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EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA

Por William Soto Santiago


1 de noviembre de 1997
Santiago, Chile

Muy buenos días, amados ministros, compañeros, en esta ocasión reunidos. Es para mí una
bendición grande estar con ustedes en esta reunión de ministros, para compartir unos momentos de
compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, bajo el tema: “EL MISTERIO DE LA GUIANZA
DIVINA.”
Para poder comprender el misterio de la guianza divina, necesitamos comprender que hay un
Programa divino que se está llevando a cabo.
Veamos en el Exodo, capítulo 23, verso 20 al 23, donde dice:
“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el
lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra
rebelión, porque mi nombre está en él.
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos,
y afligiré a los que te afligieren.
Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del
cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
A través de esta Escritura podemos ver cómo viene la guianza divina a los hijos e hijas de Dios.
Encontramos cómo Dios estaba guiando al pueblo hebreo de edad en edad; encontramos cómo Dios
guió a Su pueblo también de dispensación en dispensación. Es la guianza divina por medio de la
manifestación del Angel de Dios, del Angel de Jehová, el cual tiene Su Nombre, el Nombre de Dios,
el cual libertó al pueblo hebreo y se manifestó por medio del profeta Moisés, y por medio del profeta
Moisés estaba la guianza divina para el pueblo hebreo, estaba la guianza divina para los sacerdotes
del pueblo hebreo allá, la descendencia de Leví, estaba la guianza divina para Aarón y sus hijos,
sacerdotes, en medio del pueblo hebreo; por medio de Moisés estaba manifestado el Angel del Pacto,
el Angel de Jehová, guiando a Su pueblo Israel. Y por medio de cada profeta ha sido manifestado el
Angel de Jehová en cada edad y en cada dispensación, tanto en el Antiguo Testamento como en el
Nuevo Testamento.
Ahora, podemos ver que cuando estuvo manifestado por medio de Moisés, encontramos que la
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guianza divina estuvo en medio del pueblo hebreo, y aquellos que rechazaron la guianza divina
tuvieron graves problemas ellos en su familia; porque el juicio divino vino en muchas ocasiones a
esas personas; por medio de Moisés fue hablado el juicio divino en diferentes ocasiones, no
solamente por actuar mal las personas rechazando la guianza a través del profeta Moisés, sino que
también aun por criticar al profeta Moisés, como lo hicieron Aarón y la hermana de Aarón y de
Moisés; ellos eran hermanos; pero vean ustedes, solamente por criticarlo, porque había tomado una
mujer cusita, la cual no era de los hijos de Israel, y tampoco era del color de ellos, sino que era una
mujer de una piel más oscura; vean ustedes, criticaron a Moisés por causa de su esposa. Y María
quedó leprosa, y Aarón quedó temblando; porque el juicio divino estaba allí presente.
Recuerden que el ministerio del Angel de Jehová por medio de Moisés traía bendición pero
también traía el juicio divino; era un ministerio de bendición y de juicio divino. Y ahora vean ustedes
cómo la guianza divina, la guianza del Angel de Jehová, que es el Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob, que es el mismo Jehová, estaba manifestada en medio del pueblo hebreo por medio del
profeta Moisés, y él les mostró todas las cosas correspondientes a aquella dispensación, y estableció
al pueblo hebreo en las leyes y ordenanzas divinas y fiestas divinas que el pueblo hebreo tenía que
guardar.
En esas fiestas se estaba reflejando todo el Programa que Dios llevaría a cabo. Y ahora vean
ustedes cómo aquellas fiestas divinas y aquellas ordenanzas y leyes dadas al pueblo hebreo, eran la
sombra, o sea, tipo y figura, de las cosas que vendrían a ser manifestadas.
Las cosas celestiales fueron manifestadas, fueron reflejadas, en esas cosas que le fueron dadas al
pueblo hebreo. Y si con solamente el tipo y figura, las sombras, hubo bendición para los que se
mantuvieron con la guianza divina; y hubo juicio divino para los que se salieron de la guianza divina,
cuánto más con las cosas celestiales mismas siendo manifestadas en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora, vean ustedes, el juicio comenzó allá en medio de la casa del pueblo hebreo, en medio del
pueblo hebreo; y vean ustedes cómo por medio del mismo Moisés era hablado el juicio divino en
muchas ocasiones; tanto para el momento como para tiempos futuros.
Y ahora vean ustedes cómo por medio del profeta Moisés Dios habló acerca de toda tribu o
pueblo o persona que tuviera ídolos y que se inclinara a ellos y todo esto; dice que esa tribu sería
borrada, raída, de en medio de las tribus de Israel.
Y vean ustedes cómo Dan y Efraín tuvieron esos ídolos que les colocó el rey para que no fueron a
Jerusalén a adorar y se tornaran al rey de Judá; y encontramos que esas tribus no aparecen ¿dónde?
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no aparecen aquí en Apocalipsis, capítulo 7; fueron quitadas de ese lugar. Y ahora vean ustedes, la
bendición de esas tribus queda reservada, por ejemplo, la bendición de Efraín, queda reservada en
José; porque José es el que teniendo una doble porción, tiene dos tribus; o sea, que la tribu de José
viene a tener una doble porción: tiene la tribu de Manasés y la tribu de Efraín.
Así que por eso aparece en Apocalipsis, capítulo 7. Miren, aparece la tribu de Manasés, en el
verso 6, y luego en el verso 8 dice: “De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José,
doce mil sellados.” ¿Ve? Los doce mil sellados, que tenían que ser sellados, de la tribu ¿de qué? de
Efraín, aparecen ahora como de la tribu de José. Doce mil sellados de la tribu de José y doce mil
sellados, en el verso 6, de la tribu de Manasés. O sea, que la bendición no se pierde; pero vean, el
nombre fue quitado ahí.
Y ahora vean ustedes cómo Moisés ya había hablado acerca de esa maldición, de ese juicio que
vendría sobre cualquier tribu que hiciera eso. Y ahora vean cómo Dios, miren ustedes, había
colocado a Moisés en Su Casa. Pero Moisés como siervo, no como hijo, no como hijo sobre Su Casa;
porque Moisés, vean ustedes, pertenece al pueblo hebreo, y el pueblo hebreo son los siervos, no los
hijos, los siervos de Dios.
Y ahora, en el capítulo 3 de Hebreos nos dice el profeta y apóstol San Pablo. Capítulo 3 de su
carta a los Hebreos, verso 1 al 6, dice:
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y
sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que
la casa el que la hizo.
Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se
iba a decir;
pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin
la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”
Y ahora vean ustedes, así como Moisés fue colocado sobre la Casa de Dios, ahora Cristo es
colocado sobre la Casa de Dios, la cual Casa somos nosotros.
Ahora, vean ustedes, Moisés estuvo sobre la Casa de Dios en la parte del Atrio, como siervo; y
ahora vean ustedes a Jesús sobre toda la Casa de Dios, como Hijo, y por consiguiente heredero de
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Dios; y nosotros, como hijos de Dios, herederos y coherederos con nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora la Casa de Dios no se encuentra en el Atrio, sino que se encuentra de edad en edad en el
Lugar Santo, porque la Casa de Dios es la Familia de Dios; y ahora vean cómo la Familia de Dios
ahora se encuentra en las siete etapas o edades; se encuentra en el Lugar Santo. O sea, del día de
Pentecostés en adelante ya la Casa de Dios está en la etapa del Lugar Santo; y ahí encontramos que
Cristo ha colocado siervos fieles y prudentes, como había colocado siervos fieles y prudentes allá en
el Atrio; y había colocado sobre el Atrio a Moisés.
Y ahora, vean ustedes cómo todos los profetas del Antiguo Testamento, su Mensaje en la
Dispensación de la Ley, giraba alrededor del Mensaje de Moisés; porque Moisés había sido colocado
como siervo sobre la Casa de Dios, y él tenía el Mensaje para esa parte de la Casa de Dios.
Y ahora, miren ustedes cómo Cristo es colocado sobre Su Casa, sobre la Casa de Dios, fiel. Vean
ustedes, ha colocado siervos fieles y prudentes durante las siete edades de la Iglesia gentil, para que
les den el alimento a tiempo a todos los hijos e hijas de Dios, ¿dónde? En la Casa de Dios, o sea, en
la Familia de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Y con esos siervos fieles y prudentes Dios ha
colocado ministros, personas que estarían trabajando brazo a brazo con esos siervos fieles y
prudentes.
Dice San Pablo que Dios ha colocado a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros
como evangelistas, a otros como pastores y a otros como maestros, ¿dónde? En la Casa de Dios, o
sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo para la perfección de los santos, para la Obra del Ministerio,
para la edificación del Cuerpo de Cristo. O sea, que ha colocado en Su Iglesia, vean ustedes, todos
estos ministerios para la perfección de los santos, para la Obra del ministerio, para la edificación del
Cuerpo Místico de Cristo; porque se está edificando, se está construyendo, un Templo espiritual; se
está edificando, construyendo, una Familia, una nueva raza, de la cual Jesucristo es el primero, es la
cabeza; El es el principio de esta nueva Creación de Dios, en la cual todos llegaremos a ser perfectos,
a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora vean ustedes cómo Cristo ha colocado siervos fieles y prudentes, ángeles mensajeros en
cada edad, en los cuales ha estado el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que es el que tiene la
guianza de la Iglesia del Señor Jesucristo, tiene la guianza de toda la Casa de Dios; y por medio de
esos ángeles mensajeros ha estado guiando Su Casa, Su Familia, Su Iglesia, de edad en edad, y junto
a esos mensajeros han estado los ministros de cada edad, trabajando con el mensajero de cada edad, y
ha estado el pueblo de Dios, todo el resto de los hijos e hijas de Dios correspondientes a cada edad.
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Ahora, vean ustedes cómo todo esto ha ido funcionando de etapa en etapa, de edad en edad, hasta
llegar a nuestra edad, la Edad de la Piedra Angular, y Dispensación del Reino.
Y ahora, miren ustedes cómo nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo que sucederá
al final. En el libro de “Los Sellos” en español, la página 320, para no leer mucho —después ustedes
leen las páginas anteriores.— Esto fue cuando nuestro hermano Branham fue al Paraíso. Ya tenía
unos 53 años, y estaba meditando sobre su casa, y pensando allí sobre su cama; en la página 316,
dice... Vamos a ver, esto sucedió aquí... Aquí está. Dice:
“Permítanme decir esto en Su presencia. Por Su Gracia también me permitió ver a mi pueblo
con vestiduras blancas, no hace mucho. ¿Se acuerdan? Esa fue la Novia gentil. Allá están ahora
mismo, todos con vestiduras blancas.”
¿Ve? Cuando nuestro hermano Branham, en el quinto sello, está mostrando que esas personas
que están bajo el altar, almas bajo el altar, que son los que fueron muertos por ser judíos, muertos por
Hitler, Mussolini, Stalin y todos los demás dictadores, encontramos que esas personas son millones,
y son hebreos. Y luego ellos piden venganza, pero le es dicho que reposen un poco de tiempo, hasta
que se complete el número de ellos, hasta que se complete, hasta que sean martirizados los
consiervos de ellos, que son los 144 mil. Dice:
“Entonces bien: Estas almas tienen que esperar un poquito todavía hasta que sean martirizados
los 144.000.” Página 316 del libro de “Los Sellos,” dice nuestro hermano Branham.
Y ahora vean ustedes, esas almas bajo el altar reciben vestiduras blancas; o sea, obtienen cuerpos
teofánicos de la sexta dimensión, para estar allí en la sexta dimensión, esperando, hasta que mueran
también, martirizados, los 144 mil hebreos. Y, dice nuestro hermano Branham, que a él también le
fue permitido ver los escogidos de Dios, o sea, la Iglesia Novia del Señor Jesucristo que había
partido. Dice:
“Por Su Gracia también me permitió ver a mi pueblo con vestiduras blancas, no hace mucho.
¿Se acuerdan? Esa fue la Novia gentil. Allá están ahora mismo, todos con vestiduras blancas.”
¿Dónde están? En la sexta dimensión, en el Paraíso, con sus cuerpos teofánicos allí, y también
tienen una vestidura blanca literal; porque él los vio con una vestidura blanca, o sea, con una túnica.
Ahora, vean ustedes:
“Yo había regresado de una serie de cultos, y esa mañana desperté y me levanté, llamé a mi
esposa y le dije: ‘Querida.’ Y ella no respondió, estaba dormida todavía. Esto aconteció hace más
de un año. Los niños ya se habían levantado y tenía que levantarme para llevarlos a la escuela. Esto
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sucedió aquí en la casa en Jeffersonville. Uds. saben como hace uno cuando se levanta, a veces se
recuesta a la cabecera de la cama (o sea, la levanta un poquito más, la pega, parece, a la espalda, al
espaldar), y así estaba yo (apoyado de esa manera). Pensé: ‘Mira, tú ya tienes cincuenta y tres años,
si vas a hacer algo para el Reino de Dios, vale más que te apresures a hacerlo, porque dentro de
poco ya vas a estar demasiado viejo.’ Pensaba: ‘Eso es correcto. Ya no me pueden quedar muchos
años. Tendré que partir pronto. Ya he vivido un año más de lo que vivió mi padre. Ya pronto tendré
que mudarme. Y lo malo es que todavía no he hecho nada para Dios. Siempre he querido hacer algo
para El. Entonces tengo que apresurarme a hacer algo si lo voy a hacer; y lo peor es que no sé
como lo voy a hacer.’ Seguí pensando: "¡Hombre, cómo anhelo vivir para ver Su venida! (Era algo
que él deseaba: Ver Su Venida) Yo no quiero ser un espíritu.’ Siempre he temido ser un espíritu.
Siempre pensaba que si me encontraba con el hermano Neville, en esa condición, entonces él sería
una nube blanca, y yo le diría: ‘Buenos días, hermano Neville.’ (Eso era lo que él pensaba que sería
la persona cuando partía de esta Tierra).”
Ahora vamos a leer un poquito más adelante. Dice:
“Yo temía a la muerte; no el temor de que sería perdido, pero no quería ser un espíritu, quería
seguir como hombre, quería esperar el Rapto. No quería ser un espíritu (si morir luego era volverse
una nubecita blanca, él no quería de ser humano ir a ser una nube).
Entonces estaba recostado allí pensando en esas cosas, cuando de repente algo sucedió. Ahora
todos conocen acerca de las visiones que Dios me ha dado. Si esto fue una visión, pues nunca había
tenido una igual, y las visiones me han venido desde niño. Entonces algo sucedió de repente, y sentía
como que me alejaba. Pensé: ‘¿Qué pasa? Parece que estoy muriéndome.’ Llegué a un lugar y
pensé: ‘Voy a mirar para atrás.’ Y amigos, eso fue tan real como nos vemos el uno al otro en este
momento. Volví para mirar para atrás, y allí estaba yo recostado en la cabecera de la cama al lado
de mi esposa. Pensé: ‘Probablemente fue un ataque al corazón. Morí instantáneamente. (Lo cual
sería una de las mejores maneras para morir). Fue un ataque al corazón y no tuve que sufrir.”
¿Ven? El se encuentra en otra dimensión, en un cuerpo, y mira hacia abajo y ve su cuerpo en la
cama, así recostado, y pegado a la cabecera de la cama, como que uno se echa más para atrás y se
levanta bastante y recuesta su cabeza así en la cabecera de la cama, y se queda ahí meditando; así
estaba él. Y ahora se encontraba su cuerpo físico en la cama, pero él se encontraba en otro lugar.
“Fue un ataque al corazón y no tuve que sufrir (pensó él).” Porque cuando la persona muere,
sale de su cuerpo, pero puede estar viendo su cuerpo físico ahí, muerto, porque ya se le terminó su
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tiempo de vivir ahí; y lo que no hizo estando en ese cuerpo, ya no tiene tiempo para hacerlo. Por eso
es tan importante hacer prontamente todo lo que nos toca hacer en el tiempo que Dios nos da para
vivir en este cuerpo terrenal. No estar diciendo: “Mejor mañana yo lo hago.” Porque usted solamente
puede hacer lo que hace en el presente. Las demás cosas son los planes para el futuro. Y lo que ya
hizo, pues ya está hecho. Y ahora, después que uno se va, ya no tiene más oportunidad de trabajar
aquí. Ahora, dice:
“Eso es muy extraño, allá estoy acostado, y a la vez aquí estoy parado.” O sea, estaba parado en
otra dimensión con un cuerpo, y miraba hacia abajo y su cuerpo físico estaba en la cama, allá
recostado; se estaba viendo dos veces.
“Entonces volví la vista hacia donde iba y allí vi un gran campo como un llano de pasto verde. Y
dije: ‘¿Qué será esto?’ Y de repente, mientras miraba, venían corriendo hacia mí miles y miles de
mujeres jóvenes, todas vestidas de blanco (¿ven que tenían vestidura?) ...todas vestidas de blanco y
su cabello largo hasta la cintura, y estaban descalzas.
Pensé: ‘¿Qué es esto?’ Volví a ver para atrás y allá estaba acostado; miré para acá, y allí
venían corriendo.”
O sea, él está mirando en dos lugares a la misma vez, porque estando en el cuerpo teofánico se
puede ver allá en la sexta dimensión y se puede mirar para acá y ver lo que está pasando acá; pero
estando acá es que para allá no pueden estar mirando. Ahora, sigue diciendo:
“Pensé: ‘¿Qué es esto?’ Volví a ver para atrás y allá estaba acostado; miré para acá, y allí
venían corriendo. Me mordí el dedo, y pensé: ‘Pues no estoy exactamente dormido. Todavía tengo el
tacto (no se pierde el tacto... ¿Cómo será eso? Bueno...) Esto es algo muy raro (pero él sintió allí).’ Y
aquí venían corriendo todas esas damas, y yo nunca había visto damas tan hermosas. Y todas
corrieron y llegaron hasta donde yo estaba, y Uds. saben como ha sido mi vida; me consideran
como alguien que odia las mujeres, pero no es así. Yo pienso que una mujer buena es una verdadera
joya, pero una que no es buena, es como dijo Salomón: ‘Carcoma en sus huesos.’ (Proverbios 12:4).
Entonces lo que yo censuro es la mujer de mala fama o la chismosa.
Entonces estas damas llegaron y me abrazaron. Ahora eso es muy fuera de lo común. Uds. saben
que yo no permitiría eso. Ahora, tendré que decir esto de modo que todos entiendan, siendo que
estamos en una congregación mixta. Ellas eran damas puras, y me abrazaron todas, diciendo:
‘Nuestro precioso hermano.’ Y cada una me abrazaba cuando pasaba. Y dije: ‘¿Qué es esto?’
Estaba allí parado, y pensé: ‘¿Qué está sucediendo?" Miré para abajo, y allá estaba acostado, y a
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la vez aquí estaba parado. Pensé: "Esto es demasiado raro. Yo no entiendo.’ Y aquí estaban estas
damas diciendo: ‘Nuestro precioso hermano,’ y me estaban abrazando. Ahora ellas eran verdaderas
damas, en todo sentido.
Ahora, mis hermanos, perdónenme por relatarles esto, pero si Uds. escucharan a un médico... Y
si nosotros aquí no tenemos mentes limpias, entonces no somos Cristianos. Yo siempre he vivido
limpiamente, Dios lo sabe. Cuando era niño el Angel del Señor me dijo que no deshonrara mi
cuerpo, que no fumara ni bebiera. Eso es la verdad, y por la gracia de Dios he cumplido con eso.
Aun cuando era pecador, no anduve con mujeres. Pero cualquier hombre que abrace a una mujer,
siendo él hecho de células masculinas, y ella de células femeninas, siempre hay una sensación. No
importa quién sea Ud., y no me trate de decir que no es así, siendo Ud. una persona sana. Pero allá
no fue así, porque allá no hay distinción de células; allá no podremos pecar porque existe un
cambio. Lo que yo sentía era solamente un amor fraternal hacia esas damas. Aunque por medio de
la gracia por la cual las miraba yo creo que una mujer justa que ocupe su lugar, y sepa portarse
como una dama, ella es semejante a una joya sobre la tierra.”
Ahora vamos a pasar acá a algo muy importante allí. Vean ustedes, él vio a todas estas hermanas,
también vio hombres jóvenes que vinieron a él y lo saludaron también; y dice que tenían el cabello
de diferentes colores; o sea, que no solamente son de pelo rubio o de pelo negro, sino que tienen
diferentes cabellos o colores de cabello; allí también nuestro hermano Branham se encontraba con
todo su cabello, se tocó el cabello y tenía todo el cabello. Allí también llegó su caballo y también
llegó su perro. Dice también, cuando llegaron las personas, dice:
“Pero estando allí parado, me toqué la cabeza con la mano y tenía mi cabello de nuevo. Yo era
joven. Dije: ‘¿No es raro? Aquí estamos.’ Entonces miré a lo lejos, y vi que venía mi primera
esposa, Esperanza. Uds. saben que ella murió a los veintidós años, y todavía era tan hermosa como
antes. Muchos de Uds. la recuerdan. Tenía los ojos negros y cabello negro que le caía por toda la
espalda, era alemana. Y pensé: ‘Ahora cuando ella llegue me va a llamar por mi nombre, ‘Bill.’ Yo
sé, cuando llegue va a decirme ‘Bill.’ Y me fijaba en cada una de esas damas que pasaban; cada
una me abrazaba y me decía: ‘Nuestro precioso hermano, estamos tan contentas de verlo.’ Y vi que
cada una estaba vestida igual. Pero tenían su cabello de distintos colores, algunas de cabello rubio,
y otras de cabello rojo, y unas de cabello negro. Pasaban, y todas eran jóvenes. Entonces cuando
ella llegó, pensé: ‘Voy a ver qué me va a decir.’ Y me miró y me dijo: ‘¡Oh, nuestro precioso
hermano!’ Y me abrazó, y luego se alejó, y llegó otra y me abrazó.
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Oí un gran ruido, y miré hacia esa dirección, y allí venía corriendo un gran número de varones
jóvenes, como de veinte años. Tenían cabello oscuro, rubio, etc., y cada uno estaba vestido con una
vestidura blanca, y estaban descalzos. Y llegaron y me abrazaron, diciendo: ‘Nuestro precioso
hermano.’
Volví la vista, y allí estaba todavía en la cama, y pensé: ‘Esto en verdad es raro.’ Y en ese
momento una voz me comenzó a hablar, y nunca vi de donde venía. Dijo: ‘Tú has sido reunido con
tu gente.’ Luego unos hombres me levantaron y me colocaron sobre un lugar alto, así elevado. Dije:
‘¿Porqué han hecho eso?’
La voz dijo: ‘Sobre la tierra tú fuiste un líder.’
Entonces dije: ‘Yo no entiendo esto.’ Y la voz me estaba hablando, pero nunca vi de donde
venía, pero estaba más arriba hablándome. Dije: ‘Si yo he muerto, yo quiero ver a Jesús. El fue toda
mi vida, ahora quiero verlo.’
La voz dijo: ‘No lo puedes ver ahora. El todavía está más arriba.”
¿Y la Voz de dónde venía? De más arriba también. Vamos a ver qué lugar es ese lugar más arriba
de donde estaban el hermano Branham y todos los que habían partido de sus cuerpos mortales. Vean
ustedes:
“Esto fue debajo del altar, en el sexto lugar (o sea, donde ellos estaban era el sexto lugar, o sea,
la sexta dimensión, el Paraíso; eso es bajo el altar) ...Esto fue debajo del altar, en el sexto lugar, el
lugar donde va el hombre (o sea, donde va el hombre cuando terminan sus días aquí, el hombre que
ha creido en Cristo como su Salvador). Todavía no era el séptimo lugar (o sea, todavía no era la
séptima dimensión) ...Todavía no era el séptimo lugar, donde está Dios, era el sexto lugar (o sea, la
sexta dimensión). Allí estaban todos, estaban pasando, parecía que habían millones. Yo nunca había
visto tanta gente. Y yo allí estaba sentado, y esas personas pasaban abrazándome y llamándome
‘hermano.’
Entonces la voz dijo: ‘Tú has sido reunido con tu gente como lo fue Jacob.’
Y pregunté: ‘¿Todos estos son mi gente? ¿Son todos estos Branham?’
El dijo: ‘No. Son tus convertidos a Cristo.’
Y los miré muy bien y había una dama muy hermosa, la cual vino y me abrazó. Todas eran casi
de la misma edad; y ella vino, me abrazó y dijo: ‘Oh, mi precioso hermano.’ Me miró, y pensé:
‘Parece un ángel.’ Y pasó.
Entonces la voz me preguntó: ‘¿No la conoces?’
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Respondí: ‘No.’ No la reconocía.
Dijo: ‘Tú la condujiste a Cristo cuando tenía más de noventa años. ¿Sabes por qué te tiene tanto
amor?’
Dije: ‘¿Esa joven tan hermosa tenía más de noventa años?’
Dijo: ‘Ella ahora jamás podrá cambiar. Por eso está diciendo: ‘Precioso hermano.”
Nunca se podrá poner vieja. Y cuando regrese, no regresará como una viejita, regresará como una
muchachita de 18 a 21 años en un cuerpo nuevo; y viene con el cuerpo teofánico nuevo también, que
es jovencito.
Ahora, cuando uno como ministro conoce estas cosas, ¿no le da esto deseo de trabajar más y más
todos los días de nuestra vida? ¡Claro que sí! Sabemos dónde van los hijos e hijas de Dios que parten
de esta Tierra, porque su tiempo en el cuerpo se les acaba; y si nosotros partimos porque se nos acaba
el tiempo, pues vamos allí y nos reunimos con nuestro pueblo.
Vean ustedes, él se reunió con su grupo. Ahora, vean ustedes, se reunió con los convertidos a
Cristo por medio del ministerio que Cristo operó a través de ellos. Sigue diciendo:
“Pensé: ‘¿Y de esto tenía yo temor?” Tenía temor de morirse, porque no sabía qué sería de él.
Pensó que sería una nubecita, y miren, al morir la persona creyente en Cristo como nuestro Salvador,
que ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, ¿va a dónde? Al Paraíso; y vive allí en el nuevo
cuerpo, en el cuerpo teofánico, en lo que ocurre la resurrección. Es una dimensión. Así como aquí
estamos en una dimensión: hay árboles, hay pajaritos, hay de todo; y allí también. Porque cuando
Dios creó todas las cosas aquí en la Tierra, ¿de dónde las creó? De lo que no se veía. Las cosas que
son creadas por Dios aquí vienen de la sexta dimensión, pasan de allá hacia acá.
Bueno, ¿y de dónde vendrán los santos, los escogidos de Dios, con cuerpos eternos? Pues miren,
ellos vienen de la sexta dimensión. Y nosotros los que vivimos, por cuanto tenemos también el
cuerpo de la sexta dimensión, vean ustedes, seremos transformados y también tendremos el cuerpo
eterno.
Ahora, vean ustedes que es de la sexta dimensión que viene lo eterno; y por eso es que hemos
nosotros recibido un cuerpo de la sexta dimensión para luego poder obtener un cuerpo eterno. Sin
obtener el cuerpo de la sexta dimensión, no puede la persona tener un cuerpo eterno; porque no va a
meter en un cuerpo eterno un espíritu del mundo, sino un espíritu de Dios, de la sexta dimensión.
Vamos a seguir leyendo aquí, dice:
“Dijo: "Ella ahora jamás podrá cambiar. Por eso está diciendo: ‘Precioso hermano.’
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Pensé: ‘¿Y de esto tenía yo temor? Estas personas son reales. No iban para ninguna parte (o
sea, no estaban diciendo: ‘Me voy a ir en... voy a tomar un avión, tengo prisa, tengo que irme para tal
ciudad, o tengo un compromiso para allá, o me voy para la luna, o me voy para otro planeta.’ No.
Ellos estaban lo más bien allí, tranquilos) ...No iban para ninguna parte; no estaban cansados de
estar allí.’ Y dije: ‘¿Por qué no puedo ver a Jesús?’
Dijo: ‘Algún día El vendrá, y vendrá a tí primero y tú serás juzgado. Estas personas son tus
convertidos que has guiado.’
Dije: ‘¿Y por ser un líder tengo que ser juzgado?’ (Le sorprendió esas palabras que le fueron
dichas, de que tenía que ser juzgado. Y eso no debe sorprenderle a ustedes tampoco. El hermano
Branham dijo:) ¿Y por ser un líder tengo que ser juzgado?’
Respondió: ‘Sí.’
Entonces dije: ‘¿Todo líder tiene que ser juzgado de esta manera?’
Respondió: ‘Sí.’
Pregunté: ‘¿Qué de San Pablo?’
Dijo: ‘El tendrá que ser juzgado con los suyos.’ (O sea, no solamente juzgado el mensajero, sino
su gente también.) ‘El tendrá que ser juzgado con los suyos.’
Entonces dije: ‘Si el grupo de él entra, entonces los míos también, porque he predicado
exactamente la misma Palabra. El bautizó en el Nombre de Jesucristo, y yo también. Yo prediqué...’
Y en ese momento millones gritaron a una sola voz: ‘EN ESO ESTAMOS CONFIANDO.’ Pensé: ‘Si
yo hubiera sabido esto antes de venir aquí, yo hubiera forzado a la gente para que vinieran. Ellos no
pueden perder esta oportunidad. Fíjense...’
Entonces el dijo: ‘Algún día El vendrá. Ahora, allá no bebemos, ni comemos, ni dormimos.’
Todos son iguales. ¿No es eso perfecto? Es algo más allá de lo perfecto. No es sublime, sino aún
más allá de lo sublime. No hay palabras en el vocabulario para describirlo. Simplemente cuando
lleguemos allá, habremos llegado donde debemos llegar. Pensé: ‘Ahora, si esto es tan perfecto,
entonces ¿cómo será más adelante?”
¿Cómo será cuando tengamos el cuerpo eterno? Y también ¿cómo será o cómo es más arriba, en
la séptima dimensión?
Ahora aquí es donde también aparece el caballo, en la otra página 324, aparece el caballo del
hermano Branham, y también aparece su perrito, y aparecen en la sexta dimensión; por lo tanto,
cuando él regrese para estar en el Reino Milenial, ahí también van a estar esos... su caballito y su
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perrito.
Esto pues no quiere decir que si una persona tiene una granja de caballos, de vacas o de gallinas,
pues que todo eso lo va a tener en el Paraíso si se muere, y después lo va a tener acá, no. Esto es
cosas especiales, porque eso no es como acá, que uno pues tiene un montón de cosas, vengan de la
dimensión que vengan; y no creo que esas que han estado preparando con purinas y cosas, esas no
vienen de ese lugar, esas son manufacturadas acá, eso es algo híbrido; así que eso no... Como el mulo
no va a estar en la eternidad, porque no es redimible, porque es algo que no viene de la Creación
original.
Así que ahora no vayan ustedes a decir: “Bueno, pues como el hermano Branham, pues tiene su
caballito allá en el Paraíso y su perrito también, pues yo me voy a hacer de una docena de caballos y
de una docena de perritos, y si me muero pues... o si ellos se mueren los voy a tener allá; o si me
muero y ellos mueren, también vamos a estar allá toditos.”
¿Y por qué no se pone a buscar almas, personas, para que estén allá? ¡Y se va a buscar animales!
¿O es que ama más a los animales que a las almas? ¡Váyase a buscar almas para Dios!, para que
estén en el Paraíso viviendo por toda la eternidad, que de los animales que vayamos a tener Dios se
va a encargar. Los animales que vayan a vivir en el Reino Milenial, eso Dios lo va a determinar. No
será porque usted va a decir: “Voy a tomar este perrito o esta gallinita y la voy a amar mucho para
tenerla allá en el Milenio.” Mas bien busque gente para que crea la Palabra de Dios, para que estén
allá en el glorioso Reino Milenial, y le digan como le dijeron a nuestro hermano Branham: “Mi
amado hermano, que Dios te bendiga. Le agradezco a Dios que fuiste con el Mensaje y me lo
llevaste; de otra manera yo no estaría aquí.” Como le dijo el Angel a nuestro hermano Branham: “Si
tú no hubieras ido, ella no estaría aquí.”
Así es también para cada ángel mensajero de cada edad y de cada dispensación. Si ese mensajero
no va, pues no entra el grupo correspondiente a esa edad. Y ahora, vean ustedes, tenemos mucho
trabajo en la Obra del Señor, para llenar el Paraíso de hijos e hijas de Dios.
¿Y cómo vamos a llenar el Paraíso de hijos e hijas de Dios? Pues al creer en Cristo como nuestro
Salvador las personas y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, luego reciben el Espíritu de Cristo
y nacen en el Paraíso; o sea que nacen en la sexta dimensión, porque obtienen su cuerpo teofánico,
que es de la sexta dimensión, y ya están en lugares celestiales, sentados en lugares celestiales para
vivir por toda la eternidad. Si se muere su cuerpo físico, no tienen ningún problema, van para el
Paraíso. El que no tiene cuerpo teofánico no tiene en qué irse al Paraíso.
EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA 13
Ahora, vean ustedes cómo este misterio de la sexta dimensión es hablado en forma sencilla, y
cómo es allá en la sexta dimensión.
Ahora, ¿a cuántos les gustaría ir allá a la sexta dimensión, irse para la sexta dimensión? El
hermano Branham cuando fue, después no quería volver para acá. Así que el que vaya no se vaya a
regresar para acá. Así que mejor que se queden acá, porque el que va para allá, no se quiere regresar
en el mismo cuerpo. Los que están allá desean regresar, pero en el mismo cuerpo no. El hermano
Branham no quería regresar en el mismo cuerpo; aunque todos quieran regresar.
Y ellos allá dicen que cuando ellos regresen acá a la Tierra, ellos entonces van a comer. Y esto es
lo mismo que Jesús hizo cuando regresó: cuando El regresó pidió algo de comer, porque pensaban
que era un espíritu; pero no era un espíritu, sino era el Espíritu teofánico dentro de un cuerpo.
Y vean ustedes, ellos regresarán; regresarán aquí a la Tierra en sus cuerpos eternos que Cristo les
dará a ellos, como también a nosotros, y entonces comerán con nosotros y convivirán con nosotros
aquí en la Tierra esa temporada de 30 a 40 días, y luego nos iremos a la Cena de las Bodas del
Cordero.
Hemos visto que habrá un juicio para todos los que han sido los mensajeros de cada etapa, y
serán juzgados con el grupo de su edad, y ahí, si salen bien, regresarán a la Tierra en cuerpos eternos;
si no salen bien, pues no regresarán. Y si alguno del grupo de alguna edad no sale bien, pues el
mensajero no se lo puede traer para acá.
Así que vean ustedes cómo será ese juicio para ellos. ¿Y para nosotros cómo será, estando
nosotros aquí en la Tierra? Porque el juicio comienza ¿por dónde? Por la Casa de Dios. Ese es un
juicio en la Casa de Dios para los de las edades pasadas y para los que vivimos aquí en la Tierra.
Así que al final de nuestra labor veremos en ese juicio que El nos hará, si entraremos o no
entraremos. Por eso sea cada uno cuidadoso; porque la Escritura dice, San Pablo dice, que la obra de
cada uno va a ser probada, y el fuego hará la prueba; y dice que la obra de algunos va a ser quemada.
Así que ustedes tienen que estar conscientes de esta realidad y trabajar en la Obra de Cristo con
amor divino y con reverencia, con respeto y con santidad en la Obra del Señor, conscientes de que no
estamos trabajando para cualquier persona aquí de la Tierra, sino para Dios; y El espera un
comportamiento correcto de parte de todos nosotros; que no nos metamos en problemas o
busquemos problemas, sino que trabajemos siendo fieles a Cristo y a Su Obra en el tiempo en que
nos toca vivir. Y siempre evitando el hacer cosas que sean de tropiezo para la Iglesia del Señor.
Nunca pensando como cualquier persona puede pensar: “El que tropiece, que tropiece.” Eso es una
EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA 14
actitud y pensamiento irresponsable; por lo cual tendrá que dar cuenta a Dios.
No podemos ser piedras de tropiezo, sino de bendición para todos los hijos e hijas de Dios;
ayudándonos siempre en todo, y sabiendo que al final del camino, al final de nuestra labor, y al final
de la labor de la Obra de Cristo en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, viene esa
partecita, donde los que están en el Paraíso, los mensajeros con su grupo, serán juzgados, y nosotros
también acá en la Tierra.
Antes de entrar va a ser eso, porque después que ya estemos en el cuerpo teofánico y cuerpo
físico eterno, ya será el juicio de la repartición de galardones; o sea que ya no será un juicio para si
vamos a entrar o no vamos a entrar. Pero antes de entrar al nuevo cuerpo, algo va a estar pasando;
porque si para los que están en el Paraíso, que ya están allá, y que se sabe que tienen sus cuerpos
teofánicos, van a pasar por un juicio: el mensajero con su grupo va a pasar por un juicio, Jesucristo
los va a juzgar a cada uno de ellos, ¡cuánto más a nosotros que estamos aquí todavía, en la Tierra,
trabajando en Su Obra! Y el juicio comienza ¿por dónde? Por la Casa de Dios; y después continuará
para el mundo el juicio de la gran tribulación.
Así que antes de caer el juicio divino sobre la humanidad en la gran tribulación, sepan que los
mensajeros con su grupo van a ser juzgados. Los que están en el Paraíso y nosotros aquí también en
la Tierra. Por lo tanto, tengamos todo bien arreglado, bien en orden, para que cuando llegue ese
momento, hayamos hecho la Obra que Dios nos ha dado para hacer y presentemos buenas cuentas
ante Cristo. Recuerden que El juzga nuestro corazón. Así que nadie podrá decirle: “No, es que yo
hice esto por esto y por esto.” El sabe porqué hemos hecho cada cosa que hemos hecho en Su Obra.
Así que no tendrá El necesidad de que usted le diga porqué lo hizo, porque El lo ve en el
corazón; y conforme a la intención del corazón suyo en todo lo que usted ha hecho en su vida aquí y
en su trabajo ministerial, es que Cristo lo va a juzgar a usted y a mí también. Así que todos vamos a
pasar por esa etapa. Y mi mejor consejo es que estén ¿cómo? Preparados. Y trabajemos con amor
divino, siempre orando a nuestro Señor, y consagrando nuestras vidas a Cristo, y manteniendo
nuestro hogar en orden, amando a nuestras esposas, y tratándolas con delicadeza, hablándole con
palabras correctas, tratándolas bien (como se debe tratar a la esposa), y evitando problemas con
nuestras esposas, con nuestra familia, porque al final del camino Cristo nos va a llamar a juicio, y en
guerra avisada dicen que no muere gente.
Así que no crea que puede brincar y saltar y después salirse con la suya. Eso no es así. El al final
del camino nos llamará a juicio, y ahí vamos a responder por todo lo que hemos hecho.
EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA 15
Es como en los supermercados, que cualquier persona puede decir, va con su carrito y puede
decir: “No me están mirando, voy a agarrar esto (y lo echa al carrito, y mira); no me están mirando,
voy a agarrar esto otro.” Sigue echando en su carrito y cuando va a salir, pues allá está la cajera, para
que usted pague por todo lo que usted tomó. Si usted, por cuanto tenía libre albedrío, vean ustedes,
usted tomó de todo lo que allí estaba; pero al final tiene que pasar por la caja y ahí le van a cobrar
hasta el último centavo, no le perdonan ni un centavo.
Es, vamos a decir, 99 dólares con 99 centavos; o 99 dólares con 1 centavo. Tiene que buscar el
centavito para pagar ese centavito, porque no se le va a descuadrar la caja a la que está allí en la caja
porque usted no tenga el centavito.
Así que vean ustedes que tenemos una responsabilidad delante de Cristo. El es el que va a juzgar,
y vamos a estar allí, vamos a estar allí para ese momento. Y las cosa es que antes de ser
transformados viene ese momentito, hasta donde yo he estado viendo; porque también viene para los
que están en el Paraíso antes de recibir el cuerpo eterno. Así que si ellos tienen que pasar por esa
etapa, ¡cuánto más nosotros que estamos aquí! para poder tener el cambio de cuerpo. Así que estén
preparados para ese momento.
Mi deseo es que todos reciban el nuevo cuerpo, y todas vuestras congregaciones y todas las
personas en vuestras congregaciones reciban el nuevo cuerpo también, pues no estoy trabajando para
que después la gente se queden aquí sin el nuevo cuerpo; estoy trabajando en la Obra de Cristo para
ese propósito, para la transformación de nuestros cuerpos; para eso me ha enviado Cristo a ustedes,
para traerles la Palabra y darles todo el consejo divino para en este Día Postrero ser transformados e
ir a la Cena de las Bodas del Cordero.
Así que yo estoy de parte de todos ustedes para que tengan el cuerpo nuevo; pero recuerden:
Hagan conforme a la Palabra, sigan el consejo de la Palabra de Dios. No brinquen y salten y después
estar esperando un nuevo cuerpo. Manténganse fieles a Cristo y Su Palabra. Y recuerden lo que Dios
habló por Sus profetas y apóstoles, y por los mensajeros. Eso también es para nuestro tiempo.
Así que manténganse fieles a Cristo y apártense de todo lo que sea desagradable a Dios. Y todas
las cosas que desagradan a Dios están escritas ahí en la Biblia. Aseguren ustedes bien su futuro,
aseguren ustedes bien todo, de modo que salgan todos bien en ese momento que va a venir.
Ahora, ¿cómo se va a desarrollar todo? Yo no sé. Pero una cosa yo sé, y es lo que dijo Dios por
medio de nuestro hermano Branham: que regresarán los días de Ananías y Safira. Y eso si no es el
juicio de Dios comenzando por Su Casa, no sé entonces qué es el juicio de Dios.
EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA 16
Así que recuerden: llegará un momento en que eso se estará repitiendo a una escala mayor. Y
todo lo que vimos allá en el tiempo de los apóstoles, tanto de San Pedro y los otros apóstoles, y San
Pablo, todo ese juicio divino que hemos visto manifestado parcialmente en el tiempo de los apóstoles
y de los siete ángeles mensajeros, y el tiempo de Jesús, y el tiempo de los profetas del Antiguo
Testamento, todo eso regresa para este tiempo final. ¿Y comienza por dónde? Por la Casa de Dios.
Miren cómo también los hijos de Aarón murieron por el juicio divino. ¿Dónde estaban? En la
Casa de Dios. Así que tenemos que estar apercibidos para que no nos tome por sorpresa y vaya
alguien a estar en la línea del juicio divino para recibir el juicio divino; mas bien estemos con
nuestras faltas y pecados lavados en la Sangre de Cristo, y así justificados, y santificados por Cristo
en este Día Postrero, de modo que no se encuentre en nosotros ni siquiera el recuerdo del pecado. Y
caminando conforme a Su Voluntad.
San Pablo dice: “el que mentía no mienta más,” y el que hacía cualquier otra cosa mala, pues no
la haga más, y vivan vidas justas y santas ante la Presencia del Señor. Llegará el momento en que no
habrá oportunidad para lavar nuestras faltas y pecados. Y ya, de ahí en adelante, el juicio de Dios es
lo que le espera a toda persona.
Así que estén alertas, porque de un momento a otro eso va a suceder. Cuando el Cordero salga
del Trono de Intercesión ya no habrá lugar para decir: “Señor, perdóname esto o esto otro.” Ya no
hay oportunidad. De ahí en adelante cada uno recibirá el juicio divino conforme a sus hechos. Y el
que no tenga lavados sus pecados antes de que eso ocurra, pues los tendrá; no habrá dónde lavarlos.
Es como una persona que tiene su ropa sucia, y dice: “La voy a lavar, la voy a llevar a la
lavandería.” Pero espera mucho, y cuando dice: “Voy a llevarla allá, este es el momento que yo tenía
para llevarla.” Y cuando llega, está cerrado; se quedó con la ropa sucia. Ya no hay oportunidad para
nada. Y eso está muy cerca. Pronto sucederá eso, y ya no habrá más oportunidad.
Así que estemos preparados, como dice la Escritura, para así ser transformados en este Día
Postrero. Los que están en esta octava promoción: “Los Obreros del Día Octavo,” que Dios los
bendiga grandemente y los use grandemente en Su Obra. Y que sean de gran bendición para todos los
hijos e hijas de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Y que Dios los ayude para trabajar
en una forma responsable y agradable a nuestro amado Señor Jesucristo. Y a los que ya estaban
trabajando en la Obra, que Dios los siga ayudando y los use grandemente en Su Obra, y que todos
estemos preparados para ser transformados nosotros y también nuestros hermanos de nuestras
congregaciones en este Día Postrero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA 17
Bueno, hemos visto: “EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA.”
Recuerden que es el Angel de Jehová el que ha estado guiando siempre, de edad en edad y de
dispensación en dispensación. Y vamos aquí a leerles esto aquí, Miguel, ¿verdad? Para ya... Ya
hemos terminado, pero vamos a leerles esto:
Como cristiano, como ciudadano celestial, como ser humano, como ciudadanos también de
nuestro país o nación, como ministro, como siervos de Dios, ministros de Dios, seamos guiados por
el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, todos los días de nuestra vida. Y que El nos ayude en todo
momento. Estuvo en cada edad manifestado, por medio del mensajero de cada edad. Y para hoy
estaría también con nosotros manifestado. El es el que nos llevará a la tierra prometida del nuevo
cuerpo y a la tierra prometida del glorioso Reino Milenial.
Hemos visto: “EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA.”
El está guiándonos en este Día, tanto como individuos, como ministros, como creyentes; en todas
las formas El nos está guiando a nosotros y a nuestros hermanos de nuestra edad y de nuestra
dispensación.
“EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA.”
Y ahora vean ustedes, ¿la guianza divina dónde se encuentra en nuestro tiempo? En la Edad de la
Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Por eso es que para las otras edades encontramos que están caminando por su propia voluntad,
las edades que ya han pasado; luego se va el Espíritu de Cristo, el Angel del Pacto, sale de esa edad,
porque ya terminó el tiempo, y luego seguían ellos mismos, seguían a su propia voluntad y
establecen sus propias reglas, sus propias normas, porque ya la guianza del Angel del Pacto, del
Angel de Jehová, se ha movido a otra edad; y ahora está en la Edad de la Piedra Angular y en la
Dispensación del Reino.
“EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA.”
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos. Y con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez
Marín.
“EL MISTERIO DE LA GUIANZA DIVINA.”

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