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Ecoturismo

es la actividad turística que se desarrolla sin alterar el equilibrio del medio ambiente y evitando los
daños a la naturaleza. Se trata de una tendencia que busca compatibilizar la industria turística con
la ecología. El ecoturismo está vinculado a un sentido de la ética ya que, más allá del disfrute del
viajero, intenta promover el bienestar de las comunidades locales (receptoras del turismo) y la
preservación del medio natural. El turismo ecológico también busca incentivar el desarrollo
sostenible (es decir, el crecimiento actual que no dañe las posibilidades futuras). El auge en los
últimos años del ecoturismo se ha debido a varias causas, entre ellas, fundamentalmente al hecho
de que es más barato que cualquier otro tipo de turismo. Un elemento este que ha llevado a que
muchas personas, teniendo en cuenta la situación de crisis económica mundial que se está
viviendo, apuesten por él para disfrutar de unas vacaciones sin necesidad de tener que realizar un
importante desembolso monetario.

Pero no es la única ventaja de aquel, también existen otras como las siguientes:
Permite descubrir rincones naturales y rurales de gran valor y belleza.
Da la oportunidad de vivir en pleno contacto con la Naturaleza y, por tanto, alejarse del bullicio y
la contaminación de las grandes ciudades.
Es ideal para relajarse y descansar.
Hace que los turistas que apuesten por él puedan realizar un sinfín de actividades al aire libre tales
como rutas de senderismo, paseos a caballo, escalada…
Y todo ello sin olvidar tampoco que el ecoturismo da la posibilidad de que los pequeños núcleos de
poblaciones rurales puedan impulsar su economía y lograr dinero para mantenerse y cuidar su
entorno, tanto medioambiental como arquitectónico y etnográfico.
Los principios del ecoturismo suponen el respeto por la cultura del país anfitrión, la minimización
del impacto negativo que causa la actividad turística y el apoyo a los derechos humanos. Un
ecoturista, por ejemplo, no debería comprar un producto que fue obtenido mediante la utilización
de mano de obra infantil.
En este sentido podríamos establecer que en muchas poblaciones que han desarrollado el
ecoturismo como una forma de incentivar su economía se ofrecen curiosas propuestas para el
visitante que llega dispuesto a disfrutar de aquel. En concreto, por ejemplo, se le hace partícipe de
tradiciones en materia de agricultura y ganadería, de ahí que se le enseñe como se realizan tareas
tales como cultivar, arar la tierra, ordeñar una vaca o llevar el distinto ganado a pastar.
Pese al auge del ecoturismo, no existe un reglamentación clara al respecto. Hay quienes incluyen
en el ecoturismo a cualquier actividad turística que suponga el contacto con la naturaleza, algo
que es erróneo ya que muchas de esas excursiones causan graves daños al ecosistema.

El turismo de masas resulta dañino casi en su misma esencia, ya que implica el traslado en aviones
que contaminan, la utilización de hoteles que suelen estar construidos en lugares naturales (frente
al mar, por ejemplo) y la generación de una gran masa de residuos que no siempre son tratados de
forma correcta, entre otros problemas. Por eso muchos especialistas consideran que el verdadero
ecoturismo debe ser minoritario, lo que no implica que se pueda desarrollar una industria turística
más responsable.
Ecosistema

El ecosistema es el conjunto de especies de un área determinada que interactúan entre ellas y con
su ambiente abiótico; mediante procesos como la depredación, el parasitismo, la competencia y la
simbiosis, y con su ambiente al desintegrarse y volver a ser parte del ciclo de energía y de
nutrientes. Las especies del ecosistema, incluyendo bacterias, hongos, plantas y animales
dependen unas de otras. Las relaciones entre las especies y su medio, resultan en el flujo de
materia y energía del ecosistema.
El significado del concepto de ecosistema ha evolucionado desde su origen. El término acuñado en
los años 1930s, se adscribe a los botánicos ingleses Roy Clapham (1904-1990) y Sir Arthur Tansley
(1871-1955). En un principio se aplicó a unidades de diversas escalas espaciales, desde un pedazo
de tronco degradado, un charco, una región o la biosfera entera del planeta, siempre y cuando en
ellas pudieran existir organismos, ambiente físico e interacciones.
Más recientemente, se le ha dado un énfasis geográfico y se ha hecho análogo a las formaciones o
tipos de vegetación; por ejemplo, matorral, bosque de pinos, pastizal, etc. Esta simplificación
ignora el hecho de que los límites de algunos tipos de vegetación son discretos, mientras que los
límites de los ecosistemas no lo son. A las zonas de transición entre ecosistemas se les conoce
como “ecotonos”.
¿Qué es un ecosistema?
Un ecosistema, en biología, se denomina al engranaje complejo de relaciones que hay entre las
distintas comunidades de organismos vivos (referidas como biocenosis) y el medio ambiente físico
en el que viven (llamado hábitat o biotopo). En este concepto tienen cabida las relaciones de
mutua dependencia entre las especies de seres vivos en cuestión, al igual que el flujo de energía y
de materia que ocurre en el medio ambiente; procesos que para su estudio son comprendidos
como un todo estructurado y organizado.
Sin embargo, no se debe confundir el concepto de ecosistema con el de bioma. Este último se
refiere las distintas áreas o regiones geográficas del planeta Tierra, clasificadas según su clima,
topografía y también su presencia de vida, a diferencia de los ecosistemas, los biomas se
consideran unidades geográficas homogéneas. Así, un mismo bioma puede contener diversos
ecosistemas distintos. Dentro de cada ecosistema tienen lugar las cadenas tróficas o alimentarias,
también entendidas como ciclos de transmisión de la materia, pues consisten en un circuito de
alimentación que incluye a productores (vegetales, plantas, fitoplancton, etc.) que se nutren del
medio ambiente físico, consumidores que se alimentan de ellos o de otros consumidores (tanto
los herbívoros, como los depredadores primarios y secundarios) y por último los
descomponedores (hongos, bacterias, etc.) que reciclan la materia orgánica residual. Actualmente
muchos ecosistemas se hallan en estado de jaque debido a la actividad industrial humana. La
contaminación, sobreexplotación, deforestación y los efectos del cambio climático implican a
menudo extinciones, sobrepoblaciones, mutaciones y desplazamientos de la vida de todo tipo,
atentando contra la biodiversidad planetaria y contra el equilibrio natural.

Ver además: Flora y Fauna.

Tipos de ecosistema
Existen diversos tipos de ecosistema, clasificados de acuerdo al hábitat en que se ubican:
Ecosistemas acuáticos. Los más abundantes, casi el 75% de todos los ecosistemas conocidos tienen
lugar bajo el agua. Es decir: en mares, océanos, ríos, lagos y nichos submarinos profundos.
Ecosistemas terrestres. Tienen lugar sobre la corteza terrestre y fuera del agua, en sus posibles
variaciones de relieve: montañas, planicies, valles, desiertos, etc. Esto implica diferencias
importantes de temperatura, concentración de oxígeno y clima, por lo que la diversidad de la vida
en estos ecosistemas es enorme, mayoritariamente de insectos y de aves.
Ecosistemas mixtos. Aquellos en que se combinan el acuático y el terrestre (anfibio), ya que la vida
animal de estos ecosistemas se halla mayormente en uno de los dos, pero requieren del otro para
reposar, alimentarse o procrear.
Ecosistemas microbianos. Es el de los organismos microscópicos que habitan en prácticamente
todos los medios ambientes, tanto acuáticos como terrestres, e incluso dentro de organismos
mayores, como es el caso de la flora microbiana intestinal.
Componentes de un ecosistema
Un ecosistema se integra por dos tipos de elementos, diferentes en su naturaleza: los bióticos y lo
abióticos: Los elementos bióticos son aquellos vinculados a la vida en sus numerosas formas y
tendencias, como las relaciones tróficas, la presencia vegetal, los equilibrios poblacionales, etc. Los
elementos abióticos, en cambio, son los referidos a las condiciones climáticas, de relieve, o de
otras variantes químicas y/o físicas que atañen al medio ambiente, como la variación del pH, la
presencia de luz solar, etc.
Ejemplos de ecosistema
Arrecifes coralinos. De las más grandes concentraciones de vida en el mundo submarino, tiene
lugar dentro y alrededor de las estructuras coralinas que forman una barrera natural. Hay
numerosas las especies pequeñas (peces, crustáceos, moluscos) debido a la abundancia de
materia orgánica, sirviendo a su vez de alimento para depredadores.
Zonas abisales submarinas. Ecosistemas extremos, de poca presencia animal y nula presencia
vegetal, pues la ausencia de luz solar impide la fotosíntesis. La vida sin embargo se adapta a la
enorme presión del agua y a la baja cantidad de nutrientes. Mucha de ella se sostiene a partir de
una lluvia constante de materia orgánica proveniente de la superficie, o a través de la
quimiosíntesis.
Ecosistemas polares. Se caracteriza por temperaturas muy bajas y de poca humedad atmosférica.
A pesar de ello posee un mar rico en plancton y vida animal adaptada a las aguas heladas: cuerpos
peludos, densas capas de grasa, etc.
Ecosistemas lóticos. Tienen lugar dentro y en los márgenes de los ríos, arroyos o manantiales que
hay la superficie terrestre. La vida en ellos se adapta al flujo del agua, que arrastra consigo
nutrientes, químicos, especies vivientes o simplemente agua muy oxigenada en su movimiento.

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