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Evaluaciones Tipo Saber
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A la noche
Lope de Vega
Noche fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista,
los montes llanos y los mares secos;
Bajaba de las montañas de León el olvidado Sireno, a habitadora de cerebros huecos,
quien Amor, la fortuna, el tiempo trataban de manera que mecánica, filósofa, alquimista,
del menor mal que en tan triste vida padecía, no se encubridora vil, lince sin vista,
esperaba menos que perderla… espantadiza de tus mismos ecos;
Venía, pues, el triste Sireno los ojos hechos fuentes, el la sombra, el miedo, el mal se te atribuya,
rostro mudado, y el corazón tan hecho a sufrir solícita, poeta, enferma, fría,
desventuras, que si la fortuna le quisiera dar algún manos del bravo y pies del fugitivo.
contento, fuera menester buscar otro corazón nuevo para Que vele o duerma, media vida es tuya;
recibirle. El vestido era de un sayal tan áspero como su si velo, te lo pago con el día,
ventura, un cayado en la mano, un zurrón del brazo y si duermo, no siento lo que vivo.
izquierdo colgando.
Arrimose al pie de una haya, comenzó a tender sus ojos 6. El texto anterior pertenece a una corriente
por la hermosa ribera hasta que llegó con ellos al lugar literaria que está enmarcada en el Barroco; esto
donde primero había visto la hermosura, gracia, puede evidenciarse a través de
honestidad de la pastora Diana, aquella en quien A. un lenguaje sencillo y cotidiano
Naturaleza sumó todas las perfecciones que por muchas B. la temática que revela las pasiones humanas
partes había repartido. Lo que su corazón sintió C. el estilo formal y la abundancia de figuras
imagínelo aquel que en algún tiempo se halló metido retóricas
entre memorias tristes. No pudo el desventurado pastor D. la presencia de narraciones fantásticas e
poner silencio a las lágrimas, ni excusar los suspiros que inverosímiles
del alma le salían, y volviendo los ojos al cielo, comenzó 7. En la segunda estrofa, la voz poética hace
a decir de esta manera: referencia a
—¡Ay memoria mía, enemiga de mi descanso!, ¿no os A. la noche como un momento fértil para las
ocuparais mejor en hacerme olvidar disgustos presentes meditaciones
que en ponerme delante los ojos contentos pasados?... B. los momentos de silencio y algarabía que se dan
Tomado de: durante la noche
http://www.ciudadseva.com/textos/novela/esp/montemay C. la creadora de aventuras amorosas y viles
or/diana_01.htm D. la tranquilidad de la noche porque se van los
pensamientos
6. La expresión “los ojos hechos fuentes”, 8. La frase “encubridora vil” es una expresión
subrayada en el párrafo 2 es una expresión A. hiperbólica, pues resulta exagerado que se diga
A. metafórica que la noche es vil
B. hiperbólica B. irónica, pues expresa el hecho de encubrir como
C. irónica una burla
D. paradójica C. metafórica, haciendo referencia a la oscuridad
7. Cuando se dice que Sireno tenía los ojos hechos D. paradójica, ya que no es posible que sea vil y al
fuentes, quiere decirse que mismo tiempo encubridora
A. el personaje tenía los ojos claros y diáfanos como 9. En el poema anterior
el agua A. la noche se muestra exclusivamente triste
B. sus ojos eran extraordinariamente grandes B. se hace una invitación al sueño
C. estaba ahogado en llanto C. el humano toma la forma de la noche
D. tenía una hermosa e inocente mirada D. la noche adopta comportamientos humanos
8. En la expresión “El vestido era de un sayal tan 10. A lo largo de la primera estrofa se deja ver a la
áspero como su ventura” (párrafo 2), podemos noche como
apreciar el predominio de una figura literaria A. un ente maravilloso
denominada B. culpable de la locura del hombre
A. hipérbole, puesto que es exagerado afirmar que C. un momento tranquilo e infértil
la suerte de Sireno era tan mala como su atuendo D. protagonista de los más alegres pensamientos
B. epíteto, ya que es propio del destino ser funesto
C. símil, porque se compara el sino con el traje
D. anfibología, dado que no queda claro si lo áspero
es el destino o el sayal
TEXTO I sean juntas nuestras sepulturas, juntas nos hagan
MELIBEA: —Padre mío, no pugnes ni trabajes por venir nuestras exequias. Algunas consolatorias palabras te
adonde yo estoy, que estorbarás la presente habla que te diría antes de mi agradable fin, colegidas y sacadas de
quiero hacer. Lastimado serás brevemente con la muerte aquellos antiguos libros que tú, por más aclarar mi
de tu única hija. Mi fin es llegado, llegado es mi descanso ingenio, me mandabas leer; sino que ya la dañada
y tu pasión, llegado es mi alivio y tu pena, llegada es mi memoria, con la gran turbación, me las ha perdido, y aun
acompañada hora y tu tiempo de soledad. No habrás, porque veo tus lágrimas malsufridas decir por tu arrugada
honrado padre, menester instrumentos para aplacar mi faz. Salúdame a mi cara y amada madre. Sepa de ti
dolor, sino campanas para sepultar mi cuerpo. Si me largamente la triste razón por que muero. ¡Gran placer
escuchas sin lágrimas oirás la causa desesperada de mi llevo de no la ver presente! Toma, padre viejo, los dones
forzada y alegre partida. No la interrumpas con lloro ni de tu vejez, que en largos días largas se sufren tristezas.
palabras, si no, quedarás más quejoso en no saber por Recibe las arras de tu senectud antigua, recibe allá tu
qué me mato que doloroso por verme muerta. Ninguna amada hija. Gran dolor llevo de mí, mayor de ti, muy
cosa me preguntes ni respondas más de lo que de mi mayor de mi vieja madre. Dios quede contigo y con ella.
grado decirte quisiere. Porque, cuando el corazón está A Él ofrezco mi ánima. Pon tú en cobro este cuerpo que
embargado de pasión, están cerrados los oídos al allá baja. Tomado de: La celestina o tragicomedia de
consejo y, en tal tiempo, las fructuosas palabras, en lugar Calisto y Melibea. Fernando de Rojas. Biblioteca digital
de amansar, acrecientan la saña. Oye, padre mío, mis Ciudad Seva
últimas palabras y si, como yo espero, las recibes, no Responde las preguntas de la 6 a la 10 con base en el
culparás mi yerro. Bien ves y oyes este triste y doloroso anterior texto.
sentimiento que toda la ciudad hace. ¿Bien oyes este 6. El texto anterior corresponde a uno de los
clamor de campanas, este alarido de gentes, este aullido fragmentos finales de la obra “La Celestina o
de canes, este estrépito de armas? De todo esto fui yo tragicomedia de Calisto y Melibea”; teniendo en
causa. Yo cubrí de luto y jergas en este día cuasi la mayor cuenta el contenido de este, se puede decir que
parte de la ciudadana caballería; yo dejé muchos A. es coherente con el título en tanto tiene un final
sirvientes descubiertos de señor; yo quité muchas trágico
raciones y limosnas a pobres y envergonzantes. Yo fui B. es paradójico que exista una muerte al final de
ocasión que los muertos tuviesen compañía del más una obra de comedia
acabado hombre que en gracia nació. Yo quité a los vivos C. pretende hacer una fuerte crítica del drama
el dechado de gentileza, de invenciones galanas, de humano
atavíos y bordaduras, de habla, de andar, de cortesía, de D. su título es metafórico, pues intenta hablar
virtud. Yo fui causa que la tierra goce sin tiempo el más únicamente de lo trágico
noble cuerpo y más fresca juventud que al mundo era en 7. El motivo del suicidio de Melibea resulta ser
nuestra edad criada. Y porque estarás espantado con el A. un amor no correspondido
son de mis no acostumbrados delitos, te quiero más B. un amor imposible
aclarar el hecho. Muchos días son pasados, padre mío, C. la muerte de su amado
que penaba por mi amor un caballero que se llamaba D. la incomprensión de su padre
Calisto, el cual tú bien conociste. Conociste asimismo sus 8. El fragmento anterior corresponde a los motivos
padres y claro linaje. Sus virtudes y bondad a todos eran de Melibea para suicidarse; una frase que puede
manifiestas. Era tanta su pena de amor y tan poco el lugar sustentar este planteamiento es
para hablarme que descubrió su pasión a una astuta y A. algunas consolatorias palabras te diría antes de
sagaz mujer que llamaban Celestina. La cual, de su parte mi agradable fin
venida a mí, sacó mi secreto amor de mi pecho. Descubrí B. si me escuchas sin lágrimas oirás la causa
a ella lo que a mi querida madre encubría. Tuvo manera desesperada de mi forzada y alegre partida
como ganó mi querer. Ordenó cómo su deseo y el mío C. yo fui causa que la tierra goce sin tiempo el más
hubiesen efecto. Si él mucho me amaba, no vivía noble cuerpo
engañado. Concertó el triste concierto de la dulce y D. quedarás más quejoso en no saber por qué me
desdichada ejecución de su voluntad. Vencida de su mato que doloroso por verme muerta
amor, dile entrada en tu casa. Quebrantó con escalas las 9. Según el texto, Celestina resultaba ser
paredes de tu huerto, quebrantó mi propósito, perdí mi A. una mujer que guardaba el secreto de amor entre
virginidad. Del cual deleitoso yerro de amor gozamos Calisto y Melibea
cuasi un mes, y como esta pasada noche viniese, según B. la astuta mujer con quien Calisto traicionó a
era acostumbrado, a la vuelta de su venida, como de la Melibea
fortuna mudable estuviese dispuesto y ordenado, según C. quien indujo a Melibea a cometer el acto de
su desordenada costumbre, como las paredes eran altas, suicidio
la noche oscura, la escala delgada, los sirvientes que D. la criada que proporcionó un accidente mortal a
traía no diestros en aquel género de servicio y él bajaba Calisto
presuroso a ver un ruido que con sus criados sonaba en 10. “Cortaron las hadas sus hilos”, la anterior es una
la calle, con el gran ímpetu que llevaba, no vio bien los expresión ___________ que alude ____________
pasos, puso el pie en vacío y cayó. Y de la triste caída A. metafórica – a la muerte
sus más escondidos sesos quedaron repartidos por las B. hiperbólica – al suicidio
piedras y paredes. Cortaron las hadas sus hilos, C. metafórica – al suicidio
cortáronle sin confesión su vida, cortaron mi esperanza, D. hiperbólica – a la muerte
cortaron mi gloria, cortaron mi compañía. Pues, ¿qué
crueldad sería, padre mío, muriendo él despeñado, que
viviese yo penada? Su muerte convida a la mía.
Convídame y fuerza que sea presto, sin dilación,
muéstrame que ha de ser despeñada, por seguirle en
todo. No digan por mí «a muertos y a idos...» y así
contentarle he en la muerte, pues no tuve tiempo en la
vida. ¡Oh mi amor y señor Calisto! Espérame, ya voy.
Detente. Si me esperas, no me incuses la tardanza que
hago, dando esta última cuenta a mi viejo padre, pues le
debo mucho más. ¡Oh padre mío muy amado! Ruégote,
si amor en esta pasada y penosa vida me has tenido, que