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ANÁLISIS DE LIQUIDEZ
La comprensión de la problemática de la liquidez es sumamente importante en el
estudio de la administración financiera ya que está ocupa la mayor parte del tiempo de
que disponen los administradores en el manejo de las empresas y mucho más cuando
se viven situaciones difíciles en la economía.
La Razón Corriente
Este indicador tiene limitaciones para ser utilizado como medida para diagnosticar
acerca de la liquidez de la empresa, principalmente por que las cifras con las cuales se
calcula este índice son las que aparecen en el Balance de final del período, es decir, los
valores del activo y el pasivo corriente el último día de operaciones. Ello hace de la
razón corriente una medida estática y fácil de manipular por quienes puedan tener
interés en distorsionar la verdadera situación de liquidez de la empresa, con lo cual la
excesiva confianza en su uso lo puede tornar aún más peligroso, veamos un ejemplo.
Supongamos además, que por presentación ante los asociados y acreedores, la junta
Directiva de la empresa ha establecido como política mantener una razón corriente de 2
a 1. Con los datos anteriores este objetivo no se cumple, pues la real es de 1.5 a 1
(300/200 =1.5)
Obsérvese que si la gerencia decide pagar el último día del periodo $100 a los
proveedores (aún sin estar vencidas las facturas), el índice se puede transformar en el
deseado ya que se disminuye en $100 tanto el activo como el pasivo corriente, veamos:
300 – 100 = 200 = 2
200 – 100 1
Otra forma de manipular este índice consiste en trasladar pasivos corrientes al renglón
de pasivos a largo plazo antes de finalizar el período contable con el fin de aumentar la
proporción, regresándolos a su renglón original al comenzar el período siguiente.
Aunque el uso de la razón corriente para medir la liquidez tiene todas las limitaciones
mencionadas, no quiere decir que no tenga aplicación alguna, por el contrario, puede
ayudarnos en el examen de otros tópicos de importancia en la empresa. Se insiste en
que el peligro radica en utilizarla como única medida de liquidez.
La razón corriente puede darnos una idea acerca del respaldo que hay sobre los
pasivos corrientes, aunque se sigue presentando la limitación que surge del hecho de
que la calidad de los activos corrientes es factor decisivo en cualquier estudio de este
tipo.
Podríamos resumir diciendo, que la razón corriente es muy baja con respecto al objetivo
no significa iliquidez misma sino más bien un mayor riesgo de que la empresa enfrente
una situación de iliquidez si se dan cambios inesperados en el entorno.
El Concepto de Rotación
El ciclo de liquidez. Para formarse una idea general sobre la forma como rotan los
activos corrientes en la empresa, se utiliza el índice denominado rotación de activos
corrientes, también llamado rotación de capital de trabajo, el cual ilustra sobre la forma
como se “mueve” el capital de trabajo del negocio y por ende, dos da una idea sobre el
buen manejo de éste, porque si la velocidad con que se convierten en efectivo los
activos corrientes es superior a la velocidad con la cual deben pagarse los pasivos
corrientes, puede suponerse que la empresa asegura, en buena parte, su liquidez.
Rotación de Cuentas por Pagar. Este índice da una idea de la forma como se está
manejando el crédito con los proveedores. Se calcula así:
Compras a Crédito
Promedio de C x P
Una rotación baja, implica que el momento del pago está por encima del plazo
concedido por los proveedores, lo que puede sugerir una posible incapacidad de la
empresa para recurrir a otras fuentes de financiación o problemas en la rotación de los
activos corrientes que impiden el pago oportuno de los pasivos corrientes. Igualmente,
puede ser consecuencia de que la empresa está apoyando parte de su proceso de
crecimiento en la financiación de sus proveedores, lo cual es supremamente
arriesgado.
Rotación de las Cuentas por Pagar. Este índice muestra las veces que las cuentas
por cobrar, también llamada “cartera”, son convertidas en efectivo durante el período y
se calcula así:
Ventas a Crédito .
Promedio de C x C
Lo más usual es que este indicador se expresa en días dividiendo 360 por la rotación
obtenida, expresada así da una idea del promedio de días que la empresa se demora
para recuperar un peso (o unidad monetaria), invertido en cartera. Comparando esta
cifra con la política de crédito de la empresa podemos formarnos una idea acerca de la
efectividad del departamento de cobranzas. Por ejemplo, un índice de 4.6, implica que
se está cobrando en promedio cada 79 días (360/4.6), si la política de crédito establece
60 días de plazo es porque los clientes se están demorando un promedio de 19 días
más para pagar.
Expresada en días nos da una idea del tiempo que podría abastecerse el
inventario de producto terminado si se suspendiera el suministro de materiales a
la producción, aunque como en el caso de las materias primas también es sólo
una cifra aproximada pues está suponiendo que ya están incluidos todos los
materiales y esto no es siempre cierto.
Activos corrientes
Pasivos corrientes
Hablando en sentido figurado puede decirse que éste es el patriarca de los índices de
liquidez. Por mucho tiempo se consideró por parte de los acreedores como la prueba
infalible de la capacidad de pago a corto plazo de una empresa. Y en su momento esto
tenía su razón de ser.
A principios del siglo, en pleno desarrollo industrial, cuando los mercaos eran más de
demanda que de oferta, es decir, que se hallaba en su etapa inicial de crecimiento, se
suponía que las empresas tenían mucha certeza acerca de la posibilidad de colocar su
producción en el mercado. Por lo tanto, problemas de inventarios y cuentas por cobrar
no cabían en la imaginación del empresario, quien dirigía sus esfuerzos más a la
actividad de mercadeo que a la financiera ya que debido a lo anterior las fuentes de
financiación eran de relativo fácil acceso.
La prueba Ácida. También se le denomina “índice de liquidez inmediata”. Es una
extensión de la razón corriente y se calcula así:
Este índice se originó cuando, al cambiar el riesgo de los mercados, los acreedores
aumentaron su percepción del riesgo y quisieron por lo tanto, encontrar una fórmula
para medir la liquidez, que les informara sobre la posibilidad de una recuperación
inmediata de sus acreencias en caso de un suceso inesperado. Fue así como llegaron
a la Prueba Ácida, con el argumento de que los inventarios, por ser más lentos de
convertir en efectivo, pues debían pasar previamente por un proceso de transformación,
acumulación y venta, no representaban una garantía apropiada al momento de tener
que liquidar un negocio y que por lo tanto debían excluirse del activo corriente para
efectos de medir la liquidez inmediata.
Activos corrientes
Total activos
Ciclo de Caja. El ciclo de caja lo definiremos como el tiempo promedio que transcurre
entre el momento de desembolsar los costos (compras de materias primas o productos
manufacturados y costos de conversión), hasta el momento de recaudar la cartera.
También podemos definirlo como el período de tiempo que, dentro del sistema de
circulación de fondos, la empresa realmente compromete efectivo.
El momento del desembolso que implican los costos está determinado, en promedio,
por la rotación de cuentas por pagar:
Ventas netas .
Promedio de activos corrientes
Dicha rotación de activos corrientes está determinada por las veces que en un período
contable un peso (o unidad monetaria), circula a través del ciclo de liquidez de la
empresa, esto equivale a decir, las veces que el activo corriente se convierte en efectivo
durante un periodo.
Otra forma de expresar la rotación del activo corriente es definirla como la capacidad
que la empresa tiene de generar un volumen determinado de ventas con respecto a un
volumen determinado de inversión en activos corrientes y en este sentido
consideraremos este indicador como una medida de eficiencia empresarial, en el
sentido de que los esfuerzos de gestión en lo que a rotación de capital de trabajo se
refiere, deberán estar enfocados hacia la generación del mayor volumen de ingresos
posible manteniendo el mínimo volumen de KT.
El valor del activo corriente promedio resulta de la suma de los valores de dicha partida
de los Balances del período que se encuentren disponibles y dividiendo el resultado por
el número de datos obtenidos para la sumatoria. Por ejemplo, si contamos con los
Balances de todos los meses del año, sumaremos los correspondientes valores del
activo corriente y dividiremos por 12.
Ventas
KTNO
Recordemos que el KTNO es igual a las cuentas por cobrar, más los inventarios menos
las cuentas por pagar a los proveedores de bienes y servicios de la empresa. No se
consideran los saldos de efectivo porque por principio financiero estos deberían
aproximarse a cero (O), si hubiera inversiones temporales tampoco se incluyen ya que
se consideran partidas no relacionadas directamente con la operación. Tampoco se
consideran las obligaciones financieras corrientes ya que no existe una relación directa
de casualidad entre su monto y el volumen de operación de la empresa.
El resultado que se obtiene reflejo la cantidad de pesos que una empresa vende por
cada peso invertido en KTNO. Es, por lo tanto, una medida más pura de la eficiencia
con que en una empresa se aprovechan los recursos con el propósito de aumentar su
valor.
ANÁLISIS DE LA RENTABILIDAD
Se entiende por rentabilidad el beneficio que un inversionista espera por el sacrificio
económico que realiza comprometiendo fondos en una determinada alternativa. Desde
el punto de vista de la empresa la definiremos como le medida de la productividad de
los fondos comprometidos en ella.
Rentabilidad del Activo. Tal como se explicó antes, este se calcula con base en la
utilización de la utilidad operativa (UAII), en el numerador. Pero debe aclararse el hecho
de que ello es así sólo cuando el propósito del análisis es realizar una comparación con
el costo de capital o como veremos más adelante, con la tasa de interés que se
reconoce a los acreedores.
Calcular la rentabilidad del patrimonio utilizando como base la utilidad operativa no tiene
sentido ya que esta no es la utilidad que queda disponible para los propietarios.
Concepto de Rentabilidad
La rentabilidad es la medida de la productividad de los fondos comprometidos en un
negocio y desde el punto de vista del análisis a largo plazo de la empresa, donde lo
importante es garantizar su permanencia y crecimiento y por ende, el aumento de su
valor, es el aspecto más importante a tener en cuenta.
Lo anterior no implica que la rentabilidad siempre sea más importante que la liquidez.
Ya antes habíamos del dilema que existe entre estos dos elementos, que al representar
metas que el administrador financiero siempre debe lograr pueden implicar un problema
de decisión para éste ya que por tratar de alcanzar una de ellas puede ir en detrimento
de la otra, situación que generalmente se presenta en las decisiones de corto plazo.
Dado que lo que genera rentabilidad es la inversión en activos que la empresa realiza al
principio del año, es decir, el valor de mercado de sus activos de operación en ese
momento, la rentabilidad operativa debe ser calculada considerando esta condición. Es
decir, que calcularla con el valor de los activos al final del período no es lo más
apropiado aunque a veces, por limitaciones de información, así deba hacerse.
Igualmente, si durante el período se dieran grandes inversiones en activos que hayan
tenido un efecto importante sobre la generación de utilidad operativa, puede utilizarse el
valor promedio dividiendo, pro ejemplo, la suma del valor de principio y final del año o
período en cuestión, entre dos, o cualquiera otra forma de acuerdo con la cantidad de
información disponible. Una buena alternativa a aplicar cuando se utiliza el promedio de
los activos para el cálculo de la rentabilidad consiste en restar las utilidades del periodo
de los activos al final de éste.
Si la utilidad operativa que produce una empresa es la cifra que debe compararse con
los intereses que produce una inversión financiera, entonces podemos afirmar que
dicha utilidad representa ni más ni menos que los intereses que produce un monto de
dinero invertido, no en un depósito a término, sino en unos activos que adoptan la forma
de empresa y no de un título valor. Al relacionar la utilidad operativa con los activos que
propician su generación obtenemos una tasa de interés que es, por lo tanto, la tasa de
interés que producen los activos de la empresa o tasa de interés que ganan la empresa
y que como indicador financiero es la rentabilidad del activo antes de intereses e
impuestos o rentabilidad operativa del activo.
De la utilidad operativa se descuentas los intereses, los cuales, al combinarse con los
demás costos implícitos en los pasivos de la empresa (como por ejemplo el costo de los
proveedores), permiten determinar la tasa de interés que ganan los acreedores y que
se calcula como el costo promedio ponderado de los pasivos.
En la figura No. 6 resume lo que acabamos de describir en él puede verse cómo lo que
hay implícito en el Balance General es una relación entre cada uno de los bloques que
lo conforman, con una determinada tasa de interés. Es importante destacar cómo
dichas tasas de interés están expresadas antes de impuestos, lo cual no limita para
nada el análisis ya que lo normal es que, comercialmente, las tasas de interés se
expresen antes de impuestos. De todas formas, si realizáramos el análisis después de
impuestos, se llegaría a las mismas conclusiones y como en este caso el propósito es
facilitar el lector la comprensión del que tal vez es el concepto más importante de las
finanzas empresariales, la utilización de tasas antes de impuestos le permite visualizar
mejor las relaciones.
ACTIVOS PASIVOS Tasa de interés que ganan
los acreedores
COSTO PROMEDIO
I% PONDERDO DE LA
UAII =% DEUDA
Activos
PATRIMONIO
UAI =%
Patrimonio
Analicemos ahora la relación que debe existir entre estas tasas de interés.
Comparemos primero la rentabilidad del patrimonio con la tasa de interés que ganan los
acreedores: ¿cuál debería ser mayor?
Una breve reflexión nos conduce a concluir que debe ser mayor la tasa de interés que
ganan los propietarios (rentabilidad el patrimonio), por un lado porque corren mayor
riesgo y por el otro porque si no fuera así, sería preferible para ellos liquidar su
inversión y más bien convertirse en acreedores de la empresa, por lo tanto:
UAI > I%
Patrimonio
El mayor riesgo que corren los propietarios con respecto a los acreedores se manifiesta
de varias formas:
De nuevo, una breve reflexión nos conduce a concluir que debe ser mayor la
rentabilidad del activo, pues de no ser así implicaría que la entidad contrata deudas a
una tasa de interés, para colocar los fondos que ellas representan, en activos que
generan un tasa menor y esto no es razonable, los pasivos se asumen con el propósito
de ponerlos a producir una tasa mayor que su costo. Por lo tanto, la situación ideal en
una empresa es que entre estas dos medidas se dé una relación como la siguiente:
UAII > I%
Activos
Por último, ¿que relación debería existir entre la rentabilidad del activo y la del
patrimonio?
Realmente no es fácil determinar a simple vista. Diremos en principio que debe ser
mayor la rentabilidad del Patrimonio que la del Activo justamente como consecuencia
de lo anterior, es decir, de que se obtenga una Rentabilidad del Activo superior al costo
de la deuda, o sea:
Lo anterior implica afirmar que existe una relación de causalidad entre esta última
desigualdad y la anterior.
Podemos concluir que la única situación que favorece los asociados es cuando se
presenta la siguiente relación entre las tasas de interés o rentabilidades antes
mencionadas.
Por eso al mencionar la desigualdad se dijo que ésta representaba la única situación
favorable para el accionista, más no la óptima. Por lo tanto debemos concluir que dicha
situación óptima se dará cuando se cumpla la desigualdad y además que también la
Rentabilidad del Patrimonio sea mayor que a la tasa mínima esperada por los
propietarios, o sea:
TMRR < UAI > UAII > I%
Patrimonio Activos
Si los proyectos que se llevan a cabo conforman el activo de la empresa (la empresa en
sí misma es un proyecto), quiere decir que la rentabilidad del activo antes de intereses
e impuestos o rentabilidad operativa del activo, es la medida a confrontar contra el
costo de capital (CK), de manera que la esencia de los negocios también se podría
determinar mediante el análisis de una relación como la siguiente:
UAII > CK
Activos
Démosle una rápida ojeada a la aritmética de esta desigualdad y para ello veamos un
ejemplo, supongamos que la TMRR del accionista es del 38%. De acuerdo con esto el
CK se obtendría como aparece en el cuadro No. 8.
Sin embargo, obsérvese que esto se esta dando debido a que asumimos una TMRR del
accionista inferior a la rentabilidad que realmente obtuvo, que fue del 52%. ¿Qué
pasaría si la TMRR del propietario fuera, por ejemplo, el 55%?
El CK sería el 43%, valor que sería mayor que la rentabilidad del activo del 42%.
Obsérvese cómo, aunque el propietario obtendría una rentabilidad mayor que el costo
de la deuda (52% > 27%), no alcanzaría a satisfacer su tasa mínima esperada del 55%
por el hecho de que el rendimiento sobre los activos no superaría el costo de capital, lo
cual significa que si una empresa no alcanza una rentabilidad superior al CK, aunque
superior al costo de la deuda, los propietarios no obtienen su TMRR.
Quiere decir, entonces, que las dos desigualdades propuestas para analizar la
rentabilidad del activo se refieren a lo misma y por lo tanto pueden ser utilizadas
independientemente para explicar el atractivo de una empresa. Por lo tanto:
UAII > CK
Activos
Pasivo total
Activo total
Como el activo total tomado por su valor en libros no representa el verdadero valor de la
inversión en la empresa, es necesario considerarlo por su valor comercial, estimado
éste en una forma objetiva, por ejemplo, mediante un avalúo técnico.
Se supone que para las diferentes actividades industriales y comerciales existe un nivel
determinado de endeudamiento que se ajusta a las características propias de la
operación de dicha actividad (índice estándar de endeudamiento), nivel que está
igualmente relacionado con la situación coyuntural del sector, pues en épocas de
dificultad e incertidumbre con respecto a los ingresos muchas empresas o sectores no
soportan niveles de endeudamiento que en otra época pasada pudieron haber
sostenido sin tropiezos.
Basados en esta suposición es que los acreedores y empresarios han apoyado sus
decisiones de crédito y endeudamiento respectivamente. Pero cabe preguntarse si este
índice muestra la verdadera capacidad de endeudamiento de la empresa. Si para una
compañía el índice de deuda promedio del sector es del 45% y actualmente su nivel es
del 30%, entonces ¿puede decirse que está en capacidad de tomar mayor cantidad de
pasivos?
Supongamos que se desea comprar un casa y cuenta para ello con la cuota inicial
producto de ahorros que acumuló en el pasado. Su decisión dependerá de si tiene o no
la capacidad para tomar la deuda por el saldo restante. ¿Cómo lo determina? Es lógico
que comparando el sueldo con la cuota que por dicho pasivo deberá pagar
mensualmente. Obsérvese que la capacidad de endeudamiento no la determina tanto el
monto de la deuda como los desembolsos periódicos que implica tomarla.
En el caso de una empresa, el “sueldo” está representado por su flujo de caja libre
(FCL). Así, ésta puede tener un bajo índice de endeudamiento, es decir, puede tener un
amplio respaldo en términos de activos, pero si su FCL no es suficiente para atender el
servicio a nuevas deudas, no podrá tomarlas. Así el índice puede bajar como
consecuencia de los abonos que se hacen a las deudas, lo que no implica que puedan
tomarse otras ya que el compromiso de desembolso permanece igual.
Lo que sí sugiere el análisis de este índice es si la empresa está operando con un nivel
de riesgo alto o bajo, pues como se dijo a mayor endeudamiento, mayor riesgo.
Por otro lado, se recurrir al endeudamiento supone un costo financiero menor que los
aportes (con lo que lógicamente disminuiría el costo de capital), ello asumir mayores
riesgo financieros pues una drástica disminución en las ventas podría dejar a la
empresa en incapacidad de atender el servicio a la deuda (pago de intereses y abono a
capital), además de que el poder de decisión y control de los propietarios podría
deteriorarse pues es claro que los acreedores, a medida que la empresa va teniendo un
mayor nivel de endeudamiento, además de elevar la tasa de interés, exigirán más
requisitos para el otorgamiento de créditos en aras de proteger su inversión y de hecho
disminuir su riesgo. Existen tales como la pignoración de activos, capitalización de las
utilidades, restricciones al reparto de dividendos, acceso a la información contable,
coadministración, etc., son una evidente merma en la capacidad de control de los
accionistas, lo cual tiene igualmente, un efecto negativo sobre el valor de la empresa
(valor de la acción en el mercado). Esto no implica que si la empresa no recurre al
endeudamiento está exenta de riesgo. De hecho el riesgo de insuficiencia de efectivo
existe haya o no deuda, ya que estas no son el único compromiso que en materia de
desembolsos tiene la compañía. La cuestión es, entonces, determinar qué tanto riesgo
adicional se asumen al tomarlas.
La verdad es que no hay una respuesta definitiva o infalible para las peguntas
planteadas, ya que, la decisión del endeudamiento está afectada por la aversión al
riesgo que caracteriza a los propietarios de las empresas, quienes si no gustan de
tomar deuda, no la tomarán a pesar de las limitaciones que ello pueda causar en el
crecimiento de la empresa.
En relación con la primera pregunta puede afirmarse que cuando, bajo una perspectiva
de largo plazo, las expectativas de la empresa apuntan hacia la posibilidad de alcanzar
una rentabilidad operativa del activo mayor que el costo de la deuda habrá preferencia
por el endeudamiento. No existiendo claridad con respecto a esta posibilidad lo
aconsejable es financiarse con capital propio.
D = 75 millones
Quiere decir que la estructura de financiación del proyecto que hace que la rentabilidad
de la inversión de los socios sea del 40% es la siguiente:
Deuda $75
Aportes 105
Valor del proyecto 180 millones
Lo que significa que las ecuaciones fueron bien planteadas y por lo tanto se supone que
la estructura financiera obtenida es, en principio, la adecuada.
Supongamos ahora que los propietarios sólo disponen de $80 millones para invertir de
su cuenta en el proyecto. Ello implica que habría que tomar deuda por $100 millones
con lo que podría pensarse que su rentabilidad se disminuirá por el mayor pago de
intereses. Verifiquemos, entonces, cuál sería su nueva rentabilidad.
Rentabilidad operativa del proyecto = $63/180 = 35% > 28% (costo de deuda)