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MAGISTERIO DE LA IGLESIA
Álvaro Ginel Vielva
Director de la revista CATEQUISTAS
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Testimonio
– Las Tablas de la ley, las “diez palabras” o mandamientos que resumen
y proclaman de ley de Dios. Son llamadas “testimonio” en Ex 25,16;
31,18; 32,15; 34,29.
Acotando el tema
Hay palabras que se ponen de moda y que, con el uso, se pierde de vista
de dónde vienen y cuál es su sentido nuclear. Este fenómeno lleva a que
cada uno dé al término “su” sentido y este se convierta en una babel por
la pluralidad de significados. Así se acaba vaciando el término de su
contenido esencial.
Creo que es necesario tomar en consideración el momento presente que
vivimos y que viene de lejos: nos encontramos en un tiempo eclesial de
grandes desafíos por el cambio de época que atravesamos. Sin darnos
cuenta, están aconteciendo (no solo pasando a nuestro lado) unas
corrientes que sacuden todo el edificio pastoral que teníamos construido.
Los Lineamenta, después de describir la historia en la que la Iglesia
actúa y el periodo de fuertes cambios en nuestro mundo, concluyen así:
“La tarea de la evangelización se encuentra así frente a nuevos desafíos
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que cuestionan prácticas hasta ahora consolidadas, que debilitan
caminos que eran habituales y estandarizados; en una palabra, que
obligan a la Iglesia a interrogarse nuevamente sobre el sentido de sus
acciones de anuncio y de transmisión de la fe. La Iglesia no llega, sin
embargo, sin preparación frente a tal desafío: se confrontó ya con él en
las asambleas que el Sínodo de los Obispos ha dedicado de modo
específico al tema del anuncio y de la transmisión de la fe, como las
correspondientes exhortaciones apostólicas
– Evangelii nuntiandi y Catechesi tradendae- lo atestiguan”[2]. Para
decirlo con otras palabras: vivimos una etapa histórica de construcción
lenta de pensamiento a base de profundización en el acervo teológico
pastoral del que la comunidad cristiana es portadora. Nos abrimos poco
a poco a la realidad eclesial y de la sociedad y llenamos de contenido
términos cuyo sentido dábamos por supuesto. No se trata de una “nueva
creación”, sino de una nueva reformulación que tiene en cuenta el
patrimonio de la Iglesia, su autoconciencia en estos momentos y los
desafíos del tiempo presente. En este marco histórico, ¿el uso del
término testimonio tiene connotaciones que en otras épocas no tuvo?
1. El Concilio Vaticano II
a) Lumen gentium
b) Ad gentes
– De lo que Jesús hace y manda hacer a los Doce, nace la Iglesia. Esta es
“un fruto normal, deseado, el más inmediato y el más visible: Id, pues,
enseñad a todas las gentes” (EN 15). La Iglesia, por voluntad de Jesús,
permanece en el mundo como signo, opaco y luminoso al mismo tiempo,
de una nueva presencia de Jesucristo. En la Iglesia, nacida en el
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momento de su partida hacia el Padre, sigue su permanencia: “En ella
(en la Iglesia, en la nueva comunidad nacida de la acogida de Jesús), la
vida íntima –la vida de oración, la escucha de la palabra y de las
enseñanzas de los Apóstoles, la caridad fraterna, el pan compartido- no
tiene pleno sentido más que cuando se convierte en testimonio, provoca
la admiración y la conversión, se hace predicación y anuncio de la buena
nueva” (EN 15).
3. Catechesi tradendae
a) Testigo
b) Testimonio
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a) Dónde se sitúa el testimonio
1. b) Testimonio y catequesis
6. Lineamenta
a) Nueva evangelización
c) Acentuaciones
A la hora de responder a la pregunta de cómo facilitar la experiencia de
Dios y la transmisión de la fe, advertimos algunas claras acentuaciones
en relación con el tema del testimonio que a nosotros nos interesa:
d) Testimonio
[1] http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_2
0110202_lineamenta-xiii-assembly_sp.html. Yo utilizaré, para citar en
este trabajo, la edición española hecha por la BAC, Madrid 2012.
[2] Sínodo de los Obispos. XIII Asamblea General Ordinaria, La nueva
evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Lineamenta, Edición
BAC, Madrid 2012, p. 24.
24
[3] EN 80.
[4] http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/docume
nts/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html
[5] JOSÉ M. ÁBREGO DE LACY, “Testimonio”, en Nuevo Diccionario de
Catequética, Ed. San Pablo, Madrid 1999, p. 2208.
[6] http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/docume
nts/vat-ii_decree_19651207_ad-gentes_sp.html
[7] PABLO VI, Evangelii nuntiandi (La evangelización del mundo
contemporáneo), PPC, Madrid 1975.
http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/apost_exhortations/documents/
hf_p-vi_exh_19751208_evangelii-nuntiandi_sp.html
III Asamblea General Ordinaria del Sínodo: 27 de septiembre al 26 de
octubre de 1974. La Exhortación Apostólica aparece el 18 de diciembre
de 1975. En ese momento confluían en la Iglesia varios acontecimientos:
clausura del Año Santo, que desbordó las mejores previsiones; la
celebración de los diez años de clausura del Vaticano II; el primer
aniversario de la clausura del Sínodo de la evangelización, el que más
interés había suscitado en la Iglesia hasta ese momento.
[8] JUAN PABLO II, Catechesi tradendae. Exhortación apostólica sobre la
catequesis
hoy. http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_exhortations/d
ocuments/hf_jp-ii_exh_16101979_catechesi-tradendae_sp.html
[9] El sínodo de 1977 quería ser una continuación y concreción en su
aspecto catequético del de 1974. Después del Sínodo, varios
acontecimientos hicieron que la reflexión post sinodal sufriera
variaciones. En primer lugar, Pablo VI, el Papa que había convocado el
Sínodo y firmado la Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, muere el
6 de agosto de 1978. Le sucede Juan Pablo I el 26 de agosto de 1978,
pero muere el 28 de septiembre, un mes después, sin poder ofrecer a la
Iglesia la reflexión sinodal. El 16 de septiembre de 1978 es elegido Juan
Pablo II, que publicará Catechesi tradendae el 16 de octubre de 1979.
Tres Pontífices tuvieron sobre la mesa esta Exhortación fruto del Sínodo
de 1977.
[10] http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html. Edición
en papel: Catecismo de la Iglesia Católica, Asociación de Editores del
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Catecismo, Bilbao, edición 2006.
[11] Carta apostólica Laetamur magnopere por la que se aprueba la
edición típica latina del Catecismo de la Iglesia Católica, p. IX, edición de
papel.
[12] http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/document
s/rc_con_ccatheduc_doc_ 17041998_directory-for-catechesis_sp.html
Edición en papel, CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General
para la Catequesis, Librería Editrice Vaticana, Madrid 1997. El sentido y
oportunidad de la aparición delDirectorio se encuentra en
el Prefacio (DGC 1-13) que firma el Pro-Prefecto de la Congregación para
el Clero.
[13] DGC 23.
[14] Cf. DGC 39, 46, 50
[15] Cf. DGC 48, 87.
[16] Cf. DGC 26.
[17] Cf. DGC 80.
[18] Cf. DGC 158.
[19] Cf. DGC 141.
[20] Cf. DGC 239.
[21] Cf. DGC 141.
[22] Cf. DGC 221.
[23] Cf. DGC 46.
[24] http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_
20110202_lineamenta-xiii-assembly_sp.html
Edición en papel: cfr. Lineamenta, BAC-documentos, Madrid 2011.
[25] Cf. pp. 18, 31, 32, 50…
[26] Ibídem, p. 31.
[27] Cf. ibídem, p. 18.
[28] Cf. ibídem, p. 22. Pablo VI, escribió: No habrá evangelización posible
sin la acción del Espíritu Santo… El Espíritu Santo es el agente principal
de la evangelización (EN 75).
[29] Cf. ibídem, pp. 22-23.
[30] Cf. ibídem, p. 20.
[31] Cf. ibídem, p. 50.
[32] Cf. ibídem, p. 58.
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[33] Cf. ibídem, p. 36.
[34] Cf. ibídem, p. 32.
[35] Cf. ibídem, p. 50.
[36] Cf. ibídem, p. 32.
[37] Cf. ibídem, p. 70.
[38] Cf. ibídem, p. 24.
[39] Cf. ibídem, p. 51.
[40] JUAN MARTÍN VELASCO, La transmisión de la fe en la sociedad
contemporánea, Sal Terrae, Santander 2002, pp. 98-99.
[41] EN 41.
[42] EN 41.
[43] EN 41.
Misión Joven. Número 443. Diciembre 2013