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Valparaíso. Forma parte de la conurbación del Gran Valparaíso. Las unidades territoriales son el
mismo Quilpué y El Belloto, área que ha mostrado un rápido crecimiento y cuya aspiración es
transformarse en una comuna independiente. Esta comuna, es conocida como "La ciudad del Sol"
Etimología
Existen diversas teorías sobre el origen de la palabra. Según algunos Quilpué significa "Paraje de
Tortolas", esto es, donde abundan especialmente las tórtolas, si el nombre deriva del mapudungun
"cullpo" (tórtola) y "hué" (lugar, paraje, comarca). Pero para otros autores significa "Lugar de la
Piedra Lanceta", porque, según se dice, los picunches, los aborígenes que vivían en este sector, eran
expertos en la confección de esos artículos que se usaban para practicar sangrías, una muy socorrida
arte medicinal que fue usada incluso por la población chilena hasta bien entrada la Colonia. De
hecho, la piedra que se usaba para esas lancetas es todavía muy abundante en toda la extensión del
valle en que se asienta la comuna de Quilpué. Quilpué es también famosa por las Piedras de Tacitas,
las que tenían un uso todavía no totalmente establecido. Aún a fines del siglo XIX podían encontrarse
yacimientos arqueológicos donde primaban las piedras tacitas utilizadas por los aborígenes de la
zona, algunos de cuyos ejemplos —aunque frecuentemente relegados a rincones alejados de la vista
del público, como si de pudor avergonzante se tratara— se encuentran colocados en la Plaza
Irarrázabal. Ya en el siglo XIX se sabe que la mayoría de los monumentos megalíticos de la zona
fueron destruido, a dinamitazos, por personas ignorantes que creían que en su interior había
ingentes cantidades de oro "escondidas por los indios". ("Quilpué, historia de una comuna", Brus
Leguás C., 2001.).
Historia
El valle en que asientan las actuales comunas de Quilpué y Villa Alemana fue poblado por los
pikunche, a quienes los Kichwa (Quechuas) del Tawantinsuyu sometieron. Los pikunches, bajo sus
dominadores kichwas, enviaban al Inka del Qosqo (Cuzco) un tributo consistente en oro que se
extraía de las arenas auríferas del estero Marga Marga. Tras la conquista española, los lavaderos de
oro de Marga-Marga rindieron tal cantidad que financiaron el inicio de la Conquista de Chile. La
leyenda atribuye a Rodrigo de Araya, compañero del conquistador Pedro de Valdivia, la propiedad
de las tierras de Quilpué, a quien le fueron entregadas por gracia a su labor en el Cabildo de Santiago.
En dicha ocasión Araya pronuncia la solicitud: “Mi señor Gobernador, cumplí con mi deber, sin
intenciones de recibir una gracia, pero ya que se me quiere hacer merced de algo, prefiero que me
sean donadas las tierras de Quilpué, de esa hermosa hacienda cerca del mar que ya conozco. He
visitado esas tierras con Ud. mismo y no puedo borrar de mis ojos la belleza de sus paisajes, ni se mi
espíritu, tan delicioso clima; ni olvido el imán de sus montañas ligeras ni el esplendor de sus bosques
verdegueantes, de pájaros que nos embelesan con su trino al despertar de cada aurora. Si esto fuera
posible, señor Gobernador y amigo, lo estimaría, como el mejor de los premios”. Se dice que Araya
debió posponer un tiempo la celebración de este acontecimiento debido a las mejoras que debieron
efectuarse al camino de acceso. Los antiguos lavaderos de oro establecidos por los indígenas en el
Valle del Marga-Marga fueron mantenidos por Araya quien dio buen trato a los indígenas ya
establecidos. Estos asentamientos aborígenes, dieron forma a un caserío diseminado a lo largo del
Camino Real de Quillota a Casablanca, el que fue conocido como San José de Marga-Marga, y que
fue el verdadero y único centro poblado y administrativo del entero valle. En la realidad, el Cabildo
de Santiago tuvo que seguir dictando directrices para la buena administración de los lavaderos, y
hasta nombró un Alcalde de Minas, con residencia en San José de Marga-Marga, donde se
concentraba todo el quehacer del entero valle. Y las tierras donde actualmente se asienta Quilpué
continuaron baldías y abandonadas, salvo en algunos sectores a orillas del estero de Quilpué donde
se establecieron algunos rústicos ranchos de españoles. El hecho de que en todo el valle no se
conociera de acequías ni de canales de regadío testimonia que ni la ocupación pikunche ni la
dominación kitchwa ni la colonización española dieron importancia agrícola a este valle. Poco a
poco, como en otros sectores, se fue produciendo una división de la propiedad de la tierra y fueron
creándose nuevas haciendas, como la de Las Palmas, por ejemplo. ("Quilpué, historia de una
comuna", Brus Leguás C., 2002.).
A mediados del siglo XIX y definitivamente tras la construcción de la vía férrea, adquirió importancia
el pequeño caserío rústico de Quilpué, formado a lo largo del Camino Real de Valparaíso a Limache,
y perteneciente al Departamento de Limache.
El 14 de octubre de 1893 se creó la Comuna de Quilpué, con asiento en la aldea del mismo nombre,
y que abarcaba el territorio al norte de la cuenca del estero Marga-Marga, valle que pertenecía y
siguió perteneciendo al Departamento de Casablanca.
El 25 de abril de 1898, se otorgó a la entonces villa de Quilpué el título de ciudad. Quilpué nunca
había sido fundada, como es el caso de otras ciudades de Chile, hasta el 25 de abril del año 2008,
cuando se firmó el Acta Fundacional de la Ciudad. Como Valparaíso y otras ciudades que han nacido
en forma espontánea, Quilpué no tiene plano de calles (como Santiago, Quillota o San Francisco de
Limache) debida a un acto fundacional. Es por eso el desórden de calles en el centro de la ciudad,
que es el área donde aparecieron las primeras edificaciones, quizá ya en el siglo XVIII.
El documento fue firmado por el alcalde Mauricio Viñambres; el Gobernador Provincial, Ricardo
Bravo; el Párroco de Quilpué, Msñ. Jaime Dafonseca; el decano de los sacerdotes de Marga-Marga,
Pbro. Jorge Romero, y el Notario Carlos Swett.
Con el tiempo, Quilpué adquirió tal importancia que se convirtió en el centro poblacional y
administrativo de primer orden del valle entero, absorbiendo a aldeas como Paso Hondo, por
ejemplo, y enviando al olvido a Chircana.
Escudo de la comuna
El escudo de quilpué esta partido y cortado conformando tres campos, uno a su derecha y dos a su
izquierda.En el sector superior de su campo derecho en de azur trae un sol de oro en jefe y en punta
una Piedra Tacita de su color.
En su campo izquierdo superior en campo de gules, de plata un casco español (morrión), y sus armas
representando la sangre de los indios, primeros habitantes del actual Quilpué. Ambos elementos
conjugados están presentes en las generaciones de hoy.
En el campo inferior izquierdo y en campo de oro en razón de los lavaderos de oro que concentraron
la atracción hacia Quilpué, una tórtola acogiendo la traducción de la voz indígena Quilpue que
significa “lugar donde anida o habita la tórtola”.
El ornamento exterior de este escudo está constituido por ramas de vid en oro, producto abundante
que dieron las tierras de Quilpue y complementado con una corona mural que es relativa a ciudades.
Completa este escudo una divisa en oro con leyenda en sable, “I. Municipalidad de Quilpue ”.
El 21 de diciembre de 1983, siendo Alcalde el Sr. Arturo Longton Guerrero, por Decreto Alcaldicio
Nº 1185, se instuye el Escudo de Armas Oficial de la Comuna de Quilpue.
Al asumir la nueva administración comunal, en el año 2004, el alcalde Mauricio Viñambres inició un
intenso trabajo tendiente a posicionar a Quilpué como la capital de la Provincia de Marga Marga.
Un paso fundamental fue la reducción del histórico déficit de pavimentos, que en ese entonces era
de casi un 50%. Tras un intenso trabajo que implicó gestiones ante las autoridades de Gobierno y
un fuerte impulso a los Comités de Pavimentos Participativos, se ha logrado reducir ese déficit y hoy
día casi un 80% de las calles ya cuentan con pavimento.
Otro aspecto fue fortalecer la Educación Municipal, logrando la construcción de 3 nuevos
establecimientos, así como la ampliación y remodelación de las 25 escuelas y liceos de la comuna.
En materia de salud, se construyó el primer Cesfam en Los Pinos y actualmente está en ejecución
un nuevo Centro de similares características en Belloto Norte.
Provincia de Marga-Marga
Hasta el 11 de marzo de 2010, Quilpué perteneció a la Provincia de Valparaíso, fecha en que entró
en vigencia la ley que creaba la Provincia del Marga-Marga, cuyas comunas son Quilpué (como
capital), Villa Alemana, Limache y Olmué. El gran desarrollo demográfico que habían logrado estas
comunas respaldó la idea de subdividir la Provincia de Valparaíso.
Tradicionalmente las comunas de Quilpué, Villa Alemana, Limache y Olmué han sido consideradas
ciudades dormitorio, ya que la mayoría de su población economicamente activa trabaja en
Valparaíso y Viña del Mar. En el último tiempo el desarrollo comercial e inmobiliario de Quilpué, ha
diversificado las alternativas laborales en la comuna.
Demografía
Según los datos recolectados en el Censo del Instituto Nacional de Estadísticas, la ciudad posee una
superficie de 537 km2 y una población de 128.578 habitantes, de los cuales 61.329 son mujeres y
67.249 hombres.
Quilpué acoge al 8,35% de la población total de la región. Un 1,31% (1.685 habitantes) corresponde
a población rural y un 98,69% (126.893 habitantes) a población urbana.
No obstante lo anterior, se estima que, debido a los varios proyectos inmobiliarios que se han
implementado en la comuna, la población para 2008 ya está en los 150.000 habitantes.
Transporte
A tales estaciones acudían los productos de la tierra para ser embarcados hacia sus mercados y
destinos. En la actualidad, el Metro de Valparaíso está completando la implementación de la
modernización del sistema de transporte ferroviario entre las comunas de Valparaíso y Limache,
que es a lo que ha quedado reducida la red ferroviaria otrora orgullo nacional que a mediados del
siglo XIX unió la capital con el primer puerto de la República en una hazaña reconocida por todos y
en todas las esferas.
En pocas décadas después de concluida esa hazaña, que se sumaba a la del ferrocarril de Copiapó,
el primero de Chile y de Sudamérica, era posible viajar desde Quilpué a puntos tan extremos como
Puerto Montt e Iquique sin grandes problemas en un medio que era seguro, cómodo y no solamente
una arteria de comunicaciones sino un verdadero polo de desarrollo. Originalmente, el tendido
ferroviario debía seguir hacia el norte, alcanzando a Reñaca y luego a Concón. Pero un nuevo
experto que llegó a hacerse cargo de las obras de construcción determinó que era demasiado
peligroso aventurarse a construir el ferrocarril por las arenas y dunas que dominan el paisaje de
Reñaca y Concón, y osó aventurarse a proponer un nuevo trazado por la quebrada del estero de
Viña del Mar hasta Las Juntas, desde donde podía seguirse la quebrada que enmarca al estero de
Quilpué hacia el interior.
A esto se suman una serie de iniciativas que no pudieron concretarse como una línea 2 a Reñaca y
el soterramiento en Valparaíso por avenida Pedro Montt a la Aduana, ya que las fallas del Transporte
Urbano de Valparaíso que debía alimentar al Metro con pasajeros no permitieron el adecuado
desarrollo del sistema que, recién despuntando el 2011, logra cifras exiguamente azules.
Sumado a estas in eficiencias podemos darnos cuenta que, como todo trasporte en la actualidad, la
falta de continuidad en los recorridos del metro crea un ambiente parecido al metro de santiago,
donde a la circulación de gente aumenta, la incomodidad se acrecienta y los reclamos por parte de
los usuarios aumenta.
Si bien la modernización de esta linea férrea ha otorgado mejorar los tiempos de recorrido, sigue
sumando déficit.