Está en la página 1de 2

Hola Angel Cesar,

Soy tu papá. Sí. Ya ha pasado un año. 365 días juntos. Bueno


en realidad mucho más, porque desde el primer día en que
supimos de tu venida no he dejado de sentirte a mi lado.

Ha sido el año más intenso, emocionante, acelerado y loco de


toda mi vida. Y gracias a Dios que me dio la dicha de ser tu
padre. Gracias por ser todas las respuestas a mis preguntas, a
mis inquietudes y de ser pate de mí. Mi bebe. Que te miro y has
dejado de serlo. Parloteas, haces mímica, eres el rey de las
caras, comes como si no hubiera un mañana, te relacionas, te
haces entender, eres cariñoso pero también eres mi pequeño
salvaje, mi perdición, mi locura. Tienes un genio incontrolable, y eso me gusta. Pero a
veces cuesta mantener la calma…

Todavía recuerdo las carrearas para llegar al hospital, tener que dejar a tu mami
desamparada en la puerta del hospital para conseguir las cosas que me pedían para
que pudiese ingresar, y cuando llegue la tremenda noticia de que ya era papá. Pedir a
gritos que me permitieran verte, la incertidumbre de saber cómo estaban tú y tu mamá.
Y la emoción que sentí cuando por primera te vez te vi, aunque fue solo un instante,
aunque ni siquiera pude tocarte, me sentí el hombre más dichoso y lleno de felicidad.

No podía creer que ya habías nacido, que ya no la espera de haberte soñado tantas
veces se había hecho realidad. Y todavía te miro y me lo pregunto. Y aunque me falte
el aliento, aunque no duerma, aunque tus arranque de llanto incontrolables, no lo
puedo negar. Ser tu Padre es lo más hermoso y reconfortante que en mi me ha podido
pasar.

Me has cambiado tanto la vida que me parece imposible que sólo haya pasado un año.

Ha sido tan extraordinario verte crecer y acompañarte en cada momento de verte


levantarte solo, de escucharte decir papá, de mirarte dar tus primeros paso y todas
esas palabras que lograr balbucear, que me muero de ganas todos los días de seguir
descubriendo la vida contigo y verte lograr algún día alcanzar, todos los sueños que te
propongas lograr. Aunque siento una pena profunda porque el tiempo se me va de las
manos. Me da miedo no saber aprovecharlo lo suficiente y es por ello que todos los
días doy gracias a Dios por darme un día más de vida a tu lado y le pido que me
permita verte crecer, y poder ofrecerte todo lo que necesites para que algún día seas
un hombre de bien. Echo de menos esa cosita pequeñita que salió pegada a mí del
hospital, que me daba miedo hasta abrazar.
Y hoy, te prometo que voy a estar siempre a tu lado, para darte mi mano de apoyo para
que puedas lograr cada uno de tus sueños, para darte el apoyo en todo momento, para
defenderte de tus miedos, para seguir manteniendo las palabras que siempre te digo
cada noche al irte a dormir: “Papá está aquí para cuidarte”. Dios te bendiga hijo mío,
hoy, mañana y siempre.

Feliz cumpleaños, mi Bebé.

También podría gustarte