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CABECERAS DE CUENCA: ECOSISTEMAS FRÁGILES Y DE

SERVICIOS AMBIENTALES DE INTERÉS


 

Juan Eduardo Gil Mora

El Perú es un país andino, las estribaciones de la cordillera de los andes que


atraviesan nuestro territorio hace que existan cabeceras de cuenca, que
constituyen ecosistemas altamente deteriorados, fuertemente intervenidos; sin
embargo, son de interés no sólo ambiental, sino económico, social y para el
desarrollo nacional; pues las cabeceras de
cuenca albergan más del 75% de los glaciares
tropicales, en ellas se inician los ríos tanto para
la cuenca del Pacífico, como para la del Atlántico
y del Titicaca; en la zona andina se hallan los
mejores suelos y más del 60% de las pasturas
que soportan al 45% de la ganadería nacional.
Son en las cabeceras de cuenca donde se hallan
los humedales más importantes que constituyen
la génesis de los ríos y riachos que surcan la
patria y constituyen las reservas de agua para el
futuro; también en ellas están las inmensas riquezas polimetálicas que aportan al
PBI nacional.

I. FUNCIONES DE LAS CUENCAS Y SU REPERCUSIÓN AMBIENTAL.


Es menester hacer una breve distinción entre cuenca hidrográfica e hidrológica, en
razón a su empleo como instrumento para los estudios ambientales y sus
repercusiones en el uso de los recursos naturales presentes en una cuenca.

Cuenca Hidrográfica. Principal unidad territorial donde el agua, proveniente del


ciclo hidrológico, es captada, almacenada y disponible como oferta de agua. Área
definida topográficamente, drenada por un curso de agua o un sistema conectado
de cursos de agua, tal que, todo el caudal
efluente es descargado a través de una salida
simple. Las aguas caídas por precipitación, se
unen para formar un solo curso de agua.

 Las cuencas hidrográficas son unidades


morfográficas superficiales 
 Divisoria geográfica principal es el
Parteaguas
 Divisorias geográficas secundarias.
Forman las subcuencas

Cuenca Hidrológica. Es más integral que la


cuenca hidrográfica. Es una unidad morfológica integral; además de incluir todo el

 
concepto de cuenca hidrográfica, abarcan en su contenido, toda la estructura
hidrogeológica subterránea del acuífero como un todo.

Hecha la disquisición anterior, podemos resumir que las Cuencas Hidrográficas son
los espacios geográficos, cuyos límites inician en las partes altas de las montañas -
conocidos como "parteaguas" o cabeceras de cuenca y terminan en donde el agua
de las precipitaciones que corren por un río principal llega al mar, lagos o embalses
artificiales.

1.1. FUNCIONES DE LAS CUENCAS.


Las cuencas hidrográficas cumplen muchas funciones, entres las principales se
mencionan:

Función Hidrológica.
Cuando captan el agua de las lluvias la almacena y la distribuye a través de los
humedales, manantiales y los ríos durante distintos momentos a lo largo del
tiempo, devuelven a la atmósfera por evaporación, etc. En síntesis:
• Captación de agua de las diferentes fuentes de precipitación para formar el
escurrimiento de manantiales, humedales, ríos y arroyos.
• Almacenamiento del agua en sus diferentes formas y tiempos de duración.
• Descarga del agua como escurrimiento.

Función Ecológica.
La cuenca provee diversidad de espacios para completar las fases del ciclo
hidrológico, además es un lugar para la flora y fauna que conviven con el agua. Es
decir:
• Provee diversidad de sitios y rutas a lo largo de las que se llevan a cabo
interacciones entre las características físicas, químicas y biológicas del
agua.
• Provee de hábitat para la flora y fauna
que constituyen los elementos
biológicos del ecosistema y tienen
interacciones entre las características
físicas y químicas del agua.
• Constituye un espacio para las
interacciones agua/hombre.
• El agua puede ser una barrera para las
migraciones.

Función Ambiental.
Ayudan en la captura de dióxido de carbono (CO2), regula la distribución del agua
de lluvia durante el invierno, evitando con ello las inundaciones en la parte baja de
la cuenca y contribuye a conservar la biodiversidad. La cuenca es un espacio ideal
para la implementación de la gestión ambiental. Esto es:
• Constituye sumidero de CO2.
• Alberga bancos de germoplasma.
• Regula la recarga hídrica y los ciclos biogeoquímicos.
• Conserva la biodiversidad.
• Mantiene la integridad y la diversidad de los suelos.

 
• El agua atempera el clima local. Forma microclimas.

Función Socio-económica.
La función socioeconómica cuando suministra recursos naturales para el
desarrollo de actividades productivas de las poblaciones que habitan la cuenca. La
cuenca no sólo es el espacio donde se encuentran los recursos naturales que
deben de satisfacer las necesidades básicas de la población; sino es un espacio
para el desarrollo armónico y sustentable. Resumiendo, podemos sostener:
• Suministra recursos naturales para el desarrollo de actividades productivas
que dan sustento a la población.
• Provee de un espacio para el desarrollo social y cultural de la sociedad.
• Puede tener espacios para el turismo y recreación.
• El agua puede ser empleado en la producción de energía y aspectos
productivos como la piscicultura, ganadería, agricultura, conservación de la
biodiversidad, etc.

Consecuentemente, el agua es un recurso fundamental para el desarrollo y vital


para la supervivencia, la salud y la dignidad humana

II. MANEJO INTEGRADO Y ECOSISTÉMICO DE LAS CUENCAS.


Toda la cuenca hidrográfica e hidrológica funciona como un sistema indivisible e
interdependiente, en el que interactúan en el tiempo y espacio los diferentes
aspectos que pueden ser biológicos, físicos, productivos, sociales, económicos,
culturales, políticos, legales, institucionales y tecnológicos. Por ello es
imprescindible conocer con precisión no sólo las características geoedáficas y de
los recursos naturales, sino las poblacionales, los aspectos culturales,
racionalidad, vinculaciones entre las partes altas y bajas de la cuenca y sus
poblaciones, interacciones entre la biota y los usos y costumbres del uso de los
recursos por las poblaciones.

El manejo integrado de cuencas hidrográficas es un proceso de toma de decisiones


sobre el uso de los recursos naturales y los impactos de las acciones a lo largo del
tiempo. Considera la participación social, cultural, productiva y económica de las
poblaciones ubicadas dentro de la cuenca, la fragilidad y resiliencia de los recursos
naturales, especialmente, la vegetación, el agua, los suelos, la biodiversidad, la
capacidad de carga, los procesos de alteración posibles y evitar la pérdida de la
fertilidad en las tierras agrícolas, especialmente aquellas que están en áreas de
ladera y su interdependencia entre el agua-suelo-hombre.

La gestión de cuencas implica un conjunto de acciones integradas que reconocen


la intervención de diferentes actores con intereses, no siempre coincidentes, en el
uso de los recursos. Esto provoca muchas veces conflictos, los cuales deben ser
trabajados mediante espacios de consensos que permitan la participación de todas
las personas en igualdad de condiciones.

El agua es uno de los recursos naturales más importantes y del cual depende el
desarrollo regional; por esta razón es considerado como elemento estructurante en
la formulación de políticas regionales relacionadas con el manejo integral del agua.
En consecuencia, el agua constituye el primer recurso natural objeto de

 
planificación a través de la reglamentación de los flujos y caudales y ordenamiento
de la calidad para asegurar su aprovechamiento sostenible, de manera concertada
entre actores sectoriales y territoriales.

Para que el proceso de gestión a nivel de cuencas sea integrado deben ejecutarse
acciones que permitan obtener beneficios, tanto en el aspecto productivo, como en
el aspecto ambiental, considerando el comportamiento de la cuenca. Además, es
necesario que el sistema de gestión permita que los usuarios participen en las
decisiones, con el fin de buscar la equidad.

La cuenca constituye la principal unidad territorial donde el agua, proveniente del


ciclo hidrológico, es captada, almacenada y disponible como oferta de agua. Las
cuencas hidrográficas poseen no sólo integridad edafo-biógena e hidro-climática
sino que, además, ostentan identidad cultural y socioeconómica, dada por la misma
historia del uso de los recursos naturales. En el ámbito de una cuenca se produce
una estrecha interdependencia entre los sistemas bio-físicos y el sistema socio-
económico, formado por los habitantes de las cuencas, lo cual genera la necesidad
de establecer mecanismos de gobernabilidad. Por esta razón, la cuenca
hidrográfica es una adecuada unidad para la gestión ambiental, a condición de que
se logren compatibilizar los intereses de los habitantes de sus diferentes zonas
funcionales y las actividades productivas de las mismas. El proceso de
implementación de las políticas públicas que garanticen la conservación de los
recursos y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población en las
cuencas hídricas, es la gestión ambiental.

El manejo integrado de cuencas, es un proceso iterativo de decisiones sobre los


usos y las modificaciones a los recursos naturales dentro de una cuenca. Este
proceso provee la oportunidad de hacer un balance entre los diferentes usos que se
le pueden dar a los recursos naturales y los impactos que éstos tienen en el largo
plazo para la sustentabilidad de los recursos. Implica la formulación y desarrollo de
actividades que involucran a los recursos naturales y humanos de la cuenca. De ahí
que en este proceso se requiera la aplicación de las ciencias sociales y naturales.
Asimismo, conlleva la participación de la población en los procesos de
planificación, concertación y toma de decisiones. Por lo tanto el concepto integral
implica el desarrollo de capacidades locales que faciliten la participación. El fin de
los planes de manejo integral es el conducir al desarrollo de la cuenca a partir de un
uso sustentable de los recursos naturales.

Los programas de gestión de cuencas están pasando de un enfoque participativo a


otro de gestión conjunta. “Gestión conjunta”
quiere decir una participación pluralista en la
gestión de los recursos naturales, basada en el
aprendizaje recíproco y la negociación entre
intereses y preocupaciones diferentes,
incluyendo aquellos de los expertos, técnicos y
autoridades normativas.

Gestión integrada significa que todos los usos


diferentes del recurso hídrico deben ser
considerados en conjunto. Se basa en que los múltiples usos del recurso hídrico,

 
son interdependientes. La distribución del agua y las decisiones de gestión
consideran los efectos de cada uno de los usos sobre los otros. Son capaces de
tomar en cuenta de forma global, las metas sociales y económicas, incluyendo la
búsqueda del desarrollo sostenible.

III. PROBLEMÁTICA DE LAS CABECERAS DE CUENCA.


Los espacios de la cuenca y sus recursos, expresan una potencialidad y vocación.
Algunas cuencas por la calidad de sus suelos, por tipo de cobertura o por la
disponibilidad de agua, pueden prestar mejores servicios y productos, estos
elementos son claves para la planificación y manejo. Las cuencas con buena
disponibilidad de agua en cantidad y calidad, podrían prestar servicios múltiples
(hidroenergía, recreación, turismo, piscicultura, agua potable, riego, agricultura,
ganadería). Las cuencas con buenos suelos y suficiente agua o lluvias, podrían
constituir áreas importantes para la producción de alimentos. Otras cuencas
podrían tener cobertura natural importante para la biodiversidad o turismo
ecológico. Otras, pueden ser ricos en yacimientos minerales que generen trabajo
especializado; en cambio existen cabeceras de cuenca que están cubiertas de
bosques que protegen el agua o que la generan. Todos estos aspectos deben de
ser rigurosamente analizados y mensurados, especialmente en la calidad y cantidad
de los servicios ambientales que prestan a las comunidades; consecuentemente su
valoración económica será de interés para la toma de decisiones.

Por esta razón es muy importante el buen manejo de las cabeceras de las cuencas,
porque cuando se mantiene una cobertura forestal adecuada, ayuda a regular y
controlar la cantidad y estacionalidad del agua que escurre por los ríos y
manantiales.

Sin embargo de lo anterior, las cuencas altas de los principales ríos del país
reportan una fuerte deforestación, producto de la tala, incendios y quemas, por la
concentración de actividades agropecuarias y en general de un uso inadecuado de
la tierra. La alta tasa de deforestación está contribuyendo a la alteración sistemática
del régimen hidrológico, dando como resultado inundaciones, sequías y altos
niveles de erosión, con el consecuente azolvamiento de ríos, lagunas y otros
humedales y la disminución o profundización de los mantos acuíferos. La erosión
afecta a la gran mayoría de los ecosistemas cabeceras de cuenca; en muchos
lugares ya no existe la cubierta vegetal sino que se halla expuesta la roca madre,
haciéndola improductiva. De otro lado, la minería que durante decenios ha
empleado tecnología deteriorante ha generado pasivos ambientales costosos en su
tratamiento y en muchos casos irreversible.

IV: CABECERAS DE CUENCA ECOSISTEMAS FRÁGILES Y VULNERABLES.

La Ley 29338, de Recursos Hídricos, en su Artículo 75°. Protección del agua,


manifiesta: “La Autoridad Nacional, con opinión del Consejo de Cuenca, debe velar
por la protección del agua, que incluye la conservación y protección de sus fuentes,
de los ecosistemas y de los bienes naturales asociados a ésta en el marco de la Ley
y demás normas aplicables. Para dicho fin, puede coordinar con las instituciones
públicas competentes y los diferentes usuarios.

 
La Autoridad Nacional, a través del Consejo de Cuenca correspondiente, ejerce
funciones de vigilancia y fiscalización con el fin de prevenir y combatir los efectos
de la contaminación del mar, ríos y lagos en lo que le corresponda. Puede
coordinar, para tal efecto, con los sectores de la administración pública, los
gobiernos regionales y los gobiernos locales.

El Estado reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de


cuenca donde se originan las aguas. La Autoridad Nacional, con opinión del
Ministerio del Ambiente, puede declarar zonas intangibles en las que no se otorga
ningún derecho para uso, disposición o vertimiento de agua.

No hay duda que es papel del Estado “…velar por la protección del agua, que
incluye la conservación y protección de sus fuentes…” , “… ejerce funciones de
vigilancia y fiscalización con el fin de prevenir y combatir los efectos de la
contaminación..” , “…reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las
cabeceras de cuenca donde se originan las aguas..”. Así manifiesta y mandata la
Ley de Recursos Hídricos en actual vigencia; además, la Ley 28611, General del
Ambiente, señala que quien cause la degradación del ambiente y de sus
componentes, está obligado a adoptar inexcusablemente medidas para su
restauración, rehabilitación, reparación y compensación (Art. IX).

El artículo 99 de la Ley 28611, reconoce como ecosistemas frágiles a las montañas


y el artículo 100 expresamente sostiene que “el Estado protege los ecosistemas de
montaña y promueve su aprovechamiento sostenible”. Es decir, estas dos Leyes
aseguran, por un lado, la fragilidad de los ecosistemas de montaña y, por otro lado,
la obligatoriedad del Estado a su conservación y uso sostenible; igualmente
sustenta que quien altere, contamine, deteriore, degrade, vulnere o menoscabe la
sostenibilidad de estos ecosistemas frágiles, está obligado a su reparación,
restauración, rehabilitación y compensación. 

En razón a la alta fragilidad y vulnerabilidad y a los servicios ambientales que


evidencian los ecosistemas cabeceras de cuenca, el Estado, a través de la ANA,
incluso puede declarar zonas intangibles; empero para declarar intangible las
cuencas altas, tiene que tener sustento
científico y técnico. Se requiere conocer con
precisión científica las características de los
ríos, riachos, humedales, lagos, lagunas, aguas
subterráneas, etc. La calidad física, química,
biológica; si los cuerpos de agua son
oligotróficos o de alta productividad, los
servicios ambientales esenciales, la durabilidad
de éstos, la valoración económica; no es
suficiente un inventario o catastro, se requiere
exhaustividad y rigurosidad científica.
Ciertamente, los gobiernos regionales y los sectores correspondientes tienen una
alta responsabilidad y participación; sin embargo, aún no se prioriza estos
aspectos que sí son vinculantes a la tarea que tiene el Estado para la declaratoria
de intangibilidad de las cabeceras de cuenca.

 
V: MINERÍA EN CABECERAS DE CUENCA.
La minería, especialmente la gran minería, se ubica en zonas ricas en yacimientos
minerales y éstos mayormente están en los Andes, a altitudes superiores a 3,000 m.
Donde precisamente se hallan los ecosistemas cabeceras de cuenca, por lo tanto,
esta actividad extractiva ha afectado estos ecosistemas frágiles, especialmente
vinculados al agua y sus principales usos.

En el Perú, a través del sector minero, se promueve la inversión en esta importante


actividad; en nuestro país existen las regulaciones, para los estudios de impacto
ambiental, la participación ciudadana y la contribución de la minería en el erario
nacional a través del canon, regalías y otros impuestos; empero existen vacíos y
omisiones en la propia toma de decisiones
y en la aplicación de la legislación. Como
señalamos líneas arriba, no se tienen los
estudios científicos para identificar la alta
fragilidad de las cabeceras de cuenca y sus
principales servicios ambientales. Pues, la
implementación de obras de infraestructura
como diques, represas, canales, desvíos
del cauce de los ríos o desplazamientos de
agua de una laguna, tienen que ser
evaluadas para ver si afectan o no a los
ecosistemas, los servicios ambientales, a la biodiversidad y, lo que es más
importante a las poblaciones usuarias.

Del total de agua dulce superficial en Perú, más de 20 millones de metros cúbicos al
año (“Estrategia Nacional para la Gestión de los Recursos Hídricos Continentales
del Perú” – documento de trabajo, CTM, 2004, pág. 2). Según estadística del
INRENA, el 80% es consumido por la agricultura, el 18% se destina al uso
poblacional e industrial y el 2% al uso minero. Estas cifras están mayormente
referidas a consumos en la costa y sierra. Sin embargo, el uso minero, a pesar de
ser sólo el 2% ha generado en el país, los conflictos socio-ambientales mayores
que incluso puede paralizar la inversión que el Perú necesita.

De otro lado, la promoción de la inversión minera ha conducido a que más del 60%
de las fuentes de agua en el Perú, se hallen dentro de los 48 mil denuncios mineros
registrados; por lo tanto, los conflictos socio-ambientales tienen un mismo origen:
la explotación minera en las cabeceras de cuenca, lugar donde se encuentran las
fuentes de agua dulce que abastecen a las poblaciones de las partes bajas. En
razón a ello, y porque las comunidades locales no han sido consultadas hoy se
tiene en el país más de 200 conflictos y, más del 50% de ellos, vinculados al recuro
hídrico.

En razón a la experiencia negativa que ha sembrado la minería durante décadas


generando pasivos ambientales, hoy no se tiene certeza que una minería
responsable puede cumplir con la legislación nacional e internacional vigente, que
sea concertadora y con participación ciudadana y que sea una actividad que
contribuya con el desarrollo de los más pobres del país; en efecto, se sostiene que
en los próximos años, la minería puede tener una inversión de más de U.S. $ 57,000

 
millones en territorio nacional; sin embargo, lo que se debe de garantizar es que
esta importante inversión por la extracción de nuestros recursos polimetálicos, no
genere deterioro ni pasivos ambientales, sino sea productora de activos
ambientales, es decir, mejora en la calidad del agua, suelo, aire, vegetación,
protección de la diversidad biológica, esté orientada a mejorar la agricultura,
ganadería y lo que es más importante, contribuya con la erradicación de la pobreza,
la desnutrición infantil y, que genere trabajo para la población local.

Para nadie es extraño que la minería a cielo abierto agreda profundamente el


ambiente, las actividades económicas sustentables como el turismo y la agro-
ganadería, la salud y la calidad de vida de las poblaciones y sus futuras
generaciones.

Pues consume enormes volúmenes de un recurso estratégico y vital como el agua.

Tiene efectos devastadores sobre el paisaje.

Genera residuos contaminantes cuyos efectos permanecen a largo plazo, afectando


el aire, el suelo y el agua.

Tiene una alta demanda energética.

Hace un uso intensivo de la infraestructura vial.

Es una actividad netamente extractiva, no sustentable.

Lo anterior debe ser revertido con políticas públicas en los tres niveles de gobierno
y una actuación de las empresas mineras en beneficio de los más pobres y que la
actividad extractiva genere activos ambientales y que contribuya al impulso de
niveles de vida aceptables.

VII. INSTRUMENTOS DE GESTIÓN AMBIENTAL.


El país requiere contar con el instrumento legal que posibilite el uso adecuado y
planificado del territorio, es decir una Ley General de Ordenamiento Territorial, de
modo que las actividades productivas y las áreas de conservación estén
demarcadas y adecuadamente localizadas; esto es, que la agricultura, ganadería,
turismo, actividad forestal, pesquería, minería, zonas de protección, áreas para
urbanización, áreas de recreación, bosques de producción y protección, etc. estén
plenamente localizadas. Este ordenamiento territorial, de urgente necesidad en el
país, debe ser consecuencia de una planificación concertada entre el Estado y
ciudadanía, de modo tal que se apliquen los principios del desarrollo sostenible,
mediante el cual las poblaciones locales deben ser incluidas y ser las primeras
beneficiarias.

De otro lado, es inalienable e impostergable la titulación de las tierras comunales,


de modo tal que reconocido la propiedad pueda ser sujeta a la intangibilidad del
territorio vinculado a la producción agro-pecuaria.

 
La Ley de Recursos hídricos. No. 29388. Inciso 10 del Art. III del Título Preliminar de
la Ley, incorpora el Principio de Gestión Integrada Participativa por Cuenca
Hidrográfica determinando que: “El uso del agua debe ser óptimo y equitativo,
basado en su valor social, económico y ambiental y su gestión debe ser integrada
por cuenca hidrográfica y con participación activa de la población organizada”
principio éste que no debe ser sólo declarativo y enunciativo, sino sustancialmente,
para la acción.

Cusco, diciembre del 2011.

M.Sc. Juan Eduardo Gil Mora


Blgo. M.Sc. en Ciencia y Tecnología Ambiental, Consultor en temas de gestión
ambiental. mundoandino2005@yahoo.es

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