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Enseñar para la paz.

Por: Jorge Alberto Jurado Rodriguez

¿Existe su felicidad al enseñar?, ¿está en la filosofía del enseñar/aprender, una máxima parte de su
felicidad? Estas ideas no las encuentro lejanas de una pregunta sencilla, simple, pero nunca menos
relevante que se le puede dirigir a alguien que estudie una licenciatura.
Uso el “slash” para denotar el concepto no segregado de enseñar-aprender como dos elementos
apartes, si no dialécticos, unidos por el “slash” y no segregados por una “línea” de consecución en
lista (Amador, 2015) Para esta dialéctica debo puntualizar que no hay forma de que alguien deba
sentirse capaz de continuar en la enseñanza si siente que no hay nada más que aprender.

La felicidad aquí es una apuesta personal por su hacer, que debe tener fundamento moral y ético
en el licenciado, y debe orientar su praxis. Pregúntese si lo que usted piensa del fin de ser
licenciado debería aplicarse no sólo para usted si no para otros, (imaginarse su imperativo
Kantiano) si el fin filosófico que usted desarrolla de enseñar/aprender debe ser de conocimiento
universal, una máxima.

Cuando se desata una discusión de las reflexiones que atañen la pertinencia del para qué
enseñar/aprender, una apuesta es la siguiente: se debe enseñar para aprender a hacer preguntas,
encontrar el valor en las posibilidades, en las perspectivas, en la hibridación constante, en el
verdadero significado de la palabra revolución. Muchos no parecen darse cuenta que ser parte de
una revolución es ser arrastrado con ella y ser revolucionado, Según la RAE “Acción y efecto de
revolver o revolverse” como primer término, toda revolución debe descolocar los poderes, y a
quienes pretendan ejercer por el poder en sí mismo como valor. Preguntar es una revolución,
preguntar revuelve las cosas cuando son “buenas” preguntas, las preguntas descolocan,
cuestionan. Se debe enseñar para preguntar y creo que esta debería ser una máxima pedagógica
universal, lo cual es de nuevo una posición Kantiana, pero una que no puede pensarse desde
centros de poder si no interdisciplinariamente. -entendiendo la apertura y descolocación
conceptual que conlleva- la diversidad que debe existir en la Universidad, tanto por sus
estudiantes como por su planta de talento docente.

En nuestro contexto nacional, desde el 2016 (fecha oficial de firma del acuerdo y clausura del
documento) es la época de la construcción de la Paz y su significación, la que tiene un
protagonismo vital, quizás sea por la forma mediática en que vivimos, es en definitiva un esfuerzo
nacional que implica un endeudamiento, una inversión y una apuesta social de integración de
unos actores al sistema de desarrollo de este país, con una democracia que acumula más
desaparecidos que las dictaduras latinoamericanas juntas. (Ortega, 2016)

Algo que todo el mundo sabe pero que nadie siquiera piensa cómo demostrar es el hecho de que
la política de un país refleja el sentido de su cultura. (Geertz, 1973, pág. 262)
Toda disciplina tiene un discurso, y el discurso actual de la pedagogía y las educaciones nos lleva a
que se hable de una Catedra de la Paz, de unos observatorios de paz de diferentes instituciones, y
la notoriedad de la Violentologia (Bejarano, 1995) la Irenologia (Jimenez, 2008) o la resiliencia
cómo valor central de la memoria. (Uriarte, 2005).

Remitiéndome a dos conceptos vitales en nuestro contexto nacional, es claro que la definición de
paz es aun polarizada, y el uso de las acciones de memoria es todavía un proceso, pero son estos
conceptos en los que esta sociedad ha apostado política e intuitivamente, hay que afianzarlos,
hacerlos coherentes, para logren a un nivel consciente de confrontar la diversidad para el
beneficio colectivo, uno que es inevitablemente modelo para el resto de naciones, empezando por
las más cercanas, que son las hispanohablantes y latinoamericanas.

Construir una cultura de paz que permita que este concepto sea algo más que una palabra
escuetamente entendida como la existencia de la inmovilidad social, del estancamiento de las
acciones, del no conflicto, de un ambiente donde ocurre nada molesto para nadie… “la paz”,
también es claro desde mi perspectiva que esta debe ser una contribución por lo menos
integralmente interdisciplinar.

La significación de paz y memoria que tendría que ir aparentemente de la mano con el concepto
de construcción y proceso, de colectividad es opacada en las dinámicas urbanas actuales, donde
vivimos roces críticos en confrontaciones, que no son satisfactorias o sea conciliadas, son tomadas
como señales de una esencia de incompatibilidad y ofensas de nivel personal diarias. Cómo lo
podría ser criticar abiertamente que estudiantes que se sienten parte del movimiento estudiantil
desde la Universidad Distrital van al Amazonas, Medellín, Cali, acompañando una agenda nacional,
no responden primero al contexto que les llama de necesidad distrital, se olvidó cómo funciona el
modelo de sostenimiento distrital de la universidad, de toma de decisiones y demás dinámicas la
hace única a nivel nacional, ¿no deberían ser todos los esfuerzos aplicados a potenciar y concluir lo
que las voluntades han contribuido a elaborar en el estatuto de reforma universitaria desde 1997?
¿Cuál es su pertinencia como movimiento estudiantil de la distrital en esta materia?
https://forocsu.udistrital.edu.co/images/documentos/Proyecto-Estatuto-General.pdf

George Bernard Shaw dijo que si uno dice la verdad y no hace reír lo matan. Ahora, si uno dice la
verdad y hace reír, lo glorifican. A Garzón le pasaron las dos cosas. (Adaptado de: Arevalo 2008)

Son muchos los licenciados / investigadores en formación, que en la academia experimentan la


sociedad de estas formas, de no conciliación, los maestros, los docentes con maestrías y
doctorados de las ciencias sociales no generan la retroalimentación a sus estudiantes, los registros
bajos de calificaciones no son per se una retroalimentación efectiva para consolidar un hacer
profesional, de ninguno de los dos actores, ni tampoco lo son los registros altos en las mismas
condiciones del obviar la construcción de sentido frente al rol como estudiante en proceso de
profesionalización. Es evidente que esto solo reproducirá la falta de pensamiento de proceso, y de
construcción que un concepto como “la paz” requiere de unos licenciados / investigadores.
Haciendo un ejercicio, citando a Carlos Eduardo Vasco me permitiré organizarla en orden invertido
al original:

1. La reflexión empieza a refinarse y a expresarse en forma relativamente autónoma con respecto


a la praxis: nace la teoría.
2. La praxis empieza a transformarse en virtud de esa reflexión.
3. Sólo los fracasos de las prácticas llevan a la reflexión sobre ellas: nace la praxis.
4. Los sistemas de acciones se van decantando en prácticas.
5. En el principio era la acción. (Vasco 1990)

Lo que se expone en este caso es el sentido de la academia, se parte de la teoría en la escuela y


teoría en la educación superior, ya que es desde los docentes de quienes se desprende esas
múltiples reflexiones del trasegar y bagaje de las teorías, hasta hacer sus propias y curricular
acercamientos a unas particulares desde su ética. Solo quienes tienen experiencias comunitarias
fuera de la jaula de clase, cercanía con un contexto, serán los docentes que podrán encontrar la
práctica y la teoría, leído de forma original del 5 a 1 es el sentido de la acción comunitaria, y como
esta puede engendrar saber, solo si es apropiadamente registrada, organizada, socializada y
difundida.

Lo que afecta a un paradigma, es decir, la clave de todo un sistema de pensamiento, afecta a la vez
a la Ontología, a la Metodología, a la Epistemología, a la Lógica, y en consecuencia, a la práctica, a
la sociedad, a la política. (Morin, 1990)

En la interdisciplinariedad de las humanidades y todos los campos que se permiten pensar en un


discurso, se imprimen relaciones de poder con los medios, la comunicación es una herramienta
cargada de discursos que debe bajar eficazmente desde las reflexiones de la academia a los que
están fuera de ella, actualizarse, responder a su tiempo y lo mediático, y es el deber también de
los actores de la academia en contribuir a los saberes de la comunidad para aportar y triangular los
significados que le pueden dar un nivel de coherencia al significado de paz, de memoria y de
estabilidad de poderes entre las instituciones, el estado y la sociedad.

En efecto, nos apasionamos por nuestras creencias políticas y religiosas, por nuestras prácticas
morales, mucho más que por las cosas del mundo físico; después, este carácter pasional se
comunica a la manera en que concebimos y nos explicamos las primeras. Las ideas que nos
hacemos nos dominan, lo mismo que sus objetos, y adquieren así tal autoridad que no soportan la
contradicción. (Durkheim, 1895, pág. 74)

No somos el único país que presenta una polarización cultural, que demuestra una formación y
educación en vías opuestas, un choque intergeneracional político-espiritual, quizás pudiese ser
mediado esto en el reconocimiento de la diversidad de narrativas y contextos presentes, que no se
pueden explicar sin un pasado, y hacerlas circular, un proceso de trabajo por una paz que atañe a
nuestro contexto. Si es que no hay puntos transversales, de los roles sociales cómo de estudiantes
a docentes, de estudiantes a trabajadores, de estudiantes y sus contextos en comunidad, y re-
léase en viceversa, que permitan apropiar en nosotros unas formas de ser/hacer que permita una
consolidación de la paz como concepto que podamos manejar en una base diaria, seguiremos
cada uno buscando pequeños poderes para aplastar y deslegitimar las preguntas y
cuestionamientos del otro.

La mayor parte de las grandes naciones de Europa nacieron de una heterogeneidad cultural no
menos pronunciada; si los toscanos y los sicilianos pueden vivir juntos en el mismo estado y se
consideran compatriotas naturales, lo mismo pueden hacer el javanés y el minangkabau. Antes
que el mero hecho de la diversidad interna fue, en todos los planos de la sociedad, la negativa a
admitir esa diversidad, lo que impidió a Indonesia encontrar una forma política efectiva. La
diversidad fue negada por considerársela una calumnia colonial y deplorada como un resto feudal
al tiempo que se la sustituía por sincretismos, historias tendenciosas y fantasías utópicas (Geertz,
1973, pág. 265)

Fuentes citadas.

Kant, M. (1980). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. (t. d. Morente, Trad.)


Madrid: Espasa-Calpe.

Vasco, C. E. (2019). ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA PEDAGOGÍA LA DIDÁCTICA. Recuperado el


29 de Mayo de 2019, de researchgate.net:
https://www.researchgate.net/publication/267962137_ALGUNAS_REFLEXIONES_SOBRE_LA_PEDA
GOGIA_Y_LA_DIDACTICA

Amador H, L. C. [Banrepcultural]. (2015, Marzo 5). ¿Cómo funciona el cerebro humano?


Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Ksqsz80tfJw

Uriarte Arciniega, J. (2005). La resiliencia. Una nueva perspectiva en psicopatología del desarrollo.
Revista de Psicodidáctica, 10 (2), 61-79.

Bejarano Jesús Antonio (1995) De la violentología a la investigación para la paz Una agenda para
la paz Tercer Mundo Editores, Santafé de Bogotá, 268 págs

Durkheim, E. (1895). Las Reglas del Método Sociológico. En E. Durkheim, Las Reglas del Método
Sociológico (E. d. Champourun, Trad., págs. 68,74). Mexico D.F: Fondo de Cultura Económica.

Geertz, C. (1973). La Interpretación de las Culturas. En C. Geertz, La Interpretación de las Culturas


(A. L. Bixio, Trad., págs. 262,265). Barcelona: Gedisa Editorial.
Jimenez, J. A. (2008). E.P. Th ompsom: De la historia social a la irenología. Recuperado el 2 de
Diciembre de 2016, de Universidad de Granada. Revista Paz y Conflictos:
http://www.ugr.es/~revpaz/articulos/rpc_n1_2008_art4.pdf

Morin, E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. (M. Pakman, Trad.) Barcelona: Editorial
Gedisa.

Fabio Arévalo, 13 de agosto 2008, Si Jaime Garzón viviera... EL TIEMPO, Recuperado el 29 de


mayo del 2019 en https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4444735

Ortega María Camila Rincón, 22 Noviembre 2016, Colombia, en democracia, acumula más
desaparecidos que las dictaduras del Cono Sur, CNNespanol, Recuperado el 29 de mayo del 2019
en https://cnnespanol.cnn.com/2016/11/22/colombia-acumula-mas-desaparecidos-que-las-
dictaduras-del-cono-sur/

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