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Enseñar…

Para mí enseñar en una forma de vida, surge de mi creencia que la vida es un constante
aprender, y que nunca dejaré de aprender. Al creer eso, me parece lógico la idea del cambio, y
es por ello que enseño, pero pregúntenme…¿qué enseño…?, ¡¡¡enseño la molestia del
desaprender!!!, y me he ganado demasiadas molestias. ¿Por qué lo hago?... porque enseñar lo
defino como abrir posibilidades de cambio en las personas.

Para desarrollarme como un buen profesor universitario, debo entender el ciclo de vida que
está viviendo mi estudiante. Un sujeto que consciente o no, está eliguiendo su forma de
contribuir a la sociedad, y de paso establecer una identidad que los distinguirá en la vida, y
que por medio de esa distinción dejará una huella de sí. Un buen profesor universitario
deberá sobrepasar la experticia técnica de su especialidad, y hacer que el estudiante a través
de su asignatura y experticia técnica pretenda intervenir la sociedad que le tocó vivir y su
contexto histórico. Un buen porofesor universitario debe asumir su responsabilidad en la
trascendencia de su quehacer.

Yo enseño a través de la confrontación (de paradigmas, de ideas, de creencias, de conceptos,


de todo), mi enseñar es activo desde el aprender del estudiante. No creo en el trasvasije de
contenidos a una cabeza de un sujeto pasivo. Creo en el pensamiento reflexivo y crítico del
saber, creo en los aprendizajes previos de mi estudiante. Y mi labor muchas veces es
sistematizar ese quehacer de aprendizajes quizás desorganizados, pero no por ello menos
valiosos e importantes. Aceptando que surja molestia y rabia, pues de los aprendizajes
rigidizados de mis estudiantes, muchas veces surge una defensa furibunda. Rabia que debo
asumir como otro tipo de aprendizaje más, y el costo que debo pagar por ejercer este arte.

Si puedo ofrecer algo nuevo, siempre creo que es sólo la manera como enfrentar un
conococimiento, y la forma de utilizarlo. No me parece justo llenar espacio mental con
contenidos que no tendrán utilidad práctica en el quehacer de mi estudiante. Pues lo creo un
sujeto que realizará quehaceres, y por ello debo trascender mi especialidad y contenido
específico, y debo sumar modelos de haceres como lo es la responsabilidad social, la ética (tan
necesaria hoy y siempre), entrenarlo en liderazgo, en trabajo en equipo, y no debo pasar
materia al respecto sino es sólo la forma como organizo el quehacer académico y
metodológico.

Enseño de esa manera porque necesitamos líderes y no ovejas que hagan lo que nosotros los
adultos aprendimos a hacer de otros. Quizás nada de eso esté tan bueno, quizás se valore
como creativo y genial, uno nunca sabe; lo que si sé, es que tengo la permanente esperanza de
que mis estudiantes puedan superarme, y eso sería mi mayor logro como profesor, y mi mejor
forma de aportar a a sociedad.

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