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La Historia Del Presente o La Cuadratura Del Círculo PDF
La Historia Del Presente o La Cuadratura Del Círculo PDF
): La
Rioja, España, Europa. Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2006, pp. 33-43
(Texto básico, Bloque I)
En estas páginas voy a reflexionar sobre lo que entiendo por historia del presente
y a trazar sus rasgos diferenciadores frente a otras formas de hacer historia. No voy a
hablar de la historia contemporánea ni de las relaciones entre esta y la historia del
presente. Lo que sí hay que tener claro como punto de partida es ese principio
subrayado por el historiador E. H Carr de que la historia es un diálogo sin fin entre el
presente y el pasado.
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evolución paralela. En el primer país comenzó a desarrollarse la zeitsgeschichte o
historia contemporánea en el seno de diferentes institutos universitarios, y en Gran
Bretaña y Estados Unidos se empezó a diferenciar, en el marco de la modern history, un
período centrado en la época más reciente y que se configuraba con unas características
específicas. Esto se reflejó en la aparición del Journal of Contemporary History en
1966. Pero hasta principios de la década de 1980 no se comenzó a ver de forma clara la
emergencia de un nuevo dominio de la investigación histórica que en el mundo latino
tendría diferentes denominaciones: del tiempo presente, del presente, coetánea, actual,
reciente, inmediata, de nuestro tiempo, del mundo actual, de lo muy contemporáneo…;
términos que, con matizaciones, aluden a realidades similares. De todas ellas, la
denominación que me parece más acertada y que utilizaré es la de historia del presente.
Antes de precisar que se entiende por esta nueva forma de hacer historia hay que
señalar que continua abierto el debate sobre lo contemporáneo y la contemporaneidad.
Para una mayor clarificación pedagógica y por influencia de la historiografía francesa se
suele diferenciar entre la historia contemporánea “clásica” y la historia del presente. La
primera tiene su límite temporal inicial en el año 1789 y su límite final avanza en
función de lo que entendemos por historia del presente, como se verá. En el mundo
anglosajón y germano se siguen utilizando los términos contemporary history y
zeitsgeschichte para el estudio de épocas recientes, aunque podemos encontrar una
publicación de divulgación histórica con el título de History Today.
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cuadernos publicados se abordaban con un carácter de divulgación seria temas
candentes y “vivos” que siguen interactuando en nuestro presente más inmediato y
contribuyen a explicarlo, pero el planteamiento de los mismos no implicaba tampoco
ninguna innovación metodológica en la línea de una nueva forma de hacer historia.
En este punto quiero aludir a dos de las matizaciones que se hace a la historia del
presente desde la Asociación de Historia Actual (AHA) y desde el Groupe de Recherche
sur l’Histoire Inmediate (GRHI) creado en 1989, y que tiene su sede en la Maison de
Recherche de la Université de Toulouse-Le Mirail; ambas vienen implícitas en la
utilización de los términos actual e inmediata en vez de presente.
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que definirla cabría hacerlo como una corriente que se nutre, por un lado, de la
importante ampliación del marco teórico de la historia promovida por la historia del
tiempo presente y, por otro, de las aportaciones que la prospectiva y los estudios de los
futuros han realizado en la vía de restaurar la unidad de la secuencia pasado-presente-
futuro”.
En ambos casos se quiere ir más allá de la historia del presente, pero los
argumentos que se aducen para ello no suponen una superación de esta última, primero
porque la visión de futuro está implícita en las formulaciones tradicionales de lo que se
entiende por historia del presente, al igual que la de coetaneidad con el presente del
historiador y de los protagonistas-testimonios, y, en segundo lugar, porque esa
delimitación de los treinta años puede ser válida para algunos historiadores que se
mueven en los márgenes del presente, pero en ningún momento se ha aducido como uno
de los elementos configuradotes de la historia del presente. Precisaré ahora que entiendo
por historia del presente y cuáles son los rasgos que, a mi modo de ver, personalizan
esta forma de hacer historia.
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y se mantiene mientras ese pasado permanece como tal memoria viva. Es pues el lugar
donde pasado, presente y futuro se encuentran o convergen. En su deseo de impregnar
de historicidad al presente, Bédarida se remonta a San Agustín, de esta forma define el
presente como “el lugar de una temporalidad expandida que contiene la memoria de las
cosas pasadas y la expectativa de las cosas por venir”. Presente, pues, que se proyecta
hacia los márgenes de un pasado cercano y de un futuro próximo en el marco temporal
de la experiencia vivida; presente, en suma, que coincide con la duración de una vida
humana. En este sentido, a partir del momento en que no existe ningún superviviente de
una época determinada, deja de considerarse como historia del presente para convertirse
en historia contemporánea “clásica”.
Con respecto al primero hay que considerar que en un “presente actual” siempre
confluyen varias generaciones de protagonistas y de historiadores. Por ejemplo, todavía
estudiamos la Guerra Civil española de 1936-1939 como una historia del presente
porque podemos recurrir a testimonios de jóvenes combatientes o civiles, aquellos que
nacieron en torno a 1915-1920, así como de los que eran adolescentes o bien niños y
conservan recuerdos de esos años. En cuanto a los historiadores, son también distintas
las generaciones que se pueden acercar en un momento dado al análisis de ese periodo
con un bagaje de experiencias y una formación diferente si nos atenemos a esa variable
de la edad. Al respecto, es diversa la percepción sobre la guerra de un joven historiador
que empieza su camino en el ámbito de la investigación histórica, de aquél que lleva ya
años escribiendo e impartiendo docencia e incluso de quien, en una etapa madura, es
considerado un gran especialista en el estudio de esa parcela de la historia española
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reciente. En consecuencia el factor de la edad, aunque obvio, no puede dejar de tenerse
en cuenta por la historiografía del presente.
Junto a esta historia vivida o de la memoria colectiva, la historia que hacen los
historiadores orientada por los principios de la veracidad y de la objetividad y asentada
en el análisis crítico y contrastado de las fuentes. Historia centrada en un pasado
inmediato, mediato o remoto; asumida o cuestionada por la comunidad científica,
utilizada por los medios de comunicación y consumida por un público diverso. Historia
que se asienta en todo tipo de documentos que se signifiquen como huella o indicio del
pasado, pero frágil y volátil porque cada nueva generación necesita repensar el pasado
en función de sus necesidades y aspiraciones presentes.
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La aceptación de este principio tan querido para la historiografía tradicional
lleva a que se pierda el conocimiento que una generación tiene de su época. La historia,
como todo conocimiento, es un saber acumulativo. Una generación de historiadores
siempre continua la labor desarrollada por sus predecesores, pero a su vez tiene derecho
a pensar, hacer y escribir su propia historia. Como ya dijera Lucien Febvre es en
función de la vida como se interroga al pasado, y hoy más que nunca es necesaria una
historia del presente que de sentido a la época de cambios acelerados en la que vivimos.
2. Carencia de objetividad
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lugar del planeta gracias a unos medios de comunicación cada vez más poderosos, los
rápidos avances científicos y tecnológicos…; todo ello hace que el científico social y
por ende el historiador tengan que enfrentarse a una ingente cantidad de nuevas y
variables informaciones, que les obligan a revisar de forma continuada los
planteamientos teóricos y metodológicos de sus disciplinas. Pero esto no es un problema
que afecte sólo al historiador del presente, también el que investiga épocas lejanas en el
tiempo tiene que replantear sus presupuestos epistemológicos y su metodología de
trabajo, pues los avances tecnológicos han modificado las formas de acceso al
conocimiento de manera impensable hace unas décadas.
Por otra parte, las fuentes que maneja el historiador están sometidas a cambios
tecnológicos que conducen de forma continuada a redefinir las bases sobre las que
tradicionalmente se han asentado las disciplinas auxiliares. A esto se une la necesaria
interdisciplinariedad de la historia (no sólo de la historia del presente) con otras ciencias
sociales y la utilización de métodos y técnicas de estas últimas. Esto no se debe ver
como una limitación para la historia sino como una fuente de enriquecimiento. Además
el historiador cuenta con tres elementos metodológicos que le permiten ir más lejos que
cualquier otro científico social: la temporalidad, la globalidad y la capacidad de síntesis.
En cuanto a la temporalidad, la historia no es una ciencia del pasado sino de las
“sociedades en el tiempo”. Esto hace que no excluya de su objeto de estudio ningún
período cronológico y que potencie la visión de lo temporal como un “continuum” hacia
atrás y hacia delante desde el presente. En segundo lugar, el historiador, a diferencia de
otros científicos sociales, necesita aunar todos los elementos que intervienen en un
proceso para ver como se interrelacionan e influyen entre sí. Esta percepción global de
los fenómenos históricos le permite, por último, desarrollar la capacidad de síntesis
necesaria para poder dar sentido e interpretar el conjunto de factores que se encuentran
en la base de todo fenómeno histórico.
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margen de la época que analice, porque: trabaja con los conceptos de temporalidad y
cambio; trata de “agotar” las fuentes sobre aquello que investiga; analiza e interpreta y
aborda el estudio de los hechos históricos con un sentido de globalidad y síntesis como
ya he destacado.
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del presente utiliza otras fuentes como la prensa, radio, fotografía, cine, televisión… y
objetos de todo tipo; porque para él como para otro historiador que investiga una época
lejana, todo indicio puede ayudarle en la reconstrucción del pasado. Esta amplitud de
fuentes tan diversas contribuye a darle una visión amplia y compleja del proceso
estudiado.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
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- NAVAJAS ZUBELDIA, C. (ed.) (2004): Actas del IV Simposio de
Historia Actual. Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 2 vols.
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