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Analisis Del Papel y Tintas Alteraciones
Analisis Del Papel y Tintas Alteraciones
ANÁLISIS DE PAPEL
El invento del papel se atribuye a Tsai-lun de origen chino en el año 105 d.c., y
se dice que en el año 751, en la batalla de Samarcanda, los árabes hicieron prisioneros a varios
fabricantes de papel, a quienes les arrancaron el secreto guardado celosamente durante varios
siglos, extendiéndose este por todo el imperio árabe, o sea, Egipto, Marruecos y España durante
los siglos XI y XII.
Fue hasta a principios del siglo XIII cuando el papel fue actualizado por los
franceses, quienes lo importaban de España e Italia, pero fue Juan Gutemberg, quien con el
invento de la imprenta dio impulso a la fabricación del papel.
Por virtud de las diferentes pastas utilizadas en la fabricación del papel, tales
como bisulfito, sosa, etcétera, este nos da una fluorescencia especial bajo la lampara de Wood,
mejor conocida como “luz negra”, y el microscopio nos permite examinar las diversas fibras
que entran en composición del papel, e incluso apreciar el sistema de fabricación de este.
EXAMEN FISICO. El estudio del papel versa sobre los siguientes elementos:
Las tintas de nuez de agallas y de hierro, las de extractos tánicos, las de hulla, las
de anilina, las de glicerina y de azúcar, las de encinas, las de sulfatos ferrosos o férricos,
etcétera, suponían en otro tiempo la necesidad de llevarlas al laboratorio para distinguirlas y
fijarles su alcance y colorido, como también para averiguar sus sustituciones y reactivos para
establecer otras modalidades. El perito, en consecuencia tuvo que apelar a la ayuda del químico,
si es que quería obtener resultados completos. Hoy, cuando la química despierta en un nuevo
mundo y transforma no solo Las cosas sino también las ideas mismas, su contribución en el
campo de las investigaciones policiacas adquiere un prestigio y un valor incalculable; por eso,
el perito moderno debe recurrir también, sin vacilaciones ni temores, al servicio que dicha
ciencia presta en sus laboratorios y puestos de ensayo y, sobre todo, cuando se trata de analizar
tintas hechas a base de distintos ácidos y sustancias colorantes.
“Las condiciones que debe presentar una tinta para ser buena –dice Guareschi-
son numerosas. En primer lugar su color debe ser intenso, ser fluidas y conservarse sin
alteración, resistiendo en cuanto sea posible a los agentes atmosféricos”.
Hay tintas que difícilmente emanan de la pluma por exceso de densidad,
principalmente cuando se les mezcla goma, y hay otras demasiado sucias y pesadas, hechas en
masa, que presentan muchos inconvenientes para la escritura, y también existen preparados
poco resistentes, sobre todo los hechos con sustancias vegetales, que pierden su coloración y su
eficacia para los trazados y cuyo uso debiera evitarse a toda costa.
Por nuestra parte, anotamos que deben desecharse las tintas que por su acidez
afectan las plumas de acero y las que, en razón a la transformación de las sales ferrosas o
férricas, son muy propensas a la oxidación.
El índice de resistencia de las tintas debe ser elevado para que por medio de
reactivos y otras composiciones químicas no sea fácil borrarlas ni tampoco someterlas al
sencillo o cruel efecto de la acción mecánica del borrador, del raspado, etcétera. De otra
manera, la falsificación, adulteración y sustitución de firmas y manuscritos tendría cabida sin
obstáculo alguno y se presentarían para un cumulo de injusticias, engaños y delitos. Aquí estriba
la principal critica que los expositores han hecho a las tintas de origen orgánico, que son muy
propensas a la descomposición, porque pese a que penetran fácilmente en el papel son de poca
firmeza y escasa estabilidad, lo cual no sucede con las hechas a base de polvo fino de carbón,
que cobran por ello mas dureza y persistencia.
Así pues, cuando se habla del color es preciso atender sus propiedades
fundamentales: tono, claridad y saturación. La sensación visual ayuda a establecer estas
características, siempre y cuando se tenga en cuenta la ley del contraste simultaneo, en virtud
del cual la condición fisiológica en que esta la visión para mirar el color de un objeto no es pura
ni integra, ya que esta influida por sus colores de los objetos vecinos, en razón a que el área de
visión esta invadida simultáneamente por distintas clases de coloridos. En consecuencia, hay
que evitar interferencias y apartar, en cuanto sea posible, el efecto de una luz o de un color que
compliquen o tiendan a desorientar y confundir el examen y verificación exacta de la intensidad
de los trazados hechos por medio de la tinta o del lápiz, no sea que por ese influjo traiga como
consecuencia inmediata el aumento de la tonalidad de un color o se disminuya su claridad o
que, por ley de proximidad, el acto sensorial de una coloración despierta sufra alteraciones en
su alcance y en sus efectos.
Los defectos por la visión del color, muy principalmente la cromastenia común,
o dificultad en que se hallan aun los sujetos normales por falta de experimentación para
distinguir el tono de los colores y diferenciar exactamente su claridad y poder. Otro de los
defectos es la acromatopsia, o ceguera para el color. Son anomalías que impiden el ejercicio de
una prueba o de una observación bien detallada, pues el experimentador entra al plano de la
visión cambiada o anormal sin que logre contrarrestar los inconvenientes de orden físico, como
el contraste, y sin que consiga adaptarse a la verdad del objeto que examina.
Por otro lado cabe anotar que hay tintas que cambian su colorido inicial entre los
tres y diez días siguientes a su uso, lo cual quiere decir que su intensidad no logra estabilizarse
sino mediante la acción del tiempo y del medio físico que la rodea. En una experiencia y en un
cotejo relativos a este fenómeno, debe expresarse claramente el efecto proveniente del hecho
indicado.
La pluma comprueba la fluidez de las tintas: hay tintas que emanan normalmente
de aquellas, y hay otras que, por su constitución grasa, no caen ni obran sino mediante una
fuerte presión. Finalmente, existen algunas que, por su natulareza muy acuosa, fluyen con
precipitación. Parece que con la fluidez anda acompañado el factor referente a la densidad o al
peso de la tinta, cuyo valor debe ser mayor que el del agua, si es que se pretende un buen grado
de flujo o emanación. Por falta de este requisito conseguimos, a menudo, que las tintas se
rieguen en el papel y que obliguen la mayoría de las veces al retintamiento, resultando este
fenómeno no por obra y gracia de la labor de la falsificación, del calca, etcétera, sino mas bien
como un efecto torpe aunque natural.
Hay que agregar, además, que la tinta no funciona sola, ya que por su finalidad
esta destinada a ser recibida en el papel. Los papeles para escribir cartas, contratos, cheques,
etcétera, tienen un grado normal de encolado, que dejan que las tintas penetren en ellos casi
insensiblemente. Sin embargo, primitivamente el papel usado par a tales efectos adolecía del
exceso de encolado que permitía la facilidad de borrar lo escrito en razón de su muy escasa
penetración, o de la deficiencia del mismo, que propiciaba el hecho de que la tinta penetrara
exageradamente, rompiendo las fibras y regándose el color con detrimento muchas veces de la
superficie escrita. Previendo esto se ideo la formación de una tinta que, aparte de reunir los
requisitos anunciados anteriormente contuviera alguna sustancia que afectara o atacara en algo
el papel, sin dejar huellas muy profundas, pero en todo caso bien definidas. El ácido clorhídrico,
por ejemplo, que tiene la ventaja o cualidad de permitir la penetración del carbón en la tinta
china hasta un punto ligero, pero en todo caso suficiente para mantener una fijación bien
definida del color de la tinta a través del papel. El procedimiento data de tiempos remotos y fue
adoptado, según se sabe por la Societe de Encouragement, de París.
Por esta razón interesa saber igualmente la calidad del papel porque, según su
constitución, será mayor o menor el efecto de los reactivos o medios usados para borrar lo
escrito. No basta, pues, que la tinta pueda hacerse desaparecer fácilmente, sino que es necesario
que el falsificador, al hacer caer el reactivo sobre el papel, sepa que con el no se alteran la fibra,
el color y el encolado.
Por esta razón, conocer la edad absoluta de una tinta solo nos llevara a errores,
para ello existen varios métodos señalados, pero por las razones expuestas, creo que no nos
interesaran en el presente estudio.
Estas pequeñas manchas sobre los trazos son características de las escrituras con
bolígrafo. Los de mala calidad e incluso acumulan tinta en tal cantidad, que el exceso llega a
rozar con la superficie del papel: manchas oscuras o surcos acompañan a los rasgos de diversos
puntos. Desde luego, la manera de sostener el bolígrafo influye en el fenómeno y la anomalía
del rasgo hace pensar injustamente en un fraude, siendo así que es perfectamente normal y
debida solo a la mala calidad del instrumento empleado. Este defecto puede mitigarse con la
limpieza periódica de la punta del bolígrafo.
Muchas veces el falsificador solamente suprime una palabra, otras sustituye esta
por otra. En estos casos se aplica el método de los rayos infrarrojos que vimos antes, o se revela
la palabra primitiva a base de química, pero esta tiene el inconveniente de dañar el papel.
Entre las sustancias mas usadas para hacer desaparecer los trazos de tinta se
encuentran los siguientes: agua clorada, cloruro de etano, ácido oxálico, bisulfito de sodio,
ácido crómico en solución sulfurosa, etcétera; pero los mas usados en la actualidad y que han
sido comercializados o industrializados, se encuentran los cloruros decolorantes, tales como el
hipoclorito de sosa, llamado también agua de javel; igualmente, tenemos el permanganato de
sosa o de potasa, que por lo común se les encuentra en el mercado la solución dosificada,
envasada en un frasco pardo, juntamente con otra solución de bisulfito de sosa; al aplicarse el
permanganato la tinta palidece de manera progresiva hasta dejar solo una mancha castaña de
bióxido de manganeso, y la solución de bisulfito hace desaparecer cierta mancha; por lo regular
un lavado reciente es invisible en circunstancias normales, pero la mayoría de las veces, aunque
no siempre, el papel, con el tiempo adquiere un tono amarillento en el lugar del lavado.
Por regla general, estas sustancias empleadas para el lavado atacan al encolado
del papel y desprenden parcialmente las fibras superficiales, pero esto no es muy visible, y en la
mayoría de los casos el falsificador los vuelve a alisar o es tan insignificante que no se nota.
Una de las tareas más difíciles que suele plantearse dentro de este tema es la que
se refiere a la determinación de si una escritura es anterior o posterior a otra, y a la par que es
difícil es de gran utilidad, ya que por este sistema se puede llegar a saber si una frase o una cifra
fue puesta maliciosamente, con anterioridad o posterioridad a una firma, a una fecha o a una
parte cualquiera del documento; todo con mira a producir determinados efectos jurídicos. Se ha
llegado a concebir o, mejor dicho, se efectúa en la actualidad para resolver este problema y del
de las enmiendas y sustituciones, el método de microfotografía, mediante el cual el nivel de los
cruzamientos y el relieve de los rasgos resaltan con mayor poder y visibilidad en uno y otro
caso. La enmienda hecha encima de un número o de una palabra, por ejemplo, cobra en el
objetivo y en la fotografía una intensidad mayor, muy a pesar de que las tintas usadas sean
iguales, o todo el producto dependa de una misma mano; sin embargo, cuando se trata de tintas
diferentes, la tarea es mas sencilla; con todo, en este caso el experto debe tener mucho cuidado
en la fotografía mal tomada llegue a ser sorprendido y sometido por confusiones reales o
aparentes y por serios errores.
Por este motivo es bueno advertir que siempre ha sido indicio de grave sospecha
el hecho de que en un mismo documento se presenten rasgos contrarios o discordantes. En este
caso, la prueba de la enmienda o de la intercalación se dirige simplemente al establecimiento de
tales discordancias, usando, hasta donde sea posible, el sistema general de identificación.