Está en la página 1de 22

Terapia narrativa basada en atención plena

para la depresión en oncología


BEATRIZ RODRÍGUEZ-VEGA
ÁNGELA PALAO TARRERO
9
AINOA MUÑOZ SAN JOSÉ
ALBERTO FERNÁNDEZ LIRIA
CARMEN BAYÓN PÉREZ.

1. FUNDAMENTOS Y BASE EMPÍRICA La mayoría de los ensayos clínicos aleatoriza-


DE LA TERAPIA NARRATIVA dos publicados sobre depresión en pacientes on-
cológicos tienen una calidad subóptima, debida a
Las personas diagnosticadas de una enferme- los pequeños tamaños muestrales y los cortos pe-
dad oncológica representan un grupo con una ríodos de seguimiento (Newell, 2002). Además,
alta prevalencia de síntomas ansiosos y depresi- las intervenciones psicoterapéuticas más amplia-
vos. La depresión es el trastorno psicológico más mente utilizadas son de corte cognitivo-conduc-
frecuente en estos pacientes, apareciendo en tual, recomendándose la evaluación de la eficacia
aproximadamente una cuarta parte de los pacien- y efectividad de otras intervenciones (Scott, 1999).
tes con cáncer avanzado (Lloyd-Williams, 2004). En un estudio piloto realizado recientemente
Hotopf, en 2002, utilizando una entrevista clínica en ocho centros psicooncológicos con diferentes
estructurada, encontró una prevalencia en torno terapeutas, encontraron que la ansiedad y la de-
al 15 por 100 (rango del 5-26 por 100) (Hotopf y presión fueron los dos problemas más frecuentes
Chidgey, 2002). Se han citado cifras cuatro veces en terapia. A éstos les seguían las dificultades re-
más altas que en población general para este tras- lacionales y la ayuda para conseguir cerrar bien
torno (Massie, 2004). Estos síntomas tienen un la vida. Sólo en el 50 por 100 de los pacientes con
impacto negativo sobre la calidad de vida, la ad- ansiedad y/o depresión éste fue el foco de la tera-
herencia al tratamiento y el nivel de sobrecarga pia (Garssen y van der Lee, 2011).
emocional de los cuidadores (Trask, 2004). Un campo donde la investigación de interven-
La búsqueda de tratamientos efectivos para la ciones psicoterapéuticas ha crecido en los últimos
ansiedad y la depresión supone uno de los prin- años ha sido el de los cuidados paliativos y el final
cipales objetivos de la psicooncología. Los datos de la vida, y especialmente el interés se ha centra-
sugieren que las estrategias terapéuticas más efec- do en la detección y tratamiento del distrés exis-
tivas para el tratamiento del trastorno depresivo tencial. Se ha valorado éste como una dimensión
mayor incluyen la combinación de intervenciones importante de la calidad de vida y como un factor
psicoterapéuticas y farmacológicas (Glick, 2004). que aumenta el riesgo de ideación suicida y deseo
Esta observación, que se hizo en los trastornos de muerte. En ocasiones llega a ser, muy al final
depresivos de la población general, sienta la base de la vida, uno de los motivos para administrar
para pensar que los abordajes combinados para una sedación intermitente o definitiva. En una
el tratamiento de la depresión en pacientes con revisión sobre las intervenciones manualizadas en
cáncer también deberían ser los más efectivos esta área se concluye que las cuestiones o preocu-
(Rodríguez Vega et al., 2010; Rodin, 2007). paciones existenciales son frecuentes, pero no uni-

PI00225101_09.indd 219 09/10/13 9:08


220 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

versales. Los focos más comunes que surgieron nos construyen el significado de aquello que les
durante la terapia fueron la búsqueda de signifi- ocurre (Clandinin y Connelly, 2000).
cado a la enfermedad y a la vida, temas relacio- La TN se basa en la teoría de las narrativas y
nados con la dependencia y la muerte. Todos es- en el constructivismo social, cuya filosofía sostie-
tos focos son únicos para cada persona, y sólo ne que no hay una realidad única y objetiva di-
ella, a través de la narración, va a poder expresar- rectamente accesible a los seres humanos a través
los. En el estudio reseñado también se remarcan, de los sentidos. En lugar de ello, la realidad es
como factores comunes de éxito en las diferentes construida, a través del lenguaje y la descripción
terapias, la creación de un espacio único entre te- narrativa, en el terreno de la inter-subjetividad de
rapeuta y paciente, y por parte del terapeuta «es- las personas (Anderson, 1996; Berger y Luckman,
tar presente con ellos», que sea neutral, con un 1966; Gergen y Kaye, 1992).
interés genuino-auténtico, comprensivo, con una La TN no se limita a ninguna escuela psico-
relación igualitaria y con un rol activo-explorato- terapéutica concreta y puede ser interpretada y
rio (LeMay y Wilson, 2008). aplicada por terapeutas de diversas orientaciones
La terapia narrativa (TN) es un tipo de in- teóricas (Angus y McLeod, 2004). La narrativa
tervención psicoterapéutica que se puede consi- es el núcleo del proceso psicoterapéutico, de tal
derar integradora y su utilización más difundida forma que la terapia se convierte en un asunto de
es en un formato individual (Etchinson, 2000). contar y de recontar las historias, facilitando la
En un ensayo clínico previo llevado a cabo por evolución del significado narrativo (Fernández
nuestro grupo, la TN se ha mostrado eficaz en Liria y Rodríguez Vega, 2001; McLeod, 1997; Ro-
el campo de la psicooncología. Nuestra hipótesis dríguez Vega y Fernández Liria, 2012).
es que su flexibilidad y su capacidad para adap- Las diferentes aproximaciones desde la prác-
tarse a las necesidades particulares de cada per- tica psicoterapéutica y el campo de la investiga-
sona son de especial valor en un campo tan cam- ción se han centrado en distintas formas de con-
biante y potencialmente desestabilizador para la tar las historias (Angus y McLeod, 2004), que van
persona como es la enfermedad oncológica (Fer- desde la socialmente orientada naturaleza de la
nández Liria y Rodríguez Vega, 2001). A dife- psicología narrativa, hasta la centrada en el «self
rencia de la terapia cognitiva y de otras terapias, interior» de la mayoría de las psicoterapias con-
la TN no reivindica la existencia de una meta- vencionales (Angus y McLeod, 2004). Este am-
narrativa universal que pueda abarcar o dar plio rango refleja la tensión en el campo de la
cuenta de la realidad, sino que se acerca a la psicología narrativa, la cual emplea tanto ideas
experiencia del paciente como una de las múlti- post-modernas como el lugar central del lenguaje
ples versiones de su realidad. La escasez de es- y el discurso en los eventos humanos, y conceptos
tudios publicados que utilizan TN podría ser que provienen de la teoría existencial, como la
debida a su reciente aparición como paradigma auto-agencia humana, el empoderamiento y la
empírico y a su énfasis sobre un conocimiento responsabilidad (Avdi y Georgaca, 2007; Polking-
subjetivo y cualitativo de los problemas (Etchin- horne, 2004; Wallis et al., 2011). La metáfora de
son y Kleist, 2000). la narrativa conlleva que la psicología humana
Actualmente no existe una definición univer- tiene una estructura esencialmente narrativa, de
salmente aceptada de «narrativa», pero general- manera que la vida humana puede ser vista como
mente se entiende que una narrativa es una histo- una historia, y las narrativas como el principio de
ria sobre una secuencia de acontecimientos que organización de la acción humana (Sarbin, 1986).
ocurren en un tiempo y se organizan en un argu- Las narrativas sobre uno mismo se pueden
mento. A través de las narrativas los seres huma- convertir en problemáticas cuando limitan la di-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 220 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 221

versidad cognitiva y afectiva, de modo que res- pan y dan sentido a sus vidas a través de las his-
tringen las posibilidades comportamentales o de torias que se cuentan a ellos mismos y al
acción. Por ejemplo, los pacientes deprimidos or- terapeuta (Gonçalves y Stiles, 2011).
ganizan a menudo sus narrativas alrededor de te- La TN debe adaptarse a las necesidades va-
mas de pérdida, incapacidad y desesperanza, im- riables y cambiantes de los pacientes con cáncer,
pidiendo la construcción de otros posibles temas lo cual tiene importantes implicaciones clínicas
(Ribeiro et al., 2011; Rodríguez Vega y Fernández para la práctica psicoterapéutica. Cuando nos en-
Liria, 2012). contramos con un paciente con una narrativa ini-
La terapia puede ser entendida como un pro- cial rígida e inflexible («estoy deprimida porque
ceso de «reparación de historias», en la que las soy una persona débil»), puede ser una pista para
narrativas problemáticas se reconstruyen en otras que el terapeuta inicie, por ejemplo, intervencio-
más coherentes y complejas, incluyendo otros ele- nes verbales descritas en la TN, como externalizar
mentos (Avdi y Georgaca, 2007). De esta forma, la conversación para promover la des-identifica-
el terapeuta es testigo de la historia del paciente ción en cuanto a la depresión (White, 2007). En
y coeditor de la narrativa que va surgiendo poco otras palabras, el objetivo es desconectar de la
a poco (Anderson, 1996). identidad del paciente («externalizar»), de tal ma-
Uno no tiene un self igual que tiene un cora- nera que la depresión no aparezca en la narrativa
zón o un hígado; uno no es un self de la misma del paciente como estado inherente. En la exter-
forma que es un organismo vivo. El sí mismo es nalización, la terapeuta explora las relaciones del
un proceso en construcción, evoluciona, no es paciente con el problema como algo externo a su
algo fijo ni inmutable. Es el producto de concebir identidad como persona.
y organizar una vida de una determinada forma, Nuestro grupo de trabajo integra, además, ac-
y, en ese sentido, es construido en y a través de la titud y práctica de atención plena o mindfulness
narración. Quiénes somos nosotros depende de la en el tratamiento. Mindfulness enfatiza la obser-
historia que nos contamos sobre nosotros mis- vación de pensamientos y sentimientos momento
mos. Y esta historia puede ser más o menos co- a momento; entrena la atención en el presente,
herente y sostener nuestra identidad, o entrar en pero de una forma especial, sin juzgar, sin criticar,
conflicto y cuestionarla abiertamente. sin luchar (Baer, 2003), y propone una forma de
Las historias que nos contamos, a través del experimentar la vida de una forma no enjuiciado-
lenguaje, acerca de quiénes somos y nuestros mo- ra, lo que supone la aceptación de la situación
tivos para hacer y no hacer a lo largo del tiempo, actual, incluyendo los síntomas de enfermedad.
van construyendo nuestra identidad narrativa. La
exploración de la identidad es la exploración de
la subjetividad. 1.1. Terapia narrativa basada
La perspectiva narrativa permite al terapeuta en mindfulness
utilizar técnicas concretas para cada individuo y
su problema; esto es, el movimiento desde una Mindfulness (traducido al español como aten-
orientación centrada en la terapia (técnicas espe- ción plena) se ha descrito como una conciencia
cíficas de un modelo psicoterapéutico) a una centrada en el presente, no interpretativa ni enjui-
aproximación centrada en la persona. El objetivo ciadora, en la que cada pensamiento, sentimiento
principal de la TN es la creación de relatos alter- o sensación que surge en el campo de la atención
nativos diferentes de la narrativa principal. En es reconocido y aceptado como tal (Bishop et al.,
este sentido, la psicoterapia se basa en la trans- 2004; Kabat- Zinn, 2003). Esta forma de atención
formación de significados. Los pacientes partici- ha sido entrenada desde hace más de dos mil qui-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 221 09/10/13 9:08


222 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

nientos años en las tradiciones contemplativas de guez Vega et al., 2013), la terapia dialéctico-con-
oriente y occidente. ductual (Linehan, 1993) o la terapia de acepta-
En el ámbito de la psicología contemporánea, ción y compromiso (Hayes et al., 1999; Wilson y
la práctica de mindfulness ha sido incorporada Luciano, 2002).
como una forma de hacerse consciente de las
reacciones automáticas y los procesos psicológi-
cos aprendidos que, con frecuencia, contribuyen 2. APLICACIÓN Y EFICACIA EN CÁNCER
al desequilibrio emocional y la conducta disfun- Y CUIDADOS PALIATIVOS
cional (Williams, 2010). Para la práctica de min-
dfulness no sólo hay que prestar atención al es- Existen pocos estudios sobre terapias narrati-
tímulo (el entrenamiento se caracteriza por guiar vas. Esto puede estar relacionado con su reciente
la atención hacia estímulos concretos, como la emergencia como paradigma empírico y el énfasis
respiración), sino que también se presta atención en una comprensión subjetiva y cualitativa de los
a las propias reacciones (de uno mismo) al aten- problemas que presenta el paciente (Etchison y
der al estímulo. Por tanto, requiere la puesta en Kleist, 2000; Rodríguez Vega et al., 2012; Rodrí-
marcha de procesos de supervisión de la atención guez Vega et al., 2011). Sin embargo, la influencia
o conciencia metacognitiva. Con la práctica de la de la perspectiva de las narrativas, en la práctica
atención plena (AP) se incrementa la capacidad clínica y en la investigación en psicoterapia, es
de darse cuenta de aspectos sutiles de la propia cada vez mayor (Gonçalves y Stiles, 2011; Meisel
experiencia. La premisa central de las estrategias y Karlawish, 2011).
terapéuticas que utilizan la práctica de la AP se En los últimos años, un número creciente de
sustenta en la idea de que el estado mental de terapeutas, provenientes de diversas orientaciones
supervisión metacognitiva activa, promovido por teóricas y con formaciones y modos de trabajar
dicha práctica, con el tiempo, es capaz de alterar muy diferentes, han adoptado la óptica de las na-
los circuitos automáticos creados por el pensa- rrativas, intentando buscar, en la actividad narra-
miento repetitivo (Miró Barrachina et al., 2009; tiva, instrumentos para conceptualizar e interve-
Davis y Nolen-Hoesksema, 2000; Fresco et al., nir sobre la sintomatología ansioso-depresiva, el
2002; Kendal e Ingram, 1989; Segal et al., 2002; distrés existencial, la desesperanza, la pérdida de
Teasdale, 1988). sentido y significado o el cambio de funcionali-
Como cualquier otra habilidad psicológica, la dad y roles. Así, diferentes modelos de interven-
habilidad de mindfulness mejora con la práctica. ción han utilizado estrategias narrativas, especial-
Las técnicas de mindfulness pueden utilizarse en mente al final de la vida (Feros et al., 2013;
asociación a un tratamiento farmacológico o pue- Chochinov et al., 2005).
den ser uno de los componentes principales, aun- Anteponer el interés por «saber qué es» es lo
que no el único, de un tratamiento psicoterapéu- que convierte a una historia precisamente en esa
tico. Como ejemplos de esto último están la historia, y también es lo que puede convertirla en
terapia cognitiva basada mindfulness (Mindful- otra. Según este punto de vista, la terapia consis-
ness based Cognitive Therapy, MBCT) (Segal et te en transformar y expandir, por medios lingüís-
al., 2002; Cebolla y Miró, 2006), la terapia de re- ticos, las narrativas de una persona, aquellas his-
ducción de estrés basada en mindfulness (Mindful- torias que todos sostenemos y que dan sentido a
ness based stress reduction, MBSR) (Kabat-Zinn, nuestra existencia dentro de la familia y la socie-
1982), la terapia narrativa basada en mindfulness dad. El cambio humano ocurre a través de la evo-
(Mindfulness based Narrative Therapy, MBNT; lución de nuevos significados. La psicoterapia es,
Rodríguez Vega y Fernández Liria, 2012,; Rodrí- por tanto, un procedimiento de intervención so-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 222 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 223

bre estas narrativas no deseadas, que busca la ge- cado trabajos con este tipo de terapia. Un ensayo
neración de narrativas alternativas a través de un clínico analiza la eficacia de la TN en el trata-
proceso de comunicación interpersonal. miento de trastornos depresivos en adultos (Vro-
Las publicaciones recientes en esta área inclu- mans y Schweitzer, 2011); otro ensayo clínico
yen los estudios clínicos de nuestro grupo sobre aleatorizado analiza el efecto de la TN en la per-
el uso de TN para el tratamiento de la depresión cepción del dolor en pacientes con cáncer (Cepe-
en pacientes con cáncer. Nuestro grupo (Rodrí- da et al., 2008), y otros grupos relevantes también
guez Vega et al., 2011) llevó a cabo un ensayo han publicado estudios no controlados (Gonçal-
clínico comparando la eficacia de terapia narra- ves y Stiles, 2011; Goncalves et al., 2011; Levitt y
tiva basada en mindfulness (MBNT, en sus siglas Piazza-Bonin, 2011; Osatuke et al., 2011; Ribeiro
en inglés) más antidepresivo (terapia combinada), et al., 2011; Vromans y Schweitzer, 2011; Zweig et
frente a tratamiento sólo con antidepresivo (tra- al., 2011).
tamiento estándar o habitual), en pacientes diag-
nosticados de depresión mayor y de cáncer de
mama, pulmón o colon en estadio no metastásico. 3. PROCEDIMIENTO
Encontramos que el tratamiento combinado se PARA SU APLICACIÓN
asoció con mayores tasas de cumplimiento tera- EN CONTEXTOS DE ATENCIÓN
péutico y mejoría en dimensiones funcionales de AL PACIENTE CON CÁNCER
calidad de vida a las 12 y a las 24 semanas post- Y SUS FAMILIARES
tratamiento. También llevamos a cabo un estudio
cualitativo, utilizando grupos focales de discusión El proceso psicoterapéutico, desde nuestro
de pacientes, con el fin de examinar el significado marco teórico, podemos estructurarlo en fases
de los resultados cuantitativos en profundidad iniciales, fases intermedias y fase de terminación
(Rodríguez Vega et al., 2012). Lo que nos intere- (Fernández Liria y Rodríguez Vega, 2001).
saba era comprender el mecanismo subjetivo de
las dimensiones de la calidad de vida y evaluar la
contribución de la psicoterapia al proceso de 3.1. Fases iniciales
adaptación a la enfermedad. Los pacientes en el
grupo de tratamiento combinado encontraron Es aquella parte del proceso psicoterapéutico
útil la MBNT e informaron, en una mayor pro- que transcurre entre el momento en que se realiza
porción que los pacientes en tratamiento habitual, la indicación de la intervención psicoterapéutica
sobre cambios positivos consistentes en creci- y aquel en el que se establece el contrato por el
miento postraumático, como aumento de las re- que paciente y terapeuta acuerdan sobre qué y
laciones sociales de intimidad o encontrar una cómo van a trabajar el resto del tratamiento. Se
nueva capacidad para reevaluar el significado de suelen emplear entre una y seis sesiones (habitual-
las situaciones. Basándonos en estos hallazgos, mente menos de tres). Disponer de esa orienta-
creemos que la MBNT podría ser una aproxima- ción sobre el número de sesiones tiene la ventaja
ción útil para el tratamiento de la depresión en de permitirnos preguntarnos qué es lo que está
los pacientes con cáncer. Sin embargo, hasta aho- pasando cuando terapeuta y paciente están nece-
ra no disponemos de estudios que comparen di- sitando más sesiones para acordar un foco de tra-
rectamente la eficacia de MBNT frente a otros bajo conjunto. En este caso, esa dificultad se con-
tipos de terapia. vierte en sí misma en un área de exploración.
Además de nuestros ensayos clínicos sobre te- Durante estas fases iniciales se persiguen tres
rapia narrativa, otros grupos también han publi- tipos de objetivos:

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 223 09/10/13 9:08


224 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

— La evaluación y correspondiente formula- TABLA 9.1 (continuación)


ción del caso, que incluye el plan de ac-
tuación. 7. ¿Cómo se originó históricamente?
— La construcción de la alianza de trabajo. Desarrollo, biografía, perspectiva transgeneracio-
— El acuerdo de un contrato entre paciente nal.
y terapeuta, que guíe el proceso psicotera- 8. ¿Qué facilitó su aparición o facilita su manteni-
péutico. miento?
Vulnerabilidad, déficits.

3.1.1. Evaluación y formulación 9. ¿Qué puede facilitar el cambio?


para la planificación Recursos, fortalezas, oportunidades.
10. ¿Cuáles son las expectativas respecto a la consulta?
Llamamos formulación al proceso por el que la Realismo, límites.
información recogida durante la fase de evaluación
se organiza en una serie de hipótesis sobre las que 11. ¿Cuáles son los objetivos planteables para la tera-
pia?
es posible entender la queja del paciente como un
Definición operativa.
conjunto de problemas cuya solución supondría el
logro de una serie de objetivos, y proponer una 12. ¿Medios para conseguir cada uno de ellos?
estrategia de tratamiento, previendo la modalidad, Factores terapéuticos, estrategias, técnicas.
intensidad y duración del mismo, y los problemas 13. ¿Qué curso de la terapia prevemos?
que más probablemente encontraremos durante su Pronóstico.
desarrollo. Es la intención de formular la formula-
14. ¿Qué dificultades prevemos?
ción que guía la exploración (véase la tabla 9.1). En el paciente y en el terapeuta.
15. ¿Qué contrato proponemos?
TABLA 9.1
Formulación de casos para psicoterapia 3.1.2. Construcción de la alianza
terapéutica
1. ¿Cuál es la queja?
Motivo de consulta.
Hoy sabemos, por la investigación proceso-
2. ¿Cómo se ha producido la consulta? resultados, que lo que sucede en las primeras se-
Análisis de la demanda. siones predice, en muy buena medida, los resulta-
3. ¿Cuál es el problema o problemas? dos que se obtendrán al final de la terapia. Y esto
Listado de problemas, fenómenos. tiene que ver, en gran parte, con el establecimien-
4. ¿Cómo, cuándo y por qué se pone o ponen de ma-
to de una adecuada alianza terapéutica. De nada
nifiesto? sirve una apreciación muy exacta del problema si
Precipitantes. no se dan las condiciones de confianza, acepta-
ción o empatía, de acuerdo sobre la naturaleza
5. ¿Cuál es la secuencia de emociones, ideas, compor-
del problema y sobre los respectivos roles a asu-
tamientos y relaciones que implica?
Estados mentales, defensas, modelos de relación. mir por el terapeuta y el paciente en la resolución
del mismo. Un concepto relacionado con la alian-
6. ¿Por qué se perpetúa o se perpetúan? za terapéutica es el rapport. Malan define el rap-
Perpetuantes, refuerzos, ganancias neuróticas y se- port como «el grado de contacto afectivo entre
cundarias.
paciente y terapeuta» (Malan, 1983).

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 224 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 225

3.1.3. Contrato más feliz»). Definir correctamente unos objetivos


supone considerar sus costes y los riesgos que en-
El contrato es un elemento crucial en la prác- traña su prosecución, y establecer unos marcadores
tica de la psicoterapia. Debe referirse, al menos, de logro que nos permitan saber en qué medida
a tres áreas diferentes. En primer lugar, debe re- nos aproximamos o no a ellos (véase la tabla 9.2).
ferirse a lo que suele llamarse foco, esto es, al tema
o narrativa principal sobre la que versará la tera-
pia. Se trata de acordar una versión del problema TABLA 9.2
que pueda ser compartida por terapeuta y pacien- Contrato psicoterapéutico
te y que permita organizar el trabajo. Para con- (Fernández Liria y Rodríguez Vega, 2001)
seguir esto, el terapeuta debe hacer partícipe al
paciente de su hipótesis sobre qué le pasa, a través Devolución al paciente: hipótesis del tera-
de una exposición fundamentada que general- peuta (razonada), estimación pronóstica,
mente va a incluir alguna referencia a la base teó- justificación de una propuesta de trata-
Foco miento.
rica que lo sustenta. Este tipo de referencia, que
nunca fue extraña a los practicantes de la modi- Acuerdo de una versión conjunta (terapeu-
ficación de la conducta, se ha impuesto también ta/paciente) del problema.
en los manuales de terapia cognitiva (Beck et al., — Individual/pareja/familiar/grupo.
1983), interpersonales (Klerman et al., 1984) o — Lugar.
psicodinámicos (Luborsky, 1984; Strupp y Bin- — Frecuencia/duración de las visitas.
der, 1989; Ryle, 1990, 1995). Esta exposición debe — Manejo de incidencias (retrasos, citas
incluir una estimación pronóstica y servir para perdidas/canceladas, prolongación, de-
justificar una propuesta de tratamiento. rivación, urgencias, citas extra...).
En segundo lugar, el contrato debe referirse al — Duración de la terapia (indeterminado
Encuadre —¿hasta cuándo?, ¿hasta conseguir
encuadre. Éste debe definirse en términos de per- qué?—, por tiempo predeterminado —
sonas incluidas en el proceso (individual, de pare- número de sesiones determinado, nú-
ja, de familia, de grupo), lugar en el que va a lle- mero de horas determinado—).
varse a cabo, posición (cara a cara o no, en la mesa, — Normas del paciente (asociación, ta-
en los sillones...), horario, frecuencia y duración de reas para casa...).
las sesiones, manejo de incidencias como retrasos, — Normas del terapeuta (directividad,
respuesta a preguntas, consejos...).
citas perdidas o canceladas, urgencias o citas extra,
y duración previsible (ilimitado, con pretensión de Objetivos Los objetivos deben ser limitados y evalua-
brevedad, con fecha de terminación fija, con nú- del bles, huyendo de definiciones vagas y for-
mero de sesiones predeterminado...). Deben expli- tratamiento mulaciones muy generales.
citarse las normas básicas que han de regular la
actividad del paciente (asociación libre, cumpli-
miento de tareas para casa...) y del terapeuta (con- 3.2. Fases intermedias
testará o no a todas las preguntas, preguntará di-
rectamente o no, dará o no opiniones o consejos...). Son las que más tiempo ocupan y en las que
Por último, el contrato debe establecer los ob- se considera que tiene lugar lo nuclear de la acti-
jetivos del tratamiento y explicitar las expectativas vidad psicoterapéutica. Entendemos que en ellas
de terapeuta y paciente. Los objetivos deben ser se llevan a cabo, simultánea y entrecruzadamente,
limitados, realistas y evaluables, huyendo de defi- dos procesos: la construcción de pautas-problema
niciones vagas y formulaciones muy generales («ser y el cambio.

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 225 09/10/13 9:08


226 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

3.2.1. ¿Qué es la pauta-problema? trama o el escenario, porque lo que se repite a


través del tiempo es el modo de relación entre
Es una narrativa construida entre terapeuta y ellos.
paciente, que describe la experiencia del paciente
como la repetición de un modo insatisfactorio de Siguiendo con la paciente del ejemplo ante-
relación consigo mismo, o con los otros significa- rior, la sintomatología ansiosa puede aparecer,
tivos, en el contexto de una cultura. también, al ir a por recetas a su médico de aten-
Todo lo que ocurre en terapia, tal como aquí ción primaria o al hacerse las analíticas. Pero es
la entendemos, es una narrativa, y lo es porque más, puede que esta forma de afrontar el «miedo»
supone una descripción, a través del lenguaje, de apareciese ya en la infancia, expresándose como
una experiencia (experiencia del proceso oncoló- miedo a la oscuridad o a dormir sola. Los escena-
gico para una persona, por ejemplo). rios son diferentes, pero todos ellos le recuerdan
su vulnerabilidad ante la enfermedad y, más con-
La pauta-problema se construye a través de la
cretamente, ante la vida.
queja, pero es diferente a ella, si entendemos ésta
como la que presenta el paciente como motivo de
La pauta-problema se construye entre el pa-
su demanda de ayuda:
ciente y el terapeuta, dentro del proceso psicote-
«Vengo a consulta porque me siento terri-
rapéutico (Sluzski, 1992, 1998). Ambos:
blemente nerviosa cuando llego a ponerme los
ciclos de quimioterapia al hospital. He llegado — Definen los relatos o narrativas dominan-
a tener crisis de ansiedad y el último día tuve tes en la vida del paciente, en los que está
que marcharme a casa sin poder ponerme poner incluida la pauta-problema.
el ciclo.» — Señalan narrativas consonantes en los que
se repite la pauta-problema.
En ocasiones, la queja del paciente puede no — Discuten narrativas alternativas, que ex-
coincidir con el problema que, a juicio del tera- cluyan la pauta-problema.
peuta, debe ser considerado central en el trata- — Ensayan esos relatos alternativos. Los en-
miento. sayos tienen lugar tanto en la consulta
como en la vida cotidiana, de modo que
La paciente del ejemplo anterior puede expre- haya un efecto de generalización y afian-
sar de ese modo sus miedos y temores respecto a zamiento de las nuevas narrativas.
la enfermedad y la muerte. — Se despiden incluyendo la historia del tra-
tamiento psicoterapéutico entre las nuevas
Hablar de pauta incluye las ideas de forma y narrativas del paciente.
repetición. Al describir una pauta, se resalta una
experiencia particular de la realidad frente a La construcción de la pauta-problema puede
otras, lo cual, implícitamente, incluye pistas para realizarse desde:
posibles ensayos de conductas, pensamientos,
emociones y relaciones alternativos al que la pa- — La historia biográfica personal.
ciente trae al tratamiento. Es decir, la descrip- — La conducta.
ción de la experiencia le da a ésta una «forma» — El pensamiento.
en el mundo particular de la paciente. Pero ha- — El sistema de relaciones y creencias con los
blar de pauta nos lleva, también, a la idea de otros significativos.
repetición. En la narrativa que describe la pauta- — Las sensaciones corporales, con o sin his-
problema pueden cambiar los protagonistas, la toria.

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 226 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 227

3.2.2. El proceso de transformación ciones a emociones y sensaciones físicas), pero


de pautas-problema. Estrategias también a través de intervenciones de abajo-arri-
de cambio ba (desde sensaciones corporales hacia significa-
dos y una narrativa) sobre los canales de proce-
Conversación terapéutica samiento de la información (Ogden, 2006).
Nos referimos a la construcción, a través de La premisa de trabajo en la mayoría de las
la conversación terapéutica, de un relato alterna- corrientes psicoterapéuticas es que el cambio
tivo, que permita incluir nuevas experiencias y ocurre en una dirección «de arriba-abajo». Es de-
significados. cir, un cambio significativo en los procesos de pen-
A través del proceso psicoterapéutico va ad- samiento de un paciente (a través de la introspec-
quiriendo «carácter de realidad» una nueva na- ción, la exposición o la restructuración cognitiva),
rrativa que surge de la interacción terapéutica. En en conjunción con el recuerdo o la reexperiencia
esta nueva narrativa, o nuevo relato, se hacen in- terapéutica del suceso, resuelve las emociones,
viables las actitudes y conductas que caracteriza- conductas y síntomas problemáticos del paciente.
ba la narrativa de la consulta. Es decir, pierde Sin embargo, hay pacientes en los que la ex-
fuerza y se difumina la narrativa que lleva al pa- periencia corporal se convierte en el punto de en-
ciente a demandar ayuda, una narrativa cargada trada para la intervención; la expresión corporal
de sufrimiento, pero dominante en la vida del pa- y la creación del significado surgen de la subsi-
ciente hasta entonces. guiente reorganización somática de las respuestas
habituales. Es preciso, entonces, el trabajo de aba-
Siguiendo a la paciente de los ejemplos previos, jo-arriba, atendiendo directamente al cuerpo del
con crisis de ansiedad ante la quimioterapia, cuya paciente, pues ello hace posible tratar las funcio-
narrativa inicial de ansiedad y miedo al tratamien- nes más automáticas e involuntarias. El cerebro
to se transforma, a través de una terapia que alienta funciona como un todo integrado pero compren-
a la exposición, en una narrativa de capacidad y va-
de sistemas que están organizados jerárquicamen-
lor para combatir los miedos ante la enfermedad.
te. Las funciones cognitivas se desarrollan y de-
En el primer encuentro terapéutico, y a través penden de la integridad de estructuras de «nivel
del lenguaje, es decir, durante la conversación, el inferior», límbicas (emocionales) y reptilianas, y
terapeuta ayuda al paciente a construir la narrati- de la experiencia sensorio-motora.
va que incluye la pauta-problema por la que el pa- La capacidad de los seres humanos de auto-
ciente llega a la consulta. Para hacer eso, resalta conciencia, interpretación y pensamiento abs-
unos relatos y no otros, propiciando asociaciones tracto existe dentro de esta relación de desarrollo
entre secuencias relacionales próximas en el tiempo y jerárquica con las respuestas instintivas y no
o consonantes con escenas de la biografía pasada. conscientes del cuerpo. Estas respuestas, inter-
La tarea del terapeuta no es ofrecer una versión conectadas y jerárquicamente organizadas, va-
determinada del problema, sino cuestionar la con- rían desde la activación instintiva y las defensas
sistencia de la versión inicialmente planteada por de los mamíferos, los sentimientos y la expresión
el paciente y ayudarle a explorar posibles signifi- afectiva, hasta los pensamientos, la autocon-
cados alternativos de los elementos que la integran. ciencia reflexiva y la creación del significado
(Ogden, 2006).
Para un adecuado procesamiento cognitivo,
Técnicas de regulación emocional
como forma de trabajo con las narrativas, es ne-
Las nuevas narrativas pueden surgir a través cesario procesar la experiencia en un estado de
de intervenciones de arriba-abajo (desde narra- «activación óptima». La zona ideal entre los dos

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 227 09/10/13 9:08


228 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

estados psicológicos extremos de hiperactivación que quede superado por la reactivación de emo-
e hipoactivación autonómica fue descrita por Sie- ciones muy intensas.
gel como la «ventana de tolerancia», o rango de
activación dentro del cual el individuo puede ex- Prácticas basadas en mindfulness
perimentar activación psicopatológica como tole-
rable o manejable (Siegel, 1999). En este rango Como hemos señalado más arriba, nuestro
óptimo, el paciente puede integrar la información grupo integra la actitud y la práctica de mindful-
a niveles cognitivo, emocional y sensoriomotor. ness en nuestra práctica psicoterapéutica. La me-
Todas las intervenciones dirigidas hacia la regu- ditación mindfulness es una forma de experimentar
lación emocional buscan desarrollar o aumentar la vida sin enjuiciar, lo que supone la aceptación
una ventana de tolerancia existente. de la situación presente, incluyendo los sínto-
Las intervenciones de abajo-arriba, somáticas, mas de la enfermedad y las emociones negativas,
que tratan de las sensaciones físicas repetitivas, sin juzgar, con atención plena.
espontáneas, de hiperactivación e hipoactivación, Los pacientes son entrenados en la práctica
se pueden integrar con intervenciones más tradi- formal e informal de mindfulness. La práctica
cionales, de arriba-abajo, que ayudan a transfor- formal establece períodos concretos de medita-
mar la narrativa y facilitan el desarrollo de un ción, como sentarse y focalizar la atención en la
sentido somático reorganizado del yo. Un abor- respiración, el escáner corporal, caminar con
daje que integre mente-cuerpo ayuda a estos pa- atención plena, estiramientos con atención ple-
cientes a regular sus experiencias físicas de forma na, y series de ejercicios de hatha-yoga suave. La
que su correspondiente sentido del yo se sienta práctica informal supone la generalización de
conectado, con recursos, y orientado hacia la ex- una actitud mindfulness en la vida diaria, por
periencia presente. ejemplo focalizar deliberadamente la atención y
El terapeuta se convierte en regulador de los la consciencia en las actividades del día a día
estados disregulados del paciente, para propor- (ducharse, mirar a través de la ventana, comer
cionar un entorno que facilite el desarrollo de las una fruta...).
estructuras inmaduras del paciente que regulan el Las prácticas de mindfulness entrenan a la per-
afecto. El terapeuta observa los signos fisiológicos sona en la observación, sin enjuiciar, y en el mo-
de disregulación y acompasa éstos con interven- mento presente, sin engancharse en sentimientos
ciones para establecer o aumentar la activación: de culpa o fallo, deseos, recuerdos o anticipación
ajustar el tono de voz, nivel de energía, ritmo, sobre el futuro (Ledesma y Kumano, 2009; Mu-
cambio de vocabulario, observación atenta, mo- sial et al., 2011; Shennan et al., 2011).
vimiento y cantidad de contenido emocional o
cognitivo. Cuando el paciente experimenta la cal-
ma y el alivio que acompañan a una activación 3.3. Fase de terminación
óptima (dentro de su ventana de tolerancia), la
alianza terapéutica está reforzada. Con un aumen- El final de una intervención psicoterapéutica
to en la sensación de seguridad, la exploración del no implica, necesariamente, el final de la relación
paciente de sus propias experiencias se convierte entre paciente y terapeuta. Puede dar lugar al es-
en menos inhibida. tablecimiento de sesiones de seguimiento, o en el
El trabajo del terapeuta es «despertar» las ca- caso de existencia de estresores crónicos, como
pacidades exploratorias, al promover un sentido puede ser el miedo a las recaídas en el cáncer, o
somático de seguridad, y cultivar la capacidad de de factores de personalidad que predisponen a
observación y curiosidad en el paciente, evitando recaídas, puede dar paso a una terapia de mante-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 228 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 229

nimiento, que tendría un contrato, unos objetivos hubiera producido ningún cambio desde
y una forma de trabajo diferentes. el inicio de la terapia, qué sería lo mejor
Esta fase se guía por la prosecución de una que podría suceder a partir de ahora, y
serie de objetivos: qué es lo que parece más probable, así
como qué cosas o personas —diferentes
— Revisar el curso de la terapia, los logros del terapeuta— le podrían ser de ayuda si
conseguidos y la capacidad del paciente en un momento dado flaqueara.
para afrontar los logros pendientes. La ter- — Definir condiciones de una nueva consul-
minación debe ser anunciada y discutida ta y cuál es el procedimiento por el que
explícitamente al menos dos o tres sesiones debe hacerse (llamar directamente, consul-
antes de la última. Debe preguntarse al tar con su oncólogo...).
paciente qué es lo que ha supuesto para él
la experiencia de la terapia y pedirle que
haga una valoración de los objetivos que 4. ELEMENTOS ESPECÍFICOS
se proponía alcanzar cuando la inició y lo DE LA TERAPIA NARRATIVA
que cree haber conseguido con ella. CON PACIENTES CON CÁNCER
— Revisar la evidencia de capacidad de fun-
cionamiento del paciente independiente A través de la conversación terapéutica se ex-
del terapeuta. ploran los nudos de significado narrativo que con-
— Modular el proceso de retirada según los tienen las historias de los pacientes. Los nudos
requerimientos de cada paciente. son áreas de la narrativa que tienen potencialidad
— Abordar los aspectos de dependencia o de cambio a través de la exploración y el cuestio-
beneficio secundario (bajas, rol de enfer- namiento, debido a que son especialmente rele-
mo...) vinculados a la terapia. vantes para esa persona concreta en su situación
— Abordar los posibles aspectos de duelo li- particular de enfermedad. El problema que el pa-
gados al fin de la terapia. En el caso de los ciente presenta como narrativa dominante (por
pacientes que han acudido a la terapia por ejemplo, «no puedo dormir», «temo una recidi-
trastornos afectivos, como es el caso de la va», «me da miedo hablar con mi mujer sobre lo
mayoría de los pacientes oncológicos que que me asusta») es el punto de entrada para la
inician un tratamiento de este tipo, es es- conversación terapéutica (Sluzski, 1992).
pecialmente importante considerar que el En los pacientes con cáncer hay una serie de
sentimiento de pena (o de indefensión, o aspectos particularmente frecuentes a los que el
de miedo) que puede acompañar a la se- terapeuta debe prestar atención (Rodríguez Vega
paración de la terapia y del terapeuta pue- et al., 2013), y que expone a continuación.
da ser interpretado como una recaída en
lugar de como una reacción adecuada. Desde la perspectiva de primera persona
— Prever problemas futuros y estrategias de
afrontamiento. Evidencias acerca de la ca- — Fomentar la regulación emocional a través
pacidad del paciente para afrontar sus de la focalización del trabajo en el cuerpo. Esto
problemas sin ayuda, a partir de las situa- puede significar trabajar con un paciente hiperac-
ciones a las que ha hecho frente en el cur- tivado (inundación emocional) o hipoactivado,
so de la terapia. Una estrategia recomen- inhibido, o emocionalmente constreñido. El ob-
dable puede ser preguntarse cómo hubiera jetivo es restaurar el cuerpo como recurso para el
respondido ante dichos problemas si no se crecimiento y la modulación emocional, en opo-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 229 09/10/13 9:08


230 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

sición a que se trate de un lugar de daño o pérdi- dependiente, de cuidador a ser cuidado, de traba-
da (Ogden, 2006). jador a pensionista. Los aspectos específicos alre-
dedor de la adaptación funcional a la vida diaria,
Marta es una mujer de 37 años que acude, tales como el hecho de tener que caminar con mu-
derivada desde oncología médica, para uno valo- letas o llevar una colostomía, estarían incluidos
ración porque, desde hace una semana, nota opre- aquí (Averill y Nunley, 1993; Schut et al., 2001).
sión en el pecho, y sensaciones de adormecimiento
del cuerpo desde los pies a la cabeza. Estos sínto- Rosa es una mujer de 63 años, operada de un
mas le impiden ir a trabajar, no duerme, acudien- melanoma. Acude a consulta porque desde hace
do a urgencias sin saber que le está sucediendo. unos meses nota que «no soy la que era, yo antes
ayudaba a todo el mundo, era fuerte... Ahora llo-
— Explorar la biografía del paciente para en- ro». Se encuentra triste desde que le han diagnos-
tender cómo él o ella contestarían la pregunta ticado un melanoma a su hija. Tiene una historia
«¿quién soy yo?». Breitbart et al. (2010) proponen de muchas pérdidas, y sólo el hecho de pensar que
que el cáncer modifica la respuesta a esta pre- su hija pueda ser la siguiente la desborda, tenien-
gunta. do muchas dificultades para hablar con ella y, re-
cíprocamente, la hija para apoyarse en Rosa.
Por ejemplo, la pérdida de autonomía aso- (Rosa nos está planteando trabajar desde lo rela-
ciada a la enfermedad puede tener diferentes im- cional las dificultades para hablar entre ellas, así
plicaciones para un paciente que, a través de una como desde el cambio de rol —ahora la enferma
infancia de malos tratos, aprendió que depender es su hija—, además de la culpa familiar que sien-
de los demás es peligroso, que para otro paciente te por la posible «transmisión del gen»).
que se sintió querido cuando tuvo experiencias
de vulnerabilidad o fragilidad en su vida. Esta Desde la perspectiva de tercera persona
última persona puede encontrar la pérdida actual
de autonomía como una experiencia agradable, — Explorar los cambios en los valores de la
en el sentido de que fomenta la conexión con los persona desde la enfermedad. ¿Qué aspectos del
seres queridos y la posibilidad de descubrir una mundo de creencias del paciente cuestiona la en-
forma diferente de posicionamiento en el mundo fermedad? Aquí nos referimos a temas existencia-
desde la experiencia de la enfermedad (Breitbart les básicos, como la libertad, la muerte, el sentido
et al., 2010).
de la vida, la soledad y los cambios que afectan
a lo nuclear de la identidad de la persona, a lo
Desde la perspectiva de segunda persona:
nuclear del self o «core» del self (Frankl, 1984).
— Explorar las relaciones significativas del También tenemos que tener en cuenta las narra-
paciente. Los seres humanos son seres relaciona- tivas culturales que tanto el paciente como el te-
les que no existen en soledad. Por esta razón es rapeuta utilizan para construir sus historias y la
importante incluir a la familia en los momentos imagen, a veces el estigma, que una sociedad de-
clave del proceso psicoterapéutico y explicitar el terminada y en un momento histórico concreto
trabajo que surge con ella en la relación terapéu- sostiene sobre la enfermedad oncológica.
tica (Kissane y Bloch, 2002).
Laura es una mujer de 41 años diagnosticada
— Explorar el significado del duelo por la
de cáncer de mama. Acude derivada desde onco-
pérdida de la salud, la anticipación de la muerte ginecología. Laura dice «ya no soy mujer, soy vie-
y la inminente separación de los seres queridos ja, tengo la menopausia», «¿por qué a mí...? Yo
(Worden, 2004), así como la transición del rol de no tengo antecedentes, me cuido... Algo malo ha-
«sano» al rol de «enfermo», de independiente a bré hecho en la vida para que me haya ocurrido,

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 230 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 231

no me merezco nada». (Laura habla desde el mun- emocional individual y familiar, facilitan-
do de creencias que tienen que ver con el género, do la comunicación familiar, y ayudando
con el significado de ser mujer incorporado a tra- a redefinir las relaciones en previsión del
vés de las creencias dominantes de una sociedad deterioro físico o la muerte.
determinada. También desde las creencias de la
enfermedad como castigo ante una infracción).
Así, en cada intervención, el terapeuta debe
tener en cuenta la posibilidad de:
Los elementos de significado clave identifica-
dos a través de este proceso pueden guiar al tera-
— La participación de miembros de la fami-
peuta a través de una serie de tareas, tales como:
lia, amigos u otras personas significativas
en la conversación.
— Explorar el significado de la enfermedad
— Discutir los temas existenciales y de duelo.
en el contexto de la biografía del paciente.
— Trabajar con la conciencia somática en
— Explorar el significado de temas existen-
una de sus muchas formas.
ciales, incluyendo el miedo a la muerte, la
— Ayudar a la reestructuración cognitiva a
soledad y la dependencia. Algunos de es-
través de clarificaciones o confrontaciones
tos temas pueden sufrir variaciones según
sobre los patrones o las creencias que
el género o la cultura.
mantienen la narrativa de la depresión.
— Explorar el significado de relaciones sig-
— Trabajar con la relación terapéutica.
nificativas para el paciente, pasadas o pre-
— Mantener en foco en el descubrimiento y
sentes.
fortalecimiento de los recursos sanos del
— Explorar la relación con el terapeuta y uti-
paciente.
lizar las oportunidades inherentes a la
misma para establecer y mantener la rela-
Recientemente hemos publicado un manual
ción terapéutica, así como vía de entrada
de referencia que describe cómo la estrategia te-
a la exploración relacional.
rapéutica se desarrolla a lo largo de las etapas del
— Explorar el significado del duelo, entendi-
proceso terapéutico (Rodríguez Vega y Liria Fer-
do como la pérdida de funciones que antes
nández, 2012).
conservaba la persona, y las dificultades
en la transición de rol.
— Entrenar en técnicas de regulación emo-
5. EJEMPLO DE CASO
cional, incluyendo mindfulness, auto-hip-
nosis, imaginación guiada y otras técnicas
5.1. Presentación del caso
somatosensoriales, con el objetivo de au-
mentar la conciencia somática y focalizán-
Dina es una mujer de 32 años que fue derivada
dose en los recursos sanos para regular las
al programa de psicooncología, desde gineoncolo-
emociones, ocupándose de síntomas espe-
gía, para valoración de cuadro de ansiedad.
cíficos (por ejemplo, dolor, náuseas o vó-
En septiembre de 2012 le diagnosticaron un
mitos anticipatorios), o de la preparación
cáncer de útero y la operaron en diciembre de ese
para una prueba invasiva o una interven-
mismo año (histerectomía radical + linfadenecto-
ción quirúrgica.
mía pélvica); cuando le dijeron que su tumor es-
— Inclusión en el proceso terapéutico de las
taba relacionado con el virus del papiloma huma-
personas significativas en la vida del pa-
no (HPV) «me sentí culpable..., me lo merecía...
ciente, con el objetivo de validar el estrés
No se lo dije a mis padres, les conté que tenía otro

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 231 09/10/13 9:08


232 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

tumor diferente para que no me juzgaran’’. Tras Exploración psicopatológica


recibir el diagnóstico tuvo que llamar a su madre
para que se hiciera cargo de su hijo, «porque yo le Consciente y orientada globalmente. Ansiedad
exigía mucho, me enfadaba con él... No toleraba importante. Disminución de la atención y concen-
que me abrazara, no podía cuidarle». Dina cree que tración. Hiperalerta. Tristeza con tendencia al
no es una buena madre. Además, dice que está llanto. Sentimientos de rabia, de enfado y de vacío
preocupada por todo, que si su hijo le pide ir al a raíz del cáncer, de incapacidad, de infravalora-
cine o palomitas se enfada, todo le agobia. «Ando ción como mujer y de culpa. Miedo. No presenta
como perdida, con mucho vacío, quiero estar bien». alteraciones sensoperceptivas. No presenta altera-
«No puedo darle a mi hijo lo que necesita». «Aho- ciones del curso ni forma del pensamiento. Insom-
ra no valgo nada, al quitarme el útero ya no puedo nio en ocasiones. No alteraciones de la alimenta-
tener hijos, tendría que poder tener más hijos, crear ción. No refiere ideación de suicidio.
una familia y ya no soy capaz...Nadie va a querer
estar conmigo..., no sirvo como mujer». «La culpa
ha sido mía, el cáncer me ha hecho ver que no me 5.2. Formulación del caso
merezco nada, ya no puedo hacer nada...».
Dina nació en Albania. Sus padres emigraron 1. ¿Cuál es la queja? Motivo de consulta.
a Estados Unidos cuando ella tenía 3 años, y la — Ansiedad.
niña se quedó a cargo de sus abuelos y hermanos. — Tristeza.
Es la quinta de 6 hermanos, la mayor y la peque- — Irritabilidad.
ña son chicas. La mayor emigró también a Esta- — Sentirse culpable.
dos Unidos y ella se marchó a España. Su her- — Sentirse mala madre.
mana pequeña le sigue echando en cara que la — Sentirse fracasada.
dejó sola frente a sus hermanos. Se vino a Espa- — No ser mujer porque no puede tener
ña con 18 años, «quería salir, huir de mis herma- más hijos.
nos, de tener que casarme con el hombre que ellos — Baja autoestima.
decidieran, pues si no lo hacía, me pegaban...Mis — Rechazo de relaciones de pareja por
padres nunca me defendieron frente a ellos». Cuan- el miedo a repetir.
do llegó a España comenzó a trabajar en Cruz
Roja y a leer libros para aprender el idioma. Con 2. ¿Cómo se ha producido la consulta? Aná-
20 años conoció a su exmarido (él tenía entonces lisis de la demanda.
39 años) y se casó con él. Convivieron con la
madre de él. Al principio se sentía protegida, «era La ginecóloga, en la revisión de la cirugía, la
como estar en familia». Después comenzó a mal- encuentra angustiada y le ofrece acudir al progra-
tratarla, hasta que Dina le denunció y se separó ma de psicooncología, propuesta que ella acepta.
hace 3 años. Sigue en contacto con su exmarido El desencadenante ha sido el proceso oncológico,
por el hijo común de ambos. «Cuando mi exma- y que éste estuviera relacionado con un virus que
rido me pegaba, me acordaba de lo que decía mi se contagia tras tener relaciones sexuales.
madre de que todos los hombres son iguales». Ac-
tualmente convive con el niño y trabaja en la lim-
3. ¿Cuál es el problema o problemas? Listado
pieza de una empresa.
de problemas, fenómenos.
Se considera una fracasada con su familia de
origen y en la propia, en la pareja, como madre y — «Estoy pendiente de todo, no estoy
como mujer. tranquila».

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 232 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 233

— Cree que haber tenido un cáncer que identidad femenina. Ser mujer, para ella,
se relaciona con un virus contagioso está asociado con darle hijos a un varón y
y con relaciones sexuales es un castigo formar una familia. Perder esa posibilidad
y merece que le vaya mal en la vida. la invalida como mujer.
— El no haber sido capaz de cuidar de su — La reactivación, a través de ese sentimien-
hijo durante la enfermedad la convier- to de minusvalía, del sentimiento infantil
te en una mala madre, además de no de inutilidad, de ser alguien despreciable al
haber conseguido tener una familia. que los hermanos pueden pegar y maltra-
— El no poder tener más hijos tambalea tar sin que merezca que nadie (la madre)
sus creencias sobre ser mujer. la defienda. Esta pauta se repite con el ma-
— Rechaza tener más relaciones de pa- rido y con la suegra. Se refuerza, también,
reja porque cree que todos los hom- su estereotipo de género con esta experien-
bres son iguales y la maltratarán o cia: «todos los hombres son iguales».
rechazarán. — La tristeza y el enfado con ella misma la
— Si ella no se defiende, nadie lo hará incapacitan temporalmente para el cuidado
por ella (hermanos, marido). de su hijo. La agresividad hacia el niño le
genera sentimientos de culpa y acrecienta
4. ¿Cómo, cuándo y con quién se ponen de el sentimiento de no valía. Al mismo tiempo,
manifiesto? Precipitantes. la rabia la aparta del sentimiento de triste-
za, le genera sentimientos transitorios de
El precipitante ha sido el diagnóstico de cán-
empoderamiento, y la distancia también de
cer y la histerectomía.
la pena ante la posible separación de su hijo.
La tristeza y ansiedad se ponen de manifiesto
en la relación con su hijo y también con su madre,
Se propone iniciar el trabajo psicoterapéutico
a la que tiene que pedir ayuda para cuidar de su
desde la revisión de su biografía y el cuestiona-
hijo. Además, estos síntomas aparecen en el diá-
miento de las creencias de género que sostienen
logo interno que mantiene consigo misma: «soy
un discurso desvalorizador para ella.
una desgraciada, no sirvo para nada». Con la gi-
necóloga, ante las revisiones, se acrecienta la an-
6. ¿Por qué se perpetúan? Perpetuantes, re-
siedad, y con la anticipación de evolución catas-
fuerzos, ganancias.
trófica de la enfermedad.
Dina tiene pocos apoyos sociales. La enferme-
5. ¿Cuál es la secuencia de ideas, emociones, dad oncológica acrecienta su sentimiento de in-
comportamientos y relaciones que implica? defensión (miedo a la evolución negativa de la
Estados mentales, defensas, modelos de re- enfermedad y a las limitaciones físicas que pueda
lación. conllevar esto) y reactiva ese mismo sentimiento
infantil.
La tristeza y sentimientos de enfado y minus-
valía de Dina parecen ser la expresión de una pau-
7. ¿Cómo se originó históricamente? Desa-
ta problema que surge de:
rrollo, biografía, perspectiva transgenera-
cional.
— La pérdida de la salud, y específicamente
la pérdida del útero, que, por sus creencias Los sentimientos de no ser valiosa como per-
de género en su cultura y familia de ori- sona ni como mujer se iniciaron cuando ella era
gen, tiene íntimamente conectada con la pequeña y sus padres nunca la defendieron frente

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 233 09/10/13 9:08


234 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

a sus hermanos; tampoco su suegra lo hizo fren- cia sentimientos de los que ella siempre ha hui-
te a su hijo, cuando éste le pegaba. Siente que ella do, y mejoría de los síntomas de ansiedad y
tampoco está siendo capaz de cuidar de su hijo, depresión.
al igual que no lo hizo su madre con ella. Además, Ayudarle a relacionarse de otra manera con
el que sus relaciones masculinas hayan sido de su biografía y su mundo de valores, para que éstos
maltrato (hermanos y marido), junto con lo que no restrinjan, en tan alto grado, su sentimiento
su madre le dijo: «todos los hombres son iguales», de capacidad y de amor por ella misma.
le ha producido que rechace relaciones de pareja,
y pensar que en el caso de que no fuera así «me 12. ¿Medios para conseguir cada uno de ellos?
rechazarían por no poder formar una familia». Factores terapéuticos, estrategias, técni-
Desde su perspectiva de género, las relaciones de cas.
pareja o el matrimonio son para formar una fa-
Revisión de la biografía. Conversación entre
milia; si no, no sirves como mujer.
terapeuta y paciente que busque los episodios re-
lacionales a lo largo de su vida que hacen reacti-
8. ¿Qué facilitó su aparición o facilita su
var en ella ese sentimiento de indefensión y mi-
mantenimiento? Vulnerabilidad, déficits.
nusvalía. La terapeuta le ayudará a comprender
Ante la enfermedad aparecen sentimientos te- de otra manera sus necesidades (ser «vista», aten-
midos por ella: inseguridad, y sentimientos de dida, valorada), sus miedos a las respuestas de los
culpa y vergüenza. Al mismo tiempo, cuenta con otros (agresividad y maltrato) y su propia res-
pocos apoyos sociales. puesta a ellos (replegarse a las necesidades de
otros y, en ocasiones decisivas para ella, rebelarse
9. ¿Qué puede facilitar el cambio? Recursos, y huir ante el maltrato).
fortalezas, oportunidades. Revisión de las creencias de género, cuestionan-
do aquellas que la llevan a estrechar sus miras
Dina es una mujer autónoma, independiente,
como mujer y a sentimientos de minusvalía como
que ha sido capaz de emigrar, de tomar sus pro-
madre.
pias decisiones y no permitir que otros las toma-
Relación con la terapeuta. Establecer con la
ran por ella (como el casarse en su país). Apren-
terapeuta una relación de aceptación y de valida-
dió sola el idioma. Fue capaz de romper y
ción no crítica, una relación entre iguales que le
denunciar a su pareja y de pedir ayuda a su madre
ayude a construir una imagen de sí misma como
cuando la ha necesitado.
de alguien merecedor de ser bien tratado.
Entrenamiento en Mindfulness. Le ayudaría a
10. ¿Cuáles son las expectativas respecto a la
detectar y tolerar emociones que ella considera
consulta? Realismo, límites.
negativas, aceptándolas sin juzgarse, y a tener una
Dina pide a la terapeuta que le ayude a recu- relación con ella misma de autocomprensión o
perar la capacidad de cuidar de su hijo y sentirse autocompasión.
con menos tristeza y ansiedad. Movilización de apoyos y recursos sociales a
través de la trabajadora social.
11. ¿Cuáles son los objetivos que se pueden
plantear para la terapia? Definición ope- 13. ¿Qué curso de la terapia prevemos? Pro-
rativa. nóstico.
Ayudarle a conseguir mayor regulación emo- Durante las dos primeras sesiones Dina ha
cional, lo que incluye una mayor tolerancia ha- respondido con curiosidad e interés a la propues-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 234 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 235

ta de trabajo de terapeuta. Su propia necesidad distintas a tu exmarido, o por sentirte una persona
de ayuda le ayudará a implicarse en la terapia. sin valor. Creo que has tenido una vida dura que no
te ha facilitado verte como alguien digno de ser
14. ¿Qué dificultades prevemos? En el pacien- cuidado y bien tratado. Tu experiencia de maltrato
te y en el terapeuta recibido de tus hermanos y de tu exmarido han in-
fluido en ello; quizá, también, las creencias acerca
Poder establecer una relación de exploración
de lo que es una mujer que había en tu país y en tu
respetuosa de su mundo de creencias, sin impo-
familia. ¿Te parece que puede ser así? Por otra par-
nerle el propio de la terapeuta.
te, has demostrado ser muy valiente huyendo de la
Limitaciones que provengan de la evolución
relación de abuso de tus hermanos y de tu exmari-
de la enfermedad y de su precaria situación so-
do, y siendo capaz de criar sola a tu hijo.
cioeconómica.
Te propongo que nos veamos, primero, una vez
a la semana, y después cada quince días, durante
los próximos seis meses (entre quince a veinte se-
5.3. Descripción del contrato
siones), con el objetivo de ayudarte a que puedas
hablarte de otra manera, con más aprecio y menos
Dina, nos hemos visto en tres ocasiones y me
autoexigencia, a que encuentres de nuevo tus recur-
has dejado conocer recuerdos dolorosos de tu vida,
sos y se vayan disolviendo esos sentimientos de tris-
así como tu forma de valorarte, y todo aquello que
teza. Lo haremos, si estás de acuerdo, explorando
tú piensas acerca de lo que tiene que ser o hacer
juntas tu vida pasada, las ideas que tienes sobre las
una mujer.
mujeres, que te desvalorizan, y entrenando técnicas
Me parece también que nos hemos encontrado
para ayudarte a regular las emociones, a detectar-
cómodas trabajando juntas, ¿es así? Estás triste
las, aceptarlas y aprender a ir dejándolas pasar.
después del diagnóstico del cáncer, has llegado a
¿Qué te parece el trabajo que te estoy propo-
creer que, de alguna forma, te lo mereces por haber
niendo? ¿Crees que puede encajar con la idea que
mantenido relaciones sexuales con otras parejas
tienes de lo que tú necesitas?

LECTURAS RECOMENDADAS

Rodríguez Vega, B., Bayón Pérez, C., Palao Tarrero, teoría de la terapia narrativa y la atención plena. Tam-
A. y Fernández Liria, A. (2013). Mindfulness- bién plantea herramientas para el/ la terapeuta.
based narrative therapy for depression in cancer El texto está dividido en tres partes o secciones
patients. Clinical Psychology and Psychotherapy, principales. La primera sección se centra en la perspec-
28, 472-493. tiva teórica, e incluye, como importante para la cons-
trucción narrativa, la forma en la que la mente humana
Artículo de revisión, actualizado, sobre los ele-
descansa, tanto sobre una base neurobiológica, lingüís-
mentos específicos de terapia narrativa y mindfulness
ticamente condicionada, como sobre una base interper-
en pacientes con cáncer.
sonal y social culturalmente determinada. También
Rodríguez Vega, B. y Fernández Liria, A. (2012). Te- explica la convergencia entre atención plena y terapia
rapia narrativa basada en la atención plena para la narrativa, como una práctica no verbal que potencial-
depresión. Bilbao: Descleé de Brouwer, S.A. mente es capaz de modificar las historias de vida de la
persona.
Este es un libro fundamental y reciente, que reco- La segunda parte del libro se centra en las narra-
ge, desde la práctica clínica diaria, la aplicación de la tivas de la depresión; se hace una descripción del pro-

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 235 09/10/13 9:08


236 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

ceso terapéutico, desarrollando en mayor profundidad manualizadas y su eficacia y validación empírica; esta-
algunas ideas ya presentes en libros anteriores (Fernán- blece estructura y objetivos, los efectos de la interven-
dez Liria y Rodríguez Vega, 2002; Fernández Liria y ción y el encuadre de cada una de ellas. Finaliza con
Rodríguez Vega, 2001). Podemos decir que se elabora una discusión sobre los factores comunes a todas ellas.
un mapa para guiar al terapeuta hacia los lugares de
transformación narrativa. Como terapeutas, buscamos
desestabilizar narrativas rígidas, o flexibilizar ideas es- Kabat-Zinn, J. (2004). Vivir con plenitud las crisis.
tereotipadas en el núcleo del malestar, pero no preten- Barcelona: Kairós.
demos conocer el lugar concreto al que ese proceso o
mapa nos va a llevar. Es un mapa de método, pero no Es un libro muy práctico, cuyo objetivo es atender
es el camino. al momento presente, sin vivir en el futuro, que es in-
En la tercera sección se incluyen algunas técnicas cierto, o en el pasado, que no podemos modificar. De-
útiles, así como información relevante para el proceso fiende la práctica de la atención plena y la meditación,
de formación como terapeutas y de investigación en como complemento del tratamiento médico, y el
esta forma de hacer terapia. aprendizaje de cuidar de sí mismo. Ayuda a compro-
meterse de forma activa en el cuidado de la enferme-
dad y de sí mismo.
LeMay, K. y Wilson, K. G. (2008). Treatment of exis-
tential distress in life threatening illness: A review
of manualized interventions. Clinical Psychology Snedker Boman, B. (2011). Narrative therapy. En M.
Review, 28, 472-493. Watson y D. Kissane (eds.), Handbook of psy-
chotherapy in cancer care (pp. 69-77). Nueva York:
Wiley.
Este artículo es una revisión de las intervenciones
estructuradas, dirigidas al tratamiento del distrés exis- Este manual revisa las aproximaciones psicotera-
tencial, en las enfermedades que amenazan la vida. El péuticas en psicooncología procedentes de diferentes
artículo está dividido en varias secciones. La primera orientaciones. Cuenta con un capítulo de terapia na-
parte intenta definir el existencialismo y el significado rrativa en oncología escrito por Snedker Boman, en el
del dolor existencial y el sufrimiento, lo que puede sig- que se describen los fundamentos y, sobre todo, la apli-
nificar para cada persona y sus consecuencias sobre el cación práctica de la terapia narrativa, con ejemplos
final de la vida. La segunda sección está dedicada a concretos y la exposición de la terapia narrativa apli-
una revisión de la literatura sobre las intervenciones cada a un caso clínico.

BIBLIOGRAFÍA

Anderson, H. y Goolishian, A. (1992). The client is the Avdi, E. y Georgaca, E. (2007). Narrative research in
expert. En S. McNamee y K. J. Gergen (eds.), The- psychotherapy: A critical review. Psychology and
rapy as Social Construction (pp. 25-49). (Trad. Psychotherapy: Theory, Research & Practice, 80,
Cast.: La terapia como construcción social. Barce- 407-419.
lona: Paidós, 1996). Averill, J. R. y Nunley, E. P. (1993) Grief as an emotion
Angus, L. E. y McLeod, J. (2004). Toward an inte- and a disease: A social constructionist perspective.
grative framework for understanding the role En M. S. Stroebe, W. Stroebe y R.O. Hannson
of  narrative in psychotherapy process. En L. (eds.), Handbook of bereavement: Theory, research
E.  Angus y McLeod J (eds.), The handbook and intervention (pp. 77-90). Nueva York, NY:
of  narrative and psychotherapy: Practice, Cambridge University Press.
theory and research (pp. 367-374). London: Sage; Baer Ruth, A. (2003). Mindfulness training as a clinical
2004. intervention: A conceptual and empirical review.

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 236 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 237

Clinical Psychology: Science and Practice, 10, 125- Fernández Liria, A. y Rodríguez Vega, B. (2002). Ha-
143. bilidades de entrevista para el psicoterapeuta. Bil-
Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F. y Emery, G. (1983). bao: Desclee de Brouwer.
Terapia Cognitiva de la depresión. Bilbao: Desclée Feros, D. L., Lane, L., Ciarrochi, J. y Blackledge, J. T.
de Brower. (2013). Acceptance and Commitment Therapy
Berger, P. L. y Luckmann, T. (1933). The Social cons- (ACT) for improving the lives of cancer patients:
truction of reality: A treatise in the sociology of a preliminary study. Psyco-Oncology, 22, 459-464.
knowledge, Garden City, NY: Anchor Books. Frankl, V. (1984). Man’s Search for Meaning. Nueva
Bishop, S. R., Lau, M., Shapiro, S., Carlson, L., An- York: Washington Square Books.
derson, N. D. y Carmody, J. (2004). Mindfulness: Fresco, D. M., Frankel, A. N., Mennin, D. S., Turk, C.
A proposed operational definition. Clinical Psy- L. y Heimberg, R. G. (2002). Distinct and overlap-
chology Science and Practice, 11, 230-241. ping features of rumination and worry: The rela-
Breitbart, W., Rosenfeld, B., Gibson, C., Pessin, H., tionship of cognitive production to negative affec-
Poppito, S., Nelson, C., Tomarken, A., Timm, tive styles. Cognitive Therapy and Research, 26,
A.K., Berg, A., Jacobson, C., Sorger, B., Abbey, J. 179-188.
y Olden, M. (2010). Meaning-centered group psy- Garssen, B. y van der Lee, M. (2011). Problems ad-
chotherapy for patients with advanced cancer: A dressed during psycho-oncological therapy: a pi-
pilot randomized controlled trial. Psycho-Oncolo- lot study. Journal of Psychosocial Oncology, 29,
gy, 19, 21-28. 657-63.
Cebolla, A. y Miró, M. T. (2006). Eficacia de la Terapia Gergen, K. J. y Kaye, J., (1992). Beyond narrative in
Cognitiva basada en la Atención Plena en el trata- the negotiation of human meaning. En S. McNa-
miento de la depresión. Revista de Psicoterapia, mee y K. J. Gergen (eds.). Therapy as Social Cons-
66/67, 133-157. truction (pp. 166-185), London: Sage.
Cepeda, M. S., Chapman, C. R., Miranda, N., Sán- Glick, I. D. (2004). Adding psychotherapy to pharma-
chez, R., Rodríguez, C. H., Restrepo, A. E., Ferrer, cotherapy data, benefits and guidelines for integra-
L. M., Linares, R. A. y Carr, D. B. (2008). Emo- tion. American Journal of Psychotherapy, 58, 186-
tional disclosure through patient narrative may 208.
improve pain and well-being: results of a randomi- Gonçalves, M. M., Ribeiro, A. P., Stiles, W. B., Conde,
zed controlled trial in patients with cancer pain. T., Santos, A., Matos, M., Carla Martins, C. y San-
Journal of Pain Symptom Management, 35, 623- tos, A. (2011). The role of mutual in-feeding in
631. maintaining problematic self-narratives: Exploring
Chochinov, H. M., Hack, T., Hassard, T., Kristjanson, one path to therapeutic failure. Psychotherapy Re-
L. J., McClement, S. y Harlos, M. (2005). Dignity search, 21, 27-40.
therapy: A novel psychotherapeutic intervention Hayes, S. C., Strosahl, K. y Willson, T. (1999). Accep-
for patients near the end of life. Journal of Clinical tance and commitment therapy. Nueva York: Guil-
Oncology, 23, 5520-5525. ford, 1999.
Clandinin, D. J. y Connelly, F. M. (2000). Narrative Hotopf, M. y Chidgey, J. (2002) Depression in advan-
inquiry: Experience and story in qualitative research. ced disease: a systematic review: Part 1. Prevalence
San Francisco: Jossey-Bass Publishers. and case finding. Palliative Medicine, 16, 81-97.
Davis, E. N. y Nolen-Hoesksema, S. (2000). Cognitive Kabat-Zinn, J. (1982). An out-patient program in Be-
inflexibility among ruminators and non-rumina- havioral Medicine for chronic pain patients based
tors. Cognitive Therapy and Research, 24, 699-711. on the practice of mindfulness meditation: Theo-
Etchinson, M. y Kleist, D. M. (2000). Review of na- retical considerations and preliminary results. Ge-
rrative therapy. Research and utility. The Family neral Hospital Psychiatry, 4, 33-47.
Journal, 8, 61-66. Kabat-Zinn, J. (2003). Mindfulness: The heart of reha-
Fernández Liria, A. y Rodríguez Vega, B. (2001). La bilitation. En E. Leskowitz (ed.), Complementary
práctica de la psicoterapia: la construcción de na- and alternative medicine in rehabilitation (pp. XIV-
rrativas terapéuticas. Bilbao: Desclée de Brouwer. XV). Saint Louis: Churchill Livingstone.

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 237 09/10/13 9:08


238 / Manual de psicooncología: tratamientos psicológicos en pacientes con cáncer

Kendall, P. e Imgram, R. (1989). Cognitive-behavioural Miró Barrachina, M. T., Perestelo Pérez, L., Pérez Ra-
perspectives: Theory and research on depression mos, J., Giménez Molinero, S., Rivero Santana, A.
and anxiety. En P. Kendal y D. Watson (eds.), Anxie- y González Lorenzo, M. (2009). Eficacia de los
ty and depression: Distinctive and overlapping featu- tratamientos psicológicos basados en la Atención
res (pp. 27-53). Orlando, F. L.: Academic Press. Plena en el tratamiento de la depresión y la ansie-
Kissane, D. y Bloch, S. (2002). Family Focused Grief dad. Plan Nacional para el Informe de Evaluación
Therapy: A model of family-centered care during de Tecnologías Sanitarias: SESCS n.º 2007/11. Ser-
palliative care and bereavement. Buckingham and vicio de Evaluación del Servicio Canario de la Sa-
Philadelphia: Open University Press. lud; 2009. Sistema Nacional de Salud del Ministe-
Klerman, F. L., Rousanville, B., Chevron, E., Neu, C. rio de Sanidad y Política Social.
y Weissman, M. M. (1984). Interpersonal Psy- Musial, F., Büssing, A., Heusser, P., Choi, K. E. y Os-
chotherapy of Depression (IPT). Basic Books. termann, T. (2011). Mindfulness-based stress re-
Ledesma, D. y Kumano, H. (2009). Mindfulness-based duction for integrative cancer care: A summary of
stress reduction and cancer: A meta-analysis. Psy- evidence. Forsch Komplementmed, 18, 192-202.
cho-Oncology, 18, 571-579. Newell, S. A., Sanson-Fisher, R. W. y Savolainen, N. J.
LeMay, K. y Wilson, K. G. (2008). Treatment of exis- (2002). Systematic Review of psychological thera-
tential distress in life threatening illness: A review pies for cancer patients: overview and recommen-
of manualized interventions. Clinical Psychology dations for future research. Journal of National
Review, 28, 472-493. Cancer Institute, 94, 558-584.
Levitt, H. M. y Piazza-Bonin, E. (2011). An explora- Ogden, P., Minton K., Pain C., Siegel D. J. y van der
tion of experiences and intentions underlying psy- Kolk, B. (2006). Trauma and the Body: A Sensori-
chotherapy and the process of narration. Psy- motor Approach to Psychotherapy. Nueva York:
chotherapy Research, 21, 70-85. Norton and Company.
Linehan, M. M. (1993a). Cognitive-behavioural Osatuke, K., Reid, M., Stiles, W. B., Kasckow, J., Zis-
treatment of borderline personality disorder. Nueva sok, S., y Mohamed, S. (2011). Narrative evolution
York: Guilford. and assimilation of problematic experiences in a
Linehan, M. M. (1993b). Skills training manual for case of pharmacotherapy for schizophrenia. Psy-
treating borderline personality disorder. Nueva chotherapy Research, 21, 41-53.
York: Guilford. Polkinghorne, D. E. (2004). Narrative therapy and
Lloyd-Williams, M., Dennis, M. y Taylor, F. (2004). A postmodernism. En L. E. Angus y J. McLeod
prospective study to determine the association bet- (eds.), The handbook of narrative and psychothera-
ween physical symptoms and depression in patients py: Practice, theory and research (pp. 53-68). Lon-
with advanced cancer. Palliative Medicine, 18, 558- don: Sage.
563. Ribeiro, A. P., Bento, T., Salgado, J., Stiles, B. y
Luborsky, L. y DeRubies, R. J. (1984). The use of psy- Gonçalves, M. M. (2011). A dynamic look at na-
chotherapy treatment manuals: A small revolution rrative change in psychotherapy: A case-study
in psychotherapy research style. Clinical Psycholo- using the State-Space Grids. Psychotherapy Re-
gy Review, 4, 5-14. search, 21, 54-69.
Malan, D. H. (1983). Psicoterapia individual y la ciencia Rodin, G., Katz, M., Lloyd, N, Green, E., Mackay,
de la psicoterapia. Buenos Aires: Paidós. J. A. y Wong, R. K. (2007). Treatment of depres-
Massie, M. J. (2004). Prevalence of depression in pa- sion in cancer patients. Current Oncology, 14, 180-
tients with cancer. Journal of National Cancer Ins- 188.
titute Monographs, 32, 57-71. Rodin, G., Lloyd, N., Katz, M., Green, E., Mackay, J.
McLeod, J. (1997). Narrative and psychotherapy. Lon- A. y Wong, R. K. (2007). The treatment of depres-
don: Sage. sion in cancer patients: A systematic review. Sup-
Meisel, Z. F. y Karlawish, J. (2011). Narrative vs. evi- portive Care in Cancer, 15, 123-136.
dence-based medicine-And, not or. JAMA 306, Rodríguez Vega, B., Bayón Pérez, C., Palao Tarrero, A.
2022-2023. y Fernández Liria, A. (2013). Mindfulness-based

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 238 09/10/13 9:08


Terapia narrativa basada en atención plena para la depresión en oncología / 239

narrative therapy for depression in cancer patients. tions in cancer care? A review. Psycho-Oncology,
Clinical Psychology and Psychotherapy, 28, 472- 20, 681-697.
493. Siegel, D. (1999). The developing mind. Nueva York:
Rodríguez Vega, B. y Fernández Liria, A. (2012). Te- Guilford.
rapia narrativa basada en la atención plena para la Sluzski, C. (1995). Transformaciones: una propuesta
depresión. Bilbao: Desclée De Brouwer. para cambios narrativos en psicoterapia. Revista
Rodríguez Vega, B., Orgaz Barnier, P., Bayón, C., Pa- de Psicoterapia, 6, 53-70.
lao, A., Torres, G., Hospital, A., Benito, G., Dié- Sluzski, C. (1998). Transformaciones: un esquema
guez, M. y Fernández Liria, A. (2012). Differences acerca de los cambios narrativos en la terapia. Sis-
in depressed oncologic patients’ narratives after temas Familiares, 14, 11-25.
receiving two different therapeutic interventions Strupp, J. J. y Binder, J. L. (1984). Psychotherapy in a
for depression: a qualitative study. Psycho-Oncolo- new key: A guide to time-limited dynamic psy-
gy, 21, 1292-1298. chotherapy. Nueva York: Basic Books (Trad cast:
Rodríguez Vega, B., Palao, A., Torres, G., Hospital, A., Una nueva perspectiva en psicoterapia. Bilbao: Des-
Benito, G., Pérez, E., Dieguez, M., Castelo, B., Ba- clée De Brouwer, 1989).
yón, C. (2011). Combined therapy versus usual Teasdale, J. (1988). Cognitive vulnerability to persistent
care for the treatment of depression in oncologic depression. Cognition and Emotion, 2, 247-274.
patients: a randomized controlled trial. Psycho- Trask, P. C. (2004). Assessment of depression in cancer
Oncology, 20, 943-952. patients. Journal of National Cancer Institute Mo-
Ryle, A. (1990). Cognitive Analytic Therapy: Active nographs, 32, 80-92.
Participation in Change. Chichester: John Wiley & Vromans, L. y Schweitzer, R. (2011). Narrative therapy
Sons. for adults with major depressive disorder: Impro-
Ryle, A. (1995). Cognitive Analytic Therapy: Develop- ved symptom and interpersonal outcomes. Psy-
ments in theory and practice. Chichester: John Wi- chotherapy Research, 21, 4-15.
ley & Sons. Wallis, J., Burns, J. y Capdevila, R. (2011). What is
Sarbin, T. R. (ed.) (1986). Narrative psychology: The narrative therapy and what is it not? The usefulness
storied nature of human conduct. Nueva York: of Q methodology to explore accounts of White &
Praeger. Epston’s (1990) approach to narrative therapy. Cli-
Schut, H., Stroebe M. S. van den Bout, J. y Terheggen, nical Psychology & Psychotherapy, 18, 486-497.
M. (2001). The efficacy of bereavement interven- White, M. (2007). Maps of narrative practice. Nueva
tions: Determining who benefits. En M. Stroebe, York: W.W. Norton & Co.
R.O. Hansson, W. Stroebe y H. Schut (eds.), Hand- Williams, J. M. (2010). Mindfulness and psychological
book of bereavement research: Consequences, co- process. Emotion, 10, 1-7.
ping, and care (pp. 705-737). Washington, DC: Wilson, K. G., y Luciano, M. C. (2002). Terapia de
American Psychological Association. aceptación y compromiso. Un tratamiento conduc-
Scott, M., Sellicka, B. y Crooksb, D. (1999). Depres- tual orientado a los valores. Madrid: Pirámide.
sion and cancer: an appraisal of the literature for Worden, W. (2004). El tratamiento del duelo: asesora-
prevalence, detection and practice guideline deve- miento psicológico y terapia (2.ª ed.). Paidós Ibé-
lopment for psychological interventions. Psycho- rica.
Oncology, 8, 315-333. Zweig, B. T., Angus, L., Monette, G., Hollis-walker, L.
Segal, Z., Williams, M. y Teasdale, J. (2002). Mindful- y Warwar, S. (2011). Narrative and emotion inte-
ness-based cognitive therapy for depression: a new gration in psychotherapy: Investigating the rela-
approach to preventing relapse. Nueva York: Guil- tionship between autobiographical memory speci-
ford Press. ficity and expressed emotional arousal in brief
Shennan, C., Payne, S. y Fenlon, D. (2011). What is the emotion-focused and client-centered treatments of
evidence for the use of mindfulness-based interven- depression. Psychotherapy Research, 21, 16-26.

© Ediciones Pirámide

PI00225101_09.indd 239 09/10/13 9:08


PI00225101_09.indd 240 09/10/13 9:08

También podría gustarte