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Una salud mental positiva es un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus
propias capacidades, puede lidiar con las tensiones de la vida cotidiana, ser productivo y fructífero, y
contribuir con su mejoramiento y el de su comunidad. No obstante, la crisis económica tiene la
potestad de afectar la salud mental, física y psicosomática de cualquier persona que se encuentre
sometida a un estrés originado por el desequilibrio en la base del sustento de las necesidades
fundamentales de una familia, explicó el doctor Edgar Benítez, médico psiquiatra.
“La parte económica, el dinero y el sueldo son lo que permite que cada persona pueda
cancelar sus deudas, tener techo, poder comprar sus medicamentos, tener para divertirse y ahorrar.
Sin embargo, el venezolano está destinando su presupuesto a sobrevivir, a comer y comprar algunos
medicamentos. La situación genera un marco de inseguridad, ansiedad, frustración, temor, incluso de
ira”, expresó Benítez.
Todas aquellas actitudes traen consigo un síndrome de estrés crónico sostenido que produce
una permanente liberación de sustancias que tienen efecto neurotóxico y afectan el sistema
inmunológico y la salud de las neuronas, entre ellas se encuentran: cortisol, aumento del glutamato,
adrenalina (que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardiaca). Esto puede producir síntomas
en cada órgano, ya sea el cerebro, el estómago, a nivel cardiovascular e incremento de la hipertensión.
Incluso cualquier patología que sufra una persona puede empeorar bajo una gran cantidad de
estrés. Siendo ésta una de las razones por las cuales han fallecido usuarios luego de permanecer largos
horas en las colas para adquirir alimentos regulados.
“El estrés crónico termina afectando la salud mental porque al afectar el sistema endocrino
del ser humano, van aparecer trastornos de la bioquímica cerebral y el sistema de serotonina, que trae
consigo: ansiedad, crisis de angustia, ataques de pánico, trastorno de sueño, irritabilidad e incremento
de la conducta agresiva y violenta”.
Entre los más afectados están aquellas familias que tienen integrantes con enfermedades
crónicas y no logran conseguir su medicamento por el alto precio del mismo o su escasez dentro del
mercado; padres de familia que cuando salen a hacer sus compras para cubrir las necesidades de
alimentación de su núcleo se consiguen con que el sueldo no les alcanza para hacerle frente a aquellos
gastos en su totalidad, e incluso jóvenes que desean iniciar una familia o independizarse y no lo logran
por la inflación que se presenta en el mercado.
Crisis social
En otro orden de ideas, el terapeuta Cristin Torcate se refirió a que la crisis pasó de ser
económica a social. La razón: el bajo nivel de adaptabilidad o capacidad para manejar situaciones de
incertidumbre.
“Para el ser humano es importante que en el transcurso del tiempo las condiciones de vida
puedan mantenerse, para conseguir una correcta salud mental. Esa dinámica que nos permite gozar
de seguridad en todos los aspectos nos otorga una psique estable”, explicó.
Torcate detalló que existen varias condiciones de vida que el ser humano no controla, esto
desencadena incertidumbre, que posteriormente genera miedo y ansiedad, dentro del contexto social.
Sin embargo, si todos aquellos impulsos se trasladaran al entorno político, podría producirse
un estallido, que de alguna manera se ha ido conteniendo en el país. “Por distintos factores se ha
aliviado esa tensión que a nivel de la población se está creando, momentáneamente”.
“Si en estos momentos hay un mal ambiente político, se agrava con una desestabilidad social.
Debajo de la situación de incertidumbre, inestabilidad, frustración y culpabilidad, se suma una crisis
ética y de valores, que lleva a cada miembro a funcionar bajo sus instintos más básicos, ahí es donde
se ve a las personas peleando en una cola para adquirir alimentos”.
“Lo correcto es utilizar la psique para solventar cualquier situación de incertidumbre. Allí se
ubican las personas que apuestan a crecer en tiempo de crisis. La humanidad ha pasado por situaciones
sumamente fuertes. Lo que ha hecho posible superar aquellas irregularidades que afectan en masa, es
precisamente, un trabajo sobre el componente psíquico. Históricamente existen cantidad de ejemplos
de personas que se dieron a la oportunidad de lograr grandes cosas en tiempos de crisis”, apuntó
Torcate.
Sin importar la condición social, el primer paso que debe tomar en cuenta cada una de las
personas, para encontrarse mentalmente sano en esta situación país, es conocer cuál es su realidad,
aceptar todas aquellas cosas que dependen directamente del control del individuo y cuáles no,
posteriormente trabajar y aportar mediante la toma de decisiones actividades que consigan recuperar
el orden dentro de esta sociedad.
En consideración de Torcate, vivimos una situación difícil pero no terminal, sucede que frente
a toda esa pérdida de fe la realidad se ha distorsionado negativamente, no dando paso a ver las cosas
positivas o cómo salir hacia delante con un trabajo en conjunto.
La palabra clave: resiliencia, que es la capacidad de una persona para hacer frente a las
situaciones difíciles y sobreponerse a ellas.
Las personas resilientes tienen mayor capacidad para afrontar la crisis en el sentido de ser
más resolutivos, buscar soluciones ante los posibles problemas, es decir, crecen en la adversidad.
“Si aquí existiera un tsunami o terremoto, todos nos veríamos en la necesidad de resolver en
conjunto, yo no debo aprovecharme de ti, sino solidarizarme contigo. Los valores y la ética están
relacionadas con la estabilidad psíquica del ser humano y para conseguirla no solo se requiere de un
cambio de gobierno sino personal. Ante eso todos debemos trabajar para conciliar esa seguridad
mental”, enfatizó Torcate.
Cuestión de actitud
Según los especialistas existen cuatro actitudes que adoptan las personas frente a esta crisis
económica:
Paso a paso