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Ética Pública y Moral Pública.

En el siguiente ensayo se pretende conocer y analizar algunos conceptos básicos


de la unidad de aprendizaje Ética y Moral Pública correspondiente al mapa curricular
de la licenciatura en ciencias políticas y administración pública, a fin de encontrar
una relación entre la administración pública, la ética y la moral que pueda clarificar
el impacto que genera en la sociedad el no contar con administradores públicos
profesionales.

En un inicio hablare de la administración general, posteriormente de la


administración pública, definiré los términos de ética moderna y ética clásica,
mencionare la definición de moral y por último generare una relación entre los
conceptos.

En términos generales, la administración se encarga de llevar a cabo un proceso en


el cual se planea, se organiza, se dirige y se controlan los recursos humanos,
tecnológicos y financieros de una institución para obtener resultados favorables y
cumplir objetivos programados.

La administración pública no es muy distinta de la general, pero a diferencia de esta,


tiene por objetivos organizar y distribuir los recursos económicos recabados a través
del erario e impuestos para implementar instituciones, programas y servicios que
beneficien a la sociedad.

La ética dentro del área publica es de suma importancia, ya que los servidores
públicos, como ya lo mencionamos, son los encargados de organizar y distribuir
dichos recursos, sin embargo, deben hacerlo de manera honesta y responsable.

En cuanto a la moral, está basada en la colectividad, en los hábitos, valores y


costumbres (por mencionar algunos términos que la complementan) de las
sociedades. A grandes rasgos podemos decir que es lo correcto ante los ojos de los
demás.

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Dentro del contenido, abordo los temas con un poco más de profundidad, tratando
de explicar con claridad y precisión los términos analizados para responder al
objetivo principal.

Podemos hablar de la administración desde tiempos remotos, partiendo desde las


antiguas culturas primitivas, quienes a través del tiempo desarrollaron grandes
sistemas de organización, principalmente para recabar comida y vestimenta. La
caza en las pequeñas tribus es un gran ejemplo de esta organización, ya que cada
individuo sabia su actividad al momento de realizar la tarea para así poder obtener
beneficios en colectividad; otro gran ejemplo es la cultura Griega, en donde las
personas que la conformaban establecieron una organización basada en la política;
o en la cultura Romana, quien gracias a su organización se constituyó en un gran
imperio, también podemos mencionar a la cultura Egipcia, en donde gracias a su
organización y conocimiento desarrollaron grandes monumentos que se han
mantenido hasta nuestros días. Esta organización sirvió a las culturas mencionadas
para engrandecerse y ser reconocidas a nivel mundial.

Para entender a la administración, es necesario definirla, por ello Henry Fayol


(2000)1, considerado el padre de la administración la ve como el prever, organizar,
mandar, coordinar y controlar una empresa o institución.

Henry Sisk y Mario Sverdlik (1990)2, nos dicen que la administración es la


coordinación de todos los recursos a través del proceso de planeación, dirección y
control, a fin de lograr objetivos establecidos.

Retomando algunos aspectos importantes de los conceptos anteriores, me he


permitido crear un concepto propio de la administración, a la que podría definir como
el proceso que se encarga de la organización y cooperación de una institución o
empresa para lograr objetivos por medio del esfuerzo humano y así obtener
resultados favorables.

1
Fayol, Henry. (2000). Administración Moderna. México: Limusa.
2
Sisk, Henry &Sverdlik, Mario. (1990). Fundamentos de Administración. México: Trillas.

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Para que la administración se lleve a cabo de una manera eficiente y eficaz, existe
un proceso administrativo dividido en dos fases, la mecánica y la dinámica. Cada
fase define las etapas y los elementos que lo conforman; la primera de estas etapas
es la planeación, que está conformada por la misión, visión, objetivos, propósitos,
estrategias, políticas, programas, presupuestos y procedimientos; la segunda etapa
es conocida como organización, esta se divide en dos elementos, el primero de ellos
es la división del trabajo, que está conformada por la jerarquización,
departamentalización y la descripción de funciones; como segundo elemento de
esta etapa encontramos la coordinación; como tercera etapa encontramos a la
dirección que está basada en la toma de decisiones, integración, comunicación,
motivación y supervisión; como última etapa del proceso se encuentra el control,
integrado por la identificación de estándares, medición, comparación, detección de
desviaciones, corrección y retroalimentación.

Cada una de estas etapas y elementos son indispensables para aquellas personas
que se dedican al arte de administrar cualquier tipo de organización, sea esta
pública o privada, la diferencia radica en sus objetivos y funciones, ya que en el
manejo de una administración general se vela por intereses personales y la
administración pública está orientada a intereses colectivos.

En cuanto a la administración pública, podemos hablar de ella de forma oficial a


partir del primer presidente oficial de los Estados Unidos Mexicanos, Guadalupe
Victoria. En el momento de ejercer el cargo como presidente, desarrolla la función
de la administración pública al tomar posesión del poder Ejecutivo y por ende el
control de instituciones centralizadas y paraestatales de la república. Cada
presidente maneja a la nación de acuerdo con su preparación y su plan de
desarrollo, sin embargo, no siempre se obtienen los resultados esperados debido al
surgimiento de circunstancias impredecibles que cambian el rumbo de dichos
planes.

Para llevar a cabo el desarrollo de la administración pública fue necesario establecer


algunos criterios, normas y leyes que regularan su actividad en las distintas
instituciones que la conforman, por ello en 1976 durante la gestión presidencial de

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José López Portillo se crea la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la
cual tiene un sustento legal en el artículo 90 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

Omar Guerrero3 nos dice que la administración pública está caracterizada por
atributos propiamente estatales. Dicha administración, por principio, es una cualidad
del Estado y solo se puede explicar a partir del Estado […] consiste en la actividad
del Estado.

En la definición de Leonard D. White4 se menciona que la administración pública


consiste en todas las operaciones que tienen por objeto la realización o la
observancia forzosa de la política del Estado.

Podemos definir entonces a la administración pública como aquel conjunto de


instituciones y personas que se dedican a organizar a un Estado o nación,
basándose en la Ley Organiza de la Administración Pública Federal.

La administración pública se desarrolla a partir de la ejecución de funciones que


competen a la organización del Estado, podemos considerar a un administrador
público como aquel que se desempeña en cualquiera de las áreas del gobierno
federal, estatal y los servicios públicos locales.

En cuanto a la ética, podemos hablar del término desde la cultura Griega, en donde
se le da un enfoque distinto al de la época moderna, ya que esta era concebida
como el bien común que se conseguía a través del interés político, aquellas
personas que conformaban la llamada polis, tenían en todo momento la iniciativa de
participar en los cargos públicos, esta participación no la veían como una
imposición, sino como una virtud que todo hombre debía poseer, era un derecho
con el que todo ciudadano griego contaba por el simple hecho de pertenecer a esta
cultura.

En la antigua Grecia, aquellos que podían ocupar cargos públicos eran los nacidos
en esta tierra, no había oportunidades para extranjeros, quienes normalmente eran

3
Guerrero, Omar. (2007). Principios de administración pública. México.
4
D. White, Leonard. (1964). Introducción al estudio de la administración pública. México: Compañía general de ediciones.

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comerciantes; ni mucho menos para los esclavos, quienes por su condición no
tenían derechos y no se veían a sí mismos como esclavos sino como ciudadanos
con cierto grado de libertad, los cuales realizaban las tareas y trabajos que sus amos
les encomendaban. El hecho de que los esclavos realizaran las tareas hizo que los
amos ocuparan su tiempo en asuntos políticos para determinar la mejor forma de
gobierno.

Concluido el periodo de la cultura griega, las sociedades buscaron nuevas formas


de organización, entre las más destacadas se encontraba la religión, la aristocracia,
la democracia y la monarquía. La forma que genero mayor impacto fue la
monarquía, aquí el hombre se dio cuenta que su organización social debía estar
enfocada a las normas, las cuales determinaban los límites a los que las personas
estaban sometidas; estas normas debían basarse en las costumbres del pueblo
para que no se consideraran como una imposición sino como parte de su vida diaria.

Las normas buscaban bienestar social, su función era equilibrar y actuar como
regulador ante los conflictos que se generaban, tales como lo eran las disputas por
la propiedad o como indicador de los derechos y obligaciones tanto del monarca
como de los aldeanos.

Es así como se pasa de un estado natural a un estado de derecho, basado en


normas jurídicas que determinan el actuar de la sociedad.

Conforme pasaba el tiempo las sociedades adquirían mayor formalidad, ya que se


transformaron de lo que en un principio fueron individuos aislados a grupos
colectivos que cambiaron su condición natural al del sometimiento de las
costumbres de las comunidades a las que buscaban pertenecer.

Estas comunidades con el paso del tiempo se convirtieron en entes abstractos


denominados Estados, los cuales garantizarían armonía y estabilidad para las
personas que lo integraban.

Podemos definir al Estado como el conjunto de instituciones que ejercen el gobierno


y aplican las leyes sobre la población residente en un territorio delimitado.

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Dentro de la definición anterior lo que nos interesa analizar es el termino gobierno
e instituciones, porque el estado es el gobierno en acción y tanto el gobierno como
el Estado desarrollan instituciones que buscan solucionar las demandas que la
sociedad establece. Estas instituciones al servir a las comunidades se consideran
de carácter público ya que pertenecen al Gobierno y aquella persona que maneja el
gobierno en nuestra nación es el presidente de república mexicana y lo hace al
recaer en él un poder denominado ejecutivo y como ya lo mencionamos antes, el
poder ejecutivo es quien se encarga de la administración pública tanto centralizada
como paraestatal.

Dentro de estas instituciones públicas, aquellas personas que ejercen actividades


son considerados como administradores públicos y su función está subordinada en
todo momento al poder ejecutivo.

Aquellas personas que están al mando de las instituciones de un Estado o un


Gobierno son elegidas por el presidente, estos cumplen la función de apoyar y
aconsejar a quien los nombra, de igual forma, estos consejeros eligen a su propio
equipo de trabajo, ya que las instituciones son amplias y demandan diversas
funciones que una sola persona no puede desarrollar.

Normalmente las personas que desempeñan altos cargos y actúan como


consejeros del presidente con conocidos como Secretarios de Estado y la ejecución
de su función amerita una preparación académica exhaustiva y minuciosa del cargo
a desempeñar (aunque no aplica en todos los cosos), sin embargo, a diferencia del
equipo de trabajo que integran los Secretarios de Estado, estas personas no
necesariamente cuentan con una preparación académica que respalde sus
conocimientos, sino que muchas veces son colocados en estos puestos porque a lo
largo del tiempo has aprendido a realizar las labores conforme a la experiencia.

Esta falta de preparación académica en la mayoría de las veces ocasiona que las
personas al frente de la administración pública desconozcan los términos legales
(ley orgánica de la administración pública) por los cuales deben actuar y guiarse en
el desarrollo de su función, lo que en la mayoría de las veces genera problemáticas
y corrupción.

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La corrupción se genera a partir de la falta de principios y valores, normalmente
morales y éticos, de aquellas personas que desarrollan la administración.

La ética y la moral dentro de la administración pública juegan un papel de suma


importancia, ya que todo administrador público debe hacer lo políticamente correcto,
aquel que no lo hace deteriora su imagen y es sometido a juicios para enfrentar sus
faltas. El hecho de ser un personaje de la cosa pública lo expone ante la sociedad
para ser evaluado y criticado respecto a sus faltas cometidas en sus actos.

La ética […] tiene que ver con buenas elecciones, con forjarse un buen carácter y
ello requiere reconocer que el ser humano es libre y que puede hacer un buen uso
de la libertad.

También podemos decir que es el conjunto de intuiciones y concepciones de las


que se valen los distintos grupos humanos e individuos para identificar lo que está
bien o lo que está mal, lo que se debe hacer y lo que se debe evitar.

Considero que la ética tiene un carácter personal, que consiste en principios y


valores propios para determinar lo que es correcto y malo para cada individuo y
mediante esto regir su conducta.

Este modo de ser debe ser autentico y ampliamente pulido en los servidores
públicos, deben actuar de forma honesta, con un valor civil inigualable y con una
amplia capacidad en la toma de decisiones, ya que no deben pensar en el beneficio
propio, sino en el beneficio de la sociedad, porque sus decisiones en la mayoría de
los casos los afecta de forma directa.

Los administradores públicos deben actuar conforme a valores que los orienten,
deben tener ciertos estándares de conducta y normas establecidas a través de las
instituciones a las que pertenecen.

La moral está orientada hacia la colectividad, se genera a partir de que el individuo


decide pertenecer a una comunidad y por ello debe adaptarse a los usos y
costumbres que los caracterizan; tiene una amplia relación con la ética, al

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determinar el actuar o carácter de una persona, pero en esta, el carácter está
determinado mediante la forma de vida social en la que la persona se desarrolla.

La moral […] incluye, a la par de los hábitos y las costumbres, las opiniones, los
sentimientos y las normas o exigencias que no solo expresan lo que ya existe, sino
que se orientan hacia lo que debe ser en el comportamiento.

Las normas morales abarcan la conducta de las personas tanto en la vida privada
como en su comportamiento general con el resto de la sociedad.

Pero cuando hablamos de moral pública la orientamos hacia el bien común que
permiten condiciones de vida sociales que hacen posible el crecimiento y perfección
de las comunidades y de los individuos que la integran.

La relación que encuentro en cada uno de estos resulta del contenido ya explicado
a través de estas hojas. El ser humano al ser un ser social está obligado a la
colectividad, sin embargo, para que esta se desarrolle de forma adecuada es
necesario aplicar normas que regulen la conducta de los integrantes y todos deben
subordinarse a estas reglas que pretender tener un ordenamiento jurídico basado
en costumbres. Surge la necesidad de una persona que establezca y ejecute las
normas, es así como nace un gobernante, quien velara por los intereses de sus
gobernados a través de la conformación de un Estado quien desarrollara
instituciones manejadas por personal denominados administradores públicos,
quienes entre sus facultades buscaran la sanación de las demandas sociales. Los
administradores públicos deben de contar con principios y valores (entre los más
importantes la ética y la moral) para llevar a cabo una honesta, eficiente y eficaz
distribución de recursos. Deben tener en todo momento la capacidad para la toma
de decisiones y estas deben velar por el bien colectivo, deben saber diferenciar
entre lo bueno y lo malo, pero sobre todo tener la capacidad para actuar con rectitud
y no caer en vicios.

En la ética y la moral pública se busca que aquellos que desempeñan cargos


públicos lo hagan a través de lo establecido en la ley, actuar bajo lo que es correcto

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y lo que beneficie en gran medida a la sociedad, lo que les permita desarrollarse y
crecer socialmente.

La relación es esta, el gobierno genera al Estado; el Estado genera instituciones y


las instituciones llevan a cabo el gobierno a través de los administradores que
dependen del presidente quien es la máxima autoridad administrativa de la nación.
Una emana de la otra, pero al final buscan el mismo objetivo, que es velar por los
intereses de la sociedad desarrollando planes, acciones y programas que los
beneficien en gran medida.

Para concluir, es menester mencionar la importancia de la ética y la moral dentro


del ámbito público, sin embargo, no todos los administradores piensan como yo, ya
que en gran medida, lo público se encuentra viciado por el egoísmo, la
deshonestidad, el interés privado y sobre todo la corrupción, considero que este
último término se genera cuando los administradores se ven tentados a tomar dinero
que no les pertenece, ya que tal vez se les hace fácil hacerlo suyo y justificar su
gasto de manera ilícita. Entonces nos encontramos ante el problema de que no
todos los administradores públicos son honestos y que mucho menos se desarrollan
bajo una ética administrativa y no contemplan la moral pública sino la privada.

Pero ¿Cómo solucionar este problema? En primer lugar considero que es necesario
contar con administradores públicos con vocación de servicio; personas a las cuales
les apasione la cosa pública y se guíen con rectitud, pero es difícil determinar quien
realmente está encaminado hacia este sentido, muchas veces las personas
estudian administración pública porque no tenían otra opción o porque la carrera
que solicitaban contaba con una alta demanda o porque no fueron aceptados en la
escuela que más querían y terminan la carrera con frustración y remordimiento; este
tipo de personas están destinados, en la mayoría de los casos, a ser malos
servidores públicos.

En segundo lugar, considero que aquellas personas que desempeñen cargos


públicos deben contar con una preparación académica profesional, extensa y bien
estructurada sobre su función, para evitar el mal manejo de recursos y la corrupción
en gran escala; con esto hago a un lado a aquellas personas que trabajan en

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asuntos públicos gracias a su experiencia, sin embargo, cabe mencionar que no
todos son corruptos, hay persona integras con principios y valores bien cimentados
que desarrollan la función de forma oportuna; pero es necesario más que un
conocimiento empírico, se necesita de un documento que avale su preparación;
considero que si realmente les apasiona servir a la sociedad harán lo necesario para
prepararse y seguir ejerciendo su labor.

Tal vez las soluciones que brindo son un tanto idealistas, porque para ejercer un
servicio profesional de carrera en el ámbito público habría en primera instancia que
modificar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; para el primero
habría que desarrollar estrategias que permitieran identificar desde la niñez las
cualidades de los niños y así poder determinar la preparación de cada uno de ellos.

Considero que el principal y más grave problema dentro del ámbito público no es el
gobierno, ni el Estado como entes abstractos, ni mucho menos las instituciones, ya
que estas por naturaleza no son corruptas, el principal problema son las personas,
es su cultura, sus principios, valores y costumbres de cada uno de los individuos
que la desempeñan.

Si cada persona fuese educada con base a valores y principios, para dejar atrás sus
intereses y pasiones, no se presentarían estos problemas. Insisto el problema de
todo lo que acontece a lo público son las personas.

“El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe”

Jean Jaques Rousseau.

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Bibliografía.

1. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


2. D. White, Leonard. (1964). Introducción al estudio de la administración
pública. México: Compañía general de ediciones.
3. Fayol, Henry. (2000). Administración Moderna. México: Limusa.
4. Guerrero, Omar. (2007). Principios de administración pública. México.
5. Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
6. Sisk, Henry & Sverdlik, Mario. (1990). Fundamentos de Administración.
México: Trillas.
7. Compendio de copias asignadas para la unidad de aprendizaje.

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