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ETAPAS DEL DIBUJO INFANTIL...

...A TRAVÉS DE DIBUJOS DE MI HERMANO


Por: Marta Marín Chicharro
Introducción
Pretendo hacer un recorrido por las distintas etapas del desarrollo
infantil y los rasgos propios del dibujo de los niños a partir de algunos
dibujos de mi hermano, Jonathan, de siete años de edad.

He intentado clasificar estos dibujos de acuerdo con los rasgos de cada


una de las etapas y el orden cronológico en el que fueron realizados. Sin
embargo, se trata de una clasificación intuitiva y las etapas no son fijas
y segmentarias. Además, algunos dibujos corresponden a una fase
intermedia, por lo que podrían englobarse en dos etapas a la vez.

Por otro lado, la edad en la que se vive una fase de este proceso de
desarrollo del dibujo depende de numerosos factores, por lo que será
distinto en cada niño. Por lo tanto, no me he centrado tanto en la edad
sino en ese proceso de desarrollo.
La etapa del garabateo:
El niño comienza a realizar los primeros garabatos, que tienen una
función fisiológica muy marcada.

Al principio, son garabatos desordenados.

Poco a poco, el niño va adquiriendo el control sobre los trazados, lo que


refleja la coordinación entre el desarrollo visual y motor.

A partir de ahí, surgirán ciertas figuras conocidas como "seres


redondos". En muchos casos se repetirá la misma figura una y otra vez
para afianzar el contro gráfico.

El garabateo es una actividad muy sana, y para el niño el control que va


adquiriendo es una gran fuente de satisfacción.
En este dibujo se aprecia la repetición de los "seres redondos" y la
función del dibujo de afianzar el control del trazado de acuerdo a la
coordinación mano-ojo. Pero de entre los garabatos también aparece
alguna cabeza por ahí danzando...
Como se ve, no hay todavía interés por el color.
Van apareciendo ya nuevos esquemas de trazado no repetitivos, que
muestran un desarrollo adecuado respecto a la auto-confianza. En el
caso de otros cuyos garabatos muestran movimientos estereotipados y
repetitivos, se apreciaría una falta de confianza. Estos garabatos
evolucionarán hasta dar lugar a formas reconocibles.
Etapa preesquemática

Los movimientos circulares y longitudinales evolucionan hacia formas


reconocibles: brazos, ojos, manos...

Van surgiendo representaciones de carácter esquemático.

El niño está aprendiendo a representar las cosas, a expresar. Pero no


necesita que le enseñen a dibujar. Este don aparece de una manera
natural, así como otros aspectos del desarrollo, como el lenguaje.
En este dibujo vemos como los garabatos dan lugar a una figura
concreta, en este caso la de una casa.
Aparece la figura del sol, la de la casa, la del árbol, a partir de formas
circulares y longitudinales. Se repiten los círculos de la etapa anterior, y
otras siluetas geométricas sin valor representativo. Las figuras se
yuxtaponen en el espacio. Y aparecen ya otros rasgos característicos del
dibujo infantil: se utiliza el límite inferior del papel como linea de
base, se ve cierto abatimiento en el camino que lleva a la casa.
Vemos que el niño experimenta con las formas y con los colores. Aquí ya
el color capta la atención del niño, pero no para plasmar los verdaderos
colores de la realidad, sino que probablemente los escoge por su valor
estético y/o emocional.
En esta etapa es muy
común que el niño se
dibuje a sí mismo,
pues una de los rasgos
carcterísticos de este
estadío del desarrollo
es el egocentrismo.

La representación del cuerpo humano, en general, es muy frecuente en


este momento, y, por lo general, en todos los niños sigue un esquema
similar al que se muestra en el dibujo. Los brazos se colocan de manera
perpendicular al cuerpo. Y el tamaño tiene una relación bastante
estrecha con la importancia. Así, vemos que el niño está contento por lo
grandes que dibuja las manos para expresar alegría. También vemos el
principio de aplicación múltiple: el mismo esquema para el sol lo utiliza
para las manos, y probablemente también para dibujar una flor.
Aquí Jonathan se dibuja junto a su padre. El gran tamaño de la mano
parece tener un significado de cuidado y protección. Además, pareciera
que dibuja al padre también como un apoyo fundamental, pues el nño
solo tiene una pierna y en cambio el padre tiene una pierna
excesivamente larga que extiende de tal forma que el niño se apoya sobre
ella. También vemos el principio de aislamiento, pues parece que están
agarrados de las manos pero estas están dibujadas aisladamente.
En este último dibujo es evidente que el niño va construyendo una serie
de símbolos propios para representar la realidad. Apenas podemos
descubrir a la izquierda la forma de una casa sin paredes en cuyo
interior hay una persona. Se trata de una representación en rayos X,
muy frecuente en los dibujos infantiles.
La etapa esquemática

En esta etapa el niño obtiene el concepto de la forma. Comienza con la


etapa escolar, aproximadamente a partir de los seis o siete años.

En el proceso de pensamiento que implica en este momento la


expresión estética, el niño utiliza las imágenes mentales que tiene de los
objetos que le rodean. Sus dibujos son así una muestra de la
información que recibe, y de la forma en que la interpreta y comprende.

En este periodo los dibujos de los niños alcanzan su máxima


expresividad y profundidad en contenidos y significados en base a la
simbología que utilizan.
Nótese la comparación del gusano con el tren. No solo aparece el
principio de aplicación múltiple, sino que se hace esta comparación de
una manera muy perspicaz, que requiere un desarrollo cognitivo ya más
avanzado.
En este otro dibujo aparecen
una serie de representaciones
con gran carga simbólica,
aglomeradas las unas junto a
las otras. El niño está probando
a representar los distintos
conceptos que ha ido formando
a través del contacto con la
realidad.
La casa, una figura muy recurrente en esta etapa. En este caso aparecen
tres, lo que según algunos autores significa estabilidad emocional.
Además, el colorido de las casa connota un estado de ánimo alegre. Y,
en todo caso, la casa es un elemento muy importante como símbolo de
protección e intimidad.
De nuevo, la casa. Pero en este caso se trata de una casa colorida y llena
de ventanas, junto a un cielo soleado y resplandeciente. Sin duda,
Jonathan es un niño feliz y alegre, pues ya he mencionado que la casa es
un elemento fundamental en relación con los aspectos psicológicos del
desarrollo del niño.
Y aquí vemos el esquema o símbolo con el que Jonathan representa al
pez. El dibujo tiene un gran valor expresivo.
Se nota que Jonathan está aprendiendo a escribir... Es también muy
interesante la manera en que representa estos animales: el murciélago,
el tiburón y la serpiente. En el caso del murciélago, vemos el principio
de forma ejemplar: cada forma o elemento de la figura es representada
en la posición que da más información.
Y la sencillez de este dibujo no implica falta de elaboración. Al contrario,
detrás de esta representación hay un gran esfuerzo por plasmar el
concepto.
Esta vez Jonathan afirma que dibujó lo personajes inventados del cómic
que después iba a dibujar. El proceso de imaginar criaturas fantásticas
es un peldaño más en el desarrollo cognitivo, y muestra gran
imaginación y creatividad, capacidades impulsadas por el dibujo, al
igual que las cognitivas.
En esta otra imagen Jonathan representa su pokemon favorito. Es muy
interesante la manera en que dibuja esa cápsula circular en la que está
encerrado su juguete. Es evidente el esquematismo de la figura.
Además, se trata de un dibujo en rayos X.
Otro de sus juguetes
monstruosos que dibuja de
una manera tan singular. Solo
dibuja la mano que el
monstruo alza para atacar con
sus grandes garras. Aquí ya
no solo se emplea el tamaño
en relación con la
importancia sino que incluso
se excluyen los elementos
poco importantes respecto a
ese que se destaca.
Este dibujo también es muy interesante en relación con la
representación esquemática. Fijaos en la froma de los pies del payaso y
las pezuñas del mostruo.
En el desarrollo del dibujo también se ve que las formas estereotipadas,
como la de la casa o el árbol, son sustituidas por otras a gusto del niño.
Esto también tiene mucho que ver con el desarrollo de la autonomía.
n este dibujo Jonathan
E
recoge las imágenes del
videojuego de Mario Bross y
construye todo un mundo
fantástico semejante al del
videojuego. Ya aparece la
linea de base que separa el
suelo del horizone. El pájaro
se representa con
abatimiento. Ya aparecen
bocadillos y el dibujo se
convierte en narración.
Las formas son también esquemáticas pero el dibujo tiene una
profundidad de contenido mucho mayor. En esta lámina el dibujo
también se conviete en narración, y vemos la gran imaginación del
niño, que inventa el mismo la historia que tiene en su cabeza cuando lo
hace.
Este dibujo es muy parecido al anterior, con la singularidad de la
disposición vertical de la linea que separa las dos zonas, y la aparición
de un castillo en mitad de la escena. Aquí vemos también un desarrollo
en la representación de la figura humana.
La etapa realista
Se trata de la etapa de la pandilla, en la que es fundamental la
socialización. Por esto mismo los dibujos ya no tienen la misma
espontaneidad, hay mucha influencia del entorno. El niño se
siente obligado a dibujar bien de acuerdo con unos estereotipos
prefijados. Si ve que lo hace mal incluso llega un momento en
que deja de dibujar.

Los estereotipos de la cultura visual que predominan en el


entorno del niño tienen un papel muy importante en esta fase,
hasta tal punto que a veces niñas morenas se dibujan rubias, y
los niños se dibujan como sus héroes favoritos. Los dibujos
animados tienen una influencia muy grande en la cultura visual
y estética infantil.
Jonathan aún tienen siete años, pero su fascinación por los Pokemon le
ha impulsado a abandonar la espontaneidad, creatividad y valor
expresivo de su manera particular de dibujar, por las representaciones
esteoritadas de los personajes de la serie de dibujos animados.
Se divierte mucho elaborando este tipo de dibujos. Para ello, pone junto
al papel el cromo del Pokemon que va a dibujar y lo copia con toda la
meticulosidad con la que es capaz.
Jonathan es un niño muy imaginativo y creativo. Últimamente sus
dibujos no son tan personales. Sin embargo, lo pasa muy bien
copiando las imágenes de sus cromos de Pokemon, y esta tarea le
ayuda a desarrollar las habilidades plásticas.

Pero es importante que la actitud de los adultos no le haga abandonar


sus dibujos espontáneos por los realistas debido a la mayor
aprovación o sorpresa que recibe a veces como reacción adulta. Si
bien los dibujos realistas muestran un gran trabajo de concentración
y precisión, creo que es mucho más valioso en todos los sentidos que
el niño haga un dibujo de una manera muy personal con la técnica
que sea y los resultados que sean.

Nuestra reacción como docentes puede tener grandes influencias,


tanto negativos como positivas, en el desarrollo del niño.
BIBLIOGRAFÍA:

Eduardo Marín: Didáctica de la Educación Artística.

Lowenfeld, V.: Desarrollo de la capacidad creadora

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