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ADMINISTRACION PÚBLICA TERRITORIAL

TEORIAS DEL ESTADO

TEMA:

Escrito: política una introducción

PRESENTADO POR:

JOSE ARMANDO TELLEZ

SANTIAGO DE CALI 10 JULIO 2019


Política: un término familiar y controvertido
El término política se usa por todo el mundo de modo habitual, pero tiene multitud de
sentidos diferentes. Muchos de esos sentidos son negativos. Pero también moviliza y
despierta emociones.
Política es término multívoco, dotado de distintos sentidos, según el ámbito y momento
que se emplea; se asocia frecuentemente con conceptos solemnes que la gran mayoría
tiende a respetar (libertad, justicia, igualdad, paz,
Seguridad, bienestar)
Se debe considerar a la política como una práctica o actividad colectiva, que los miembros
de una comunidad llevan a cabo Su finalidad es regular el conflicto entre grupos. Su
resultado es la adopción de decisiones que obligan (por la Fuerza) a los miembros de la
comunidad. El origen de estos conflictos se sitúa en las diferencias sociales, que tienden
a ser desigualdades. Aquí la política aparece como respuesta colectiva al desacuerdo y
toma el rol de regulación de la tensión social.

Lo que la caracteriza es el intento de resolver las diferencias mediante una decisión que
obliga a la sociedad, esta Decisión se ajusta a reglas y pautas. El cumplimiento obligado
de las decisiones policías incluye la capacidad de obligar mediante el uso de la fuerza,
esta es una gran característica de la política (otra formas de control social, la toman como
ultima opcion)
El término usado es regulación o gestión del conflicto, evitando mencionar a la solución
del conflicto, ya que esta
Sugiere la idea de una salida satisfactoria para todos los implicados.
Por lo tanto la política no consigue siempre solucionar los conflictos, lo que procura es
preservar una relativa cohesión Social, dada garantía de que la cohesión persistirá porque
las tensiones producidas pos desequilibrio y las distintas internas serán reguladas de un
modo suficientemente aceptable para la mayor cantidad de los miembros. Así puede
verse que la política es ante todo constructora de la sociedad.

La desigualdad se da porque no todos gozan de las mismas oportunidades para acceder


a los recursos básicos que facilitan el desarrollo de sus capacidades personales

La política como gestión del conflicto social

El libro define política como la práctica o actividad colectiva que los miembros de una
comunidad llevan a cabo a fin de regular los conflictos entre grupos, siendo su resultado
la adopción de decisiones que obligan a los miembros de la comunidad.
La especie humana necesita de la comunidad para desarrollarse, y esta comunidad
alberga siempre discordias y antagonismos, derivados del control de recursos, el disfrute
de beneficios y derechos o de ideas y valores. La razón última que aducen los autores
como origen de las discordias es la desigualdad.
Ante la incertidumbre, la política es la respuesta colectiva al desacuerdo, y surge cuando
otros modos más básicos de gestión del conflicto resultan insuficientes (fidelidad familiar,
cooperación amistosa o transacción mercantil) La decisión vinculante, ajustada a un
conjunto de normas o pautas y basada en la posibilidad del uso de la fuerza física, son los
aspectos diferenciales de la política.
Con la política los conflictos no desaparecen, sino que se transforman, por eso se habla
de gestión y no de solución. La política busca mantener la cohesión social, evitando el
riesgo de desintegración. La política es un seguro colectivo ante el riesgo de derrumbe del
edificio social. La política construye sociedad.

En la raíz del conflicto social

La política puede entenderse entonces como la gestión de las desigualdades sociales,


que el libro define como desigualdades de oportunidad de acceso a los recursos básicos
que facilitan el desarrollo máximo de las capacidades personales, y que por tanto son
diferencias de “situación”. Las diferencias de situación crean fracturas o “cleavages”
sociales, no solo materiales sino también de percepción. Desde esta perspectiva el origen
de la política puede atribuirse a una desigual distribución de valores en una sociedad y a
los intentos de corregirla (Easton).
Algunas teorías sociales buscan definir la fractura clave, y la sitúan en la divisoria de
clases sociales, la diferencia de géneros, o la distinción elite-masa.

Las fronteras variables de la política


Con la evolución de las sociedades y sus conflictos, las fronteras de la política se
desplazan acompañando dicho proceso.

Puede decirse, por tanto, que las fronteras de la política se van alternando a lo largo de la
historia de los pueblos. Y que esta alteración dependerá tanto de cambios técnicos y
culturales, como de la capacidad de los actores para someter —o para sustraer— sus
disputas a esta gestión de carácter vinculante.

Las etapas de la politización

Según los autores, serían 4 las etapas que pueden llevar a la politización de una
diferencia social:
a) Distribución desigual de valores y recursos percibida como inconveniente.
b) Toma de conciencia de la desigualdad y expresión de demandas/exigencias
c) Movilización de apoyos a la demanda
d) Traslado del conflicto al escenario público, reclamando una decisión vinculante para
toda la comunidad, apoyada en la coacción que administran las instituciones públicas.
La ausencia de política en condiciones de desigualdad permite jugar con ventaja a los
grupos que ocupan las posiciones más favorables.

Señalamos a continuación algunas cuestiones que provocan hoy el debate social en


muchas comunidades y que se han trasladado al ámbito político. • ¿Deben ponerse
condiciones legales a la procreación asistida? ¿Deben prohibirse las «madres de
alquiler»? • ¿Tienen derecho los fumadores a los trasplantes de corazón? • ¿Puede un
empresario despedir libremente a sus trabajadores? • ¿Debe estar abierta la universidad a
todos los que desean acceder a ella? • ¿Por qué hay que subvencionar con fondos
públicos la actividad de los agricultores y no la de los otros actores económicos? • ¿Debe
fijarse por ley la paridad de género —hombres y mujeres— en las candidaturas
electorales de los partidos? • ¿Hay que controlar la producción y el comercio de alimentos
genéticamente modificados? • ¿Debe impedirse la fusión de grandes empresas
transnacionales de comunicación? Sobre cada una de estas cuestiones, un análisis
politológico debe plantearse algunas preguntas: • ¿Qué factores hacen que estas
cuestiones sean controvertidas? • ¿Qué grupos o actores sociales son los protagonistas
de cada debate? • ¿Qué argumentos y recursos utilizan? • ¿En qué sentido pretenden
influir sobre la situación preexistente?

¿Sociedades sin política?

Según algunos autores serían posible en sociedades que hayan eliminado las diferencias
que dan origen a las tensiones, pero muchos otros no consideran previsible una sociedad
sin diferencias, por lo que la política sería siempre necesaria.
Se da el ejemplo de los postulados anarquistas, que pugnaban por la desaparición del
Estado.

«Sociedad sin política? Tal vez pueda darse en el futuro una comunidad donde se hayan
eliminado determinadas diferencias, consideradas como la raíz de las tensiones. Si tales
diferencias desaparecieran, los conflictos se irían atenuando, el riesgo social disminuiría y
la política se iría haciendo cada vez menos necesaria, hasta su completa «evaporación».
Así lo han sostenido algunos autores, de los que se han derivado propuestas políticas,
ciertamente orientadas a este fin. Otros, en cambio, entienden que no es previsible una
comunidad sin diferencias, sean las que hemos conocido hasta el momento presente,
sean nuevas diferencias todavía por aparecer. Para éstos, por tanto, persistirán las
tensiones que hacen necesario el recurso a la política, aunque con formas y expresiones
diversas de las que hemos conocido hasta hoy.

Algunas definiciones de política


La política como control sobre personas y recursos
La política como actividad desarrollada a través de un sistema de instituciones públicas
La política como actividad dirigida por valores de orden y equilibrio social
La política como atribución de bienes públicos
La política como una actividad vinculada a la defensa de la comunidad contra una
amenaza exterior. Está claro que estas definiciones tienen puntos comunes, se influyen y
complementan. Pero se distinguen por el énfasis que colocan en alguna de las
manifestaciones de la política: el poder, la institucionalización, los sistemas de valores, la
violencia organizada.

La idea de poder se hace inseparable de la idea de política. ¿Pero qué es el poder


político? En el intento de definirlo, se distinguen dos grandes líneas de interpretación:
1) El poder como un recurso: Se trata de entender el poder como una cosa que se
posee. Esta visión tiene un fuerte componente de imposición
2) El poder como efecto de una relación: Se trata de entender el poder como una
condición que depende de estar situado adecuadamente, de encontrar la buena posición.
Se trata de una concepción estratégica
El libro destaca la interrelación de estas dos visiones, y aporta una definición conjunta, en
la que el poder político podría entenderse como la capacidad de intervención en la
regulación coactiva del conflicto social. Según la perspectiva que adoptemos, esta
capacidad de intervención se basará en el control de determinados recursos o en la
situación relativa que se ocupe frente a los demás.
El poder político como capacidad de propuesta y de impulsión, de resistencia y de
bloqueo

Coacción, influencia, autoridad


El poder político está hecho de 3 componentes: coacción, influencia y auctoritas

La coacción o fuerza, recurre a la amenaza para producir temor y lograr la acción/inacción


de otros
La influencia recurre a la persuasión para producir confianza y lograr la acción/inacción de
otros
La auctoritas recurre a la reputación para producir confianza y lograr la acción/inacción de
otros

Casi siempre el poder se manifiesta combinando los 3 componentes. Es habitual que al


ejercer la coacción o la fuerza, el poder se intente revestir de auctoritas para legitimarse.

¿Cómo se manifiesta el poder político?

El libro define tres niveles de manifestación del poder político, a saber:


1) Los actores se esfuerzan por incidir directamente sobre el desenlace final de un
conflicto
2) Es un nivel más sutil en el que los actores buscan que el asunto no se “politice” y
actúan para retirar el debate del ámbito público
3) Un nivel aún más encubierto, según algunos autores, en el que lo se pretende es
que una situación de desigualdad o desequilibrio directamente no se visualice como
conflictiva.
En su concepción tradicional el poder es un ejercicio de suma cero: quien tiene poder se
lo está quitando a otro. El libro da cuenta de la visión alternativa de Macpherson, que
considera que en una sociedad sin desigualdades el poder podría no actuar a costa de
nadie sino en beneficio de todos. El libro pregunta si esa capacidad debería seguir
llamándose poder o no.

La otra cara del poder: la legitimidad


El poder intenta justificar sus acciones, presentándolas como “justas” y merecedoras de la
aceptación voluntaria de todos los actores. Esta actitud del poder tiene que ver con la
definición de política como mantenedora de la cohesión social, ya que esta cohesión se
mantiene en la medida en que las decisiones del poder corresponden con las creencias y
valores imperantes en la sociedad. El poder exhibe siempre dos caras: la coacción o
amenaza por un lado, y la legitimidad por el otro. Maquiavelo escribió que el Príncipe
debe dotarse de la fuerza de un león y la astucia de un zorro.

De donde nace la legitimidad


Interpretando a Weber, los autores distinguen tres fuentes de legitimidad:
1) La tradición: adecuación de la propuesta a los usos y costumbres del pasado
2) La racionalidad: adecuación de la propuesta a fines y medios
3) El carisma: adecuación por confianza en un liderazgo personal con dotes de
seducción

El libro añade una cuarta fuente de legitimidad: el rendimiento, es decir, fundar la


legitimidad en el resultado de las propias actuaciones del poder.
El poder intenta contar con todas las fuentes de legitimidad posible.

Las decisiones del poder se consideran legítimas cuando se ajustan a los valores y
creencias dominantes en una sociedad. La legitimidad vincula el poder con ideas y
valores imperantes.

Por ejemplo: las políticas segregacionistas que establecen una discriminación entre
grupos étnicos han contado con legitimidad suficiente —y, por tanto, han sido
relativamente fáciles de ejecutar— en épocas y sociedades en que la ideología dominante
ha admitido que hay superioridad de una raza o grupo étnico sobre otras.

Legitimidad, legalidad y constitución


La legitimidad evoca la conformidad de un mandato o de una institución con la ley, siendo
la legitimidad racional la que se ampara en normas estables y formalizadas (actualmente,
las leyes y constituciones)
Legitimidad y legalidad no deben confundirse. La legalidad se limita a la correspondencia
de una decisión con la ley, mientras la legitimidad tiene un sentido más amplio al expresar
la correspondencia de una decisión con un sistema de valores sociales.
La máxima coincidencia de legalidad y legitimidad es garantía de que el poder político sea
estable y aceptable por la comunidad. Hay que entender, por tanto, que las propuestas
de reforma legal —o de reforma constitucional— que afectan a cuestiones como las
citadas responden a la necesidad de acomodar las normas vigentes a los cambios que se
producen en las ideas y los valores sociales mayoritarios. La máxima coincidencia posible
entre lo legítimo y lo legal es garantía de que el poder político sea estable y aceptable por
la comunidad.

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