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Santiago, a treinta de diciembre de dos mil trece.

VISTOS:

En estos antecedentes rol único 1201207994-8 e interno del tribunal

100-2013, se dictó sentencia por el Tribunal del Juicio Oral en Lo Penal de San

Antonio el veintiuno de octubre de dos mil trece, por la que se condenó a Ariel

Antonio Orellana González a cinco años y un día de presidio mayor en su

grado mínimo, accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y

oficios y derechos políticos e inhabilitación absoluta para profesiones titulares

mientras dure la condena, más el pago de las costas de la causa, como autor

del delito de robo con fuerza en lugar habitado, en grado de consumado,

perpetrado en la comuna de Santo Domingo el 4 de diciembre e 2012.

En contra de esa decisión el defensor penal público, señor Mauricio

Alejandro Riveaud Ortíz, en representación del imputado, dedujo recurso de

nulidad que se conoció en audiencia pública el diez de diciembre último, con la

concurrencia y alegatos del defensor penal público señor Claudio Fierro, por el

condenado, y el abogado señor Rodrigo Peña, por el Ministerio Público. Luego

de la vista del recurso se citó a la lectura del fallo para el día de hoy, según

consta del acta que rola a fojas 70.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que el recurso de nulidad interpuesto en el libelo de fojas 35

de este cuaderno se sustenta en la causal del artículo 373 letra a) del Código

Procesal Penal, consistente en infracción sustancial a derechos garantizados

en la Constitución Política de la República: el derecho a un proceso previo

legalmente tramitado -artículo 19 N° 3° inciso 6- y el derecho a la libertad

personal -artículo 19 N° 7°-.

Explica el recurrente que el imputado fue sometido a un control de

identidad que se apartó de los términos previstos en el artículo 85 del Código


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Procesal Penal, pues se excedieron sus fines puramente identificatorios,

realizándose en cambio diligencias de investigación, lo que sirvió de sustento al

tribunal de garantía para declarar la ilegalidad de la detención y, más adelante,

en la audiencia de preparación de juicio oral, para excluir la prueba ilícita que

rodeó esa irregular actuación policial, por contravenir los artículos 79 y

siguientes del Código Procesal Penal, pues la policía sólo podía llevar a cabo

las actividades necesarias para cumplir los fines previstos en los artículos 180,

181 y 187 del mismo ordenamiento, de conformidad a las instrucciones y bajo

responsabilidad de los fiscales, nada de lo cual se acató, y sin embargo, la

Corte de Apelaciones, a instancias del Ministerio Público, ordenó la

reincorporación de las pruebas así obtenidas para ser rendidas en el juicio oral.

Plantea el recurso que las actuaciones policiales autónomas a que se

refiere el artículo 83 del Código Procesal Penal no son investigativas, sino de

recopilación de evidencia que se pudiere perder, por lo que proceden a

identificar a testigos, reciben su declaración voluntaria y resguardan el sitio del

suceso. En este caso, sin embargo, el parte policial da cuenta de una serie de

diligencias autónomas efectuadas por el funcionario Alfredo Cardoza Correa,

consistentes en la búsqueda del imputado, y su vigilancia, aun sin haber

recibido denuncia alguna de un ilícito. Después del traslado del imputado a la

unidad policial, el mismo funcionario ingresó al inmueble donde estaban las

especies, traspasando su cierre perimetral, levantando evidencias sin

autorización del propietario y con vulneración a los artículos 205 y 206 del

Código Procesal Penal, para trasladarlas hasta la propiedad afectada por el

delito a fin de exhibirlas al cuidador y al dueño y arrendador de la vivienda.

Finaliza sosteniendo que al valorar las pruebas referidas se afectó la

esencia del derecho a una investigación y a un procedimiento racionales y

justos y, asimismo, se privó de libertad al imputado como consecuencia de la


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incorrecta aplicación del artículo 85 del Código Procesal Penal, infracciones

que de no haber mediado, habrían conducido al tribunal a librar un fallo

absolutorio.

Con esos argumentos solicita se declare la nulidad del juicio y la

sentencia y se realice un nuevo juicio oral ante el tribunal no inhabilitado que

corresponda.

SEGUNDO: Que en el otrosí del escrito de nulidad el recurrente ofreció

como prueba la lectura del informe policial que dio origen al procedimiento y

sus anexos, de 4 de diciembre de 2012, y registros de audio consistentes en

secciones de la audiencia del juicio oral que contienen la declaración de los

testigos Irenio Corona Mansilla y Alfredo Cardoza Correa, la que fue

incorporada en forma legal y en la oportunidad procesal correspondiente.

TERCERO: Que como se desprende del recurso, las afectaciones en

que la defensa fundamentó la infracción de garantías fundamentales se

originarían con motivo de la recolección de evidencia que se tacha de ilícita,

inmersa, según su parecer, en un procedimiento de control de identidad, y su

posterior incorporación y valoración en el juicio oral. En particular se cuestiona

la realización de diligencias investigativas policiales autónomas en las que no

se observaron las normas legales que las regulan y de cuya intervención

arranca, de modo trascendental, la imputación delictiva contra el condenado

como autor del delito de robo con fuerza en lugar habitado.

CUARTO: Que es efectivo que la Constitución Política de la República

entrega al Ministerio Público la función de dirigir en forma exclusiva la

investigación de los hechos constitutivos de delito, regla que repite su Ley

Orgánica Constitucional, y múltiples instrucciones de parte de la autoridad

superior de aquél. No obstante, el Código Procesal Penal regula las funciones

de la policía en relación a la investigación de hechos punibles y le entrega un


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cierto nivel de autonomía para desarrollar actuaciones que tiendan al éxito de

la investigación, conciliando su eficacia con el respeto a los derechos de las

personas, para cuyo efecto el artículo 83 la compele a practicar la detención

sólo en casos de flagrancia.

QUINTO: Que para este efecto la sentencia consignó que el acusado fue

situado en el lugar de los hechos en forma concomitante a la perpetración del

delito acreditado, pues el policía Cardoza Correa lo sorprendió cuando junto a

otro sujeto saltó hacia el interior domicilio de Avenida El Golf N° 48 y luego los

vio salir portando dos especies que guardaron en el patio del inmueble ubicado

en Florida Este N° 33, para finalmente seguir por el interior del Club de Golf en

dirección a poblaciones del sector, siendo aprehendido a la altura de la Planta

Copahua de Santo Domingo. En consecuencia, como quedó de manifiesto de

tales antecedentes, el agente policial nunca perdió de vista al imputado, quien

fue detenido en la hipótesis de flagrancia prevista en el artículo 130 letra a) del

Código Procesal Penal, dada la constatación directa de los sucesos por parte

del funcionario Cardoza Correa, situación en la cual la policía, en ejercicio de

las atribuciones que a que se refiere el citado artículo 83 del Código Procesal

Penal, procedió a la detención de Ariel Orellana González.

SEXTO: Que el control de identidad que derivó de las actuaciones que

realizó autónomamente la policía bajo los supuestos del artículo 85 del Código

Procesal Penal, no excluye la detención en situación de flagrancia, como

asienta el fallo, decisión que no merece reproche por parte de esta Corte, dado

el cúmulo de indicios de que disponía y, especialmente, atendiendo a la

inmediatez del operativo y las circunstancias que le precedieron, relacionadas

en el motivo anterior.

SÉPTIMO: Que en cuanto a las imputaciones vertidas en el recurso y en

estrados acerca de las gestiones policiales consistentes en el levantamiento de


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la evidencia, sin autorización del dueño de la propiedad donde los imputados

se desprendieron de las especies sustraídas ni del Ministerio Público, carecen

de trascendencia. Por una parte, porque el fallo adscribe a la teoría del

descubrimiento inevitable, fundado en que una fuente lícita de información

proporcionó los datos necesarios para el hallazgo, de manera que bien pudo

haber mediado autorización para el registro de la propiedad con el mismo

resultado, lo que habría permitido el reconocimiento de las especies por parte

de la víctima. Por otro lado, porque los reclamos descansan en infracciones

que la defensa observa respecto de un tercero cuya identidad se desconoce,

pero es evidente que tales anomalías, de haber existido, atañen únicamente a

ese tercero, quien no ha formulado reclamo alguno, por lo que este tribunal no

logra visualizar su concreta y determinante repercusión en la persona del

enjuiciado.

Así entonces, el aparente atentado a las garantías constitucionales,

amén de no haberse reclamado por quien podría ser afectado, se vincula a una

actuación inocua para la comprobación del delito, o que bien pudo requerirse

al tribunal de garantía competente, de haber sido necesario, en virtud de la

competente autorización judicial de entrada, registro e incautación a un lugar

cerrado sin moradores, de manera que el hallazgo del objeto del delito se

constituye como una cuestión inevitable, por lo que el supuesto vicio

denunciado ninguna trascendencia ha podido tener en el resultado del juicio.

OCTAVO: Que la prueba ofrecida y rendida en la audiencia no ha tenido

la suficiente fuerza para demostrar los supuestos de hecho que permitirían dar

por probada la causal invocada, pues la referencia que hace el parte policial y

los testigos cuyos relatos se reprodujeron parcialmente durante la vista del

recurso, en relación a la existencia de un control de identidad, no excluye la

flagrancia, como se razonó en las consideraciones precedentes, situación que


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el tribunal oral constató luego de la estimación conjunta de la multiplicidad de

elementos de cargo aportados al juicio, por lo que es inconcuso que las

alegaciones de invalidación apoyadas en la causal impetrada aparecen

carentes de fundamento.

NOVENO: Que en tales condiciones, el arbitrio de nulidad será

desestimado.

Por estas consideraciones y de acuerdo también a lo establecido en los

artículos 372, 373, letra a), 376, 384 y 386 del Código Procesal Penal, SE

RECHAZA el recurso de nulidad interpuesto por el defensor penal público,

señor Mauricio Alejandro Riveaud Ortíz, en representación del imputado Ariel

Antonio Orellana González, en contra de la sentencia definitiva dictada por el

Tribunal Oral en Lo Penal de San Antonio, el veintiuno de octubre de dos mil

trece, en la causa rit 100-2013, declarándose que ella no es nula, como

tampoco lo es el juicio oral que le sirvió de antecedente.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Escobar.

Rol Nº 11.767 - 13.

Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Milton Juica
A., Hugo Dolmestch U., Juan Escobar Z., y los abogados integrantes Sres.
Jorge Baraona G. y Jorge Lagos G. No firma el Ministro Sr. Juica, no obstante
haber estado en la vista de la causa y acuerdo del fallo, por estar con feriado
legal.

Autorizada por la Ministro de Fe de esta Corte Suprema.


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En Santiago, a treinta de diciembre de dos mil trece, notifiqué en Secretaría por


el Estado Diario la resolución precedente.

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