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FORMACION

Frente Francisco de Miranda 2005. Todos los derechos reservados

La Revolución Bolivariana y la Guerra


Asimétrica
La doctrina militar, en un momento histórico determinado, tiene estrecha relación
con el proyecto de país que en esa circunstancia se está desarrollando, y las
hipótesis de enfrentamiento que ese proyecto supone. Así tenemos, que en la
independencia nos encontramos con el proyecto de crear la nacionalidad, que
supone el enfrentamiento con el imperio español. La doctrina militar en esas
circunstancias, fue una doctrina de guerra integral, y unidad cívico-militar, que
queda patentizada en el Decreto de Guerra a Muerte. Además, planteaba una
guerra cuyo teatro de operaciones era todo el continente, es decir, había la idea de
que la liberación del Imperio Español y la creación de las nacionalidades dependían
de la solidaridad entre las poblaciones que componían la América española.

Siguiendo con nuestros ejemplos, que no pretenden agotar el tema, nos


encontramos la dictadura del General Gómez, en ella se concreta la creación de
unas fuerzas armadas al servicio del capitalismo incipiente, y de las compañías
petroleras. Estas fuerzas armadas tenían como hipótesis de conflicto, la represión
de la clase obrera en formación, el combate a focos armados de resistencia frente a
la dictadura y en general aplastar la rebeldía que se oponía a la entrega del país. Y
aparece con fuerza, la hipótesis de conflicto con los estados vecinos, inoculada por
el imperio norteamericano para mantener tensiones que le permitieran su
dominación. Esta doctrina militar impuesta por el General Gómez, se mantiene bien
entrado el pacto de punto fijo. Al final de este pacto, durante los gobiernos de
Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, se impone una nueva doctrina militar dictada
por el imperio en su fase neoliberal, que planteaba la eliminación de las fuerzas
armadas y su transformación en meras policías nacionales, cuya hipótesis de
conflicto era la represión interna.

Antes de entrar a estudiar la situación actual debemos refrescar algunos conceptos:

Un proyecto de país, es constituido por el espíritu, que lo justifica y lo perpetua, y,


simultáneamente, por las relaciones económicas que corresponden a ese espíritu.
Los dos, espíritu y relaciones económicas se complementan y se influyen
mutuamente.

Después de la independencia, el espíritu de proyecto de país, era inspirado en la


ideología de la Revolución Francesa, resumida en Libertad, Fraternidad, Igualdad; a
lo que correspondía una economía de hombres libres. Recordemos las palabras de
Bolívar en la presentación de la Constitución de Bolivia:

“He conservado intacta la ley de las leyes -la igualdad: sin ella perecen todas las
garantías, todos los derechos. A ella debemos hacer los sacrificios. A sus pies he
puesto, cubierta de humillación, a la infame esclavitud (…) Legisladores, la
infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara, sería la más
sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su conservación? Mírese este delito por
todos aspectos, y no me persuado a que haya un solo Boliviano tan depravado, que
pretenda legitima la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre
poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! Una imagen de Dios puesta al yugo como
el bruto! Dígasenos ¿dónde están los títulos de los usurpadores del hombre? La
Guinea nos los ha mandado, pues el África devastada por el fratricidio, no ofrece
más que crímenes. Trasplantadas aquí estas reliquias de aquellas tribus africanas,
¿qué ley o potestad será capaz de sancionar el dominio sobre estas víctimas?
Transmitir, prorrogar, eternizar este crimen mezclado de suplicios, es el ultraje más
chocante. Fundar un principio de posesión sobre la más feroz delincuencia no
podría concebirse sin el trastorno de los elementos del derecho, y sin la perversión
más absoluta de las nociones del deber. Nadie puede romper el santo dogma de la
igualdad. Y ¿habrá esclavitud donde reina la igualdad?”.

Repetimos, después de la independencia el proyecto bolivariano fue traicionado y


la doctrina militar que correspondía al bolivarianismo, fue sustituida por la doctrina
militar que corresponde a la fase de dominación de una nueva oligarquía
emergente, representada por José Antonio Páez y los gobiernos sucesivos.

Ya estamos en condiciones de estudiar la doctrina militar que corresponde a la


Revolución Bolivariana.

La Revolución Bolivariana, ha rescatado la espiritualidad del bolivarianismo, Simón


Rodríguez y Zamora contribuyen a la formación de este pensamiento, que también
se nutre de lo mejor del pensamiento humanista universal. A esta espiritualidad
corresponde una economía con un alto contenido social, la búsqueda de la igualdad,
y una ética de la solidaridad.

A este proyecto de país, que se le puede denominar Bolivarianismo, democracia


revolucionaria o camino al socialismo; corresponde una doctrina militar Bolivariana,
es decir, antiimperialista, internacionalista, cívico- militar. Y tiene como hipótesis de
conflicto la guerra asimétrica con el imperio directamente o a través de fuerzas
substitutas del continente.

En nuestros días, las guerras no obedecen a las leyes convencionales del pasado,
cuando dos ejércitos de más o menos las misma fuerza chocaban en el campo de
batalla, buscando la eliminación física del contrario, usando para esto, más o menos
las mismas armas y las mismas técnicas militares. Nosotros, los del Sur, estamos
en presencia de un nuevo tipo de confrontación: la guerra asimétrica, que tiene
leyes propias, diferentes de las convencionales. Todo revolucionario debe estudiar
la guerra asimétrica, estar conciente de esta nueva realidad.

La Guerra Asimétrica, es en nuestros días esencialmente una guerra de ocupación


en la cual hay una inmensa desproporción de fuerza material bélica entre los
bandos en conflicto. Uno de los bandos es poderosísimo y el otro se presenta
extremadamente débil materialmente considerado. Tal es esta desproporción que
hace suicida el enfrentamiento en una guerra convencional. Es por eso que la
correcta comprensión y aplicación de la Guerra Asimétrica es la única esperanza
para los pueblos que se enfrentan al imperio. En otras palabras, el imperio es
prácticamente invencible en una confrontación convencional, pero extremadamente
vulnerable en una contienda asimétrica. Por eso, es deber de los revolucionarios
bolivarianos estudiar las leyes de la Guerra Asimétrica y enriquecer su aplicación.

El objetivo de la Guerra Asimétrica, a diferencia de la Guerra Convencional, no es la


destrucción física del enemigo, sino su reducción subjetiva a niveles que le impidan
accionar su potencial bélico, esto significa en otras palabras, que es una lucha
donde lo geográfico y lo militar propiamente dicho ceden lugar a la conciencia. Es
decir, lo que se disputa no es territorio, ni la destrucción física del enemigo, sino la
conciencia de las poblaciones que sustentan la acción bélica.

La Guerra Asimétrica tiene varias fases, la última de ellas es la fase del


enfrentamiento físico que es una etapa de resistencia, cuyo desenlace dependerá
de la acumulación de fuerza, es decir, la solidez de la conciencia y la inteligencia
del bando que resiste a la ocupación. Siendo así, se comprende que la Guerra
Asimétrica se decide en las etapas previas al enfrentamiento físico, en las fases
preparatorias, en la fase de la consolidación de la conciencia. Es un costosísimo
error prepararse para la etapa del enfrentamiento físico y descuidar las etapas
previas de acumulación de conciencia. De allí la importancia de las ideas, de los
medios de difusión de esas ideas y de las acciones en las que esas ideas se
manifiestan.

En la Guerra Asimétrica, se puede salir derrotado sin ser necesario ir al combate


físico. Entonces el primer triunfo del enemigo es ocultarnos la calidad de la
confrontación.

La batalla por la conciencia de los pueblos de la América, incluido Estados Unidos,


que es la esencia de la Guerra Asimétrica, se está librando en estos momentos y la
estamos perdiendo. Nuestro aparato de comunicación que equivale, en esta guerra
de nuevo tipo, a un ejército no ha entrado en combate. Por otro lado la conducta de
muchos de nuestros lideres medios y altos no ayuda a crear la conciencia de la
Revolución en nuestro pueblo, al contrario contribuye a la instalación de las ideas
de la dominación. Esta falta de claridad, del horizonte que traza el Comandante
Chávez, favorece las ideas del imperio y disminuyen la conciencia revolucionaria,
por tanto, debilitan nuestra capacidad de resistencia en la fase de la confrontación
física, que dicho sea, puede durar muy poco dependiendo de la capacidad
organizativa y la claridad de las ideas del pueblo oprimido.

En contraste, tenemos grandes ventajas y aciertos en el campo revolucionario:

El primero de ellos es la presencia de un líder continental, creador de conciencia e


indicador de la ruta de la liberación. Cada luchador social, debe potenciar esta
ventaja.

Encontramos también la extraordinaria base material para la creación de una


conciencia revolucionaria que son las Misiones Sociales Revolucionarias. Sobre esa
base material debemos asentar la conciencia revolucionaria, que no es otra cosa
que la conciencia del Deber Social. Contamos con un pueblo que ha dado muestra
de una gran intuición antiimperialista, ha dado muestra de desprendimiento, que
nos indica que esta preparado para enfrentarse al imperio en esta Guerra
Asimétrica y servir de ejemplo para las luchas que esta por librar el resto del
continente.

La Fuerza Armada Nacional, tal como lo dice el Comandante Chávez, ha cambiado,


ahora se encuentra unida con el pueblo, condición necesaria para desarrollar con
éxito una guerra asimétrica.

En resumen, debemos potenciar las acciones en cada área de trabajo del Frente,
las ideas que nos fortalezcan en esta guerra asimétrica que libramos y desechar las
acciones e ideas que nos debilitan peligrosamente, la desunión, el egoísmo, el
individualismo, y asumir el llamado del comandante a la actitud de Defensa
Integral.

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