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Reseñas 195

Alexánder Betancourt Mendieta, Historia y nación.


Tentativas de la escritura de la historia en Colombia,
Medellín, La Carreta Editores/Coordinación de
Ciencias Sociales y Humanidades uaslp, 2007, 296 p.

Plantear el tema de la escritura de de la verdad? (1999). Si bien son textos


la historia en Colombia es un ejercicio con objetivos, temáticas y problemas
de gran utilidad para comprender de diferentes, los une la pregunta ¿Cómo
manera dialógica el desarrollo de la se ha escrito la historia en y de Colom-
disciplina, sus problemas y sus limi- bia?. Alexánder Betancourt Mendieta
taciones. parte de la cronología trazada por Melo
y por el enfoque dialógico de Colmena-
El ejercicio historiográfico que plan- res, para responder a la pregunta ¿Cómo
tea Alexánder Betancourt Mendieta, se ha llenado de contenido significante
tiene relaciones de continuidad con los a la nación colombiana desde la histo-
trabajos de Jorge Orlando Melo Histo- riografía?
riografía colombiana, perspectivas y
realidades y el de Germán Colmenares Betancourt entiende la historiografía
Convenciones contra la Cultura. Sin como historiología o reflexión crítica
embargo, el mismo autor hace referen- sobre los alcances y problemas del
cia a otros textos como los de Bernardo ejercicio de la escritura de la historia y
Tovar Zambrano El pensamiento Histo- de la disciplina histórica en el contexto
riador colombiano en la época colonial colombiano. Se trata de un novedoso
(1982) y Jesús Antonio Bejarano Guía enfoque historiográfico que reflexiona
de perplejos: una mirada a la histo- sobre el oficio del historiador, la dis-
riografía colombiana (1997), aunque ciplina y su institucionalización. Se
olvida citar el texto de Mauricio Archila, parte del postulado de que el proceso
que es una respuesta a Jesús Antonio de constitución de la escritura de la
Bejarano, ¿Es aún posible la búsqueda historia en Colombia está relacionado

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con la adopción de marcos metodoló- El texto Historia y Nación está es-


gicos e institucionales que delimitaron crito en una perspectiva lineal en seis
radicalmente su presencia en la vida capítulos. Parte de la consideración de
cultural colombiana. que la historia se instaura con la inde-
pendencia, se institucionaliza con la
Esta postura se sustenta en el plano Academia de Historia, entra en crisis
metodológico en la consideración, des- con los revisionismos y cuestionamien-
de los aportes de Michel de Certeau, de tos a la tradición de los años treinta y
la historia como un lugar de saber, lo sesenta para consolidarse como una
que implica al menos tres elementos: disciplina científica, académica, insti-
primero, la multiplicidad y pluralidad tucional y profesional en la década de
en cuanto a métodos, puntos de vista y los setenta, es decir, una visión evo-
teorías; segundo, adhesión a la verdad lucionista que sigue los lineamientos
científica, espíritu crítico y elaboración del progreso científico, propuestos por
de teorías y conceptos; tercero, moti- Thomas Kuhn.
vación a la reflexión historiográfica y
a la implementación de una metodo- En el primer capítulo: “Instaurar
logía entendida como la combinación una tradición: porfías de la historia
de técnica y enfoque que supere las nacional”, su autor aborda las primeras
condiciones empíricas de la disciplina obras de historia. La escritura sobre el
histórica. Por consiguiente, se establece pasado en el siglo XIX estuvo animada
una comunidad científica que sostiene por la necesidad de dotar de un carácter
la existencia y vivacidad de un oficio fundacional a la independencia, y fue
de conocimiento, ya que anima las pro- ésta la que determinó la cronología del
puestas epistemológicas y las temáticas tiempo histórico. Una de las caracterís-
que justifican la pertinencia de ese cono- ticas de esta escritura de la historia fue
cimiento en una sociedad determinada. el intento por justificar la institucionali-
En el plano institucional se sustenta dad estatal y concebir la historia como
desde la teoría del conocimiento de magistra vitae et testis temporum (la
Thomas Kuhn, pues se plantean como historia es maestra de la vida y testigo
indispensables las comunidades cientí- de los tiempos). De tal manera que se
ficas para la comprensión de la teorías configura una visión de los procesos
y problematizaciones de la ciencias en históricos como tribunal, y la función
el perfeccionamiento del conocimiento, del historiador como juez. Esta visión
es decir, un marco teórico determinado y dio paso a otro estilo de escritura de la
delimitado por las instituciones y suje- historia, las memorias, que se consti-
tos que implica la percepción del mundo tuyeron en mecanismos para aclarar
científico, la adopción de un programa situaciones, para justificarse ante los
de investigación y los antecedentes amigos y enemigos y juzgar a los con-
teóricos de la disciplina. trincantes. De manera que la pretensión
de los escritores decimonónicos era la

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de construir un espacio de compren- cansaban los héroes que personificaban


sión homogénea que hiciera posible los valores de la nación. La Academia
la inserción de redes de pertenencia y asumió un papel directivo con respecto
legitimidad que cubrieran todas las re- al establecimiento del pasado nacional
giones geográficas y culturales del país, y la incorporación de una memoria na-
es decir, construir una representación cional unificada y homogénea. Como
colectiva de pertenencia y de orígenes parte de esta medida unificadora, en un
comunes que debía imponerse sobre la contexto de modernización política y en
sociedad heterogénea y plural. plena conmemoración del Centenario de
la independencia, se publicó el manual
En el segundo capítulo: “Institucio- Historia de Colombia para la enseñan-
nalizar el estudio del pasado nacional”, za secundaria de Gerardo Arrubla y Je-
Betancourt Mendieta analiza la Rege- sús María Henao. Sería utilizado como
neración, que como proyecto político manual obligatorio en la enseñanza.
consagró ciertas interpretaciones sobre Buscaba instruir a la población a través
el pasado republicano, que delimitaron de la moralización, el fomento del pa-
las características esenciales de la na- triotismo, el cultivo de la memoria. La
ción. Por tanto, el Estado tenía que darle historia se concebía como una herencia
una forma al pasado nacional “e indicar que era preciso transmitir, conservar
cuál era su estructura y esencia” porque y preservar, cuyo carácter pragmático
la memoria del pasado había caído bajo estaba orientado a la constitución de
el monopolio de esfuerzos individuales un orden nacional. La Academia de
en el siglo XIX. Para evitar la privati- Historia entró en crísis cuando la hege-
zación del pasado se creó la Academia monía conservadora también lo hizo y
Colombiana de Historia en 1902 como cuando comienzan a llegar a Colombia
institución que debía organizar y regular una serie de elementos interpretativos
el conocimiento histórico y, de paso, ser nuevos, especialmente del marxismo,
centro de consulta para el gobierno. Los y se critica a la Academia su tendencia
presupuestos bajo los cuales se creó la a la narración de luchas y batallas, de
Academia indican que la historia juega grandes hombres, olvidándose de aque-
un papel importante en la constitución llos de carne y hueso.
de sentimientos de pertenencia; de otro
lado, el conocimiento del pasado cons- En los capítulos tres y cuatro: “Los
tituyó una fuente de legitimación para la revisionismos históricos: el momento
prácticas que inculcaban valores y nor- de los años treinta” y “Los momentos
mas de conducta como las ceremonias de los años sesenta”, el autor afirma que
cívicas, las conmemoraciones históricas, la escritura de la historia se vio afectada
la consagración de los símbolos nacio- por la aparición de nuevas vías de divul-
nales y sus rituales de reconocimiento. gación que no tenían que pasar por la
Al mismo tiempo que se estableció el Academia de Historia. Los divulgadores
panteón y mausoleo nacional donde des- escribieron para el gran público a través

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de revistas y periódicos. Sin embargo, forma de explicación de lo observable,


la divulgación no significó necesaria mensurable y comprobable en torno al
ni totalmente la ruptura radical con los origen, constitución y comportamiento
criterios metodológicos y principios de la sociedad, donde la historia sirvió
interpretativos de la Academia. La para fundamentar las explicaciones
elaboración de reinterpretaciones del sobre los fenómenos novedosos por
pasado nacional con base en el empleo los que estaba atravesando la sociedad.
de nuevas categorías comprensivas, Luis López de Mesa erigió como es-
especialmente las del marxismo, no tructura explicativa los determinismos
pretendían replantear la representación biológicos y geográficos. Cada región
de la nación ni de su significado, sino se había constituido en el tiempo como
que buscaban comprender la situación una esencia discernible claramente de
del país ante el panorama mundial del las otras a partir de características in-
capitalismo, haciendo una evaluación mutables, de tal manera, que era posible
de los orígenes y la forma que adoptó establecer las características culturales
el capitalismo en Colombia, de ahí la físicas y psíquicas de cada tipo regional.
importancia de los estudios coloniales A partir de López de Mesa se consagran
en una perspectiva estructural y de larga los estudios regionales en la historia
duración, donde era necesario plantear- como determinantes de la escritura de
se el problema del progreso. la historia, según Betancourt Mendieta,
lo que se percibe hoy en los trabajos de
La posición crítica frente al pro- María Teresa Uribe y otros, pero con
greso hizo posible el surgimiento de la perspectivas de análisis muy distintas.
crónica como un elemento que daba
cuenta de las transformaciones de la Pero el punto más importante de es-
sociedad; y de un tipo de historia que tos revisionismos lo exponen las obras
reencontraba al pueblo en las gestas de de Luis Eduardo Nieto Arteta Economía
la independencia, pero con un afán de y cultura en la Historia de Colombia
popularización del pasado. Es la obra (1941) y de Indalecio Liévano Agui-
de Germán Arciniegas la que confronta rre Los grandes conflictos sociales y
la elaboración de una historia nacional, económicos de nuestra historia. (1959-
cuyo sujeto era el pueblo, a una historia 1961).
de las familias, centrada en los héroes.
Con Arciniegas se impuso, como inter- La obra de Nieto Arteta es impor-
pretación del pasado, el triunfo de la tante por las interpretaciones que hace
anécdota sobre el rigor y el best seller de los sucesos y por las categorías de
sobre la obra histórica. comprensión totalmente novedosas para
explicar fenómenos conocidos, que es
No sólo la historia dio cuenta de las nada más que la adopción del “método
transformaciones sociales de los años dialéctico materialista” que le permitió
treinta en Colombia, también aparecie- el reconocimiento de la particularidad
ron los estudios sociológicos como la de los fenómenos históricos y la ne-

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cesidad de elaborar una comprensión sos” y seis, “Los balances recientes,


adecuada de esos procesos. Sin embargo el recurso de la teoría y el horizonte de
no era la historia la que permitía com- un oficio”, el autor analiza el desarrollo
prender estas dinámicas sino que era la de la historia profesional en Colombia.
sociología histórica la que hacía posi- La profesionalización emergió como
ble plantear históricamente la realidad parte de dos procesos, la expansión de
americana y ofrecía las herramientas la cobertura educativa, especialmente
para hacer los reajustes de una realidad universitaria, que respondía al fenóme-
anárquica y desordenada de manera no de urbanización del país, y el enorme
científica, es decir, la sociología como éxito editorial que satisfizo la curiosidad
camino de la “historización”, ya que por la elaboración de los nuevos relatos
podía determinar las condiciones obje- sobre el pasado nacional, es decir, la
tivas de los hechos sociales. La visión apertura de carreras de historia en el
de Nieto Arteta inaugura la historia ámbito universitario a partir de 1962, y
socioeconómica. la exitosa obra editorial que supuso la
Nueva Historia de Colombia (1996),
Por su parte la obra de Indalecio Colombia hoy (1978) y el Manual de
Liévano Aguirre pretendió reconstruir Historia de Colombia (1978-1980),
una relectura de los héroes nacionales pues legitimaron la irrupción de la
con base en los intereses políticos de su historia socio-económica en el ámbito
presente, así es como ofrece una imagen cultural colombiano. La circulación
de Bolívar “campeón de las masas” y de esta nueva forma de conocimiento
de un Santander como representante sobre el pasado nacional permitió hacer
de las “oligarquías”. De esta manera se un deslinde entre el conocimiento his-
hizo evidente el principal interés que tórico producido por los historiadores
encerraba la obra del escritor: abordar profesionales y aquél que se generó
las tensiones de dos elementos enfren- en el ámbito de los eruditos y de los
tados e irreconciliables, “las masas y aficionados de la historia, basados en
la oligarquía”, pero además ofrecía la una metodología positivista.
imagen de héroes que habían sido líde-
res populares más “comprometidos con En estos últimos capítulos, el autor
el pueblo” que los que había glorificado distingue dos etapas de la historia
la Academia Colombiana de Historia. profesional. La primera, asociada al
Así, sentó las bases para que se hicieran desenvolvimiento de la teoría de la de-
trabajos con la pretensión de reivindica- pendencia, el desarrollo y el marxismo
ción social, política y cultural de sujetos que impulsaron la profesionalización de
históricos marginales y olvidados en la la disciplina y le abrieron un espacio im-
sociedad colombiana. portante en el ámbito cultural del país.
Sin embargo, su ligazón con la política,
Es así como en los capítulos cinco, primero, y su vinculación con el éxito
“La historia profesional: los esfuerzos editorial después, llevaron a que muchas
fundadores y los historiadores famo-

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de las propuestas y los trabajos iniciales Mendieta, en los manuales de historia


se quedaran truncos; tal es, en opinión no se dio una indagación por las imáge-
del autor y sin suficiente sustentación, nes y los estereotipos regionales sobre
el caso de Jaime Jaramillo Uribe. el pasado y fue inexistente un cuestio-
namiento acerca de la constitución y la
Una segunda etapa, proviene de caracterización de la nación lo que im-
las crisis epistemológicas y políticas pidió la modificación de estos referentes
que afectaron los postulados anterio- y supuso una concepción unitaria de la
res. Es decir, el derrumbe del mundo nación como un conjunto sólido frente
soviético que sirvió de referencia a a los embates del capitalismo e insistió
muchos de los postulados de la etapa en la peculiaridad del destino nacional
anterior de la historia profesional y el en un marco de hipótesis que apuntaba
cambio en la perspectiva del mundo a una finalidad única: el desarrollo.
político colombiano con la eclosión
del narcotráfico y la elaboración de La historia profesional representó
una nueva constitución en 1991. Estos una ruptura hacia los años ochenta y
cambios acompañaron la escritura de noventa en tres niveles: el temático, el
la historia desde el abordaje de nuevos metodológico y el político, que hizo
campos temáticos y el empleo de nue- posible la consolidación de una disci-
vas herramientas metodológicas, que plina profesional. Ésta se caracteriza
plantearon la necesidad de emprender por la organización de los programas
novedosos esfuerzos historiográficos. de pregrado en la universidades, la
Es así como en estos dos capítulos son preocupación por la investigación
analizadas las obras de Jorge Orlando histórica, la aparición de revistas cien-
Melo, Jesús Antonio Bejarano, Luis tíficas de divulgación como el Anuario
Ospina Vásquez, Álvaro Tirado Mejía, Colombiano de historia Social y de la
Margarita González, Germán Colmena- Cultura, de la Universidad Nacional
res y Marco Palacios, desde el enfoque de Colombia, Sede Bogotá, Historia
de la historia social, pues la entendieron crítica de la Universidad de los Andes,
como un ejercicio atravesado por la idea Memoria y sociedad de la Universidad
de una construcción sobre los cambios Javeriana, la Revista Historia y so-
sociales y la estructura social que podía ciedad de la Universidad Nacional de
develarse a partir del desenvolvimiento Colombia, Sede Medellín y el Boletín
de la economía. Así, se construyó una Cultural y Bibliográfico de la Biblioteca
historia social que se combinaba con la Luis Ángel Arango; la consolidación
historia económica y que dio como re- de las comunidades científicas que se
sultado la historia socioeconómica. Sin expresó en la organización de la Aso-
embargo esta “nueva historia” conservó ciación de Historiadores de Colombia
la diacronía y la periodización tradi- y, finalmente, por la crisis de la historia
cional. Además, en su opinión, según socioeconómica se dio paso a nuevos te-
la polémica afirmación de Betancourt mas y modos de escritura de la historia:

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historia social, historia de las mentalida- de los escritos históricos. Sin embargo,
des, historia empresarial, historia de la el texto tiene dos puntos problemáticos.
cultura y de género, entre otras. Primero, no contempla en esa escritura
de la historia la influencia de las guerras
La historia profesional aún debe civiles del siglo XIX, y de allí que se
asumir varios retos, en opinión de genere un silencio o un ocultamiento
Betancourt Mendieta. Primero, evitar de lo que esas guerras significaron en
la fragmentación y la trivialización la construcción de la nación y en el
producto de la ausencia de la teoría. funcionamiento del Estado. Segundo,
Segundo, establecer una relación dia- si bien el texto plantea una compren-
lógica dentro de la disciplina y con otras sión de la producción historiográfica
disciplinas, para lograr una crítica sobre colombiana en relación con el contexto
la escritura de la historia que supere la latinoamericano, no tiene en cuenta las
simple ironía y la contemplación de influencias europeas y anglosajonas en
los “grandes historiadores”. Tercero, la escritura de la historia y en la consoli-
una reflexión metodológica que supere dación de la disciplina. Y, finalmente, si
la fascinación poco crítica de nuevas bien es sugerente en el establecimiento
modas y nuevos lenguajes, para evitar de un diálogo con la tradición nunca se
la imprecisión conceptual. Y, cuarto, supera la esquizofrenia intelectual pues
superar una disciplina ensimismada se desenvuelve en la nostalgia por lo que
tanto geográfica como temáticamente fue y no debía ser y por lo que debía ser
pues “sus aportes a una interpretación y no fue, lo que genera un desprecio
histórica continental han sido muy es- por la tradición y no una recreación de
casos” (p. 268). la misma.
Así, el texto Historia y nación es una Javier Osorio Molina
invitación a una reflexión crítica sobre Estudiante de la XI Cohorte de la
las tradiciones de escritura de la historia Maestría en Historia
en Colombia, donde se combinan los Universidad Nacional de Colombia,
referentes culturales e institucionales Sede Medellín
que supusieron el marco de producción

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