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Mi hoja de ruta

Diana Liceth Martínez Verdugo


Grupo Alebrijes
¿Y si el lenguaje fuera también una fiesta?

La capacidad de gozar con la palabra ha sido brutalmente excluida de


la escuela latinoamericana, los niños son sometidos a un lenguaje
carente de la más mínima palpitación, domesticado, tedioso. La
fiesta del lenguaje es vivida fuera de la escuela, en las relaciones
cotidianas, en el retruécano, la burla, el doble sentido, el chiste, el
juego de palabras, el sentido de la oportunidad, la imitación, el juego
de diminutivos y exageraciones (…) y es vivida también, nos guste o
no, en los grandes medios de difusión colectiva.

(Prieto, 1986. P, 9)
Aquello que me chifla
“Percibir algo como gracioso es conjurar otros mundos los
cuales operan bajo mantos de construcción de la realidad con
normas particulares alternas, que atraviesan y son atravesados
por los seres humanos.”
Ignacio Ramos

¡Estoy chiflada por el humor como mediador de aprendizajes! Por el humor que te acerca
al otro y a la otra, que te hace sentir bien, que abre puertas para que percibas las
cotidianidades de otra manera, que es amigo íntimo de la metáfora y la creación, que se
traduce en amor siempre que te produce sensaciones bonitas cuando ves o haces reír a
lxs otrxs.

Me chifla ese humor, sí, ese que incita bienestar y que, en mi concepto, hace parte de
una ética del cuidado ya que el humor cobra sentido en cuanto causa sensaciones
placenteras en lxs otrxs, me chifla la trascendencia del humor en la vida, en la
percepción del universo, en las configuraciones esperanzadoras, en las realidades que
creamos.

A través del humor experimentamos emociones positivas y gozamos en compañía, en este


sentido considero que el humor contribuye al aprendizaje colectivo al entrelazarnos con
la otredad. Entonces, percibo el humor como posibilidad de vincularnos en el emocionar,
donde todos estamos implicados, en ese juego constante de las interacciones.

“La doble interpretación, la ambigüedad, la


metáfora, la comparación, el quiasmo, la
dilogía o equívoco, son algunas de estas
herramientas que se emplean en este caldo
de cultivo que es la cultura, y que en el
caso de la perspectiva hispánica ha
heredado la capacidad de poder percibir el
lado sanchopancesco de la vida, el cual
revela una postura comprensiva hacia la
humanidad, una actitud indulgente y
afectuosa, ya que uno de los componentes
del humor es la ternura”.

(Ramos, 2016. P, 227).


Lo que me chifló sobre el humor: mi
relación vital con él

“Crear es inventar
posibilidades, es decir,
encontrarlas (...) la inteligencia
se convierte en fecundadora
de lo real”
José Antonio Marina

Mi papá, a quien amo tanto, ha sido inspirador constante en esta chifladura, su historia de
vida y sus formas de percibir el mundo me asombran y conmueven profundamente:

Mi papá nació en un pueblo del Tolima (Colombia) llamado Santa Isabel, el cual para aquella
época estaba siendo azotado por la violencia producida por desacuerdos políticos entre los
partidos “Liberal” y “Conservador”. Mi abuelo murió cuando mi padre se gestaba en el
vientre de mi abuela y ella falleció posteriormente, cuando mi papá tenía seis meses de
nacido. Así las cosas, mi padre fue criado por unos vecinos para quienes trabajó desde muy
pequeño. Debido a constantes maltratos recibidos huyó de la casa de sus vecinos en cuanto
pudo y vivió laborando de finca en finca. Durmió muchas veces en los pisos de casas donde
conseguía trabajar, otras veces durmió en el monte y en muchas ocasiones fue golpeado al
punto de que le deformaron uno de sus pies, aun siendo niño.

Más de una vez mi padre estuvo cerca de la muerte y presenció masacres que se
perpetraban casi a diario, con excusas políticas, frente a las que cada bando estaba
convencido de tener la razón y de que, por ello, era su deber imponerla a como diera lugar.
Aun habiendo vivido su infancia y
adolescencia en ese contexto de
ambición y dominación, en el que
también fue llamado a hacer parte del
bando que hacía “respetar” los ideales
conservadores, mi papá salió de su
pueblo gracias a que dos de sus
hermanos, quienes habían huido a
Bogotá previamente, lo encontraron
dieciocho años después y lo
convencieron de vivir en la ciudad, junto
con tres primas que lo recibieron en su
casa y le ofrecieron cuidados de los que
había carecido previamente.

Hasta aquí muchos podríamos pensar que lo más natural sería que habiendo sido criado en ese
tipo de sociedad, mi padre se convirtiera en un adulto rencoroso y violento para quien imponer su
punto de vista y anteponer sus intereses particulares se convirtiera en una necesidad.

Por fortuna para él, para mí, para mi familia, para la sociedad y para el universo, no fue así.
Aunque mi padre hubiese tenido la posibilidad de escudarse en su pasado para adoptar una
actitud patriarcal, se convirtió en un ser amable, tierno, gracioso, risueño y cuidadoso.

Una de las características que más me maravilla de mi papá es su sentido del humor: vive
contándonos sucesos que pasan a diario, pero los cuenta de manera divertida, le ve la gracia a
casi todo, para casi todo tiene dichos o chistes, nos hace bromas y nos pone sobrenombres
cariñosos. Ya es costumbre que nos despierte a mi mamá, a mi hermana y a mí con un cafecito,
acompañado de palabras y expresiones graciosas. No es raro que los domingos cuando me levanto
a las once de la mañana me diga que me abrigue, que esa madrugada me hace daño.

La actitud de mi papá ante la vida me infunde admiración y me conmueve, haciendo que mis días
en convivencia con él sean amenos en su gran mayoría. En ese hombre percibo una sabiduría
natural, bastante más trascendental que aquella que construimos con el paso por el sistema
educativo, pues aunque él no estudió en una escuela formal, tiene la capacidad de percibir lo
cotidiano de forma creativa, hallándole sentido y transformando así su entorno afectivamente.
Creo que esta forma de percibir sus
realidades pudo haberle dado a mi padre la
capacidad de sobreponerse a sus experiencias
pasadas y de crear día a día nuevas
oportunidades para encontrarle sentido a la
vida e irradiar bienestar.

Gracias a muchas de las experiencias vividas


junto a él, he comprendido el disfrute en
nuestros actos cotidianos como algo
indispensable para dar sentido a nuestras
vidas.

Así las cosas, y habiendo tomado como camino


el majestuoso arte de educar, mis
experiencias vitales me condujeron a percibir
la importancia de promover condiciones que
propendieran por el disfrute del aprendizaje a
través de mis mediaciones, porque como dice
Assmann “Pedagogía es encantarse y seducirse
recíprocamente con experiencias de
aprendizaje. En los docentes se debe hacer
visible el gozo de estar colaborando con algo
tan estupendo como hacer posible e
incrementar la unión profunda entre procesos
vitales y de conocimiento” (Assmann, 2002, p.
29).

En este sentido, quise prometerme que como educadora haría lo posible para que mis

mediaciones no se convirtieran en un sinsentido para mis aprendientes. Fue así como he

optado por promover experiencias de aprendizaje divertidas, que generaren emociones

positivas a través de escenarios de interlocución placenteros.


Entre algunas experiencias que recuerdo, quiero hacer mención a cuando usaba el humor

para mediar el aprendizaje del español en cuarto de primaria: les contaba chistes a lxs

niñxs para hacer alusión a algunos temas, por ejemplo, para hablar sobre las palabras

homógrafas:

-Mamá, mamá ¡Me mordió


una serpiente!
-¿Cobra?
-No, gratis.

-Simón Bolívar les dijo a sus


soldados: ¡Tómense el
puente!
… Y llegaron el martes.

Esto motivaba a lxs niñxs a


contar chistes relacionados,
que se los explicaran unos a
otrxs, que nos riéramos de
sus ocurrencias y que la clase
se desarrollara en un clima
propicio para la expresión
creadora, por tanto,
concuerdo con que “la escuela
nueva es impensable si no
lograra generar climas
propicios a ese tipo de
expresión vivencial que
conlleva una gran liberación de
normas y controles externos
coercitivos” (Gutiérrez y
Prado, sf, P. 19).

No obstante, nunca me había detenido a reflexionar al respecto antes de mi proceso


doctoral.
Apenas Dios rió, nacieron
siete dioses que
gobernaron el mundo;
apenas se echó a reír,
apareció la luz; con la
segunda carcajada
apareció el agua; y al
séptimo día de su risa
apareció el alma...

Umberto Eco

Ante tales experiencias vitales, las vivencias, lecturas, diálogos, intuiciones y relaciones
que me ha aportado este proceso doctoral han contribuido enormemente en mi
apasionamiento por el humor como constructo afectivo y, por ende, como mediador de
aprendizajes. La idea de una educación alegre, estimulante y creativa, que se empodere de
su rol en la vida del cosmos, dejó de ser para mí lejana y excepcional, para convertirse en
posibilidad de la cual soy protagonista.

En este sentido, al reconfigurar mis filtros en la percepción del universo, me reconozco en


un estado continuo de aprendiencia, en el que es permitido encontrar posibilidades
alternativas, placenteras, creativas infinitas en situaciones, sensaciones y cosas cotidianas
que antes eran para mí imperceptibles.

Saber que contribuyo al universo disfrutando los caminos de mis intuiciones en mis
creaciones, sin estándares predeterminados me libera, pero también me hace reconocer mi
gran responsabilidad no solo como mediadora de aprendizajes, sino como ser humano.
Mis acompañantes…

Además de mi papá, mis aprendientes, las demás Alebrijes, tutores y compañeros de


doctorado, acompañantes como Francisco Gutiérrez, Daniel Prieto, Cruz Prado,
Humberto Maturana, José Antonio Marina,

Francisco Varela, Leonardo Boff, Hugo


Assmann, Larry Dossey, Franz
Hinkerlammert , Mónica Cosachov, Óscar
Useche, Julio César Payán , Ervin Laszlo,
Antonio Elizalde; John Briggs, David Peat y
David Bohm, han reconfigurado mis
percepciones sobre el mundo, en esa
búsqueda de alternativas de mediación,
empoderándome en los caminos de esta
chifladura.

Sin embargo, pensar en fomentar acciones


que conlleven a la fruición del aprendizaje,
mediante el humor como constructo
afectivo, me lleva a múltiples interrogantes,
entre los cuales resalto los siguientes:

¿Qué potencialidades tiene el humor para


transformar nuestras estéticas y, por ende,
nuestros intereses de aprendizaje? ¿Qué
papel podría tener el humor en la
transformación de realidades? ¿Cómo
“La esencia de la risa es la
construimos nuevos sentidos mediante el abolición del orden, el regocijo
humor? ¿Cómo mediar aprendizajes de ser completamente
holísticos haciendo uso del humor? ¿Cómo
imperfecto y expresarlo”
revolucionar un sistema educativo creado Grethel Ramírez
para la producción?... Y este es apenas el
inicio …
Referencias bibliográficas

-Assman, H. (2002) Placer y ternura en la


educación. Narcea, Madrid.

-Boff, Leonardo. (2002). El Cuidado Esencial.


Editorial Trotta: Madrid.

-Gutiérrez, F. Prado, C. (1997). Eco-pedagogía y


Ciudadanía Planetaria. Instituto Latinoamericano de
Pedagogía de la Comunicación-Editorial pec 97. San
José-Costa Rica

-Gutiérrez Pérez. F. y Prieto Castillo, D. (1996).


Mediación pedagógica. Apuntes para una educación
a distancia alternativa. Edusac. Instituto de
investigaciones y mejoramiento educativo.

-Hinkerlammert y Mora (2006). Hacia una economía


para la vida: preludio a una reconstrucción de la
economía. Costa Rica. -Maturana, Humberto.
(2003). Conversando con Maturana sobre
educación. Ediciones Aljibe. Málaga España.

-Marina, José A. (1993). Teoría de la inteligencia


creadora. Ed. Anagrama: Barcelona.

Maturana, Humberto. (2004). Biología de la


-Ramos, Ignacio. (2016). Las sutilezas del
cognición y epistemología. Ed. Universidad de la
Frontera, Temuco. Chile. humor en la cultura:La imagen, la risa y la

palabra. En: Revista Discurso & Sociedad,


-Maturana, Humberto. (2004). Biología de la
2016 10(2):219-243. Revista Interdisciplinaria
cognición y epistemología. Ed. Universidad de la
frontera, Temuco. Chile. de Internet. Recuperado en 28 de noviembre

de 2016.
-Payán, JC. (2000). Lánzate al vacío, se extenderán
tus alas. Editorial Mc Graw Hill interamericana S.A.
La risa es como una metáfora de la
Bogotá
amplia gama de sentimientos
positivos.
Larry Dossey

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