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TERAPIA COGNITIVA EN MEDIOS PENITENCIARIOS

En los últimos años, la terapia cognitiva ha sido utilizada en ámbitos más amplios, como
son los trastornos emocionales y de la conducta e incluso en población reclusa. Su
aplicación ha sido documentada e investigada en áreas de tratamiento como la depresión,
ansiedad, el abuso de sustancias, los trastornos de la alimentación, impulsividad y más
recientemente en los trastornos de la personalidad (Datillo y Padesky, 1995).

El tratamiento penitenciario ha mostrado experiencias esperanzadoras en el uso de


terapias cognitivas. Los programas considerados efectivos incluyeran entre sus objetivos
de intervención la cognición, en el que se espera un impacto en el pensamiento del
delincuente (Garrido & Piñana, 1996). Estudios revelan que la gran mayoría de
delincuentes evidencian retrasos en la adquisición de destrezas cognitivas que ejercen un
papel esencial en el proceso de adaptación social. Estos son:

a) Impulsividad, reflejo de una evidente falta de autocontrol.

b) Externalidad, en tanto en cuento no se sienten responsables de lo que les Sucede

c) Pensamiento concreto, en la medida en que sólo comprenden aquello que pueden ver,
oír o tocar.

d) Rigidez cognitiva; su pensamiento es inflexible, rígido e intolerante, lo que les lleva a


persistir en conductas desadaptativas.

e) Déficits en la resolución cognitiva de problemas interpersonales, aspecto relacionado


con la capacidad para detectar y definir un problema, encontrar posibles causas y pensar
soluciones alternativas, así como las consecuencias de las mismas.

f) Egocentrismo; ven el mundo únicamente desde su propio punto de vista, lo que


también se refleja en su sistema de valores.

g) Insuficiente capacidad crítica, predominando el pensamiento irracional y carente de


autocrítica

El pensamiento impulsivo, ilógico y egocéntrico de los delincuentes puede modificarse


mediante la práctica de técnicas diversas que desarrollen el autocontrol, el pensamiento
consecuente, modos alternativos de respuesta ante problemas interpersonales y la
capacidad Intervención en Autoengaño 40
para ponerse en el lugar de otra persona, teniendo en cuenta el impacto de su conducta
en los demás (Garrido & Piñana, 1996).

En la intervención penitenciaria es relevante plantearse el uso de terapias basadas en la


evidencia, con el fin de que se garantizar tratamientos efectivos en este medio, la
literatura se encuentra un gran número de estudios, de la terapia cognitiva conductual
aplicada a la población forense con resultados prometedores (Galietta, 2010).

En el tratamiento de la depresión en la cárcel se encuentran resultados considerables en


la reducción a través del uso de biblioterapia cognitiva (Pardini, Scogin, Schriver, Domino,
Wilson, LaRocca, 2014).Estudios de Coelho, Canter y Ernst, (2007) muestran que Segal,. &
Teasdale, (2002) recientemente han desarrollado un programa basado en prevenir la
recaída o recurrencia de la depresión mayor. En su investigación reconocen la efectividad
de la terapia cognitiva en la práctica clínica, y muestran pruebas. Así mismo se ha
encontrado eficacia en la intervención cognitiva relacionada con la ideación suicida,
Tarrier, Taylor y Gooding (2008) realizan una revisión sistemática y meta-análisis donde
llevaron a cabo investigaciones evaluando si las terapias cognitivo-conductuales (TCC)
reducirían la ideación suicida. El análisis de subgrupos manifiesto un considerable efecto
del tratamiento en las muestras con adultos (pero no los adolescentes), para los distintos
tratamientos.

Por lo tanto, la terapia cognitiva se considera el punto de partida en tratamiento del


autoengaño, dado que el objetivo es su reducción y para ello se requiere la modificación
de esquemas de pensamiento y consideración de creencias alternativas adaptativas que
apoyarían la rehabilitación del interno para el inicio de programas productivos y laborales.

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