Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MANABÍ
FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS
Y ECONÓMICAS
ESCUELA INGENIERÍA CIVIL
INTEGRANTES:
ZAMBRANO INTRIAGO ARIANA JANETH
CHAVEZ BAILON MARIA TERESA
PINTO DEMERA ROSA STHEFANIA
VELEZ PEÑAFIEL FELIZ ANDRES
ALAVA ALAVA JOSE LEONEL
ASIGNATURA:
CURSO:
Octavo “D”
FECHA:
05 de Julio de 2019
DOCENTE:
PERIODO:
Abril 2019 - Agosto 2019
LA TOMA DE DECISIONES
Para el ser humano, la toma de decisiones es uno de los actos de mayor trascendencia,
esto se debe a que elegir hacer algo que pudiera traer consecuencias desfavorables genera
conflicto y dudas. Hay que tener en cuenta que la toma de decisiones se hace basada en
las experiencias previas, además cada persona tiene una manera de afrontar la resolución
de problemas, de acuerdo a sus conocimientos e historia.
La toma de decisiones es una capacidad netamente humana, deriva del poder de la razón
y el poder de la voluntad, es decir, pensamiento y querer unidos en la misma dirección.
Tomar la decisión correcta es una de las metas de quienes practican la gerencia, para ello
deben contar con ciertos conocimientos, una amplia experiencia en el tema y seguridad.
Importancia de la toma de decisiones
Constituye un aspecto primordial de la alta gerencia, un buen gerente es aquel que maneja
adecuadamente la responsabilidad de tomar decisiones acertadas, ya que diariamente
toman grandes decisiones que suponen riesgos para las organizaciones.
Decidir implica adoptar una posición y la elección de un camino a seguir, el cual requiere
información interna y externa de la organización.
Una decisión acertada tomada bajo un buen procedimiento nos ahorrara tiempo,
esfuerzo, energía y dinero. Debido al avance tecnológico y la competencia, los gerentes
una organización con un óptimo crecimiento y desarrollo.
Tipos De Decisiones.
Efectos futuros: Tiene que ver con la medida en que los compromisos
relacionados con la decisión afectaran el futuro. Una decisión que tiene una
influencia a largo plazo, puede ser considerada una decisión de alto nivel, mientras
que una decisión con efectos a corto plazo puede ser tomada a un nivel muy
inferior.
Reversibilidad: Se refiere a la velocidad con que una decisión puede revertirse y
la dificultad que implica hacer este cambio. Si revertir es difícil, se recomienda
tomar la decisión a un nivel alto, pero si revertir es fácil se requiere tomar la
decisión a un nivel bajo.
Impacto: Esta característica se refiere a la medida en que otras áreas o actividades
se ven afectadas. Si el impacto es extensivo es indicado tomar la decisión a un
nivel alto, un impacto único se asocia con una decisión tomada un nivel bajo.
Calidad: Este factor se refiere a las relaciones laborales, valores éticos,
consideraciones legales, principios básicos de conducta, imagen de la compañía,
etc. Si muchos de estos factores están involucrados se requiere tomar la decisión
a un nivel alto, si solo algunos factores son relevantes se recomienda tomar la
decisión a un nivel bajo.
Periodicidad: Este elemento responde a la pregunta de si una decisión se toma
frecuente o excepcionalmente: Una decisión excepcional es una decisión de alto
nivel, mientras que una decisión que se toma frecuentemente es una decisión de
nivel bajo.
Estructura: Este determina si la decisión está programada, generalmente las
decisiones programadas están definidas y requieren poco análisis, son de corto
plazo, muy reversible y su complejidad es menor, mientras que las decisiones no
programadas son aleatorias, requieren de mayor análisis y son de largo plazo,
irreversibles y más complejas.
Para tomar una decisión es necesario disponer de toda la información posible sobre cada
una de las alternativas entre las que es posible escoger y las consecuencias que cada una
podría conllevar respecto a los objetivos marcados.
El proceso de seleccionar entre las diferentes alternativas para llevar a cabo acciones
relacionadas con cualquiera de las funciones administrativas puede segmentarse en ocho
etapas:
1. La identificación de un problema: el primer
paso del proceso de toma de decisiones es
haber detectado que hay una diferencia entre
el estado actual de la situación y el estado
deseado.
Por ejemplo, los directivos de una pizzería podrían tener el objetivo de incrementar las
ventas y deciden implementar una estrategia para ofrecer precios más bajos en algunos
productos durante las horas libres para atraer a más clientes. Después de un mes de llevar
a cabo la nueva estrategia, los gerentes pueden observar los datos de ventas para el mes y
evaluar si la estrategia resultó en el aumento de ventas y luego optar por mantener el
esquema del nuevo precio o modificar su estrategia.
Los competidores son considerados por la mayoría de las empresas como una amenaza.
La atención se centra en cómo una empresa puede lograr una participación contra ellos y
cómo su entrada puede ser evitada por principio.
Los competidores, siguen esta línea de pensamiento, son el enemigo y deben ser
eliminados. Más participación en el mercado normalmente se ve mejor que menos, un
punto de vista reforzado por los adherentes de la curva de experiencia.
Aunque los competidores pueden ser en realidad amenazas, los competi-dores correctos
pueden reforzar en lugar de debilitar la posición competitiva de la empresa en muchos
sectores industriales. Los "buenos" competidores pueden servir a una variedad de
propósitos estratégicos que aumentan la ventaja competitiva sostenible de una empresa y
mejoran la estructura de sus sec-tores industriales.
De acuerdo con esto, es con frecuencia deseable para una empresa tener uno o más
"buenos" competidores, y aun deliberadamente olvidar la participación en el mercado en
lugar de tratar de aumentarla. Más participación en el mercado puede con frecuencia ser
peor que menos.
Al mismo tiempo, una empresa debe concentrar sus esfuerzos en atacar a los "malos"
competidores mientras mantiene una posición relativa frente a los buenos. Estos
principios se aplican a los líderes de mercado y a los seguidores por igual.
La competencia directa
Los aspectos sobre los que podría ser factible el desarrollo de estrategias de diferenciación
pueden ser:
Una mejor calidad del producto / servicio percibida por el cliente.
Mejoras en los plazos de entrega.
Un servicio post-venta más eficiente y apreciado por el cliente.
Una documentación técnica adecuada.
La estrategia de diferenciación suele ser la única que está al alcance de las pequeñas
empresas y a su análisis y desarrollo deben dedicar los mayores esfuerzos.
Grado de rivalidad
La rivalidad se presenta porque uno o más de los competidores sienten la presión o ven
la oportunidad de mejorar su posición. Estas guerras de precios, sin embargo, terminan
por desfavorecer a todos los componentes del mercado ya que, con el objetivo de expulsar
a los competidores del mercado, se reducen los márgenes comerciales hasta límites en
que la actividad deja de ser rentable.