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EL DON DE

DISCERNIMIENTO
Por: Luis Amico

Cuatro imágenes del discernimiento

Cernidor Ala delta / parapente

Camino Timón
Discernir es:
 Separar lo bueno de lo malo
 Elegir entre lo bueno, lo malo y... lo mejor
 Es una iluminación de la mente y el corazón
por parte de Dios
 Identificar, reconocer, distinguir
 Buscar lo que agrada a Dios
 Encontrar la luz en medio de la oscuridad
 Entrar en comunión con el querer de Dios
 No basarme en las apariencias
 Saber escoger lo que Jesús escogería
 Vivir en el equilibrio del Espíritu
 Ir a lo verdaderamente importante y
necesario
¿Qué es el discernimiento?
• Discernimiento del espíritu: conocimiento íntimo
que nos hace distinguir y diferenciar si las inspiraciones
o impulsos que experimentamos provienen del Espíritu
de Dios, del espíritu malo o de nuestro propio espíritu
humano.
• Es un don para identificar correctamente la
presencia de Dios, su plan, voluntad o acción en
circunstancias particulares, o cuando nos enfrentamos
con diferentes direcciones o alternativas.
• No es simplemente escoger entre lo bueno y lo
malo; sino cuando se escoge entre variedad de
alternativas de valor equivalente: “Todo me es lícito,
mas no todo me conviene” (1 Co 10, 23). De lo que se
trata es de escoger siempre lo mejor.
• Es descubrir de dónde provienen los movimientos
interiores y exteriores: de Dios, de la carne o del
demonio. 1 Ts 5, 21: “No apaguen la fuerza del
Espíritu; no menosprecien los dones proféticos.
Examínenlo todo y quédense con lo bueno”. A veces en
una situación una parte será de Dios y otra no.
• Es percibir “llamadas”, “impulsos”, o “espíritus”,
que se oponen al movimiento del Espíritu Santo, o lo
impiden y desvirtúan, distraen, frustran de alguna
manera: “No crean a cualquiera que pretenda poseer el
Espíritu. Hagan, más bien, un discernimiento para ver si
pertenece a Dios...” (1 Jn 4,1).
FORMAS DE DISCERNIMIENTO

1. El discernimiento natural
El discernimiento natural es el sentido común. Lo tiene todo
ser humano normal, si no está enfermo.

2. El discernimiento doctrinal
O también: Arte de discernimiento, el arte cristiano de
discernir.
Se adquiere con:
 la formación
 la reflexión
 la experiencia
 la oración
Características:
 Es para todos.
 Es gradual, progresivo. Lo podemos adquirir poco a poco.

3. El discernimiento carismático
Características:
 No se adquiere ni se aprende. Es un carisma gratuito (1 Co
12).
 No es para todos. Solo para unos cuantos.
 Siempre debe que estar sometido a un discernimiento
doctrinal, juzgando por los frutos.
Criterios de discernimiento
1. Objetivos
 Fidelidad a la doctrina de la fe: Toda inspiración que
se aparte de cualquier punto de la fe, no viene del
Espíritu Santo.
“El que reconoce que Cristo Jesús se hizo hombre, habla de
parte de Dios. En esto reconocerán al que Dios inspira. En
cambio, si alguien no reconoce a Jesús, ése no habla de
parte de Dios, sino que habla como Anticristo” (1 Jn 4, 2-3).
 Fidelidad al Estado de Vida: Ninguna inspiración del
Espíritu Santo puede ir en contra de nuestros deberes
de estado.
 Obediencia a la legítima autoridad: La prontitud para
obedecer es uno de los criterios más seguros para
discernir las auténticas inspiraciones del Espíritu
Santo.
2. Criterios subjetivos o internos
 La Humildad
 La Paz
 La Alegría
 El Amor
Los criterios de discernimiento nunca pueden ser una
norma de certeza absoluta, aunque sí guía que dan cierta
seguridad de que las inspiraciones vienen de Dios o del
espíritu malo.
3. El Señor nos habla a través de:
 Su Palabra, la Tradición y el Magisterio de
la Iglesia.
 Don profético (palabra de profecía), que
debe ser discernido y confirmado.
 Inspiraciones o mociones interiores: un
conocimiento intuitivo que proviene de estar en
comunión con el Corazón de Dios y su Voluntad.
 Signos que confirman: algunas veces. No siempre
debemos pedirlos o esperarlos. Exceso en esto puede
suprimir nuestra responsabilidad de hacer decisiones.
 Circunstancias en las cuales podemos percibir la
obra de Dios. A través de algún hecho que nos
ocurre a nosotros o a otros.
 Nuestros hermanos. Pedir a nuestro director
espiritual o a hermanos cercanos, que oren y nos
ayuden a discernir.
Trabajo de discernimiento grupal
Caso # 1: Los nuevos servidores
El Equipo de servidores del Grupo de Oración “Cristo vive”
está discerniendo si es necesario convocar a más servidores.
Incluyendo al Responsable, son seis servidores para atender a
unos cincuenta asambleístas. Ponen esto en oración para pedir al
Señor que les muestre qué hermanos podrían ser convocados.
Luego, el Responsable pide a cada uno que indique las personas
que el Señor le mostró. De esta manera, son propuestos tres
hermanos: Susana, Pedro y Judith. Posteriormente, el Equipo
comparte sobre la conveniencia de llamar a cada uno de ellos, y
hay un consenso unánime en llamar a Pedro y Judith, pero en el
caso de Susana, hay una servidora que se opone rotundamente a
que ella sea llamada al Equipo, a diferencia del resto que está de
acuerdo con su incorporación. Esta servidora es conocida por
tener un visible carisma del discernimiento. Sin embargo, no da
razones de peso para fundamentar su posición.
A. Ante la imposibilidad de un acuerdo, el Equipo le explica a la
hermana servidora que respeta su posición, pero decide, por
mayoría, llamar a los tres hermanos al equipo (incluyendo a
Susana).
B. El Equipo decide, tomando en cuenta el carisma de la
hermana, sólo llamar a Pedro y a Judith, y tener en
observación a Susana.
C. Deciden hacer una nueva oración pidiendo luz al Señor, esta
vez específicamente para el caso de Susana.
Caso # 2: ¿Obediencia o misericordia?
Enrique es servidor del Grupo de oración “Cristo Salvador”, y
miembro del Ministerio de Enseñanza de su Grupo. Su
Responsable le ha pedido recientemente que no acepte dar
ninguna enseñanza en otro grupo sin pedirle permiso primero. Un
día, Enrique, en su deseo de alimentarse más del Señor, visitó un
Grupo de oración de otra Zona, el cual está integrado casi en su
totalidad por jóvenes sin mayor experiencia, pero con mucho
entusiasmo. Al llegar, algunos servidores de ese grupo lo
identificaron; se le acercan y le cuentan que están en ese momento
en una situación desesperada porque su Responsable viajó y el
ponente que tenía que dar el tema ese día acaba de avisar que no
va a poder llegar por un contratiempo. Ellos le dicen: “¡Qué
bueno que llegaste. El Señor te envió justo hoy!”, y le piden a
Enrique si puede dar una enseñanza sobre cualquier tema para
salvar la situación. Él se encuentra en una disyuntiva: reconoce la
necesidad de los hermanos asambleístas de ser alimentados por la
Palabra de Dios, pero también recuerda lo que su Responsable le
dijo (que no acepte dar temas sin antes consultarle). Enrique tiene
que decidir en pocos segundos. ¿Qué debería hacer?
A. Enrique siente compasión al ver la necesidad de los hermanos
de la asamblea y acepta el pedido.
B. Haciendo caso a su Responsable, les responde que para eso
están ellos, que son servidores, para resolver ese problema.
Que asuman sus responsabilidades para que así aprendan a
tomar decisiones y no dependan de otros.
C. Opta por una solución intermedia. No acepta dar una
enseñanza, pero les dice que les compartirá su testimonio de
vida.
Conclusiones del Taller de
Discernimiento Espiritual
1. El Discernimiento es una facultad que tenemos como
hijos de Dios. Nos identificamos como tales por nuestra
capacidad de discernir.
2. La vida del cristiano es un camino que no está exento de
situaciones confusas, trampas y sendas peligrosas. El
discernimiento nos ayudará a descubrir el plan de Dios
para nosotros (la meta), identificar el camino y no perder
el rumbo.
3. Es posible escuchar la “voz” de Dios, la cual se expresa
de muy variados modos: Su Palabra, la Tradición y el
Magisterio de la Iglesia, los profetas, inspiraciones
personales, signos diversos de confirmación,
circunstancias, nuestros propios hermanos. La clave es ir
diciéndole siempre “sí” al Señor cada vez que nos
propone algo, así sea algo “pequeño”, pues como dice la
Palabra de Dios: “Como fuiste fiel en lo poco, lo serás
en lo mucho” (Mt 25, 21).
4. Existe un discernimiento carismático (don), y también
una capacidad adquirida de discernir, la cual podemos y
debemos desarrollar todos. Debemos por ello tener una
actitud de disposición a amar y hacer la voluntad de Dios
y dejarnos conducir por el Espíritu Santo.
5. La Iglesia nos propone criterios objetivos y subjetivos
que nos ayudan. No puede venir de Dios aquello que se
opone a la enseñanza eclesial, a nuestros deberes de
estado de vida y atente contra la legítima autoridad.
Tampoco, aquello que nos quita la paz, desune a la
comunidad, expresa soberbia, produce desánimo, etc.

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