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QUÉ SON LOS SENTIDOS?

Una de las primeras enseñanzas que el humano recibe en su niñez, es la


comprensión de sus cinco sentidos, pues estos son utilizados todos los días y a
todas horas.

Los sentidos humanos son capacidades que tenemos para conocer nuestro entorno
y reaccionar ante los estímulos recibidos. Gracias a ellos podemos decir cuál es
nuestra comida favorita, qué olor nos recuerda a la infancia, qué objeto nos eriza la
piel, cuál es nuestro color favorito y qué canción nos desagrada, entre miles de
cosas más.

Sentido es la capacidad para percibir estímulos internos y externos mediante el


empleo de órganos específicos. Cada sentido está formado por un grupo de células
especializadas que detectan sensaciones por medio de receptores.

En el siguiente trabajo hablaremos sobre los distintos sentidos que afectan a los
seres humanos y otros animales, y la función de cada uno de ellos.

¿CUÁLES SON LOS SENTIDOS DEL SER HUMANO?

La mayoría de los autores coinciden en que los sentidos más básicos del cuerpo
humano se dividen en cinco: olfato, vista, tacto, oído y gusto.

Cada sentido inicia su labor desde el cerebro. Este órgano controla las funciones
del organismo, y el sistema nervioso es una gran red que envía mensajes a todos
los rincones del cuerpo. Cuando al cerebro le llega un mensaje, este indica cómo
reaccionar. Por ejemplo, cuando accidentalmente nuestra piel roza con algo peludo,
el cerebro responde enviando un mensaje a los músculos de la mano para provocar
que se retire de inmediato (la memoria puede relacionarlo con algún animal
ponzoñoso). La explicación sin duda es larga, pero la duración del proceso es muy
veloz.
Nuestras neuronas sensoriales pueden captar la información sensorial de oídos,
nariz, lengua, piel y ojos para enviarlas al cerebro. Las neuronas motoras son las
que se encargan de transmitir los mensajes del cerebro hacia otras partes del
cuerpo.

EL SENTIDO AUDITIVO: EL OÍDO

El oído es el órgano que capta el sentido con su mismo nombre (oído). Además de
ser el responsable de la audición también se encarga del equilibrio. Capta
vibraciones y las transforma en impulsos nerviosos que al llegar a nuestro cerebro
son interpretadas como sonidos.
Las ondas sonoras se convierten en vibraciones, que a su vez son transformadas
en señales nerviosas que se procesan o “traducen” por el cerebro para que
comprendamos lo que estamos escuchando. Muchas veces el humano no requiere
mirar lo que se avecina; el sonido generado y la memoria, son suficientes para
actuar ante el estímulo recibido.

El oído se divide en tres zonas:

 Externa: se encuentra en posición lateral al tímpano. Comprende el pabellón


auditivo (oreja) y un conducto auditivo de unos tres centímetros de longitud.

 Media: tras el conducto auditivo externo llegamos a la caja del tímpano, el tímpano
separa al oído externo del resto del órgano y es el responsable de la conducir las
ondas sonoras hacia el oído interno. En esta parte el oído está
directamente conectado con la nariz y la garganta. Está formado por tres huesecitos
pequeños y móviles (el martillo, el yunque y el estribo). Los tres huesos conectan el
tímpano con el oído interno.

 Interna: contiene los órganos auditivos y del equilibrio, estos órganos tienen
unos filamentos de nervio auditivo para transmitir la información al cerebro. Es una
serie de canales membranosos alojados en el “hueso temporal”.

EL SENTIDO DE LA VISTA: LOS OJOS


Aunque todos pensamos en el ojo como el órgano de la visión, en realidad el
proceso lo realiza el cerebro. El ojo solo es el órgano encargado de suministrar la
información necesaria, aun así, es la base del sentido de la vista. Para ello el ojo
transforma las vibraciones electromagnéticas y mediante un determinado tipo de
impulsos nerviosos (a través del nervio óptico) llegan a nuestro cerebro dónde esa
información es interpretada.
La luz es convertida en señales nerviosas gracias a la retina, y esta forma
“codificada” es enviada al cerebro, quien nos esclarece lo que estamos viendo. Esto
es muy útil para salvar nuestra vida al poder reaccionar en caso de que un peligro
se aproxime.
El globo ocular tiene una estructura esférica de aproximadamente unos 2,5
centímetros de diámetro y funciona de la siguiente manera:
 La luz pasa a través de una membrana llamada córnea.
 Allí llega a la pupila; la pupila, según sea la luz que haya, se ajusta en
tamaño. La pupila hace la función de regular la luz. De esta forma se evitan
deslumbramientos y se aprovecha mejor la visión cuando hay menos luz (la
pupila se dilata).
 El cristalino del ojo es una pantalla que proyecta las imágenes una vez
enfocadas en la retina, puede aplanarse o abombarse según lo cerca o lejos
que se encuentre el objeto que veamos.
 La retina recibe las imágenes invertidas y desde allí se transforman
en impulsos nerviosos que son transmitidos a nuestro cerebro por el nervio
óptico.

EL SENTIDO DEL OLFATO: LA NARIZ

Equipada con los nervios olfativos, la nariz se convierte en el principal órgano del
sentido del olfato. Muchas sensaciones gustativas tienen su origen en el sentido del
olfato. Además, es un sentido que tiene mucha relación con la memoria. Un
determinado aroma conecta con situaciones pasadas, lugares visitados o personas
queridas.
La nariz forma parte del aparato respiratorio y vocal. Se puede dividir en región
externa, el apéndice nasal y una región interna constituida por las fosas nasales.
Las fosas nasales son cavidades que están separadas entre sí por el tabique nasal.
Por mucho tiempo se creyó que el cerebro podía captar hasta 10,000 olores
diferentes, pero el Dr. Andreas Keller de la Universidad Rockefeller, quien encabezó
una investigación sobre la capacidad del cuerpo humano para detectar olores,
determinó que la cifra ascendía a un billón de olores diferentes.
EL SENTIDO DEL GUSTO: LA BOCA Y LA LENGUA

La boca es el órgano que tiene la facultad de percibir un amplio abanico de sabores.


Siendo el órgano básico del sentido del gusto. Aunque si lo analizamos de forma
aislada el gusto solo percibe cuatro sabores: dulce, salado, ácido y amargo. El resto
es combinación de estímulos como la textura, temperatura, olor, etc.
La lengua es un órgano musculoso que tiene casi 10.000 papilas
gustativas distribuidas de forma desigual en la parte superior. Es curioso que según
en qué parte de la lengua las papilas gustativas captan un sabor u otro. Por ejemplo,
el dulce y el salado se concentran en la punta de la lengua; las sensibles al ácido
se encuentran a los lados y las que son sensibles al amargo están en la parte
posterior.
Además de dar forma al gusto, la lengua contribuye a la articulación de palabras y
sonidos.
Las papilas gustativas y el cerebro trabajan en conjunto para determinar qué es lo
que estamos probando; si algo dulce, amargo, salado, ácido o umami. Con ello, el
cerebro memoriza y relaciona una comida o un ingrediente con la sensación ya
experimentada.
La lengua posee diferentes y muy importantes funciones. La principal, que ya
nombramos anteriormente es la contención de los receptores gustativos, quienes
nos permiten degustar los alimentos; en la masticación, la lengua empuja los
alimentos contra los dientes; y en la deglución, lleva los alimentos hacia la faringe y
más tarde hacia el esófago, cuando la presión que ejerce la lengua provoca el cierre
de la tráquea. También contribuye, junto con los labios, los dientes y el paladar duro,
a la articulación de palabras y sonidos.

EL SENTIDO DEL TACTO: LA PIEL

Los seres humanos presentan terminaciones nerviosas en la piel, estas


terminaciones nerviosas son los receptores del tacto. El sentido del tacto el cuerpo
percibe el contacto con distintas sustancias, objetos, etc.
Los receptores se encuentran en la capa más externa de la piel,
llamada epidermis y la información es transportada al cerebro mediante una serie
de fibras nerviosas. Hay sectores de la piel que tienen más sensibilidad que otros,
esto es debido a que el número de terminaciones nerviosas que actúan como
receptores no es el mismo en toda la piel.
El cerebro procesa y reacciona ante la textura, la presión, la temperatura o el dolor.
Es nuestro sentido más primitivo y el primero en desarrollarse y responder ante la
estimulación. Los bebés requieren tocar objetos y sentir diferentes texturas para
prepararse ante su entorno.

PARA QUÉ SIRVEN LOS CINCO SENTIDOS?


En términos generales, los sentidos nos sirven para sobrevivir. Cada uno tiene una
gran importancia en la vida diaria, pues al menos uno de ellos es requerido en cada
momento del día, incluso cuando dormimos. Y al despertar, nos ayudan a
mantenernos seguros advirtiéndonos de cualquier peligro.
Ningún sentido es más importante que el otro. Realmente todos contribuyen a que
vivamos mejor y disfrutemos el mundo que tenemos en cada punto cardinal.

¿ES POSIBLE VIVIR SIN ALGÚN SENTIDO?


Sí. Es posible vivir sin alguno de nuestros sentidos como la vista y el oído. Existen
algunos casos de personas que sufren pérdida de la sensibilidad, es decir, pierden
la capacidad para percibir los estímulos ya sea en la piel o en las estructuras más
profundas del cuerpo.
Los individuos con sordera parcial o total y los invidentes, pueden tener dificultad
para adaptarse a la vida moderna y a los obstáculos y peligros que esto conlleva,
pero logran integrarse a base de práctica y aprendizaje donde sus otros sentidos se
potencian como forma de ayudarse a entender todo aquello que los rodea.

UN POSIBLE SEXTO SENTIDO.


Mucho se ha hablado sobre la posible existencia de un sexto sentido en nosotros,
pero culturalmente este se ha relacionado más con formas de intuición,
premonición, clarividencia y contacto con seres de otras dimensiones, que con una
explicación biológica.
Como un tema aún no claro y determinante, una parte científica explica que
efectivamente es el instinto o nuestras ideas intuitivas lo que hace que
inexplicablemente tomemos una decisión sin un verdadero por qué. Esto puede ser
resultado de experiencias previas que nos entrenaron para “captar claves” de
nuestro medio ambiente, algo que probablemente adquirimos con la edad.
SENTIDOS NO HUMANOS.
Los humanos contamos con los sentidos ya mencionados. Sin embargo, estos cinco
no son los únicos presentes en todos los integrantes del reino Animal. Como
muestra de ello, están los tiburones, murciélagos o delfines, por mencionar algunos
ejemplos.
Los tiburones cuentan con electrorrecepción o ampollas de Lorenzini, que les
permite recibir y hacer uso de impulsos eléctricos con ayuda del agua.
Por su parte, delfines, murciélagos y ciertas aves y musarañas, realizan el proceso
de la ecolocación o ecolocalización, sentido requerido para localizar e identificar
objetos.
Se considera que la capacidad de percibir radiación infrarroja y ultravioleta también
son parte de sentidos animales que los humanos carecemos.

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