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Dialnet UnaIntroduccionALosSistemasExpertosEnLaEmpresa 786048 PDF
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EXPERTOS EN LA EMPRESA
Introducción
* Este artículo, en lo fundamental, es una sintesis de la parte segunda de mi tesis de licenciatura que, con el título
«Los sistemas expertos en el mundo empresarial. Especial consideración al entomo financiero», fue presentada en la
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Valladolid durante el curso académico 1990/91.
Agradezco muy sincerarnente a los directores de la misma, Dres. Luis F. de la Macorra y Valentín Azofra, el apoyo y estí-
mulo recibidos en su realización.
4
50 José María Fortuna Lindo
que los programas informáticos intentaban resolver problemas a los que eran aplica-
bles procesos algorítmicos, pero el ser humano, en el desemperio de sus actividades
habituales, no actŭa de esa manera.
Conocimiento y experiencia, características esenciales de toda persona experta,
convierten a éstas en escasas y muy demandadas por las organizaciones; sin embargo,
la condición de experto se adquiere sólo tras un largo proceso en el desemperio de la
actividad, por lo que nunca se dispone de ellos en n ŭmero suficiente.
Las investigaciones realizadas referidas a los procesos de razonamiento huma-
no y, en general, a la capacidad para desarrollar actividades que nos llevan a califi-
car al ser humano como inteligente, así como el interés despertado por emularlas en
un ordenador —fascinación, por otra parte, siempre presente en la corta historia de
la informática—, permitieron que tomara cuerpo un nuevo n ŭcleo de conocimiento
que se llamaría Inteligencia Artificial (IA). Dentro de esta disciplina, si alg ŭn
campo ha despuntado, tanto por sus desarrollos teóricos como por el nivel de apli-
caciones realizadas, es el de los programas informáticos que emulan el comporta-
miento de un experto humano en la resolución de problemas (Sistemas Expertos,
SS.EE .).
Los Sistemas Expertos, con el transcurso del tiempo, han supuesto la ayuda o la
automatización, de forma real y contrastada, de los más variados problemas de deci-
sión empresarial: selección de inversiones, reclutamiento del personal, diserio de
cadenas de distribución, transmisión de información relevante para la dirección, con-
cesión de créditos, planificación estratégica, etc.; destacando el entorno financiero
como uno de los campos con mayor n ŭmero de aplicaciones.
Se ha logrado informatizar la expertise —la experiencia, en el sentido de cuali-
dad de la persona con pericia—, consiguiendo un nivel de flexibilidad y fiabilidad
comparable al del mejor experto humano en el tema en cuestión, e incluso, superán-
dole a veces, ya que el ordenador no se encuentra sometido a las limitaciones que
presenta el experto (físicas, emotivas, de capacidad de atención, etc.).
Ariadir que la valía y necesidad de estos programas se incrementa al poder dis-
poner con ellos de conochniento experto en un ámbito geográfico mayor, de forma
duradera —salvada la obsolescencia del propio conocimiento-- y utilizable en el pro-
ceso de formación del personal novicio.
3. El programa debe tener carácter educativo. Con el uso del SE, personas no ini-
ciadas en este campo han de incrementar su propia experiencia en el mismo.
4. El sistema debe ser capaz de explicar al usuario su consejo, justificando sus
conclusiones.
5. El SE debe poder incorporar nuevo conochniento, y modificar y actualizar el
que posea en un momento determinado.
6. El SE debe poder manipular descripciones simbólicas y razonar sobre ellas
empleando la heurística, así como manipular datos erróneos, reglas de juicio
inciertas y contemplar simultáneamente m ŭltiples hipótesis competitivas.
En cuanto a los componentes de un sistema experto, al existir actualmente una
gran diversidad tanto en SS. EE. como en herramientas que hacen posible el desarrollo
de los mismos, como expresa Mishkoff (1988, págs. 62-65), no cabe encontrar lo que
podríamos denominar como un sistema experto «estándar»; si bien, se pueden sefialar
como componentes básicos que aparecen en la mayoría de los SS.EE ., cuatro funda-
mentales (Fernández Fernández, 1985, págs. 33-39; Fernández Femández, 1986, pág.
26; Gevarter, 1987, págs. 56-58; entre otros): Base de Conocimientos (BC), Base de
Hechos o Datos (BD), Sistema de Control e Inferencia (SCI) e Intetfaces.
En la base de conocimientos se recogen tanto el conocimiento declarativo
(mediante el que expresamos hechos, cualidades) como el procedimental (relativo a
cómo manejar el conocimiento declarativo).
La base de datos es el componente que se encarga de analizar los hechos que en
cada momento posee el sistema, referidos a la prueba concreta que esté en curso de
realización, es decir, los datos relativos al problema en cuestión.
El sistema de control e inferencia lleva a cabo dos tareas esenciales: por una
parte, examinar los hechos que se han cumplido y ver si permiten inferir nuevos
hechos —a partir del análisis de la BC—, que nos aproximen a la solución; y por
otra, decidir el orden en el que se ejecutan las inferencias y cómo se resuelven los
conflictos. Además, controlará la consulta del usuario a lo largo de todo el proceso.
Los interfaces permiten que el usuario, el diseñador u otros equipos intercam-
bien datos e información con el sistema, facultando responder a preguntas o mostrar
las líneas de razonamiento seguidas.
Se pueden clasificar en tres grupos las personas que se relacionan con un SE
durante el proceso de creación y posterior utilización del mismo (Fernández
Fernández, 1986, pág. 26): los expertos en el dominio de aplicación, que comunican
su conocimiento para construir el sistema; los ingenieros de conocimiento, que dise-
fian las estructuras de datos adecuadas para la representación del conocimiento y tra-
ducen a tales estructuras los conocimientos del experto; y los usuarios finales (exper-
tos o no), que dialogan con el SE para resolver problemas o para aprender.
La interrelación existente entre las funciones de ingeniero, experto y usuario, y
los componentes básicos de un sistema experto, se recoge en la Figura 1.
Por lo que respecta al proceso de desarrollo de un SE se puede dividir, siguien-
do a Harmon y King (1988, págs. 229-271) y Mishkoff (1988, págs. 67-75), en seis
fases o etapas principales4, como se recoge en el Cuadro 1.
4 Es de destacar la metodología propuesta por Carrillo (1987), cuyo resumen aparece en Pazos (1987b,
págs. 65-94), denominada Metodología IDEAL, acrónimo de: Identificación y selección de la aplicación,
Diseño y construcción del prototipo, Exploración de las distintas alternativas para el desarrollo e imple-
mentación del sistema experto completo, Actuación conforme a un plan para conseguir la integración del
sistema entre los ya existentes, y Lograr el mantenimiento del mismo en régimen de producción.
•
FASES CONTENIDOS
Identificación del problema (dominio y tarea)
Conceptualización
— Identificación de un dominio y de una tarea
—Bŭsqueda de los expertos
— Enfoque tentativo del problema
—Análisis coste-beneficio
— Preparación de un plan de desarrollo
Diseño y desarrollo de un sistema prototipo
—Aprendizaje sobre el problema en cuestión
— Especificación de los criterios de funcionamiento
—Selección de una herramienta/lenguaje
— Desarrollo del sistema prototipo
Implementación. Desarrollo del sistema completo
— Expansión de la base de conocimiento
—Ajuste del interface de usuario
—Control del funcionamiento del sistema
IV Prueba. Evaluación
V Integración del sistema
— Preparación de la transferencia de tecnología
—Conexión con otros equipos
VI Mantenimiento y Actualización
Herramienta
SISTEMA EXPERTO ING. CONOCIMIENTO
1
SCI „. Explicación
• • Descripción de y análisis
u nuevos datos
IU
• Consejo y BC Nuevos conocimientos
O explicación y modificación de la BC
decidir, planificar o predecir una situación concreta, son un claro objetivo para ser
afrontadas desde la perspectiva de SS.EE.
Por otra parte, no cabe pensar en el desarrollo de un solo SE que sea omnicom-
prensivo de todas las tareas de la empresa, aunque sí cabe —y es a lo que se está ten-
diendo en la actualidad—, desarrollar aplicaciones muy concretas referidas a campos
restringidos, y conectarlas entre sí por medio de llamadas a un SE central que act ŭa a
modo de coordinador-supervisor de todas las actividades. Esta política ha sido la segui-
da por la empresa Digital Equipment Corporation (DEC) —pionera en el desarrollo de
SS.EE.—, donde se han desarrollado o se están investigando sistemas para la fabrica-
ción, configuración, venta, reparación, etc. de sus equipos VAX-11 y PDP-115.
Como recoge el informe realizado por la consultora Auerbach (1989b, págs. 84-
85), los planteamientos estratégicos que puede seguir cualquier organización para
desarrollar con acierto la tecnología de SS.EE . se pueden concretar básicamente en
tres: a) observación, b) desarrollo y c) compra.
a) Observación
b) Desarrollo
5 Un análisis más completo de los SS.EE . desarrollados por DEC se encuentra en Rauch-Hindin (1989,
págs. 369-393).
56 José María Fortuna Lindo
Desde este planteamiento, podemos optar por tres políticas diferentes: 1) desa-
rrollo de un gran SE, 2) de pequerios SS.EE . o 3) una política mixta. El grado de
compromiso con la tecnología y el riesgo inherente a cada uno de los tres plantea-
mientos difieren sustancialmente.
3) POLMCA MIXTA
c) Compra
Una estrategia propia de organizaciones arriesgadas supone adquirir un SE, sien-
do ésta una solución muy eficaz cuando la empresa necesita un n ŭmero reducido de
éstos y no son excesivamente complejos.
Esta opción sólo ha sido posible a partir de mediados de la década de los ochen-
ta, que es cuando empieza a desarrollarse el mercado de Ingeniería del
Conocimiento6.
Las cuatro posibles alternativas a seguir son:
1) Encargar el desarrollo a un fabricante externo. Sólo con el reciente crecimien-
to del mercado de ingeniería del conocimiento esto ha sido posible, pues las pocas
empresas que estaban capacitadas para desarrollar SS.EE . tenían grandes carteras de
proyectos pendientes, que se iban incrementando considerablemente con el transcurso
del tiempo. Recientemente han aparecido en el mercado numerosas empresas de ser-
vicios de SS.EE., entre las que destacan las grandes casas auditoras internacionales,
viéndose impulsado también el mercado por una caída considerable en el precio del
producto.
La empresa, al contratar con un fabricante exterior, debe asegurarse de que: (1)
tiene experiencia en la implantación de SS.EE ., en general, y en el entorno particular
que requiere la aplicación concreta; (2) nos prestará apoyo y asesoramiento tras el
desarrollo, y (3) dispondrá de un servicio de mantenimiento para posibles actualiza-
ciones o modificaciones del sistema.
2) Adquirir un sistema que esté fuera del entorno de conocimiento de nuestro
problema particular, es decir, una herramienta de desarrollo de propósito general,
siendo ésta una de las áreas en las que se ha producido una mayor expansión desde
mediados de los ochenta, y que presenta mayores expectativas de futuro; si bien, en
este caso habremos de introducir todo el conocimiento experto en el sistema.
3) Adquirir un SE de usuario final, diseriado por una empresa para un campo de
aplicación concreto, lo que supone no tener que partir desde cero a la hora de desarro-
llar la base de conocimientos, sino que hay que incrementar la poseída previamente
por el sistema con las particularidades de nuestra empresa.
4) Cabe, por ŭltimo, comprar un SE totalmente diseñado. Esta estrategia podría
presentar como ventaja el rápido retorno de la inversión, si bien se podrían serialar los
siguientes inconvenientes (Chip, 1988, págs. 58-59): (1) en muy contadas ocasiones
un SE desarrollado por una empresa se adapta a las necesidades de otro usuario, (2)
supondrá una renuncia a nuestro propio know-how, y (3) establecerá una dependencia
muy fuerte de terceros.
6 La Ingeniería del Conocimiento se ocupa del estudio de la captación, representación y manejo del
conocimiento. El ingeniero del conocimiento es el experto en IA que posee el arte* de desarrollar SS.EE .
(Mishkoff, 1988, pág.67).
58 José María Fortuna Lindo
9 Estudio de mercado realizado por OVUM Ltd. Un comentario del mismo se recoge en Data
Processing (1986, pág. 438).
60 José María Fortuna Lindo
Dentro de Europa, y como recoge Jones (1986, págs. 115-116), el Reino Unido
desemperia un papel muy importante tanto en volumen de ventas como en el n ŭmero
de aplicaciones desarrolladas.
A nivel europeo, cabe serialar la importancia que tienen los programas de la
CEE en distintas áreas, como son el EUREKA, BRITE y ESPRIT. La CEE se ha ocu-
pado de la IA como tecnología aplicada a otros campos de investigación, es decir,
dentro de otros programas, pero no la ha contemplado de forma independientelo.
Otra novedad es la existencia de Clubes comunitarios de SS.EE . en los que un
grupo de empresas con interés en esta tecnología, se une a otra empresa con experien-
cia en IA o a una universidad, con el fin de desarrollar conjuntamente un sistema
experto (Oakley, 1987, págs. 125-127).
Otro proyecto muy interesante es el Programa Alvey de investigación precompe-
titiva en el Reino Unido, que se inició en el ario 1983 y suponía un importante esfuer-
zo de cooperación entre la universidad y la empresa. En el ario 1987 contaba con 200
proyectos industriales en los que solían intervenir dos o tres empresas con uno o dos
grupos de investigación teórica. Dentro del Programa hay una parte denominada
Intelligent Knowledge Based Systems (I.K.B.S.) en la que se están desarrollando más
de una veintena de SS.EE . (Oalcley, 1987, págs. 125-127).
Situación en España
d) El tamario medio del sistema fue de 175 y 750 reglas para el prototipo y el
sistema completo, respectivamente.
e) El nivel de satisfacción del usuario fue medio o alto en un 78% de los casos y
los resultados que se esperaban conseguir con el SE eran mejoras en: el aprendizaje
de la propia tecnología, el servicio al cliente, la productividad de la empresa; y con
menor importancia, incrementar su rentabilidad. La actitud de la dirección fue entu-
siasta o expectante en un 88% de los casos.
f) En relación con las tendencias para el futuro, existe un interés latente en el
96% de las empresas que no tenían proyectos en curso, previendo el 71% abordarlos
en un período máximo de dos años, aunque en un elevado porcentaje ya habían
comenzado a estudiarlos, siendo responsable el departamento de informática (75%).
Los campos de aplicación identificados fueron fundamentalmente, y por este
orden, producción, créditos/préstamos, comercial y financiero, riesgos y seguridad,
mantenimiento y otros —campos que se asemejan a los de otros países occidenta-
les—; para lo cual utilizan como criterios de selección, en primer lugar, la obtención
de resultados prácticos, y en menor medida, la rentabilidad o la formación obtenida.
La tendencia en relación a con quién se abordará el proyecto, se dirige hacia la
formación de personal propio y/o subcontratar personal extemo.
Quizás se haya llegado a esta situación en España al conseguir salvar, en parte al
menos, los escollos que condicionaban en el pasado el desarrollo de los SS.EE ., como
eran la falta de atención hacia la IA en el Plan Electrónico e Informático Nacional
(PEIN) —situación que en parte se ha corregido en el PEEN-II—, en las instituciones
académicas —pues hasta hace muy pocos años la enseñanza de IA sólo se impartía en un
reducido nŭmero de centros universitarios—, falta de atención también por parte de la
sociedad en general —dado su gran desconocimiento de los temas de IA—, o la carencia
de profesionales adecuados y de la iniciativa privada (Valle, et al., 1984, pág. 66).
Sin embargo, el panorama actual ha cambiado considerablemente. Esparia cuen-
ta con centros universitarios de gran prestigio a nivel intemacional y una preocupa-
ción empresarial, académica y social cada vez mayor por estos temas, siendo buena
prueba de ello que selan desarrollado numerosos sistemas expertos en Esparia.
62 José María Fortuna Lindo
Recientemente, Galán (1990, pág. 124) expresaba que «en la actualidad se puede
hablar de unos 200 sistemas expertos, en una u otra fase, funcionando en Esparia»,
serialando que las empresas tienen en mente comprar o diseñar sistemas, aumentando
también el nŭmero de centros en los que se desarrollan S.B.C.
La situación actual ha venido condicionada, tanto por las instituciones dedicadas
a la investigación en IA, como por las empresas privadas espariolas que adquieren un
mayor compromiso con esta tecnología. También tuvo cierta importancia el naci-
miento de la primera asociación espariola relacionada con estos temas, la AEPIA
(Asociación Espariola para la Inteligencia Artificial) en el ario 1984.
Gran parte de los desarrollos de SS.EE . en Esparia se realizaban, hasta hace muy
poco tiempo, tan sólo en centros universitarios, pues sólo en ellos se disponía de los
conocimientos y de la tecnología necesarios para afrontar proyectos de aplicación real.
Entre las instituciones que en Esparia se dedican a la investigación en SS.EE .
cabe destacar:
— Centros universitarios, como el Laboratorio de IA en la Facultad de
Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro de Cálculo de la
Universidad Complutense de Madrid, el Centro de Estudios Avanzados de Blanes
(dependiente del C.S.I.C.), las Facultades de Informática de San Sebastián,
Barcelona, ..., la División de Ingeniería de Sistemas y Automática (DISAM) de la
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de
Madrid, etc.
— Instituciones semip ŭblicas, como ERIA perteneciente al INI) o FUNDESCO.
— La investigación desarrollada por empresas privadas, como el Centro
Europeo de IA que Unisys ha emplazado en Esparia, en el cual se han desarrollado
diversos proyectos de SE, y el Centro de Investigación en IA de Rank Xerox, también
enclavado en nuestro país, y que ha tenido un especial protagonismo en el patrocinio
y organización de reuniones internacionales de IA al más alto nivel, además de reali-
zar diversos SS.EE . También mencionar la Unidad de Investigación y Desarrollo en
IA (IDEIA) creada por Iberduero y Labein, para la realización de diversos proyectos.
— En relación a la iniciativa privada, grandes empresas fabriles, eléctricas, finan-
cieras y de comunicaciones —Unión-Eléctrica Fenosa, RENFE, Telefónica, BBV,
Banco de Santander, Caixa de Cataluria, ...— han realizado SS.EE . dentro de sus orga-
nizaciones.
En la actualidad, dentro de este panorama general, un hecho más a resaltar es la
creación en julio de 1989 del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), instituto
universitario para investigación en el área de ingeniería del conocimiento, integrado
por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y entidades privadas (Banesto,
Banco Hispano Americano, Iberia, IBM Esparia, Informática El Corte Inglés,
Instituto Nacional de Hidrocarburos, RENFE, Tabacalera y Unión-Eléctrica Fenosa).
El IIC tiene su origen en la colaboración que desde hacía alg ŭn tiempo mantenían
IBM Esparia y la UAM, si bien en la actualidad se tienen miras mucho mayores, pues
cada entidad aporta dos personas dedicadas por completo al instituto, con lo que se
están abordando diversos proyectos de investigación básica y aplicada que empezarán
a dar sus frutos a finales de 1990.
En cuanto a la comercialización en España de programas de ayuda al desarrollo
de SS.EE. (shells), o de lenguajes especialmente diseriados para IA, García Figuerola
(1989, págs. 260-263) recoge cómo se están comercializando en Esparia diversas ver-
siones de Lisp y Prolog (Micro-Prolog y Turbo-Prolog), así como las herramientas:
Una introducción a los sistemas experws en la empresa 63
Personal Consultant, P.C. Easy, M.1, Intelligence Service, Experteach, Guni, Exsys,
NExpert, entre otras, lo que ha contribuido en gran medida al incremento en el n ŭme-
ro de proyectos de SS.EE., y fundamentalmente, a la realización de proyectos dentro
de las empresas.
Por otra parte, ŭltimamente empiezan a aparecer en el panorama informático
nacional empresas pequeñas muy especializadas en la tecnología de IA, dedicadas a
prestar asesoramiento y a la realización de proyectos «llave en mano», aportando
tanto la herramienta o lenguaje de desarrollo, como los ingenieros de conocimiento.
V. Conclusiones
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