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Según un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la

Alimentación (FAO), el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero: un 18% más
de CO2 que el sector del transporte. También es una de las principales causas del
calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del
agua, y la pérdida de biodiversidad.

"El ganado es uno de los principales responsables de los graves problemas medioambientales
de hoy en día. Se requiere una acción urgente para hacer frente a esta situación”, asegura
Henning Steinfeld, Jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del
Sector de la FAO, y uno de los autores del estudio La sombra alargada de la ganadería-aspectos
medioambientales y alternativas. (FAO, 2006)

Los autores del informe sumaron las emisiones producidas a lo largo de la cadena de
productos cárnicos, desde la producción de piensos (que incluye la producción de fertilizantes
químicos, la deforestación para producir forrajes y abrir pastizales, etc.), pasando por la
producción animal (que incluye las emisiones de la fermentación y de óxido nitroso del
estiércol), hasta el CO2 liberado durante la elaboración y el transporte de los productos
animales.

El resultado es que el sector ganadero es responsable del 9% del CO2 procedente de las
actividades humanas, pero produce un porcentaje mucho más elevado de los gases de efecto
invernadero más perjudiciales. Genera el 65% del oxido nitroso de origen humano, que tiene
296 veces más Potencial de Calentamiento Global que el CO2. La mayor parte de este gas
procede del estiércol. Y también es responsable del 37% de todo el metano producido por la
actividad humana (23 veces más perjudicial que el CO2), que se origina en su mayor parte en el
sistema digestivo de los rumiantes, y del 64% del amoniaco, que contribuye de forma
significativa a la lluvia ácida.

PROBLEMAS CON LA TIERRA

El informe de la FAO explica que la ganadería utiliza hoy en día el 30% de la superficie terrestre
del planeta, que en su mayor parte son pastizales, pero que ocupa también un 33% de toda la
superficie cultivable, destinada a producir forraje. La tala de bosques para crear pastos es una
de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde el 70% de
los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han destinado a pastizales. Cerca del
70% de las tierras de pastoreo en las zonas áridas están degradadas, a causa del exceso de
pastoreo, la compactación de la tierra y la erosión causadas por el ganado, y lo mismo sucede
con 20% de los pastizales de rebaños.

PROBLEMAS CON EL AGUA

La actividad ganadera figura entre los sectores más perjudiciales para los cada día más escasos
recursos hídricos, contribuyendo entre otros aspectos a la contaminación del agua y la
destrucción de los arrecifes de coral.

El ganado contribuye 10 veces más a la contaminación del agua en comparación con la


contaminación del hombre y 3 veces más que la contaminación de la industria del aceite,
carbón, acero y manufacturas combinada. El sobrepastoreo afecta al ciclo del agua, e impide
que se renueven los recursos hídricos tanto de superficie como subterráneos. Los principales
agentes contaminantes son los desechos animales, los antibióticos y las hormonas, los
productos químicos utilizados para teñir las pieles, los fertilizantes y pesticidas que se usan
para fumigar los cultivos forrajeros.

La producción de ganado utiliza el 8% del agua que consume el hombre principalmente a


través del riego de los cultivos forrajeros. Si bien no existen cifras mundiales, se estima que en
los Estados Unidos el ganado y la producción agrícola de forrajes consumen el 37% de los
plaguicidas, el 50% de los antibióticos y producen una tercera parte del nitrógeno y el fósforo
que contaminan el agua. El sector genera también casi 2/3 partes del amoniaco que contribuye
considerablemente a la lluvia ácida y a la acidificación de los ecosistemas.

PROBLEMAS CON LA BIODIVERSIDAD

El número de animales producidos para consumo humano también representa un peligro para
la biodiversidad de la Tierra. El ganado constituye un 20% del total de la biomasa animal
terrestre, y la superficie que ocupa hoy en día, antes era hábitat de especies silvestres. En 306
de las 825 ecorregiones clasificadas por el Fondo Mundial para la Naturaleza, el ganado se
considera actualmente una "amenaza", a la vez que 23 de las 35 "zonas mundiales de gran
concentración de la biodiversidad" de la lista de Conservation International -caracterizadas por
una grave pérdida de hábitats- resienten los efectos de la producción ganadera.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

El informe de la FAO recomienda una serie de medidas para mitigar los peligros que plantea el
ganado para el medio ambiente, pero todos parecen muy lejanos para los ciudadanos
comunes y corrientes, que la mayoría de las veces estamos al margen de las decisiones
políticas. Sin embargo, hay algo que sin duda podemos hacer para frenar los daños que causa
la producción de animales como comida al medio ambiente: disminuir nuestro consumo de
carne o hacernos vegetarianos. Los verdaderos ecologistas deberían comprometerse con la
promoción y práctica del vegetarianismo como un estilo de vida respetuoso con los animales,
con las personas y con el medio ambiente.

PÉRDIDA DE ARRECIFES DE CORAL

Un equipo de biólogos marinos analizó el proceso de este deterioro que termina por matar a
este ecosistema marino.

Fase 1: una fina capa de sedimento impide que las algas adheridas a los corales los administren
de oxígeno, asfixiándolos.

Fase 2: La falta de oxígeno causa la muerte de tejido coralino y causa acidificación, misma que
crea fermentación y un químico llamado sulfuro de hidrógeno, que, al mismo tiempo, baja el
PH del ecosistema.

Fase 3: el sulfuro de hidrógeno mata a las células restantes de coral en menos de 24 horas.

Este estudio fue realizado en Australia como parte de una investigación que respondiera el
deterioro del área coralina de Queensland.

Trato animal

Pollos

Los pollos son probablemente los animales que sufren más abusos en el planeta. Son
hacinados dentro de sucias naves por miles y forzados a vivir en medio de su propio
excremento y los cadáveres de otras aves. Son criados y drogados para crecer a un ritmo que
sus piernas y órganos no pueden mantener, provocando que los ataques al corazón, fallos de
órganos y deformidades incapacitantes en las piernas sean padecimientos comunes. Muchos
se ven lisiados debido a su propio peso y eventualmente mueren ya que no pueden moverse
para alimentarse o beber agua.

En el matadero, los pollos son colgados de cabeza, sus piernas son introducidas en grilletes
metálicos, son degollados y sumergidos en tanques de agua hirviendo para desplumarlos. A
menudo son conscientes durante todo el proceso.
Las aves explotadas por sus huevos, llamadas “gallinas ponedoras” por la industria, son
hacinadas en jaulas en serie, que son apiladas hilera sobre hilera en largos almacenes. Con
siete u ocho de estas aves en cada jaula ni siquiera tienen espacio suficiente para extender
incluso una de sus alas. Cintas transportadoras traen la comida y el agua y se llevan los huevos.
Debido a que sus huesos son tan débiles y sus cuerpos están tan desgastados, hasta 90 por
ciento de las gallinas tienen huesos rotos o están desangrándose desde el momento en que
llegan al matadero. (industria avícola)

Ganado

El ganado es castrado, herrado en repetidas ocasiones, y algunos tienen sus cuernos cortados
mientras que otros los queman, todo ello sin el uso de analgésicos. Después de soportar casi
un año hacinados en corrales de engorda, son introducidos en camiones y transportados a
través de los climas más extremos. En el matadero muchos son degollados, desollados y
desmembrados mientras todavía están conscientes.

Las vacas producen leche por la misma razón que los humanos: para nutrir a los pequeños. Con
el fin de forzar a los animales a continuar a producir leche el personal en las granjas por lo
general las fecundan usando inseminación artificial cada año. Después que sus terneros son
traumáticamente apartados de ellas, las vacas son conectadas, varias veces durante el día, a
máquinas ordeñadoras. Estas vacas son genéticamente manipuladas, artificialmente
inseminadas, y por lo regular drogadas, para forzarlas a producir aproximadamente cuatro y
media veces la cantidad de leche que producirían naturalmente para alimentar a sus terneros.
Un estudio de la industria reporta que al momento en que son muertas, cerca del 40 por cierto
de las vacas usadas para producir leche cojean debido al confinamiento constante, la suciedad
y el estrés de estar constantemente embarazadas y produciendo leche. Cada año más de
100,000 vacas son incapaces de salir caminando los camiones de transporte, y aún así, son
sacrificadas para el consumo humano.

La mayoría de los terneros – “subproductos” de la industria de los lácteos – son


traumáticamente apartados de sus madres cuando ni siquiera han cumplido un día de nacidos.
Muchos son enviados a sucios corrales de engorda en espera de la muerte. Otros son
mantenidos en pequeñas y oscuras jaulas, donde permanecen casi totalmente inmovilizados
para que su carne permanezca tierna. Asustados, enfermos y solos, estos terneros son
matados después de unos cuantos meses de vida de tal forma que su carne pueda ser vendida
como “carne de ternera”. El consumo de leche apoya esta industria.

Cerdos

Los cerdos son animales extrovertidos y sensibles. En las granjas pasan sus vidas enteras
hacinados en sucios almacenes con el estrés constante del confinamiento intensivo donde se
les niega todo lo que es importante y natural para ellos. Las madres pasan la mayor parte de
sus miserables vidas en pequeñas jaulas de gestación, demasiada pequeñas incluso para que
se puedan dar la vuelta. Son impregnadas una y otra vez hasta sus cuerpos no pueden
aguantar, momento en el que son enviadas al matadero.

Los lechones son separados de sus angustiadas madres después de unas pocas semanas. Sus
rabos son cortados, sus dientes son recortados con pinzas, y los machos son castrados. Esto sin
el uso de analgésicos para aliviar el dolor.

Cuando llega el tiempo de ir al matadero, los cerdos son apretados dentro de camiones de
transporte que viajan varios kilómetros a través de climas extremos. Muchos mueres de
insolación en el verano o se congelan al camión en el invierno. De acuerdo con los reportes de
la industria, más de 1 millón de cerdos mueren en el traslado cada año, y otros 420,000 están
lisiados al momento en que llegan al matadero.

Debido a los inadecuados métodos de aturdimiento, muchos cerdos siguen conscientes


cuando son introducidos en el agua hirviente, que tiene por objeto remover el pelo y suavizar
su piel.

Peces

Más del 40 por ciento de todos los pescados consumidos cada año son criados en piscifactorías
en tierra o cerca del mar. Las que están en tierra concentran miles de de peces en estanques,
piscinas o tanques de concreto. Las otras están situadas cerca de las costas, y los peces en ellas
viven confinados a redes o jaulas de malla.

Los peces en las piscifactorías pasan su vida entera en sucios y atestados cercos, y muchos
sufren de infecciones parasitarias, enfermedades y lesiones debilitantes. Las condiciones en
estos lugares son tan horrendas que el 40 por cierto de los peces pueden morir antes de que
los trabajadores puedan matarlos y empaquetarlos como comida. A los peces que sobreviven
se les niega el alimento antes de ser enviados al matadero con la intención de recudir la
contaminación del agua durante su transporte. Al salmón, por ejemplo, se le deja sin comer
por 10 días enteros.

En la naturaleza, cientos de billones de peces – junto con otros animales “atrapados por error”,
incluyendo tiburones, tortugas de mar, focas y ballenas – son capturados cada año en redes
que arrasan el océano o arrastrados por horas en largos sedales para la industria del pescado.

Si los peces son criados en piscifactorías, capturados en el océano por redes gigantes o largos
sedales, o atrapados por una caña de pescar, comerlos respalda la crueldad contra los
animales.
Es una realidad: dejar de comer carne aporta múltiples beneficios, y en este post, los
agrupamos todos para que quede constancia. Y no sólo lo decimos nosotros la OMS
(Organización Mundial de la Salud) ya lo advirtió en 2015: comer carnes (especialmente rojas
procesadas) incrementa tus riesgos de contraer enfermedades como cáncer, obesidad o
diabetes. Por todos es sabido que ser vegetariano es bueno para el medio ambiente y para
evitar la explotación animal, pero lo que no todo el mundo conoce son las ventajas que puede
traer a tu cuerpo. Y es que, "cualquier persona que reduzca su consumo de carne hacia una
dieta vegetariana no sólo perderá peso, verá mejoras en sus niveles de colesterol y de azúcar
en la sangre, reducirá el riesgo cardiovascular, y lucirá más saludable", dijo el doctor Steven
Masley, nutricionista y autor de Puesta a punto del corazón en 30 días: Un plan Médico para
prevenir y revertir enfermedades del corazón. Aquí encontrarás 10 maneras en las que llevar
un plan de dieta basado en vegetales beneficiará a tu cuerpo.

Además, por otra parte, ya sabes que gracias a los avances en alimentación, puedes dejar de
comer carne sin renunciar a ciertos sabores. Para ello, cuentas con nuestra tienda Vegaffinity y
los múltiples sustitutos de la carne elaborados a partir de proteína vegetal.

Artículo Relacionado que te puede interesar: Sustitutos de la carne en la cocina vegana

1. Perderás peso

Un estudio a gran escala, de cinco años publicado en la Revista de la Academia de Nutrición y


Dietética (Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics) en 2013 reveló que las personas
que no comen carne tienen un IMC promedio menor que los consumidores de carne, y que los
veganos tienen una tasa de obesidad significativamente más baja que los omnívoros (9.4 %
frente a 33,3 %). Puedes leer el artículo completo aquí (en inglés). Además, un nuevo estudio
presentado en la reunión de "La Sociedad Obesa" (The Obesity Society) en 2013 encontró que
las personas con sobrepeso / obesidad que siguen una dieta vegana o vegetariana perdieron
más peso que aquellos que consumieron carne a pesar de que ambos grupos consumieron el
mismo número de calorías.

El consumo de grasas saturadas -que principalmente provienen de la carne y los productos


lácteos- aumenta el nivel de colesterol en la sangre, y altos niveles de colesterol en la sangre
aumentan el riesgo de padecer enfermedades del corazón. Dejar la carne reduce
automáticamente la cantidad de grasas saturadas en tu dieta, que a su vez, reduce el riesgo de
enfermedades cardiovasculares.
2. Bajarás tu presión arterial

Los vegetarianos y veganos tienen menos hipertensión que los consumidores de carne, según
los resultados publicados en la revista Public Health Nutrition. Los investigadores dicen que se
debe a un peso promedio más bajo y a un mayor consumo de frutas y verduras.

3. Reducirás el riesgo de padecer diabetes

Un estudio de la Asociación Americana de Diabetes ha encontrado que las personas que siguen
una dieta vegetariana tienen un menor riesgo de síndrome metabólico, un conjunto de
factores de riesgo ligados a la diabetes tipo 2 (no-insulino dependiente), accidentes
cerebrovasculares y enfermedades del corazón. Los sujetos del estudio que evitaron la carne
tendían a tener menor presión arterial, azúcar en la sangre y triglicéridos que los que
consumían regularmente esos alimentos.

4. Reducirás el riesgo de cáncer

En 2002, los investigadores de la Universidad de Loma Linda comenzaron un estudio que duró
10 años de casi 70.000 Adventistas del Séptimo Día, cuya doctrina religiosa les desaconseja el
consumo de carne. Su investigación encontró una asociación entre la dieta vegetariana y una
disminución del riesgo en todos los tipos de cáncer. Los investigadores también descubrieron
que los vegetarianos experimentaron menos cáncer gastrointestinal, así como cáncer
colorrectal, y que las mujeres veganas experimentaron menos cánceres específicos, como el
cáncer de mama. Si te interesa el tema, tenemos un post llamada 4 razones para elegir una
hamburguesa vegana frente a una de carne.
5. Tu digestión mejorará

Comer más verduras y legumbres significa que tu consumo de fibra subirá, y más fibra significa
menos estreñimiento y mejorar la digestión en general. "Muchas mujeres tienen su bolso
repleto de productos para facilitar la digestión y ayudar a obtener más regularidad intestinal,
pero una dieta vegetariana sin duda puede ayudar en eso", dijo Dawn Jackson Blatner, autor
del libro "la dieta flexitariana" (The Flexitarian Diet). Cuando tienes la digestión normal y sin
estar hinchado, te sentirás más delgado, lleno de energía.

6. Tu piel brillará

El vegetarianismo es una de las mejores dietas para tu piel. Comer más frutas frescas, verduras
y granos enteros aumentan la ingesta de antioxidantes, que neutralizan los radicales libres que
pueden provocar arrugas, manchas, y otros signos de envejecimiento. En este artículo ya os
explicamos la importancia de los alimentos de origen vegetal para tener una piel radiante.

7. Tu olfato mejorará

Seguir una dieta sin carne puede hacer que huelas de forma más agradable para el sexo
opuesto, según un estudio publicado en la revista Chemical Senses. En el estudio, los hombres
siguieron dietas con y sin carne durante dos semanas, y llevaban almohadillas bajo sus axilas
para recoger el olor corporal durante las últimas 24 horas de la dieta (en efecto, es bastante
desagradable). Las mujeres evaluaron las muestras de olor para el agrado, la atracción, la
masculinidad y la intensidad. Los hombres cambiaron su dieta y las mujeres tomaron muestras
de los aromas de nuevo. Las mujeres juzgaron los resultados de la dieta libre de carne como
"significativamente más atractivo, más agradable, y menos intenso."
8. Puedes ser más feliz

La adición de más frutas y verduras a tu dieta es un impulso natural al estado anímico. Los
economistas e investigadores de salud pública de la Universidad de Warwick y el Dartmouth
College estudiaron los hábitos alimenticios de 80.000 personas en Gran Bretaña, y encontraron
que el bienestar mental aumentó con el incremento del número de porciones diarias de frutas
y verduras. Una persona promedio recibe menos de tres porciones diarias en la mayor parte
de países más desarrollados.

9. Tus niveles de energía aumentarán

Comer más espinacas, col rizada, frijoles y otros alimentos con alto contenido de nitratos en la
dieta puede ayudar a sentirse con más energía con el paso del tiempo. Una investigación ha
encontrado que los nitratos en la dieta tienen beneficios vasculares, reducen la presión
arterial, e incluso pueden aumentar el rendimiento físico en personas sanas. "Estos alimentos
abren los vasos sanguíneos, permiten que fluya más oxígeno, y tienen la capacidad de darnos
energía de una manera más abundante", dijo Blatner.

COMER CARNE CONTRIBUYE A LA POBREZA Y LA HAMBRUNA

En el año 2007 se sacrificaron 60.000 millones de mamíferos y aves para satisfacer el mercado
cárnico, es decir para consumo humano. Como muchos supondrán, un número tan elevado de
animales necesita una ingente cantidad de alimento: El 40% de la cosecha mundial anual acaba
en los establos de la ganadería intensiva de los países industrializados, es decir, en el primer
mundo.

Con una ecuación fácil deducimos que para “producir” 1 kilo de carne bovina son necesarios 9
kilos de cereal, en su mayor parte procedentes de los países pobres, puesto que el 60% de
cereales, soja y cacahuetes lo importamos de los países en vía de desarrollo.

Otro dato nos revela que para 200 gr. de bistec se utilizan como pienso hasta 2 kilos de cereal.
Pero con 2 kilos de cereal se saciarían unos 8 niños. Actualmente 6 millones de niños mueren
de hambre al año y 1020 millones de personas pasan hambre, lo que es igual a una sexta parte
de la humanidad. Si los países industrializados redujeran tan sólo un 10% el consumo de carne,
100 millones de personas podrían ser alimentadas adicionalmente, por lo que nadie debería
morir de hambre.
Si aprovechásemos por lo tanto el alimento de una manera directa, es decir nos
alimentásemos de un modo vegetariano, obtendríamos del mismo trozo de tierra de 5 a 10
veces más cantidad de alimento. Esto significa que si la producción de carne se suspende, se
puede alimentar a una gran parte de la población mundial. Por eso todos los que no quieren
prescindir de comer carne son igualmente culpables de la miseria y de las muertes por
inanición en el tercer mundo. Quien come carne, debería asumir esto conscientemente.

Nuestra sociedad del bienestar se preocupa mucho hoy por hoy de la pureza de los alimentos.
Quizás deberíamos preocuparnos también por la pureza de nuestra conciencia en aquello que
comemos. Especialmente en nuestro occidente marcado por la Iglesia donde el dogmatismo,
que a menudo es ciego, impide el trato digno a los animales, la naturaleza y también a
nuestros semejantes. No sirve de nada lamentarse siempre del hambre, de la muerte de los
bosques y de la contaminación del medio ambiente en esta Tierra. Más bien en esto a cada
uno se le pide el compromiso de cambiar su alimentación y dejar de comer carne. Con ello
también se acabaría con el sufrimiento de los animales.

Pero para justificar la explotación desmesurada de los reinos de la naturaleza a menudo se cita
la frase Bíblica del Creador: “Someteos la tierra” (Génesis 1,28). Sin embargo, la palabra
“someter” no significa torturar a los animales, destruir los bosques y plantas y destrozar todo
lo que el hombre puede disponer. Con la palabra “someter” se hace referencia al
mandamiento de cuidar los reinos de la naturaleza, es decir toda la Tierra. Se nos ha exhortado
a que tratemos y cuidemos la Tierra con amor. Se nos ha mandado que respetemos todas las
formas de vida en la Tierra, que la apreciemos y amemos, esto es el amor al hombre, al animal,
a la planta y a la piedra, a todas las formas de vida y también al planeta Tierra.

Aquel que tenga ya sólo un poco de corazón para la naturaleza podrá intuir en la expresión de
un animal, en la belleza de una planta, en la forma de una piedra o en las substancias líquidas,
que la Tierra podría ser un paraíso. Quien alguna vez haya cuidado a algún animal siente que
se ha vuelto internamente más rico y más consciente de la naturaleza. En aquel que por el
contrario instale o apruebe fábricas de productos animales o mataderos, lo que se muestra en
que come carne de su prójimo animal, su conciencia se volverá cada vez más estrecha, porque
un hombre semejante empobrece internamente.

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