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Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano, nació en 1485 en Medellín, Badajoz, en el

reino de Castilla, en el seno de una familia hidalga. Era pariente lejano del también
conquistador Francisco Pizarro, el cual algunos años después de Cortés conquistó el
imperio Inca. Cuando tenía siete años Cristóbal Colón realiza el viaje que daría pie al
descubrimiento y posterior conquista de América. Su juventud estuvo marcada por una
España en plena expansión, lo que motivó su espíritu aventurero, abandonando sus estudios
de derecho en la universidad de Salamanca, intentando fugarse en un principio a Italia,
donde los ejércitos hispánicos estaban en campaña, y posteriormente a América, a la cual
llega en 1504.

Desembarcado en La Española, uno de los primeros puertos en fundarse por los


conquistadores, hubo de ganarse la vida, trabajando como escribano hasta que hubo de
volver a Castilla porque su padre pagó su pasaje de retorno, regresando a America una vez
pasados 7 años, llegando, esta vez, a Cuba, enrolado en las expediciones bajo el mando del
capitán Diego Velásquez, de quien, una vez conquistada la isla, recibió tierras y esclavos,
además de ser nombrado alcalde de la recientemente fundada Santiago de Cuba. En el
transcurso de estos años, y a medida que las expediciones se iban adentrando más y más en
el interior del continente, llegando con sus noticias de riquezas. Es por esto que Velasquez
en conjunto con Cortés deciden reclutar hombres para explorar en área de Yucatán, sin
embargo, y producto de recelos y envidia por parte de ambos, las relaciones fueron
tensándose hasta que en 1518 Cortés fue removido de su cargo al mando de la expedición
misma, sin embargo, este huye de la isla antes de ser notificado de la decisión del
gobernador Velasquez. Durante meses, anduvo por las islas caribeñas reclutando soldados,
hasta que en Febrero 1519, ya con 600 soldados hispanos, 200 auxiliares, 16 caballos y 11
barcos, se encamina hacia la actual costa mexicana. Luego de algunas batallas y
escaramuzas, desembarca en la costa mexicana donde, el 22 de Abril fundó la Villarica de
la Vera Cruz, la cual dependía directamente de la corona española, y según la leyenda,
inutilizó sus naves, decidido a conquistar el imperio Mexica.

La llegada de Cortés a la costa este mexicana coincidía con una antigua profecía en la que
se decía que el dios Quetzalcoatl regresaría desde el este en forma de un hombre blanco
barbudo y rubio, por lo que el tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, gobernante de los aztecas,
envió emisarios con regalos de oro al dios entrante, a fin de que se alejara de Tenochtitlán,
aplacando su ira. Cortés, lejos de ser disuadido, aumenta su ambición, emprendiendo rumbo
a la capital imperial. En el camino, hizo alianzas con estados enemigos de los aztecas, a
quienes estos habían tenido subyugados durante años, por lo que su ejército fue
aumentando con tropas totonacas y tlaxcaltecas, principalmente, arribando a la ciudad el 8
de Noviembre, siendo recibido por el rey en persona, y entrando triunfalmente a la ciudad,
donde fue hospedado por el gobernante. Por estas fechas, Diego Velasquez envía una
expedición de castigo contra Hernán Cortés, pero este, con astucia, vence a dichas tropas y
consigue sumarlas a su plan de conquista. Sin embargo, durante la ausencia del
conquistador, los españoles asesinaron a los indígenas locales, por lo que los sobrevivientes
se revelaron contra los hispánicos a la llegada de Cortés. Mataron a Moctezuma (según
algunas versiones, fue el propio Cortés el que dio la orden para matarlo) y comenzarón una
rebelión, de tal magnitud que los españoles se vieron obligados a escapar junto con sus
aliados tlaxcaltecas, pero fueron descubierto, produciéndose una masacre, de la cual muy
pocos pudieron escapar. Es la denominada noche triste. Los prisioneros que tomaron los
aztecas fueron sacrificados en honor a un nuevo tlatoani, líder de la rebelión, Cuitlahuác.

Con las pocas tropas supervivientes, Cortés se hallaba en una situación crítica. Por un lado,
Velásquez seguía persiguéndolo. Por otro, los aztecas se habían reorganizado y presentaban
una férrea resistencia. Además sus hombres, muy reducidos tras la última derrota, se
hallaban al límite. Ante esto, Cortés tenía dos opciones: rendirse o conquistar. Decantó por
esta última opción. Reaprovisionó sus tropas en Tlaxcala, construyó barcos para obtener
ventaja en el lago Texcoco (que rodeaba la ciudad), reunió un nuevo contingente de
hombres y puso sitio a la ciudad. Esta se hallaba sumida en el caos. La viruela causaba
estragos entre la población (hay que recordar que para los aborígenes esta enfermedad era
desconocida, por lo que enfermarse de ella resultaba mortal) acabando incluso con la vida
del tlatoani Cuitlahuác, mientras el hambre hacia otro tanto. Sin embargo, la ciudad resistió
75 días, hasta que el castellano emprendió el asalto final a la ciudad el 13 de Agosto de
1521, esclavizando a los escasos supervivientes, y haciendo pisionero al tlatoani
Cuauhtémoc, al que torturó con el fin de obtener información acerca del tesoro de los
mexicas. Al no obtener información, le ejecutaron.

Ya concluida la conquista el imperio, Cortés esperaba recibir el cargo de virrey del recién
creado virreinato de Nueva España (se oficializaría recién en 1535, sin embargo en la
práctica ya existía) pero prefirieron otorgárselo a Antonio de Mendoza, ya que habían
llegado rumores al rey Carlos I sobre Cortés y un supuesto plan de nombrarse rey de las
nuevas tierras conquistadas, difundidos probablemente por Velásquez y otros
conquistadores con los que habia tenido problemas a lo largo de los años, siendo nombrado
Marqués del Valle, no satisfaciendo las ambiciones del castellano. Organizó 4 expediciones
de exploración las que terminaron en fracasos, por lo que decidió elevar su protesta ante el
consejo de indias, organismo que velaba para dirimir los problemas que ssuscitaran en las
colonias americanas, ubicado en la capital, Madrid. Alegó que no había sido recompensado
según merecía por sus conquistas, además de que el virrey estaba boicoteando sus
expediciones. La que se suponía sería la solución a su problema, prolongó su estadía en la
ciudad por 7 años, hasta que en 1547 halló la muerte un 2 de Diciembre. Su cuerpo tuvo
varias locaciones de sepultura, siendo trasladado por lo menos en 9 ocasiones, debido a
distintas circunstancias.

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