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Guerra civil chilena de 1891

BENJAMIN SILVA

La Guerra civil chilena de 1891, también conocida como Revolución de 1891, fue un conflicto armado
ocurrido en Chile entre partidarios del Congreso Nacional contra los del presidente de la República José
Manuel Balmaceda.
Tras una serie de disputas entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo, la discusión sobre el presupuesto
fiscal de 1891 generó finalmente el estallido del conflicto interno. Mientras las fuerzas del Ejército de
Chile se dividieron, apoyando a ambos bandos, la Armada se unió a los congresistas. Desde Iquique y
con apoyo de material británico, los revolucionarios iniciaron una serie de campañas con el fin de derrocar
a Balmaceda, quien estableció una férrea opresión sobre sus opositores.
Tras las batallas de Concón y Placilla, las fuerzas leales al presidente fueron derrotadas. Balmaceda
entregó el poder al general Manuel Baquedano el 28 de agosto, mientras las fuerzas revolucionarias
entraban a Santiago, y se refugió en la legación argentina, suicidándose el 19 de septiembre de 1891, un
día después de que expirara su periodo constitucional como presidente.
La victoria de las fuerzas congresistas marcó un importante hito en la historia de Chile. La sociedad
chilena enfrentó una gran división tras el conflicto bélico, que dejó entre 5000 1 y 10 0002 muertos. Las
reformas a la Constitución de 1833terminaron con la llamada República Liberal y se inició el Régimen
Parlamentario, que imperó en Chile hasta 1925.

Causas
Las principales causas de esta guerra fueron:

 Conflicto presidencialismo-parlamentarismo: El mandatario gobernó interpretando


la constitución como presidencialista, con lo que se ganó la oposición de los partidos políticos y el
Congreso Nacional, que habían desarrollado una lectura parlamentarista de la carta fundamental. Ello
le significó múltiples obstáculos a Balmaceda para poder cumplir sus propósitos. 3
 Intervención electoral: Balmaceda pretendía designar, tal como lo habían hecho sus antecesores, al
Congreso y a su sucesor en la presidencia por medio de la intervención electoral. Esto, yendo en
contra del llamado de los partidos políticos a respetar la libertad electoral, que se convirtió en su
principal bandera de lucha contra el Presidente.
 Hegemonía oligárquica en peligro: Balmaceda nombró como Ministros a jóvenes no pertenecientes
a la oligarquía tradicional. Este grupo reaccionó al prever la posibilidad de disminuir su poder político y
social.[cita requerida]
 Proyecto económico de Balmaceda: El Presidente tenía la intención de aumentar la exportación del
salitre para incrementar los ingresos fiscales y poder financiar el plan de obras públicas del Gobierno.
Sin embargo, los empresarios del salitre (principalmente John North), parte de la oligarquía y el
Parlamento, querían exportar cantidades limitadas para que no disminuyera su precio en el mercado
internacional.[cita requerida]
 División de las Fuerzas Armadas: Para el desarrollo de la guerra fue fundamental la división de las
Fuerzas Armadas, ya que sin este suceso, el bando de Balmaceda no hubiera podido oponer
resistencia. El Ejército apoyó al Presidente, y la Armada a la causa congresista.
 Crecientes niveles de rivalidad política: El respeto a las autoridades de Gobierno y a los opositores,
que habían marcado la convivencia anterior, se vio sobrepasado por una prensa virulenta que llegó a
incluir en sus ataques a familiares y vidas privadas de los hombres públicos. 4
 Conflicto con la Iglesia: Por la condición liberal de Balmaceda, y su antiguo apoyo al traspaso del
poder eclesiástico al Estado, los clérigos, los políticos y particularmente los jóvenes conservadores
mantuvieron una oposición virulenta al Presidente.

MATIAS HUERTA

COMIENZO DE LA GUERRA
La junta revolucionaria de Iquique: De izquierda a derecha Waldo Silva, Vicepresidente del Senado; Jorge
Montt Álvarez, capitán de navío y Presidente de la misma; y Ramón Barros Luco, Presidente de
la Cámara de Diputados.

Tanto el Congreso como el Presidente se negaron a ceder,6 por lo que al llegar el 1 de enero de 1891,
Balmaceda estableció por decreto la prórroga de los presupuestos del año anterior. Esto condujo a la
crisis institucional. El Congreso Nacional declaró al Presidente fuera de la ley, a lo que Balmaceda
respondió instaurando la dictadura, asumiendo todo el poder público necesario para la administración y
gobierno del Estado y el mantenimiento del orden interior.7
Apoyándose en la mayor parte de la Armada y parte importante del Ejército, el Congreso confió el mando
al capitán de navío Jorge Montt Álvarez el 6 de enero de 1891 para defender "la Constitución y las leyes".
Para que el movimiento de la Armada no fuera considerado como un simple pronunciamiento, los marinos
exigieron la presencia de los Presidentes de ambas Cámaras, lo que hicieron de inmediato Ramón Barros
Luco, Presidente de la Cámara de Diputados, y Waldo Silva, Vicepresidente del Senado. El 7 de enero, la
escuadra se sublevó contando con los blindados Cochrane y Blanco Encalada, el crucero Esmeralda, la
corbeta O´Higgins y la cañonera Magallanes.8 El monitor Huáscar estaba del lado de los congresistas.
Como la mayoría del Ejército se mantuvo en obediencia al Presidente, la escuadra se dirigió al norte, para
tomar la rica zona salitrera, que sería la caja de fondos de la revolución y desde donde reclutaría soldados
para formar un ejército con el cual enfrentarse al Gobierno. La zona era favorable a la conquista: el
gobierno reprimió por las armas algunas huelgas producidas por la carestía del bloqueo de la escuadra;
ciertos oficiales simpatizaban con la causa del Congreso; los dueños de las salitreras no miraban con
buenos ojos la política comercial de Balmaceda ni el régimen dictatorial impuesto por éste, después de
conocer el alzamiento.
El primer enfrentamiento fue el combate de Zapiga, el 21 de enero de 1891 que desencadenó la
Campaña del Norte.
Los revolucionarios capturaron Pisagua, con un ejército que no pasaba todavía de 1200 voluntarios,
soldados y marineros, y que era comandado por el coronel Estanislao del Canto. El encuentro con las
tropas balmacedistas, conformadas por 900 soldados al mando de Eulogio Robles Pinochet, se realizó
en Huara, ubicada entre Pisagua e Iquique el 17 de febrero. Después de cuatro horas de combate las
tropas congresistas fueron derrotadas.
La situación crítica de los revolucionarios cambió con la captura de Iquique por el capitán de navío Merino
Jarpa, quien al mando de 40 marineros logró rechazar el ataque de Robles.
Dueños de Iquique y con la simpatía de los trabajadores de la pampa, el Ejército Constitucionalista,
como se hacían llamar las fuerzas que representaban al Congreso, incrementaron su número y vencieron
a Robles en el combate de Pozo Almonte, siendo asesinado sin piedad aun cuando se encontraba herido.
Las provincias de Tarapacá, Antofagasta y Atacama quedaban al mando de la revolución.

La Junta de Iquique

Desde el principio, los revolucionarios tuvieron en Santiago una junta secreta que dirigía la revolución
desde tierra. Con la conquista del norte, el 12 de abril de 1891 organizaron la Junta de Gobierno de
Iquique, compuesta por el Capitán de NavíoJorge Montt Álvarez, que la presidiría, Waldo Silva,
Vicepresidente del Senado y Ramón Barros Luco, Presidente de laCámara de Diputados como vocales, la
que actuaría como órgano de gobierno, en reemplazo del Presidente de la República, con Enrique
Valdés como secretario y asesorada por cuatro ministros: Interior y Obras Públicas, que se reservó para
Manuel A. Matta; Relaciones Exteriores y Justicia, Culto e Instrucción Pública, a cargo de Isidoro
Errázuriz; Hacienda, a cargo de Joaquín Walker Martínez; Guerra y Marina, a cargo del Coronel Adolfo
Holley.
Junto con el decreto de creación de la Junta, se dio a conocer públicamente, por primera vez, el acta de
deposición de Balmaceda, documento ignorado por la mayoría de los congresistas.
Sus agentes en el extranjero, los financistas y banqueros Augusto Matte y Agustín Edwards Ross,
lograron la compra de armas de los últimos modelos en Estados Unidos, superiores a las del ejército de
Balmaceda, y pusieron trabas a la entrega de los cruceros "Presidente Pinto" y "Presidente Errázuriz" y el
acorazado "Capitán Prat" que desde antes de la revolución se construían en Francia.

CRISTOBAL ELISETCHE

La dictadura Balmacedista

Mientras en el norte se consolidaba el gobierno de la junta, en el resto del país se instalaba una férrea
dictadura bajo la dirección del Ministro Domingo Godoy, dispuesto a aplastar la rebelión sin reparar en los
medios: las universidades y algunos liceos fueron cerrados, así como los clubes y centros políticos; las
cárceles se llenaron de enemigos del régimen; los diarios fueron cerrados, las cortes fueron reemplazadas
por tribunales militares; fueron incautadas arbitrariamente las haciendas de los opositores; además de
realizarse en campos y ciudades enrolamientos forzosos, destinados a incrementar el ejército del
gobierno.
Balmaceda decidió legitimar su gobierno, disolviendo el Congreso y convocando a elecciones
parlamentarias, postulando como su sucesor a Claudio Vicuña.
Los atropellos en todo orden cometidos por Godoy, causaron que la mayoría del Congreso recién elegido
solicitara la renuncia del ministro de La Moneda. Por ese motivo, se organizó otro ministerio al mando
de Julio Bañados Espinoza, quien propuso reformas semejantes a las contenidas en la Constitución de
1833, entre ellas, el establecimiento de un régimen presidencial.9
Fuerzas navales comparadas

Las fuerzas congresistas contaban con el blindado "Blanco", la corbeta "O'Higgins", el crucero
"Esmeralda", el blindado "Cochrane", el monitor "Huáscar" y la cañonera "Magallanes". El Presidente José
Manuel Balmaceda Fernández sólo contaba con las torpederas que estaban en sus varaderos, protegidas
dentro del galpón de la Caleta de Las Torpederas. Otros buques como los cruceros "Presidente
Errázuriz", "Presidente Pinto" y el acorazado "Capitán Prat" se encontraban en construcción en Europa.
La corbeta "Abtao" regresaba de su viaje al Mediterráneo y el cazatorpedero "Almirante Condell"
navegaba por el Atlántico.

Hundimiento del "Blanco Encalada"

La mayor parte de la escuadra estaba en manos de los revolucionarios; se estaban construyendo en


Francia una serie de buques, de los cuales Balmaceda recibió las torpederas Almirante Lynch y Almirante
Condell. Éstas atacaron por sorpresa en la madrugada del 23 de abril sobre el puerto de Caldera,
lanzando sus torpedos sobre el Blanco Encalada, hundiéndolo. A bordo del buque se encontraba Ramón
Barros Luco, integrante de la Junta de Iquique, quien logró salvar con vida, y Enrique Valdés Vergara,
Secretario General de la Escuadra, quien murió junto a otros 11 oficiales y 171 tripulantes, tanto civiles
como militares. Éste fue el llamado Combate Naval de Caldera. Si bien el hundimiento significó una
pérdida importante de armas, municiones y vituallas para las tropas en tierra, 10 no logró romper la
superioridad marítima de la Junta de Iquique.
El 15 de mayo de 1891, Ismael Valdés Vergara, hermano de Enrique, fue designado como Secretario
General de la Escuadra por la Junta de Iquique.11
En tiempos posteriores, Barros Luco desmentiría la anécdota que afirmaba que se habría salvado asido
de la cola de una vaca, que era parte del ganado en pie que se acostumbraba a llevar a bordo, porque no
sabía nadar.12
El Blanco Encalada fue el primer blindado en el mundo en ser hundido por un torpedo disparado desde
otro navío.[cita requerida]

RENATO ARELLANO

La ofensiva revolucionaria

El ejército revolucionario recibió armamentos de último modelo, principalmente británico (dueños de la


mayores compañías salitreras), y bajo la dirección del teniente coronel alemán Emilio Körner se agruparon
10 000 hombres, entre soldados voluntarios reclutados de las oficinas salitreras y oficiales improvisados
entre los jóvenes llegados ocultamente desde distintas zonas del país, tenía en su poder las ricas
regiones del norte y la Armada (de tradición inglesa).
Terminada la organización de fuerzas, la junta de Iquique expedicionó al sur, ya que Balmaceda había
reunido 32 000 hombres, para rechazar cualquier intento de desembarco, pero divididos en varias fuerzas
(Balmaceda se negó a agrupar sus fuerzas).13 14 Como Jefe del ejército congresista fue nombrado
Estanislao del Canto. El objetivo de los congresistas era derrocar a Balmaceda antes de que este
recibiera los blindados recientemente comprados, el Presidente Errázuriz y elPresidente Pinto, que
hubieran equiparado el poder naval del presidente con la de los congresistas.15
La acción militar y naval de la junta debía ser secundada por el comité secreto de Santiago, que planeó
inutilizar las torpederas del gobierno y la destrucción de puentes para evitar la concentración de las
unidades a lo largo del país. Lo primero fue intentado por Ricardo Cumming, industrial de Valparaíso, pero
fue delatado por uno de sus cómplices, siendo posteriormete sometido a un Consejo de Guerra que lo
condenó a muerte. Su fusilamiento tuvo lugar el 12 de julio de 1891.

Masacre de Lo Cañas

Más de setenta jóvenes de familias acaudaladas se reunieron junto a unos veinte artesanos en el fundo
de Lo Cañas, de propiedad de Carlos Walker Martínez, a fin de organizar y preparar el corte del Puente
del Maipo. Antes de lograr su objetivo, fueron descubiertos, muriendo la mayoría de ellos en el posterior
ataque del Ejército presidencial, siendo los restantes aprehendidos y conducidos a la capital, donde,
sometidos a Consejo de Guerra, fueron condenados a muerte y fusilados. Este hecho, después conocido
como la matanza de Lo Cañas, fue ampliamente publicitado y provocó una reacción negativa,
aumentando el apoyo al Congreso.

Batalla de Concón

Las tropas constitucionalistas desembarcaron en Quintero y atravesaron el Aconcagua el 20 y 21 de


agosto en número de más de 9000 combatientes, y enfrentando a los 7000 hombres de Balmaceda, que
eran comandados por los generales Orozimbo Barbosa y Alcérrega sobre las alturas de Concón. Estos
jefes no recibieron los refuerzos venidos de Santiago y Concepción y fueron derrotados el 21 de agosto.
Batalla de Placilla

El ejército congresista dejó Viña del Mar y Concón, enfrentándose en la meseta de la Placilla con el
ejército de Barbosa y Alcérrega el 28 de agosto, la batalla fue tan corta como decisiva, las tropas
balmacedistas fueron completamente derrotadas, siendo sus generales ultimados.

Muerte de Balmaceda: triunfo de la revolución

Al conocer la noticia de la derrota en Placilla, Balmaceda entregó el mando del poder ejecutivo al
general Manuel Baquedanoel 29 de agosto y se asiló en la legación argentina ese mismo día.16
Baquedano no supo impedir el saqueo y destrozos en las propiedades y viviendas de los partidarios del
Presidente.17 Ello se debió en parte a las acciones de venganza del sector vencedor, pero también se
debió al vacío de poder dejado por las autoridades balmacedistas, lo que fue aprovechado por turbas y
delincuentes e incluso por robos efectuados por el ejército vencido, al quedar sin jefes responsables. 18
El 30 de agosto ingresaron las fuerzas del Congreso a Santiago.
El capítulo final tuvo lugar el 19 de septiembre en la embajada argentina, con el suicidio de José Manuel
Balmaceda en la fecha correspondiente al día posterior a la del fin de su mandato presidencial.
Se calcula que en la guerra civil murieron aproximadamente entre 5000 1 y 10 0002 personas de una
población de dos millones y medio de habitantes.
Tras la victoria sobre las fuerzas de Balmaceda, asume el control la Junta de Gobierno de Iquique el 31
de agosto de 1891, que fue trasladada a Santiago. Ésta dio lugar a una nueva Junta el 3 de
septiembre que convocó a elecciones de Senadores, Diputados, municipales y electores de Presidente,
con arreglo a la ley electoral de 1890. Además, repuso en sus cargos a los funcionarios del Poder Judicial
destituidos por la "dictadura" de Balmaceda, dio de baja a los miembros de las Fuerzas Armadas que
habían servido al régimen caído y reorganizó a los empleados civiles del mismo.
El Almirante Jorge Montt asumió la presidencia el 26 de diciembre, después de las elecciones de octubre.

La derrota del Presidente significó el inicio de un período en la Historia de Chile conocido como
la República Parlamentaria, que se extendió entre 1891 y 1925, y en el cual los Presidentes de la
República estuvieron fuertemente controlados por el Congreso, que debía aprobar a su gabinete de
Ministros.

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