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editor.

Cuatro duendes,
un genio y otras
historias
Ilustraciones de CORÉ

O MARÍA SILVA OSSA


© EDITORIAL ANDRÉS BELLO Carmen 8, 4o piso,
Santiago
Registro de Propiedad Intelectual Inscripción N° 151.932,
año 2005
Se terminó de imprimir esta primera edición de 1.500
ejemplares en el mes de diciembre de 2005
IMPRESORES: Imprenta Salesianos S. A.
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ISBN 956-13-1894-6
EDITORIAL ANDRÉS BELLO
Los duendes

Aunque se suele decir que los duendes son seres


irreales, hay quienes aseguran que existen y que
son mentalmente superdotados. Algunos viven en
los bosques, dentro de aquellos agujeros que se
forman en los árboles viejos, o bien ocultos entre
las raíces. Otros habitan las cuevas de los cerros o
las casas abandonadas.
Los hombres que se arriesgan a caminar
por los bosques en busca de animales, no se dan
cuenta de que las callampas que crecen con la
humedad del ambiente, son muchas veces las
puertas de las casas de los duendes.
Cada uno de ellos vive en su propio hogar y
posee un poder especial, además tiene la facultad
de transportarse con el pensamiento a los más
distintos y remotos lugares.
Aquí conocerás las aventuras, la vida, la
obra y los retratos de cuatro de estos pequeños y
mágicos personajes: Roncafort, Brujón, Torpevoz
y Letrón, además de otras historias fantásticas.

El duende Roncafort
7
1

Roncafort es un duende pequeño, gordo y


barrigón, de piernas delgadas como agujas
y dueño de largas antenas que sobresalen
de su frente debajo de un sombrero
puntiagudo que no se quita jamás.
Vive sobre un pequeño cerro donde los
arbustos ocultan su morada.
Cuando el calor seca las yerbas, el
duende se inclina y, afirmando sus manos
en el suelo, sopla y sopla sobre el césped
hasta que éste vuelve a surgir verde y fresco
como si la lluvia de la primavera lo hubiese
humedecido.
Pero llegó un día que, de tanto soplar y seca le dio la forma ovalada de un
soplar, le vino una ronquera tan fuerte que fuelle.
por un tiempo quedó mudo. Ya no pudo Luego, buscando y buscando, reunió la
cantar a los pájaros las historias de esos madera apropiada y encontró también
viajes que él realizaba con sus algunos trozos de alambre que,
pensamientos. Tampoco podía dar aliento a seguramente, se le habían caído a uno ile
las yerbas para que no murieran sus flores. los humanos que subían al cerro en busca
Roncafort comenzó a pensar qué podría de animales.
hacer. Tanto pensó que al fin se le ocurrió Golpeando los alambres sobre una
fabricar un fuelle. Y se puso manos a la piedra formó los clavos y con ellos sujetó el
obra: necesitaba madera, cuero y, quizás, cuero a la madera. Y muy pronto se vio con
tornillos y clavos finos. un espléndido fuelle en las manos.
Caminando de un lado a otro encontró ¡Le parecía un sueño! Podría continuar
un conejo muerto. Con el filo de una piedra soplando el césped sin que él quedara ronco
le quitó la piel con todo cuidado, la lavó en nuevamente y podría seguir cantando a los
un riachuelo y después, la colgó en la rama pájaros las maravillas de sus aventuras.
de un árbol para que la secara el sol. Pero Así continuó su vida hasta que un dia
antes que estuviese completamente se sintió tan cansado que, tendido en la
hierba, les dijo a sus amigos:
—¡Estoy enfermo! ¡Ya no podré viajar ni ojos echando chispas, mientras los truenos
siquiera con el pensamiento! ¡Qué lástima! hicieron temblar la tierra.
Tendré que estar tendido aquí hasta que —¿Qué sucede? —exclamó enojado el
recupere mi salud. Sol—. ¡Cálmense! ¡Ya saben que sin mi
—¡Ah, no! —le respondieron los permiso no pueden fabricar tormentas!
pájaros—: Si quieres seguir viajando, —Lo que sucede, señor Sol explicó muy
nosotros te llevaremos volando a conocer avergonzada una nube—, es que usted no se
otros lugares que quizás tú no has visto da cuenta (le que nosotras, cuando estamos
nunca. Instes, debemos regar los campos con
Haciendo un gran esfuerzo, Roncafort nuestras lágrimas. Además, sepa usted, que
subió sobre los pájaros que habían formado Roncafort necesita agua para mantener sus
entre todos una maravillosa alfombra de plantaciones...
plumas, donde el duendecillo se instaló, —¡Ah! —reflexionó el Sol—, es cierto
sintiéndose maravillosamente bien. ¡Jamás que olvidé cuidar las yerbas de este duende.
había soñado con algo tan suave, tibio y Parece ser un buen MUChacho, a pesar de
blando! Alzaron el vuelo y se elevaron por que con su fuelle \ sin mi autorización, ha
los aires hasta topar las nubes. provocado seis tormentas. Pero, está bien...
Con el fuelle entre sus manos Roncafort ¡Vayan nubes! ¡Rieguen con sus lágrimas
sopló el aire frío y caliente del cielo y los
relámpagos movieron sus
el cerro de Roncafort, para que él vea crecer
sus arbustos y el césped se cubra de flores
hermosas!
—¡Gracias, señor Sol! —contestó el
duende y sentándose en una nube cayó
sobre su cerro en medio de la lluvia.
Y allí lo vemos nuevamente soplando
con su fuelle las plantas y cantando, a voz
en cuello, sus famosos relatos de aventuras,
que los pájaros van repitiendo por todo el
pueblo.

(Y pensar que las aventuras del duende


suceden solamente en sus pensamientos.)

El duende Brujón
H abía una vez un duende llamado
Brujón. No tenía casa y no había
aprendido ningún oficio así es que vagaba
por la ciudad sin saber qué hacer.
Era chico y redondo; sus piernas eran
como hilos que se perdían dentro unos
largos zapatos... Seguramente mi figura
debería haber llamado la ,atención de la
gente. Pero no era así. Nad ie se fijaba en
él.
Con sus antenas, Brujón podía leer
eI pensamiento de las personas, pero él
m i s m o se había dado cuenta de que
poseía este poder, hasta que un día Brujón abrió las ventanas y, con la
pasó ante él una jovencita. fuerza de sus pulmones, sopló y sopló hasta
“¡Me encantaría conocer mi destino y que los murciélagos, las arañas y las ratas se
comprender mejor a mis padres y a mis elevaron, salieron volando y se alejaron,
amigos!”, se decía la niña y el duende, perdiéndose en la inmensidad del espacio.
leyendo con su mente estos pensamientos, El duende puso orden en la casa y se
los guardó. encontró con papeles y cartones esparcidos
Brujón comprendió entonces la en el suelo, además de lapices y pequeños
importancia de ayudar a los humanos para trozos de tizas de i olores. Tomó un
que no malgastaran sus vidas. Él podría inmenso cartón y con grandes letras
hacer ese trabajo, aunque primero tendría escribió en él la palabra Brujo. Luego tiñó el
que convertirse en un brujo. ¿Dónde cartón con
podría hacerlo?
De tanto vagar pensando y pensando, se
encontró ante una casa abandonada.
Empujó la puerta con su pensamiento y
entró, mas la ruina de la c asa era tal que
allí solamente vivían m i I K ¡clacos, ratas y
arañas.
tiza azul, dejando el interior de las letras las hojas y siguió en su tarea de limpiar y
en blanco. Su trabajo fue tan prolijo que ordenar.
lo tuvo ocupado durante casi todo el día. En un rincón descubrió una mesa y
Por fin, en la tarde, se encaramó por una silla bastante desvencijadas.
una escala y amarró el cartel a una viga que Trajinando por todos lados encontró una
sobresalía del techo de la casa. vela y una bola de cristal de tamaño
Por último, amontonó todos los gigante. Preguntándose para qué podría
papeles y cartones sobrantes, los quemó en servir, la colocó sobre la mesa y se sentó en
una gran fogata en el patio y con un la silla. Se sentía feliz.
soplido quitó el polvo de la casa. Al poco rato comenzó a llegar la gente.
Entonces, y ya muy cansado, se quedó Persona que pasaba se detenía a mirar el
profundamente dormido en el suelo. letrero y luego llamaba a la puerta para
El sol lo despertó a la mañana conversar con el brujo y pedirle que la
siguiente. Se levantó, comió algunas sanara de sus penurias y dolores.
yerbas, bebió del rocío que guardaban Brujón instaló junto a la mesa y frente
a su silla, un cajón de madera donde hizo
sentarse a su primera
visita. Le indicó entonces que debía —Bebe sólo el agua pura del río y
mirado fijamente a los ojos para pedirle recuperarás su amor.
ayuda. —Alegren la vida de sus hijos,
A medida que el visitante hablaba, escúchenlos y háganles saber que ellos
Brujón se dio cuenta de que la vida de cada escribirán la historia del futuro del mundo
paciente iba quedando guardada dentro de —dijo a una pareja que pedía consejos
la bola de cristal. Al mismo tiempo, como acerca de la educación de sus pequeños.
tenía poder para leer los pensamientos, él —¡Salta, baila y canta! Verás que así los
podía ver lo que muchas veces no se enfermos recuperarán la salud —dijo a un
atrevían a contarle. Entonces tomaba la
enfermero que cumplía su trabajo pero que
bola entre sus manos, la remecía
siempre estaba de mal humor.
suavemente y dentro de ella podía leer la
—Come sólo lo necesario y si tienes
respuesta indicada para cada uno.
más ofrécelo a otros para que todos se
—Tienes que caminar durante todo un
alimenten en igual forma —indicó a un
día al aire libre. Así desaparecerá tu dolor
gordito que se quejaba de dolor de
—dijo a uno que se quejaba de una
constante jaqueca. estómago y que la comida le caía mal.
Y a otro que sentía que su mujer ya no
lo quería, le dijo:
A uno que se presentó ante él muy —Sólo te pido que seas siempre mi
soberbio, quejándose de que los demás no amigo y que nunca te olvides de mí —
hacían las cosas bien y él siempre tenía que decía cuando los veía sacar dinero para
volver a hacerlas, le señaló: pagarle sus servicios.
—No pienses ni digas que los que no se Brujón se convirtió en el más feliz de
parecen a ti son peores que tú. Recuerda los duendes. Ahora tenía miles de amigos
que todos los seres somos iguales y que que lo querían y que nunca lo
llevamos a Dios en nuestras almas.
abandonaron.
—Cuida a los animales que son seres
parecidos a los humanos —indicó a otro.
Y al terminar su conversación con cada
uno de sus visitantes, agregaba:
—Vive feliz tu vida porque el Brujo
Brujón es y será tu amigo.
Jamás aceptó el duende que sus
pacientes le pagaran con dinero.
El duende
duende Torpevoz
ende Torpevoz
de Torpevoz
El duende Torpevoz habita en medio de un
bosque, en una pequeña casa que él mismo
edificó con barro, arena, piedrecillas y
ramas que sujetan las hileras de adobes. Su
hogar es tan pequeño que más bien semeja
ser una cajita donde se guardan los
recuerdos.
Pero Torpevoz nunca está contento.
Siempre ha soñado con ser más importante
que los pájaros y que los animalitos que a
menudo pasan delante de su hogar.
Un día decidió internarse en el bosque
pensando tener una aventura. Y la tuvo.
Torpevoz caminaba entre los arbustos Torpevoz se acercó lentamente y, lleno
y las yerbas, separando con sus flacas de curiosidad, extendió una mano y tocó al
manos las grandes hojas de los helechos, gigante. Como por obra de magia, el gigante
hasta que se encontró frente a una se convirtió en un ser de carne y hueso y se
inmensa roca de un extraño color gris que inclinó ante el duende diciendo:
le hizo temblar de miedo. Así y todo, se —Señor, ahora estoy a tus órdenes. Te
detuvo para mirarla atentamente. ruego que disculpes el desastre que hay
De pronto, el suelo se abrió a sus pies.
aquí. Pero debo contarte que la terrible
Torpevoz sintió que algo lo absorbía desde
bruja Maruja me transformó en piedra. Ella
abajo y cayó en un negro y profundo
se enojó porque me comí una manzana que
agujero. Aterrado, sintió que por fin
saqué de su huerto, y con su poder me
apoyaba sus largos zapatos sobre la tierra.
encerró en este abismo donde debía
Una luz refulgente lo encegueció, pero
permanecer hasta que alguien me tocara,
unos momentos después pudo abrir los
ojos y observar que aquel deslumbrante entonces el hechizo desaparecería. La
resplandor se debía a unas piedras de oro, malvada bruja estaba segura de que nadie,
cada una del tamaño de una manzanas. nadie se atrevería a venir a estos lugares.
Junto a aquel tesoro, se alzaba inmóvil un Pero has llegado tú... y me has tocado...
gigante de piedra. Ahora soy tu servidor.
—¿Y a quién pertenece este tesoro? — reduciendo hasta convertirlo en un
preguntó el duende, ya repuesto de tanta enanito.
sorpresa. —¡No demasiado! —exclamó aquel
—Las piedras de oro son las manzanas pequeñísimo ser, llorando sin consuelo—.
de la bruja. Ella las convirtió en oro para ¡Estoy peor que antes! ¡Ayúdame!
que yo no me las comiera y me dejó —Espera —respondió Torpevoz—,
cuidándolas —respondió el gigante—. tengo que decirte algo importante. Si la
Pero ahora debemos salir de aquí — bruja pretende vengarse de mí porque te
agregó, y remeciendo las rocas formó un rescaté, la volveré rana y la tiraré a la poza
pasadizo por el que ambos caminaron donde están los sapos.
hasta que salieron a la luz del sol. —¡No! —gritó el antiguo gigante—. ¡No
El gigante tomó al duende entre sus hagas tal cosa! Hay algo que no te he dicho.
manos y le dijo con voz angustiada. La bruja es hermosa y yo estoy enamorado
—¡No me gusta ser gigante! Nadie de ella, aunque no me quiso y me
querrá ser mi amigo. Ni siquiera podré transformó en una estatua de piedra. Pero
caminar por el pueblo porque con mis ahora trataré otra vez de conquistarla. Si
enormes pies aplastaría las casas... logro que ella me ame, llenaré tu casa de
—Yo soy tu amigo —le contestó oro...
Torpevoz y, mirándolo a los ojos con toda Torpevoz, que tenía muy buen corazón,
su fuerza mental, lo fue se conmovió e hizo crecer al
enano hasta transformarlo en un joven
muy atractivo, el que, después de volver a
darle las gracias por haberlo liberado, se
despidió para dirigirse al hogar de la bruja.
Pasó un tiempo. Un día el duende
escuchó que golpeaban su puerta. Al abrirla
se encontró ante una bella mujer
acompañada de su querido amigo, que lo
saludó con mucha alegría. Ambos le
llevaban un enorme bolso repleto de oro.
—Esto —le dijo la bruja— es mi regalo
para agradecerte que hayas cambiado al
repelente gigante en un hombre tan
atractivo. Ahora te decimos adiós, pero te
vendremos a ver muy seguido.
El duende le dio las gracias y con el oro
decoró su casa y compró un avión para
recorrer el mundo sin malgastar sus
pensamientos.

El duende Letrón
35
V ive debajo de una mesa de la
Biblioteca Municipal. El duende Letrón ha
instalado su vivienda en aquel lugar lleno
de libros, en el que un día encontró un
silabario y aprendió a leer y a escribir.
Todos los días la gente concurre a la
biblioteca a leer y eligen los libros que
prefieren. En la tarde, cuando los lectores
regresan a sus casas y el silencio envuelve el
lugar, Letrón se sienta en una silla alta y
coloca un libro grande sobre la mesa.
Entonces lee y lee las historias del mundo y
va
anotando en un papel los nombres de las palabras de otro planeta. Tal vez un
cosas que aparecen en el libro. Pero marciano quiso dejarnos un mensaje...
curiosamente ha escrito todo su trabajo con
—¡No, niño! ¡Siempre con tu fantasía! A
las palabras al revés.
ver, muéstrame el papel.
Una noche se encontraba tan cansado
El niño le entregó la hoja. La maestra
que no advirtió que, al entrar por el hueco
la miró, arrugó el ceño y se quedó callada
del muro debajo de la mesa, se le quedaba
por un buen rato con los ojos fijos en el
uno de sus papeles en el suelo, y como se
papel, hasta que en la biblioteca se
quedó dormido de inmediato con un sueño
escuchó una voz chillona que decía:
profundo no se dio cuenta de este percance.
A la mañana siguiente, antes de que el —¡Niños, lean lo que yo escribí! ¡Lo

duende despertara, la sala se llenó de niños escribí para ustedes!


y uno de ellos recogió la hoja de papel y Los niños, aterrados ante esa voz
corrió a mostrársela a la profesora: desconocida que no se sabía de dónde
—Señorita, mire lo que hay escrito venía, se tomaron de las manos sin
aquí. No se entiende nada. Parecen atreverse a mover ni un solo dedo.
Era el duende Letrón que se moría de
la risa al verlos tan asustados.
—¡Niños! ¡Lean con rapidez varias ¿Qué había ocurrido?
veces cada palabra! —volvió a gritar. Nada menos que el duende Letrón se
Uno de los niños anunció a la había encaramado sobre una mesa y
profesora: llevaba el compás de las palabras con un
—Yo puedo leer con rapidez lo que sale lápiz como si estuviera dirigiendo una
escrito en esta página. orquesta. Los niños, encantados con la
Tomó el papel y comenzó a leer en voz presencia del duende, lo rodearon
alta: pidiéndole que jugara con ellos. Pero éste
to-ga, sa-me, lla-si, ca-va, ca-bo, bro-li, so-va, se negó.
sa-ca, do-de, ño-ni, rro-pe, via-llu, tro-me, tón- —Yo soy el duende Letrón y quiero
ra... mucho a los niños. La gente mayor no
comprende estas cosas. Yo escribí las
El niño se interrumpió y exclamó:
palabras al revés porque soy zurdo. Si
—¡Esto no se entiende!
ustedes las repiten rápidamente, cargando
De repente, mientras el niño lector
la voz en la segunda sílaba y leyendo
decía estas palabras, todos sus compañeros
después la primera, descubrirán su
comenzaron a gritar y la profesora cayó al
verdadero sentido.
suelo desmayada.
Así los niños aprendieron a leer al
revés muy rápido, aunque escribir les
costó un poco más. Pero ahora, siguiendo el
ejemplo del duende, escriben miles de
palabras al revés y se divierten en grande.

El genio hijo del Sol


43
En un frondoso bosque vivía un Genio
hijo de la Tierra y del Sol.
Sus dos principales ocupaciones
consistían en cuidar el verdor de los
árboles, y en impedir que algún hombre se
internara por el bosque para cazar a los
pequeños animales que allí vivían.
El Sol, su padre, le había prohibido
convertir su silbido en chispas, pues el
fuego mataría al bosque y a las aves que
habitaban entre las ramas de los árboles.
Él cumplía estrictamente las órdenes
de su padre y jamás se hubiera atrevido
a desobedecer. Pero llegó un momento muy los animales y los pájaros van uno al lado
penoso para él: el día en que la soledad del otro, y cuando llega la primavera tienen
embargó sus pensamientos y la tristeza lo el increíble poder de crear seres vivos. Yo
hizo pasar horas recostado a la orilla de un no puedo crear nada porque mi soledad no
riachuelo. me lo permite.
—¿Dónde estás? —llamó el Sol al no —¡Ya llegará tu día, hijo! —le
encontrarlo por ninguna parte—. Sabes que respondió.
sin tu presencia, las hojas se Volverán Una mañana de verano, el Sol iluminó
oscuras, los animales escaparán espantados de una manera especial el agua del río.
de sus guaridas y los pájaros perderán sus Parecía haber adquirido el color del cielo
hermosos colores. estrellado.
—¡Aquí estoy! —respondió el genio a El genio lo contemplaba admirado
su padre Sol—: en medio de esta tremenda cuando por el camino que lo bordeaba vio
soledad que me envuelve. aproximarse a una joven tirando de las
—Tú no estás solo, hijo mío '—replicó riendas a un caballo. Su rostro era hermoso
el Sol—, yo estoy contigo y tu madre Tierra y su figura más bella que la de las gacelas
te acoge y te hace girar a rni alrededor, del bosque.
convirtiendo la luz en día El genio se escondió detrás de un
V las tinieblas en noche. arbusto, y cuando ella pasó por su lado se
—Sin embargo, padre —dijo entonces acercó sin decir nada. La niña
el genio—, he observado que
advirtió que en sus ojos había temor, a caballo, su escudo, su arco y sus flechas. Mi
pesar de que el joven la tomó suavemente madre falleció de pena. Yo he recorrido
de la cintura. muchas veces este camino entre las aguas y
—¿Quién eres? —preguntó la joven—. el bosque, para encontrar al que sería mi
¿Eres acaso algún príncipe que ha perdido esposo. Y ahora te he encontrado a ti...
la guerra? ¿Por qué estás tan solo y Ambos montaron sobre el caballo y se
atemorizado? coronaron con helechos floridos. Ese
—No, mi hermosa hada, no he perdido mismo día, en la cumbre del cerro, los dos
ninguna guerra. Yo soy el genio, hijo del Sol jóvenes se casaron en presencia del Sol que
y de la Tierra. Y si ves temor en mis ojos es presidió la boda, y de la Tierra, que los
por miedo de que seas sólo una visión y que envolvió en flores que volaban a su
de pronto desaparezcas. Te necesito porque alrededor como mariposas, festejando la
la soledad me tiene cautivo, pero mi padre unión de estos dos seres que traerían
Sol me ha dado a entender que mi alma nuevas criaturas al mundo.
volverá a mí cuando conozca el paraíso de
las flores.
Y tú, ¿quién eres? ¿De dónde vienes?
—Mi padre era guerrero —explicó
entonces la niña—, y murió en una batalla,
dejándome en herencia su
Un hombre sacaba filo a una vieja
espada. Se la había llevado un niño
llamado Andrés, que, al escuchar el
pregón del afilador anunciando sus
servicios, la descolgó del muro de su
casa donde la había colocado su abuelo.
“Esta espada es la herencia que nos
dejó mi abuelo”, se decía Andrés, mientras
miraba cómo el arma iba adquiriendo
brillo.
Y pensaba que seguramente algún
antepasado de su abuelo se había batido
con uno de los caballeros de la
Mesa Redonda del Rey Arturo. Ahora le hasta que mi padre me la dejó a mí y ahora
tocaba a él cruzarla con cualquier este hijo mío tiene la increíble idea de
pelafustán que se atreviera a presentarse en llevársela al afilador, que la ha dejado
su casa y atacarlo. convertida en un juguete”.
Mientras tanto, el afilador terminaba Justo en ese momento el afilador se
de limpiar la espada con la rueda de su presentó en casa de Andrés llevando un
máquina y de sacarle filo por ambos lados. hacha y pidió hablar con el dueño de casa:
Entonces se la entregó al niño, quien le —Señor —le dijo—, quiero pedirle que
pagó su trabajo y regresó a su casa. me compre esta hacha. Tiene una historia
Pero al padre de Andrés le pareció muy muy curiosa. A mí me la dio un hombre con
mal que la espada hubiera perdido la pátina cara siniestra y me dijo que ya no seguiría
del tiempo: “Una espada limpia y brillante cortándoles la cabeza a los árboles, porque
—le dijo disgustado a Andrés— se puede sin cabeza éstos no podrían pensar.
comprar en cualquier tienda. En cambio —¡Ah! ¡Qué interesante! —exclamó el
una auténtica espada de varios siglos atrás padre de Andrés, examinando el hacha—.
se consigue solamente por la ley de la ¡Ésta sí que es un hacha verdaderamente
herencia. Ha pasado de generación en antigua! No hay más
generación
que mirarla. Está sucia y con el mango Y comenzó el duelo. Se batían de dos
carcomido. Con ella cortaré la leña para en dos, sin pegarse verdaderamente, pero
encender el fuego de la chimenea. con mucho entusiasmo. De pronto a
El afilador recibió el dinero por la venta Andrés se le ocurrió descolgar la espada
y se alejó. para usarla en el juego, pero los niños casi
Al día siguiente, varios amigos de se desmayaron al verlo sostener un arma.
Andrés llegaron hasta su casa y le
—¡Andrés! ¡Cómo se te ocurre que vas
propusieron jugar a los gladiadores.
a jugar con una espada verdadera!
—¿Qué te parece? —dijo uno de los
¡Acuérdate de que nosotros tenemos
niños— . Nos batiremos con palos, pero
solamente palos!
sólo como un juego, sin pegarnos de
Andrés no alcanzó a responder porque
verdad, aunque copiaremos los mismos
la espada se le fue de las manos y empezó a
movimientos de los gladiadores. El que
atacar a sus amigos. Los niños, aterrados,
conserve el palo en la mano luchando
durante más tiempo ganará el torneo. escaparon para todos lados hasta que

—¡Fenomenal! —dijo Andrés—. lograron huir de la casa a través de la


Podemos jugar aquí en la casa, pues estoy puerta y de las ventanas. En ese momento,
solo. Mis padres llegarán tarde. sin que
Andrés se diera cuenta, la espada
En la pared, sucia y llena de moho
volvió a su lugar en la pared.
como antes, estaba colgada la espada.
Andrés, en cuanto se vio solo, se sentó
Pero de repente, sin que nadie se
en el suelo y se puso a llorar:
moviera, se descolgó de la pared y comenzó
“Con razón mi papá se enojó porque
a moverse con fuerza y rapidez en el aire,
se la llevé al afilador y él la dejó con filo
rompiendo cortinas, tapices y todo lo que
por los dos lados”, pensaba arrepentido.
encontraba a su paso.
Seguía llorando cuando regresaron sus
Aterrados, Andrés y sus padres se
padres.
refugiaron en el jardín, desde donde
—¿Qué te sucede, Andrés? —le
contemplaron con horror que el hacha
preguntó su madre al verlo tan afligido y
también estaba actuando por su cuenta.
con la cara llena de lágrimas—. ¿Has
Cortaba los árboles a derecha e izquierda y
peleado con tus amigos?
éstos caían a tierra como si un rayo los
—Ellos vinieron y se fueron.
hubiese partido.
—¿Estuvieron aquí? —preguntó el
La situación era angustiosa. ¿Qué
padre y justo en ese instante se fijó en la
harían si el hacha llegaba hasta donde ellos
espada y preguntó—: Pero, ¿qué ha pasado
se escondían?
con la espada?
En ese instante divisaron al afilador que
se acercaba rápidamente a la casa.
En pocos instantes, lo vieron inclinarse ante que éste había recuperado sus árboles. Era
ellos. como si nada hubiese sucedido.
—Perdónenme —les dijo—. He Entonces se dieron cuenta de que el
cometido un gran error. Les he entregado mago era el afilador, pues, sin decir ni una
dos objetos mágicos que no me pertenecen. palabra ni despedirse de ellos, se esfumó
La espada y el hacha son propiedad de un en el aire llevándose la espada y el hacha
mago ilusionista, que introduce ideas mágicas.
equivocadas en la mente de las personas.
Aquí les traigo su verdadera espada y una
buena hacha con la que podrán cortar su
leña.
El padre de Andrés tomó la espada y se
dio cuenta de que, verdaderamente, ésa era
la que había recibido en herencia de su
padre. Un poco nerviosos aún, entraron a la
casa a buscar la otra espada y se
encontraron con una gran sorpresa: todo
estaba en orden y al mirar hacia el jardín
vieron
Jimena y su escoba
63
Ximena barría y barría
su casa, pues le parecía
que siempre había
polvo entre los
muebles. De tanto
barrer se gastaron las
ramas de la escoba.
“¿Qué va a ser de mí
sin mi escoba?”, se
preguntó desesperada.
“¿Tendré que vivir en un
basural? ¿De dónde
sacaré otra como la que
yo tenía? Ahora no
venden escobas sino
K. escobillones o
aspiradoras que se
tragan el polvo y luego
lo esparcen nuevamente
por los rincones. Ya sé;
iré a ver a mi amiga
Aniceta... Ella debe
La mujer se envolvió la cabeza con Un —No; el color del palo no me
pañuelo, se calzó los zuecos y salió. Caminó importa. Lo que sí me preocupa es
por una calle y por otra hasta que llegó a la saber dónde las venden.
casa de su amiga. —Yo te regalaría una escoba y te
—¡Ah! —exclamó Aniceta al verla—. aconsejaría que la aceptaras. A mí me
Vienes por una escoba, ¿no es cierto? sobran las escobas, a pesar de que no las
—¿Cómo sabes que yo vengo por Una uso para barrer la casa.
escoba si aún no te lo he dicho? —¿Y para qué las usas si no barres
—Tú no me conoces bien. No sabes El con ellas?
poder que posee mi mente. Si te dijera que —No necesito barrer porque
me dicen “bruja”, quizás te Espantarías y sencillamente con mi soplo el
saldrías corriendo de mi Casa. desperdicio desaparece.
—En realidad nos hemos visto poco "— —¿Y para qué tienes tantas escobas,
contestó Jimena—, pero cuando nos Hemos entonces?
encontrado, nunca me dijiste que eras una —¡Ah! Ése es un secreto, un
“bruja”... Ahora que lo pienso... es una peligroso secreto.
suerte haberte visitado, porque necesito tu Aniceta llevó a Jimena hasta una
consejo. habitación de la casa y le mostró cientos de
—¿Tú quieres que te aconseje acerca escobas. Las había de todos tamaños y
del color del palo para tu nueva escoba? colores; estaban apoyadas en las murallas y
cubrían el piso.
—Elige la que más te agrade. Tú sabes de la mujer espantaron a los pájaros de los
que yo te la regalaré. alrededores.
—¡Ésta! —dijo Jimena—, ésta me gusta. Jimena, más calmada, se sujetó bien del
Y escogió una escoba grande, con un mango de la escoba y miró hacia abajo.
lustroso mango de color rojo. Pudo contemplar la ciudad, los pueblos, el
—¡Ah! ¿Quieres viajar a España? —le mar y los cerros. El aire que respiraba
preguntó Aniceta riendo. pareció abrir su mente, pues ella se dio
cuenta de que sabía el nombre de los
—¿Viajar? ¡Tú estás loca! Lo que
lugares y de los países sobre los cuales
pretendo es barrer mi casa para que mi
volaba. Era una realidad maravillosa.
familia encuentre todo limpio.
Aterrizó en España. Los paisanos la
—¡Bueno! ¡Bueno! Te voy a enseñar a
rodearon y algunos la convidaron a sus
usarla. En primer lugar, móntate en ella y
casas. Jimena, sin soltar su escoba, aceptó
pronuncia estas palabras: “¡Achiz-achaz!” las invitaciones. Nadie le preguntó el
Jimena, divertida con lo que le significado mágico de la escoba y ella
parecía una broma, obedeció a su tampoco lo explicó.
amiga y exclamó: Luego de visitar Madrid y otras
—¡Achiz-achaz! ciudades, montó de nuevo en la escoba y
La escoba, con Jimena a cuestas, salió diciendo “¡Achiz-achaz!”, regresó a Chile
volando por la ventana. Los gritos por el aire, y cayó en el patio de su casa.
La escoba comenzó a barrer sola el
polvo del suelo y luego se cobijó en la
despensa. Mientras tanto Jimena abrazó a
su marido, quien le preguntó:
—¿Dónde te metiste esta mañana?
Coré, la varita mágica
¿Fuiste a comprar? de un gran dibujante
—¡Sí, sí! —contestó Jimena—,
necesitaba una escoba. Pero ahora tengo
que volver a salir, porque se me olvidó algo
importante.
Cubriéndose de nuevo la cabeza con su
pañuelo y poniéndose los zuecos, fue a
darle las gracias a Aniceta.
Pero la casa de la bruja había
desaparecido, y todas las escobas
llenaban un basural.
Muchos de ustedes tendrán la curiosidad de saber
quién fue Coré, el autor de los dibujos que
acompañan este libro.

Para ello deberemos retroceder en el tiempo,


hasta la época de tus abuelos y un poquito más atrás.

Tendremos que imaginarlo en su escritorio,


rodeado de muchos papeles, de dibujos, libros,
lápices y cajas de acuarela. Era un joven que
sonreía, que parecía tímido y que era muy feliz
haciendo sus ilustraciones para libros y revistas para
niños.

Así era la vida de Mario Silva Ossa. Sí, ése era el


verdadero nombre de este joven que se dedicó al
dibujo y que los firmaba como Coré.
Su padre fue Clodomiro Silva, hombre de gran San Ignacio aceptaron que el muchacho continuara
entereza y sensibilidad que enseñó a sus cuatro hijos en su afán de dedicarse al dibujo.
-especialmente a Mario, único varón de la familia-
Desde pequeño, comenzó a dibujar príncipes y
principios de responsabilidad. Su madre fue Sofía
enanos sobre cartones, los cuales luego recortaba y
Ossa Borne, hija de José Santos Ossa, pionero del
accionaba por medio de hilos invisibles, dando rienda
salitre; ella llenó a sus hijos de ternura e imaginación.
suelta a su imaginación.
Mario nació el 9 de marzo de 1913, en San
Construía cavernas en el jardín y enterraba sus
Fernando. Pero muy luego la familia se fue a vivir a
más preciados tesoros: bolsas llenas de monedas de
San Bernardo, en una casa quinta llena de árboles
cartulina dorada.
misteriosos. Los cuentos que su madre, con infinita
paciencia, relataba a sus hijos sirvieron a Mario para Más tarde haría un gran molino con astas que
crear sus personajes maravillosos. giraban y que recogían sacos de harina desde un
camión cuyas ruedas se movían por medio de un
mecanismo de su invención.
TESOROS ENTERRADOS

En aquellos tiempos, la mayor afición de Mario era el


dibujo y, precisamente por esa causa, casi fue DIBUJANTE DE “EL PENECA"

expulsado del colegio, tenía mucha facilidad para


A los dieciséis años, Mario ingresó a la Escuela de
hacer caricaturas a profesores y alumnos. Pero el
Arquitectura de la Universidad de Chile.
arte triunfó, y los jesuítas de su colegio
Pero en el segundo año, abandonó la Universidad
para iniciar su carrera como dibujante
en “El Peneca”, la revista infantil que con seguridad Tan en serio tomó su profesión que muchas
conocieron tus abuelos cuando fueron niños como tú. veces lo sorprendía el amanecer, junto a una taza de
Mario Silva se convirtió entonces en Coré, café, con los pinceles en la mano. Su principal
seudónimo que él tomara de la Biblia. modelo fue su esposa, Nora Morán, a quien convertía
en hada y en princesa.
Como todo artista, necesitaba de un estímulo, y
lo encontró en la lectura. Admiraba al Quijote, por su Durante veinte años, Coré ilustró las páginas de
personalidad generosa y ese darse a los demás sin “El Peneca" sin dejar un solo día de dibujar hasta ese
pedir nada a cambio. instante en que murió, a los treinta y siete años de

Fue muy feliz ilustrando las historias de los edad.

hermanos Grimm, Perrault, Salgari, Verne o Poe, María Silva Ossa


famosos autores de cuentos y aventuras que tanto
nos han maravillado.

ILUMINANDO LA FANTASÍA
DE LOS NIÑOS

Dibujó miles de portadas -aventuras, cuentos de


hadas, cuentos de duendes, relatos policiales, etc-,
iluminando de esta manera la fantasía de los niños y
despertando a ese otro niño que vivía dentro de él.
v
LA AUTORA

María Silva Ossa es poetisa y autora de innume-


rables cuentos para niños. Después de concluir sus
estudios secundarios, su afición por los pequeños la
llevó a dedicarse a la educación parvularia.
María Silva ha sido siempre una gran lectora.
“Llegaba del colegio a leer —dice—. No me
importaba si me regalaban o no juguetes porque yo
podía crearlos con mi fantasía. Todos los libros me
resultaban mágicos. Alicia en el país de las maravillas
fue para mí lo máximo, más tarde El principito y la
obra de Óscar Wilde, que releo constantemente.”
Impulsada por su marido, el periodista y escritor
Carlos René Correa, María Silva escribió su primer
libro en 1941, cuando nació su hijo mayor. Fue
publicado bajo el título Cuento y Canción.
SUGERENCIAS DE ACTIVIDADES
“Comencé —recuerda la autora— contándoles
cuentos a mis hijos para que se comieran toda la
comida." Así nacieron El hombre cabeza de nieve,
Perejil Piedra y, más adelante, Aventuras de tres pelos.
Muchos de sus cuentos aparecen en antologías
para niños o en textos de lectura.
Ha publicado diversos libros de poesía a partir de
I. Recordemos las historias que hemos leído
1942: De la tierra y el aire, En la posada del sueño, Vida
Aquí te proponemos diversas preguntas. Respondiéndolas
y muerte del día, Raíz, La ciudad de los signos y Tiempo
podrás comprobar cuánto recuerdas de las
de poesía. También, junto a otros poetas, publicó historias que has leído:
Cuatro voces. • Has leído varias historias mágicas, algunas de duendes,
Su libro Perejil Piedra, al igual que éste, fue otras de magos y brujas. ¿Cuál de todas te gustó más?
• Si pudieras conocer a alguno de los cuatro duendes —
publicado con ilustraciones del famoso y recordado Roncafort, Brujón, Torpevoz y Letrón—, ¿a cuál de ellos
dibujante Coré, hermano de la autora, pre- elegirías? ¿Por qué?
maturamente fallecido. • ¿Qué inventó Roncafort cuando ya no pudo soplar más?
• ¿Cómo viajó Roncafort hasta el Sol y por qué se enojó el
Sol con las nubes?
• ¿Qué poder tenía el duende Brujón?
• ¿Dónde leía Brujón lo que debía decir a sus pacientes?
• ¿Recuerdas alguna de las recetas de Brujón?
• ¿Qué sucedió cuando la tierra se abrió a los pies de
Torpevoz?
• ¿Qué le regalaron la bruja y el gigante al duende
Torpevoz?

J
• ¿Cómo escribía Letrón? 8 __ El gigante de piedra quería vengarse de la ho-
• ¿Por qué el genio hijo del Sol se sentía tan triste? rrible bruja y le pidió al duende que la convirtiera
• ¿Cómo encontró la solución a su problema? en sapo.
• ¿Por qué el papá de Andrés se enojó con su hijo?
• ¿Qué sucedió con la espada cuando Andrés quiso jugar III. Resuelve este crucigrama
con ella? Lee con atención las frases siguientes. Algunas co-
• ¿Por qué visitó Jimena a la bruja Aniceta?
• ¿Qué sucedió con el regalo de Aniceta? rresponden a definiciones y en otras falta la palabra
( .......... ) que debes escribir en el crucigrama, en los
II. Verdadero o falso casilleros correspondientes.
Marca con una V lo que consideres verdadero y con una F lo 1
que creas que es falso. 2

1 --- De tanto soplar, Roncafort se puso tan ronco que 3

quedó mudo.
2 ----Jimena eligió una escoba amarilla que la llevó a 5
Francia.
3. __ Mientras jugaba a los gladiadores con sus amigos, a
Andrés se le escapó la espada de las manos. 8
4 ---- El niño que encontró la hoja de Letrón creyó que
había sido escrita por un marciano.
5 ----El papá de Andrés le había regalado una espa 11
da nueva de juguete.
6 --- El duende Brujón instaló sobre la mesa una bola
de cristal que había encontrado en la casa aban- 14

donada.
7 ----En la cueva donde se encontraba el gigante de
piedra, la bruja Maruja había guardado sus joyas de 17 _

brillantes y perlas. 18 _____________________

1. El gigante era víctima de un ..................... déla bruja.


2. Era hijo del Sol y de la Tierra.
3. Los pájaros formaron una alfombra de ......................
4. Duende que vivía en la biblioteca. dad; para combatir el malhumor; para un perezoso que
5. Roncafort cantaba sus historias a los ........................ no quiere trabajar; para una niña que nunca hace las
tareas, etc.
6. Nombre de la bruja que hechizó al gigante.
7. Madre del Genio. Imagina que vas con Jimena a buscar una escoba a la
casa de Aniceta y que te regalan una a ti. Recuerda que
8. Él fue el que dejó la espada como nueva.
Jimena eligió una roja que la llevó a España. ¿A dónde
9. Padre del Genio. te gustaría que te llevara la escoba? ¿Qué color crees tú
10. El niño que había heredado una espada. que deberías elegir para visitar ese país?
11. La señora que necesitaba una escoba nueva.
12. Hombrecillo pequeño que tiene poderes.
13. Tenía el poder de leer el pensamiento de la gente.
14. Sus lágrimas se convierten en lluvia.
15. Un duende que soplaba las yerbas y el césped.
16. Cada duende tiene un don especial.
17. Cayó a un agujero profundo y liberó al gigante.
18. Brujón leía las respuestas en la bola de ......................

IV. Inventa tus propios cuentos


1. Imagina que eres un duende. ¿Qué poderte gustaría
tener?
2. Cambia el final del cuento de Roncafort. Por ejemplo,
piensa que en vez de sentarse en una nube y caer en su
cerro con la lluvia, el viento se lo lleva hasta un desierto
y lo deja allí solo con su fuelle. ¿Cómo se las arreglará
para salir de allí y volver a su casa? Imagina una nueva
aventura.
3. Ayuda al duende Brujón a dar consejos a sus pacientes.
Inventa recetas para una persona que está triste todo el
día; para un niño que no dice la ver-

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