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ARCÁNGEL CHAMUEL

Día: Martes
Color: Rosa
Planeta: Marte y Venus
Rayo: 3º -Rosa
•Encarna el amor divino, la gratitud, la tolerancia y la opulencia
•Dones para la tierra:
Ayuda a combatir la depresión la ira, los resentimientos y los cargos de conciencia. Ayuda a perdonar. Fomenta la
creatividad el arte y la belleza.
Representa el amor puro y la belleza lograda por la manifestación del amor. Puede utilizarse para pasar de la de la
pasión y el deseo al amor incondicional

INVOCACIÓN DE LA LUZ ROSA DEL DIVINO AMOR

Padre Celestial
En el nombre de tu hijo Jesús el Cristo
En el nombre del Arcángel Chamuel
En el Nombre de tu Magna Presencia que “Yo soy”
Te pedimos Padre Celestial
Que derrames tu rayo rosa del amor
Sobre mí, sobre mis seres amados
Y sobre toda la humanidad
Gracias Padre porque tú siempre me escuchas
Y porque sé que así es.

DECRETO ACTIVO EN LA LUZ ROSA DEL AMOR.

“YO SOY” el amor


Que nunca falla ni comete error
Derramándose en la luz rosa
Del amor divino universal
Manifestándose sobre mí
Y sobre toda la humanidad
Que así sea y así será.

Este tercer Rayo de manifestación se caracteriza por ser el canal del Espíritu Santo. Su poder es un verdadero
bálsamo que restaura toda imperfección. El luminoso amor del rayo rosa guía a la voluntad del primer rayo y a la
sabiduría del segundo rayo.

Como herencia de perfección, recibimos el poder del amor.

Este rayo del amor junto al rayo de la voluntad y al rayo de la sabiduría conforma la llama energética trina, que es el
Cristo, la mónada, el yoti, el padre en el hijo y la santísima trinidad del Espíritu Santo.

El hombre busca casi inconscientemente en todos sus actos y durante el transcurso de su evolución, el amor divino y
trascendente.

A través de la búsqueda de satisfacer sus instintos, el hombre intenta su realización en la contención del amor. El ideal
de la felicidad es el amor y al encontrarlo se encuentra la felicidad.

Este ideal se disfraza en el mundo maya (ilusión) bajo una y mil formas. El niño lo busca en sus juegos, sus amigos y
sus padres. El adolescente en su despertar sexual y en los enfrentamientos con su contexto para hacer prevalecer su
voluntad y razón carente de amor. Lo busca en la pareja ideal, en el club de su deporte favorito y en una relación más
comprometida con sus amigos. El joven es guiado por el motor del amor, buscando identificación en todo lo que logra
deslumbrarlo.

Ya adulto, el hombre cree haber encontrado el ideal de la felicidad en su pareja, sus hijos, los bienes materiales y la
fuente de sus ingresos. Si la búsqueda ha sido efectiva, es feliz con todo lo que tiene, sea mucho o poco; con la
compañía de otros o no; con la realización afectiva o sin ella; con todos los bienes y el dinero o sin ellos.

El amor es todo y nada se le puede agregar. Es la energía más poderosa de todo el universo.

Paradójicamente los sentidos físicos no pueden dar testimonio y prueba de él. El amor no puede ser visto, oído o
palpado.

Solo podemos observar su precipitación material y por deducción dar testimonio de él. Por lo tanto, el amor trasciende
todo lo material finito e irreal.

El amor es toda la causa que genera los efectos altruistas observados en el mundo de las formas. Es lo intangible,
bueno y real. La sustancia creadora que el Padre proyecta a sus hijos y estos a su vez a los suyos.

Este magno rayo rosa del amor divino universal, guía a todos los seres que buscan la unión entre sus semejantes.
En este rayo están los altruistas, filántropos, los que a toda costa buscan solucionar diferencias, evitando cualquier tipo
de enfrentamiento. El rayo del amor ilumina a las madres, a los amantes con verdadero amor y a aquellos que dándolo
todo, no esperan nada.

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas pero no tengo amor, nada soy.
Y si tuviese el don de las profecías y entendiese todos los misterios y todas las ciencias y tuviera toda la fe pero no
tuviera amor, nada soy.
Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres y entregara mi cuerpo para ser quemado y no tengo
amor, de nada me sirve porque nada soy.
El amor no hace nada que no pueda ser dicho, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no goza de la injusticia
mas goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Las profecías, las lenguas y las ciencias podrán acabarse,
pero el amor nunca dejará de ser.”

Desde la personificación del absoluto, nuestro logos solar y a través de nuestro logos planetario, se proyecta este rayo
hacia el arcángel Chamuel y se dirige el rayo rosa del amor hacia toda la humanidad. El día martes se manifiesta su
mayor irradiación.

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