarca; se residenció definitivamente 5) El último, aunque no menos importante: el bajísimo nivel
en Colombia, editó libros y llegó a ser director de Educación Pú­ cultural y la miseria de los mismos sectores populares que inten­
blica en Santander. Para fines de 1872 la misión había organizado taba favorecer.
escuelas normales en todos los Estados, tanto masculinas como El conflicto con la Iglesia fue sin duda el mayor obstáculo
femeninas27.
para la reforma. No obstante la posición conciliadora del arzobispo
de Bogotá, monseñor Vicente Arbeláez, que instó a los párrocos a
colaborar con las escuelas, los curas de pueblos y parroquias, con
d. Logros , obstáculos, fracasos
pocas excepciones, fueron sus más recalcitrantes opositores. En
La reforma del 70 fue sin duda la más ambiciosa empresa cuanto a los obispos, algunos atendieron el llamado del arzobispo
educativa intentada en el siglo xix, probablemente desproporcio­ Arbeláez, pero otros, como el obispo de Popayán, monseñor Carlos
nada para los recursos económicos y humanos del país en ese mo­ Bermúdez, incitó a boicotear las escuelas públicas y prohibió a los
mento. Sus promotores, hombres como Enrique Cortés, Felipe Za­ estudiantes asistir a las ceremonias de Semana Santa. Algo seme­
pata, Manuel M aría Mallarino, Eustacio Santamaría, Dámaso jante hicieron los obispos de Pasto y Medellín, Manuel Canuto Res-
Zapata, Santiago Pérez y los miembros más destacados de la gene­ trepo y José Ignacio Montoya. Declararon que la reforma era obra
ración radical, estaban profundamente convencidos de su bondad y de la “secta infernal de los francmasones” y que el decreto orgá­
de que era esa la única vía para sacar al país de su atraso y redimir nico implicaba no la educación obligatoria sino la corrupción
de la ignorancia a los más bajos estratos de la población. Pero obligatoria. Desde los púlpitos parroquiales se prohibió la asistencia
quizá subestimaron los obstáculos que encontrarían en su camino. de los niños a las escuelas y la colaboración en el levantamiento de
Establecer la enseñanza primaria obligatoria y la neutralidad reli­ los censos escolares bajo la amenaza de negar la absolución de los
giosa del sistema educativo en un país de las condiciones en que pecados a quienes infringieran el mandato. Simultáneamente se
se hallaba Colombia en esos momentos, era una empresa con muy organizaron en todo el país las sociedades católicas, que en 1872 se
pocas probalidades de éxito. La reforma tuvo que enfrentarse a los reunieron en Medellín .y se dieron un programa de “defensa de la
siguientes obstáculos: religión” bajo la amenaza de llegar hasta la “acción directa”.
No menos intensa fue la oposición política conservadora. Des­
27 Loy J a n e M e y e r , “La educación durante la Federación. La reforma escolar de de las páginas de La Ilustración, La Caridad y El Tradicionista,
1870” , en Revista Colombiana de Educación, núm. 3, Bogotá, 1979, págs. 45 y ss.
274 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA III 275

Carlos Holguín, José Joaquín Ortiz y Miguel Antonio Caro com­ L a guerra civil de 1876, que según testimonios de la época se
batieron la reforma en todos los campos en nombre del axioma ds hizo en defensa de la religión y como protesta contra la tiranía
la absoluta mayoría católica de la Nación. L a combatieron en el docente del Estado, interrumpió el proceso de la reforma. Las es­
plano jurídico, por considerarla violatoria de la Constitución, que cuelas y universidades se cerraron por dos años, y muchas de ellas
garantizaba la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a fueron convertidas en cuarteles. L a revista Escuela Normal publi­
escoger la escuela para sus hijos. También fue combatida la refor­ co su último número en agosto del mismo año. El número de
ma por centralista y por lo tanto contraria a la Constitución fede­ escuelas y estudiantes en 1880 era inferior al de 1876: 1.646 escue­
ral que los mismos promotores de la reforma le habían dado al las y 79.123 estudiantes en el 76, 1.395 y 71.500 en 1880. Los refor­
país en 1863. Cuando el decreto orgánico fue presentado a las madores del 70 habían hecho un gran esfuerzo por dotar al país
cámaras federales para su aprobación o rechazo, algunos Estados de un sistema educativo integrado, basado sobre todo en el estí­
federales como el de Antioquia, donde por lo demás el gobernador mulo a la educación primaria; habían creado una mística educa­
Pedro Justo Berrío adelantaba una exitosa campaña educativa, cionista en amplios sectores y podían exhibir algunas realizaciones.
lo rechazaron de plano. Otros, como Cundinamarca, Tolima, Bo- En el país funcionaban 20 escuelas normales que empezaban a
yacá, Magdalena, Panamá, Bolívar y el Cauca lo aceptaron con mejorar la preparación de maestros y profesores bajo la dirección
reservas. Algunos se reservaron el nombramiento de inspectores. de la misión alemana y a través de las lecturas de La Escuela
Normal, que los pusieron en contacto con la pedagogía de Pesta-
Otros, como el Tolima y el Cauca, lo aceptaron, pero impusieron
lozzi y Froebel y con las corrientes científicas de la época. En fin, el
enseñanza religiosa obligatoria28. En el campo de las finanzas, a
problema educativo se había puesto en el primer plano de la opi­
pesar de que el país tuvo una década de relativa prosperidad, gra­
nión nacional. Pero las reacciones contrarias desatadas por el ma­
cias a las sostenidas exportaciones del tabaco y al auge de la quina
nejo de la cuestión religiosa y las contradicciones políticas en que
que comenzaba, los recursos fiscales del Estado eran escasos para
se vio envuelto el radicalismo después de la guerra del 76, pusieron
sostener los gastos cuantiosos que la reforma implicaba. Los
término a su ambicioso intento de reforma educativa. El gobierno
gobiernos de entonces, particularmente el de Murillo Toro, hicieron del general Julián Trujillo (1878-1880), llegó al poder con pro­
esfuerzos para mejorar el presupuesto destinado a educación, pero mesas de conciliación y contrarreformas. En efecto, levantó las
los ingresos generales no permitían pasar de límites modestos. sanciones contra los obispos de Popayán, Pasto, Antioquia y Me­
Según Aníbal Galindo, el presupuesto nacional de gastos en 1870 dellín, que habían sido expulsados del país por el gobierno de
llegó a la suma de $ 2.850.000, el de los Estados federales a $ 1.850.000 Aquileo Parra, y eliminó la ley sobre sanciones a la intervención
y el de los distritos municipales a $ 1.400.000. En total poco más política de la Iglesia que había aprobado el Congreso de 1877. Con
de 6 millones. En el mismo año, siendo secretario de Hacienda las mismas orientaciones rectificadoras llegaría el movimiento de
Salvador Camacho Roldán, la Nación apropió el 4% de su ingresos la Regeneración que se iniciaba con el primer gobierno de Rafael
para gastos educativos, unos $ 200.000 y sólo la universidad absor­ Núñez (1880-1882).
bía $ 40.000. Se comprende, pues, cuáles serían las dificultades
para pagar maestros, inspectores, directores de educación, editar
E. EL F I N DE LA R E F O R M A RADICAL
textos y hacer construcciones escolares.
A l iniciarse el gobierno del general Julián Trujillo el panorama
28 L o y J a n e M e y e r , Modernization and Educational Reform in Colombia (1863- educativo era bastante oscuro. Los periódicos de oposición habla­
1886), PHD Disertation University of Wisconsin, 1968. ban del desastre educacionista y exigían cambios. Dámaso Zapata,
MANUAL D(E HISTORIA n i 277
276 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN

que ceder a la fuerza y a la incivilidad de unos pocos que


uno de los más activos dirigentes de la reforma, que había sido
reclaman estar los primeros, tal vez sin haber recibido invi­
durante ocho años director de Instrucción Pública de Cundina-
tación y sin haber pagado su entrada” 29.
marca, tuvo que retirarse de su cargo por las presiones políticas,
y hasta el director general de Instrucción Pública, Antonio Ferro, El gobierno del señor Zaldúa (1882-1884) continuó la política
aceptaba que la reforma había tenido altos fines pero poco sentido conciliadora, pero mantuvo lo poco que quedaba de las reformas
práctico. Existía una atmósfera de cambios, que inició el gobierno iniciadas en el 70. Los opositores, sin embargo, no estaban satisfe­
del general Trujillo levantando el exilio de los obispos expatriados chos. Comentando el mensaje enviado por el presidente al terminar
en 1872 y derogando la ley que limitaba las actividades de la Igle­ su período, decía Martínez Silva en su “Revista Política” de El R e­
sia. Pero esta política de rectificaciones sería llevada más adelante pertorio colombiano:
por el primer gobierno de Rafael Núñez que se iniciaba en 1880.
En punto a instrucción pública el discurso del señor Zaldúa no
En circular dirigida a todos los establecimientos de instrucción satisface las justas aspiraciones de los católicos. No habla sino
pública, el secretario de Instrucción, Ricardo Becerra, recordaba a de reforzar la cultura moral y de dar a la enseñanza un carác­
las universidades, colegios y escuelas que la enseñanza religiosa ter más práctico, pero pasa inadvertida la monstruosa iniqui­
debería darse, que las autoridades eclesiásticas designarían los dad introducida por el radicalismo y corregida en parte por
profesores y señalarían los textos y que cualquier violación de las la administración Núñez, de hacer la enseñanza primaria obli­
normas fijadas en la circular sería castigada severamente. La misma gatoria y de alejar de la escuela toda instrucción religiosa,
circular recomendaba impulsar la enseñanza de la urbanidad y el cuando no de llevar a ella la propaganda de la impiedad30.
civismo, pues era deplorable el estado de cultura de la población.
Agregaba un interesante cuadro de costumbres para ilustrar su
llamado: F. LA REGENERACIÓ N
“Impresión de profunda pena da el cuadro que presentan nues­
tras ciudades en los días de fiesta o de descanso. Las madres El período comprendido entre 1880 y 1900 es uno de los más
recluidas con sus hijos en las casas; los obreros en las taber­ conflictivos de la historia de Colombia. Cuatro guerras civiles
nas alcoholizándose, los jóvenes yéndose a ciertos estableci­ — 1876, 1885, 1895, 1899— , largas y cruentas algunas, como la del
mientos que la falsa civilización ha inventado y bautizado con 76 y la de los Mil Días al finalizar el siglo, dejaron al país empo­
el nombre de “clubes” y que está demostrado son las institu­ brecido económicamente y profundamente dividido en sus corrientes
ciones más aparentes para debilitar y destruir la sociabilidad de opinión. La educación, desde luego, fue una de las más directas
en el hombre y en la mujer educados. Luego los perros y los víctimas de este período de anarquía política y desorganización
burros apaleados, atravesados en las calles; los comerciantes administrativa. Los planes de desarrollo educativo proyectados en
obstruyendo el paso con sus mercancías y basuras. No tenemos 1870 apenas habían comenzado a dar sus frutos. Las escuelas nor­
fuentes ni parques. En nuestras ciudades no hay tránsito re­ males fundadas durante la administración Salgar y organizadas
glamentado ni para las gentes de a pie, ni para los caballos; por la misión alemana no alcanzaron a producir dos generaciones
no hay paseos con protección y vigilancia, el servicio de las
fuentes públicas no está regularizado; en los espectáculos 29 Anales de Instrucción Pública, t. III, núm. 12, págs. 3 y ss.
públicos y aun en las reuniones privadas los concurrentes ape­ 30 C a r lo s M a r t ín e z S il v a , “Revista Política”, en Repertorio Colombiano, t V III
nas se ven protegidos en sus derechos y en ocasiones tienen abril 12 de 1882, pág. 234.
278 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA n i 279

de maestros. L a universidad se dispersó en facultades y escuelas El artículo 41 de lá Constitución de 1886 establecía:


dependientes de los ministerios. Los magros recursos fiscales desti­ “La educación pública será organizada y dirigida en concor­
nados a la educación vinieron a menos, puesto que el orden público dancia con la Religión Católica” y “L a instrucción primaria
y las necesidades militares tenían prioridad sobre cualquier gasto costeada con fondos públicos será gratuita y no obligatoria”.
del Estado. En materia de educación elemental los avances fueron
Los artículos 12 y 13 del Concordato de 1887, los más directa­
limitados. A l finalizar el siglo la población escolar sólo alcanzaba
mente relacionados con la educación, dicen:
la cifra de 144.667 estudiantes31.
Art. 12.- En las universidades y colegios, en las escuelas y en
L a época fue también de radicales cambios políticos. L a elec­ los demás centros de enseñanza, la educación e instrucción
ción de Rafael Núñez para la presidencia por una alianza de frac­ pública se organizará y dirigirá en conformidad con los dogmas
ciones de los partidos liberal y conservador en 1884, fue el comienzo y la moral de la Religión Católica. L a enseñanza religiosa será
de una etapa de cambios y convulsiones políticas, económicas y obligatoria en tales centros, y se observarán en ellos las prác­
sociales. Con la consigna “Regeneración política o catástrofe”, ticas piadosas de la Religión Católica”.
Núñez dio comienzo a un período de reformas fundamentales. La
Art. 13.- Por consiguiente, en dichos centros de enseñanza los
organización federal del Estado fue sustituida por una unitaria y respectivos ordinarios diocesanos, ya por sí, ya por medio de
centralista, y la política económica del laissez faire por una polí­ delegados especiales, ejercerán el derecho, en lo que se refiere
tica más interventora, particularmente en los asuntos monetarios a la religión y la moral, de inspección y revisión de textos. El
y bancarios. La fundación del Banco Nacional, el manejo de la mo­ arzobispo de Bogotá designará los libros que han de servir de
neda y la organización fiscal, fueron las piedras de toque de la opo­ textos para la religión y la moral en las universidades; y con el
sición al gobierno de la Regeneración y probablemente uno de los fin de asegurar la uniformidad de la enseñanza en las materias
factores que pesaron en el conflicto que se desató en 1899. Pero el indicadas, este prelado, de acuerdo con los otros ordinarios
cambio más radical, posiblemente, se produjo en las relaciones en­ diocesanos, elegirá los textos para los demás planteles de ense­
tre la Iglesia y el Estado. Este cambio fue también el que más afectó ñanza oficial. El gobierno impedirá que en el desempeño de
la marcha de la educación. Desde su primer gobierno (1880-1882) asignaturas literarias, científicas, y, en general, en todos los
Núñez había iniciado una política de conciliación con la Iglesia. ramos de instrucción, se propaguen ideas contrarias al dogma
Estaba convencido de que esa era una de las bases de una política católico y al respeto y veneración debidos a la Iglesia” 33.
de reconstrucción nacional. Los constituyentes de 1886 lo acompa­
ñaban en esa orientación e introdujeron en la nueva Constitución En desarrollo de estos principios constitucionales se dictaron
las reformas que, complementadas con el Concordato firmado entre la ley 89 y el decreto reglamentario 349 de 1892, este último cono­
el gobierno colombiano y la Santa Sede en 1887, darían a la Iglesia cido posteriormente con el nombre de Plan Zerda, en los cuales
Católica el control completo de la educación por lo menos hasta se establecieron las bases del sistema nacional educativo. Se esta­
1930, época en que los gobiernos liberales iniciaron una recupera­ tuye en estas disposiciones que el gobierno central tendrá la su­
ción de las prerrogativas del Estado en materias educativas32. prema inspección y reglamentación de la enseñanza para dar
cumplimiento al artículo 41 de la Constitución nacional y para que
“hasta donde sea posible” se siga un mismo plan en toda la Nación.
31 I v o n L e b o t , “Elementos para la historia de la educación en Colombia en el
siglo xx”, en Boletín Mensual de Estadística, núm. 249, Dañe, Bogotá, 1975.
32 D isposiciones legales en L ebo t , ob. cit., págs. 146 y ss. 33 L e b o t , ob. cit., p ág . 147.
280 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 281

L a educación fue dividida en primaria, secundaria y profesional.


Se organizó la inspección educativa y se establecieron las direccio­
nes departamentales de educación, que estarían bajo el control
de los gobernadores. Se dejó a cargo de los departamentos la ins­
trucción primaria en lo que se refiere al nombramiento y pago de
los maestros; a cargo de la Nación el suministro de útiles escolares
y por cuenta de los municipios el suministro de locales. Una repar­
tición que se prolongaría a través de toda la historia educativa del
siglo xx y que aún se perpetúa parcialmente a pesar de sus nega­
tivos resultados y de los intentos que se han hecho por nacionalizar
la enseñanza primaria. La educación secundaria y superior se dejó
por cuenta del gobierno nacional, pero se autorizó a los departa­
mentos para fundar colegios y centros profesionales.

Aparte de estas normas, el decreto contenía los preceptos


convencionales sobre exámenes, sanciones, premios. Estatuyó unas
juntas provinciales de educación compuestas por el prefecto de la
provincia y 3 o 4 personas nombradas por el gobierno. Los capítulos
y artículos que podrían denominarse ideológicos contienen las reco­
mendaciones frecuentes en este tipo de documentos y no son formal­
mente diferentes de los que estamparon los moralistas radicales.
Las escuelas tienen por objeto, dice el artículo 30 del capítulo
primero, formar hombres instruidos suficientemente en los conoci­
mientos elementales, sanos de cuerpo y espíritu, dignos y capaces
de ser ciudadanos del país. Es deber de los directores de escuela
elevar el sentimiento religioso y moral de los niños, dice el artículo
5<?. En fin, según el decreto, los maestros serán nombrados por el
gobierno departamental y “deben tener buena conducta y profesar
la religión católica” 34.

Algunos aspectos estrictamente pedagógicos no debieron cam­


biar muy significativamente. L a Revista de Instrucción Publica
remplazó los Anales de Instrucción Pública, pero siguió publicando
artículos biográficos de Pestalozzi, Froebel y otros educadores mo­
dernos e informes sobre la marcha de la educación en Alemania,
Austria y Francia. ‘

34 L ebot, ota. cit., Apéndice legislativo , págs. 146 y ss.


298 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 299

B. LA UNIVERSIDAD REPUBLICANA DEL


ejercicio militar todos los días de fiesta y los jueves por la tarde.
G ENERAL SANTANDER
Con este último objeto les tendrán fusiles de palo y se les arre­
glará por compañías, nombrándose por el maestro los cabos y
L a educación, tanto la primaria como la media y la superior,
sargentos entre aquellos que tuvieren mayor edad y disposi­
fue una de las primeras preocupaciones de los gobiernos republi­
ción. El maestro será el comandante”.
canos y particularmente de Bolívar y Santander. Y era explicable.
El nuevo Estado necesitaba ampliar su clase dirigente y capacitarla Como reflejo de las ideas “ilustradas” y liberales que aquella
para asumir sus nuevas tareas en la administración pública, en la generación había aprendido en Beccaria, el decreto proscribe el uso
conducción de las relaciones exteriores, en las mismas labores edu­ de la férula y sólo autoriza los azotes “cuando los defectos del niño
cativas y en las actividades privadas. Muchas de sus figuras más denoten depravación” 16.
conspicuas se habían formado en la atmósfera de las reformas bor­
En 1822 se crearon las escuelas normales “siguiendo el método
bónicas y habían recibido la influencia de Mutis y de los españoles
lancasteriano” en Bogotá, Quito y Caracas, y se ordenó que todas
“ilustrados” de fines del siglo xvm. Hombres como José Manuel
las provincias enviaran a estas ciudades un maestro para que se
Restrepo, Castillo y Rada, Estanislao Vergara y Francisco Antonio
instruyera en el método y luego regresara a practicarlo. En el mismo
Zea habían sido lectores de Jovellanos y Feijoo y colaboradores di­
año se fundaron numerosos colegios: Boyacá (T u n ja ), San Simón
rectos de la Expedición Botánica. Tenían por lo tanto una clara
(Ibagué), Antioquia (Medellín), Santa Librada (C ali), San José
idea de la importancia de la educación para el desenvolvimiento del
(Pam plona), Guanentá (San Gil) y los de Santa M arta y Car­
país, sobre todo de la educación técnica y de las “ciencias útiles”,
tagena 17.
por las cuales ellos mismos y los altos funcionarios de la adminis­
tración colonial habían clamado inútilmente. La ley del 18 de marzo de 1826 creó las universidades públicas
de Quito, Bogotá y Caracas, y el decreto número 3 de octubre del
La organización de un sistema educativo era pues una de las mismo año reglamentó su funcionamiento18. La universidad ten­
tareas más urgentes de la República. Santander, con la colabora­ dría cinco facultades: filosofía, jurisprudencia, medicina, teología
ción muy estrecha de José Manuel Restrepo, la acometió con gran y ciencias naturales. Harían parte de ella la antigua Biblioteca
entusiasmo después de Boyacá. Por decreto del 6 de octubre de Pública y un museo de ciencias naturales. El decreto mencionado,
1820, firmado por Estanislao Vergara como secretario del Interior, firmado por Santander como vicepresidente y por José Manuel
se ordenó la creación de escuelas de primeras letras en todas las Restrepo como secretario del Interior, era un verdadero código que
ciudades, villas y lugares que tuvieran bienes de propios. Igual obli­ reglamentaba la enseñanza universitaria hasta en sus más mínimos
gación se estableció para los conventos de religiosas y religiosos, detalles. Contenía 33 capítulos y más de trescientos artículos. Todo
que debían tener una escuela anexa para párvulos, para los pueblos estaba allí considerado: los edificios, los requisitos de ingreso; los
“antes llamados de blancos” y para los “anteriormente llamados de
deberes de estudiantes y profesores; los textos de cada una de las
Indios”. El decreto contenía minuciosas instrucciones de método,
materias; los exámenes y el otorgamiento de títulos, etc. Como pri­
disciplina y materias de enseñanza. Los maestros deberían enseñar
mer rector se designó al ilustrísimo señor don Fernando de Cay-
a los niños la lectura, la escritura y los principios de la aritmética, y
además los dogmas de la religión y la moral cristianas.
16 Codificación Nacional, vol. III, págs. 401-451.
“También les instruirán en los deberes y derechos del hombre 17 J u l io C ésar G a r c ía , “Antigüedad de la s facultades u n iv e rs ita r ia s ” , en Boletín
en sociedad — decía el artículo octavo— y les enseñarán el de Historia y Antigüedades, vol. X X X V III, pág. 541.
18 Ibiúem, págs. 541 y ss.
300 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 301

cedo y Flórez. Como catedráticos figuraron Francisco Soto, Vicente Para el desarrollo de los nuevos proyectos universitarios el go­
Azuero, J. M aría del Castillo y Rada y Estanislao Vergara. El esta­ bierno colombiano había contratado en 1822, por conducto de Zea,
tuto era un modelo del criterio reglamentarista que caracterizó una misión científica francesa que llegó a Bogotá presidida por el
la última etapa del Virreinato y un ejemplo del espíritu que tuvie­ químico francés Juan Bautista Boussingault. Formaban parte de
ron las reformas borbónicas. No es imposible que haya sido redac­ ella el botánico peruano Mariano Rivero, Mario Goudot (natura­
tado teniendo a la vista, o por lo menos en mientes, los planes de lista), Desiré Roulin (médico) y James Bourdon (entomólogo). La
Moreno y Escandón, pues hay entre ambos semejanzas formales y misión francesa no tuvo en realidad función práctica. L a mayoría
de fondo sorprendentes. Por ejemplo, en los autores recomendados de sus miembros regresaron a Europa un año después. Sólo quedó
para los estudios de derecho romano y teología: Henecio y Vinio en el país Boussingault, sin funciones de enseñanza, dedicado a
para los primeros, Lami, Santo Tomás, Melchor Cano, Lekis y actividades mineras particulares en Antioquia. Por la misma época
llegaron al país algunos médicos ingleses como Dudley y el doctor
Bergier para los segundos. Y en este principio metodológico puesto
en el artículo 229 del plan: Cheyne y franceses como Pablo Broc y Bernardo Daste que colabo­
raron en la enseñanza de la medicina20.
“Los autores designados en este decreto para la enseñanza
L a universidad del general Santander tuvo una vida acciden­
pública no deben adoptarse ciegamente por los profesores en
tada, como lo fue la historia política del país en los años que siguie­
todas sus partes. Si alguno o algunos tuvieren doctrinas con­
ron a la disolución de la G ran Colombia. Su actividad académica
trarias a la religión, a la moral o a la tranquilidad pública, o
debió de ser lánguida si se excluye la enseñanza del derecho, que
errores por algún otro motivo, los catedráticos deben omitir
por razones políticas se hacía sentir y daba lugar a polémicas, como
la enseñanza de tales doctrinas, suprimiendo los capítulos que la interminable en torno al utilitarismo. A juzgar por la descripción
las contravengan y manifestando a sus alumnos los errores que de ella hizo don Rufino Cuervo en su memoria como secretario
del autor o autores en aquellos puntos, para que se precavan de Educación del Departamento de Cundinamarca en 1831, su situa­
de ellos y de ningún modo perjudiquen los sanos principios en
ción era lamentable.
que los jóvenes deben ser imbuidos” 19.
“Si en la educación primaria se mostraban las huellas de los
Las novedades que el plan de 1826 establecía se limitaban a la últimos sucesos de Colombia [dicen Angel y Rufino J. Cuervo
enseñanza de la economía política, para la cual se ordenaba el en su Vida de Rufino Cuervo, refiriéndose a la proclamación de
texto del economista liberal francés Juan Bautista Say, y del la dictadura del general Urdaneta] la Universidad, madre de
derecho y la filosofía donde se utilizarían las obras de Bentham, tantos hombres preclaros, no presentaba un cuadro menos dolo­
roso. En el edificio de San Bartolomé se había acuartelado el
Montesquieu, Mably y Condillac. Era este el aspecto que podríamos
Batallón Callao, y destruido los pocos instrumentos de física
llamar liberal de la nueva educación universitaria y el que provocó
que quedaban, lo mismo que parte de la biblioteca. El desarre­
la virulenta reacción de los elementos tradicfonalistas que mira­
glo y la injusticia reinaban en las asignaciones de los catedrá­
ban en ella una amenaza para la estabilidad moral y política de la ticos y empleados, y la disciplina interior era ninguna para
Nación. En lo que se refería a la filosofía utilitarista de Bentham, los pocos jóvenes que cursaban en ella” *1.
su enseñanza fue luego prohibida por un decreto del Libertador
cuando éste asumió la dictadura en 1827.
30 J u lio C ísar O a k c ía , ob. c !t„ págs. 541 y ss.
21 Akoel y R u f i n o J. C uer vo , Vida de don R ufino Cuervo y noticias de su época,
19 Plan de Estudios, en Codificación, cit., vol. III. vol. I, Bogotá, 1848, págs. 182 y ss.
302 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN
MANUAL DE HISTORIA I I I 303

Al describir el desorden administrativo y financiero de la ins­


pidió que se cambiase el sistema porque rebajaba a muy bajos
titución, el señor Cuervo recordaba que la ley orgánica de 1826
niveles la enseñanza.
prohibía nombrar catedráticos que no tuvieran renta a cualquier
otro título, con el objeto de no gravar los fondos de la enseñanza A pesar de la penuria de medios financieros, algunas figuras
con muchos sueldos y propugnaba un sistema de servicios docentes aisladas se destacaron por su esfuerzo científico: Lino de Pombo
gratuitos, desempeñados por personas que tuvieran otra clase de enseñaba matemáticas; Joaquín Acosta había reorganizado el M u­
ingresos. Sería, pues, útil — agregaba— que por punto general se seo Nacional al lado de Francisco Javier Matis; Juan M aría Céspedes,
resolviese que ningún empleado de la Universidad que disfruta por Manuel M aría Quijano y Francisco Bayón enseñaban química,
otro título de una renta de más de mil pesos anuales, perciba suel­ botánica y mineralogía. La enseñanza de las ciencias modernas
dos de los fondos de enseñanza. Con esta medida se podrían aumen­ hacía también algunos progresos en Antioquia, donde Mariano
tar los sueldos de los que no tienen otras entradas suficientes para Ospina Rodríguez las introdujo en el Colegio Provincial, donde
su manutención o se harían los gastos para la compra de libros tuvo la colaboración del francés Luciano Brugnelli.
para la biblioteca e instrumentos para las ciencias exactas y expe­ A l finalizar el gobierno del general Santander en 1836, no
rimentales, como también para la fundación de cátedras de química obstante los esfuerzos»hechos para fomentar las ciencias naturales
y botánica22.
y por superar el colonial esquema de derecho, teología y medicina,
En 1836, el doctor Cuervo fue nombrado rector de la Univer­ éstas seguían siendo preferidas. En agosto de 1837 había 3.102 estu­
sidad. El presidente le comunicaba su elección en estos términos: diantes en 3 universidades, 20 colegios públicos para varones y 6
“Los doctores de esta Universidad han anulado la sentencia casas de educación; 45 cursos de lenguas, 46 de filosofía, 41 de
pronunciada contra usted por Broussais en segunda instancia; leyes, 15 de teología, 13 de medicina, 2 de química, 1 de botánica, 2
ellos le han nombrado rector en concurrencia con el doctor de literatura, 3 de música, 4 de dibujo y 1 de liturgia23.
Soto, y el gobierno h a aprobado la elección prometiéndose que
usted acepte el rectorado por amor a la educación, por gratitud
C. EL AM BIENTE INTELECTUAL DE LA ÉPOCA
a los electores y por interés en favor de este establecimiento
literario que debiendo ser el primero de la República, es el El ambiente educativo e intelectual de las dos décadas poste­
último”. riores a la Independencia está envuelto y emponzoñado por la
En su mensaje al Congreso, Santander informaba que había controversia en torno a Bentham y sus ideas utilitaristas. Los más
en el país 1.700 estudiantes en cursos de teología, derecho, filosofía, destacados líderes intelectuales neogranadinos colaboradores de
química, economía política y medicina. Un año más tarde se apro­ Santander y Bolívar habían tomado contacto con las ideas del
baba una ley que ordenaba crear cátedras de estas disciplinas en filósofo inglés del utilitarismo desde comienzos del siglo a través
los colegios de provincia con el objeto de ampliar las oportunidades de las traducciones que de sus obras hizo en España don Ramón
de estudio y descentralizar la enseñanza. Y otra ley que permitía a Salas, profesor de la Universidad de Salamanca. En La Bagatela
un estudiante tomar en un mismo año dos o más materias de un de Nariño apareció su nombre en Santa Fe por primera vez al
grado que en esa forma podría obtenerse en 9 meses. Santander reproducir un artículo de Blanco White en su elogio. Bolívar y San-

22 ángel y Ruííno J. C uervo , ob. cit., pá g. 182. 23 M ig u e l U r r u t i a , La educación y la economía colombiana, Bogotá, Edit. La
Carreta, 1979, pág. 136.
304 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA III 305

tander lo admiraban; éste último sostenía con él correspondencia 10 días de reclusión en el convento de San Diego. Cumplida su
y Bentham cultivaba su liderazgo en las nacientes repúblicas lati­ penitencia, el padre Margallo salió de allí a continuar combatiendo
noamericanas. Vicente Azuéro, Ezequiel Rojas, Estanislao Vergara el utilitarismo hasta su muerte en 1837 27.
se contaban entre sus prosélitos más entusiastas. Hasta José Euse-
Los más beligerantes partidarios del benthamismo, Azuero en
bio Caro y Mariano Ospina Rodríguez, fundadores más tarde del
primer lugar, sostenían que la doctrina del filósofo inglés no era
partido conservador colombiano, miraban con simpatía sus ideas
contraria a la moral, porque no era inmoral ni anticristiano buscar
y su nombre era citado como autoridad en los debates del Congreso
la felicidad como fin del hombre. Tampoco atacaba Bentham las
Constituyente de C úcuta24. Pero su popularidad despertó también
instituciones sociales tradicionales como la familia, la propiedad,
la reacción enconada de los medios tradicionalistas católicos. L a
el Estado o la religión. La malquerencia de sus opositores, según
moral utilitaria, basada en el principio que identificaba el placer
Azuero, se basaba únicamente en que era un autor protestante.
con el bien, se consideraba contraria a la moral cristiana del decá­
Pero si esa fuera una razón para atacar las instituciones públicas
logo. L a peor innovación que se hizo entonces — decía José Manuel
— argumentaba en una representación dirigida a Santander—
Groot— , peor que la introducción de la masonería y de las socie­
debían destruirse la Constitución y las leyes de Colombia porque
dades bíblicas, fue la difusión de las obras de Bentham 25. L a adop­
todas ellas tienen su origen en principios emanados de las leyes
ción oficial del Tratado de legislación como texto obligatorio para
de Inglaterra, los Estados Unidos y Francia28.
la enseñanza del derecho público en universidades y colegios llevó
la polémica a su clímax. Sus opositores la consideraban una vio­ Bolívar y sus amigos, después del atentado del 25 de septiem­
lación de la Constitución de Cúcuta, que aceptaba la íe católica bre de 1828, al examinar las causas que lo produjeron y que habían
como la base de la moral de la Nación y una limitación de los dere­ deteriorado las costumbres, encontraron una explicación en la in­
chos de los padres a educar sus hijos dentro de los principios cris­ fluencia de las ideas de Bentham. Sus libros fueron entonces pros­
tianos que todos profesaban. critos de la enseñanza pública29. Pero su ausencia fue breve, por­
que vuelven a ser textos oficiales a partir de 1832, cuando Santan­
L a controversia tuvo su culminación en la acre polémica pú­ der asume la presidencia de la Nueva Granada. El debate se renovó
blica entre el doctor Vicente Azuero y el padre Francisco Margallo, entonces con toda su intensidad. El Congreso recibió numerosas
párroco de la iglesia de L a Tercera, quien en sus sermones domini­ comunicaciones pidiendo la supresión de los textos benthamistas y
cales y sus artículos publicados en el Gallo de San Pedro adelantó el Senado llegó a aprobar una moción solicitando su eliminación
una violenta campaña contra el benthamismo y contra su más de la enseñanza oficial. La defensa corría entonces a cargo del
activo defensor, Vicente Azuero26. El gobierno de Santander con­ periódico El Cachaco que dirigían Florentino González y Lorenzo
sideró excesiva y peligrosa la campaña y solicitó la intervención M aría Lleras y donde probablemente el mismo Santander hacía su
del arzobispo Caicedo y Flórez para que éste pusiera término a las defensa en forma anónim a30. Al llegar José Ignacio de Márquez
actividades del ardoroso padre Margallo, quien fue sancionado con a la presidencia en 1837, basados en el hecho de que éste como

24 J u l i o H o enisb e r g , Santander, el clero y Bentham, Bogotá, 1940; J a im e J a r a - 27 H o e n isb erg , ob. cit., págs. 164 y ss.
U r ib e , El pensamiento colombiano en el siglo X IX , 2» ed., Bogotá, Edit. Temts,
m il l o
1974, págs. 341 y ss. 28 G r o o t , ob. cit., vol. V, págs. 552 y ss.
25 J osé M a n u e l G r o o t , Historia eclesiástica y civil de la Nueva Granada, vo l. V , 29 E n á n g e l y R u f i n o J. C u e r v o , ob. cit.. vol. II, p a g 96.
B o g o tá , 1953, p á g s. 59 y ss., 124 y ss. 30 H o e n isb erg , ob. cit., p á g . 252; G u s t a v o A r b o le d a . H istoria contem poránea de
26 G root, op. cit., págs. 124-140. Colombia, v o l. I, B o g o tá , 1918, pá g. 269.
MANUAL DE HISTORIA I I I 307
306 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN

rias elaborado y expedido en 1842 y que iba a ser practicado desde


candidato había combatido el benthamismo, un grupo de padres de
el 2 de enero del siguiente año. Tres ideas cardinales dominaban en
familia solicitó de nuevo la supresión de sus textos. Márquez rehusó
aquel plan: la primera, sujetar los alumnos a severa disciplina, así
la petición apoyándose en que aún estaba vigente la ley de 1835
en sus costumbres y moralidad como en sus estudios y adquisición
que había restaurado en su plenitud el plan de estudios de 1826 que
de grados profesionales; la segunda, introducir el elemento religioso
ordenaba la enseñanza del derecho público por Bentham 31. En
en la dirección universitaria, completando la instrucción con la
1840 el Congreso aprobó una ley que autorizaba a los profesores de
educación; y la tercera, reorganizar las enseñanzas de manera que
universidad a elegir textos y autores o a escribir sus propios textos.
en ellas se introdujesen elementos conservadores (como el estudio
del derecho romano, por ejemplo) y algunos de literatura y huma­
nidades que habían sido muy descuidados, y que al mismo tiempo
D. LA R E FO RM A DE OSPINA R O D R ÍG U E Z
se proscribiesen ciertas materias calificadas de peligrosas por el
gobierno, tales como la ciencia de la legislación, ciencia constitu­
Tras la guerra civil de 1840 y bajo la presidencia del general
Herrán, las fuerzas victoriosas en la contienda le imprimieron al cional y táctica de las asambleas32.
país un fuerte viraje político de sentido conservador. L a Constitu­ La ley 21 de 1842 colocaba la Universidad bajo el control directo
ción de 1842 y la reforma educativa adelantada bajo la dirección del director general de Instrucción Pública y otorgaba a éste am­
del doctor Mariano Ospina Rodríguez fueron expresiones del cam­ plias facultades para organizar los establecimientos de enseñanza
bio. Las perturbaciones políticas y el supuesto descenso de la mora­ superior. En su desarrollo se dictó un nuevo código educativo, muy
lidad pública se atribuían a las orientaciones que había tenido la dentro de la tradición reglamentarista heredada de la época bor­
enseñanza en las décadas anteriores, sobre todo a la influencia de bónica colonial, seguida en su espíritu por el plan de estudios del
la filosofía de Bentham. Los textos benthamistas fueron rempla­ general Santander. El director general de Instrucción Pública tenía
zados por las obras de Balmes y la filosofía de Tracy por el derecho a su cargo la impresión y traducción de textos, la aprobación de
romano de Henecio. Los catedráticos variaron poco. En la Univer­ programas, el nombramiento de directores y catedráticos, la expe­
sidad siguieron dictando sus cátedras conforme al espíritu moder­ dición de normas disciplinarias y ceremoniales, las condiciones y
no, José Ignacio de Márquez, Rufino Cuervo, Francisco Javier Zal- costo de las matrículas, los uniformes, premios y castigos, etc. La
dúa y otros profesores que habían pertenecido a la universidad del Universidad mantenía sus tradicionales facultades de jurispruden­
general Santander. cia, filosofía, ciencias naturales, teología y medicina33.
El doctor Mariano Ospina, alma de la administración presi­ Haciendo un balance de los resultados de la reforma de Ospina
dida por el general Herrán de 1841 a 1849 y encarnación del antiguo Rodríguez, decía don José María Samper, quien hizo sus estudios
conservatismo — dice José M aría Samper en su Autobiografía— , profesionales bajo el nuevo sistema:
que acometió y llevó a cabo otras muchas y graves reformas de las
“¿Anduvo acertado el doctor Ospina en sus propósitos? El
instituciones, comprendió que una gran parte de la resolución del
tiempo hizo ver con claridad que él tenía sobrada razón en lo
problema político y social debía estar en la dirección que se diese
tocante a la primera de las ideas apuntadas, pues la juventud
a la instrucción pública. De ahí el plan de enseñanzas universita­

32 J osé M a r ía S a m p e r , Historia de un alma, vol. I, Bogotá, 1946, págs. 117 y ss.


31 A n g el y R u f in o J. C uervo , ob. cit., vo l. I, p á g . 247; G u s t a v o A rboleda ob c it
vo l. I , p á g . 311. 33 Codificación Nacional, vo l. IV, le y 21 de 1842.
308 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 309

había carecido totalmente de disciplina que la moralizase y de éstas la libertad de enseñanza y de ejercicio profesional. L a exigen­
reglas severas en lo relativo a estudios y colación de grados, cia de un título académico para ejercer la profesión de abogado,
que sirviesen de verdaderas garantías de idoneidad, dado el médico, ingeniero o sacerdote, fue considerada como una forma de
régimen de privilegio profesional y de las enseñanzas soste­ monopolio y una limitación a la libertad de trabajo. En consecuen­
nidas por el Estado. Jamás, sin aquella disciplina, se lograrán cia, la ley de 15 de mayo de 1850 eliminó el requisito de título pro­
entre nosotros resultados satisfactorios en materia de instruc­ fesional para el ejercicio de todas las profesiones liberales, con la
ción pública”. curiosa excepción de la farm acia35. Por la misma ley fueron elimi­
En cuanto al segundo propósito, dice el mismo publicista, las nadas las universidades y convertidas en colegios nacionales. Los
cosas fueron demasiado lejos. Se dio a la Universidad un aspecto tres artículos esenciales decían:
clerical. Clérigos eran el rector, el inspector, jesuitas los profesores Art. 1<? Es libre en la República la enseñanza de todos los ra­
de San Bartolomé, sin contar todos los empleados y catedráticos mos de las ciencias, las artes y las letras;
de la Facultad de Teología, y el rigor que había en las prácticas Art. 29 El grado o título científico no será necesario para ejer­
religiosas suscitaba en la mayor parte de los alumnos una reacción cer las profesiones científicas, pero podrán obtenerlo las per­
en sentido contrario. También fue contraproducente el tercer sonas que lo quieran del modo que se establece en la presente
objetivo34. Los estudiantes buscaban por su propia cuenta el con­ ley;
tacto con las ciencias políticas de su tiempo y los libreros de la Art. 16. Suprímense las universidades. Los edificios, bienes y
época se los ofrecían abundantemente. Samper cita la siguiente rentas de que hoy disfrutan se aplicarán para el establecimien­
lista de libros que le fueron suministrados por la librería de don to de los colegios nacionales, a excepción del Colegio del Rosa­
Andrés Aguilar: Deontología y legislación de Bentham, Moral uni­ rio, cuyos bienes serán administrados conforme lo decida la
versal de Holbach, Las ruinas de Volney, El contrato social de Rous­ Cámara Provincial de Cundinamarca 36.
seau, Diccionario filosófico de Voltaire, además de obras de Diderot, Suerte semejante correría la Escuela Militar fundada durante
D ’Alembert y Gibons34 a. Paradójicamente, pues, en la universidad la primera administración Mosquera con el objeto de preparar
modelada por Ospina Rodríguez se preparó la generación radical y ingenieros civiles y militares. Los románticos liberales del 850 consi­
romántica que haría su irrupción en la vida pública durante el deraban el ejército como una institución inútil y una amenaza
gobierno del general José Hilario López.
para las libertades civiles, y a la ingeniería como una profesión
costosa y sólo al alcance de las altas clases sociales.

E. EL PARÉNTESIS ROMANTICO DE JOSÉ HILARIO LÓPEZ


F. DE LOS RADICALES A LA REGENERACIÓN
La atmósfera liberal y romántica de 1850 no fue propicia para
Quince años después, tras un período de inestabilidad política
la Universidad. Las reformas políticas que puso en vigencia el go­
en que el país sufrió las consecuencias de tres guerras civiles y un
bierno del general José Hilario López quisieron llevar hasta sus
golpe de Estado — insurrección de Julio Arboleda en el Cauca,
últimas consecuencias las libertades políticas individuales y entre
golpe y deposición de Meló y guerra de 1861— , surge de nuevo la

34 S amper , ob. cit., págs. 117 y ss.


35 Gaceta Oficial, núm. 1124. año 1850, págs. 233-234.
34a. Ibldem, págs, 181 y ss.
36 Ibidem, núm y págs. cits.
310 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 311

idea de la universidad. Sobre la base de un proyecto de ley presen­ El decreto orgánico del 13 de enero de 1868 determinaba y re­
tado por José M aría Samper en 1864, el 22 de septiembre de 1867 glamentaba en forma minuciosa el funcionamiento de la Univer­
el Congreso Nacional aprobó la nueva ley orgánica “con el objeto sidad. El secretario del Interior fue investido de las funciones de
de organizar una Universidad Rública en la Capital de la República, director general de Instrucción Pública y como tal encargado de
la que llevará el nombre de Universidad Nacional de los Estados la inspección y vigilancia de la institución, con las siguientes atri­
Unidos de Colombia”. El decreto reglamentario fue dictado por el buciones: 1) Invigilar [sic] los establecimientos de enseñanza. 2)
presidente Santos Acosta el 3 de enero de 1868 y como primer rector Examinar las disposiciones del Gran Consejo y suspender las que
fue designado el doctor Ezequiel R ojas37. sean contrarias a las disposiciones legales vigentes. 3) Examinar
por sí o por comisiones especiales los métodos que se observan y las
L a nueva Universidad se iniciaba con las clásicas facultades de doctrinas que se enseñan, para corregir cualquier abuso que se
jurisprudencia, medicina, filosofía y letras, a las cuales se agre­ introduzca. 4) Aprobar los gastos. 5) Elegir el rector, los rectores
garon la Escuela de Ciencias Naturales, la de Ingeniería y la de de las escuelas, el secretario, el tesorero, el bibliotecario y los cate­
Artes y Oficios. También harían parte de la Universidad la Biblio­ dráticos, a propuesta del Gran Consejo, y removerlos cuando hu­
teca Pública, el Museo de Ciencias Naturales, el Laboratorio de biere justa causa. Éste último constituye el organismo supremo de
Química de la Facultad de Medicina y los hospitales. L a misma ley la Universidad y está compuesto por el rector, los decanos de las
eliminaba al Colegio Militar y la Escuela Politécnica que había re­ escuelas y facultades, el tesorero, el secretario, el bibliotecario y
creado Mosquera en 1861, y ordenaba que sus alumnos fueran los catedráticos principales. Se instituye también una junta de
recibidos en las facultades de la Universidad si comprobaban “apro­ inspección formada por los miembros del Gran Consejo, menos
vechamiento y buena conducta”. Los recursos financieros serían los catedráticos, que en este organismo tienen únicamente un re­
provistos por la Nación, el Estado de Cundinamarca y el municipio presentante por cada escuela o facultad. En ella reposan las prin­
de Bogotá y los estudios serían gratuitos38. cipales funciones académicas y administrativas40.
Como el país había entrado en la era de los ferrocarriles, de El decreto conserva las características de sus antecesores de
las obras públicas, el telégrafo y los modernos servicios urbanos, 1826 y 1842. Es minuciosamente reglamentarista y casuístico. Todo
la ley daba una especial importancia a la enseñanza técnica. En queda incluido en 31 capítulos y más de doscientos artículos; el
contraste con la generación romántica de 1850, la generación ra­ sistema de admisiones, las disposiciones disciplinarias, los premios
dical que había accedido a la conducción de la vida pública después y castigos, el sistema de exámenes, los horarios, el número y los
de la guerra del 61 tenía mayor interés en la educación técnica. La programas generales de las cátedras. Se estableció el contenido y
nueva ley no sólo creaba nuevas facultades, sino que otorgaba becas duración de las carreras profesionales. Jurisprudencia tendría 4
para la enseñanza de las artes y oficios a razón de dos por cada años de duración y 12 cursos de derecho público y privado, a más
departamento. De los 132 estudiantes que tenía la Universidad en de un curso de “táctica de asambleas” y oratoria parlamentaria y
1870, 51 (38% ) eran de medicina, 44 (33%) de ciencias naturales, forense. Medicina 4 años y 14 cursos. Ciencias naturales 4 años y 13
29 (22%) de ingeniería y sólo 8 (6 % ) de jurisprudencia39. cursos que incluían química, física, matemáticas, metalurgia y
agricultura. Ingeniería 5 años y 5 cursos, pero cada curso compren­
37 Codificación Nacional, ley del 22 de septiembre de 1867. día un bloque de materias. Así el 59 curso estaba compuesto de
38 Ibidem, arts. 2, 3, 6 y ss.
39 F r a n k R. S afford , The Ideal of the Practical. Colovibia's Struggle to Form a
Technical Elite, Austin, 1975, pág. 194. 40 Anales de la Universidad Nacional, t. I, 1868, págs. 7-9.
312 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA III 313

arquitectura, coinstrucciones civiles, caminos, puentes, calzadas y con la fijación oficial de textos y autores. El primer secretario fue
trabajos hidráulicos. La escuela de literatura y filosofía, un colegio Leopoldo Arias Vargas, el primer tesorero Rafael Elíseo Santander
de enseñanza media incorporado en la Universidad según la cos­ y el primer bibliotecario José María Quijano Otero. Los primeros
tumbre de la época, tendría estudios de 5 años y 19 cursos entre decanos fueron: de filosofía y literatura, Antonio Vargas Vega,
los cuales se contaban idiomas modernos (francés e inglés), mate­ quien sería luego rector. Entre los catedráticos de esta escuela
máticas, latín, gramática castellana y un curso de “filosofía en figuraban Miguel Antonio Caro, de latín; de filosofía, Manuel An­
todas sus ramas”. Sin el diploma de filosofía y letras no era posi­ cízar y Manuel María Madiedo; de historia, Ángel María Galán;
ble ingresar en las escuelas de ingeniería, medicina y jurispruden­ de ingeniería, el coronel Antonio de Narváez, y como catedráticos
cia. La Escuela de Artes y Oficios era una escuela elemental para Manuel Ponce de León, Tomás Cuenca y John May; de ciencias
la formación de artesanos. Para ingresar a ella se necesitaba tener naturales, el botánico Francisco Bayón, el químico Liborio Zerda,
9 años de edad y saber leer y escribir y “demostrar que el aspirante el zoólogo Florentino Vesga, el químico Ezequiel Uricoechea y los
a ella tiene amor al trabajo”. La enseñanza teórica duraría 3 años y agrónomos Ramón Muñoz y Nicolás Pereira Gamba; en medicina
comprendería contabilidad, matemáticas elementales, geometría, Antonio Vargas Reyes como decano, y Florentino Vesga, Manuel
nociones de física y gramática. L a práctica se haría bajo la direc­ Plata Azuero, José María Buendía, Andrés Pardo y Rafael Rocha,
ción de maestros que recibirían talleres a cambio de su enseñanza. como catedráticos; en jurisprudencia figuraban como catedráticos
Las dificultades financieras no permitieron ponerla en funciona­ Nicolás Esguerra, Francisco Javier Zaldúa, Ramón Gómez, José
María Samper, Manuel Ancízar, Ezequiel Rojas, Antonio María
miento. En 1870, el rector Manuel Ancízar solicitaba recursos para
instalarla y recordaba al respecto que este tipo de enseñanza era Pradilla y Teodoro Valenzuela. En los años posteriores figuraron
como profesores de las distintas facultades y escuelas Juan Fran­
una necesidad para la economía nacional y además una solución
cisco de León (derecho constitucional y derecho rom ano); Emiliano
para los problemas sociales, como lo demostraban los casos de
Restrepo (lengua española); Luis Lleras, Ruperto Ferreira y Antonio
Inglaterra y Francia que daban a las luchas sociales planteadas
de Narváez (ingeniería); Nicolás Sáenz (zoología); Francisco Mon-
por los obreros una solución educativa41.
toya (quím ica); Liborio Zerda (física médica). En filosofía y lite­
El primer equipo docente estaba compuesto por los hombres ratura, Diógenes Arrieta, Venancio Manrique, José Ignacio Escobar,
que constituían la élite intelectual y científica de la época. Manuel José María Samper y Diego Fallón.
Ancízar, su primer rector regular — el primero, provisional, había Eran los nombres que constituían realmente la élite científica
sido Ezequiel Rojas— era una de las personalidades intelectuales e intelectual de que podía disponer el país. No sin cierta razón el
más destacadas y multiformes de aquella generación. Poseía cono­ rector Carlos Martín, en su informe anual de 1880, elogiaba el am­
cimientos sólidos de ciencias naturales, de filosofía y de economía biente ajeno al sectarismo político que reinaba en el claustro, donde
política. A diferencia de sus compañeros de generación, no era un según sus palabras “un eminente ciudadano conservador como el
radical. Filosóficamente se formó en la doctrina ecléctica que repre­ doctor Liborio Zerda estaba al frente de la Facultad de Medicina” 42.
sentaba entonces Víctor Cousin en Francia. Era, pues, un espíritu
tolerante que creía y practicaba con mayor consecuencia que sus Desde el punto de vista de sus recursos económicos, la Univer­
contemporáneos el libre examen y el pensamiento crítico, como sidad continuaba una tradición de penurias. Sus ingresos fueron
10 demostró al dimitir el cargo de rector por estar en desacuerdo calculados en el primer año de funcionamiento en $ 30.000.00,

41 Anales de la Universidad Nucional. t. III, 1870. 42 Anales de la Universidad Nacional, núm. 89. 1979.
314 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 3X5

$ 24.320.00 de aportes del Estado y $ 5.772.00 de rentas propias, se había sostenido a propósito de las obras y las doctrinas utilita­
unos pocos capitales a censo, las rentas de la hacienda de Techo, etc. ristas de Bentham. El sector tradicionalista conservador objetaba
Los gastos fueron calculados en $ 32.350.00. Comenzaba, pues, con no sólo las doctrinas filosóficas sostenidas por Tracy como contra­
un déficit que hubo de resolverse suprimiendo el cargo de director rias a la orientación espiritualista que correspondía a un país
de la Escuela de Artes y Oficios y aplazando por un año la aper­ católico, sino también el derecho del Estado a fijar textos obliga­
tura de la Facultad de Jurisprudencia y de la misma Escuela de torios de enseñanza. Según los opositores a esa medida, detrás de
Artes. Según el informe del rector Ancízar al finalizar el segundo una filosofía que explicaba el origen de las ideas en las sensaciones
año de labores, faltaron $ 4.000.00 para adquirir implementos y o en la observación del propio pensamiento, vendría el materialismo
materiales elementales para geología, mineralogía y agrimensura. total, el ateísmo, la pi’escindencia de la revelación y la pérdida del
Terminaba con estas palabras melancólicas: fundamento de la sociedad y las instituciones. Tal era el razona­
“Ensayos incompletos son estériles. Tal como está viviendo a miento de los adversarios de los textos de Bentham y Tracy.
medias, la Universidad es impotente para generalizar el bien.
Petrificada al nacer, mezquina en sus proporciones, parecida Planteado el problema, el rector de la Universidad comisionó
a las universidades españolas que no son sino costosas má­ a tres profesores, Miguel Antonio Caro, Manuel Ancízar y Francisco
quinas de diplomas ergotistas, si hubiésemos de continuar así, Eustaquio Álvarez para responder un cuestionario que tenía dos
mejor sería suprimirla desde luego”. preguntas: 1) Si las doctrinas que forman la obra Ideología de
Tracy son completas, y 2) Si aun admitiéndolas como completas,
En el mismo informe insiste sobre la función práctica de la son exactas. Caro y Ancízar rindieron un informe desfavorable,
Universidad, sus relaciones con la agricultura, la minería y las basándose en la insuficiencia científica de las doctrinas de Tracy y
industrias, y se lamenta de la supresión de la Escuela de Artes y en su incapacidad de explicar fenómenos como el pensamiento ma­
Oficios 41 temático, la voluntad y el origen de las ideas morales. Álvarez,
veterano benthamista, enemigo de la escolástica y de lo que los
liberales de la época llamaban la escuela teológica y dogmática,
G. LA POLÉMICA DE LOS TEXTOS
hizo su defensa y, además, solicitó permiso del Gran Consejo de
la Universidad para apartarse del plan ecléctico recomendado por
La década comprendida entre 1870 y 1880 fue escenario de
el rector Ancízar y exigió su derecho a determinar él mismo, como
una de las más resonantes polémicas intelectuales del siglo xix. A
profesor de la materia, el contenido del programa. Dentro de la
la controversia que se libró en torno al decreto orgánico de instruc­
Universidad el conflicto se zanjó con una solicitud al Congreso
ción pública y al principio de la escuela obligatoria entre liberales
para que restituyera a la institución la libertad para determinar
y conservadores, se unió la controversia sobre el derecho del Estado
por sí misma los textos que deberían seguirse en sus escuelas44.
a señalar textos obligatorios para la enseñanza de algunas mate­
rias jurídicas y filosóficas, como lo hacía el decreto orgánico de la Pero más allá de los claustros universitarios se ventilaba la
Universidad Nacional que determinaba la obra Ideología del filó­ controversia política que en realidad constituía el meollo del con­
sofo francés Destut de Tracy para seguir los cursos de filosofía. Se flicto. La opinión conservadora y eclesiástica consideraba que la
renovó entonces la discusión doctrinaria que por espacio de 50 años fijación de textos obligatorios era una indebida intervención del

43 Informe del rector de la Universidad Nacional en Anales, t. I, núm. 5, pág. 431. 44 Anales, t. IV, núms. 22-23, págs. 291 y ss.
316 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 317

Estado eji la esfera de los derechos individuales y de la familia. El y violencia, los derechos de la religión y de la ciencia, burocra-
Estado, decía Caro en El Tradicionista, no es academia científica tiza la educación en todas sus manifestaciones.
y no tiene el derecho de definir el bien o el mal, la verdad o el error ”E1 Estado empieza por hacerse definidor; tal es el primer paso
en materias científicas. El Estado no puede ser indiferente ante la en el camino del abuso. Luego se hace profesor, enséña lo que
ignorancia del pueblo y debe ilustrarlo para defenderlo de la explo­ define, dicta lecciones por su propia cuenta. Disponiendo de
tación a que lo somete el oscurantismo, afirmaba el sector radical los grandes recursos formados con las contribuciones públicas,
del liberalismo. En las columnas del órgano del pensamiento cató­ ofrece enseñanzas gratuitas, mata la competencia, y se alza
lico escribía Caro: con el monopolio de enseñar. No contento con esto, decreta
como obligatoria su instrucción. El Estado, armado de la espa­
“Reconocemos que la intervención del Estado en la enseñanza,
da de la ley, impone sus opiniones desautorizadas y capricho­
lo mismo que en la industria, admite diversos grados, según la
sas, como el mahometano su doctrina al filo del alfanje. Tal
mayor o menor cultura social. Más activa es la intervención
es la última etapa de esta usurpación intelectual, que vemos
cuando el interés particular no basta a realizar mejoras nece­
desenvolverse en el Estado moderno, como gigantesca ame­
sarias; pero en este caso no ha de proponerse sólo realizar la
naza a toda honrada libertad, y que más crece a medida que
proyectada mejora, sino despertar también y estimular el inte­
más se seculariza el Estado mismo, y que de mayor indepen­
rés privado, iniciar el movimiento a cuya continuación deben
dencia blasona” 45.
cooperar todos. El Estado no es industrial; si faltando, empero,
la iniciativa particular, se hace ocasionalmente empresario de El punto de vista de la fracción radical del partido de gobierno
ferrocarriles, no por eso monopoliza este género de trabajos, fue expresado paladinamente por Aníbal Galindo:
ni menos aún su dirección científica, la cual corresponde a “Si hemos fundado una universidad — decía Galindo— , si te­
ingenieros competentes. Del propio modo el Estado no es nemos universidad es para enseñar las doctrinas liberales,
doctor; si muerta, decadente o extraviada la enseñanza par­ para formar liberales. Nada de eclecticismo. Balmes y Bentham
ticular, la establece el Estado oficialmente, no por eso se hace no pueden darse las manos en los claustros universitarios.
maestro universal, sino protector y auxiliador de los que tienen Mientras el partido liberal esté en el poder, debe enseñar libe­
la misión de enseñar; la parte científica se confiará a los ralismo. Así lo pide la honradez política. Si creemos de buena
sabios, la dogmática y moral, a la Iglesia. Y si la intervención fe que el liberalismo es lo que le conviene al país, eso es lo que
del Estado es un bien como impulso general, sería un mal debemos enseñar a la juventud. Cuando el partido católico
que el gobierno, indefinida, perpetuamente ejerciese una tute­ suba al poder mandará, a ejemplo de Felipe II, enseñar cato­
la infecunda. licismo y estará en su derecho para proceder así”.
’’Ahora, pues, el Estado, confundiendo la obligación de educar, Y comentando el proyecto del rector de la Universidad, Manuel
de formar el carácter nacional, de fomentar la ilustración, con Ancízar, quien proponía al Congreso dejar a cargo de la Universi­
el derecho de doctrinar (que pertenece a la Iglesia) y con la dad la fijación de textos y propiciaba el eclecticismo en materia de
profesión de enseñar las ciencias (que corresponde a las uni­ doctrinas filosóficas y políticas, agregaba con desenfado y en opo­
versidades, a los cuerpos científicos y organismos docentes), sición a la política oficial de su partido:
refundiendo en uno tales conceptos, que son enteramente di­
versos unos de otros, aunque armónicos, declarase a un tiempo 45 M ig u e l A n t o n io C aro, “ El Estado docente", en Artículos y díscurtos, Bogotá,
director de conciencias, e invadiendo así a la vez con escándalo Librería Americana, 1888, p&gs. 380-361.
318 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 319

“Yo no participo del entusiasmo por la escuela primaria. Deseo uno dirigía las facultades de filosofía y jurisprudencia y otro
>la emancipación del entendimiento y del corazón de los pue­ las de ciencias naturales y medicina. El control de toda la ad­
blos por medio de la enseñanza. Pero como liberal no me entu­ ministración y el funcionamiento interno estaba a cargo del
siasma la instrucción primaria. Enseñando a leer a los niños Consejo Académico, que elegía el presidente de la República
del pueblo no hacemos otra cosa que darle lectores al partido entre los ciudadanos de mérito y que constaba de nueve miem­
católico. Lectores de las pastorales de los obispos, del catecismo bros. De la Escuela de Derecho diré sólo que los poco numerosos
de Astete y de cuanto a nosotros nos perjudica. Lo que nos estudiantes trabajaban con notable aprovechamiento y que
importa no es enseñar a leer a la infancia sino enseñar a pen­ luego, como abogados y políticos, hacían honra a su profesión.
sar a la juventud” 46. L a Escuela de Ciencias Naturales era utilizada especialmente
La polémica no dejó de presentar situaciones paradójicas. Los por los médicos para estudios preparatorios, pero faltaban en
liberales, defensores del libre examen y de la neutralidad religiosa ella buenos laboratorios y colecciones. La facultad de medicina
del Estado, resultaban defendiendo el derecho del mismo Estado a era sin duda la mejor instalada y al frente de ella trabajaban
fijar una doctrina científica oficial. Los conservadores que recha­ excelentes profesores, que habían hecho en Europa su examen
zaban la neutralidad religiosa establecida en el decreto orgánico de estado, en París principalmente47.
de la educación pública del 70, pedían esa neutralidad al tratarse de Se refiere luego a otros aspectos de la vida académica. En la
la enseñanza filosófica en la Universidad. La guerra civil que prác­ Universidad se hacían no sólo los estudios profesionales, sino los
ticamente suspendió las actividades docentes, introdujo una pausa estudios previos de enseñanza media, es decir, nuestro moderno
en la controversia. Los gobiernos posteriores al de Parra, darían
bachillerato. La escuela destinada a esta función era la de filosofía
comienzo a una rectificación de la política educacionista y ya no se
y literatura. Los estudios solían durar 6 años; ningún estudiante
hablaría más de Tracy y menos de Bentham.
podía tomar más de tres asignaturas por año, pero éstas tenían
Sobre lo que fue entonces el funcionamiento interno y el am­ una intensidad de seis horas semanales. Por excepción, en los últi­
biente académico de la Universidad Nacional, el profesor suizo mos años se podían tomar cuatro. El ciclo culminaba con un curso
Ernest Roethlisberger, que estuvo a su servicio durante varios años de biología, uno de sociología y dos de historia que eran obligatorios
a partir de 1882, nos dejó un relato pormenorizado en su libro El para todos los alumnos; el latín en cambio era una de las materias
Dorado. Dice allí el autor: opcionales, como el griego, la taquigrafía, el cálculo mercantil y la
En el año de 1882, cuando yo comencé allí mis actividades religión. Hay que decir — agrega el cronista— que estos cursos de
docentes, la Universidad constaba de cuatro facultades: la carácter optativo tenían poca asistencia del alumnado, lo que era
Escuela de Literatura y Filosofía, la Escuela de Jurisprudencia, de lamentar, sobre todo en el caso del latín, pues esta lengua facilita
la Escuela de Ciencias Naturales y la Escuela de Medicina. No mucho la penetración del español, siendo además imprescindible
existía facultad teológica, pues los sacerdotes se formaban en para el estudio del derecho romano. El curso de religión no llegó a
Seminarios. El rector era el ministro de Instrucción. Bajo su darse nunca, pues no hubo eclesiástico que quisiera venir a nuestra
autoridad había dos rectores propiamente dichos, de los cuales Universidad48.

46 Cit. por A lv ar o H o l g u ín y C aro , en “Historia y política: a propósito de la 47 El Dorado, Bogotá, 1963, págs. 138-139.
E r n e s t R o e th lis b e r g e r ,
administración Salgar”, Revista Colombiana, núm. 106, 1938. 48 R o e th lis berg er , ob. cit., pág. 40.
MANUAL DE HISTORIA I I I 321
320 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN

retrógrada. Librepensadores en su mayoría en cuestiones reli­


Respecto a las clases de historia, filosofía y sociología, dice
giosas, de extrema izquierda en lo político, nuestros estudian­
Jloethlisberger:
tes se daban a su partido al estallar las guerras civiles. Consti­
Todos los futuros juristas y médicos debían pasar por nuestras tuían los elementos más activos, fogosos y sacrificados durante
clases. Habida cuenta de que la mayor parte de los alumnos las revoluciones, y más de uno hubo que selló con su temprana
ingresaba en la Escuela de Literatura a la edad de los diez muerte sus convicciones, pasando a ser exaltado como héroe49.
años, aproximadamente, mis escolares estaban entre los dieci­
La disciplina era en extremo rigurosa. Ningún estudiante que
séis y los veinte años, y los había de veintiséis, o sea más viejos
tuviera cien fallas, o cien ceros en notas previas, o hubiera come­
que yo. A veces asistían a las clases señores de alguna edad. . .
tido alguna falta contra la moral, era autorizado para presentar
Los estudiantes tenían, por término medio una gran inteligen­
exámenes finales. No existía la pena de azotes como en la época
cia y daban muestra de un extraordinario poder de captación,
de Ospina Rodríguez, pero se conservaba el calabozo “donde los
si la exposición docente era clara, y a ser posible, infundida
jóvenes tunantes podían dedicarse a reflexionar entre las cuatro
de cierto aliento poético. Era un verdadero placer darles clase.
paredes del desnudo y tenebroso encierro” ; la otra pena era la
Las contradicciones, verdaderas o aparentes, eran descubiertas
expulsión, reservada a los alumnos que hubieran hecho uso de las
en seguida en las clases y utilizadas por ellos como consulta en armas para herir o amenazar a sus compañeros, o que intervinieran
las horas dedicadas a repaso o discusión. Casi todos tenían
en alguna perturbación del orden público. También era riguroso el
además una memoria fuera de lo común, ejercitada desde muy
reglamento que regulaba la actividad de los profesores. La Univer­
pronto y continuamente, una memoria que lo retenía todo,
sidad tenía entonces 3 profesores permanentes y 43 catedráticos
pues al contrario que en Europa, no había recargo de tareas, que tenían que ganarse la vida mediante la acumulación de varios
ni por consiguiente, fatiga. A muchos les faltaban los nece­ cargos y desempeñando las más variadas ocupaciones; eran funcio­
sarios conocimientos básicos para una formación científica; narios, jueces, diputados, políticas, ingenieros, periodistas, escri­
otros, en fin, aprendían demasiadas cosas de memoria y pen­ tores, médicos atareadísimos y dedicaban algunos de sus ocios a
saban poco, falta esta favorecida por el hecho de que la mayor dar clases en la Universidad que era una distinción muy solicitada.
parte de los profesores tomaban como base de sus lecciones A éstos podía cancelárseles el nombramiento en cualquier momento,
algún texto, explicándolo durante media hora y dando a por faltas en el cumplimiento de sus deberes, o se les retiraba el
aprender un determinado trozo. . . Si el profesor se tomaba sueldo correspondiente por ausentismo. Pero en realidad, dice el se­
trabajo en sus lecciones y no se mostraba como un charlatán ñor Roethlisberger, el rector procedía solamente en caso de extre­
o un ignorante, esto es, si enseñaba lo que realmente sabía, ma desidia o abandono de sus obligaciones. Las autoridades actua­
podía estar seguro del cariño y respeto de sus alumnos. ¡Pero ban muy benignamente, pues la retribución de los profesores era tal
ay de aquel que fuera pillado en un fallo o en una incon­ que, en la mayoría de los casos, había que darse por satisfecho con
gruencia! Nuestro estudiante, crítico hasta el exceso, exigente, que acudieran a explicar sus lecciones50.
amigo de tener siempre razón, aficionado a disputas y orgu­
Bajo la presidencia de Aquileo Parra el reglamento orgánico
lloso, sabía descubrir el punto flaco y explotarlo con sumo de la Universidad sufrió algunas modificaciones. La ley de mayo 22
rigor. . . Existía también un espíritu de cuerpo, provocado pre­
cisamente por las diferencias de opinión política. A nuestra
Universidad asistían, casi sin excepción, jóvenes liberales y de 49 Ibidem, pág. 145.
50 R oexhlisbergr , ob. cit., pág. 145.
tendencia radical, y por ello era muy aborrecida por la gente
322 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN
MANUAL DE HISTORIA I I I 323

de 1876 otorgó directamente al poder ejecutivo el nombramiento de


suras de estudios daban oportunidad a los profesores de ponerse
rector, pero dio mayor autonomía al G ran Consejo para elegir pro­
en contacto con el público y difundir sus ideas. Los certámenes
fesores y funcionarios administrativos y docentes. Los nombramien­
eran reuniones que se hacían al finalizar el año académico para
tos y decisiones reglamentarias, sin embargo, debían ser aprobados
distribuir premios y pronunciar discursos de carácter académico,
por el ejecutivo. La guerra civil del mismo año llevó al gobierno a
a cargo de uno de los catedráticos, seguidos de intervenciones de
decretar la implantación de cursos de instrucción militar y los
los catedráticos sustitutos. En ellos afloraban las influencias cul­
alumnos del plantel pudieron ser habilitados como tenientes del
turales de la época, destacándose las corrientes intelectuales fran­
ejército. En el informe rendido por el rector Carlos Martín al fina­
cesas del Primer Imperio, de la Restauración y del Segundo Impe­
lizar el año de 79, se demostró la gran disminución de los alumnos
rio; el pensamiento inglés, Spencer, Mili, los filósofos de la escuela
causada por acontecimientos bélicos del 76. La Universidad tenía
escocesa; la filosofía de los negocios de los moralistas norteameri­
sólo 435 alumnos y 51 catedráticos. Los alumnos se distribuían así: 51
canos y en no pocas ocasiones la pedagogía alemana. Una nota
Filosofía y letras 307; Medicina 36; Derecho 28; Ciencias Natu­
rales 48. dominante era la influencia del neoclacisismo francés del período
napoleónico, que se encontraba no sólo en los discursos de clausura
sino también en la arquitectura. El proyecto de construcción de la
H. IDEAS Y AM BIENTE INTELECTUAL
Escuela Normal parecía una réplica del templo de la Magdalena.
Para loar las virtudes ciudadanas sólo se recurría al ejemplo de la
polis griega y romana. Así lo hacía Carlos Martínez Silva en el cer­
En pocos períodos de la historia de la cultura colombiana se
tamen de 1870, al explicar las ventajas del sistema republicano y
ha dado mayor ebullición intelectual, ni tampoco menor bizantinis-
las exigencias morales que implicaba para los ciudadanos a fin de
mo. Fue por esa década por la que Menéndez y Pelayo habló de la
mantener el orden y el progreso de la comunidad. Ni faltaban las
Atenas Suramericana para referirse a Bogotá, y el diplomático
apologías líricas de la ciencia y la técnica portadoras del progreso,
argentino Miguel Cañé pudo caracterizar a Colombia como una
sobre todo cuando se aplicaban a la agricultura. Carlos Michelsen,
república de catedráticos. Las influencias intelectuales francesas e
en Escuela de Ciencias Naturales, terminaba el certamen con una
inglesas eran muy intensas, sobre todo las primeras, y muy abi­
exaltación del nuevo espíritu:
garradas. Basta con hojear las publicaciones oficiales de entonces
y la prensa de la época. U n dato indicativo de la actividad política “Hoy, cuando el mundo está envuelto en una red de hilos eléc­
e intelectual es el número de imprentas y periódicos que había en tricos, que los océanos se comunican por rieles, que el hombre
1874. Según los Anales de la Universidad Nacional, había en el medita el camino que debe seguir, apoyado en los hechos, para
país 41 imprentas y 60 periódicos. Sólo en Cundinamarca — y la usurparle el dominio a la muerte, no debemos tener por fan­
mayor parte en Bogotá— había 12 imprentas y 23 periódicos52. tásticos los proyectos más atrevidos, ni las empresas al parecer
más descabelladas” M.
No obstante la limitación de los medios financieros, técnicos
y humanos de que disponía, la Universidad fue el centro de una José M aría Samper, en 1868, hacía el elogio de la Universidad
activa vida intelectual. La costumbre de los certámenes y las clau­ como “segunda madre del hombre” , cuna de las virtudes romanas,
hogar de las ciencias, de las matemáticas, de la química, de la
economía y del derecho. Felices quienes tienen la gloria de leer a
51 Anales de la Universidad Nacional, t. X, 1876, págs. 159 y ss.
52 Anales de la Universidad Nacional, t. V III, núm. 61, 1873, pág. 94.
53 Anales, t. III, núm. 13. 1870, págs. 45 y ss.
324 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA n i 325

Thiers, a Michelet, a Cantú, a Luis Blanc, a Prescott, a Lamartine. Culpaba de todo ello al sistema de educación que impuso el
Y los que pueden aprender en la ciencia de la economía cómo se radicalismo, al abandono del latín como base de los estudios de
resuelven los problemas que surgen entre los pueblos y los gobier­ jurisprudencia y literatura, y “al aplebeyamiento que hemos dado
nos, que siempre son, o una cuestión de libertades o una cuestión en llamar democracia”. “Hemos rechazado la aristocracia de la san­
de impuestos. L a historia comprueba — decía Samper— que las gre y del saber, para quedarnos con la del dinero que cree que éste le
relaciones de la política se han resumido en una lucha entre el basta y se aísla para defenderse en lugar de prepararse intelectual­
Estado, tratando de concentrar sus rentas y el individuo, tratando mente y tomar las riendas de la política”. Probablemente se refería
de defender su fortuna de la rapacidad del fisco. Felizmente — agre­ al marginamiento de las labores políticas de unos cuantos hidalgos
ga— , para auxiliar al ciudadano han aparecido Ricardo, Smith, sabaneros y al ascenso de los banqueros y comerciantes, a quienes
Malthus, Say, Bastiat y tantos otros54. invitaba a estudiar latín e historia romana para hacer mejor su
No podría entenderse el ambiente intelectual de la Universi­ papel de clase dirigente55.
dad en la época que estudiamos, sin hacer referencia a los Anales
de la Universidad Nacional que representaron para la educación
superior lo que la Escuela Normal para la enseñanza elemental y I. LA UNIVERSIDAD BAJO LA REGENERACIÓN
a lo que representarán los Anales de Instrucción Pública en las
décadas de finales del siglo. Los Anales de la Universidad se publi­ El primer gobierno de Rafael Núñez se inicia con un propósito
caron desde 1869 hasta 1876. Fueron interrumpidos por la guerra de cambios en la organización universitaria. La ley 106 de 1880 dio
civil de ese año. En sus páginas no sólo se informó sobre la vida autorizaciones al ejecutivo para modificar su régimen orgánico, y
interna de la institución sino sobre la política educativa y cultural en uso de estas autorizaciones se dictó el decreto 167 de 1881. El
del gobierno. Fueron también el órgano de difusión de las nuevas
decreto define la Universidad como “Una institución de educación
doctrinas pedagógicas, de las ciencias tanto naturales como cultu­
creada por la ley y sostenida con fondos nacionales, para dar
rales, de la filosofía y del movimiento educativo de Europa y Amé­
pública y gratuitamente enseñanza secundaria y profesional”. La
rica. Constituyen una fuente indispensable para el conocimiento
de la vida intelectual y política del período. componen las facultades y escuelas de jurisprudencia, ciencias
naturales, medicina, filosofía y literatura. L a Escuela de Inge­
No todo era optimismo. Había también oposiciones y espíritus
niería había sido convertida en Escuela Militar y de Ingeniería
negativistas. En la clausura de estudios del Colegio del Espíritu
Civil y separada del conjunto universitario. La Universidad se
Santo, quizá bajo el influjo de los resultados de la guerra civil del
coloca bajo el control directo del poder ejecutivo y prácticamente
76, Carlos Martínez Silva se lamentaba del estado de la cultura
nacional y de la esterilidad de las nuevas generaciones: se elimina todo elemento de autonomía. Comenzaba a perfilarse la
tendencia que tomaría la política centralizadora e interventora
“Dejando aparte la traducción de Virgilio de don Miguel Anto­
que culminaría en la reforma constitucional del 86. En su informe
nio Caro, las Apuntaciones Criticas de Cuervo y la Gramática
de fin de año, el secretario de Instrucción Pública, Ricardo Becerra,
Latina de ambos, tres o cuatro libros en 20 años, ¿qué es lo que
tenemos? ¿Podemos seguir repitiendo que vamos a la cabeza decía a propósito de la autonomía:
del movimiento intelectual de América del Sur?”.
55 C a r lo s M a r t ín e z S i l v a , “La reforma de los estudios", en Repertorio Colom­
54 Anales, t. I, ntim. 3, 1869, pág. 377. biano, t. III, 1879, págs. 341 y ss.
326 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN MANUAL DE HISTORIA I I I 327

“Si los que piden la forma autonómica para la Universidad igualdad de circunstancias preferir a los individuos que pertenez­
creen que esto le daría un mejor carácter y más firme esta­ can a una familia que se haya distinguido por su patriotismo en la
bilidad, cumple decirles francamente que es bueno su propó­ época en que se conquistó la Independencia nacional”. L a nueva
sito, pero que no es deseable. La Universidad no podrá tener orientación en materia ideológica quedaba fijada en el artículo 26
otra vida que la que le da el gobierno, y por lo mismo, lejos en los siguientes términos:
de hacer de éste un simple patrono, como en el caso del pro­
“Bien que la absoluta libertad de conciencia esté [sic] garan­
yecto, debiera consustanciarse más y más con él. La descen­
tizada en Colombia, tanto por la Constitución nacional como
tralización en asuntos de enseñanza es contraproducente, pues
por la de los Estados, esto no impide en manera alguna que
tiende a la desorganización y a la ruina. Debiera pensarse más
el gobierno, respetando siempre la sana influencia de la fami­
bien en una completa regularización del ramo de la instruc­
lia, preste su debida atención a las creencias religiosas de los
ción pública bajo el cuidado de un secretario de Estado y no
individuos que concurran a los establecimientos oficiales de
en simples independencias efímeras” 56.
instrucción pública” 57.
El rector, los altos funcionarios y los profesores serían nom­
La misma norma indica que al matricular a sus hijos los pa­
brados por el poder ejecutivo de ternas que presentaría el Consejo
dres deberán especificar qué confesión religiosa tienen y establece
Académico. Éste, que sustituía al Gran Consejo de la legislación
que se nombrarán profesores de materias religiosas conforme a las
anterior, estaba compuesto de 12 miembros nombrados por el go­
reglas que rigen para nombrar los profesores de la Universidad. Es
bierno nacional, inamovibles, “salvo en el caso de que alguno de
decir, por el poder ejecutivo.
ellos fomente o participe en cualquier intento de trastornar el orden
público, caso en el cual cesará automáticamente en sus funciones”, Un hecho importante de esta etapa fue la creación de la Escue­
según reza el artículo 12. Para el primer consejo fueron nombradas la de Minas de Medellín por decreto del 25 de mayo de 1881. Como
distinguidas personalidades liberales y conservadoras, expresiden­ la Universidad, la Escuela quedaría bajo el control directo del eje­
tes, antiguos ministros y rectores de la Universidad, educadores y cutivo nacional. Los estudios durarían 4 años y su plan de ense­
escritores como Santiago Pérez, Manuel Ancízar, Salvador Camacho ñanza incluiría, además de matemáticas, materias de ingeniería,
Roldán, Manuel Plata Azuero, José Ignacio Escobar, José Manuel química, física, mineralogía, geología, metalurgia y economía po­
lítica 5S.
Marroquín, Rufino J. Cuervo, Eustorgio Salgar, Carlos Martín y
Eustacio Santamaría. El cambio político de 1886 afectó directamente la política edu­
cativa y la organización de la universidad. Núñez y Caro, las figuras
Algunos artículos señalan la nueva orientación y el nuevo
centrales del movimiento de la Regeneración, estaban convencidos
clima que se quería crear en la política educativa en general. Para
de que las orientaciones que el sistema educativo había tenido
ser miembro del Consejo Académico se requiere, además de “inta­
durante los gobiernos radicales eran una de las causas directas de
chable conducta”, no haber figurado por lo menos un año antes
la inestabilidad política y la desazón social que el país había vivido
en ninguna tentativa de perturbar el orden público o en ninguna
en las décadas anteriores. A esa convicción correspondió la reforma
actividad que detuviere la aplicación de las leyes (art. 12). Y un
constitucional del 86 y la firma en 1887 de un nuevo Concordato
curioso parágrafo del artículo 4, para el mismo efecto ordena “en

57 Anales de Instrucción Pública, t. II, núm. 7, págs. 3 y ss.


56 Anales de Instrucción Publica, t. I. pág. 280. 58 Anales de Instrucción Pública, t. II, núm. 10.
MANUAL DE HISTORIA I I I 329
328 EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN

la crisis económica y social orientó al país hacia la industrialización.


con la Santa Sede que dieron a la Iglesia amplia intervención en la
Se inició entonces un proceso de cambio social que modificó en
marcha de la educación pública. L a universidad regresó al control
forma sustancial la fisonomía de la Nación. El crecimiento demo­
directo del Estado, perdiendo no sólo su limitada autonomía sino
gráfico general y el proceso de urbanización comenzaron a tomar
su unidad académica. Cada una de las escuelas fue colocada bajo la
un ritmo sin precedentes. Colombia empezó a dejar de ser un país
dirección del ministerio correspondiente. En esa forma funcionaron
rural y a transformarse en un país de ciudades con grandes aglo­
sus diferentes facultades hasta que se produjo la reforma de 1935.
meraciones de obreros y clases medias que demandaban servicios y
educación en todos los niveles. En esas circunstancias, tuvo la for­
J. LA REFO RM A DE 1935 tuna de estar dirigida por un estadista de amplia y moderna visión
como Alfonso López Pumarejo. López modificó la estructura cons­
titucional, la organización fiscal y educativa y dotó al país de una
Pasada la Primera Guerra Mundial, el país entró en una nueva
legislación social que otorgaba a las clases trabajadoras un mínimo
etapa de desarrollo económico y de reformas administrativas. La
de seguridad social y de participación en la vida política a través de
indemnización pagada por los Estados Unidos por la desmembra­
la organización sindical. Introduciendo el concepto de función so­
ción de Panamá, los empréstitos externos y el flujo de las inversio­
cial de la propiedad, las reformas de 1936 dotaron al Estado de
nes extranjeras en petróleo, minería, empresas agrícolas y servicios
nuevos y eficaces instrumentos de intervención en la economía, y
públicos, crearon un clima de prosperidad que se desvaneció muy
las nuevas leyes tributarias que establecieron los impuestos de pa­
pronto, pero fue suficiente para que se pensara en la moderniza­
trimonio, renta y exceso de utilidades, aumentaron los ingresos que
ción de los servicios del Estado. Fue tarea adelantada entonces por
permitieron al Estado comenzar a cumplir las tareas y fines que
la administración del general Pedro Nel Ospina, que trajo al país
éste tiene en una sociedad moderna.
la misión Kemmerer para organizar el sistema bancario, y algunas
ramas de la administración pública. Se crearon entonces el Banco L a universidad y la educación superior no podían estar ausen­
de la República, la Contraloría General de la República y el sistema tes del cambio que empezaba a producirse en el país. Su vieja es­
nacional de estadística. L a educación y la universidad no fueron tructura no podía ni dar acceso a la creciente población estudiantil
extrañas a ese esfuerzo reformista. La ley 57 de 1923 autorizó al ni preparar los técnicos que necesitaba una nación que comenzaba
poder ejecutivo para contratar una misión alemana que realizara a industrializarse. Bajo la presión de los nuevos hechos y del movi­
un estudio del sistema educativo nacional y formulara las corres­ miento reformista iniciado en Córdoba (Argentina) en 1919, que
pondientes recomendaciones de reformas. Así surgió de nuevo la tuvo sus adalides en la generación estudiantil colombiana que se
idea de una universidad integrada, que reuniera bajo una misma iniciaba en la vida pública en 1930, se creó el clima para la reforma
dirección central las facultades dispersas, dotada de autonomía universitaria. Y a desde 1920 estudiantes y profesores habían ini­
académica y administrativa. La nueva idea, sin embargo, no tuvo ciado la crítica de la universidad tradicional. Se solicitaba libertad
realización práctica. de cátedra, modernización de programas, participación de estu­
diantes y profesores en el gobierno, y plena autonomía administra­
La gran depresión de 1930 puso fin a la sucesión de gobiernos
tiva para la institución. La participación activa del estudiantado
conservadores que se había iniciado en 1886 y dio comienzo a go­
en los sucesos políticos del 8 de junio de 1929, que dio al traste con
biernos liberales que se caracterizaron por su impulso reformista.
una corrupta administración en la ciudad de Bogotá y produjo la
En contraste con la clase dirigente de las décadas anteriores, nueva
primera víctima de la violencia oficial, el estudiante Gustavo Bravo
élite liberal poseía una mentalidad modernizadora. Para superar

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