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El tempo – ritmo en el movimiento:

Tortsov inicia la sesión diciendo que el tempo – ritmo es uno de los elementos imprescindibles
para lograr un estado de creatividad interior en escena. Además, existen dos tipos de ritmo:
externo e interno. También, define el tempo como la rapidez o lentitud de las pulsación que
tienen igual duración; el ritmo es la relación cuantitativa de movimiento o sonido con las
unidades de duración establecidas en un tempo y medida dados. Por último, una medida es un
tempo ya establecido; es decir, su pulsación ya está acentuada.

El director propone dejarse llevar por el tempo – ritmo como un juego, y no como un enfoque
intelectual porque, sino, no les permitiría disfrutar el tempo – ritmo. Para ello, su asistente
enciende varios metrónomos. Estos funcionaban como si fuesen una orquesta completa.
Luego, Tortsov lo comparó con la interpretación. En el proceso de la acción, debemos llenar el
tiempo con una gran variedad de movimientos, intercalado con pausas de inactividad, y en el
proceso de la palabra, el tiempo se llena con momentos de pronunciación de sonidos de
diferentes duraciones y con pausas entre sí. Si se acelera el tempo, debemos actuar y hablar
con mayor rapidez. Si se hace más lento el tiempo, hay más tiempo para la acción y palabra.
Cuando se trabaja con más de dos actores o actrices en escena, cada uno debe buscar su
propio ritmo.

Tortsov enseñó varias dinámicas para ser conscientes del tempo – ritmo. El primer ejercicio
consistía en dar cuatro palmadas y acentuarlas en cada “uno” al compás de un metrónomo.
Esta dinámica se tornó monótona y aburrida hasta que decidieron acentuarla en dos
pulsaciones. Aunque también se volvió aburrido. Luego, Tortosov fue aumentando la velocidad
del metrónomo haciendo algunas variaciones en el ritmo. Esto generó que todos terminaran
extenuados. Aquí, Tortsov demostró que el tempo – ritmo puede provocar un estado de ánimo
interno. A partir de este ejercicio, empezaron a crear varios estados de ánimo que tenían su
origen en la acción del ritmo sobre ellos.

En la siguiente sesión, Tortsov imitaba un ritmo de marcha. Los alumnos tenían que adivinar la
línea general del ritmo. Algunos pasaron por esta dinámica, pero no lograron ningún resultado,
solo confusión. El motivo era que sus alumnos estaban tocando los ritmos para los demás y no
para ellos mismos. No vale el hecho de que los demás entiendan y el creador no.

Tortsov inventó una nueva dinámica. Esta consistía en reproducir con golpes el tempo – ritmo
de un viajero que comienza un largo viaje en tren. A esta dinámica sumó variedades de
urgencias hasta el punto que los estudiantes acababan con gran inquietud debido a la
velocidad rápida para tamborilear el tempo – ritmo de la situación. Cuando terminó la prueba,
Tortsov demostró que las imágenes internas corresponden a cierto ritmo. Las circunstancias
dadas estimulan el tempo – ritmo, y este provoca el pensamiento en torno a las circunstancias
dadas. Por lo tanto, el tempo – ritmo origina la memoria visual e imágenes. Esta en conjunto
con las circunstancias dadas crean un estado de ánimo.

El tempo – ritmo también está presente cuando no nos movemos, pero este tempo – ritmo no
es visible, solo interno. En todo lado donde existe vida hay acción, donde hay acción existe el
movimiento y donde existe el movimiento hay tempo – ritmo. Toda situación tiene un tempo –
ritmo determinado. Si estos no corresponden, entonces se produce la impresión de un
absurdo. El tempo – ritmo de una obra teatral es el tempo – ritmo de la línea continua de la
línea continua de acción y del contenido subtextual de la obra.
Es necesario que en escena los actores y actrices manejen distintas velocidades de tempo –
ritmo debido a que nos da varios matices y se hace más viva la escena. Además, cada actor o
actriz puede variar su propio tempo – ritmo. También, cada obra presenta un ritmo – tempo y
esta puede variar su velocidad. En algunos casos, esta variación de tempo – ritmo puede
generarse de manera espontánea, pero en otros casos puede recaer solo hasta sobre un actor
experimentado que maneja bien el ritmo, a pesar de que los otros no lo manejen tanto.

El tempo – ritmo puede verse afectado por las diversas situaciones que le pueden pasar al
actor en su día a día. Este desequilibrio afecta a sus propias reacciones afectivas y a su
interpretación en el papel.

El tempo – ritmo del lenguaje

Cuando emitimos las palabras nos transmite el tempo – ritmo en un instante de la obra.
Dependiendo del uso y valoración de la palabra, podemos formar variedades infinitas de
tempo – ritmo del lenguaje. Un ritmo de lenguaje bien definido facilita la sensibilidad rítmica.
Todo esto sucede en los casos en que la precisión del lenguaje se basa en las circunstancias
internas y en el si mágico.

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