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DEPRESIÓN

Los estados de ánimo conforman el marco emocional a través del cual experimentamos el
mundo que nos rodea condicionando todos los aspectos de nuestra vida.

Cuando nuestro estado de ánimo se mantiene dentro de los límites saludables, nuestras
emociones son ajustadas a las situaciones que las generan, teniendo una gama emocional rica
y con diferentes matices, lo que nos permite gestionar conflictos tanto internos como externos
así como sentir un equilibrio y una disposición al bienestar, a la felicidad y a la satisfacción.

Por eso es importante hacer una distinción necesaria entre la tristeza y la depresión.
La tristeza la podemos entender como un sentimiento que se genera como resultado de una
situación de pérdida. En estos casos, la tristeza es un sentimiento que nos ayuda a gestionar la
situación:

 Nuestra energía disminuye y entramos en un proceso de reflexión e introspección con el


objetivo de encontrar soluciones a situación de pérdida. Nuestros recursos cognitivos y
emocionales se reorganizan en torno a la superación de la situación.

 Se produce llanto, por un lado como estrategia natural para rebajar la tensión emocional
acumulada y por otro lado como medio de comunicación de nuestros estados de ánimo a los
otros, para recibir su apoyo.

Estas estrategias están orientadas a restaurar nuestro equilibrio emocional.

En los trastornos del estado de ánimo, se rompe este equilibro interno, pudiendo aparecer
estados de ánimo depresivos caracterizados principalmente por un sentimiento de tristeza de
gran intensidad, una sensación de vacío, insatisfacción, incapacidad para el disfrute,
sentimientos de inutilidad y de culpabilidad.

Por tanto, podemos decir que mientras la tristeza es un proceso adaptativo que nos ayuda a
asimilar situaciones de pérdida, como la de un ser querido, una ruptura amorosa, o un despido
etc., la depresión, es un proceso patológico en el que nos inunda un sentimiento de
melancolía, profunda tristeza e incapacidad para poder disfrutar de las cosas que antes
generaban placer.

Los procesos depresivos tienen gran impacto en la vida de quien las sufre y en su entorno más
directo. Las personas con depresión sienten que son incapaces de afrontar las demandas de su
día a día por pequeñas que sean, lo que les lleva al bloqueo y a la evitación de actividades que
antes podían enfrentar con normalidad. Esta situación impacta de igual manera al entorno
próximo pues generalmente no saben cómo abordar la situación y como ayudar a la persona
con depresión.

SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN

Los síntomas de la depresión afectan a diferentes niveles de la persona:

A NIVEL FISIOLÓGICO

Se presentan síntomas de fatiga, insomnio o hipersomnia, perdida o aumento de peso, pérdida


del deseo sexual, dolores inespecíficos y difusos que no tienen un origen orgánico, perdida de
energía.

A NIVEL COGNITIVO

Se presentan dificultades para concentrarse, recodar detalles y tomar decisiones. Continuos


pensamientos negativos sobre sí mismo, el futuro o los demás. Pensamientos suicidas.

A NIVEL CONDUCTUAL

Enlentecimiento motor, pérdida de rutinas que pueden ir desde rutinas de aseo personal hasta
rutinas sociales. Perdida de interés en las actividades que antes se disfrutaban.

A NIVEL EMOCIONAL

Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o vacío. Desesperanza y pesimismo, se


presentan sentimientos de culpabilidad, inutilidad e impotencia. Irritabilidad e inquietud.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN

La depresión y sus causas han sido ampliamente estudiadas a lo largo de la historia, no en


vano las primeras referencias de la depresión fueron descritas por Hipócrates en la antigua
Grecia.

Actualmente sabemos que la depresión tiene una causa multifactorial y es el resultado


de factores genéticos, psicológicos, bioquímicos y ambientales.

Estudios con gemelos monocigóticos, revelan que la probabilidad de sufrir depresión aumenta
en un 50% cuando uno de los gemelos ya presenta un trastorno depresivo, así mismo revelan
que la probabilidad de sufrir depresión aumenta en un 25% cuando un familiar cercano
(padres o hermanos) presentan depresión. Por tanto parece que el factor genético está
involucrado en desarrollo de la enfermedad.

La aparición de la depresión también está relacionada con un descenso de los niveles


de serotonina presente en los espacios entre neuronas. Los estudios revelan que las personas
que padecen depresión tienen un nivel significativamente menor de estos neurotransmisores
que las personas que no las padecen. Los fármacos ISRS (inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina) modifican los niveles de serotonina, evitando que haya este déficit.

También se relacionan con la depresión un grupo de enfermedades endocrinas, como son el


hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, o la diabetes entre otras. Los estudios demuestran
que estás enfermedades generalmente van acompañadas de trastornos del estado de ánimo.

Por otro lado, los rasgos de personalidad también actúan como factores de predisposición a
la depresión. Personas que tienen rasgos perfeccionistas, autoexigentes e hiperresponsables
son más propensas al desarrollo de depresión. Del mismo modo, aquellas personas con baja
tolerancia al estrés y a la frustración a las que les cuesta reponerse de las adversidades, la falta
de autoestima y auto aceptación, son factores involucrados en la depresión.

Otro de los factores que se relaciona con la depresión es la falta de refuerzos en la vida de la
persona deprimida. Un regulador de nuestro estado de ánimo son los refuerzos que
conseguimos gracias a la interacción con nuestro entorno. Las personas que tienen un estado
de ánimo regulado presentan una tasa de reforzadores alta, hacen actividades que les reportan
satisfacción, cubren sus necesidades sociales o se trazan objetivos que les mantienen activos.
Por contra las personas con depresión mantienen una tasa de reforzadores baja, lo que hace
más difícil la regulación del estado de ánimo.
Por último, en la depresión están involucrados factores que llamamos precipitantes, éstos son
los factores que pueden desencadenar la depresión. Los eventos estresantes y traumáticos
como pérdidas de seres queridos, relaciones complicadas, pérdidas del trabajo o cualquier
situación que la persona no puede llegar a gestionar pueden ser los disparadores del trastorno.

TIPOS DE DEPRESIÓN

Aunque generalmente la depresión se asocia con estado de ánimo deprimido e incapacidad


para la realización de las actividades cotidianas. No todas las depresiones presentan estas
características. Dentro del espectro depresivo encontramos depresiones donde
los síntomas más preeminentes son otros, entre ellas encontramos:

DEPRESIÓN ENMASCARADA

En este tipo de depresión el síntoma más característico es la manifestación somática como


dolores de cabeza, vértigos, molestias intestinales o respiratorias. A diferencia de lo que
comúnmente entendemos por depresión la persona no presenta tristeza, apatía o dificultad
para encontrar placer en las actividades que se realizan.

DEPRESIÓN POSTPARTO

Este tipo de depresión se caracteriza fundamentalmente por el momento en el que hace


aparición que suele ser días después de dar a luz, aunque algunas mujeres la presentan entre
los o tres meses después del parto.

En este tipo de depresión los síntomas destacables son una sensación de profunda tristeza,
perdida de interés en las actividades cotidianas, irritabilidad y dificultades para el cuidado del
bebé.

Las causas de esta depresión son una combinación de factores hormonales, medioambientales,
emocionales y genéticos, junto con los cambios adaptativos que se dan tras el nacimiento del
bebé.

TRASTORNO DEPRESIVO ESTACIONAL

Este trastorno del estado de ánimo se presenta en otoño e invierno. Está relacionado con los
cambios en los niveles de melatonina y serotonina que están regidos por los cambios
asociados a la luz solar. Todos tenemos cambios en los niveles de melatonina y serotonina
durante los periodos de menos luz solar, pero hay personas en los que estos cambios son tan
acusados que muestran síntomas de depresión.

EPISODIO DEPRESIVO BREVE RECURRENTE

En este tipo de depresión se presentan síntomas de depresión pero en periodos de menor


brevedad, normalmente menores de dos semanas, pero que son recurrentes al menos una vez
al mes.

DEPRESIÓN PSICÓTICA

En esta depresión a parte de los síntomas depresivos, la persona pierde el contacto con la
realidad, presentando falsas creencias de lo que está sucediendo (delirios) o escucha y ve
cosas que no existen (alucinaciones).

TRATAMIENTO

Hay diversos tipos de depresión, el tratamiento variará de un paciente a otro. Aunque existe
un razonable consenso en el tratamiento primordial de los trastornos depresivos, cada paciente
requiere un abordaje específico.

Hay dos tipos de tratamientos relevantes en el abordaje terapéutico de los trastornos


depresivos: el tratamiento psicológico y el tratamiento biológico.

El peso que en cada paciente tendrá uno u otro tipo de tratamiento dependerá esencialmente
del tipo de trastorno depresivo:

La depresión mayor parece ser una enfermedad con un componente biológico muy
importante. Esto permite justificar que el tratamiento farmacológico sea más importante que
el psicológico.

En el trastorno adaptativo, en el que existe una dificultad para afrontar una situación
estresante real, el tratamiento psicológico es especialmente relevante.

Por lo que respecta a la distimia, existiría una causa biológica, junto a aspectos de carácter
que limitan la capacidad del paciente para afrontar los diversos conflictos del día a día. Por
este motivo, el tratamiento combinado farmacológico y psicológico suele ser el indicado.
Tratamiento psicológico

La terapia psicológica cognitivo-conductual y, en menor medida, la terapia psicológica


interpersonal, han demostrado su eficacia como técnicas terapéuticas en el tratamiento de los
diversos trastornos depresivos.

El tratamiento psicológico tiene tres objetivos principales:

El tratamiento de los síntomas depresivos propiamente dichos.

Si existen rasgos de personalidad que han predispuesto a la aparición del episodio depresivo,
la modificación de dichos rasgos de personalidad.

El aprendizaje de estrategias de identificación precoz de los síntomas y de prevención de


recaídas.

Tratamientos biológicos

En lo referente a las terapias llamadas biológicas, se deben destacar los dos tratamientos
siguientes: farmacológico y electro convulsivo.

Tratamiento farmacológico

Los antidepresivos actúan normalizando el funcionamiento de los neurotransmisores. Se


agrupan en diferentes subtipos en función de sobre qué neurotransmisor ejercen su acción.

Los primeros antidepresivos (década de los 60), si bien eran muy eficaces, presentaban
muchos y desagradables efectos secundarios. La continua investigación ha permitido que en
el curso de los últimos años se haya descubierto un amplio número de nuevos fármacos
antidepresivos de uso fácil, de eficacia elevada y con efectos secundarios muy escasos. De la
gran variedad de antidepresivos existentes en el momento actual no es posible afirmar qué
antidepresivo es el mejor.

Los antidepresivos más usados en la actualidad tienen las siguientes características:

Eficacia elevada. Aproximadamente el 60% de los pacientes presenta una remisión completa
de la clínica con el tratamiento farmacológico.

Administración cómoda, habitualmente una vez al día.


Escasas interacciones, es decir, se pueden recetar en combinación con prácticamente cualquier
otro fármaco, como los antihipertensivos, los antidiabéticos, los analgésicos o los antibióticos.

No producen dependencia.

Efectos secundarios escasos y de poca intensidad.

Los antidepresivos actúan normalizando el funcionamiento de los neurotransmisores. Se


agrupan en diferentes subtipos en función de sobre qué neurotransmisor ejercen su acción:
serotonina, serotonina y noradrenalina, noradrenalina.

Actúan principalmente sobre la serotonina (inhibidores selesctivos de la recaptación de


serotonina) los fármacos sigüientes: fluvoxamina, fluoxetina, paroxetina, sertralina,
citalopram, escitalopram, clomipramina y mirtazapina.

Los siguientes fármacos actúan principalmente sobre la noradrenalina y la serotonina:


imipramina, nortriptilina, venlafaxina y duloxetina.

Y por último la reboxetina actúa principalmente sobre la noradrenalina.

En la actualidad disponemos de muchos antidepresivos con escasos efectos secundarios.


También es importante destacar que todos los efectos secundarios que puede producir un
antidepresivo son reversibles, es decir, independientemente de cuánto tiempo se haya tomado,
tras dejar de tomarlo desaparece el efecto secundario, sin dejar nunca secuela.

Debemos destacar, por ser dos ideas erróneas ampliamente extendidas en la sociedad, que:

Los antidepresivos sólo producen somnolencia en un 5% de los casos. Las pocas veces que
producen sueño, lo hacen de forma leve, sin impedir el funcionamiento normal del paciente.

Los antidepresivos habitualmente no engordan. Sólo se observa aumento de peso en el 10%


de los pacientes (y el aumento de peso raramente alcanza los 4 o 5 kilos).

Probablemente el inconveniente más importante de los fármacos antidepresivos actuales es


que tardan varias semanas en hacer efecto. Normalmente no se observa la mejoría clínica
hasta la tercera o cuarta semana de tratamiento, y alcanzan su máxima eficacia a las 10-12
semanas.
Tratamiento electro convulsivo

El tratamiento electro convulsivo (o electroshock) es el tratamiento más eficaz en la depresión


mayor muy grave. No obstante, algunos aspectos como su uso indiscriminado e inadecuado
en el pasado o la utilización caricaturizada en películas con el objetivo de impactar, han
motivado un rechazo social a este tratamiento.

En la actualidad, su aplicación se realiza en condiciones sanitarias adecuadas, sin implicar


ningún tipo de dolor ni efecto secundario grave para el paciente. Si bien se han propuesto
muchas explicaciones para entender el porqué de su eficacia, hasta el momento no ha podido
demostrarse el mecanismo por el cual tiene un efecto antidepresivo tan potente.

Dado que el tratamiento electro convulsivo se realiza con anestesia general, su uso se limita a
casos muy graves de depresión mayor en los que el paciente no ha respondido previamente al
tratamiento farmacológico.
ANSIEDAD.

Descripción general de la ansiedad:

Sentir ansiedad de vez en cuando es normal. Sin embargo, las personas que tienen trastornos
de ansiedad con frecuencia sienten una preocupación intensa, excesiva y persistente, y son
temerosas para todas las situaciones de la vida diaria. A menudo, los trastornos de ansiedad se
manifiestan con episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o
terror que llegan a su máximo en solo unos minutos (ataques de pánico).

Estas sensaciones de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de
controlar y desproporcionadas si las comparamos con el peligro real, y pueden durar por largo
tiempo. Para evitar estas sensaciones, puedes intentar no ir a ciertos lugares o no participar de
ciertas situaciones. Los síntomas pueden comenzar durante la infancia o los años de la
adolescencia y continuar cuando ya eres adulto.

Causas comunes de la ansiedad:

La ansiedad puede ser normal en situaciones estresantes, como hablar en público o realizar
una prueba. La ansiedad es solo un indicador de una enfermedad subyacente cuando los
sentimientos se vuelven excesivos, en todo momento e interfieren con la vida cotidiana.

Síntomas

Los signos y síntomas frecuentes de la ansiedad comprenden los siguientes:

Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.

Sentimiento de peligro próximo, pánico o fatalidad.

Aumento en la frecuencia cardíaca.

Respiración rápida (hiperventilación).

Sudoración.

Temblores.

Debilidad o cansancio.

Problemas para concentrarse o pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
Problemas para dormir.

Problemas gastrointestinales.

Problemas para controlar la preocupación.

Necesidad de evitar cosas que provocan ansiedad.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad:

La agorafobia.

El trastorno de ansiedad a causa de una enfermedad.

El trastorno de ansiedad generalizada.

El trastorno de pánico.

El mutismo selectivo es una incapacidad sistemática de los niños para hablar en ciertas
situaciones.

El trastorno de ansiedad por separaciones.

El trastorno de ansiedad social (fobia social) implica altos niveles de ansiedad, miedo y
evasión de situaciones sociales.

Las fobias específicas.

El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por síntomas de gran ansiedad
o pánico que son el resultado directo del abuso de drogas, el consumo de medicamentos.

Otro trastorno de ansiedad específico y trastorno de ansiedad no específico son términos que
se refieren a la ansiedad o las fobias que no cumplen con los criterios exactos.

Tratamiento de la ansiedad:

Los dos tratamientos principales para los trastornos de ansiedad son la psicoterapia y los
medicamentos. Es posible que obtengas los mayores beneficios con una combinación de
ambos. Puede que sea necesario probar para descubrir cuáles tratamientos funcionan mejor
para ti.
Psicoterapia

También conocida como terapia del habla o asesoramiento psicológico, la psicoterapia


incluye el trabajo con un terapeuta para reducir los síntomas de ansiedad. Puede ser un
tratamiento eficaz para la ansiedad.

La terapia cognitiva conductual (TCC) es la manera más eficaz de la psicoterapia para tratar
los trastornos de ansiedad. Generalmente la TCC es un tratamiento a corto plazo y se enfoca
en enseñarte técnicas específicas para mejorar tus síntomas y poder gradualmente volver a las
actividades que evitabas como consecuencia de la ansiedad.

LA TCC incluye terapia de exposición en la que gradualmente encuentras el objeto o la


situación que provoca tu ansiedad, de modo que desarrollas confianza para controlar la
situación y los síntomas de ansiedad.

Medicamentos

Se usan varios tipos de medicamentos para ayudar a aliviar los síntomas, según el tipo de
trastorno de ansiedad que tengas y si también tienes otros problemas de salud física o mental.
Por ejemplo:

Ciertos antidepresivos también se utilizan para tratar los trastornos de ansiedad.

Se puede recetar un medicamento contra la ansiedad llamado buspirona.

En ciertas circunstancias, el médico puede recetarte otros tipos de medicamentos, como


sedantes, también llamados benzodiazepinas o betabloqueadores. Estos medicamentos sirven
para el alivio a corto plazo de los síntomas de ansiedad y no están diseñados para usarse a
largo plazo.
http://www.medigraphic.com/pdfs/revneuneupsi/nnp-2011/nnp113d.pdf

http://ipsi.uprrp.edu/opp/pdf/materiales/ansiedad_esp.pdf

https://infocenter.nimh.nih.gov/pubstatic/SP%2015-3561/SP%2015-3561.pdf

https://www.trastornolimite.com/trastornos/la-depresion

http://www.guiasalud.es/egpc/depresion/completa/documentos/anexos/Anexo_5_Informacion
_para_pacientes.pdf

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