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El Poder Judicial es uno de los tres pilares que sostienen el estado

democrático de derecho de nuestro país, junto al Poder Ejecutivo y el


Legislativo. Está conformado por tribunales de diversa competencia –civil,
penal, laboral y familia- y su labor está destinada a otorgar a las personas
una justicia oportuna y de calidad.
Su trabajo está enfocado a generar confianza entre los ciudadanos,
fortaleciendo la democracia y contribuyendo a la paz social. Para ello,
cumple su función de administrar justicia de manera honesta, confiable y
eficiente, bajo el concepto de servicio de calidad a las personas, donde
priman el respeto, la no discriminación y el más amplio acceso a la justicia.
A la cabeza del Poder Judicial se encuentra la Corte Suprema y bajo ella se
sitúan 17 Cortes de Apelaciones, ubicadas en las distintas regiones del país.
De estas últimas dependen 465 tribunales de primera instancia, distribuidos
en todo el territorio nacional.
De acuerdo al artículo 76 de la Constitución Política de la República, "La
facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de
hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales
establecidos por la ley. Ni el Presidente de la República ni el Congreso
pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas
pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o
hacer revivir procesos fenecidos", norma de la mayor jerarquía de nuestro
ordenamiento que consagra el principio de independencia de la función
jurisdiccional, lo que asegura la imparcialidad en la labor de impartir justicia.
Dicho principio de independencia en la función del juez es, además,
recíproco frente a los restantes entes estatales, pues al Poder Judicial le
está vedado mezclarse, a su turno, en las atribuciones de otros poderes
públicos, tal como lo prescribe expresamente el artículo 4° del Código
Orgánico de Tribunales, garantizando el principio de separación de
funciones que basa nuestro ordenamiento constitucional. Junto a la
cobertura del principio de independencia, los tribunales ordinarios de
justicia y los especiales que integran el Poder Judicial están dotados de la
potestad de imperio para hacer cumplir sus resoluciones, facultad que
consagra expresamente el citado artículo 76 de la Carta Fundamental, al
disponer que para hacer ejecutar sus resoluciones y practicar o hacer
practicar los actos de instrucción que determine la ley, aquéllos podrán
impartir órdenes directas a la fuerza pública o ejercer los medios de acción
conducentes de que dispusieren. De esta forma, nuestro ordenamiento
constitucional y legal asegura la independencia del Poder Judicial tanto en
las resoluciones que adopte en el seno del proceso judicial contencioso o no
contencioso, como en la fase de ejecución de tales resoluciones, lo que dota
no sólo de autonomía a las decisiones que en ejercicio de su función adopte,
sino también de su debida eficacia.
Estructura del Poder Judicial

¿Qué es el Ministerio Público?


Rango Constitucional del Ministerio Público
(Art. 266 de la Constitución Nacional)
“El Ministerio Público representa a la sociedad ante los órganos
jurisdiccionales del Estado, gozando de autonomía funcional y
administrativa en el cumplimiento de sus deberes y atribuciones. Lo ejercen
el Fiscal General del Estado y los agentes fiscales, en la forma determinada
por la ley”.
Ministerio Público
(Ley N.° 1562/00, Orgánica del Ministerio Público, Título 1, Art. 1)
“El Ministerio Público es un órgano con autonomía funcional y
administrativa, que representa a la sociedad ante los órganos
jurisdiccionales para velar por el respeto de los derechos y de las garantías
constitucionales; promover la acción penal pública en defensa del
patrimonio público y social, del medio ambiente y de otros intereses difusos
y de los derechos de los pueblos indígenas, y ejercer la acción penal en los
casos en que para iniciarla o proseguirla no fuese necesaria instancia de
parte”.

Deberes y Atribuciones
(Art. 268 de la Constitución Nacional)
Son deberes y atribuciones del Ministerio Público:
 Velar por el respeto de los derechos y de las garantías
constitucionales;
 Promover la acción penal pública para defender el patrimonio público
y social, el medio ambiente y otros intereses difusos, así como los
derechos de los pueblos indígenas.
 Ejercer acción penal en los casos en que, para iniciarla o proseguirla,
no fuese necesaria instancia de parte, sin perjuicio de que el juez o
tribunal proceda de oficio, cuando lo determine la ley.
 Recabar información de los funcionarios públicos para el mejor
cumplimiento de sus funciones, y
 Los demás deberes y atribuciones que fije la ley.

El Ministerio Público según el Código Procesal Penal


(Art. 52 del C.P.P.)
“Corresponde al Ministerio Público, por medio de los agentes fiscales,
funcionarios designados y de sus órganos auxiliares dirigir la investigación
de los hechos punibles y promover la acción penal pública. Con este
propósito realizará todos los actos necesarios para preparar la acusación y
participar en el procedimiento, conforme a las disposiciones previstas en
este Código y en su ley orgánica.
Tendrá a su cargo la dirección funcional y el control de los funcionarios y de
las reparticiones de la Policía Nacional, en tanto se los asigne a la
investigación de determinados hechos punibles”.
La Administración de Justicia y el Poder Judicial.
La función judicial ofrece en España dos vertientes que conviene analizar
por separado: el servicio público de la Administración de Justicia y la
actividad constitucional que se conoce con el nombre de Poder Judicial.
Para analizar la situación actual que se ha ido formando a partir de la
Constitución de 1978 se analizan en este trabajo los tres «frentes» en que
tienen los jueces que luchar para lograr un funcionamiento correcto: el
corporativo, el servicio público y el constitucional. Las presiones
corporativas, que en su tiempo fueron una plaga de la Justicia española, han
disminuido sensiblemente, aunque no hayan llegado a desaparecer del todo.
El servicio público de la Administración de Justicia presenta carencias y
deficiencias muy graves, que los sucesivos gobiernos democráticos han
intentado corregir con buenas intenciones, aunque hasta ahora con escasa
fortuna. Por lo que se refiere al Poder Judicial, la situación es desoladora
porque en este frente los gobiernos han pretendido desmantelarlo de forma
deliberada y lo han conseguido plenamente. En definitiva, el balance general
es muy negativo y así lo está percibiendo de forma inequívoca la opinión
pública. La situación no sólo no se arregla, sino que va a peor.
¿Qué es el debido proceso?
El debido proceso es un derecho fundamental de inmediato cumplimiento
consagrado en el artículo 29 de la Constitución Política de Colombia: “El
debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas.
Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se
le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud
de las formas propias de cada juicio.
En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se
aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable.
Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado
judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la
asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la
investigación y el juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones
injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su
contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces
por el mismo hecho.
Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido
proceso.”
También está consagrado en instrumentos internacionales ratificados por
Colombia como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y en la
Convención Americana sobre Derechos.
¿Qué compone el debido proceso en materia judicial?
El debido proceso dentro del ámbito judicial tiene a su vez unos principios
como son:
 El principio de legalidad: puesto que una persona solo podrá ser
juzgada por leyes que existan al momento de haber cometido el hecho
punible.
 El principio del Juez natural: Donde solamente un juez que tenga
jurisdicción y competencia podrá conocer del caso y dar un fallo y
siempre teniendo en cuenta todas las formas establecidas por la ley
en cada proceso.
 El principio de favorabilidad: Donde en materia penal, una persona
podrá acceder a beneficios que otorgue una ley posterior a su
condena, más nunca podrá recibir un castigo mayor por una ley
posterior.
 La presunción de inocencia: Donde se guarda la honra y el buen
nombre de las personas durante las actuaciones judiciales, pues hasta
que no haya una sentencia condenatoria, se presumirá inocente.
 El derecho de defensa: Todas las personas, sin restricción alguna,
tiene derecho a defenderse en un proceso, por un abogado escogido
por él, o por un abogado de oficio, si no puede pagarlo. Dentro del
proceso también podrá controvertir y aportar pruebas, apelar e
interponer recursos.
 Non bis in ídem: Cosa juzgada, es decir, nadie podrá ser juzgado dos
veces por el mismo hecho.

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