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La Inteligencia Emocional (IE) es un concepto muy popular en la actualidad, pues

numerosos estudios han demostrado que aporta múltiples beneficios para nuestra salud
mental y nuestro rendimiento.

La inteligencia emocional se define como la habilidad de identificar, comprender y regular


las emociones propias y las de los demás, y se aplica tanto entorno clínico, laboral o
educativo.

Dinámicas para educar emocionalmente

La educación emocional debería ser obligatoria en todos los centros educativos, porque
los alumnos emocionalmente inteligentes gozan y gozarán de un mayor bienestar mental
y una personalidad más fuerte y preparada para las posibles adversidades que pueda
presentarles la vida en el futuro.

En este artículo, puedes encontrar distintas actividades y dinámicas sencillas para trabajar
las emociones.

Actividades emocionales para niños

Si eres profesor y quieres educar en inteligencia emocional a tus alumnos, a continuación


puedes encontrar una lista de actividades que permitirán que los más pequeños
desarrollen habilidades emocionalmente inteligentes.

1. Equilibrio en grupo: la estrella

Objetivo: Autoconfianza y cooperación grupal

Duración: 15-20 minutos

La autoconfianza es una variable psicológica y una emoción que nos da fuerza y valentía,
nos permite lograr nuevos objetivos y superar los momentos complicados que puedan ir
surgiendo en nuestro camino. Tener unas expectativas positivas sobre aquello que
podemos hacer nos ayuda a fijarnos objetivos motivadores y a orientarnos hacia la
resolución de problemas.

Esta dinámica es sencilla. Si se realiza en el aula, simplemente hay que hacer un círculo
con el grupo de estudiantes. Los miembros del círculo deben abrir un poco las piernas y
darse las manos, y el grupo se separa de manera que los brazos quedan estirados. Se
enumera a los participantes con los números uno y dos. Las personas con el número uno
irán hacia adelante y las personas con el número dos hacia atrás.

Es importante que los participantes vayan hacia adelante o hacia atrás despacio hasta
lograr un punto de equilibrio. Además, también es posible cambiar los del número uno a
los del número dos, e incluso hacerlo de manera ininterrumpida. Tras acabar la dinámica,
se realizan una serie de preguntas a los participantes para que compartan su experiencia y
asimilen mejor lo aprendido. Por ejemplo, ¿Has notado dificultades? ¿Cómo
representarías lo aprendido en la vida real a la hora de confiar en un grupo?

2. El juego del nombre

Objetivo: Autoconocimiento

Duración: 15 minutos

Este juego es ideal para los niños. Además, pese a ser simple, es útil para para que éstos
conozcan sus cualidades positivas, lo que favorece el autoconocimiento.

Se les reparte a los niños dos hojas de papel y se les pide que apunten su nombre y
apellido. Después, en una de las hojas, se les pide que con cada letra de su nombre
apunten las cualidades que consideran que tienen (si el nombre es muy largo, puede
pedirse que lo hagan solo con el nombre o el apellido). Por ejemplo: Si la persona se llama
Bea Salta, las cualidades o virtudes pueden ser: Buena, enérgica, amable, segura,
agradable, lista, trabajadora y asertiva.

En la otra hoja, se les pide a los niños que escriban el nombre de alguien que haya influido
en su vida. y entonces deben escribir palabras que expresen cómo les han influido éstos.
De este modo se crea un vínculo entre el autoconcepto y los valores postivos que han sido
asociados a uno mismo, generando una narración autobiográfica acerca del desarrollo de
su personalidad que ayude a consolidar estos recuerdos.

3. Responder a una acusación

Objetivo: Regulación emocional

Tiempo: 25 minutos

Esta dinámica es ideal para que los profesores eduquen a sus alumnos en control
emocional. En el aula, el profesor debe leer en voz alta el comienzo de esta historia.
“Va Pepe muy contento por el parque, cuando de repente ve a Rafa viniendo a su
encuentro. Rafa tiene una mirada muy rara. Pepe se pregunta qué le estará pasando. Se
acercan y se saludan, pero inmediatamente Rafa comienza a gritar. Dice que Pepe le ha
hecho quedar muy mal con los otros chicos del barrio, que es mal amigo, que tiene la
culpa de todo lo que le pasa. Entonces Pepe…”.

Una vez leído el cuento, los alumnos deben pensar de forma individual cómo actuarían se
encontraran en la situación en la que está Pepe. Después, se comparten las respuesta y se
clasifican en dos grupos: las que permiten la conciliación y buscan un camino pacífico y las
que promueven un mayor conflicto. En forma de debate, se llega a la conclusión de por
qué las primeras son mejores que las segundas.

4. Escribe un cuento

Objetivo: Asertividad

Duración: 45 minutos

Igual que el ejercicio anterior esta actividad pretende que los alumnos distingan entre las
formas de responder a una acusación y, además, aprendan a controlar sus emociones y
aprendan a solucionar conflictos mediante el entrenamiento por imaginación ante
situaciones hipotéticas que van más allá de los ámbitos sociales a los que uno está
acostumbrado.

Se separa el grupo de alumnos por parejas y después imaginan una situación en la que
haya un conflicto. Entonces, cada pareja escribe un cuento corto que debe contener estos
elementos:

Adolescentes que hablan o se envían mensajes por móvil

Una acusación

Solución que deja el camino abierto al diálogo

Los cuentos se comparten y se hace una valoración grupal de las ventajas e


inconvenientes de la solución al conflicto, de modo que se comprenda lo que un final u
otro implica desde el punto de vista emocional para las personas implicadas en la historia.

5. Pantallas de protección

Objetivo: Empatía
Duración: 25 minutos

A través de esta actividad se pretende que el alumno verbalice sus ideas, creencias,
valores y variables relacionadas con la inteligencia emocional. Conocer al otro y que nos
explique sus ideas y creencias es ideal para respetarle y comprender su estilo de vida. El
objetivo de esta dinámica es que produzca una comunicación eficiente y respeto por parte
de todos los miembros del grupo.

El profesor, por tanto, presenta gran variedad y cantidad de fotos o recortes de revista e
invita a cada participante a que elija dos. Por turno, cada alumno describe a los demás el
significado que para ellos tienen las fotos que han escogido, qué les sugieren, qué valores
y qué ideas se reflejan en las imágenes y cuál es el motivo de la elección.

Actividades para jóvenes y adultos

Las actividades de inteligencia emocional no solo están restringidas para los más
pequeños. Los jóvenes y adultos también pueden beneficiarse del aprendizaje emocional,
ya que la educación es un proceso que dura toda la vida.

6. Grupo de discusión

Objetivo: Autoconciencia y trabajo en equipo

Tiempo: 30 minutos

El objetivo de esta dinámica es crear un grupo de debate para discutir y encontrar una
solución conjunta. El participante debe compartir sus ideas, creencias y pensamientos
sobre algún tema que se haya propuesto y que trate la temática de la inteligencia
emocional o la educación en valores. Por ejemplo:

Ser voluntario es una buena manera de aprender a ser responsables ¿Por qué sí y por qué
no?

La única persona con la que compito es “yo mismo”. ¿Por qué sí y por qué no?

Si formo parte de un grupo, las necesidades del grupo debe ser más importantes que mis
deseos. ¿Por qué sí y por qué no?

A partir de estas propuestas de discusión, se generan sinergias para llegar a una solución
que satisfaga la mayor parte de las sensibilidades.
7. La rueda de la vida

Objetivo: Autoconocimiento

Duración: 20 minutos

La rueda de la vida es una herramienta muy utilizada en coaching, pues permite que
conozcamos nuestros deseos o necesidades. Nos da la posibilidad de tener una visión
clara y plasmada en papel sobre qué aspectos consideramos importantes en nuestra vida
y queremos trabajar. Ahora bien, la ruda de la vida es una técnica flexible que puede
adaptarse a la situación que más nos interese. Por ejemplo, para nuestro desarrollo
personal o bien para buscar trabajo y saber qué competencias necesitamos trabajar.

Para llevar a cabo esta dinámica entregamos una hoja de papel que contiene un círculo
con espacio para escribir las variables que deseamos trabajar. Estos espacios serán
rellenados por los participantes. Por ejemplo, si se trabaja la felicidad, los participantes
deben apuntar los aspectos que consideran más importantes: pareja, amistades, trabajo,
ocio, etc. Después éste evalúa del uno al diez cada aspecto para saber en qué momento
considera que se encuentra.

Con esta herramienta la persona se hace más consciente de las áreas que necesita
trabajar para lograr una vida más plena, y es posible diseñar los acciones necesarias para
cada punto que ha elegido. Por ejemplo, si el participante piensa que su relación de pareja
está en un número bajo, puede diseñar distintas estrategias para mejorarla:
comunicación, pasar más tiempo juntos. etcétera. Esta actividad es idónea para
adolescentes y adultos.

8. Conversación 1 a 0

Objetivo: Escucha activa y comunicación interpersonal

Duración 15 minutos

Tal y como concluye una investigación realizada por Albert Mehrabian, en una
conversación cara a cara el componente verbal solamente representa un 35%. Por tanto,
más del 65% es comunicación no verbal, es decir, la comunicación de nuestras emociones,
la postura corporal, el contacto visual o los gestos. Esta actividad pretende desarrollar la
escucha activa y mejorar la comunicación interpersonal.
Para llevarla a cabo, es necesario colocar una fila de sillas en forma de círculo. Delante de
cada silla hay que colocar otra silla, de manera que los participantes se sienten uno
delante de otro. La idea es que cada participante permanezca sentado durante dos
minutos y luego pase a la siguiente silla.

En esos dos minutos que están sentados, primero habla uno de los dos participantes que
está sentado de frente, mientras el otro escucha de forma activa, es decir, prestando
atención al lenguaje no verbal (emociones, gestos, etc.). Después de un minuto, los roles
se cambian y el otro habla mientras su compañero le escucha de forma activa. Pasados los
dos minutos, cada participante se cambia de silla. Lógicamente, un miembro de la pareja
irá en una dirección y el otro en otra.

La inteligencia emocional es una más de las múltiples habilidades que poseemos y, por lo
tanto, es importante que la trabajemos y entrenemos. Podemos hacerlo a través de
dinámicas.

dinámicas de inteligencia emocional

Ser una persona con una alta inteligencia emocional tiene múltiples beneficios a nivel
personal e interpersonal. Supone un cambio en el estilo de vida y en la manera en cómo
afrontamos nuestras relaciones y nuestro estilo comunicativo.

Podemos convertirnos en personas emocionalmente inteligentes, practicando y


adquiriendo unos determinados hábitos.

En este post, te enseño 10 dinámicas relacionadas con la inteligencia emocional. Antes de


ponerlas en práctica, ten en cuenta cuáles son los objetivos de cada uno de ellas y a qué
tipo de grupos se adaptan mejor. En caso de que sea necesario, puedes hacer ciertos
cambios para adaptarlas a las necesidades.

Diversos estudios que se han realizado a lo largo de los años, arrojan datos en lo que se
comprueba cómo las personas que obtienen unas calificaciones más altas, tan sólo su
éxito está relacionado en un 20% con el cociente intelectual. En el 80% restante,
encontramos otros factores y uno de los que más peso tiene es la inteligencia emocional.

La inteligencia emocional y otras habilidades que están estrechamente relacionadas, no


sólo contribuyen a que seamos más humanos. Tienen otras múltiples consecuencias de
marcado carácter positivo y entre las que destaca la capacidad de tomar decisiones de
una manera racional.
1- Acentuar lo positivo

Objetivo: Mejorar el concepto sobre uno mismo a través del intercambio de impresiones
con los compañeros.

Tiempo necesario: 20 minutos, aproximadamente.

Tamaño del grupo: el grupo no debe exceder las 25 personas.

Lugar: salón o aula amplia que permita la interacción entre compañeros.

Materiales necesarios: folios y bolígrafos.

Pasos a seguir:

El dinamizador comenzará explicando lo común sobre el carácter negativo del auto-elogio.


Posteriormente, les pedirá que se sienten por parejas.

Cada uno, deberá decirle a su compañero:

-Dos partes de su cuerpo que le gustan.

-Dos cualidades que le gustan sobre sí mismo.

-Una capacidad o pericia propia.

Se pasa a un rato de reflexión con todo el grupo en el que se analice cómo han
transcurrido el intercambio, si se han sentido cómodos hablando sobre uno mismo de
manera positiva, etc.

Otros: No se admitirán los comentarios negativos.

2- ¡Tú vales!

Objetivo: Demostrar el efecto Pigmalión.

Tiempo necesario: alrededor de media hora.

Tamaño del grupo: grupo de tamaño medio, unas 20 personas.

Lugar: salón o aula amplia que permita la interacción entre compañeros.

Materiales necesarios: folios, bolígrafos, diez monedas y una cartulina con un círculo
pintado en medio.

Pasos a seguir:
El dinamizador pedirá dos voluntarios. Deberán abandonar la sala mientras se explican la
dinámica al resto del grupo.

Se divide el grupo en dos subgrupos. El grupo 1 debe animar y motivar al primer


voluntario, al segundo voluntario lo tratarán de manera indiferente. El grupo 2 ha de
actuar de una manera neutra ante el primer voluntario y desanimar al segundo.

Entra el primer voluntario y se le pide que lance las monedas intentando que éstas entren
en el círculo de la cartulina que se encuentra a unos 2 metros de distancia.

Se repite con el segundo voluntario.

Reflexión sobre el resultado y cómo se han sentido los voluntarios. El dinamizador


introduce el efecto Pigmalión y se debate.

3- Brújula de las emociones

Objetivo: distinguir las distintas emociones que sentimos en determinados momentos.

Tiempo necesario: alrededor de media hora.

Tamaño del grupo: puede hacerse en grupo de tamaño mediano o bien, de manera
individual.

Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de manera
individual.

Materiales necesarios: folio en el que esté pintada la rosa de los vientos, algo para
escribir.

Pasos a seguir:

Pintamos la alegría al norte y reflexionamos sobre la pregunta: ¿Qué he logrado?

Al sur, reflejamos la respuesta y responderemos ¿Qué he perdido?

Entre ambas emociones, situaremos el logro que hemos conseguido, o bien el fracaso. Es
importante hacer una lectura positiva.

En el este, pondremos el enfado. Pensaremos qué me ataca o me hace sentir en una


situación de riesgo.

En el lado oeste, situamos el miedo. En este punto, reflexionaremos cuáles son nuestros
miedos.
Unimos al enfado y al miedo a través de la amenazada y reparamos en identificar las
amenazas que tenemos presentes.

En el resto de puntos, podemos situar otras emociones que estén presentes.

Discusión: si la actividad se realiza en grupo y existe confianza suficiente, las personas que
lo deseen puede compartir sus emociones con sus compañeros.

4- Usa metáforas

Objetivo: aprender a expresar las emociones que sentimos en un determinado ámbito de


nuestra vida a través del uso de metáforas.

Tiempo necesario: unos 45 minutos.

Tamaño del grupo: puede hacerse en grupo de tamaño mediano o bien, de manera
individual.

Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de manera
individual.

Materiales necesarios:

Pasos a seguir:

El facilitador del grupo pedirá que cada uno seleccione un ámbito de su vida sobre el que
le gustaría reflexionar. Puede ser: trabajo, ocio, familiar, amigos, salud, etc.

De manera individual, cada uno piensa en anécdotas del ámbito que ha escogido y qué
emociones le evocan esos recuerdos.

Después, deben de pensar qué imagen tienen las personas que forman parte de ese
ámbito sobre ti. Intenta explicarlo con un adjetivo o una imagen.

Las personas que así lo deseen, pueden compartirlo con el resto de sus compañeros.

5- El diccionario de las emociones

Objetivo:

Aprender a catalogar las emociones que experimentamos.

Fomentar el trabajo en equipo.

Tiempo necesario: se puede realizar con el grupo a lo largo del tiempo. Es una actividad
que puede realizarse a largo plazo.
Tamaño del grupo: resulta indiferente. Es importante que haya confianza y que los
integrantes se encuentren cómodos para hablar de sus emociones.

Lugar: aula o salón amplio.

Materiales necesarios: cuaderno y bolígrafo o bien, se puede hacer en soporte digital.

Pasos a seguir:

La persona encargada de conducir el grupo les propondrá la idea de realizar un diccionario


de emociones redactado por ellos mismos.

Para tal, deben reservar tiempo de trabajo. De manera que sea una tarea más a realizar en
ese grupo.

Se promoverán espacios de reflexión para hablar de emociones o bien, el dinamizador


propondrá una emoción en concreto y, entre todos, elaborarán una definición de la
misma.

Discusión: el resultado es un diccionario elaborado entre todos de modo que puedan


tenerlo y trabajar de manera individual.

6- ¡Patata!

Objetivo: recapacitar en la expresión facial de determinadas emociones.

Tiempo necesario: 30 minutos, aproximadamente.

Tamaño del grupo: mediano, unas 20 personas.

Lugar: aula o salón amplio.

Materiales necesarios: fichas en las que aparezcan escritas emociones.

Pasos a seguir:

El dinamizador pedirá un voluntario que tendrá que salir a representar la emoción que
aparezca en la ficha que tome.

Los compañeros deben adivinar de qué emoción se trata. Entre todos, pueden
caracterizarla e, incluso, acompañarla de la comunicación verbal y no verbal que la
acompaña. Además, pueden contar en qué momento se sintieron de esa manera.

El dinamizador seguirá pidiendo voluntarios para caracterizar las distintas emociones que
aparezcan en las fichas.
7- Situaciones

Objetivo:

Comprobar cómo el grupo actuaría ante determinadas situaciones.

Propiciar los sentimientos de empatía.

Tiempo necesario: 45 minutos, aproximadamente.

Tamaño del grupo: mediano, unas 20 personas. Si es menor, requerirá menos tiempo.

Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de manera
individual.

Materiales necesarios: fichas con imágenes o noticias (en función de la edad y el nivel del
grupo).

Pasos a seguir:

El dinamizador del grupo explicará que presentarán al grupo una serie de situaciones y
que cada uno, de manera individual, debe recapacitar sobre cada una de ellas. Se puede
adjuntar una lista de preguntas, como las siguientes: qué sentimientos experimentan las
personas que aparecen, cómo crees que se sienten, cómo te sentirías tú en su lugar, qué
harías si fueras ellos, etc.

Se les deja un tiempo para que lo contesten de manera individual y, a continuación, se


procede a un debate en grupo.

Otros: es importante enfocar esta actividad de manera cuidadosa en función del grupo al
que vaya encaminada. También, se pueden elegir las situaciones dependiendo del tema
que se quiere abordar de manera determinada.

En este caso, se propone en un primer lugar, la reflexión de manera individual y después,


en grupo. Esta condición puede alterarse y hacerse primero en subgrupos y después el
debate todo el mundo o bien, hacerlo directamente en un debate amplio.

Esta serie de cuestiones han de ser valoradas por el encargado del manejo del grupo.

8- Lazarillo

Objetivo: fomentar la confianza entre los integrantes del grupo.

Tiempo necesario: alrededor de 15 minutos.


Tamaño del grupo: no debe exceder las 20 personas.

Lugar: preferiblemente, lugar al aire libre. En caso de que sea imposible, sala amplia
despejada de mobiliario.

Materiales necesarios: antifaces para los ojos que impidan ver.

Pasos a seguir:

El dinamizador pedirá que se coloquen por parejas. Una vez que esté hechas, repartirá a
cada una de ellas, un antifaz o pañuelo.

Una de los integrantes de la pareja, se tapará los ojos de tal manera que no vea nada.

La persona que no tiene los ojos tapados, deberá guiar a su compañero en función de las
órdenes que va diciendo el dinamizador. Por ejemplo: vamos andando, torcemos a la
derecha/izquierda, saltamos, corremos, etc.

En ningún momento, podrá tocar a su compañero. Sólo se podrá dirigir a él, hablándole.

Pasado un tiempo, se cambian los roles. En este punto, es interesante que el dinamizador
cambia las órdenes o las repite de manera desordenada para que ninguno se espere lo
que debe ir haciendo.

Reflexión final de todo el grupo en el que expresarán cómo se han tenido y si han confiado
en su compañero.

9- ¿Dónde estamos?

Objetivo: desarrollar la creatividad.

Tiempo necesario: alrededor de una hora.

Tamaño del grupo: como máximo, 30 personas.

Lugar: sala amplia.

Materiales necesarios: no es necesario ningún material.

Pasos a seguir:

El dinamizador dividirá al grupo en subgrupos en función del tamaño de éste.

A cada uno, sin que los otros equipos se enteren, les dirá qué situación o circunstancia
deben representar.
Cada equipo ensaya durante unos minutos la representación.

Cuando todos estén listos, representarán al resto de sus compañeros la situación y éstos
tratarán de adivinarla.

Discusión: Después de que cada grupo haya expuesto su situación, se propone realizar un
debate en el que cada miembro del grupo pueda expresar cómo se sintió realizando la
representación. Se enfatizará en la importancia del trabajo en equipo y el respeto entre
compañeros.

10- Arte-terapia

Objetivo: aprender nuevas vías de expresar las emociones.

Tiempo necesario: 40 minutos.

Tamaño del grupo: resulta indiferente.

Lugar: sala o aula amplia en la que cada persona tenga espacio para trabajar de manera
individual.

Materiales necesarios: papel continuo o cartulinas, colores con los que pintar (lápices,
rotuladores, témperas).

Pasos a seguir:

La persona que dirige el grupo, les indicará que a través de esta dinámica lo que pretende
es que cada uno exprese sus emociones plasmándolas en el papel.

Cada uno tomará asiento en el que tendrá acceso a la superficie para pintar y a los
colores.

El facilitador pondrá música y cada uno, debe expresar en el papel cómo se siente.
Durante este rato, está prohibido hablar o comunicarse con otros compañeros.

Si se desea abordar el objetivo de expresar distintas emociones, se pondrán distintas


canciones que fomenten distintas expresiones emocionales. Por ejemplo: alegría, tristeza,
soledad, etc.

Cuando el facilitador lo estime oportuno, cortará la música y fomentará un debate en


grupo para explorar las emociones a nivel individual.

Discusión: los dibujos, o algunos de ellos, pueden pasar a formar parte de la decoración de
la sala.
Otros: en otra sesión o tras realizar los dibujos, se pueden proponer otras formas de
expresar las emociones, por ejemplo, a través del cuerpo y de la danza.

Referencias

Goleman, D. Inteligencia Emocional.

Dinámicas de grupo en inteligencia emocional. Inteligencia Emocional en el trabajo


docente.

Wilensky, P. Manual de Inteligencia Emocional práctica.

García, L. Actividades de Inteligencia Emocional.

126 Dinámicas de Inteligencia Emocional. La botica del orientador.

Vivas, M; Gallego, D; González, B. Educar las emociones.

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