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ESTUDIO PANORÁMICO DE LA BIBLIA

E
A
C
S
L
T
E

ECLESIASTÉS S
E

S
I

Un estudio de los 39 libros del


Antiguo Testamento y 27 libros del
Nuevo Testamento en 66 semanas
LOS LIBROS DE LA BIBLIA
Génesis 1 Reyes Eclesiastés
Éxodo 2 Reyes
Levítico 1 Crónicas
Números 2 Crónicas
Deuteronomio Esdras
Josué Nehemías
Jueces Ester
Rut Job
1 Samuel Salmos
2 Samuel Proverbios
EL A.T. SE DIVIDE EN:
1. El Pentateuco: 5 libros
2. Los Libros Históricos: 12 libros
3. Los Poéticos: 5 libros
4. Los Profetas Mayores: 5 libros
5. Los Profetas Menores: 12 libros
LOS LIBROS POÉTICOS
1. Job

2. Salmos

3. Proverbios

4. Eclesiastés

5. Cantar de los Cantares


NOMBRE DEL LIBRO
Hebreo: Kohelet – Significa:
“Predicador”
Versión LXX: Ekklesiastes - significa:
“el que junta a una asamblea”
En castellano es Eclesiastés, que es
aquel que convoca a la congregación,
posiblemente para enseñarle o predicarle.
Eclesiastés es el que convoca a la iglesia
para instruirla en los caminos del Señor.
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
AUTOR: Salomón. “Palabras del Predicador,
hijo de David, rey en Jerusalén” (1:1).
FECHA: El Eclesiastés se escribió entre
los años 950 al 930 a.C. Cubriendo un
periodo de 20 años.
El predicador se prepara para declarar al
pueblo cuáles son las lecciones que ha a-
prendido durante su vida larga, en todo lo
que ha probado: placeres, riqueza y estudio;
no encontrando satisfacción en nada de lo
que hizo.
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
¿Cuántos libros comienzan diciendo que es
una pérdida de tiempo leerlo? Esto es lo que
parece ocurrir con el libro de Eclesiastés.
En las primeras líneas leemos: “Vanidad de
vanidades, todo es vanidad”. Si todo es
vano, entonces: ¿Es este libro vano?
Sin embargo lo que dice Salomón es cierto:
todo es vano, y la intención del libro es iden-
tificar todas estas vanidades para contrastar-
las con lo único que no es vanidad…
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
¿Cuánta oportunidades tenemos en la vida
para hablar con alguien que lo tiene todo?
¿Cuántas personas realmente pueden
afirmar que “lo tienen todo”? ¡No muchas!
Algunos podrán tener dinero, pero no tienen
poder. Otros podrán ser inteligentes, pero
no tienen riqueza. Otros tendrán un poco de
todo, pero no el paquete completo.
Salomón lo tuvo todo, y en este libro nos
cuenta cual es el verdadero significado de la
vida. ¿Quieres saberlo?
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
No hubo nada que le faltara a Salomón, mas
la Biblia nos cuenta que al final de su vida
pareció haber perdido el rumbo.
“Cuando Salomón envejeció, sus mujeres lo hi-
cieron adorar a dioses ajenos, y a diferencia de
David, su padre, su corazón dejó de ser perfec-
to ante el Señor su Dios. Salomón adoró a Asto-
ret, la diosa de los sidonios; y adoró también a
Milcón, el repugnante ídolo de los amonitas. Se
apartó del Señor y cometió muchas maldades
porque, a diferencia de David, su padre, dejó de
seguir fielmente al Señor” (1 Re 11:4-6; RVC)
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
¿Cómo podía un hombre, a quien Dios le
había dado tanto, abandonarlo de la manera
que Salomón lo hizo? La respuesta está en
el pecado. ¿Qué aprendió Salomón de esto?
Este es el propósito del libro; es el registro
de cómo Salomón desperdició su vida, co-
mo se volvió a la vanidad. Cuenta cómo se
entregó a los cosas que Dios le dio, y como
se alejó del Dador. Al final se arrepintió y el
libro de Eclesiastés es el resultado de este
arrepentimiento.
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
Tenemos que aprender las lecciones de la vi-
da de Salomón. Al escuchar de alguien que
lo tuvo todo y no lo aprovechó. Nos entera-
mos de la única cosa, que tiene valor en esta
vida, y es vivir nuestras vidas entregadas al
Señor.
Como el agua se escapa entre los dedos,
así ocurre con las cosas de esta vida, las
tenemos por un momento, pero no duran y
al final morimos. No son los bienes materia-
les los que tienen valor, sino lo que hace-
mos de corazón para el Señor.
EL LIBRO DE ECLESIASTÉS
Como cristianos, debemos saber que somos
extranjeros en este mundo, estamos de
paso. Esta tierra no es nuestro hogar; el cielo
lo es. Jesús está preparando un lugar para
nosotros, y pasaremos la eternidad con Él.
Sí es así, entonces, ¿por qué quedar atra-
pado con todas las cosas materiales de esta
vida? ¡Esto es vanidad! Sólo Cristo puede
darnos las cosas que son eternas. Y esto es
lo que Salomón nos quiere recordar.
DIVISIONES DE ECLESIASTÉS
(1) INTRODUCCIÓN
(v.1-11) El predicador y el tema
son presentados y comienza
afirmando su tesis: “Vanidad de
vanidades, todo es vanidad”.
El autor, no es una persona alegre, mas bien
parece ser un pesimista. Dicho esto, hay
mucho de verdad en la declaración. Además
la vida es corta, y luego nos morimos.
Eso es básicamente el punto de vista de
Salomón. La vida es corta, y las cosas a las
que aspiramos son efímeras, temporales, y
vanas.
(1) INTRODUCCIÓN
Piensen en esto: de todas las
cosas que parecen sernos tan im-
portante en la vida, ¿cuántas de
ellas serán realmente importantes
en los próximos 100 años?
Esta es la perspectiva que realmente necesi-
tamos tener, ¿no es cierto? Somos terrena-
les por ahora, y en última instancia todos
nos enfrentaremos a un futuro eterno.
A menudo, sólo estamos enfocados en las
cosas que nos dan satisfacción inmediata.
(1) INTRODUCCIÓN
Podemos endeudarnos con el fin
de comprar cosas hermosas, pe-
ro ¿cuánto tiempo nos van a du-
rar realmente estas cosas?
Podemos lanzarnos en la carrera de darle lo
mejor a nuestra familia, pero ¿qué es lo mejor,
si realmente no pasamos tiempo con ellos?
Todo perece y nada de lo que el mundo ofre-
ce, podrá satisfacernos en verdad jamás.
Salomón va a buscar lo mejor que el mundo
tiene para ofrecer, y encontrará que todo se
queda corto.
(1) INTRODUCCIÓN
Todo es vanidad, es como querer a-
garrar al viento. Ya se trate de rique-
zas, prestigio o placer; todo es fugaz
y pasa con el tiempo.
¿Qué es lo que realmente importa? Esta fue la
búsqueda Salomón. Él tuvo acceso a todo lo
que el mundo tenía que ofrecerle, así que
pensó que debía intentarlo todo.
Sea lo que sea que nos falte, tendemos a
pensar: Si tan sólo tuviera esto, se resolve-
rían todos mis problemas.
Bueno, Salomón lo tuvo todo…
(1) INTRODUCCIÓN
Si Salomón no pudo encontrar satis-
facción en las cosas que el mundo
tuvo para ofrecerle, entonces el mun-
do no tiene realmente nada que ofre-
cernos que nos traiga satisfacción.
Como un estudiante que participa de un expe-
rimento, Salomón se involucra en su búsque-
da. Hace su hipótesis, desarrolla un plan de
experimentación, hace sus observaciones, a-
naliza los resultados y nos dará su conclusión.
“Me entregué de corazón a investigar y a estudiar
minuciosamente todo lo que se hace bajo el cielo”
(1:13a, RVC).
(2-6) OBSERVACIONES
(2:1-11) La búsqueda del placer. Salomón
comienza con lo que lo hace sentirse bien.
Las cosas que el mundo cree nos hará feli-
ces, no lo satisfizo; era vanidad.
(2:12-16) La búsqueda de la sabiduría. La sa-
biduría resultó teniendo el mismo efecto. Tan-
to el sabio como el necio mueren, así que
esto también era vanidad.
¿Cómo es que Salomón no valoraba la sabi-
duría? Se dio cuenta de que no era el fin de
todo. Pues la sabiduría en sí misma no trae la
vida eterna.
(2-6) OBSERVACIONES
(2:17-26) La satisfacción del trabajo. Llega a
la misma conclusión sobre el trabajo. Pues
podía trabajar para obtenerlo todo, pero
nada de eso, podría llevarlo a la otra vida.
“No hay nada mejor para nosotros que comer y
beber, y disfrutar de nuestros trabajos. Y he
concluido que esto viene de la mano de Dios.
Porque, ¿quién puede comer y cuidarse mejor
que uno mismo? ” (2:24-25; RVC).
“…Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a
quien es de su agrado, y al pecador le da el trabajo
de recoger y amontonar, para dárselo a quien es del
agrado de Dios…” (2:26; RVC).
(2-6) OBSERVACIONES
(3:1-13) Hay tiempo para todo. Salo-
món reconoce que la vida tiene un
ritmo. Dios es soberano y hay un
momento para todo lo que se hace.
“Yo sé bien que para los mortales no hay nada
mejor que gozar de la vida y de todo lo bueno
que ésta ofrece, y sé también que es un don de
Dios el que todo hombre coma y beba y disfrute
de lo bueno de todos sus afanes” (3:12-13; RVC).
(3:14-22) Salomón nos recuerda que la muer-
te y el juicio les llegará a todos los hombres.
(2-6) OBSERVACIONES
“Lo que he visto es que no hay nada mejor para
el hombre que disfrutar de su trabajo, porque eso
es lo que le ha correspondido hacer. Porque
¿quién va a traerlo a ver lo que pasará después
de su muerte?” (3:22; RVC).
(4-5) Observaciones "bajo el sol". Salomón
ahora, echa un vistazo a la vida de otros. En
todas partes que veía bajo el sol (frase que
se repite), vio lo mismo: vanidad.
Vio cosas que ya había experimentado;
otras eran cosas nuevas. Pero todo lleva a
la misma conclusión: todo es vanidad.
(2-6) OBSERVACIONES
“Cuando le hagas una promesa a Dios, no
tardes en cumplirla, porque a Dios no le
agrada la gente necia. Cumple lo que pro-
metas, porque es mejor que no prometas,
y no que prometas y no cumplas” (5:4-5).
(6) Disfruta el momento, pues la vida es
fugaz. Pasarás tu vida acumulando cosas,
que con el tiempo se dañarán.
La muerte es una realidad para todos y lo
que acumulaste, otro lo heredará.
“¿Quién nos puede decir lo que habrá de suceder
bajo el sol después de nuestra muerte?” (6:12b).
(7-12:8) INSTRUCCIONES
(7) Proverbios de Sabiduría. En este punto,
Eclesiastés se parece al libro de Proverbios.
Salomón da una lista de cosas que son me-
jor que otras y da contrastes sorprendentes.
“Es mejor gozar de buena fama que gozar de
un buen perfume” (7:1a; RVC).
“Es mejor asistir a un funeral que presentarse
en un banquete” (7:2a; RVC).
(8-9) Es aconsejable obedecer. Es sabio,
saber relacionarse con las autoridades. Y
recuerda que Dios nos manda a gozar de
todo lo que no ha dado.
(7-12:8) INSTRUCCIONES
“¡Goza de la vida con tu amada, todos los días
de la vana vida que se te ha concedido bajo el
sol! ¡Ésa es tu parte en esta vida! ¡Eso es lo
que te ha tocado de todos tus afanes bajo el
sol!” (9:9; RVC).
Todos moriremos un día; la muerte es segura
para todos los hombres, nadie escapará de ella.
“A decir verdad, nosotros los mortales no sabe-
mos cuándo nos llegará la hora. Somos como los
peces cuando caen en la red artera, o como las
aves cuando caen en la trampa: cuando un mal
momento nos sobreviene, quedamos atrapados”
(9:12; RVC).
(7-12:8) INSTRUCCIONES
(10) La Excelencia de la Sabiduría. Habla de
lo terrible que es cuando el necio accede al
poder: “La necedad está colocada en gran-
des alturas” (10:6a; RV60).
Salomón nos advierte a no caer en las tram-
pas de nuestra necedad. Nuestras acciones
tienen consecuencias, al igual que nuestras
palabras. Debemos pensar cuidadosamente
antes de hablar o decir mucho.
El necio a veces sube al poder, y otras ve-
ces lo hace el sabio y eso es bueno, es una
bendición que no debería darse por sentada.
(7-12:8) INSTRUCCIONES
(11:1-8) Se diligente. Esto va de la mano con
la idea repetida de disfrutar del tiempo que se
nos ha dado. Se diligente, úsalo al máximo!
Para algunos, esto incluye levantarse del so-
fá y ponerse a trabajar de inmediato (11:4).
Esto significa hacer las cosas que Dios nos
ha dado para hacer, y confiar en Él para el
resultado. Nosotros sembramos la semilla, y
dejamos el resto en las manos de Dios.
“Siembra tu semilla en la mañana, y vuelve a
sembrarla en la tarde, pues no sabes cuál de
las dos será la mejor” (11:6a).
(7-12:8) INSTRUCCIONES
(11:9-12:8) No es sino hasta que Salomón
empieza a confiar en Dios que las cosas
comienzan a tener sentido.
Le dice al lector que se goce en su juventud,
pero que tenga a Dios siempre presente.
“Alégrate, joven; aprovecha tu juventud. Brínda-
le placer a tu corazón mientras dure tu adoles-
cencia. Déjate llevar por donde tu corazón y tus
ojos quieran llevarte. Pero debes saber que de
todo esto Dios te pedirá cuentas. Echa fuera de
tu corazón el enojo. Aparta de tu ser la maldad.
Porque la adolescencia y la juventud también
son vanidad” (11:9-10).
(7-12:8) INSTRUCCIONES
Debemos usar el tiempo que tenemos ahora
para conocer y adorar a nuestro Creador, sa-
biendo que un día vamos a morir y enfrenta-
remos cara a cara al Señor.
“Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven.
No esperes a que vengan los días malos, y a
que lleguen los años en que digas: Vivir tanto no
es motivo de regocijo” (12:1; RVC).
“Entonces el polvo volverá a la tierra, de donde
fue tomado, y el espíritu volverá a Dios, que lo
dio. ¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!”
(12:7-8; RVC).
(12:9-14) CONCLUSIÓN
(12:9-12) Más que decir. El
predicador (Salomón) tenía
mucho más que enseñar.
Gente de todo el mundo llegó a saber de él,
y tomaron sus enseñanzas.
El predicador podía enseñar a año tras año,
y aun sería insuficiente. Incluso el aprendiza-
je podría ser vanidad en sí mismo.
(12:13-14) La conclusión final de todo el
discurso y el propósito de todo el libro de
Eclesiastés está en el versículo 13 del
último capítulo.
(12:9-14) CONCLUSIÓN
“Todo este discurso termina en lo
siguiente: Teme a Dios, y cumple
sus mandamientos. Eso es el todo
del hombre” (12:13; RVC).
“Por lo demás, Dios habrá de juzgar toda obra
buena o mala, junto con toda acción encubierta”
(12:14; RVC).
Esto es la suma de la sabiduría de Salomón:
Que tus acciones muestren lo que crees, y tu
vida refleje tu amor por Dios, sabiendo que
algún día rendirás cuentas.
Así de simple: ¡Teme a Dios y guarda su palabra!
luchogarcia@graciacalvarychapel.org
www.graciacalvarychapel.org
Twitter: @luchogarciaperu F
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El Libro de Eclesiastés
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