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El Trastorno Obsesivo-

Compulsivo (TOC): ¿qué es y


cómo se manifiesta?
No todos los trastornos mentales se fundamentan en una percepción anormal de
la realidad. Algunos, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), no se
expresan a través de la manera en la que se interpreta la información proveniente
del mundo circundante, sino mediante acciones que nacen del propio sujeto: las
llamadas conductas repetitivas, o compulsiones, que minan la calidad de vida
de las personas al producir sensaciones desagradables y limitar su grado de
libertad.
Sin embargo, hablar sobre este tipo de conductas es contar sólo una mitad de la
historia. La otra mitad se encuentra en los pensamientos intrusivos, que
están estrechamente ligados con las compulsiones. Desde una perspectiva
psicológica, se puede decir que tanto los pensamientos intrusivos (u obsesiones)
como las compulsiones son los dos engranajes principales a través de los que se
articula el trastorno obsesivo-compulsivo. Pero... ¿cómo llegan a activarse estas
dos piezas?

Trastorno obsesivo-compulsivo: pensamientos


intrusivos y compulsiones
El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno de la ansiedad, y por lo tanto
se caracteriza por estar asociado a sensación de temor, angustia
y estrés continuado en una magnitud que supone un problema para el día a día y
repercute negativamente sobre la calidad de vida de la persona en prácticamente
todos los ámbitos en los que esta se va desarrollando.
En el caso concreto del trastorno obsesivo-compulsivo, el motor de estas crisis
de ansiedad es el ciclo obsesión-compulsión. Las obsesiones ocurren de manera
espontánea, independientemente de la voluntad de la persona, y llegan a ser tan
frecuentes que resultan invasivas. Además de crear angustia, estos pensamientos
intrusivos desencadenan una serie de conductas repetitivas orientadas a reducir la
ansiedad producida por las obsesiones.
Así, el TOC se caracteriza por ser un trastorno en el que se combinan los
síntomas de la ansiedad y los de los problemas a la hora de controlar los
propios impulsos.

El TOC también se caracteriza por las conductas


repetitivas
Sin embargo, lejos de resultar útiles las conductas repetitivas son en realidad
compulsiones, es decir, comportamientos estereotipados que escapan al
control de la persona, igual que los pensamientos cuyos efectos negativos tratan
de mitigar. Es por eso que el cuadro diagnóstico del trastorno obsesivo-
compulsivo no sólo incluye los pensamientos intrusivos, sino también las
acciones estereotipadas que los siguen.
A fuerza de repetirse, tanto las obsesiones como las compulsiones llegan a tomar
el control de la vida de la persona, tal y como el juego patológico se apodera de
la cotidianidad del ludópata. El ciclo obsesión-compulsión hace que la ansiedad
se mantenga, ya que la persona que experimente el trastorno obsesivo-
compulsivo anticipa la aparición de los pensamientos intrusivos y las conductas
estereotipadas y sabe que escapan a su voluntad. De este modo, se va entrando en
un bucle de acción y reacción que cada vez es más difícil de deshacer.

Las compulsiones más frecuentes en el TOC


Las compulsiones asociadas al TOC cubren un abanico de posibilidades
prácticamente infinito e inabarcable, y además su variedad crece a medida que
cambios tecnológicos van siendo introducidos en nuestras vidas.
Sin embargo, sí existen ciertas compulsiones que son mucho más comunes que
otras. ¿Cuáles son las conductas más frecuentes entre quienes padecen este
trastorno?

1. Necesidad de limpiar
Estas compulsiones acostumbran a estar relacionadas con obsesiones que tienen
algo que ver con la idea de suciedad o putrefacción, literal o metafórica. Las
personas con este tipo de compulsiones pueden limpiarse las manos con
demasiada frecuencia, o hacer lo mismo con objetos u otras partes del cuerpo.
Todo forma parte de un intento desesperado y urgente por librarse de la suciedad
que invade aquello que debería ser puro.

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