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EL PASTOR ES UN ADMINISTARDOR DE PERSONAS E IDEAS

Las personas constituyen el recurso más valioso de una organización, y son la razón de existencia de la iglesia. En las
ciencias de la administración se enseña de que en una organización se administran:

(a) los bienes materiales,


(b) los recursos humanos y
(c) los sistemas.

Administrar los bienes materiales tiene sus complicaciones, pero administrar a personas con sus ideas es un reto y
una ciencia aparte. En la iglesia, el pastor tiene como tarea principal administrar a personas.

Administrando objetos e ideas.

La dirección de una organización puede reducirse a dos categorías básicas: el enfoque en los objetos y el enfoque en
las ideas. Desgraciadamente a las personas, a menudo, se les coloca en la categoría de objetos. En general es más
fácil administrar los objetos que las ideas, porque los objetos son tangibles, mientras que las ideas son intangibles.
En los objetos se incluyen presupuestos, medios de transporte o servicios públicos, materiales y suministros. Los
objetos pueden ser contados, inventariados y en la mayoría de los casos fácilmente localizados y controlados. Por el
contrario, las ideas no son visibles, son difíciles de evaluar, a veces difíciles de explicar y con facilidad se hace caso
omiso de ellas y de hecho existen con frecuencia sin que la dirección sea consciente de su existencia. Todas las cosas
en realidad principian como ideas en la mente de alguna persona. Todo objeto de fabricación humana, que existe o
ha existido, fue concebido como una idea en la mente de una persona. Por la tanto el líder interesado en el progreso
de su organización o iglesia debe darle máxima importancia al enfoque de las ideas.

La creatividad del hombre


Aproximadamente hace 4.000 años Dios dijo a su pueblo: “Nada les será imposible” (Génesis 11:6). Dios afirmaba
que en el hombre existe el potencial inventivo creador ilimitado. Lo que Dios dijo hace tantos años, la ciencia ahora
lo confirma, el hombre posee fenomenal potencia creadora. El hombre fue una creación muy especial, ya que de
todas las criaturas de Dios sólo a él le fue dado el atributo divino de la razón (Gn. 1:26). El hombre es un ser racional,
con el poder de tomar decisiones y con ingenio creador. Esto significa que la mente humana constituye el recurso
más valioso para una organización.

Estimulando la creatividad para el crecimiento de la iglesia.


Toda persona posee la habilidad para hacer algo nuevo o para modificar algo viejo.
La Parábola de los Talentos encierra varios principios bíblicos de administración y de liderazgo, dos de los cuales,
merecen ser considerados aquí. En primer lugar, Dios espera que la creatividad y la habilidad individual sean
utilizadas. En segundo lugar establece que toda contribución individual debe ser recompensada por su esfuerzo. De
aquí, que los líderes cristianos o pastores, deben estimular a sus miembros a utilizar sus habilidades para aumentar
la productividad individual y el crecimiento de la iglesia.
Conforme se logra este objeto el líder deberá reconocer y dar crédito a aquellos que son responsables por este
crecimiento logrado. A todo líder le corresponde ocuparse y asegurarse de que su organización crezca. Y debe
recordar que Dios les ha dado a las personas ideas y creatividad para innovar y resolver problemas. Por consiguiente
debe dedicarse a que el poder creador de sus miembros y sus líderes sea empleado al crecimiento de la iglesia.
EL SIERVO DE DIOS LOGRA MAS SI ES UN BUEN ADMINISTRADOR

En el libro “Desafíos Pastorales” Emilio A. Núñez explica que, la administración en la iglesia local no es una opción, es
un imperativo. Núñez afirma, de una manera u otra el pastor tiene que ser un administrador. Esta es una de las
facetas ineludibles de su ministerio.
A continuación reproducimos unos párrafos del capítulo 8 del libro mencionado, que indican que el siervo de Dios
alcanza y logra más, si es un fiel administrador. Desde el principio de la historia humana el Creador asignó a Adán y
Eva la tarea de ser sus administradores o mayordomos en la Tierra (Gn. 1:28). José, el hijo de Jacob, fue un excelente
administrador en la corte egipcia, porque la mano del Señor estaba con él. En Moisés se combinan las capacidades
de un caudillo y de un buen administrador, en los momentos dramáticos de la liberación de Israel del yugo egipcio y
en el largo y penoso peregrinaje hacia Canaán. Josué, Nehemías, David, Salomón, y otros eminentes siervos de Dios
en días del Antiguo Testamento, se destacaron también por su extraordinaria capacidad administrativa al servicio del
pueblo de Dios. Daniel fue un gran estadista en el imperio babilónico como resultado de la sabiduría especial que
recibió del Señor.

El Nuevo Testamento enseña que una de las funciones principales del siervo de Dios es ser un administrador. En 1
Corintios 4:2 leemos: “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”. En el idioma
original de ese versículo, la palabra traducida al español por “administradores” es oikónomois, que también se usa
en el versículo 1 y significa literalmente el que gobierna o administra la casa, el mayordomo. En aquellos tiempos el
mayordomo o administrador estaba a cargo de velar por la seguridad y el aumento de las posesiones del amo, y en
cierto modo por el bienestar de los miembros de la familia y de los esclavos del señor de la casa. El mayordomo
administraba bienes que no eran suyos y ejercía una autoridad que no emanaba de sí mismo, sino que le era
delegada por su amo. Todos los creyentes en Cristo somos llamados a ser “buenos administradores” (kaloi
oikonomoi) de la multiforme gracia de Dios (1 P. 4:10); pero el pastor tiene que serlo de manera especial en la grey
del Señor.
En la lista de dones espirituales, en 1 Corintios 12:28, 29, el apóstol menciona “los que administran”. En este caso la
palabra griega es kubernéseis, que significa dirigir, gobernar. El kubernéte es el piloto, el que lleva el timón de la
nave (Hch. 27:11; Ap. 18:17). También se refiere el Nuevo Testamento a “los que presiden” (proistámenos), es decir
los funcionarios o administradores de la iglesia local (Ro. 12:8; 1 Ts. 5:12; cp. 1 Ti. 3:4).

Se sobreentiende que el mero conocimiento de las mejores técnicas administrativas y su diligente aplicación al
ministerio de la iglesia local no son la respuesta a todos los problemas, pero sí pueden ayudarnos en gran manera
para un servicio más efectivo en la congregación local y fuera de ella. El pastor sabio se aprovechará de las nuevas
técnicas administrativas, sin perder de vista su necesidad de seguir dependiendo de la palabra escrita de Dios y del
ministerio del Espíritu Santo. Al fin y al cabo el pastor es mucho más que el ejecutivo de una empresa de servicio
social y religioso llamada “iglesia”.
.

Conceptos bíblicos que logran una administración eclesial práctica, enfocándose en el


ministerio pastoral

Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se
requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Corintios 4:1-2

La Administración Eclesial
Existen varias áreas de administración y el pastor es responsable directo. Por ello, la administración eclesial involucra
un marco funcional en el ministerio pastoral, que contiene el ganar, educar, formar y estructurar al creyente, hasta
que éste, a su vez, pueda también manejar la Palabra y ser un buen ayudante.

El pastor debe ser un buen administrador. Esto implica disciplina, visión, equilibrio, orden y eficiencia. Aunque la
mayoría de las iglesias tienen sus oficiales encargados de los recursos materiales: diáconos, comisión de finanzas, de
construcciones y mantenimiento y otros, sin embargo, toca al pastor como supervisor o apoderado, para usar un
término más actualizado de la administración científica, mantener un control preciso sobre esos recursos y conducir
a la iglesia a lograr sus objetivos con el menor esfuerzo y gastos. El mayor recurso con que cuenta el pastor son las
personas; por tal motivo, la relación con su grey es de vital importancia. Además debe conocer a los que le rodean
para que pueda delegar confidentemente funciones y labores que el solo no haría favorablemente.

Fundamentación Bíblica de la Administración


Hablando de administración de la Iglesia cristiana, nos dice un conocido autor y escritor (Calderón): “Jesucristo es el
administrador por excelencia, sentó las bases de una organización universal de su Iglesia…” Qué mejor ejemplo para
buscar en la Palabra de Dios algunos fundamentos para sentar bases de una buena administración (1 Cor. 4:1-2).

Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel. Aparte de ser administradores de los
misterios de Dios, fieles en la entidad que están administrando, o sea, la Iglesia de Jesucristo.
En lo referente a los diezmos, por ejemplo vemos en Mal. 3:8. Y cuando Dios dice: “Me habéis robado”, se refiere a
los fondos de la iglesia, compuestos por diezmos, ofrendas y otros, entregados por los miembros. Es la parte que
pertenece al Señor. Dios no quiere o no espera que todos den la misma suma de dinero cada semana o cada mes,
sino que den alegremente y abundantemente (2 Cor. 9:6-7).

Al diezmar, demostramos que Dios es el dueño de todo y que nosotros somos simplemente administradores y
contadores, que un día rendiremos cuentas, y, debemos practicarlo individualmente. Entendemos que es una
poderosa razón para solicitar a los administradores, fidelidad en su manejo.

En la Biblia encontramos abundante información sobre Administración


1. Cuando Dios creó los cielos y la tierra, Él estaba planeando, ejecutando, organizando y evaluando todo su trabajo.
La evaluación de su obra se halla en las palabras “y vio Dios que todo era bueno en gran manera” (Génesis
2:31).Todo estaba bajo control, así es cuando hay una buena administración.

2. Durante el éxodo del pueblo de Israel, también se aprecian ejemplos de una excelente administración, Moisés
trataba de atender solo los problemas de todo el pueblo de Israel, su suegro Jetro le recomienda “selecciona
hombres de virtud” para delegarlos y compartir con ellos las responsabilidad. (Éxodo 18:13-22) Cuántos pastores y
líderes enfrentan hoy, solos, las responsabilidades de la iglesia, Si utilizasen principios administrativos, podrían
delegar gran parte de su trabajo, trabajarían mejor y la iglesia prosperaría.

3. En la organización del campamento y del tabernáculo cada tribu se ubicaba en su lugar correspondiente, tanto al
reposar como al movilizarse se observa en el campamento un orden asombroso.
Nadie podía hacer lo que no le había sido indicado y los que tenían que hacer algo, lo hacían con excelencia. El
tabernáculo fue diseñado y amueblado de acuerdo con el plan ordenado, el servicio sacerdotal se realizaba por
turnos y de acuerdo con un manual, El levítico. En la adoración, en la marcha o en la guerra el pueblo se movía como
un solo hombre.

La Iglesia tiene fundamentos administrativos


R.E. Coleman en su libro El plan supremo de evangelización, dice que Jesús estaba más interesado en preparar y
comisionar a unos pocos que impresionar a multitudes. “Después subió al monte, y llamó así a los que él quiso; y
vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a Predicar a los cuales también llamó
Apóstoles. Entonces Jesús les dijo Otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío”
(Marcos 3:13-14).

Aquí se observa un hecho de trascendental importancia; que para ser administrador de los misterios de Dios,
primero hay que ser servidor de Cristo.

Larry Burkett, en su libro Dar y Diezmar dice:“Nuestras iglesias modernas son los alfolíes descritos en el Antiguo
Testamento, de modo que nuestros diezmos deben ser dados sencillamente a la iglesia, pero pocas Iglesias hoy en
día funcionan como alfolíes, proveyendo para las necesidades de los enfermos, ancianos, huérfanos, e igualmente
sosteniendo a los inspirados maestros de la Palabra, fuera de la iglesia organizada”.

En el libro de los Hechos tenemos el ejemplo de buscar hermanos de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de
sabiduría, a quienes encarguemos este trabajo (la administración) y nosotros (los apóstoles), persistiremos en la
oración. Nos indica claramente la postura a ser asumida ante la necesidad de la elección de administradores y los
motivos de dicha necesidad. No solo se refiere a la administración de dinero propiamente, sino a todo elemento
administrable.

Administrando los propósitos de la iglesia

Los pastores son administradores que organizan, trazan, guían y dirigen los asuntos de la iglesia. En una encuesta
realizada a pastores del Paraguay de varias denominaciones, preferentemente pentecostales, se le preguntó a los
participantes si la iglesia es una empresa administrable: El 60% contestó que es posible administrarla y el 40%
contestó... que la iglesia no puede funcionar como una empresa. Al preguntarles por una razón estos 40%
respondieron: “Si nos adelantamos a los hechos y programamos todas las actividades de la casa del Señor, no le
dejamos actuar al Espíritu Santo, no le dejamos a Dios ser Dios”. Al 60% que ha contestado positivamente
le hemos formulado otra pregunta: Si la iglesia en una empresa administrable ¿Usted maneja su iglesia sobre la base
de presupuestos? La respuesta de la mayoría fué que no, pero que sería bueno e ideal manejarse así.

EL PROBLEMA
Estos datos nos indican la realidad de la iglesia latinoamericana. Existe el grupo que cree que no es necesario el uso
de las herramientas administrativas, y existe el otro grupo que cree que su uso podría ser beneficioso pero no
existen los conocimientos para ponerlo en práctica. Para esto el Pastor Ricardo Coronel, Contador y Teólogo lanza su
nuevo Material denominado “Manual de Administración Eclesial”. Este nuevo material de consulta está dirigida
especialmente a pastores y líderes eclesiales y es una respuesta directa a esta gran necesidad en la iglesia
latinoamericana. El Dr. Antonio Montiel, Supervisor Nacional de la Iglesia de Dios en Paraguay, sugiere “Creo que
este manual merece la atención de cada pastor, líder y obrero que quiera mejorar sus métodos de guiar y
administrar los recursos de la obra de Dios”. El Pastor Ricardo Coronel es Licenciado en ciencias contables, posee una
especialización en Auditoría y también es egresado del Seminario Teológico Internacional. Es profesor de las
cátedras de Finanzas, Administración y Contabilidad de Universidades Privadas en Asunción. Además enseña la
materia Administración Eclesial en varios Centros Teológicos del Paraguay. Actualmente, es candidato en un
programa doctoral en Teología a través del programa PRODOLA de la UNELA.

UNA GUÍA PRACTICA.


El “Manual de Administración Eclesial” es una guía práctica que no puede faltar en la biblioteca privada de ningún
Pastor, por la siguiente razón. Es un manual que no solamente enfoca los aspectos teológicos prácticos, sino también
ofrece las herramientas prácticas, legales, contables con todas sus planilla y formularios para fotocopiarlo y aplicarlo
inmediatamente. Estos son algunos temas del manual: a) Administración de la iglesia Cristiana. Nociones generales y
fundamentación bíblica. b) Presupuestos. c) Estableciendo metas y objetivos en la administración. d) Procesos
administrativos. e) Inventario. f) Aspectos jurídicos y contables. g) Aspectos laborales h) Seguro social. i)
Organigramas, planillas y formularios. A continuación le proponemos algunos extractos de los diferentes capítulos de
este libro:

LAS BASES.
Los pastores son administradores que organizan, trazan, guían y dirigen los asuntos de la iglesia. El apóstol Pablo
declara en 1ª Corintios 12:28 que la administración es un don espiritual: “En la iglesia Dios ha puesto, en primer
lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los
que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran...”.
La palabra administración, se usó originalmente en el griego antiguo para referirse a los timoneros de una nave.
Henry Fayol expresa: “Administrar es prever, organizar, mandar, coordinar y controlar”. El Dr. David C. Cooper, dice
que la administración, aplicada a la iglesia tiene varios componentes, pero en primer lugar se empieza con la filosofía
del ministerio, o sea con lo que se llama visión.

EJEMPLOS BÍBLICOS.
Hablando de administración de la iglesia cristiana, Calderón dice: “Jesucristo es el administrador por excelencia,
sentó las bases de una organización universal de su iglesia ...”. Que mejor ejemplo, para buscar en la palabra a Dios,
algunos fundamentos para sentar bases de una buena administración. En 1ª Cor.4:1-2. el apóstol Pablo dice: “así
pues téngannos los hombres por servidores de Cristo y administradores de los ministerios de Dios”. En la Biblia
encontramos abundante información y orientación sobre la administración. Algunos ejemplos son:
• Cuando Dios creó los cielos y la tierra, Él estaba planeando, ejecutando, organizando y evaluando todo su trabajo.
• Durante el éxodo del pueblo de Israel, Moisés recibe recomendaciones de su suegros Jetro para mejorar su
liderazgo, definiendo algunos procesos administrativos.
• En la organización del campamento y del tabernáculo.

EL VISIONARIO
El pastor es un visionario, lo que significa que él, ve a dónde la iglesia debe dirigirse y toma ciertos pasos para ayudar
a la iglesia a llegar a donde se está dirigiendo. Sin una visión, sin una filosofía de ministerio, sin una comprensión de
los programas y las actividades, la iglesia se mueve sin un sentido de dirección. Para que el pastor pueda administrar
la iglesia, necesita presentarle una visión, y ésta necesita ponerse por escrito. Esto es lo que se llama una declaración
de visión.

UN ORGANISMO ADMINISTRABLE.
Si la iglesia tiene bien establecida su visión y misión, se vuelve un organismo administrable. Muchas iglesias en
Latinoamérica lastimosamente, están muy alejadas de lo mencionado. Se observa que muchas iglesias están
fragmentadas, cada ministerio lleva su propio rumbo, su propia visión, sus propias declaraciones de fé y aún sus
propias filosofías. Por es el pastor tiene la necesidad de ser un buen administrador, el esta encaminando una visión.
Para poner en funcionamiento y llevar a la práctica una visión, hay tres cosas básicas que el pastor/líder debe hacer:
• Lo primero, es ver los recursos humanos. Ver las personas necesarias para poner en práctica la visión.
• Lo segundo, es ten bien claro y presentar el plan ministerial, o sea, el programa de la iglesia. ¿Que programa se va
a implementar? ¿Cuáles ministerios se van a desarrollar?
• La tercer parte, es el presupuesto de la iglesia, porque todo lo que se quiere hacer, no se puede sin dinero.
Eclesiastés 10:19 dice “El dinero sirve para todo”. Los recursos económicos financieros, deben proveerse para poder
poner en práctica todos los proyectos. En resumen, podemos decir, cuando la iglesia se propone a implementar una
visión, necesita de personas, un plan de ministerio, luego un presupuesto que haga del proyecto una realidad.
Es por estos elementos, que la iglesia puede ser tratada como una empresa totalmente administrable,
científicamente.

LOS ELEMENTOS PARA ADMINISTRAR


Una empresa, como la describe el profesor Reyes Ponce, esta formada por tres elementos principales: los bienes
materiales o elemento pasivo, los recursos humanos o el elemento activo, y sistemas o normas de conductas. La
iglesia cuenta con estos tres elementos:
• Bienes Materiales: Para desarrollar su tarea, la iglesia necesita un terreno, construir edificios, tener bancos, sillas y
todo tipo de muebles. También posee recursos financieros, provenientes de diezmos, ofrendas y donaciones.
• Recursos Humanos: Es la parte vital de la iglesia y constituye el factor primario en la administración. Cristo mostró
sumo interés en el género humano “viendo la multitud subió al monte y abriendo su boca les enseñaba”. Mat.4:1-2.
• Sistemas: La iglesia posee organigrama, manuales, reglamentos, etc., pero la base de su gobierno y disciplina es la
Biblia.

NECESITA LA IGLESIA DE UN ADMINISTRADOR

En nuestro contexto eclesial latinoamericano el tema de la administración es, quizás no desconocido,


pero aparentemente no necesario, por que están los tesoreros de las iglesias. Las iglesias generalmente tienen un
secretario y un tesorero; entonces el tesorero es el que cumple en este caso la función del administrador. Pero hay
iglesias especialmente en el interior en donde el pastor es el que hace todo y no necesita de tesorero, el lo hace
todo.

Actualmente la mayoría de las iglesias necesitan un tesorero porque ya están los libros de contabilidad que deben
ser preparados ya que esto es obligatorio. Las cuentas necesitan ser analizadas,
se necesita a alguien que se encargue de los controles de ingresos y egresos. El tesorero se ocupa netamente de los
valores de la iglesia, del efectivo, de los diezmos y de la ofrenda, pero el administrador tiene un trabajo más amplio.

El administrador cumple una tarea sumamente importante especialmente en iglesias grandes o que están creciendo
rápidamente. El administrador es el encargado de que todo funcione bien, ya sea en una empresa o en una iglesia.
Lo malo y lo bueno de lo que ocurra en una entidad depende de un administrador. La ventaja que trae consigo el
tener un administrador es que estamos rigiéndonos con los principios científicos de la administración. Porque la
administración es una ciencia y un arte también. Es un principio bíblico porque Dios vio que era bueno lo que el hizo.
El estaba controlando su creación, entonces nosotros no debemos pretender que todo el trabajo lo realice el Espíritu
Santo, nosotros también debemos poner de nuestra parte como científicos y como artistas de Dios.

Por Ricardo Coronel. Lea el artículo completo aquí!


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QUIEN EN LA IGLESIA DEBE ENSEÑAR DE LOS DIEZMOS?


El pastor tiene la obligación de hablar a la congregación de los mandatos bíblicos en su totalidad, y el diezmo y las
ofrendas los son. Entonces no veo el porque un pastor no podría hablar con la congregación sobre estos temas. Hoy
por hoy, con la globalización, desde un principio ya del discipulado se enseñan estas cosas básicas, por así decirlo.
En 1º Corintios 9:13, Pablo declara: “¿Sabéis que quienes ejercen el ministerio de las cosas santas viven de las cosas
del templo; y quienes atienden el altar participan del altar?”. Esto sugiere que se pague a los ministros. El pastor
desde el principio debe enseñar estas cosas para
poder evitar y resolver los problemas que suelen traer estos temas. No debe esperar que un invitado o un misionero
hable a su congregación a cerca de los diezmos y las ofrendas. Si el pastor es pagado por la iglesia, su sueldo
depende de la entrada en diezmos y ofrendas de esa congregación.

¿Necesita la iglesia un administrador? ¿Y cuál es la diferencia entre un tesorero y un administrador?

En nuestro contexto el tema de la administración es, quizás no desconocido, pero


no necesario, aparentemente por que están los tesoreros de las iglesias. Las iglesias generalmente tienen un
secretario y un tesorero; entonces el tesorero es el que cumple en este caso la función del administrador. Pero hay
iglesias especialmente en el interior en donde el pastor es el que hace todo y no necesita de tesorero, el lo hace
todo.

Actualmente la mayoría de las iglesias necesitan un tesorero porque ya están los libros

de contabilidad que deben ser preparados ya que esto es obligatorio. Las cuentas necesitan ser analizadas, se
necesita a alguien que se encargue de los controles de ingresos y egresos. El tesorero se ocupa netamente de los
valores de la iglesia, del efectivo, de los diezmos y de la ofrenda, pero el administrador tiene un trabajo más amplio.
El administrador cumple una tarea sumamente importante especialmente en iglesias grandes o que están creciendo
rápidamente.

¿Cuál es la función de un administrador?

El administrador es el encargado de que todo funcione bien, ya sea en una empresa o en


una iglesia. Lo malo y lo bueno de lo que ocurra en una entidad depende de un administrador. La ventaja que trae
consigo el tener un administrador es que estamos rigiéndonos con los principios científicos de la administración.
Porque la administración es una ciencia y un arte también. Es un principio bíblico porque Dios vio que era bueno lo
que el hizo. El estaba controlando su creación, entonces nosotros no debemos pretender que todo el trabajo lo
realice el Espíritu Santo, nosotros también debemos poner de nuestra parte como científicos y como artistas de Dios.

¿Cómo la iglesia debería administrar las cosas materiales de su congregación?

La administración es una ciencia y debemos utilizar todas las herramientas que nos proporciona para poder
administrar las cosas del Señor. Necesitamos mucho más sabiduría para tratar las cosas del Señor, ya que todo es de
la congregación, y todos igualmente tienen derecho. Cada iglesia debe tener un sistema de control interno de las
cosas materiales que posee para hacerlo aprobar por la asamblea, y que eso sea un reglamento para el cuidado de
los detalles de uso y mantenimiento de los recursos ya sean financieros, edilicios, materiales, equipos,
evangelísticos, etc.

¿Debe cada iglesia contar con un contador?

De acuerdo a la ley tributaria del país todas las iglesias deben tener sus libros de contabilidad, tienen que presentar
mensualmente sus declaraciones juradas y eso requiere la participación de un contador profesional registrado,
matriculado. Lo que la estado exige es que la Central de la denominación o en este caso la Convención este
organizada como una empresa y podemos decir una empresa comercial. Los papeles deben estar ordenados y ser
presentados, si bien las iglesias no están pagando impuestos deben contar con sus informes al día.

¿Es aconsejable que el pastor tenga a disposición una caja chica, cómo debería rendir cuenta de esta?

El tema de la caja chica, esta es necesaria en todo lugar. La iglesia tiene sus gastos pequeños, en donde a nivel de
consejo se puede poner a disposición del pastor un monto fijo. La caja chic también puede estar a cargo del tesorero,
del administrador, o de la secretaría, a quien el pastor pueda recurrir para gastos necesarios que a veces surgen. Si la
organización es medianamente grande, entonces ya hablamos de órdenes de pago, de hacer cheques firmados por
dos o tres personas. La práctica nos enseña que la caja chica es necesaria, pero se debe rendir cuentas a través de
comprobantes de todo dinero que
se use. Cuando se acumulan los comprobantes y se esté acabando el dinero de la caja chica el pastor debe rendir
cuenta a la administración y a la tesorería y ésta le puede rembolsar los fondos fijos que el gastó.

¿Qué se sugiere si la iglesia tiene un pastor pagado solamente por medio tiempo?

Existen mecanismos legales. Por ejemplo si el pastor es pagado por la iglesia, debe inscribirse como contribuyente,
debe contar con un RUC y también tiene que emitir facturas.

¿Conocen las iglesias las nuevas reglamentaciones tributarias?

Estamos trabajando en eso, como un trabajo de hormigas. Estuvimos realizando talleres en casi todo el interior del
país y también en Asunción para pastores. Aprovechamos las reuniones de las asambleas de las iglesias para enseñar
como organizarse, porque el espíritu de esta nueva ley administrativa es que todo el país se legalice, y como iglesia
nosotros debemos ser ejemplo y empezar. Existen casos en donde se requiere de mucha disciplina. Por ejemplo
cuando un pastor desea comprar un foco para la iglesia y va a una despensa y esta no expide factura legal, entonces
el pastor debe ir a otra despensa, que sí tiene. De esa manera estamos ayudando a formalizar la economía del país.

Para más consultas comuníquese con el Licenciado Ricardo Coronel en Paraguay el 00595-971-323283 o 00595-
021-675-452.

EL LUGAR DEL DINERO EN LA IGLESIA Y LOS MINISTERIOS


Las finanzas atañen al uso del dinero, y el manejo financiero tiene base bíblica desde los libros iniciales del AT, desde
la prominencia del hombre al ser creado a la dependencia de los recursos en un escenario de escasez, posterior a la
caída del hombre. Paralelamente a los milagros de provisiones se tiene una gran variedad de pasajes que alientan al
uso productivo de los recursos, enfatizando siempre que Dios es el dueño de toda riqueza y que es
“sobreabundante” en sus provisiones. Las finanzas de nuestro Dios no tienen límites, pero la ignorancia o el
analfabetismo en materia financiera ha sido y es causal de que el pueblo cristiano no supere su estado de escasez y
hasta tenga un mal desempeño financiero. Un ABC financiero básico para las iglesias debe partir de la comprensión
de los temas financieros y de cambios de conductas tradicionales.

Las iglesias y los ministerios cristianos se sitúan dentro de la categoría de entidades “sin fines de lucro”, con
características propias en materia de tributos y en su misión social empresarial en el mundo real. Ahora bien, el
hecho de que no persigan lucro, no significa que las mismas deban presentar estados de pérdidas continuas; sino
más bien cumplir lo que se describe en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30) de producir y generar más
fondos. En especial no caer en la pereza de no ganar nada. “Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros
y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses” (Mateo 25:27 RVR 95). Es más, las iglesias latinas
deben prepararse a ser “dadoras y generadoras propias de riqueza”, ya que varios donantes y organizaciones
cortaron o redujeron sus ayudas financieras; implicando esto un cambio del rol tradicional de ser receptoras pasivas.
En este artículo esbozaremos una visión dinámica del rol de las finanzas en este tipo de entidades, y punto de
partida de ello es entender bien el concepto del dinero y de la riqueza para luego formular los pilares de una robusta
finanza en las iglesias y ministerios cristianos.
1. Las funciones del dinero
El dinero es un “bien indirecto necesario para el intercambio y como medida de valor o riqueza”. La concepción real
del dinero descansa en esta función dual. En el mundo real o en el bíblico: es un bien al servicio del hombre para
ayudarle a su bienestar. En ninguna parte de la Biblia se critica al dinero. “Porque el amor al dinero es la raíz de
todos los males; el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y se traspasaron con muchos dolores” (1 Timoteo
6:10, RVG2010). Se destaca que lo nocivo es la codicia que conlleva a la esclavitud monetaria. La iglesia y los
ministerios cristianos deben saber que para intercambiar (comprar, vender, pagar, etc.) y para ahorrar necesitan del
dinero, y para ello deben encuadrar su organización a un uso productivo de lo monetario.

La clave: VIDA CRISTOCÉNTRICA

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33, RVG
2010)
2. Entender el concepto de riqueza financiera
Sinónimos de riqueza son: fortuna, tesoro, capital, caudal; de aquí que es asociada a “abundancia”, mientras que lo
estrecho o limitado es para la “escasez”. La riqueza financiera es un parámetro que mide el nivel de prosperidad y la
situación socioeconómica de una persona o una entidad. La iglesia y los ministerios no están exentos de lo que dice
Deuteronomio 8:18, “Antes acuérdate de Jehová tu Dios; porque Él te da el poder para hacer las riquezas (RVG
2010). Por ende, regla básica es concebir claramente y enfocar su misión de que son generadores de riqueza
financiera a la par de la misión espiritual encomendada. Tradicionalmente, las organizaciones cristianas han sido
tomadoras de donaciones y de fondos. Ser generador es un estadio más avanzado y requiere de creatividad, de
paciencia y de talentos.
3. Buen uso de herramientas de gestión financiera
Para que los dos conceptos descritos sean manejados correctamente deben ser acompañados por un sólido
conocimiento de las herramientas de gestión financiera: desde la implementación de planes y presupuestos
financieros hasta la indicación de responsabilidades.

a. Un plan y/o presupuesto financiero debe ser el documento básico para la toma de decisiones financieras. Si bien
este punto requiere de todo un desarrollo exhaustivo, lo importante señalar es que la misión y las tareas a realizar se
deben plasmar en cifras numéricas. El plan debe incluir estimaciones de los recursos futuros, de los gastos y de las
necesidades de capital. Debe ser una proyección válida de las actividades futuras. Un plan financiero exitoso es aquel
que pudo ser implementado debido a sus objetivos medibles y flexibles.

b. Órganos de Gobierno y Estructura Corporativa: Definir la estructura corporativa es uno de los principales retos, ya
que implica individualizar responsabilidades entre los tres principales actores en el manejo financiero: el comité o
encargado financiero, el pastor y la membresía; asegurando que se establezcan los objetivos de la organización, y los
medios para alcanzarlos. Estos responsables deberían mejorar los mecanismos actuales para asegurar una
generación de ingresos suficiente para el cumplimiento de la Gran Comisión.

i. El rol del Comité o Encargado Financiero: Las funciones del comité financiero (llámese tesorero, cajero,
administrador, etc.) están delimitadas generalmente en los estatutos de creación. No importa la cantidad de
funciones que pueda enumerarse legalmente, financieramente estas deben abarcar dos tipos de decisiones
financieras: financiación y las directivas. Las decisiones de financiación se aboca a la obtención de fondos o recursos,
mientras que las decisiones directivas conciernen a las medidas operativas y financieras del día a día como, por
ejemplo: el salario pastoral, pagos de servicios básicos, gastos fijos y gastos variables que hacen al funcionamiento
propio de la organización. Por otro lado, el manejo financiero no solo debe centrarse en los ingresos y egresos, sino
también velar por los activos. Un activo es algo que es de propiedad y por ende, velar porque este activo crezca es
uno de los roles de los encargados de las finanzas.

ii. El rol del pastor: Es errónea la creencia de que el pastor o líder espiritual debe ser apartado de los asuntos
financieros. Todo lo contrario, ya que como líder espiritual debe estar informado y ser un participe activo. No solo se
debe acudir al pastor para orar por la escasez o la falta de fondos. Lo que se debe evitar es que el pastor sea cargado
con la responsabilidad financiera poniendo en peligro o delegando su responsabilidad primaria.

iii. Conducta apropiada como “dador alegre”


La iglesia no debe ser un lugar especial de rescate financiero, donde los miembros solo van para recibir. La madurez
espiritual debe ser acompañada por un estado “dador”. Toda estrategia debe basarse en 2 Corintios 9:7 “Dios ama al
dador alegre” (RVG 2010). Si la misma organización tiene que cambiar su conducta dadora, más aun su Cuerpo: los
miembros.

Una ley sin falla. La ley de la cosecha.

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra abundantemente,
abundantemente también segará” (2 Corintios 9:6, RVG 2010)
4. Pilares de una finanza robusta en las iglesias
Para que las finanzas en las iglesias y ministerios cristianos sean robustas y sostenibles deben basarse en estrategias
de generación de riqueza integral. Este tipo de estrategia requiere de un nuevo modelo de gerencia financiera pro-
crecimiento. Para ello, se proponen 3 pilares para una estrategia financiera con énfasis en la planificación y la
inversión, el rol proactivo del Comité o encargado de las finanzas y la transparencia en el informe oportuno de las
actividades financieras. El primer pilar es basarse en un plan financiero que acompañe la visión y misión
organizacional. El segundo pilar es formar o fortalecer al Comité o encargado financiero con una proactiva labor en
sus decisiones operativas y directivas. Tercer pilar crucial es la transparencia en el informe de los datos y su
comunicación oportuna. Las iglesias y los ministerios cristianos deben contar con políticas comunicacionales donde
se muestra a sus aportantes cuan responsables han sido en el uso productivo de los fondos y cómo han pasado a ser
generadores de riqueza espiritual y financiera. La rendición de cuentas es un factor motivador para que el pueblo sea
un dador creciente.
Conclusión
Las entidades que trabajan en la parte espiritual no están exentas del uso del dinero y de ser generadores de
riqueza. Se debe entender que como cualquier organización, la Iglesia necesita del dinero y de otros recursos para
cumplir su misión. De allí que, internamente los miembros deben traspasar el umbral de ser meros receptores a un
estado de “dadores”, para luego crear un círculo virtuoso de crecimiento para la misma organización. Las añadiduras
y las promesas estipuladas se cumplen siempre que tenga un enfoque cristocéntrico. Y no importa el tamaño de la
organización, hay una premisa bíblica clara: “Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré (Mateo 25:23
RVG2010). Contar con unas finanzas planificadas y responsables activos genera beneficios internos y externos para la
organización y asegura un crecimiento sostenible, meta anhelada para el cumplimiento de la Gran Comisión.
Acerca del autor
Zulma Espínola. Economista. Correo: zeg2706@gmail.com. Sitio web: www.financyber.org
18 de mayo de 2009
PASTOR COMO FUNCIONA EL DIEZMO
Muchas veces se nos vienen dudas e inquietudes acerca de lo que verdaderamente significa el diezmo.

Pero estas interrogantes no solamente surgen cuando uno se inicia en la vida cristiana. Pues en diversas ocasiones se
nos acercan personas que están con incertudumbre y curiosidad acerca de ello.

Este libro invita a reflexionar acerca del diezmo y da respuestas claras y soluciones prácticas para su manejo.

En 70 páginas el Pastor Ricardo Coronel, administrador de varios proyectos de la Iglesia de


Dios en Paraguay, teólogo, contador y auditor, profundiza los siguientes temas:

(a) El diezmo en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.

(b) ¿El diezmo es para nosotros hoy?

(c) Acerca de la mayordomía de nuestras finanzas.

(d) Cómo hacer un presupuesto para apartar mi diezmo.

(e) Excusas para no diezmar.

Interesados en adquirir este libro o en invitar al Lic. Ricardo Coronel para dar charlas sobre este tema favor consultar
a esta dirección de correo electrónico: rcoronelorrego@gmail.com.

“Ricardo Coronel nos acerca en esta obra lo referente al tema del diezmo. En verdad asume una postura valiente en
medio de tanta controversia, bien definido, tratando como oráculo de Dios, hacer sencillo el entendimiento sobre un
tema controversial en esferas de las iglesias evangélicas, donde hay gente que la aceptan plenamente, otros niegan
su actualidad, y un tercer grupo que se aprovecha de la bondad y sencillez de la gente. Esta obra tiene aquel sencillo
impreso en este aforismo, ‘cuanto más sabio, más sencillo’, ‘cuanto más sencillo, más sabio’, pero tácita e
intrínsecamente se levanta con voz profética para cumplir su misión divina, contra las ‘entidades sin fines de lucro
que acaban en un lucro sin fin’. En ese sentido felicitamos al autor e invitamos a los interesados a pesar estos
postulados dentro del marco de la Palabra de Dios.” Osvaldo Centurión.

Administrando efectivamente
por Aldo N. Broda

Así como los pintores usan sus pinceles y sus pinturas para crear un cuadro, los administradores, cual artistas,
convierten sus números y cuentas en figuras con las que logran a través de sus cálculos y resultados la expresión de
su capacidad administrativa. Sus informes, sus planeamientos, sus programas de trabajo y desarrollo, todo cuanto
pasa por sus manos es manejado con capacidad artística para crear y desarrollar el propósito de la empresa. La
administración se afianza a través de la naturaleza humana del administrador en acción.

A través de los años aprendemos que muchas veces el éxito de la empresa se logra gracias al buen administrador
que la dirige. Hombres y mujeres que han sabido interpretar correctamente el rol que la sociedad les demanda y
actúan en forma eficiente y responsable, logrando el cumplimiento de los objetivos que la empresa desea alcanzar.

Cuando el administrador se identifica plenamente con la empresa, se erige en educador, orientando y capacitando a
su personal y aprovechando a cada empleado según su capacidad para lograr que brinde cada día más y mejor
servicio a la empresa que lo tiene contratado. Humaniza a la empresa y la saca del ámbito del materialismo para
hacerla cumplir una función social. Un buen administrador debe conocer el “derecho del personal”:

1. A ser tratado como un individuo y respetado como persona.

2. A tener voz en sus propios asuntos, incluyendo su derecho a contribuir con lo mejor de sus conocimientos para la
solución de los problemas comunes.

3. A gozar de un reconocimiento por su contribución a la causa común de la empresa.

4. A desarrollar y hacer uso de sus mejores capacidades para beneficio de la organización.

5. A gozar como todo ser humano de equidad y justicia en sus relaciones con los superiores.

Cuando el administrador logra esta identificación plena entre empresa, objetivos y personal, alcanzará los mejores
éxitos pues se verá apoyado por aquellos con quienes comparte la tarea todos los días. Luego vendrá el capital
económico y sus intereses. Muchos dirán “No, es al revés, primero es el capital económico, luego todo lo demás. ¿La
gente? La gente no nos interesa, la conseguimos fácilmente. Cuanto más baja sea nuestra remuneración al capital
humano estaremos en mejores condiciones de competir y de reconocer intereses más elevados a los préstamos del
capital económico”. Esta es la forma de pensar de quienes con deseos de usura menosprecian la necesidad y el
bienestar de su capital humano.

Se requiere de los administradores que no sólo sean hábiles en el manejo de los asuntos contable-administrativos,
sino que también humanicen su forma de trabajo para que la empresa pueda cumplir su función social en el mundo
en el que nos movemos. Que deje de ser solo un ente mercantil para convertirse en un ámbito de trabajo y progreso
para los seres humanos que la integran.

La organización que se preocupa en utilizar el poder creador de sus empleados encontrará soluciones factibles a sus
problemas. Hallará nuevas y mejores maneras de llevar a cabo sus tareas. La productividad de la organización se verá
aumentada como resultado de ella.

Delegando Según El Nivel De Liderazgo


Uno de los errores más comunes que un entrenador puede cometer es juzgar mal el nivel de uno de sus jugadores. Si
el líder no trabaja con cada jugador de acuerdo al nivel en que se encuentra en su desarrollo, este no rendirá, no
triunfara ni se desarrollara. Según el consejero administrativo Ken Blanchard, todos los miembros del equipo están
en una de estas cuatro categorías relacionadas con el tipo de liderazgo que necesitan:
 Jugadores que necesitan dirección. Estos en realidad no saben que hacer o como hacerlo. Debes instruirlos
en cada paso del camino.
 Jugadores que necesitan entrenamiento. En algún momento un novato empieza a rendir más. Se vuelve mas
independiente pero aun cuenta con tu dirección y tu guía. Los dos tendrán que trabajar unidos.
 Jugadores que necesitan apoyo. En este nivel el jugador es capaz de trabajar sin tu dirección. Pero aun
requiere tu apoyo.
 Jugadores a quienes delegas tareas. En esta etapa le puedes dar una tarea al jugador y puedes estar seguro
de que la va a ejecutar. Lo único que este jugador necesita es tu guía. Proporciónale visión en extremo y
responsabilidad en el otro, y veras que el multiplica tus esfuerzas hacia el éxito.
En Liderazgo MVP estamos comprometidos con el líder cristiano por ese motivo decidimos incluir entre nuestras
publicaciones alugunos artículos de uno de los líderes más influyentes en Estados Unidos y America Latina , John C.
Maxwell. Lealos en la sección Artículos de John C. Maxwell

Como se desarrollan los equipos de trabajo


En el desarrollo de los equipos de trabajo se generan etapas de proceso de maduración que inicia con la
dependencia, continúa con la contradependencia, conduce a las personas a la independencia y las integra
finalmente, a través de la interdependencia.

Etapa de Dependencia
La primera etapa a emprender por los miembros del equipo es la aceptación de su vivencia de ser dependientes de
la autoridad formal, como lo manifiesta la denominación "dependencia jerárquica", utilizada tradicionalmente en las
organizaciones.

El estado de dependencia se caracteriza por la incertidumbre y la ansiedad de las personas ante el desconocimiento
de los objetivos y expectativas del líder formal, quien asume, por su investidura de poder, la organización y la
dirección de la vida del grupo.

El comportamiento del equipo se orienta a demandar instrucciones precisas de qué hacer, cómo realizarlo. Las
consecuencias de una situación así no se hace esperar, a saber: la falta de colaboración y la insatisfacción, que
inciden sobre la productividad. Si el líder formal tiene la sensibilidad necesaria para identificar los efectos negativos
que producirá este estado de cosas en los resultados de la institución, buscará un cambio, pero cuando no es así se
busca una persona externa que ayude al equipo e establecer sus temores.

Etapa de Contradependencia
Esta es la etapa del proceso de maduración que más apertura y disponibilidad requiere por parte de dirigentes y
supervisores, puesto que los miembros del grupo empezarán a manifestar no sólo sus opiniones con respecto al
trabajo, sino que expresarán sus estados de ánimo cada vez con más naturalidad y plantearán sus necesidades o
inconformidades con menor temor.

El líder deberá utilizar su habilidad para escuchar los puntos de vista de los demás, dialogar con ellos a fin de
clarificar las divergencias posibles y negociar los términos de un compromiso mayor, a partir de la distinción que
existe entre necesidades y deseos, tanto de la institución como de los individuos.

Esta etapa está caracterizada por contradicciones a través de las cuales el grupo busca su identidad y las raíces de su
compromiso con la institución. Así favorece la gestión del sentido de responsabilidad social.

Etapa de Independencia
El equipo se siente distendido y aparentemente cohesionado. Es síntoma de esta distensión una búsqueda típica de
la unanimidad o del consenso en la toma de decisiones, como si la expresión de un desacuerdo pusiese nuevamente
en tela de juicio el pacto básico de independencia.

En esta etapa los miembros del equipo se interrogan sobre las implicaciones de su integración.
Una vez más el equipo busca, en medio de la confusión y de opiniones opuestas, cuál es el nivel de participación
auténtica que permita a la vez cooperar y no perder la individualidad. Cuando esto es posible el equipo ha logrado
una comunicación más completa.

Etapa de Interdependencia
En esta etapa los miembros del equipo tiene clara conciencia de la capacidad de cada uno de los miembros y de sus
habilidades de que disponen, así como de la aceptación de sí mismo y de los demás con todas sus posibilidades y
limitaciones.

Dada su interdependencia, el equipo es capaz de hacerse cargo de sí mismo y expresar de este modo su autonomía.
Sabe evaluar su propio progreso, controlar su funcionamiento, regular las tensiones que surgen e intervenir
activamente para modificar la situación cuando ésta no es satisfactoria o productiva.

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